Tema-11.-La-crisis-del-Antiguo-Régimen

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Tema 11: La crisis del Antiguo Régimen
1.- La alternativa al Antiguo Régimen: el liberalismo
A la muerte de Carlos III, en 1788, se había puesto de manifiesto la incapacidad del
Despotismo Ilustrado para superar las contradicciones del A.R.:
El problema económico, tradicional en la hacienda española (en el que los gastos del
Estado eran superiores a los ingresos, y las clases no privilegiadas no tenían más
capacidad de tributación) sólo tenía solución si las clases privilegiadas pagaban
impuestos, lo que suponía romper con sus privilegios.
Pero, además, en el siglo XIX, el problema político va a tener cada vez mayor
importancia: la naciente burguesía es muy crítica con el sistema, pues su cada vez
mayor capacidad económica no se corresponde con nula capacidad política.
Así, durante los reinados de Carlos IV (1788-1808) y Fernando VII (1808-1833) se va
a producir la lucha entre una sociedad que se niega a transformarse, la del A.R., y otra
que intenta nacer de la mano de soluciones liberales, el llamado Nuevo Régimen. El
liberalismo será la corriente de pensamiento que se convierte en alternativa al A.R.:

En lo político: la soberanía emana del pueblo, que con su voto, delega en las
cortes esa soberanía para que lo represente. El rey, no es fuente de ley, sino que
debe cumplir la ley, y sobre todo la ley fundamental del país, la constitución. La
división de poderes es necesaria para evitar que se imponga la tiranía: el poder
ejecutivo corresponde al rey, en un régimen monárquico, quien lo ejerce a través
de su gobierno; el legislativo, corresponde a las cortes, que tiene la soberanía
nacional; el judicial, corresponde a jueces de carrera e independientes de los
anteriores poderes.

En lo social: el liberalismo implica la supresión de estamentos y la aparición de
una sociedad de clases donde todos son iguales ante la ley y los impuestos;
además el acceso a las clases sociales no será por nacimiento sino por el poder
económico o los méritos personales

En lo económico: los principios liberales se basan en una actividad económica
libre, sin más limitación que lo que impone el mercado por el libre juego de
oferta y demanda; abolición de monopolios, al atentar contra la libertad del
mercado; libertad de producción, horarios y salarios, lo que implica la
desaparición de los gremios. En suma, capitalismo es la base económica del
liberalismo: quien posee el capital (dinero y, por tanto, medios de producción)
debe dirigir la producción.
2.- El reinado de Carlos IV (1788-1808):
a) La España heredada:
Carlos IV, casado con MªLuisa de Parma, heredó un país con las estructuras e
instituciones del A.R.: señoríos, Inquisición, sociedad estamental y muy desigual en sus
condiciones de vida. Al comenzar el reinado mantendrá a los ministros ilustrados que
trabajaron con su padre (Floridablanca, Aranda, Jovellanos) en la idea de seguir
avanzando en las reformas. De las primeras tareas del rey será el de convocar cortes
para que juraran fidelidad al príncipe de Asturias (título del heredero al trono), el futuro
Fernando VII. En aquellas sesiones se derogaba la Ley Sálica (ley francesa, traída por
Felipe V, que impedía reinar a las mujeres) y se aprobaba la Pragmática Sanción (que
sí permitía el reinado), aunque no llegaba a publicarse en el Diario Oficial del Reino
(quizás por no enemistarse con otros reyes borbones europeos debido a la antigüedad de
la ley). Esta omisión sería un detonante de las guerras carlistas a la muerte de Fernando
VII.
Las noticias llegadas a España de la Revolución Francesa en 1789, provocaron el
pánico en el gobierno. Floridablanca recomendó al rey disolver las cortes temiendo
que se produjeran acontecimientos semejantes a los de Francia. Al instante, se
decretaron medidas para evitar el contagio revolucionario: impedir la entrada de
propaganda revolucionaria, máximo control en las fronteras, incremento de la censura,
cierre de periódicos.
b) La política de Godoy:
Manuel Godoy era un guardia de corps, con gran influencia sobre la reina, que con sus
intrigas consiguió en febrero de 1792 la caída de Floridablanca, y nueve meses después
de Aranda, convirtiéndose en primer ministro, lo que produjo gran recelo en la corte y la
aristocracia.
