Liberalización del mercado eléctrico español

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Liberalización del mercado
eléctrico español
En el suministro a cliente final
Juan José Fernández
Director de regulación de suministro de Endesa
27 de noviembre de 2014
Liberalización del mercado
eléctrico español
En el suministro a cliente final
27 de noviembre de 2014
Juan José Fernández
Fundación Ciudadanía y Valores
Contenido
1 EL PROCESO LIBERALIZADOR............................................................................................................... 1
2 EL MERCADO ELÉCTRICO ACTUAL. ALGUNOS DATOS Y SU EVOLUCIÓN ............................. 4
2.1 OFERTAS ...................................................................................................................................................... 5
3 CLAVES E INDICADORES.......................................................................................................................... 7
3.1 EL PROCESO DE CAMBIO DE SUMINISTRADOR ............................................................................................... 7
3.2 LA TASA DE SWITCHING EN ESPAÑA ............................................................................................................. 8
3.3 LA TASA DE SWITCHING EN OTROS SECTORES ............................................................................................. 10
4 EL PVPC Y LA TELEGESTIÓN................................................................................................................ 11
4.1 LOS NUEVOS EQUIPOS ................................................................................................................................. 12
5 ¿TENEMOS UN MERCADO TOTALMENTE LIBERALIZADO? ....................................................... 13
5.1 LA DISTORSIÓN DE LOS PRECIOS REGULADOS ............................................................................................. 13
5.2 LOS COMPONENTES DEL PRECIO ................................................................................................................. 14
5.3 LA COMPETENCIA ....................................................................................................................................... 16
6 LA PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR.................................................................................................... 17
6.1 EL BONO SOCIAL ......................................................................................................................................... 17
7 CONCLUSIONES. LA LIBERALIZACIÓN HA AVANZADO CON FUERZA, PERO... ................... 19
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1 El proceso liberalizador
El proceso liberalizador en España se inicia con la Ley 54/1997 tras pasar por unos
inicios complicados con una Ley que no llegó a aplicarse, la LOSEN (Ley de
Ordenación del Sistema Eléctrico). El cambio, desde una situación existente de
mercado regulado, con una planificación energética totalmente controlada por el
Gobierno y con el paraguas del Marco Legal Estable (Real Decreto 1538/1987) era
realmente un cambio profundo, cualitativo y cuantitativo.
Las sucesivas fases de liberalización efectiva dieron comienzo en 1998 y se podría
hablar de tres grandes etapas.
Primera etapa liberalización 1998 - 2007
El calendario de liberalización previsto en España fue modificado en diversas
ocasiones con el fin de acelerar y acortar el período transitorio hasta alcanzar la plena
liberalización, inicialmente prevista para el 1 de enero de 2007:
Sin embargo, en este período coexistían una tarifa regulada a la cual se podían
acoger todos los clientes con un mercado liberalizado incipiente.
La tarifa regulada, llamada entonces tarifa integral, era el precio regulado al que los
distribuidores suministraban energía a aquellos clientes que decidían no acceder al
mercado liberalizado. Esta tarifa integral, fijada administrativamente, comprendía tanto
el coste de acceso a las redes como el de adquisición de la energía. Sin embargo, el
coste de adquisición de la energía no se calculaba utilizando referencias de mercado,
sino la estimación que el Gobierno formalizaba y, por tanto, sujeto a errores o a
intervención administrativa.
En el periodo 2003-2005, el escenario de precios permitió un despegue y se produjo
un avance progresivo del grado de liberalización, a medida que se iba ampliando el
colectivo de consumidores con derecho a elegir suministrador.
A partir de 2005 se produjo un importante retroceso en el grado de liberalización
debido a la subida de precios mayoristas que no se transfirieron a la tarifa, con la
1
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consiguiente aparición de déficit. En esta situación, los comercializadores no podían
competir con la tarifa regulada, por lo que se produjo una evidente contracción en las
cuotas de liberalización alcanzando la cuota de energía liberalizada un 10%.
El alza de precios mayoristas en el mercado unido a la existencia de una tarifa refugio
(tarifa integral) fueron las dos principales causas del freno en la energía liberalizada,
como muestran las siguientes gráficas:
Precios energía mercado
70
62,4
65,8
60
40
46,5
45,6
50
34,9
35,1
39,0
38,4
37,3
35,6
€/MWh
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Segunda etapa liberalización: Introducción del déficit “ex ante” y desaparición
de las tarifas de alta tensión
A finales de 2006, y con el fin de solucionar los problemas que se plantearon, el
regulador introdujo la figura del déficit “ex ante”. A partir de entonces, se comenzó a
incorporar en la tarifa regulada una previsión del precio de la energía basada en
previsiones de precios de mercado.
Sin embargo, al sumar el coste de energía así obtenido a los costes de acceso
esperados, se obtenía una subida superior a lo políticamente aceptable. Para
mantener el coste de la electricidad bajo, las tarifas de acceso incorporaron lo que se
denominó déficit ex ante dando lugar a una tarifa de acceso más baja, que al añadir el
coste previsto de energía daba una tarifa total “políticamente aceptable”.
Es decir, se asumió una insuficiencia tarifaria reconocida previamente y se pasó del
déficit “ex post”, producido por la diferencia entre el coste de la energía en el mercado
y el implícito en la tarifa integral, a un déficit en las tarifas de acceso, conocido
previamente (déficit “ex ante”).
Adicionalmente, el regulador estableció que en julio de 2008 desaparecerían las tarifas
integrales de alta tensión y en julio 2009 todas las tarifas integrales, introduciendo la
tarifa y los comercializadores de último recurso.
El efecto en la liberalización de la introducción del déficit ex ante y de la desaparición
de las tarifas se puede observar en el siguiente gráfico:
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2
Fuente: Informe de Supervisión del Mercado Minorista de Electricidad, Segundo Semestre de 2010” de fecha 29 de
junio de 2011
Como se observa en la figura, la tendencia de retroceso de la liberalización cambia a
partir de 2007 (a pesar de que sigue generándose déficit) con la introducción del déficit
“ex ante”.
Ahora bien, mientras persisten tarifas reguladas el grado de liberalización se mantiene
relativamente bajo. Se observa un incremento importante a mediados de 2008, con la
desaparición con las tarifas de alta tensión, y otro a mediados de 2009, con la
desaparición de las tarifas integrales de baja tensión. Sin embargo, a partir de esa
fecha, la persistencia de la tarifa de último recurso supone un freno a la liberalización.
Tercera etapa liberalización: Desaparición de las tarifas integrales, aparición de
TUR - PVPC
Tras la desaparición de las tarifas integrales, la única tarifa regulada que persiste en
España es el PVPC. Legalmente, el suministro de último recurso se equipara al
mercado libre, desapareciendo el distribuidor como suministrador de electricidad y se
construye como una tarifa aditiva como suma de las tarifas de acceso, coste de la
energía basado en mecanismos de mercado y un margen de comercialización.
La fijación de un margen de comercialización que no refleja el coste real ha derivado
en que el PVPC es un precio difícilmente superable por los comercializadores libres.
En efecto, el propio RD 216/2014, de 28 de marzo, por el que se establece la
metodología de cálculo de los precios voluntarios para el PVPC y su régimen jurídico
de contratación, reconoce que el valor del margen de comercialización fijo para cada
una de las tarifas aplicables al PVPC será de 4 euros/kW y año1. Este margen no
valora el consumo del cliente y provoca que los márgenes para las comercializadoras
de último recurso sean nulos.
1
Disposición Adicional 8ª. Valores iniciales para el cálculo del precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC).
El apartado 2º señala: “El valor del margen de comercialización fijo, MCF, definido en el artículo 7, para cada una de
las tarifas aplicables al precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) a partir del 1 de abril de 2014 será de 4
euros/kW y año.
Este valor podrá ser modificado por Orden del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, previo Acuerdo de la
Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos”
3
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2 El Mercado eléctrico actual. Algunos datos y su evolución
Conforme a los datos que se pueden obtener de la CNMC y de OCSUM a diciembre
de 2013, se podrían obtener ratios muy clarificadores sobre la situación real del
mercado español partiendo de los siguientes datos:

