INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 80 Carta a los Gálatas1 La carta a los Gálatas –junto con Romanos– es el texto que presenta el “evangelio paulino” de manera más clara y explícita. Ambos textos –Romanos y Gálatas– abordan el mismo problema teológico de fondo, pero en circunstancias diversas: 1. Gálatas, como reacción inmediata y apasionada a una situación concreta en una comunidad fundada por Pablo. Es un documento valiosísimo, no sólo para la biografía de Pablo –se la considera la más paulina de las cartas paulinas– sino para la historia del cristianismo primitivo, puesto que permite ver “en primera fila” tensiones intraeclesiales de gran magnitud (comparables sólo a las reflejadas en algunos pasajes de 2Co). 2. Romanos, como exposición más serena y completa, que pone en orden, clarifica y fundamenta más sólidamente las ideas suscitadas por la polémica, a una comunidad en la que Pablo nunca estuvo, ni fue fundada por él ni por ningún “paulino”. Pablo y Galacia La carta va dirigida a «las comunidades de Galacia» (Gal 1,2), sin mencionar ninguna ciudad por su nombre. ¿Tal vez porque ninguna de ellas tenía rango de “capital”? Parece se trataría de lugares pequeños y relativamente cercanos unos de otros, de comunidades estrechamente ligadas entre sí, con experiencias comunes y a las que se les podía hablar conjuntamente. Se suele pensar en la zona centro-norte del Asia Menor –esto es, en la altiplanicie frigia–. Los datos sobre la misión, fundación de las comunidades gálatas y los acontecimientos que motivaron la redacción de la carta hay que buscarlos en la carta misma, dado que Hechos sólo aporta dos breves menciones: Lucas habla del paso de Pablo por tierras gálatas dos veces: el apóstol habría atravesado “Frigia y el país gálata” durante el llamado “segundo viaje” porque “el Espíritu les había impedido predicar la palabra en Asia” (Hech 16,6). Este dato pareciera hacer suponer que sólo atravesó la región, sin misionar allí. Pero más adelante, en Hech 18,23, afirma que Pablo habría vuelto al lugar para “fortalecer a los discípulos”. En ninguna de las dos ocasiones Lucas narra la actividad misional del Apóstol en esas comunidades, pero la segunda mención supone la existencia de comunidades cristianas en la región. Según estos datos habría que fijar la fundación de estas comunidades hacia el 49 d.C. Los pocos datos acerca de la “fundación” de comunidades cristianas en Galacia hay que buscarlos en la carta misma. Por un comentario de Pablo como al pasar inferimos que, aparentemente, recaló allí a causa de una enfermedad: Gal 4,13-14 “Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; 4,14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa R. BROWN, “Letter to the Galatians“, en: Id., An Introduction to the New Testament, Doubleday (New York et al. 1996), 467-482. Ph. VIELHAUER, “La Carta a los Gálatas”, en: Id., Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Salamanca (Sígueme 19911975), 121-142. 1 Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 80 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 81 (lit. «no escupisteis»), sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús” Esta dolencia podría haber hecho suponer a los gálatas que era un hombre “castigado por alguna divinidad” y, por ello, que intentaran protegerse de él (¿con un rito apotropaico –escupir–?). Sin embargo, no sólo no lo hicieron sino que lo recibieron bien y abrazaron la fe. Pablo los llama “sus propios hijos” (Gál 4,19) y se presenta a sí mismo como el primer misionero del que han escuchado el mensaje cristiano (Gál 1,8s; 3,2)2. La colecta organizada en Galacia (cf. Gál 2,10) fue un modelo para las demás comunidades: 1Co 16,1 “En cuanto a la colecta en favor de los santos, haced también vosotros tal como mandé a las Iglesias de Galacia” A juzgar por este pasaje, el éxito de la colecta en Galacia tiene que haber sido considerable. El problema de la datación de la carta a los Gálatas Para decidirse por una fecha aproximada para la composición de la carta, primero hay que resolver la discusión acerca de qué se entiende por Galacia 3: 1. LOS CELTAS DEL NORTE DE LA PROVINCIA La comprensión más natural de “Galacia” en esta carta parece ser la que entiende se refiere a las tribus celtas ubicadas en la zona centro-norte de 4 la actual Turquía Por esa región Pablo habría pasado durante el llamado “segundo viaje” (cf. Hech 16,6 y 18, 23). Gálatas sería una de las últimas cartas de Pablo. 