La primera aventura militar de Godoy fue declarar la guerra a la Francia revolucionaria
para evitar la muerte de Luis XVI, la denominada Guerra de los Pirineos. Se atravesó
el Pirineo y se llegó a ocupar el Rosellón por el general Ricardos. Pero la contraofensiva
francesa, a partir de 1794, infringió sucesivas derrotas al ejército español y los franceses
ocuparon Guipúzcoa, Álava y Pamplona. España pedía ahora la Paz, firmándose en
julio de 1795 la Paz de Basilea por la que España entregaba a Francia la isla de Santo
Domingo y Godoy, responsable del desastre, obtenía el título de Príncipe de la Paz.
Aceptada la Revolución Francesa y la desaparición de la monarquía borbónica allí, en
1796 Godoy se aliaba con Francia firmando el Primer Tratado de San Ildefonso
como forma de enfrentarse a Inglaterra, que seguía siendo el gran rival en América. Este
tratado le llevaba a un enfrentamiento con Inglaterra y una derrota junto al cabo de San
Vicente en 1797. Al firmarse la paz España perdía ahora la isla de Trinidad.
En 1800 Napoleón prácticamente imponía a Godoy la firma del Segundo Tratado de
San Ildefonso. El objetivo de Napoleón era bloquear por vía continental a Inglaterra,
para lo que necesitaba contar con el apoyo español ante la negativa de Portugal, aliada
de Inglaterra. Este tratado conducirá a España a dos guerras:
 Guerra con Portugal (o de las Naranjas): España se anexionaba la plaza de
Olivenza, en la provincia de Badajoz. Tras la Paz de Amiens (1801) recuperaba
la isla de Menorca en poder inglés.
 Guerra contra Inglaterra: mucho más trascendente, que llevó a la gravísima
derrota de la armada francoespañola junto al cabo de Trafalgar en octubre de
1805. La derrota significaba la pérdida de la potencia marítima que España
había recuperado en el siglo XVIII; la muerte de nuestros mejores marinos
(Churruca, Gravina, Alcalá Galiano); interrupción del comercio con América
y las colonias españolas tuvieron que autodefenderse, empezando a tomar
conciencia de su capacidad para la emancipación. Inglaterra se consolidaba
como la potencia marítima indiscutible del siglo XIX.
Las derrotas sucesivas por la política de Godoy, crearon un ambiente de hostilidad
general hacia él, tanto de la aristocracia como de las clases populares. Así, en la corte se
fue creando un núcleo opositor al primer ministro liderado por el propio heredero al
trono, Fernando. Los reyes se enteraron de las intrigas de su hijo y, al registrar su
cuarto, descubrieron documentos de los implicados en una conjura hacia Godoy y hacia
el propio Carlos IV. La llamada “Conjura de El Escorial “ mostró al príncipe
Fernando culpando a sus cómplices y mendigando el perdón de sus padres (nov. 1807).
En octubre de 1807 se firmaba con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, donde se
estipulaba el paso de las tropas francesas por España para invadir Portugal, que se
seguía negando al bloqueo de Inglaterra. A cambio Godoy recibiría un tercio del
territorio portugués, los Algarves, con el título de rey. A comienzos de 1808 las tropas
francesas entraban por Cataluña, ocupan do las principales ciudades. Godoy comprende
las intenciones de Napoleón de ocupar el país y se decide el traslado de la familia real
hacia Sevilla para luego embarcarla hacia América. La primera etapa del viaje termina
en Aranjuez. Aquí se produce el denominado Motín de Aranjuez. El pueblo hace
responsable a Godoy de la ocupación francesa al firmar el tratado de Fontainebleau; la
nobleza, dirigida por el príncipe Fernando, le acusa de preparar la huída de los reyes
hacia América. El palacio de Aranjuez es asaltado, Godoy detenido y depuesto y
Carlos IV obligado a abdicar en su hijo Fernando, ahora el rey Fernando VII
(marzo de 1808).
