“Proyectos Sociales: una mirada desde la gestión universitaria”

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“Proyectos Sociales – UNR: una mirada desde la gestión universitaria”
Autores: Aseguinolaza, B.; Medina, J. M.; García Giménez, P.; Punschke, E.
Área de Proyectos Sociales, Secretaría de Extensión Universitaria
Universidad Nacional de Rosario, Argentina.
EJE: Universidad y Sociedad
RESUMEN
La propuesta es recorrer las experiencias de la Secretaría de Extensión Universitaria
(SEU) de la Universidad Nacional de Rosario en los últimos 6 años, así como también analizar
las herramientas orientadas a jerarquizar la Extensión, como forma de materializar la relación
Universidad-Sociedad y motorizar las capacidades instaladas en el ámbito académico y
público, con referencia ineludible a la formación de nuestros profesionales.
En primer lugar, se manifestará como evolucionaron los llamados a Convocatorias
genuinos de la Universidad, desde 2008 hasta la actualidad. Luego, se describirá el proceso
de Acompañamiento de proyectos que la SEU viene realizando desde 2012, señalando sus
pro y contras a partir de la experiencia en terreno junto a los grupos de trabajo ejecutores de
Proyectos. También se comentará la experiencia de los 5 talleres de Extensión organizados
por la SEU, orientados a poner en discusión la conceptualización de Extensión Universitaria,
brindando asesoramiento para la formulación y evaluación de un Proyecto de Extensión,
fortalecer las actividades extensionistas a través aportes interdisciplinarios y prácticas sociales
comunitarias.
Por último, se compartirá la experiencia de la evaluación presencial, implementadas
en el marco de la V y VI Convocatorias para la presentación de Proyectos y Programa de
Extensión.
TRABAJO COMPLETO
La esencia del proceso educativo es el desarrollo de la personalidad humana, por lo
tanto podemos afirmar que el proceso de extensión es de carácter educativo (Barrientos y
Ryan, 2005). Entendemos a la educación como una práctica social necesaria e intencional,
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como una intervención consciente de los hombres en el aprendizaje de otros hombres. Esto
lleva a que educar es una actividad dirigida a modificar las circunstancias a través de la
transformación de los objetos (Argumedo, 1984).
La interacción entre los sujetos que participan en ese proceso educativo está basada
en la comunicación entre los mismos. Ésta es el soporte de la educación y requieren de una
complementación mutua.
Los enfoques educativos reconocen modelos pedagógicos de tipo exógenos y
endógenos, con diferentes concepciones de aprendizaje, diferentes objetivos, diferentes
asignaciones de roles de educadores/educandos y diferentes resultados pedagógicos, entre
otros.
Los modelos pedagógicos exógenos se denominan así por estar planteados desde
afuera del destinatario (externos a él); el educando es visto como objeto de la educación (es
a quien se educa), en tanto el modelo endógeno parte desde el sujeto (educando) que lleva
adelante el proceso.
Dentro este último modelo, la pedagogía problematizadora/participativa (Barrientos y
Ryan, 2005) trata de una educación no para informar ni tampoco para conformar
comportamientos, sino que lo que busca es formar a las personas y llevarlas a transformar
su realidad. Desde esta perspectiva se ve a la educación como un proceso permanente en
el que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando y haciendo suyo el
conocimiento. Se trata de un proceso permanente de acción-reflexión-acción que el sujeto
hace desde su práctica social junto a los demás. En ésta se encuentra el extensionista pero
no ya como el que enseña y dirige, sino el que acompaña, para estimular ese proceso de
análisis y reflexión dialógica, para facilitar, para guiar, para aprender junto a… , para
construir juntos.
Una efectiva comunicación educativa requiere enseñar y aprender.
Enseñar es un proceso en el cual el educador procura que los educandos incorporen
conocimientos, actitudes y habilidades mediante la organización de situaciones que
favorezcan la vivencia de experiencias y que provoquen modificaciones o cambios
deseados.
Aprender, por su parte, conlleva un cambio, modificación o transformación del
comportamiento del sujeto, de relativa permanencia, que ocurre como resultado de la
práctica.
En función de las vivencias en materia extensionista que la Universidad Nacional de
Rosario ha ido acumulando a lo largo de estos años de gestión, la Secretaría de Extensión
Universitaria de la U.N.R., por intermedio de su Área de Proyectos Sociales, se hace
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presente para compartir las experiencias del día a día de la gestión en Extensión
Universitaria y su impacto educativo en la comunidad.
