PODER JUDICIAL CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE AREQUIPA TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS JURÍDICO DESCRIPTIVO PROPOSITIVO DE LA INTERPOSICIÓN DE UN PROCESO JUDICIAL RESTITUTORIO COMO CAUSAL DE INTERRUPCIÓN CIVIL DEL PLAZO DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA, EN LA JURISPRUDENCIA PERUANA CORRESPONDIENTE AL PERIODO 20002014. INTEGRANTES: CERVANTES LÓPEZ, RENÉ SANTOS CALLE VERA, OSCAR FRANCIS MAMANI CAIRA, CHRISTIAN JESUS LINARES CUADROS, JORGE LUIS RIVERA ARCE, ALEJANDRA JACKELINE RODRÍGUEZ TORRES, JESSICA MALENA VILLAR MERCADO, JENNY BETSY FERNÁNDEZ MONROY JOEL PIETER MIRANDA GARCÍA, EDWIN ELIAS AREQUIPA, 2014 1 ÍNDICE. INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO CAPÍTULO II OBJETIVOS. CAPÍTULOIII MARCO TEÓRICO 3.1. LA POSESIÓN EN SUS INICIOS 3.2. LA POSESIÓN EN EL DERECHO ROMANO 3.3. LA POSESIÓN EN EL DERECHO GERMANO 3.4. LA POSESIÓN COMO PODER DE HECHO 3.5. HACIA UN CONCEPTO DE POSESIÓN 3.6. EL CONCEPTO DE POSESIÓN EN EL CODIGO CIVIL PERUANO 3.7. NATURALEZA JURIDICA DE LA POSESIÓN: ¿HECHO O DERECHO? 3.8. TUTELA POSESORIA 3.9. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL PODER DE HECHO 3.10. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LA VOLUNTARIEDAD 3.11. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LOS SUJETOS 3.12. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL OBJETO DE LA POSESIÓN 3.13. ADQUISICION DE LA POSESIÓN 23 3.14. PRESCRIPCION ADQUISITVA 31 CAPÍTULO IV ANÁLISIS DE CASOS CAPÍTULO V CONCLUSIONES CAPÍTULO VI RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS VII. BIBLIOGRAFÍA VIII. ANEXOS 03 06 07 07 07 08 09 11 14 15 17 18 20 22 22 51 89 91 92 93 2 INTRODUCCIÓN Esta tesina se centra básicamente en el efecto que causa la existencia previa -a una demanda de usucapión- de un proceso judicial en el que se cuestione la posesión, de quien pretende la usucapión, ello en atención a que nuestra jurisprudencia ha establecido que dicho proceso judicial, interrumpe la pacificidad de la posesión, siendo esta una de las características que debe cumplir la posesión para así prescribir un bien. Sin embargo, la doctrina moderna viene desarrollando una teoría, en la que cuestiona este razonamiento alcanzado en la jurisprudencia, al establecer que la posesión pacifica, se da más en un plano fáctico o de hecho, ante lo cual la antítesis de dicha posesión pacifica sería la posesión violenta, siendo por tanto ésta la única forma de interrumpir la pacificidad de la posesión. Por tanto, al entablar un proceso judicial en el cual se cuestione o busque recuperar la posesión, dicho proceso no interrumpe la posesión pacífica, sino interrumpe el plazo de la prescripción adquisitiva, el mismo que se da en el plano jurídico. En conclusión, este trabajo presentará un nuevo enfoque en cuanto a la interpretación que debe darse a la interrupción de la prescripción y planteará un adecuado enfoque de las consecuencias que trae la interposición de una demanda que cuestione la posesión de quien pretende la usucapión. 3 Capítulo I JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO 1.1. PLANTEAMIENTO TEÓRICO 1.1.1. Problema: 1.1.1.1. Enunciado: “Análisis jurídico descriptivo propositivo de la interposición de un proceso judicial como causal de interrupción del plazo de la prescripción adquisitiva, en la jurisprudencia peruana correspondiente al periodo 2010-2014.” 1.2. DESCRIPCIÓN: 1.2.1. Campo, área y línea de investigación 1.2.1.1. Ciencia : Jurídica 1.2.1.2. Campo : Derecho Privado 1.2.1.3. Área : Derecho Civil 1.2.1.4. Línea : Derechos Reales 1.2.2. Análisis de variables 1.2.2.1.1. Variable Independiente: Usucapión. Indicadores: a.1) Artículo 950 del Código Civil. 1.2.2.1.2. Variable Dependiente: a.1) 1.2.3. Interrogantes básicas: ¿Qué es la prescripción adquisitiva? ¿Cuáles son los requisitos para esta figura jurídica? ¿Qué es la posesión pacifica? 4 ¿Qué naturaleza tiene la posesión pacifica? ¿Cómo se demuestra la existencia de la posesión pacifica? ¿Qué significa cuestión de hecho? ¿Cuándo se interrumpe la posesión pacifica? ¿Cuándo se interrumpe el plazo de la prescripción adquisitiva? 1.2.4. Delimitación del tipo de problema La tipología del problema a desarrollar como tesis es del tipo descriptiva – propositiva. 1.3. JUSTIFICACIÓN 1.3.1.1. Originalidad.- El presente trabajo es original debido a que el criterio que impera en la jurisprudencia, no ha advertido la naturaleza especial del ejercicio de una posesión pacifica, la cual se desarrolla en una situación de hecho y, por otro lado la interposición de una demanda que busca recuperar la posesión respecto del mismo bien, tiene lugar en un escenario jurídico, más no fáctico; por tanto, lo que se logra con la interposición de dicha demanda es la interrupción del plazo prescriptorio, mas no la pacificidad de la posesión. 1.3.1.2. Relevancia.- El trabajo a desarrollar es relevante por cuanto propone un nuevo criterio originado en la doctrina a efecto de aplicar la misma en la administración de justicia, respecto de los procesos en los que se alega y cuestiona la posesión pacifica, para alcanzar la usucapión. 1.3.1.3. Interés y motivación personal.- El interés que nos mueve es proponer una nueva perspectiva que sustentándose en la doctrina, alcance un análisis profundo de la naturaleza de determinadas instituciones jurídicas. 1.4. HIPÓTESIS 5 Dado que, la posesión pacifica en los procesos de usucapión se da en un plano fáctico y la interposición de las demandas destinadas a recuperar la posesión del bien, se da en un plano jurídico; es probable que, la existencia de un proceso judicial que busca recuperar la posesión del bien, no interrumpa la pacificidad de posesión, por ser una cuestión de hecho sino el plazo de la prescriptorio, que es una cuestión de derecho. 6 Capítulo II OBJETIVOS 2.1. OBJETIVO GENERAL • Demostrar, que la posesión es una situación netamente de hecho. • Demostrar que la interposición de los procesos destinados a recuperar la posesión de un bien -en el que se viene ejerciendo posesión pacifica- se circunscriben estrictamente en el ámbito jurídico-normativo, más no fáctico. • Demostrar que debido a la naturaleza jurídica de la posesión pacifica, los criterios jurisprudenciales deben modificarse, y en consecuencia la interposición de un proceso judicial que busca recuperar la posesión de un bien, no interrumpe la pacificidad de la posesión; si no que interrumpe el plazo prescriptorio. 2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Analizar la jurisprudencia que ha venido desarrollando la teoría de que las demandas judiciales destinadas a cuestionar la posesión, interrumpían la pacificidad de la misma. • Desarrollar una nueva interpretación de que las demandas judiciales destinadas a cuestionar la posesión, interrumpen el plazo de la prescripción adquisitiva. • Distinguir que la pacificidad de la posesión se desarrolla en un plano fáctico, mientras que el cuestionamiento vía demandada judicial se realiza en un plano jurídico, al igual que la interrupción del plazo de la prescripción adquisitiva. 7 Capítulo III MARCO TEÓRICO PANORAMA HISTÓRICO DE LA POSESIÓN 3.1. LA POSESIÓN EN SUS INICIOS En el mundo primitivo la posesión está constituida por las labores de apropiación (caza, pesca y recolección de frutos), y de ocupación de tierras. Siendo un poder de hecho, la posesión antecedió a la propiedad. 1 La ocupación y apropiación de bienes se mantuvo por la fuerza física. No existió la propiedad privada en la sociedad primitiva.2 Hubo de transcurrir mucho tiempo para que se afirmaran las primeras manifestaciones de la propiedad.3 3.2. LA POSESIÓN EN EL DERECHO ROMANO En la Roma antigua, la relación (corporal y espiritual) del hombre con los bienes era posesoria. Se exteriorizaba como un señorío de hecho. Tal vínculo se manifestaba en el ager publicus, que eran las tierras conquistadas al enemigo, que constituyó el patrimonio de las grandes familias.4 Durante la dominación etrusca no desaparece el señorío bajo el cual se exteriorizaba la posesión, pero sólo se manifestaba en la faz económica.5 1 2 Ramírez Cruz, Eugenio. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Editorial Rodhas. Lima, 2007. Pág. 322. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 322. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323. 4 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323. 