Fernando VII entra en Madrid como rey, aunque la ciudad está tomada por las tropas
francesas, y desde allí intenta ganarse el apoyo de Napoleón; Carlos IV, por su parte,
intenta hacer lo mismo. Por lo que el 20 de abril de 1808 Napoleón convoca a ambos
en Bayona. En Bayona Napoleón los convence de que la solución pasa por un cambio
dinástico en España y, con la intervención francesa, sacar a España de sus problemas. A
Carlos IV se le devuelve la corona argumentando que su abdicación ha sido forzada, y
éste a su vez abdica en Napoleón, quien lo hace en su hermano José Bonaparte. Estas
abdicaciones de Bayona habían cambiado la dinastía reinante sin vulnerar la legalidad.
Mientras tanto, el pueblo, alarmado por la marcha a Francia de la familia real, se
sublevó contra los franceses. Había comenzado la Guerra de la Independencia.
José I Bonaparte, para dar una apariencia de distanciamiento del Antiguo Régimen,
hacía publicar en julio de 1808 el llamado Estatuto de Bayona. Un texto que nunca se
aplicó por causa de la guerra y que recogía algunos derechos fundamentales (libertad
de industria, comercio e imprenta) aunque mantenía la mayor parte de los privilegios
estamentales y el rey tenía reservada la práctica totalidad de poderes.
3) La Guerra de la Independencia
a) Los comienzos del conflicto:
La marcha hacia Bayona de la familia real dejó un vacío de poder, además del ejército
francés ocupando Madrid. La noticia de las abdicaciones de Bayona hizo que la
mayoría de la población se opusiera a la ocupación del ejército francés, aunque los
funcionarios y los altos cargos del Estado colaboraron con las tropas francesas. También
un grupo reducido, los denominados afrancesados, apoyaron a José I. Estos eran
personas de clases altas, partidarias de las ideas ilustradas, que veían en el cambio de
dinastía la oportunidad de emprender las reformas que el país necesitaba para solucionar
sus problemas. Este grupo, considerado traidor por el pueblo, tendrá que exiliarse al
finalizar la guerra.
El 2 de mayo de 1808, se produce en Madrid el primer levantamiento contra los
franceses. El pueblo llano y parte del ejército (Parque de Artillería de Monteleón) se
levantaron contra los franceses. Las tropas de Murat reprimieron duramente el
levantamiento, fusilando a los que capturaron (capitanes Daoiz y Velarde y el teniente
Ruiz).
El vacío de gobierno lleva a que los ciudadanos se organicen en Juntas Supremas de
Defensa a tres niveles: ciudadanas (en las poblaciones), provinciales (en las capitales
de provincia) y, posteriormente, una Junta Central desde donde dirigir la lucha contra
los invasores, primero en Madrid y desde 1810 en Cádiz.
b) Desarrollo de la guerra:
* En una primera fase, hubo éxitos de los españoles. Los franceses se dedicaron a
sofocar los alzamientos urbanos. En junio de 1808 comenzaba el sitio de Zaragoza,
ciudad fundamental para el control del valle del Ebro. Bajo el mando del general
Palafox, la ciudad resistió heroicamente. Igualmente la ciudad de Gerona, a las órdenes
del general Álvarez de Castro. Parte del ejército francés se dirige al sur y el 19 de julio
es derrotado en Bailén por un ejército a las órdenes del general Castaños. Era la
primera derrota del ejército francés en Europa, y tuvo una notable repercusión:
-
Las tropas francesas se replegaban hasta el valle del Ebro y José I
abandonaba Madrid y marchaba a un lugar más seguro, Vitoria.
