Análisis jurídico descriptivo propositivo de la

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PODER JUDICIAL
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE AREQUIPA
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
ANÁLISIS JURÍDICO DESCRIPTIVO PROPOSITIVO DE LA INTERPOSICIÓN
DE
UN
PROCESO
JUDICIAL
RESTITUTORIO
COMO
CAUSAL
DE
INTERRUPCIÓN CIVIL DEL PLAZO DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA, EN
LA JURISPRUDENCIA PERUANA CORRESPONDIENTE AL PERIODO 20002014.
INTEGRANTES:
CERVANTES LÓPEZ, RENÉ SANTOS
CALLE VERA, OSCAR FRANCIS
MAMANI CAIRA, CHRISTIAN JESUS
LINARES CUADROS, JORGE LUIS
RIVERA ARCE, ALEJANDRA JACKELINE
RODRÍGUEZ TORRES, JESSICA MALENA
VILLAR MERCADO, JENNY BETSY
FERNÁNDEZ MONROY JOEL PIETER
MIRANDA GARCÍA, EDWIN ELIAS
AREQUIPA, 2014
1
ÍNDICE.
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO
CAPÍTULO II OBJETIVOS.
CAPÍTULOIII MARCO TEÓRICO
3.1. LA POSESIÓN EN SUS INICIOS
3.2. LA POSESIÓN EN EL DERECHO ROMANO
3.3. LA POSESIÓN EN EL DERECHO GERMANO
3.4. LA POSESIÓN COMO PODER DE HECHO
3.5. HACIA UN CONCEPTO DE POSESIÓN
3.6. EL CONCEPTO DE POSESIÓN EN EL CODIGO CIVIL PERUANO
3.7. NATURALEZA JURIDICA DE LA POSESIÓN: ¿HECHO O DERECHO?
3.8. TUTELA POSESORIA
3.9. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL PODER DE HECHO
3.10. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LA VOLUNTARIEDAD
3.11. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LOS SUJETOS
3.12. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL OBJETO DE LA POSESIÓN
3.13. ADQUISICION DE LA POSESIÓN 23
3.14. PRESCRIPCION ADQUISITVA 31
CAPÍTULO IV ANÁLISIS DE CASOS
CAPÍTULO V CONCLUSIONES
CAPÍTULO VI RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS
VII.
BIBLIOGRAFÍA
VIII. ANEXOS
03
06
07
07
07
08
09
11
14
15
17
18
20
22
22
51
89
91
92
93
2
INTRODUCCIÓN
Esta tesina se centra básicamente en el efecto que causa la existencia previa -a una
demanda de usucapión- de un proceso judicial en el que se cuestione la posesión, de
quien pretende la usucapión, ello en atención a que nuestra jurisprudencia ha establecido
que dicho proceso judicial, interrumpe la pacificidad de la posesión, siendo esta una de
las características que debe cumplir la posesión para así prescribir un bien.
Sin embargo, la doctrina moderna viene desarrollando una teoría, en la que cuestiona
este razonamiento alcanzado en la jurisprudencia, al establecer que la posesión pacifica,
se da más en un plano fáctico o de hecho, ante lo cual la antítesis de dicha posesión
pacifica sería la posesión violenta, siendo por tanto ésta la única forma de interrumpir la
pacificidad de la posesión.
Por tanto, al entablar un proceso judicial en el cual se cuestione o busque recuperar la
posesión, dicho proceso no interrumpe la posesión pacífica, sino interrumpe el plazo de la
prescripción adquisitiva, el mismo que se da en el plano jurídico.
En conclusión, este trabajo presentará un nuevo enfoque en cuanto a la interpretación
que debe darse a la interrupción de la prescripción y planteará un adecuado enfoque de
las consecuencias que trae la interposición de una demanda que cuestione la posesión de
quien pretende la usucapión.
3
Capítulo I JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO
1.1.
PLANTEAMIENTO TEÓRICO
1.1.1. Problema:
1.1.1.1. Enunciado:
“Análisis jurídico descriptivo propositivo de la interposición de un proceso judicial como
causal de interrupción del plazo de la prescripción adquisitiva, en la jurisprudencia
peruana correspondiente al periodo 2010-2014.”
1.2.
DESCRIPCIÓN:
1.2.1. Campo, área y línea de investigación
1.2.1.1.
Ciencia
: Jurídica
1.2.1.2.
Campo
: Derecho Privado
1.2.1.3.
Área
: Derecho Civil
1.2.1.4.
Línea
: Derechos Reales
1.2.2. Análisis de variables
1.2.2.1.1. Variable Independiente: Usucapión.
Indicadores:
a.1) Artículo 950 del Código Civil.
1.2.2.1.2. Variable Dependiente:
a.1)
1.2.3. Interrogantes básicas:
¿Qué es la prescripción adquisitiva?
¿Cuáles son los requisitos para esta figura jurídica?
¿Qué es la posesión pacifica?
4
¿Qué naturaleza tiene la posesión pacifica?
¿Cómo se demuestra la existencia de la posesión pacifica?
¿Qué significa cuestión de hecho?
¿Cuándo se interrumpe la posesión pacifica?
¿Cuándo se interrumpe el plazo de la prescripción adquisitiva?
1.2.4. Delimitación del tipo de problema
La tipología del problema a desarrollar como tesis es del tipo descriptiva – propositiva.
1.3. JUSTIFICACIÓN
1.3.1.1.
Originalidad.- El presente trabajo es original debido a que el criterio que
impera en la jurisprudencia, no ha advertido la naturaleza especial del ejercicio
de una posesión pacifica, la cual se desarrolla en una situación de hecho y, por
otro lado la interposición de una demanda que busca recuperar la posesión
respecto del mismo bien, tiene lugar en un escenario jurídico, más no fáctico;
por tanto, lo que se logra con la interposición de dicha demanda es la
interrupción del plazo prescriptorio, mas no la pacificidad de la posesión.
1.3.1.2.
Relevancia.- El trabajo a desarrollar es relevante por cuanto propone un nuevo
criterio originado en la doctrina a efecto de aplicar la misma en la
administración de justicia, respecto de los procesos en los que se alega y
cuestiona la posesión pacifica, para alcanzar la usucapión.
1.3.1.3.
Interés y motivación personal.- El interés que nos mueve es proponer una
nueva perspectiva que sustentándose en la doctrina, alcance un análisis
profundo de la naturaleza de determinadas instituciones jurídicas.
1.4.
HIPÓTESIS
5
Dado que, la posesión pacifica en los procesos de usucapión se da en un plano fáctico y
la interposición de las demandas destinadas a recuperar la posesión del bien, se da en un
plano jurídico; es probable que, la existencia de un proceso judicial que busca recuperar
la posesión del bien, no interrumpa la pacificidad de posesión, por ser una cuestión de
hecho sino el plazo de la prescriptorio, que es una cuestión de derecho.
6
Capítulo II OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL
•
Demostrar, que la posesión es una situación netamente de hecho.
•
Demostrar que la interposición de los procesos destinados a recuperar la posesión
de un bien -en el que se viene ejerciendo posesión pacifica- se circunscriben
estrictamente en el ámbito jurídico-normativo, más no fáctico.
•
Demostrar que debido a la naturaleza jurídica de la posesión pacifica, los criterios
jurisprudenciales deben modificarse, y en consecuencia la interposición de un
proceso judicial que busca recuperar la posesión de un bien, no interrumpe la
pacificidad de la posesión; si no que interrumpe el plazo prescriptorio.
2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
•
Analizar la jurisprudencia que ha venido desarrollando la teoría de que las
demandas judiciales destinadas a cuestionar la posesión, interrumpían la
pacificidad de la misma.
•
Desarrollar una nueva interpretación de que las demandas judiciales destinadas a
cuestionar la posesión, interrumpen el plazo de la prescripción adquisitiva.
•
Distinguir que la pacificidad de la posesión se desarrolla en un plano fáctico,
mientras que el cuestionamiento vía demandada judicial se realiza en un plano
jurídico, al igual que la interrupción del plazo de la prescripción adquisitiva.
7
Capítulo III MARCO TEÓRICO
PANORAMA HISTÓRICO DE LA POSESIÓN
3.1. LA POSESIÓN EN SUS INICIOS
En el mundo primitivo la posesión está constituida por las labores de apropiación (caza,
pesca y recolección de frutos), y de ocupación de tierras. Siendo un poder de hecho, la
posesión antecedió a la propiedad. 1
La ocupación y apropiación de bienes se mantuvo por la fuerza física. No existió la
propiedad privada en la sociedad primitiva.2
Hubo de transcurrir mucho tiempo para que se afirmaran las primeras manifestaciones de
la propiedad.3
3.2. LA POSESIÓN EN EL DERECHO ROMANO
En la Roma antigua, la relación (corporal y espiritual) del hombre con los bienes era
posesoria. Se exteriorizaba como un señorío de hecho. Tal vínculo se manifestaba en el
ager publicus, que eran las tierras conquistadas al enemigo, que constituyó el patrimonio
de las grandes familias.4
Durante la dominación etrusca no desaparece el señorío bajo el cual se exteriorizaba la
posesión, pero sólo se manifestaba en la faz económica.5
1
2
Ramírez Cruz, Eugenio. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Editorial Rodhas. Lima, 2007. Pág. 322.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 322.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323.
4
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323.
5
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323.
3
8
Durante las épocas clásica y republicana, fue la posesión la base de la economía agraria.
Las tierras del ager publicus fueron retenidas por la nobleza durante siglos y las
transmitieron a través de la herencia. El ager publicus desapareció bajo el imperio
Domiciano.6
A la Lex Thoria el romanista Emilio Albertario le atribuye la consecuencia de haber influido
en la transformación de la posesión en dominio.7
3.3. LA POSESIÓN EN EL DERECHO GERMANO
En la época antigua, el derecho privado alemán no reconocía al individuo la propiedad
privada, especialmente la del suelo y la tierra. El dominio privado era posible sólo sobre
los muebles, al paso que los inmuebles estaban sometidos a la propiedad común
asociacional.8
No se dio una diferenciación entre posesión y propiedad. El poseedor de un bien era
considerado propietario del mismo, y la institución representativa de la posesión fue la
gewere. Tiene gewere el que goza del señorío del bien; es el que tiene el
aprovechamiento y hace uso de su derecho de manera notoria. No todo señorío sobre el
bien constituye gewere, sino aquel que aparenta ser la cristalización de un derecho real.
Por eso el usurpador no tiene gewere. Siendo la gewere un derecho, es transmisible por
acto inter vivos y a través de la herencia (mortis causa), pues al fallecer el causante, el
poseedor se convertía en continuador de la posesión de aquel.9
El derecho germánico no distingue entre posesión jurídica y detentación: tiene también
gewere el que carece de animus dominantis.10
6
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 324.
8
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 324.
9
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 325.
10
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 325
7
9
El poseedor estaba protegido por algunas acciones defensivas por acción propia. Se
sancionaba al infractor de la posesión; el despojado mantenía una gewere ideal (aquí se
trasluce su condición de derecho), pero igualmente, existía la gewere corporal, que no era
la simple detentación, sino que tenía la apariencia jurídica del ejercicio de un derecho
sobre el bien.11
El periodo de recepción del derecho romano en Alemania va a producir un cambio
notable. La recepción trae la noción de posesión. Esta se diferencia de la germánica en la
más acusada acentuación del señorío de hecho (corpus), con la repulsa de la gewere
múltiple y de la gewere ideal. La doctrina romana, desde Savigny, exige que para que
haya posesión, además del corpus o señorío, se necesitaba el animus domini (elemento
subjetivo); de tal modo que el no propietario sólo tiene detentación.12
En el moderno derecho alemán, ha resucitado la idea germánica de posesión. Todo
señorío de hecho representa posesión de hecho. La posesión es transmisible inter vivos y
mortis causa. El BGB estatuye que la posesión es el señorío de hecho de una persona
sobre una cosa. En cuanto a los grados de posesión, esta puede ser posesión en
concepto de dueño y posesión en concepto distinto al de dueño. La gewere múltiple
reaparece en las formas de posesión mediata e inmediata, y la gewere ideal en la
posesión del heredero.13
11
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 326.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 326.
13
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 327.
12
10
3.4. LA POSESIÓN COMO PODER DE HECHO
La posesión como señorío de hecho o poder fáctico que se ejercita sobre un bien, y que
permite el goce o disfrute de él, independientemente de que se tenga un derecho real o
no, constituye el basamento de la teoría posesoria.14
Tradicionalmente se ha sostenido que el modo originario y normal de poseer un bien es a
través de la propiedad. A partir de Ihering, se entiende que la posesión es la
manifestación exterior del derecho de propiedad. Por eso merece tutela provisional que en
determinadas condiciones puede acabar en estado de derecho. Ello sucede cuando la
posesión conduce a adquirir propiedad por medio de la usucapio.15
Se estima que la posesión merece tutela no sólo porque representa una manifestación
externa del dominio, sino porque exterioriza cualquier otro derecho.16
La posesión es, como quiere Wolff, un derecho provisional sobre una cosa, a diferencia
de la propiedad y otros derechos reales que son definitivos.17
La idea moderna de la posesión consiste en que es un poder de hecho, una relación
directa e inmediata del hombre con un bien concreto, con el fin de obtener un
aprovechamiento económico. Este señorío fáctico es independiente de que se ejercite con
derecho o sin él. La posesión es el poder de hecho sobre la cosa, cuyo poder de derecho
es la propiedad; la posesión es el anverso, la otra cara de la opuesta propiedad que es el
poder fáctico y jurídico respectivamente.18
Se debe también indicar que en la doctrina nacional, se ha sostenido que la posesión de
derecho no es posesión. Así, se tiene que Avendaño sostiene que el código exige que el
14
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333.
16
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333.
17
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 334.
18
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 334.
15
11
ejercicio sea de hecho, con lo cual se quiere destacar dos cosas: basta el ejercicio fáctico;
y en segundo término, que no basta ni se requiere un ejercicio de derecho. De esto se
derivan dos consecuencias: se deja de lado cualquier alusión a la legitimidad de la
posesión para que ésta exista y se explicita que la posesión de derecho no es en rigor
posesión. Por tanto la posesión que ha sido contractual o judicialmente reconocida pero
que no existe fácticamente, no es posesión.19
3.5. HACIA UN CONCEPTO DE POSESIÓN: LA POLEMICA SAVIGNY-IHERING
Savigny concluyó que la posesión se compone de dos elementos: el corpus y el animus.
El corpus es la posibilidad física de actuar sobre la cosa, de disponer de ella y de
defenderla de cualquier acción extraña; este corpus requiere una voluntad de tener y
mantener el contacto físico. En caso de faltar la voluntariedad habrá una simple
yuxtaposición local, un contacto físico involuntario. Pero además del corpus voluntario, se
requiere la existencia del animus domini, es decir, de la intención de poseer como
propietario. Según este jurista, sólo eran poseedores el dueño, el que actúa como si fuese
dueño, el usurpador y el ladrón. En el derecho romano, se reconocían también como
poseedores al enfiteuta, al superficiario, al acreedor prendario y al precarista, ninguno de
los cuales tenia animus domini. El citado autor denominó a estos supuestos como
poseedores derivados, por cuanto el titular originario enajenaba la posesión para
determinados efectos prácticos. Las otras categorías de sujetos que tuviesen contacto
con el bien (por ejemplo, arrendatarios, usufructuarios, depositarios), eran tenedores, y no
gozaban de la protección posesoria. La cuestión definitoria entre la posesión y la tenencia
es la presencia del animus domini, salvo los casos de los poseedores derivados.20
19
Avendaño, Jorge. La Posesión en el Código Civil de 1984. En Libro Homenaje a León Barandarian; Cultural
Cuzco, Lima, 1985, Págs. 27-39.
20
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Tercera Edición, Jurista Editores, Lima,
2013. Pág. 400-401.
12
Para Savigny toda posesión se basa en la convicción de un poder ilimitado de disponer
físicamente de la cosa. Para que esta convicción se produzca, es necesaria la voluntad de
tener la cosa como propia: animus, al mismo tiempo, son necesarios los elementos
materiales constitutivos de ese poder de disponer del que el poseedor debe tener
convicción: corpus. La continuación de la posesión resulta de las mismas condiciones que
dieron lugar a su adquisición: corpore et animo; pero para esta continuación no es preciso
siempre ese poder físico inmediato que es necesario para la adquisición de la primera; es
suficiente que se pueda reproducir a voluntad. Es por eso que la posesión una vez
adquirida no se pierde por el solo alejamiento, y la relación física no es suficiente para
hacer adquirir la posesión.21
Para Savigny, el contacto físico no es necesario para adquirir la posesión, pues la simple
presencia es bastante también (no es necesario tomar la posesión corporalmente y con la
mano, sino que también se toma con la vista y con la intención). El corpus no es el poder
sobre la cosa, sino el que ésta se halla colocada bajo la potestad, o mejor dicho, bajo la
guarda directa del poseedor.22
Ihering no recusa la voluntariedad en la posesión, sino la existencia de una especial
intención de comportarse como propietario materializada en el animus domini. No basta el
contacto físico entre el sujeto y el bien, sino es necesario además el ánimo de poseer. En
caso de ausencia de este elemento subjetivo, nos encontramos en presencia de una
relación de lugar, análoga a la yuxtaposición local de la teoría de Savigny, y la que no
tiene significado jurídico alguno. Si la persona manifiesta su voluntad dirigida hacia el
bien, este toma la forma de relación fáctica exclusiva y exteriormente reconocible. La
relación posesoria se caracteriza por la posibilidad de obrar por sí mismo (aspecto
positivo) y por la exclusión de todos los demás para obrar respecto al mismo bien
21
22
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 362.
13
(aspecto negativo). El corpus y el animus están fundidos indisolublemente, uno no existe
sin el otro; la posesión es la voluntad materializada en la relación fáctica.23
Para Ihering, la distinción entre la posesión y la tenencia no puede estar en el animus
domini, que para él no existe; la frontera entre ambas figuras se delimita por obra del
ordenamiento jurídico, que en base a consideraciones prácticas o utilitarias establece si
una dominación fáctica debe ser considerada como tenencia o posesión.24
La doctrina de Savigny, se halla construida de abajo hacia arriba. En la parte inferior de la
escala se encuentra la tenencia, y de ésta se pasa a la escala superior constituida por la
posesión, siempre que se tenga el animus domini. La posesión implica la tenencia, en
cambio la tenencia no necesariamente constituye relación posesoria. La doctrina de
Ihering está elaborada de arriba hacia abajo. Lo normal es la posesión, y solo de forma
excepcional hay tenencia cuando el ordenamiento jurídico decide, por cuestiones de
política legislativa, degradar una relación posesoria y convertirla en tenencia.25
La tesis de Savigny vincula la propiedad con la posesión por el animus domini, lo cual se
manifiesta en el concepto de la posesión (ejercicio de hecho respecto al contenido de un
derecho) y en los fundamentos de la tutela posesoria. En cambio, para la tesis de Ihering
la posesión puede considerarse en alguna medida autónoma de la propiedad.26
La tesis de Savigny captó mejor la esencia de la posesión romana; en cambio Ihering,
utilizó las fuentes romanas para consagrar una teoría germánica de la posesión, inspirada
en la Gewere. La ventaja de Ihering, se encuentra en haber captado a la posesión desde
el punto de vista de su materialidad, y difuminado las diferencias entre ésta y la tenencia,
23
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 401-402.
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 403.
25
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Cit. Pág. 403.
26
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 404.
24
14
con lo cual el ordenamiento jurídico tutela un hecho material, socialmente público, y que
merece ser protegido por sí mismo.27
3.6. EL CONCEPTO DE POSESIÓN EN EL CODIGO CIVIL PERUANO
El código peruano se adhiere a la tesis objetiva de Ihering. Ya lo hacía el derogado código
en su numeral 824. Decir que el derecho patrio se adhiere a Ihering no es negar el
animus, que el jurista alemán nunca planteó. Es afirmar que toda relación fáctica es
posesión, a menos que el legislador disponga lo contrario. Siempre existirá animus; sin
éste la posesión no existe, lo que sucede es que se encuentra incorporado en el corpus.
El animus no depende de la voluntad del hombre, no está en su cabeza; previamente la
ley lo ha determinado. No es cierto, como sostienen los legisladores nacionales, que se
descarta todo elemento intencional.28
El código peruano dispone cuándo hay posesión (artículo 896 del Código Civil), de lo
contrario habrá mera tenencia; un caso lo constituye el servidor de la posesión, que es
mero tenedor (artículo 897). 29
Pero hay algunas excepciones. En la usucapión, se exige que la posesión sea a título de
dueño. Aquí se puede decir que hay un rezago de Savigny. Cuando se dice que el
poseedor es reputado propietario, mientras no se pruebe lo contrario, se afirma que todo
poseedor se conduce con animus domini; lo cual es falso; el poseedor (usuario,
usufructuario, etc.) no tiene intención de ser dueño, sólo tiene voluntad del derecho de
que es titular. Se hace necesario construir una teoría que la desligue por completo de la
propiedad: el animus posesorio no es necesariamente el animus de propiedad. 30
27
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 405-406.
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361.
29
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361.
30
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361.
28
15
No está explicitada la teoría objetiva. Es necesario fundar la posesión en una voluntad
independiente de la propiedad, pero sin caer en el animus possidendi, que es una
regresión al subjetivismo savigniano. Lo que sucede es que todo el sistema jurídico ha
sido edificado en base a la propiedad. 31
3.7. NATURALEZA JURIDICA DE LA POSESIÓN: ¿HECHO O DERECHO?
La posesión, como exclusivo poder de hecho que tiene el sujeto sobre el bien, no requiere
contar con algún derecho que lo sustente, pero ello no impide que produzca
consecuencias jurídicas.32
Savigny consideró que la posesión es un hecho, por cuanto se basa en circunstancias
materiales, aunque el producir consecuencias jurídicas le hace ser un hecho jurídico, el
cual se protege sin consideración a que exista un derecho subjetivo. En cambio, Ihering,
sostuvo que la posesión es un derecho, partiendo de que es un interés jurídicamente
protegido; sería un derecho porque reúne las características de éste (señorío de la
voluntad reconocido por la ley o como un interés protegido por ella), constituyendo una
relación tutelada por el ordenamiento jurídico, incluso en contra del propietario del bien.33
Gonzáles Barrón, considera que es erróneo tipificar la posesión como un derecho, por las
siguientes razones:
a) Si la posesión es un derecho subjetivo, ello quiere decir que un poseedor legítimo
tiene dos derechos: el primero, producto de su título posesorio, como es el caso
del derecho del arrendatario, del usufructuario o del comodatario. El segundo
derecho sería producto del solo hecho de poseer.
31
Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361.
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Segunda Edición. Jurista Editores, Lima 2005. Pág.266-267.
33
González Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 267.
32
16
b) Si la posesión es un derecho, resulta absurdo que los ordenamientos hablen de la
posesión ilegitima. Para dicha tesis, el ladrón o el usurpador serían poseedores
legítimos, por cuanto la posesión es por sí misma un derecho.
c) La sola posesión sería un curioso derecho subjetivo que sólo se mantendría
cuando el titular se encontrase en contacto con el bien; en caso contrario, se
extinguiría el derecho y se perdería la facticidad. Pero la posesión es un hecho
que nace y se extingue como tal; pero no le impide ser un hecho jurídico que
produzca consecuencias jurídicas.
d) La protección posesoria se otorga a favor de la persona que se halla en relación
fáctica con el bien, sin importar la titularidad jurídica. Es un hecho cuyo acceso al
registro inmobiliario se encuentra negado, ya que en el registro ingresan los
derechos amparados en un título. La posesión sólo aparece en el Registro como
una consecuencia del título de dominio o del derecho real que se inscribe, pero
nunca se inscribirá una posesión en el vacío, es decir, sin título, meramente fáctica
y provisional.34
En el caso del Código Civil, la posesión está dentro de la sección denominada Derechos
Reales Principales, lo que permitiría llegar a la conclusión apresurada de que, la posesión
es un derecho real. Pero se debe tener en cuenta que el artículo 896 del Código Civil
habla de la posesión como un ejercicio de hecho, sin considerarlo como un derecho.35
Esta cuestión no es meramente teórica, pues ha habido casos en los que se ha
interpuesto una acción de amparo en favor del derecho de posesión; pero se ha dicho que
la posesión no se ha consignado como un derecho protegido en la Constitución, aun
cuando se haya opinado que forma parte del contenido del derecho de propiedad. Pero si
34
35
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 268-269.
González Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 271.
17
se estima que la posesión es un hecho, la acción de amparo es inviable para tutelar un
factum.36
3.8. TUTELA POSESORIA
Los derechos reales son un conjunto de facultades que tutelan la atribución o pertenencia
sobre los bienes. Mediante su normativa se establece la esfera jurídica de los sujetos en
relación con los bienes. Esta atribución se realiza en dos planos o niveles. En un primer
nivel el ordenamiento atribuye los bienes en forma provisional. Esta es la misión delegada
a la posesión. El poseedor será tutelado provisionalmente por su sola condición de tal. La
posesión no necesita ser caracterizada como manifestación de la propiedad; basta la
situación de control independiente. Es suficiente que el sujeto ostente un poder fáctico
sobre el bien, para que en su calidad de poseedor merezca protección. En segundo plano,
el ordenamiento jurídico asigna los bienes en forma definitiva, a través de la propiedad y
de los demás derechos reales reconocidos por la ley. En este nivel definitivo, el poseedor
será vencido por el titular del derecho. La posesión es el ejercicio de hecho sobre un bien,
mientras que la propiedad o cualquier otro derecho real es un poder jurídico reconocido
por la ley.37
La tutela provisional de la posesión no se hace como si esta fuese un ius, sino como lo
que es: un factum, es decir, un hecho cierto y visible. La tutela de cualquier ius exige
acreditar una relación no visible (ideal), esto es, una titularidad jurídica existente solo en el
mundo de la abstracción de los derechos subjetivos. La protección del ius solo opera en
un plano definitivo, en el que se haya planteado la controversia ante el Juez, y ante éste
se demuestre la existencia del derecho superior a la sola posesión.38
36
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 271.
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 272-273.
38
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 273.
37
18
3.8.1. Fundamentos de la Tutela Posesoria
Siguiendo a Ihering, las teorías que buscan explicar la tutela posesoria son de dos tipos:
Relativas, por cuanto la protección dispensada por ley no tiene su fundamento en la
posesión misma; y absolutas, en cuanto la posesión es protegida por sí misma.39
Las teorías absolutas cuentan con mejores argumentos para explicar la posesión. Se
protege la posesión porque incentiva la buena custodia sobre el bien. En muchos casos
es preferible la explotación económica eficiente de los bienes (aunque se realice sin
título), antes que una mera titularidad formal improductiva y sin contenido económico. Con
la protección posesoria se hace efectiva la prohibición de que cada uno se tome la justicia
por su propia mano, y se impone la necesidad d que los ciudadanos acudan a los
Tribunales para reclamar sus pretensiones sobre los bienes.40
El poseedor que carezca de derecho, cederá ante el titular o propietario, pero una vez que
el litigio haya sido ventilado en los Tribunales. Todo ataque arbitrario a la continuidad se
constituye en un daño a un interés vital.41
3.9. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL PODER DE HECHO
3.9.1. Descripción del poder de hecho
Es el elemento más evidente de la posesión, denominado por nuestro código “ejercicio de
hecho” (artículo 896 del C.C.), y usualmente significa la sujeción del bien a la persona.
Según la postura adoptada por SAVIGNY el poder de hecho contiene dos variantes: la
injerencia, por lo menos eventual, del sujeto sobre el bien, la cual además será actual y
efectiva en el momento inicial pero puede ser exclusivamente potencial o eventual en la
fase ulterior; y la omisión de terceros, requisito meramente negativo, por el que los
39
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 274.
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 277.
41
Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 278.
40
19
terceros se abstienen de toda interferencia. Por otro lado, el poder de hecho puede
derivar del consenso con el anterior poseedor, siendo su estructura similar a la fase no
inicial, en tal caso resulta útil lo señalado por WOLF quien considera que la relación de
hecho se basa en el “vinculo jurídico”, al cual se le suma la conexión física entre la
persona y un bien (“las llaves”) cuya característica es representar a otro bien (“el
inmueble”).
En otros términos, la posesión es la potestad o señorío fáctico que, con interés propio,
ejerce una persona sobre un bien para su aprovechamiento económico y la satisfacción
de sus necesidades; aun cuando reconozca en otro la propiedad, el poseedor de un bien
es aquel que, en los hechos, se conduce como propietario, usando o disfrutando el bien.42
3.9.2. El poder de hecho espiritualizado: La Posesión Mediata e Inmediata
En la vida cotidiana es muy normal que una persona entregue a otra el poder de hecho
sobre un bien, siendo el que lo recibe el poseedor inmediato, mientras el que espera la
devolución el poseedor mediato, siendo el que recibe el bien denominado intermediario
posesorio. El elemento principal en la mediación posesoria es la existencia de una
relación jurídica en la que haya una obligación de devolver el bien, siendo que esta
relación jurídica no debe entenderse de modo estricto, pues es posible que subsista la
posesión inmediata aun cuando el negocio sea invalido o ineficaz, pues en tal caso se
tomará en cuenta el acuerdo de voluntades, es decir basta el simple consentimiento. Por
ello, se puede afirmar que el reconocimiento legal de la posesión mediata implica la
espiritualización del concepto de poder de hecho, por ello como señala WOLF la entrega
del bien en concepto de arrendamiento, comodato, prenda, etc… no implica renuncia al
42
Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial
2/1 2008.
http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a
20
poder o señorío por parte del poseedor mediato, sino una atenuación de éste. Por otro
lado, el poder que detenta el poseedor inmediato, tiene carácter derivado y limitado en
relación al contenido del derecho superior. Siendo la finalidad de esta clasificación otorgar
tutela posesoria a ambas partes. Al respecto, nuestro código civil no distingue entre la
posesión mediata y posesión inmediata, advirtiéndose del análisis de las normas sobre
tutela posesoria que es más intensa en caso de quien detenta el control físico y directo del
bien.
3.9.3. Contactos físicos sobre el bien, pero excluidos del ámbito de la posesión
En este caso tenemos, al servidor de la posesión, definido en el artículo 897 del C.C.
quien ejerce el poder de hecho pero no es poseedor, por tanto, no le corresponde la tutela
posesoria. Además, a diferencia del poseedor inmediato quien tiene cierta autonomía para
gozar y disfrutar del bien, según sea el caso, el servidor de la posesión es un simple
detentador sin interés propio.
Si bien está vetada para el servidor de la posesión el ejercicio de remedios interdictales
de protección posesoria, no ocurre lo mismo en el caso del despojo pues en tal caso el
servidor de la posesión en ejercicio de la legítima defensa puede defender la posesión en
beneficio del directamente agraviado (poseedor).
Luego, cualquier contacto físico sobre el bien puede considerarse ejercicio de hecho,
siendo evidente que no son poseedores, el cliente de una tienda o negocio, el alumno y
los profesores de un colegio o universidad, el pasajero del ómnibus, entre otros casos,
quedando según el autor excluidas del ámbito posesorio todas las posesiones pasajeras o
toleradas, en aplicación del artículo 904 del C.C.
21
3.10. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LA VOLUNTARIEDAD
El autor señala que en nuestro código se ha definido la posesión en términos de
SAVIGNY, aunque las normas contextuales y la “voluntas legislatoris” se ha inclinado
decididamente a la tesis de INHERING, agregando que este último sostuvo que la
posesión es también un acto voluntario.
El autor, señala una idea importante, el poseedor con animus domini no requiere ser
propietario, ni que el mismo crea en la legítima pertenencia del bien, basta que su
posesión constituye expresión o representación de la propiedad, de no reconocer en otro
potestad superior, y por eso tanto el ladrón y usurpador son poseedores en concepto de
propietario.
Siendo que el ejercicio de la posesión como propietario tiene importantes consecuencias,
como el hecho que el poseedor en concepto de propietario hace suyo los frutos si es de
buena fe (art. 908 C.C.) está habilitado para convertirse en propietario por usucapión (art.
950, 951 del C.C.), se beneficia de algunas presunciones (art. 912 C.C.).
Luego, el autor señala que en la moderna doctrina existe una noción más amplia a la de
“poseedor en concepto de propietario”, y por ello se habla de poseedor en nombre propio
o en concepto propio, ello con la finalidad de unificar a todos los poseedores habilitados
para ganar por usucapión el derecho real de propiedad.
El autor habla sobre la posesión en concepto diferente al de propietario, y ha señalado
que esta posesión no produce las mismas consecuencias jurídicas que la posesión en
concepto de propietario, y en especial el derecho a ganar por usucapión la condición de
propietario.
Ahora, el autor refiere que existe duda sobre si el poseedor en concepto distinto al de
propietario puede convertirse en poseedor en concepto de propietario, y hace referencia
22
a que en doctrina existen dos hipótesis de esta figura denominada “intervención”, la cual
opera en contra del propietario, ya sea oposición a este, mediante actos notorios que
impliquen despojo contra el titular o por causa proveniente de un tercero como sería en
caso de otorgarse título por un tercero.
3.11. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LOS SUJETOS
Según el autor la persona natural y jurídica pueden ser poseedores, esta posición tiene
respaldo en una interpretación extensiva del artículo 3 del C.C. por la cual si toda persona
puede ser titular de derechos, con mayor razón puede ser protagonista de hechos
jurídicos voluntarios. Ahora, ha señalado el autor, el problema está en el ámbito de la
capacidad de ejercicio que requiere el poseedor, y agrega que siendo la posesión un
hecho jurídico voluntario no requerirá para su adquisición o goce la capacidad plena de
ejercicio requerida para celebrar un negocio jurídico, sino tan solo de una capacidad
natural que permita ostentar el poder de hecho. Luego, el autor a partir del análisis de las
normas contenidas en los artículos 1358 C.C. y 1975 C.C. construye la doctrina de la
capacidad natural para adquirir y gozar de la posesión en nombre propio.
3.12. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL OBJETO DE LA POSESIÓN
El autor aclara que la posesión no es un derecho real, sino una típica relación de hecho
que vincula al hombre con los bienes, en tal sentido, el objeto sobre el que recae el
señorío fáctico del poseedor son los bienes. Siendo que esta puede recaer sobre bienes
corporales e incorporales, partes o porciones de bienes, bienes del estado. Luego, el
autor refiere que además de la posesión mediata e inmediata, existen otras clasificaciones
como son la posesión legítima e ilegítima, la posesión de buena fe y mala fe, y la
denominada posesión precaria.
23
Al respecto, la posesión será ilegitima cuando se ejerza con título invalido o sin título
alguno. Esta será de buena fe cuando el poseedor, por cualquier causa, cree en la
legitimidad de su título. Será de mala fe cuando conozca de la ilegitimidad de su título,
carezca de título o éste sea manifiestamente ilegítimo.43
La posesión precaria está legislada en el artículo 911º de nuestro Código Civil; el cual
prescribe que: "La posesión precaria es la se ejerce sin título alguno o el que se tenía ha
fenecido".44
La posesión precaria es la que se ejerce con título manifiestamente ilegítimo o inválido, o
sin título alguno, sea porque nunca lo tuvo o porque el que tenía feneció.45
3.13. ADQUISICION DE LA POSESIÓN
3.13.1. El Poder de Hecho.Nuestra Legislación civil en forma expresa no instituye cómo se puede adquirir la
posesión; sin embargo, establece cómo se puede adquirir el Derecho de propiedad,
situación que nos hace determinar que ésas son también las formas de adquirir la
posesión conforme a la naturaleza jurídica de cada una de ellas.
43
Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Hector Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial
2/1 2008.
Publicación en internet:
http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a
44
Las Clases de Posesión en el Perú. http://www.articuloz.com/leyes-articulos/las-clases-de-posesion-en-elcodigo-civil-peruano-1054756.html
45
Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial
2/1 2008.
Publicación en internet:
http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a
24
En resumen podemos señalar que la posesión puede adquirirse por ocupación, por
usurpación y finalmente, por tradición o transmisión de los derechos, ya sea por efectos
de los contratos entre vivos o por causa de muerte.46
La posesión es considerada como un “hecho jurídico voluntario”, que no requiere la
capacidad plena de ejercicio para los actos de adquisición o goce de la posesión, como si
se requiere cuando se trata de un derecho transmisible en virtud del negocio jurídico; por
tanto, para ser poseedor se requiere la “capacidad natural” que permita ostentar el poder
de hecho, esto es, lo que en doctrina se llama la “capacidad para entender y querer” los
propios actos47. Tratándose la posesión de un “hecho”, basta que el sujeto cuente con
capacidad natural para adquirir o conservar la posesión, pues no se está disponiendo ni
transmitiendo derechos.
Ahora bien, no cualquier contacto físico sobre el bien puede considerarse “poder de
hecho” o “ejercicio de hecho”, como lo llama el artículo 896 del Código Civil; pues, los
comportamientos pasajeros, privados de funcionalidad o de cualquier tipicidad social, no
podrán pasar el examen de la relación posesoria48.
3.13.2. Modos de adquisición de la posesión
Debe advertirse que para algunos autores no puede hablarse estrictamente de
adquisición de la posesión sino de iniciación de la misma por considerar que la posesión
es un hecho durable y no un derecho. En concordancia con esta posición dichos autores
suelen negar la exactitud de la sistemática común que distingue entre modos originarios y
derivativos de adquirir la posesión. En efecto, arguyen que la adquisición de la posesión
entendida como iniciación de una situación de hecho es siempre originaria en el sentido
de que se produce siempre por la actuación de la persona que se coloca frente a una
46
http://derecho911.blogspot.com/2013/07/adquisicion-de-la-posesion.html
Díez Picazo, Luis. Fundamentos de derecho civil patrimonial. Tomo III, Pág. 592
48
Sacco, Rodolfo y Caterina, Rafaele. Il Posseso, Pág. 174-176
47
25
cosa en actitud de propietario o de titular de otro derecho real sin que ese supuesto pueda
ser transmitido.
Sin embargo, es innegable que si a veces la posesión se inicia por la sola actuación del
poseedor (por ejemplo: cuando alguien se apodera de una cosa abandonada), en otras
oportunidades interviene también, concurriendo con su voluntad, un poseedor precedente
(por ejemplo: cuando el vendedor hace entrega al comprador de la cosa que hasta
entonces poseía). En este sentido se justifica distinguir entre adquisición originaria y
adquisición derivativa de la posesión.
Como se ha mencionado, la adquisición de la posesión requiere un acto de injerencia del
sujeto sobre el bien, ante lo cual se excluye el objeto del ámbito de poder de los demás.
Este acto de injerencia puede ser de carácter “originario” o “derivativo”. La adquisición
originaria se funda en el solo acto de la voluntad unilateral del adquirente. En cambio, la
adquisición será derivativa cuando se produzca una doble actuación: la del precedente
poseedor, quien voluntariamente cede el poder de hecho al nuevo poseedor, y la del
nuevo poseedor, quien recibe el poder fáctico sobre el bien49. El Código Civil reconoce
ambos modos de adquisición de la posesión en el artículo 900, denominando a la
adquisición derivativa como “tradición”, de acuerdo a la secular tradición romanista.
i)
Adquisición Originaria.-
que normalmente se realiza mediante un acto de
aprehensión unilateral; si el bien no es poseído por nadie entonces estamos ante una
ocupación;
en cambio, si la aprehensión se manifiesta en contra de la voluntad del
precedente poseedor, estamos ante un despojo50. En cualquiera de los casos se trata de
una conducta de injerencia sobre la cosa o un comportamiento comisivo, pero nunca
puede reducirse a una cuestión meramente psicológica.
49
50
El Código Civil regula esta
Díez Picaso, Luis. Op.Cit., pág. 603
Gazzoni, Francesco. Manuale di diritto privato, pág. 212.
26
adquisición en su artículo 900 y, que da entender que la adquisición originaria de la
posesión se produce en los casos establecidos por la ley.
Asimismo, esta adquisición se produce también por un acto unilateral del adquirente, sin
que concurra con su voluntad un poseedor precedente. Supone, desde luego, una
conducta que constituya respecto de la cosa el supuesto de hecho posesorio, o sea, la
conjunción del "corpus" o del "animus". Respecto del "corpus": debe destacarse que tanto
menos efectivo debe ser el ejercicio del poder sobre la cosa cuanto menor sea la
posibilidad de que otra persona concurra al ejercicio de este poder. Correlativamente,
cuando la probabilidad de la concurrencia ajena sea mayor, tanto más debe aproximarse
la relación objetiva del adquirente al contacto corporal con la cosa. Por ejemplo, si se
tratara de la toma de posesión de una "res nullius" o de una cosa que está en posesión de
otro, es necesario la aprehensión "corpore et tactu" pues sólo así se elimina la posibilidad
de que otros en el primer caso, o el precedente poseedor en el segundo, se posesione
efectivamente de la cosa. En cambio, cuando los peces entran en los viveros propios o
los frutos caen en el propio fundo, la posesión se adquiere sin más. Las reglas en la
materia son pues elásticas como lo son en general las reglas para determinar la
existencia del "corpus"; pero, en cualquier caso, es indispensable la iniciación de una
situación inequívoca de poder a favor de quien inicia la posesión con la advertencia de
que en el momento en que se adquiere la posesión es necesario exigir con mayor rigor los
requisitos de ésta que cuando se trata de su continuación.
Al lado del "corpus" es
necesario el elemento intencional. En la adquisición originaria dicho elemento está
implícito y se exterioriza en la actuación posesoria. Como este elemento intencional es
meramente táctico, sólo se requiere una voluntad que tenga la capacidad natural de
entender y querer sin que sea necesaria la capacidad negocial (incluso cuando se trata de
adquirir la posesión de un derecho real).
27
ii) Adquisición derivativa.- La tradición o entrega es el acto bilateral mediante el cual el
poseedor precedente (“tradens”, transferente) introduce en el poder fáctico al poder
sucesivo (“accipiens”, adquirente). La tradición consta de un consenso bilateral de y de
una ejecución material (Artículo 1351 C.C.), por cuanto no versa sobre la modificación de
relaciones jurídicas. Tampoco es un negocio (acto jurídico), por cuanto la tradición incide
sobre situaciones de hecho y esta factualidad da lugar a hipótesis simples, fácilmente
verificables y no retroactivas. La tradición puede producir otros efectos jurídicos, lo que en
ciertas ocasiones enturbia su noción porque a veces se le atribuyen como notas
esenciales las características que debe reunir para producir esos otros efectos jurídicos.
Pero la tradición en su sentido propio consiste en la entrega de una cosa para trasladar a
quien la recibe la posesión de la misma.
Existen diversas formas de hacer tradición:
a) Puede hacerse tradición mediante la entrega efectiva, material o corporal de la
cosa. Este acto no es un negocio jurídico porque sus efectos no se fundan en el
contenido de las declaraciones de voluntad del "tradens" y del "accipiens" sino que
es uno de los actos que la doctrina alemana califica de actos reales y cuya
característica es que sus efectos jurídicos están en función de que se produzca un
determinado resultado de hecho que en el caso que nos ocupa consiste en que el
señorío de hecho sobre la cosa pase del "tradens" al "accipiens". Esta entrega
material no difiere de la ocupación material de la cosa sino en cuanto que concurre
la voluntad de un poseedor precedente. Esta circunstancia unida al hecho de que
no se trata de un negocio jurídico explica que para adquirir la posesión por este
concepto basta también la capacidad natural de entender y querer.
b) La tradición puede consistir también en un acuerdo cuando el adquirente se
encuentra ya en una situación que le permita poder ejercer su poder sobre la cosa
28
(por ej. porque la tiene arrendada). Tampoco esta tradición consensual es un
negocio jurídico sino un acto real.
Además de la tradición efectiva y de la consensual, existen otras llamadas a veces
simbólicas o fingidas cuando en realidad sería mejor denominarlas atenuadas. En estos
casos el "tradens" no entrega efectivamente la cosa al "accipiens"; pero lo coloca en una
posición que le ofrece la segura posibilidad de esa posesión.
La posesión puede adquirirse por sí o por medio de otro. En efecto, es posible que una
persona despliegue la actuación que conduce a adquirir la posesión en condiciones tales
que haya de concluirse que actúa "en nombre de otro" quien es el que verdaderamente
adquiere la posesión. No se trata propiamente de una representación en materia
posesoria ya que no es una sustitución en una declaración de voluntad sino en la creación
de un estado de hecho. El caso más frecuente es que la sustitución se refiera al "corpus"
de la posesión (por ejemplo: cuando una persona compra una cosa y envía a un
apoderado o dependiente suyo a recibir la entrega material correspondiente). Sin
embargo, la sustitución también puede operar respecto del "animus" en el caso de los
representantes de las personas naturales o jurídicas.
En los casos en que el "corpus" es adquirido por otro y el "animus" por sí mismo, la
adquisición de la posesión sólo se produce cuando ambos elementos concurren. La
observación es importante porque frecuentemente en estos casos ambos elementos no
se adquieren al mismo tiempo sino que la adquisición del "animus" suele preceder a la del
"corpus".
3.13.3. Conservación de la posesión.
El sujeto conserva la posesión aunque haya perdido el contacto físico sobre el bien,
siempre que se encuentre en grado de retomar el contacto en cualquier momento. Se
conserva la posesión en aquéllos periodos de tiempo en los cuales el bien sea
temporalmente inidóneo para sufrir la dominación física o económica del hombre. En
29
cambio si un tercero adquiere el poder sobre el bien (falta de abstención de los terceros),
el sujeto primigenio habrá perdido la posesión.
El artículo 904 del Código Civil, es la única norma del Código prevista para regular la
conservación de la posesión; por tanto, según este precepto, si el poseedor pierde el
contacto físico con el bien por circunstancias “pasajeras”, aún así mantiene la posesión.
Asimismo, el mencionado artículo sirve para excluir del ámbito posesorio las situaciones
con impedimento objetivo y a las situaciones con impedimento subjetivo, ya sean por
propio acto de la voluntad del poseedor o por acto de voluntad de terceros.
De acuerdo con la pura lógica, debería decirse que el poseedor conserva la posesión
mientras conserva simultáneamente el "corpus" y el "animus" de la misma con la
advertencia de que la existencia de uno y otro se juzgan con menos rigor que cuando se
trata de determinar la adquisición de la posesión.
Sin embargo, el Derecho Romano admitía la posibilidad de conservar la posesión "solo
animo", o sea, sin que se conservara el "corpus". El caso clásico romano, aunque no el
único, fue la concesión que Justiniano hizo del interdicto unde vi a quien había dejado
vacante un fundo contra quien durante su ausencia hubiere tomado posesión del
inmueble, lo que implícitamente significaba reconocer que el ausente conservaba la
posesión —no corpore sino animo.
Pero lo importante es dilucidar si conforme a nuestro Derecho es posible conservar la
posesión "solo ánimo". La respuesta es negativa: ningún texto legal podría citarse como
fundamento de tal opinión.
Lo único que puede afirmarse es que la posesión se conserva en casos en que el
"corpus" sufre una atenuación (por ejemplo: se conserva la posesión de un animal
doméstico que sale del lugar donde lo tiene su poseedor mientras el animal conserva la
30
costumbre de volver; se conserva así mismo la posesión de una cosa mientras
accidentalmente se ignore su paradero siempre que se halle bajo el poder del poseedor
—no de otro que la tenga para sí—; etc.).
3.13.4. Pérdida de la posesión
La posesión se pierde en el mismo momento en que se pierde el poder de hecho sobre el
bien (elemento objetivo de la relación posesoria). El que tiene una injerencia “potencial”
pierde la posesión cuando un tercero aprehende materialmente el bien, ya que ese
comportamiento ajeno conlleva a la posibilidad del poseedor primigenio de interferir sobre
dicho bien. En cualquiera de los casos es necesaria la pérdida del poder de hecho. La
pérdida de la posesión puede darse de dos formas, voluntaria e involuntariamente.
La pérdida voluntaria puede realizarse por acto bilateral, esto es, a través de la tradición
(modo adquisitivo de la posesión para quien recibe, pero al mismo tiempo causa de
pérdida de la posesión para el que entrega), o mediante acto unilateral, también llamado
“abandono” o “derelicción” si es que no se opone a la voluntad de un poseedor actual; o
“despojo” en caso contrario.
La pérdida involuntaria de la posesión, se produce cuando el bien queda fuera del ámbito
de poder fáctico del poseedor sin existir un acto querido por éste. Aquí se incluyen los
bienes extraviados, los animales escapados, los bienes robados, los bienes entregados
por incapaces naturales, etc.. De por sí el extravío asigna a los bienes un estatuto
protectivo: el hallador del bien deberá comunicarlo a la autoridad competente, y si no lo
hace su posesión será ilegítima (art. 932 C.C.).