5 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323. 3 8 Durante las épocas clásica y republicana, fue la posesión la base de la economía agraria. Las tierras del ager publicus fueron retenidas por la nobleza durante siglos y las transmitieron a través de la herencia. El ager publicus desapareció bajo el imperio Domiciano.6 A la Lex Thoria el romanista Emilio Albertario le atribuye la consecuencia de haber influido en la transformación de la posesión en dominio.7 3.3. LA POSESIÓN EN EL DERECHO GERMANO En la época antigua, el derecho privado alemán no reconocía al individuo la propiedad privada, especialmente la del suelo y la tierra. El dominio privado era posible sólo sobre los muebles, al paso que los inmuebles estaban sometidos a la propiedad común asociacional.8 No se dio una diferenciación entre posesión y propiedad. El poseedor de un bien era considerado propietario del mismo, y la institución representativa de la posesión fue la gewere. Tiene gewere el que goza del señorío del bien; es el que tiene el aprovechamiento y hace uso de su derecho de manera notoria. No todo señorío sobre el bien constituye gewere, sino aquel que aparenta ser la cristalización de un derecho real. Por eso el usurpador no tiene gewere. Siendo la gewere un derecho, es transmisible por acto inter vivos y a través de la herencia (mortis causa), pues al fallecer el causante, el poseedor se convertía en continuador de la posesión de aquel.9 El derecho germánico no distingue entre posesión jurídica y detentación: tiene también gewere el que carece de animus dominantis.10 6 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 323. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 324. 8 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 324. 9 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 325. 10 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 325 7 9 El poseedor estaba protegido por algunas acciones defensivas por acción propia. Se sancionaba al infractor de la posesión; el despojado mantenía una gewere ideal (aquí se trasluce su condición de derecho), pero igualmente, existía la gewere corporal, que no era la simple detentación, sino que tenía la apariencia jurídica del ejercicio de un derecho sobre el bien.11 El periodo de recepción del derecho romano en Alemania va a producir un cambio notable. La recepción trae la noción de posesión. Esta se diferencia de la germánica en la más acusada acentuación del señorío de hecho (corpus), con la repulsa de la gewere múltiple y de la gewere ideal. La doctrina romana, desde Savigny, exige que para que haya posesión, además del corpus o señorío, se necesitaba el animus domini (elemento subjetivo); de tal modo que el no propietario sólo tiene detentación.12 En el moderno derecho alemán, ha resucitado la idea germánica de posesión. Todo señorío de hecho representa posesión de hecho. La posesión es transmisible inter vivos y mortis causa. El BGB estatuye que la posesión es el señorío de hecho de una persona sobre una cosa. En cuanto a los grados de posesión, esta puede ser posesión en concepto de dueño y posesión en concepto distinto al de dueño. La gewere múltiple reaparece en las formas de posesión mediata e inmediata, y la gewere ideal en la posesión del heredero.13 11 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 326. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 326. 13 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 327. 12 10 3.4. LA POSESIÓN COMO PODER DE HECHO La posesión como señorío de hecho o poder fáctico que se ejercita sobre un bien, y que permite el goce o disfrute de él, independientemente de que se tenga un derecho real o no, constituye el basamento de la teoría posesoria.14 Tradicionalmente se ha sostenido que el modo originario y normal de poseer un bien es a través de la propiedad. A partir de Ihering, se entiende que la posesión es la manifestación exterior del derecho de propiedad. Por eso merece tutela provisional que en determinadas condiciones puede acabar en estado de derecho. Ello sucede cuando la posesión conduce a adquirir propiedad por medio de la usucapio.15 Se estima que la posesión merece tutela no sólo porque representa una manifestación externa del dominio, sino porque exterioriza cualquier otro derecho.16 La posesión es, como quiere Wolff, un derecho provisional sobre una cosa, a diferencia de la propiedad y otros derechos reales que son definitivos.17 La idea moderna de la posesión consiste en que es un poder de hecho, una relación directa e inmediata del hombre con un bien concreto, con el fin de obtener un aprovechamiento económico. Este señorío fáctico es independiente de que se ejercite con derecho o sin él. La posesión es el poder de hecho sobre la cosa, cuyo poder de derecho es la propiedad; la posesión es el anverso, la otra cara de la opuesta propiedad que es el poder fáctico y jurídico respectivamente.18 Se debe también indicar que en la doctrina nacional, se ha sostenido que la posesión de derecho no es posesión. Así, se tiene que Avendaño sostiene que el código exige que el 14 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333. 16 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 333. 17 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 334. 18 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 334. 15 11 ejercicio sea de hecho, con lo cual se quiere destacar dos cosas: basta el ejercicio fáctico; y en segundo término, que no basta ni se requiere un ejercicio de derecho. De esto se derivan dos consecuencias: se deja de lado cualquier alusión a la legitimidad de la posesión para que ésta exista y se explicita que la posesión de derecho no es en rigor posesión. Por tanto la posesión que ha sido contractual o judicialmente reconocida pero que no existe fácticamente, no es posesión.19 3.5. HACIA UN CONCEPTO DE POSESIÓN: LA POLEMICA SAVIGNY-IHERING Savigny concluyó que la posesión se compone de dos elementos: el corpus y el animus. El corpus es la posibilidad física de actuar sobre la cosa, de disponer de ella y de defenderla de cualquier acción extraña; este corpus requiere una voluntad de tener y mantener el contacto físico. En caso de faltar la voluntariedad habrá una simple yuxtaposición local, un contacto físico involuntario. Pero además del corpus voluntario, se requiere la existencia del animus domini, es decir, de la intención de poseer como propietario. Según este jurista, sólo eran poseedores el dueño, el que actúa como si fuese dueño, el usurpador y el ladrón. En el derecho romano, se reconocían también como poseedores al enfiteuta, al superficiario, al acreedor prendario y al precarista, ninguno de los cuales tenia animus domini. El citado autor denominó a estos supuestos como poseedores derivados, por cuanto el titular originario enajenaba la posesión para determinados efectos prácticos. Las otras categorías de sujetos que tuviesen contacto con el bien (por ejemplo, arrendatarios, usufructuarios, depositarios), eran tenedores, y no gozaban de la protección posesoria. La cuestión definitoria entre la posesión y la tenencia es la presencia del animus domini, salvo los casos de los poseedores derivados.20 19 Avendaño, Jorge. La Posesión en el Código Civil de 1984. En Libro Homenaje a León Barandarian; Cultural Cuzco, Lima, 1985, Págs. 27-39. 20 Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Tercera Edición, Jurista Editores, Lima, 2013. Pág. 400-401. 