Clientes de electricidad: 26.915.668

Clientes sin derecho a PVPC: 1.647.571


o
Clientes sin derecho a PVPC en PVPC : 117.467
o
Clientes sin derecho a PVPC en ML: 1.530.104
Clientes con derecho a PVPC: 25.268.097
o
Clientes con derecho a PVPC en PVPC: 15.169.260
o
Clientes con derecho a PVPC en ML: 10.098.837
Movimientos de cambios de electricidad realizados en España en el año 2013:
3.589.132
El siguiente gráfico muestra la distribución de los clientes en el mercado nacional
para el ejercicio 2013:
4
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Si comparamos con años anteriores, la cuota de mercado libre versus mercado
regulado (clientes en precio regulado) habría evolucionado de la siguiente forma:
Donde si bien las cifras son ya relevantes y muestran claramente una evolución
importante, no lo es menos la tendencia alcista que, hasta el momento, se ha
mantenido en el Mercado.
Será muy interesante realizar este mismo análisis dentro de 18 meses para poder
evaluar la influencia real del impacto de la implantación del PVPC, del que hablaremos
con posterioridad, en la evolución de la cuota de mercado libre versus mercado
regulado.
2.1
Ofertas
La realidad del mercado es que hoy en día el consumidor puede tener acceso a una
gran cantidad de ofertas, muy diferentes unas de otras. A la propia diversidad de los
servicios, se une el buen número de comercializadores activos, lo que se traduce en
unos paquetes de ofertas donde el consumidor va a poder encontrar con toda
probabilidad alguna que sea de su interés.
Estas diversidades son fruto de la propia libertad del mercado y del interés de los
comercializadores por diferenciar sus ofertas de las de sus competidores. Esto es
normal y pasa absolutamente en todos los mercados de bienes y servicios donde
existe una competencia efectiva. Aquí, si bien es cierto que el Regulador no debería
intervenir o hacerlo con mucha mesura en un mercado libre en competencia, se deben
establecer ciertas medidas de protección orientadas exclusivamente a los
consumidores domésticos, pues las empresas e industrias generalmente ya cuentan
5
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con los medios o recursos para analizar, evaluar y contratar en las mejores
condiciones.
Lejos de ir por el camino de un intervencionismo, no deseable en un mercado libre y
competitivo, la tutela del Regulador sobre el mercado minorista se debería orientar a
garantizar que el cliente esté correcta y adecuadamente informado de sus derechos
como consumidor, velando para que la forma de informar y de contratar se realice
ofreciendo información veraz y clara de lo incluido o no en las ofertas, de la validez y
los plazos de vigencia, de las posibilidades y condiciones de revisión de precios si
existieran, de los costes de los componentes ajenos al propio servicio energético, etc.,
así como de los servicios básicos que debe tener disponible el consumidor, como los
teléfonos de atención, los plazos para cancelar su contratación y los canales para
reclamaciones.
En definitiva, la intervención del Regulador en el mercado debería ceñirse a la labor de
vigilancia sobre el cumplimiento de la normativa, incluida la de protección al
consumidor, y del correcto funcionamiento del propio mercado en competencia.
Esta tutela sobre la adecuada información al consumidor se debería materializar en
obligaciones sobre mínimos en la información ofrecida, claridad en documentos
contractuales, así como canales de información y reclamación. Más allá de estos
términos, el Regulador únicamente debería realizar recomendaciones sobre buenas
prácticas o conductas comerciales, pues entrar en obligaciones sobre esta materia
podría suponer intervencionismo sobre un mercado libre y en competencia. En caso
de producirse prácticas comerciales abusivas o conductas anticompetitivas, el
Regulador dispone de eficaces mecanismos para investigar y, en su caso, sancionar
aquellas conductas o prácticas que se consideren incorrectas.
Una amplia gama de suministradores y una gran diversidad de ofertas es sin duda
síntoma de un mercado competitivo que avanza hacia su madurez, sin embargo
también es cierto que esta gran diversidad a veces genera en el consumidor cierta
confusión, a la que contribuye sin duda la intrínseca complejidad de los mercados
energéticos, y concretamente los de gas y electricidad, tal y como ya hemos
comentado en el capítulo relativo a los contratos.
No hay que olvidar que el precio final que el consumidor paga es el aspecto más
valorado por los clientes. Aquí la formación del precio es clave y la habilidad del
comercializador radica, haciendo un ejercicio de simplificación y ejemplificando para la
electricidad, en hacer casar dos curvas. Por una lado, una que resulta de la estimación
del consumo, hora a hora, que va a realizar ese consumidor durante el período que
cubre la oferta realizada, normalmente por uno o dos años. Una vez obtenida esta
estimación de consumo se realiza otra curva similar, hora a hora, con la estimación de
los precios del mercado de electricidad para el mismo período. Al casar ambas curvas
se obtendría el coste previsto hora a hora de la electricidad, y de la suma de todos
esos costes horarios se obtendría el coste total del suministro a ese cliente durante el
período ofertado.
Esta complejidad, junto a la diversidad comentada de productos y servicios que se
pueden ofertar, hacen que para el consumidor poco interesado o poco informado en el
tema le pueda resultar difícil comparar y decidir.
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3 Claves e Indicadores
Un aspecto crucial en la liberalización del mercado es la posibilidad de cambiar de
suministrador. Si bien la conexión a las redes de distribución es algo inamovible donde
el consumidor va a tener nula capacidad de elección, es en la compra de la energía
donde nace un nuevo negocio al amparo del nuevo mercado liberalizado.
El comercializador, un agente inexistente antes del inicio del proceso liberalizador, se
revela como pieza clave tomando el papel de interlocutor del cliente para todos los
temas relativos al suministro, excepto los aspectos técnicos y de seguridad que,
obviamente siguen siendo responsabilidad del distribuidor.
Es por tanto esta posibilidad de cambio de suministrador lo que de verdad materializa
la liberalización del mercado.
Para poder trabajar con los cambios de comercializador y poder sacar conclusiones
hay un indicador muy importante que mide precisamente los ratios de cambio. Este
índice, denominado tasa de switching, es junto con una descripción del propio
proceso, de lo que hablaremos a continuación.
3.1
El proceso de cambio de suministrador
Un cambio de comercializador se produce cuando un cliente, suministrado hasta ese
momento por un comercializador, acepta una oferta de otro comercializador distinto y
contrata con éste un nuevo suministro. Los pasos que se dan y las actuaciones que se
llevan a cabo constituyen en sí mismos el proceso de cambio de suministrador.
En todo proceso de cambio de comercializador intervienen cuatro actores:

Cliente. El consumidor es el elemento más importante. Es el que decide que el
cambio se efectúe al aceptar la oferta del que será su nuevo suministrador.
Como normalmente el cambio se produce por un mejor precio, condiciones o
servicio, sus expectativas se centran en que el cambio se produzca lo antes
posible para poder beneficiarse cuanto antes de sus nuevas condiciones.

Comercializador saliente. Es el comercializador actual suministrador del
cliente, que va a dejar de serlo. Normalmente, no conoce la pérdida de su
cliente hasta que recibe una comunicación del distribuidor en ese sentido. Su
papel en el proceso suele ser pasivo.

Comercializador entrante. Es el comercializador al que el cliente acaba de
aceptar la oferta y con quien desea contratar. Inicia el proceso con una serie de
comunicaciones al distribuidor.