La pérdida de la posesión puede ocurrir de tres maneras: por desaparición simultánea del
"animus" y del "corpus" (tales como el abandono de la cosa por el poseedor, su
enajenación seguida de la tradición de la cosa y el perecimiento total de la cosa), por
31
pérdida del "corpus" sólo o por la pérdida del "animus" sólo; se pierde la posesión por
desaparición de sólo el "corpus" cuando la cosa cae en el dominio público o cuando un
tercero se apodera de ella.
3.14. PRESCRIPCION ADQUISITVA
3.14.1. Importancia
Desde el Derecho Romano la usucapio apareció como un mecanismo legal por el cual un
poseedor civil devenía en propietario por el transcurso del tiempo, si su posesión fue
ejercida como propietario y que no se haya producido interrupción alguna. Según refiere
Diez Picasso “En el Derecho romano clásico la usucapio cumplía singularmente dos
funciones que eran la consolidación de una adquisición que había sido realizada cuando
el transmitente no era un verdadero propietario; y la consolidación de una adquisición
recibida de un verdadero propietario, pero a través de un acto no reconocido por el ius
civile y, por lo tanto, insuficiente para transmitir la propiedad (p. ej. traditio)”51.
La importancia social de la prescripción adquisitiva radica entonces que desde sus
orígenes sirvió como un mecanismo legal para dar seguridad jurídica al poseedor; esto es,
que por el hecho mismo de la posesión, pueda el poseedor obtener un derecho de
propiedad o subsanar o purgar los defectos que pudiera tener en su título de propietario.
De tal forma que conforme a nuestro Código Civil, la acción reivindicatoria que pudiera
ejercer el propietario al poseedor no puede ser opuesta a quién adquirió por prescripción
(artículo 927°), lo que encuentra correlación con la idea de que el derecho de propiedad
no es un derecho absoluto, sino que debe ejercerse en armonía con el interés social
(artículo 923°); así también se desprende del artículo 70° de la Constitución, al señalar
51
Diez – Picazo Y Ponce De Leon, Luis. La Prescripción Extintiva. En el Código Civil y en la Jurisprudencia
del Tribunal Supremo. (2003). Madrid: Thomson Civitas. p. 25.
32
que el derecho de propiedad “Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los
límites de ley”.
Sin embargo, el crecimiento demográfico que se presentó en el Perú entre los años 1940
a 1980, pusieron a prueba éste mecanismo legal como instrumento de formalización. Así
Hernando de Soto señalaba que “en el período que media entre 1940 y 1981 la población
urbana casi se quintuplica (de 2.4 millones pasa a 11.6), en tanto que la rural apenas
aumenta un tercio (de 4.7 a 6.2 millones). Así mientras que en 1940 la rural constituía el
65% de la población total y la urbana el 35%, en 1981 esos porcentajes se invierten”52.
Teníamos entonces a la década de los 80, gran número de poseedores de inmuebles sin
título que ocupaban predios urbanos de propiedad privada y pública y también
propietarios cuyo título se había extraviado o adolecía de un defecto que impedía el
acceso al sistema formal.
La prescripción adquisitiva que estuvo regulada desde la época republicana, pretendió
básicamente regularizar la situación de los poseedores de bienes inmuebles de dominio
privado; sin embargo, el gran crecimiento de la población y otros factores, como el tener
que recurrir a un proceso judicial largo y engorroso, había evidenciado ya desde ésta
época, que este medio legal era insuficiente para lograr la formalización de la propiedad y
por ende la seguridad jurídica de los titulares de éstos derechos; por lo que era necesario
introducir el mecanismo legal de los Títulos Supletorios para los propietarios que no
contaban con título o cuando éstos contenían algún defecto que impedía su inscripción.
Así tenemos entonces que en la Exposición de Motivos del Código de Procedimientos
Civiles de 1912 se señalaba que: “El fundamento de los títulos supletorios se encuentra
en los efectos de la posesión inmemorial (…) y en el caso que consideramos, el justo
título falta, ya sea porque el poseedor nunca lo tuvo, o porque se han perdido los
52
De Soto, Hernando. El Otro Sendero.(1990). Bogotá: 9na Ed., Printer Colombiana Ltda. p. 7.
33
documentos que podrían comprobarlo, siendo este motivo el que obliga a acudir al medio
subsidiario de los títulos supletorio”.
Entonces en el panorama legal y jurisprudencial se entendió que cuando se trataba de
inmuebles no inscritos y el propietario no tuviera los documentos comprobatorios de su
derecho de propiedad o estos tuvieran un defecto, debían acudir a los Títulos Supletorios,
justamente para suplir los que no tenía o los defectuosos; quedando entonces, según ésta
interpretación, la prescripción adquisitiva para los bienes inmuebles inscritos y ocupados
por poseedores con animus domini. Así señala RAMIREZ citado por Gonzales Barrón
que: “el proceso de títulos supletorios (llamados también supletivos o sustitutivos) sólo
procede cuando no hay títulos originales. Si éstos existen, es decir, si su dominio le
corresponde a un titular o dueño distinto del demandante, tal petición resulta
improcedente. De aquí se deduce que sólo puede plantearlo el propietario (que es
también el poseedor actual) y no el mero poseedor. El problema radica en que el dominus
carece de instrumentos o títulos comprobativos de su derecho de propiedad (pero no
carece de derecho). ¿A qué se debe ello?. Esta situación se presenta generalmente por
negligencia, debido a que nunca se extendieron los documentos comprobatorios de las
enajenaciones o porque han desaparecido los que se otorgaron”53.
Sin embargo, es de observarse que ambas instituciones tienen por sustento el hecho de
la posesión ejercida por el ocupante, tanto para la prescripción adquisitiva como para los
títulos supletorios; de allí que el artículo 2018° del Código Civil prescribe que para la
primera inscripción de dominio, se debe exhibir títulos por un período ininterrumpido de
cinco años o, en su defecto, títulos supletorios.
53
Gonzales Barrón, Gunther. Estudio Crítico de la Nueva Legislación Inmobiliaria sobre Predios Urbanos.
(2000). Lima: Ediciones Legales. p. 108.
34
Ha quedado superada actualmente la disquisición entre inmuebles inscritos y no inscritos,
entre propietarios o poseedores, para invocar ambos mecanismos de formalización; se ha
establecido por la Jurisprudencia que la prescripción adquisitiva sirve también para
inmatricular el predio y también puede ser alegada por el propietario que no tiene
documentos comprobativos de su dominio o aun teniéndolos éstos adolecen de defectos.
No esta demás destacar que la posesión como fuente de derechos en el Perú,
específicamente en la década de los 90, tuvo un impulso importante para resolver el
problema de la formalización de la propiedad; allí se encuentra la dación de los Decretos
Legislativos N° 495 y 496, y luego con la creación de la Comisión de Formalización de la
Propiedad Informal (COFOPRI) con el Decreto Legislativo N° 803. Por dichos dispositivos
legales, el Estado otorgó títulos de propiedad a quienes ejercían posesión por el término
de un año y que acreditaban ello con documentos sujetos a simplificación administrativa.
He aquí entonces que el hecho de la posesión fue considerado también como de interés
nacional para el acceso al sistema formal y la circulación de riqueza en el tráfico
inmobiliario.
3.14.2 Concepto
La prescripción –calificada de usucapión- es apreciada como una forma de adquirir la
propiedad de un bien por efecto del tiempo. El tiempo puede operar para crear o extingue
derechos. Si bien la prescripción extintiva priva de efectos a pretensiones reales o
personales antes existentes, la prescripción adquisitiva está referida solo a derechos
reales. Se configura conjugando la inercia del titular despojado con la posesión de quien
se arroga el derecho, generando con la usucapión una prescripción extintiva de acción
reinvindicatoria del anterior dueño. 54
54
Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II, Gaceta Jurídica, 2da edición
2009. Pág. 155.
35
La prescripción adquisitiva es un hecho jurídico voluntario orientado al ejercicio de los
poderes de la propiedad de manera pública, continua y pacífica, por parte del poseedor,
quien bajo la influencia del tiempo (expresado en un plazo legal) se convertirá en
propietario del bien poseído. 55
La pretensión que busca la prescripción adquisitiva en la jurisdicción no es constitutiva,
pues no busca modificar o alterar la relación jurídica existente, todo lo contrario, tiene
como objeto obtener el reconocimiento del derecho de propiedad, del que se goza por el
trascurso del tiempo y por haber sido ejercicio de forma pacífica, continua y pública. 56
Por otro lado corresponde desarrollar las formas que adopta la institución de la posesión,
así podemos afirmar que tiene lugar una posesión pacifica cuando es adquirida conforme
a derecho sin lesionar la posesión de otro, por ejemplo, la posesión del usufructuario. Esta
posesión es ad usucapuinem la posesión no pacifica es la obtenida invadiendo la esfera
posesoria de otro, aun cuando no se utilice la violencia. Toda posesión violenta es no
pacífica, ya se trate de la violencia física o de la intimidación, pero puede haber posesión
no pacifica sin que para ello medie violencia, como la derivada del derecho que tiene el
acreedor de retener el bien de propiedad de su deudor cuando este no ejecuta la
prestación debida.57
La cesación de la posesión es la única causa que en rigor interrumpe la usucapión.
Cuando la cesación adviene por vía judicial, en definitiva solo es la sentencia la que
interrumpe la prescripción. Iniciado el procedimiento el usucapiente no puede durante él
consumar la usucapión. Se abre un paréntesis en la vida de la usucapión, paréntesis que
solo la sentencia cerrará. El pronunciamiento de la sentencia debe referirse al derecho del
55
Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II, Gaceta Jurídica, 2da edición
2009. Pág. 157
56
57
Ledesma Narvaez, Marianella. Op. Cit. Pág. 153
Torres Vásquez, Anibal. Derechos reales, tomo I, IDEMSA, Lima, 2006, Pag. 358 – 359.
36
autor, derecho real incompatible con la posesión del demandado en concepto de dueño.
En la interrupción civil, la sentencia solo interrumpe la prescripción al favor del litigante
victorioso que además sea el titular. La demanda para interrumpir la posesión civil ha de
tener un contenido real, relativa a los viene poseídos; siendo demandante el verdadero
titular cuyo derecho resultaría extinguido por la usucapión y demandado el usucapiente.58
La interrupción civil se produce por la citación judicial hecha al poseedor, aunque sea
por mandato de juez incompetente. La citación adelanta los efectos de la cesación física
de la tenencia, arrebatándole desde entonces virtualidad prescriptiva.59
Existe interrupción natural cuando se abandona el bien o se pierde la posesión por
intervención de un tercero (art. 953 CC). La interrupción natural de la usucapión
aprovecha al propietario, aun cuando el domino no haya realizado acto alguno para
recuperar la cosa. 60
Por otro lado, respecto de la interrupción civil tenemos que ésta se produce cuando el
propietario reclama jurídicamente la posesión del bien (artículo 1996-3 C.C., por analogía)
o si el poseedor reconoce la superioridad de un derecho ajeno (art. 1996-1 C.C. por
analogía).
Según Gunther
Gonzales, nuestro ordenamiento jurídico carece de normas sobre la
interrupción civil, pues nada se dice respecto a cómo un proceso judicial deja sin efecto el
plazo corrido de la usucapión. Por tanto, no se sabe si basta la demanda o el
emplazamiento judicial con la demanda. En el ámbito del artículo 1996-3 C.C. señala que
esa consecuencia se produce solo por la citación a la demanda, aunque permite tener
como válida la interrupción cuando se acudió ante el tribunal incompetente.
58
LEDESMA NARVAEZ, Op. Cit. Pág. 160
LEDESMA NARVAEZ, Op. Cit. Pág. 160
60
GONZALEZ BARRON, Gunther Hernan. “Tratado de derechos reales” Tomo II, Jurista editores, 3era
edición, Lima. Pag. 1147.
59
37
3.14.3. Requisitos de la prescripción adquisitiva:
a. Posesión en concepto de propietario:
Es la voluntad dirigida a apropiarse de la cosa como suya, sin reconocer posesión
superior, lo que se manifiesta mediante la causa posesoria; y, en forma complementaria,
por los actos externos, notorios y constantes del poseedor que la corroboran.
b. Posesión pública:
La posesión pública implica que esta se ejerce de modo visible, y no oculta, de modo que
se pueda revelar exteriormente la intención de sujetar la cosa. La publicidad no requiere
que el propietario tome conocimiento de la situación posesoria ajena, pues basta la
objetiva posibilidad medida de acuerdo a los cánones sociales, de que cualquier tercero
advierta la existencia de esa posesión.61
c. Posesión pacifica:
Este requisito implica que nadie puede ganar la posesión por usucapión si es que antes
no ha adquirido la posesión de una entrega voluntaria, en tal sentido la posesión pacifica
tiene como concepto antitético la posesión violenta “posesión violenta” pues bien ningún
forzamiento del lenguaje hace admisible sostener que la interposición de una demanda
judicial convierte al poseedor en violento.
El erróneo criterio de antiguas sentencias de la Corte Suprema parece haber quedado en
el olvido. Sin embargo, una sentencia posterior de la Corte Suprema parece continuar
hablando que la posesión no es pacifica cuando hay procesos o litigios sobre el bien, lo
que se ha reiterado en sentencias más recientes. Entonces, cabe preguntarse si el pleno
61
GONZALEZ BARRON, Gunther Hernan. “Tratado de derechos reales” Tomo II, Jurista editores, 3era
edición, Lima. Pag. 1125.
38
casatorio está cumpliendo sus fines, pues ni siquiera el máximo tribunal logra uniformizar
su propia jurisprudencia.
d. Posesión continúa:
La posesión continua significa mantener en forma constante el control sobre el bien, por lo
menos de modo potencial, sin que los terceros interfieran sobre este. La continuidad del
hecho posesorio deberá extenderse por el tiempo establecido en la ley para la
consumación de la usucapión. La continuidad de la posesión no implica que el uso del
bien deba ser igual durante todo el periodo de la usucapión, ya que este concepto no se
entiende en forma rígida. Por tanto, no se impide que el poseedor pueda variar la
modalidad del disfrute de la cosa según las exigencias de una normal gestión económica.
3.14.4 En el derecho comparado
3.14.4.1. En el derecho civil español
En el Código Civil español se establece que por la prescripción se adquieren, de la
manera y con las condiciones determinadas en la ley, el dominio y demás derechos
reales.
Ahora bien, para hablar de usucapión, en lo referente
a la posesión se remite a la
regulación previa del derecho de posesión dentro de su texto normativo.
En cuanto a los requisitos, en su artículo 1941° del Código Civil español regula que la
posesión ha de ser en concepto de dueño, pública, pacífica y no interrumpida.
En cuanto al plazo para que opere la prescripción de bienes inmuebles, se regulan dos
supuestos: a) El artículo 1957° del Código Civil español, establece que el dominio y
demás derechos reales sobre bienes inmuebles se prescriben por la posesión durante 10
años entre presentes y 20 entre ausentes, con buena fe y justo título (para los efectos de
39
la prescripción se considera ausente al que reside en el extranjero o en Ultramar). b) El
artículo 1959° del citado texto, establece que se prescriben también el dominio y demás
derechos reales sobre los bienes inmuebles por su posesión no interrumpida durante 30
años, sin necesidad de título ni de buena fe, y sin distinción entre presentes y ausentes.
En cuanto a la interrupción de la posesión, establece, en su artículo 1943° que la
posesión se interrumpe, para los efectos de la prescripción, natural o civilmente. Tal
como se ha indicado, en dicha legislación se regula dos tipos de interrupción; en cuanto a
la primera, la interrupción natural, se indica, que la posesión se interrumpe cuando por
cualquier causa la posesión cesa en ella por más de un año; en cuanto a la interrupción
civil, regula expresamente, en su artículo 1945°, que se produce por la citación judicial
hecha al poseedor, aunque sea por mandato de Juez incompetente. En este orden de
ideas, se desprende, que en dicha legislación, se ha previsto como requisito para que
opere la prescripción causales de interrupción civil, a diferencia de nuestra legislación
peruana, en la cual no se encuentra regulada expresamente dicha figura.
Sin embargo, atendiendo a que un proceso judicial, no solo culmina con una sentencia, en
dicha regulación española, se ha previsto supuestos en los cuales se considera que
ineficaz la interrupción, así como se considera no hecha, estableciendo en su artículo
1946 los siguientes supuestos: “Se considerará no hecha y dejará de producir interrupción
la citación judicial: 1. Si fuere nula por falta de solemnidades legales. 2. Si el actor
desistiere de la demanda o dejare caducar la instancia. 3. Si el poseedor fuere absuelto
de la demanda.”.
Como otros supuestos de interrupción civil, regula: a) En su artículo 1947° establece el
supuesto de interrupción civil por el acto de conciliación, siempre que dentro de dos
meses de celebrado se presente ante el Juez la demanda sobre posesión o dominio de la
cosa cuestionada. b) En su artículo 1948° establece el supuesto que cualquier
40
reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del derecho del dueño,
interrumpe asimismo la posesión.
3.14.4.2. En el derecho civil argentino
El código civil argentino nos informa en su artículo 3948º que la prescripción para adquirir,
es un derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble, adquiere su propiedad por la
continuación de la posesión, durante el tiempo fijado por la ley. En esta misma ley, en el
artículo 3947º estipula que los derechos reales y personales se adquieren y se pierden
por la prescripción, recalcando que la misma es un medio de adquirir un derecho, o de
libertarse de una obligación por el transcurso del tiempo.
En cuanto a los requisitos para la prescripción corta u ordinaria, en este acápite iremos
confrontando los diversos requisitos con sus respectivos tratamientos en algunas de las
codificaciones bajo estudio, que, de modo general, son acogidos unánimemente por las
legislaciones circundantes a nosotros.
En cuanto a la posesión, la legislación argentina, al igual que la nuestra, establece que
la prescripción de por la posesión de bien a prescribir (artículo 3999°), siendo este el
mayor requisito a cumplir por quien pretende usucapir.
La posesión para prescribir debe ser necesariamente pública, es decir conocible por el
común de la gente; sin embargo, este requisito no está contemplado expresamente el
derecho argentino.
De igual modo, se requiere que la posesión además de continua, debe ser pública, es
decir ininterrumpida.
41
El código civil argentino recoge tal requisito en su artículo 3999º, presumiendo, en su
artículo 4003º, que el poseedor actual, que presente en apoyo de su posesión un título
traslativo de propiedad, ha poseído desde la fecha del título, si no se probare lo contrario.
En cuanto a la posesión pacífica, el código argentino establece en su artículo 3959º que
la prescripción de cosas poseídas por fuerza, o por violencia, no comienza sino desde el
día en que se hubiere purgado el vicio de la posesión.
Respecto de la buena fe, la legislación argentina señala que para prescribir un inmueble
se necesita contar con buena fe en la posesión (artículo 4006°). La buena fe siempre se
presume, y basta que haya existido en el momento de la adquisición (artículo 4008°).
La ley argentina se coloca en dos supuestos. Por un lado, en su artículo 4004º indica que
el sucesor universal del poseedor del inmueble, aunque sea de mala fe, puede prescribir
por diez años cuando su autor era de buena fe; y recíprocamente, no es admitida la
prescripción en el caso contrario, a pesar de su buena fe personal.
Por otro lado –siempre dentro del código argentino- en el artículo 4005º se afirma que el
sucesor particular de buena fe puede prescribir, aunque la posesión de su autor hubiese
sido de mala fe. Cuando el sucesor particular es de mala fe, la buena fe de su autor no lo
autoriza para prescribir. Puede unir su posesión a la de su autor, si las dos posesiones
son legales.
En código civil argentino, en su artículo 4006º, estatuye que la buena fe requerida para la
prescripción, es la creencia sin duda alguna del poseedor, de ser el exclusivo señor de la
cosa. Ante ello aclara que la ignorancia del poseedor, fundada sobre un error de hecho,
es excusable; pero no lo es la fundada en un error de derecho (art. 4007º)
En Argentina el plazo para prescribir ordinariamente es de 10 años (artículo 3999º),
siendo que dicho plazo, en virtud del artículo 3961º comienza a correr desde el día de la
42
adquisición de la posesión o de la cuasiposesión que le sirve de base, aunque la persona
contra la cual corriese, se encontrase, por razón de una condición aún no cumplida o por
un término aún no vencido, en la imposibilidad del ejercicio efectivo de sus derechos.
Básicamente en la legislación argentina, se puede prescribir por la posesión continua de
veinte años, sin la necesidad de título o buena fe por parte del poseedor, salvo lo
dispuesto para las servidumbres para cuya prescripción se necesita título (artículo 4015°).
Así también regula que al poseedor durante veinte años no se le puede oponer la falta de
título ni su nulidad, ni la mala fe en la posesión (artículo 4016°).
En cuanto a la suspensión de la prescripción, el beneficio de la suspensión de la
prescripción no puede ser invocado sino por las personas, o contra las personas, en
perjuicio o a beneficio de las cuales ella está establecida, y no por sus cointeresados o
contra sus cointeresados (Código Civil argentino, artículo 3981º).
El efecto de la suspensión es inutilizar para la prescripción, el tiempo por el cual ella ha
durado; pero aprovecha para la prescripción no sólo el tiempo posterior a la cesación de
la suspensión, sino también el tiempo anterior en que ella se produjo (artículo 3983º
En cuanto a la interrupción de la prescripción, cuando se interrumpe la prescripción,
queda como no sucedida la posesión que le ha precedido; y la prescripción no puede
adquirirse sino en virtud de una nueva posesión (artículo 3998º). La prescripción se
interrumpe cuando se priva al poseedor durante un año, del goce de la cosa por el antiguo
propietario, o por un tercero, aunque la nueva posesión sea ilegítima, injusta o violenta
(artículo 3984º). Aunque la posesión de un nuevo ocupante hubiese durado más de un
año, si ella misma ha sido interrumpida por una demanda, antes de expirar el año, o por el
reconocimiento del derecho del demandante, la nueva posesión no causa la interrupción
de la prescripción (artículo 3985º). La prescripción se interrumpe por demanda contra el
poseedor, aunque sea interpuesta ante juez incompetente o fuere defectuosa y aunque el
43
demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio (artículo 3986º).
Pero, si es causada por la demanda, se tendrá por no sucedida, si el demandante desiste
de ella, o si ha tenido lugar la deserción de la instancia (artículo 3986º). La interrupción
causada por demanda no aprovecha sino al que la ha entablado, y a los que de él tengan
su derecho (artículo 3991º).
El compromiso hecho en escritura pública, sujetando la cuestión de la posesión o
propiedad a juicio de árbitros, interrumpe la prescripción (Argentina art. 3988º).
La interrupción de la prescripción aprovecha al propietario, aunque no sea por hecho
suyo, sino por el de un tercero, que el poseedor ha sido privado de la posesión por más
de un año (artículo 3990º).
Finalmente, la interrupción de la prescripción hecha por uno de los copropietarios o
coacreedores, cuando no hay privación de la posesión, no aprovecha a los otros; y
recíprocamente, la interrupción que se ha causado contra uno solo de los coposeedores o
codeudores, no puede oponerse a los otros (artículo 3992º).
3.14.4.2. En el derecho civil colombiano
En la República de Colombia, existen cinco formas de adquirir el dominio de una
propiedad, estos son: la tradición, la accesión, la sucesión por causa de muerte, la
ocupación y la prescripción adquisitiva de dominio, pudiendo ser también esta última
como extintiva de dominio.
Comenzaremos haciendo dicha comparación, señalando la definición del código civil
Colombiano en cuanto a la prescripción adquisitiva de dominio, dándose esta figura
cuando se ha poseído un bien por determinado tiempo.
El artículo 762° del Código Civil Colombiano define la posesión de la siguiente manera:
“es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño, sea que el dueño o
44
el que se da por tal, tenga la cosa por sí mismo o por otra persona que la tenga en lugar y
a nombre de él, El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique serlo”.
Dicha posesión entonces la entendemos como regular o irregular; la primera se da
cuando existe justo título y buena fe mientras que en la segunda no es necesario ninguno
de estos requisitos.
Debemos además diferenciar la posesión del bien, de la tenencia del bien, en la sola
tenencia se reconoce la propiedad de otro; es decir tener el bien a nombre de otro, pero
no ejerce el derecho con ánimo de dueño, es como si simplemente cuidara la cosa o
disfrutara de ella.
