DIPLOMADO EN INVESTIGACIÓN PSICO-CRIMINO-DELICTIVA ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI Lic. HILARIO AGUILAR MUÑOZ JEFE DE GRUPO Julio de 2006. OBJETIVO: LOS PARTICIPANTES AL FINAL DE LA ASIGNATURA PODRÁN ANALIZAR EL MODUS OPERANDI DE MANERA PRACTICA PARA LA INVESTIGACIÓN DE LOS DELITOS. DIAGRAMA DE CONTENIDOS UNIDAD 1 MODUS OPERANDI Y SUS FUENTES DE INFORMACIÓN UNIDAD 2 ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI UNIDAD 3 INTELIGENCIA CRIMINAL TOTAL: 20 HORAS PROGRAMA DESARROLLADO INTRODUCCIÓN UNIDAD 1 MODUS OPERANDI Y SUS FUENTES DE INFORMACIÓN 1. MODUS OPERANDI 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 1.6 1.7 CONCEPTO. TEORÍA FACTORES OBJETIVO DEDUCCIONES DE DATOS UTILIZACIÓN DE DATOS FUENTES DE INFORMACIÓN DEL MODUS OPERANDI 1.7.1 1.7.2 1.7.3 1.7.4 DOCUMENTALES HUMANAS TÉCNICAS INDICIARIAS ( LUGAR DE LOS HECHOS) UNIDAD 2 ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI 2. ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI 2.1 2.2 2.3 2.4 CUADRO ESQUEMÁTICO. ESTADÍSTICO. CARTOGRÁFICO. ESQUEMATIZACIÓN DE RELATOS. UNIDAD 3 INTELIGENCIA CRIMINAL 3. INVESTIGACIÓN DEL MODUS OPERANDI EN INTELIGENCIA CRIMINAL 3.1 3.2 3.3 ANTES DURANTE DESPUÉS 4. CONCLUSIONES 5. CONTROLES DE LECTURA UNIDAD 1 MODUS OPERANDI Y SUS FUENTES DE INFORMACIÓN 1. MODUS OPERANDI 1.1 CONCEPTO. La manera mas sencilla de definir a este termino es como “la forma de operar de un delincuente”, en el cual se toman en cuenta todas las particularidades de la comisión del hecho delictivo, para estar en posibilidad de realizar un correcto análisis de las conductas desplegadas, nos proporcionara cierta predicción del perfil criminal del sujeto. El primer material publicado que se refirió al modus operandi apareció en 1913, escrito por el mayor sir. Llewelyn W. Atcherley, entonces alguacil en jefe de la policía montada del oeste Yorkshire, Inglaterra. Para Scotland Yard se conoce como el índice de métodos. Este es un índice de los métodos usados en la perpetración de los delitos, con índices adicionales de deformidades y características, propiedades robadas y otros datos. Las peculiaridades del delincuente, métodos, técnicas, descripciones, herramientas usadas, etc. Son cuidadosamente informadas, anotadas y puestas en un índice para propósitos de consulta. Al hacer un correcto análisis del modus operandi estaremos en posibilidad en cierto grado de predecir la conducta delictiva, cuando esta es reiterativa o analizar el delito globalmente si es que s un evento. 1.2 Teoría del modus operandi. La teoría del modus operandi se basa en que el delincuente, al igual que todos los seres humanos es una criatura de hábitos. Este puede crearse intencional o accidentalmente. Una vez que se ha realizado una cosa por primera vez, la memoria ayudará y determinará después si se repetirán o no las acciones anteriores. También dependerá del éxito o fracaso del acto previo o de la sensación de placer o disgusto que se experimente cuando se comete. Cuando se tiene éxito por primera vez, es muy probable que se repita el acto de la misma forma quizá poniendo en práctica lo que se crea sean las mejores iniciativas. Un ejemplo claro es que si el delito que se cometió tuvo éxito durante las primeras horas de la madrugada, es probable que el delincuente continúe operando a la misma hora. Los hábitos o métodos siempre estarán influidos por los éxitos o fracasos. No puede decirse que un delincuente usará siempre los mismos métodos o herramientas, o que confinará sus ataques al mismo tipo de edificio o contra la misma clase de gente, pero el delincuente habitual está inclinado a utilizar el mismo patrón con frecuencia metódica, suficiente para ayudar a un investigador a su identificación. La evolución del modus operandi en estos casos estará influida por las características de personalidad del sujeto El método de operación puede establecerse por un solo acto o por una combinación de actos, que incluye los propios de un delincuente que no estén relacionados pero que componen un patrón de comportamiento para ese individuo en particular, esto puede ser un detalle en el método de operación, en algunos casos puede ser el elemento tiempo, en otro la propiedad robada. Y estos detalles en particular vendrán a establecerse como una “firma” en cada uno de los eventos. 1.3 Factores que influyen el modus operandi. Todos los delitos son motivados por la combinación de dos factores: 1. Oportunidad, sea accidental o creada y 2. Necesidad, sea real o imaginaria. Estos dos factores entran en acción por el deseo, sea normal o anormal. Los medios para satisfacer el deseo se citan como motivo o intento, los cuales aunados a la oportunidad, dan como resultado la comisión del hecho delictivo. Siempre que cualquiera de los factores (oportunidad, necesidad, deseo, motivo o intento) sean disimbolos, a los del ultimo atentado del delincuente, el resultado de la combinación de factores diferirá de la anterior. Así mismo el patrón del modus operandi del tipo de delito con frecuencia será distinto. El conocimiento es otro de los factores adquiridos por los delincuentes para ayudarse en sus delitos. La información se obtiene por el estudio, por la asociación con otros delincuentes que comunican sus técnicas o por su experiencia. Como ejemplo de esto se tiene que delincuentes que se encuentran en el interior del reclusorio siguen realizando extorsiones telefónicas o incluso físicas valiéndose de conocidos o de sus familias que se encuentran en el exterior del mismo para cobrar los rescates. 1.5 Deducciones derivadas de los datos del modus operandi. El archivo del modus operandi es un método ordenado de registrar y codificar la información diseñada para revelar hábitos o prácticas de los probables responsables. Algunas de las deducciones que pueden resultar del estudio de los datos del modus operandi son: Un robo sin violencia, puede indicar no solo que el delincuente no es físicamente agresivo o que no confía en el mismo, sino que también el objeto del ataque se podría obtener de forma en forma subrepticia con más facilidad. Un robo de manera furtiva puede indicar que el probable responsable es conocido por la víctima, que es de la comunidad y podría ser identificado posteriormente. El delincuente está familiarizado con los hábitos que la víctima desarrolla en determinados lugares ellos y con la forma en que conduce sus negocios. La ocupación o experiencia del delincuente puede estar indicada por las armas, herramientas elegidas para el delito, así como la habilidad con que son utilizadas. En robo a casa habitación, los puntos de entrada (ventanas, puerta trasera, azotea, etc.) Pueden ser resultado de la observación de ausencia de un sistema de alarma o vigilancia residencial. La selección de una víctima determinada puede ser el resultado de que haya discutido en voz alta sus negocios en lugares públicos, de guardar grandes cantidades de dinero en las oficinas o traerlas consigo, a la contratación libre de eventuales, sin un método de selección de personal. Un probable responsable con incapacidades físicas puede quedar eliminado si el tipo de delito exige una persona ágil a menos que se encuentre evidencia de un cómplice más apto físicamente. Esto lo podemos apreciar en el robo de arte sacro que ha acontecido en diversos estados del país en donde la entrada la realizan por las ventanas altas descolgándose con cuerdas y utilizando gatos hidráulicos para forzar los barrotes. 1.6 Utilización de los datos del modus operandi. Es una de las maneras que se tiene de organizar la información para poder analizarla de una forma mas sintetizada. La información que arroja el cuadro esquemático del modus operandi se puede utilizar para lo siguiente: A. Identificación. Ya que la información de testigos de los hechos puede ayudar a la identificación del probable responsable recopilando la información sobre características físicas que se repiten en las descripciones de los delincuentes tales como facciones, cicatrices, huellas, deformidades, estatura, peso, incluso hasta alias o apodos. B. Prevención. Como un medio de prevención los datos del modus pueden indicar hora y lugar de los hechos. Ya sabiendo esto, y sin la información suficiente del delincuente, se puede colocar un auto policial rotulado, con el propósito de disuadir la comisión del hecho delictivo a esa hora y en ese lugar determinado.(ampliar) C. Detención. Esto debido a que si se logran determinar características de tipo de víctima, hora del día, día de la semana, comercios, casas o locales determinados en caso de robo, aislando ciertos patrones de operación, intentando proyectar estos datos a futuro para el propósito de realizar una detención en flagrancia. D. Y aclarar otros casos relacionados, debido a que el delincuente realiza los ilícitos con la misma forma de operar, una vez atrapado el delincuente, se pueden llamar a otras víctimas para una probable identificación, una vez que se haya determinado el modus operandi del delincuente. Al tratar de entender lo relativo a la mente criminal, el investigador debe determinar factores como los siguientes: - Cuando fue cometido el delito Cual fue el motivo Que conocimientos previos tuvo el delincuente. Cuales fueron los hábitos del delincuente Como era la personalidad del delincuente Como se planeo el ilícito Factores favorables para la comisión del hecho. 1.7 Fuentes de información del modus operandi Documentales. Documentales. Se refiere a información plasmada en algún medio de comunicación tales como; libros, revistas, periódicos, videocintas, etc., en archivos de alguna dependencia pública o privada. Federales Públicos Locales Tipos Restringidos o no restringidos Privados Varios Dentro de los archivos públicos se encuentran los de carácter Federal y los de carácter Local. Federales: Tratándose de autoridades federales en muchas ocasiones es restringida la información que se solicita. Por ejemplo; cuando se investiga al representante de una sociedad, se acude al Registro Público de la Propiedad o Cámara de Comercio y Fomento Industrial para conocer como está constituida la sociedad, quiénes son los principales accionistas, con qué se identificaron y el domicilio que manifestaron; o por otro lado, si se cuenta con el nombre de una sociedad mercantil se acudirá al Notario o al Archivo General de Notarias para saber como se constituyó la sociedad, los principales accionistas, el capital que se aportó y domicilios de las personas que se están investigando. En la Secretaria de Educación Pública por medio de la Dirección General de Profesiones se pude obtener información sobre las personas que tienen o están autorizadas para ejercer una profesión, la fecha en que realizaron el examen profesional, así como él número de cédula profesional; ya que es común encontrar personas que se ostentan con cédulas profesionales falsas. Locales: Dentro de las autoridades locales se encuentran la Secretaria del Transporte encargada de expedir las licencias para conducir; el Instituto Mexicano el Seguro Social o el ISSSTE, donde se pueden ubicar domicilios y posible identidad de afiliados a ellas. Las oficinas recaudadoras de Distrito Federal, también proporcionan información relacionada con los contribuyentes como son el pago de predio, agua y tenencia vehicular. En cuanto a antecedentes de personas que estuvieron relacionadas con algún delito se pueden ubicar con mayor facilidad en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal; en las fichas signalécticas, conocida también como Archivos Nominales. El AFIS y CARAMEX. Son sistemas utilizados por la procuraduría para la identificación de personas. Dentro de los archivos Privados se encuentran todos los Bancos y empresas de iniciativa privada y el Internet donde se pueden obtener datos de ejecutivos, datos de clientes y posiblemente el historial de la empresa. Humanas 1. 2. 3. 4. Entrevista al denunciante, víctima, testigos e informantes. Análisis de la declaración de la víctima. Comparación de retratos hablados. Investigación en vía pública. Técnicas Técnicas.- se refiere a la actividad propia del investigador dirigida a conocer los sucesos en sus diferentes etapas (vigilancias y seguimiento). Recopilación de información de personas e informantes. Es la información que se obtiene mediante la interlocución con otras personas, en este sentido se puede obtener información, ya sea de personas que estuvieron presentes durante el hecho, (testigos o informantes), o bien, hacer que una persona durante un proceso de interés para el investigador se haga presente (infiltrado). La habilidad para conseguir información es la principal cualidad de un investigador; esta se obtiene y se desarrolla de varias maneras: Estableciendo relaciones con diferentes núcleos sociales (cantineros, choferes, tenderos.) Cooperando con investigadores y teniendo relaciones de trabajo con Anotar y conservar apuntes permanentes sobre delincuentes y su núcleo social, elaborar un archivo delincuencial. No pasar por alto anotaciones eventuales o casuales y registro de datos fugaces. ellos. Informante. Es la persona que proporciona información pudiendo ser los siguientes motivos. A. Miedo B. lucro C. venganza D. gratitud E. competencia. Es necesario que el investigador maneje al informante de manera conveniente ya que los contactos que haga deberán ser evaluados tanto los motivos e intereses del informante. Tampoco resulta conveniente desarrollar una situación de gran simpatía, para hablar acerca del informante se le debe llamar “fuente” y no utilizar el término “informante”, a éste no se le debe permitir hacerse cargo de la fase de investigación. Indiciarias Investigación en el lugar de los hechos. Lugar de los hechos. Es donde se efectuó de manera material el hecho ya sea con o sin violencia en donde se lleva a cabo una entrevistas a posibles testigos directos, indirectos o de zona, haciendo una observación general del lugar, para después establecer búsqueda en las inmediaciones, para la posible localización de los probables responsables. Lugar del hallazgo. Es el lugar donde se encontró directamente el cuerpo u objeto es un lugar secundario al de los hechos y como su nombre lo indica es el lugar donde se encuentre el objeto relacionado con la investigación y por consiguiente, no es el lugar donde se realizó la conducta delictiva. Estos pueden ser lugares abiertos o cerrados en los cuales se deberá utilizara la metodología de búsqueda de indicios para cada caso, que pueden ser la vía publica estacionamientos, pensiones, terrenos baldíos etc. La protección del lugar de los hechos. Se podrá dar el lugar abierto o lugar cerrado. La protección del lugar de los hechos o del hallazgo se dará siempre y cundo exista evidencia o presunción de que el objeto se encuentra relacionado con otros hechos delictivos, es responsabilidad del primero que se presente al lugar del hallazgo, debido a que en ese lugar se encuentre los indicios que serán necesarios e indispensables para la investigación. Observación del lugar Concepto de observación. Consiste en un proceso ordenado con un plan definido, que permite llevarla a cabo en forma detallada, minuciosa, pronta, imparcial, directa y sobre todo objetiva, reflexiva y analítica. Observación activa: a) El lugar. b) La víctima. c) Las circunstancias. Se deben tomar las siguientes consideraciones para el: Lugar Víctima Circunstancias PRIMERO: El lugar. Se debe determinar si el lugar es de los hechos o del hallazgo, posteriormente, ubicar el lugar como abierto, cerrado o mixto y por último, la técnica que se va a desarrollar para el estudio de los indicios. SEGUNDO: La víctima. El investigador debe plantearse diversas preguntas de acuerdo a las características de la víctima, recuerde usted, que se observa y analiza el hecho. TERCERO: Las circunstancias. Son las condiciones climáticas, de iluminación, geográficas y las dificultades que pudieran presentarse en el lugar. Todos los indicios deben ser fijados en la posición en la que fueron encontrados. A la postre esta actividad evita que se dude de la relación del indicio con el hecho en su conjunto, o bien, con el sujeto o sujetos implicados en la indagatoria. Es importante mencionar que sí el investigador no encuentra indicios, no quiere decir que no existan. Es importante que el investigador realice una observación rápida y general del lugar del suceso y de sus alrededores, para hacerse una idea de lo ocurrido para continuar con una observación más detallada. Se procederá a inspección del lugar, seguidamente se buscarán pruebas e indicios documentos, armas, herramientas, huellas, manchas que permitan la identificación el mismo. Técnicas de observación. Para tener éxito en la investigación, se debe trabajar de manera coordinada, con tranquilidad, orden y seguridad en todo lo que hacemos, por lo tanto debemos primeramente ponernos de acuerdo con el personal para que se designen trabajos específicos y se empiece la búsqueda de indicios. Las técnicas de observación que a continuación se explican son herramientas útiles para los investigadores en la escena del delito y con ellas podemos limitar un lugar, de manera imaginaria, para la búsqueda de indicios y lograr el esclarecimiento de los hechos. a) Espiral. Una vez señalado el indicio principal, se debe proceder a observar los de alrededor en forma de espiral y hasta la periferia del inmueble, numerando y anotando todo lo relacionado con el hecho. Aunque también se puede empezar la búsqueda desde la periferia hasta el centro. En cualquier tipo de delito es posible aplicar este tipo de técnica, pero es muy importante establecer una ruta por la cual se va a caminar durante la búsqueda debido a que se pueden perder o borrar algunas huellas importantes, por ejemplo: huellas de algún zapato. Por lo tanto, debemos darnos cuenta por donde vamos a caminar y al mismo tiempo buscar indicios. b) Abanico. Se debe de observar desde un punto en específico, es recomendable que sea desde la puerta principal y desde ahí hacer un barrido con la vista de tal forma que se observe todo el lugar. La persona que esté realizando la búsqueda y se apoye de esta técnica, deberá permanecer estático en el punto que haya elegido e iniciar su búsqueda de manera ordenada, de tal forma que no tenga que estar revisando nuevamente el lugar. Debe hacer la búsqueda bien desde la primera vez, podrá revisar visualmente las veces que sean necesarias pero deberá evitar volver a la escena en otro momento para repetir la operación, porque eso querrá decir que no realizó bien su trabajo desde los primeros momentos. c) Círculos concéntricos. Esta técnica de observación inicia en el centro de cada habitación del inmueble, marcando imaginariamente círculos concéntricos de tal forma que limitemos la búsqueda por bloques y nos dediquemos a buscar cualquier cosa que nosotros mismos califiquemos como significativa para la investigación. Después de que encontremos todo lo posible en uno de los círculos debemos de pasar al otro y así sucesivamente hasta llegar al extremo de la habitación. d) Por zonas. Debemos de recordar que son tridimensionales, por los muros, techos, hacia abajo y de abajo hacia arriba, con el fin inspeccionar. Podemos seleccionar las zonas de la habitación e ir revisándolas visualmente zona por zona, hasta que logremos identificar los indicios de cada una. Por ejemplo: cuando se trata de un homicidio por arma de fuego, encontraremos en el piso casquillos, cabellos, ropa o sangre. En la pared quizá haya salpicadura de sangre o huellas digitales de algún probable responsable o cualquier otra todas las escenas del crimen tal motivo, se deben revisar puertas y ventanas de arriba de que no quede nada sin cosa importante para la investigación y en el techo, quizá esté la bala incrustada o también haya restos de sangre. Los números del dibujo anterior indican: El 1 es el piso; el 2, 3, 4 y 5 representan los muros o paredes; y el número 6 es el techo. e) Zig – Zag. Podemos iniciar la búsqueda desde la puerta principal y terminarla en uno de los extremos de la habitación, como ya se mencionó es indispensable cuidar el camino que se seguirá para no pisar ningún indicio, debido a que con esta técnica debemos entrar al lugar prácticamente se pisa todo, entonces, debemos evitar pisar por el camino más común y además poner mucha atención a las huellas que se encuentren en el piso para no alterarlas. Aunque lo ideal es que se encuentren los indicios desde la primera vez que se realicen las técnicas, se recomienda que una segunda persona apoye en la búsqueda de indicios siguiendo la misma ruta de búsqueda del primero, pero a unos cuantos pasos atrás de él. Algo que siempre se debe mantener en mente es que toda la información que nosotros obtengamos, deberá ser ordenada y reportada a nuestros superiores con toda claridad, con el fin de que si en algún momento tenemos que dejar la investigación para que otra persona la continúe, la retome desde el punto en que nos quedemos y no tenga que volver al lugar de los hechos. Métodos para la búsqueda y localización de indicios. En lugares abiertos (calle, carretera, bosque, etc.) se establecerá un cerco de protección (sí el caso así lo amerita) alrededor del objeto sí se encuentra relacionado con otros hechos delictivos éste cerco será de acuerdo al delito. La búsqueda se iniciará preferentemente del objeto a la periferia, en espiral (puede hacerse también por cuadrículas). Tratará de determinarse la forma de llegada del objeto al lugar de los hechos, sobre la base de huellas de pisadas, rodadas, entre otras. En lugares cerrados La búsqueda se iniciará en el elemento principal después, con las áreas circundantes, buscando en botes de basura, azoteas y sí es posible se inspeccionarán las habitaciones o próximos al lugar del hallazgo. Se determinarán las vías de entrada y salida todos los movimientos realizados antes, durante y después de la comisión del hecho. De ello, puede deducirse la posible ayuda de otras personas. Se observará el estado en que se encuentran zaguanes, puertas y ventanas: abiertas, cerradas con llave, con cerrojo, etc., sí es preciso abrir puertas o ventanas, tocar llaves o cerrojos, se hará con precaución, para no destruir posibles huellas. La fijación del lugar Será un medio para dejar constancia permanente de un hecho. Y se podrá hacer por los siguientes métodos. Los métodos de fijación son: Escrito. Fotográfico y Planimétrico. Se efectúa una vez que ha sido estudiado y fijado el lugar de los hechos, donde después de un minucioso examen y selección exacta de todos los indicios, se levantan con técnicas adecuadas, se embalan y etiquetan con sus datos de procedencia, para finalmente suministrarlos al laboratorio. Tendremos que hacer una clasificación de cómo operan los delincuentes esto lo hacemos en el modus operandi que es la forma o el hacer conductual o material de uno o más sujetos en la comisión del delito y de esto depende al estudio de los cuadros esquemáticos del modus operandi. Principios rectores de la criminalística. Los cuatro principios que hacen válido el método que utiliza la criminalística para resolver los problemas que se le plantean, con relación a casos concretos y particulares, son los siguientes: Principio de intercambio. Este principio fue formulado por Edmond Locard, investigador francés, quien nos dice: “TODO CONTACTO DEJA UNA HUELLA”, y que lo podemos expresar de la siguiente forma: Que al cometerse un hecho delictivo se realiza un intercambio de material sensible entre la víctima, el victimario y el lugar en que se cometió. Este principio se puede concretar en la siguiente frase pronunciada por el investigador mexicano Don Carlos Rougmagnac: “NO HAY MALHECHOR QUE NO DEJE ATRÁS DE ÉL, ALGUNA HUELLA APROVECHABLE”. PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA DE CARACTERÍSTICAS. Este principio nos permite deducir, siempre que encontramos un vínculo lógico entre las características de los instrumentos empleados, las acciones realizadas y los resultados, después de hacer un cotejo minucioso. Lo que nos llevará a través de comparaciones entre dos objetos o más a corroborar o comprobar si corresponden marcas, huellas o indicios entre sí, con un tercero, como por ejemplo: si dos casquillos fueron percutidos y eyectados por una arma de fuego, ésto desde luego auxiliándonos con el microscopio de comparación y si es posible, demostrar fotográficamente la similitud o bien la diferencia de características. PRINCIPIO DE RECONSTRUCCIÓN DE FENÓMENOS O HECHOS. Este principio nos permite inferir mediante el estudio del o de los indicios (material sensible significativo) localizados y fijados en el lugar y tomando en consideración su ubicación, naturaleza, cantidad y morfología, cómo es que se desarrolló el hecho, motivo de la intervención pericial y la experimentación de laboratorio a la que fue sometida, así mismo fundamentada por la petición realizada por el agente del Ministerio Público, quien solicita la intervención. PRINCIPIO DE PROBABILIDAD. Este principio nos permite deducir con base en las características encontradas durante el cotejo, la conexión entre un probable responsable con el delito, de acuerdo al conjunto de indicios implicados en la comisión del hecho, estableciendo conforme al número de características encontradas, si dos indicios son iguales o no, o pertenecen a un mismo grupo o clase, aportando fiabilidad de encontrar las mismas características en una población determinada. Los anteriores principios proporcionan los medios para poder identificar un indicio de acuerdo a sus características y la relación que guarda con la escena del crimen y las personas implicadas en los hechos. La evidencia sensible es un mundo diverso y variado, por lo tanto, las técnicas que se utilizan son vastas para cada caso concreto. UNIDAD 2 ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI 2. ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI 2.1 Cuadro esquemático del Modus Operandi. Para la realización de este cuadro utilizara el método deductivo que es de lo general a o particular. Para el establecimiento del cuadro esquemático del Modus Operandi ordenaremos los datos siguientes: Nombre de los denunciantes. Lugar de los hechos. Hora y día de la semana. Número de sujetos que participan. Nombres y apodos. Arma utilizadas. Frases utilizadas en el momento de interceptar a la víctima. Forma de sometimiento de la víctima. Media filiación. Retratos hablados. Testigos. Sospechosos. Objetos robados. Vehículos utilizados en el ilícito. Herramientas utilizadas. Observaciones. Hoja de vaciado de datos. Nombre apodos. o Nombre del Lugar de los Día y hora. denunciante. hechos. Objetos robados. Frases Testigos. Media filiación. Retratos hablados. Vehículos Forma de introducirse. Número sujetos. Sospechosos. de Observaciones. utilizadas. utilizados. Para la elaboración de la tabla de modus operandi, por ejemplo del delito de robo a transeúnte, se sugiere realizar un formato que sea homogéneo, único y compartido por los investigadores. El cual se vaciará en una base de datos u archivo, esto facilitara los análisis y así estar en condiciones de poder relacionar los modus entre sujetos y bandas. Entre mas específicos estén los rubros y abarquen el mayor numero de modalidades mayor será la posibilidad de relacionarlos. EJEMPLOS de modus operandi para el caso de robo de vehículos 1.- Al llegar la víctima al lugar en donde se estaciona, es seguido por uno de los delincuentes. Y sí regresa antes que se roben el auto, avisa, ya sea por medio de chiflido y/o por teléfono celular. 2.- Estudian el vehículo que se van a robar, para darse cuenta de la hora que es estacionado diario y a la hora en que vuelve a circular. 3.- Al acudir a estacionamientos públicos por seguridad para que no se roben el auto, en este lugar le hacen una copia de la llave del auto y averiguan por medio de la tarjeta de circulación el domicilio, para posteriormente por medio de otro miembro de la banda, llegan al domicilio ya ubicado, para robarse el vehículo en mención. 4.- En las zonas escuelas como C.U. ubican perfectamente los vehículos, ya que caminan diario los circuitos y tiene estudiado el horario, tanto del vehículo que se quieren robar como de los rondines que hace la vigilancia interna de C.U. 5.- En los estacionamientos de autoservicio, llegan a bordo de otro vehículo robado y semi desvalijado, el cual dejan en el estacionamiento y se roban otro, para lo cual les sirve el boleto de estacionamiento del vehículo que ingresaron, ya que en estos lugares no hay quien apunte las placas del vehículo que ingresa. VEHÍCULOS CON VIOLENCIA. 1.- Al llegar aun semáforo al hacer alto total es amagado y desapoderado del vehículo. 2.- Al descender del vehículo afueras del domicilio es esperado por varios sujetos que amagan y amenazan con hacer daño a la familia y se llevan el auto. 3.- Al circular en aluna calle, choca adrede otro vehículo en forma ligera y al hacer alto total descienden para desapoderarlo del vehículo. 4.- Otra forma al hacer alto en esquina o a media calle, es que adelante del vehículo que se van a robar se para otro vehículo y por la parte atrás llega otro vehículo que se para tanto que no permite maniobrar al conductor y descienden de cualquiera de los vehículos y amagan al conductor para robarse el vehículo. Ejercicio establezca diferentes modus operandi para el delito de abuso sexual o violación. 2.2 ESTADÍSTICO. En base a diferentes datos en un delito presentar un análisis estadístico, para sacar sus respectivas conclusiones. (consultar casos de delitos sexuales o violencia familiar) 2.3 CARTOGRAFÍCO. En base a diferentes datos de lugares en donde se cometió un delito de una misma categoría, realizar un análisis cartográfico en el mapa ubicando los puntos específicos de criminalidad, los llamados “puntos críticos”. 2.4 Esquematización de los relatos. Uno de los análisis operativos más utilizados, tanto por analistas como por investigadores, es del grupo organizado de autores. En él se utilizan una serie de herramientas entre las que destaca por su importancia la esquematización de relatos. como quiera que sea en ella se aplica idéntica simbología en muchos países de la Unión Europea, y en la actualidad las principales agencias norteamericanas como la D. E. A, el F.B.I, la N.A.S, y también la INTERPOL la utiliza como mecanismo de trabajo de intercambio de información entre policías, enseguida se presenta de manera reducida, en qué consiste la esquematización de relatos. La utilidad es fácilmente comprensible, dado que es mucho más cómodo representar los lazos existentes entre personas físicas, o entre personas y organizaciones, con la ayuda de un esquema, que describirlo en forma de texto. Tanto personas como organizaciones, están representadas por diferentes identidades visuales, es mucho más fácil tener una idea de su implicación en el seno de grupo de autores. Los esquemas nos permitirán: Visualizar fácilmente los relatos. Obtener una vista general sobre informaciones que falten. Interpretar con más comodidad los temas. Los esquemas relacionados son los medios utilizados para representar claramente los relatos citados en los textos escritos. Un esquema relacionado muestra de manera visual las relaciones que existen entre personas, entre personas y empresas y entre las mismas empresas. Además, el origen de los relatos esté representado de manera gráfica por el empleo de símbolos precisos. Con la ayuda de estos esquemas, es mucho más fácil formular ciertas hipótesis a partir de las informaciones disponibles. Realización del esquema de relaciones. Para la correcta realización de un esquena, es necesario pasar por siete etapas a saber: 1. Selección de información 2. Elección de las identidades significativas 3. Construcción de una matriz relacional 4. Inscripción de códigos relacionales 5. Contabilización de relaciones. 6. Diagrama de asociaciones provisional 7. Clarificación de diagrama de asociaciones. Selección de información. La información en principio la conseguirán los distintos investigadores siguiendo claramente el plan de recogida definido por el jefe de la investigación y que permitirá determinar dónde se debe encontrar la información. Es aconsejable, en aras de un correcto orden y control, dotar a cada información de un número de seguimiento e inventariarla. También es preciso clasificar las informaciones cronológicamente y por tipo de documento. Elección de identidades significativas. Se deberá determinar qué es lo que se quiere recoger en el esquema. Se puede tratar de nombres de personas, de empresas (sociedades, grupos, asociaciones…), pero también de números de teléfono, cuentas bancarias, domicilios, o bien de acontecimientos tales como agresiones, robos, … En cualquier caso se subrayará o marcará lo que se quiera elegir. Construcción de la matriz relacional. Esta se construye a partir de los datos de individuos o grupos de individuos o empresas con las que se cuenta, la construcción de la misma permite visualizar de manera muy general, rápida y claramente las relaciones existentes entre las diferentes entidades que se estudian. Se recomienda se llene colocando en primer lugar todas las llegadas de la información. Para más claridad, mencionen los nombres en la columna de la derecha. Trabajar por orden de nombre de personas de arriba hacia abajo (comenzando en la línea superior) y los nombres de sociedades u otras entidades de abajo hacia arriba (comenzando en la línea inferior) Inscripción de códigos relaciónales. Cuando esté seguro de que una relación existe entre dos entidades y que puede tener interés o importancia para el asunto que nos ocupa, marque esta relación con un circulo negro ( ). Si la relación no esta aun confirmada pero si es supuesta se representara con un circulo vacío ( O ) Si la persona ocupa una función de dirección (director, accionista, empresario) en una empresa, indique esta relación utilizando el signo más ( + ), cuando la relación esté confirmada , y el signo ( - ), cuando la relación sea presunta. Los símbolos de las suposiciones permiten su conversión en signos de certidumbre a medida que avanza el análisis , un circulo vacío puede convertirse en negro y un signo negativo en positivo. Cuando las informaciones relacionales son resultado de las relaciones de información, el cuadro siguiente ayudará a transformar los códigos de evaluación en símbolos para la matriz relacional. A1 A2 A3 B2 B3 C3 X3 Contactos confirmados A4 B4 C2 Contactos no confirmados Relación confirmada entre dos entidades (+) Función de dirección confirmada de una Persona en una empresa. Relación presunta entre dos entidades C4 X2 X4 (-) Función de dirección presunta de una persona en una empresa. Contabilización de relaciones. La matriz relacional es fundamental para la elaboración del diagrama de asociaciones. Sirve para representar cada relación pero también resalta el número de relaciones de cada persona o entidad. Las relaciones, consisten en contar el número de contactos de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba. Marcando los sentidos con una flecha se evitan errores. La contabilización de relaciones tiene un doble objetivo: Hacer resaltar la entidad que más contactos tiene (generalmente ocupará el centro del esquema relacional). Permitir un control de la exactitud del esquema relacional (contando el número de relaciones dibujadas con relaci6n al número mencionado en la matriz relacional). Diagrama de asociaciones.- Mucha de la información que se utiliza en una investigación está incluida en informes complejos y detallados. El problema básico de los analistas de inteligencia es presentar la información de una manera organizada y fácil de entender. Los siguientes pasos deben seguirse al crear un diagrama de asociaciones: 1. Reunir toda la información obtenida por medio de informes, entrevistas y vigilancias. 2. Leer la información para determinar nombres, organizaciones, números de teléfonos, direcciones y números de licencias. 3. Construir un diagrama matriz de asociación.- Es un paso interno para crear un diagrama de asociaciones. Se incluyen los nombres de individuos y organizaciones. 4. Identificar los tipos de asociaciones. 5. Determinar la cantidad de asociaciones. 6. Dibujar un diagrama preliminar. Se elaborará, según lo recogido en la matriz de relaciones. Para simplificar la representación gráfica, las personas se representan mediante círculos y las empresas mediante cuadrados (o rectángulos). Una vez representados personas (círculos) y empresas (cuadrados), indicaremos las relaciones entre los mismos con líneas. Líneas de trazo continuo en el caso de relaciones confirmadas y líneas de trazo discontinuo en el caso de relaciones presuntas. SIMBOLOS PARA DIAGRAGRAMAS DE ASOCIACIONES Personas Agencias, negocios, organizaciones. asociaciones confirmadas posible asociación; no está confirmada. Dirección, movimiento de dinero, de drogas. Esclarecimiento del diagrama de asociaciones. Los diagramas de asociaciones muestran una correcta representación de las relaciones indicadas en la matriz relacional. Pero las líneas que cruzan se pueden confundir y hacer la interpretación más difícil. El diagrama de asociaciones clarificado evitará que las líneas se crucen y deberá crear un cierto equilibrio para hacer óptima la lectura visual. INTELIGENCIA CRIMINAL 3. INVESTIGACIÓN DEL MODUS OPERANDI EN INTELIGENCIA CRIMINAL Elementos para el establecimiento del Modus Operandi. a) Antes. Para el establecimiento de Modus Operandi es necesario saber la conducta que el sujeto despliega antes de realizar la conducta delictiva. Un robo sin violencia, o fraude, puede indicar no sólo que el delincuente no es físicamente agresivo, o que no confía en sus poderes de persuasión, sino también que el objeto del ataque se podría obtener en forma subrepticia con más facilidad. Un robo subrepticio puede indicar que el ladrón es conocido por la víctima o que intente permanecer en la comunidad y que podría ser identificado posteriormente, si hubo contacto con la víctima durante la comisión del hecho delictivo. Existen ocasiones en que el delincuente realiza una inspección previa del lugar donde efectuará el ilícito, ya que puede desconocer las condiciones del lugar o las medidas precautorias de seguridad tomadas por el dueño del mismo. La selección de una víctima determinada puede ser el resultado de que halla discutido en voz alta sus negocios en lugares públicos, de conservar sumas elevadas de dinero en sus oficinas o traerlas en sus portafolios, a la contratación libre de empleados eventuales, o al trato con personas que actúan en sociedades inconvenientes. Los puntos de entrada (ventanas, puerta trasera, azotea, etc.), pueden ser resultado de la observación de la ausencia de un sistema de alarma o protección. El conocimiento de las personas que frecuentan ciertas áreas a determinadas horas, y la indicación de lugares que a horas específicas, frecuentan las personas que viven allí, pueden dar como resultado el robo. b) Durante. Para el establecimiento de este elemento en el momento en que se está llevando a cabo la conducta delictivo, qué actividades realiza el delincuente, frases utilizadas por el delincuente en el momento que intercepta a la víctima. Por ejemplo, si hablamos de un delito sexual, “esto es un asalto”, “coopera si no quieres que te mate”, etc. si hablamos de un robo a casa habitación es necesario establecer qué fue lo que robo, si sólo robo dinero y joyas o sólo robó obras de arte, qué otra actividad realizó en el interior de la casa. Algunos delincuentes dejan como sello característico que al encontrase en el interior del domicilio defecan y esta es una característica del "Borrero". c) Después. Es necesario que una vez que el delincuente ha cometido la conducta delictiva, saber cómo se fugó, por dónde se fuga y qué medios utiliza para fugarse, y si hablamos de un robo a casa habitación, se sabe que el sujeto sale por la puerta principal de acceso y tal vez se introdujo por la ventana, entonces decimos que se fuga por la puerta de acceso y que posiblemente utilizó algún vehículo para trasladar los objetos robados y darse a la fuga en el mismo vehículo. d) Forma de operar. Se refiere al proceder del delincuente y ayuda a determinar si el robo fue en el día, durante la tarde o en la noche, aquí tenemos que establecer si el sujeto se dedica al robo con violencia a pasajeros en microbús, o se dedica al robo a transporte y si ese robo se lleva en las avenidas o ejes que confluyen en la Central de Abastos, o si es un sujeto que realiza sus ataques sexuales en las inmediaciones de los parques deportivos. e) Incidencia delictiva. Se da por medio del registro cartográfico y se deberá integrar con los siguientes elementos: Las bases de identificación cartográfica, demográfica y socioeconómica para la referencia de conductas delictivas y las acciones para prevenirlas y perseguirlas. Los registro de los índices delictivos y su referencia cartográfica, identificación, tipo delictivo, tiempo y lugar de comisión. Ubicación de áreas de conflicto y zonas de incidencia criminal en los perímetros correspondientes. Señalamiento de ubicación de las organizaciones criminales y sus tendencias. Es necesario saber a qué delincuente nos enfrentamos tomando en consideración los riesgos que podemos tener en el momento de su detención, a continuación se señalan algunas características de ellos. i. Delincuente ocasional. Regularmente delincuentes primerizos o sujetos que ocurren al delito por necesidades específicas. Cometen robos diversos, sin planes preestablecidos o estrategias dirigidas, actúan en grupo y desarrollan sus actividades básicamente en robo a transeúntes, de auto partes, pequeños negocios, en transportes públicos o repartidores. Suelen recurrir a la violencia, están armados y regularmente enfrentan a la policía al momento de su captura. No cuentan con medio económicos para enfrentar un procedimiento penal, fácilmente llegan al homicidio o en la comisión de delitos agravados. ii. Delincuente habitual. Sus robos son habituales, es el autor intelectual y ejecutivo, frío y calculador, rara vez violento, si es capturado tiende al soborno y pocas veces se expone a enfrentar a la policía, es un sujeto que realiza planes para efectuar sus delitos, utiliza cómplices para obtener datos o información sobre el delito que va a cometer. iii. Delincuente profesional. Es el delincuente que se caracteriza por ser autor intelectual y regularmente va a tener funciones de administración, dirección o supervisión, tiene a su mando gente que es la encargada de delinquir, se apoya en delincuentes verdugos que son criminales irreflexivos, extremadamente violentos que manifiestan un desapego a la vida humana, no sufren sentimientos de culpa, ni remordimiento alguno por la privación de la vida o infligir cualquier clase de lesión física o moral. Aún cuando proceden con planes determinados, no cuentan con una agenda delictiva, regularmente actúan bajo el influjo de drogas o enervantes, su conducta es incontrolada, suelen retar a la policía, presentan características suicidas y se les considera como los más peligrosos ya que es casi imposible definir cómo actuarán al ser enfrentados por la policía, rara vez se someterán a la acción de la justicia. Encuentran apoyo en el delincuente tipo vendetta o sicarios. iv. Delincuencia de mujeres y menores de edad. La mujer delincuente cometen sus delitos regularmente sin violencia y en ocasiones e sutilizada como señuelo para la ejecución de diversos delitos. Las conductas delictivas y antisociales más frecuentes realizadas por las mujeres son: prostitución, homicidio (predomina el delito de homicidio por identificación emocional), robo, tráfico de drogas. Delincuencia juvenil. Encuentra sus orígenes en una serie de factores internos (herencia, gestación, deficiencia mental y enfermedades mentales) o externos (la familia, la escuela, el grupo étnico, el barrio, la sociedad en general). v. Reincidencia. Se presenta cuando un sujeto delinque por segunda vez, siempre que haya sido sentenciado por el mismo delito. Puede ser dos tipos: Genérica. El sujeto delinque por segunda vez, al cometer un delito de naturaleza diferente al primer delito. Específica. Se presenta cuando el primero y el segundo son delitos de la misma naturaleza. Aspectos que se deben tomar en cuenta en la investigación de delitos a través del modus operandi. La ocupación o experiencia del delincuente, está indicada por las herramientas elegidas para el delito, así como la habilidad con que son utilizadas. Un probable responsable con incapacidades físicas, puede quedar eliminado si el tipo de delito requiere o exige una persona ágil, a menos que se encuentre evidencia de un cómplice más apto físicamente. Información de modus operandi que debe de contener los informes. 1.- Hora del ataque o lugar y hora en que se cometió: debe anotarse la hora exacta en que fue cometido el delito si se conoce; si se desconocen lugar y hora, entonces debe anotarse en el informe todo el periodo. Muchos delincuentes operan en horas específicas. Algunos perpetran sus delitos sólo en determinado día o fin de semana, y así la hora constituye una característica para la identificación. 2.- La persona atacada (tipo de víctima): esta subdivisión es congruente debido a que los delincuentes suelen escoger como víctimas a personas que ejercen determinada ocupación o pertenecen a cierta clase social. La información que aquí se desea es el tipo de persona atacada, incluyendo sexo, edad, color, raza, religión. No se utiliza el nombre de la víctima en el caso de que se trate de un delito sexual o de secuestro. 3.- Propiedad atacada: aquí se describe el sitio donde fue cometido el delito, especificando el lugar y el espacio. Para mejores propósitos de los informes anotados en esta sección, calle, callejón, acera, carretera, lote vacío o campo, pueden considerarse como el “lugar atacado”. 4.