Heraldo de Aragón l Miércoles 14 de enero de 2015 CULTURA Y OCIO l 47 La Universidad CEU San Pablo recupera el legado fotográfico de Souto Lasala Digitaliza y cuelga en internet miles de imágenes tomadas por el historiador y arabista, muchas de ellas en Aragón ZARAGOZA. La biblioteca de la Universidad CEU San Pablo ha recuperado el legado fotográfico de Juan Antonio Souto Lasala (Caracas, 1959-Córdoba, 2011) y ha empezado a digitalizarlo y colgarlo en internet. Souto Lasala fue un historiador y arabista que pasó en Zaragoza la mayor parte de su infancia, juventud y periodo de formación, y que dedicó numerosas investigaciones a monumentos clave en Aragón. Estudió desde ‘La defensa militar de la Zaragoza omeya’, hasta los restos aparecidos durante las excavaciones arqueológicas de la Seo, pasando por los encontrados en la Aljafería. Pero también dedicó sus esfuerzos investigadores al patrimonio de origen árabe de localidades como Calatayud o Cetina. Tras su prematura muerte, su legado científico podía haber desaparecido para siempre, como tantos otros, si no lo llega a rescatar, al menos en parte, un amigo, Antonio Malalana. Este profesor del Área de Biblioteconomía y Documentación en el Departamento de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo se ha ocupado personalmente de rescatar su legado y ponerlo a disposición de los investigadores. «Las fotografías de arqueólogos e historiadores, aun si no tienen cualidades estéticas, poseen un gran valor científico porque están realizadas por alguien que sabe qué es lo que está fotografiando y su trascendencia para los investigadores –señala Malalana–. En total he recuperado unas 3.000 diapositivas y unas 4.000 o 5.000 fotografías en blanco y negro». Buena parte de ese material, en especial las diapositivas, ya está digitalizado, pero no todo se cuelga en internet por razones de derechos de autor. Malalana, sin embargo, no pudo acceder al domicilio del historiador en Córdoba, por lo que buena parte del archivo personal del historiador fallecido no es público ni está a disposición de los investigadores. «Fui amigo de Juan Antonio Souto. Como no tuvo descendencia, consideraba a todos sus trabajos e investigaciones como sus ‘hijos’. Lo único que he buscado es que no se perdieran». Archivos en peligro Souto fue profesor en el Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Facultad de Filología de la Complutense. Perteneció, entre otras, a la Asociación Española de Arqueología Medieval y a la Asociación Española de Orientalistas. Trabajador e investigador incansable, publicó más de 50 trabajos, entre artículos y libros. Fue el principal estudioso de la mezquita catedral de Córdoba. Su legado científico ha sido parcialmente salvado, pero el caso pone sobre el tapete un delicado problema cultural. La arqueología moderna en España, la que nació Excavaciones arqueológicas en el palacio zaragozano de la Aljafería. JUAN ANTONIO SOUTO Panteón de San Pedro el Viejo. JUAN ANTONIO SOUTO en la Transición, la realizaban profesionales que hoy están cerca de la jubilación. Sus archivos y bibliotecas serán claves para entender la evolución de ciudades y monumentos en el siglo XX. José Ignacio Lorenzo, decano del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón, también está preocupado por la situación. «Es un tema que está sin resolver en Aragón y en España. Mi generación, la que empezó a realizar excavaciones hace 30-35 años, con profesionales en gran parte autónomos, con empresa propia y archivo en casa, está próxima a ju- Interior de Santa María de Tobed, antes de 2001. J. A. S. bilarse. Tenemos casos como los de Carmelo Lasa, que tenía un archivo fotográfico impresionante del que no se sabe nada. Hay que buscar una solución a este tema porque tiene más importancia de la que parece». ¿Qué solución? A su juicio, «lo más razonable es que los museos, que son quienes tienen la obligación de conservar los materiales arqueológicos, asuman el depósito de estos valiosos archivos. Debería realizarse un depósito en ellos, de