Distribuidor. Es el agente sobre el que pivota toda la operativa de los cambios.
Como agente regulado, actúa de acuerdo a la normativa y a unos
procedimientos establecidos. Recibe y envía comunicaciones a ambos
comercializadores, pero no interactúa con el cliente. Valida y activa el cambio,
estableciendo la fecha formal de inicio del comercializador entrante y la de
cese del saliente, dentro de unos plazos también establecidos, y efectúa la
lectura de los equipos de medida para la determinación de los consumos
anteriores y posteriores al cambio de comercializador.
7
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De forma bastante similar a lo que ocurre con las ofertas, muy diferentes según el
tamaño del cliente, todo lo que envuelve un proceso de cambio de suministrador
difiere según el tipo de cliente de que se trate. Básicamente las diferencias se refieren
a aspectos como la propia mensajería de intercambio de información y, sobre todo, los
plazos.
Fundamentalmente se podría decir que hay dos tipos de tratamiento, para
consumidores domésticos, con potencias contratadas hasta 15 kW, y consumidores
industriales, que serían el resto.
El tratamiento de los consumidores domésticos se corresponde con operaciones
donde se maneja un elevado volumen de clientes con enormes cantidades de datos e
información, como se desprende del mero análisis de los volúmenes de cambios
realizados.
3.2
La tasa de switching en España
Cuando se discute sobre mercados liberalizados se suelen utilizar diversos datos y
ratios para tratar de explicar su grado de avance. Entre otros, se utilizan cuotas de
mercado, cuotas de penetración, etc., siendo uno de los ratios más utilizados es la
llamada “tasa de switching”.
La tasa de switching trata de representar la movilidad de los clientes en el mercado
liberalizado e indica si dichos clientes se mantienen muy fieles a su comercializador o,
si por el contrario, son proclives a cambiar de agente.
Para calcular este ratio se divide el número de cambios de comercializador realizados
en un período, un año es lo que se toma a efectos comparativos, y se divide por el
volumen total de clientes de ese mercado. El resultado, en términos porcentuales,
indica cuántos clientes de cada cien han cambiado de un comercializador a otro,
cálculo que se puede hacer por empresas, regiones, países….
De este modo, en muchas publicaciones y estudios nacionales e internacionales, se
establecen multitud de comparativas y conclusiones alrededor de las tasas de
switching, pero cabría preguntarse sobre si las conclusiones de estos análisis son
realmente acertadas, o si, efectivamente, son homogéneas.
Supuesto un tratamiento homogéneo de la tasa de switching, el dato resultante nos
puede mostrar el grado general de avance, pero jamás nos dará las claves sobre
dónde actuar si se quiere avanzar en la liberalización.
Teniendo en cuenta los datos del año 2013, si consideramos el colectivo global de
clientes, obtendríamos en España una tasa de switching del 12,2%, cifra habitual en el
entorno de varios países europeos.
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Más aún, si se analizan los colectivos de clientes que, por un lado no tienen derecho a
PVPC (aquellos de más de 10kW de potencia contratada) y los clientes que, teniendo
derecho a PVPC han accedido al mercado libre contratando con un comercializador,
se puede apreciar que mantienen una buena actividad en el mercado y cambian de
suministrador con unos ratios incluso superiores, alcanzando un 13,7% los primeros y
un 13,15% los segundos.
El comportamiento del mercado español, cuya tasa de switching estándar es
aproximadamente del 12%, es similar, e incluso superior, a la de países con un
mercado teóricamente más avanzado, como por ejemplo Gran Bretaña o Alemania.
Es conveniente recordar que cuando se compara el mercado español con el del resto
de países europeos no se tiene en cuenta en muchas ocasiones que España mantiene
una tarifa PVPC regulada. Es interesante observar, en este sentido, el caso de
Francia, con bajos índices de switching, donde el 97% del mercado minorista sigue
acogido a mercado regulado2 y donde el paso obligatorio a mercado libre está fijado
para el 1 de enero de 2016, aunque persistirá una tarifa regulada para los suministros
con potencias contratadas por debajo de 36 KVA. En este escenario la tasa de
switching3 nunca ha superado un 4% desde 2008 y en 2013 se produjo un descenso
frente a la de 20114.
De todo lo anterior, se concluye que tanto el colectivo que está obligado a estar en ML
