Domingo 19 de mayo de 2013 l Heraldo de Aragón 16 l ARAGÓN JUAN PEDRO Y JUAN MIGUEL BARRADO I PADRE Y HERMANO DE VANESSA, ASESINADA EN CADRETE I Los familiares de la joven estuvieron seis meses engañados por el presunto homicida, que ocultó el cadáver «Cuando pienso que hemos estado comiendo con el asesino de mi hija... » Vanessa Barrado, de 27 años, fue asesinada a finales de junio de 2012 en su casa de Cadrete. El presunto homicida fue su compañero sentimental, Cristóbal Morales, en prisión provisional por estos hechos, al igual que sus hermanos Miguel Ángel, Juan Manuel y Jessica, a los que el juez atribuye distintos grados de participación en el crimen o en su ocultación. El cadáver de la joven fue encontrado en octubre descuartizado y enterrado a unos doscientos metros de su casa. Pero hasta finales de enero de 2013 no fue identificado y los presuntos autores del asesinato detenidos. Durante esos siete meses, Juan Pedro Barrado, padre de Vanessa, y Juan Miguel, hermano, no dejaron de ir cada fin de semana a Cadrete para ver a Libertad, su única nieta y sobrina, respectivamente, que ahora tiene 3 años y 2 meses. Creían, como Cristóbal Morales les había dicho, que Vanessa se había marchado porque necesitaba pensar sobre relación sentimental que estaba prácticamente rota. ¿Cuándo empezaron a sospechar que Vanessa podía estar muerta? En ningún momento. Con el paso del tiempo yo empecé a tener la intuición de que algo no iba bien, que a mi hija podían estar reteniéndola contra su voluntad, pero nunca que la hubieran matado. ¿Nunca pensaron que Cristóbal Morales pudiera haberla matado? No. Nunca. Es una persona callada y reservada y si no le preguntas, no habla. Una semana de junio me dijo que Vanessa se había ido con una amiga y que le había dicho que le diera un tiempo. Me extrañó que ella no me hubiera dicho nada a mí pero... Cuando empezaron a pasar los días yo le iba preguntando y él me daba largas. Me decía que ella le llamaba y que le ponía al teléfono a la niña pero que no preguntaba por nadie más. También decía que le enviaba dinero para que la mantuviera, pe- Juan Pedro Barrado, a la izquierda, y Juan Miguel, padre y hermano de Vanessa, respectivamente. G. MESTRE ro eso no me cuadraba porque era yo quien le daba dinero a él para la guardería porque no le llegaba. ¿Sabía que su relación no iba bien? Si. A veces tenían peleas, yo mediaba entre ellos y, al final, se solucionaba. Pero a principios de año Vanessa me dijo: papá, ya no le llames yerno, y me lo pidió con mucha rabia. Pero seguían viviendo juntos y mi hijo y yo íbamos todos los fines de semana a Cadrete a comer con ellos. Yo cogía a mi nieta y me la llevaba al parque hasta la hora de la comida. La niña venía corriendo y se me echaba a los brazos nada más verme. ¿Cómo conoció a Cristóbal Morales? Vanessa me dijo un día que había conocido a un chico del barrio de Casablanca y me lo quiso presentar. Le pedí que esperara un poco, que era muy joven, pero estaba convencida y me lo presentó. Así conocí al presunto (recalca con ironía) asesino de mi hija. Él me dijo que la quería y yo le dije que Vanessa necesitaba mucho cariño, que había sufrido mucho y precisaba cuidados porque tomaba medicación. Se fueron a vivir a María de Huerva. Después, fue metiendo a sus hermanos en casa, a los que considero iguales que él. Cuando se quedó embarazada estuvimos con ella en todo momento. La familia de mi exmujer, sin embargo, no. Con su madre no tenía relación. Solo una prima de su edad mantenía contacto con ella y con un tío, a través de mi hijo. Cuando se halló el cadáver descuartizado de una mujer en Cadrete, ¿no tuvo ningún pálpito? Algo se me pasó por la cabeza, pero como desde el primer momen- to se dijo que podía ser una mujer de Ricla, bastante más mayor que Vanessa (Pilar Cebrián, de 51 años), no le di más vueltas. Además, como yo creía que estaba viva, no volví a pensar en ello. ¿Se planteó ir a denunciar? Sí, claro. Pero yo quería el apoyo de Cristóbal. Le decía, tú tienes que venir conmigo, pero siempre me respondía que le podían quitar a la niña, que es lo que yo más quiero, junto con mis dos hijos. Pero algo no iba bien... La situación me chocaba y pedí un extracto del banco. Vi los movimientos y cada mes, en Torrero, alguien sacaba el dinero de la pensión de Vanessa. Cuando se lo comenté a Cristóbal, empezaron a cobrarlo en otras sucursales (la Policía tiene grabado al presunto homicida y a su hermano Miguel Ángel, disfrazado en un cajero). ¿En qué momento decidió que ya no podían esperar más? Llegaron las navidades, los cumpleaños y Vanessa seguía sin llamarnos. El 6 de enero le dije a Cristóbal que iba a poner la denuncia y me acompañó a la comisaría. ¿Cuál fue su actitud? Normal, como siempre. A la Policía les dijo lo mismo que a mí. ¿Cuándo se enteró de su muerte? El 27 de enero. Fue el peor día de mi vida. Era domingo y estaba con mi nieta en el parque de Cadrete. La había ido a buscar como cada fin de semana. La Policía estaba rodeando la vivienda. Vino un agente y me dijo que me fuera a casa con la niña. Les dije que mi hijo estaba dentro y lo sacaron. Cogieron a Cristóbal y a Manolo. Luego, en la Jefatura, el jefe de Homicidios me dijo: Su hija está muerta y estamos buscando a los otros dos. ¿Cómo se encuentran ahora? A partir de ese momento nuestra vida dio un vuelco. Yo estoy de baja laboral en la empresa en la que llevo 32 años con el camión. Tanto mi hijo como yo estamos en tratamiento psicológico y no hemos tenido ayuda de ningún tipo de servicio ni de institución. ¿Qué siente al haber sido engañado tanto tiempo? Cuando pienso que hemos estado comiendo con el asesino de mi hija... Pero le puede pasar a cualquiera. No notas nada, estábamos completamente engañados. Yo quería mucho a mi hijica. ¿Qué espera ahora? Voy a seguir luchando por mi hijo y por mi nieta. Vive con nosotros, va a la guardería y pronto al colegio. Si no los hubiera tenido a ellos, no sé lo que habría hecho. Juan Miguel se encarga de que vea a sus tías y a primos, que son de su misma edad y ella se pone contenta. De los jueces espero que sean justos y que los cuatro cumplan la mayor pena posible. Mi hija no tenía miedo a nadie, pero no le dieron opción. Y lo que han hecho no solo es un asesinato ¡La han descuartizado! Me gustaría hablar con el asesino y que me dijera qué motivo tan grande tuvo para matarla. Juan Pedro agradece tanto a su abogada, Sonia González, y al jefe de Homicidios, el trabajo que están haciendo. M. GARÚ/M. A. COLOMA