- Forma de ataque (punto de entrada): esta sección requiere información respecto a cómo se cometió el delito y por qué fue posible. Este tipo de información está determinado por la clase de delito que se cometió. En el caso de robos muestran lo que indujo a la víctima a entregar sus propiedades. En “forma de ataque” podría escribirse “golpes”, “amenazas”, “atada y amordazada”, etc., En casos a robo a casa habitación, la forma de ataque se refiere al lugar de entrada y a la forma en que fue efectuada la entrada, desprendimiento de las chapas, muro horadado, etc. En casos de fraude, “forma de ataque” podría ser la presentación de un cómplice a la víctima como una persona de importancia en la política, los negocios, u otros campos. 5.- Medios de ataque (herramientas o equipo utilizado en la comisión de un delito): debe informarse primero el objeto o el instrumento utilizado, para lograr la entrada, en cuanto el tamaño y luego en cuanto al tipo: una pata de cabra, un gato hidráulico, taladro, etc. La forma de ataque también puede ser “fuerza corporal”. En el cuerpo del informe deben detallarse las marcas dejadas por el instrumento. 6.- Móvil del delito (por qué se cometió el delito o se intentó): el objeto podría ser obtener dinero, joyas, pieles, armas de fuego, etc., (cualquier objeto sin considerar su valor). En delitos en contra de las personas, “forma de ataque” o la razón por la cual se haya cometido el delito, puede ser rescate, venganza o la perpetración de otro delito, como homicidio. El objeto del ataque en un homicidio puede ser robo o violación. En otro caso de homicidio podría ser procurarse una propiedad o una herencia, satisfacer apetito sexual, etc..La propiedad identificable que se anota en un informe como robada y después encontrada en posesión de un sospechoso, tiende a conectar a esa persona con el delito. 7.- Peculiaridad del delincuente: esto se refiere a los hábitos personales exhibidos por el mismo: tomó alimentos durante el delito, uso guantes, bajó las persianas de las ventanas, dejó una nota, dañó maliciosamente la propiedad, pretendió ser un cliente, defecó en alguna parte de la propiedad, etc. Algunos delincuentes mientras cometen un robo permanecen callados y muestran serenidad en sus actos; otros se muestran excitados y son demasiado exagerados. Algunos perpetran actos sádicos o perversos que establecen su “peculiaridad”. En términos generales, mientras más extraña sea la conducta, es más importante su valor en la identificación del delincuente. Sin embargo el investigador astuto y rápido descubrirá en todo delito alguna característica individual que lo ayudará a identificar al culpable. La peculiaridad puede haberse presentado, antes, durante o después de la comisión del delito. 8.- Frases utilizadas: cite en sus declaraciones palabra por palabra, si es posible. En la investigación e informe de cualquier delito en dónde la víctima conversó con el delincuente, debe darse atención especial a lo que el sospechoso dijo e hizo, lo mismo a la descripción física. El probable responsable puede pronunciar mal una palabra en particular o usar una expresión, muletilla, amaneramiento o dialecto que ayudará a su identificación. Los hábitos de dicción rara vez cambian, en especial cuando el individuo se encuentra bajo tensión y las órdenes tales como:”levanten las manos”, “esto es un asalto”,”si gritas te mato”, “levántense”, “te sacaré las tripas”, inconscientemente forman parte del modus operandi del delincuente. 9.- Medio de transporte usado u observado: incluye año, marca, modelo, color, número de placas y señas particulares (características extrañas), si se observó a un vehículo llegando o abandonando la escena. Los datos descriptivos como tipo de neumáticos, tapones, cubre asientos, emblemas, escapes, antenas, son útiles para identificar un automóvil. También debe informarse de cualquier otro medio de transporte o de viaje. Se sugiere del siguiente trabajo sobre los homicidios de DeSalvo se realice la hoja de vaciado de modus operandi teniendo como metodo el deductivo, de lo general a lo particular, y se determine el antes, durante y después. El perfil delincuencial del sujeto Y explique como utilizaría el análisis estadístico en este caso así como la cartografía delictiva. Al hablar de asesinos seriales nos surge la duda el por que este tipo de personas actúan como lo hacen creando en nosotros ciertas dudas que nos hacen pensar y analizar como son sus vidas que es lo que pasa por sus mentes para reaccionar de esta forma y cometer los asesinatos llegando hasta este extremo. La mayoría hemos pensado en delinquir o cometer un asesinato Es más en algunos de los casos más de uno hemos llegado a pensar matar al estar en momentos de trauma de mucha tensión ¿Pero qué es lo que diferencia a un asesino serial de un ciudadano normal que en un día estresante piensa en asesinar a su padre, madre? ¿Cuáles son las anormalidades existentes?, ¿Cuál es el modus operandi de cada asesino?. ¿ Quien era Albert DeSalvo? Albert DeSalvo: sospechoso de los asesinatos en serie de Boston de los años 60. “no era tan siniestro como parecía... Matar a un ser humano es una extraña experiencia.” “su sangre corre lentamente, deja un pequeño hilillo bermellón que lleva a un gran círculo color escarlata. Es joven y bella, a muerto con honor y sin sufrimiento, consciente de cual iba a ser su fin, su rostro no se ha visto perturbado ni por la lágrima ni por el miedo, en cierta manera me siento orgulloso de aquella joven que postrada a mis pies, desnuda y sobria camina con irrevocables pasos para no volver. Un preciso corte hecho por mi mano ha sesgado su vida. Los ojos verdes como el agua de un profunda mar aún están abiertos mirándome y quizá maldiciendo que gente como yo habitase la tierra. Siento un profundo gozo viendo aquella silueta recortada en el suelo y gozo aún más sabiendo que mi obra ha sido un trabajo perfecto. Ahora llega hasta mi ese cúmulo de sensaciones que hacen que me pueda olvidar de cualquier remordimiento, llega el éxtasis, comparable a lo que sienten los que el polvo les siega el cerebro penetrando poco a poco pero con fuerza. Siento que voy a morir ante tal gozo, siento que me tiembla todo el cuerpo, me siento dios, todo el mundo está a mis pies, la luz se proyecta, y se refleja, la tiniebla se disipa, el cielo y el infierno se juntan en uno, dios le da la mano a la bestia y ésta ríe ante dios. Estos son los momento que me hacen que mi vida se haga llevadera, momentos efímeros que merecen ser inmortalizados como obras de arte. Ni el más caro de los cuadros, ni el mejor de los libros, ni el más sublime acorde se puede comparar a la belleza del asesinato. La alevosía es la mejor de todas las drogas y el pintar a la muerte la mejor de todas lar recompensas.-” ¿Quién es el estrangulador de Boston? Cuatro décadas después de que un obrero se confesara culpable de una serie de asesinatos y violaciones, los adelantos de la ciencia genética sugieren que el “estrangulador de Boston”, quizá esté libre. Los avances de la genética forense han agregado dudas al misterio del famoso estrangulador, supuesto responsable de la violación y el asesinato de una docena de mujeres. Esto, no sólo resucita las dudas sobre la culpabilidad de DeSalvo, sino sobre la existencia de un solo criminal -al que la crónica policial y la fantasía popular bautizaron como 'el estrangulador de Boston'. Y las dudas tienen ramificaciones: si DeSalvo no es el violador y asesino de 13 jóvenes en Boston entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964 es posible entonces que el verdadero criminal siga suelto, o que hayan sido varios violadores y estranguladores, y que también están libres. Características de su infancia: Nacido en Chelsea, Massachussets, en septiembre de 1931, deSalvo fue, para variar, el producto de un hogar violento. Frank su padre, un plomero con tendencias alcohólicas, golpeaba con frecuencia a Charlotte, su mujer y a sus hijos, e incluso, fue encarcelado en dos ocasiones antes del divorcio que dividió a la familia en 1944. Albert, el tercero de seis hermanos, se convirtió muy rápido en víctima de su progenitor. En una ocasión, el pequeño Albert fue golpeado en la espalda con un tubo de plomo por no moverse lo suficientemente rápido. Cuando tenía 7 años observó como su padre despedazaba de un golpe los dientes de su madre y rompía cada uno de los dedos de una mano de ésta, doblándolos hacia atrás. No es casual entonces que uno de los juegos preferidos de esa criatura que crecía en un ambiente de sadismo permanente, fuera el colocar juntos en una caja amplia a un perro hambriento y a un gato, para ver cómo el felino le sacaba los ojos al famélico can; el mejor amigo del hombre, excepto de Albert, por supuesto. Muy niño aprendió a robar aleccionado por su padre; de hurtos menores pasó muy rápido al robo a casa-habitación con saldos mayores. A los 12 años ingresó a una correccional de menores donde aprendió otras mañas, sí, pero de algún modo, pudo escapar así, de las clases gratuitas de hurto y extrema violencia que impartía Frank, su padre. Finalmente, después de un largo historial de arrestos juveniles, se unió al ejército a los 17 años y fue enviado a Alemania donde permaneció 5 años. A pesar de que inicialmente se comportaba como un recluta indisciplinado, pronto se ganó la simpatía de varios superiores y encontró en el boxeo una ligera tabla de salvación; sobre todo al conquistar el campeonato militar de peso medio durante su estancia en Europa. Historia de desarrollo de Albert DeSalvo Infancia y matrimonio. Nació en Chelsea, Massachussets en septiembre de 1931, producto de un hogar violento. Padres: Frank: plomero con tendencias alcohólicas, golpeaba a su mujer y a sus hijos. Encarcelado en dos ocasiones. Charlotte: máma de Albert DeSalvo. A los 12 años ingresó al correccional de menores. A los 17 años se unió al ejercitó y fue enviado a Alemania durante 5 años. Irmgard: Esposa de Albert DeSalvo. Joven de clase media, alemana. Se la llevó a E.U.A. En 1958. 1958 nacimiento de Michael su primer hijo. Judy su segunda hija, quien nació con cadera deformada. El estrangulador de Boston “Albert DeSalvo” Asesinatos cometidos “1962-1964” principalmente en Boston Massachussets. METODOLOGIA DE INVESTIGACION Toda investigación sobre un homicidio del que se sospeche que puede ser obra de un asesino en serie, comienza con el exhaustivo análisis de la escena del crimen. Este análisis no se circunscribe a la clásica búsqueda de indicios, vestigios y pruebas forenses presente en todas las investigaciones de homicidio, sino que abarca otros muchos aspectos y consideraciones de tipo psicológico basados en los estudios y la experiencia acumulada hasta la fecha. Esta técnica se basa en la teoría de que en multitud de ocasiones, la conducta y personalidad del criminal quedan reflejadas en la escena del crimen de igual modo que la decoración de un hogar refleja el carácter de sus moradores. El investigador puede obtener valiosísimos datos acerca del autor de los hechos buscando pautas y tratando de identificar características de personalidad del criminal, siendo capaz de detectar e interpretar pistas e indicios que por su propia naturaleza no se prestan a las técnicas de recogida ordinaria: emociones de rabia, odio, amor, irracionalidad, etc. El resultado de este particular análisis psicológico de la escena del crimen de la dinámica delictiva y de la victimología suele ser la obtención del perfil criminológico del presunto autor de los hechos. ¿Como ubicaba a sus victimas? Tipo de victimas: Mujeres de edad avanzada Estudiantes de 20 y 30 años, en las cuales se encontró una mujer de color. Vivian solas en pequeños departamentos. Fanáticas de la música clásica. Mantenían relación con hospitales. Métodos de estrangulamiento: Utilizaba prendas de sus propios guardarropas. Estrangulamiento con nudos muy peculiares Personalidades de Albert DeSalvo. “el medidor” Elocuente impostor de busca-talentos a finales de los 50. Objetivo: registrar las estadísticas corporales a las mujeres con una cinta métrica, manoseando partes intimas durante el proceso. “el hombre verde” Llamado así por sus ropas de trabajo. Inicia una racha de ataques sexuales en diversas áreas cercanas tales como Massachussets, Connecticut, New Hampsphire, Rhode Island. Asesino aproximadamente a 300 mujeres, pero confesó que había asesinado a mas mujeres. Víctimas del estrangulador de Boston Se inicia la investigación en junio de 1962. Es autor de al menos 11 crímenes detectados por la policía hasta la captura de éste, en 1964. Las víctimas eran preparadas para enfermizas fotografías necro-porno. El cambió de ancianas a jóvenes se debió a que iba de una obsesión sexual a otra. Victimas asesinadas por DeSalvo Anna Slesers Asesinada 14 junio de 1962 Nina Nichols de 68 años Helen Blake Enfermera jubilada 65 años Sophie Clarck Joven negra 20 años Patricia Bissete 23 años Asesina horas antes de la llegada de 1963. Beverly Samans 23 años Asesinada 6 mayo 1963 Evelyn Corbin Asesinada 8 septiembre 1963 58 años Joan Graff 23 años Asesinada 23 de noviembre 1963. Mary Sullivan 19 años Asesinada 4 enero METODO DEL CRIMEN CLASIFICACIÓN Los agentes de la autoridad especialistas en asesinatos seriales, juntos con psicólogos y psiquiatras han establecido que existe una característica fundamental en la forma de cometer el asesinato, que determina la existencia de dos tipos de asesino: el organizado y el desorganizado. La mayoría de los asesinos seriales son organizados (3/4) del total de casos; esto porque usualmente su inteligencia esta por encima del promedio. El resto, los desorganizados, son criminales solitarios en extremo y sus crímenes muestran una irreprimible frustración, se da por sentado que tienen un bajo nivel intelectual e inclusive padecen de algún desorden mental. Esto último sucede, a la par de que son ya sociópatas. Método del asesino organizado (Gacy, Bundy por ejemplo): Se transporta a la escena del crimen en automóvil de modelo reciente, mismo que usará para después llevar a la víctima viva o muerta. Podemos resumir que el asesino planea detalladamente el crimen y se acostumbra rápidamente a la dinámica. Lleva consigo el instrumental para matar (cuerda, esposas, cloroformo, etc.) La violación y tortura ocurren antes del asesinato, para gratificación del psicópata. El crimen resulta un proceso alargado con el propósito de realizar la fantasía del criminal, queda consciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones, por lo que tratará de esconder o destruir las posibles pistas. Esconde, entierra o destruye el cuerpo de la víctima, para evitar o alargar su posible captura. El asesino puede en un futuro interesarse en el crimen (por él mismo cometido) participando en las pesquisas de la policía o llamando a las hot lines dispuestas para los familiares de las víctimas. Método del asesino desorganizado (Berkowitz, Chase): Usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque también puede llegar en auto. El asesinato ocurre, "al calor del momento". No hay la exhaustiva planeación para cometer el crimen. No carga con un el clásico kit de herramientas para matar, tal vez use sus manos o alguna arma punzocortante. Tal vez también use una pistola. No existe contacto con la víctima hasta que el fatídico momento ocurre. El ataque del asesino será furioso y decisivo. La víctima recibirá rápidas heridas que serán desde un principio mortales. Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda después del crimen. Simplemente se marchará sin mayores consideraciones. No se interesa por esconder el cuerpo de la víctima a quien deja donde haya muerto. El asesino puede cometer canibalismo con el cadáver, e inclusive tomar "souvenirs" para apaciguar su fetichismo. Después del asesinato, no se interesará gran cosa por el asunto y tenderá a olvidar el incidente. El modus operandi ("manera de actuar" en sentido literal) es generalmente entendido como los actos ejecutados por el delincuente para la comisión del delito y cuya característica común es su repetición en sucesivos hechos similares. La idea se basa en la tendencia del comportamiento humano a la adquisición de hábitos propios, fenómeno bien conocido y estudiado por la psicología. Desafortunadamente, en muchas ocasiones la errónea interpretación del concepto como algo estático, es decir, que no cambia con el tiempo, ha limitado grandemente las posibilidades de éxito en su aplicación. Es muy frecuente la inclinación de los investigadores a pensar que, una vez identificado el modus operandi de un delincuente, aquel permanece invariable. Esta rigidez impide a menudo relacionar casos al detectar la variación de uno o varios de los elementos que componen un modus operandi determinado, desechando por tanto la citada relación. Ello supone un grave error, ya que otra de las. características del comportamiento humano es la capacidad de aprendizaje. El modus operandi es una conducta aprendida, dinámica y maleable. Así, variará frecuentemente entre el primer delito y los siguientes, y su grado de evolución es un útil indicio acerca de la personalidad y circunstancias del delincuente. Ejemplo de ello sería el caso en que se detecta un refinamiento sustancial y súbito en un modus operandi de un delincuente conocido, lo que puede significar un reciente encarcelamiento durante el cual ha perfeccionado su técnica a través del contacto con otros delincuentes más avezados (Douglas y Munn, 1992). Como ya se ha visto, la respuesta de la víctima también tiene una significativa influencia en la evolución del modus operandi, sirviendo al agresor de experiencia y referente para el futuro. Otro aspecto importante en el estudio de la conducta del delincuente es la denominada " firma" o sello personal. La distinción con el modus operandi se fundamenta en que los actos ejecutados y que conforman éste son (al menos desde el punto de vista del criminal) necesarios para llevar a cabo con éxito su acción. Por el contrario, los actos que configuran la firma son innecesarios desde el punto de vista práctico, van más allá de las acciones imprescindibles para cometer el crimen y son parte integral del comportamiento del sujeto, que se ve compelido a realizarlos con el fin de satisfacer ciertas necesidades de origen psicológico. En consecuencia, la identificación de estas necesidades así como de sus causas constituye un asunto de vital importancia para el investigador en orden a la futura elaboración del perfil psicológico del presunto autor de los hechos. En este sentido es útil el estudio de los actos realizados por el asesino con su víctima durante todo el proceso criminal (si le vendó los ojos, si desfiguró su rostro, si se llevó trofeos o recuerdos, si hubo cautiverio previo, desmembramiento, necrofilia o inserción de objetos, etc.). No obstante, este sello personal puede no llegar a manifestarse en cada delito, debido a contingencias inesperadas tales como interrupciones o respuestas; imprevistas de la víctima (Douglas y Munn, 1992). ¿ Como describen al asesino y Quien lo describe? HURKOS SENSITIVO HOLANDÉS CON CAPACIDADES DE VIDENCIA. LLEGA EL 29 ENERO A LA CD DE BOSTON. DESCRIBE AL ASESINO COMO: HOMBRE DELGADO, 1.70 MTS, 60 O 70 KILOS, CICATRIZ EN EL BRAZO IZQUIERDO, NARIZ PUNTIAGUDA Y UNA SEÑA PARTICULAR EN UN PULGAR. FUE CAPTURADO POSIBLE SOSPECHOSO CON AMPLIO HISTORIAL DE ENFERMEDADES MENTALES Y CUYA DESCRIPCIÓN CORRESPONDÁI A LA PERFECCIÓN, PERO SE COMPROBÓ SU INOCENCIA. HURKOS FINALIZÓ SU COLABORACIÓN EN FEBRERO DE 1964. SE DIO UNA RECOMPENSA POR LA BÚSQUEDA DEL ESTRNGULADOR. 3 DE NOVIEMBRE FUE DETENDO UN PRESUNTO SOSPECHOSOS. EL SOSPECHOSO COMÚN CONFESÓ UNA LARGA SERIE DE VIOLACIONES AL HOSPITAL PARA ENFERMOS MENTALES ALLÍ TRABO UNA AMISTAD CON UN PERSONAJE CLAVE; GEORGE NASSAR, BRUTAL ASESINO CONVICTO. NASSAR DEDUJÓ QUE SU COMPAÑERO DESALVO ERA SIN DUDA EL ESTRANGULADOR CON LAS MISMAS CARACTERÍSTICAS QUE PREDIJÓ HURKOS. LAS AUTORIDADES SOMETIERON A INTERROGATORIO CONFESÓ QUE ANEXÓ UN PAR DE ASES MAS A SU CUENTA. A DESALVO; NUEVAS VÍCTIMAS MARY MULLEN 85 AÑOS ASESINADA 28 JUNIO DE 1962 “MANIFESTÓ ALBERT DESALVO QUE FUE UNA MUERTE ATRIBUIDA A UN ATAQUE AL CORAZÓN, CUANDÓ DESALVO ENTRÓ A SU DEPARTAMENTO.” MARY BROWN 69 AÑOS ASESINA EN 9 MARZO DE 1963. VICTIMA SOBREVIVIENTE CAMARERA ALEMANA FEBRERO DE 1963 Método del asesino organizado (Gacy, Bundy por ejemplo): Se transporta a la escena del crimen en automóvil de modelo reciente, mismo que usará para después llevar a la víctima viva o muerta. Podemos resumir que el asesino planea detalladamente el crimen y se acostumbra rápidamente a la dinámica. Lleva consigo el instrumental para matar (cuerda, esposas, cloroformo, etc.) La violación y tortura ocurren antes del asesinato, para gratificación del psicópata. El crimen resulta un proceso alargado con el propósito de realizar la fantasía del criminal. El criminal queda consciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones, por lo que tratará de esconder o destruir las posibles pistas. Esconde, entierra o destruye el cuerpo de la víctima, para evitar o alargar su posible captura. El asesino puede en un futuro interesarse en el crimen (por él mismo cometido) participando en las pesquisas de la policía o llamando a las hot lines dispuestas para los familiares de las víctimas. Método del asesino desorganizado (Berkowitz, Chase): Usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque también puede llegar en auto. El asesinato ocurre, "al calor del momento". No hay la exhaustiva planeación para cometer el crimen. No carga con un el clásico kit de herramientas para matar, tal vez use sus manos o alguna arma punzocortante. Tal vez también use una pistola. No existe contacto con la víctima hasta que el fatídico momento ocurre. El ataque del asesino será furioso y decisivo. La víctima recibirá rápidas heridas que serán desde un principio mortales. Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda después del crimen. Simplemente se marchará sin mayores consideraciones. No se interesa por esconder el cuerpo de la víctima a quien deja donde haya muerto. El asesino puede cometer canibalismo con el cadáver, e inclusive tomar "souvenirs" para apaciguar su fetichismo. Después del asesinato, no se interesará gran cosa por el asunto y tenderá a olvidar el incidente. El modus operandi ("manera de actuar" en sentido literal) es generalmente entendido como los actos ejecutados por el delincuente para la comisión del delito y cuya característica común es su repetición en sucesivos hechos similares. La idea se basa en la tendencia del comportamiento humano a la adquisición de hábitos propios, fenómeno bien conocido y estudiado por la psicología. Desafortunadamente, en muchas ocasiones la errónea interpretación del concepto como algo estático, es decir, que no cambia con el tiempo, ha limitado grandemente las posibilidades de éxito en su aplicación. Es muy frecuente la inclinación de los investigadores a pensar que, una vez identificado el modus operandi de un delincuente, aquel permanece invariable. Esta rigidez impide a menudo relacionar casos al detectar la variación de uno o varios de los elementos que componen un modus operandi determinado, desechando por tanto la citada relación. Ello supone un grave error, ya que otra de las. características del comportamiento humano es la capacidad de aprendizaje. El modus operandi es una conducta aprendida, dinámica y maleable. Así, variará frecuentemente entre el primer delito y los siguientes, y su grado de evolución es un útil indicio acerca de la personalidad y circunstancias del delincuente. Ejemplo de ello sería el caso en que se detecta un refinamiento sustancial y súbito en un modus operandi de un delincuente conocido, lo que puede significar un reciente encarcelamiento durante el cual ha perfeccionado su técnica a través del contacto con otros delincuentes más avezados (Douglas y Munn, 1992). Como ya se ha visto, la respuesta de la víctima también tiene una significativa influencia en la evolución del modus operandi, sirviendo al agresor de experiencia y referente para el futuro. Otro aspecto importante en el estudio de la conducta del delincuente es la denominada " firma" o sello personal. La distinción con el modus operandi se fundamenta en que los actos ejecutados y que conforman éste son (al menos desde el punto de vista del criminal) necesarios para llevar a cabo con éxito su acción. Por el contrario, los actos que configuran la firma son innecesarios desde el punto de vista práctico, van más allá de las acciones imprescindibles para cometer el crimen y son parte integral del comportamiento del sujeto, que se ve compelido a realizarlos con el fin de satisfacer ciertas necesidades de origen psicológico. En consecuencia, la identificación de estas necesidades así como de sus causas constituye un asunto de vital importancia para el investigador en orden a la futura elaboración del perfil psicológico del presunto autor de los hechos. En este sentido es útil el estudio de los actos realizados por el asesino con su víctima durante todo el proceso criminal (si le vendó los ojos, si desfiguró su rostro, si se llevó trofeos o recuerdos, si hubo cautiverio previo, desmembramiento, necrofilia o inserción de objetos, etc.). No obstante, este sello personal puede no llegar a manifestarse en cada delito, debido a contingencias inesperadas tales como interrupciones o respuestas; imprevistas de la víctima (Douglas y Munn, 1992). CARACTERÍSTICAS DE UN ASESINO SERIAL Los asesinos seriales suelen tener de veinte a treinta años, son varones blancos, heterosexuales que son sexualmente disfuncionales y con la autoestima baja. Sus alborotos metódicos casi siempre son sexuales en su naturaleza. Sus matanzas normalmente son parte de una fantasía detallada que los lleva a un clímax en el momento de su arranque asesino. Los asesinos seriales generalmente matan a extraños con períodos de tranquilidad entre cada crimen. Muchos disfrutan de la sodomía (penetración anal), el canibalismo (comer carne humana), la necrofilia (tener sexo con cadáveres) o la pedofilia (sexo con niños) y conservan como trofeos las partes del cuerpo, como muestra de la evolución de su trabajo. En su mayoría se interesan por las mujeres y niños de su misma raza. Las prostitutas, peatones y conductores estacionados son las víctimas elegidas. A algunos asesinos homosexuales les gusta atrapar adolescentes y gays. Los asesinos seriales hembras tienden a ser "viudas negras" que matan una sucesión de maridos, amantes, u otros miembros de la familia. Ellos también pueden ser enfermeras u otros profesionales médicos que se vuelven "Ángeles autoelegidos de la Muerte" que asesinan a bebés, a gente mayor, o a enfermos terminales en un esfuerzo para liberarlos de su sufrimiento. El siguiente texto se proporciona para apreciar la utilización de la investigación científica del delito de acuerdo al modelo frances del antes, durante y después SERVICE DE COOPERATION TECHNIQUE INTERNATIONALE DE POLICE -oOo- DELEGATION DE MEXICO La investigación del crimen. Redactado en México, en enero y febrero del 2000 por el Comandante de Policía Jean Pierre CODERCH del Servicio de Cooperación Técnica Internacional de Policía. GLOSARIO : Capitulo I A- La investigación criminal B- La inspección del cadáver IIIIII- Antes Durante Después C- La investigación de un caso Capitulo II A- la Toma de declaración - la toma de denuncia - la toma de confesión - la declaración de un menor p. 04 p. 11 p. 13 p. 15 p. 21 p. 25 p. 56 p. 64 p. 65 p. 66 B- El caso estudiado p. 70 C- El fichero Canonge - el fichero manual Canonge - el fichero informatizado Canonge p. 75 p. 76 p. 100 Capitulo III I- Los resultados de los diferentes peritajes p 106 II- Los informantes p. 118 III- Otros métodos de inteligencia p. 123 IV- El caso estudiado p. 126 A- LA INVESTIGACION CRIMINAL : La investigación criminal representa el medio, a través del cual, se descubren los indicios que permiten llevar a cabo la persecución de los delitos con éxito. Los tres principios que rigen al investigador son : una profunda preocupación por los derechos humanos una estricta legalidad el empleo de métodos apropiados. Cualquier investigador sabe que, para llevar a cabo con éxito una investigación criminal, es necesario contestar las seis preguntas básicas del periodismo, ya que las dos profesiones son muy parecidas en ciertos puntos. En efecto, contestar a la pregunta Quién : Es conocer la identidad del imputado, Qué : Es enterarse de lo sucedido, Cuándo : Es tener el dato, sumamente importante, de la hora y el día, Dónde: Es identificar el lugar de los hechos, Por qué : Es tener conocimiento del motivo del ilícito, Cómo : Es determinar las circunstancias del caso. En varios países las palabras de policía judicial designan a los que cumplen con funciones de policía judicial, y en México a la policía judicial o a la policía ministerial. Pero la policía judicial es también una función durante la investigación criminal. Esta función de policía judicial, la define en Francia, el articulo 14 de nuestro código de procedimientos penales : “La policía judicial constata las infracciones ante la ley penal, recolecta las pruebas para identificar a los autores y los entrega a la Justicia, mientras un Juez de Instrucción no conoce del caso”. Aquí se define entonces el trabajo del investigador : constatar las infracciones recolectar las pruebas buscar a los autores entregarlos a la Justicia Esta definición subraya la importancia fundamental de la inspección en materia de investigación, ninguna investigación no puede iniciar sin constatar esta infracción. Esta inspección permitirá encontrar evidencias que nos conducirán a identificar el autor de este ilícito. Para hacer una buena inspección se necesita . material adecuado, para recolectar las evidencias en buenas condiciones, metodología para no olvidar detalles en el lugar de los hechos un acordonamiento del lugar de los hechos, para permitir a los que están encargados de la inspección, trabajar con calma y con más eficiencia. La investigación criminal inicia cuando los que tienen funciones de policía judicial, en el sentido general, se enteran de la comisión de un acto delictivo. El dato que va a permitir iniciar la investigación puede tener diferentes fuentes : llamada de la central de radio de la policía (alarmas bancarias) denuncia de la víctima de iniciativa (por ejemplo en flagrancia) llamada de un testigo. Cuando ya se tiene conocimiento de la comisión del hecho, y después de averiguar, en ciertos casos, la certeza de este dato, tendremos que avisar ciertas personas, como son el Agente del Ministerio Público y los criminalisticos de campo si es necesario, y luego transportarnos al lugar de los hechos para hacer una inspección previa. La central de radio, en la cual se encuentran normalmente operadores que conocen perfectamente la ciudad, tiene un papel muy importante ya que nos va a enterar en seguida, de la peligrosidad del lugar en donde se sucedieron los hechos. Este sencillo trabajo de inteligencia es muy importante, ya que va a condicionar el número de funcionarios que van a asistir al acto de inspección y el material que nos vamos a llevar. No se actuará de la misma forma, si uno tiene que hacer una inspección en una calle de la colonia Doctores o Buenos Aires en el Distrito Federal, que si el mismo acto tiene que realizarse en el Paseo de la Reforma. Es obvio que en el primer caso tendremos que llevar con nosotros varios funcionarios encargados de prestar seguridad mientras estaremos haciendo la inspección y que será preferible cargar chalecos antibalas y armas largas, para repeler cualquier agresión. Antes de salir de la oficina y con los datos que tenemos, referente a la peligrosidad del lugar en donde se va a hacer la inspección, vamos a recuperar el material adecuado para actuar en condiciones optimas de seguridad y de eficiencia. Se necesitara dar instrucciones para que la policía preventiva o municipal se encargue de acordonar perfectamente el lugar de los hechos. Llegando al lugar de los hechos, y después de haberse reportado con la central de radio para anunciar nuestra llegada en el lugar de la inspección, la primera cosa que hay que hacer es contactar a los policías uniformados que para que acordonen la escena del crimen, para enterarse de lo ocurrido y conocer los primeros elementos recopilados. Aunque parezca anodino, es sumamente importante contactar a los uniformados cuando uno llega en el lugar de los hechos, por varias razones : enterarse de cómo viene el acordonamiento del lugar y aportar ciertas modificaciones si se necesitan. Conocer si la escena del crimen se encuentra tal como lo encontraron los uniformados cuando llegaron o si hubieron algunas modificaciones. Saber si hubo testigos del hecho y dónde se encuentran. Enterarse de si existen algunos indicios, tales como número de vehículos para fuga de los asaltantes, nombre de la víctima o de los autores. Si existen testigos tenemos que separarlos después de una primera entrevista, para enterarnos muy rápidamente de lo que pasó. Estos datos sirven para hacer unas primeras difusiones si son necesarias, ya que no es muy aconsejable tomar la declaración de los testigos en el lugar de los hechos, es preferible tomarlas en nuestra oficina. Se distribuye después el papel que desarrollará cada uno de los funcionarios del grupo de investigadores, en Francia la costumbre es que el policía de grado más alto, con más experiencia en estos asuntos, se encargue de la inspección y el del menor grado haga las funciones de secretario, anotando todo los detalles de la inspección. Antes de empezar la inspección, se hace un recorrido muy rápido de la escena del crimen, ya sea en espírala, en cuadrantes o en zigzag, para intentar localizar los diferentes indicios que se pueden encontrar en este lugar. Pisadas, soportes de huellas dactilares, trazas de violencias, trayecto de fuga, casquillos o proyectiles, gotas de sangre, colillas de cigarrillos o cualquier objeto que nos parezca interesante para la investigación. Este recorrido rápido de la escena del crimen, nos debe permitir entender, lo que ocurrió en este lugar, identificar los indicios y marcarlos en el suelo con señales, para facilitar el trabajo de los expertos. Después, dejaremos actuar a los expertos, para fijar la escena del crimen con fotografías y un plano, para levantar las huellas dactilares, recuperar los elementos como proyectiles, casquillos o armas para enviarlos a la balística. Después de la actuación de los peritos, vamos a iniciar la inspección, inspección que veremos con más detalles en la última parte de la ponencia. Las etapas más importantes de esta inspección son la identificación de la víctima, la recolección de los indicios, la ubicación y la descripción de las heridas, determinar la hora aproximada de la muerte. Cuando está plenamente identificada la víctima, es necesario entregar estos datos a la sede de nuestra unidad, para iniciar un trabajo de búsqueda en los archivos delincuenciales y si encontramos algunos datos sobre la víctima, esto nos dará un enfoque para nuestra investigación. Es cierto que si la víctima era conocida como vendedor callejero de droga, es en este ámbito que vamos a orientar nuestra investigación. Mientras algunos se encargan de la inspección, otros se van a encargar de las investigaciones de vecindario. Esta tarea es muy importante, ya que es la que nos va a permitir encontrar testigos del hecho delictivo. Esta investigación se hace en los lugares cercanos de la escena del crimen, pero se necesitara hacerla también en todo el trayecto de fuga si se logra determinarlo. Cuando se logra determinar la hora aproximada de la muerte, en los casos de homicidios, la investigación de vecindario se hará en los días que siguen la inspección. Regresaremos el día siguiente de la inspección a la misma hora determinada de la muerte, y la semana siguiente, el mismo día y a la misma hora supuesta de la muerte, para quizás, encontrar una persona que está en un lugar determinado a cierta hora o en ciertos días, y que hubiera sido testigo de los hechos, pero que como cualquier individuo, testigo de hechos tan graves, no va a esperar la llegada de la policía. Se puede pensar en una persona que sale de una oficina o de su casa a la hora de los hechos o un vendedor callejero o una tienda abierta en un momento determinado, quienes se encontraban en la escena del crimen, pero que no vamos a encontrar una hora después cuando se llega al lugar de los hechos. Estas personas son testigos importantes que no se van a presentar por su propia iniciativa, pero que podemos identificar haciendo estas investigaciones de vecindario. Ya después, se procede al levantamiento del cadáver, averiguando que los indicios y la ropa del cadáver sean embalados, rotulados y entregados a los peritos para se hagan los peritajes pertinentes. Vamos entonces a regresar a nuestra oficinas, encargándonos de llevar a los testigos, siempre teniéndolos aislados, para impedir que se pongan de acuerdo y tener al final una sola versión de los hechos, la cual puede ser muy diferente de lo que pasó realmente. Ocurre muy a menudo que una persona que no vio casi nada de la escena, pero que tiene mucha influencia sobre los demás, alcance a dar su versión, falsa, y a persuadir los otros de que esta versión es la buena. Este aislamiento debe continuarse en nuestras oficinas, ya que no sirve para nada aislar a los testigos en el lugar de los hechos y en el trayecto, para dejarlos después solos durante horas sentados todos en un mismo banco en el pasillo de las oficinas, para que se coordinen. Regresando a la oficina hay otros pasos muy importantes a seguir. La primera cosa es enterarse de lo encontrado en los archivos delincuenciales referente al caso. Estos datos pueden ser completados por una búsqueda en diferentes entidades como la secretaria de hacienda, para conocer los bienes que detiene la víctima, ubicar su domicilio si todavía no lo tienen ubicado, conocer con Telmex sus números de teléfono, sus celulares o beeper, para solicitar más tarde el listado de las llamadas efectuadas o recibidas en las diferentes líneas telefónicas, una de ellas puede ser una cita con el homicida o tener algo que ver con el asunto. Si la víctima ha sido detenida, ver con la Secretaria de Gobernación en donde fue detenida, con quién y cuáles fueron los asuntos que condujeron esta persona a la cárcel. Muy a menudo los delincuentes siguen trabajando en las mismas áreas, es decir que un estafador sigue estafando, un atracador atracando y un narcotraficante en los asuntos de estupefacientes. Estos datos nos permitirán encontrar en que ámbito debemos orientar nuestra investigación y mover a nuestros informantes. En Francia, en los casos de asesinatos, y más que todo en cualquier asunto de arreglos de cuentas, siempre interceptamos la línea telefónica de la víctima y hacemos un cateo de su casa en seguida, para intentar encontrar durante esta visita domiciliaria agendas o documentos que nos van a permitir orientar nuestra investigación. La intervención telefónica legal, muy restringida en México, es de uso común y corriente en Francia en los asuntos graves. Nos ha dado buenos resultados, pero ya con el uso de los celulares es más difícil para nosotros policías interceptar llamadas telefónicas. En Francia, la ley impone a los policías en las investigaciones de homicidio, asistir a las autopsias. Es para nosotros una fuente de datos muy importante para el arranque de la investigación. Nos permite tener muy rápidamente el dictamen de los médicos legistas y enterarnos de como sucedió la muerte. Confortar nuestras observaciones, en el lugar de los hechos, con el peritaje de los expertos y sobre todo intercambiar lo que nosotros vimos durante la inspección, con las constataciones del médico. Este intercambio es importante para las dos partes, para el médico legista para saber como se encontró el cuerpo, cuales eran las condiciones climáticas (lluvia, calor), y para el investigador, permite aclarar ciertas dudas. Tomemos las declaraciones de los testigos y los que son susceptibles identificar a los autores del acto, los citaremos en nuestras oficinas de criminalista de campo para confeccionar un retrato hablado y consultar los archivos especializados como es el fichero Canonge. Este fichero es un fichero particular, en el cual la clasificación no se hace con los nombres, apellidos y fecha y lugar de nacimiento de las personas como en los ficheros tradicionales, sino con los datos morfológicos de las personas archivadas. Estos datos son la raza y el sexo de la persona, su contextura y su estatura, cicatrices, tatuajes y señas particulares, su edad. Este fichero permite, con los datos recopilados en la declaración del testigo, presentarle una serie de fotografías correspondientes al individuo descrito por el testigo, sin tener que presentarle un montón de fotos con el riesgo de dañar la imagen que el testigo tiene en su mente. Con los diferentes datos recopilados con los testigos, la inspección, los informantes, vamos a iniciar la búsqueda del autor del hecho punible. Si logramos ubicar el autor después de algunas vigilancias y seguimiento se va a llevar a cabo la detención del imputado. En Francia, con las personas peligrosas, intentaremos detenerlas cuando salgan de su casa, evitamos, cuando lo podamos, hacer detener personas peligrosas en sus casas, y si no podemos actuar de manera diferente solicitamos el apoyo de los grupos de choque de la policía. Siempre después de la detención del autor, hacemos un cateo de su casa o de su departamento, para buscar elementos que nos permitan involucrarlo en el asunto tratado. Estos elementos pueden ser armas en materia de homicidios, pero también documentos, la vestimenta descrita por los testigos en la cual pueden subsistir algunos residuos de disparo En Francia después de la detención tomamos la declaración del autor con su confesión. Vamos a aprovechar la detención del individuo para hacer su reseña, este acto sencillo durante el cual se tomarán varias fotos del individuo, foto de frente de perfil y de pie, y se va a llenar la ficha decadactilar, es sumamente importante, ya que es la memoria de la policía y no hay policía judicial sin memoria. Además son estos datos que se van a almacenar en nuestros ficheros especializados como son el fichero Canonge y el fichero automatizado de huellas digitales, sistema conocido en México como sistema AFIS. En los casos graves, como son los casos de homicidios no hacemos careos para no arriesgar la vida de los testigos, pero muy a menudo hacemos un reconocimiento en fila de personas, presentando a los testigos, para una última identificación formal, al imputado dentro de un grupo de personas de rasgos similares. Para terminar el último acto es recopilar todas las actas que van a conformar, el expediente para presentar antes de un término de 48 horas al imputado al Procurador de la República, con todo el expediente. Como lo vimos en la primera parte de la ponencia, el Procurador después de apreciar los cargos que tenemos en contra de la persona, abre una información ante un Juez de Instrucción y la policía ya no podrá más actuar si no con la orden escrita de este Juez, es lo que llamamos en Francia la comisión rogatoria. B- La inspección del cadáver : Vamos a estudiar ahora la inspección del cadáver, con más detalles, es decir para ubicarnos en el tema de la investigación criminal, y para ser más preciso iniciaremos esta inspección cuando los investigadores llegan al lugar de los hechos. Para entender la importancia de la inspección del cadáver, hay que hacer notar que en materia de homicidio hay tres actores : el autor ya sea material o intelectual, el testigo, la víctima. En el lugar de los hechos, en la mayoría de los casos, vamos a encontrar algunas veces, muy escasas, al autor del acto, muchas veces al testigo, y casi siempre a la víctima. Esta observación hace que la víctima sea el elemento esencial que nos va a permitir iniciar en buenas condiciones la investigación. Por eso en todos los casos la primera cosa que tenemos que hacer es buscar quién es la víctima y si se puede porqué es la víctima. Para estudiar en detalles la inspección del cadáver, vamos a dividir esta ponencia en tres partes : lo que hacemos antes de la inspección, durante y después. Un refrán define perfectamente la inspección : OJOS SI - MANOS NO, lo que significa que antes de ser manual la inspección tiene que ser visual, y esto les evitará pisar la escena del crimen dañando así muchas evidencias. La inspección del cadáver sirve para : identificar a la víctima, o por lo menos conocer su descripción morfológica para una eventual identificación, determinar las causas de la muerte, enterarse si la muerte fue natural, Si fue un suicidio, Si la muerte fue accidental o criminal, Buscar evidencias e indicios Identificar a los testigos eventuales Identificar a un autor 1- ANTES : Llegando al lugar de los hechos, como lo vimos anteriormente hay que enterarse de lo que ocurrió hablando con los policías uniformados que acordonaron la escena del crimen mientras llegaban los investigadores. Vamos a delimitar una área restringida y acordonar esta área con cinta amarilla o con policías uniformados para impedir la entrada de cualquier persona en esta área. Este acordonamiento permite trabajar con seguridad y tranquilidad durante la inspección, lo que es fundamental para la eficiencia de este acto. En Francia la alteración de los indicios es una contravención o un delito según los casos y esta pena se puede aplicar a cualquier persona, por ejemplo a los policías preventivos, quienes llegando en el lugar de los hechos recuperan armas y casquillos o evidencias aunque sea para entregarlos a la policía ministerial, pero violan la ley dañando la escena del crimen. Esta infracción prevista por el articulo 55 de nuestro código de procedimientos penales comenta : “ en cualquier lugar en donde un crimen se ha cometido, está prohibido, a toda persona no habilitada, sin incurrir en la pena de multa prevista para las contravenciones de 4a categoría, de modificar la escena del crimen y levantar muestras, antes que los investigadores hayan hecho las primeras constataciones. Sin embargo si estas modificaciones o levantamientos se hicieron por razones de seguridad o de salubridad pública, o para auxiliar a las víctimas, no se cometerá la infracción.” La multa es de 800 dólares y en ciertos casos cuando esto se hizo para obstaculizar la verdad, la contravención se convierte en delito, la persona incurrirá en una pena de 3 años o 5 años si se trata de alguien que tiene poderes de investigación Antes de iniciar la inspección del cadáver, tendremos que averiguar los signos de vida o de muerte, es obvio que si la víctima presenta signos de vida, la primera cosa que hay que hacer es auxiliarla, antes de empezar la inspección. Como ya lo hemos visto, aislaremos a los testigos para impedir que tengan la oportunidad de entregarnos una versión común de los hechos. Cada uno puede tener una parte de la escena y es el investigador, y solo el, quien tiene que juntar todos los elementos de este rompecabezas. Se hace después una inspección rápida del lugar de los hechos. Esta inspección rápida de la escena del crimen, permite notar si en algún lugar se encuentran evidencias o indicios. Si este es el caso hay que protegerlas, si son manchas de sangre, huellas dactilares o pisadas, se señalaran con una tiza o con una escarapela tratándose de casquillos, proyectiles, las armas o colillas. Esta visita es obligatoria cuando la inspección se hace en un recinto cerrado, como lo pueden ser una casa o un departamento. Siempre hay que tener en la mente, que aunque el lugar sea acordonado, el homicida todavía puede estar presente en el departamento, escondido en un cuarto o en cualquier lugar, y que en un momento dado, durante la inspección puede surgir, arma en mano y disparar para intentar fugarse. Por eso esta visita del lugar de los hechos se tendrá que hacer respetando las normas de seguridad, que uno puede emplear durante un cateo por ejemplo. Hallando un arma de fuego, y sobre todo si la inspección se hace en un campo abierto, la levantaremos sin tardar, antes tendremos que fijar esta evidencia con una serie de fotos, ubicarla en el plano, quizás buscaremos huellas dactilares, pero tendremos muy rápidamente que sacarla de la vista de la gente. Es un riesgo muy grande dejar un arma en el lugar de los hechos, la vamos entonces a recuperar, pero antes de embalarla y rotularla, se necesita neutralizarla. Neutralizar un arma es descargarla es decir, si se trata de una pistola, sacar el proveedor y sacar el cartucho que puede tener en la recamara. Cada una de las diferentes partes de esta arma, se van a colocar en bolsas de papel diferentes, para mandar todos estos elementos al laboratorio de balística, y a su vez una bolsa diferente para cada uno de los elementos. El investigador que manda un arma, a un laboratorio sin neutralizarla, se convierte en asesino. Cuando ya se han localizado las diferentes evidencias, vamos a fijar la escena del crimen. Con una serie de fotos, fotos generales o de conjunto, como es la foto del barrio donde se encuentra el inmueble, en el cual ocurrieron los hechos, fotos de semi-conjunto por ejemplo la entrada del inmueble, la puerta del departamento en el cual fue hallado el cuerpo, el cuarto donde está el occiso, para seguir con fotos de detalles de la víctima y de las evidencias encontradas, para finalizar con la foto de identificación del rostro de la víctima. Después vamos a levantar un plano, en este plano que debe ser muy completo deben aparecer los muebles de los cuartos, los puntos fijos en campo abierto, el cadáver, la ubicación de las evidencias, la identificación de los puntos cardinales. Para amarar un punto en un plano se necesita hacerlo desde un punto fijo como son los postes, los arboles, la esquina de una calle, un muro., nunca lo hagan desde un objeto que puede ser desplazado (mueble, vehículo....). 