Napoleón decide dirigir él mismo a España la “Grande Armee”, un poderoso
ejército de 250.000 hombres, tras haber subestimado la resistencia española.
Inglaterra decide intervenir en ayuda de España, derrotando en Lisboa a las
tropas del general Junot.
* Una segunda fase es de dominio francés. La Grande Armee entraba por el País
Vasco y en diciembre de 1808 ya estaba en Madrid sin apenas dificultades. De ahí se
dirigirá hacia el Noroeste (León, Galicia, Asturias) donde estaban la tropas inglesas al
mando del general Moore; los ingleses tienen que embarcar en la Coruña ante el
ejército francés (diciembre de 1808). Zaragoza sufre el segundo asedio y tiene que
capitular (febrero de 1809), como también lo hará Gerona. En 1812 casi toda la
península está ocupada. Pero desde 1809 hace su aparición la guerra de guerrillas.
Significa la guerra total contra los franceses; ante el enemigo todo está permitido, como
único modo de enfrentarse a un ejército casi invencible en la guerra convencional. Son
acciones secretas de pequeños grupos de población que aprovechan el conocimiento del
terreno y la sorpresa para causar el mayor daño al enemigo (asesinatos,
envenenamientos, sabotajes).
* Tercera fase: derrota del invasor. En la primavera de 1812, Napoleón retiraba una
parte importante de sus tropas de España para dirigirlas a Rusia, cuya invasión estaba
preparando. Esto lo aprovecha Inglaterra, al mando del general Wellington, para
intervenir de nuevo junto al ejército español; y en julio de 1812 obtienen una importante
victoria cerca de Salamanca, Arapiles. Las malas noticias del ejército francés en
Rusia, que está pereciendo por el frío, lleva a los franceses a replegarse de Andalucía
hacia el centro y a continuación comienza la retirada hacia el norte. José I abandona
Madrid acompañando la retirada. Nueva derrota francesa en Vitoria (junio de 1813) y
al mes siguiente en San Marcial (Irún). En octubre el ejército angloespañol pasa la
frontera llegando hasta Toulouse, lo que lleva a Napoleón a firmar con Fernando VII
el Tratado de Valencay (diciembre de 1813), por el que lo libera y le devuelve la
corona.
C) Consecuencias del conflicto:
1. Por primera vez la estructura política del A.R. se derrumbaba durante los años
de la guerra. Se crea un vacío de poder ocupado por el pueblo.
2. Es la primera vez que la soberanía popular, aunque representada por clases
pudientes, estaba presente en unas cortes, las de Cádiz.
3. La guerra crea, por primera vez, un sentimiento nacionalista sin distinción de
regiones.
4. La guerra arruinó la obra reformista desarrollada durante el siglo XVIII:
campos devastados, incipiente industria destruida, parálisis del comercio,
destrucciones urbanas.
5. Pérdidas demográficas: muy importantes para una población de apenas 12
millones de habitantes. Murieron unas 500.000 personas.
6. Inicio de la independencia de las colonias americanas: aprovechando el vacío de
poder creado por la guerra.
4) Las cortes de Cádiz:
A partir de septiembre de 1810, la Junta Suprema Central, establecida en Cádiz, iniciaba
sus sesiones de cortes. Esta Junta tenía una variada composición: desde aristócratas e
ilustrados, con importantes responsabilidades en el gobierno de Carlos IV (Jovellanos,
Floridablanca), a liberarles, representantes del clero y nobleza partidarios de reformas
en el sistema aunque contrarios al liberalismo. Las sesiones comenzaron aprobando una
serie de leyes que significaban una auténtica ruptura con el A.R.:
1.- Las cortes se declaran depositarias de la soberanía nacional y, por tanto, no se
reconocen las abdicaciones de Bayona, al no haber contado con el consentimiento de
la nación española.
