TextoComparecenciaParlamentoEuropeo

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TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DE ANA PELÁEZ,
MIEMBRO DE LA COMISIÓN DE LA MUJER DEL CERMI
ESTATAL Y DE LA COMISIÓN DE LA MUJER DEL FORO
EUROPEO
DE
LA
DISCAPACIDAD
EN
LA
COMPARECENCIA
ANTE
LA
COMISIÓN
DE
LOS
DERECHOS
DE
LA
MUJER
E
IGUALDAD
DE
OPORTUNIDADES DEL PARLAMENTO EUROPEO
18 de Febrero de 2004
17,00 hs.
Parlamento Europeo
Bruselas
Buenos días, Señora Presidenta, Señorías,
Como primera cuestión, desearía en nombre del EDF y en el
mío propio, expresar nuestro más sincero agradecimiento a la
Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de
Oportunidades, a los distintos Grupos Parlamentarios y, por
supuesto, a Sus Señorías, por la deferencia que han tenido
en recibirnos y escucharnos. Permítanme que haga una
mención especial al Grupo SocialistaEuropeo, así como a la
europarlamentaria Elena Valenciano por haber propuesto
esta comparecencia, asimismo suscribirnos íntegramente el
apartado dedicado a mujeres con discapacidad del Informe
sobre la situación de las mujeres de grupos minoritarios en la
Unión Europea, del cual ella ha sido ponente. También quiero
agradecer al resto de Portavoces, Grupos y miembros de la
Comisión, por haber acogido tan favorablemente esta
sugerencia.
Consideramos que esta comparecencia nos va a servir de
ayuda en nuestro firme y sostenido propósito de inscribir la
situación de las mujeres con discapacidad entre los asuntos
prioritarios de la agenda política europea, entre los asuntos
que ocupan y preocupan a los responsables políticos y a la
1
opinión pública. Somos conscientes de que es un objetivo
arduo pero estamos seguras de que con su apoyo lo
tendremos más cerca.
Presentación del EDF (Foro Europeo de la Discapacidad)
El FORO EUROPEO DE DISCAPACIDAD (EDF) es una
organización sin ánimo de lucro creada en 1996, que actúa
como plataforma de representación de los 38 millones de
personas con discapacidad existentes en Europa (una vez
efectiva la ampliación, habrá más de 50 millones de personas
con discapacidad).
Actualmente el Foro está compuesto por:
 17 Consejos Nacionales de personas con discapacidad,
uno por cada uno de los países miembro de la Unión
Europea y del Espacio Económico Europeo (es decir, los
15 Estados miembro más Islandia y Noruega). Estos
Consejos
Nacionales
de
Discapacidad
son
organizaciones independientes de personas con
discapacidad e incluyen a los principales grupos de
personas con discapacidad de cada país. Por otra parte,
los Consejos nacionales de Eslovenia, Estonia, la
República Checa y Malta gozan del estatuto de
observador en el EDF.
 Más de 85 organizaciones no gubernamentales europeas
que representan a los distintos grupos de discapacidad
y sus intereses ante la Unión Europea, especializados
por tipo de discapacidad o sector de actividad.
Su filosofía es eliminar las barreras y prejuicios sociales hacia
la discapacidad, promoviendo la plena participación de las
2
personas con discapacidad como sujetos de derechos y
ciudadanos, aplicando la máxima “NADA PARA LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD SIN LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD”.
La misión del Foro consiste en promover la igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad y proteger
sus derechos humanos, defender las preocupaciones
comunes de todos los tipos de discapacidad y actuar como
portavoz independiente y fuerte de todos los ciudadanos
discapacitados en el marco del diálogo con la Unión Europea.
La Comisión de la Mujer de dicho Foro encuadra su marco de
acción compartiendo esta filosofía, pero dedicando su
esfuerzo a la defensa específica de los derechos de todas
nosotras.
Estado de la situación de la mujer con discapacidad en
Europa
Tradicionalmente, la sociedad ha tendido a aislar y a segregar
a las mujeres con discapacidad, y, a pesar de los logros y
avances obtenidos en los últimos años, este tipo de
discriminación (sutil a veces) sigue representando un
problema grave y alarmante. Pero, al contrario de lo que
ocurre con otro tipo de grupos vulnerables o que sufren
discriminación, las mujeres con discapacidad carecen
generalizadamente de recursos o dispositivos legales eficaces
para eliminar y corregir dichas conductas discriminatorias.
