LA PALABRA DE DIOS EN MI VIDA La cuaresma es el tiempo de la “escucha” y la acogida de la Palabra que ilumina nuestra vida y nos invita a la transformación, al cambio, a la conversión… Se trata de rehacer el camino andado cuando hemos equivocado las veredas… Por eso, haz un “hueco” (15 ó 20 minutos) en cada jornada para acercarte a la Palabra y dejarte susurrar al oído cuanto el Señor tenga que decirte. Afina el oído para percibir su presencia en la “historia salvadora” que narra cada día la Escritura y “agudiza tus sentidos” para saber leer los signos de su cercanía en cada acontecimiento que vives y en cada persona con la que compartes el camino. No te olvides que Dios habla al corazón y que sólo descubrirás su presencia en la “brisa suave” de tu vida… No valen las “prisas”, el mucho hacer y el “no tengo tiempo”. Será importante, por el contrario, encontrar el momento y la sintonía adecuados para “escuchar” su voz y poder iluminar la vida. Encuentra un LUGAR en tu habitación en el que colocar, bien visible y con particular cuidado, la Escritura... quizás con la "luz" (una pequeña vela) del compromiso delante. Proponte un momento cotidiano en tu horario y trata de ser muy fiel a él. Remueve la buena tierra de tu vida para acoger el agua fresca de la Palabra que en estos días lloverá abundantemente sobre ti… ¡Buena andadura! Primera Semana: Domingo 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Antes de celebrar la Eucaristía en este domingo, dedica 20 minutos a confrontarte con la Palabra. Busca el lugar adecuado, escoge la mejor postura posible y serénate. Haz un momento de silencio. Cierra los ojos e invoca al Espíritu: ¡Espíritu Santo, ven! Haz un momento de oración antes de continuar: "Señor, ilumina mi corazón con tu Palabra, abre mis oídos y mi corazón a cuanto tienes que sugerirme y dame la audacia necesaria para hacerlo realidad en mi vida... a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos". 2. ATENTOS A LA PALABRA Gn 2, 7-9; 3, 1-7); Rm 5, 12-19; Mt 4, 1-11. Dios tiene grandes proyectos sobre el hombre: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza" (Gn 1, 26); pero desde los primeros pasos del camino, la realidad del pecado rompe el plano de Dios. Cuando el hombre en su libertad recorre caminos que no son los de Dios (Gn 2, 7-9; 3, 1-7), equivoca la estrategia y se descubre perdido y solo. Toda la historia de la salvación no es más que el entretejerse de la iniciativa de Dios que tiende la mano al hombre y la tozudez de éste que se empeña en recorrer caminos que no son los de Dios. Y así como “por un hombre entró el pecado en el mundo (…), cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación” (Rm 5, 12-19). La Buena Noticia de Jesucristo es, pues, el hombre nuevo según Dios. Todos estamos llamados a “reproducir” en nosotros los rasgos de Cristo, acogiendo el derroche de Gracia que brota de su costado atravesado y experimentando la cercanía de Dios que en su Hijo ha abrazado a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. CICLOS A, B Y C Los tres ciclos nos ofrecen los relatos, en las versiones de los Sinópticos, de las tentaciones de Jesús en el desierto tras ser bautizados y justo antes de comenzar su misión. Jesús, movido por el Espíritu, vive un periodo de desierto antes de lanzarse a su misión (Mc 1, 12-15 y paralelos). Abandona sus seguridades superando la prueba de la tentación con la obediencia fiel a la palabra, renunciando a la búsqueda de seguridades, a las pruebas convincentes y rechazando el culto a otros dioses que no sean el Dios-Amor. Jesús va por delante de nosotros en su “cuaresma” fortaleciendo su espíritu, porque el momento está por llegar, la urgencia del Reino es proclamada con la insistencia de la conversión. Esta es la Buena Noticia, que Dios nos ama y nos propone un nuevo camino de plenitud: el dar la vida y darla toda. Así lo entendió Jesús cuando aceptó la cruz… sólo así surgirá el hombre nuevo, el hombre resucitado. Al inicio de la cuaresma, levanta la mirada y otea el horizonte… no pierdas de vista dónde terminan las pisadas del Maestro… no pierdas de vista la Pascua. 