2.- Se estipula una división de poderes: ejecutivo, que es entregado por la Junta
Central a un Consejo de Regencia, hasta que finalizase la guerra y volviese Fernando
VII; legislativo, en manos de las cortes, y judicial, que progresivamente lo irían
asumiendo jueces de carrera del Estado, en detrimento de los estamentos privilegiados.
3.- Eliminación de los mayorazgos: toda la tierra era declarada como propiedad libre,
pudiéndose incorporar al mercado, comprarse y venderse. Así, estarían todas sujetas al
pago de tributos y, con más seguridad, se invertiría en ellas para mejorar su
productividad.
4.- Desamortización de tierras: tanto de la Iglesia, como de los ayuntamientos, o
bienes de propios. Con la venta de estas tierras, el Estado obtendría ingresos para
mejorar la situación de la Hacienda pública y reconstruir el país al finalizar la guerra.
5.- Abolición de los gremios: por esta ley no tenían validez alguna los reglamentos
gremiales. Se establecía por ley la libertad de producción, venta y contratación.
Para garantizar la permanencia de estas leyes, éstas quedaron plasmadas en una
constitución, aprobada el 19 de marzo de 1812 (día de San José, “viva la Pepa”). Esta
constitución, además, recogía otros principios que pretendían cambiar la sociedad
del Antiguo Régimen:
1. Régimen monárquico constitucional
2. Confesionalidad católica del Estado: lo que era incompatible con el liberalismo.
3. Abolición de la Inquisición
4. Sufragio censitario
5. Igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y ante los impuestos
6. Relación de derechos y libertades: derecho a la propiedad, libertad de prensa
7. Abolición de los derechos feudales (señoríos jurisdiccionales…)
8. Primera división provincial, muy semejante a la actual. Provincias gobernadas
por las diputaciones provinciales.
La Constitución de 1812 significa en nuestra historia contemporánea:
 El principio del fin del Antiguo Régimen en España; por tanto, el símbolo del
liberalismo hasta la muerte de Fernando VII (en 1833), y la base de una futura
sociedad liberal y burguesa.
 El comienzo del constitucionalismo español, a lo largo de todo el siglo XIX y XX,
hasta nuestra constitución actual de 1978.
 Un cambio incomprendido y no apoyado por gran parte de la población: los
antiguos estamentos privilegiados, nobleza y clero, en gran parte se opondrán a ella
al ver desaparecer sus privilegios; el pueblo llano, en su mayor parte analfabeto, no
comprenderán gran parte de los cambios.
5.- El reinado de Fernando VII (1814-1833)
a) La restauración absolutista: 1814-1820
La vuelta de Fernando VII:
Tras firmar el tratado de Valencay (diciembre de 1813), Fernando VII volvía a España.
Al llegar encontró muchos apoyos (el pueblo lo aclamará como “el Deseado”) para que
gobernara como rey absolutista. Destacó el general Elío, que puso al ejército que
mandaba a disposición del rey, así como 69 diputados de las Cortes de Cádiz que le
entregaron el llamado “Manifiesto de los persas”, donde demandaban del rey la
reinstauración del absolutismo. En estas condiciones el rey, por un decreto de mayo de
1814, declaraba nula la Constitución de 1812 y los decretos de las Cortes. Además,
se reinstauraban todas las instituciones del A.R., incluida la Inquisición, los privilegios
nobiliarios y se devolvían a la Iglesia las tierras desamortizadas.
La política fernandina: represión y pronunciamientos:
De 1814 a 1820 la política absolutista del rey se caracterizó por la represión que se llevó
a cabo contra los grupos liberales y los afrancesados. Estos, en parte, marcharon al
exilio (primer gran exilio político de España) o pasaron a la clandestinidad llevando a
cabo conspiraciones con el apoyo de algún sector del ejército. Nacía la vía del
pronunciamiento militar, es decir, una acción de unos pocos altos cargos del ejército con
el fin de cambiar el rumbo político de España. En estos años los pronunciamientos
fueron numerosos: Espoz y Mina (en Pamplona, que fracasó y se refugió en Francia);
Díaz Porlier (fracasó y fue colgado en La Coruña); Generales Lacy y Milans del Bosch
(en Barcelona; Lacy será ejecutado en 1817).