12 Para Savigny toda posesión se basa en la convicción de un poder ilimitado de disponer físicamente de la cosa. Para que esta convicción se produzca, es necesaria la voluntad de tener la cosa como propia: animus, al mismo tiempo, son necesarios los elementos materiales constitutivos de ese poder de disponer del que el poseedor debe tener convicción: corpus. La continuación de la posesión resulta de las mismas condiciones que dieron lugar a su adquisición: corpore et animo; pero para esta continuación no es preciso siempre ese poder físico inmediato que es necesario para la adquisición de la primera; es suficiente que se pueda reproducir a voluntad. Es por eso que la posesión una vez adquirida no se pierde por el solo alejamiento, y la relación física no es suficiente para hacer adquirir la posesión.21 Para Savigny, el contacto físico no es necesario para adquirir la posesión, pues la simple presencia es bastante también (no es necesario tomar la posesión corporalmente y con la mano, sino que también se toma con la vista y con la intención). El corpus no es el poder sobre la cosa, sino el que ésta se halla colocada bajo la potestad, o mejor dicho, bajo la guarda directa del poseedor.22 Ihering no recusa la voluntariedad en la posesión, sino la existencia de una especial intención de comportarse como propietario materializada en el animus domini. No basta el contacto físico entre el sujeto y el bien, sino es necesario además el ánimo de poseer. En caso de ausencia de este elemento subjetivo, nos encontramos en presencia de una relación de lugar, análoga a la yuxtaposición local de la teoría de Savigny, y la que no tiene significado jurídico alguno. Si la persona manifiesta su voluntad dirigida hacia el bien, este toma la forma de relación fáctica exclusiva y exteriormente reconocible. La relación posesoria se caracteriza por la posibilidad de obrar por sí mismo (aspecto positivo) y por la exclusión de todos los demás para obrar respecto al mismo bien 21 22 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 362. 13 (aspecto negativo). El corpus y el animus están fundidos indisolublemente, uno no existe sin el otro; la posesión es la voluntad materializada en la relación fáctica.23 Para Ihering, la distinción entre la posesión y la tenencia no puede estar en el animus domini, que para él no existe; la frontera entre ambas figuras se delimita por obra del ordenamiento jurídico, que en base a consideraciones prácticas o utilitarias establece si una dominación fáctica debe ser considerada como tenencia o posesión.24 La doctrina de Savigny, se halla construida de abajo hacia arriba. En la parte inferior de la escala se encuentra la tenencia, y de ésta se pasa a la escala superior constituida por la posesión, siempre que se tenga el animus domini. La posesión implica la tenencia, en cambio la tenencia no necesariamente constituye relación posesoria. La doctrina de Ihering está elaborada de arriba hacia abajo. Lo normal es la posesión, y solo de forma excepcional hay tenencia cuando el ordenamiento jurídico decide, por cuestiones de política legislativa, degradar una relación posesoria y convertirla en tenencia.25 La tesis de Savigny vincula la propiedad con la posesión por el animus domini, lo cual se manifiesta en el concepto de la posesión (ejercicio de hecho respecto al contenido de un derecho) y en los fundamentos de la tutela posesoria. En cambio, para la tesis de Ihering la posesión puede considerarse en alguna medida autónoma de la propiedad.26 La tesis de Savigny captó mejor la esencia de la posesión romana; en cambio Ihering, utilizó las fuentes romanas para consagrar una teoría germánica de la posesión, inspirada en la Gewere. La ventaja de Ihering, se encuentra en haber captado a la posesión desde el punto de vista de su materialidad, y difuminado las diferencias entre ésta y la tenencia, 23 Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 401-402. Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 403. 25 Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Cit. Pág. 403. 26 Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 404. 24 14 con lo cual el ordenamiento jurídico tutela un hecho material, socialmente público, y que merece ser protegido por sí mismo.27 3.6. EL CONCEPTO DE POSESIÓN EN EL CODIGO CIVIL PERUANO El código peruano se adhiere a la tesis objetiva de Ihering. Ya lo hacía el derogado código en su numeral 824. Decir que el derecho patrio se adhiere a Ihering no es negar el animus, que el jurista alemán nunca planteó. Es afirmar que toda relación fáctica es posesión, a menos que el legislador disponga lo contrario. Siempre existirá animus; sin éste la posesión no existe, lo que sucede es que se encuentra incorporado en el corpus. El animus no depende de la voluntad del hombre, no está en su cabeza; previamente la ley lo ha determinado. No es cierto, como sostienen los legisladores nacionales, que se descarta todo elemento intencional.28 El código peruano dispone cuándo hay posesión (artículo 896 del Código Civil), de lo contrario habrá mera tenencia; un caso lo constituye el servidor de la posesión, que es mero tenedor (artículo 897). 29 Pero hay algunas excepciones. En la usucapión, se exige que la posesión sea a título de dueño. Aquí se puede decir que hay un rezago de Savigny. Cuando se dice que el poseedor es reputado propietario, mientras no se pruebe lo contrario, se afirma que todo poseedor se conduce con animus domini; lo cual es falso; el poseedor (usuario, usufructuario, etc.) no tiene intención de ser dueño, sólo tiene voluntad del derecho de que es titular. Se hace necesario construir una teoría que la desligue por completo de la propiedad: el animus posesorio no es necesariamente el animus de propiedad. 30 27 Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Pág. 405-406. Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361. 29 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361. 30 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361. 28 15 No está explicitada la teoría objetiva. Es necesario fundar la posesión en una voluntad independiente de la propiedad, pero sin caer en el animus possidendi, que es una regresión al subjetivismo savigniano. Lo que sucede es que todo el sistema jurídico ha sido edificado en base a la propiedad. 31 3.7. NATURALEZA JURIDICA DE LA POSESIÓN: ¿HECHO O DERECHO? La posesión, como exclusivo poder de hecho que tiene el sujeto sobre el bien, no requiere contar con algún derecho que lo sustente, pero ello no impide que produzca consecuencias jurídicas.32 Savigny consideró que la posesión es un hecho, por cuanto se basa en circunstancias materiales, aunque el producir consecuencias jurídicas le hace ser un hecho jurídico, el cual se protege sin consideración a que exista un derecho subjetivo. En cambio, Ihering, sostuvo que la posesión es un derecho, partiendo de que es un interés jurídicamente protegido; sería un derecho porque reúne las características de éste (señorío de la voluntad reconocido por la ley o como un interés protegido por ella), constituyendo una relación tutelada por el ordenamiento jurídico, incluso en contra del propietario del bien.33 Gonzáles Barrón, considera que es erróneo tipificar la posesión como un derecho, por las siguientes razones: a) Si la posesión es un derecho subjetivo, ello quiere decir que un poseedor legítimo tiene dos derechos: el primero, producto de su título posesorio, como es el caso del derecho del arrendatario, del usufructuario o del comodatario. El segundo derecho sería producto del solo hecho de poseer. 31 Ramírez Cruz, Eugenio. Op. Cit. Pág. 361. Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Segunda Edición. Jurista Editores, Lima 2005. Pág.266-267. 33 González Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 267. 32 16 b) Si la posesión es un derecho, resulta absurdo que los ordenamientos hablen de la posesión ilegitima. Para dicha tesis, el ladrón o el usurpador serían poseedores legítimos, por cuanto la posesión es por sí misma un derecho. c) La sola posesión sería un curioso derecho subjetivo que sólo se mantendría cuando el titular se encontrase en contacto con el bien; en caso contrario, se extinguiría el derecho y se perdería la facticidad. Pero la posesión es un hecho que nace y se extingue como tal; pero no le impide ser un hecho jurídico que produzca consecuencias jurídicas. d) La protección posesoria se otorga a favor de la persona que se halla en relación fáctica con el bien, sin importar la titularidad jurídica. Es un hecho cuyo acceso al registro inmobiliario se encuentra negado, ya que en el registro ingresan los derechos amparados en un título. La posesión sólo aparece en el Registro como una consecuencia del título de dominio o del derecho real que se inscribe, pero nunca se inscribirá una posesión en el vacío, es decir, sin título, meramente fáctica y provisional.34 En el caso del Código Civil, la posesión está dentro de la sección denominada Derechos Reales Principales, lo que permitiría llegar a la conclusión apresurada de que, la posesión es un derecho real. Pero se debe tener en cuenta que el artículo 896 del Código Civil habla de la posesión como un ejercicio de hecho, sin considerarlo como un derecho.35 Esta cuestión no es meramente teórica, pues ha habido casos en los que se ha interpuesto una acción de amparo en favor del derecho de posesión; pero se ha dicho que la posesión no se ha consignado como un derecho protegido en la Constitución, aun cuando se haya opinado que forma parte del contenido del derecho de propiedad. Pero si 34 35 Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 268-269. González Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 271. 