como el colectivo que están en ML con derecho a PVPC tienen unas tasas de
switching similares a otros países donde el mercado está completamente liberalizado.
2
En España, como se ha visto, no llegaba al 70% en 2012. En 2013 el porcentaje alcanzado es de un 57%.
Informe del CRE de 2012-2013.
4
Incluso este ratio, inferior al 4% , sería discutible pues en su cálculo se tienen en cuenta, aparte de los cambios de
suministrador, los nuevos suministros que se inician con un comercializador, lo que en España denominamos “altas
directas” y que aquí no contabilizamos como movimientos de cambios de suministrador.
En 2012 se realizaron más de 600.000 altas directas en España. Se corresponden con nuevos suministros que
contrataron directamente con un comercializador. Dicha cifra supone un 2,18% del total de clientes a finales de 2012.
3
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3.3
La tasa de switching en otros sectores
Como se ha indicado anteriormente, la tasa de switching en electricidad en España es
equiparable, e incluso superior a la de otros países de la UE. Para reforzar esta idea,
en el siguiente gráfico se muestran las tasas de switching para 2013 de los sectores
eléctrico y gasista comparadas con otros mercados:
Como se observa, la tasa de switching estándar del mercado eléctrico está en niveles
similares a otros servicios donde no hay alternativas de precios regulados y existe una
elevada competencia entre las distintas empresas prestatarias del servicio. Baste
fijarse, por ejemplo, en la tasa para la telefonía.
Ello permite extraer la conclusión de que el mercado eléctrico español es un mercado
maduro, opinión también compartida por la propia CNMC en su Informe de supervisión
del mercado minorista de electricidad, julio 2011 – junio 20125.
5
“A junio de 2012, la tasa de switching del mercado minorista español asciende a un 12%. Esta tasa de switching
comprende más de 1,2 millones de cambios de CUR a mercado libre y más de 1 millón de cambios entre
comercializadoras libres. Esta tasa de switching situaría al mercado minorista español en el grupo de los “Warm Active
Markets” según el “Utility Customer Switching Project” de VaasaETT. En este grupo se encuentran aquellos países con
una tasa de switching anual entre el 8,5% y el 14% y en el que las comercializadoras se exponen a un riesgo
considerable de pérdida de clientes si no compiten activamente en el mercado o si no fidelizan adecuadamente a sus
clientes”. Según el “Annual report on the results of monitoring the internal electricity and natural gas markets in 2011” de
CEER, la tasa de switching del mercado minorista español se ha ido incrementando significativamente desde el año
2009 debido principalmente a cambios regulatorios16. A finales de 2011, la tasa de switching (10%) se encontraba sólo
por detrás de las tasas de U.K (15,4%), Irlanda (15,1%) y Noruega (11,3%).”
10
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4 El PVPC y la telegestión
La implantación del mecanismo del Precio Voluntario para el pequeño Consumidor
(PVPC) supone uno de los cambios más drásticos y además llevados a cabo en menor
tiempo, que se han realizado en la historia del sector Eléctrico español.
Si se tuviera que definir qué es este mecanismo en pocas palabras, bastaría decir que
se trata de llevar al cliente doméstico directamente la señal de precio del mercado
mayorista de electricidad, algo que hasta la fecha solamente los comercializadores de
mercado libre ofrecían a sus grandes clientes.
Dado que se trata de una traslación del mercado mayorista y éste funciona con precios
horarios, el significado final es que un consumidor doméstico, para el consumo de su
domicilio, va a acabar pagando por su electricidad consumida un precio que
dependerá del correspondiente al mercado en esa hora.
En la actualidad el PVPC con facturación horaria real está en fase de implantación y
está previsto que las primeras facturas con curva horaria real se realicen, por parte de
los comercializadores de referencia, a partir de abril de 2015. Mientras se está
facturando a estos consumidores mediante los perfiles estándares.
Precio horario Mercado
1
Telemedida/Telegestión
Medida horaria real
Perfil Estándar
2
Equipo tradicional
No es ya momento de discutir sobre la conveniencia o no de este radical cambio de
modelo de facturación. El PVPC ya está en marcha y se llevará delante de la mejor
manera posible. Es inevitable, eso sí, hablar de la gran complejidad que se introduce
y que se puede resumir en los siguientes conceptos:

El volumen medio de información se multiplica por más de 700.

Va a existir una mayor dependencia de las comunicaciones.

Es necesaria una nueva regulación para asegurar la integridad y validez de los
datos.

Es necesaria una nueva regulación que permita estimar los datos en caso de
incidencia en la lectura.

Son necesarios nuevos formatos de intercambio de información.

Cobra mayor importancia la seguridad y protección de los datos.
Todo esto lleva aparejada la necesidad de importantes desarrollos de los sistemas de
información de distribuidores y comercializadores. Y esto, además del coste, lleva un
11
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tiempo y se deben manejar plazos de implantación que permitan la puesta en
explotación de estos sistemas que, no olvidemos, servirán para facturar, con las
suficientes garantías.
4.1
Los nuevos equipos
Los nuevos equipos, sin entrar en excesivos detalles técnicos, incorporan las
siguientes características como equipos de medida:

Discriminación horaria de 6 períodos.

Registro bidireccional de energía activa.

Registro de energía reactiva en los cuatro cuadrantes.

Registro de potencia máxima cuarto horaria.

Almacenamiento de 3 meses de curvas horarias de energía activa y reactiva.

Parámetros de calidad (nº y duración de interrupciones de más de 3 min.,
tiempo con tensión fuera de límites)

Interruptor de control de potencia incorporado
Y tienen (o podrán tener) las siguientes funcionalidades:

Lectura remota de energía y potencia

Lectura remota de parámetros de calidad

Parametrizaciones en remoto:

Periodos de discriminación horaria

Potencia contratada

Otros parámetros de contrato

Corte y reconexión del suministro en remoto

Capacidad de gestión de cargas (reducción de la demanda en momento
críticos)
Con estos equipos y la implantación del PVPC se podría concluir que hasta ahora el
consumidor doméstico recibía una única señal de precio anual. Es a lo que venía
estando acostumbrado, pero ahora percibirá la volatilidad de los precios del mercado
de la electricidad. El Regulador, sin embargo, espera así dar un paso decisivo hacia la
mejora de la eficiencia.
12
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5 ¿Tenemos un mercado totalmente liberalizado?
5.1
La distorsión de los precios regulados
El proceso de liberalización en el sector eléctrico español se ha realizado de forma
progresiva. Durante largos períodos han convivido las tarifas integrales – fijadas
administrativamente y que, en ocasiones, no eran representativas del coste real - con
la posibilidad de adquirir la energía eléctrica a precios libremente pactados con los
comercializadores. Esta coexistencia ha supuesto un freno a la liberalización y se ha
resentido la competencia.
Cualquier tarifa regulada, aunque esté bien calculada, y responda a precios de
mercado y a los costes reales del suministro, supone una cierta barrera a la
competencia. Pero en el caso español las tarifas reguladas distan mucho de estar bien
calculadas por dos motivos:

Existencia de tarifas integrales que convivían con un mercado liberalizado y en
las que el cálculo del coste de la energía no respondía a una metodología
objetiva ni se basaba en el mercado.