Lo que se requiere para obtener el bien por prescripción adquisitiva de dominio, es:
a) El haber poseído el bien,
b) Si la prescripción es ordinaria cinco (5) años y diez (10) años si es extraordinaria,
claro esto en cuanto a bienes inmuebles se refiere.
c) La ordinaria se da cuando se ha poseído de manera regular el bien y la
extraordinaria cuando se ha poseído de manera irregular.
Hay que señalar que con anteriormente el código civil establecía diez (10) años para la
prescripción ordinaria y veinte (20) para la extraordinaria, pero se dio la ley 791 de 2002
redujo la prescripciones veintenarias a diez (10) años, y estableció el tiempo de la
prescripción ordinaria en cinco (5) años. Modificación que es muy importante ya que
reduce el tiempo para las personas que han poseído y ejercido su ánimo de señor y
dueño, dándoles la posibilidad que en menor tiempo puedan por declaración judicial a
través del proceso de pertenencia tener la propiedad.
Es importante tener presente también que el artículo 2512 del Código Civil sobre la
prescripción engloba tanto la extintiva como la adquisitiva. Instruye que este precepto que
la prescripción: es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones o
derechos ajenos, por haberse poseído las cosas y no haberse ejercido dichas acciones y
45
derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales.
Sobre esta base se entiende la diferencia de estas figuras y ha de señalarse que:
•
La prescripción adquisitiva o usucapión produce la adquisición de “cosas
ajenas”; se trata de un modo originario de adquirir el dominio o propiedad y demás
derechos reales por efecto de la posesión sobre la cosas durante cierto lapso de
tiempo.
•
La prescripción extintiva o liberatoria corresponde a la extinción de las
acciones y derechos por no ejercitarlos su titular durante un período de tiempo
señalado en la ley concurriendo los demás requisitos legales.
La legislación Colombiana al respecto también comparte la idea de similitudes entre estas
figuras de la prescripción que es importante señalarlas, la doctrina ha diferenciado uno y
otro tipo de prescripción. Se dice que en común tienen por ejemplo:
1.- Su fundamento, cual es la estabilización de los derechos y las relaciones jurídicas.
2.- La inactividad de la persona contra la que corre.
3.- El transcurso del tiempo con las particularidades que este elemento ostenta, como son
su interrupción o su suspensión.
4.- La necesidad de que se aleguen, es decir, que el juez no las puede declarar de oficio.
5.- La prohibición de que se renuncien antes de su cumplimiento.
6.- Según algunos autores, la de ser una la “contracara” de la otra, esto es, que la
adquisitiva del derecho real a favor de quien lo ha poseído corresponde a la extintiva de la
acción o del derecho contra quien corrió.
Sin embargo, las distinción entre estas dos figuras es: en primer lugar que la finalidad de
la, es la de ser un modo de adquirir el dominio y demás derechos reales, mientras que en
la prescripción extintiva no se adquiere ningún derecho; y en segundo lugar, la necesidad
en la usucapión de que a más del paso del tiempo y la inacción del titular del derecho, sea
46
el derecho a prescribir ocupado por un tercero en calidad de poseedor. A estas
diferencias el artículo 2535 del Código Civil describe a la prescripción extintiva enfatiza en
que “solamente” requiere el paso del tiempo, es decir, no se requiere buena fe, justo título,
posesión, y otros elementos que en la usucapión tienen importancia.
Un aspecto importante también a tratar de la Legislación sobre el tema de prescripción en
Colombia es el tema de la interrupción de la prescripción, que mantuvo el principio del
artículo 2540 del Código Civil, en cuanto que la interrupción no se comunica a los otros
coacreedores o codeudores, salvo solidaridad, sólo que se agregó también las
obligaciones indivisibles, porque –se adujo– así ha sido reconocido universalmente.
En cuanto a las prescripciones de corto tiempo, se aclaró que la interrupción sucede
cuando hay reconocimiento, en cualquier forma que éste se dé, y que se cuenta
nuevamente el mismo término previsto (tres, dos años, etc.).
Para finalizar los autores doctrinarios han establecido que la prescripción adquisitiva es en
sí un modo originario de adquirir a título gratuito el dominio y otros derechos reales, salvo
aquellas servidumbres discontinuas o inaparentes (artículo 939 C.C.), ni para algunos, los
derechos reales accesorios, “pues no se ve cómo ellos podrían llegar a ser objeto de
posesión previa. Y lo señalan así como un modo originario, porque el prescribiente no
adquiere el derecho por la voluntad o traspaso del titular anterior, de lo cual se sigue que
el derecho real así adquirido, llega al adquirente libre de todo gravamen o vicio. Y además
es a modo de título gratuito, porque el prescribiente no tiene que hacer ninguna
erogación, no tiene que pagar o efectuar una contraprestación por la adquisición del
derecho.
En el presente se señalan algunas características de la prescripción:
a) Recae sobre un bien o derecho real susceptible de prescripción adquisitiva.
b) Requiere posesión previa y continua, esto es, tenencia de la cosa con ánimo de señor y
dueño.
47
c) Requiere del cumplimiento del plazo exigido por la ley.
d) La prescripción adquisitiva puede ser ordinaria o extraordinaria.
e) En concordancia a lo establecido en el artículo 2530 del Código Civil la prescripción
ordinaria puede suspenderse sin extinguirse, lo que significa un compás de espera, dado
que el tiempo transcurrido antes de la suspensión se tiene en cuenta para sumarlo
cuando cese la causa de la suspensión y continúe la posesión del bien, cosa que no
ocurre con la interrupción, pues de conformidad con decantada doctrina ya adoptada
como ley, en el nuevo artículo 2540 del Código Civil, una vez interrumpida o renunciada
una prescripción, comenzará a contarse nuevamente el respectivo término. La suspensión
está prevista sólo para la prescripción ordinaria, pues el artículo 2532 del Código Civil, en
relación con la extraordinaria, señala que “el lapso del tiempo necesario para adquirir por
esta especie de prescripción es de 20 años (ahora de 10) contra toda persona, y no se
suspende a favor de las enumeradas en el artículo 2530 del mismo cuerpo legal.
3.14.5. La prescripción en la Vía Notarial
En la vía notarial, se exigen los siguientes requisitos:
•
Solicitud firmada por el interesado y los testigos propuestos, autorizada por
abogado.
•
Plano de ubicación, de localización y perimétrico y memoria descriptiva del
inmueble, firmados por ingeniero o arquitecto colegiados y visados por el municipio
o autoridad administrativa correspondiente.
•
Certificación municipal o administrativa de quien figura como propietario o
poseedor en sus registros.
•
Copia literal del inmueble o certificado de búsqueda catastral, expedidos por los
Registros Públicos.
48
•
Declaración testimonial de no menos de tres ni más de seis testigos mayores de
veinticinco años.
•
Evidencia de la posesión del inmueble.
•
Recibo de pago del Impuesto Predial correspondiente al año en el cual se extiende
la declaración notarial de prescripción o constancia de inafectación de este tributo.
Presentada la solicitud ésta se anota preventivamente en el Registro de Predios y se
publica un aviso por tres días con un extracto de la misma en el Diario Oficial "El Peruano"
y en otro de mayor circulación, con intervalo de tres días útiles entre cada uno de ellos,
notificándose a(l) titular(es) registral(es), anterior(es) transferente(s), colindante(s) y otras
personas indicadas en la solicitud.
El Notario realiza una constatación del inmueble para verificar la posesión pública y
pacífica del solicitante y toma declaración a los testigos propuestos.
Transcurridos veinticinco días útiles luego de la última publicación sin que medie
oposición el Notario extiende la Escritura Pública respectiva y remite partes al Registro de
Predios para su inscripción.
En caso de oposición por terceros el Notario suspende su actuación y remite el
expediente al Poder Judicial.
3.14.6. Análisis comparado entre la prescripción adquisitiva y prescripción extintiva
La prescripción es una institución jurídica de raigambre romana y de origen procesal,
fundada en el transcurso del tiempo. Históricamente la prescripción adquisitiva precedió a
la extintiva, pues apareció con la praescriptio longitemporis, que era oponible a la
usucapio, como medio de defensa del poseedor al permitirle rechazar la actio in rem que
se pretendiera hacer valer contra él cuando su posesión venía de largo tiempo y que, por
eso, el poseedor adquiría la propiedad frente al no uso por el propietario que vería
extinguirse su derecho. El transcurso del tiempo para la consolidación de un derecho
49
determinó que en el mismo Derecho Romano se hiciera necesario precisar la duración de
la posesión para hacer procedente la adquisición del derecho.62
Con estos antecedentes fue perfilándose la prescripción extintiva. Con la recepción del
Derecho Romano y siempre con el fundamento del transcurso del tiempo, la prescripción
continuó siendo considerada para designar la pérdida o la adquisición de derechos y sin
diferenciarse una de otra, receptándose en la codificación civil del siglo XIX como una
sola institución jurídica.63
La doctrina francesa formuló la idea general de la prescripción extintiva, que también
denominó liberatoria. La misma doctrina francesa llegó a sostener que la prescripción
extintiva no extinguía el derecho sino la acción judicial correlativa, ya que el acreedor que
dejaba transcurrir un plazo determinado por la ley perdía la acción para hacer efectivo su
crédito frente a su deudor.64
Nuestro Código Civil de 1852 dio un tratamiento unitario a la prescripción legislando sobre
la que llamó de dominio (usucupativa) y de acciones (la extintiva).65
Fue la Escuela Pandectista que surgió en Alemania en la segunda mitad del siglo XIX la
que planteó el tratamiento dual de la prescripción, separando la usucupativa de la
extintiva. De este planteamiento surge el concepto de pretensión ligado al de la
prescripción extintiva, en sustitución del derecho subjetivo, excluyendo también el de la
acción entendida como el derecho subjetivo de recurrir a las instancias jurisdiccionales.66
Nuestro Código Civil de 1936, superó el tratamiento unitarista del Código de 1852 pero,
consideró la prescripción extintiva referida exclusivamente a la extinción de las acciones,
62
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo
64
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo
65
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo
66
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo
63
X. Gaceta Jurídica. Pág. 231
X. Gaceta Jurídica. Pág. 231-232.
X. Gaceta Jurídica. Pág. 232
X. Gaceta Jurídica. Pág. 232
X. Gaceta Jurídica. Pág. 232
50
pues a la prescripción usucupativa la legisló en el Libro de los Derechos Reales como un
modo de adquirir la propiedad de las cosas.67
La prescripción extintiva no extingue el derecho subjetivo ni a la acción, entendida esta
como el derecho subjetivo o poder jurídico que faculta recurrir a los órganos
jurisdiccionales para lograr la tutela jurisdiccional efectiva, sino a la pretensión, entendida
como el ejercicio de la facultad que el derecho otorga a su titular y que se hace valer
mediante la acción.68
La prescripción extintiva consiste en el transcurso de un determinado lapso de tiempo que
aunado a la falta de ejercicio de un derecho da lugar a la extinción de la acción
correspondiente a ese derecho, sin afectar al derecho mismo que se mantiene vigente
pero sin acción que permita hacerla efectivo (artículo 1989 del C.C.). En realidad, desde el
punto de vista procesal, la prescripción extintiva no extingue la acción porque esta última
debe ser entendida como el derecho público, subjetivo y autónomo que siempre permitirá
invocar la actuación de los órganos jurisdiccionales con relación a un caso concreto,
independientemente de que su pretensión sea amparada o no. En tal sentido, la
prescripción extintiva pone a disposición del sujeto, contra el cual se dirija o se pueda
dirigir una pretensión, la posibilidad de liberarse de los alcances de la misma mediante la
sola invocación de un determinado lapso de tiempo transcurrido sin que la pretensión se
haya hecho valer y, por consiguiente, de evitar que la otra parte pueda obtener de los
órganos jurisdiccionales un pronunciamiento sobre el fondo de su pretensión. Por su lado,
la prescripción adquisitiva es considerada como un modo de adquirir la titularidad de un
derecho real (que como veremos más adelante no es su única función) mediante la
67
68
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica. Pág. 232
Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica. Pág. 233
51
posesión prolongada, y bajo determinadas condiciones, de un bien (artículos 950 y 1040
del C.C.).69
La prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva son consideradas por nuestro Código
Civil como instituciones autónomas, por las profundas diferencias que las separan. Al
respecto, Díez Picazo señala que las diferencias entre estas dos instituciones son: "La
usucapión se refiere exclusivamente al dominio y a los derechos reales, mientras que la
prescripción extintiva afecta a toda clase de derechos; la prescripción tiene en cuenta la
inactividad del titular del derecho, mientras la usucapión exige una conducta positiva del
beneficiario, que es una continua y no interrumpida posesión; la prescripción extintiva es
causa de extinción de los derechos o de las acciones que los protegen y la usucapión, en
cambio, consolida la posición del poseedor y le convierte en titular del derecho" (cit. por
PUIG BRUTAU, p. 9). A nuestro entender, el elemento que brinda una diferencia
sustantiva entre la prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva lo constituye el tipo
de conducta de las personas involucradas, mientras que en la extintiva tanto el
prescribiente como el titular del derecho simplemente observan una conducta negativa
consistente, para el primero, en no cumplir con aquel deber al que se encuentra sujeto y,
para el segundo, en no exigir el cumplimiento de dicho deber; en cambio, en la
prescripción adquisitiva, las conductas de los involucrados son contrarias entre sí, el
prescribiente debe desarrollar una conducta positiva consistente en comportarse respecto
del bien en la forma y condiciones establecidas en la ley, mientras que el titular debe
simplemente desarrollar una conducta negativa, consistente en no reclamar su derecho
de posesión.70
Como existen diferencias que hacen que en la doctrina se estudien estas instituciones por
separado, también existen similitudes, como son "el juego del tiempo y el dato de la
69
70
Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 303-304
Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 304
52
inactividad de un titular que pierde su condición de tal (el deudor que no cobra, el dueño
de la finca que no la reclama) (LACRUZ BERDEJO y otros, p. 189). En efecto, en la
prescripción extintiva el titular de un derecho cualquiera pierde la posibilidad de obtener la
protección jurisdiccional de su derecho, mientras que en la prescripción adquisitiva, el
titular de un derecho real (que según nuestro ordenamiento jurídico solo se puede adquirir
por prescripción el derecho de propiedad y de servidumbres aparentes y susceptibles de
posesión continua) cuyo derecho se extingue por la adquisición de dicho derecho a favor
de otro.71
71
Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 304
53
Capítulo IV ANÁLISIS DE CASOS
CASO N° 1
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
Demandante
Demandado
Materia
Sentencia
:
:
:
:
:
CAS. Nº 1500-2006-AREQUIPA
José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján
Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir Álvarez Lazo
Prescripción adquisitiva de dominio
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte
Suprema de Justicia de La República, integrado por los siguientes
magistrados: Sánchez Palacios Paiva; Gazolo Villata; Pachas Ávalos;
Ferreira Vildózola; Salas Medina.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF):
Hechos del caso:
En el presente caso se refiere a la Casación de la Sentencia de Vista de fecha 20 de abril
de 2006, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa
que en discordia confirmó la sentencia apelada que declaró fundada la demanda de
prescripción adquisitiva de dominio interpuesta por José Guillermo Pariapaza Visa y
Verónica Judith Porcela Luján contra Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir
Álvarez Lazo, declarando a dichos demandantes, propietarios del fundo rústico
denominado “La Riveros” que cuenta con un área de 3,500 m2, ubicado en el Distrito de
Dean Valdivia, Islay, Arequipa inscrito en la Ficha N° 00080155 del Registro de Propiedad
Inmueble; ordenaron la cancelación de los antiguos propietarios que aparecen en la
mencionada ficha registral.
Historia procesal:
•
Se aprecia de la demanda que los demandantes (José Guillermo Pariapaza Visa y
Verónica Judith Porcela Luján), interpusieron demanda de prescripción adquisitiva
54
de dominio dirigiéndola contra los nombrados emplazados, solicitando que se les
declare propietarios del predio rústico denominado “La Riveros”, antes
mencionado.
•
De la pretensión de dicha demanda, los actores señalan que se encuentran en
posesión del bien inmueble por más de 14 años, desde el 29 de abril de 1985,
por tradición efectuada a su favor, en mérito al contrato de compra venta
celebrado con Antonia Micaela Oporto Ramos Viuda de Coaguila, acto jurídico que
fue elevado a Escritura Pública el mismo año, y desde dicha fecha mantienen la
posesión pacífica, continua, pública y como propietarios, contando además con
justo título por lo que se encuentran bajo los supuestos de la Novena Disposición
Complementaria del Decreto Legislativo N° 653, para adquirir el inmueble por
prescripción.
•
Las instancias de mérito han amparado la demanda, bajo el argumento que los
actores acreditaron encontrarse en posesión del referido inmueble desde 1985,
habiéndola mantenido en forma pacífica, continua, pública y como propietarios,
razón por la cual desde 1990 cumplieron con los requisitos necesarios para la
adquisición de la propiedad rural vía prescripción adquisitiva; es más, señalan que
si bien hay un proceso de nulidad de acto jurídico seguido por la ahora
demandada contra los accionantes, declarando nula la compra venta, esto no
resta eficacia a la pretensión incoada, debido a que en el proceso no se discute la
validez del título;
•
Por otro lado: La emplazada (Blanca Violeta Álvarez de Álvarez), inscribió su
derecho de propiedad
sobre el predio sublitis en 1997, como se verifica del
asiento registral cuya cancelación se pretende, promoviendo inmediatamente
contra los actores acción de desalojo por ocupación precaria, en la que se
solicitó la restitución del predio sublitis, proceso que concluye con resultados
55
favorables a los ahora demandantes, desde dicha data hasta la interposición de la
presente demanda
(27 de diciembre de 1999), la parte emplazada les he
requerido la devolución del bien de su propiedad.
•
Se advierte que al proceso principal se acompaña el expediente N° 97-99 del 25
de agosto de 1999, se admitió la demanda promovida por Blanca Violeta Álvarez
de Álvarez contra los accionantes sobre reivindicación y nulidad de acto jurídico
contenido en la Escritura Pública, documento considerado por los actores como
justo título en el que amparan su derecho para el presente proceso de prescripción
adquisitiva.
•
Finalmente es de señalar también que el 30 de diciembre de 1999, la citada
emplazada denuncio penalmente a los actores y a Antonia Micaela Oporto Ramos
Vda. de Coahuila por los delitos de falsificación de documentos y esteleonato en
su agravio, por ello desde la fecha en que inscribió su derecho estuvo cuestionado
el documento por el que supuestamente le fue transferida la propiedad a los
demandantes del inmueble sublitis.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
•
La propiedad inmueble se adquiere por prescripción adquisitiva de dominio
mediante la posesión continua, pacífica y pública, como propietario durante los 10
años, y se adquiere a los 05 cuando medie justo título y buena fe, ello está
claramente establecido en el Código Civil en su artículo 950.
•
Siendo esto así, entonces se plantean los siguientes cuestionamientos jurídicos: a)
Sabiendo que el Juzgador debe pronunciarse sobre la usucapión que cumpla con
los mencionados requisitos para la misma y siendo que su fallo de carácter
declarativo y limitante en constar los hechos que son precisamente dicha
56
posesión pacífica, continua y pública, ante esto, se presenta el caso de que si
pasará el plazo respectivo de posesión, ¿se adquiere el derecho de propiedad del
inmueble por prescripción por el solo hecho de haberse cumplido el plazo
establecido en el artículo 950 del Código Civil? o ¿será necesaria una declaración
judicial respectiva que le atribuya dicho derecho?.
•
Otra cuestión jurídica importante es que ¿Si habiendo sido interpuesta una
demanda de reivindicación del bien, o de desalojo de la propiedad dentro de los
diez o cinco años en los que se adquiere el derecho sobre el inmueble por
prescripción adquisitiva, ello conlleva que se pierda la posesión pacífica del bien?
o ¿Qué sucede en caso contrario si es que se dieran dichos procesos descritos,
después de dicho plazo, pero aún así, la parte no hubiera interpuesto alguna
acción de prescripción adquisitiva para ser reconocido su derecho sobre el bien
inmueble?
•
Otro cuestionamiento jurídico es que sabiendo que cuando media justo título el
plazo para adquirir el bien por prescripción es de 5 años tal como lo establece el
propio artículo 950 del Código Civil y el mismo Decreto Legislativo N° 653 en su
Novena Disposición Complementaria en caso de predios rústicos; siendo así ¿Qué
sucede si este justo título es declarado con posterioridad nulo mediante proceso
de nulidad de acto jurídico? o ¿Qué sucede si durante el plazo establecido para
está mediación del justo título fue declarada su nulidad, con posterioridad a ya
haber adquirido la prescripción bajo este justo título?, ¿Será válido el derecho
adquirido de prescripción por justo título?.
Holding:
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte Suprema de Justicia
de La República establece como norma general la siguiente: “…, que debe precisarse que
la prescripción adquisitiva de dominio o usurpación, tiene por objeto transformar una
57
situación de hecho (la posesión), en una de derecho (reconocimiento de la titularidad), a
favor del poseedor que no ha sido interrumpido durante el tiempo que posee, siempre que
acredite los requisitos de continuidad, pacificidad, publicidad y como propietario, que
exige la ley”.
El Rationale:
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte Suprema de Justicia
de La República se apoya en las siguientes razones para el Holding:
•
Tiene en cuenta la fecha en que tomaron posesión y la de interposición de la
presente demanda. Debe indicarse que no se ha acreditado que los accionantes
hayan sido declarados propietarios, pues no existe resolución judicial que así lo
demuestre, toda vez que el hecho de estar en posesión y conducir el inmueble por
varios años, no les otorga la calidad de propietarios mientras no hayan hecho valer
su derecho conforme a ley en la acción correspondiente, habiendo efectuado tal
circunstancia recién con la interposición de la presente demanda.
•
Queda claro que al interponer la presente demanda los accionantes ya no
ostentaban una posesión pacífica, pues no puede considerarse tal, la que se ve
perturbada por la acción judicial de reivindicación a la que se ha hecho referencia,
careciendo por ello de relevancia la alegación de los demandantes de haber
poseído por más de 14 años el inmueble respecto del cual omitieron
oportunamente haberlo ganado su dominio vía usucapión.
•
Que se ha configurado la denuncia de aplicación indebida de la Novena
Disposición Complementaria del Decreto Legislativo N° 653, pues la pretensión
incoada no debió ser analizada, bajo los alcances de dicho dispositivo, al no darse
los supuestos previstos en dicha norma, toda vez que a la fecha de interposición
de la demanda, ya no se configuraba el requisito de pacificidad en la posesión.
58
•
Que en cuanto en la acción reivindicatoria no solo se dispuso la restitución del
predio a la emplazada, sino que se declare la nulidad del justo título de los
actores, proceso que, como se ha indicado, fue promovido con anterioridad al
presente.
•
Que los juzgadores no han tomado en cuenta lo dispuesto en el artículo 950 del
Código Civil, pues a la fecha de interposición de la presente demanda, su
posesión no era pacífica, requisito previsto en dicha norma para acceder a la
propiedad por prescripción adquisitiva, por tanto la referida pretensión deviene
objetivamente en infundada.
Fallo:
Declararon FUNDADO el recurso de casación por Blanca Violeta Álvarez de Álvarez, en
consecuencia NULA la Resolución de Vista de fojas 878 de fecha 20 de abril de 2006;
actuando en sede de instancia REVOCARON la resolución apelada de fojas 504 de fecha
30 de julio de 2002, que declare fundada la demanda; REFORMÁNDOLA la declararon
INFUNDADA la demanda.
CONCLUSIONES:
•
En la casación analizada, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente
de la Corte Suprema de Justicia de la República, se observa en la misma que el
criterio asumido ha sido que la sentencia de prescripción adquisitiva tiene un
carácter constitutivo, porque establecen que no hay posesión pacifica, continua y
pública, mientras esta no se declare; por lo que los demás procesos surten sus
efectos, mientras la prescripción adquisitiva no sea declarada.
•
Ahora si se hubiera valorado el presente caso bajo el criterio de la prescripción
declarativa, se hubiera resuelto de distinta manera, ya que los procesos
entablados luego de transcurrido el plazo para prescribir, no hubiesen surtido sus
59
efectos; entonces llegamos a la conclusión que esta Sala Suprema no ha
distinguido entre lo constitutivo y declarativo;
•
Por otro lado si se hubiera valorado la interrupción del plazo, como se propone en
este trabajo, el primer juicio que interrumpió la prescripción, al iniciarse en el año
1997, y teniendo en cuenta que los poseedores señalan estar en posesión del
inmueble desde el año 1985, el plazo para prescribir ya se había cumplido, dicho
primer juicio no interrumpe el plazo de la prescripción.