Nosotras nos enfrentamos continuamente a dichas
circunstancias, que se evidencian en cotas mayores de
desempleo, salarios inferiores, menor acceso a los servicios de
salud, mayores carencias educativas, escaso o nulo acceso a
3
los programas y servicios dirigidos a mujeres en general,
mayor riesgo de padecer situaciones de violencia y todo tipo
de abusos, etc., realidad que se agrava por la existencia de
normas y políticas que fomentan la dependencia y por la
dificultad de introducir modificaciones en los hábitos
preexistentes. De igual modo, las mujeres con discapacidad
soportamos aún con más crudeza que los varones con
discapacidad la persistencia de prejuicios, estereotipos e
ideas recibidas, generalizados en todos los ámbitos, que
distorsionan la imagen social y la percepción normalizada de
este grupo humano.
Además, esta situación de especial discriminación que sufren
las mujeres con discapacidad se agudiza según el estado
miembro
de
procedencia,
pues
existen
diferencias
significativas en el tratamiento que se procura a las mujeres
con discapacidad según el país de origen; diferencias éstas
que se intensificarán a partir de mayo de 2004 con la
incorporación de los diez nuevos países de la zona este de
Europa.
Datos procedentes de los escasos estudios existentes,
prueban que las mujeres con discapacidad ocupan un
estatus inferior en nuestra sociedad, encontrándose en una
situación de enorme desventaja social, económica, educativa
y profesional (a modo de ejemplo, puedo comentarles que
frente al 55% de mujeres sin discapacidad que en el entorno
europeo trabaja, sólo tiene empleo el 25% de mujeres con
discapacidad, además la calidad de éste suele ser menor, es
decir, menos retribuido, de estatus inferior y con menores
ventajas que el de los hombres con discapacidad; en el
aspecto de la violencia de género, un gran número de mujeres
con discapacidad es víctima de la violencia y tiene un riesgo
cuatro veces mayor –que el resto de mujeres- de sufrir
violencia sexual).
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Las mujeres con discapacidad formamos un grupo social
aislado e invisible, que se enfrenta a todo tipo de restricciones
y limitaciones, que ha estado sometido a una larga historia de
tratamientos desiguales, viéndonos relegadas a una posición
de impotencia política, debido a circunstancias que están
fuera de nuestro control y que son resultado de estereotipos y
prejuicios que merman nuestra capacidad de participar y
contribuir a la sociedad en la que vivimos.
La existencia continuada de discriminaciones y prejuicios
injustos e injustificados priva a las mujeres con discapacidad
de la oportunidad de competir en condiciones de igualdad, así
como de aprovechar las oportunidades de las que goza
cualquier persona. Consideramos que esto desencadena una
situación injusta y de vulneración de los derechos humanos.
Análisis de las necesidades y demandas de las mujeres
con discapacidad en Europa
Los ámbitos de necesidades y demandas de las mujeres con
discapacidad coinciden con aquellos campos en los que es
más urgente y necesario desplegar una actividad intensa que
haga realidad la equiparación de derechos y la igualdad de
oportunidades de estas mujeres con el resto de la ciudadanía.
Atendiendo a la realidad social y a la situación objetiva de las
personas con discapacidad, la atención se concentra
preferentemente en aquellas esferas que generan más
factores de exclusión para las mujeres en general,
determinando un menor grado de desarrollo personal y social
y unas menores posibilidades de acceso normalizado a los
derechos, bienes y servicios de la comunidad.
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Las necesidades y demandas preferentes de las mujeres con
discapacidad son:
- La no discriminación y la igualdad de oportunidades.
Las mujeres con discapacidad, globalmente consideradas,
siguen sufriendo discriminaciones por razón de género y de
discapacidad, hechos que suponen una vulneración de los
derechos que debe tener garantizados toda persona, con
independencia de sus circunstancias.
- La incorporación al mercado laboral en igualdad de
condiciones. Es una de las materias que concierne tanto a
las mujeres con discapacidad como a las mujeres en
general, pero cuyos efectos más negativos soportan las
mujeres con discapacidad en mucho mayor grado; ya que
ante una carencia de formación y cualificación adecuadas,
éstas tienen escasas o nulas posibilidades de acceder al
mercado de trabajo, percibir ingresos y mejorar su
situación. Por ello requerimos un compromiso real y
efectivo por parte de los Estados miembro e Instituciones
Europeas que teniendo en cuenta esta situación de
múltiple desventaja sean capaces de favorecernos,
facilitando la conciliación de la vida familiar y laboral.
Además, la tasa de inactividad de las mujeres con
discapacidad es especialmente preocupante (enmarcada
entorno a un 75% del total de la población entre 16 y 64
años, situación que perdura en el tiempo como
consecuencia
de
factores
personales
(como
la
autopercepción negativa, desconocimiento de las propias
capacidades y potencialidades, desconocimiento de las
características que actualmente definen el mercado
laboral, carencias formativas y de habilidades adaptativas,
etc.), factores familiares (como la sobreprotección,
desconfianza en las capacidades de la mujer con
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discapacidad, relego de ésta al desempeño de un trabajo
no mercantilizado en el seno de la propia familia,
dificultades para la conciliación de la vida laboral y
familiar, la frecuente administración del salario por parte
de la propia familia, etc.) y factores sociales (como los
prejuicios aún existentes de los propios empleadores,, falta
de medidas de protección social, entorno comunitario
hostil, infrarrepresentación de la mujer con discapacidad
en cargos decisorios del propio movimiento asociativo de la
discapacidad, etc.).
