Reseña de la Jornada “Religiones Afro en el Multiculturalismo” En el marco del ciclo “África en la Argentina del Bicentenario”, el 16 de Septiembre del 2010 se llevó a cabo la Jornada “Religiones Afro en el Multiculturalismo” organizado por la Licenciatura de Antropología Social y Cultural de la Universidad Nacional de San Martín y por el Instituto de Altos Estudios Sociales. La sede del evento fue el Teatro Tornavías del Campus Miguelete de la Universidad Nacional de San Martín. La jornada se desarrolló como un intercambio de ideas y experiencias entre especialistas en Antropología y reconocidos sacerdotes de las distintas variantes religiosas de ascendencia africana presentes en nuestra sociedad. La mesa de expositores estuvo coordinada por el Dr. Gustavo Andrés Ludueña, Investigador del CONICET y profesor de la Licenciatura en Antropología Social y Cultural de la UNSAM, y los expositores fueron el Dr. Alejandro Frigerio (Investigador del CONICET), el Oluwo Ifálékè Aworení (sacerdote de Culto Tradicional Yoruba – Ifá), el Obá Oriaté Walter Ti Obàtálá (sacerdote de Regla de Ocha), y la Iyá Olòrìsá Mónica Ti Osún (sacerdotisa de Batuke de Río Grande do Sul – Oyó). La primera exposición estuvo a cargo del Oluwo Ifálékè Aworení, quien compartió su experiencia personal en tanto argentino que decide incursionar la Filosofía Tradicional Yoruba y el Culto a Ifá. Relató cómo fue la transformación de su vida social y de qué manera concilia la práctica religiosa con su entorno socio-cultural, a la vez que aportó algunos detalles del corpus mitológico de la teología Yoruba, conceptos introductorios a la filosofía tradicional Yoruba y a la liturgia de Ifá. El Obá Oriaté Walter ti Obàtálá realizó una semblanza del desarrollo de la Regla de Ocha en Cuba, describiendo sus fundamentos, liturgia y creencias, y brindando especificaciones del panteón de divinidades. Describió las adecuaciones que debió experimentar la religión africana en territorio cubano (elementos, vestimentas, idioma) y la adaptación de esta practica religiosa en la sociedad argentina. En tercer lugar expuso la Iyá Olòrìsá Mónica Ti Osún en representación del Batuque, variante religiosa afrobrasilera del estado de Río Grande do Sul. Expuso su visión sobre las modificaciones del sistema religioso africano en territorio brasileño y luego realizó un recorrido histórico de esta expresión religiosa, desde sus inicios en Brasil hasta su actualidad en Argentina. Cerrando la jornada, tuvo la palabra el Dr. Alejandro Frigerio, especialista en el área de la antropología de la religión y reconocido investigador de los movimientos afro. En primera instancia, enfatizó la necesidad de tener en cuenta a la cultura afro y las religiones de matriz africana para reflexionar sobre la actualidad del conurbano bonaerense, no solo por el crecimiento de adeptos a estas religiones sino también por el surgimiento durante los últimos años de una gran cantidad de expresiones seculares, como el candombe, la danza afro y la percusión africana. Señaló que tampoco es posible brindar una mirada de la sociedad argentina actual sin tener en cuenta el resurgimiento de los afroargentinos, la lucha por sus derechos y el aporte que le han brindado a la historia y a la cultura argentina. En su ponencia, el Dr. Frigerio presentó un panorama de las tendencias actuales en el desarrollo de las religiones afro en Argentina. Destacó primero que las prácticas religiosas presentes en nuestro territorio son fundamentalmente el Batuque, una variante con mayor cantidad de elementos africanos, la Umbanda y la Quimbanda, las cuales son variantes más sincréticas con elementos del catolicismo y del espiritismo. La categoría émica nativa “la religión” utilizada en los templos africanistas está configurada por la práctica de estas tres variantes sincrónicamente. Luego, en los últimos años, se han incorporado otras variantes afro-religiosas, como la Regla de Ocha y la Filosofía Tradicional Yoruba. La primera de las tendencias observada por el investigador es la actual expansión de estas religiones por todo el conurbano bonaerense y en las principales ciudades del interior. A mediados de los años ’80 (Frigerio comienza a tener contacto con estas religiones a partir de 1982) los umbandistas estaban establecidos principalmente en localidades del norte y noroeste del Gran Buenos Aires, y prácticamente no tenían representatividad dentro del sur y el oeste del conurbano bonaerense. Sin embargo, en la actualidad “la religión” se encuentra dispersa por todo el conurbano bonaerense. Un claro ejemplo es que para el 2 de febrero o el 8 de diciembre, en donde se celebran las fiestas de Iemanjá y Oxúm respectivamente, se pueden ver miles de oferentes en la costa del río en la localidad de Quilmes. Otra tendencia es la creciente influencia en la práctica local de la forma en que estas religiones son ejercidas en Uruguay. A pesar de que en el país han existido dos “escuelas”, la uruguaya y la brasilera, y que entre los religiosos pioneros existieron uruguayos o argentinos iniciados en Uruguay, en Argentina siempre se tuvo la mirada puesta en Brasil como faro guía del desarrollo de la religión. En la actualidad, sin embargo, aumentaron fuertemente las referencias a templos y sacerdotes uruguayos como guías de la religión y el flujo de relaciones con Montevideo es ya quizás más importante que el existente con Porto Alegre. Esto se debió a razones económicas, migratorias y culturales. La devaluación del peso argentino con respecto al real brasilero se convirtió en una traba tanto para ir a Brasil como para traer religiosos brasileros a Argentina, por lo que se