Intentos de reconstruir el país tras la guerra:
El país, devastado por la guerra, necesitaba de una evidente reconstrucción, necesitaba
recursos. Pero una vez más el régimen absolutista se encontrará con la contradicción de
que la mayoría de la población rica, la nobleza, se negaba a pagar impuestos ante el
intento de reforma del Ministro de Hacienda, Martín Garay. Ante unas clases
populares arruinadas por la guerra, sin capacidad para pagar impuestos, la burguesía no
estará dispuesta a soportar las mayores cargas del Estado. Y este es un motivo muy
importante tras el cual se esconden los intentos de pronunciamiento apoyados por la
burguesía.
b) El Trienio Liberal (1820-1823)
El 1 de enero de 1820 el Teniente Coronel Rafael del Riego se sublevó en Cabezas de
San Juan (Cádiz) con un destacamento militar destinado hacia América para sofocar el
movimiento independentista colonial. Tras el triunfo de la sublevación, una Junta
Provisional de Gobierno tomó como estas medidas:
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La reimplantación de la Constitución de 1812 y las libertades allí recogidas
(expresión, reunión, asociación), libertades que permitieron la aparición de las
sociedades patrióticas (grupos liberales que discutían en lugares públicos sobre los
principios del liberalismo y los problemas del país. Será el precedente de los
partidos políticos).
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Formación de la Milicia Nacional: integrada, en cada localidad, por ciudadanos con
la función de defender el orden constitucional y los principios del liberalismo.
El gobierno lo integraban liberales que habían participado en las Cortes de Cádiz,
pero donde había dos posiciones ideológicas: los moderados o doceañistas,
partidarios de pactar con el rey e implicarlo en las reformas que España necesitaba
(Martínez de la Rosa, Argüelles, Conde de Toreno), y los exaltados o
veinteañistas, que aspiraban a modificar la Constitución de 1812 en un sentido más
progresista.
La ideología moderada se impuso y trató de implicar al rey y la nobleza en el
nuevo régimen garantizándole a aquella el respeto a sus propiedades. Frente a la
Iglesia se tomaron medidas para someterla: expulsión de los jesuitas,
desamortización de tierras de buen número de conventos y monasterios y
sometimiento del clero a las mismas leyes que el resto de los españoles.
Esta política moderada provocaría el descontento de los extremos, tanto de los
absolutistas (partidarios del A.R.) por ser demasiado revolucionaria, como de los
exaltados.
Las consecuencias de este trienio liberal fueron las siguientes:
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A nivel social negativas: las tierras desamortizadas irán a manos de nobles y
burgueses, que les aplicaron criterios de explotación liberales y capitalistas y los
campesinos que las trabajaban fueron muy perjudicados en sus condiciones de
vida (salarios arbitrarios, jornadas de trabajo superiores, etc.).
A nivel fiscal a los campesinos se les redujo el diezmo a la mitad, pero se
estableció además un impuesto fijo y en metálico que era difícil de pagar con
malas cosechas, como en 1822. Esto llevará a buena parte del campesinado a
rebelarse contra los principios del liberalismo.
A nivel político se produjo la escisión definitiva entre liberales exaltados (que
en el futuro político de España formarán la ideología de izquierdas) y
moderados (la ideología de derechas). Además la oligarquía absolutista, se
organizará formando los grupos llamados realistas que alentarán distintos
intentos de pronunciamiento contra el gobierno liberal
Así, en julio de 1822 se subleva contra el gobierno la Guardia Real en el
Palacio de El Pardo, que es sofocada por la Milicia Nacional; en Agosto de 1822
se produce la llamada Regencia de Urgel (en la Seo de Urgel, Lérida, se
proclama a Fernando VII en plenitud de sus derechos, liberándolo de la
Constitución de 1812. Allí se intenta formar un gobierno que intenta rivalizar
con el liberal; desde allí, se pedirá ayuda a las potencias de Europa que en el
Congreso de Viena, tras derrotar a Napoleón en 1815, acordaron un pacto, la
Santa Alianza, para ayudar al país que tuviera problemas para mantener el
sistema absolutista.