60
CASO N° 2
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
Demandante
Demandado
Materia
Sentencia
:
:
:
:
:
Sentencia Casatoria Nº 4684-2008.
Edelmira Fuentes Díaz
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque
Prescripción Adquisitiva de Dominio
Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República,
integrado por los siguientes magistrados: Tavara Cordova; Solis
Espinoza, Palomino García, Castañeda Serrano, Idrogro Delgado.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
Estamos ante un proceso acumulado, con fecha 15 de octubre del 2001, donde se
discuten las siguientes pretensiones:
I. Primer proceso acumulado: La demandante, Edelmira Fuente Díaz, solicita la
reivindicación, y entrega de bien, pago de frutos e indemnización de daños y perjuicios,
reclamando la restitución del predio urbano sito en el Asentamiento Humano Marginal en
el UPIS César Vallejo, lote 15, manzana U, de la Calle Las Piedras, hoy Calle Las
Cucardas Nº 270, Chiclayo, la que dirige contra los actuales poseedores, Victoriano
Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos.
Al contestar la demanda los demandados sostienen que la actora no tiene interés
económico y moral, pues su supuesta causante, Zulma Pérez Díaz (madre de la actora),
tiene herederos forzosos.
Por otro lado, reconvinieron la demanda, reclamando la nulidad del título de propiedad de
Zulma Pérez Díaz y, accesoriamente, solicitan la cancelación del asiento registral;
II. El segundo proceso acumulado, interpuesto por los señores Victoriano Campos
Villalobos y Elisa Requejo Santos, solicitan se les declare propietarios del inmueble antes
mencionado por prescripción adquisitiva de dominio, esgrimiendo como fundamentos de
hecho que ocupan el inmueble desde hace 11 años en forma continua, pacífica y pública
61
en virtud del contrato de compraventa de fecha 15 de noviembre de 1988, por lo que
sería de aplicación la prescripción corta, es decir, el plazo de cinco años pues ostentan un
justo título y buena fe. Precisamente, el cumplimiento o no del presupuesto de la
pacificidad es objeto del presente recurso.
Historia procesal: Se tienen los siguientes hechos:
•
La existencia del proceso judicial sobre impugnación de resolución administrativa
Nº 576-89, el cual fue iniciado en marzo de 1989, precisamente por los señores
Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Campos a fin de que se declare la
nulidad de la Resolución Municipal Nº 0200-89-CPCH/A y el título de propiedad
serie B – 08345, extendidos por el Concejo Provincial de Chiclayo a favor de
Zulma Pérez Díaz, a fin de adjudicarle el lote de terreno Nº 15, Manzana “U” de la
UPIS “César Vallejo”, Chiclayo; proceso que se tiene a la vista y del cual se
verifica que se trata del mismo predio en litigio.
•
Y la existencia del proceso judicial sobre reivindicación iniciado por la recurrente
(Edelmira Fuentes Díaz), hija de la causante doña Zulma Pérez Díaz, respecto del
predio en litigio, donde consta la inscripción de la demanda de reivindicación en la
Ficha Registral del predio litigioso en el año 1990.
•
Edelmira Fuentes Díaz interpone recurso de casación, en contra la Sentencia de
Vista de fecha 14 de agosto del año pasado (2007), expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la apelada
en los extremos que declara infundada la demanda de prescripción adquisitiva de
dominio y la reconvención sobre nulidad de título de propiedad y cancelación de
asiento registral; reformándola, declararon fundados dichos extremos.
62
•
Que esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha 16 de enero del año en
curso (2008), ha declarado procedente el recurso de casación por la causal
relativa a la interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
•
La propiedad inmueble se adquiere por prescripción adquisitiva de dominio
mediante la posesión continua, pacífica y pública, como propietario durante los 10
años, y se adquiere a los 05 cuando medie justo título y buena fe, ello está
claramente establecido en el Código Civil en su artículo 950.
•
Siendo así, entonces se plantean los siguientes cuestionamientos jurídicos: a)
Sabiendo que el Juzgador debe pronunciarse sobre la usucapión que cumpla con
los mencionados requisitos para la misma y siendo que su fallo debe ser de
carácter declarativo y limitante en constar los hechos que son precisamente dicha
posesión pacífica, continua y pública, ante esto, se presenta el caso de que si
pasará el plazo respectivo de posesión, ¿se adquiere el derecho de propiedad del
inmueble por prescripción por el solo hecho de haberse cumplido el plazo
establecido en el artículo 950 del Código Civil? o ¿se estaría incumpliendo el
elemento de la pacificidad por el hecho que los propios poseedores hayan abierto
un proceso administrativo contra la supuesta propietaria del inmueble?.
•
Otra cuestión jurídica importante es que si habiendo interpuesta una demanda de
reivindicación del bien, o cuestionamiento administrativo dentro de los diez o cinco
años en los que se adquiere el derecho sobre el inmueble por prescripción
adquisitiva, ¿ello conlleva que se pierda la posesión pacifica del bien? o ¿qué
sucede en caso contrario si es que se dieran dichos procesos descritos, después
63
de dicho plazo, pero aún así, la parte no hubiera interpuesto alguna acción de
prescripción adquisitiva para ser reconocido su derecho sobre el bien inmueble?
•
Otro cuestionamiento jurídico es el señalar que si el bien cae en abandono por la
propietaria del inmueble, y los poseedores le dan el valor social adecuado al bien
durante el periodo de 10 o 05 años, ¿adquieren los poseedores el derecho sobre
el bien por prescripción adquisitiva?
Holding:
La Sala Suprema de la República establece como norma general la siguiente: “Sostiene
que la prescripción de la propiedad de un inmueble se adquiere cuando se ha poseído en
forma pacífica, continua y pública, conforme establece el numeral glosado; sin embargo,
según refiere, en el caso en concreto, con el proceso de reivindicación iniciado el 06 de
abril del 2000 se habría interrumpido la posesión pacífica, continua y pública; es más con
el proceso número 576-89, sobre demanda de impugnación de resolución administrativa y
nulidad de título de propiedad, iniciada por don Victoriano Campos Villalobos y esposa
contra el Concejo Municipal de Chiclayo, se acredita que los demandados no poseyeron
en forma pacífica, continua y pública durante 10 años, conforme establece el artículo 950
del Código Civil, más bien se ha dado una interpretación errónea de dicho numeral.”
El Rationale:
De la Sala Suprema de la República se apoya en las siguientes razones para el Holding:
Que si bien la Sala Superior, al expedir la resolución impugnada, considera que no puede
prosperar la interrupción civil de la prescripción adquisitiva desde noviembre de 1988 por
la sola reclamación judicial tendiente a hacerla cesar mediante demanda de reivindicación
y otros, de fecha 06 de abril 2000, interpuesta por la recurrente; asimismo, afirma que
tampoco configura conflicto judicial el sólo hecho que los recurrentes dieron origen al
proceso administrativo y/o la demanda sobre reivindicación interpuesta por Zulma Pérez
Díaz, pues –según refiere‐ en este caso al no tener coincidencia respecto a los hechos y
64
ubicación exacta del bien que demandaba, la propia Pérez Díaz lo hizo caer en abandono;
por tanto, el Colegiado revoca la apelada en los extremos que declara infundada la
prescripción adquisitiva de dominio y la nulidad del título de propiedad y asiento registral;
y, reformándola declara fundadas dichas pretensiones.
•
Esta Sala Suprema llega a la conclusión de que efectivamente se ha interpretado
erróneamente el numeral 950 del Código Civil al considerar la Sala Superior que
pese a la existencia de los procesos judiciales antes descritos, que éstos no
interrumpen la prescripción pues no hay identificación del inmueble; sin
embargo, tal razonamiento es erróneo, pues como se ha anotado, dicho precepto
legal que regula el presupuesto de la posesión pacífica se vulnera cuando aparece
de autos que durante el tiempo de la posesión que invoca el usucapiente se ha
cuestionado, a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su
contra, la titularidad del bien litigioso.
•
En el presente caso, como vemos, los prescribientes invocan la usucapión corta,
esto es, a partir del año 1989 hasta el año 1994; sin embargo, durante ese
periodo de tiempo, los demandados no acreditan que el requisito de la posesión
pacífica se haya cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales iniciados
en el año 1989 y 1990, los cuales cuestionan precisamente la titularidad del bien
en litigio durante el periodo de tiempo en que se sustenta la prescripción
adquisitiva de los señores Victoriano Campos Villalobos y su cónyuge.
•
En conclusión de que el presente medio impugnatorio debe ser amparado al
verificarse la interpretación errónea del numeral 950 del Código Civil.
Fallo:
Fallan declarando FUNDADO el recurso de casación interpuesto por doña Edelmira
Fuentes Díaz a fojas 587; en consecuencia, NULA la Sentencia de Vista obrante a fojas
65
569, su fecha 14 de agosto del año próximo pasado, en los extremos que declara
fundadas la pretensiones de prescripción adquisitiva de dominio y otro.
Actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la sentencia apelada, obrante a fojas
379, su fecha 22 de diciembre del 2007, que declara INFUNDADAS dichas pretensiones,
con lo demás que contiene.
Conclusiones:
•
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República,
concluye que los prescribientes invocan la usucapión corta, esto es, a partir del
año 1989 hasta el año 1994; sin embargo, durante ese periodo de tiempo, los
prescribientes no acreditan que el requisito de la posesión pacífica se haya
cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales iniciados en el año 1989 y
1990, los cuales cuestionan precisamente la titularidad del bien en litigio durante el
periodo de tiempo en que se sustenta la prescripción adquisitiva de los señores
Victoriano Campos Villalobos y su cónyuge (los prescribientes).
•
A la conclusión que llegamos es que efectivamente si los ahora prescribientes,
dentro del periodo de tiempo interpusieron un proceso administrativo en
cuestionamiento de la titularidad del título de propiedad, es de tenerse también
presente que el proceso administrativo según lo establecido en la misma casación
cae en abandono, por tanto tomando en cuenta el periodo de tiempo que los
poseedores están en poder el bien inmueble, obtienen el derecho de prescripción
en cuanto a la temporalidad, en referencia a la pacificad podría haberse vulnerado
la misma con la interposición de un proceso administrativo pero al observar que el
mismo ha caído en abandono por la parte que se le atribuía la propiedad entonces
tampoco por ese lado se perdería la pacificidad; y en cuanto al proceso de
66
reivindicación y otros estos tampoco interrumpirían la pacificidad ni el plazo para
adquirir el derecho por prescripción.
67
CASO N° 3
1) SENTENCIA SELECCIONADA:
Expediente
: CAS. N° 253-2000-LAMBAYEQUE
Materia
: Prescripción adquisitiva de dominio.
Fecha de Res
: 02/01/2001.
Pronunciamiento
: INFUNDADA casación.
Órgano Jurisdiccional : Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República, integrado por los siguientes magistrados: Pantoja,
Iberico, Oviedo de A, Alva y Carrión.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
En la recurrida se sostiene que la demanda de desalojo por ocupación precaria
interpuesta en su contra por los ahora demandados interrumpió su posesión continua,
dejando de ser pública y pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada
infundada por improbada, pues la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data
de sus ancestros.
Historia procesal:
El recurso de casación es interpuesto por Carlos Ibáñez Carmona contra la sentencia de
vista que revocando la apelada que declara fundada la demanda y reformándola declara
Infundada dicha demanda, calificando la Sala Suprema declarado procedente dicho
recurso por la interpretación errónea de los artículos 871° del Código Civil de 1936 y el
950° del Código Civil vigente, así como de la doctrina jurisprudencial al sostener en la
recurrida que la demanda de desalojo por ocupación precaria interpuesta en su contra por
los ahora demandados interrumpió su posesión continua, dejando de ser pública y
pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada infundada por improbada; y
que la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data de sus ancestros.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
68
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean, son las siguientes:
¿La prescripción adquisitiva es susceptible de interrupción civil mediante el ejercicio de
una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el predio?
¿Qué para que proceda la prescripción adquisitiva basta que la posesión sea continua?
¿Sí se altera esta situación porque el propietario se hace presente, se interrumpe la
posesión y ésta deje ser pacífica?
Holding:
La Sala Suprema señala que: “La prescripción adquisitiva también es susceptible de
interrupción civil mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión
que se ejerece sobre el predio. Que en ese sentido para que proceda la prescripción
adquisitiva no basta que la posesión sea continua, sino la indiferencia de aquel que se
cree con mejor derecho al predio, de tal modo que si se altera esta situación porque el
propietario se hace presente, se interrumpe la posesión y ésta deje ser pacífica.”
El Rationale:
Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República se apoya en las
siguientes razones para el Holding:
•
Que, existen dos clases de interrupción de la prescripción adquisitiva: la natural y
la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida de la posesión y
la segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve perturbado
por presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como verdadero
dueño; en este sentido, la interrupción natural se encontraba recogida en el
artículo 875 del Código Civil de 1936 cuyo texto transcribe literalmente el artículo
953 del Código Civil vigente. Así el Código Civil de 1936 contenía en su artículo
876 una norma que establece que regía para la prescripción adquisitiva las reglas
de la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables; y en virtud de esta norma
69
resultaban de aplicación a la prescripción adquisitiva las normas pertinentes sobre
interrupción civil, en especial las contenidas en los artículos 1173 incisos 2 y 6,
que regulan la interrupción de la prescripción por reconocimiento en el caso de
usucapión de la existencia del derecho de propiedad del tercero o la citación
judicial.
•
El Código Civil vigente cuando haya omitido consignar una disposición similar a la
contemplada en el artículo 876 del Código Civil de 1936, resulta evidente que la
prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil, mediante el
ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el
predio; en ese sentido debe tomarse en cuenta que para que proceda la
prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión continua, sino la
indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de modo que si se
altera esta situación porque el propietario se hace presente se interrumpe la
posesión, esta deja de ser pacífica
•
El artículo 953 del Código Civil exige que para que proceda la prescripción
adquisitiva debe poseerse de forma continua, pacífica y pública por un tiempo
determinado, en ausencia de cualquiera de estas condiciones no opera la
usucapión, por consiguiente la interrupción de la prescripción por citación con la
demanda conducente a recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir efectos
en los casos y del artículo 1997 del Código Civil actual y en los casos del artículo
1174 del Código Civil de 1936, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al
desistimiento y al abandono.
•
Se encuentra dentro de los supuestos en los que queda sin efecto la interrupción
de la prescripción adquisitiva el caso en que una demanda de desalojo interpuesta
por quien alega propiedad hubiera sido declarada infundada, no sólo porque esta
posibilidad no ha sido expresamente prevista en la Ley, sino porque la acción de
70
desalojo no es la vía en la que se define el derecho de propiedad sobre un bien;
por consiguiente la existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio
de una ulterior acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la
existencia del derecho real alegado.
Fallo:
Se declara infundado el recurso de casación interpuesto por Carlos Ibáñez Carmona.
Conclusiones:
•
Existen dos clases de interrupción de la prescripción adquisitiva: la natural y la
civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida de la posesión y la
segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve perturbado por
presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como verdadero
dueño.
•
La interrupción natural se encontraba recogida en el artículo 875° del Código Civil
de 1936 cuyo texto transcribe literalmente el artículo 953° del Código Civil vigente.
•
El Código Civil de 1936 contenía en su artículo 876° una norma que establece que
regía para la prescripción adquisitiva las reglas de la prescripción extintiva en
cuanto sean aplicables y en virtud de esta norma resultaban de aplicación a la
prescripción adquisitiva las normas pertinentes sobre interrupción civil, en especial
las contenidas en los artículos 1173° incisos 2 y 6, que regulan la interrupción de
la prescripción por reconocimiento en el caso de usucapión de la existencia del
derecho de propiedad del tercero o la citación judicial.
•
Aunque el Código Civil vigente haya omitido consignar una disposición similar a la
contemplada en el artículo 876 del Código Civil de 1936, resulta evidente que la
prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil, mediante el
71
ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el
predio
•
Para que proceda la prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión
continua, sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de
modo que si se altera esta situación porque el propietario se hace presente se
interrumpe la posesión, esta deja de ser pacífica.
•
La interrupción de la prescripción por citación con la demanda conducente a
recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir efectos en los casos y del
artículo 1997° del Código Civil actual y en los casos del artículo 1174° del Código
Civil de 1936, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al desistimiento y al
abandono
•
Queda sin efecto la interrupción de la prescripción adquisitiva el caso en que una
demanda de desalojo interpuesta por quien alega propiedad hubiera sido
declarada infundada, no sólo porque esta posibilidad no ha sido expresamente
prevista en la Ley, sino porque la acción de desalojo no es la vía en la que se
define el derecho de propiedad sobre un bien.
•
La existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio de una ulterior
acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la existencia del
derecho real alegado.
72
CASO N° 4
1) SENTENCIA SELECCIONADA:
Expediente
: CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD
Demandante
: Victoria Marleny Soto Zavaleta.
Demandado
: Armando Alfredo Pinillos Mejía y otros.
Materia
: Prescripción adquisitiva de dominio.
Fecha de Res
: 12/07/2011
Pronunciamiento
: Recurso IMPROCEDENTE
Órgano Jurisdiccional: Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República, integrado por los siguientes magistrados: Ticona Postigo; Aranda Rodríguez;
Palomino García; Valcárcel Saldaña; Miranda Molina.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
La señora Victoria Marleny Soto Zavaleta, ejerce la posesión en forma pacifica del bien
materia de litis, donde el demandado Armando Alfredo Pinillos Mejía aduce en su recurso
de casación que, es cuestionable el ejercicio pacifico de la posesión de la actora, pues
alega que hubo un proceso de prescripción donde la demandante conjuntamente con la
Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis - cuadra veintiuno (contenido
en el expediente número dos mil ochocientos cuarenta y nueve - dos mil dos, seguido
ante el Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo) inició un proceso judicial
sobre prescripción adquisitiva de dominio en contra del recurrente, cuya medida cautelar
de anotación de demanda obra inscrita en la Partida número uno uno cero uno cuatro dos
seis dos del Registro de Propiedad Inmueble, proceso que culminó vía excepción de falta
de legitimidad para obrar de la precitada Asociación, declarando nulo lo actuado y por
concluido el proceso, lo que demuestra la posesión no pacífica de la demandante
respecto del inmueble submateria.
Historia procesal:
73
El recurso de casación es interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía, calificando la
Sala Suprema los requisitos de admisibilidad y procedencia conforme a la modificación
establecida por la Ley número 29364, previstos en el artículo 387 y 388 del Código
Procesal Civil respectivamente; en el caso particular de los requisitos de procedencia, se
invoca como causal la infracción normativa de los artículos 950°, 2012° y 2013° del
Código Civil; que según expone inciden directamente sobre la decisión impugnada. Sin
embargo, al fundamentar el recurso de casación respecto a la infracción normativa
material, denuncia que se han inaplicado las normas denunciadas, porque existió un
proceso sobre prescripción adquisitiva de dominio que fue instaurado por la Asociación de
Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis, cuadra veintiuno, contra el impugnante, el
cual según expone concluyó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la referida
Asociación; y agrega que la sentencia impugnada adolece de un estado de anormalidad,
pues contiene infracciones normativas que son vicios o errores de razonamiento, de juicio
o de contenido que inciden en la decisión impugnada y que es materia del citado recurso,
afectando las disposiciones previstas en los incisos 3, 5 y 14 del artículo 139 de la
Constitución Política del Estado.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean, a pesar de haber sido
declarado improcedente el recurso de casación es la siguiente:
¿Se enerva la pacificidad de la posesión si en un proceso de usucapión anterior con otro
demandante, que habría concluido por falta de legitimidad para obrar de este, el
demandado no manifestó su posición de recuperar el bien inmueble?
Holding:
74
La Sala Suprema señala que: “No se enerva la pacificidad de la posesión si en un proceso
de usucapión anterior con otro demandante, que habría concluido por falta de legitimidad
para obrar de este, el demandado no manifestó su posición de recuperar el bien
inmueble.”
El Rationale:
Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República se apoya en las
siguientes razones para el Holding
•
En el fondo el recurrente pretende el reexamen de los hechos y de las pruebas
debatidos en el desarrollo del proceso con el objeto de variar el sentido de la
decisión; destacándose además que el impugnante no probo en autos que el
derecho de posesión de la demandante sobre el terreno respecto al cual solicita
sea declarada propietaria, haya sido interrumpido con el proceso sobre
prescripción adquisitiva de dominio a que hace referencia.
•
Se advierte que dicho proceso fue instaurado por la Asociación de Vivienda
Prolongación Santa cuadra dieciséis, cuadra veintiuno, contra el impugnante, el
cual según expone concluyó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la
referida Asociación, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso, lo que no
enerva el requisito de pacificidad de la demandante en la posesión del bien
inmueble cuya usucapión solicita, ya que no se evidencia que el impugnante haya
manifestado en dicho proceso su posición de recuperar el bien inmueble; por
tanto, el recurso de casación resulta inviable en atención a que su finalidad
esencial radica en la adecuada aplicación e interpretación del derecho objetivo al
caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional emitida por la Corte
Suprema de Justicia de la República.
75
Fallo:
Se declara improcedente el recurso de casación interpuesto por Armando Alfredo Pinillos
Mejía.
Conclusiones:
•
Para afectar el carácter pacífico de la posesión se requiere que se haya
manifestado en el proceso la finalidad de recuperar el bien.
•
La conclusión de un proceso por falta de legitimidad para obrar de una de las
partes o terceros no enerva el requisito de pacificidad de la usucapión, ya que no
se evidencia que el recurrente haya manifestado en el anterior proceso su posición
de recuperar el bien.
•
Resulta un punto dudoso si la necesidad de exigirse la recuperación del bien,
afectaría la pacificidad de la posesión de quien pretende la usucapión; en realidad,
la reivindicatoria o cualquier otra acción de tutela de la propiedad, lo que logran es
interrumpir la usucapión, pero no eliminan la posesión.
•
No se afecta la usucapión por el solo hecho de haber deducido una excepción de
falta de legitimidad de obrar contra un demandante distinto y en un proceso
anterior, sin que el demandado haya pretendido recuperar el bien.
76
CASO N° 5
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
Demandante
Demandado
Materia
Sentencia
: Casación N° 261-2009 Lima
: Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora
Pacheco de Malpartida.
: Banco de la Nación.
: Prescripción adquisitiva de dominio
: La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República, magistrados Tavara Cordova, Palomino García,
Castañeda Serrano, Salas Villalobos, Idrogo Delgado.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
Proceso de prescripción adquisitiva, seguido por don Juan Antonio Hilarión Malpartida
Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida con el Banco de la Nación sobre
prescripción adquisitiva de dominio.
Se indica que existe un proceso sobre ejecución de garantía hipotecaria en el que el
inmueble de mayor extensión dentro del cual se encuentra el área sub-litis ha sido objeto
de adjudicación precisamente a favor de la demandada Banco de la Nación estando en
ejecución un mandato de lanzamiento.
Historia procesal:
Mediante Sentencia de Vista, de fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho, se ha
confirmado la apelada de fecha diecinueve de junio del dos mil siete, la cual declara
infundada la demanda.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
77
•
¿Se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la
declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado
judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el
bien?.
Holding:
La pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva, significa que
la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir
sin generar ningún conflicto con otras personas que se irrogan derecho de propiedad o
posesión sobre el mismo bien; por consiguiente, se incumple el requisito de pacificidad
cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble
ha sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su
posesión sobre el bien; empero, debe precisarse que no es cualquier pretensión la que
interrumpe la posesión pacífica sino toda aquella a través de la cual se busque recuperar
la posesión del inmueble; de tal modo que procesos judiciales en las que no se pretenda
dicha recuperación de posesión carecen del efecto interruptor de la posesión.
El Rationale:
La Corte se apoya en las siguientes razones para el Holding:
Que la sola existencia de un proceso en ninguna forma puede interrumpir la posesión
pacífica que los actores afirman ejercer sobre el inmueble sub-materia; toda vez, que a
través de un proceso de ejecución de garantía hipotecaria en modo alguno se pretende la
recuperación de la posesión de un bien; y si bien es verdad este proceso puede concluir
en el remate o adjudicación del bien gravado con la consiguiente entrega de la posesión
del mismo al nuevo titular, ello no convierte a dicho proceso en uno de naturaleza
78
posesoria; peor aún si el proceso de ejecución de garantía no ha sido seguido contra los
demandantes.