17 se estima que la posesión es un hecho, la acción de amparo es inviable para tutelar un factum.36 3.8. TUTELA POSESORIA Los derechos reales son un conjunto de facultades que tutelan la atribución o pertenencia sobre los bienes. Mediante su normativa se establece la esfera jurídica de los sujetos en relación con los bienes. Esta atribución se realiza en dos planos o niveles. En un primer nivel el ordenamiento atribuye los bienes en forma provisional. Esta es la misión delegada a la posesión. El poseedor será tutelado provisionalmente por su sola condición de tal. La posesión no necesita ser caracterizada como manifestación de la propiedad; basta la situación de control independiente. Es suficiente que el sujeto ostente un poder fáctico sobre el bien, para que en su calidad de poseedor merezca protección. En segundo plano, el ordenamiento jurídico asigna los bienes en forma definitiva, a través de la propiedad y de los demás derechos reales reconocidos por la ley. En este nivel definitivo, el poseedor será vencido por el titular del derecho. La posesión es el ejercicio de hecho sobre un bien, mientras que la propiedad o cualquier otro derecho real es un poder jurídico reconocido por la ley.37 La tutela provisional de la posesión no se hace como si esta fuese un ius, sino como lo que es: un factum, es decir, un hecho cierto y visible. La tutela de cualquier ius exige acreditar una relación no visible (ideal), esto es, una titularidad jurídica existente solo en el mundo de la abstracción de los derechos subjetivos. La protección del ius solo opera en un plano definitivo, en el que se haya planteado la controversia ante el Juez, y ante éste se demuestre la existencia del derecho superior a la sola posesión.38 36 Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 271. Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 272-273. 38 Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 273. 37 18 3.8.1. Fundamentos de la Tutela Posesoria Siguiendo a Ihering, las teorías que buscan explicar la tutela posesoria son de dos tipos: Relativas, por cuanto la protección dispensada por ley no tiene su fundamento en la posesión misma; y absolutas, en cuanto la posesión es protegida por sí misma.39 Las teorías absolutas cuentan con mejores argumentos para explicar la posesión. Se protege la posesión porque incentiva la buena custodia sobre el bien. En muchos casos es preferible la explotación económica eficiente de los bienes (aunque se realice sin título), antes que una mera titularidad formal improductiva y sin contenido económico. Con la protección posesoria se hace efectiva la prohibición de que cada uno se tome la justicia por su propia mano, y se impone la necesidad d que los ciudadanos acudan a los Tribunales para reclamar sus pretensiones sobre los bienes.40 El poseedor que carezca de derecho, cederá ante el titular o propietario, pero una vez que el litigio haya sido ventilado en los Tribunales. Todo ataque arbitrario a la continuidad se constituye en un daño a un interés vital.41 3.9. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL PODER DE HECHO 3.9.1. Descripción del poder de hecho Es el elemento más evidente de la posesión, denominado por nuestro código “ejercicio de hecho” (artículo 896 del C.C.), y usualmente significa la sujeción del bien a la persona. Según la postura adoptada por SAVIGNY el poder de hecho contiene dos variantes: la injerencia, por lo menos eventual, del sujeto sobre el bien, la cual además será actual y efectiva en el momento inicial pero puede ser exclusivamente potencial o eventual en la fase ulterior; y la omisión de terceros, requisito meramente negativo, por el que los 39 Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 274. Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 277. 41 Gonzáles Barrón, Gunther. Derechos Reales. Pág. 278. 40 19 terceros se abstienen de toda interferencia. Por otro lado, el poder de hecho puede derivar del consenso con el anterior poseedor, siendo su estructura similar a la fase no inicial, en tal caso resulta útil lo señalado por WOLF quien considera que la relación de hecho se basa en el “vinculo jurídico”, al cual se le suma la conexión física entre la persona y un bien (“las llaves”) cuya característica es representar a otro bien (“el inmueble”). En otros términos, la posesión es la potestad o señorío fáctico que, con interés propio, ejerce una persona sobre un bien para su aprovechamiento económico y la satisfacción de sus necesidades; aun cuando reconozca en otro la propiedad, el poseedor de un bien es aquel que, en los hechos, se conduce como propietario, usando o disfrutando el bien.42 3.9.2. El poder de hecho espiritualizado: La Posesión Mediata e Inmediata En la vida cotidiana es muy normal que una persona entregue a otra el poder de hecho sobre un bien, siendo el que lo recibe el poseedor inmediato, mientras el que espera la devolución el poseedor mediato, siendo el que recibe el bien denominado intermediario posesorio. El elemento principal en la mediación posesoria es la existencia de una relación jurídica en la que haya una obligación de devolver el bien, siendo que esta relación jurídica no debe entenderse de modo estricto, pues es posible que subsista la posesión inmediata aun cuando el negocio sea invalido o ineficaz, pues en tal caso se tomará en cuenta el acuerdo de voluntades, es decir basta el simple consentimiento. Por ello, se puede afirmar que el reconocimiento legal de la posesión mediata implica la espiritualización del concepto de poder de hecho, por ello como señala WOLF la entrega del bien en concepto de arrendamiento, comodato, prenda, etc… no implica renuncia al 42 Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial 2/1 2008. http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a 20 poder o señorío por parte del poseedor mediato, sino una atenuación de éste. Por otro lado, el poder que detenta el poseedor inmediato, tiene carácter derivado y limitado en relación al contenido del derecho superior. Siendo la finalidad de esta clasificación otorgar tutela posesoria a ambas partes. Al respecto, nuestro código civil no distingue entre la posesión mediata y posesión inmediata, advirtiéndose del análisis de las normas sobre tutela posesoria que es más intensa en caso de quien detenta el control físico y directo del bien. 3.9.3. Contactos físicos sobre el bien, pero excluidos del ámbito de la posesión En este caso tenemos, al servidor de la posesión, definido en el artículo 897 del C.C. quien ejerce el poder de hecho pero no es poseedor, por tanto, no le corresponde la tutela posesoria. Además, a diferencia del poseedor inmediato quien tiene cierta autonomía para gozar y disfrutar del bien, según sea el caso, el servidor de la posesión es un simple detentador sin interés propio. Si bien está vetada para el servidor de la posesión el ejercicio de remedios interdictales de protección posesoria, no ocurre lo mismo en el caso del despojo pues en tal caso el servidor de la posesión en ejercicio de la legítima defensa puede defender la posesión en beneficio del directamente agraviado (poseedor). Luego, cualquier contacto físico sobre el bien puede considerarse ejercicio de hecho, siendo evidente que no son poseedores, el cliente de una tienda o negocio, el alumno y los profesores de un colegio o universidad, el pasajero del ómnibus, entre otros casos, quedando según el autor excluidas del ámbito posesorio todas las posesiones pasajeras o toleradas, en aplicación del artículo 904 del C.C. 21 3.10. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LA VOLUNTARIEDAD El autor señala que en nuestro código se ha definido la posesión en términos de SAVIGNY, aunque las normas contextuales y la “voluntas legislatoris” se ha inclinado decididamente a la tesis de INHERING, agregando que este último sostuvo que la posesión es también un acto voluntario. El autor, señala una idea importante, el poseedor con animus domini no requiere ser propietario, ni que el mismo crea en la legítima pertenencia del bien, basta que su posesión constituye expresión o representación de la propiedad, de no reconocer en otro potestad superior, y por eso tanto el ladrón y usurpador son poseedores en concepto de propietario. Siendo que el ejercicio de la posesión como propietario tiene importantes consecuencias, como el hecho que el poseedor en concepto de propietario hace suyo los frutos si es de buena fe (art. 908 C.C.) está habilitado para convertirse en propietario por usucapión (art. 950, 951 del C.C.), se beneficia de algunas presunciones (art. 912 C.C.). Luego, el autor señala que en la moderna doctrina existe una noción más amplia a la de “poseedor en concepto de propietario”, y por ello se habla de poseedor en nombre propio o en concepto propio, ello con la finalidad de unificar a todos los poseedores habilitados para ganar por usucapión el derecho real de propiedad. El autor habla sobre la posesión en concepto diferente al de propietario, y ha señalado que esta posesión no produce las mismas consecuencias jurídicas que la posesión en concepto de propietario, y en especial el derecho a ganar por usucapión la condición de propietario. Ahora, el autor refiere que existe duda sobre si el poseedor en concepto distinto al de propietario puede convertirse en poseedor en concepto de propietario, y hace referencia 22 a que en doctrina existen dos hipótesis de esta figura denominada “intervención”, la cual opera en contra del propietario, ya sea oposición a este, mediante actos notorios que impliquen despojo contra el titular o por causa proveniente de un tercero como sería en caso de otorgarse título por un tercero. 3.11. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. LOS SUJETOS Según el autor la persona natural y jurídica pueden ser poseedores, esta posición tiene respaldo en una interpretación extensiva del artículo 3 del C.C. por la cual si toda persona puede ser titular de derechos, con mayor razón puede ser protagonista de hechos jurídicos voluntarios. Ahora, ha señalado el autor, el problema está en el ámbito de la capacidad de ejercicio que requiere el poseedor, y agrega que siendo la posesión un hecho jurídico voluntario no requerirá para su adquisición o goce la capacidad plena de ejercicio requerida para celebrar un negocio jurídico, sino tan solo de una capacidad natural que permita ostentar el poder de hecho. Luego, el autor a partir del análisis de las normas contenidas en los artículos 1358 C.C. y 1975 C.C. construye la doctrina de la capacidad natural para adquirir y gozar de la posesión en nombre propio. 3.12. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN. EL OBJETO DE LA POSESIÓN El autor aclara que la posesión no es un derecho real, sino una típica relación de hecho que vincula al hombre con los bienes, en tal sentido, el objeto sobre el que recae el señorío fáctico del poseedor son los bienes. Siendo que esta puede recaer sobre bienes corporales e incorporales, partes o porciones de bienes, bienes del estado. Luego, el autor refiere que además de la posesión mediata e inmediata, existen otras clasificaciones como son la posesión legítima e ilegítima, la posesión de buena fe y mala fe, y la denominada posesión precaria. 23 Al respecto, la posesión será ilegitima cuando se ejerza con título invalido o sin título alguno. Esta será de buena fe cuando el poseedor, por cualquier causa, cree en la legitimidad de su título. Será de mala fe cuando conozca de la ilegitimidad de su título, carezca de título o éste sea manifiestamente ilegítimo.43 La posesión precaria está legislada en el artículo 911º de nuestro Código Civil; el cual prescribe que: "La posesión precaria es la se ejerce sin título alguno o el que se tenía ha fenecido".44 La posesión precaria es la que se ejerce con título manifiestamente ilegítimo o inválido, o sin título alguno, sea porque nunca lo tuvo o porque el que tenía feneció.45 3.13. ADQUISICION DE LA POSESIÓN 3.13.1. El Poder de Hecho.Nuestra Legislación civil en forma expresa no instituye cómo se puede adquirir la posesión; sin embargo, establece cómo se puede adquirir el Derecho de propiedad, situación que nos hace determinar que ésas son también las formas de adquirir la posesión conforme a la naturaleza jurídica de cada una de ellas. 43 Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Hector Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial 2/1 2008. Publicación en internet: http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a 44 Las Clases de Posesión en el Perú. http://www.articuloz.com/leyes-articulos/las-clases-de-posesion-en-elcodigo-civil-peruano-1054756.html 45 Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial 2/1 2008. Publicación en internet: http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a 24 En resumen podemos señalar que la posesión puede adquirirse por ocupación, por usurpación y finalmente, por tradición o transmisión de los derechos, ya sea por efectos de los contratos entre vivos o por causa de muerte.46 La posesión es considerada como un “hecho jurídico voluntario”, que no requiere la capacidad plena de ejercicio para los actos de adquisición o goce de la posesión, como si se requiere cuando se trata de un derecho transmisible en virtud del negocio jurídico; por tanto, para ser poseedor se requiere la “capacidad natural” que permita ostentar el poder de hecho, esto es, lo que en doctrina se llama la “capacidad para entender y querer” los propios actos47. Tratándose la posesión de un “hecho”, basta que el sujeto cuente con capacidad natural para adquirir o conservar la posesión, pues no se está disponiendo ni transmitiendo derechos. Ahora bien, no cualquier contacto físico sobre el bien puede considerarse “poder de hecho” o “ejercicio de hecho”, como lo llama el artículo 896 del Código Civil; pues, los comportamientos pasajeros, privados de funcionalidad o de cualquier tipicidad social, no podrán pasar el examen de la relación posesoria48. 3.13.2. Modos de adquisición de la posesión Debe advertirse que para algunos autores no puede hablarse estrictamente de adquisición de la posesión sino de iniciación de la misma por considerar que la posesión es un hecho durable y no un derecho. En concordancia con esta posición dichos autores suelen negar la exactitud de la sistemática común que distingue entre modos originarios y derivativos de adquirir la posesión. En efecto, arguyen que la adquisición de la posesión entendida como iniciación de una situación de hecho es siempre originaria en el sentido de que se produce siempre por la actuación de la persona que se coloca frente a una 46 http://derecho911.blogspot.com/2013/07/adquisicion-de-la-posesion.html Díez Picazo, Luis. Fundamentos de derecho civil patrimonial. Tomo III, Pág. 592 48 Sacco, Rodolfo y Caterina, Rafaele. Il Posseso, Pág. 174-176 47 25 cosa en actitud de propietario o de titular de otro derecho real sin que ese supuesto pueda ser transmitido. Sin embargo, es innegable que si a veces la posesión se inicia por la sola actuación del poseedor (por ejemplo: cuando alguien se apodera de una cosa abandonada), en otras oportunidades interviene también, concurriendo con su voluntad, un poseedor precedente (por ejemplo: cuando el vendedor hace entrega al comprador de la cosa que hasta entonces poseía). En este sentido se justifica distinguir entre adquisición originaria y adquisición derivativa de la posesión. Como se ha mencionado, la adquisición de la posesión requiere un acto de injerencia del sujeto sobre el bien, ante lo cual se excluye el objeto del ámbito de poder de los demás. Este acto de injerencia puede ser de carácter “originario” o “derivativo”. La adquisición originaria se funda en el solo acto de la voluntad unilateral del adquirente. En cambio, la adquisición será derivativa cuando se produzca una doble actuación: la del precedente poseedor, quien voluntariamente cede el poder de hecho al nuevo poseedor, y la del nuevo poseedor, quien recibe el poder fáctico sobre el bien49. El Código Civil reconoce ambos modos de adquisición de la posesión en el artículo 900, denominando a la adquisición derivativa como “tradición”, de acuerdo a la secular tradición romanista. i) Adquisición Originaria.- que normalmente se realiza mediante un acto de aprehensión unilateral; si el bien no es poseído por nadie entonces estamos ante una ocupación; en cambio, si la aprehensión se manifiesta en contra de la voluntad del precedente poseedor, estamos ante un despojo50. En cualquiera de los casos se trata de una conducta de injerencia sobre la cosa o un comportamiento comisivo, pero nunca puede reducirse a una cuestión meramente psicológica. 