2 ¿Habría ido por segunda vez a Galacia antes de escribir esta carta? Los investigadores no se ponen de acuerdo. Depende de como se entienda el "próteron" de Gál 4,13 ("la primera vez" o "una vez"): Gál 4,13 “Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez”. 3 Cf. Ph. VIELHAUER, “La Carta a los Gálatas. Las comunidades de Galacia”, en: Id., Historia de la Literatura Cristiana Primitiva,123-126. 4 La palabra Galati,a (Galatía) es, por su fonética y contenido, de igual significado que Ke,ltai (Kéltai), término que designa las tres tribus celtas que fueron llamadas por el rey Nicomedes de Bitinia en el 278 a.C. desde los Balcanes al Asia Menor y empleadas como mercenarias en las luchas por el trono. Pero pronto se hicieron autónomas, inquietaron la zona con sus correrías, asentándose hacia los años 240-230 a.C. en la región y guerreando unas veces como mercenarias y otras por su propia cuenta. Años después, tras una dura derrota ante los romanos (189 a.C.), terminaron por convertirse en fieles partidarios de Roma. El Senado Romano declaró autónomos a los gálatas en el 166 a.C., bajo condición de que permanecieran en sus lugares de residencia. Vivieron entonces bajo el mando de príncipes nativos, con constitución propia, prestando servicios guerreros a los romanos. Uno de sus príncipes –Deiotaro– obtuvo, por sus méritos en las guerras contra Mitrídates, el título de rey y fue, durante los años 44-40 a.C., monarca de las tribus unidas de Galacia (Ph. VIELHAUER, Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, 122-123). Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 81 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 2. 82 LA PROVINCIA ROMANA DE GALACIA Una serie de autores antiguos y modernos han sugerido que la expresión “Galacia” se refiere en realidad a la provincia romana de Galacia –que incluía el centro y sur del Asia Menor (por ejemplo, los territorios de Pisidia, Panfilia y Licaonia)5–. Por ello estiman que Gálatas podría ser la primera carta de Pablo, pues, por la provincia romana de Galacia ya habría pasado durante el transcurso de su así llamado “primer viaje” (Hech 13s). Allí habría vuelto tras el llamado “Concilio de Jerusalén” (Hech 16,2-5). Se inclinan por esta hipótesis especialmente quienes quieren hacer coincidir el así llamado “Concilio de Jerusalén” (Hech 15) con los episodios narrados en Gál 2. Pero los habitantes de esa zona sur no eran propiamente “gálatas” (celtas). Además, las comunidades de esa región sur no eran “paulinas” en el sentido estricto del término, ya que habían surgido de la misión antioquena. Con la mayoría de los investigadores actuales preferimos pensar que se trata de un texto dirigido a las comunidades celtas evangelizadas por Pablo al comienzo de su “misión independiente”. La carta “a los gálatas” sería entonces una especie de carta circular a todas las comunidades celtas de la región norte del Asia Menor, vinculadas entre sí por su origen étnico común (cf. Gal 3,1), por haber sido fundadas en el marco de la misma misión (cf. Gal 4,13-15) y por una idéntica problemática teológico-pastoral. Motivo y ocasión de la redacción y el envío de Gálatas Parece ser que Pablo –¿estando en Éfeso, tras un viaje en el que habría visitado 6 las comunidades de Galacia ?