3. CONECTANDO CON LA VIDA Sabes bien que la historia de Israel es la reflexión del Pueblo sobre la realidad del hombre que, a pesar llevar en su corazón las huellas del creador ha preferido “montárselo” al margen de aquel de quien viene la vida. Es sugerente la imagen del “camino equivocado” del que aleja sus pasos de Dios “frustrando” su “sueño”. Parece estar claro, vivir al margen de Dios lleva al hombre a precipitarse en el vacío del sin-sentido… Pregúntate un momento… ¿Qué caminos equivocados estás recorriendo en tu historia personal? Tus pasos ¿se han alejado de Dios? Quizás en la respuesta sincera a estas preguntas encuentres algunas claves en las que empeñarte en esta cuaresma. Jesús te propone hoy caminos nuevos en tu vida. Pero, atento a los "atajos". Las tentaciones no son más que eso, atajos. Hay un camino por delante que lleva la impronta de la entrega de la propia vida... pero hay otros atajos que el "tentador" quiere apuntar: el atajo del éxito, del poder, de la huida fácil por la puerta de atrás. Como alguien dijo alguna vez, mejor una vida larga y tranquila de "león" que la precipitada vereda de "cordero de Dios". Piensa un momento en tus ATAJOS, en todo aquello que te lleva a vivir “lo fácil”, a lo que sale, sin demasiados esfuerzos… Algunas tentaciones para nuestros días: 1. PRIMERA TENTACIÓN: Andar demasiado “cogidos” con “nuestras cosas”, nuestros “rollos” cotidianos que, bien pensado, son poco importantes. Preocupaciones que nos roban demasiado tiempo y nos hacen gastar energías que bien podríamos emplear en cosas que realmente merezcan la pena. 2. SEGUNDA TENTACIÓN: la tentación de aparecer ante los demás como gente “superguay” que busca a menudo el "placet" de los demás y necesita ser "reconocido" por cuanto hace porque, de otra manera, le asalta una terrible frustración. 3. TERCERA TENTACIÓN: vivir pendiente de la vida de los demás, dispuestos en todo momento a "referir" (que no a criticar, por supuesto) cuanto nos fastidia de los demás porque en el fondo no acabamos de aceptarnos a nosotros mismos. De aquí a "rajar" por la espalda con manifiesta sangre fría y ningún escrúpulo no hay más que un paso. Lo peor es el consuelo... ¡es que todo el mundo lo hace! Pon una "cruz" en aquella tentación que se da también ti y frente a la que sucumbes alguna vez... Aunque pensándolo bien es mejor que además de la cruz pongas también una raya para que no se vuelva a dar nunca más tu vida. Si has llegado hasta aquí y te has puesto sin tapujos delante del espejo de tu realidad quizás veas ahora, con más claridad, la necesidad de hacer también "cuarenta pasos" en el desierto fuertemente unido a Jesús para superar la tentación de recorrer atajos y veredas que no te conducen a ningún sitio. ¿Por qué no intentas tomar un COMPROMISO pequeño-práctico que te pueda ayudar a dar pasos en tu camino de conversión en esta cuaresma? Es el momento de transformar en oración el camino recorrido, momento de dar gracias a Dios por todo aquello que he comprendido en mi vida y en/con su Palabra. Es el momento de pedir luz y fuerza para seguir con fidelidad el camino del seguimiento de Jesús con mayor radicalidad Primera Semana: Lunes 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Busca un lugar tranquilo, serena el corazón y haz un momento de oración: "Señor Dios, acompaña mi camino de este día, dame la luz necesaria para ver las huellas de tu presencia en mi historia, dame la fuerza necesaria para caminar en fidelidad y ayúdame a vivir con ojos limpios y corazón íntegro". 2. ATENTOS A LA PALABRA Lv 19, 1-2.11-18; Mt 25, 31-46. Lee con detención la Palabra de Dios de hoy. Hazlo sin prisas; no corras por el texto... Abre tus oídos y tu corazón y escucha la voz del Señor susurrada en tu vida "Sed santos... como yo soy santo". Dios te invita en este día a mirar lejos, más allá de nuestra medianía y nuestra mediocridad, más allá de la preocupación rutinaria de "tirar" como se pueda, más allá de nuestro aparente cansancio... ¡Sacude lejos de ti la tentación de "pasar" y seguir caminando en la superficie de las cosas! Deja que la brisa del Espíritu te despabile. No hace falta que te diga en qué consiste "ser santos". La santidad no es otra cosa que el esfuerzo cotidiano por vivir a pleno pulmón el Evangelio de Jesús. Eres tú quien tiene que descubrir por dónde caminar y recorrer las sendas preparadas para ti en este día... ¿Coges la onda? Cierra un momento los ojos y proyecta tu jornada poniéndole alas. Y por si fuera poco, el Evangelio nos plantea la única clave desde la que hacer realidad el proyecto de Jesús: la clave del "estoy contigo", "aquí me tienes, "cuenta conmigo", "no te preocupes" (Mt 25, 31-46). Una propuesta difícil ¿verdad? Pero es que el Evangelio no admite "rebajas"... Se trata de ver a Jesús en cada persona que camina a tu lado, en cada persona que te tiende su mano, en los más pequeños, en los más alejados, en aquellos que habitualmente no entran en tu mundo, en cada persona que necesita de tu sonrisa, de tu silencio, de tu esperanza, de tu empuje... "A mí me lo hicisteis...". Descéntrate de ti mismo y deja de girar en torno a tus preocupaciones. No esperes a las grandes ocasiones... Haz un poco de silencio en ti... no tengas prisa. 