49 50 El Código Civil regula esta Díez Picaso, Luis. Op.Cit., pág. 603 Gazzoni, Francesco. Manuale di diritto privato, pág. 212. 26 adquisición en su artículo 900 y, que da entender que la adquisición originaria de la posesión se produce en los casos establecidos por la ley. Asimismo, esta adquisición se produce también por un acto unilateral del adquirente, sin que concurra con su voluntad un poseedor precedente. Supone, desde luego, una conducta que constituya respecto de la cosa el supuesto de hecho posesorio, o sea, la conjunción del "corpus" o del "animus". Respecto del "corpus": debe destacarse que tanto menos efectivo debe ser el ejercicio del poder sobre la cosa cuanto menor sea la posibilidad de que otra persona concurra al ejercicio de este poder. Correlativamente, cuando la probabilidad de la concurrencia ajena sea mayor, tanto más debe aproximarse la relación objetiva del adquirente al contacto corporal con la cosa. Por ejemplo, si se tratara de la toma de posesión de una "res nullius" o de una cosa que está en posesión de otro, es necesario la aprehensión "corpore et tactu" pues sólo así se elimina la posibilidad de que otros en el primer caso, o el precedente poseedor en el segundo, se posesione efectivamente de la cosa. En cambio, cuando los peces entran en los viveros propios o los frutos caen en el propio fundo, la posesión se adquiere sin más. Las reglas en la materia son pues elásticas como lo son en general las reglas para determinar la existencia del "corpus"; pero, en cualquier caso, es indispensable la iniciación de una situación inequívoca de poder a favor de quien inicia la posesión con la advertencia de que en el momento en que se adquiere la posesión es necesario exigir con mayor rigor los requisitos de ésta que cuando se trata de su continuación. Al lado del "corpus" es necesario el elemento intencional. En la adquisición originaria dicho elemento está implícito y se exterioriza en la actuación posesoria. Como este elemento intencional es meramente táctico, sólo se requiere una voluntad que tenga la capacidad natural de entender y querer sin que sea necesaria la capacidad negocial (incluso cuando se trata de adquirir la posesión de un derecho real). 27 ii) Adquisición derivativa.- La tradición o entrega es el acto bilateral mediante el cual el poseedor precedente (“tradens”, transferente) introduce en el poder fáctico al poder sucesivo (“accipiens”, adquirente). La tradición consta de un consenso bilateral de y de una ejecución material (Artículo 1351 C.C.), por cuanto no versa sobre la modificación de relaciones jurídicas. Tampoco es un negocio (acto jurídico), por cuanto la tradición incide sobre situaciones de hecho y esta factualidad da lugar a hipótesis simples, fácilmente verificables y no retroactivas. La tradición puede producir otros efectos jurídicos, lo que en ciertas ocasiones enturbia su noción porque a veces se le atribuyen como notas esenciales las características que debe reunir para producir esos otros efectos jurídicos. Pero la tradición en su sentido propio consiste en la entrega de una cosa para trasladar a quien la recibe la posesión de la misma. Existen diversas formas de hacer tradición: a) Puede hacerse tradición mediante la entrega efectiva, material o corporal de la cosa. Este acto no es un negocio jurídico porque sus efectos no se fundan en el contenido de las declaraciones de voluntad del "tradens" y del "accipiens" sino que es uno de los actos que la doctrina alemana califica de actos reales y cuya característica es que sus efectos jurídicos están en función de que se produzca un determinado resultado de hecho que en el caso que nos ocupa consiste en que el señorío de hecho sobre la cosa pase del "tradens" al "accipiens". Esta entrega material no difiere de la ocupación material de la cosa sino en cuanto que concurre la voluntad de un poseedor precedente. Esta circunstancia unida al hecho de que no se trata de un negocio jurídico explica que para adquirir la posesión por este concepto basta también la capacidad natural de entender y querer. b) La tradición puede consistir también en un acuerdo cuando el adquirente se encuentra ya en una situación que le permita poder ejercer su poder sobre la cosa 28 (por ej. porque la tiene arrendada). Tampoco esta tradición consensual es un negocio jurídico sino un acto real. Además de la tradición efectiva y de la consensual, existen otras llamadas a veces simbólicas o fingidas cuando en realidad sería mejor denominarlas atenuadas. En estos casos el "tradens" no entrega efectivamente la cosa al "accipiens"; pero lo coloca en una posición que le ofrece la segura posibilidad de esa posesión. La posesión puede adquirirse por sí o por medio de otro. En efecto, es posible que una persona despliegue la actuación que conduce a adquirir la posesión en condiciones tales que haya de concluirse que actúa "en nombre de otro" quien es el que verdaderamente adquiere la posesión. No se trata propiamente de una representación en materia posesoria ya que no es una sustitución en una declaración de voluntad sino en la creación de un estado de hecho. El caso más frecuente es que la sustitución se refiera al "corpus" de la posesión (por ejemplo: cuando una persona compra una cosa y envía a un apoderado o dependiente suyo a recibir la entrega material correspondiente). Sin embargo, la sustitución también puede operar respecto del "animus" en el caso de los representantes de las personas naturales o jurídicas. En los casos en que el "corpus" es adquirido por otro y el "animus" por sí mismo, la adquisición de la posesión sólo se produce cuando ambos elementos concurren. La observación es importante porque frecuentemente en estos casos ambos elementos no se adquieren al mismo tiempo sino que la adquisición del "animus" suele preceder a la del "corpus". 3.13.3. Conservación de la posesión. El sujeto conserva la posesión aunque haya perdido el contacto físico sobre el bien, siempre que se encuentre en grado de retomar el contacto en cualquier momento. Se conserva la posesión en aquéllos periodos de tiempo en los cuales el bien sea temporalmente inidóneo para sufrir la dominación física o económica del hombre. En 29 cambio si un tercero adquiere el poder sobre el bien (falta de abstención de los terceros), el sujeto primigenio habrá perdido la posesión. El artículo 904 del Código Civil, es la única norma del Código prevista para regular la conservación de la posesión; por tanto, según este precepto, si el poseedor pierde el contacto físico con el bien por circunstancias “pasajeras”, aún así mantiene la posesión. Asimismo, el mencionado artículo sirve para excluir del ámbito posesorio las situaciones con impedimento objetivo y a las situaciones con impedimento subjetivo, ya sean por propio acto de la voluntad del poseedor o por acto de voluntad de terceros. De acuerdo con la pura lógica, debería decirse que el poseedor conserva la posesión mientras conserva simultáneamente el "corpus" y el "animus" de la misma con la advertencia de que la existencia de uno y otro se juzgan con menos rigor que cuando se trata de determinar la adquisición de la posesión. Sin embargo, el Derecho Romano admitía la posibilidad de conservar la posesión "solo animo", o sea, sin que se conservara el "corpus". El caso clásico romano, aunque no el único, fue la concesión que Justiniano hizo del interdicto unde vi a quien había dejado vacante un fundo contra quien durante su ausencia hubiere tomado posesión del inmueble, lo que implícitamente significaba reconocer que el ausente conservaba la posesión —no corpore sino animo. Pero lo importante es dilucidar si conforme a nuestro Derecho es posible conservar la posesión "solo ánimo". La respuesta es negativa: ningún texto legal podría citarse como fundamento de tal opinión. Lo único que puede afirmarse es que la posesión se conserva en casos en que el "corpus" sufre una atenuación (por ejemplo: se conserva la posesión de un animal doméstico que sale del lugar donde lo tiene su poseedor mientras el animal conserva la 30 costumbre de volver; se conserva así mismo la posesión de una cosa mientras accidentalmente se ignore su paradero siempre que se halle bajo el poder del poseedor —no de otro que la tenga para sí—; etc.). 