En nuestro carácter de estudiantes y profesionales formados en la Universidad
Pública y, en la actualidad abocados a la gestión y ejecución de las políticas Universitarias,
a menudo nos preguntamos acerca del modo en que colaboramos en este continuo,
constante y dinámico proceso de intervención y transformación que implica pensar la
Extensión y traducirla en políticas educativas concretas con impacto real trascendente.
En este sentido, nuestras prácticas no son ajenas. Lejos de ser meros espectadores,
a menudo nos toca tomar decisiones, valorar actividades, interpelar realidades y tiempos,
como así también naufragar sobre interrogantes que entendemos, nos conducirán a
autocríticas constructivas y necesarias para el desarrollo profesional e institucional de
nuestra Casa de Estudios.
Así pues, creemos que lo que se juega en torno a la Extensión Universitaria es la
capacidad para generar y propiciar intersticios que habiliten instancias de reflexión de la
palabra y la acción que redunden en aprendizajes colectivos.
Estos debates son necesarios darlos en virtud de lo complejo que resulta definir
procesos tan amplios, múltiples, interdisciplinarios, de formación y educación integral y
construcción constante, en el cual la Universidad se relaciona insoslayablemente con el
medio que la contiene y se sitúa frente a los distintos sectores de la sociedad con los que
interactúa, se posiciona, habla, aprende, enseña y educa, construye relaciones y
representaciones a partir de la interpelación recíproca y constante, donde la Universidad es
el actor receptor y re-significador de las demandas sociales.
Las distintas concepciones de la Extensión implican diferentes relaciones con la
sociedad, sus organizaciones e instituciones, así como distintas valoraciones en torno a la
Universidad, al saber y a la relación que se instaura entre ésta y los múltiples sectores
sociales involucrados (CIN, 1997).
Sin embargo, y pese a lo expuesto precedentemente, desde la Secretaría de
Extensión Universitaria, pensamos que la interpelación constante es tan importante cómo
necesaria para construir una interpretación propia de la Extensión, para desde ese lugar
diseñar, formular y ejecutar políticas educativas extensionistas. Consecuentemente,
conviene dejar explícitamente planteado que desde la Secretaría de Extensión Universitaria
de la U.N.R. concebimos la Extensión Universitaria como “el conjunto de actividades, de
colaboración entre actores universitarios y no universitarios, en formas tales que todos los
actores involucrados aportan sus respectivos saberes y aprenden en un proceso interactivo
orientado a la expansión de la cultura y a la utilización socialmente valiosa del conocimiento
con prioridad a los sectores más postergados” (Arocena, 2011).
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Ahora bien, en la U.N.R. la política de Extensión se ha erigido en uno de los
instrumentos de gestión más importantes. Hacia finales del 2007 comienza una nueva etapa
marcada por el desafío de dar respuesta a las necesidades de la comunidad a través de
propuestas concretas, sin perder de vista el espíritu de desarrollo académico propio de
nuestra Casa de Estudios.
A partir de la iniciativa de contar con una convocatoria genuina de la U.N.R.,
coordinada y financiada por la propia Universidad, se sucedieron una serie de pasos
tendientes a la confección del “Reglamento para Convocatoria, Evaluación y Financiamiento
de Proyectos de Extensión de la U.N.R.”, instancia inherente a las condiciones
administrativas, que abrió el camino a una convocatoria inédita de la Universidad en sus 45
años de existencia.
Por intermedio de la gestión de la Secretaría de Extensión Universitaria y la voluntad
política del Rector, se incluyó en el Presupuesto Universitario del año 2008, un ítem de
financiamiento para Proyectos de Extensión. Consecuentemente, el Área de Proyectos
Sociales organizó el primer llamado a convocatoria en el mes de noviembre de ese año. Al
mismo se lo instituyó bajo el lema: "La Universidad y su Compromiso con la Sociedad”.
Cada Proyecto de Extensión, en tanto unidad autónoma de acción, forma parte de un
proceso de intervención social e implica propuestas de desarrollo cultural, social o
productivo, que apuesta a poder brindar soluciones concretas a problemáticas de igual
índole. Esta intervención interactiva, dialógica y educativa, pone en juego los conocimientos
científicos aportados por la Universidad, con los saberes y conocimientos de la comunidad.