– se habría enterado de que algunos misioneros cristianos venidos de fuera de tipo “judaizante” llegaron a la zona de Galacia enseñando, entre otras cosas, que los gálatas debían circuncidarse (cf. 5,2; 6,12s), observar determinadas fiestas (4,10) y practicar la Ley (3,2.5; 4,21; 5,4). □ Los gálatas se habrían “fascinado” con el “evangelio” de estos predicadores… Gal 3,1-2 “¡Oh insensatos Gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? v2 Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la Ley o porque tenéis fe en la predicación?” Amintas –escriba oficial y general del rey celta Deiotaro (cf. nota 2) y desde el 39 a.C. rey de Pisidia– obtuvo de Marco Antonio en el año 36 a.C. la anexión a su reino del territorio del difunto rey celta. Habiendo reconocido a tiempo a Octavio y tras haberlo apoyado en la pacificación de Asia Menor, anexionó también otros territorios gracias a unas campañas guerreras exitosas (se trata de los territorios de Licaonia, Panfilia y Cilicia). A su muerte Augusto transformó –en el 25 a.C– todo este complejo en provincia romana. A ésta fueron anexionadas también Isauria, Paflagonia y el Ponto Galático (Ph. VIELHAUER, Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Salamanca [1991], 123). 5 6 Reconstrucción a partir de Gal 4,13 y Hech 18,18-23 + 19,1; cf. 1 Co 16,1. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 82 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 83 Así, a causa de una misión “judaizante”–que sin duda consideraban a los cristianos gálatas incircuncisos como no plenamente cristianos– la comunidad se ve perturbada, y está a punto de caer en lo que, según el juicio de Pablo, es una auténtica apostasía (cf. Gal 1,6-9). Estamos en una época en que no se veía, al menos con claridad, si el “cristianismo” constituía una realidad aparte del judaísmo o no. □ Los gálatas –según los judaizantes– debían ingresar como prosélitos al pueblo elegido, por medio de la circuncisión: Pablo se opone: Gal 6,12-13 “Los que quieren ser bien vistos en lo humano, ésos os fuerzan a circuncidaros, con el único fin de evitar la persecución por la cruz de Cristo. v13 Pues ni siquiera esos mismos que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados para gloriarse en vuestra carne” □ También debían practicar y observar fielmente la Torá. Pablo refuta: Gal 5,2-6 “Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada. v.3 De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley. v.4 Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Os habéis apartado de la gracia. v.5 Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia. v.6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad” Gal 3,2.5 “Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación?...v.5 El que os otorga, pues, el Espíritu y obra milagros entre vosotros, ¿lo hace porque observáis la ley o porque tenéis fe en la predicación?” Cf. Gal 4,10 “Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años…” Cf. Gal 4,21 “Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley?...” □ Una predicación que libere de la “Torá” –decían sin duda estos misioneros– hace a Cristo ministro del pecado. Por eso Pablo increpa: Gal 2,17 “Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo!” “Practicar la Torá” no es sólo observar el decálogo… Eso es sólo un ínfimo resumen de las transgresiones que conllevan pena de muerte: se trata de toda la Ley del Moisés, el Pentateuco en su integridad, y, desde la óptica de un fariseo observante como Pablo (cf. Gál 1,14; Flp 3,4-6), todas las enseñanzas rabínicas, “condensadas” en los 613 preceptos. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 83 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 84 Pero en realidad, es un tema mucho más complejo aún. Se trata de determinar cuál es el principio salvífico, cuál es el camino y cuáles son los medios que Dios pone en nuestras manos para poder conformarnos a su proyecto, cumplir su voluntad y alcanzar la “justicia”, esto es, la “salvación”. Por supuesto, los “judaizantes” defendían la vigencia (= necesidad) salvífica de la “Torá” (Gal 4,21; 5,4). Según la comprensión judía, la Torá es la expresión escrita de la voluntad de Dios revelada a Israel. Dios revela su voluntad en la Torá, y los hombres, al cumplirla, alcanzan la justicia, es decir, conforman su vida a la voluntad de Dios. Deut 6,25 “Tal será nuestra justicia: cuidar de poner en práctica todos estos mandamientos ante Yahveh nuestro Dios, como él nos ha prescrito” Cf. Salmo 119 Pablo enseña con vehemencia creciente que, si bien eso es correcto, la experiencia demuestra que, de hecho, resulta impracticable. Sólo la fe en Cristo nos hace justos ante Dios. La Torá de Moisés –buena y santa en sí misma (cf. Rom 7,12)– sólo nos da el conocimiento de la voluntad de Dios, pero no comunica la fuerza interior necesaria para vivir de acuerdo a ella (cf. Rom 3,20): Gal 3,21 “Si de hecho nos hubiera otorgado una Ley capaz de vivificar, en ese caso la justicia vendría realmente de la Ley” Por lo mismo, no consiguió más que hacer al hombre consciente de su pecado y de la necesidad que tiene de la ayuda de Dios (cf. Rom 7, 21-24. 25). Para Pablo, la “ayuda de Dios” es Cristo, y enseña en consecuencia que el hombre redimido por Cristo está libre de la Torá: Gal 2,16 “...conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado” Sólo en Romanos se encuentra palabras más duras contra la Torá –en cuanto niega el poder salvífico de Cristo– como aquí: Gal 2,21 “No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justificación, entonces hubiese muerto Cristo en vano” Los que pretenden “vivir” mediante las obras de la Ley, viven, en realidad, bajo la maldición: Gal 3,10 “Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición. Pues dice la Escritura: Maldito todo el que no se mantenga en la práctica de todos los preceptos escritos en el libro de la Ley7“ Cristo nos liberó de la maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldito por nosotros Cita (libre) de Deut 27,26 “Maldito quien no mantenga las palabras de esta Ley, poniéndolas en práctica. - Y todo el pueblo dirá: Amén”. 7 Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 84 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 85 Gal 3,13 “Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero” ¿Cuál es la función de la Torá según Pablo? La “Ley” ha sido nuestro “pedagogo” hasta la llegada de Cristo. Pero una vez que vivimos en la fe, ya no necesitamos al pedagogo (Gal 3,23). Así Pablo responde a este difícil problema de una manera singular y característica. Si se nos permite esquematizar –aún a riesgo de simplificar excesivamente la cuestión y la posición de Pablo frente a la Torá– podríamos decir que: Según la comprensión judía, el hombre, cumpliendo las obras de la Torá (= expresión de la voluntad de Dios), alcanza la justicia, y, por lo tanto, la vida8: TORÁ > OBRAS > JUSTICIA Pablo invierte esta concepción: el hombre no puede, por más que se esfuerce, cumplir la voluntad de Dios, expresada en la Ley. La Ley, en sí misma, sólo da el conocimiento de la voluntad de Dios, pero no la fuerza interior para realizarla. Y, además, si no se cumple, prescribe castigos. La posibilidad verdadera de poder conformarse a la voluntad de Dios la da Cristo, que nos libera del yugo de la Ley (Gal 5,1), nos hace justos por la fe, y, así “justificados”, hace posible cumplir la voluntad de Dios9: FE > JUSTICIA > OBRAS El hombre, unido a Cristo por la fe y animado por su Espíritu, recibe gratuitamente la verdadera justicia, y puede entonces cumplir la voluntad de Dios. Cierto que la fe debe florecer, traducirse en obras. Pero esas “obras” no son producto del esfuerzo humano por realizar la voluntad de Dios, sino que provienen de Cristo. El cristiano no puede jactarse de sus “buenas obras”, porque no surgen de él, sino de Cristo. Tampoco debe estar enfermizamente atado a los preceptos, pues ha sido liberado y llamado a la libertad. Entonces, con ocasión de esta misión que quiere someter a los Gálatas a las observancias judías, Pablo escribe esta carta, en medio de la polémica. De ahí su tono tan airado, amenazante. Esta es una de las cartas que nos muestra a Pablo más de cerca. Los medios retóricos se manejan con fuerza y emotividad, incluso los más duros, como la ironía, el sarcasmo y hasta la maldición (cf. Gal 1,8.9). P.e., cf. Lev 18,5 “Guardad mis preceptos y mis normas. El hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Yo, Yahveh”. 