2- DURANTE : Ya vamos a iniciar la inspección del cadáver, con la descripción general del occiso (sexo, posición, descripción morfológica), una descripción detallada de sus prendas, para describir, al final, las particularidades y las heridas de la víctima desnuda. Iniciamos la inspección anotando si es un hombre o una mujer, un adulto o un niño. Anotaremos el color de la piel de la víctima, teniendo en cuenta que la putrefacción va a dar una coloración negra a la piel. Teniendo en cuenta esta observación determinaremos la raza de la víctima. Una de las otras anotaciones es la posición del cadáver. Las posiciones más comunes son decúbito dorsal o decúbito abdominal, sentada, de lado derecho o izquierdo, ahorcado. Pero podremos encontrar otras posiciones, por ejemplo fetal o flotando si se trata de un ahogado. El siguiente paso importante, es la identificación de la víctima que nos permitirá entregar rápidamente estos datos a nuestra oficina para que un funcionario a su vez inicie la búsqueda en los archivos delincuenciales. La identificación puede ser el hecho de las declaraciones de familiares, o de testigos que van a identificar el occiso, o de manera más sencilla encontrando una identificación en sus bolsillos (credencial de elector, pasaporte...). Anotaremos después algunos detalles inherentes a la persona humana como son la contextura de la persona (delgada, normal, gorda o obesa, corpulento), la altura de la víctima y si no hemos logrado identificarla, vamos a determinar su edad aparente. Después de estos datos, vamos a describir sus prendas y su calzado para ubicar el occiso en su medio social para iniciar la investigación. El Cuerpo La primera descripción que haremos es la descripción de las heridas aparentes, teniendo en cuenta que no somos médicos legistas. Debemos únicamente conformarnos en describir las heridas, y ubicarlas sin intentar determinar si es un orificio de entrada o de salida dejado por un arma cortopunzante o un arma de fuego. Para ubicar las heridas en el cuerpo humano no se necesita utilizar los términos médicos, una línea vertical divide el cuerpo humano en una parte izquierda y una parte derecha, y después uno puede ubicar las heridas o las señas particulares hablando de la cabeza, del tronco en su parte alta, mediana y baja, lo mismo para los brazos y las piernas y la pelvis. Localizadas las heridas, nos interesaremos en los derramamientos, son unos datos muy importantes que nos van a enterar si el cadáver fue movido o no. Los derramamientos que observamos son la nasorragia (derramamiento de sangre que tiene su origen en la nariz de la víctima, la bucoragia cuya origen es en la boca y otorragia en las orejas. ¿Como nos vamos a enterar si el cadáver fue movido o no? De la manera mas sencilla, si encontramos el occiso en decúbito dorsal y los derramamientos van de la parte inferior del rostro del occiso hacía la parte superior del cráneo, esto quiere decir que esta víctima fue traída a hombros boca abajo. Algunos signos externos que presenta el cadáver nos van a permitir determinar la hora de la muerte. Estos signos son la temperatura del cuerpo, en una inspección normal vamos solo a determinar si el cuerpo es caliente, tibio o frío, pero con material adecuado (termómetro), se podrá determinar la hora aproximada de la muerte, ya que un cadáver pierde, durante las 5 primeras horas, en condiciones normales de clima, un grado por hora para llegar poco a poco a la temperatura ambiental a las 24 horas. Por supuesto que entra en cuenta la contextura del individuo, el cadáver de un niño se enfría más rápido que el de un adulto. La deshidratación del cuerpo, que es la evaporación de una parte del agua que contiene el cuerpo, permite también determinar la hora aproximada de la muerte. Esta deshidratación se nota más que todo en los ojos del occiso, si los ojos tienen un aspecto vidrioso y el cadáver tiene los ojos abiertos la muerte ocurrió hace más de 45 minutos, si el cadáver tiene los ojos cerrados y vidriosos esto significa que la muerte ocurrió hace más de 24 horas. Más allá de este tiempo, la deshidratación se traduce por el apergaminamiento de la piel y de los labios. Otro factor que nos da algunas indicaciones sobre la hora de la muerte es la flexibilidad de las articulaciones de la víctima o rigideces cadavéricas. Vamos a anotar durante nuestra inspección si encontramos un cadáver flácido, semi-flácido o rígido. La rigidez inicia alrededor de la segunda hora de muerte, empezando por el cuello y la boca del occiso, ganando después poco a poco todas las otras partes del cuerpo, brazos y piernas para ser totales a las 8 horas de muerte. Estas rigideces permanecen durante unas 24 horas para desaparecer en la forma progresiva de cómo aparecieron. Es decir que van a desaparecer de la nuca y de la boca, de los brazos y finalmente de las piernas. Encontraremos un cadáver flácido a las 48 horas más o menos. Este fenómeno puede modificarse según las condiciones ambientales, un clima frío acelera su instalación y el calor la retarda. Unos de los otros factores es el estado de putrefacción del cuerpo. Este fenómeno inicia con una mancha verde abdominal que aparece a las 36 horas después del fallecimiento, en la parte abdominal. Después esta mancha verde va ganando poco a poco todo el cuerpo para ser completo a los 8 días. Al mismo tiempo inicia la putrefacción gaseosa, que proviene de la degradación de los tejidos orgánicos del cuerpo. El resultado de la descomposición química produce gases, los cuales penetran en los tejidos hinchando el cuerpo del difunto. Una particularidad que acompaña siempre la putrefacción es la aparición de una fauna cadavérica. El estudio de esta fauna, llamado científicamente, entomología forense, ha dado excelentes resultados. Esta ciencia está más desarrollada en Francia, por el instituto de búsqueda criminal de la Gendarmería Nacional (IRCGN) en Rosny sous Bois cerca de París. Para demostrar la eficacia de esta ciencia, les voy a dar un ejemplo de un caso ocurrido cerca de París. El 15 de julio, se encontró en un bosque el cuerpo de una mujer en un estado de putrefacción muy avanzado. Las conclusiones del médico legista después de la autopsia era que la muerte había ocurrido en un lapso de tiempo que no podía ser superior a 6 meses. Los investigadores tenían entonces que iniciar sus averiguaciones desde el 15 de febrero, buscando en las fichas de las desaparecidas. El estudio de las muestras entomológicas que se realizaron en el cuerpo de la difunta durante la autopsia y en el lugar de los hechos durante la inspección, permitieron determinar que la primera actividad de estos insectos se situaba entre el 13 y el 24 de junio, con una época favorable los 14, 15 y 16 de junio. Los primeros elementos de la investigación y sobre todo la identificación posterior de la víctima permitieron confirmar los resultados de estos análisis. Esto permitió a los investigadores iniciar las averiguaciones empezando desde el 10 de junio y no desde el 15 de febrero. Las prendas : En Francia, durante la inspección del cadáver y en el lugar de los hechos, se desnuda a la víctima. Este acto se hace con cierta metodología. Cuando se le quita una prenda al occiso, hay que describirla con su color, su talla, la marca, anotar las anomalías tales como las raspaduras o un botón arrancado que pueden ser signos de lucha entre la víctima y su homicida. Se registra la prenda, describiendo las pertenencias encontradas en esta prenda (agenda, llaves de vehículo o de departamento, tarjetas, identificaciones), estas pertenencias pueden ser una fuente de datos muy importantes para la investigación. No las vamos a devolver a la familia, mientras no hemos sacado fotocopias o fotografías. Las prendas serán embaladas, pero para evitar la putrefacción no tenemos que empacarlas, húmedas, en bolsas de plástico. Se dejan secar a temperatura ambiente, antes de empacarlas en bolsa de papel. Al final, las vamos a rotular describiendo la naturaleza, el color, la talla, la marca, el aspecto y las particularidades. Para identificar al caso anotaremos después los nombres y apellidos de la víctima, la fecha y la hora de la inspección y al lugar de los hechos, y para identificar a los investigadores se debe también anotar la Brigada a la cual pertenece el funcionario encargado de la inspección, su identificación y el número del expediente. El cuerpo desnudo : Cuando esté desnudo el cadáver vamos a iniciar una inspección más completa. Para no olvidar detalles es aconsejable hacer esta inspección con el cadáver boca al piso (decúbito abdominal) o de espaldas al piso (decúbito dorsal), y después voltear la víctima para seguir con la inspección. En un primer tiempo anotaremos las particularidades del cuerpo que podríamos llamar naturales, tales como tatuajes, cicatrices, prótesis o amputaciones con sus respectivas ubicaciones. Se anotan después las livideces cadavéricas. Este fenómeno ocurre por el depósito de la sangre en las partes declives o bajas del cadáver, provienen de la degradación de la sangre y su deposito en los tejidos, con una coloración roja vinosa externa, en las partes de presión del cadáver en el suelo no hay este deposito y la coloración roja no aparece, por eso se llama a este fenómeno livideces. Las livideces aparecen después de una hora del fallecimiento, y son susceptibles de modificaciones dentro de las doce primeras horas posteriores a la muerte, ya que después de este tiempo la fijación de los pigmentos se hace permanente. La observación de estas livideces, y averiguando si desaparecen o no con una digitopresión permitirá tener una idea de cuantas horas pasaron antes de descubrir a la víctima, y además de determinar en ciertas ocasiones si el cadáver fue movido o no. En efecto si encontramos un cadáver decúbito dorsal presentando livideces cadavéricas en el pecho, eso significa que la víctima fue volteada después de 12 horas de su muerte. Seguiremos después anotando y ubicando las heridas en el cuerpo, teniendo en cuenta que no somos médicos y que no podemos emplear términos médicos sin el riesgo de equivocarnos en la ubicación de la herida. La manera muy sencilla descrita hace algunos minutos de localizar las heridas parece ser la más adecuada para nosotros los investigadores. Describiendo estas heridas hay que tener mucho cuidado en las afirmaciones que hacemos, por ejemplo en la frase : “notamos la presencia de un orificio de 8 milímetros correspondiendo a la entrada de un proyectil de arma de fuego” tendremos que preferir “notamos la presencia de un orificio de 8 milímetros, el cual podría corresponder a un orificio de entrada de un proyectil de arma de fuego”. Hay que tener mucho cuidado ya que a veces lo que creemos es muy lejos de la realidad. Unos de mis primeros asuntos en la Brigada de Homicidios en Marsella fue la inspección del cadáver de un anciano, que encontramos sentado en una silla y amarrado manos atrás. Había sido torturado y presentaba en la frente dos orificios de unos 5 milímetros de diámetro. A sus pies, encontraron un cartucho percutido de calibre 30/30 que podía corresponder al tamaño de los impactos. Con todos estos datos anotaron en el acta que el cadáver presentaba dos orificios de entrada de arma de fuego sin buscar más allá. La necropsia reveló que los orificios procedían de un arma tipo destornillador, y nos toco entonces volver al lugar de los hechos para encontrar en un tanque de agua el destornillador. Este asunto pasó en un recinto cerrado y logramos hallar días después el destornillador, si eso hubiera ocurrido en la calle, es casi seguro que nunca hubiéramos encontrado el destornillador dos o tres días después de la inspección. Esto para demostrar que la inspección es únicamente el acto de constatar, sin dejarnos influenciar por lo que pensamos o los comentarios de los testigos. Estudiaremos en fin las manos de la víctima para averiguar si no encontramos debajo de las uñas de la víctima varias substancias orgánicas como piel, pelos o cabellos que pueden pertenecer al autor del homicidio. Estos residuos podrán, con el análisis de la ADN, permitir identificar plenamente al delincuente si logramos detenerlo. No hay que olvidar que cualquier análisis en laboratorio es un cotejo, no se puede mandar, a los servicios periciales, un cabello preguntando cómo se llama su propietario. Antes de hacer la necrodactilia, que es el levantamiento de las huellas dactilares del occiso, se necesitará, a veces, hacer la prueba de absorción atómica en las manos del occiso, la cual está remplazando en varios países el guantelete de parafina o las diferentes pruebas que existen (de Walker, del rodizonato de sodio o prueba de Harrison-Gilroy). Para determinar la hora y el día de la muerte, que son como ya lo hemos visto, unos elementos sumamente importantes de la investigación en materia de homicidios, tendremos que combinar los diferentes signos que hemos encontrado a lo largo de la inspección, tales como la deshidratación, la putrefacción, las rigideces y las livideces cadavéricas, el enfriamiento y por último la fauna cadavérica. Estudiaremos al final de la ponencia un gráfico que nos permitirá determinar aproximadamente la hora de la muerte. Con esto finaliza, en el lugar de los hechos, la inspección del cadáver, pero antes de regresar a la oficina tenemos que hacer varios actos. 3- DESPUES : En primera, vamos a inspeccionar el lugar donde se encontraba el cadáver, ya sea el cuarto en una casa o departamento, o en un campo abierto los alrededores inmediatos. En un cuarto, vamos a averiguar si los accesos (ventanas, puertas), no presentan trazas de violencia, haremos también la inspección de las paredes, para intentar encontrar impactos de proyectiles. Si encontramos un proyectil incrustado en un muro, tendremos que sacarlo con mucho cuidado sin dañar con un cuchillo o otra herramienta la superficie de la bala, ya que el estudio balístico, se hace sobre las marcas que dejan las rayas del cañón. Si uno no puede extraer este proyectil sin dañarlo se necesitara llamar a los expertos o arrancar una parte del muro para sacarlo sin daños, recuperando una parte del yeso del muro cerca del impacto para eventualmente analizar si hay restos de huesos o tejidos humanos, o trazas de sangre. Antes de sacar el proyectil tendremos que medir la distancia del suelo hacia al impacto, eso nos podrá dar, con las medidas que nos proporcionará el médico legista, la altura de las heridas en el cuerpo de la víctima al suelo y una aproximación de la distancia de tiro, una línea de fuego que podrá a veces permitirnos imaginar si el tiro fue un tiro de reacción (arma a altura de la cintura) o apuntando a la víctima (arma a altura de los ojos). Un disparo con el arma a altura de la cintura se podrá considerar que tal vez que fue un acto de legitima defensa o una reacción dictada por la rabia, apuntando a la víctima con premeditación y con reflexión son muchas veces dos sentimientos que dictan este acto. Seguiremos con la inspección de los demás cuartos de la casa o de los alrededores más lejanos, para encontrar otros indicios o el trayecto de fuga para nuestra investigación. En fin regresando a la oficina, lo más importante es la búsqueda en los archivos : delincuenciales referente a los individuos sean víctimas o testigos, Fichero Canonge si se tiene una descripción del homicida, fichero automatizado de las huellas dactilares para las huellas halladas en el lugar de los hechos, Fichero sistematizado de balística en algunos países, Fichero automatizado de ADN. El croquis de los pasos de la inspección se parece a un X, vamos de lo general a lo particular, para volver a lo general, y de la misma manera que hacemos esta inspección, se redacta el acta de inspección del cadáver. la salida de la Oficina las vías de acceso al lugar de los hechos el barrio ANTES el edificio el departamento el cuarto DURANTE El cadáver Inspección del cuarto Inspección de la casa o del departamento DESPUES Inspección de los alrededores El vecindario El regreso a la oficina Para determinar la hora de la muerte : Hay que tener en cuenta la temperatura ambiente Caliente Tibio Frío - 1 grado celsius / hora aproximadamente Empiezan las rigideces rigidez total Cuello y la boca 1 4 0 Los brazos Desaparecen rigideces las Las piernas Cuello Los y la boca brazos Las piernas 8 12 24 36 48 Empieza la putrefacción Aparecen las livideces Se fijan las livideces Se desplazan las Livideces o desaparecen a la digitopresión Una mancha verde aparece en la fosa ilìaca derecha La mancha se extiende al abdomen durante las horas siguientes, y después a todo el cuerpo C- LA INVESTIGACION DE UN CASO : Después de estudiar en sus líneas generales, la investigación criminal y la inspección del cadáver, vamos para ilustrar este curso, seguir un caso de investigación en materia de atraco de un banco con el homicidio de un cliente. Estando en la oficina, el día lunes, reciben una llamada telefónica de la central de radio, comentando que les acaban de avisar que en el banco BANAMEX, ubicado en el # 12 de la calle Musset, en la colonia Libertadores, de esta ciudad, dos o tres individuos armados acaban de perpetrar un atraco a este establecimiento financiero. Las primeras informaciones hacen mención que hubo algunos disparos en el interior del banco, y que, a lo peor, algunas personas se encuentran heridas. Los asaltantes lograron huir con el dinero robado. Como encargado de la investigación, es necesario llamar a los expertos de los servicios periciales para que se encarguen de la toma de pruebas pertinentes y a unas patrullas de policía judicial, para prestar seguridad y acordonar el lugar de los hechos e iniciar las investigaciones. Durante del trayecto rumbo al banco, para realizar la inspección, la central de radio les avisa que una patrulla de la policía preventiva, llegó al lugar de los hechos, y que les acaban de reportar que en el banco se encuentra un cliente asesinado, y que el vigilante herido fue trasladado al hospital después de recibir los primeros auxilios. Se necesita enseguida dar las primeras instrucciones por radio a los uniformados que se encuentran en el lugar de los hechos : - Acordonar el lugar de los hechos, Separar a los testigos y aislarlos, hasta nuestra llegada al lugar de los hechos, Informarse del hospital en el cual será atendido el vigilante. Llegando al lugar de los hechos, anotaremos la hora de nuestra llegada, y nuestra primera diligencia será contactar a los uniformados para enterarse de lo que paso y de los primeros datos que hayan recopilado, saber si hay testigos del hecho y donde están para tener una primera versión de lo ocurrido. Anotaremos los nombres y apellidos de los policías uniformados con su identificación. Vamos a entrar al edificio, con el uniformado de la Policía Preventiva que ingresó al banco para enterarse de los hechos, para intentar definir cual fue el camino que siguió en el establecimiento bancario. La primera cosa que necesitamos hacer, después de haber definido el camino que siguió el uniformado, es averiguar los signos de vida o de muerte del cliente. Después de habernos enterado de que el cliente se encuentra sin vida, haremos un recorrido muy rápido de la sala de clientes del banco, para intentar encontrar huellas o indicios del acto delictivo, y los vamos a señalar con una escarapela para facilitar el trabajo de los expertos de los servicios periciales. Después de estos primeros pasos dejaremos actuar a los expertos de los servicios periciales, que son el fotógrafo, el planimetrista, el dactiloscopista y el experto en balística. El fotógrafo se encargará de sacar unas fotos generales para ubicar el banco en la calle Musset, mostrando las diferentes vías de acceso y de escape en esta parte de la colonia. Se tendrá también que anexar al álbum fotográfico, un mapa de la colonia en el cual aparecerá el banco, y las diferentes vías así como todos los elementos exteriores al banco que se fotografiarán. En este plano aparecerán igualmente los nombres de las diferentes calles y los sentidos de estas vías, y si es necesario los números de las casas de enfrente en las que se encontraron indicios. Durante las investigaciones de vecindario, por ejemplo, tendrá que figurar, si se logra determinar, en dónde estacionaron el vehículo los delincuentes a su llegada al banco, y en qué lugar fue encontrado. Plano del barrio : 1 6 Fontaine La Rimbaud 2 2 4 6 Musset 3 4 Banco 12 Allan Poe Mistral 5 Fotografías generales Fotografías generales : La fotografía n° 1 muestra la calle Musset desde un punto lejano, para ubicar el banco en esta calle, La fotografía n° 2 nos muestra la calle Rimbaud, con el vehículo de los delincuente estacionado en esta calle, La fotografía n° 3 nos da una vista, amplia, de la fachada del banco, La fotografía n° 4 nos enseña la entrada del banco en la calle Musset, La fotografía n° 5 nos da otra vista del banco en la calle Musset, con la ubicación del cajón de estacionamiento que ocupaba el vehículo de los delincuentes a su llegada al banco antes del asalto, La fotografía n° 6 es la del vehículo estacionado, abandonado por los delincuentes. Luego de estas primeras fotos generales, seguiremos con unas fotos semigenerales, del interior del establecimiento bancario. Al mismo tiempo, el planimetrista levantará un plano del banco, amarrando y ubicando los diferentes detalles y los indicios encontrados y señalados durante el primer recorrido que hicimos, cuando llegamos al lugar de los hechos. Para fijar un objeto o un indicio en un plano, se necesitan tres puntos de amarraje, estos puntos tienen que ser puntos fijos que no se puedan mover. Es obvio que no vamos a amarrar un objeto, en campo abierto a partir de un vehículo estacionado, ya que éste puede salir de su estacionamiento en cualquier momento, y perderíamos nuestra referencia, tampoco en el interior de la cubierta de una mesa o de una silla, ya que estos muebles pueden ser movidos de su posición inicial. Para amarrar los indicios vamos entonces a preferir, en el exterior, la esquina de unas calles, el marco de una puerta o un árbol y, en el interior, un rincón formado por dos muros, una ventana o una puerta interior. Lo importante es que todas las personas que ingresan al lugar de los hechos, sean las mínimas posibles, es decir que sólo ingresarán los expertos de los servicios periciales, el Agente del Ministerio Público y su asistente. Todos deben estar equipados con guantes para no dañar las evidencias. Plano del banco : Caja Fuerte Silla Puerta Mesa Ventanilla 1 X X Muerto 12 Traza de zapato con sangre X Ventanilla 2 Sangre Cámara 11 Mesa 10 Colilla 9 Cenicero 8 7 Sangre X : casquillos Estacionamiento : impactos y proyectiles vehículo delincuentes Fotografías semi-generales : Fotografía 7 : fotografía de la puerta de entrada del banco en la cual aparecen las manchas de sangre en la acera de la calle Musset. Fotografía 8 : vista general del interior del banco en la cual aparecen: el cuerpo del occiso, las ventanillas y la cámara, Fotografía 9 : vista del lugar que ocupaba el vigilante herido y de las manchas de sangre, Fotografía 10 : vista de las ventanillas y de la cámara de seguridad del banco, Fotografía 11 : vista general de las ventanillas, de la puerta de comunicación del banco, lado cliente y lado empleados, y del cuerpo del occiso, Fotografía 12 : vista general del cuerpo de la víctima. A continuación, seguiremos con unas fotos de detalles, como son las fotografías de las heridas, los casquillos encontrados, los impactos en las paredes y los proyectiles, las manchas de sangre en el lugar en donde se encuentra el cuerpo del occiso y en la parte del banco en la cual se encontraba el vigilante herido. Se tomará una foto de la huella del zapato con sangre. En fin, sacaremos una foto de identificación del cadáver. Dejaremos entonces actuar al planimetrista, quien nos va amarrar los diferentes indicios y huellas en el lugar de los hechos, así como todos los muebles. Deberán aparecer también, en el plano, las medidas de los diferentes cuartos que se encuentran en el lugar de los hechos, aquí anotaremos las medidas del área de clientes del banco y las medidas del área de empleados. Si logramos definir el lugar de estacionamiento del vehículo de los delincuentes cuando llegaron al banco, mediremos también la distancia de este lugar hasta la puerta del banco. Puede también aparecer en el plano el ancho de la acera que se encuentra delante del banco en la calle Musset. Ubicaremos los casquillos en el plano, aunque estas medidas no son muy importantes, lo más importante son los impactos de los proyectiles en el muro del banco. X X X Después de estas primeras operaciones, vamos a iniciar la investigación, entrevistándonos con los testigos de este atraco, estos testigos han sido previamente aislados, y los vamos a interrogar uno a uno para que nos cuenten lo que ellos percibieron del asalto y del homicidio del cliente. Ya que uno de los testigos fue trasladado a un hospital, vamos a mandar de inmediato a un grupo de investigadores, para tener también la versión del vigilante, mientras estemos haciendo la inspección del lugar de los hechos. Necesitamos tener la versión del vigilante, ya que si alguien nota un detalle que los demás testigos no notaron, es interesante tener su testimonio, mientras nos encontramos en el lugar de los hechos. Además, tenemos que iniciar la investigación con las entrevistas a los diferentes testigos, para difundir los datos que ellos mismos nos van a proporcionar con el fin de iniciar la búsqueda de los autores de este ilícito por medio de las diferentes patrullas de Policía. Estos datos tendrán que ser entregados lo más pronto posible a la central de radio, la cual se encargará de hacer una difusión a las diferentes patrullas de Policía Judicial, Preventiva y de Tránsito y de Policía Municipal, y decidir si es necesario ubicar los primeros retenes. Los policías preventivos aislaron, en este caso, a tres testigos, más el vigilante herido. Uno de ellos es el Jefe de la Agencia bancaria, el otro es el cajero y el tercero era una clienta que se encontraba en la ventanilla 2 atendida por el cajero. Vamos entonces a entrevistarnos con ellos para dejarles decir su versión de los hechos, sin interrumpirles, nos conformaremos con hacerles algunas preguntas al final para definir algunos detalles. Es importante dejar a los testigos contar su versión sin interrumpirlos, para no dañar los recuerdos que tienen de los hechos, será también conveniente anotar en una libreta todos los detalles que nos van a dar durante esta narración. Director de la agencia : Eran las 10.25 de la mañana, él se encontraba sentado en la mesa, detrás de la ventanilla n° 1, sólo escuchó la orden de unos de los delincuentes que imponía a la gente que no se moviera, que levantara las manos, y también la orden que iba dirigida al cajero para que entregara el dinero. Después de uno o dos minutos escuchó como tres disparos, y los gritos de la cliente que se encontraba en la ventanilla n° 2. Cuando el cajero le comentó que los delincuentes se habían ido, se asomó a la ventanilla n° 1 para corroborar lo dicho por el cajero y notó la presencia de un cliente, bañando en un charco de sangre, cerca de la puerta blindada que da acceso al área de clientes del banco y al área de empleados. Notó también la presencia del vigilante, tendido en el suelo, cerca de la puerta exterior del banco. Fue entonces cuando llamó a la Policía para contarle los hechos. Después de llamar a la policía salió al área de clientes del banco y fue en este instante que se enteró de que el cliente había sido herido a balazos, y que el vigilante había sido golpeado en la cabeza por uno de los delincuentes. Para preservar la escena del crimen en perfecto estado, se conformó con cerrar la puerta del banco para no dejar entrar a clientes o curiosos. A pregunta expresa, él nos comentó que no tocó nada de la escena del crimen. Preguntamos también si la cámara de vigilancia del banco había grabado la escena, a lo que el Director nos comentó que esta cámara funciona perfectamente y que la grabación debía encontrarse en la videograbadora y que estaría dispuesto a entregarla para nuestra investigación. El Director nos comenta que no conoce al cliente muerto, es la primera vez que esta persona se presenta en este banco. Cajero ventanilla n° 2 : se encontraba en su puesto de trabajo, atendiendo a la cliente, cuando su atención fue llamada por la presencia de un individuo, encapuchado, vestido de color oscuro, quien lo apuntaba con un arma corta, y quien le ordeno que levantara las manos y que le entregara el dinero que tenia en la caja. Mientras estaba sacando los billetes de su cajón, oyó un primer disparo y simultáneamente otros dos, y es cuando se percató de que este hombre encapuchado disparaba en dirección de un cliente que se encontraba entre la mesa y la puerta de acceso que permite pasar del área de clientes del banco al área de empleados. En este momento percibió la presencia de un segundo individuo cerca de la puerta de entrada del banco, en el lugar en donde normalmente se encuentra el vigilante, y notó enseguida que el vigilante yacía al pie de este segundo delincuente. Después de haber tomado el dinero de la caja, el delincuente encapuchado se dirigió hacia el cliente muerto para arrancarle un bolso que tenía éste en su hombro izquierdo y los dos individuos desaparecieron corriendo por la puerta del banco. En este momento informó a su Director, el cual se encontraba escondido en el área de empleados del banco, que los delincuentes habían huido con el botín. El director salió para enterarse de lo sucedido, y para cerrar la puerta del banco. A pregunta nuestra el cajero nos comentó que el segundo individuo no estaba encapuchado, pero que no nos podía dar una descripción de este delincuente. Nos informó que los delincuentes robaron más o menos de 40 a 50.000 pesos en billetes de 20, 50, 100, 200 y 500 pesos, pero que no tiene ninguna posibilidad de identificar estos billetes. No conoce tampoco al cliente muerto. De lo el cajero pudo percibir, parece que el individuo encapuchado tenía una pistola automática. Testigo : Se encontraba haciendo una operación de depósito en la ventanilla n° 2, cuando ocurrió el asalto al banco. Se enteró de la agresión cuando el individuo encapuchado, que se encontraba detrás de ella, grito que era un asalto y que todos pusieran manos arriba. El sujeto se acercó a la ventanilla para tomar el dinero que le estaba entregando el cajero, fue en ese momento cuando el individuo volteo frente al cliente que se encontraba del otro lado de la ventanilla, y le disparo tres veces matándolo. Después de haberle disparado, y mientras el cliente agonizaba en el suelo, el sujeto se acerco del herido y le arranco un bolso de cuero color marrón que el muerto tenia colgado en su hombro. Fue en el momento, cuando el individuo comenzó a huir hacia la salida del banco, que el testigo se percató de que un segundo individuo, sin capucha y armado, se encontraba en la puerta del banco con el vigilante caído a sus pies, en medio de un charco de sangre. Los dos individuos huyeron, saliendo del banco, hacia la calle izquierda, y algunos segundos más tarde, con rechinidos de llantas, un vehículo que podría ser un NISSAN Tsuru de color morado, arrancó a gran velocidad en la calle Musset. A nuestra pregunta, la señora contesta que no pudo ver cuántos individuos estaban en el vehículo. No conocía al cliente muerto que entró algunos minutos después de ella. El individuo, que estaba encapuchado con una capucha de color negra, medía como 1,75 m., corpulencia normal, vestido con jeans y chamarra de color negra, calzado con tenis blancos, armado con arma corta tipo pistola de color negra. No notó nada extraño en la voz, si no que el individuo debía estar resfriado, ya que tosía muy a menudo. No se fijó en los detalles de vestimenta del segundo individuo y no podría describirlo. Con estos detalles, vamos a llamar la central de radio para difundir los datos del presunto vehículo en el cual huyeron los asaltantes y la descripción sumaria del homicida. Al mismo tiempo, y antes de empezar la inspección del lugar de los hechos, vamos a enviar algunos elementos de policía judicial a los alrededores del banco para iniciar la investigación de vecindario. Inspección y levantamiento de los indicios : Comenzaremos levantando los casquillos, y los guardaremos de manera separada en una bolsa de papel, rotulando la bolsa y anotando en ésta el número de la escarapela correspondiente, para estar conforme al plano que se levantó y las fotografías que sacó el experto. Cada uno de los tres casquillos será guardado en una bolsa diferente para que durante el transporte o la manipulación de estas evidencias, los casquillos no se raspen unos contra otros, lo que podría añadir algunas marcas en los casquillos o dañar las que dejó el arma. Estos tres casquillos constituyen las evidencias n° 1, 2 y 3. Examinando el cadáver del cliente, notamos que sólo presenta en el pecho dos heridas. Ya que contamos tres casquillos, parece que uno de los proyectiles no alcanzó tocar a la víctima. Debemos entonces encontrar un impacto en el muro opuesto a partir de la posición que ocupaba el delincuente encapuchado. El examen de la pared nos permite notar la presencia de tres impactos y de tres proyectiles en el muro. Necesitamos entonces anotar la ubicación de estos impactos referente a la separación del área de clientes y del área de empleados del banco, y sobre todo, a que altura del suelo se encuentran. Los designaremos con diferentes números y, con un cuchillo, sacaremos los proyectiles, sin tocarlos para no dañar las estrías dejadas por el cañón del arma, haciendo con el cuchillo un hueco más grande en el yeso de la pared del banco. Colocaremos el proyectil en una bolsa de papel que rotularemos, anotando el número con el cual fue designado este proyectil. En una hoja de papel recuperaremos el yeso que extrajimos de los alrededores del impacto del proyectil en el muro, y lo colocaremos en una caja, por ejemplo de rollo fotográfico, la cual rotularemos de la misma manera, anotando el número de proyectil correspondiente. Los proyectiles constituyen las evidencias n° 4, 5 y 6 y las cajas con su contenido de yeso, las evidencias 7, 8 y 9. El examen del cuerpo del occiso : Vamos a describir al occiso, sin tocar el cuerpo : El individuo que yace sin vida en el suelo es un hombre de unos 40 años de edad, de raza blanca, sin ningún detalle morfológico anormal, aparentemente. La víctima se encuentra decúbito dorsal, con la pierna izquierda doblada y el brazo izquierdo doblado, la mano izquierda muestra la palma. Su cabeza, del lado izquierdo mira, hacia el muro de separación del área de clientes y del área de empleados del banco. El cuerpo de la víctima hace un ángulo de 45 grados con relación a la pared izquierda del banco, la cabeza está dirigida hacía el muro de separación del área de clientes con el área de empleados del banco a 0,70 centímetros de la pared, y los pies están dirigidos hacía la puerta de entrada del establecimiento bancario. Las piernas hacen un ángulo de 120 grados más o menos, la pierna derecha del cuerpo esta casi paralela al muro izquierdo, distante de 1,85 metros del muro izquierdo del banco. La pierna derecha está doblada, el muslo paralelo a la separación, y la parte baja de la pierna casi paralela a la pierna derecha de la víctima. El brazo derecho del cadáver esta paralelo al muro del banco a una distancia de 0.87 centímetros, y forma un ángulo de 45 grados con el cuerpo de la víctima, el brazo izquierdo está doblado, en su parte alta forma un ángulo de unos 45 grados con el cuerpo, el antebrazo está dirigido hacía la separación del área de clientes con el área de empleados, formando un ángulo con la parte alta del brazo de unos 90 grados. Su estatura es de 1.77 metros y su corpulencia es normal. Cuando se registró a la víctima no se le encontró ninguna identificación, en sus prendas, notamos la presencia de un celular, prendido, de marca NOKIA, de color negro, colgado a la cintura del occiso. Este celular constituye la evidencia n° 10. La víctima está vestida con un traje color marrón, cinturón color café, camisa amarilla y corbata color roja y naranja. Viene calzada con unos zapatos de cuero fino color café y trae unos calcetines color beige. Su vestimenta no presenta trazas de lucha. Notamos que en la parte alta media izquierda del tórax, es decir cerca del corazón, la víctima presenta dos heridas separadas de 5.5 centímetros, casi a la misma altura, que pueden corresponder a dos orificios de entrada de proyectiles de arma de fuego. Notamos que la camisa de la víctima presenta manchas de sangre cerca de las heridas y que, en el suelo, entre el brazo izquierdo y la pierna izquierda, constatamos la presencia de un charco de sangre perteneciendo a la víctima. Cerca del charco de sangre y, a 15 centímetros de la parte baja de la pierna izquierda, entre la rodilla y el tobillo de la víctima, notamos la presencia de una pisada incompleta dejada por un zapato, con la suela presentando estrías, y diseñada en el suelo con sangre. La huella de zapato que no se puede levantar será fotografiada con una cinta métrica testigo. Se levanta con un pedazo de tela de algodón, que dejaremos secar a temperatura ambiente, antes de embalarlo y rotularlo como evidencia n° 11, y como evidencia n° 12, con otro pedazo de tela de algodón, un poco de la sangre del charco que se encuentra bajo la víctima, para análisis. El cadáver presenta unos derramamientos de sangre, tipo bucoragía, dirigidos de la comisura de los labios izquierda hacia el suelo, que deja pensar que la víctima no ha sido movida. En el bolsillo derecho de los pantalones de la víctima encontramos un juego de llaves de automóvil, conformado por tres llaves y un llavero con publicidad de un supermercado “CARREFOUR”. Este llavero y las tres llaves constituyen la evidencia n° 13. La víctima tiene un reloj funcionando, de marca “LIP”, de metal color plata con el extensible de metal color plateado, en la muñeca izquierda, este reloj constituye la evidencia n° 14, y presenta en su anular de la mano izquierda un anillo de metal color amarillo, que constituirá la evidencia n° 15. El reloj y el anillo no contienen ningún número o inscripción. Volteando el cadáver notamos que en la parte izquierda alta del tórax la víctima presenta dos orificios de proyectiles, que pueden corresponder a dos orificios de salida dejados por los proyectiles de un arma de fuego. El dactiloscopista se encargara de levantar las huellas del cadáver procediendo a una necrodactilia. A continuación seguiremos con la inspección del área de clientes del banco. Notamos a la izquierda de la puerta del banco, la presencia de un charco de sangre, y de algunas manchas de sangre que van del charco hacía afuera del banco. Algunas machas de sangre permanecen todavía en la acera delante de la puerta del banco. Levantamos con una tela de algodón una muestra de sangre para análisis. Esta muestra constituye la evidencia n° 16. Cerca del charco de sangre y del cenicero, notamos la presencia de una colilla de puro a 1.55 m. del muro izquierdo del banco y a 2.05 m. del muro del banco que abre en la calle Musset. Levantamos esta colilla y la empacamos en una bolsa de papel y la rotulamos para mandarla a los servicios periciales para análisis. Esta colilla constituye la evidencia n° 17. Mientras nos encontrábamos haciendo la inspección al interior del banco, el grupo de investigadores encargado de la investigación de vecindario a los alrededores del banco, encontró en la calle Rimbaud, calle perpendicular a la calle Musset, un vehículo de marca Nissan tipo Tsuru de color morado que presenta los aspectos de un vehículo robado abandonado. De inmediato nos transportamos a la calle Rimbaud para efectuar la inspección de este vehículo. Notamos que el vehículo de marca NISSAN tipo TSURU de color morado se encuentra estacionado de manera autorizada, frente al n° 6 de la calle RIMBAUD, a unos 100 metros de la entrada del banco BANAMEX. El vehículo tiene las cifras de sus placas de matricula delanteras y traseras, tapadas con una cinta adhesiva de color marrón. Las puertas, tanto traseras como delanteras, no están cerradas con llave. Debajo de la cabrilla, los alambres sueltos dejan suponer que este vehículo es un vehículo robado. Solicitamos al fotógrafo sacar algunas fotos de este vehículo, para ubicarlo en la calle Rimbaud y con la calle Musset, una foto general del vehículo, con las placas tapadas, y una serie de fotos del interior del vehículo. El velocímetro indica : 86521 – El velocímetro diario indica 802,3 kilómetros. Al pie del asiento delantero del vehículo encontramos una capucha de color negro. Antes de levantar esta evidencia, pedimos al fotógrafo fotografiarla. Esta capucha sin ninguna identificación se coloca en una bolsa de papel y se rotula como evidencia n° 18. El trabajo del dactiloscopista no permite levantar ninguna huella dactilar en el interior del vehículo, y en los espejos tantos internos como externos. En la guantera del vehículo encontramos el seguro y la tarjeta de circulación del vehículo, registrado con el número de matricula 77 BM, a nombre de la Embajada de Francia - # 339 Campos Eliseos – Col. Polanco Chapultepec en México D. F. Con el apoyo del dactiloscopista, levantamos las cintas adhesivas que disimulan las placas de matricula delanteras y traseras del vehículo. Estas cintas protegidas con soportes plásticos rígidos y transparentes, constituyen las evidencias n° 19 y 20. Aparecen entonces las placas de matricula 77 BM, vehículo diplomático. Después de averiguar que el número de serie y el número motor corresponden a los que están anotados en las credenciales del vehículo, entramos en contacto con la sede de nuestro servicio para enterarnos si el vehículo fue reportado robado y en que condiciones ocurrió el robo. Ordenamos que el vehículo sea llevado a la sede de nuestro servicio para ser restituido a su legitimo propietario después de su audición. El vehículo constituirá la evidencia n° 21. En este momento de nuestra inspección, llega al lugar de los hechos, el grupo de investigadores que estuvo entrevistando al vigilante del banco en el hospital. Nos informan que el vigilante sólo padece de una herida superficial en el cráneo, y que pudo dar su versión de los hechos. Se encontraba en su puesto de vigilancia, en el rincón izquierdo, cerca de la puerta de entrada del banco, eran más o menos las 10.30 de la mañana. Su atención fue llamada por un vehículo que se estacionó mal, en el ángulo de la calle Mistral con la calle Musset, cerca de la entrada del banco. De este vehículo salió el pasajero delantero quien se dirigió hacía el banco, como el conductor se quedó en el vehículo, el vigilante no quiso ir a recomendarle que tenía que estacionarse bien, ya que como estaba en el vehículo podía moverlo si en cualquier momento estaba molestando el tránsito. El pasajero entró al banco en donde se encontraban ya dos clientes, una señora en una de las ventanillas y un hombre desconocido cerca de la puerta blindada que separa el área de clientes del área de empleados del banco. Este último cliente se acerco a una mesa fija que se encuentra en el muro derecho del banco, y sacó unos formularios para llenarlos, y en seguida se acercó al vigilante con un puro en la boca para pedirle si tenía un encendedor. Mientras el vigilante estaba buscando su encendedor en sus bolsillos e iba a prender el puro, el individuo saco un arma de su cinturón y le asesto un golpe en la cumbre del cráneo con la empuñadura de su arma. La vista del vigilante se obscureció y se envaneció, para despertarse en un taxi que lo llevaba al hospital. El individuo que se acercó al vigilante era un hombre de 30 años aproximadamente, midiendo 1.80 metro, de corpulencia normal, con bigote negro, de cabello negro corto, tez trigueña, sin ningún acento particular o signos morfológicos distintivos, vestido con un jeans color azul, de una camiseta de marca NIKE de color blanca, de una chamarra de color negra, y portaba unos tenis tipo basket color blanco sin poder definir la marca de estos últimos. El vigilante puede reconocerlo en foto o en persona, si el individuo le es presentado. El vigilante comentó que le robaron su arma tipo revolver marca SMITH AND WESSON, calibre 38 especial, de 4 pulgadas con 6 cartuchos en el tambor. Los médicos mencionaron que el vigilante saldría del hospital el día siguiente a las 8.00 de la mañana, y los investigadores nos comentan que lo citaron una hora después en nuestra oficina, para tomarle su declaración. Antes de regresar a nuestra oficina, solicitamos del Director del banco que nos entregue el videocasete de la cámara de seguridad del banco. Este videocasete constituirá la evidencia n° 22. La inspección terminada, las evidencias recopiladas y dejadas a cargo de los expertos de los servicios periciales, invitamos a todos los testigos, después de haber tomado sus identidades, a seguirnos a nuestra oficina para tomar sus respectivas declaraciones. Encargamos a los servicios municipales llevar el cuerpo del occiso al anfiteatro para que se proceda a la autopsia. A las 12.30 del día lunes, dejamos el lugar de los hechos para regresar a nuestras oficinas y redactar el acta correspondiente. Se puede colocar, en el anverso del rótulo, el registro de custodia. A continuación daremos a conocer en forma clara y sencilla los principios básicos que rigen los procedimientos de Cadena de Custodia que se deben aplicar a los elementos materia de prueba que las autoridades recolectan durante el proceso de investigación y que colocan a disposición de los peritos para su respectivo estudio. Sea esta pues, una invitación a todo aquel que participe en una investigación judicial y que recolecte, embale, envíe, transporte, reciba o analice elementos que se puedan considerar como futuras evidencias en un juicio, para que tenga presente que en ese momento el mismo se constituye en un eslabón más de esta cadena, cuyo fin no es otro que el de custodiar el material probatorio, y por lo tanto se convierte en el responsable de velar por su integridad, seguridad y preservación. 