La mencionada convocatoria posibilitó la creación de un espacio antes denegado
dentro de la Universidad ─producto de las políticas de corte neoliberal que desnaturalizaron
los saberes universitarios para convertirlos en conocimiento mercantilizado, alterando así la
identidad de la Universidad Pública en tanto institución que descubre, produce, inventa,
contiene, guarda o simplemente distribuye saberes (Mollis, 2011) ─, con el propósito de
JERARQUIZAR LA EXTENSIÓN, así como también contribuir al desarrollo de un país más
inclusivo. Por consiguiente, la Universidad se comprometió a fomentar y ejecutar políticas
concretas que respondan a las demandas de la comunidad, tanto en virtud de su
responsabilidad social, como en su calidad de institución pública.
Los Proyectos son evaluados y/o aprobados por todos aquellos evaluadores de
referencia extensionista (externos e internos a nuestra Universidad) que conforman el Banco
de Evaluadores de la Red Nacional de Extensión Universitaria (REXUNI) que depende del
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Por su parte, los proyectos financiados han podido, a través de diversos actores
sociales, desarrollar acciones comunitarias de alto impacto social y fuerte inserción local.
Asimismo, vale destacar que a partir del año 2011, el Área de Proyectos Sociales de la SEU
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realizó una serie de charlas en todas las Unidades Académicas (12 Facultades y 3 Colegios
de Enseñanza Media) que forman parte de la Universidad Nacional de Rosario. El objetivo
de estas charlas fue acercar información, y brindar asesoramiento a toda la Comunidad
sobre las características de las sucesivas Convocatorias para la presentación, evaluación y
financiamiento de Proyectos de Extensión. Consideramos esta actividad como un logro de
gestión muy importante, ya que a partir de su efectiva implementación, sumado a la
realización de los talleres de capacitación en Extensión, es que la Comunidad Universitaria
de Rosario logró mejorar la calidad y cantidad de Proyectos de Extensión presentados
durante las últimas convocatorias, evidenciado en el aumento significativo del número de los
mismos 45 proyectos presentados en 2008 y 90 en 2012, incrementándose la
presentación en un 100%, y en la pertinencia de los mismos para con la Extensión
Universitaria y su fuerte compromiso social.
Ahora bien, la progresiva respuesta por parte de la comunidad universitaria ha sido
acompañada por un mayor compromiso de la Universidad, en tanto ésta se ha dado a la
tarea de mejorar las condiciones de financiamiento de los proyectos. El fondo asignado a la
I Convocatoria (2008) fue de $134.400, mientras que para la V Convocatoria (2012), el
monto ascendió a $300.000, incrementándose más de un 100%. Asimismo, se amplió la
cantidad de proyectos financiados por Unidad Académica, puesto que, mientras en el 2008
se financiaban 3 proyectos por Unidad Académica, en el 2012, se financiaron 5 proyectos
por cada una.
Sin embargo, los problemas y las dificultades en torno a la organización y ejecución
de las cuatro primeras convocatorias, estuvieron a la orden del día. Una de las más
apremiantes ha estado vinculada con la instancia de evaluación a distancia. Ésta no hacía
posible el encuentro entre evaluadores, generando, en algunos casos, disparidad de
criterios al momento de evaluar. También, la misma impedía el acercamiento entre
evaluadores y evaluados, imposibilitando que la evaluación sea un proceso dialógico
educativo, donde el evaluador pudiese acceder a un conocimiento más acabado de la
realidad que incumbe a cada proyecto y, cada equipo de trabajo pudiese exponer su
proyecto poniendo en juego la innovación y la creatividadi así como remarcando los
aspectos y/o alcances más relevantes del mismo.
Asimismo, vale destacar que también en lo vinculado con la instancia de evaluación,
se presentaban otros inconvenientes relacionados con lo meramente administrativo,
burocrático y comunicacional, generando pérdidas de tiempo, económicas y determinando
éstas ineficiencias en la gestión.
En virtud de los mencionados problemas y a partir de la V Convocatoria (2012),
desde la SEU se ha modificado el tradicional sistema de evaluación a distancia, por uno de
carácter presencial, que entendemos fue cualitativamente superior al perfeccionar el ya
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existente. Este mecanismo de evaluación ofreció un marco de mayor legitimidad y
transparencia; generando una aproximación real y concreta entre evaluados y evaluadores
y, que éstos últimos pudieran acceder a un conocimiento más acabado de los proyectos y
de los actores que impulsan los mismos.