Introducción de un PVPC que responde a una metodología transparente pero
en la que se establece un margen de comercialización inferior al coste real y
que por tanto se convierte en una tarifa difícil de batir.
La existencia de una tarifa regulada supone el principal freno a la liberalización del
mercado eléctrico. Esta conclusión también fue compartida por la extinta CNE, ahora
CNMC, en varios informes relativos a la evolución de la competencia en los mercados
de gas y electricidad durante el periodo 2007-2009 ya alertaba de que:
“Los costes de captación de clientes (y, en particular los costes de marketing y
publicidad) tienden a ser nulos para las comercializadoras de último recurso. Por otra
parte, los comercializadores libres se enfrentan a dichos costes para competir por los
consumidores con derecho a TUR. Con el fin de tener en cuenta ambas situaciones,
se considera necesario que los costes de captación de clientes sean incluidos en la
TUR y tratados como ingresos liquidables del sistema” 6.
Esta opinión ha sido reiterada por la CNMC posteriormente en otro Informe sobre la
evolución de la competencia en los mercados de gas y electricidad de 13 de
septiembre de 2012 volvía a incidir en esta cuestión al señalar que debe contemplarse
“la desaparición de los precios finales reguladas en los mercados minoristas de gas y
electricidad”.
De nuevo, la CNMC en uno de sus últimos informes, de fecha 25 de febrero de 20147,
insiste que el consumidor puede tener pocos incentivos a pasar al mercado libre. En
efecto, señala que “ (…) establecer márgenes de comercialización inferiores a los que
incurriría un comercializador libre podría afectar negativamente al desarrollo del
mercado minorista y podría ir en contra de lo establecido en el artículo 17.1 de la Ley
24/2013 al ocasionar distorsiones de la competencia en el mercado.
6
Informe CNE sobre la evolución de la competencia en los mercados de gas y electricidad, periodo 2007-2009, página
32
7
Informe sobre la propuesta de Real Decreto por el que se establece la metodología de de cálculo de los precios
voluntarios para el pequeño consumidor y su régimen jurídico de contratación (página 53).
13
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(…) se indica que, los costes de captación de clientes (y en particular, los costes de
marketing y publicidad) tienden a ser nulos para los comercializadores de último
recurso (al habérseles asignados los consumidores directamente), mientras que los
comercializadores libres se enfrentan a dichos costes de entrada para competir por los
consumidores con derecho al PVPC.”
En suma, se trata de un problema estructural de diseño de mercado difícilmente
subsanable sin la aplicación de las correspondientes correcciones regulatorias.
Asimismo, los datos demuestran que el mayor grado de concentración existente en el
mercado minorista de baja tensión en nuestro país obedece a los extremos apuntados
anteriormente, por lo que no se trata de problemas coyunturales derivados de
prácticas supuestamente anticompetitivas de las compañías eléctricas.
5.2
Los componentes del precio
El precio es sin duda ele elemento más valorado por el cliente a la hora de una
contratación de suministro, siendo habitualmente la referencia que toma el consumidor
para decidir con quién contratar.
Probablemente el consumidor no es del todo consciente de que solamente la mitad de
lo que se paga en cada factura va destinado a conceptos propios del suministro que
recibe, aunque el nuevo modelo de factura se va a encontrar con información a este
respecto:
En el gráfico incorporado en las facturas se agrupan conceptos regulados que
responden a costes reales y a decisiones políticas, pero que si se reagruparan, se
podría llegar a un detalle similar al que se expone a continuación.
Así, si por simplificar respecto al importe de la energía, nos situáramos en un
escenario anterior al de la publicación del Real Decreto del PVPC, de cada 100€ que
un consumidor ha estado pagando a lo largo de 2013, poco más de 50€ van a pagar
realmente los costes de generar, transportar y distribuir la electricidad que
consumimos. El desglose de estos costes sería el siguiente:
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
Coste de energía valorada a precio de mercado: 32,7€. Este coste se determinaba
cada trimestre mediante una subasta supervisada por la Comisión Nacional de los
Mercados y la Competencia y representa el precio al que venden la electricidad los
distintos generadores: centrales hidráulicas, nucleares, de carbón, de gas y
diferentes fuentes renovables (fotovoltaica, eólica, etc.).

Coste de transporte: 3,8€. Es el coste de desarrollar y mantener la red de muy alta
tensión, propiedad de Red Eléctrica de España, empresa con participación pública
que transporta la electricidad desde las centrales de generación.

Coste de distribución: 12€. Con esto se paga el desarrollo y mantenimiento de la
red de alta, media y baja tensión, propiedad de las empresas distribuidoras, que
lleva la energía desde la red de transporte a cada punto de consumo.

Otros costes: 2,4€. Aquí se engloban varios conceptos, el principal de los cuales
es el sobrecoste del suministro en las Islas Canarias y Baleares, Ceuta y Melilla.
Éste se debe a que el coste de producir electricidad en estas zonas es más caro
que en la Península. La diferencia de precios se reparte entre todos los
consumidores, para conseguir que la tarifa sea igual en todo el territorio español.
Hasta aquí se habría pagado 50,9€ por todo lo que sería el coste real de la electricidad
que llega a nuestros hogares o negocios. Pero, ¿y el resto que se paga hasta los
100€?
De los 49,1€ restantes, el desglose sería el siguiente:

Primas al Régimen Especial: 21,4€. Se trata de una subvención con la que se
incentiva la producción de electricidad con energías renovables, principalmente
fotovoltaica, eólica y cogeneración. Los generadores en régimen especial
complementan los ingresos que perciben por vender su energía en el mercado con
estas primas o subvenciones. Es interesante que sepamos que, desde 2005, esta
partida se ha multiplicado por 8, debido a decisiones de fomento de energías
renovables tomadas por los sucesivos Gobiernos con el respaldo de una Directiva
Europea.