1 . La Cadena de Custodia es el mecanismo que garantiza la autenticidad de los elementos probatorios recolectados y examinados, esto es, que las pruebas correspondan al caso investigado sin que se dé lugar a confusión, adulteración, ni sustracción alguna. Por lo tanto, todo funcionario que participe en el proceso de Cadena de Custodia debe velar por la seguridad, integridad y preservación de dichos elementos. 2. La cadena de custodia está conformada por los funcionarios y personas bajo cuya responsabilidad se encuentren los elementos probatorios respectivos, durante las diferentes etapas de¡ proceso penal. Por consiguiente todo funcionario que reciba, genere o analice muestras o elementos probatorios y documentos, forma parte de esta cadena. 3. La Cadena de Custodia se inicia con la autoridad que recolecta los elementos probatorios, desde el mismo momento en que se conoce el hecho presuntamente delictuoso, en la Diligencias de Inspección de Cadáver o Inspección Judicial y finaliza con el juez de la causa y los diferentes funcionarios jurisdiccionales. 4. Los procedimientos de Custodia deben aplicarse a todo elemento probatorio, sea este un cadáver, un documento o cualquier otro material físico. Esta misma protección y vigilancia debe ejercerse de manera idéntica sobre las actas y oficios que acompañan este material. 5. Es responsabilidad de todo funcionario que participa en el proceso de Cadena de Custodia conocer y ejecutar los Procedimientos Generales y Específicos establecidos para tal fin. 6. Cada uno de los funcionarios que participen en el proceso de Cadena de Custodia es responsable de control y registro de su actuación directa dentro del pro ceso. 7. Al momento de recolectar los elementos probatorios se debe dejar constancia en el acta de la diligencia correspondiente, haciendo la descripción completa de los mismos, registrando su naturaleza, el sitio exacto de donde fue removida o tomada y la persona o funcionario que los recolectó. 8. Toda muestra o elemento probatorio debe tener el "Registro de Cadena de Custodia", el cual debe acompañar a cada uno de los elementos probatorios a través de su curso judicial. Por consiguiente toda transferencia de custodia debe quedar consignada en el registro indicado: Fecha, Hora, Nombre, y Firma de quien recibe y de quien entrega. 9. Toda muestra o elemento probatorio y contramuestra o remanente de esta, debe llegar debidamente embalada y rotulada. 10. Todo funcionario que analiza muestras o elementos probatorios, debe dejar en el dictamen constancia escrita de la descripción detallada de los mismos, de las técnicas y procedimientos de análisis utilizados, así como de las modificaciones realizadas sobre los elementos probatorios, mencionando si éstos se agotaron en los análisis o si quedaron remanentes. 11. La Cadena de Custodia, implica que tanto los elementos probatorios como los documentos que los acompañan, se deben mantener siempre en lugar seguro. El primer trabajo del investigador es intentar entender lo que pasó. Por eso tiene que apoyarse en los primeros testimonios que tomó y también en la inspección que realizó. Lo importante es entender pero sin quedarse con esta imagen como si fuera la verdad, esta visión de los hechos tiene que ser muy flexible, el investigador no puede quedarse con esta línea de investigación muy rígida y correr el riesgo de equivocarse y de arrancar una investigación en una dirección errónea. En este caso, los diferentes testimonios y la inspección dejan pensar que los hechos ocurrieron de la manera siguiente : El día lunes a las 10 horas 20 de la mañana, en una sucursal del banco BANAMEX, ubicado en el # 12 de la calle Musset en la colonia Libertadores se encontraban el Director de la sucursal, el cajero, una cliente realizando unas operaciones en la ventanilla nª2, un cliente desconocido esperando su turno y el vigilante cerca de la puerta de entrada del banco. Llegó un vehículo de marca NISSAN tipo TSURU de color morado, con dos o tres individuos a bordo. Este vehículo estacionó al cruce de las calles Mistral y Musset y el pasajero delantero salió del vehículo y entró al banco. Este individuo se acercó al vigilante con un puro en la boca, para solicitarle un encendedor. Mientras el vigilante estaba buscando el encendedor en sus bolsillos y cuando lo iba a prender, este individuo sacó un arma de su cinturón y le asestó un golpe en la parte alta del cráneo con la empuñadura de su arma, hiriendo superficialmente al vigilante, pero el golpe lo hizo desmayar. Este individuo robó el arma del vigilante, revolver SMITH AND WESSON, calibre 38 especial, cañón de 4 pulgadas con 6 cartuchos en el tambor. La inspección que hicimos en el lugar de los hechos, nos permitió hallar, quizás, la colilla del puro del individuo. El testigo está en capacidad de dar una descripción precisa del individuo y de reconocerlo si le es presentado. Neutralizado el vigilante, el segundo o el tercer individuo, si se contempla el hecho de que un conductor quedó o no en el vehículo, ingresó en la sucursal del banco, encapuchado, armado con una pistola. Se acercó a la ventanilla nº 2 e intimidó con una orden al cajero para que le entregase el dinero, en este momento el asaltante se encontraba detrás de la cliente que estaba siendo atendida en la ventanilla nº 2. Después de haber recuperado el dinero que le entregó el cajero, el individuo volteó hacia el cliente que se encontraba cerca de la puerta de separación del área de clientes al área de empleados del banco y le disparó tres veces, alcanzando a herirlo mortalmente con dos balazos, el tercer balazo no impactó en el blanco. Cuando yacía el cliente en el suelo, el individuo encapuchado se acercó a la víctima y le arrancó un bolso de cuero color marrón que el cliente tenía colgado a su espalda izquierda. Se halló cerca del cuerpo de la víctima una huella de zapato diseñada con sangre, la cual podría pertenecer al homicida. No se puede dar ninguna descripción del individuo, sino sus rasgos morfológicos generales y que tosía mucho durante el atraco. En este momento de la investigación uno tiene que interrogarse sobre el hecho de que uno de los asaltantes estaba encapuchado. Hay varias explicaciones, el individuo es muy conocido de los servicios de Policía y no quiere ser identificado, o vive en el barrio o es cliente del banco, o es conocido de unos de los testigos o del vigilante. Se logró descubrir la capucha en el vehículo abandonado en la calle Rimbaud cerca del banco. Los dos asaltantes salieron del banco con el dinero y el bolso de cuero de la víctima, para meterse en el vehículo estacionado y arrancar precipitadamente y desaparecer en la calle Rimbaud, donde abandonaron el vehículo NISSAN tipo TSURU, robado, para posteriormente huir con un medio de transporte, hasta este momento, desconocido. A continuación vamos a recopilar todas las evidencias que encontramos en el lugar de los hechos y en los alrededores del banco para tratar de dar un enfoque a nuestra investigación. Evidencias n° 1, 2 y 3 : Tres casquillos de calibre 9 m/m que provienen de la pistola que disparó el individuo encapuchado. Tenemos tres casquillos debemos encontrar por lo menos tres proyectiles. La posición de los tres casquillos nos permite confirmar la posición del individuo que disparó, ya que la mayoría de las pistolas automáticas proyectan sus casquillos del lado derecho del arma, pero uno nunca puede tomar en cuenta la posición de estos casquillos para determinar la posición exacta del que disparó, ya que disparando varias veces con la misma arma, los casquillos nunca van a caer en el mismo lugar, uno puede darse cuenta de eso en un stand de tiro. Las marcas dejada por el arma en el cartucho nos pueden dar una idea de la marca del arma que estamos buscando. Solicitaremos un examen balístico para estas evidencias, para determinar si posible obtener el tipo de arma que disparó estos cartuchos. Evidencias n° 4, 5 y 6 : Tres proyectiles encrustrados en el muro del banco, que corresponden a los tres disparos. Estos proyectiles son muy importantes, ya que si logramos hallar el arma correspondiente a la pistola que fue disparada, podremos hacer un examen balístico y cotejar las estrías que aparecen en los proyectiles encontrados en el lugar de los hechos y los proyectiles disparados durante el examen balístico. Hasta hace muy poco, los ficheros de los servicios periciales de balística, eran ficheros manuales, pero ya en algunos países estos ficheros están informatizados, lo que permite una búsqueda más rápida y un cotejo de los patrones en el sistema a nivel nacional y no local o estatal. Otro de los datos importantes que vamos a sacar de estos proyectiles, y más que todo de su ubicación, es la medida del suelo a la posición en la cual los encontramos en el muro. Esta medida junto con otras medidas, que vamos a solicitar al médico legista durante la autopsia y la posición del cuerpo en la sala, nos van a dar unas indicaciones muy importantes como lo veremos durante el segundo curso. En fin dos de estos proyectiles atravesaron el cuerpo de la víctima y el otro no impactó el blanco, esto implica que uno de los tres no debe presentar trazas de sangre, de hueso o de tejidos de la víctima. Por eso es muy importante diferenciarlos y colocarlos en bolsas diferentes, ya que será muy importante tener la ubicación en el muro de los proyectiles que mataron a la víctima. Solicitaremos para estos proyectiles dos exámenes, un examen balístico para revelar las estrías dejadas en el proyectil por el cañón del arma disparada, para un cotejo eventual si hallamos esta arma, y un examen biológico para determinar en cuáles proyectiles aparecen restos humanos. Evidencias n° 7, 8 y 9 : Como en los proyectiles, vamos a encontrar mezclados con el yeso del muro, trazas de sangre, de hueso o de tejidos humanos, en los impactos de los proyectiles que atravesaron y mataron a la víctima. Estos análisis vendrán a confirmar los resultados de los análisis de los proyectiles. Solicitaremos para estas evidencias unos análisis biológicas para confirmar los análisis anteriores de las evidencias 4, 5 y 6 y para encontrar restos humanos y determinar así cuáles fueron los impactos en el muro, que corresponden a los proyectiles que mataron a la víctima. Evidencia n° 10 : El teléfono celular de la víctima nos va a dar algunos datos importantes para la identificación de esta persona, y permitirnos, a lo mejor, entender por qué los hechos ocurrieron de esta manera. Apagando y encendiendo el celular aparece en pantalla el número del celular, con este numero vamos a solicitar de la empresa de teléfonos celulares que nos den la identificación del titular de esta línea. Algunos celulares tienen en memoria las últimas llamadas registradas, llamadas recibidas o llamadas hechas a partir de este teléfono. Estos datos son sumamente importantes, ya que unas de estas últimas llamadas puede tener algo que ver con el asunto. De todos modos, cuando tengamos identificado el numero de teléfono, tendremos que solicitar el listado de las llamadas efectuadas a partir de este celular y, si es posible, el listado de las llamadas recibidas, pero sobre todo, solicitaremos, en todos los casos, la identificación de los propietarios de estas líneas telefónicas, ya sean teléfonos fijos o teléfonos celulares. La evidencia n° 11, nos puede permitir identificar la clase de zapatos que tenía el homicida, aún si esta huella no es completa y sea solo parcial, es muy difícil que esta evidencia nos dé una orientación para la investigación. Lo más interesante es que la suela de este zapato presentó estrías, y quedó empapada de sangre para dejar una traza en el suelo. Durante su caminata el individuo fue dejando poco a poco, en el suelo, la sangre de la víctima depositada en la parte alta de las estrías de la suela de su zapato, pero la sangre que se depositó en el fondo de la estría desaparecerá muy difícilmente, siempre van a quedar algunas trazas de sangre en la estría, y si logramos identificar al homicida y hallar durante el cateo, unos zapatos correspondientes a los zapatos descritos por el testigo, tendremos que mandar estos zapatos al laboratorio de biología de los servicios periciales, para que determinen si existen en las suelas de los zapatos, trazas de sangre humana, y si esto se diera, que hagan un cotejo con la sangre de la víctima. La evidencia n° 12 : una muestra de la sangre de la víctima. Esta muestra se levanta con un pedazo de tela de algodón, que vamos a empapar directamente en el charco de sangre que se encuentra debajo del cuerpo de la víctima. Lo dejaremos secar a temperatura ambiental, lo depositaremos en una bolsa de papel y lo rotularemos para mandarlo a los servicios periciales. Esta muestra nos permitirá hacer un análisis de sangre para determinar el grupo sanguino al que pertenece la víctima, y más que todo nos servirá de patrón para cualquier análisis ulterior, por ejemplo, el análisis de huellas de sangre en la suela del zapato del homicida. Es más fácil para los investigadores levantar en el lugar de los hechos una muestra de sangre, que dejaremos secar, que una muestra de sangre fresca con la cual tendremos problemas de conservación. Será más fácil al médico legista levantar esta muestra de sangre fresca durante la autopsia. La evidencia n° 13 : un juego de tres llaves de automóvil con un llavero “Carrefour”, encontrado en el bolsillo derecho del occiso. En el lugar de los hechos, si encontramos las llaves de un vehículo en las pertenencias de la víctima, tenemos que averiguar si estas llaves no permiten abrir unos de los vehículos que se encuentran estacionados cerca del lugar de los hechos. En este caso, ya que no se encontró ninguna identificación en los bolsillos del occiso, uno puede pensar que tenía su cartera en el bolso de cuero marrón que le fue robado por el homicida. La presencia de estas llaves en su bolsillo, es el reflejo natural de una persona que llego con su vehículo y que pensando que no va a demorarse, va a guardar en su bolsillo, las llaves del vehículo después de haberlo estacionado. Encontrando el vehículo estacionado en la calle Allan Poe, lo vamos a registrar y a identificar. Este vehículo es un VOLKSWAGEN tipo Passat de color azul con placas de matricula n° 801CJP del Distrito Federal. Los diferentes documentos encontrados en el interior del vehículo nos permiten identificar al propietario, y no a la víctima, como por ejemplo al Señor A. FULANO DE TAL, que vive en el # 25 de la calle García Lorca – Colonia Libertadores, cerca de la sucursal del banco Banamex. Solicitaremos al encontrar este vehículo, que el fotógrafo saque una serie de fotos del vehículo interior y exterior y que el dactiloscopista se encargue de levantar las huellas dactilares que se pudieran encontrar en el interior del vehículo para hacer un cotejo con las huellas levantadas durante la nacrodactilia que se practicó sobre el occiso. Las evidencias n° 14 y n° 15: No presentan un gran interés en el marco de la investigación, nos permitirán por lo menos identificar al occiso, presentando estos objetos a los familiares de la víctima, cuando los encontremos. Estas evidencias serán de inmediato devueltas a la familia, cuando se logre identificar plenamente a la víctima. De la misma manera devolveremos el vehículo y sus llaves a la familia de la víctima después de haber fotografiado, levantado las huellas y registrado el vehículo. Estas evidencias, después de la identificación formal de la víctima, no presentan ningún interés para el buen desarrollo de nuestra investigación. La evidencia n° 16 : esta muestra de sangre que puede pertenecer al vigilante, se necesitará levantarla del charco de sangre pero también, si se puede, de la acera delante del banco, para averiguar si esta sangre pertenece al vigilante y descartar que pertenezca a alguno de los asaltantes. Si este no es el caso y si el análisis muestra que las gotas de sangre en la acera, por ejemplo, son de un grupo diferente al de la sangre del charco o del vigilante, esto nos permitirá avanzar en la hipótesis que uno de los asaltantes ha sido herido. La evidencia n° 17 : Se levantó esta colilla de puro antes de conocer la versión del vigilante, ya que se encontraba botada cerca de un cenicero y a proximidad del puesto que ocupaba el vigilante. Es cierto que después de un asalto bancario, será interesante recuperar todos los objetos que uno puede encontrar en el piso del banco, ya que no es común que un cliente de la sucursal bote al suelo un papel o una colilla de cigarrillo, el cliente en la mayoría de los casos, se desplazará para botar un papel en los cubos de basura dispuestos para este efecto en el banco, y para apagar un cigarrillo en los ceniceros. Los asaltantes no se desplazarán para botar algo, lo dejarán caer en el suelo en donde se encuentren. Vamos a mandar esta colilla de puro a los servicios periciales en la área de biología para intentar extraer el ADN. Con los progresos que hace la ciencia, y sobre todo los avances muy importantes realizados por los servicios periciales estos últimos años, podremos extraer de esta colilla unas células humanas depositadas por el delincuente con su saliva, que nos permitirán cotejar el ADN encontrado en la colilla del puro y el ADN del individuo si logramos identificarlo y detenerlo. La evidencia n° 18 : la capucha encontrada en el vehículo robado abandonado por los delincuentes. Examinando con mucha atención esta capucha, nos vamos a dar cuenta que esta evidencia puede ser una fuente de datos muy importante para nuestra investigación. Podemos encontrar en la capucha unos cabellos o unos vellos del delincuente, ya que las capuchas están confeccionadas, muy a menudo con materias sintéticas y con la electricidad estática esta materia atrae mucho lo que son cabellos y pelos. Podemos entonces en la parte interior de la capucha encontrar cabellos o pelos que podrán ser cotejados con los del delincuente si logramos detenerlo. Además estos pelos y cabellos pueden permitir extraer el ADN del delincuente en algunos casos, más que todo si encontramos estos cabellos o pelos con su raíz. Durante la entrevista que tuvimos la testigo, esta señora nos comentó que el delincuente estaba tosiendo mucho, ya que estaba encapuchado, las partículas de saliva que expulsó el delincuente tosiendo, se quedarán en el tejido de la capucha. De estas partículas de saliva se podrán extraer, en el laboratorio de biología de los servicios periciales, el ADN del homicida. Las evidencias 19 y 20 : Son unas bandas adhesivas que tapan las placas de matricula del vehículo robado. Uno puede tener el reflejo de arrancarlas sin ningún cuidado, para leer el numero del vehículo e identificar así al propietario o saber si fue robado o no, para botarlas posteriormente. Haciendo esto, se comete una falta muy grande, ya que es muy difícil fijar una cinta adhesiva con guantes. Los delincuentes se protegen las manos con guantes para manejar el vehículo robado, pero no lo hacen para fijar la cinta adhesiva, y las huellas del delincuente quedarán grabadas en la parte pegante de la cinta. En Francia, hay dos investigaciones famosas en las cuales se logró identificar a los delincuentes, con las huellas que dejaron en las partes pegantes de cintas adhesivas. El primer caso, a principios de los años ochenta, fue en el asunto del asesinato de un Juez en Marsella. La huella del proveedor de la moto robada, utilizada por los sicarios, fue encontrada en la parte interna de una calcomanía pegada en la moto y utilizada para disfrazar un poco la aparencia de la moto robada. La búsqueda en estos tiempos fue muy larga, y duró varios meses antes de identificar al individuo con su huella, ya que en estos momentos solo existían los ficheros monodactilares y decadactilares manuales. El segundo caso, es la identificación en el año 96 de un delincuente, durante la ola de atentados que hubo en esa época en Francia. El individuo había confeccionado una bomba con un cilindro de gas, y la colocó cerca del ferrocarril del Tren de Gran Velocidad (TGV), entre Lyon y París, el fulminante venía pegado al cilindro de gas con una cinta adhesiva. En esta cinta se encontraron las huellas del individuo autor de esta tentativa de atentado, y con el sistema AFIS, con el cual ustedes podrán contar dentro de muy poco tiempo, se logró en algunas horas identificar al delincuente. La evidencia n° 21 : esta evidencia no presenta un interés muy grande para nuestra investigación. Podremos entregar el vehículo a su propietario después de haber tomado su testimonio que puede ser importante. La evidencia n° 22 : Es importante revelar las imágenes de este videocasete para ver si logramos identificar a uno de los delincuentes y para corroborar las versiones de los testigos. Será también importante difundir a los otros Estados del país las fotos sacadas de este videocasete, con algunos datos como lo veremos a continuación para enterarse si en otros Estados no tienen conocimiento de algunos actos similares al que estamos investigando. Bibliografía: ASESINOS SERIALES. A lo largo de la historia, han existido mentes ... Cuatro de los asesinos seriales más famosos y con las mentes más retorcidas que ... www.lavision.com.ar/ocio/interes/crimen_serial4.htm - 42k - En caché - Páginas similares Después de realizar estudios de 36 Asesinos Seriales, la gran mayoría de los ... En estos casos de Asesinos Seriales, el investigador ruso Dr. Alexander ... www.grafologiauniversitaria.com/tema%205.htm - 73k - En caché - Páginas similares Según Douglas, los asesinos seriales tienen tres ideas fijas -la manipulación ... La mayoría de los asesinos seriales tiene coeficiente intelectual superior ... www.alfinal.com/Temas/seriales.shtml - 76k - En caché - Páginas similares Biografías Seriales de Asesinos Ted Bundy · Jeffrey Dahmer · John Wayne Gacy, &nbspTodos sabemos cuáles son los asesinos seriales, pero nosotros sabemos HORGAN JOHN. LA INVESTIGACIÓN PENAL ED. MCGRAW HILL MÉXICO 1982 DIENSTEIN WILLIAM. MANUAL CIENTÍFICO DEL INVESTIGADOR POICÍACO. ED. LIMUSA MÉXICO 1974 CODERCH JEAN PIERRE. LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL MATERIAL PARA FICHAR ANTOLOGÍA DE CUENTOS POLICIALES. Prólogo La novela policial ha logrado una insuperable vitalidad y un indiscutible favor del público. En los ciento once años que precedieron al de 1952, calcula Igor B. Maslowsli, en un documentado artículo aparecido en la Revue de Criminologie et de Police Technique, de Ginebra, que se publicaron más de treinta y cinco mil novelas policiales y antologías de cuentos : el conocido autor Will Scott escribió por sí solo más de don millares. José Paolo Paes, en la introducción a su obra Maravilhas do Conto Policial 1 dice con acierto: “Esta nueva canción de gesta encontró en el gran público un auditorio entusiasta a incansable. Ningún otro género de literatura popular, ni aun el de novelas por entregas, de recordabas memoria, tuvo un éxito tan rápido y tan fácil”. Pese a la falta de estadísticas, puede afirmarse, sin terror a equivocarse, que las historian de detectives monopolizan, desde hace más de un siglo, las preferencias del lector común. De la importancia que se concede a la novela policial da también alguna idea la marcada diferencia en cuantía de los premios literarios que se adjudican en Francia, pues mientras el Goncourt lleva consigo un cheque de cinco mil francos, con el que no puede el autor premiado cenar don noches en un restaurante parisiense de mediana categoría, el del Quai des Orfévres o, que se destine a las novelas policiales, se premia con cien mil. Por otra parte, si non acercamos en tal o cual país al quiosco de una estación de ferrocarril o a un aeropuerto cualquiera, o bien a los instalados en calles, plazas y paseos, encontraremos que este género es el predominante entre todos los demás que en ellos figuran; aun en las librerías, así en las más sencillas y modestas como en las más importantes, hallaremos siempre una sección dedicada a las novelas y cuentos policiales, ante la cual de ordinario se aglomera un mayor número de compradores. No cabe desconocer este hecho ni negarlo. ¿A qué puede obedecer una preferencia tan extendida? A nuestro juicio, una de las rezones más poderosas descansa en la forma de desarrollarse la vide del hombre moderno. La prisa, la diversidad de ocupaciones, la gravedad y complejidad de la mayoría de. las actividades en que el hombre se emplea, forzado por las dificultades económicas, la constelación de grandes y pequeñas contrariedades que lo rodean, y la angustia que las más de las veces lleva consigo, requieren más que nunca un a manera de poderoso analgésico que libre la mente de las preocupaciones cotidianas y que apartándola de ellas le otorgue un cierto grado de reposo en forma de alejamiento o de evasión de la realidad. No cabe esperar que este fenómeno se produzca por virtud de lecturas más o menos sedantes, cargadas de retórica, bella literatura y poesía ; novelas rosas, cuentos de hadas pare mayores, etc. ; ni mucho menos sombrías tragedias quo puedan, coincidiendo a veces por azar con la especial coyuntura en quo se halle sumergido el lector, contribuir a entenebrecer su espíritu y a insertarlo más decididamente en aquella realidad de quo precisamente necesita escapar. La novela 1 Maravilhas do conto policial. Introducáo a Selecáo de José Paulo Paes, organizacáo de Fernando Correia da Silva. Sáo Paulo. [Editora Cultrix, Ltda., 19581, 8.° policial y sobre todo el cuento policial desempeñan este benemérito servicio cumplidamente. Es más, el cuento, por su menor extensión, llena cabalmente, como por dosis bien calculadas, los cortos espacios de tiempo de quo el hombre de hoy, normalmente sobreocupado, puede disponer. La novela, dada su mayor extensión, requiere para su lectura el empleo de varias horas, cuando no días. Ocupa y recrea la mente durante ellos, y, si es obsesionante y despierta mucho interés, como sucede con las mejores, pasa entonces a convertirse en otra preocupación más y, por ello, llega a interferir en el trabajo, a incluso, en ocasiones, a ejercer un efecto contrario al que se busca. Para apreciar la capacidad de evasión de la novela y del cuento policial, baste recordar quo fue el género literario quo exclusivamente acompañó al pueblo londinense en los refugios durante los alucinantes bombardeos aéreos de la pasada guerra mundial. La novela y el cuento policial explotan la curiosidad del hombre, curiosidad quo con él nace y lo sigue hasta la muerte, y a la quo debe en su mayor medida el progreso humano. Sin la curiosidad, el hombre no hubiera alcanzado la serie innumerable de descubrimientos, origen del bienestar presente: el triunfo sobre el dolor, las enfermedades y la muerte. Sin espíritu de curiosidad, el hombre viviría la vida siempre igual y embrutecedora de la selva. Por eso, la lectura de estas obras quo explotan la curiosidad del hombre guarda estrecha semejanza con muchos otros entretenimientos quo la tienen por base y se concretan en un frívolo ejercicio intelectual, sin trascendencia como las charadas, el ajedrez, los acertijos y hasta ciertos problemas matemáticos, livianos ejercicios de la mente, a la quo ocupan sin herirla ni perturbarla. Terminado el juego, así como la lectura de este tipo de obras, no queda huella, preocupación, ni vestigio alguno quo pueda perturbar el desarrollo normal de las actividades profesionales. No fija en el subconsciente ese vivo dolor quo otras lecturas producen y quo se manifiesta exteriormente con múltiples síntomas y variados matices: irritación, amargura, preocupación, tristeza... De ordinario, tales impresiones permanecen como flotando en el misterioso fondo de la conciencia, mas a votes suben a la superficie y causan en el carácter inexplicables anomalías. La novela policial es, de otra parte, lectura corriente del hombre consagrado al estudio, típica precisamente del trabajador intelectual. Existen, sin duda alguna, ciertas concomitancias entre la investigación de un agente patógeno, un microbio, un fenómeno físico, un accidente geológico y la pesquisa del autor de un crimen misterioso, hábilmente entretejido por el arte y la inteligencia de un buen escritor. Al correr de nuestra ya larga vida de bibliotecario hemos podido comprobar la rigurosa exactitud de este aserto. Catedráticos, investigadores, hombres consagrados a la ciencia, nos han confirmado de consuno su interés, cuando no su decidida predilección, por la lectura de las obras de este género: unos con vivas manifestaciones de elogio, patentes muestras de una erudición casi sorprendente y un dominio casi perfecto de la materia; otros, con cierta timidez, hasta con rubor, por considerar, sin duda, quo la novela y el cuento policial se salen de los límites propios del arte literario y carecen, por lo tanto, del mínimo valor necesario para quo hombres de elevada formación científica, quo, por añadidura, desempeñan puestos de alto relieve en la vida intelectual, puedan justificar su asiduidad en el cultivo de estas lecturas. Verdad es que la desmedida producción de pésimas novelas policíacas, en las que con frecuencia ni el sentido común anida, ni lucen en parte alguna las musas ni las bellas tetras, justifica la discutible posición que sostienen. Como dice Del Rosal: “Ya no existe terror alguno por nuestra parte de decir, ya que se expuso por los estudiosos de la cuestión, que la novela policíaca es un género literario”. Simenon, que en un principio llamó al género “semiliterario”, ha tenido que reconocer la plenitud artística y literaria de esta rama de las bellas tetras. Las buenas novelas, los cuentos policiales, forman hoy, en efecto, todo un género literario bien definido, Reno de dignidad y de arte, que ha merecido y viene mereciendo que las plumas de los escritores más distinguidos, los de más alto relieve en el campo de la crítica se ocupen con interés y hasta con marcado entusiasmo de él. En el área de la literatura y del periodismo, sin salirnos fuera de nuestra esfera nacional, recordamos, por ejemplo, a Nicolás González Ruiz, autor del precioso artículo titulado “Filosofía y Pedagogía de lo policiaco” ( 2); en el del derecho penal al docto Catedrático de esta asignatura en la Universidad de: Madrid, don Juan del Rosal (3), que le ha dedicado un erudito y exhaustivo libro titulado Crimen y Criminal en la novela policíaca, tan Reno de apasionante interés y de maduras y bien ponderadas observaciones, que su lectura no desmerece de la propia del cuento policial. En más de cuatrocientas páginas el autor examina el género desde sus diversos puntos de vista, con la excepcional competencia que le otorga su acreditada formación científica en materia de criminología y de derecho penal, y entre otras cocas dice, a este respecto: “Pero ahora no es posible dar de lado a una producción que inunda el mercado del libro, se imprime cada día más cuidadosamente, suministra argumentos al cine y aroma su faz por entre la literatura seria", y, para no citar más, en el de la Medicina, al docto Catedrático de Historia de la Medicina y destacado filósofo don Pedro Laín Entralgo ( 4), que, en su estudio La novela policíaca, ha tratado el género con la profundidad que caracteriza a toda su obra y el interés que, como hemos dicho, despierta entre los hombres de ciencia. “Acabo de tocar -dice en su citado trabajo- una de las notas esenciales de la novela policíaca: su carácter estrictamente intelectual. Quienes piensan que la novela policíaca (la buena, se entiende) es sólo un cercado de emociones para espíritus infantiles o adolescentes, incurren en gravísimo error”. Y en otro lugar añade: “Los supuestos históricos que prestan favor y consistencia a esta clase de novelas pertenecen a nuestro tiempo”. Como sostienen René Welter y Austin Warren en su erudito estudio titulado Teoría literaria (5), el género debe entenderse como agrupación de obras literarias basadas teóricamente tanto en la forma exterior (metro o estructura específicos) como en la interior (actitud, tono, propósito: dicho más cómodamente, tema y público). Condiciones que se dan en la literatura policial. Pero al tratar de géneros no se debe confundir la teoría clásica, de carácter normativo y preceptivo, con la moderna, que es principalmente descriptiva. Ni fija el número de género posibles, ni da reglas a que atenerse a los autores, ni es ajena a la idea de que puedan mezclarse, NCOLÁS GONZÁLEZ Ruiz, Filosofía y Pedagogía de lo policíaco. “El Español”, número 52, 20 octubre 1943 JUAN DEL ROSAL, Crimen y criminal en la novela policíaca. Madrid, Instituto Editorial Reus, 1947, 16.° 4 PEDRO LAÍN ENTRALGO La aventura de Leer, vol. 1279 de la Colección Austral. Madrid, Editorial EspasaCalpe S. A., 1956, 8.°, página 91, “La novela policíaca”. 2 3 4 RENÉ WELLER Y AUSTIN WARREN, Teoría Literaria. Madrid, l963 tendencia a que se inclinan los ases de la novela y del cuento policial moderno. Weller y Warren consideran a que los géneros pueden constituirse sobre la base de la inclusividad o "riqueza" lo mismo que sobre la de "pureza" (género por acumulación lo mismo que por reducción). No cabe, en fin, fijar un canon a la novela ni al cuento policial. Como dice con acierto Juan Luis Alborg en su estudio Hora actual de la novela española (6): o Cada escritor traza su propia meta y su camino ; la novela es un género esencialmente propio que no admite patrones, y cada novelista puede cortar un sayo de su capa”. Coincidimos con él en apreciar que han pasado los tiempos en que para apreciar o rechazar una obra bastaba con descubrir si se acomodaba o no a las reglas de las preceptivas literarias. A esta tendencia en la novela moderna a abrir los brazos a las ideas más opuestas, a los temperamentos más contrarios y a recibir las teorías estéticas más diversas, se adelanta ya Maupassant al decirnos: “Estos críticos, aunque no son productores, están atestados en una escuela y rechazan como los mismos novelistas todas las obras concebidas y ejecutadas fuera de su estética. Un crítico inteligente debería, por el contrario, investigar aquello que es más desemejante con las novelas ya hechas y alentar en lo posible a los jóvenes a que intenten abrir derroteros originales. Todos los escritores, lo mismo Hugo que Zola, han reclamado con insistencia el derecho absoluto, el derecho indiscutible a componer, es decir, a imaginar, a observar, según su concepto personal del arte. El talento promueve la originalidad, que es una manera peculiar de pensar, de ver, de comprender y de juzgar. Por tanto, el crítico que pretenda definir la novela ateniéndose a la idea que se ha formado según las novelas que a él le gustan, y establecer ciertas reglas invariables de composición, luchará siempre contra un temperamento artístico que surge con una nueva manera. La mayor parte de los críticos no pasan de ser lectores, de donde proviene que nos amonestan sin razón o nos lisonjean sin reserva ni medida. El lector busca en un libro satisfacer únicamente la tendencia natural de su espíritu; exige del escritor que responda a su gusto predominante de lector, y calificará de fijo como notables y bien escritas aquellas obras o pasajes que agraden a su imaginación, idealista, jovial, picaresca, triste, soñadora o positiva. En suma, el público está compuesto de grupos numerosos, que cada cual, por su parte, nos grita: "Consuélame. Duérmeme. Entristéceme. Enternéceme. Hazme soñar. Hazme reír. Estreméceme. Hazme llorar. Hazme pensar ". Sólo algunos espíritus de selección pedirán al artista: “Haz algo bello en la forma que mejor convenga con lo temperamento" . Como dice Pérez de Ayala (7), a desde el momento que universalmente y de siempre a todas estas obras se las llama novelas y no dramas y odas, es porque tienen algo, lo esencial, de común entre sí ; es porque constituyen un género literario definido. 6 7 JUAN LUIS ALBORG, Hora actual do la novela española. RAMÓN PÉREZ DR: AYALA, Principios y finales de la novela. Madrid, Taurus, 1958. DIFERENCIAS DE LA NOVELA POLICIAL CON LA DE AVENTURAS Y LA CRIMINAL O NEGRA La novela policial guarda estrecha relación con la de aventuras, la de misterio y la negra o criminológica. Coincide, la novela de aventuras con la policial en que “una y otra narración según Laín Entralgo -sucesos graves y sorprendentes para la persona que los soporta (robos, asesinatos, peligros extremados, etc.)”. Estos sucesos sobrevienen azarosamente, allende toda previsión racional. Se diferencian en que el peligro de la aventura puede o no consumarse ; en cambio, en la policial se consuma siempre. En que el azar en la de aventura es puro ; en la policial es forzosamente intencionado, al menos para el criminal; difieren también en rareza y en oscuridad. En la novela de aventuras el crimen es siempre abierto, patente, franco; el crimen, en la novela policial, es necesariamente complejo y oscuro, misterioso, cometido ordinariamente por una persona calculadora, fría y metódica. Por último, la oscuridad del crimen, la necesidad de llegar a ser descubierto lentamente por medio de investigaciones minuciosas y prolijas, es de todo punto contrario al sistema a que obedece en la novela de aventuras, donde el descubrimiento del crimen se logra rápidamente, pasta, como suele decirse, de un tirón. A ello obedece el que el crimen en la novela policíaca sea único o, a lo más, doble, y en este caso estén íntimamente ligados entre sí, mientras que, en la de aventuras, pueden ser varios a independientes sus circunstancias y, por tanto, sucede en forma de episodios. Se distingue también de la novela de misterio y terror, aunque ésta sea pariente por doble vínculo de la policial y mochas veces se confunda con ella. En primer término existen numerosas obras policiales en las que el miedo o el terror juegan un papel principal, como en El perro de los Baskerville, de Conan Doyle, pero sin que oscurezca ni perturbe su carácter policial; en segundo lugar actúan como reactivo del espíritu, pues ambas coinciden en disponer de una fuerte capacidad para producir el alejamiento o evasión del lector. Su acción es tan fuerte y eficaz, que durante nuestros servicios como bibliotecarios en los hospitales de guerra, recetábamos este género de lectura a los heridos, a los que padecían dolores físicos, comezones a hondas preocupaciones familiares. Transcurridos uno o varios días, al acudir a renovarles la lectura, nos dijeron en múltiples ocasiones: “Siga usted trayéndome libros de este género, pues mientras los leo me duele menos la herida”... ”No me acuerdo de que me van a operar o... “Me olvido de la situación en que se hallarán los míos o, etc. La emoción fascinante del miedo, del terror, es tan antigua como la Humanidad. Desde los tiempos más primitivos pasta nuestros días, el hombre ha vivido y vive en continua posibilidad de experimentar los efectos de este peculiar estado de espíritu, capaz de conmoverle más profundamente que cualquier otro. Sin esta emoción, los toros, el circo, las carreras de automóviles y demás espectáculos de peligro perderían su atracción, tanto para contemplarlos como espectador, como para ponerlos en práctica. Los cuentos de aparecidos, fantasmas, brujas y duendes figuran en todas las literaturas y en todos los tiempos. A su manifestación cinematográfica acompaña en nuestros días el éxito popular. Pese a todos estos puntos de contacto, la literatura del misterio y del terror se diferencia fundamentalmente de la policial en que mientras en la novela de detección el misterio ha de quedar necesariamente disipado, pues a disiparlo se dedica toda la acción, en la del misterio, éste no se disipa necesariamente. El misterio puede quedar tal como se ha producido o narrado, y precisamente en la confusión de espíritu que deja reside el mayor atractivo y la fuerza superior de la obra. Si se trata de una historia de apariciones y la aparición persiste pasta el final de la narración como en el Diablo Amoroso o La Venus d' I lle, o como en ciertos cuentos de Edgar Poe, su lectura nos sumerge en un estado de duda, de miedo, de terror, que es en suma la reacción que el autor ha pretendido despertar en nosotros. Cuando el misterio halla una solución y queda explicado como sucede en la mayoría de las obras de Mrs. Radcliffe, entonces estamos propiamente rozando los límites de la novela policial. La novela policial, en fin, no time nada que ver con la novela de crímenes, la novela negra, la que en alemán es conocida bajo el nombre de “Kriminal-roman”, porque, aunque en la mayoría de las ocasiones el objeto del análisis se crea en torno a la comisión de un crimen, no es ésta una condición indispensable, ya que las hay en torno al descubrimiento de tesoros, etc., y en ningún caso se explota el crimen en sus detalles sangrientos ni se desciende a la repugnante pintura de lo macabro. EL DELITO Y LA LITERATURA Si el delito es tema inexcusable de la novela y del cuento policial, no hay que olvidar que desde otro punto de vista ha sido también el de las obras más destacadas y eternas de la literatura universal. Sin que esta idea nos lleve a afirmar, como hate Tomás de Quincey, entre las densas brumas creadas en su cerebro por el alcohol y el insomnio, que el asesinato es una de las Bellas Artes, nos unimos, sin embargo, a Quintano Ripollés (8) cuando dice que ha sido fuente inagotable de inspiración literaria. Procede, en efecto, recordar con dicho autor, aunque muy brevemente, que el fratricidio de Caín abre las puertas de la literatura por excelencia la Biblia; los grandes creadores del teatro griego, Esquilo, Sófocles y Eurípides, con sus Orestíada, Edipo, Electra, Ifigenia, etc., nos dan el asesinato, el adulterio, el incesto y otros delitos como fuente de inspiración y asuntos de sus obras, sin que a ello ponga reparo la distinta condición de sus personajes, que son en Esquilo dioses, en 8 ANTONIO QUINTANO RIPOLLÉS, La criminología en la literatura universal. Ensayo de propedéutica biológica criminal sobre fuentes literarias. Barcelona, Bosch, Casa editorial, 1951, 4.