Fallo:
Se declara infundado el recurso de casación interpuesto por don Juan Antonio Hilarión
Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida, en consecuencia no
casaron la sentencia de vista de fojas cuatrocientos once, su fecha veintitrés de octubre
del dos mil ocho.
CONCLUSIONES:
•
No se diferencia si el proceso planteado con anterioridad ha culminado con
sentencia con pronunciamiento de fondo o ha culminado por desestimiento o con
pronunciamiento inhibitorio.
•
No se realiza una distinción con los procesos de naturaleza restitutoria.
•
Se indica que se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que
pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido
demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su
posesión sobre el bien.
•
Para afectar el carácter pacífico de la posesión se requiere que se haya
manifestado en el proceso la finalidad de recuperar el bien.
79
CASO N° 6
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
Demandante
Demandado
Materia
Sentencia
: CAS. Nº 1992-2003 -TACNA
: Lidia Encarnación Cárdenas Valencia
: Juan Luis Gómez Zegarra
: Prescripción adquisitiva de dominio
: La Sala Civil Transitoria de La Corte Suprema de Justicia de La
República, integrado por los siguientes magistrados: Ticona Postigo;
Lazarte Huaco; Rodríguez Esqueche; Egusquiza Roca; Quintanilla Chacón.
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
En el presente caso, los demandantes pretenden se les declare propietarios del bien sublitis, alegando la posesión continua, pacífica y pública del predio desde el año mil
novecientos treintitrés, esto es por más de sesenticuatro años
Historia procesal:
Mediante resolución de vista, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Tacna Moquegua, de fecha veintidós de abril del dos mil tres, se Confirmó la sentencia de fecha
cuatro de noviembre del dos mil dos, y la que corrige de fojas mil seiscientos
setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara infundada
la tacha formulada por el demandado Juan Luis Gómez Zegarra de fojas trescientos
veintiuno y fundada la demanda, interpuesta por Lidia Encarnación Cárdenas Valencia en
contra de Juan Luis Gómez Zegarra sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio.
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
•
¿Se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la
declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado
80
judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el
bien?
Holding:
Que, ende se concluye que con la sola existencia de un proceso judicial donde se discuta
los derechos de personas distintas de quien pretende adquirir el mismo bien por
prescripción adquisitiva, se interrumpe la posesión pacífica que exige el artículo
novecientos cincuenta acotado.
El Rationale:
La Corte se apoya en las siguientes razones para el Holding
•
Que la pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva de
dominio, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por
prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los
demás; siendo de considerar que dicho precepto legal se vulnera cuando aparece
de autos que la posesión ha sido cuestionada a través de algún proceso judicial
que se haya instaurado en su contra y en el cual se discuta respecto del bien sub
Litis.
•
La posesión pacífica en que se amparan los demandantes se ha visto interrumpida
por varios procesos judiciales entablados entre las partes actoras, como lo son
sobre pago de mejoras (expediente número ciento veintiocho - noventicuatro), de
desalojo
por
ocupante
precario
(expediente
cuatrocientos
veintinueve
-
noventicuatro), demanda de Nulidad de Suscripción y Nulidad de Escritura Pública
(expediente doscientos setentisiete - noventicinco).
Fallo:
Se declara fundado el recurso de casación; en consecuencia NULA la resolución de vista
de fojas mil setecientos sesentidós, su fecha veintidós de abril del dos mil tres; y Actuando
81
en Sede de Instancia; REVOCARON la sentencia de Primera Instancia, su fecha cuatro
de noviembre del dos mil dos y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve,
fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara fundada la demanda de
fojas noventinueve con lo demás que contiene; Reformándola declararon: INFUNDADA
dicha demanda.
CONCLUSIONES:
•
No se diferencia si los procesos planteados con anterioridad han culminado con
sentencia con pronunciamiento de fondo o ha culminado por desistimiento o con
pronunciamiento inhibitorio.
•
La pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva de
dominio, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por
prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los
demás.
82
CASO N° 7
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
: CAS. N° 4112-2010-LIMA
Demandante : Complejo Industrial Pecuario El Labrador S.A.
Demandado : Superintendencia Nacional de Bienes Estatales
Materia
: Prescripción Adquisitiva de Dominio
Sentencia
: Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema
de Justicia de la República, integrado por los siguientes magistrados:
Vinatea Medina, Yrivarren Fallaque, Mac Rae Thays, Morales Gonzáles y
Chaves Zapater
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso:
Que la entidad denominada “De la Chacra a la Olla” (que ahora es el Complejo Industrial
Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA), el 13 de marzo de 1975, solicitó a la Dirección
Nacional de Reforma Agraria la adjudicación en venta de un terreno eriazo de 10
Hectáreas ubicado en “Piedras Gordas” para que sea un aporte de capital para la
empresa “De la Chacra a la Olla EPS”, emitiéndose con fecha 08 de julio de 1977 la
Resolución Directoral N° 1641-77-DGRA/AR, por el Director de la Zona Agraria IV del
Ministerio de Agricultura, que aprobó su solicitud, quedando el Estado obligado a
transferirle la propiedad pero que nunca se inscribió dicha transferencia, lo que no impidió
que el Complejo continuara con sus actividades industriales sobre el terreno.
Con fecha 22 de febrero de 1982 la Fuerza Área del Perú (a través del Ministerio de
Defensa) interpuso demanda de Desalojo contra la entidad denominada “De la Chacra a
la Olla” (que ahora es el Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA),
sobre el terreno de 70 Hectáreas, el cual estaba superpuesto con el terreno de 10
Hectáreas que ocupaban; en éste proceso de ordenó el Desalojo del bien.
Que, en el Acta de Entrega de fecha 20 de abril de 1990 (celebrada por haberse dejado a
salvo por la Corte Suprema una pretensión indemnizatoria que pudiera demandar la
83
demandada), se celebró entre ambas partes (el Complejo Industrial Pecuario el Labrador
S.A. – CIPELSA y la Fuerza Área del Perú, una acta por la cual, ésta última le entregaba
a la ahora demandante un terreno de 5 Hectáreas (que es el bien que ahora pretende se
le declare propietario por prescripción adquisitiva) como compensación por daños y
perjuicios a consecuencia del proceso de Desalojo que interpusiera la Fuerza Área del
Perú, que mantenía en posesión y que respecto de dicha área no se ejecutó la sentencia
de desalojo.
3) Historia procesal:
•
El Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA, interpone demanda
de prescripción adquisitiva para que se le declare propietario de los terrenos
constituidos por el Sublote A-2 y Sublote A-3, ubicados en la zona denominada
“Piedras Gordas”, ubicada en el Kilómetro 31 (ahora Kilómetro 40.5) de la
Carretera Panamericana Norte, del Distrito de Santa Rosa, provincia y
departamento de Lima, cuya extensión comprende 05 Hectáreas.
•
La Sentencia de Primera Instancia declara Fundada la demanda interpuesta de
prescripción adquisitiva de dominio y en consecuencia declara al el Complejo
Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA propietario del bien sublitis.
•
La Sentencia de Vista de fecha 18 de enero del 2010, expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, confirma la recurrida.
•
La Superintendencia Nacional de Bienes Estatales interpone recurso de Casación
contra la Sentencia de Vista.
•
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de
justicia de la República con fecha 14 de junio del 2012, declara infundado el
recurso de casación.
4) Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
84
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
•
Que, la pacificidad para estar acreditada requiere que no exista violencia al inicio
de la posesión y que el decurso posterior de la misma no solo se mantenga de
manera no violenta sino también de modo no controvertido (poseedor se comporte
como propietario de manera continua, ante todos y sin controvertir su derecho
frente a otro, desde el inicio de su posesión).
•
Que, el Desalojo seguido en contra del poseedor controvierte la posesión de la
actora y trae como consecuencia que exista una posesión no pacífica.
•
Que, el acta de entrega de del bien por parte del propietario al poseedor en el
procesos de Desalojo, hace que se convierta una posesión no pacífica en pacífica.
5) Holding:
La Corte Suprema establece como norma general la siguiente: “La controversión de la
posesión a través de un proceso judicial de Desalojo, hace que se pierda la pacificidad de
la posesión y por tanto no se puede prescribir, salvo que el propietario del predio, haya
consentido en la entrega voluntaria del área que se pretende prescribir”
6) El Rationale:
El Tribunal Constitucional se apoya en las siguientes razones para el Holding
•
Que, la posesión pacífica debe ser ejercida sin perturbación y con aceptación de
los demás integrantes de la sociedad.
•
Que, la pacificidad requiere que no exista violencia al inicio de la posesión y en el
decurso posterior a la misma.
•
Que, la pacificidad debe entenderse también del modo que no se controvierta la
posesión a través de procesos judiciales como el Desalojo.
•
Que, si bien el Desalojo controvierte la pacificidad de la posesión, pero si la
posesión ejercida por el prescribiente deriva de la entrega voluntaria hecha por el
85
propietario para compensar un asunto litigioso, no se pierde la pacificidad de la
posesión.
•
Que, el Desalojo fue por 10 Hectáreas y la prescripción es sólo por 05 Hectáreas,
por lo que se controvertía un terreno mayor
7) Fallo:
Se declara infundado el Recurso de Casación interpuesto por la superintendencia
Nacional de Bienes Nacionales contra la Sentencia de Vista de fecha 18 de enero del
2010.
86
CASO N° 8
1) SENTENCIA SELECCIONADA
Expediente
: CAS. N° 2562-2011 - Lima
Demandante
: Raymundo Mullo Romero
Demandado
: Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507
Materia
: Prescripción adquisitiva
Sentencia
: Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema, integrado por los
magistrados: Ticona Postigo, Aranda Rodríguez, Ponce de Mier,
Valcárcel Saldaña, Miranda Molina
2) SINOPSIS (CASE BRIEF)
Hechos del caso e Historia procesal:
•
El señor Raymundo Mullo Romero interpone demanda contra la Cooperativa de
Vivienda El Valle Limitada 507, solicitando se le declare propietario por
prescripción adquisitiva de dominio del bien inmueble ubicado en el lote de terreno
número 35 y 36 de la Manzana “A”, cuarta etapa, de la Cooperativa de Vivienda El
Valle, del distrito de San Juan de Lurigancho.
•
En su condición de socio el terreno sublitis, le fue otorgado en adjudicación, por la
demandada, con fecha 26 de diciembre de 1972, fecha desde la cual ejerce
posesión.
•
La Sentencia de primera instancia declara infundada la demanda, siendo
confirmada por la Sala Superior, al establecer que de autos de verifica que sobre
el lote sub litis han existido varios procesos seguidos en diversos momentos en
reclamo de derechos que ostentarían terceros, todo los cual demuestra que la
posesión ejercida por el accionante no es pacífica.
87
Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues):
Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes:
•
¿La existencia de otros procesos judiciales, afectan la posesión pacifica
alegada por el demandante?
Holding:
La Corte Suprema establece lo siguiente: “La motivación de las judiciales es una garantía
de la función jurisdiccional y, en nuestro ordenamiento jurídico está regulada por los
artículos 139, inciso 5 de la Constitución Política del Perú.”
El Rationale:
La Corte Suprema se apoya en las siguientes razones:
•
Que el considerando quinte del Ad quem ha citado, como sustento de su fallo,
cuatro expediente judiciales que tendrían relación con el inmueble materia de
controversia en el presente proceso; sin embargo, no ha precisado en qué
modo habría afectado la posesión pacifica alegada por el demandante,
teniendo en cuenta que de la indicación hecha por el propio Ad quem sobre las
parte contendientes en dichos proceso, no se aprecia que se hubieran incoado
contra el demandante, ahora recurrente
•
El Ad quem tampoco ha precisado si en los cuatro procesos citados el bien
inmueble controvertido es el mismo de los presente autos, siendo ello
indispensable a fin de determinar si tales procesos tienen incidencia en esta
causa.
Fallo:
Fundado el recurso de casación, casaron la sentencia de vista, en consecuencia nula la
misma.
88
Conclusiones:
•
Si bien es cierto en la presente ejecutoria no se dice de manera expresa sobre
la cuando se interrumpe la pacificidad de la posesión, si da a entender que la
misma no se vería interrumpida si los procesos judiciales existentes, no han
sido interpuestos contra el demandante.
•
Así también es importante señalar que en dichos procesos judiciales
existentes, el inmueble que se pretende usucapir, debe ser el mismo.
•
Sin embargo, de acuerdo a lo estudiado en la presente tesina, la Corte
Suprema mantiene su interpretación, en cuanto a que los procesos judiciales,
interrumpen la pacificidad de la posesión y no como se sostiene en la presente,
el plazo prescriptorio.
89
Capítulo V CONCLUSIONES
•
Concebimos a la posesión como un exclusivo poder de hecho que tiene un
sujeto sobre un bien del cual viene poseyendo, no requiriéndose contar con
algún derecho que le sustente, por ser una situación eminentemente fáctica, lo
que no le impide que produzcan consecuencias jurídicas, con dicha posesión.
•
Admitimos que la prescripción adquisitiva de dominio, no sólo es una
institución destinada para la adquisición de la propiedad, sino también como
tiene utilidad como instrumento de saneamiento de misma, en mérito a que
existe una línea jurisprudencial y doctrinaria que opina a favor de esta utilidad.
•
Consideramos que la prescripción adquisitiva de dominio es una acción
declarativa, puesto que únicamente se limita a declarar el derecho del
poseedor, sin constituirlo, siendo propietario por el mero transcurso del plazo
legal, a lo que se suma de manera copulativa los requisitos establecidos en el
artículo 950 del Código Civil.
•
Aseveramos, que la acción de prescripción adquisitiva de dominio al ser
declarativa, en consecuencia la posesión de un bien, es ya considerada como
fuente de oponibilidad de derechos.
•
La pacificidad de la posesión, como requisito copulativo para que opere la
prescripción adquisitiva de dominio, debe entenderse que esta se da cuando el
poder de hecho sobre la cosa no se mantenga por la fuerza; y si aún obtenida
de esta forma, pasa a ser pacífica una vez que cesa la violencia que instauró el
nuevo estado de cosas; en tal sentido, este requisito no significa que
la
posesión sea “incontrovertida”; por lo que, la interposición de una demanda
90
que tenga como objetivo recobrar la posesión, o todo tipo requerimiento
extrajudicial no enerva el carácter de pacificidad de la posesión.
•
La interrupción del plazo prescriptorio de la usucapión, no debe ser confundida
con el cuestionamiento a la pacificidad de la posesión; en tal sentido, si el
propietario hace valer su derecho, incoando una acción que tienda a
recobrarla, deberá entenderse que ha operado la interrupción del plazo
prescriptorio mas no la pacificidad de la posesión.
•
El Código Civil de 1936 había regulado un precepto referente a la aplicación de
las reglas de la prescripción extintiva a la prescripción adquisitiva, habiéndose
indicado en dicho cuerpo legal que: “Rigen en esta prescripción las reglas
establecidas para la extintiva en cuanto sean aplicables”.
•
En el sub capítulo referido a la prescripción adquisitiva de dominio, en nuestro
Código Civil vigente, no se encuentran reguladas las causales de interrupción
de la prescripción adquisitiva de dominio por causales civiles, habiéndose
regulado únicamente en el artículo 953 del Código Civil, las causas de
interrupción naturales; en tal sentido, atendiendo al citado vacío legal,
proponemos que una modificación al artículo 953 del Código Civil, en el
sentido que debe agregarse el siguiente párrafo:
“Son causas civiles de interrupción de la prescripción adquisitiva:
1.- El emplazamiento con la demanda que tiende a recuperar la
posesión del bien materia de litigio, aun cuando se haya acudido a un
juez o autoridad incompetente.
La interrupción, será ineficaz en el caso que se desestime la demanda.
2.- El reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del
derecho del propietario.
Asimismo, rigen para esta prescripción las reglas establecidas para la
prescripción extintiva en cuanto sean aplicables.”.
91
Capítulo VI RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS
•
En el sub capítulo referido a la prescripción adquisitiva de dominio de nuestro
Código Civil vigente, no se encuentran reguladas las causales de interrupción del
plazo de prescripción adquisitiva de dominio por causales civiles, por consiguiente
se recomienda la MODIFICACIÓN del artículo 953 del Código Civil, en el sentido
que debe agregarse el siguiente párrafo:
“Son causas civiles de interrupción de la prescripción adquisitiva:
1.- El emplazamiento con la demanda que tiende a recuperar la
posesión del bien materia de litigio, aun cuando se haya acudido a un
juez o autoridad incompetente.
La interrupción, será ineficaz en el caso que se desestime la demanda.
2.- El reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del
derecho del propietario.
Asimismo, rigen para esta prescripción las reglas establecidas para la
prescripción extintiva en cuanto sean aplicables.”.
•
Sería recomendable que dada la relación existente entre la prescripción extintiva y
la prescripción adquisitiva, que en ciertos aspectos tienen elementos comunes
(transcurso del tiempo, sanción a la inacción), se debería establecer reglas o
consideraciones generales aplicables a ambos tipos de prescripción a efecto de
hacer más fácil su aplicación.
92
VII. BIBLIOGRAFÍA
•
Ramírez Cruz, Eugenio. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Editorial Rodhas.
Lima, 2007. Pág. 322.
•
Avendaño, Jorge. La Posesión en el Código Civil de 1984. En Libro Homenaje a
León Barandarian; Cultural Cuzco, Lima, 1985.
•
Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Tercera Edición,
Jurista Editores, Lima, 2013.
•
Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II,
Gaceta Jurídica, 2da edición 2009.
•
Diez – Picazo y Ponce De León, Luis. La Prescripción Extintiva. En el Código Civil
y en la Jurisprudencia del Tribunal Supremo. (2003). Madrid: Thomson Civitas.
•
De Soto, Hernando. El Otro Sendero.(1990). Bogotá: 9na Ed., Printer Colombiana
Ltda.
•
Gonzales Barron, Gunther. Estudio Crítico de la Nueva Legislación Inmobiliaria
sobre Predios Urbanos. (2000). Lima: Ediciones Legales.
•
•
Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica.
Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica.
Páginas de Internet:
• Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista
Oficial del Poder Judicial 2/1 2008.
• Publicación en internet:
• http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+
Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb7
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•
•
Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Hector Enrique Lama More. Revista
Oficial del Poder Judicial 2/1 2008.
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http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+
Doctrina+Nacional+-+Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba
1a80beb4684c6236a
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Las Clases de Posesión en el Perú. http://www.articuloz.com/leyes-articulos/lasclases-de-posesion-en-el-codigo-civil-peruano-1054756.html
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VIII. ANEXOS
ANEXO N° 1
CASACION N°4684‐2008
LAMBAYEQUE
Lima, dos de abril de
dos mil nueve.‐
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA: Con los acompañados; vista la causa número cuatro mil seiscientos ochenta
y cuatro guión dos mil ocho en el día de la fecha, expide la siguiente sentencia:
1. MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas quinientos ochenta y siete por doña
Edelmira Fuentes Díaz contra la sentencia de vista de fojas quinientos sesenta y nueve su
fecha
catorce de agosto del año próximo pasado, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la apelada en los extremos que declara
infundada la demanda de prescripción adquisitiva de dominio y la reconvención sobre
nulidad de título de propiedad y cancelación de asiento registral; reformándola, declararon
fundados dichos extremos.
2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:
Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha dieciséis de enero del año en curso,
obrante a fojas veinte del presente cuadernillo, ha declarado procedente el recurso de
casación por la causal relativa a la interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil,
sosteniendo la recurrente que la prescripción de la propiedad de un inmueble se adquiere
cuando se ha poseído en forma pacífica, continua y pública, conforme establece el
numeral glosado; sin embargo, según refiere, en el caso en concreto, con el proceso de
reivindicación iniciado el seis
de abril del dos mil se habría interrumpido la posesión pacífica, continua y pública; es más
con el proceso número quinientos setenta y seis guión ochenta y nueve, sobre demanda
de impugnación de resolución administrativa y nulidad de título de propiedad, iniciada por
don Victoriano Campos Villalobos y esposa contra el Concejo Municipal de Chiclayo, se
acredita que los demandados no poseyeron en forma pacífica, continua y pública durante
diez años, conforme establece el artículo 950 del Código Civil, más bien se ha dado una
interpretación errónea de dicho numeral.
3. CONSIDERANDOS:
PRIMERO: La causal de interpretación errónea de una norma de derecho material se
presenta cuando concurren los siguientes supuestos: a) el Juez establece determinados
hechos, a través de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al
proceso; b) que éstos, así establecidos, guardan relación de identidad con los supuestos
fácticos de una norma jurídica determinada; c) que elegida esta norma como pertinente
(sólo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso en concreto, la interpreta (y
aplica); y, d) que en la actividad hermenéutica, el juzgador, utilizando los métodos de
interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de aquella norma, es decir, incurre
en error al establecer la verdadera voluntad objetiva de la norma, con lo cual resuelve el
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conflicto de intereses de manera contraria a los valores y fines del derecho y,
particularmente, vulnerando el valor superior del ordenamiento jurídico, como es el de la
justicia.
SEGUNDO: El artículo 950 del Código Civil prescribe que “La propiedad inmueble se
adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como
propietario durante diez años. Se adquiere a los cinco años cuando median justo título y
buena fe.” Este numeral regula la figura de la prescripción adquisitiva de dominio ‐llamada
también usucapión‐ la cual constituye una forma originaria de adquirir la propiedad y se
sustenta en la posesión de un bien por un determinado lapso de tiempo, siempre que se
cumpla con los requisitos exigidos por ley, esto es, que se trate de una posesión continua,
pacífica y pública.
TERCERO: En relación al requisito de pacificidad, que es lo que se cuestiona en este
proceso, Jorge Eugenio Castañeda señala que la posesión pacífica se dice por oposición
a la posesión violenta. Esta se caracteriza por las vías de hecho utilizadas; son violencias
materiales o morales. Se trata de la violencia empleada para adquirir la posesión;
asimismo, Eugenio Ramírez Cruz sostiene que la posesión pacífica es la posesión libre o
exenta de violencia. Ello implica que tanto la adquisición como la continuidad o
continuación de la posesión, deben fundarse en la no utilización de la fuerza o violencia.
CUARTO: Sobre dicho tema, este Supremo Tribunal ha establecido, a través de la
Sentencia Casatoria número mil novecientos noventa y dos guión dos mil tres guion
Tacna, que el requisito de “la pacificidad como presupuesto para acreditar la presente
acción (prescripción adquisitiva de dominio), significa que la posesión de quien pretende
ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con
los derechos de los demás; siendo de considerar que dicho precepto legal se vulnera
cuando aparece de autos que la posesión ha sido cuestionada a través de algún proceso
judicial que se haya instaurado en su contra y en el cual se discuta del bien sub litis ; Es
preciso señalar que dicho criterio se reproduce en el tercer considerando de la Sentencia
QUINTO: Para determinar si en el caso en concreto, la Sala Superior ha interpretado
erróneamente el numeral denunciado, es necesario hacer las siguientes precisiones.
Estamos ante un proceso acumulado, mediante resolución obrante a fojas ciento ochenta
y cinco, su fecha quince de octubre del dos mil uno, donde se discuten las siguientes
pretensiones: I. Primer proceso acumulado: La demandante, Edelmira Fuente Díaz,
solicita la reivindicación, entrega de bien, pago de frutos e indemnización de daños y
perjuicios, reclamando la restitución del predio urbano sito en el Asentamiento Humano
Marginal en el UPIS César Vallejo, lote Quince, manzana U, de la Calle Las Piedras, hoy
Calle Las Cucardas número Doscientos sesenta, Chiclayo, la que dirige contra los
actuales poseedores, Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos. Mediante
escrito obrante a fojas cuarenta y ocho, los mencionados demandados contestan la
demanda, sosteniendo que la actora no tiene interés económico y moral, pues su
supuesta causante, Zulma Pérez Díaz, tiene herederos forzosos; por otro lado,
reconvinieron la demanda, reclamando la nulidad del título de propiedad de Zulma Pérez
Díaz y, accesoriamente, solicitan la cancelación del asiento registral; II. El segundo
proceso acumulado, interpuesto por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa
Requejo Santos, quienes solicitan se les declare propietarios del inmueble antes
mencionado por prescripción adquisitiva de dominio, esgrimiendo como fundamentos de
hecho que ocupan el inmueble desde hace once años en forma continua, pacífica y
pública en virtud del contrato de compraventa de fecha quince de noviembre de mil
novecientos ochenta y ocho, por lo que sería de aplicación la prescripción corta, es decir,
el plazo de cinco años pues ostentan un justo título y buena fe. Precisamente, el
cumplimiento o no del presupuesto de la pacificidad es objeto del presente recurso.