En línea con el cambio precedentemente anunciado, también desde la SEU se
llevaron a cabo Talleres de Capacitación sobre Proyectos de Extensión Universitaria,
con el objetivo de educar en torno a la metodología específica propia de los Proyectos de
Extensión, así como también, el intercambio de experiencias y su subsiguiente debate
acerca de los Proyectos de Extensión ya ejecutados, haciéndose eco de la filosofía de la
praxis. En dicha instancia, y bajo la metodología de tres talleres, se buscó integrar la teoría y
la práctica, proponiéndose como un espacio donde todos los actores involucrados
(miembros de las Secretarías de Extensión, Directores de Proyectos de Extensión,
Estudiantes, Docentes, No docentes, Graduados, Instituciones públicas y Representantes
de la comunidad) constituyeran un espacio de reconocimiento, reflexión y acción, generando
un contexto signado por el aprendizaje y el trabajo en equipo.
El primer taller abordó los aspectos conceptuales y metodológicos de la Extensión, y
fue dictado por un docente de nuestra Universidad, el Lic. Raúl Linares, especialista a nivel
nacional e internacional de temáticas extensionistas.
El segundo taller se basó en la formulación de Proyectos, estando a cargo del Lic.
Jorge Castro, docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Coordinador de la
Comisión Permanente de Extensión de la Asociación de Universidades del Grupo
Montevideo (AUGM). La temática del taller versó en torno a las bases necesarias y
pertinentes para el armado de un Proyecto de Extensión, dando cuenta de una amplia gama
de recursos teóricos y metodológicos.
El tercer taller contó con la presencia del Dr. Humberto Tommasino, Pro Rector de
Extensión de la Universidad de la República (Uruguay), y un referente extensionista a nivel
Mercosur. Durante su exposición, Tommasino desarrolló su experiencia extensionista dentro
de su campo disciplinar como Médico Veterinario. Más tarde hizo hincapié en la integralidad
de la extensión, abordando ejes como concepto de extensión, participación y evaluación en
extensión.
Otra política de gestión de la Secretaría de Extensión Universitaria fue la de
implementar instancias de acompañamiento de todos los Proyectos de Extensión que
hayan obtenido financiamiento. El objetivo principal de este proceso es brindar un apoyo
institucional de la Universidad (representada por todo los integrantes de la SEU-UNR)
durante la implementación y ejecución de los mismos, a través de la reflexión y aprendizaje
junto al equipo de trabajo extensionista que lleva adelante la ejecución, como de aquellos
destinatarios directos o indirectos de las acciones realizadas. A su vez, mediante la
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observación por parte de los que llevan adelante el acompañamiento de las actividades
desarrolladas en terreno por el equipo extensionista, se logró evaluar progresos y cambios,
poniendo énfasis en los aspectos positivos para que las prácticas exitosas puedan ser
replicadas y las erróneas revisadas.
En dicho sentido, entendemos que la jerarquización de la Extensión, devendrá
necesariamente de la interacción generada a partir de los debates, el intercambio y,
posteriormente el consenso sobre cuestiones estructurales y nudos problemáticos que giran
alrededor del concepto y la filosofía de la praxis de la Extensión.
A través de las mencionadas actividades y/o cambios ejecutados a partir de la V
Convocatoria
(2012),
nos
proponemos
jerarquizar
la
Extensión
mediante
el
fortalecimiento del Área de Proyectos Sociales, ya que desde allí se instrumentan,
gestionan, administran y acompañan institucionalmente los Proyectos de Extensión que
surgen de las convocatorias de la U.N.R. Asimismo apuntamos a pulir todas las instancias
administrativas y las condiciones institucionales necesarias, a los fines de generar las
condiciones adecuadas que hacen a la convocatoria, al tiempo que propiciar y/o promover la
incorporación de prácticas extensionistas, en tanto los Proyectos propiamente dichos
contribuyen a pensar y repensar las políticas extensionistas en función de articular,
recuperar y sociabilizar los saberes.
Bibliografía
AROCENA, Rodrigo, “Curricularización de la extensión: ¿por qué, cuál y cómo?”, en
Integralidad: tensiones y perspectivas, cuadernos de extensión Nº 1, Montevideo, Uruguay,
2011.
Documento aprobado por el Plenario de Rectores, Ac. PL. Nº251/97, Santa Rosa, La
Pampa, 6 de agosto de 1997.
MOLLIS, Marcela, “Un breve diagnóstico de las universidades argentinas: identidades
alteradas”, publicado en Las Universidades en América Latina: ¿reformadas o alteradas?,
Marcela Mollis, CLACSO, Argentina, 2003.
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