RINCÓN DE LA CULTURA Crónicas egipcias Act Terap Dermatol 2006; 29: 138 Prof. Dr. Pablo A. Viglioglia La finalidad de esta columna, es liberar momentáneamente al dermatólogo de los temas exclusiva o puntualmente médicos, introduciéndolo en el fascinante mundo de los acontecimientos históricos, artísticos, literarios, e inventos que han conmovido la humanidad. Crónicas egipcias E l 21 de julio de 1789 momento de la Batalla de las Pirámides contra los mamelucos, Napoleón Bonaparte señaló a sus tropas las pirámides de Egipto y clamó "¡Soldados, desde lo alto de estas pirámides cuarenta siglos de historia os contemplan!". Frente a aquellas ruinas gloriosas diecisiete siglos antes, el historiador Herodoto experimentó la misma emoción a pesar de que en su época muchos de los antiguos tesoros no habían sido descubiertos. Los historiadores griegos siguieron las huellas de Herodoto y en aquellos tiempos, las pirámides, las tumbas reales de Tebas y los Colosos de Mnemón atraparon a muchos visitantes del Pirámides Gizeth. mundo mediterráneo. En el año 332 AC. Alejandro Magno conquistó Egipto y atravesó el desierto para consultar el oráculo del templo Amón en Siwa. Escribió a su madre prometiéndole que le revelaría lo predicho por el oráculo, pero se llevó el secreto a la tumba sin haber podido volver a Macedonia. Colosos de Mnemón. 138 En el siglo III AC un sacerdote llamado Manetón escribió una historia de los gobernantes de Egipto a partir del legendario Menes, quién unió el Alto y el Bajo Egipto en el cuarto milenio. Su cronología, que abarcaba 30 dinastías | Act Terap Dermatol | 2006 | 29 fue utilizada por los historiadores Josefo y Eusebio y aún en nuestros días es consultada por los egiptólogos. El historiador griego Diodoro de Sicilia, quien visitó a Egipto cuando era una provincia romana indicó que si bien las pirámides eran obras de los hombres, el terreno circundante había sido creado por acción de una deidad. Estrabón, su contemporáneo describió la geografía del país y el Serapeum, templo dedicado al culto de Serapis, donde los ritos en honor del buey sagrado hacían que los romanos "se por el que Constantino proclamó la amplia libertad de culto para los cristianos, los fanáticos destruyeron el Serapeum, derribaron los monumentos paganos y arrancaron las piedras de los templos clásicos para construir basílicas. La Esfinge. Los árabes que conquistaron Egipto en 640, creían que las pirámides habían sido construidas para servir de refugio durante el diluvio y que encerraban "todos los hechizos y maravillas de la medicina". Removieron las resplandecientes piedras blancas que las cubrían para edificar El Cairo y levantar villas sobre antiguos templos. El califa Abenamun utilizó el ariete para perforar la Gran Pirámide de Gizeh. ruborizaran de vergüenza o palidecieran de envidia", según se afirmaba. Plinio, el Viejo, sostuvo que los faraones habían edificado las pirámides para mantener ocupados a sus súbditos y así evitar las rebeliones y que habían pintado de rojo a la Esfinge "debido a un sentimiento de veneración". Los romanos limpiaron de arena la enorme figura de piedra y la protegieron con un muro de contención, pero se llevaron los obeliscos y estatuas para decorar sus ciudades y mansiones. En Tebas, los viajeros griegos y ro- manos garabateaban inscripciones en las piernas de las estatuas sedentes de Amenhotep III (Amenofis) de 21 metros de altura, llamadas "Colosos de Mnemón" en honor al mítico guerrero troyano cuya madre era la Aurora. Con los primeros rayos de la aurora la más septentrional de las estatuas emitís, lo que para algunos eran lamentos y para otros "un dulce y melifluo tañido". La gran figura cantó tres veces para Adriano, pero perdió su misteriosa voz cuando Septimio Severo mandó reparar una amplia fisura que la hendía. Después del edicto de Milán (313), Entre los siglos XVI y XVII, las tumbas fueron a menudo violadas con el fin de exhumar momias que eran pulverizadas y vendidas a los boticarios. La idea de que podían tener poderes medicinales surgió quizás de que fueron tratadas con mumiya, una especie de betún con propiedades antisépticas. Sir Thomas Brown deploraba que las momias se hubiesen convertido en mercancía, pero la demanda era tan grande que el principal proveedor de Alejandría comenzó a pulverizar cadáveres robados de los cementerios. ❑ Prof. Dr. Pablo A. Viglioglia | Prof. Dr. P. A. Viglioglia | 139