° Sófocles héroes y en Eurípides hombres. Si recordamos someramente la literatura latina, acuden los ejemplos en tropel, de los que apenas podemos exceptuar a un Horacio y a un Virgilio; algunos llegan incluso a escribir sobre las mayores degradaciones, como, por ejemplo, Ovidio, Tíbulo y más especialmente Suetonio, con el hórrido desfile de Los Doce Césares. En la Edad Media, Prudencio y otros escritores nos describen con minuciosidad los macabros detalles de los feroces martirios a que fueron sometidos los primeros cristianos; las literaturas romances en sus albores tienen como adobo indispensable de sus obras crímenes y delitos a granel. Así, el Poema del Mio Cid, Los Siete infantes de Lara, etc., en nuestra literatura; Los Nibelungos, Los Eddas, etc., en la extranjera. Los famosos templarios medievales, tan bellamente estudiados por J. Welter (9) precisamente por los fines perseguidos de ejemplaridad, incluyen en sus páginas asuntos parecidos, que culminan en la propia Divina Comedia, de Dante, con el incesto de Paolo y Francesca Éste que de mí nunca se separó. La boca me besó todo tembloroso. El Renacimiento volvió los ojos a la impura temática de la tragedia grecorromana, a la que en España añadimos nuestra famosa picaresca, con la que el arte literario desciende a los más bajos fondos sociales. Otro tanto ocurre durante los siglos XVII y XVIII sin que el esplendor de nuestra literatura en su más áureo período sea excepción a la regla sentada. El siglo XIX añade a la declamación política, meramente narrativa con fines moralizantes, el análisis profundo del alma del delincuente, el estudio introspectivo del autor del delito, con lo que adquiere un valor antes no conocido como contribución preciosa pare el estudio de la psicología criminal. Inmortales han pasado a ser Julián Sorel, de Stendhal; Raskolnikov, de Dostojevski; El Discípulo, de Paul Bourget; el Lafcadio, de Gide; el pícaro Vautrion, de la Comedia Humana, de Balzac. Obras maestras de la literatura del siglo son, a su vez: El Inocente, de Gabriel D'Annunzio; El retrato de Dorian Grey, de Oscar Wilde; Les Souvenirs de la Cour d' Assizes, al que se ha calificado de verdadero libro de texto de la ciencia penal; Los Tejedores y Floryan Geyer, de Haupmann, donde se estudia magistralmente la criminalidad de las masas ; las obras, en fin, de Franck Wedekind (10), Franz Werfel (11), Leonhard Frank (12) y Hermann Ungar (13), en las que se analiza con vuelos de pediatría las psicosis infantiles; las novelas típicamente paranoicas de Kafka, Die Verwandlung Des Prozess, y Berlin Alexanderplatz, del admirable psiquiatra berlinés Alfred Doblin, en las que se estudia de modo insuperable la influencia del medio. 9 J. T. WELTER, L' Exemplum daps (a littérature religieuse et didactique du molten áge. París, 1927, 4.° 10 Frühlingserwachen. Nicht der Mörder, der Ermordete ist schu(dig 12 Die Rauberbande. 13 Knaben and Mörder. 11 Por último, esta producción se ve completada y aun superada, de una parte, por la de origen nórdico, ante la que palidecen el existencialismo del francés Sartre con la moral nietzcheana y los instintos desenfrenados de los personajes que pueblan las creaciones de los Ibsen, Bjöernson y Strindberg, autores estos últimos de El Periodista y El Padre, caracteres estudiados con más frecuencia y substancial provecho en las cátedras de Derecho penal que en las de Literatura. De otra parte, los rusos, atraídos de continuo por el análisis psicológico del delincuente y del anormal, cuyos ejemplos son tan numerosos, que es difícil intentar enumerarlos sin verse obligado a escribir la historia íntegra de la literatura rusa: Pushkin, Tolstoi, Dostojevski, Andreiev, Gorki, etcétera. Materia de un interés absorbente y admirablemente tratada por Ferri (14), Proal (15), Lafort (16) y otros muchos; Patrizi (17), Benedikt (18), Galante (19), Sighele (20), Ziino (21); entre los nuestros, por Del Rosal en su obra citada Crimen y criminal en la novela policíaca, y más concreta y profundamente en el precioso libro de Quintano Ripollés La criminología en la literatura universal, cuya deliciosa lectura, llena de profundas enseñanzas, no dudamos en recomendar al público culto en general, a los amantes de la buena literatura y, sin vacilación y en todo caso, al que quiera especializarse como escritor en el género policial. CUENTO O NOVELA Se discute si el género policial se acomoda mejor al cuento o a la novela. A nuestro juicio, y al de la mayoría de los escritores que han estudiado la materia, se adapta mejor por sus condiciones y caracteres al cuento. Joáo Gaspar Simóens, en la introducción al primer Volumen de la serie Ios mejores cuentos policiales, nos dice: “Cuento policial no es lo mismo que novela policial”. En verdad así es: críticos y especialistas sostienen con unanimidad que “la más genuina expresión del género policial se encuentra en el cuento y no en la novela”. Esta afirmación es sostenida por autores de la alta categoría de Ellery Queen, el crítico inglés H. Douglas Thomson y muchos otros, y está confirmada, además, por la propia producción de los creadores del género: Poe, Conan Doyle, Leblanc, Futselles, etc. Las características del cuento policial difieren tanto de las propias de la novela, requieren tan distintas aptitudes en el escritor, que pocas veces quienes más se destacaron en la producción de magníficos cuentos policiales lograron escribir buenas novelas, y viceversa. La razón a que obedece, ello no obstante, el predominio en la producción de, la novela sobre el cuento y la manifiesta inclinación del actor a escribir novelas antes que cuentos, se explica por una razón de carácter económico. Es mucho más difícil 14 Les criminels dans la Littérature. París, 1902. Le crime et le suicide passionels. París, 1900 16 Le type criminel d'aprés les savants et les artistes. Lyón, 1892. 17 La Psicologia a I' anthropologia criminale nel romanzo contemporaneo. Turín, 1892. 18 Kriminalanthropologie in der Kunst and in der Wissenschaff. Deutsche Revue, II, año 1898. 19 Due delinquenti nel Arte. Anonalo o, VII, 1895 20 Delitti a delinquents danteschi. Trento, 1897. 21 Shakespeare a la scienza moderna. Palermo, l 897. 15 componer una buena obra coma, que una larga regular. Cuando el escritor dispone de un acertado asunto policial prefiere escribir una novela a un cuento, porque la novela le producirá muchos más beneficios económicos que el cuento. Por último, el cuento, después de gestiones nada fáciles y de esperas normalmente muy prolongadas, sale a la luz pública en unión de otros trabajos, en una revista o magazine, y nace bajo la amenaza de diluirse en la colección. Merced a ello resulta dudosa la esperanza de que pueda aparecer algún día en forma de Volumen independiente, o de llegar a figurar en la historia de la literatura de su país y aun de contar en la propia bibliografía de sus obras, cuando no es el propio actor quien las colecta y cataloga. Quienes como nosotros hayan tenido que acudir constantemente a la redacción de múltiples revistas pare solicitar los derechos de traducción de los cuentos que en ellas han aparecido, saben muy bien el grado en que quedan sepultados en sus archivos todo género de noticias a su respecto y las desesperantes dificultades que ofrece desenterrarlos. El vivo interés que ha de despertar el género policial, rayano a veces en angustia, no se presta a una lectura lenta y sosegada, a una lectura que exija varios días, frecuentes interrupciones y mochas horas de dedicación, de todo punto incompatibles con el género de vida y el tiempo de que para descanso se dispone actualmente. Si el interés de la novela responde a las exigencias del género, el lector, cuando ve llegado el momento de tener que suspender la lectura para marchar a su trabajo, abrirá la novela por el final y satisfará su curiosidad en unos minutos. Con ello habrá perdido el interés pare continuar la lectura y habrá frustrado los deseos del escritor. Y si no obra así, por disponer de la suficiente fuerza de voluntad pare vencer la tentación, cabe que uno de los más nobles fines del género policial, la evasión, el apartar el pensamiento de la lucha diaria de los negocios, y los problemas domésticos, pare lograr el descanso, se recargue con una preocupación más, propia de la curiosidad despertado por conocer la solución que a la trama haya dado el escritor. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el género policial, por todas sus características y fines, debe acomodarse a la extensión propia del cuento y no a la novela, que, en la mayoría de los casos, no son otra cosa que cuentos estirados, inflados con pasajes anodinos que quitan velocidad, acción, dinamismo y fuerza al asunto principal, y que con frecuencia actúan de barreras por las que saltan sin detenerse los ávidos ojos del lector tan pronto como las descubre o entra en ellas. ¿ES RECOMENDABLE LA NOVELA POLICIAL? LA MORAL Con harta frecuencia se combate el género policial desde la prensa, atribuyéndole aunque más directamente a su proyección cinematográfica -una influencia perniciosa sobre las mesas menos formadas, los niños y los jóvenes. Esta posición no sólo es sustentada por discretas plumas españolas, sino que halla también periódicamente eco entre periodistas extranjeros de fama y reconocido prestigio. En tanto que esta crítica sólo se concrete a esgrimir como argumento contra él la influencia que la lectura ejerce sobre el lector, en el terreno de los principios, nada tenemos que objetar. La bibliopsicología, que estudia esta materia, es toda una ciencia en marcha. El libro es ante todo un o reactivo del espíritu”: ante él las reacciones individuales son múltiples, insospechadas y may diversas. Un mismo libro puede ser “medicine del alma” pare uno y veneno destructor pare otro; por ello, la moderna bibliopsicología, fundándose en esta ciencia incipiente, estudia la literatura desde el punto de vista de los efectos que las obras producen en el lector; de las reacciones que pueden despertar en el individuo según su edad, estado de salad, temperamento, carácter, gustos, aficiones, etc., con el fin de poder “recetarle” aquella lectura que más le acomode y mayor provecho pueda reportarle. Nadie se ha formado en la lectura de las obras científicas: la física, la química, la ingeniería... El hombre debe propiamente su formación a la literatura recreativa. En la literatura científica puede aprenderse a curar a un enfermo, resolver una ecuación, construir un puente, etc. ; en la literatura de ficción es donde, con suma frecuencia, nos encontramos y aun nos descubrimos a nosotros mismos. Donde se adquieren nociones de toda índole social y familiar, donde se observe cómo se comporta el hombre ante los más variados problemas: el amor, el trato con los padres y los amigos, y aun con los enemigos, si se tienen, y donde se hallan soluciones vitales pare nuestra propia felicidad. Su valor formativo es inmenso. La literatura de ficción obra como el gas do óxido carbónico, que, por inodoro, no lo percibe el hombre desde un principio, y sólo se da cuenta de él cuando los desmayos, el sudor frío y los primeros síntomas de envenenamiento hacen acto de presencia ; en ello estriba su mayor peligro. Los mayores genios de la historia se han formado en los libros. Dícese que la Ilíada modeló a Alejandro; la Cyropedia, a Escipión Emiliano; los Comentarios, de Julio César, a Napoleón; que Tucídides se descubrió en Heródoto, Sófocles en Homero, Epicuro en Demetrio, Silvio Pellico en Foscolo, Pushkin en Shakespeare... En los Santos Evangelios, numerosos santos, religiosos y misioneros. Millares son, por otra parte, también los que han descendido a crímenes repugnantes, que han pagado con la vida, por el maléfico influjo de lecturas perniciosas. Estamos convencidos de que si a un débil mental, aquejado de un complejo psíquico, se le alimentara espiritualmente con las lecturas que cayeron en manos del asesino de Canalejas, hay sobrados motivos para presumir que incurriría también en delito semejante. Notorio es que la lectura de los libros románticos son perjudiciales a los románticos ; las novelas introspectivas, dramáticas y psicológicas causan graves perturbaciones psíquicas en las jóvenes entre los 10 y 16 años, en que la mujer sufre casi siempre ciertos complejos de inferioridad, etc. Por ello, no es arriesgado pronosticar que llegará un día en el que toda persona culta a inteligente, previo el análisis necesario, poseerá y llevará consigo su ficha caracteriológica de lector, como llevan hoy las personas, en los países más desarrollados, la ficha analítica de su sangre, tan indispensable para salvar la vida en casos de accidente, operaciones, etc., y en que a los dependientes de librería, como a los dependientes de farmacia, por razones de no inferior peso, se les exigirá poseer el título de licenciado en Filosofía y Letras. Los libreros realizarán de esta suerte una benemérita función de profilaxis social, sustituyendo para bien del lector el libro que erróneamente se solicita por el que se debió solicitar, el que puede infligir un daño por el que ha de reportar un bien, ayudando así a los lectores a ser más felices, más sabios y mejores. Ahora bien : ¿es que la novela policial, que termina siempre por el triunfo del policía sobre el delincuente, del bien sobre el mal y, en definitiva, con el triunfo de la justicia, puede considerarse como perniciosa? ¿No es más cierto que, por el contrario, guarda gran semejanza con los libros de la caballería andante? Un escritor de tan profunda a indiscutible formación católica, como nuestro querido amigo Nicolás González Ruiz, ex redactor de El Debate y actual redactor del diario Ya, en su artículo, varias veces citado, nos dice, a este respecto: o Lo épico-heroico se ha hecho policíaco, en nuestra edad organizada. La epopeya real es colectiva y metódica. Los heroísmos individuales son sumandos de la acción conjunta. El héroe señalado pertenece a la esfera de lo genial a inaccesible para la mayoría. El hombre medio se refugia en la imaginación para satisfacer sus ansias heroicas. Su historia de caballerías es novela de detectives o película policíaca. Hay una línea ideal, profunda y cierta, que conduce desde Palmerin de Oliva a Philo Vance. Una cohorte numerosa, formada, en cabeza, por los pajes de las antecámaras y cerrada por los dependientes de comercio, sueña en el triunfo de la justicia y del bien, sobre las páginas primitivas y las pantallas modernas. con ellos, el rostro embozado, no sabemos por qué, caminan algunos hidalgos y algunos profesores. Saquemos a la luz, en cuanto nos sea posible, la evolución v la enseñanza de esta corriente sentimental”. Y añade a continuación: o “Exactamente en la misma línea del libro de caballerías, la novela o la película policíaca, nos ofrecen el case de la protección del bueno desvalido contra el malvado poderoso”. Por otra parte, el agustino R. P. Félix García, fine escritor y crítico de notorio prestigio, en un interesante artículo titulado “De la novela policíaca”, inserto en el diario madrileño ABC, coincide en apreciar las semejanzas que halla González Ruiz entre la novela policial y los libros de caballería ; distingue, naturalmente, entre “la plaga de novelas detestadas que constituyen una agresión al buen gusto, al sentido común y no pocas veces a la moral, que invaden librerías y quioscos a granel; cómo han de distinguirse las buenas novelas de Caballería, tan extensamente solicitadas en su tiempo, de las disparatadas producciones en que más tarde se convirtieron, sin que por ello haya razón para considerar el género come detestable”. Hecha esta salvedad, el R. P. Félix García pregunta: o Ahora bien, ¿qué cabe afirmar de la novela policíaca en relación con la moralidad? ¿Es el género policíaco reprobable desde el punto de vista moral, tanto por su concepción come por su desarrollo? Ni por su objeto, ni por su fin, ni por las circunstancias, existe motivo alguno que haga condenable en sí mismo, o a priori, a un género literario que time una finalidad determinada, que no sólo no implica oposición alguna con la moralidad, sine que más bien, si se mantiene dentro de unos cánones estéticos y de una lógica que condiciona rectamente el juego de los actos humanos en función, habrá que decir que, sin pretenderlo, ha de resultar incuestionablemente moral. La inmoralidad presupone una intención, una objetiva deformidad que lesiona los principios del orden o de la honestidad. ¿Y hay algún principio o canon que determine una exigencia inmoral de la concepción, en la estructura o en el desarrollo de la novela policíaca? Torpeza insigne sería condenar un género literario, come tal género, siempre que no implique un propósito, una intención o una ejecución que hiera las normas de la moral, de la decencia o del buen gusto. Y nada hay en la novela policíaca que, en principio y por definición, tropiece con los postulados del buen gusto ni de la moral”. Reconoce el citado autor que la novela policial puede ser causa de desvaríos y exaltaciones imaginativas, chifladuras y hasta conducir al gansterismo y al detectivismo, cuando actúa sobre temperamentos imaginativos y lectores juveniles. “Pero - declara al mismo tiempo -no creo que el mal radique cabalmente en los libros que, de suyo, hacen como ingrediente necesario el interés, la intriga, la complicación, para retener y excitar la afición y el gusto del lector. El mal, más que en los libros, estará, en este case, en la falta de moderación del lector... Los estragos tan ponderados de la novela policíaca son, pues, más achacables a los lectores incontinentes que a la novela, que, si es buena y cumple los requisitos de la auténtica novela policíaca, por fuerza ha de interesar y de intrigar la imaginación con sus peripecias y enredos. El peligro de la novela policíaca, come el del "cine", como de tantas cosas que son lícitas, honestas y artísticas en sí mismas, hay que buscarlo siempre en la inmoderación, en el abuse, en la contenida voracidad con que se entreguen a ellos. Pero eso es ya un problema de educación, de formación individual”. Si alguna vez surge en el cuento un personaje atormentado y hermético, tocado de manifestaciones psicopáticas depresivas, de vicios condenables, es de ordinario el delincuente mismo; en tales casos, está descrito de modo y manera que excluye toda posibilidad de inspirar sentimiento alguno de simpatía, razón por la cual lleva consigo aparejada la condenación y la repulsa. La técnica obligada del género policial se aparta y distancia de la pintura de sujetos anormales propia de la novela psicológica, que tanto auge alcanza después de la segunda guerra mundial, en, la que, con frecuencia, el protagonista se infiltra insensiblemente en el subconsciente de aquellos lectores que, tocados de anomalías psíquicas, se identifican fácilmente con él, por encontrar un otro yo, y acentuar en ellos su concepto amargo y pesimista de la vida o bien fomentar en su espíritu la desesperación y el desencanto. Males que la lectura del verdadero género policial no causa jamás por la acusada diferencia de su técnica, método y propósitos. El género policial, como hemos dicho, es narración ordenada de sucesos ficticios, pero verosímiles, dirigidos a deleitar al lector, apartándolo de los problemas y de las pequeñas contrariedades de la vida diaria, sumándolos a la empresa de descubrir y entregar a la justicia al autor de un delito misterioso, mediante el empleo de la técnica y el método propio de la investigación científica. No se da en él propicia ocasión para contribuir con sus argumentos y descripciones a la corrupción de las costumbres; tampoco a servir de instrumento moralista, eco de sermón, ni voz de púlpito; pero siempre responde a un sentimiento moral y humano: el triunfo de la verdad, del bien y de la justicia, lograda merced a actor que muchas veces exigen actitudes rayanas en heroismo con riesgo de perder la vida y siempre el ejercicio de la inteligencia y de la lógica en alto grado. Responde de todo en todo a la tendencia del alma humana hacia lo extraordinario y lo maravilloso, hacia su deseo de hallar un mundo mejor, más justo y más perfecto. Por último, lo que nosotros pensamos sobre la materia lo resume el Reverendo Padre Félix García con claridad y acierto en las siguientes breves palabras: o Creo que en el caso de la novela policíaca, la auténtica y digna de llevar ere nombre, más bien es dable señal para el lector sensato, no para el inmoderado a inteligente, una fuente de estímulos, un acicate del ingenio, un reactivo de la imaginación, una huida de la realidad cotidiana un manantial de sana alegría y un excitante del ímpetu juvenil”. SUS CARACTERES: SU DEFINICIÓN No permiten las reducidas proporciones de un prólogo extenderse en la exposición detallada y metódica de los caracteres propios del género literario que nos ocupa ; por ello, nos limitaremos a dar aquí aquellas notas más generales, que pueden contribuir a formar un juicio claro y preciso de él, en consonancia con los principios a que responde y a las finalidades que persigue. A este propósito obedece el que nos separemos del intento del conocido crítico J. L. Borges, que ha redactado nada menos que todo un código comprensivo de los principios y reglas a que debe someterse la novela policíaca. Los escritores que más alto nivel alcanzan en nuestros días, tales como Simenon, a quien Mauriac considera como el mejor novelista de nuestro tiempo, no se adaptan, sin embargo, a los preceptor y reglas establecidos por dicho autor. Las características de mayor relieve de la novela o cuento policial son: Primera. La de aparecer escrito en un orden inverso; lo que debió ser materia del último capítulo suele figurar en el primero. Es, por tanto, una obra que se escribe al revés. El argumento se inicia con la aparición de un hecho delictivo con frecuencia misterioso a la vez : robo, asesinato o ambas cosas a un tiempo... Después de la descripción minuciosa del delito y de la aparición del policía y del detective, el resto se consagra a la pesquisa del criminal por distintos procedimientos de observación metódica, para llegar al final en el que se explica cómo se realizó el hecho, siempre dentro de un respeto fiel a la clásica unidad de tiempo y de espacio. La novela policial es, pues, una especie de problema matemático, de teorema; todo lo demás es de carácter accesorio y meramente decorativo Si alguna vez se extiende en el adorno más de lo debido, si no guarda la necesaria proporción y equilibrio, puede perjudicarse y dañar su capacidad de sostener vivo el interés del lector. Toda la técnica del cuento policial descansa sobre la batalla, llena de incidentes, que se entabla entre el lector y el autor éste ha logrado ocultar su baza hasta el final de la novela -dice con acierto Simenon-. En efecto, si se conociera de antemano quién es el criminal, la lectura carecería de interés. Por ello, la novela policial no es novela que se lea dos veces, salvo si el lector ha olvidado la trama, caso que puede suceder, precisamente por la débil huella a influencia pasajera que estas lecturas dejan en la mente del lector. No siempre el autor deja ver en su obra todos los resortes del juego; sin embargo, en las buenas novelas policiales ordinariamente se juega limpio, hasta el punto de manifestarlo claramente así el mismo autor Del Rosal, que nos dice a este respecto: “Debe exponer al lector los datos del problema, para que aquél discurra por su cuenta y calcule quién será el autor”. En efecto, este principio se observa de tal modo, que no falta el desafío al lector, como sucede con el Misterio del elefante, donde el autor, Ellery Queen, dice: a Paréntesis y desafío... Lector, sin leer las páginas que siguen. ¿Quién mató a Mr. French?”. El lector se encuentra en aquel momento de la narración en plena posesión de todos los detalles necesarios para descubrirlo. Mientras este proceder noble acrece normalmente el interés del lector por la lectura, la reserva a ocultación del dato clave produce, por el contrario, un sentimiento de defraudación, da una idea de burla que no se perdona fácilmente. Cuando, por añadidura, se recurre a trucos, a máquinas infernales, etc., intervención de espíritus y demás zarandajas de lo sobrenatural, la novela se hace acreedora al desprecio, y el autor se anota en la memoria para no tornar a leer obra alguna de su restante, pasada o futura producción. Desgraciadamente, son numerosas las de este orden. Así lo confirma Del Rosal: "Lo que pass es que en la policíaca escasean las buenas y abundan más las malas obras. Y para dar con alguna mediana tenemos que echarnos al coleto mucha lectura de obras malísimas”. Segunda. El delito surge perfecto a insoluble. Muchas veces está revestido de cierto misterio, acompañado de circunstancias que infunden miedo y terror, sobre todo en los escritos durante aquella etapa primera en que los campos de estos dos géneros no estaban delimitados con precisión. Tercera. Suele aparecer un sujeto sobre el que recaen las sospechas sustentadas por circunstancias engañosas, hábilmente dispuestas a este fin. Cuarta. La incapacidad del policía para descubrir el actor del delito y desvanecer el misterio. Quinta. La intervención de un detective dotado de fisonomia, caracteres y condiciones no comunes, de aficiones selectas y costumbres excéntricas y hasta extravagantes, que, desde un principio, inspira fe en que ha de dar solución al problema. Sexta. La conducta del detective, que, mientras fija las circunstancias y examina los hechos, no descubre, en cambio, cómo va, merced a ellos, desenredando el problema hasta llegar al final. Séptima. La presencia de un compañero del detective, de mente menos despierta y figura más normal, ampliamente dotado de simpatía, que de ordinario es el que cuenta la historia y sigue Paso a paso con admiración al detective. Octava. Kurt Steel añade todavía que las evidencias superficialmente convincentes han de ser siempre falaces. Novena. La intercalación de algún episodio amoroso con carácter meramente decorativo y banal, que pretende dar gracia a la obra, aunque sin cometer nunca el gravísimo error de separar la atención del lector del asunto principal. Estos caracteres no se dan siempre ni se reúnen en su totalidad en cada una de las obras; en su mayoría suelen alternar en ellas. En la enumeración de principios hecha hemos seguido un orden de acuerdo con la importancia de cada uno de los caracteres. Laín Entralgo (22) define la novela policíaca, la verdadera, en la forma siguiente: “Es un azar intencionado y dañoso, reducido a teoría por el juego irónico de una inteligencia”. En esta definición se hace resaltar la intervención de la inteligencia. Del Rosal, al comentarla, añade: “Por eso la novela policíaca llegó a feliz término a base de derrochar arrobas de inteligencia a ingenio”. Desde luego, no cabe duda de que la novela policial es fundamentalmente un ejercicio mental y que por su mecanismo guarda semejanza con el juego del ajedrez y con las matemáticas. Thierry Maulnier, influído por Dostojevski, non dice: “El hombre común se apasiona por las historian de detectives, porque ellas le ofrecen un medio de fuga de la monotonía de la vida burguesa, facilitándole el ingreso sin compromiso en los abismos de la vida subterránea, la vida antiburguesa de los traficantes, contraventores y aventureros”. Charles J. Rollo, ensayista norteamericano, concede a la literatura policial un significado metafísico. “La lucha entre el crimen y la ley es una alegoría, al alcance de todos, de la eterna lucha cósmica entre el bien y el mal. Identificándose con el detective, soldado del bien, el hombre común sacia imaginativamente su sed de justicia, siempre acerba en un mundo donde el derecho del más fuerte supera, hasta ahora, las aspiraciones de los filósofos y moralistas. Al tratar de su estructura, Laín Entralgo descubre un protagonista solo o rodeado de un exiguo cortejo y un antagonista. En la acción distingue tres elementos: la víctima, el antagonista (el criminal) y el protagonista (el detective). El suceso policíaco no le pasa al policía protagonista, sino a la víctima del robo o del asesinato. El protagonista no se halla en contacto directo con la acción: vive aparte, despegado de ella. En esta distancia entre el héroe policiaco y la acción novelesca, en ese desde fuera, encuentra Laín la nota fundamental que descubre la intervención de la inteligencia. Insistiendo sobre la misma idea añade en otro lugar: “Acabo de tocar una de las notas esenciales de la novela policíaca: su carácter, estrictamente intelectual”. Como se ve, este carácter es mantenido por todos los críticos del género. Del Rosal (23) nos dice: “La trama interna de la novela está enhebrada toda ella con la finalidad de 22 Obra citada. 23 Obra citada demostrar como posible un hecho aparentemente imposible de explicación alguna”. Este juego de la inteligencia, este presentar un problema al lector y aun desafiarlo a que pueda resolverlo facilitándole todos los datos de que se ha de valer el propio autor, en una palabra, “el reto al lector o, se ha generalizado entre una notable mayoría de los escritores de obras policiales. El género parece no tener otra preocupación que plantear y resolver el problema fuera de toda consideración del bien y del mal, y sin otro propósito que plantearlo y resolverlo lo más limpiamente posible. No es, pues, una lucha por el bien, ni siquiera por el triunfo de la justicia, sino una porfía entre dos inteligencias, en la que vence la que demuestra poseer la superioridad. Al desarrollo de la criminología y de los estudios de psicología, especialmente la criminal, se deben avances y nuevas modalidades en el género que nos ocupa. Si en un principio el cuento policial se escribía buscando al delincuente desde fuera, andando el tiempo se ha pasado paulatinamente a escribirlo “desde dentro”, esto es, a convertirlo en una obra de manifiesto carácter psicológico. Pudiera suceder que este Paso obedeciera a la decisiva influencia que la psicología ha ejercido en la novela, a contar de los escritores de fines del siglo XIX, tan típico en la producción de obras maestras. Los escritores de la época de Conan Doyle buscaban el delincuente desde fuera; su medio ambiente, su carácter, sus reacciones no contaban para nada. Los modernos lo buscan, en cambio, desde dentro. Los primeros se contentaban con explicar cómo, cuándo y por qué se realizó el hecho ; los segundos, procuran justificar la comisión del delito mediante la descripción caracteriológica del delincuente, en función de su coyuntura causal. La aparición de una serie de circunstancias causales exteriores abre paso a la novela, ya que facilita la descripción y el estudio del clima, del ambiente, de la sociedad en que el protagonista se desarrolla y de los caracteres de cuantas personas y tipos le rodean. Sin la presencia de tan varia coincidencia de circunstancias, el delincuente en potencia no hubiera cristalizado en delincuente. Hay, pues, un vasto cameo para la creación del delincuente protagonista: su personalidad, sus dotes intelectuales, sus instintos, ambiciones, estímulos, intereses y, en una palabra, los impulsos vitales que al contacto con la coyuntura causal han de explicar la comisión del delito. El autor, valiéndose del detective, irá reconstruyendo paso a paso los hechos para descubrir, con el auxilio del método y de la lógica, a su autor. La figura del delito es de todo punto insuficiente para provocar el interés del lector por el cuento, ya se trate de asesinato, robo, homicidio, estafa, etc. El interés de la trama en la novela policial reside en su mayor misterio y en la mayor suma de dificultades y complicaciones que ofrece la solución del problema planteado; en las trabas que hay que vencer para hallar camino a la solución; en la perfección y concordancia del cuadro de motivaciones creado, y en el rigor lógico y el método seguido, que, paso a paso, va conduciendo a la solución. Aunque en el curso de la novela cabe instalarse en la psiquis del criminal y, conforme a los principios de la psicología criminal, seguir al detalle sus diferentes estados: intelección o separación del deseo, deliberación, Judas o lucha, intención, propósito, decisión y realización; no suele, sin embargo, formar parte del género literario que nos ocupa este minucioso proceso introspectivo del delincuente; tema insuperablemente tratado por novelas psicológicas del tipo de Crimen y castigo, de Dostojevski, elevadas a tal grado de perfección, que ha Ilevado a los más destacados tratadistas de la ciencia criminológica a afirmar que han observado mejor la psicología criminal los escritores de ficción que los penalistas consagrados a la observación científica directa de los delincuentes. La novela policial del estilo Conan Doyle se sigue desde el punto de vista del detective, o a lo sumo, de su ayudante, punto de vista que impide lógicamente conocer la descripción introspectiva del delincuente, sus Judas, impulsos y decisiones; en una palabra, su mundo interior. De su personalidad y carácter sólo pueden obtenerse los datos que se desprenden de su presencia física, de sus actos, conducta a historia. A ello obedece que el detective procure hallar el mayor número de antecedentes de la vida anterior del delincuente, esclarecer, además de los personales, los de su familia, amistades y muy especialmente el medio social en que se ha desenvuelto. Del conjunto de estos datos salen a veces en esquema los primeros indicios para seguir la pista, así como los primeros rasgos que han de componer la silueta del delincuente. Si se logra una descripción perfecta del carácter de alguna de las personas que se hallan relacionadas con el delito, se ha encontrado el camino para ensayar una relación entre esta persona y el hecho delictivo cometido. El camino más recto lo señala la motivación. Cuando la razón del crimen obedece a instintos de naturaleza vital, ya sean éstos la conservación de la vida o el amor, por ejemplo, se carece de cameo para el desarrollo de la novela policial, porque los autores realizan sus actos con arrebato, obcecación y violencia, y por ello, sin propósito de ocultar el crimen ni de evadir la responsabilidad que Maya de derivarse de él. El criminal violento, el criminal torpe, bruto, carece de condiciones para convertirse en protagonista de este género, ya que por su carácter no se presta a rodear la comisión de su acto de ese velo misterioso y de esa cuidadosa ocultación de detalles cuyo metódico descubrimiento es la razón vital en que se apoya la novela policial. La violencia, por otra parte, hace inútil toda investigación ulterior de la personalidad, porque la violencia de por sí basta para motivar el delito. También se aparta de la novela cuyo estudio nos ocupa el tipo del delincuente estúpido : sin un delincuente inteligente, agudo y perspicaz, la siempre superior inteligencia del detective, poco tendría que hacer, y el lector cerraría las páginas del libro, por muy elevada que fuese la calidad literaria, invadido por el tedio. En la novela policial hay una circunstancia siempre grata para el lector, a saber, el triunfo de la justicia sobre el delito. La novela policial demuestra que el detective siempre triunfa y que el delito es siempre castigado. Esta condición de happy end, de desenlace gozoso, que se data inevitablemente en las novelas y en las películas cinematográficas de antes de, la segunda guerra mundial y que venía a ser como el exponente de optimismo de una humanidad, que creyó entonces que las guerras habían terminado, es una constante en la literatura policial. Su lectura jamás deja ese amargor de boca, ese disgusto instalado en el fondo misterioso del subconsciente que nos dejan durante horas las novelas psicológicas posterior es a la guerra mundial última, llenas de fracasos, injusticias, desgracias y dramas obsesionantes, perturbadores y deprimentes. El detective se capta con rapidez nuestra simpatía, y basta que su figura esté medianamente tratada para que se introduzca en el ánimo del lector y despierte en él la decisión de adquirir cualquier otra obra donde se trate de su intervención en nuevas aventuras. La simpatía que engendra la figura del detective es tan profunda, que, con frecuencia, anula y sustituye la personalidad y el nombre del propio actor; por ello se ve a los lectores solicitar las obras que desean, por el nombre del detective, Ilámese Sherlock Holmes, Poirot, Sexton Blake, etc. Cualquiera que haya observado el proceder del público que rodea los quioscos de las estaciones, las librerías, o haya prestado servicio en una biblioteca pública, habrá comprobado nuestro aserto. Privilegio que sólo se extiende a las obras inmortales, como Don Quijote, Don Juan, Fausto, etcétera, que los lectores solicitan el ochenta por ciento de las veces por el título de la obra y no por su actor. Digno es de recordar a este fin el conflicto que se creó Conan Doyle cuando decidió acabar con Sherlock Holmes... El público no toleraba la muerte de su héroe policial favorito. La observación minuciosa de los detalles a que se ciñe ordinariamente el detective para deducir de ellos los rasgos y el carácter del actor del delito; la forma como se cometió el crimen, la hora, el lugar, etc., alcanzaron su más alta cumbre en las obras de Conan Doyle. Sorprende nuestro ánimo leer cómo de los más pequeños detalles va Holmes sacando elemento tras elemento para fijar la motivación del delito y el carácter y la personalidad de su actor. Sus procedimientos de observación y de deducción son modelo en su clase y ejemplos no superados a nuestro juicio después. Falta en Conan Doyle la observación psicológica, la utilización de los avances, de la ciencia en la prueba criminal ; pero nos inclinamos a creer que ello obedece a la presencia en el cultivo del género policial de escritores de reconocida categoría, que después se dieron cuenta del mayor conjunto de datos y oportunidades que brinda el estudio de la caracteriología en la reconstrucción de la personalidad del delincuente. Las diferentes teorías y escuelas en que últimamente se han dividido los técnicos y autoridades en materia de psicología, han tenido más o menos definido reflejo en la novela policíaca de nuestros días. Así, por ejemplo, Agatha Christie escribe bajo el influjo de las teorías psicológicas freudianas y lo manifiesta, Ilegando a veces hasta la cita y a la alusión expresa. Sería un error considerar que en la novela policíaca hay que seguir el mismo camino de indagación que seguiría el jurista para apreciar el grado de intención y de culpabilidad del delincuente. Este punto de vista se escapa al interés del lector y no es, desde luego, objetivo en la técnica novelesca del género. Ello no quiere decir, por tanto, que tales aspectos estén absolutamente excluidos de todo examen o consideración; lo que sí puede afirmarse es que cualquier detalle, ya sea de índole psicológica, antropológica, endógena o exógena que pueda contribuir a fijar la motivación del delito, a probarlo y a resolver el nudo novelesco, esto es, al hallazgo del delincuente y a la explicación del acto delictivo por un procedimiento inductivodeductivo, forma parte integrante de la técnica del género policial que nos ocupa. A la variedad casi ilimitada de elementos endógenos y exógenos, así como de circunstancias causales que pueden intervenir en la comisión del delito, se debe la enorme proliferación de este género, que si sólo se moviese en la órbita de los caracteres psíquicos del autor, a estas fechas habría desaparecido o estaría en período de desaparecer. Igual sucedería si, de acuerdo con la teoría lombrosiana, se moviese exclusivamente en torno a la idea del criminal nato. ¡Cuántas limitaciones hubiera impuesto esta doctrina a la extensión del género! Por el contrario, se abre camino a pasos agigantados la idea de que ciertas personas, cualquiera que sea su grado de cultura, edad, sexo, estado, etc., pueden tornarse en criminales merced a la intervención de una causa imprevista y de una coyuntura causal favorable insospechada. Esta idea del hombre y del decisivo influjo que pueden ejercer sobre su psiquis determinadas circunstancias ofrece un dilatado cameo al escritor para crear sus tramas novelescas y rodearlas de ese misterio, de ese interés por descifrarlo, en que la novela policial asienta la base principal de su notorio éxito. EL PEOCEDIMIENTO PENAL Y EL GÉNERO POLICIAL Como consecuencia de una rápida ojeada histórica al género, parece deducirse que así como las narraciones de terror y de misterio se conservan con una cierta regularidad, a través de los tiempos, en la literatura de todos los países, el cuento policial se mantiene en gérmenes y sólo aparece con intermitencias y caracteres poco definidos. Edgar Poe es quien, por primera vez, establece con perfecta claridad la distribución en sus escritos entre los caracteres correspondientes al misterio, al terror y a lo policial. Ello no impide que algunas veces estos caracteres se fundan como en Thon Art of plan o como en The Speckled Band, de Conan Doyle. El género policial, por otra parte, no podía prosperar en aquellos tiempos en que el procedimiento para la persecución del delito consistía sucesivamente en el arresto, la prisión, la tortura, la confesión y la muerte. Sólo cuando el delincuente logra conquistar la compasión de la sociedad, de un lado, y de otro, la ciencia penal adquiere cierto grado de desarrollo en el estudio del delito, su génesis, caracteres, etc., es cuando, en los países más avanzados, se cambia el proceso criminal y se prefiere mil veces antes tener un delincuente en la calle a encerrar en la prisión a un inocente. Como consecuencia de ello recae sobre la policía la obligación de probar al delincuente la comisión de su delito. Esta necesidad da origen y sostiene la verosimilitud del género policial, y decimos verosimilitud, porque con ella basta. Procede recordar aquí que para representar mejor la muerte de una tuberculosa, cierta artista dramática a quien se había asignado el papel de protagonista en La Dama de las camelias, acudió a un hospital de Paris y solicitó del director que se le avisase cuando alguna paciente de esta enfermedad se hallase en trance de muerte, para observarla y poder inspirarse en ella. Cuando recibía, conforme a sus deseos, el aviso llegaba tarde o demasiado temprano. Cansada de no lograr su objetivo, se decidió a desarrollar ante el médico director la muerte de una tuberculosa tal y como ella la concebía, para conocer su opinión y guiarse de sus observaciones. Al terminar su representación, el médico, con lágrimas en los ojos, le dijo: “Señorita, así no mueren los tuberculosos, pero así deberían morir”. Este requisito del arte que tan bien expresó Eca de Queiroz, el ilustre novelista lusitano, con certera Erase: “Sobre la desnudez fuerte de la verdad el manto diáfano de la fantasía”, debe servir de límite, de un lado, y acompañar siempre, por otro, al cuento policial. Cuando los autores de segunda fila, que tanto han dañado y dañan al género, si es que en el género pueden clasificarse esas obras que para resolver el juego o la trama acuden a muertos que resucitan, apariciones, máquinas infernales, inexplicables resortes escondidos, etc., y en una palabra, se traspasa la linde de la verosimilitud, el lector medio se siente defraudado, cuando no burlado a inducido a engaño, y, como consecuencia de ello, se aparta de la lectura de las obras de aquel autor, cuando no de las del género mismo. Requiere, por tanto, el género policial acomodarse a un sistema procesal penal y a una técnica policial que han de observar forzosamente el detective y los policías. Los procedimientos penales en el Reino Unido de la Gran Bretaña facilitaron, antes que los de otros países, el desarrollo del género policial, ya que allí donde la policía descubre al delincuente a base de torturas mentales o corporales, el cuento policial no tiene vida posible, pues todo el juego y su interés descansa sobre los métodos puestos en práctica para descubrir el delito y probar su comisión al delincuente. El código penal británico, con su tradición deportiva y su “fair play for the criminal”, como dice D. L. Sayers (24), favorece muy especialmente la producción de enredos y tramas policíacas de difícil investigación y aclaración. En esta misma línea, más tarde, se desenvuelve también la policía y el procedimiento judicial en los Estados Unidos. Don Whitehead, en su The F. B. I. Story (25), nos cuenta, por ejemplo, al tratar de cómo fue descubierto a identificado por los agentes del F. B. I. el criminal Jack Graham, de quien trataremos más adelante, nacido en Denver en 1932: “A la 1942 llegó a la prisión el doctor. Graham fue sometido a un riguroso reconocimiento médico, al objeto de que constara evidencia de que no se le había forzado a confesar su crimen por los métodos de tercer grado y que, por tanto, podía acreditarse, mediante testimonio facultativo, que se hallaba en pleno dominio de sus facultades mentales y en estado de absoluta capacidad para libre y voluntariamente hacer o no la confesión de su delito. Afirmó al doctor, en efecto, que no había sido objeto de malos tratos. En estas condiciones firmó su confesión. Para llegar de esta forma a producir la confesión del delincuente hay que reconocer que se requiere una actuación policial desempeñada por técnicos, auxiliados por un magnífico material científico, bajo la dirección de un experto de gran capacidad a inteligencia. La conducta seguida por los detectives ingleses y la policía concentrada en el mundialmente célebre cuartel de Scotland Yard han contribuido también al desarrollo extraordinario alcanzado por este género, compartido en nuestro tiempo con la también organización policíaca de los Estados Unidos, conocida por la sigla F. B. I, o sea, el Federal Bureau of Investigation. En la novela policial, en cuanto a estilo, han tenido eco apreciable las diversas tendencias literarias que han triunfado en los últimos tiempos. El modernismo reinante a principios de siglo, apadrinado por los Goncourt, con su exotismo oriental, puesto de moda por parnasianos y simbolistas; el naturalismo francés; el mesianismo ruso, con sus personajes atormentados, llenos de complicaciones 24 Great short stories of defection, mystery and horror, edited by Dorothy L. Sayers. Londres, Victor Gollancz Ltd., 1950, 8.° 25 DON WHITEHEAD, The F.7;. 1. story, 4 Report to the people. [Nueva York, Randon House Inc, 1956], 4.