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SEXTO: En el decurso del proceso, tenemos acreditados los siguientes hechos: Uno) La
existencia del proceso judicial sobre impugnación de resolución administrativa número
Quinientos setenta y seis guión ochenta y nueve, el cual fue iniciado en marzo de mil
novecientos ochenta y nueve por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa
Requejo Campos a fin de que se declare la nulidad de la Resolución Municipal número
cero doscientos guion ochenta y nueve guión CPCH/A y el título de propiedad serie B
guion cero ocho mil trescientos cuarenta y cinco, extendidos por el Concejo Provincial de
Chiclayo a favor de Zulma
Pérez Díaz, a fin de adjudicarle el lote de terreno número Quince, Manzana “U” de la
UPIS “César Vallejo”, Chiclayo; proceso que se tiene a la vista y del cual se verifica que
se trata del mismo predio en litigio; y, Dos) La existencia del proceso judicial sobre
reivindicación iniciado por la causante de la recurrente, doña Zulma Pérez Díaz, respecto
del predio en litigio, conforme aparece del instrumento obrante a fojas once del
expediente acumulado, donde consta la inscripción de la demanda de reivindicación en la
Ficha Registral del predio litigioso en el año mil novecientos noventa.
SETIMO: La Sala Superior, al expedir la resolución impugnada, considera que no puede
prosperar la interrupción civil de la prescripción adquisitiva desde noviembre de mil
novecientos ochenta y ocho por la sola reclamación judicial tendiente a hacerla cesar
mediante demanda de reivindicación y otros, de fecha seis de abril del dos mil, interpuesta
por
la recurrente; asimismo, afirma que tampoco configura conflicto judicial el sólo hecho que
los recurrentes dieron origen al proceso administrativo y/o la demanda sobre
reivindicación interpuesta por Zulma Pérez Díaz, pues –según refiere‐ en este caso al no
tener coincidencia respecto a los hechos y ubicación exacta del bien que demandaba, la
propia Pérez Díaz lo hizo caer en abandono; por tanto, el Colegiado revoca la apelada en
los extremos que declara infundada la prescripción adquisitiva de dominio y la nulidad del
título de propiedad y asiento registral; y, reformándola declara fundadas dichas
pretensiones.
OCTAVO: Empero, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que efectivamente se ha
interpretado erróneamente el numeral 950 del Código Civil al considerar la Sala Superior,
pese a la existencia de los procesos judiciales antes descritos, que éstos no interrumpen
la prescripción pues no hay identificación del inmueble; sin embargo, tal razonamiento es
erróneo, pues como se ha anotado, dicho precepto legal que regula el presupuesto de la
posesión pacífica se vulnera cuando aparece de autos que durante el tiempo de la
posesión que invoca el usucapiente se ha cuestionado, a través de algún proceso judicial
que se haya instaurado en su contra, la titularidad del bien litigioso. En el presente caso,
como vemos, los prescribientes invocan la usucapión corta, esto es, a partir del año mil
novecientos ochenta y nueve hasta el año mil novecientos noventa y cuatro; sin embargo,
durante ese periodo de tiempo, los demandados no acreditan que el requisito de la
posesión pacífica se haya cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales
iniciados en el año mil novecientos ochenta y nueve y mil novecientos noventa, los cuales
cuestionan precisamente la titularidad del bien en litigio durante el periodo de tiempo en
que se sustenta la prescripción adquisitiva de los señores Victoriano Campos Villalobos y
su cónyuge.
NOVENO: En suma, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que el presente medio
impugnatorio debe ser amparado al verificarse la interpretación errónea del numeral 950
del Código Civil.
4. DECISION:
Por las razones anotadas y de conformidad con el artículo 396 inciso 1 del Código
Procesal Civil:
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Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por doña Edelmira Fuentes
Díaz a fojas quinientos ochenta y siete; en consecuencia, NULA la sentencia de vista
obrante a fojas quinientos sesenta y nueve, su fecha catorce de agosto del año próximo
pasado, en los extremos que declara fundadas la pretensiones de prescripción adquisitiva
de dominio y otro; ACTUANDO EN SEDE DE INSTANCIA: CONFIRMARON la sentencia
apelada, obrante a fojas trescientos setenta y nueve, su fecha veintidós de diciembre del
dos mil siete, que declara INFUNDADAS dichas pretensiones, con lo demás que contiene;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”,
bajo responsabilidad; en los seguidos por Edelmira Fuente Díaz contra Victoriano Campos
Villalobos y otra, sobre reivindicación y otros conceptos; Interviniendo como Vocal
Ponente el señor Castañeda Serrano; y los devolvieron.‐
SS.
TAVARA CORDOVA
SOLIS ESPINOZA
PALOMINO GARCIA
CASTAÑEDA SERRANO
IDROGO DELGADO
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ANEXO N° 1
CASACION N° 1500-2006‐AREQUIPA
CAS. Nº 1500-2006-AREQUIPA
Lima, veintiocho de agosto del dos mil siete.- LA SALA DE DERECHO
CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPÚBLICA; con los acompañados, con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo
en lo Contencioso Administrativo; en Audiencia Pública llevada a cabo en la fecha y
producida la votación correspondiente conforme a ley, emite la siguiente sentencia. 1.
MATERIA DEL RECURSO: Es materia del presente recurso la sentencia de vista de fojas
ochocientos setenta y ocho, su fecha veinte de abril del dos mil seis, expedida por la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa que en discordia confirmó
la sentencia apelada que declare fundada la demanda de prescripción adquisitiva de
dominio interpuesta por José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján
contra Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir Álvarez Lazo, declarando a dichos
demandantes, propietarios del fundo rustico denominado “La Riveros” que cuenta con un
área de dos hectáreas con tres mil quinientos metros cuadrados, ubicado en el Distrito de
Dean Valdivia, Islay, Arequipa inscrito en la ficha número 00080155 del Registro de
Propiedad Inmueble; ordenaron la cancelación de los antiguos propietarios que aparecen
en la mencionada ficha registral. 2.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Mediante
resolución de fecha once de septiembre del dos mil seis corriente a fojas setenta y uno del
cuaderno de casación se ha declarado procedente el recurso interpuesto por Violeta
Blanca Álvarez de Álvarez por la causal prevista en el inciso 1 del artículo 386 del Código
Procesal Civil, relativa a la aplicación indebida de la Novena Disposición Complementaria
del Decreto Legislativo 653 y del artículo II del Título Preliminar del Código Civil. 3.CONSIDERANDO: Primero: Conforme se aprecia del tenor de la demanda de fojas
setenta y cuatro subsanada a folios ochenta y seis, los citados demandantes interpusieron
demanda de prescripción adquisitiva de dominio dirigiéndola contra los nombrados
emplazados, solicitando que se les declare propietarios del predio rústico denominado “La
Riveros” de dos hectáreas con tres mil quinientos metros cuadrados, ubicado en el Distrito
Dean Valdivia, Islay, Arequipa, accesoriamente, solicitan la cancelación del Asiento
Registral número 02 del Rubro c) de la Ficha número 80155 del Registro de Propiedad
Inmueble de Arequipa. Segundo: Como argumentos de su pretensión, indican que se
encuentran en posesión del bien sub júdice por más de catorce años, desde el
veintinueve de abril de mil novecientos ochenta y cinco por tradición efectuada a su favor
en mérito al contrato de compra venta celebrado con Antonia Micaela Oporto Ramos
Viuda de Coaguila, acto jurídico que fue elevado a Escritura Pública el mismo año,
acotando que desde dicha data mantienen la posesión pacífica, continua, pública y como
propietarios, contando además con justo título por lo que se encuentran bajo los
supuestos de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo número 653,
para adquirir el inmueble por prescripción. Tercero:[1] Las instancias de mérito han
amparado la demanda, bajo el argumento de que los actores acreditaron encontrarse en
posesión del referido inmueble desde mil novecientos ochenta y cinco, habiéndola
mantenido en forma pacífica, continua, pública y como propietarios, razón por la cual
desde mil novecientos noventa cumplieron con los requisitos necesarios para la
adquisición de la propiedad rural vía prescripción adquisitiva; agregan que, si bien es
cierto en el proceso acompañado sobre nulidad de acto jurídico y otros, seguido por la
citada demandada contra los accionantes, se ha declarado nula la referida Escritura
Pública de Compra Venta, también es verdad que las sentencias recaídas en tales autos
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no restan eficacia a la pretensión incoada, debido a que en el presente proceso no se
discute la validez o no del título, debiendo tenerse en cuenta que una acción como la de
autos puede ser ejercida no solo por quien carece de título de propiedad, sino que
además, por quien ostenta un título imperfecto debido a que a quien se le otorgó no era el
llamado por ley. Cuarto: Analizando los errores in iudicando denunciados, debe
precisarse que la prescripción adquisitiva de dominio o usurpación, tiene por objeto
transformar una situación de hecho (la posesión), en una de derecho (reconocimiento de
la titularidad), a favor del poseedor que no ha sido interrumpido durante el tiempo que
posee, siempre que acredite los requisitos de continuidad, pacificidad, publicidad y como
propietario, que exige la ley. Quinto: En autos ha quedado establecido que los actores
vienen poseyendo el inmueble sub materia desde mil novecientos ochenta y cinco,
conforme puede apreciarse de las pruebas aportadas por ellos, amparando su pretensión
en lo regulado por el Decreto Legislativo número 653, promulgado en mil novecientos
noventa y uno, siendo esta norma especial la que prevalece sobre la general contenida en
el artículo 950 del Código Civil[2], teniendo en cuenta la fecha en que tomaron posesión y
la de interposición de la presente demanda. Debe indicarse que no se ha acreditado que
los accionantes hayan sido declarados propietarios, pues no existe resolución judicial que
así lo demuestre, toda vez que el hecho de estar en posesión y conducir el inmueble por
varios años, no les otorga la calidad de propietarios mientras no hayan hecho valer su
derecho conforme a ley en la acción correspondiente, habiendo efectuado tal
circunstancia recién con la interposición de la presente demanda. Sexto: También se
encuentra acreditado que la emplazada inscribió su derecho de propiedad sobre el predio
sublitis en mil novecientos noventa y siete, como se verifica del asiento registral cuya
cancelación se pretende, promoviendo inmediatamente contra los actores acción de
desalojo por ocupación precaria, en la que solicito la restitución del predio sublitis,
proceso que, si bien es cierto concluye con resultado favorable a los ahora demandantes,
también es verdad que se rompió con el requisito de pacificidad, pues desde dicha data
hasta la de interposición de la presente demanda –veintisiete de diciembre de mil
novecientos noventa y nueve–, la parte emplazada les ha requerido la devolución del bien
de su propiedad. Sétimo: En efecto, como se advierte del expediente acompañado
número 97 - 99, el veinticinco de agosto de mil novecientos noventa y nueve se admitió a
trámite la demanda promovida por Blanca Violeta Álvarez de Álvarez contra los
accionantes sobre reivindicación y nulidad del acto jurídico, contenido en la referida
Escritura Pública, documento considerado por los actores como justo título en el que
amparan su derecho, conjuntamente con los demás requisitos que alegan haber cumplido
para acogerse a los supuestos previstos en la Novena Disposición Complementaria del
Decreto Legislativo número 653. Asimismo, el treinta de diciembre de mil novecientos
noventa y nueve, la citada emplazada denuncio penalmente a los actores y a Antonia
Micaela Oporto Ramos viuda de Coaguila, por los delitos de estelionato y falsificación de
documentos en su agravio, infiriéndose de ello, que desde la fecha en que inscribió su
derecho, estuvo cuestionando el documento por el que supuestamente les fue transferida
la propiedad a los demandantes del inmueble sublitis. Octavo: Por tanto, es forzoso
concluir que, cuando los actores interponen su demanda se encontraba en pleno trámite
la acción reivindicatoria, siendo evidente que el presente proceso se interpuso en
respuesta a esta última y las sentencias recaídas en esa acción fueron adversas a los
intereses de los actores, habiendo sido acompañadas en autos con anterioridad a la
expedición de la sentencia de primera instancia, esto es, fueron puestas en conocimiento
oportuno de los juzgadores, como también la circunstancia de que la posesión del
inmueble fue restituida a la emplazada, como se advierte del acta de lanzamiento.
Noveno: Siendo esto así, ha quedado de manifiesto que al incoarse la presente demanda
los accionantes ya no ostentaban una posesión pacífica, pues no puede considerarse tal,
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la que se ve perturbada por la acción judicial de reivindicación a la que se ha hecho
referencia, careciendo por ello de relevancia la alegación de los demandantes de haber
poseído por más de catorce años el inmueble respecto del cual omitieron oportunamente
haberlo ganado dominialmente vía[3] usucapión. De este modo, se ha configurado la
denuncia de aplicación indebida de la Novena Disposición Complementaria del Decreto
Legislativo número 653, pues la pretensión incoada no debió ser analizada, bajo los
alcances de dicho dispositivo, al no darse los supuestos previstos en dicha norma, toda
vez que a la fecha de interposición de la demanda, ya no había pacificidad en la posesión;
a esto hay que agregar que en la acción reivindicatoria no solo se dispuso la restitución
del predio a la emplazada, sino que se declare la nulidad del justo título de los actores,
proceso que, como se ha indicado, fue promovido con anterioridad al presente. Décimo:
En consecuencia, resulta irrelevante al caso de autos, quien sea la persona que haya
transferido el derecho de propiedad del inmueble a los demandantes para determinar el
derecho a la prescripción adquisitiva, advirtiéndose que los juzgadores no han tomado en
cuenta lo dispuesto en el artículo 950 del Código Civil, pues a la fecha de interposición de
la presente demanda, su posesión no era pacífica, requisito previsto en dicha norma para
acceder a la propiedad por prescripción adquisitiva, por lo que, bajo los supuestos de tal
dispositivo, la referida pretensión deviene objetivamente en infundada. Por estas
consideraciones, este extremo del recurso de casación resulta amparable. Undécimo:
Con respecto a la denuncia de aplicación indebida del artículo II del Título Preliminar del
Código Civil, la invocación de dicha norma por parte del Colegiado es completamente
incongruente y contradictoria con la materia de autos, dado que, de ampararse la
presente acción, se estaría convalidando un acto de abuso de derecho en perjuicio de la
demandada; agréguese a ello que el artículo 70 de la Constitución Política garantiza el
derecho de esta para oponerse a la pretensión de los actores, toda vez que es la legítima
propietaria del inmueble sublitis; por tanto, este extremo de la casación también debe ser
amparado. 4.- DECISIÓN: Estando a las consideraciones expuestas, de conformidad con
lo dispuesto en el inciso 1 del artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon
FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ochocientos noventa y nueve por
doña Blanca Violeta Álvarez de Álvarez, en consecuencia NULA la resolución de vista de
fojas ochocientos setenta y ocho de fecha veinte de abril del dos mil seis; actuando en
sede de instancia REVOCARON la resolución apelada de fojas quinientos cuatro de fecha
treinta y uno de julio del dos mil dos, que declare fundada la demanda;
REFORMÁNDOLA la declararon INFUNDADA; en los seguidos por don José Guillermo
Pariapaza Visa y otra, sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron.
SS. SÁNCHEZ PALACIOS PAIVA; GAZOLO VILLATA; PACHAS ÁVALOS; FERREIRA
VILDÓZOLA; SALAS MEDINA
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ANEXO N° 3
CAS. N° 253-2000 LAMBAYEQUE
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA (...) MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación
interpuesto don Carlos Ibañez Carmona (...) contra la sentencia de vista (...) que
revocando la apelada (...) que declara fundada la demanda y reformándola declara
Infundada dicha demanda, FUNDAMENTO DEL RECURSO: Que, concedido el recurso
de casación (...) fue declarado procedente por la interpretación errónea de los artículos
ochocientos setentiuno del Código Civil de mil novecientos treintiséis y el novecientos
cincuenta del Código Civil vigente, así como de la doctrina jurisprudencial al sostener en
la recurrida que la demanda de desalojo por ocupación precaria interpuesta en su contra
por los ahora demandados interrumpió su posesión continua, dejando de ser pública y
pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada infundada por improbada; y
que la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data de sus ancestros.
CONSIDERANDO: Primero: Que, existen dos clases de interrupción de la prescripción
adquisitiva: la natural y la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida
de la posesión y la segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve
perturbado por presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como
verdadero dueño; Segundo: Que, la interrupción natural se encontraba recogida en el
artículo ochocientos setenticinco del Código Civil de mil novecientos treintiséis cuyo texto
transcribe literalmente el artículo novecientos cincuentitrés del Código Civil vigente;
Tercero: Que, el Código Civil de mil novecientos treintiséis contenía en su artículo
ochocientos setentiséis una norma que establece que regía para la prescripción
adquisitiva las reglas de la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables; Cuarto: Que,
en virtud de esta norma resultaban de aplicación a la prescripción adquisitiva las normas
pertinentes sobre interrupción civil, en especial las contenidas en los artículos mil ciento
sesentitrés incisos dos y seis, que regulan la interrupción de la prescripción por
reconocimiento en el caso de usucapión de la existencia del derecho de propiedad del
tercero o la citación judicial, así lo señala el doctor Eleodoro Romero citado por el doctor
Jorge Avendaño Valdez en Derechos Reales, de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Segunda Edición, año mil novecientos ochenta, página doscientos doce; Quinto:
Que, aunque el Código Civil vigente haya omitido consignar una disposición similar a la
contemplada en el artículo ochocientos setentiséis del Código Civil de mil novecientos
treintiséis, resulta evidente que la prescripción adquisitiva también es susceptible de
interrupción civil, mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión
que se ejerce sobre el predio; Sexto: Que, en ese sentido debe tomarse en cuenta que
para que proceda la prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión continua,
sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de modo que si se
altera esta situación porque el propietario se hace presente se interrumpe la posesión,
esta deja de ser pacífica; Sétimo: Que, el artículo novecientos cincuenta del Código Civil
exige que para que proceda la prescripción adquisitiva debe poseerse de forma continua,
pacífica y pública por un tiempo determinado, en ausencia de cualquiera de estas
condiciones no opera la usucapión; Octavo: Que, la interrupción de la prescripción por
citación con la demanda conducente a recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir
efectos en los casos y del artículo mil novecientos noventisiete del Código Civil actual y en
los casos del artículo mil ciento sesenticuatro del Código Civil de mil novecientos
treintiséis, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al desistimiento y al abandono;
Noveno.- Que, en ese sentido no se encuentra dentro de los supuestos en los que queda
sin efecto la interrupción de la prescripción adquisitiva el caso en que una demanda de
desalojo interpuesta por quien alega propiedad hubiera sido declarada infundada, no sólo
101
porque esta posibilidad no ha sido expresamente prevista en la Ley, sino porque la acción
de desalojo no es la vía en la que se define el derecho de propiedad sobre un bien;
Décimo: La existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio de una ulterior
acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la existencia del derecho
real alegado; Décimo Primero: Que en consecuencia, no se ha interpretado
erróneamente las normas citadas en el recurso de casación; Décimo Segundo: Que, el
argumento, relativo a la antigüedad de la posesión no puede ser objeto de revisión pues
supone una nueva valoración probatoria respecto de la fecha en que esta se inició;
SENTENCIA: Estando de las conclusiones precedentes con lo expuesto por el señor
Fiscal y de conformidad con el numeral dos punto cuatro del inciso dos del artículo
trescientos noventiséis del Código Procesal Civil: declararon INFUNDADO el recurso de
casación (...)
SS. PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A; ALVA; CARRIÓN
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ANEXO N° 4
CAS. N° 261-2009 LIMA
Lima, veintidós de setiembre de dos mil nueve.- LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número
doscientos sesenta y uno - dos mil nueve, oído el informe oral en audiencia pública de la
fecha; emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de
casación interpuesto por los demandantes, Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y
Norma Dora Pacheco de Malpartida, contra la sentencia de vista de fojas cuatrocientos
once, su fecha veintitrés de octubre de dos mil ocho, que confirmando la apelada de fojas
trescientos cincuenta y cinco, fechada el diecinueve de junio de dos mil siete, declara
infundada la demanda; en los seguidos por don Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y
doña Norma Dora Pacheco de Malpartida con el Banco de la Nación sobre prescripción
de dominio. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE DECLARÓ PROCEDENTE EL
RECURSO: La Corte, mediante resolución del catorce de abril el año en curso, obrante en
el cuadernillo formado en este Supremo Tribunal, ha estimado procedente el recurso por
la causal de Interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil; expresando los
recurrentes como fundamentos: que existe en la sentencia de vista interpretación errónea
del artículo 950 del Código Civil, pues la posesión pacífica que dicho dispositivo establece
como requisito para acceder a la prescripción adquisitiva de dominio se interrumpe solo
cuando existe un proceso judicial en el que se discute el derecho de propiedad sobre el
bien materia de prescripción, tal como la Corte Suprema lo ha establecido en la Casación
número mil novecientos noventa y dos - dos mil tres - Tacna; que en el presente caso, el
proceso judicial de ejecución de garantía mencionado en la sentencia de vista no
constituye emplazamiento judicial con una demanda en la que se discuta el derecho de
propiedad; peor aún los actores no fueron emplazados en dicho proceso, habiéndose
suspendido el lanzamiento ordenado en el mismo. 3. CONSIDERANDO: Primero.- Que,
conforme ya lo ha señalado de manera reiterada y uniforme este Supremo Tribunal, la
prescripción adquisitiva de dominio constituye una forma originaria de adquirir la
propiedad de un bien, basada en la posesión del bien por un determinado periodo de
tiempo cumpliendo con los requisitos exigidos por la ley, lo que implica la conversión de la
posesión continua en propiedad. Segundo.- Que la posesión a la que se refiere el artículo
950 del Código Civil[1], en sus dos supuestos, dispone que la propiedad inmueble se
adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como
propietario durante diez años; advirtiéndose que en comparación con su precedente
legislativo, el artículo 871 del Código Civil de mil novecientos treinta y seis, se ha
agregado, como requisito de la posesión que esta sea pacífica y pública; que la posesión
sea continua significa que esta se ejerza de manera permanente, sin que exista
interrupción natural o jurídica; el primer caso se presenta cuando el poseedor pierda la
posesión o es privado de ella mediante actos perturbatorios o desposesorios del uso del
bien, y el segundo caso se presenta cuando se interpela judicialmente al poseedor.