En enero de 1823 la Francia de Luis XVIII envía un ejército a España, los
“Cien mil hijos de San Luis”, que acaba con el gobierno liberal y se vuelve a
colocar a Fernando VII como soberano absoluto. Se iniciaba la década
absolutista u ominosa.
c) La Década Ominosa: 1823-1833
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La nueva represión: recuperado el poder, Fernando VII inició una durísima
represión que cayó sobre los políticos, funcionarios y oficiales del ejército que
habían colaborado con el gobierno del Trienio. Miles de españoles volvieron a
exiliarse a Inglaterra para, desde allí, conspirar contra el régimen de Fernando VII
esperando su oportunidad. Se restableció la censura y se cerraron los periódicos
liberales. La Iglesia recuperaba sus propiedades e influencia.
No obstante, la experiencia del Trienio llevó al gobierno absolutista a introducir
reformas en la idea de irse ganando a los antiguos ilustrados e incluso al
liberalismo moderado. En 1823 se creaba el Consejo de Ministros como órgano de
consulta del monarca; el ministro López Ballesteros intentaba reorganizar la
Hacienda estableciendo el presupuesto anual del Estado. Se intenta potenciar la
industria nacional con una política proteccionista (se elevan los aranceles de las
importaciones), se inicia la primera siderúrgica en Marbella, se mecaniza la textil
en Cataluña, se abre la bolsa de Madrid y el banco estatal de San Fernando
(sustitución del de San Carlos).
Mientras tanto, a nivel político, los liberales exaltados preparan levantamientos que
terminan fracasando y sus líderes fusilados, especialmente a partir de 1830 que una
ola revolucionaria sacude a Europa (como el levantamiento del general Torrijos).
Pero en el otro extremo, los realistas puros o ultras, el sector más reaccionario del
absolutismo, desconfía del rey acusándolo de transigir con los liberales y se
identifica cada vez más con el hermano del rey, Carlos María Isidro, supuesto
heredero de la corona, pues F.VII no tiene descendencia. Estos grupos, los que
pronto se les llamará carlistas, crearán un grupo armado, los voluntarios realistas,
en buena medida campesinos, dispuestos a luchar contra cualquier manifestación del
liberalismo, protagonizarán levantamientos en Cataluña, Navarra o Castilla.
En 1830, la cuarta esposa de F.VII, su sobrina Mª Cristina de Borbón, da a luz a la
princesa Isabel (sus anteriores esposas fueron Mª Antonia de Nápoles-1806-, Isabel
de Braganza -1818-, y Josefa Amalia de Sajonia -1819-). Antes de nacer el rey había
hecho publicar la Pragmática Sanción, ley que restablecía la sucesión al trono de
las mujeres y que anulaba la Ley Sálica implantada por Felipe V. Los carlistas veían
a su candidato fuera del trono. El gobierno, presidido por Cea Bermúdez, busca el
apoyo del liberalismo moderado, frente al carlismo, y autoriza el retorno de los
exiliados.
En septiembre de 1833 muere Fernando VII. Su esposa se convierte en Regente
de su hija Isabel, pero también reclama para sí el trono el hermano del rey Carlos
María Isidro, apoyado por los carlistas que llevan meses preparando el
levantamiento. Iba a empezar la primera guerra civil de la época contemporánea, la
Primera Guerra Carlista.
El Proceso de independencia de Iberoamérica
Causas de la independencia:
1.- Las carencias administrativas: las dificultades de España para mantener una gestión
eficaz sobre un espacio tan amplio y cuya población generaba una problemática superior
a la capacidad de respuesta de la metrópoli.