3. CONECTANDO CON LA VIDA Después de haber reflexionado la Palabra, escoge la expresión , la palabra clave que quieres que te acompañe durante toda la jornada: Piensa en gestos concretos que en este día pueden ayudarte en tu camino de conversión ¡Buena jornada! Primera Semana: Martes 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Haz un momento de oración, pon delante de Dios tu jornada y pide la luz y la fuerza del Espíritu para vivir con entusiasmo este día. "Señor, la buena tierra de mi vida está bien dispuesta, hazla fecunda con la frescura de tu Palabra y cuida con esmero mi corazón para poder crecer según tu proyecto, amén". 2. ATENTOS A LA PALABRA Is 55, 10-11; Mt 6, 7-15. Lee con detención el texto de Isaías que se nos propone. Prepara tu tierra como el campesino prepara su parcela esperando que la lluvia fecunde la semilla. Tú eres la tierra, deja al Espíritu hacer de campesino. La Palabra de Dios no quedará estéril si encuentra en ti bien roturado el corazón. También para ti, Dios habla en este día y te propone nuevos caminos. La oración, en silencio... "Rezad así..." Detente todo el tiempo que sea necesario en las sugerencias que vienen a continuación. Se trata de rezar a partir de las palabras de Jesús: · Padre, somos tus hijos. · Nuestro, hermanos de los hombres. · Que estás en el cielo, caminamos esperanzados. · Santificado sea tu nombre, en fidelidad y alabanza. · Venga a nosotros tu Reino, llamados y escogidos para seguir a Jesús. · Hágase tu voluntad, la escucha incondicional de tu Palabra. · Danos hoy nuestro pan de cada día, pobres y solidarios. · Perdona nuestras ofensas, construimos el Reino desde la sencillez y la responsabilidad. · Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, con corazón grande. · No nos dejes caer en la tentación, con las lámparas encendidas. · Líbranos del mal, en tus manos de Padre. 3. CONECTANDO CON LA VIDA La Palabra es lluvia fresca en tu vida que quiere hacer fructificar tu sequedad... La has acogido con el corazón abierto. Llega el tiempo de las opciones claras. ¿Has pensado por dónde caminar este día? Toma un compromiso pequeño (o grande) - práctico - concreto que pueda ayudarte a seguir caminando en radicalidad. Primera Semana: Martes 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Haz un momento de oración, pon delante de Dios tu jornada y pide la luz y la fuerza del Espíritu para vivir con entusiasmo este día. "Señor, la buena tierra de mi vida está bien dispuesta, hazla fecunda con la frescura de tu Palabra y cuida con esmero mi corazón para poder crecer según tu proyecto, amén". 2. ATENTOS A LA PALABRA Is 55, 10-11; Mt 6, 7-15. Lee con detención el texto de Isaías que se nos propone. Prepara tu tierra como el campesino prepara su parcela esperando que la lluvia fecunde la semilla. Tú eres la tierra, deja al Espíritu hacer de campesino. La Palabra de Dios no quedará estéril si encuentra en ti bien roturado el corazón. También para ti, Dios habla en este día y te propone nuevos caminos. La oración, en silencio... "Rezad así..." Detente todo el tiempo que sea necesario en las sugerencias que vienen a continuación. Se trata de rezar a partir de las palabras de Jesús: · Padre, somos tus hijos. · Nuestro, hermanos de los hombres. · Que estás en el cielo, caminamos esperanzados. · Santificado sea tu nombre, en fidelidad y alabanza. · Venga a nosotros tu Reino, llamados y escogidos para seguir a Jesús. · Hágase tu voluntad, la escucha incondicional de tu Palabra. · Danos hoy nuestro pan de cada día, pobres y solidarios. · Perdona nuestras ofensas, construimos el Reino desde la sencillez y la responsabilidad. · Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, con corazón grande. · No nos dejes caer en la tentación, con las lámparas encendidas. · Líbranos del mal, en tus manos de Padre. 