Tercero.- Que, la pacificidad, como presupuesto para acreditar la presente acción,
significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción
debe transcurrir sin generar ningún conflicto con otras personas que se irrogan derecho
de propiedad o posesión sobre el mismo bien; por consiguiente, se incumple el requisito
de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por
usucapión del inmueble a sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que
se cuestione su posesión sobre el bien; empero, debe precisarse que no es cualquier
pretensión la que interrumpe la posesión pacífica, sino toda aquella a través de la cual se
busque recuperar la posesión del inmueble; de tal modo que procesos judiciales en las
que no se pretenda dicha recuperación de posesión carecen del efecto interruptor de la
103
posesión. Cuarto.- Que en el presente caso, la Sala Revisora ha estimado que la
pretensión de prescripción adquisitiva de dominio interpuesta por Juan Antonio Malpartida
Lisson Hilarion y Norma Dora Pacheco de Malpartida contra el Banco de la Nación
respecto del terreno sub júdice de trescientos seis punto sesenta y cinco metros
cuadrados resulta infundada porque, entre otros, no cumple el requisito de pacificidad
dado que existe un proceso sobre ejecución de garantía hipotecaria en el que el inmueble
de mayor extensión dentro del cual se encuentra el área sublitis ha sido objeto de
adjudicación precisamente a favor de la demandada Banco de la Nación estando en
ejecución un mandato de lanzamiento. Quinto.- Que la sola existencia del referido
proceso en ninguna forma puede interrumpir la posesión pacífica que los actores afirman
ejercer sobre el inmueble submateria, toda vez que a través de un proceso de ejecución
de garantía hipotecaria en modo alguno se pretende la recuperación de la posesión de un
bien; y si bien es verdad este proceso puede concluir en el remate o adjudicación del bien
gravado con la consiguiente entrega de la posesión del mismo al nuevo titular, ello no
convierte a dicho proceso en uno de naturaleza posesoria; peor aún si el proceso de
ejecución de garantía no ha sido seguido contra los demandantes. Sexto.- Que en tal
virtud, se configura el error jurídico de interpretación errónea del artículo 950 del Código
Civil; sin embargo, ello no es suficiente para casar la sentencia de vista, y actuar en sede
de instancia como ordena el artículo 396, inciso 1 del Código Procesal Civil, en su texto
original dada la temporalidad de la norma, debido a que el Superior Colegiado no ha
estimado como único requisito insatisfecho la pacificidad en la posesión, sino también la
inexistencia de justo título para peticionar a prescripción adquisitiva corta de cinco años
contemplada en el segundo y último párrafo del referido artículo 950 del Código Civil;
extremo que no ha sido objeto de cuestionamiento vía casación; por consiguiente,
corresponde desestimar el recurso no sin antes precisar que la determinación de la no
satisfacción del requisito de justo título para la obtención de la prescripción adquisitiva de
dominio corta no significa que ello automáticamente descarte el derecho de la parte actora
de peticionar la usucapión por el plazo de diez años regulado en el primer párrafo del
artículo 950 del Código Civil, cuyo derecho corresponderá a los demandantes ejercer o
no; empero, ello no puede ser materia de revisión por esta Sala de Casación, no solo
porque no fue materia de casación sino también porque el petitorio de la demanda fue
establecido sobre la precitada prescripción corta, no pudiendo el órgano jurisdiccional
violar el principio de congruencia previsto en el artículo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Civil. 4. SENTENCIA: a) Por las consideraciones que preceden, y estando a lo
dispuesto por el artículo 397 del Código Procesal Civil: Declararon INFUNDADO el
recurso de casación de fojas cuatrocientos veintiocho interpuesto por don Juan Antonio
Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida, en consecuencia
NO CASAR la sentencia de vista de fojas cuatrocientos once, su fecha veintitrés de
octubre de dos mil ocho. b) CONDENARON a la parte recurrente al pago de la multa de
dos Unidades de Referencia Procesal, así como de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; interviniendo como Juez Ponente, el Señor
Palomino García; y los devolvieron. SS. TÁVARA CÓRDOVA, PALOMINO GARCÍA,
CASTAÑEDA SERRANO, SALAS VILLALOBOS, IDROGO DELGADO
104
ANEXOS N° 5
CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD
CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD. Prescripción adquisitiva de dominio. Lima, doce
de julio del año dos mil once.- VISTOS; y, CONSIDERANDO: Primero.- Es materia de
conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación interpuesto por Armando
Alfredo Pinillos Mejía, para cuyo efecto debe procederse a calificar los requisitos de
admisibilidad y procedencia de dicho medio impugnatorio, conforme a la modificación
establecida por la Ley número 29364. Segundo.- En cuanto a la observancia por parte del
impugnante de los requisitos de admisibilidad del recurso de casación previstos en el
artículo 387 del Código Procesal Civil, se aprecia lo siguiente: 1) Se interpone contra una
sentencia emitida por una Sala Superior que ha puesto fin al proceso; 2) El recurrente ha
optado por presentar el citado recurso ante la Sala Superior; 3) Se interpone dentro del
plazo de diez días de notificada la sentencia impugnada; y, 4) Acompaña la tasa judicial
correspondiente al medio impugnatorio. Tercero.- Respecto a los requisitos de
procedencia del recurso de casación previstos en el artículo 388 del mencionado Código
Procesal, se verifica lo siguiente: a) El recurrente no consintió la resolución adversa de
primera instancia, por lo que cumple con el requisito previsto en el inciso 1 del artículo en
referencia; b) Se invoca como causal la infracción normativa de los artículos 950[1], 2012
y 2013 del Código Civil; que según expone inciden directamente sobre la decisión
impugnada. Cuarto.- El impugnante al fundamentar el recurso de casación respecto a la
infracción normativa material, denuncia que se han inaplicado las normas denunciadas,
pues no han tenido en consideración que la demandante conjuntamente con la Asociación
de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis - cuadra veintiuno, contenido en el
expediente número dos mil ochocientos cuarenta y nueve - dos mil dos, seguido ante el
Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, inició un proceso judicial sobre
prescripción adquisitiva de dominio en contra del recurrente, cuya medida cautelar de
anotación de demanda obra inscrita en la Partida número uno uno cero uno cuatro dos
seis dos del Registro de Propiedad Inmueble, proceso que culminó vía excepción de falta
de legitimidad para obrar de la precitada Asociación, declarando nulo lo actuado y por
concluido el proceso, lo que demuestra la posesión no pacífica de la demandante
respecto del inmueble submateria. Agrega, que la sentencia impugnada adolece de un
estado de anormalidad, pues contiene infracciones normativas que son vicios o errores de
razonamiento, de juicio o de contenido que inciden en la decisión impugnada y que es
materia del citado recurso, afectando las disposiciones previstas en los incisos 3, 5 y 14
del artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Quinto.- Examinados los
fundamentos de la causal que antecede, estos no resultan atendibles, pues se aprecia
que en el fondo el recurrente pretende el reexamen de los hechos y de las pruebas
debatidos en el desarrollo del proceso con el objeto de variar el sentido de la decisión;
destacándose además que el impugnante no ha probado en autos que el derecho de
posesión de la demandante sobre el terreno respecto al cual solicita sea declarada
propietaria, haya sido interrumpido con el proceso sobre prescripción adquisitiva de
dominio a que hace referencia y a que se contraen las instrumentales de folios ciento
cincuenta y dos y ciento cincuenta y tres del expediente, de las cuales se advierte que
dicho proceso fue instaurado por la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra
dieciséis cuadra veintiuno contra el impugnante, el cual según expone concluyó vía
excepción de falta de legitimidad para obrar de la referida Asociación, nulo todo lo
actuado y por concluido el proceso, lo que no enerva el requisito de pacificidad de la
demandante en la posesión del bien inmueble cuya usucapión solicita, ya que no se
evidencia que el impugnante haya manifestado en dicho proceso su posición de recuperar
el bien inmueble; por tanto, el recurso de casación resulta inviable en atención a que su
finalidad esencial radica en la adecuada aplicación e interpretación del derecho objetivo al
105
caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional emitida por la Corte Suprema
de Justicia de la República. Por tales fundamentos y de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 392 del Código Procesal Civil, declararon: IMPROCEDENTE el recurso de
casación interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía, mediante escrito obrante a folios
trescientos setenta y dos, contra la sentencia de vista de folios trescientos cincuenta y
cinco, de fecha quince de marzo del año dos mil once; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Victoria Marleny Soto Zavaleta contra Armando Alfredo Pinillos Mejía y otros, sobre
Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron. Ponente Señora Aranda
Rodríguez, Jueza Suprema.
SS. TICONA POSTIGO; ARANDA RODRÍGUEZ; PALOMINO GARCÍA; VALCÁRCEL
SALDAÑA; MIRANDA MOLINA
106
ANEXOS N° 6
CASACIÓN N° 1992-2003 TACNA
Lima, veintiséis de abril del dos mil cuatro:
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA; Vista la causa número mil novecientos
noventidós - dos mil tres; en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con
arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del
recurso de casación interpuesto a fojas mil ochocientos treintiuno, por Yolanda Zegarra de
Gómez mandataria de Juan Luis Gómez Zegarra, contra la resolución de vista de fojas mil
setecientos sesentidós, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Tacna Moquegua, su fecha veintidós de abril del dos mil tres, que Confirma la sentencia de fojas
mil seiscientos setentiuno, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos, y la que corrige
de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos,
que declara infundada la tacha formulada por el demandado Juan Luis Gómez Zegarra de
fojas trescientos veintiuno y fundada la demanda de fojas noventinueve, interpuesta por
Lidia Encarnación Cárdenas Valencia en contra de Juan Luis Gómez Zegarra sobre
Prescripción Adquisitiva de Dominio, con lo demás qué contiene;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, por resolución de fecha diecisiete de setiembre
del dos mil tres, obrante a fojas veintiocho del cuadernillo formado en este Supremo
Tribunal se ha declarado procedente el recurso, por la causal prevista en el inciso primero
del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentada en la aplicación
indebida del artículo novecientos cincuenta del Código Civil vigente no solo por colisionar
con el artículo ochocientos setentiuno del derogado Código Civil también aplicado, sino,
porque la demandante incumplió con los requisitos de la posesión con ánimo de
propietario y en forma pacifica ya que demostró ser ocupante precario al habérsele
interpuesto a su patrocinado un juicio sobre pago de mejoras (expediente número ciento
veintiocho - noventicuatro), en respuesta al proceso de desalojo por ocupante precario
que éste último le iniciara (expediente cuatrocientos veintinueve - noventicuatro), con lo
que demuestra que su posesión no era como propietaria, reconociendo por el contrario el
derecho de su mandatario como titular del bien, que la actora inicia un proceso de Nulidad
de Escritura Pública en contra del demandado en donde por ejecutoria suprema se
declaró infundada dicha demanda y firme el título de propiedad del accionado, asimismo
la demandante en la contestación a la demanda de desalojo reconoció derechos
sucesorios y de propiedad en toda la cadena del tracto sucesivo desde mil novecientos
doce hasta mil novecientos noventicuatro, es decir, hasta el título de propiedad a favor de
su poderdante; que si bien el juicio de desalojo se declaró improcedente fue por que
paralelamente la demandante había interpuesto la demanda de nulidad de suscripción y
nulidad de Escritura Pública (expediente doscientos setentisiete - noventicinco), la que se
encontraba en trámite con recurso de casación en ese entonces, que en tal sentido está
demostrado que no existe posesión pacifica ya que la demandante litigó en varios
procesos sin éxito como son el de desalojo por ocupante precario, además de la demanda
fluye que la actora fue alojada de su sobrina quien tampoco era propietaria, con lo que
queda acreditado que la demandante tiene la calidad de precaria; anota que el artículo
novecientos cincuenta del Código Civil vigente no guarda relación con el material fáctico
aportado ni menos con el artículo ochocientos setentiuno del derogado Código Civil, por lo
que el citado numeral novecientos cincuenta del acotado Código no resulta aplicable,
asimismo el artículo ochocientos setentiuno tampoco debe de aplicarse por colisionar con
el articulo dos mil ciento veintidós y sí bien, el plazo prescriptorio de diez años ya había
transcurrido contando a partir de la vigencia del nuevo Código Civil que data del catorce
107
de noviembre de mil novecientos noventicuatro, también lo es que el veintisiete de octubre
del mil novecientos noventicuatro, ya su apoderado había instaurado la demanda de
desalojo, con lo cual se interrumpió la posesión pacifica de la actora; CONSIDERANDO:
Primero.- Que, la prescripción adquisitiva de dominio constituye una forma originaria de
adquirir la propiedad de un bien, basada en la posesión del bien por un determinado lapso
de tiempo cumpliendo con los requisitos exigidos por la Ley, lo que implica la conversión
de la posesión continua en propiedad;
Segundo.- Que, la posesión a la que se refiere el artículo novecientos cincuenta del
Código Civil, en sus dos supuestos, dispone que la propiedad inmueble se adquiere por
prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como propietario durante
diez años; advirtiéndose que en comparación con su precedente legislativo, el artículo
ochocientos setentiuno del Código Civil de mil novecientos treintiséis, se ha agregado,
como requisito de la posesión que ésta sea pacífica y pública; que la posesión sea
continua significa que esta se ejerza de manera permanente, sin que exista interrupción
natural o jurídica; el primer caso se presenta cuando el poseedor pierda la posesión o es
privado de ella mediante actos perturbatorios o desposesorios del uso del bien, y el
segundo caso se presenta cuando se interpela judicialmente al poseedor;
Tercero.- Que, la pacificidad, como presupuesto para acreditar la presente acción,
significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción
debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás; siendo de
considerar que dicho precepto legal se vulnera cuando aparece de autos que la posesión
ha sido cuestionada a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su
contra y en el cual se discuta respecto del bien sub litis;
Cuarto.- Que, cabe indicar que en los presentes autos de Prescripción Adquisitiva los
demandantes pretenden se les declare propietarios del bien sub-litis, alegando la
posesión continua, pacífica y pública del predio desde el año mil novecientos treintitrés,
esto es por más de sesenticuatro años;
Quinto.- Que, asimismo debe tenerse en cuenta, que la posesión pacífica en que se
amparan los demandantes se ha visto interrumpida por varios procesos judiciales
entablados entre las partes actoras, como lo son sobre pago de mejoras (expediente
número ciento veintiocho - noventicuatro), de desalojo por ocupante precario (expediente
cuatrocientos veintinueve - noventicuatro), demanda de Nulidad de Suscripción y Nulidad
de Escritura Pública (expediente doscientos setentisiete - noventicinco);
Sexto.- Que, por ende se concluye que con la sola existencia de un proceso judicial donde
se discuta los derechos de personas distintas de quien pretende adquirir el mismo bien
por prescripción adquisitiva, se interrumpe la posesión pacífica que exige el artículo
novecientos cincuenta acotado;
Sétimo.- Que, por tales consideraciones, y en aplicación del artículo trescientos
noventiséis inciso primero del Código Procesal Civil; declararon: FUNDADO el recurso de
casación interpuesto a fojas mil ochocientos treintiuno; en consecuencia NULA la
resolución de vista de fojas mil setecientos sesentidós, su fecha veintidós de abril del dos
mil tres; y Actuando en Sede de Instancia; REVOCARON la sentencia de Primera
Instancia de fojas mil seiscientos setentiuno, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos
y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre
del dos mil dos, que declara fundada la demanda de fojas noventinueve con lo demás que
contiene; Reformándola declararon: INFUNDADA dicha demanda; ORDENARON se
publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Lidia
Cárdenas Valencia contra Juan Luis Gómez Zegarra sobre Prescripción Adquisitiva de
Dominio; y los devolvieron.- S.S. TICONA POSTIGO; LAZARTE HUACO; RODRIGUEZ
ESQUECHE; EGUSQUIZA ROCA; QUINTANILLA CHACON.
108
ANEXOS N° 6
CASACIÓN N° 2562-2011 LIMA
CASACIÓN N° 2562-2011 LIMA
(Publicada: 30-11-2012)
CAS. Nº 2562-2011 LIMA. PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE DOMINIO. Lima,
dieciocho de mayo del año dos mil doce.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número dos mil quinientos
sesenta y dos - dos mil once en audiencia pública de la fecha y producida la votación
correspondiente, emite la presente sentencia: MATERIA DEL RECURSO.- Se trata del
recurso de casación interpuesto por Raymundo Mullo Romero, a fojas doscientos ochenta
y nueve del expediente principal, contra la sentencia de vista de fojas doscientos setenta y
dos del citado expediente, su fecha doce de mayo del año dos mil once, expedida por la
Cuarta Sala Civil de Lima, que confirma la sentencia apelada de fojas doscientos treinta y
dos del mencionado expediente, su fecha dieciséis de noviembre del año dos mil diez,
que declara infundada la demanda. FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- Esta Sala
Suprema, mediante resolución de fojas diecinueve del presente cuadernillo, su fecha
veintidós de julio del año dos mil once, ha estimado procedente el recurso de casación por
la causal de infracción normativa de derecho procesal. El recurrente ha denunciado lo
siguiente: A) infracción normativa del inciso quinto del artículo ciento treinta y nueve de la
Constitución Política del Estado, artículo ciento veintidós incisos tercero y cuarto, artículo
cincuenta inciso sexto y ciento noventa y siete del Código Procesal Civil, alega que la
impugnada adolece de una motivación aparente al realizar una enumeración de los
medios probatorios ofrecidos por las partes, cuando su deber era valorarlos en forma
conjunta conforme lo dispone el artículo ciento noventa y siete del Código Procesal Civil,
lo que acarrea la vulneración de su derecho a la tutela judicial efectiva, al no haberse
apreciado objetivamente que entre la Cooperativa de Vivienda y el recurrente no existe
proceso judicial o extrajudicial, alguno ni conflicto y si en caso existiera éste de ningún
modo enerva el status de propietario que le reconoce la Ley General de Cooperativas y
los asociados, ya que es socio de la Cooperativa de Vivienda el Valle Limitada 507 y de la
Asociación de Vivienda Urbanizadora Campoy (AVICAM), siendo prueba de ello la
adjudicación del lote conforme lo dispone el artículo setenta y seis de la Ley General de
Cooperativas. Señala que la motivación de la impugnada es defectuosa al no haberse
explicado cuál de los procesos enumerados en el quinto considerando puso término a su
posesión pacífica y si ésta no ha cesado, por lo que dicha sentencia deja de ser expresa,
clara y lógica. B) El apartamiento del precedente judicial, alega que no se ha tenido en
cuenta lo establecido por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de Lima en
sesión casatoria de fecha veintitrés de octubre del año dos mil ocho donde se establece
como doctrina jurisprudencial vinculante, en lo que respecta a la posesión pacífica, que se
dará cuando el poder de hecho sobre la cosa, aún obtenida violentamente, pasa a haber
posesión pacífica una vez que cesa la violencia que instauró el nuevo estado de cosas;
señala que en el quinto considerando se realiza una enumeración de procesos judiciales
en donde ni el recurrente ni su cónyuge han sido emplazados, por lo que desde que se
encuentran en posesión en el año mil novecientos setenta y dos han dejado de ostentar
este derecho real. CONSIDERANDO: PRIMERO.- Previamente a la absolución del
recurso de casación sub examine, es necesario hacer un breve recuento de lo acontecido
109
en el proceso. En tal sentido, se advierte que a fojas cincuenta y nueve, Raymundo Mullo
Romero interpone demanda solicitando que se le declare propietario por prescripción
adquisitiva del bien inmueble ubicado en el lote de terreno número treinta y cinco y treinta
y seis de la Manzana “A”, cuarta etapa, de la Cooperativa de Vivienda El Valle, del distrito
de San Juan de Lurigancho, Lima. Como fundamentos de su demanda sostiene que su
posesión data desde el veintiséis de diciembre del año mil novecientos setenta y dos,
otorgada por la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507, por adjudicación efectuada
en su condición de socio de la misma; alega que ha edificado su vivienda. SEGUNDO.Tramitada la demanda según su naturaleza, el juez de la causa, mediante sentencia de
fojas doscientos treinta y dos del expediente principal, su fecha dieciséis de noviembre del
año dos mil diez, declara infundada la demanda. Como fundamentos de su decisión
expone que de autos se evidencia que sobre el lote sub litis han existido varios procesos
seguidos en diversos momentos en reclamo de derechos que ostentarían terceros, todo lo
cual demuestra que la posesión ejercida por el accionante no es pacífica, situación que de
algún modo es aceptada por el accionante al señalar en su escrito de demanda que
recurrieron a la Asociación de Vivienda Urbanizadora Campoy (AVICAM), conformada por
socios de la Cooperativa demandada, con el propósito de defender sus derechos al correr
el riesgo de perder sus lotes de terreno, lo que no ha evitado; además, que la Cooperativa
de Vivienda El Valle Limitada 507 instaure un proceso de obligación de dar suma de
dinero al accionante para el pago del valor comercial actualizado del predio que ocupe, el
cual se sigue ante el Quinto Juzgado de Paz Letrado de San Juan de Lurigancho, según
se tiene a fojas setenta y tres. TERCERO.- Interpuesto el recurso de apelación, la Sala
Revisora, mediante sentencia de fojas doscientos setenta y dos del expediente principal,
su fecha doce de mayo del año dos mil once, la confirma. Como sustento de su decisión
manifiesta que de la revisión de autos se puede advertir que existen diversos procesos
judiciales respecto a la propiedad del inmueble en donde se encuentran los lotes de
terreno que el actor pretende prescribir, los cuales son los siguientes: proceso seguido por
la Asociación de Vivienda Urbanizadora Campo y AVICAM con Cooperativa de Vivienda
El Valle, sobre Prescripción Adquisitiva, conforme a la copia de cédula de notificación de
parte, del Décimo Octavo Juzgado Civil el expediente número 1997-8316-0-0100, de fojas
noventa y cinco; proceso seguido por la Cooperativa de Vivienda El Valle con Alejandro
Herrera Valdez y otro, sobre Otorgamiento de Escritura Pública, según copia del Primer
Juzgado Civil de fojas ciento siete; proceso seguido por Evangelista Bonifacio de Ciriaco
con Cooperativa de Vivienda El Valle, sobre prescripción adquisitiva, conforme a la copia
del expediente número 2001-0197-01803 de fojas ciento trece del citado expediente;
proceso seguido por Teodomiro Ochoa León y otra, con Alejandro Herrera Valdez, sobre
prescripción adquisitiva, conforme a la copia de la cédula de notificación de parte de la
Cuarta Sala Civil en el expediente número 120-08 de fojas ciento diecinueve. Que, en ese
sentido se concluye que el actor no posee pacíficamente el bien, porque con anterioridad
a la presente demanda de prescripción adquisitiva, existen procesos judiciales donde
terceros reclaman su derecho al inmueble donde se ubican los lotes de terreno materia de
litis. CUARTO.- La motivación de las resoluciones judiciales es una garantía de la función
jurisdiccional y, en nuestro ordenamiento jurídico está regulada por los artículos ciento
treinta y nueve, inciso quinto, de la Constitución Política del Estado, ciento veintidós,
inciso tercero del Código Procesal Civil, y el artículo doce de la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Una motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las
normas constitucionales y legales señaladas, así como con arreglo a los hechos y
110
petitorios formulados por las partes; por consiguiente, una motivación adecuada y
suficiente comprende tanto la motivación de hecho o in facttum, donde se establecen los
hechos probados y no probados mediante la valoración conjunta y razonada de las
pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de oficio, subsumiéndolos
en los supuestos fácticos de la norma, como la motivación de derecho o in jure, donde se
selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de la
misma. Por otro lado, dicha motivación debe ser ordenada, fluida, y lógica; es decir, debe
observar los principios de la lógica y evitar los errores in cogitando, esto es, la
contradicción o falta de logicidad entre los considerandos de la resolución. QUINTO.- En
atención a la denuncia contenida en el apartado A), antes consignada cabe manifestar lo
siguiente: del examen de la sentencia impugnada se advierte que en su considerando
quinto el Ad quem ha citado, como sustento de su fallo, cuatro expedientes judiciales que
tendrían relación con el inmueble materia de controversia en el presente proceso; sin
embargo, no ha precisado en qué modo habría afectado la posesión pacífica alegada por
el demandante, teniendo en cuenta que de la indicación hecha por el propio Ad quem
sobre las partes contendientes en dichos procesos, no se aprecia que se hubieran
incoado contra el demandante, ahora recurrente. El Ad quem tampoco ha precisado si en
los cuatro procesos citados el bien inmueble controvertido es el mismo de los presentes
autos, siendo ello indispensable a fin de determinar si tales procesos tiene incidencia en
esta causa. SEXTO.- En tal sentido, se aprecia que la sentencia impugnada no satisface
la exigencia de motivación antes señalada, por lo cual se concluye que se ha verificado la
denuncia sub examine, lo cual acarrea la nulidad de la recurrida, debiendo el Ad quem
renovar el acto viciado, es decir, emitir nueva sentencia, de conformidad con lo
establecido por el artículo trescientos noventa y seis, tercer párrafo e inciso primero del
Código Procesal Civil y teniendo a la vista los citados expedientes o copias certificada de
los mismos. Finalmente cabe precisar que estando a la naturaleza de la presente decisión
carece de objeto pronunciarse sobre la denuncia consignada en el apartado B), lo cual no
es óbice para que el Ad quem al emitir nueva sentencia tome en cuenta, en lo pertinente,
y si fuese aplicable o contra, el precedente jurisprudencial de carácter vinculante
contenido en la Casación número 2229-08, de fecha veintitrés de octubre del año dos mil
ocho. Por las consideraciones expuestas declararon FUNDADO el recurso de casación
interpuesto por Raymundo Mullo Romero; por consiguiente, CASARON la sentencia de
vista, en consecuencia NULA la resolución impugnada de fojas doscientos setenta y dos
del expediente principal, su fecha doce de mayo del año dos mil once, expedida por la
Cuarta Sala Civil de Lima, que confirma la sentencia apelada de fojas doscientos treinta y
dos del citado expediente, su fecha dieciséis de noviembre del año dos mil diez, que
declaró infundada la demanda; ORDENARON a la Sala Superior de su procedencia que
emita nueva sentencia, con arreglo a derecho y a lo establecido en los considerandos
precedentes; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial
“El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Raymundo Mullo Romero contra
la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507, sobre Prescripción Adquisitiva de
Dominio; y los devolvieron, Ponente Señor Miranda Molina, Juez Supremo.- S.S. TICONA
POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER, VALCÁRCEL SALDAÑA,
MIRANDA MOLINA
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