2.- Evolución internacional: a nivel internacional, España había perdido la posición
hegemónica que desempeñaba desde el siglo XVI., ante el desarrollo de otras grandes
potencias europeas como Francia e Inglaterra. Además, el ejemplo independentista de
Estados Unidos sobre Inglaterra, también con una guerra con la metrópoli para
conseguir la independencia, animó a las clases dirigentes a seguir el mismo camino.
3.- Las contradicciones económicas del sistema: durante el siglo XVIII, España era
incapaz de satisfacer las necesidades del mercado americano que se reservaba por ley.
España ni podía absorber sus exportaciones ni cubrir sus demandas de importación. Esta
deficiencia se agravó sobre todo tras la derrota de la escuadra española frente al cabo de
San Vicente (febrero de 1797), acentuándose el aislamiento después de octubre de
1805 con el definitivo revés de Trafalgar.
4.- La rivalidad entre peninsulares y criollos: para acceder a cualquier cargo era
necesario tener la nacionalidad castellana; peninsulares y criollos la tenían y eran
iguales ante la ley. Si bien predominan los nombramientos de peninsulares para
desempeñar los puestos más relevantes, despertando la lógica rivalidad entre ellos.
5.- La crisis política de la metrópoli: tras el hundimiento del Estado borbónico por la
invasión francesa. Desde mayo de 1808, la desarticulación de la administración
española originó en la América hispana un vacío de poder cuya superación permitió el
nacimiento de las instituciones que, en muchos casos, acabarían canalizando la
revolución: las juntas. Aunque inicialmente el objetivo fundamental fue mantener el
orden, con el tiempo se irá imponiendo la idea independentista.
El desarrollo del conflicto:
De 1810 a 1814: en las distintas regiones se fue madurando el proceso:
* Convocatoria de una asamblea en las capitales que sustituía a las autoridades
españolas por juntas, que se convertían en el gobierno de la región.
* Las juntas organizaban un ejército para defender su independencia.
* En el exterior buscaban el apoyo de Inglaterra y Estados Unidos.
* Cuando la situación se había consolidado se reunía un congreso que elaboraba una
constitución liberal y republicana.
Terminada en España la Guerra de la Independencia, Fernando VII mandaba un ejército
de 10.000 hombres que se hacía con el control de Perú, México, Chile y Venezuela. La
situación parecía controlada, sin embargo, el fracaso de las gestiones diplomáticas
españolas para lograr el apoyo internacional, la falta de recursos para enviar nuevos
contingentes militares, la obcecación absolutista de Fernando VII, y la organización
de los revolucionarios, determinaron el triunfo de los independentistas:
1.- En los territorios del antiguo virreinato de Río de la Plata, tomó la dirección
militar José de San Martín (Argentina, Uruguay, Chile). En marzo de 1816 el
Congreso de Tucumán proclamaba la independencia de Argentina. Desde tierras
argentinas pasó a Chile venciendo en Chacabuco y dando a Chile la independencia en
1819. Después San Martín continuó hacia el Perú, entrando en Lima en 1821 y
proclamando su independencia.
2.- Entre tanto, desde Venezuela, Simón Bolívar atraía a la población mestiza a su
causa y proclamaba en el Congreso de Angostura (1819) la independencia del
virreinato de Nueva Granada (Venezuela, Colombia, Ecuador). En los años
siguientes se sucederían sus victorias en Carabobo (Venezuela), Pichincha (Ecuador),
Junín y Ayacucho (Perú, 1824).
3.- En México, en 1810, fueron los indígenas los que se sublevaron exigiendo medidas
de tipo social, encabezada por Hidalgo (1810-1811) y por Morelos (1811-1815); los
criollos y la Iglesia unieron sus fuerzas a las peninsulares para aplastar la sublevación
indígena. Pero a partir de 1820, veían amenazados sus intereses con las reformas
dictadas desde España por el régimen liberal. Así que en 1821 idearon un plan de
independencia (Plan de Iguala)consiguiendo la independencia en mayo de 1822.
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