- Respecto a la salud, las mujeres con discapacidad están
entre las más importantes consumidoras de cuidados
médico-sanitarios. Numerosos estudios indican que las
mujeres son más proclives a permanecer más tiempo
internas en instituciones que los hombres, así como a que
determinadas enfermedades que provocan discapacidad
con carácter permanente tengan mayor prevalencia en las
mujeres que en los hombres. Existen numerosas barreras
para acceder a la planificación familiar y a la asistencia a
la reproducción, todo ello sin tener en cuenta las
necesidades de control de tales situaciones por parte de las
propias usuarias. Es necesaria la sensibilización y
formación del personal médico-sanitario sobre la atención
específica a las mujeres con discapacidad cuando hacen
uso de los servicios sanitarios.
También es fundamentalmente importante reducir el
período que transcurre hasta la determinación de un
diagnóstico preciso y fiable, con el fin de minimizar la
ansiedad y soledad que genera el, a veces, prolongado
tiempo que ha de pasar hasta la consecución de un
diagnóstico; asimismo, hemos de reforzar los servicios de
atención y diagnóstico prenatal.
7
- En relación al problema de la violencia de género, se ha
constatado que la confluencia de factores como el género y
la discapacidad convierte a las mujeres con discapacidad
en una población con grave riesgo de sufrir algún tipo de
maltrato; las cifras que actualmente se barajan en Europa
refieren que aproximadamente un gran número de mujeres
con discapacidad sufre o ha sufrido alguna forma de
violencia. Actualmente los grupos políticos, los organismos
de igualdad y la sociedad en general son cada vez más
conscientes de la existencia de violencia contra las
mujeres, por lo que se han aumentado los programas
dirigidos a informar, asesorar y proteger a las mujeres que
han sufrido cualquier tipo de agresión. Sin embargo,
dichos programas no han tenido en cuenta las
peculiaridades que plantean las mujeres con discapacidad,
convirtiéndose en inaccesibles para ellas.
- En relación a las mujeres con discapacidad más
vulnerables. No podemos olvidarnos de que dentro de la
población de mujeres con discapacidad existen una serie
de sectores especialmente vulnerables, puesto que en ellos
confluyen un conjunto de variables que multiplican su
discriminación: niñas, mujeres severamente afectadas,
mujeres que no pueden representarse a sí mismas,
residentes en ámbitos rurales, inmigrantes, etc.
- Con respecto a las familias. Es necesario estimular un
cambio de actitudes en ésta que libere a las mujeres con
discapacidad de la especial sobreprotección que sufren
frente al resto de miembros de la familia, mucho más
acusada que la de los varones con discapacidad. En el
ámbito familiar, tanto las mujeres con discapacidad como
las madres con hijos con discapacidad también se
encuentran discriminadas debido al rol social que
culturalmente se les ha otorgado.
8
- Autopercepción e imagen social. La influencia de la
discapacidad en la imagen corporal de la mujer, no
ajustada a los cánones de belleza femeninos que los
medios de comunicación crean y difunden, hace que en
muchas circunstancias las mujeres con discapacidad
encuentren
mermada
su
autoestima.
La
propia
discapacidad determina negativamente el mantenimiento
de relaciones sociales, sobre todo, de índole afectiva. En
general, la percepción de la mujer con discapacidad es
errónea e insuficiente, se la considera asexuada, limitada
intelectualmente, etc.
Propuestas de la Comisión de Mujer con Discapacidad
del Foro Europeo de la Discapacidad
Las propuestas de acción que desde la Comisión de la Mujer
con Discapacidad del EDF trasladamos a esta Comisión son
las siguientes:
1. En todas las políticas que desarrollen los poderes
públicos en favor de la igualdad de género y la nodiscriminación y la equiparación de oportunidades de
las mujeres, debe introducirse como eje de acción
horizontal medidas y actuaciones dirigidas a las mujeres
con discapacidad, como segmento especialmente
vulnerable en términos de derechos y posibilidades
efectivas de vida normalizada.
2. Como medida concreta y transversal se propone que
todos los incentivos, ayudas y bonificaciones
establecidos con carácter general en la legislación
europea a favor de las personas con discapacidad se
mejoren sistemáticamente cuando se trate de mujeres
9
con discapacidad, estableciéndose una discriminación
positiva a favor de las mismas dentro de todas las
políticas.