8 9 Cf. Gál 2,16-21; cf. Rom 3,28; 5,1. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 85 86 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA ¿Cómo está planteada la obra? (estructura e índole de la carta) La carta está construida al estilo de un “discurso apologético”. Pablo se tiene que defender de los ataques de los misioneros opositores, que ponían en tela de juicio la legitimidad apostólica de la predicación paulina, cuestionándolo a él. Aún muchos años tras la muerte del apóstol se encuentran ecos de esta convicción en sectores aparentemente cristianos. Por ejemplo EPIFANIO, que tuvo acceso a los 10 escritos ebionitas , dice en su Panarion 30,16,6-9: Las acusaciones contra PABLO llegaron a tal grado de gravedad que, en ambientes cristianos “judaizantes”, fue considerado un apóstata de la fe de Israel. “Ellos mencionan también otros hechos de los apóstoles, en donde hay muchas cosas llenas de impiedad [...]. Por eso tampoco se avergüenzan de acusar a Pablo con palabras inventadas por la iniquidad y el engaño de sus pseudoapóstoles; dicen que fue tarsiota, como él mismo declara y no niega, y afirman que es de origen griego [...] e hijo de madre griega y de padre griego; que subió a Jerusalén quedándose allí durante algún tiempo; que quiso casarse con la hija del (¿sumo?) sacerdote y que por eso se hizo prosélito y se circuncidó. Pero al no obtener como esposa a la joven, se irritó y escribió contra 11 la circuncisión, el sábado y la legislación “ 10 Los ebionitas (1) El nombre del grupo podría derivar de un personaje llamado “Ebion”, pero lo más probable es que el nombre provenga del hebreo ebion (pobre), que aludiría al modo sencillo de vivir de los miembros del grupo. (2) Originariamente, habrían sido tal vez judeocristianos ortodoxos, que mantenían sólo para sí la fidelidad a la ley, pero más tarde profesaron en cristología y en la cuestión de la obligatoriedad de la ley opiniones heterodoxas que los llevaron a separarse de la iglesia universal. (3) Entre los escritos ebionitas hay que citar un evangelio propio, del que Epifanio transmite algunos fragmentos. (4) Tanto en la posición respecto de Cristo como en el juicio sobre la ley y los sacrificios, había distintas tendencias y matices, entregándose algunos a extrañas especulaciones, profesando ideas gnósticas. Los rasgos siguientes pueden tenerse por característicos del ebionismo: En cristología eran fundamentalmente adopcionistas y negaban el valor salvífico de la vida y muerte de Cristo: Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios como Mesías y dotado de fuerza divina el día de su bautismo en el Jordán. Por tanto, no era el Hijo preexistente de Dios sino el hijo natural de dos padres terrenos, que por su ejemplar cumplimiento de su ley fue elevado por Dios a Mesías. Era, además, el "verdadero profeta", que ya había aparecido en Adán y Moisés con sendas misiones, y ahora, por Jesús, tenía que reducir el judaísmo a la limpia observancia de la ley pura, y ganar a los gentiles para Dios. Esta misión la cumpliría por la enseñanza de la Palabra de Dios; es decir, no por una acción salvadora extraordinaria ni tampoco por una muerte redentora, que los ebionitas rechazan; pues, al morir Jesús, se retiró otra vez de él Cristo. En cuanto a la ley, exigen su observancia, pero pensaban que debía purgarse de sus deformaciones, por ejemplo, los sacrificios cruentos, que representarían una falsificación de la voluntad de Dios. El lugar de los sacrificios lo ocupa una vida de pobreza y de comunidad de bienes. Cierto antipaulinismo: con la estima de la ley mosaica y la negación del valor salvífico