° psicológicas, tocadas de angustia; los movimientos de vanguardia que siguieron a la segunda guerra mundial, antes reveladores de un estado de espíritu que de una doctrine literaria, y sobre todo el psicoanálisis y la revolución surrealista, tuvieron un influjo sucesivo sobre la literatura policial que ayuda a fijar su cronología y a interpretar con acierto sus caracteres. Grate es reconocer que el romance negro, exportado de América y llegado a Europa desde los puertos británicos, y que representan los Spillane, Cain, Edogawa y Cantos otros, con sus personajes ebrios, pornográficos y delincuentes, no ha tenido franco eco por fortuna en el género que nos ocupa, que sigue, aunque de lejos, la limpieza de mires y las bases creadas por Allan Poe y Conan Doyle. En el cuento policial moderno se mezclan y entrelazan con exquisita arte el medio ambiente, la vide social con sus problemas y los avances científicos de todo orden, sin olvidar los relativas a la psicología y al estudio de la personalidad. Ni siquiera se escape a su esfera el sentimiento de angustia que extiende cede vez más sus negras alas sobre el mundo moderno. LA INVESTIGACIÓN POLICÍACA EN LA REALIDAD Y EN LA CREACIÓN LITERARIA No faltan desgraciadamente en la realidad, al escritor del género policial, ejemplos y hechos en que inspirarse. En todos los países del mundo abundan los crímenes más o menos misteriosos, muchos de los cuales quedan impunes por falta de un mínimo de huellas y de vestigios indispensables sobre los cuales poder apoyar la indagación. En Francia, por ejemplo, se dan unos 1600 asesinatos por año, entre los consumados y los que quedan en grado de tentativa. De éstos, nada menos que del quince al cuarenta por ciento terminan por archivarse bajo la lamentable rúbrica de «Vaines Recherches o, investigación fallida. A base de estas cifras, puede afirmarse, sin temor a errar, que desde 1947 seis mil quinientos asesinos se han escapado de la acción de la policía francesa y viven, por lo tanto, sueltos por el mundo. Todavía cabe añadir, sin temor a errar el cálculo, que probablemente quedarán muchos crímenes más por completo ignorados, y, en resumen, que el número de asesinos que viven en libertad, aun limitándonos a Francia, sea considerablemente superior al calculado. En España se declararon en rebeldía en el año 1954 nada menos que 5752 delincuentes y 5521 en 1955. A título de ejemplo de estos casos recordaremos aquí el siguiente, recogido por Muriel Reed: “M. D., que habitaba cerca de Yvetot, se llevaba mal con su mujer. Cierto día Mme. M. D., que estaba encinta, se cae desde lo alto de una escalera de piedra y muere sin haber recuperado el conocimiento. Los gendarmes someten al marido a toda clase de. interrogatorios, sin hallar, pese a su sólido fundamento, nada que pruebe su intervención en el accidente. En vista de ello, se le concede la libertad. Unos meses más tarde el procurador recibe una carta de M. D. que dice : Tengo el sentimiento de informarle que fui yo el que empujó a mi mujer y que me encontrará ahorcado en el lugar llamado de La Quatre Chénes”. Esta vez el delincuente, agobiado por los remordimientos, se hizo justicia a sí mismo. No vacilamos en afirmar que un detective, en posesión de ciertos conocimientos psicológicos y partiendo del hecho probado de que el matrimonio se llevaba mal, hubiera podido descubrir el delito y lograr la identificación del delincuente. La mayoría de los funcionarios más destacados de la policía criminal de todos los países, además de considerar, con frecuencia, de abominables la novela y el cuento policial, y de aborrecer, por añadidura, a todos sus autores, desde Conan Doyle a Simenon, quizá por el torpe papel que con harta frecuencia les reservan en sus tramas, afirman que, esta literatura no aporta observaciones, procedimientos, métodos ni datos utilizables en cualquier grado en el ejercicio cotidiano de su profesión ni guardan relación alguna con el desarrollo de la pesquisa policial. En la realidad, según ellos, la investigación criminal vive y se desarrolla de muy distinta suerte. El delincuente, en la inmensa mayoría de los casos, no se cuida en modo alguno de borrar las huellas de su acción criminal para asegurarse, la impunidad; lo contrario sólo se da en las novelas y cuentos. Es justo reconocer que esta afirmación, en cuanto se mantiene con carácter de relativa, es cierta. Verdad es también que el delincuente, en el ejercicio de sus actos delictivos, no se vale con la misma frecuencia de los procedimientos necesarios para asegurarse el éxito en la ejecución de su delito y la coartada para lograr la impunidad, en los países de un alto nivel de vida y de cultura superior que en aquellos otros menos desarrollados. De aquí el que la opinión de los funcionarios de la policía criminal puedan tener distinto fundamento, según el grado de desarrollo de los países en que actúan. Contra la opinión expuesta, mantenida por la policía de investigación criminal, son numerosos los casos en los que el éxito de la pesquisa se debe al empleo impecable de los procedimientos v de los métodos seguidos por los escritores de la literatura de detección en el desarrollo de sus tramas novelescas. Millares y millares de casos podríamos traer a cuento en que no existen diferencias apreciables entre el lecho real acaecido y el creado por la brillante imaginación del escritor. El mismo misterio indescifrable, el mismo procedimiento de observación y, en suma, el mismo sorprendente resultado. Veamos, a título de ejemplo, si el caso que a continuación recordamos no responde de todo en todo a los caracteres del cuento policial. En un determinado hotel parisiense, entra y pide habitación una tarde cierto viajero portador de una maleta de mano y de un baúl de grandes dimensiones. A la macana siguiente abandona el hotel, dejando pagada y reservada la habitación por un mes. Transcurrido éste, en vista de que el pasajero no se presenta, se da cuenta a la policía, y en presencia de sus funcionarios y con las debidas autorizaciones se procede. a abrir el baúl. El baúl contenía el cuerpo de un joven con claros indicios de haber sido bárbaramente apaleado, primero, y estrangulado, después. El asesino había hecho desaparecer toda suerte de papeles, marca del traje y cuantos detalles pudieran haber servido para poder lograr la identidad de la víctima. Revisada la prensa cuidadosamente y las reclamaciones presentadas a la policía, resultaba que nadie había denunciado la desaparición de un joven durante los días de autos. Como consecuencia de un registro del traje de la víctima más minucioso aún, se descubrió, arrugado y sostenido por el dobladillo del forro de uno de los bolsillos de la americana, un pequeño trozo de papel medio roto, escrito con la disposición que a continuación se reproduce: I. T. POT 4.50 7.50 10.50 6.00 28-50 El Comisario encargado de instruir la investigación meditaba obsesionado todos los días qué significado podría tener esta nota. ¿Qué habría de común en estas cifras? ¿Qué clase de productos o de gastos se sumarían en esta cuenta? ¿Qué significarían las iniciales? Estaba convencido de que con estas cifras e iniciales se podrían descubrir los motivos del delito e identificar al delincuente, como hubiera podido estarlo el propio Sherlock Holmes. Cierto día, a fuerza de hacer combinaciones numéricas con las citadas cifras, descubre que todas ellas eran múltiplos de 0,75, y se da inmediatamente a pensar qué es lo que podría venderse a este precio. Después de revisar muchos productos se fija en los croissants, y a continuación toma la lista de los cafés y bares donde pudieran venderse, y coteja las siglas I. T. P O T con los distintos títulos que aparecen en ellas, hasta tropezar con el de Au Petit Pot, bajo el cual figuraban varios establecimientos. Inmediatamente, los agentes procedieron a visitar los distintos proveedores de cada uno de ellos, hasta ciar al fin con una panadería y pastelería de la cual había desaparecido, en efecto, un joven hacía algo más de un mes aproximadamente. Las pesquisas subsiguientes dieron a continuación con toda facilidad la identificación del delincuente y su entrega a la justicia. Otro caso de este tipo nos cabe recordar: el del asesinato de Mme. Payne en París. Una tarjeta postal fechada facilitó asimismo el descubrimiento del delincuente, cosa que en un principio parecía imposible. Mme. Payne era una señora de edad que vivía sola, modestamente, en un barrio de París. Cierto día apareció muerta en su departamento, rodeada de un charco de sangre. Como consecuencia de la inspección ocular de la policía, resultaba que la anciana había ofrecido un vaso de ron a su asesino, y éste, al servírselo, había cogido la botella por el cuello y había dejado impresas sobre él sus huellas dactilares. Ahora bien, estas huellas digitales no aparecían registradas en los archivos de la policía. Mme. Payne era viuda y no tenía parientes próximos. Se tomó declaración a todos sus vecinos sin lograr dato alguno que pudiera dar una pista para la detención del delincuente; asimismo, a sus antiguas amistades, etc. Desde un principio se pudo comprobar que el motivo del crimen había sido el robo. En las pesquisas no se olvidaron los electricistas, fontaneros, vendedores, limpiadores y demás personas que con mayor o menor frecuencia pudieran haber tenido trato con la víctima, sin lograr resultado favorable alguno. Después de haber tomado declaración a más de ciento cincuenta personas, la policía pasó a visitar a cierto conserje que de tarde en tarde solía ir a tomar el té con Mine. Payne. El anciano demostró ser enteramente ajeno al delito, pero éste tenía un hijo en provincias, empleado en la casa de cierto labrador. Sin pérdida de tiempo, la policía escribió al agricultor citado, rodándole que les informara si dicho joven se había ausentado de la localidad los días próximos al 17 de noviembre. La contestación recibida fue afirmativa había pedido permiso por tres días y había partido con dirección a París. Añadía que podía asegurar el día, porque conservaba una postal fechada que su empleado le había dirigido amablemente desde París. Los inspectores detuvieron al joven, cotejaron sus huellas dactilares con las recogidas del cuello de la botella y el asesino confesó. El descubrimiento del crimen de Graham (noviembre de 1955), en los Estados Unidas, reúne asimismo, merced a su indagación científica y al misterio que en un principio lo rodeaba, todas las características de un cuento policial. Jack Gilbert Graham conduce a su madre, la señora King, al aeropuerto de Denver para salir en el vuelo 629 con destino a Portland (Oregón) para pasar unos días con su hija. Su equipaje, al ser sometido a la báscula, marcó 37 libras de exceso sobre el límite concedido para cada viajero. Un empleado de la compañía, ante este hecho, le hizo ver que mandando por correo las 37 libras de exceso se podría ahorrar 27 dólares. Tenía tiempo para aligerar el equipaje antes de la hora marcada para la salida del avión. La señora King preguntó a su hijo: o ¿Crees que necesitaré todo lo que llevo”?. A lo que el hijo contestó: “Estoy completamente seguro». Inmediatamente después Graham se dedicó a extender las siguientes pólizas de seguro: por 18.750 $ y 43.750 $, dos por 37.500 $, otras dos por 6.250 $. La señora King las firmó todas menos una de las de 37.500, sin que se averiguara la razón. Un triste presentimiento pareció influir sobre los pasajeros, piles de ellos dieciocho suscribieron pólizas de seguro que sumaron la cifra total de 752.200 $, cifra rara vez alcanzada en aquel aeropuerto por los seguros contratados para un solo vuelo. El avión correspondiente al vuelo 629 llegó con once minutos de retraso sobre su horario oficial. La señora King se despidió de su hijo, de su nuera y del nieto de 22 meses, y corrió a subir en el aeroplano, que retrasó doce minutos más su salida en espera de un determinado viajero. A las 8,52, el aeroplano despegó y emprendió el vuelo. Los Graham se dirigieron al bar del aeropuerto a tomar algo de comer. Jack se sintió enfermo de pronto y tuvo que ir a la sala de espera, donde padeció vómitos. A su regreso parecía haberse recuperada de la indisposición sufrida. Cuando, poco después, salían del aeropuerto y marchaban ya de regreso a casa, oyeron una tremenda explosión. Más tarde, cuando al nombrar por la radio los nombres de los pasajeros que habían perecido, oyó Jack pronunciar el de su madre, se desmayó. Entraron en seguida en acción los laboratorios del F. B. l., juntamente con el equipo de investigadores de la United Air Lines, la Douglas Aircraft Company y la Civil Aeronautics Board. Había que discernir si el trágico accidente había obedecido a un fallo del motor, a un error de los mandos, a un acto de sabotaje o si se trataba de un crimen. Con este fin comenzó por llevarse a cabo una reconstrucción del aeroplano con los medios disponibles y una localización del lugar que en él ocupaba cada persona y cada objeto. Las víctimas fueron identificadas mediante la labor de. los laboratorios del F. B. I.: nueve de ellas con el concurso de sus familiares y sus efectos personales, y las otras treinta y cinco mediante las huellas dactilares recogidas a través de los diferentes puestos civiles, oficiales y mercantiles que habían desempeñado las víctimas. Respecto al aeroplano, se acotó un espacio de terreno, se trazaron en él unas líneas correspondientes al aparato, se dividió en retículas y se fueron colocando en cada una de ellas los restos conforme a su trazado. Cada pieza, situada en el rectángulo que debió haber ocupado, fue objeto de medidas, análisis y estudio detenido. La cola se conservaba intacta, tal como si hubiera sido cortada del resto del aeroplano por un cuchillo. El aeroplano quedó en cierto grado reconstruido pieza por pieza, salvo el lugar propio del número cuatro de la cámara. No hubo posibilidad de encontrar la pieza correspondiente a un agujero abierto en el lado derecho cerca de la cola. Examinado por los ingenieros el metal donde se había abierto el agujero, se supo que allí se había producido una explosión promovida por agentes muy poderosos, superiores al que hubiera podido originar una explosión normal. Los pedazos de metal procedentes de aquel trozo se habían infiltrado con tal violencia en diferentes objetos, que forzosamente tenían que haber sido fruto de un agente distinto, de una potencia de expansión superior. Cerca de aquel lugar de la aeronave, por otra parte, no había tanque de gasolina alguno que pudiera justificar la explosión. Era evidente que el accidente había sido consecuencia de un acto de sabotaje. El día 7 de noviembre el F. B. I. se puso en movimiento. En el plazo de veinticuatro horas cien agentes, repartidos entre veinte ciudades, comenzaron la investigación. Los familiares, amigos y personas con quienes las víctimas mantenían relaciones comenzaron a ser objeto inmediato de investigación. Se buscaba la posible existencia de enemigos de las víctimas o de relaciones comerciales, deudas, etc., que pudieran justificar la acción criminal descubierta. La figura de Graham comenzó rápidamente a destacarse en la sombra. La primera sospecha se derivó del hecho de que apenas si lograron encontrarse restos del equipaje de su madre, la señora King. El informe sobre su vida pasada, recogida en todos sus detalles, lo pintaban en síntesis como un delincuente juvenil, educado en un hogar deshecho, cuyos excesos fueron perdonados por una madre excesivamente indulgente. Con posterioridad, ya hombre, había cometido diversos delitos y había estado encarcelado varias veces. Graham habló de un regalo que había hecho a su madre y que lo había puesto en el equipaje para que cuando llegara a su destino recibiera una sorpresa; justificó con este argumento la retirada de varios enseres del equipaje de su madre y la colocación en él de una caja. No pudo justificar dónde había comprado el regalo. El laboratorio del F. B. I., entretanto, había descubierto que la explosión había sido originada por una carga de dinamita. No se comprendía el motivo o razón que hubiera podido inducir a Graham al asesinato de su madre. Aparecieron las pólizas de seguro; primeramente, la que la señora King no había firmado. Graham, cercado a preguntas, terminó por confesar su horrible delito. Durante diez días había estado trabajando en un taller de electricidad, pagando a razón de 1.50 $ de alquiler, en la confección de la bomba. Graham fue objeto del detenido examen de un médico, después del cual éste informó que el delincuente se hallaba en pleno dominio de sus facultades mentales, que no había sido objeto de malos tratos ni de tortura mental para forzarlo a confesar su delito. Graham dictó en taquigrafía su confesión y la firmó después con fría serenidad, no sin antes exclamar : Mi madre debe estar en el infierno, pues su viaje no me ha producido dinero alguno». Junto a estos casos cabría citar a millares aquellos que igualmente se descubren conforme a los métodos descritos y a los procedimientos expuestos por los escritores del cuento y de la novela policial. Pese al juicio que acerca de las novelas policiales mantienen los beneméritos comisarios de la investigación criminal, la novela y el cuento policial, como las fantásticas creaciones imaginarias de Julio Verne en el campo de las investigaciones científicas, han precedido a los adelantos de la técnica actual en el esclarecimiento de los cielitos y en la identificación del delincuente, y han contribuido beneficiosamente al cumplimiento de la justicia en la mayoría de los pueblos, impidiendo que muchos crímenes quedasen impunes y ayudando a crear una fuerte voluntad y un espíritu de perseverancia y ansia de perfección en la policía dignos del mayor elogio. BREVE IDEA DEL DESARROLLO HISTÓRICO Comúnmente se suele, señalar, con Locard (26), Lemonier (27), Frank Blighton (28), etc., a Voltaire como el autor de la primera narración policíaca, aludiendo al capítulo III de Zadig, si bien se acusa a Voltaire de haberse inspirado en el caballero de Mailly, autor anónimo de Le Voyage et les aventures des trois princes de Sarendip, traduit du persan (29). Veamos el argumento Cuando salieron de su Estado, entraron en los de un grande y poderoso emperador llamado Bahran. En el camino para llegar a la ciudad imperial encontraron un conductor de camellos que había perdido uno y que les preguntó si por casualidad no lo habían visto. Los jóvenes príncipes, que habían observado en el camino las huellas de un animal de esa clase, le respondieron que lo habían encontrado; y para que no dudase, el mayor de los tres hermanos le preguntó si el camello no era tuerto; el segundo, interrumpiéndole, le dijo, si no le faltaba un diente, y el más joven añadió si no era cojo. El camellero aseguró que todo eso era verdad. Pues vuestro camello es el que nos hemos encontrado, pero hace ya rato que lo hemos dejado atrás. El conductor de los camellos encantado por la noticia les dio las gracias humildemente y tomó el camino que le indicaban para buscar su camello recorrió alrededor de veinte millas sin poder hallarlo, de suerte que se dio la vuelta muy afligido. Al día siguiente encontró a los tres príncipes sentados a la sombra de un plátano en la orilla de una hermosa fuente, donde tomaban el fresco. Se dolió ante ellos de haber retrocedido tanto camino sin dar con el camello. “Y aunque me habéis dado señales ciertas - les dijo - de que lo habéis visto, no puedo evitar el pensar si no habréis querido reíros a mis expensas”. Entonces el primogénito tomó la palabra: “Vos mismo podéis juzgar, por las señales que os hemos dado, si hemos tenido deseos de burlarnos de vos ; y a fin de ahuyentar de vuestro espíritu la mala opinión que tenéis: “¿No es verdad que vuestro camello llevaba a un lado la mantequilla y a otro la miel?” , y “¿No es verdad - añadió el segundo - que sobre vuestro camello había una dama?”, y “¿Que esta dama - interrumpió el tercero - estaba encinta”. “Después de esto, “¿creéis que no os decimos la verdad?”. El camellero, al oír sus palabras, creyó de buena fe que estos príncipes le habían robado el camello, y resolvió recurrir a la justicia ; así, cuando llegaron a la ciudad 26 Dr. LOCARD, Policier de roman el de laboratoire. Lyon, 1937. Mercure de France 1925, 10-15 28 Flynn's Magazine, 1924, 9-20. 29 L'année littéraire, I, 1767. 27 imperial, les acusó de pretendido latrocinio. El juez los detuvo como ladrones y empezó el proceso. La noticia de esta captura llegó a oídos del emperador... Ordenó hacer comparecer delante de él a acusados y camellero. Los tres príncipes protestaron entonces de su inocencia y declararon que lo de haber visto el camello había sido sólo una broma. Pero entonces los detalles circunstanciales que habían dado se. volvieron contra ellos, y nadie podía creer que no habían visto el animal que tan minuciosamente habían descrito. El asunto amenazaba ya ponerse feo, cuando fue encontrado el camello. El emperador ofreció sus excusas a los tres príncipes, y en seguida deseó saber cómo habían podido dar indicios tan exactos del animal sin haberlo visto. Los príncipes le complacieron gustosos: el mayor tornó la palabra y dijo: “Yo he creído que el camello era tuerto, porque cuando íbamos por el camino por el que había pasado, observé que la hierba de un lado estaba mucho más comida que la del otro, que no había sido tocada, aunque era mejor ; esto me ha hecho creer que no tenía más que un ojo, pues si no, no hubiera jamás dejado la hierba buena para comer la mala”. El segundo interrumpió el discurso: “Señor, yo he conocido que le faltaba un diente en que he encontrado en el camino, casi a cada paso que daba, bocados de hierba mascados a medias del tamaño de, un diente de semejante animal”. “Yo - dijo el tercero - he pensado que era cojo, porque. al mirar sus pisadas he observado que era preciso que arrastrase un pie para dejar tales huellas”. El emperador quedó muy satisfecho con estas respuestas y, curioso por saber cómo habían podido adivinar las otras características del camello, les rogó se lo dijeran también, por lo que uno de los tres, para satisfacer su curiosidad, le dijo: “He advertido, señor, que el camello llevaba a un lado una carga de mantequilla y en el otro una de miel, porque en un espacio del camino el lado derecho estaba cubierto de hormigas, que buscan grasa, y sobre el lado izquierdo había multitud de moscas, que buscan miel”. El segundo dijo: “Y yo, señor, he creído que el camello llevaba una mujer, porque en un lugar donde se había arrodillado, he observado la huella de un zapato femenino al lado de la cual había un poco de agua, cuyo olor seco y agrio me ha hecho conocer era la orina también de mujer”. “Y yo - dijo el tercero - he conjeturado que esta mujer estaba encinta por las marcas de sus manos impresas sobre la tierra, pues para levantarse más cómodamente, después de haber acabado de orinar, se ha apoyado sobre sus manos para soportar mejor el peso de su cuerpo”. El emperador quedó tan contento con estas explicaciones que retuvo a los príncipes en su palacio durante varios días. Uno de los días que estos príncipes estaban sentados a la mesa y que les había servido, entre otros platos, un cuarto de cordero de la mesa del emperador y un vino exquisito, éste, que estaba en un lugar retirado, donde podía escuchar todo lo que; hablaban, oyó que mientras comían el cordero y bebían el vino, tino de los príncipes dijo: “Yo creo que la viña que ha dado este vino ha crecido sobre un sepulcro”. “Y yo - dijo el segundo creo que este cordero se ha nutrido de la leche de una perra”. “Me parece que estáis en lo cierto, pero no es una deducción tan grande como la que os voy a confiar inmediatamente... “. Sigue una historia de conspiración que no nos interesa; pero después los dos príncipes son llamados a justificar su juicio sobre el vino que han bebido y la carne que han comido, y tino dice que el vino le inspiró pensamientos fúnebres, y el otro, que el cordero tenía un gusto peculiar a la carne de perro. Mas, a su vez, Wilhelm Seele, en su documentado estudio, intitulado Voltaire Roman Zadig on la Destinée, Eine Quellen Forschung (30), demuestra que su obra no fue traducida del persa, sino del italiano, de la Peregrinaggio di tre giovanni figliouli del Re di Serendippo. Per opera di M. Cristoforo Armeno dalla Persiana nell' Italiana lingua trapportato (31), de donde se deduce que el armenio la había traducido a su vez del persa. Seele, ello no obstante, señala una fuente árabe: las Mil y Una Noches; pero Messac lo combate, toda vez que el cuento de los hijos del sultán del Yemen no se encuentra en las traducciones europeas más antiguas de las Mil y Una Noches, tomadas en su inmensa mayoría de la de Galland y sólo aparece en 1811, merced al suplemento incorporado a dicha traducción por Scott. El cuento de los hijos del Yemen corresponde, en líneas generales, al de los príncipes de Sarendip. La historia de los profetas y de los reyes, escrita en árabe por Abou Djafar Mohammed ben Djerin Al Tabari (838-923), sirvió (le base para la redacción de un resumen abreviado, escrito por Balauine, ministro de los Sasaanidas, y en ella figura una narración de los hijos de Nizar, que responde también, en líneas generales, a dicho argumento, y que pone de manifiesto el posible origen árabe de dicha narración : Cuatro jerosolimitanos que habían ido a Atenas recurrieron a la hospitalidad de un habitante de la ciudad, quien por la noche les ofreció un festín. Cuando abandonaron la mesa los condujo a cuatro lechos, de los cuales uno estaba en mal estado, y se apoyaba sobre otro. Una vez estuvieron acostados, se dijo: “Yo he oído decir que las gentes de Jerusalén son muy sagaces; voy a enterarme de lo que hablan. Y fue a esconderse en el interior de la habitación. El que estaba acostado sobre la cama mala se levantó y les dijo a sus compañeros: “Vosotros creéis que estoy acostado sobre un lecho, desengañaos, estoy acostado por tierra y suspendido por el aire”. Otro añadió: “La comida que he comido huele a perro”. “Y el vino que hemos bebidoañadió el tercero--, tenía el gusto de una tumba". Y, finalmente, el último gritó: “¿Os asombráis de todo esto? ¡Pues bien! Nuestro huésped es un bastardo”. “He aquí gritó el ateniense - una verdad y tres mentiras”. Sin embargo, nuestro ateniense hizo averiguaciones. Diremos solamente, para abreviar, que sus informaciones cerca del carnicero, panadero y de su madre le obligaron a reducir las mentiras primero a dos, luego a una y por último a cero. La explicación a cada afirmación es semejante a la de las versiones árabes. La narración parece detenerse allí, pero una o dos páginas más lejos, dice -M. León, se encuentra esto: 30 31 Leipzig, 1891. Venecia, 1557. Un ateniense que había venido a Jerusalén para aprender la sabiduría permaneció allí tres años sin alcanzar su propósito. Al cabo de este tiempo compró un esclavo tuerto y dijo: “¡Después de tres años y medio no he conseguido más que comprar un esclavo tuerto!”. El comerciante le replicó: “Pero es un hombre muy inteligente y muy clarividente”. Cuando salieron de la ciudad, el esclavo le dijo: “Apresúrate y tendremos compañía”. “¡Hay entonces quien nos precede en este camino?”. " Sí, va con ellos un camello tuerto que lleva dos niños v dos cargas, una de vino y otra de vinagre. Está a cuatro millas de nosotros y el camellero es un pagano”. “¡Por los clavos de Cristo!, ¿cómo con un solo ojo puedes ver que ese camello es también tuerto?”. "Porque no ha pastado la hierba más que de un lado del camino”. “Y ¿cómo sabes tú que lleva dos niños?”. “Porque se ha arrodillado y han marcado su huella los pies de dos pequeños”. “¿Cómo sabes que lleva otras dos cargas, una de vino Y otra de vinagre?”. “Las gotas de vino se sumergen en la tierra con el sol y las de vinagre se hacen efervescentes”. “¿Cómo sabes que el camellero es un pagano?”. “Porque ha. orinado en el camino Y un judío se aparta siempre de él”. “¿Cómo sabes que están a cuatro millas de nosotros?”. “Porque no se reconoce la pisada de un camello a más de esta distancia”. La investigación sobre el origen de esta fábula no se detiene aquí. A las pretendidas fuentes francesas, italianas, persas y árabes se une también la judía, ya que todavía, merced a los trabajos publicados por Israel Levi (32), René Basset (33) y, Sigmund Fraenkel (34), se han (lado a conocer algunas variantes de la misma fábula tomadas de la -Midrasch Yalgout en la Midrasch Ekha Rabbati (35). Aunque la escena en el Midrasch Yalgout se desarrolla en Roma, en verdad las dos versiones son sumamente parecidas. En el Talmud, el cuento es más corto, el papel de detective corre a cargo de dos prisioneros, y en vez de vino y vinagre se dan vino y aceite. Ahora bien, ¿a quién corresponde la prioridad? Todavía en la colección Alekeswara Kathra, que figura en la Makenzie Collection (36), traducida del sánscrito, figura la misma narración con pequeñas diferencias. Falta la escena de la comida, pero ésta aparece en otro fragmento de la obra india intitulada Bytal Puchizi por lo cual se supone que ambas fueron traducidas del sánscrito y que probablemente vivieron muchos años en la transmisión verbal (37). Entre las ciencias de la Antigüedad que más elementos han podido proporcionar al desarrollo de la indicación, como base para fijar el origen de la novela policíaca. figura la « fisiognomía » o caracterología fisiognómica, conocida entre los árabes por el título de Firasah y citada con frecuencia en las Mil y Una Noches: Es una obra capital para la historia de la novela policial. De ella hemos tomado la mayoría de los datos que ofrecemos en esta parte histórica. En las 698 páginas de que consta se debaten, con fría observación, erudición pasmosa Y método intachable, los problemas históricos referentes al género. era considerada como el 32 Revue des Études 188,5, 2. Ilelusizze, 1884~1885 34 Zeitschrift für vergleichende Literatur. “Neue Folge", III, 220. 35 Edición de Semburg, fol. 72 36 I, 220, p. XXII. 37 REGIS MESSAC, Le “Detective novel el l' influence de la pensée scientifique París Eléonore Champion [Lille, Desclée (le Brouwe et Cie] 1929, 4.° 33 arte de juzgar por su presencia exterior las cualidades de los animales y de, los hombres. Los textos más antiguos, sin embargo, que aluden a ella, son griegos. Así, por ejemplo, se atribuye al seudo Aristóteles el siguiente: “Los que tienen la frente pequeña tienen el espíritu remolón: así los puercos. Los que la tienen demasiado grande son (torpes) aletargados así los bueyes. Los que la tienen redonda son obtusos: así los asnos. Los que tienen la superficie frontal más extendida son, al contrario, astutos así los perros. Los que la tienen cuadrada y bien proporcionada son magnánimos : así los leones. “Los que tienen el cráneo voluminoso son inteligentes: así los perros. Los que lo tienen pequeño son estúpidos: así los asnos”. Recuérdese cómo de continuo Sherlock Holmes induce los caracteres de una persona por el tamaño de su cabeza, por su nariz, etc., y aunque consideremos sin fundamento científico muchas de sus inducciones, la moderna caracterología confirma la exactitud de algunas de ellas. No cabe poner en duda el éxito alcanzado en el terreno de las ciencias naturales, y más especialmente en el de la Paleontología, gracias al empleo del método inductivo. Basta la presencia de un hueso para que el naturalista nos describa con toda clase de pormenores los caracteres del animal, La similitud de estas palabras con otras de Sherlock Holmes, pese a las objeciones que se les pueda poner, nos demuestra la filiación y cierta congruencia. Conan Doyle y muchos otros se acercan en los procedimientos de sus personajes a los de Cuvier. Se podría alegar que Cuvier aplicaba en sus trabajos la ley de correlación orgánico, pero esta ley creada por él no tiene fundamento científico. Tomás Huxley, refiriéndose a Cuvier, nos dice Recorred de principio a fin los ocho volúmenes de su obra Recherches sur les ossements fossiles y no encontraréis otra cosa que el método de Zadig en los razonamientos, gracias a los cuales se obliga al fragmento de un esqueleto a revelar los caracteres del animal a que pertenece”. Nos hallamos, por tanto, desde los más remotos orígenes de la novela de detectives, en presencia de la ciencia y el espíritu científico. Nosotros creemos que la anécdota que ha servido de base a los relatos que hemos examinado, procede de un original griego, probablemente de una anécdota fisiognómica como la del seudo Aristóteles. Pues si consideramos los textos de Nizar y Al-Yaman como anécdotas fisiognómicas, no es nada inverosímil que no nos encontramos ante una historia oriental, sino versiones orientales de un original griego perdido. No sería tan extraño, pues en otros casos de las Mil y Una Noches se han encontrado también reminiscencias de autores griegos. Por ejemplo, en Simbad el Marino, las venturas del personaje recuerdan mucho los relatos de los viajes fabulosos de Ulises y sus compañeros. Lo mismo ocurre con las versiones judías. En la versión del Yagoult, uno de los jóvenes sutiles dice: “Nuestro maestro tiene las piernas en balanza; su madre ha debido tener relaciones culpables con un bailarín”. Es una observación fisiognómica. En la segunda anécdota de Midrasch Ekha Rabbah hay un pasaje muy semejante. Dentro del ámbito de la literatura hebrea se ha querido ver también el origen de la novela policíaca en la historia de los sacerdotes de Bel, texto incluido entre los deutero-canónicos que figuran al final del Libro de Daniel. En dicha historia se descubre la superchería realizada para hacer creer que el dios Bel, adorado en Babilonia, se comía los alimentos que se le dejaban en el templo v que devoraban los sacerdotes y sus familiares entrando subrepticiamente di noche, por un paso secreto, merced a las huellas de los pasos que los sacerdotes del engaño dejan en el pavimento, sistema que en numerosas ocasiones utilizan los escritores del género para descubrir el crimen Y a su autor. Igualmente se señala también la historia de la Casta Susana, mas ésta, como la anterior, se ha demostrado que han sido concebidas y redactadas en la época helenística e introducidas tardíamente en el Antiguo Testamento. Dice Messac, con su máxima autoridad en la materia, que “la curiosidad griega ha sentido vivamente la atracción por el misterio, y así encontramos a cada instante en este pueblo dos tendencias aparentemente contradictorias: el gusto por lo maravilloso y el gusto por la explicación racional de lo maravilloso. La segunda tendencia ha contribuido mucho al desenvolvimiento de la ciencia y de la filosofía, y la primera ha dado origen a una incomparable mitología. Pero se nos permitirá hacer la observación de que la meta de la novela de detección es satisfacer simultáneamente estas dos tendencias, excitando, primero, nuestra curiosidad por el relato de acontecimientos misteriosos, y concentrando el interés sobre un personaje encargado de disipar el misterio” (38). Añadamos que este gusto de los griegos por lo singular e inesperado ha dejado quizá más huella de lo que la concepción tradicional del ideal griego nos permitiría suponer. Hay tanta obra maestra consagrada, de la que se podrían comparar ciertas páginas, si no con las de Conan Doyle con las de Mrs. Radcliffe, y de la modalidad que se ha llamado a propósito del autor del Udolphe, el misterio explicado. Recordemos a este fin que desde el principio del Edipo Rey, por ejemplo, Edipo se encuentra en la posición de un juez de instrucción que sigue el proceso contra él mismo. T. Sheppard lo confirma cuando en sus comentarios a Sófocles dice: “Edipo toma ahora el tono de un juez que examina cuidadosamente hasta la más vanal declaración para ver si posee valor de testimonio” (39). Esta forma de desarrollar la trama es corriente en la moderna novela policíaca y en su proyección al cinema en las películas de este género. Esta situación coincide con la presentación de la obra de Maurice Landay: Le Procureur Hallers, así como con el Caro-Bibi, de Gaston Leroux. Caro-Bibi, injustamente acusado de un crimen, se escapa de presidio y se convierte en detective para descubrir al verdadero culpable. Pero para hacerlo con mayor facilidad se hace pasar por cierto marqués, terminando por descubrir que el tal marqués es el verdadero culpable. Así las cosas, resulta que todos los esfuerzos de Caro-Bibi se dirigían, sin que se dieran cuenta de ello, a su propia ruina, como en el caso de Edipo. La imitación de Sófocles, realizada en este caso por Gaston Leroux, ha sido consciente, ya que nos muestra a Caro-Bibi en uno de los capítulos asistiendo a una representación de Edipo-Rey en la comedia francesa, que le lleva, al escuchar los bramidos de Monnet-Sully, a exclamar: “¡He aquí un tipo de mi especie!”. 38 39 Obra citada J. T. SHEPPARD, The Oedipus Tyrannus of Sophocles. Cambridge, 1920. Comprobamos, por tanto, que ya en Sófocles aparece una técnica sensacionalista semejante a la empleada en las novelas de emoción. Desde otro punto de vista, y en elogio del pueblo griego, puede decirse que mezcla, indudablemente, el juego de la inteligencia al planteamiento y solución de la trama. No es tanto el desenlace lo que esperan los atenienses, toda vez que a grandes rasgos lo conocen ya, pues la fábula estaba desde antiguo difundida, sino el placer de ir viendo desarrollarse el tema en una interesante v emocionante gradación. Este placer graduado, de ir descubriendo poco a poco el misterio, es precisamente la base del género de detección. Fácilmente cabría construir una antología de anécdotas que confirman esta afirmación, Y para muestra cabe recordar el tratado de Luciano sobre Alejandro, entre otras. Aquí, como en muchos otros casos, es el propio escribano quien desempeña el papel de detective; en todos estos ejemplos de los que el Pseudoprofeta de Luciano podría ser considerado como el tipo, tenemos los modelos Y el origen de un género que se extenderá sobretodo en el siglo XVIII, y al que Mrs. Radcliffe ha unido su nombre. Este género de misterio explicado ha provisto de numerosas aportaciones a la novela de detección. Un texto muy notable para este estudio se halla en el libro IX del Tratado de Arquitectura de Vitruvio, muy notable, ya que se vale de Arquímedes, uno de los maestros más destacados de la ciencia griega, y de su proceso, para formular su ley sobre la inmersión de un cuerpo en el agua. Hieron, que disfrutaba en Siracusa del poder real y que se encontraba en una situación próspera, había determinado depositar en un santuario una corona votiva como ofrenda a los dioses inmortales. Se la dio a hacer a un patrono, por medio de un contrato, con una cierta cantidad de oro medida a peso. El artífice, el día fijado, la presentó al rey hábilmente ejecutada, y la balanza demostró que el peso era igual al del oro entregado. Sin embargo, alguien denunció que mientras se hacía la corona había sido sustraída cierta cantidad de oro y sustituida por otra semejante de plata que se había añadido a la materia prima. Hieron, indignado por la mala acción y no sabiendo cómo ni por qué medio hacer público el robo, pidió a Arquímedes que reflexionase sobre el asunto Éste, cuando ya había recibido el encargo, fue un día a los baños y observó que el agua se desalojaba en una cantidad igual al volumen de la parte de su cuerpo que se hallaba sumergida, y habiendo caído por azar en el modo de explicar este fenómeno, no pudo quedar quieto, sino que se levantó del baño y, transportado de júbilo, deambuló desnudo por la habitación, proclamando con sonora voz que había encontrado lo que buscaba. Después, corriendo, gritaba en griego: "Eureka”, y, atendiendo a su descubrimiento, fabricó dos masas de un peso exactamente igual al de la corona, una de oro y otra de plata. Hecho esto, llenó hasta el borde un gran vaso, donde sumergió la masa de plata. El agua se desbordó en volumen igual al de la masa que se había sumergido. Después retiró el bloque de plata y volvió a llenar el vaso, midiendo con sextario el agua que vertía, hasta que alcanzó de nuevo el borde. De esta manera encontró que era éste el volumen de agua que correspondía al peso dado de plata. Después de esta experiencia, sumergió de la misma manera el bloque de oro en el vaso lleno, y por igual procedimiento, al ver el agua que rechazaba, halló que era una cantidad menor, menor aún en proporción a la diferencia del volumen existente entre dos masas de oro y plata del mismo peso. Por último, habiendo llenado una vez más el vaso y sumergida en él la propia corona, descubrió que ella hacía desalojar una cantidad de agua mayor que la masa de oro del mismo peso ; y así, partiendo de la cantidad de agua suplementaria desbordada en el caso de la corona, hizo cálculos que le revelaron la cantidad de plata incorporada al oro, y así se puso en claro el latrocinio del contratista. Nos dice Messac que Frank Blighton, en el n.