Si bien en una primera fase de atención a la
Discapacidad
son
efectivas
las
medidas
de
discriminación positiva, éstas pueden constituir un
obstáculo para la inclusión real de las mujeres con
discapacidad si se prolongan en el tiempo y no se da el
oportuno salto cualitativo hacia la contemplación de
esta tema como algo transversal en todas las políticas
europeas.
3. Relacionado con lo anterior se hace necesario que salga
adelante la Directiva Específica de Discapacidad,
promovida por el EDF y apoyada por el Intergrupo de la
Discapacidad y el propio Parlamento Europeo. En dicha
Directiva, ha de tener un reflejo especial la realidad de
las mujeres con discapacidad.
4. Las políticas sociales han de ser lo suficientemente
flexibles para que contemplen la heterogeneidad de la
diversidad que comporta el colectivo de personas con
discapacidad.
5. Dada la importancia del empleo para superar la
situación de invisibilidad de las mujeres con
discapacidad y promover su empoderamiento, se hace
necesario que las instituciones europeas controlen y
realicen un seguimiento de la transposición de la
Directiva 2000/78 relativa la establecimiento de un
marco general para la igualdad de trato en el empleo y la
ocupación en cada uno de los países miembro. De igual
modo, la Estrategia Europea de Empleo ha de
incorporar los factores concurrentes de género y
10
discapacidad con mucha más ambición de lo que lo
hace ahora.
6. Pedimos a los Estados miembro que adopten medidas
para aumentar la participación de las mujeres con
discapacidad en la vida política y en los procesos de
toma de decisiones.
7. Instamos a los Estados miembro a continuar apoyando
la integración de las ONGs en los trabajos de la
Organización de Naciones Unidas (ONU), de cara a la
redacción de la “Convención Internacional Amplia e
Integral para la Protección y Promoción de los Derechos
y la Dignidad de las Personas con Discapacidad”.
8. En este sentido, conminamos a los Estados miembro a
que soliciten la participación de representantes de
personas con discapacidad en las Delegaciones Oficiales
de cada uno de sus Gobiernos presentes en las
próximas reuniones del Comité Ad Hoc encargado de los
trabajos encaminados a dicha Convención de la ONU.
De esta manera se responde a la filosofía defendida por
el movimiento asociativo europeo de “Nada para las
personas con discapacidad, sin las personas con
discapacidad”.
9. La Unión Europea y los Estados miembro han de
desarrollar estadísticas desagregadas por sexo sobre la
situación
de
las
personas
con
discapacidad,
estableciendo un cuadro europeo de indicadores, fiable y
exacto, que permita conocer y comparar, así como
determinar cómo evoluciona, la situación de la mujer
con discapacidad en Europa. El Parlamento Europeo
debe instar a la Comisión Europea para que Eurostat
11
tenga en cuenta en todos sus trabajos la realidad de las
mujeres con discapacidad en la Unión Europea.
De igual modo, solicitamos que el Defensor del Pueblo
europeo acometa la realización de una amplia
investigación social sobre la situación de las mujeres
con discapacidad en Europa, desde la óptica de sus
derechos humanos, que sea la base de estudios
posteriores periódicos que permitan conocer el progreso
de las mujeres europeas con discapacidad, y el grado de
eficacia de las políticas desarrolladas.
10. - Se han de tomar medidas enérgicas contra todas las
formas de violencia que vienen sufriendo las niñas y
mujeres
con
discapacidad,
en
particular,
las
institucionalizadas. El Parlamento debe recomendar a la
Comisión que estimule a los Estados miembro a dictar
normas jurídicamente vinculantes que protejan los
derechos humanos de las mujeres institucionalizadas, en
situación de dependencia o que no puedan representarse a
sí mismas. Han de llevarse a cabo, también, estudios
específicos sobre la violencia contra las mujeres con
discapacidad con el fin de determinar el origen y las
dimensiones de esta violencia y que definan mejor las
medidas que deseen adoptarse1
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Conclusiones
Éstas son, en fin, las vías de acción por donde, en opinión del
Foro Europeo de las Personas con Discapacidad, debe
discurrir la nueva política de atención a las mujeres con
discapacidad en Europa, que ha de surgir de los trabajos de
esta Comisión en los que tenemos depositadas grandes
esperanzas. Me permito solicitarles que todo este gran trabajo
de tantas personas tenga efectos prácticos y reales sobre las
mujeres con discapacidad de la Unión Europea.
Dejo en manos de la Mesa de la Comisión tanto el texto de
esta comparecencia, como una selección de documentación
de diverso tipo que considero puede ser de su interés sobre el
asunto que nos ha convocado.
Muchas gracias, Señora Presidenta e integrantes de la
Comisión; quedo a las consideraciones, preguntas o
cuestiones que deseen realizarme.
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“Proyecto de Informe sobre la situación de las mujeres de grupos minoritarios en la
Unión Europea (2003/2109 (INI)”. Elena Valenciano
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