3.13.4. Pérdida de la posesión La posesión se pierde en el mismo momento en que se pierde el poder de hecho sobre el bien (elemento objetivo de la relación posesoria). El que tiene una injerencia “potencial” pierde la posesión cuando un tercero aprehende materialmente el bien, ya que ese comportamiento ajeno conlleva a la posibilidad del poseedor primigenio de interferir sobre dicho bien. En cualquiera de los casos es necesaria la pérdida del poder de hecho. La pérdida de la posesión puede darse de dos formas, voluntaria e involuntariamente. La pérdida voluntaria puede realizarse por acto bilateral, esto es, a través de la tradición (modo adquisitivo de la posesión para quien recibe, pero al mismo tiempo causa de pérdida de la posesión para el que entrega), o mediante acto unilateral, también llamado “abandono” o “derelicción” si es que no se opone a la voluntad de un poseedor actual; o “despojo” en caso contrario. La pérdida involuntaria de la posesión, se produce cuando el bien queda fuera del ámbito de poder fáctico del poseedor sin existir un acto querido por éste. Aquí se incluyen los bienes extraviados, los animales escapados, los bienes robados, los bienes entregados por incapaces naturales, etc.. De por sí el extravío asigna a los bienes un estatuto protectivo: el hallador del bien deberá comunicarlo a la autoridad competente, y si no lo hace su posesión será ilegítima (art. 932 C.C.). La pérdida de la posesión puede ocurrir de tres maneras: por desaparición simultánea del "animus" y del "corpus" (tales como el abandono de la cosa por el poseedor, su enajenación seguida de la tradición de la cosa y el perecimiento total de la cosa), por 31 pérdida del "corpus" sólo o por la pérdida del "animus" sólo; se pierde la posesión por desaparición de sólo el "corpus" cuando la cosa cae en el dominio público o cuando un tercero se apodera de ella. 3.14. PRESCRIPCION ADQUISITVA 3.14.1. Importancia Desde el Derecho Romano la usucapio apareció como un mecanismo legal por el cual un poseedor civil devenía en propietario por el transcurso del tiempo, si su posesión fue ejercida como propietario y que no se haya producido interrupción alguna. Según refiere Diez Picasso “En el Derecho romano clásico la usucapio cumplía singularmente dos funciones que eran la consolidación de una adquisición que había sido realizada cuando el transmitente no era un verdadero propietario; y la consolidación de una adquisición recibida de un verdadero propietario, pero a través de un acto no reconocido por el ius civile y, por lo tanto, insuficiente para transmitir la propiedad (p. ej. traditio)”51. La importancia social de la prescripción adquisitiva radica entonces que desde sus orígenes sirvió como un mecanismo legal para dar seguridad jurídica al poseedor; esto es, que por el hecho mismo de la posesión, pueda el poseedor obtener un derecho de propiedad o subsanar o purgar los defectos que pudiera tener en su título de propietario. De tal forma que conforme a nuestro Código Civil, la acción reivindicatoria que pudiera ejercer el propietario al poseedor no puede ser opuesta a quién adquirió por prescripción (artículo 927°), lo que encuentra correlación con la idea de que el derecho de propiedad no es un derecho absoluto, sino que debe ejercerse en armonía con el interés social (artículo 923°); así también se desprende del artículo 70° de la Constitución, al señalar 51 Diez – Picazo Y Ponce De Leon, Luis. La Prescripción Extintiva. En el Código Civil y en la Jurisprudencia del Tribunal Supremo. (2003). Madrid: Thomson Civitas. p. 25. 32 que el derecho de propiedad “Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los límites de ley”. Sin embargo, el crecimiento demográfico que se presentó en el Perú entre los años 1940 a 1980, pusieron a prueba éste mecanismo legal como instrumento de formalización. Así Hernando de Soto señalaba que “en el período que media entre 1940 y 1981 la población urbana casi se quintuplica (de 2.4 millones pasa a 11.6), en tanto que la rural apenas aumenta un tercio (de 4.7 a 6.2 millones). Así mientras que en 1940 la rural constituía el 65% de la población total y la urbana el 35%, en 1981 esos porcentajes se invierten”52. Teníamos entonces a la década de los 80, gran número de poseedores de inmuebles sin título que ocupaban predios urbanos de propiedad privada y pública y también propietarios cuyo título se había extraviado o adolecía de un defecto que impedía el acceso al sistema formal. La prescripción adquisitiva que estuvo regulada desde la época republicana, pretendió básicamente regularizar la situación de los poseedores de bienes inmuebles de dominio privado; sin embargo, el gran crecimiento de la población y otros factores, como el tener que recurrir a un proceso judicial largo y engorroso, había evidenciado ya desde ésta época, que este medio legal era insuficiente para lograr la formalización de la propiedad y por ende la seguridad jurídica de los titulares de éstos derechos; por lo que era necesario introducir el mecanismo legal de los Títulos Supletorios para los propietarios que no contaban con título o cuando éstos contenían algún defecto que impedía su inscripción. Así tenemos entonces que en la Exposición de Motivos del Código de Procedimientos Civiles de 1912 se señalaba que: “El fundamento de los títulos supletorios se encuentra en los efectos de la posesión inmemorial (…) y en el caso que consideramos, el justo título falta, ya sea porque el poseedor nunca lo tuvo, o porque se han perdido los 52 De Soto, Hernando. El Otro Sendero.(1990). Bogotá: 9na Ed., Printer Colombiana Ltda. p. 7. 33 documentos que podrían comprobarlo, siendo este motivo el que obliga a acudir al medio subsidiario de los títulos supletorio”. Entonces en el panorama legal y jurisprudencial se entendió que cuando se trataba de inmuebles no inscritos y el propietario no tuviera los documentos comprobatorios de su derecho de propiedad o estos tuvieran un defecto, debían acudir a los Títulos Supletorios, justamente para suplir los que no tenía o los defectuosos; quedando entonces, según ésta interpretación, la prescripción adquisitiva para los bienes inmuebles inscritos y ocupados por poseedores con animus domini. Así señala RAMIREZ citado por Gonzales Barrón que: “el proceso de títulos supletorios (llamados también supletivos o sustitutivos) sólo procede cuando no hay títulos originales. Si éstos existen, es decir, si su dominio le corresponde a un titular o dueño distinto del demandante, tal petición resulta improcedente. De aquí se deduce que sólo puede plantearlo el propietario (que es también el poseedor actual) y no el mero poseedor. El problema radica en que el dominus carece de instrumentos o títulos comprobativos de su derecho de propiedad (pero no carece de derecho). ¿A qué se debe ello?. Esta situación se presenta generalmente por negligencia, debido a que nunca se extendieron los documentos comprobatorios de las enajenaciones o porque han desaparecido los que se otorgaron”53. Sin embargo, es de observarse que ambas instituciones tienen por sustento el hecho de la posesión ejercida por el ocupante, tanto para la prescripción adquisitiva como para los títulos supletorios; de allí que el artículo 2018° del Código Civil prescribe que para la primera inscripción de dominio, se debe exhibir títulos por un período ininterrumpido de cinco años o, en su defecto, títulos supletorios. 53 Gonzales Barrón, Gunther. Estudio Crítico de la Nueva Legislación Inmobiliaria sobre Predios Urbanos. (2000). Lima: Ediciones Legales. p. 108. 34 Ha quedado superada actualmente la disquisición entre inmuebles inscritos y no inscritos, entre propietarios o poseedores, para invocar ambos mecanismos de formalización; se ha establecido por la Jurisprudencia que la prescripción adquisitiva sirve también para inmatricular el predio y también puede ser alegada por el propietario que no tiene documentos comprobativos de su dominio o aun teniéndolos éstos adolecen de defectos. No esta demás destacar que la posesión como fuente de derechos en el Perú, específicamente en la década de los 90, tuvo un impulso importante para resolver el problema de la formalización de la propiedad; allí se encuentra la dación de los Decretos Legislativos N° 495 y 496, y luego con la creación de la Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (COFOPRI) con el Decreto Legislativo N° 803. Por dichos dispositivos legales, el Estado otorgó títulos de propiedad a quienes ejercían posesión por el término de un año y que acreditaban ello con documentos sujetos a simplificación administrativa. He aquí entonces que el hecho de la posesión fue considerado también como de interés nacional para el acceso al sistema formal y la circulación de riqueza en el tráfico inmobiliario. 