de la muerte de Cristo se encuentra por añadidura cierto antipaulinismo, que halló sobre todo eco en los Kerygmata Petrou. Para ellos, Pablo era el gran enemigo de la ley, "el hombre enemigo" que había falsificado el verdadero pensamiento de Jesús. Los ebionitas rechazan resueltamente su justificación como apóstol, pues ésta sólo puede fundarse en un conocimiento personal de Jesús, mientras Pablo funda su vocación en visiones y revelaciones, que no serían otra cosa que ilusiones inspiradas por los demonios. Tomado de G. BARBAGLIO, “Rechazado y excomulgado”, en: Id., Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, 332. 11 Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 86 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 87 Presentación esquemática del contenido de la carta a los Gálatas PRESCRIPTO: 1,1-5 Reproche y amenaza: 1,6-10 (no tiene proemio) I. 1,11-2,21 El origen divino del evangelio paulino, demostrado por la independencia de Pablo, históricamente controlable, respecto a las autoridades de Jerusalén12. 1. 1,11-14: La conducta precristiana de Pablo. 2. 1,15-24: La actividad autónoma del apóstol de los paganos desde su vocación hasta el concilio apostólico (en Arabia; visita a Jerusalén; en Siria y Cilicia). 3. 2,1-10: El éxito de Pablo en el concilio apostólico. 4. 2,11-14.15-21: La disputa con Pedro en Antioquía (a partir de 2,15, transición de la exposición histórica a la teológica). II. 3,1-5,12: Justificación por la fe y libertad ante la Ley. Primer paso: 3,1-4,11: 1. Llamada personal a la actitud espiritual de los gálatas: 3,1-5. 2. Prueba de la Escritura: Abrahán como testigo de la justificación por la fe: 3,6-18. 3. El sentido histórico-salvífico de la Ley: 3,19-25. 4. La libertad de los hijos de Dios: 3,24-4,7. 5. Advertencia de una posible recaída: 4,8-11. Segundo paso: 4,12-5,12: 1. Llamamiento personal, recuerdo de la fundación de la comunidad: 4,1220. 2. Prueba de la Escritura: Sara y Agar como imagen de la diferencia tajante entre libertad y esclavitud: 4,21-31. 3. Exhortación a mantener la libertad ante la Ley: 5,1-12. III. 5,13-6,10: Parénesis (exhortación) 1. La libertad ante la Ley y el proceder en el espíritu: 5,13-25. 2. Exhortaciones particulares: 5,26-6,10. FINAL AUTÓGRAFO DE LA CARTA: 6,11-18. 12 Pablo comienza defendiendo su autoridad de apóstol (como también tuvo que hacerlo en 1Co 9 y 2Co 10-13). Él también es un enviado de Jesús (resucitado). Sus adversarios, para socavar su autoridad, alegaban, entre otras cosas, que él no era uno de "los Doce", que no había conocido a Jesús, y que no tenía autoridad propia. Para refutar esto, a Pablo le queda solo mostrar evidencias externas que permitan constatar su convicción de ser enviado de Dios: (1) Su misma “conversión”: su cambio viene de Dios / su actividad es independiente de los apóstoles. (2) Cómo enfrentó a los apóstoles de Jerusalén en general. (3) Cómo enfrentó a Pedro en particular. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 87 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 88 Advertencia: No reducir la “espiritualidad de la Alianza” a un puro “legalismo”13 El Deuteronomio es problemático para esta cuestión “ley / gracia”, porque afirma tanto que Israel es justificado por pura gracia como que debe seguir la ley para vivir. El libro subraya con insistencia que la elección de Israel y el don de la tierra son actos gratuitos del Dios amante, no condicionado ni por la grandeza ni por el poder de Israel: “El Señor se fijó en vosotros y os eligió, no por ser el pueblo más numeroso entre todos los pueblos, ya que sois el más pequeño de todos. Porque el Señor os amó y porque ha querido cumplir el juramento hecho a vuestros padres, os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha librado de la casa de la esclavitud, de la mano del faraón, rey de Egipto” (Dt 7,7-8). Los dones de Dios no están condicionados por nada, sino que nacen del amor y de la libre decisión del mismo Dios. Sin