tal manera que el arqueólogo tuviera la titularidad de sus fondos mientras viviera, y que luego se incorporaran al dominio público. Así se podría conciliar la protección de los derechos particulares con la difusión histórica y la investigación». Para José Ignacio Lorenzo, se trata de archivos «para los que no hay que confiarse en que sobrevivan. Hay ejemplos modélicos, como el de Juan Cabré, cuya familia ha seguido con la actividad arqueológica. Pero no siempre sucede así. El problema que plantean este tipo de legados hay que resolverlo rápido porque en un plazo breve muchos investigadores van a acabar su carrera científica». MARIANO GARCÍA Una guía explica las pinturas góticas del castillo de Alcañiz El libro recoge secretos y curiosidades de las representaciones murales, de los siglos XII al XIV ALCAÑIZ. Las pinturas murales medievales del castillo de Alcañiz conforman uno de los conjuntos más ricos, mejor conservados y más importantes de la Corona de Aragón y, a partir de ahora, cuentan con una guía arqueográfica y explicativa de su contenido. Los historiadores Jordi Rovira y Àngels Casanovas han estudiado al detalle las pinturas para recoger en una publicación todos sus secretos y curiosidades. «A través de las páginas del libro, hemos tratado de hacer una visita empezando por el atrio, continuando por el claustro y terminando en la torre del homenaje», explica Casanovas. A partir de ahí, los autores han analizado diferentes elementos representados, como el armamento o la heráldica, y se han detenido en leyendas y cuestiones que tratan de explicar las representaciones pictóricas, que datan de entre finales del siglo XII y mediados del XIV. Los investigadores recuerdan que en los últimos 100 años, las pinturas de la fortaleza calatrava han vivido dos procesos de restauración, el primero en los años 50 y el segundo en 2004. El cuidadoso diseño y la gran cantidad y calidad de imágenes que aparecen a lo largo de 70 páginas hacen del libro una obra di- rigida al gran público. «Nuestra intención era hacer un libro que entrara por los ojos, atractivo, con ilustraciones y mucho color para que todo el mundo pueda conocer las joyas que esconde la infraestructura», continua la autora. La guía ha visto la luz gracias al Centro de Estudios Bajoaragoneses (CESBA), que se ha encargado de impulsar la publicación en su empeño por poner en valor el patrimonio de la comarca. Para uno de sus miembros, Ignacio Micolau, este libro es «un capítulo de la cultura alcañizana muy importante que ya ha tenido muy buena acogida estas navidades». Por el momento, se han editado 1.000 ejemplares que pueden comprarse en las librerías del Ba- jo Aragón Histórico y en las oficinas de turismo de las comarcas bajoaragonesas por 12 euros. La comarca del Bajo Aragón se ha encargado de financiar la publicación. La presidenta de la institución, Ana Belén Andreu, anima a todos los vecinos a hacerse con un ejemplar. «Es importante que los bajoaragoneses podamos conocer en profundidad nuestra historia a través de todos los trazos y dibujos que guarda el castillo, uno de los elementos patrimoniales más importantes de Aragón. Es una oportunidad para que seamos los perfectos anfitriones de nuestra ciudad», destaca. No es la primera vez que Jordi Rovira y Àngels Casanovas trabajan en Alcañiz. En 1995, ya publicaron un estudio previo sobre las pinturas y otro sobre los grafitos del castillo calatravo. «Desde aquel momento hemos tenido una relación especial con el castillo y con la ciudad de Alcañiz», comentó la autora. «Siempre habíamos pensado que esto se merecía una guía, un trabajo divulgativo muy ilustrado para que la gente cuando subiera al castillo se llevara un recuerdo a su casa», comenta. Así las cosas, el libro llega tras cientos de visitas a la fortaleza del monte Pui Pinos, un amplio reportaje fotográfico de varios años y la certeza de que en cada paseo por el castillo calatravo se descubre un trazo, un elemento o una pintura nuevos que esconden las huellas de la historia de Alcañiz. MARÍA QUÍLEZ