3. CONECTANDO CON LA VIDA La Palabra es lluvia fresca en tu vida que quiere hacer fructificar tu sequedad... La has acogido con el corazón abierto. Llega el tiempo de las opciones claras. ¿Has pensado por dónde caminar este día? Toma un compromiso pequeño (o grande) - práctico - concreto que pueda ayudarte a seguir caminando en radicalidad. Primera Semana: Miércoles 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Antes de orar, párate un momento y busca serenarte del ajetreo y las prisas. Cierra los ojos y repite despacio: "nada te turbe, sólo Dios basta". Proclama con calma las palabras del salmo y dispón tu corazón al encuentro con la Palabra: "Tú me sondeas y me conoces; sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingue mi caminar y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. Aún no está la palabra en mi lengua y ya, Señor, la conoces por entero; me estrechas por detrás y por delante, me cubres con tu mano. Todo este saber me desborda, es tan sublime que no puedo abarcarlo. ¿A dónde iré yo lejos de tu aliento, a dónde huiré de tu mirada?" (Ps 138). 2. ATENTOS A LA PALABRA Jon 3, 1-10; Lc 11, 29-32. Los habitantes de Nínive, la gran ciudad, se habían alejado del Señor rompiendo su alianza con él. El profeta Jonás alza, poderosa, su voz en nombre de Dios invitando a la conversión... ¿conversión? Si, transformación del corazón, enderezar los propios pasos cuando hemos perdido el sendero, volver al Señor cuando le hemos dado la espalda, cambiar de vida si hemos equivocado la estrategia... En definitiva, vivir con más autenticidad nuestro seguimiento de Jesús... ¿Y tú? ¿Qué caminos tienes que ende-rezar? ¿En qué tienes que cambiar? Trata de pensar que "trono" y qué "manto" tienes que dejar... con qué "sayal" debes vestirte en estos días. Intenta ser muy concreto. Lee con detención el Evangelio de hoy. Vuelve a surgir la temática del profeta Jonás y la conversión de la ciudad de Nínive. Jesús compara a su generación también hoy podemos hacerlo con la nuestra, con nosotros- a la del tiempo de Jonás. Jonás fue un signo para los ninivitas... Muchos contemporáneos de Jesús no reconocieron a Jesús como "signo" de parte de Dios. Párate un momento y pregúntate si Jesús es para ti el "gran signo" que sostiene y alienta tu vida. Quizás descubre que, en ocasiones, te pasa desapercibida su presencia o que su propuesta no acaba de calar en tu vida. Quizás Jesús no acaba de ser auténticamente "significativo" para ti. Puede que andes un poco "despistado" buscando "otros signos" ¿No será que hay que abrir algo más los ojos y disponer mejor el corazón para el encuentro cotidiano con el Maestro? 3. CONECTANDO CON LA VIDA ¿Por qué no pruebas a descubrir a Jesús en los rostros de personas con las que te vas a encontrar hoy? Aquellos que te necesitan, que reclaman de ti una mano, aquellos que te pasan desapercibidos cada día, los que te acogen con una sonrisa y aquellos con los que quizás no simpatices tanto... Intenta retener alguna expresión de la Escritura que puedas recordar durante el día y te resulte particularmente iluminadora. ¿Por qué no pruebas a celebrar hoy la Eucaristía? ¿Miércoles...? ¡Claro! Basta con que encuentres el hueco en la jornada y prepares tu corazón para el encuentro con los hermanos y con Jesús. ¿Has caído en la cuenta de que también tú puedes ser un "signo" para los demás de parte de Dios? Trata de concretar algún pequeño compromiso para el día de hoy. Primera Semana: Jueves 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Haz un poco de silencio en ti..., no tengas prisa. Dios no está en las prisas, ni el huracán, ni en el terremoto, ni el fuego... tan sólo en la brisa suave "Padre bueno, envíame tu Santo Espíritu, ilumina mi corazón y abre mis oídos para que, atento a tu Palabra pueda hacer realidad tu proyecto sobre mi: seguir más de cerca a tu Hijo Jesús que vive y reina contigo y con el Espíritu, amén". 