embargo, se trata de dones hechos a una libertad responsable, de cuya decisión de hecho hace depender Dios la realización efectiva de su donación gratuita. Cuando la libertad humana acepta el don divino, entonces éste asume el “rostro” de una respuesta. Es emblemático el pasaje de Dt 6,23-25: “(Dios) nos sacó de allí (Egipto) para llevarnos a la tierra que había jurado dar a nuestros padres. Y el Señor nos ha ordenado poner en práctica todas estas leyes y temer al Señor, nuestro Dios, para que seamos dichosos y vivamos, como nos ha concedido hasta ahora. Esta será nuestra justicia: guardar y poner en práctica íntegramente estos mandamientos en presencia del Señor, nuestro Dios, como él nos lo ha ordenado”. La lógica del párrafo es la siguiente: Dios ha salvado y librado a Israel, Lo ha invitado a acoger su don mediante la observancia de la ley, A fin de vivir y ser felices. La ley ¿no es aquí “evangelio” en el más puro sentido paulino? La observancia de la ley es expresión de la fidelidad humana a la acción de salvación y de “justificación” de Dios; en este sentido, la ley es para Israel el camino de la salvación y de la vida. Sería una grave falsificación entender los pasajes Dt y Dtr como un puro legalismo, una relación jurídica de acción buena a la que corresponde la paga debida. Por el contrario, es preciso saber intuir en ellos la profunda dialéctica de “gracia” y “mérito”, de acción divina y libertad humana. Un texto característico del llamado “nomismo deuteronomista” es Dt 6,17-19: “Guardad con gran cuidado los mandamientos del Señor, vuestro Dios, los preceptos y las leyes que os da. Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el Señor prometió con juramento a tus padres, cuando eche delante de ti a todos tus enemigos, como él lo ha dicho”. En este pasaje notamos que la tierra es ante todo promesa de Dios gratuita, lo mismo que es gracia el arrojar a los enemigos; ya antes de que Israel existiese, Dios prometió la tierra a los 13 Tomado de: A. BONORA, Nuevo Diccionario de Teología Bíblica”, Madrid (Paulinas), 1667-1669. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 88 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 89 padres; sin que Israel combata. YHWH expulsa a los enemigos. La misma ley es dada libremente por Dios. Pues bien, obedeciendo y practicando la ley puede Israel permanecer en la tierra o entrar en su posesión. En esta perspectiva, la ley es “evangelio” y no hay sombra de legalismo. Israel, en efecto, es puesto en guardia contra la ilusión de la autojustificación: “Guárdate de decir en tu corazón: Mi fuerza y el poder de mis manos han hecho todo esto” (Dt 8,17). La literatura Dt / Dtrn, al dar a la relación de alianza con Dios la expresión de un tratado, puso el énfasis en la responsabilidad de Israel (o del hombre); pero sin caer en una forma de legalismo, puesto que la exigencia divina de la ley es situada en el contexto de una relación que depende no primariamente de la obediencia a la ley, sino de la iniciativa gratuita y libre del amor divino. La entrada en la tierra –como, para el Israel el destierro, la vuelta a la patria– es pura gracia: “Cuando el Señor, tu Dios, los haya echado lejos de ti, no digas en tu corazón: Por mi justicia me ha dado el Señor la posesión de esta tierra, siendo así que es por su injusticia por lo que el Señor echa a esas naciones lejos de ti. No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de la tierra, sino por la injusticia de esas naciones las echa el Señor lejos de ti; y también para cumplir el juramento hecho a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob. Reconoce que el Señor, tu Dios, no te da la posesión de esa buena tierra debido a tu justicia, pues no eres más que un pueblo de cabeza dura” (Dt 9,4-6). El pueblo de Israel debe saber, pues, que es deudor de la libérrima misericordia de Dios, que le da la tierra buena sin estar condicionado por los “méritos” de su pueblo. Carta a Los Gálatas /// 25/02/2015 89