° 1 de Flynn's Magazine, reprodujo esta anécdota, haciendo notar su relación con la novela de detección, pero sin dar ninguna referencia, y por cierto con extrañas deformaciones inspiradas por su evidente deseo de ponerla al alcance de los lectores de bajo nivel cultural. En ella el orfebre del rey Hieron es bautizado como Hammer N. Tongs; a Arquímedes se le presenta resoplando en su hathtub, tal como si fuese todo un ciudadano norteamericano, etc. Sin caer en las exageraciones de Frank Blighton, puede decirse que Arquímedes en este relato emplea el método inductivo, como un detective moderno, una especie de detective científico. La anécdota es probablemente apócrifa, mas para nuestros fines tiene un valor evidente. La asociación de los elementos, el científico y el policiaco, no es por ello menos notable, ya sea verdadera o falsa. La ciudad es el apoyo más firme de la novela o cuento policiaco; puede afirmarse que es su indispensable escenario. Desde la más remota antigüedad desempeña este papel ; en Las Mil y Una Noches, por ejemplo, ya se dispone de este escenario. Las aglomeraciones de El Cairo y de Bagdad ofrecían un magnífico campo de experiencias para los ladrones y la comisión de toda clase de delitos, y, por tanto, requerían la presencia de la policía. Fuera de las anécdotas inspiradas en la Firasah, existen historias puramente policíacas en Las Mil y Una Noches. En los casos difíciles, los protectores del orden estaban asistidos por un cuerpo de detectives privados, hombres y mujeres, a quienes se designaba “Tauwabún” o los penitentes, porque habían abandonado, para ser policías, una profesión menos respetable. Sus aventuras hacen aún las delicias del vulgo. Pertenecen a esta categoría de cuentos las historias de Ahmed, de Dalila, de Saladino y los tres jefes de policía, etc. En resumen, el género policiaco tiene antecedentes en la más remota Antigüedad. La India, Israel, Persia, Arabia lo registran, y más especialmente el pueblo griego, adonde van a parar, al fin y al cabo, todas las referencias, debido a su carácter de cima de la civilización europea. Durante la Edad Media, el cuento policiaco no deja huellas dignas de mención. La coyuntura religiosa y las ideas filosóficas no le son propicias en su afán de deducción, y su práctica del silogismo no es época apropiada para el desarrollo del cuento de detección. El Renacimiento, con su gusto por la observación, contribuye a enseñar al hombre, a partir de la realidad y de sus más pequeños detalles, Para elevarse a la verdad. Este cambio de frente, recogido por el público, facilita la evolución, que ha de culminar en Allan Poe. Bacon, el apóstol del razonamiento inductivo, abre la marcha. Tres siglos más tarde, Rouletaville en el Misterio del cuarto amarillo habla el lenguaje del barón de Veroulamio. Para que el género policial se desarrolle, es necesario que se cree y se organice sistemáticamente la policía, v que su aplicación a la pesquisa del delincuente requiera ya el empleo de una técnica, aunque en un principio ésta sea imprecisa y balbuciente. Las trampas, las raterías, los hurtos, en los grandes centros de población, lo hacen de todo punto indispensable. A mediados de¡ siglo XVII surge la policía, en la mayoría de los países, como una fuerza disciplinada. Un género que en España es recogido por nuestro brillante Siglo de Oro como una de las más preciadas y típicas de sus manifestaciones literarias nacionales, la picaresca, aporta apreciables contribuciones a la creación de tipos y caracteres, rindiéndole variados y valiosos servicios a la novela de detección. Perseguido el delito, vigilados los delincuentes habituales, tuvieron éstos que acudir a toda clase de mafias, tretas y subterfugios para ejercer sus actividades delictivas sin posibles riesgos. El ingenio de manos de la picardía dieron a luz las artes de burlar las nuevas organizaciones encargadas de perseguirles. Famosas figuras de la delincuencia criminal de estos tiempos son objeto de notables biografías, hábilmente narradas, con el propósito de despertar el interés de las clases populares. De ellas se imprimen ediciones baratas en malos papeles, tintas pardas y tipos apretados, en tiradas numerosas. El pueblo siente, bajo su influjo, especial predilección por esta clase de lecturas y hasta cierta simpatía, contra lo que fuera de esperar, por algunos de los más condenables bribones. Cartouche y Maudrin son vivos ejemplos de este orden. Asimismo los británicos Sheppard, Dick Turpin, etc., y Wild, inmortalizado por Fielding. En este lado del canal florece toda una escuela de pickpockets bajo la dirección técnica del famoso Walton, en cuya casa los discípulos aprendían a robar en los bolsillos, llenos de campanillas, de un maniquí sin que éstas sonasen. Los Newgate Calendars tienen su origen en las publicaciones impresas en forma de hojas llamadas broadsheets, debidas a Lorrain, capellán que fue de la prisión de Newgate. Estas hojas se señalan como la forma más antigua de la novela de crímenes, y se dedicaban a difundir los procesos criminales que se seguían ante el tribunal de Londres. Algunas de ellas llevan el nombre tenebroso entre los británicos de Chronicles of Tyborn, tomado del lugar donde se realizaban las ejecuciones. Junto a estas publicaciones figuraban también, como en Francia, las biografías de los más famosos criminales: Lives of the more rernarkables criminals. En el desarrollo de este proceso hacia la creación definitiva del género policial, del cual sólo vamos encontrando elementos dispersos, surge Beaumarchais con su fantasía titulada La Gaiété de l' amateur francais, que es toda una imitación del Zadig de Voltaire, aunque sin perros, camellos ni caballos, ni el coloreado ambiente oriental. Los descubrimientos científicos y la difusión de la ciencia en el siglo XVIII dan origen a que cobre un extraordinario desarrollo el género que Messac denomina con notorio acierto “el misterio sin explicar”, al que hemos hecho va alusión, que persigue proporcionar al lector el placer del miedo, seguido de la preocupación que engendra el deseo (le averiguar su razón de ser. Autores como Schiller, Walpole y Mrs. Radcliffe, a los que se señala, juntamente con otros de la misma época, como creadores de¡ cuento policial, son más bien escritores de obras pertenecientes al género del terror y del misterio. Godwin, en su Caleb Williams, donde parece que va a dar con el género, se le escapa. Hay que confesar, ello no obstante, que en la estructura lógica del relato está en germen la obra de Poe. Balzac representa un paso más en el camino que vamos recorriendo. Desde un principio muestra gran predilección en sus obras por los héroes criminales y réprobos. Supervivencia de la novela negra, muy en boga entre los escritores pertenecientes a su generación. Así, en Argow le pirate se aproxima a las biografías de bandidos célebres; en Le vicaire des Ardenes nos ofrece todo un desfile de la máquina procesal penal con sus testigos, pruebas de convicción, etc. En su relato Maitre Cornelius, el papel de la deducción sube al primer plano de la escena. “Luis XI” es uno de los primeros detectives puesto en escena por Balzac. No tenía ideas claras sobre lo que es deducción, inducción e intuición; mas, en verdad, hay que reconocer que es uno de los primeros que sabe reunir los hilos dispersos que requiere la composición de la trama en la novela policial. Une tenebreuse affaire es quizás, entre sus obras, la que más se acerca al género que nos ocupa, si bien las pistas que sigue se acercan más al estilo de Cooper que al de Vidoc. La influencia sobre Balzac de A. Callet, P. Coignard y Vidoc son notorias: de A. Coignard, por la naturaleza de sus vidas de pícaros, aventureras, y de Vidoc, capturador de Coignard, por su actuación policíaca, llena de inmensos peligros, pues se mezclaba con los propios ladrones y criminales, haciéndose pasar por uno de ellos, a base del empleo de disfraces y de transformaciones personales. Las memorias de Vidoc, que, por cierto, no fueron escritas por él, han sido una fuente fecunda para los escritores franceses del siglo XIX, tales como Dumas, Sue, Hugo, Balzac, etc. Son numerosas las manifestaciones de este estado de espíritu, como la moda de charlatanes al estilo de Cagliostro y de teorías como el mesmerismo, que es solidario de la ciencia moderna en cuanto intenta dar explicación racional del Universo. Todas las partes del Universo están en una estrecha dependencia unas de las otras. Y, en efecto, el famoso fluido universal de Mesmer no está lejos de desempeñar un papel análogo a la atracción universal de Newton. Pero esta noción de interdependencia no es privilegio del mesmerismo: es la base no sólo de muchas ciencias, sino también de muchas seudociencias. Todos los métodos adivinatorios suponen una correspondencia entre los fenómenos observados y los que el adivino anuncia. Pero esta correspondencia que flota confusa en los siglos anteriores, toma un carácter de precisión y necesidad bajo el influjo del pensamiento científico en el siglo XVIII y después. Ya se trate de estudiar los rasgos del rostro, las protuberancias del cráneo, las líneas de la mano, todo tiene como base que hay una relación invariable entre las facultades que pretenden estudiar o descubrir y las particularidades físicas del cuerpo. Esta interdependencia estrecha entre lo material v lo espiritual ha entusiasmado a espíritus místicos y religiosos, como La Mettrie y Swedenborg. Estas mismas observaciones pueden hacerse en la quiromancia, cartomancia y muchas otras ciencias, comprendida la Christian science, que están influidas no sólo por la Física y la Astronomía, sino por las ciencias de la naturaleza. Entre todas las superestructuras de fantasía que se levantan sobre el terreno de la ciencia, la que más nos interesa es la de Lavater (1741-1801). Él se envanecía de estudiar la naturaleza del hombre, pero no pasaba de la superficie, de la fisiognomía. Estudia los rasgos y cree tener pruebas de que sus modelos, si se parecen en lo físico, se parecen también en lo moral : la famosa correlación universal. De estas doctrinas nacen sus Phisiognomischen Fragmente zür Befördorung der Menschenkenntniss und Menschenliebe, publicados, en cuatro volúmenes, de 1775 a 1778. La insuficiencia y fragilidad de los resultados de este método no nos ofrecen dudas sobre el razonamiento empleado : el inductivo. Pero la debilidad científica de las teorías fisiognómicas científicas aumentan quizá su interés desde el punto de vista literario. La “detectivenovel” y muchas otras formas literarias crecen al margen de la ciencia y atraen la atención al mismo público de Lavater y sus émulos. La ciencia de Lavater nos interesa tanto en relación con el porvenir como con el pasado. Se relaciona con los relatos antiguos de que hemos hablado como con representantes más modernos de nuestro género, comprendido en ellos Poe. La fisiognomía de Lavater no es totalmente nueva: De varietati faciei humanae discursus phisicus, de Marbitius; De conjectandis cujusque moribus et latirantibus animi afflectibus, de Scipio Claramontibus, etc. Estas antiguas historias vuelven a encontrar el favor del público gracias a Lavater. ¿La fisiognomía ha ejercido una influencia directa en la novela policial? Es difícil contestar. Lavater mismo parece considerar la fisiognomía como un medio para identificar a los criminales, no para descubrirlos. Además, muchas no lo toman en serio: ironizan sobre el asunto. Diremos sólo que la ciencia de Lavater ha contribuido a extender el uso habitual de ciertas formas lógicas y a vulgarizar el razonamiento inductivo. Por la influencia de Lavater se explican ciertas concepciones extrañas y contradicciones aparentes del autor de Séraphita y de Splendeurs el Miséres des Courtisanes. Contrariamente a lo que se podría creer, no hay una gran diferencia entre las ideas que han presidido la concepción de Louis Lambert y las que han inspirado Ferragus o Vautrin. Quizá la fisiognomía ha contribuido a hacer que viajeros y exploradores encontrasen, entre los salvajes, razonamientos seudoinductivos. Por ello, en efecto, la última vuelta, por la cual lo que Huxley llama el método de Zadig y Walpole, la Sarendipity, va a venir a insertarse en el cuadro de la Dovela policíaca, ya dispuesta desde hacía tiempo a recibirlo. En esta difícil pesquisa de los orígenes del género policial, Maslowski ( 40), escritor especializado en la materia, señala, por su parte, en Francois Gayot de Pitaval a su primer creador, con su obra titulada Canses célébres el interessantes avec les 40 MASLOWSKI, Igor. B., Le roman policier continental " Revue de criminologie et de police technique,. Ginebra, 1, 1952, XXII-XXXI. jugements qui les ont décidées, donde la mayoría de los recitales van precedidos del descubrimiento del crimen, y a continuación se hacen numerosos comentarios acerca de los procedimientos que se han seguido hasta llegar a él y, sobre la conducta observada por los jueces. policías, etc. Esta obra ejerció una influencia notable en Alemania, i cuya lengua se tradujo, acompañada, en una de sus primeras ediciones, de un prólogo escrito por Schiller. Arrastrado por su éxito, un jurista eminente, A. von F. Feverbach, publicó en 1818 los primeros volúmenes de una colección de causas célebres, que igualmente alcanzó un éxito clamoroso. Pocos años después, H. von Kleist dio a luz su famosa obra Dei, zerbrochene Krug, a la que se considera como una obra de pura detección. Ello no obstante, es a Adolfo Müllner, autor de Der Kaliber-Aus dem Papieren eines Kriminalbeamten, a quien se concede la prioridad en cualquier caso, incluso sobre el mismo Poe, a quien precede en doce años. La obra citada es realmente interesante y ofrece en verdad caracteres de obra de detección aunque no tan concretamente definidos como en Poe. En Noruega, el fundador de la literatura nacional moderna, M. C. Hansen, publicó Mordet pümaskinbygger Roolfsen, novela en donde se dan asimismo caracteres de] género policial. Durante los dos primeros decenios del siglo XIX surge en todos los países un diluvio de publicaciones bajo el título común de “Causas célebres escritas conforme a las normas y procedimientos empleados por Vidoc en sus famosas memorias”. Entre los Kriminalautoren sobresale el alemán J. H. Donatus Temme, autor de las dos colecciones tituladas Deutsche kriminalnovellen. La mayor parte de este período, por lo que a Alemania respecta, se halla recogida en la obra de F. A. Steinmann, Die Welt Verbrecher. Coinciden los autores, pese a todo lo expuesto, en reconocer a Poe como el verdadero creador del género policial. En sus obras se hallan en germen o en relieve todas las características del género, a punto de afirmar, una autora de tan reconocidos méritos y experiencia en la materia como Dorothy L. Sayers (1), que The murders in the Rue Morgue constituye por sí misma un manual completo teórico y práctico de la detección. En The Purloined Letter emplea ya el método de investigación psicológica. En Thou art the Man utiliza el procedimiento de dar la solución por el camino de la persona menos sospechosa. Entre The Gold Bug y The Mystery of Marie Roget se desarrolla todo el estilo de Poe ; de lo romántico a lo clásico, de lo sensacional a lo puramente intelectual. La novela policial en Poe no es más que un problema matemático, cuya solución conduce al descubrimiento del crimen. Dupin trabaja razonando, y su herramienta es la deducción. Si el crimen resulta ser un producto de la casualidad o la obra de un loco, carece de campo para que el detective ejerza su función ; pero si es obra de la razón, si es producto de la inteligencia del hombre, no cabe duda de que empleando la razón se deberá descubrir al criminal. -Mientras el prefecto en Poe fracasa sujetándose al empleo de las más perfectas técnicas policiales, el detective triunfa merced a que observa lo más sencillo y analiza, coteja y deduce. Como dice Del Rosal (2), “su exposición del crimen y su modo de investigar se confunde a veces con la exposición de algún catedrático de Lógica del Liceo francés”. ¡Como si no hubiera azar, como si la vida y los actos humanos se ajustaran en todo y por todo a la consecuencia y a la lógica! Mientras Poe camina de la teoría a la práctica Holmes va de la práctica a la teoría; en orden al procedimiento caminan, pues, por sendas contrarias. En el período que corre desde Poe a Doyle abunda lo sensacional, en sus formas de melodramas de misterio y terror. Brillan en él figuras corno M. P. Shiel, la Baronesa de Orczy, Le Fanu, y entre los alemanes, K. H. A. Söndermann, B. Müldener, A. Steekfuss; los noruegos H. Meltzer y B. Muus, y los portugueses Eca de Queiroz y Bamalho Ortigáo con su obra, tan conocida entre nosotros, El Misterio de la carretera de Cintra. Sobresale en este período el escritor Wilkie Collins, con su obra titulada The Moonstone, a la que Dorothy L. Sayers considera como la mejor novela de detección que se haya escrito jamás ; con ella y con Checkmate se abre la intervención de misteriosos problemas médicos y científicos en las novelas y en los cuentos policiales, que tanto interés y volumen han dado al género, y que a partir de entonces no cesa de aparecer en las tramas mejor urdidas. Con razón dice Laín Entralgo (41) que "La novela policíaca se gesta entre Baltimore, San Petersburgo y Londres desde 1845 a 1887”, aunque justo es reconocer, sin embargo, con Maslowsky, que la contribución de los alemanes no puede ignorarse en razón de su importancia. La figura más destacada en el género policial es, sin duda alguna, Arturo Conan Doyle. En 1887, la aparición de A study in Scarlet produjo una enorme sensación en el campo de la novela policial, seguida a corto intervalo, por las Aventuras de Sherlock Holmes y las Memorias. Las diferencias y semejanzas existentes entre Dupin y Holmes pueden estudiarse en las páginas preliminares de The murder in the Rue Uorgue, y las mismas en A Study in Scarlet. Su influjo en los escritores de toda Europa fue enorme. En el período que corre desde 1905 a 1915 se publicaron numerosas obras policiales de autores distinguidos y se crearon multitud de personajes que con frecuencia suplantan a sus propios creadores: Raffles, Arsenio Lupin, Philip Collin y otros muchos. Se imita a Conan Doyle en fondo y forma, aventajando la producción del cuento a la de novela. El ambiente, su coyuntura, le es harto propicia. El siglo de las luces ha cambiado el mundo. El teléfono, la luz eléctrica, la fotografía, el automóvil y los avances de la Química, la Física, la Medicina facilitan el desarrollo de tramas en un grado que jamás se había logrado. Las poblaciones urbanas alcanzan, a su vez, unas concentraciones de masas que sumen en el más completo anonimato la convivencia humana. El delito dispone de medios y escenarios como jamás pudo sospecharse; la ocultación es tan fácil como difícil la acción de la policía. Desde otro punto de vista, la criminología, el estudio de la antropología criminal, la psicología anormal y demás ciencias relacionadas con el delito, ofrecen, al amparo del positivismo reinante, un campo nuevo de alto valor para el desarrollo científico del género. esta es a grandes rasgos la coyuntura en que surge Conan Doyle. Sherlock Holmes con quien se identifica el autor, posee un saber enciclopédico, no ha seguido estudios regulares, pero se ha formado su propia cultura con un acopio de datos numerosos, con los que asombra a sus profesores. Como dice González Ruiz (42), “Sherlock Holmes- un perfil agudo y una pipa - tiene mucho más de empírico que de especulativo; las bases de su especulación se apoyan implacablemente en los sentidos corporales. 41 42 Obra citada. Obra citada. Si Holmes se quedara ciego, no podría resolver jamás un problema del que se le suministrasen los datos”. En verdad, sus fuentes de investigación son el barro de Londres, que conoce a punto de distinguir sus diferentes procedencias; las clases de tabaco, la numeración antigua y moderna de las calles, etcétera. Junto a este arte acude de vez en cuando a los recursos de los “fisiognomistas”, de donde toma datos para construir la personalidad. Hay, en fin, un recurso valiosísimo en él, manejado con arte exquisito : el misterio y a veces el miedo, ese gran promotor del interés. José Rouletabille, con sus obras, a contar de la titulada El misterio del cuarto amarillo, conduce la novela policial al terreno estrictamente intelectual. Los testimonios de la realidad, si no concuerdan con la deducción lógica, son rechazados por él. Con Poe y Conan Doyle se cierra un ciclo del género policial. Con ambos se puede conocer el delito, su género, cómo se llevó a cabo, qué pasos se dieron hasta llegar a él. Las obras están construidas al servicio del personaje principal. A partir de ellos el género policial pretende, como dice Del Rosal, comprender el porqué y el cómo se cometió el delito, instalándose en la mente de quien ha cometido la acción criminal. Robert Lutz, con su Detektivromance, la Tribunalbibliothek, y Friedrich Thieme, con su Der Oflizialverteídiger, Unter Falschen Verdacht, Die Flucht des Kassieres y varias obras más, son en Alemania los mejores representantes de Doyle y de su técnica policial literaria, presididos por Albert Goldscheider, que, bajo el seudónimo de Balduino Groller, alcanzó la máxima popularidad con sus novelas, y más especialmente con sus famosas Aventuras de Dagoberto, que forjaron su gloria. Junto a Groller, sin su sentido del humor ni su sencillez, figura Dietrich Theden, autor de A uf der Flucht und andere Geschichten, Der Zweite Busse, Das lange Wunder und andere Kriminalqeschichten. Hacia 1902 se publica la primera colección de cuentos policíacos de Karl Peter Bosner, vienés, más conocido por sus novelas de costumbres, que son las que le han proporcionado renombre; vienés era también Hugo Neumann, que cultivó asimismo el género policial juntamente con sus contemporáneos, los alemanes Moser, Tiaden y Amanda Wilcken. Florecen en estos momentos los escritores sensacionalistas inspirados en las obras de violencia, luchas y espionaje a lo Nick Carter y Nat Pikerton. En Dinamarca, el barón Palle Rosenkrantz produce más de una docena de obras de detección, que la crítica señala como modelos clásicos del género, principalmente la titulada Mordet i Vestermarie. A este nombre hay que añadir, entre los escritores daneses, a Otto Rung, a Sven Lange y a Carl Muusmann. En Noruega citaremos entre otros el Almirante Sparre, Olaf Bulle, y Jens Zetlitz Kielland. En Italia pueden citarse tres autores como los más famosos : Olivieri, Ottolengui y Capuana, pero éstos no producen en realidad obras que respondan del todo a los caracteres propios de la novela policíaca. El representante italiano más genuino del género es Emilio de Marchi, con su obra titulada II capello del prete. Entre los autores que han logrado mayor éxito universal en el género en nuestro siglo descuella Edgar Wallace, que, por excepción, entre las grandes figuras, no ha creado un personaje único de detective para su producción. Wallace es el Julio Verne, el Salgari del género policial; el que ha creado y movido mayor número de personajes Y de escenarios, pues sus obras se dan en ciudades y parajes que se extienden a todos los continentes; sus episodios se suceden en el mar y en el aire ; las tramas más distintas, variadas y geniales son temas de sus obras. La intervención de lo maravilloso alcanza su esfera más arriesgada, llegando a bordear con frecuencia los límites de la inverosimilitud, aunque sin caer resueltamente en ella. Es también Wallace un enamorado, como los románticos, de las escenas abracadabrantes, cadáveres insepultos, huellas de sangre, rumores extraños, aullidos lejanos, pasos que se escuchan, y no se ve quién los da, puertas y pasadizos secretos, y demás artificios conducentes a producir la inquietud y el miedo en el lector. Wallace utiliza también en gran escala los adelantos de la ciencia y de la técnica, y con su fértil imaginación trae a cuento empresas extraordinarias como el rapto de todo un trasatlántico, en cuya búsqueda lanza nada más ni nada menos que la escuadra inglesa. Wallace es entre los autores de la novela policial el que más éxito ha alcanzado en el cinematógrafo, por la movilidad extraordinaria de sus asuntos en escenarios y paisajes y por la riqueza de sus múltiples creaciones fantásticas. Da un paso firme también hacia el descubrimiento del delito mirando a los personajes hacia dentro ; esto es, mediante la observación psicológica. S. S. van Dine, con su creación, el policía Philo Vance, entra de lleno en la utilización de este medio para descubrir el misterio que rodea el crimen. Para González Ruiz, Philo Vance es “el tipo de este orden más acabado y completo que la novela ha regalado al cine”. En la titulada El visitante de media noche, que puede citarse como un modelo de este género, el descubrimiento del autor del crimen se realiza exclusivamente mediante la observación y estudio psicológico de los personajes que intervienen en la obra y la meditada aplicación de un reactivo adecuado para hacerlo saltar y descubrirse por sí mismo. Van Dine triunfa con su Philo Vance en numerosas obras, sujetas a la misma técnica : el estudio psicológico de los personajes. Desde El crimen de Benson, en que aparece por vez primera, a El escarabajo sagrado, Los crímenes del obispo, etc., la observación y el análisis psicológico, barajados con arte y buena lógica, sirven de base a toda su brillante y excelente producción. Los ilustres escritores americanos Frederick Dannay y Manfred B. Lee, que firman sus obras en colaboración con el seudónimo de Ellery Queen, surgen con una nueva aportación que revela la madurez plena del género y su notoria habilidad y talento en la sólida construcción de sus argumentos. Es, desgraciadamente, normal entre la inmensa pléyade de escritores mediocres de¡ cuento policial acudir a la intervención de lo sobrenatural, a lo imprevisto, a casualidades traídas por los pelos, artificios, engaños y otros recursos parecidos para descubrir el autor del delito y alcanzar el desenlace: factores que impiden al lector utilizar sus propios recursos y entretenerse en acompañar al autor en la pesquisa. Entre los que pudiéramos señalar como buenos es corriente reservar o mantener en la sombra, y sólo ir facilitando, poco a poco, aquellos hilos que han de conducir al esclarecimiento del misterio y averiguación de la verdad. Ellery Queen entrega al lector todos los recursos necesarios para deshacer la trama, todos los detalles e incidencias que han de conducir al descubrimiento del culpable, llegando inclusive a suspender el relato para encararse con el lector y desafiarle diciendo: Ya tenéis todos los elementos para descubrir el misterio: ¿Donde está el criminal? ¿Cuál es la solución? Ellery Queen teje su trama con hilos muy delgados, como con microscopio; baraja como pocos los datos, los hechos, los caracteres, las motivaciones sociales y pasionales que han intervenido y podido ejercer influencias causales. Las va desentrañando, cotejando, pesando, midiendo con método científico, en el que no se perdona dato alguno, por minucioso o marginal que parezca. Su producción tiene merecido éxito. Se destaca también como tratadista e historiador del cuento policial. Con sólo un año de diferencia había venido al mundo de la fábula el bonachón Charlie Chan, creación de Earl Derr Biggers, policía inteligente, chino, en el que brilla la paciencia y la perseverancia, virtudes natas entre los de si¡ raza, en la investigación criminal. Sus obras han pasado con frecuencia al cinematógrafo y obtenido éxitos lisonjeros. Una técnica distinta en la elección del detective para el desarrollo de la ficción novelesca policial está representada por Erle Stanley Gardner, con su detective abogado Perry Mason, aparecido por primera vez en El caso de Velvert Claws. En las obras de este autor, la profesión del detective abre una intervención más extensa a lo jurídico en los argumentos Y en el proceso seguido para lograr la identificación del delincuente. Sus obras son muy entretenidas, despiertan sumo interés, y los ambientes y personas que describe producen una cierta placidez, dentro de los caracteres propios del género. Hércules Poirot, creación de la ilustre escritora inglesa Agatha Christie, es una figura nueva y distinta de detective, cuya historia se cuenta en varios de sus libros y más especialmente en un capítulo de la novela Tragedia en tres actos. Los personajes del cuento policial dan siempre su biografía en el curso de sus aventuras, llegando a hacer sombra a sus propios creadores : el lector exige con empeño conocer su vida, sus modales, carácter, preferencias y aficiones. La biografía del autor, en cambio, no sólo parece no interesarle, sino que, como hemos dicho, se solicitan con más frecuencia las obras en librerías y bibliotecas por el nombre del detective que por el propio del autor que lo ha creado. Poirot es contrario al racionalismo, rehuye el razonamiento en tanto se apoya en una serie de silogismos, habla voluntariamente mal el inglés, adopta actitudes de ingenio y bobalicón, hasta rayar a veces en lo ridículo. Esta actitud, según él, le vale muchos triunfos. Sus investigaciones no se apoyan exclusivamente en el estudio del medio ambiente, de las circunstancias, ni en la psicología, ni en método o técnica especial determinado La realidad, en su conjunto, el estudio del hombre y de la naturaleza humana con el concurso de su feliz inteligencia, de la que se alaba a veces, son las armas con que lucha y las que le facilitan el éxito. El medio social en que Poirot se desenvuelve es muy elevado; busca la vida regalada y cómoda los viajes, el confort; detesta el ejercicio y la actividad física. El delincuente para Poirot, no responde a un tipo físico, ni a un carácter concreto, ni a efecto ejercido por un determinado medio social, ni es tampoco el producto de una psicología anormal, etc. El delincuente para Poirot puede ser algo de eso o nada de eso; de aquí el que sus procedimientos no se acomoden a un método determinado e igual en la pesquisa. Verdad es que Agatha Christie ha huido desde un principio de esta técnica, ya que al pintar un detective no lo ha hecho a la manera de Conan Doyle con Sherlock Holmes, o de Van Dine con Philo Vance; Poirot no responde física ni psicológicamente a las condiciones ni a los tipos que imaginariamente parecen corresponder al detective. Conforme a este punto de partida ha desarrollado después las actuaciones de Hércules Poirot. La defensa y la protección que con frecuencia presta a ciertos inocentes que en un principio resultan inculpados, despierta en torno a si figura profundos sentimientos de simpatía, que culminan cuando, merced a su intervención, él logra probar quién es el verdadero culpable. En nuestros días, han adquirido una mayor intervención en la novela y en el cuento policial los episodios amorosos, tocados a veces de un sensualismo más o menos pronunciado, conducidos marginalmente o bien formando parte de la intriga principal. Estas modalidades están latentes y son comunes a otras manifestaciones del arte de nuestro tiempo: el cinematógrafo, con el exceso de besuqueos, y de figuras que se desvisten, bailan y amartelan; la pintura y escultura, con sus desnudos intencionadamente incitantes; hasta en arquitectura el arco de doble centro, que evoca las curvas del bacinete humano, se emplea con harta frecuencia. Los episodios amorosos, que sólo como diversiones marginales figuraban en el género, ocupan cada vez mayor extensión y son objeto de una pintura más acabada, de más minuciosas descripciones; por esta dirección tiende el género a tomar un nuevo aspecto. Los autores que la cultivan, principalmente americanos, han ensanchado mucho su mercado en el campo femenino. Autores como Peter Cheyney dedican predilecta atención a la pintura de sus personajes masculinos, dotándolos de gran belleza, “cierto misterio” y de “ese algo que gusta a las mujeres”, en frase de ellos ; con lo que facilita a las lectoras la identificación del protagonista con aquel que a cada una les gusta, acreciendo con ello notablemente el interés por la lectura de estas novelas. Sus personajes beben y fuman sin cesar, y hasta vomitan, como en los bellos y regocijantes lienzos y tapices de Teniers, y padecen enfermedades ligeras, que reclaman, sin embargo los “mimos” y ternuras femeninas; recursos que alcanzan siempre el éxito en los corazones propensos al sentimentalismo de las lectoras. En la novela titulada Cinco perfumes y un crimen, Vallon, el protagonista, enfermo del estómago, se pasa la vida bebiendo bacardí y whiski sin cesar y... sin emborracharse. Las mujeres lo adoran y lo colman de atenciones y delicadezas. De otra parte, al presentar a las mujeres cita sus perfumes y sus trajes ; las viste y calza de distinto modo cada vez que aparecen en escena, con la minuciosidad y competencia propia del más acreditado modista. No figura en nuestra ANTOLOGÍA ningún cuento de Simenon, pese a las gestiones que hemos realizado con este fin, ya que este autor es considerado en la actualidad como uno de los escritores más representativos y de más valía en el género que nos ocupa. Ello obedece a que Simenon, que ha hecho de la novela policial franca e indiscutible obra literaria de grandes vuelos, no ha producido cuentos ni narraciones cortas que puedan ser incorporadas en este obra. De, aquí su no inclusión, pero ella no nos veda, en atención a si¡ mérito, de dedicarle unas líneas. Se cuenta que Simenon niño había oído contar, en un viejo establecimiento de baños sobre el Mosa, a un anciano de piel arrugada y manos temblorosas, historias de robos, crímenes y asesinatos. Era un viejo comisario de policía. De aquellas historias, muchas veces mal comprendidas, oídas a los ocho años, nació un día el héroe policiaco Maigret. Simenon lleva siempre consigo una placa que le han regalado en la prefectura de policía; con su número de orden y su nombre escrito en ella: Comisario Maigret. Simenon aprecia más esta placa que ninguna otra condecoración que pudiera otorgársele. El presidente Roosevelt, gran admirador de Simenon, daba a leer a sus inspectores las célebres aventuras del Comisario Maigret para que se inspiraran en sus procedimientos. En Suecia y en Dinamarca se han aprobado numerosas tesis doctorales sobre sus escritos. Los más célebres artistas cinematográficos del mundo no han vacilado y, es más, han tenido en gran estima encarnar al célebre Comisario, que, en fin, se ha salido de las páginas de sus obras para lanzarse a la vida en compañía de las figuras más excelsas creadas por la fantasía humana, tales como Pedro Crespo, Don Juan, Fausto, etcétera. Su nombradía se extiende a centenares de miles de lectores. Con si gran inventiva y su estilo rápido, limpio de afeites retóricos, es de los pocos escritores capaces de escribir una novela corta o un cuento en veinticuatro horas. Se dice que Maigret, en treinta países diferentes, ha hablado ya veintiocho idiomas. Pasan de trescientos cincuenta los títulos que lleva publicados. Simenon conoce la criminología y ha asistido a la Audiencia como cronista de Tribunales, colaborando como tal en la Gazette de Siege. De la experiencia lograda en esta profesión pasó al cultivo de lo que él llamó al principio la “semi-literatura” de la novela policial. Cuando Simenon propuso al editor Fayard la publicación de una serie de aventuras policíacas en torno a la figura de un comisario general, Fayard lo trató de loco. Simenon no se arredró, forcejeó con él, asumió la responsabilidad de una extensa campaña de propaganda, aun en el terreno económico; por primera vez aparecieron las fotografías adornando las cubiertas de los libros y se utilizaron con fines publicitarios la radio y el cinematógrafo. Por último, organizó el “Baile de la Antropometría” en honor de Maigret, que alcanzó singular resonancia e hizo de un golpe la fama del Comisario Maigret. Maigret se ha impuesto a su autor, como Sherlock Holmes a Conan Doyle. Simenon se ha visto obligado a reseñar su carácter, sus aficiones, su fisonomía, sus preferencias; a contar y describir también desde el lugar de su nacimiento hasta los más íntimos detalles familiares. El público ni siquiera ha admitido un intento de que su querido personaje se retirase. Tampoco pasa porque Maigret no haya tenido ya un hijo que continúe las actividades profesionales de su padre. Maigret se ha tornado en el mayor tirano entre las numerosas figuras creadas por la brillante fantasía de un autor. Un día Simenon cede su pluma al propio Maigret, y éste escribe en primera persona sus memorias, esclareciendo detalles y haciendo observaciones que se habían escapado a Simenon y que el público le echaba en cara en numerosas cartas recibidas. Maigret se ha impuesto de tal manera a Simenon que hasta cuando sus dos hijos más pequeños le visitan por la mañana, antes de partir para el colegio, le saludan diciendo: ¡Buenos días, Maigret! Simenon es un gran novelista. Posee una extensa cultura, profundos conocimientos psicológicos y una fantasía portentosa. A su “semi-literatura” policial ha contestado Mauriac señalándolo como uno de los más destacado, novelistas de nuestro tiempo. Ante la imposibilidad de estudiar en los prudentes límites de un prólogo la dilatada producción alcanzada por el género, optamos por ofrecer a continuación una lista cronológica resumida de las obras y de los autores que más han contribuido a su floración, éxito y desarrollo. Siglo XVII Gayot de Pitaras. Canses célébres el intéressantes avec les jugements qui les ont décidées (1738). Una de éstas fue prologada por Schiller. El primer esbozo de cuento policial de este autor aparece en Der Geislerseher (1789). Voltaire. Zadig (1748). Reconocido como el creador de los primeros rasgos del género. Siglo XVIII G. T. Wilkinson. The Newgate Calendar (1814). Francois Eugéne Vidocq. Mémoires de Vidocq (1828). Iniciador del género en Francia. Adolph Müllner. Der Kaliber (1829). Aus den Papieren eines Kriminalbeamten. Edgar Allan Poe. -IIizrders in the Rue Morgue (1841). Fundador del cuento policial. Siglo XIX Charles Dickens. Bleak House (18,52). H. Stahl. Deutsche Kriminalnovellen (1858). Joseph Pfundhiller Die Schwarze Bibliothek (1863). Fedor Dostojevski. Crimen y castigo (1866). Emilio Gaboriau. L'Affaire Lerouge (1866). Le Dossier n.° 113 (1867). Monsieur Lecoq (1869). Wilkie, Collins. The Moonstone (1867). A este autor se le considera como el padre de la novela policial inglesa. Anna Katherine Green. The Leavenworth Case (1878). Primera mujer estadounidense que cultiva el género. Constant Guéroult. L'Alfaire de la rue du Temple (1879). La Bande a Fifi Vollard (1881). A. Conan Doyle. A Study in Scarlet (1887). El mejor escritor del cuento policial dentro de su época. El que mejor supo adobar con los incentivos del misterio y el miedo el cuento policial. El que fijó mayor número de caracteres al género. Albert Goldscheider (Balduin Groller, seud.) Unter vier Augen (1890). F. du Boisbobey. La vieillesse de M. Lecoq (1892). Arthur Morrison. Martin Hewit: Investigator (1894). Mark Twain. The Tragedy of Pudd' nhead Wilson (1894). Jules Claretie. L'Accusateur (1897). E. W. Hornung. The Amateur Cracksman (1899). Por primera vez se escribe un cuento policial invertido. Siglo XX Barón Palle Rosenkrantz. Retsbetjente y Mordet i Vestermarie (1901). E. Childers. The Riddle of the Sands (1903). Una de las primeras intervenciones del espionaje como trama. G. R. Benson. Tracks in the Snow (1906). Jacques Futrelle. The Thinking Machine (1907). Mary Roberts Rinehart. The Circular Staircase (1908). Maurice Leblanc. Arséne Lupin (1907). Gentleman- Cambríoleur (1907). Gaston Leroux. Le Mystére de la Chambre Jaune (1907). Le Parfum de la Dame en Noir (1908). Balduin Groller. Detektiv Dagoberts Talen und A benteuer (1909). R. Austin Freeman. John Thorndyke's Cases (1909). Dietrich Theden. Auf der Flucht und andere Geschichten (1909). El mejor autor policial de esta época en lengua alemana. Baronesa de Orczy. The Old man in the Corner (1909). William Mac Harg y Edwin Balmer. The Achievements ol Luther Ti-ant (1910). Quizá la primera obra en que se emplea la psicología en el descubrimiento del crimen. Karl Peter Rosner. Der Herr des Todes (1910). Costumbrista. A. E. W. Mason. At the Villa Rose (1910). G. K. Chesterton. The Innocence of Father Brown (1911). Otorga al género un delicioso matiz de humor que no destruye el interés por el argumento. Sax Rohmer. The Mystery ol Dr. Fu-Manchu (1913). E. C. Bentley. Trents Last Case (1913). John Buchan. The Thirty-Nine Steps (1915). J. S. Fletcher. The Middle Temple -,IIurder (1918). A. A. Milne. The Red House ,1,Iystery (1922). Agatha Christie. The Mysterious Affair of Styles (1920). En esta obra surge en escena el después famoso Hércules Poirot, que culmina con El Asesinato de Roger Ackroyd (1926). Dorothy L. Sayers. Whose Body? (1923). Primera obra del Lord Peter Wimsey. Philip Mac Donald. The Rasp (192,1). Primera intervención del Coronel Anthony Gethryn. Edgar Wallace. The Mind oF Mr. J. G. Reeder (1925). El autor de más imaginación, el que maneja más extensiones geográficas, máquinas infernales, escenarios, etc. John Rhode. The Paddington ,Uystery (1925). Aparición del Dr. Priestley. Earl Derr Biggers. The House without a Key (1925). Se lanza al público la figura de Charlie Chan por vez primera. S. S. van Dine. The Benson Murder Case (1926). Con ella aparece la figura de Philo Vance. W. Somerset Maugham. Ashenden (1928). Ellery Queen. The Roman Hat -Mystery (1929). En ella se presenta por primera vez a Ellery Queen. Rufus King. Murder by the Clock (1929). En este título aparece el famoso teniente Valcour. Harvey J. O'Higgins. Detective Duff Unravels (1929). Con esta obra se inaugura la aplicación del psicoanálisis al género. Dashiell Hammett. The Maltease Flacon (1930). Con este título se presenta al detective Sam Spade. David Frome. The Hammersmith Murders (1930). Surge en esta obra la figura de Mr. Pinkerton. Stuart Palmer. The Penguin Pool Murder (1931). En ella se hace la presentación de Hildegarde Withers. Francis Beeding. Death Walks in Eastrepps (1931). Esta obra se considera por varios críticos como una de las mejores novelas de detección. Erle Stanley Gardner. The Case ol the Velvet Claws (1933). En ella se presenta por primera vez al abogado detective Perry Mason. Rex Stout. Fer-de-Lance (1934). En ella hace su aparición Nero Wolfe. John P. Marquand. No Hero (1935). Inicia la serie de Mr. Moto. Daphne Du -Nlaurier. Rebeca (1938). Nicholas Blake. The Best Murt Die (1938). Mabel Seeley. The listening House (1938). Ngaio Marsh. Overture to Deat (1939). Eric Ambler. A coffin for Dimitrios (1939). Raymond Chandler. The Big Sleep (1939). En este título se presenta a Philip Marlowe. George Simenon. The Patience ol Maigret (1940). Autor con el que a nuestro juicio la novela policial alcanza una de sus más altas cumbres. EL FUTURO DE LA LITERATURA POLICIAL Laín Entralgo (43) y con él otros críticos de no menor relieve consideran que la novela policial está en trance de perecer. “Los resortes que condicionan su popularidad son rigurosamente históricos, mudadizos, y no hace falta ser lince o profeta para anunciar el pronto término de su ocasional auge”. Es evidente que la novela o el cuento policial, cuando se condimentan exclusivamente con artificiosos enredos bizantinos, cansan, aburren y agotan la curiosidad y el interés del lector. Mas no creemos que, como los libros de caballería, respondan a “una moda un poco añeja ya”, que dice el ilustre escritor citado, porque el género policial no obedece a la manera de sentir y de pensar de una determinada generación ni a una coyuntura histórica determinada, que haya fenecido por circunstancial y pasajera. El género policial de mera intriga no vacilamos en reconocer que está en declive por un abuso de enredos desorbitados y situados muy al margen de la realidad. Pero, en cambio, los descubrimientos científicos y técnicos le brindan hoy nuevos horizontes, riquísimas y variadas fuentes de inspiración llenas de interés y novedad. La maraña, llena de calculados artificios más o menos teatrales y de ingenuas e inexplicables casualidades, que de consuno abastecen la mayor parte de la flora moderna del arte policial, tiene el camino abierto hacia el tedio y el hastío en un amplio sector de sus más asiduos clientes anteriores, pero ello no basta para que aquellos otros autores más cultos y estudiosos ofrezcan una nueva Era, que pudiera ser la áurea, de este género literario, sustituyendo el cuento y la novela de mero enredo policiaco por el científico. No es posible escribir en los momentos presentes una mediana novela policial como Fray Angélico pintaba sus Ángeles o Zurbarán sus Santos, encerrado en la celda, a solas con su inspiración y su talento de artista. La novela policial exige hoy un conocimiento científico de varias disciplinas, y entre ellas, de la criminología, la psiquiatría, la caracterología y las dilatadas posibilidades que brindan los análisis forenses. Todas las disciplinas consagradas al estudio de la génesis del crimen y del delincuente son de un primordial interés para el escritor, especialmente desde que Lombroso expuso sus teorías y más concretamente a contar de la publicación de la obra de Enrico Ferri titulada Teoría de la imputabilidad. La etiología del crimen, el conocimiento de las causas que han hecho surgir o han despertado la actividad criminal, se ha convertido a partir de entonces en materia de observación científica y de estudio intensivo, y con ello han dado origen a una fecunda literatura, de cuyo conocimiento no cabe prescindir. Si el criminal y el delito tienen a veces concausas bien definidas, que se apoyan en las circunstancias que rodean al hombre y en su constitución física y mental, no cabe duda de que un método atinado de la investigación criminal estriba en comprobar si se dan algunas de estas notas y 43 Obra citada caracteres en torno a una de las personas que han surgido o se mueven alrededor de un determinado hecho criminal. EL MEDIO Entre las causas a que con más frecuencia se debe el crimen, figura la inadaptación social del delincuente, es decir, la incapacidad mayor o menor del individuo para reaccionar a los estímulos del medio en que vive, en armonía con dicho medio. La sociología moderna reconoce que la inadaptación social y el comportamiento criminal obedecen a influencias mesológicas nocivas: una educación inadecuada, una falta de calor afectivo en la edad juvenil y, sobre todo, de ternura por parte de la madre, así como también los posibles traumatismos mentales y demás influencias desmoralizadoras procedentes del medio circundante. Ello no quiere decir que donde se dé este ambiente se obtenga necesariamente un criminal, pero sí cabe pensar en buena lógica que si en un grupo de personas entre las cuales figura una que ha cometido un delito, la comprobación de que existe una entre ellas en la que se dan estas circunstancias puede conducir, con muchas probabilidades de acierto, a descubrir al delincuente. De aquí que sobre esta tesis que pueda construir, con lógica perfecta y verosimilitud, la trama de una novela policial. De otra parte, la descripción de los barrios bajos, los próximos a los muelles en las ciudades marítimas, con su población de gente aventurera e indescifrable, los cabarets, los dancings las tabernas, brindan al escritor oportunidades singulares de describir todo un mundo desconocido y lleno de curiosidad para el hombre medio. El paisaje -como dice Amiel- es un estado de ánimo. El marco escénico puede ser la explicación del protagonista e imponerse a él como causación psicológica y social. Para el estudio de todo punto recomendable al escritor, de las reacciones entre la persona Y su medio, pueden citarse numerosos tratadistas : Rinburg, Inghe, Riemer, etc., que han intentado incluso medir su fuerza cuantitativa, ya que un hecho exterior no desencadena las mismas reacciones en unas personas que en otras. Creemos, por nuestra parte, que de ordinario el medio no siempre es el que crea la persona ; más bien sucede que son las personas las que buscan y se procuran el medio que mejor se acomoda a sus aficiones y carácter. Por ello, cuando el delincuente se descarga atribuyendo, con harta frecuencia, su actuación delictiva al influjo pernicioso de las malas compañías, no se debe olvidar que, en la mayoría de los casos, éstas han sido buscadas y elegidas por él mismo. Ello no obstante, se ha de tener en todo caso presente que en la realidad se dan delincuentes que han padecido la prisión por muchos años y que han vivido en ella en constante contacto con toda clase de criminales, sin que este medio ambiente haya ejercido sobre ellos la más mínima influencia perniciosa. Cabe, pues, deducir de estas observaciones que en los individuos sanos y bien conformados el influjo del medio puede hacerles variar por excepción a presencia de un fuerte estímulo, un mal grave, etc., pero sólo con carácter momentáneo o pasajero. Si perdurase, hay que pensar en la existencia de una debilidad constitucional o de una lesión más o menos grave de tipo cerebral. LA PERSONALIDAD Y EL CARÁCTER : LA TIPOLOGÍA Por ello, los tratadistas acuden, además, al estudio, por métodos clínicos de todos los componentes de la personalidad del delincuente, desde los que tienen su origen en las disposiciones normales hereditarias, existentes en dosis variables en todos los individuos, hasta los que son consecuencia de alguna lesión cerebral. Las primeras proceden de una herencia anormal que no se encuentra en el conjunto de los genes que constituyen el fondo hereditario de todos los hombres, sino que pertenecen a alguno de ellos exclusivamente, ya procedan de un ataque de naturaleza infecciosa, tóxica, traumática, o de sus análogas, sobrevenida en el curso del desenvolvimiento del organismo, a partir desde la fecundación del huevo hasta el momento actual. Ahora bien, si la inadaptación del hombre es un estado precursor del crimen, si el criminal elige el medio en que mejor cree que ha de desarrollarse, es evidente que interesa mucho al escritor conocer todos los rasgos personales del individuo que pueden favorecer ese estado de inadaptación para su creación artística. Partiendo de la conclusión de que hay a la vez enfermedades y enfermos, demencia y dementes, delitos y delincuentes, etc., y de que el hombre piensa, ama y sufre no sólo con el cerebro, sino con todos y cada uno de sus órganos, aun lo que siempre se han considerado como secundarios e inoperantes, consideramos de todo punto indispensable que el escritor del cuento policial domine el conocimiento de la moderna tipología o caracterología. No queremos con ellos sumarnos a la doctrina de Bonald (44), quien afirmaba “que el hombre es un espíritu servido de órganos”, ni a la de Cabanis, que, en sentido contrario, entendía “que el cerebro segrega el espíritu como el hígado la bilis”; nuestra postura se halla más bien junto a Carrel, cuando, con atinado símil, nos dice que lo espiritual y lo material van tan ligados en lo humano como lo están en la estatua el mármol y la forma. Esta reunión de lo material y lo espiritual participa de la mejor tradición aristotélico-cristiana y se halla en San Agustín, Santo Tomás, San Alberto Magno, Suárez, etc. Es más, la concepción unitaria y substancial psicofísica de la personalidad humana de la propia escolástica, no ha sido superada por los psicólogos modernos y constituye uno de los postulados fundamentales de la psiquiatría actual. El estudio de la personalidad ha sido magistralmente llevado a cabo por las escuelas psiquiátricas de Birbaum (45), Stern (46), Hoffmann (47), Kretschmer (48), Kronfeld (49), etc. Según Birbaum (50), la personalidad es “el conjunto de disposiciones biopsíquicas, mediante las cuales se caracteriza la especial idiosincrasia individual” y, a su vez, la biotipología, “la ciencia que estudia las causas que influyen en las relaciones entre el cuerpo y el espíritu”. Su fin es facilitar los elementos para comprender mejor a cada hombre, explicar sus actos y advertir los medios más eficaces para corregir a los anormales. Corresponde al sabio profesor de Marburgo, Kretschmer, la primacía en el estudio de las relaciones entre el genio o manera de ser psíquica y la figura o forma corporal, después de haber efectuado muchos miles de mediciones. Cervantes, 44 QUINTANO RIPOLLÉS, c. n. Obra citada. Die psychopatischen Verbrecher. Berlín, 1926 46 Differentielle Pyschologie (Leipzig, 1921) y Allgemeine Psychologie auf personalischer Grundlage (La Haya, 1935). 