2. ATENTOS A LA PALABRA Est 14, 1.3-5.12-14; Mt 7, 7-12 La reina Ester eleva su oración al Señor en momentos de dificultad: "Líbranos de tu mano y a mí, que no tengo otro auxilio, protégeme tú, Señor...". Es la expresión de confianza de quien se apoya sólo en Dios. Pregúntate ¿cómo ando yo de confianza en el Señor? ¿Es mi fuerza en toda ocasión? ¿Acudo al Señor con frecuencia? Puedes rezar con el Salmo responsorial de hoy: · Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor. · Te doy gracias de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti. Me postraré hacia tu santuario. · Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor de mi alma. · Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. Lee con atención el evangelio y acoge con corazón bien dispuesto la invitación de Jesús a orar sin descanso: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá...". De nuevo, una llamada a cultivar la confianza en el Padre, que siempre dará cosas buenas a aquellos que se lo pidan. Pero no te olvides "A Dios rogando y con el mazo dando", dice el refrán castellano... ¿Te has dado cuenta cómo acaba el texto de hoy? "Tratad a los demás como queráis que ellos os traten" ¿Te había pasado desapercibido? Porque quien dice que confía en Dios y no se preocupa por su hermano es un mentiroso... Quizá puedas proponerte "agrandar" tu corazón para que se parezca más al de tu Padre. 3. CONECTANDO CON LA VIDA Piensa un poco en la situación que estas viviendo y en las dificultades que viven los que están a tu lado. Cierra un momento los ojos y "ora a tu Padre que está en lo secreto" por todas las personas y situaciones que necesiten de tu intercesión. Puede que haya alguna persona que esté esperando algo de ti... ¿Una respuesta? ¿Un cambio de actitud? ¿Una palabra de reconciliación? ¿Un detalle? ¿Por qué no das el paso? Hoy quisiera... Primera Semana: Viernes 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Busca la serenidad necesaria y reza así: "Concédeme, Señor, oídos atentos para escuchar tu palabra, docilidad para dejarme transformar por ella y valentía para hacer concreta tu propuesta en mi vida. AMÉN". 2. ATENTOS A LA PALABRA Ez 18, 21-28; Mt 5, 20-26. El viernes es un día con tonalidad "penitencial" para la comunidad cristiana. Así, la Palabra que se ha escogido para hoy gira en torno a la idea de la conversión y la transformación del corazón. ¡Bonito texto del profeta Ezequiel! No tengas prisa al leer y esfuérzate por gustar las palabras que Dios pone en boca de su enviado: "Si el malvado se convierte de la maldad que hizo, ciertamente vivirá". No se trata de que te des golpes de pecho, no, pero sería bueno que fueras capaz de caer en la cuenta de que no todo en tu vida cotidiana es como debiera. ¿Hay actitudes de las que arrepentirte? ¿Situaciones que cambiar? Vale la pena que, sin estridencias, seas exigente contigo mismo para no "perdonarte la vida" constantemente. Hoy puede ser un buen momento para afrontar con decisión el cambio necesario. Palabras exigentes de parte de Jesús en el día de hoy. Puede que pienses que es el "más difícil todavía", pero es que hay una carga de radicalidad en el evangelio que no podemos "obviar" saltándonos aprisa las páginas. "Si cuando vas a poner la ofrenda en el altar te das cuenta de que tienes algo contra tu hermano...". ¿Cómo son las relaciones con las personas que están a tu lado? ¿Tu familia? ¿Tus compañeros? ¿Tus amigos? ¿Aquellos que no te quieren tan bien? La Palabra te ofrece una buena oportunidad para dar un "salto de cualidad" en tus relaciones con las personas, particularmente en aquellas que no van del todo bien. 3. CONECTANDO CON LA VIDA Quizá deba dar algunos pasos decididos en algunos aspectos de mi vida Hoy tengo que pensar más en estas personas... Primera Semana: Sábado 1. DISPONIENDO EL CORAZÓN Un nuevo día... pon tu jornada en manos del Padre, invoca el don del Espíritu para que guíe con acierto tus pasos. Párate y busca la serenidad adecuada para acoger la Palabra que hoy se te regala. 2. ATENTOS A LA PALABRA Dt 26, 16-19; Mt 5, 43-48. ¡Tiene tela la Palabra de hoy! Párate con atención en el texto del Deuteronomio. Cierra los ojos y repite varias veces: "Hoy me he comprometido con el Señor, mi Dios, a ir por sus caminos y a escuchar su voz". ¿Cuáles son los caminos de Dios para ti en la jornada que tienes por delante? Toda la semana la Palabra nos ha insistido en la fuerza del amor, la única clave justa para acoger el Reino que viene. Amar a las personas que nos caen bien, que nos quieren, que son nuestros amigos... no deja de ser fácil. La lógica del evangelio va mucho más allá. Sólo un corazón universal que no vive "estrechamente", que disculpa siempre, que acepta siempre, que va siempre al encuentro del otro, es llamado por Jesús Hijo de Dios. Pero... lee con atención el texto del evangelio ¿Te has preguntado si "evangélicamente" también tú eres un "pagano"? 3. CONECTANDO CON LA VIDA Apunta alto... "Sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto". Trata de revisar esta primera semana de "andadura" cuaresmal.