les dio mas relevancia a los sacerdotes uruguayos que se encontraban en nuestro territorio a raíz de la corriente migratoria existente entre Uruguay y Argentina. Todo esto, facilitado por la cercanía y las similitudes idiomáticas y culturales, favoreció a que distintas prácticas y elementos religiosos uruguayos se difundieran en la práctica de “la religión” en Argentina. Frigerio observa también una ubicuidad de las prácticas religiosas y de las entidades espirituales de la Quimbanda en la vida cotidiana de los templos. En sus inicios, la Quimbanda era una variante que estaba subordinada a la Umbanda pero que a través de los años ha tomado tal preponderancia que ha llegado a independizarse, incorporando elementos ritualísticos de la Umbanda y del Batuque para establecerse como una religión autónoma. En la actualidad, Frigerio señala que la Quimbanda es la variante que marcha al frente de la expansión de las religiones de origen afro. Otra tendencia contemporánea sería la búsqueda, por parte de algunos practicantes, de formas consideradas más cercanas a las creencias y prácticas africanas. A partir de la expansión de la práctica de la Regla de Ocha o Santería Cubana y la Religión Tradicional Yoruba, existe una búsqueda de conocimientos considerados más puros y más cercanos a la raíz africana que los que ofrece el Batuque portoalegrense, por ejemplo. Para muchos religiosos, estas nuevas variantes poseen repuestas y conocimientos que la Umbanda, la Quimbanda y el Batuque no poseen. De manera similar, en Brasil, también se ha dado un paso progresivo de los practicantes de Umbanda a otras variantes como el Candomblé Angola, Candomblé Ketu y al Culto a Ifá o Religión Tradicional Yoruba. También, según el investigador, se produce una localización de las religiones afro, incentivada quizás por un descenso de la clase social en la media de los religiosos –que habría pasado de un predomino de sectores de clase media-media o media-baja en los ochentas a una mayor presencia de sectores populares en la actualidad. Este incremento en la participación religiosa de sectores sociales populares lleva a un sincretismo aún pequeño pero inédito con devociones como las del Gauchito Gil o San La Muerte. De esta manera una lógica de intercambio umbandista con lo sagrado comienza a impregnar a las devociones populares, a la vez que en algunos templos africanistas aparecen entidades de Quimbanda identificadas con San La Muerte. Como una expresión de estas tendencias localizantes también se puede encontrar una fuerte generación de identidades locales, expresadas a través de la creación de organizaciones específicas que nuclean a los religiosos según su ubicación, como C.O.R.A.Z.O.M. en La Matanza o AfroSur en el sur del Gran Buenos Aires. También existe una iniciativa inédita por ocupar espacios públicos locales; las manifestaciones públicas con las que años atrás los religiosos intentaban ganar el centro porteño ahora buscan ganar el espacio público de la localidad bonaerense en donde viven. Esta creciente movilización en espacios locales está a su vez sin duda influenciada por la cultura política bonaerense: el activismo social afro-umbandista del conurbano no pueda ya entenderse sin referencia a la cultura política bonaerense de raigambre peronista. Para Frigerio, entonces, la “imaginación religiosa” se nutre no sólo de la tradición religiosa, sino también de los elementos locales, como los cultos populares y la política. Otra tendencia importante sería, según Frigerio, la cibernetización de las religiones afro que se da gracias al creciente papel de Internet en el desarrollo de la religión. Según la perspectiva umbandista, habría un aspecto positivo en los elementos que Internet brinda para que los religiosos incrementen su conocimiento y puedan comparar entre distintas vertientes –aunque esto puede llevar a innovaciones no del todo aprobadas cuando, por ejemplo, un umbandista es influenciado por una tradición de otro origen nacional como la Regla de Ocha cubana mediante la liturgia que puede encontrar en Internet. Desde un punto de vista mas sociológico, el aspecto negativo es la exacerbación del chisme, que siempre fue una importante herramienta de control social formadora del poder simbólico religioso, pero que se daba en círculos pequeños, durante las distintas ceremonias religiosas. La popularización del uso de internet ha llevado a una hipertrofia del chisme que termina erosionando y deslegitimando los liderazgos religiosos, lo que dificulta la formación de grupos religiosos persistentes para la lucha por los derechos ciudadanos de los practicantes de religiones estigmatizadas. Una última tendencia analizada por Frigerio es la movilización social en acciones solidarias, en donde los religiosos intentan mejorar su imagen ante la sociedad realizando distintas actividades con fines solidarios. Para el investigador las actividades de movilización que se fueron desarrollando en distintos momentos fueron primero de orden religioso, luego cultural y finalmente por sus derechos civiles, pero en la actualidad estas iniciativas se encuentran combinadas y parece predominar la acción solidaria en la forma de recolección de alimentos para sectores desposeídos. Frigerio se plantea si es válida la necesidad de realizar acciones sociales solidarias como estrategia para reivindicar derechos y ser incluidos en la sociedad, siendo que la práctica religiosa por sí misma ya debería ser considerada una acción social solidaria. Jornada “Religiones Afro en el Multiculturalismo” – Ciclo “África en la Argentina del Bicentenario” Universidad Nacional de San Martín Autor: Darío La Vega