47 Das Problem des Charakteraufbaues. Berlín, 1926. 48 Körperbau und Charakter. Leipzig, 1921. 49 Lehrbuch der Charakter Kunde. Leipzig, 1932. 50 Obra citada. 45 anticipándose a su tiempo, no sólo justificó cuidadosamente la figura de Don Quijote en las lecturas de los libros de caballería, sino que, además, dibujó en él y en su escudero los dos biotipos, el asténico y el pícnico, con la misma propiedad con que los ha trazado siglos después Kretschmer. Partiendo de la mayor influencia de las glándulas de secreción interna o endocrinas en el carácter, la escuela de Padua, con Giovanni, Viola y Pende, nos ha dado en la actualidad otro cuadro de biotipo que reseñaremos brevemente a continuación, y, por último, los organicistas Sheldon-Stevens nos han proporcionado otro, preferido por los estudiosos norteamericanos, que también reproducimos con objeto de atraer la atención sobre el tema y subrayar el interés que puede alcanzar la caracterología en la redacción del cuento o novela policial. La tipología kretschmeriana la resume Quintano Ripollés de la siguiente forma: a) BIOTIPO LEPSOTÓMICO (o asténico en su extremismo). Afinidad con los temperamentos esquizotímicos y, por ende, propensión a las psicosis esquizofrénicas (dementia precox). Características somáticas: Corporiedad estrecha y alargada, con tendencia a la escualidez, a lo Greco Y Don Quijote. Manos huesudas, piel pálida y pobre en grasa. Rostro ovoide, de eje corto. Perfil aguileño, de pájaro (Vogelgesichl). Occipucio redondeado. Propensión al envejecimiento prematuro. Características psíquicas: Frialdad e insensibilidad, al menos en lo externo. Tendencias al aislamiento y al autismo egocentrista (a la introspección, en la terminología psicoanalítica). Bipolaridad entre los estados (le irritabilidad y embotamiento afectivo (proporción psicoestética). Predisposición al éxtasis y a las pasiones fanáticas, en amor, política, arte y religión. Características sociales: Aptitud para el despotismo de no importa qué tendencia (Robespierre, como Calvino y Federico el Grande), para la filosofía pura (Kant) y para el lirismo. Carácter de seriedad, pedantería y sistematismo, indiferencia por el mundo real y, gusto por el refinamiento. Caracteres psíquicos: Suelen coincidir con los del lepsotómico, pero con rasgos de mayor dureza. Pobreza de reacciones por impermeabilidad a los excitantes de toda índole. Lentitud en la comprensión y en la ejecución. Caracteres psíquicos: Suelen coincidir con los del lepsotómico, pero con rasgos de mayor dureza. Pobreza de reacciones por impermeabilidad a los excitantes de toda índole. Lentitud en la comprensión y en la ejecución. Caracteres sociales: Sociabilidad pasiva. Tranquilidad y lentitud. Cuando las reacciones tardías surgen, suelen ser torpes, pero brutales. Pobreza de fantasía y gusto por la rutina Lenguaje lacónico y vacilante. Timidez y constancia en el trabajo. Deficiencia de finura espiritual. c) BIOTIPO PÍCNICO. Afinidad con temperamentos ciclotímicos y propensión a las psicosis cicloidales y maniacodepresivas. Antípoda del lepsotómico. Caracteres somáticos: Adiposidad. Desarrollo en sentido de latitud con abundancia de abdomen, pero cierta gracilidad en las extremidades inferiores. Rostro pentagonal, amplio y blando. Frente despejada y abombada. Cráneo grande, de forma redondeada, ancho, con notable tendencia a la calvicie. Caracteres psíquicos: Reacciones de los extravertidos de Jung. Afabilidad, bonachonería y, a menudo, humorismo. Sensibles al amor y al sentimentalismo, pero con matices de materialismo y comodidad. Esto no obstante, suele darse en ellos afición a las aventuras y experiencias, principalmente para causar sensación en los demás. Inconstancia y actividad. Caracteres sociales: Muy sociables, con tendencia al charlatanismo, por lo que abundan en el biotipo los políticos oportunistas, los abogados enredadores y los comerciantes hábiles. En literatura, propenden al realismo humorista, del tipo del Mr. Pickwick, de Dickens. La tipología de Pende (51), con base de individualización endocrina, describe los tipos siguientes - sigue el autor antes citado: a) TIPO TAQUIPSÍQUICO O LONGILÍNEO (Hipertiroideo). De constitución biológica como el lepsotómico de Kretschmer, cuyo biograma se concilia con el suyo a la perfección. Psicológicamente es intuitivo, sentimental, rápido en sus decisiones y reacciones, con notoria deficiencia en los poderes de autocontrol. Dotes de cálculo lógico y matemático. En el extremo del tipo se halla el “hipersomaticotónico”, irascible e impetuoso, con tendencias catabólicas a consumir y disgregar. b) Tipo BRADIPSÍQUICO (Hipotiroideo). Constitución afín al ciclotónico kretschmeriano. Hipervegetativo y lento, apático, de humor calmoso, emotivo y optimista. Resistente y lento. En el extremo del tipo está el “parasimpaticotónico”, apocado, con falta de secreciones y tendencia anabólica a almacenamiento de energía. Sobre los datos kretschmerianos y pendianos, pero ya con referencia directa a la criminalidad, el criminalista Di Tullio (52) ha trazado el cuadro antropológico siguiente: a) TIPO ASTÉNICO (idéntico al kretschmeriano). Delincuentes fanáticos. b) Tipo HIPERTÉNICO. Hiperfunción genital y suprarrenal, con tendencia al robo violento y a la violación. e) TIPO ESPASMÓDICO. Endocrinamente hipo paratiroide. Temperamento propio de criminales rebeldes e indisciplinados. d) Tipo DISTÍMICO. Caracterizado por la inestabilidad hormónica. Tendencia a la delincuencia furtiva, de estafas y malversaciones. Por último, la tipología organicista de Sheldon-Stevens ofrece los tipos siguientes 51 Trabajos recientes sobre endocrinología y psicología criminal. Madrid, 1932. (2) II criterio clinico antropologico nella valutazione della pericolositá criminale. Roma año 1940. 52 The varieties of temperament. Nueva York, 1942 a) Tipo VISCEROTÓNICO. De cordialidad y sociabilidad, relacionable con el pícnico kretschmeriano, aunque sin sus características somáticas adiposas. b) Tipo SOMÁTICO De actividad muscular, relacionable con el atlético. e) Tipo CEREBROTÓNICO. Inhibitivos, intelectualismo con tendencia al aislamiento egoísta, equiparable al lepsotómico. “La razón de ser de estos biogramas fundamentales -dice Quintano Ripollés-, a los que pudieran añadirse diversas variedades, como el eidético de los hermanos Jaensch, el psicoanalítico de Jung, los de Peritz, Hoffmann, Siemens y tantos otros, es puramente orientador y escolástico”. Más adelante añade: “Como corolario a lo dicho, y antes de pasar adelante, conviene confesar que estas construcciones cerradas y geométricas no son demasiado aptas para captar la variedad infinita de lo humano”. La boga dominante es ésa, sin embargo, como lo fue de la frenología y la fisiognomía en otras coyunturas culturales no muy lejanas. LAS ALTERACIONES PATOLÓGICAS CEREBRALES Fuera del campo de la caracterología y de las modalidades constitucionales -dice Kinberg (53) -, todo cambio o alteración patológica del cerebro que ataque la función orgánica de la personalidad propende a nublar no sólo la actividad interior del organismo, sino también su actividad exterior. Por ello, cuando se trata de conocer el grado de culpabilidad de un delincuente, hay que tener en cuenta su estado físico y los accidentes que puedan haberlo modificado o interferido en él: las lesiones del cerebro, parálisis general, demencia senil, arterosclerosis, confusiones mentales, etc., dolencias que, apenas son conocidas, paralizan la actividad judicial y dan paso a la reclusión del enfermo en clínicas o manicomios. Sin embargo, el número de delincuentes con lesiones cerebrales graves es muy reducido, estadísticamente. El mayor volumen de éstos se da más bien entre los débiles mentales, los que padecen una inteligencia poco desarrollada en combinación con malas formaciones morfológicas, mongolismo, microcefalismo, cretinismo y otras alteraciones análogas de origen endocrino o bien hijas de influencias perniciosas sufridas por el embrión. Penrose, entre otros, atribuye estas alteraciones nerviosas a influencias físicas, por ejemplo: de los rayos X sobre el embrión; nutritivas por falta de calcio, fósforo y vitaminas B, C y D ; infecciosas, sífilis, rubéola, toxoplasmosis; sensibilización, cuando, por ejemplo, una mujer es Rh negativa y queda encinta de un feto Rh positiva; la edad de la madre, cuando queda encinta después de los 38 años, con riesgo de tener un hijo mongólico o con hidrocefalia congénita, etc. Las psicopatías, término muy discutido en la actualidad, dan origen a un buen número de delincuentes. Las definiciones que de este término ofrecen los diversos tratadistas son muy diversas, y en ellas se mezclan razones de orden moral, social, clínicas, caracterológicas, etc. Cleckley, por no citar otros muchos la define como una “persona con apariencia de bondad que depende de un super-ego deficiente, causado por un complejo de Edipo parcial”. A los de este orden se les describe 53 OLOF KINGBERG, La science et la prevention du crime. Impact science et societé, 1954, 1 : 3-26. como personas hábiles, atrayentes, de palabra fácil, incapaces de responder a los sentimientos del honor, mentirosos, deshonestos, pobres en efectividad y con ciertas anomalías sexuales. En esta extensa gama de variadas causas que contribuyen a crear la personalidad del delincuente existe una fuente riquísima de ejemplos y de matices diferentes, de donde el escritor de la novela policial puede tomar los caracteres más adecuados y las circunstancias mas propicias para la perfecta creación científica de su tipo novelesco y la justificación artística del enredo o trama. LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEL CRIMEN Y LOS LABORATORIOS POLICIALES Si desde el punto de vista de la descripción del delincuente, el escritor moderno del género policial científico viene obligado, como hemos procurado demostrar, a poseer un conocimiento adecuado de las ciencias penales, de la criminología, psicología criminal, caracterología, etc., desde el relativo a la actuación de la policía en la pesquisa del crimen y en la identificación de su autor, viene obligado también a estar bien informado de los medios científicos de que en la actualidad se dispone para descubrir el delito y hallar al delincuente, y, sobre todo, probar de una manera clara, evidente y precisa quién es el verdadero autor, sin recurrir en modo alguno al empleo de la fuerza bruta ni al tormento psíquico. Ocurre en nuestros días que así como para alcanzar la victoria en caso de guerra tienen más influencia los hombres que visten por uniforme las batas blancas y se mueven en los centros de investigación técnica y científica, que los mandos de la infantería, en la identificación del delincuente Y en el descubrimiento del delito tienen también superior importancia aquellos que silenciosamente trabajan en los laboratorios consagrados a la investigación criminal. Son los laboratorios, en verdad, los auxiliares más potentes y decisivos en la pesquisa criminal, los que alcanzan el triunfo allí donde el policía y el juez no aciertan a llegar con los recursos con que su profesión les dota. Nos dice Nott-Bower que cuando Lord Trenchard (54) tomó posesión del cargo de Comisario de la Policía Metropolitana de Londres, en 1931, comprobó que las fuerzas de policía descansaban principalmente en la asistencia que le prestaban una serie de expertos en la investigación científica de los delitos, ajenos por completo al cuerpo de policía. Convencido del valor de esta ayuda creó en 1935 el Laboratorio de Ciencia Forense, establecido primero en Hendon y trasladado poco después a Scotland Yard. A este laboratorio siguieron rápidamente seis laboratorios más para el servicio del país. Estos centros de investigación han demostrado que sólo rnediante su cooperación Ira sido posible probar la comisión de delitos que en etapas anteriores jamás hubieran podido ser descubiertos ni identificados sus autores. 54 NOTT-BOWER, En ]a introducción a The scientific investigation of crime por L. C. NICKOLLS. Londres, Butterworth sb. C.° 1956, 8.° A este estado de cosas obedece que el autor de la novela v el cuento policial tenga que documentarse y hacerse científico, para poder utilizar en el desarrollo de los argumentos de sus obras tan indispensables conocimientos. En los cursos organizados para la enseñanza (le la investigación criminal son sólo cuatro o cinco el número de las lecciones consagradas al estudio de los indicios biológicos del delito ; todas las demás tienen por objeto el estudio de las circunstancias exteriores. Cuando estos estudios fallan y, a su vez, de los factores psicológicos no se deduce la luz, el laboratorio es el único recurso inmediato. Es entonces cuando se necesita hacer, por ejemplo, el análisis microscópico de una mancha de sangre, de unos pelos, de las huellas dactilares, de una víscera (le la víctima, (le unas letras, de un pedazo (te papel, etc., y todo ello ha (le realizarse con la ayuda de una serie de aparatos y de procedimientos químicos que requieren un perfecto dominio de técnicas que pertenecen al campo de las ciencias puras y aplicadas. El hallazgo, hace unos años, de unas postales casi deshechas por la humedad en uno de los dos cadáveres descubiertos en el río Tajo, condujo, merced a la intervención del Dr. Aznar, Director de la Escuela de Medicina Legal de Madrid, que practicó su análisis físico-químico a base de una gota de sulfocianuro amónico, a descubrir en el entramado interior del papel unas direcciones correspondientes a varios pueblos de Francia. Este descubrimiento facilitó la labor realizada a continuación por la policía de investigación criminal y pudo llevarse a cabo la identificación de las víctimas y la captura y condena de unos compañeros de expedición que los habían asesinado y echado al río. Gracias al descubrimiento y análisis de unos pelos que se encontraron en las uñas de un hombre muerto, después de una breve lucha, en circunstancias extrañas, pudo descubrirse al criminal y conocer los detalles del asesinato. El pelo, una vez analizado, resultó ser de conejo teñido con anilina azul. Puesta en marcha la policía, descubrió rápidamente que un compañero de trabajo de la víctima llevaba una pelliza con cuero de piel de conejo teñido por igual procedimiento y del mismo color, que confesó, ante la prueba, ser el asesino. También cabe citar el caso de cierto mecánico que apareció muerto a martillazos en la cabeza. La policía, después de numerosas pesquisas, sólo logró hallar, para descubrir al autor del crimen, un martillo muy bien lavado. Sometido éste a estudio en el laboratorio, se hallaron en el mango unos pequeñísimos agujeritos producidos por la polilla. Con ayuda de microscopios se logró descubrir que en el fondo de los mismos había minúsculas partículas de sangre seca ; sometidas éstas al oportuno análisis, arrojaron las mismas características de la sangre de la víctima. La policía sólo tuvo después que averiguar quién era el dueño del martillo. Descubrir al criminal fue tarea sencilla. No es fácil que se repitan ya casos como el de Mc Mazel, citado por Robinson, cuyo cuerpo apareció un día acribillado a puñaladas. Su amigo íntimo Seberum, que hizo el trágico descubrimiento y se apresuró a comunicarlo a la policía, fue inmediatamente detenido. La policía no prestó atención al teatro del crimen ni a los objetos que se hallaron junto al cuerpo de la víctima, alguno de los cuales hubiera hecho diáfana luz sobre los móviles del delito v su autor. Seberum, después de ser sometido a tormento durante tres horas, se confesó autor del crimen. Pocas horas más tarde, el verdadero criminal se entregaba a la policía, impulsado por los remordimientos. Por fortuna, los laboratorios y la investigación científica del delito han desterrado los procedimientos antihumanos de la tortura y los suplicios que al correr de los tiempos venían llevando a las cárceles y a la muerte a desgraciados inocentes. Entre las conquistas logradas, el análisis de las huellas digitales ha contribuido extraordinariamente a la identificación de los delincuentes y a la prueba criminal en la comisión de los delitos. Parece cuento, por su extremado interés, la historia, llena de éxitos insospechables, del proceso seguido con las primeras aplicaciones de los servicios prestados a la justicia por este procedimiento, cuyos orígenes se remontan a ciertas prácticas realizadas desde los más remotos tiempos, y culminadas, merced a Malpighi, profesor de la Universidad de Bolonia; Herschel, funcionario inglés de Bengala; Tompson Inspector geológico en Nuevo Méjico, y más decididamente, a F. Gulton. Debemos a Sir E. R. Henry el sistema que se observa actualmente en la clasificación de huellas, operación de la mayor importancia. Merced a dicho sistema, cualquier impresión dactilar puede identificarse, entre millones de huellas, en el plazo máximo de cinco minutos. La división dedicada a este servicio intercambia sus impresiones digitales con sesenta y cinco naciones. Incorpora al archivo más de 12 000 huellas al año. Las comprobaciones que se solicitan se despachan siempre en el mismo día. Otro de los progresos más notables en materia de investigación policial se relaciona con el estudio de las armas de fuego. Desde 1926, aproximadamente, se puede afirmar que vivimos una era científica en la identificación de estas clases de armas, muy especialmente debido a los trabajos realizados por Charles Waite y a Galvin Goddard de los Estados Unidos. Como ejemplo notable de los avances logrados y por su analogía con el cuento policial moderno, nos parece oportuno recordar el siguiente caso. Un alto funcionario de la policía estadounidense se presenta a Waite, investigador y perito en armas v le hace entrega de una bala completamente deformada, extraída del cráneo de un conocido banquero víctima de asesinato. El crimen estaba rodeado del más profundo misterio, y no había otra prueba en que apoyarse para descubrir a su autor que la bala de plomo deformada. Waite, el famoso perito, se hizo cargo del pedazo de plomo y rogó al policía que volviera al día siguiente. Llegado éste, Waite le informa así: “Esta bala ha sido disparada por un arma de antigua fabricación europea del calibre 32. El cañón tiene un rayado de seis con desarrollo espiral de izquierda a derecha y paso de nueve pulgadas y media. El arma está oxidada. La bala ha sido disparada con pólvora negra. El fabricante del arma ha debido ser Nicolás Pieper, que ejercía su industria en Lieja en 1895”. El inspector asombrado le preguntó: “¿Cómo ha logrado usted deducir tales datos a presencia de una pieza de plomo tan pequeña, por añadidura deformada?”. Waite le explicó: “Mi micrómetro me reveló un diámetro de 30, y la balanza de precisión, un peso de cuatro gramos. Estas medidas las clasifican exactamente en el calibre 32. Adherida a la base, encontré algunos restos de plomo sin quemar, señal de haberse disparado con pólvora negra. La pólvora sin humo no deja jamás traza alguna sobre el proyectil. La bala, a pesar de haberse aplastado contra la bóveda craneana de la víctima, conserva la huella de seis ranuras en espiral del paso de nueve v medio y hélice a la derecha, característica propia de la pistola automática del 32. Consultados mis antecedentes, resultó que los fabricantes existentes de armas de este calibre son cinco: Colt, Savage, Infallebre, H. T. R. y Remington. La Colt no podía ser, porque tiene espiral en sentido contrario; la Savage tampoco, porque la huella es dos veces más profunda y de paso más lento; las otras tampoco, por razones parecidas. Quedó descartado el que pudiera ser, por tanto, un arma de fabricación americana. Examinadas las armas extranjeras, rápidamente desestimé las que tienen el rayado en sentido contrario, con lo que el campo de estudio quedó limitado a sólo una media docena de marcas. Examinadas éstas, única que respondía a los caracteres de la bala estudiada era la del cita Nicolas Pieper, de Lieja. Este último dato, en fin, sirvió para arrestar inmediatamente a un artista belga, sobre quien se habían acumulado otras sospechas, y que, en definitiva, resultó ser el autor del crimen. Progresos parecidos señalan los laboratorios en el análisis de los delitos cometidos mediante el empleo de los venenos, entre los cuales los más corrientes son: el arsénico, la morfina, la estricnina -el favorito de los médicos delincuentes-, el yodo, el cianuro, el ácido fénico, el veronal, el fósforo, la heroína, la cocaína y el cloroformo. Todos ellos son hoy fácilmente descubiertos merced a los adelantos experimentados por la anatomía, fisiología, química biológica, etc. En la actualidad, tan fácil es demostrar que una muerte ha sido producida por la administración de un veneno cualquiera como por un hacha, un tiro o una puñalada. La falsificación de escrituras y firmas es una de las fuentes más fecundas de delincuencia. En esta materia, los avances logrados por la técnica pueden calificarse de portentosos. Ello no obstante, las estadísticas de los Estados Unidos revelan que anualmente las falsificaciones arrojan una pérdida de cien millones de dólares; sólo Nueva York, por razón de pagos efectuados sobre documentos falsificados, más de medio millón de dólares semanales. La identificación de los papeles, filigranas y pastas papeleras ha alcanzado un grado extraordinario de perfección que cierra el paso a la impunidad. Cuando la escritura no ofrece medio para demostrar la falsedad del documento ese pequeño detalle, que ordinariamente olvida el delincuente, lo facilita el papel. El descubrimiento de la falsificación de las firmas se logra también por procedimientos técnicos muy distintos y de suma eficacia. Incluso los que alcanzan la máxima perfección, precisamente al coincidir de todo en todo con otra firma auténtica, ha servido para revelar la existencia de una falsedad y descubrir la que precisamente ha servido de modelo, ya que, como ha demostrado el Profesor Benjamín Pierce, distinguido matemático de la Universidad de Harvad, sólo se da la posibilidad de coincidir exactamente una firma con otra en novecientos treinta y un trillones de veces. Ni siquiera los argumentos morales de más peso y crédito para desestimar una prueba ofrecen valladar a tales análisis. Recordemos a tal fin el caso siguiente : Cierto joven de color, estudiante en una escuela militar de los EE. UU., que había caído en desgracia entre sus compañeros de estudios, cierto día recibió una carta anónima, en la que se le amenazaba con cortarle las orejas si no abandonaba la escuela. Desoyó la amenaza, y unas semanas después apareció con los lóbulos de las orejas cortados a ras de¡ cráneo. La policía sometió a estudio las letras de todos los alumnos de la escuela, en busca del culpable, y con gran asombro de todos se descubrió, merced a la letra, que el autor del anónimo había sido la propia víctima, el estudiante mismo, que con el fin de conquistarse las simpatías de sus compañeros concibió y llevó a fin tan desgraciada determinación. Son sorprendentes los éxitos logrados en este orden respecto a las plumas utilizadas, las tintas y demás instrumentos empleados en la escritura, así como los misterios que han esclarecido en la realidad. Misterios y hechos que guardan tan estrecha relación con el cuento policial, que a veces se leen con el mismo interés. Los análisis ópticos, el tintómetro o microscopio en color (aparato que permite medir con exactitud el índice de coloración), la fotografía, los rayos ultravioletas o luz negra, los vapores de sulfato de amoníaco, etc., superan hoy en el análisis de la escritura la creación más aventurada de cualquier imaginación, por fantástica que parezca. La escritura a máquina, cuyo empleo impidieron los sultanes turcos en sus dominios por temor a que los enemigos del régimen la emplearan en propagar ideas sediciosas, dadas las garantías que ofrecen para la impunidad del mecanógrafo, no resisten en verdad a los datos acumulados en los laboratorios a su respecto, merced a los cuales, pueden los expertos, aun al primer golpe de vista, descubrir que el texto ha sido mecanografiado con la máquina 2 de tal o cual marca, puesta a la venta en el año 1915 y retirada en 1918, por ejemplo. En una misma serie se repite lo mismo que con la firma de una determinada persona, que, aunque los teclados de la máquina sean iguales, siempre existen pequeñas diferencias entre ellos; a veces, la cabeza de una coma o el enlace de una n bastan para identificar un ejemplar. Robinson recuerda a este respecto el caso policial siguiente: Cierto individuo presentó una reclamación a la caja de compensación de los Estados Unidos, como consecuencia de las heridas sufridas en un accidente ocurrido mientras prestaba servicio en un determinado bosque forestal. En apoyo de su declaración acompañaba un recibo del médico. La identidad descubierta entre los tipos de la máquina utilizada en la carta y en la minuta del médico sirvió para poner en claro la falsificación de la minuta y enviar al sujeto a expiar en prisiones su delito. No cabe duda de que estas técnicas científicas, aplicadas al descubrimiento del delito y del delincuente, dan temas y facilitan al escritor materia prima, de uso hoy indispensable para sus obras. Además del servicio que los avances de las ciencias físico-químicas y el desarrollo de los aparatos auxiliares de la investigación prestan al éxito de la investigación criminal, hay otra serie de disciplinas que facilitan temas al escritor de este género y le ofrecen medios insustituibles para escribir la novela policial científica a que nos venimos refiriendo. Entre estas materias figura en primer término la que estudia la falsificación de los objetos de arte, industrias artísticas, dibujos, porcelanas, etc., que ha dado origen al estudio y descubrimiento de una serie interesantísima de técnicas que garantizan el éxito. La falsificación de los objetos de arte dispone hoy, además, de una rica bibliografía en todos los idiomas, así como el arte de la restauración, que, a su vez, es en gran medida también arte de falsificar. En las obras consagradas a este arte y en las técnicas dedicadas al estudio de las falsificaciones, tiene el escritor de la novela policial una cantera riquísima donde inspirarse para forjar el enredo que el detective ha de desenredar después con ayuda de la técnica apropiada. La obra de L. C. Nickolls, Director del Laboratorio forense de New Scotland Yard, titulada The scientific investigation of crimen, es un instrumento de trabajo de primer orden para el novelista policial, cuya lectura no vacilamos en recomendar por su interés y valor científico. A este orden pertenece también la publicada por el ilustre profesor de la Universidad de Maguncia Dr. T. Wurtember, titulada Der kampfgegen das Kunstfaschertum in der deutscher und schwerischen Strafrechtsplege, cuyo origen es el aumento creciente de la estafa y de las falsificaciones en materia artística y la lucha de la policía y de la justicia en Alemania y Suiza en su persecución. Además de la parte consagrada al estudio de la caracterología del falsificador y de la falsificación a la luz de la criminología, en su tercer capítulo analiza las actividades y actuaciones del criminalista en el descubrimiento de la falsificación de las obras de arte, que se considera como una actividad científica de carácter criminal. En este capítulo estudia, además, la pureza de la falsificación, la forma de observarla, la crítica del estilo, la copia y el contenido de la obra artística, la investigación de la configuración manual de la obra de arte y los diversos métodos de investigación al servicio de la pesquisa policial, tales como el procedimiento de la prueba de la aguja, el del alcohol, la dactiloscopia, la microscopia, la microfotografía, la pinacoscopia, la aplicación de los rayos infrarrojos, los propios de la investigación óptica, la radiografía, la luz ultravioleta, utilizando las diferentes clases de lámparas, entre éstas las de cuarzo, la del vapor de mercurio o de luz negra y el espectroanálisis. Esta somera relación da idea de la riqueza de materiales científicos que se ofrecen hoy al escritor del género policial para planear su trama o argumento sobre un tejido científico, lleno de revelaciones, verosímil en todo caso, sólido sostén de la atención continuada y de creciente motivo de interés para el lector cultivado. LA ORGANIZACIÓN POLICIAL Por último, el escritor del género policial, por el justo prestigio de que se ha rodeado la policía londinense centralizada en Scotland Yard, que le lleva a utilizar con suma frecuencia la intervención de sus agentes en la redacción de sus obras y los servicios de dicha institución, está también obligado, para “no pintar como querer”, a conocer, aunque sólo sea esquemáticamente, la organización y la forma de actuar de dicha policía, así como también la americana, conocida por las iniciales F. B. l., no menos científica y admirable. Scotland Yard (55). En la actualidad, el área de la policía metropolitana se extiende por unas quince millas en torno a Charing Cross, distribuidas en once centrales o divisiones pequeñas, otras once mayores, y la división del Támesis o de la policía embarcada. De conformidad con la importancia de cada división, el Superintendente dispone de tres o cuatro jefes de subdivisiones a sus órdenes. Cada uno de los cuatro distritos en que las veintitrés divisiones se agrupan está controlado a su vez por un comandante y un diputado comandante. El centro de esta estructura se halla en la División A, que reside en Scotland Yard. En Scotland Yard se hallan los departamentos siguientes -. A) de Administración, B) de Tránsito, C) de Crimen, y D) de Organización. El cuartel general incluye además, el E) Secretaría y el F) Asuntos jurídicos. La sala de información está en estricta comunicación con todos los teléfonos públicos y por dos vías con telefonía sin hilos con el área de los autos, patrullas de 55 Para un estudio sobre la materia recomendamos el preciso estudio histórico de DOUGLAS G. BROWNE, The rise of Scotland Yard. A history of the Metropolitan Police, Londres George G. Harrap, T. Co. Ltd, 1956, 8.° motoristas, ambulancias v las lanchas de la división del Támesis. Cuatro mesas con tablero de cristal están ocupadas con los Cuatro mapas reproducidos a gran escala, correspondientes a los cuatro 'distritos policiales metropolitanos. Numerosos objetos de diferentes hechuras ,y colores se hallan distribuidos sobre el tablero, representando autos y hachas en acción, que cambian de posición continuamente, conforme a los avisos que reciben por telefonía sin hilos, o bien se mueven conforme a las instrucciones emanadas de la propia sala de información. Otro mapa, el de la Map Room, se halla instalado en la planta baja. Se trata de un mapa enorme del área londinense, a escala de sesenta pulgadas la milla, en donde figuran millares de alfileres con cabezas de colores diferentes, a veces con pequeños banderines adheridos que señalan el lugar donde se comete un delito, desde el hurto al asesinato. Los colores y las banderitas varían de acuerdo con los tipos de delitos, y en ciertas áreas, tales como las que corresponden al mayor tráfico comercial, las banderitas son tan numerosas, que llegan a simular verdaderas colmenas. Un segundo mapa vertical a escala de 25 pulgadas la milla, es quizás aún más interesante. Está por completo destinado a la creciente industria de robar automóviles. En él puede seguirse el camino elegido probablemente por los ladrones para alcanzar alguno de los lugares de la capital donde son transformados o despiezados para hacerlos desaparecer. En lo que fue en tiempos Scotland House, al otro lado del patio se hallan algunas de las oficinas del Receiver y de su equipo. Los arquitectos ocupan los pisos superiores y áticos. En el bajo están los talleres de imprenta. Parte del departamento de tránsito ocupa las habitaciones sobre Cannon Row Palace Station, cuartel general de la División A. Aunque algunos despachos de la Criminal Department Division permanecen todavía en el edificio central, en su mayor parte se ha trasladado al construido especialmente para ella antes de la guerra pasada, el New Scotland Yard, situado al Norte. En la parte superior está instalada la sección de huellas digitales, con su enorme colección del Criminal Record Office Y los estudios fotográficos, así como la sección de laboratorio. Los servicios de la biblioteca son rápidos v precisos y abarcan los datos más insospechados y sorprendentes. La policía ha sufrido recientemente cambios profundos en lo que respecta a indumentaria, pues se han cambiado los uniformes. En cuanto a personal, hay que señalar el considerable aumento del femenino, destinado a múltiples servicios, unas 1,500 mujeres en conjunto. Este incremento ha influido en las costumbres ; ahora, por ejemplo, es fácil ver circular li los ordenanzas por las galerías llevando tazas de té a los empleados, lo que presta al organismo un cierto carácter de bienestar hogareño. Facilitar las informaciones a la prensa es uno de los cargos más delicados de Scotland Yard y al frente de él se halla siempre un oficial experimentado. El considerable aumento del tránsito aéreo ha dado origen a la creación de una división nueva que se ocupa de los aeródromos v aeropuertos. También se emplea últimamente la televisión no sólo como órgano de información dentro del país, sino también con el Continente. La educación de los perros de Alsacia sigue a la orden, por la eficacia que tienen en el desempeño de ciertas investigaciones y capturas. Uno de los departamentos que más ha progresado en razón de los maravillosos avances de la técnica es el consagrado a la fotografía, donde se emplean numerosos procedimientos para descubrir falsificaciones de documentos y obras de arte, entre los que figura la aplicación de los rayos ultravioletas a infrarrojos. También se rueda películas cinematográficas con diversos fines, incluso para la enseñanza de las técnicas policiales. La reputación de Scotland Yard es universal: a ello obedece, de una parte, el que acudan a estudiar sus métodos policías de todos los paises (las enseñanzas se dan en el Metropolitan Police Detective Training School), de otra parte, el que sus oficiales marchen con frecuencia a organizarla a varias naciones, entre ellas Austria, Alemania Occidental, Grecia, -Malaya, etc El sueño dorado de Juan Vicetich, director que fue del Departamento de huellas Digitales de Buenos Aires, está en vías de realizarse : la creación de una oficina central internacional de huellas digitales de criminales. Después de la segunda guerra mundial se ha iniciado esta organización e Paris en el Boulevard de GouvionSaint-Cyr, donde se ha instalado el cuartel general y el secretariado. En ella participan todos los paises de Europa meno Rusia. En intimo contacto con esta organización se mantiene la división C. I. D. de Scotland Yard. Otro organismo asesor interesante es la Oficina de Información de la Asociación de Escritores Policíacos, existente en Inglaterra. La misión de este Departamento consiste en proporcionar a los miembros pertenecientes, a la Asociación cuantos detalles técnicos necesiten - y que solo un experto puede determinar - para sus relatos detectivescos. Por ejemplo: “Si un fusil se arroja a una charca o a un río, ¿cuanto tiempo se conservaran las huellas dactilares en condiciones de ser identificadas?”. El autor que formuló esta; pregunta recibió una rápida y completa respuesta del Superintendente Cherril, de Scotland Yard, la autoridad quizá mas destacada de hoy en todo el mundo en materia de huellas dactilares. Las consultas se dirigen a la Asociación por carta, y si se encuentran de conformidad, ésta las transmite al técnico correspondiente que puede ser o no miembro de la misma. Asi se evita una posible perdida de tiempo, ya que muchas veces las cuestiones planteadas pueden encontrarse en libros o enciclopedias que los interesados no se molestan en consultar. Al tratar de la eficacia de este organismo, afirma Robinson (56) que ha convertido en articulo de fe la imposibilidad de que los delitos queden impunes y recuerda que, gracias a ello, entre 1930 y 1940 se cerraron mas de treinta penales en Inglaterra por falta de clientela. El F. B. I. time también un historial lleno de éxitos admirables ; su historia, recientemente contada por D. Whitehead (57), escritor estadounidense, galardonado con el premio Pulitzer por sus excelentes informaciones en asuntos nacionales a internacionales, es, por su suspense y su impresionante interés, una verdadera antología de piezas literarias policiales, que solo, se distinguen de los cuentos en que son sucesos acaecidos en la realidad y no' frutos forjados por la imaginaci6n del escritor. 56 H. M. Robinson, La science contre le crime. Paris, Payot, 1941 Recomendamos para el estudio de la materia el documentado libro de Dory WHITEHEAD, The F. B. 1. stork. A rapport to the people. Nueva York, Random House Ins., afro 1956, 4.° 57 El F. B. I. se compone aproximadamente de unas 14 000 personas entre hombres y mujeres. Su carácter más distintivo es el de constituir un equipo, una organización especial en la que ni un solo caso debe su solución a una persona exclusivamente : todo se persigue, estudia y resuelve en team, por equipo. Su existencia tampoco es debida a una persona determinada, sino que es el resultado de la estrecha y entusiasta colaboración de centenares de funcionarios de ambos sexos. Sus jefes, que sostienen tradicionalmente esta afirmación, repiten una y otra vez que si el F. B. I. no debe, en efecto, su creaci6n a una sola persona, en cambio, una sola persona podría destruir su s6lida reputación. El personal del F. B. I. no tiene horas, ni día, ni noche de excepci6n para el servicio ; esta siempre alerta, dispuesto a prestar servicio allí donde se le reclame, sin que la perdida posible de la misma vida limite o detenga el inmediato cumplimiento de su deber profesional. No deja de tener importancia para el escritor del cuento policial el conocimiento al detalle de los reglamentos que rigen al F. B. I, ya que, de otra suerte, pueden atribuir a los agentes actos que les están prohibidos, reglamentos que denuncian la rigidez moral en que se mueven. Esta prohibida a los agentes la ingerencia de bebidas alcohólicas, la utilización de los coches oficiales (salvo en actos de servicio), el use de la fuerza bruta contra las personas en la investigación, dar informes ni informar de su actuación a nadie ni aun a sus propias mujeres, recibir donativos ni cualquier otra manifestación análoga de gratitud, dejar de pagar sus impuestos con puntualidad, etc. La preparación para el ingreso en el F. B. I. dura dieciocho meses. La disciplina es nervio de la preparación. El curso se divide en dos partes y comprende las materias siguientes : técnica de la investigación policial, derecho procesal y los reglamentos que fijan los deberes y atribuciones del personal del F. B. I. Junto a estas materias aprenden a defenderse, a sacar con rapidez las armas y a utilizarlas, a no tirar mientras se va corriendo (el never shoot white running es todo un lema del F. B. I.), a disparar con ambas manos y en diferentes posiciones, echado en el suelo, sentado, de rodillas, en movimiento, a tirar a imágenes móviles, a resguardarse de los disparos, a manejar, además de los puñales, el rifle del calibre treinta, a practicar la lucha jiu-jitsu, boxear, etc. Para realizar este entrenamiento se utiliza la Academia de la Marina de guerra con base en Quantico, Virginia. Para alcanzar este grado de sumo perfeccionamiento ha sido necesaria una evolución durante años. Un primer periodo que comienza en el ano 1908, en que el Presidente Teodoro Roosevelt solicitó la creación de una agencia de investigación que le prestara ayuda en su cruzada contra el land threnes y los negocios fabulosos de los Touts en el Este. En este periodo de 1908 a 1924 no se logró formar una organización que contara con una dirección y una disciplina adecuadas. Sus fracasos fueron varios, entre ellos no pudieron ser evitadas las consecuencias destructoras del espionaje, llevado a cabo por el embajador alemán Von Bernstorff, durante el periodo de la primera guerra mundial. En el se produce la terrible explosión del “Black Tom” en los muelles de New York, que destruyó el mayor arsenal de los Estados Unidos ; en la misma época se predicó la anarquía y se fundó el Partido Comunista con intentos de derribar el Gobierno por procedimientos de guerra y violencia. Anos en los que la corrupci6n hizo lamentable presa en la administración del país y llegó a traspasar las puertas de la propia ciudad de Washington, sede del Gobierno federal. El período siguiente (1924-1933) señala el logro de la organización con un alto grado de perfeccionamiento y de los servicios prácticos del F. B. I, realizados bajo la inteligente dirección de Hablan Fírke Stone, firmemente apoyado por el Presidente Hoover. El tercero, desde 1933 a 1939, señala el terrible período en que las leyes de la prohibición de bebidas alcohólicas dieron origen a la formación de bandas de gansters”, contra las que hubo que luchar duramente y con graves riesgos de vidas. En este período se hicieron conocidos del mundo los hombres trágicos de las bandas de John Dillinger, Baker-Karpis y tantos otros, que con sus crímenes, robos y asaltos llenaron de terror al Middle West. Durante este período se organizaron ampliamente las enseñanzas para el manejo de las armas, tal como los sangrientos duelos do la etapa lo exigían a diario. El cuarto come de 1939 a 1945 y se caracteriza por el desempeño de una misión nueva, acompañada de una gran responsabilidad: el Presidente Hoover hizo al F. B. I. responsable, juntamente con la Marina y el Ejército, de la defensa del país contra el espionaje. El F. B. I. pasó a ser no sólo una organización contra el crimen, sino también un servicio secreto de información o Intelligence Service. Hay que reconocer que, como consecuencia de su perfecta actuación, no se dio en esta segunda guerra mundial ni un solo caso . parecido al del “Black Tom”, ni sabotajes de trascendencia o importancia. Es más, el F. B. I. prestó por añadidura señalados servicios de importancia suma a los gobiernos de las repúblicas de América Central y del Sur contra la sutil labor del espionaje nazi. El servicio secreto, que hasta entonces había sido esporádico y temporal, quedó organizado de manera fija y atribuido al F. B. I. En el periodo de 1945 a 1956, caracterizado por la llamada guerra fría, el F. B. I. ha concentrado su labor en la lucha contra el crimen y contra el comunismo. En el F. B. I. se, alinean ingenieros, médicos, hombres de alta formación científica junto con comerciantes, artistas, marinos, farmacéuticos, deportistas, etc. Entre estos se hablan, escriben y practican treinta idiomas diferente y numerosos dialectos. Su moral se basa en el principio de que es tan importante descubrir al inocente como al criminal en la investigación policial. No vacilamos en llegar aquí en recomendar la lectura de la preciosa obra citada de Whítehead a cuantos sienten afición por las obras policiales. LA SELECCIÓN ANTOLÓGICA PRESENTE Cualquier lector medianamente aficionado a la lectura del cuento policial descubrirá la falta de algunos autores y la ausencia de ciertos cuentos que, a su juicio, no debieran haber sido omitidos ; pero, pese a nuestro deseo, no cabe en un solo volumen de limitada extensión dejar complacidos todos los gustos ni incluir una representación de todos los grandes autores. El conseguir los derechos para traducir obras de extensión tan reducida requiere trámites y da origen a expedientes y gestiones de divisas que no guardan proporción alguna con la reducida importancia a que pueden ascender los honorarios con que han de ser remunerados. A esta circunstancia obedece el que con frecuencia los agentes literarios, intermediarios en estas operaciones, se desinteresen de contestar a las camas y a los pedidos que les transmiten. Mayores dificultades ofrece todavía la contratación de aquellos cuentos que han visto la luz pública en magazines no especializados en la publicación de cuentos policiales, pues normalmente ni guardan una documentación que les permita comprobar si les corresponde o no el derecho a autorizar la traducción, ni se toman interés en procurarla. Mientras se trate de obras sin derechos y que, por tanto, han entrado en el régimen de dominio público, las dificultades son normales ; mas cuando se trata de cuentos modernos, cuya traducción requiere la previa redacción de un contrato y el pago de unos derechos en divisas, el problema, como dijimos, requiere un tiempo y plantea numerosos trámites difíciles de resolver. La selección se ha realizado, por tanto, dentro de las condiciones y reglas a que debe circunscribirse una Antología de este carácter, y en casos como el que antes indicábamos - Simenon --, con gran sentimiento, por nuestra parte. En la ordenación de los cuentos hemos procurado atender a la cronología de los autores, siempre que ello nos ha sido posible, pues en algunos casos nos ha sido muy difícil y en otros imposible encontrar los más indispensables datos biográficos. Por último, no hemos incluido en nuestra antología, salvo por excepción, los cuentos policiales escritos por los autores no consagrados a este género, y que sólo esporádicamente escribieron alguno, aunque éstos hayan alcanzado celebridad y reúnan grandes valores literarios.