Anualidades del déficit: 6,3€. Por sucesivas decisiones del Gobierno, desde hace
años la tarifa de acceso resulta insuficiente para cubrir la totalidad de los llamados
costes regulados (transporte, distribución, primas al Régimen Especial y otros
costes). Debido a ello, a que se gasta más de lo que se ingresa, cada año queda
una parte de los costes pendiente de pago: es el llamado “déficit de tarifa”, que se
carga “a plazos” en los recibos de los años siguientes. Estos 6,3€ que ahora se
pagan van destinados a cubrir esos costes que se dejaron pendientes de pago en
años anteriores.

Impuestos: 21,4€. Todos los consumidores estamos pagando dos impuestos:
impuesto eléctrico, que se destina a la financiación de las Comunidades
Autónomas, y el IVA máximo del 21%. Para hacernos una idea, se pagan más
impuestos por la electricidad que por cualquier artículo de lujo.
Hay decisiones recientes que han contribuido al incremento de los precios. Así, por
ejemplo, el precio del mercado de electricidad en España (los 32,7 € de los que
hablábamos antes) se encontraba en la banda baja de los precios europeos, hasta que
a principios de 2013 se introdujeron diversos impuestos a la producción de
electricidad, que lógicamente inciden en el precio final que paga cualquier consumidor
y que han tenido como consecuencia que el coste de la energía en España haya
pasado a estar entre los más caros.
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En definitiva, estas decisiones de política energética tienen como consecuencia
precios más altos que todos deberemos soportar. No obstante, independientemente de
cuál sea el precio final en la factura, las empresas distribuidoras y transportistas
seguirán ingresando lo mismo, la retribución establecida por el Gobierno. Y el precio
de la energía, que es lo que ingresan los generadores, incluso después de las últimas
subidas, está en 2013 por debajo de los valores de 2011 y 2012.
Si hacemos un análisis de la evolución de los precios, con el desglose expuesto,
desde el año 2005 al 2013, nos encontraríamos con el siguiente gráfico:
Donde se aprecia que mientras la evolución de los costes que realmente se
corresponden con el servicio han evolucionado con un incremento del 12%, los costes
fruto de las decisiones políticas lo han hecho con un incremento del 200%.
Más interesante es el análisis de las evoluciones particulares de los distintos
componentes y las conclusiones que se podrían sacar son muchas.
5.3
La competencia
Pese a las distorsiones que introducen los precios regulados, la carga de elementos
ajenos al servicio entre los costes que paga el consumidor y la evolución sufrida por
estos últimos componentes, lo cierto es que el Mercado eléctrico se encuentra en una
avanzada fase de liberalización. Así lo demuestra el interés de los consumidores en
buscar, comparar y contratar, como se ve en el indicador de la tasa de switching.
En el último boletín informativo sobre la evolución del mercado minorista de
electricidad en los sistemas peninsular e insular con datos del Primer semestre de
2013, y publicado en febrero de 2014, la CNMC muestra los indicadores de fidelización
y captura entre empresas comercializadoras por clientes suministrados en mercado
liberalizado.
16
En dicho informe la CNMC muestra que el 40% del total de los consumidores (de
media para dicho periodo) compraban su electricidad en el mercado, y de ellos, el 73%
(74% el año anterior) lo hacían a través del mismo grupo empresarial del distribuidor.
Sin embargo, el 27% (26% en 2012) de los consumidores que habían accedido al
mercado hasta junio de 2013 habían optado por cambiar de suministrador. En este
sentido, el porcentaje de consumidores en libre mercado ha aumentado del 30% en
junio de 2012 al 40% en junio de 2013. Por lo que se confirma la tendencia al
crecimiento de la tasa de switching en mercado libre.
De estos datos se puede concluir que el mercado evoluciona satisfactoriamente. A
nivel nacional es patente que el avance de la liberalización ha seguido un ritmo
paulatino al igual que las tasas de switching, que han experimentado un importante
crecimiento en los últimos años, véase el gráfico siguiente que muestra los contratos
en Mercado Libre y en Precio Regulado así como la evolución de las solicitudes de
cambio de comercializador y las tasas de switching.
Sin embargo esta visión se debe mantener dentro de un contexto de moderado
optimismo, pues no hay que olvidar que en mercados masivos, como el doméstico, los
comercializadores trabajan con unos márgenes muy reducidos y con un creciente
incremento de los costes comerciales de captación de clientes.
Pero lo más relevante de todo sigue siendo que la comercialización se ve frenada
pues a la propia competencia entre vendedores, se suma un factor tan importante
como es la competencia de facto que ejerce el precio regulado, ahora el PVPC, con un
umbral de acceso muy elevado y unos precios trasladados directamente del Mercado y
que realmente dificultan la salida de los clientes domésticos al mercado.
6 La protección al consumidor
6.1
El bono social
El Bono Social se establece en el Real Decreto-ley 6/2009, de 30 de abril, por el que
se adoptan determinadas medidas en el sector energético y se aprueba el bono social,
y se desarrolla mediante la Resolución de 26 de junio de 2009, de la Secretaría de
Estado de Energía, por la que se determina el procedimiento de puesta en marcha del
bono social.
El Bono Social se establece bajo el concepto de precio de referencia que, a efectos
prácticos, viene a suponer una congelación del precio que pagaría un consumidor con
derecho a acogerse al Bono Social a la entrada en vigor del citado Real Decreto-ley
frente al precio actualizado que estaría pagando en cada momento a su tarifa
correspondiente.
Dado que el Bono Social se aprueba a finales de junio de 2009, el ahorro de un
consumidor acogido sería precisamente el diferencial relativo al incremento de tarifas
experimentado en julio de 2009.
En marzo de 2014, con la aprobación del Real Decreto por el que se establece el
PVPC, esta referencia de precio respecto al de 2009 se cambia por el nuevo concepto
de Tarifa de Último Recurso para consumidores vulnerables, aplicándose para este
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colectivo un descuento del 25% sobre el precio resultante del PVPC, siendo ahora el
bono social la diferencia entre el precio resultante de la aplicación del PVPC y el precio
TUR con descuento.
Colectivos beneficiarios del Bono Social
Tienen derecho al bono social los siguientes colectivos:

Consumidores con potencia contratada en su primera vivienda menor a 3 kW

Pensionistas. En este caso titulares de un punto de suministro con 60 o más
años de edad que acrediten ser pensionistas del Sistema de la Seguridad
Social por jubilación, incapacidad permanente o viudedad, y que perciban las
cuantías mínimas vigentes en cada momento.

Familias numerosas. Siempre y cuando el suministro esté acogido a la tarifa de
último recurso y el punto de suministro se corresponda con el de la vivienda
habitual del titular.

Desempleados. Aplicándose a los titulares de puntos de suministro que
acrediten formar parte de una unidad familiar que tenga todos sus miembros en
edad de trabajar en situación de desempleo.
En el mercado eléctrico convive el bono social, del que se benefician entorno a 2,5
millones de españoles.
En un mercado en competencia, las políticas sociales dentro de las cuales se enmarca
el bono social, no deberían tomar la forma de ayudas directas al consumo eléctrico,
sino que deberían ser aplicadas de forma que interfieran lo menos posible con el
principio de asignación eficiente en el mercado.
En este sentido, estas medidas se pueden canalizar a través de instrumentos
específicos de redistribución de la renta, como ayudas sociales para los colectivos
más vulnerables, haciendo de esta manera que las ayudas sean independientes del
consumo y que no distorsionen el precio del mercado.
En el caso del Reino Unido, por ejemplo, ya no existen tarifas integrales y todos los
consumidores acuden al mercado liberalizado, las empresas, junto con la
Administración, buscan sistemas variados de apoyos para aquellos clientes
desfavorecidos (ayudas directas al consumo, subvenciones a la eficiencia energética –
como iluminación o aislamiento, etc.).
Estos sistemas se engloban bajo el concepto de “fuel poverty” o “pobreza energética”
según la traducción de la Directiva, y se aplican a todos aquellos consumidores que
dedican más del 10% de su renta al consumo energético (gas y electricidad).
En España sería conveniente articular alternativas similares para evitar que medidas
de este tipo mantengan su parte de distorsión en el mercado eléctrico.
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7 Conclusiones. La liberalización ha avanzado con fuerza,
pero...

En España el mantenimiento de precios regulados es el auténtico freno a la
liberalización del sector eléctrico. Esto es así debido a que al estar disponible
para un número de clientes tan elevado y al existir de facto un diferencial
sumamente escaso entre el precio que pagan los clientes en PVPC y el que
podrían obtener de un comercializador en mercado libre, deviene que el
principal competidor de un comercializador en mercado minorista sea el propia
PVPC.

En tan solo 4 o 5 años de liberalización cuasi efectiva se ha pasado de una
situación en la que el 100% de los clientes estaban siendo suministrados por la
empresa tradicional a una tarifa integral y totalmente regulada, a un mercado
en el que los comercializadores compiten entre ellos (y contra el precio
regulado que persiste) y, según datos de la CNMC, en junio de 2013 el grado
de liberalización en mercado libre era aproximadamente de un 40%.
El efecto pernicioso de la existencia de precios regulados se demuestra en el
hecho de que hay mucha más competencia y mayor penetración de
competidores en alta tensión que en baja tensión, En alta tensión el
consumidor solo puede comparar la oferta de un comercializador frente a la de
otro, mientras que en el mercado de baja tensión, donde la gran mayoría tiene
derecho a precio regulado, cada comercializador debe competir, no solo contra
la oferta de otro agente, sino contra el precio regulado y la sensación de
seguridad y continuismo que transmite, sobre todo cuando el mercado eléctrico
permite márgenes muy reducidos y ahorros que son pequeños en valor
absoluto.

Adicionalmente, y tomando como referencia el informe citado de ACER, en
España tenemos una factura eléctrica en el que los componentes de
impuestos, tasas, y costes no asociados al suministro eléctrico (como los
subsidios a las energía renovables), forman una parte muy importante del
precio que paga el consumidor final y suponen hasta prácticamente el 50% de
la factura. Estas cantidades no se corresponden con los costes reales del
suministro (energía, transporte y distribución, fundamentalmente) sino que son
fruto de decisiones de política energética del Gobierno, que deja poco espacio
para la competencia.

En España los ahorros en electricidad son relativamente pequeños para un
consumidor doméstico, por lo que el consumidor no tiene incentivo a cambiar
por el ahorro y los comercializadores han de buscar otros argumentos u
ofertas, como servicios añadidos, ofertas duales, etc.
En este sentido, es más que evidente la grave distorsión que provoca en el
mercado el PVPC, al ser usado como elemento de comparación para los
consumidores. En muchas ocasiones el consumidor doméstico no compara
ofertas entre Comercializadores de mercado libre, si no que compara cada
oferta de éstos con el precio que pagaría en tarifa regulada, que se erige de
nuevo como el principal competidor de los comercializadores.
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