3.14.2 Concepto La prescripción –calificada de usucapión- es apreciada como una forma de adquirir la propiedad de un bien por efecto del tiempo. El tiempo puede operar para crear o extingue derechos. Si bien la prescripción extintiva priva de efectos a pretensiones reales o personales antes existentes, la prescripción adquisitiva está referida solo a derechos reales. Se configura conjugando la inercia del titular despojado con la posesión de quien se arroga el derecho, generando con la usucapión una prescripción extintiva de acción reinvindicatoria del anterior dueño. 54 54 Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II, Gaceta Jurídica, 2da edición 2009. Pág. 155. 35 La prescripción adquisitiva es un hecho jurídico voluntario orientado al ejercicio de los poderes de la propiedad de manera pública, continua y pacífica, por parte del poseedor, quien bajo la influencia del tiempo (expresado en un plazo legal) se convertirá en propietario del bien poseído. 55 La pretensión que busca la prescripción adquisitiva en la jurisdicción no es constitutiva, pues no busca modificar o alterar la relación jurídica existente, todo lo contrario, tiene como objeto obtener el reconocimiento del derecho de propiedad, del que se goza por el trascurso del tiempo y por haber sido ejercicio de forma pacífica, continua y pública. 56 Por otro lado corresponde desarrollar las formas que adopta la institución de la posesión, así podemos afirmar que tiene lugar una posesión pacifica cuando es adquirida conforme a derecho sin lesionar la posesión de otro, por ejemplo, la posesión del usufructuario. Esta posesión es ad usucapuinem la posesión no pacifica es la obtenida invadiendo la esfera posesoria de otro, aun cuando no se utilice la violencia. Toda posesión violenta es no pacífica, ya se trate de la violencia física o de la intimidación, pero puede haber posesión no pacifica sin que para ello medie violencia, como la derivada del derecho que tiene el acreedor de retener el bien de propiedad de su deudor cuando este no ejecuta la prestación debida.57 La cesación de la posesión es la única causa que en rigor interrumpe la usucapión. Cuando la cesación adviene por vía judicial, en definitiva solo es la sentencia la que interrumpe la prescripción. Iniciado el procedimiento el usucapiente no puede durante él consumar la usucapión. Se abre un paréntesis en la vida de la usucapión, paréntesis que solo la sentencia cerrará. El pronunciamiento de la sentencia debe referirse al derecho del 55 Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II, Gaceta Jurídica, 2da edición 2009. Pág. 157 56 57 Ledesma Narvaez, Marianella. Op. Cit. Pág. 153 Torres Vásquez, Anibal. Derechos reales, tomo I, IDEMSA, Lima, 2006, Pag. 358 – 359. 36 autor, derecho real incompatible con la posesión del demandado en concepto de dueño. En la interrupción civil, la sentencia solo interrumpe la prescripción al favor del litigante victorioso que además sea el titular. La demanda para interrumpir la posesión civil ha de tener un contenido real, relativa a los viene poseídos; siendo demandante el verdadero titular cuyo derecho resultaría extinguido por la usucapión y demandado el usucapiente.58 La interrupción civil se produce por la citación judicial hecha al poseedor, aunque sea por mandato de juez incompetente. La citación adelanta los efectos de la cesación física de la tenencia, arrebatándole desde entonces virtualidad prescriptiva.59 Existe interrupción natural cuando se abandona el bien o se pierde la posesión por intervención de un tercero (art. 953 CC). La interrupción natural de la usucapión aprovecha al propietario, aun cuando el domino no haya realizado acto alguno para recuperar la cosa. 60 Por otro lado, respecto de la interrupción civil tenemos que ésta se produce cuando el propietario reclama jurídicamente la posesión del bien (artículo 1996-3 C.C., por analogía) o si el poseedor reconoce la superioridad de un derecho ajeno (art. 1996-1 C.C. por analogía). Según Gunther Gonzales, nuestro ordenamiento jurídico carece de normas sobre la interrupción civil, pues nada se dice respecto a cómo un proceso judicial deja sin efecto el plazo corrido de la usucapión. Por tanto, no se sabe si basta la demanda o el emplazamiento judicial con la demanda. En el ámbito del artículo 1996-3 C.C. señala que esa consecuencia se produce solo por la citación a la demanda, aunque permite tener como válida la interrupción cuando se acudió ante el tribunal incompetente. 58 LEDESMA NARVAEZ, Op. Cit. Pág. 160 LEDESMA NARVAEZ, Op. Cit. Pág. 160 60 GONZALEZ BARRON, Gunther Hernan. “Tratado de derechos reales” Tomo II, Jurista editores, 3era edición, Lima. Pag. 1147. 59 37 3.14.3. Requisitos de la prescripción adquisitiva: a. Posesión en concepto de propietario: Es la voluntad dirigida a apropiarse de la cosa como suya, sin reconocer posesión superior, lo que se manifiesta mediante la causa posesoria; y, en forma complementaria, por los actos externos, notorios y constantes del poseedor que la corroboran. b. Posesión pública: La posesión pública implica que esta se ejerce de modo visible, y no oculta, de modo que se pueda revelar exteriormente la intención de sujetar la cosa. La publicidad no requiere que el propietario tome conocimiento de la situación posesoria ajena, pues basta la objetiva posibilidad medida de acuerdo a los cánones sociales, de que cualquier tercero advierta la existencia de esa posesión.61 c. Posesión pacifica: Este requisito implica que nadie puede ganar la posesión por usucapión si es que antes no ha adquirido la posesión de una entrega voluntaria, en tal sentido la posesión pacifica tiene como concepto antitético la posesión violenta “posesión violenta” pues bien ningún forzamiento del lenguaje hace admisible sostener que la interposición de una demanda judicial convierte al poseedor en violento. El erróneo criterio de antiguas sentencias de la Corte Suprema parece haber quedado en el olvido. Sin embargo, una sentencia posterior de la Corte Suprema parece continuar hablando que la posesión no es pacifica cuando hay procesos o litigios sobre el bien, lo que se ha reiterado en sentencias más recientes. Entonces, cabe preguntarse si el pleno 61 GONZALEZ BARRON, Gunther Hernan. “Tratado de derechos reales” Tomo II, Jurista editores, 3era edición, Lima. Pag. 1125. 38 casatorio está cumpliendo sus fines, pues ni siquiera el máximo tribunal logra uniformizar su propia jurisprudencia. d. Posesión continúa: La posesión continua significa mantener en forma constante el control sobre el bien, por lo menos de modo potencial, sin que los terceros interfieran sobre este. La continuidad del hecho posesorio deberá extenderse por el tiempo establecido en la ley para la consumación de la usucapión. La continuidad de la posesión no implica que el uso del bien deba ser igual durante todo el periodo de la usucapión, ya que este concepto no se entiende en forma rígida. Por tanto, no se impide que el poseedor pueda variar la modalidad del disfrute de la cosa según las exigencias de una normal gestión económica. 3.14.4 En el derecho comparado 3.14.4.1. En el derecho civil español En el Código Civil español se establece que por la prescripción se adquieren, de la manera y con las condiciones determinadas en la ley, el dominio y demás derechos reales. Ahora bien, para hablar de usucapión, en lo referente a la posesión se remite a la regulación previa del derecho de posesión dentro de su texto normativo. En cuanto a los requisitos, en su artículo 1941° del Código Civil español regula que la posesión ha de ser en concepto de dueño, pública, pacífica y no interrumpida. En cuanto al plazo para que opere la prescripción de bienes inmuebles, se regulan dos supuestos: a) El artículo 1957° del Código Civil español, establece que el dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles se prescriben por la posesión durante 10 años entre presentes y 20 entre ausentes, con buena fe y justo título (para los efectos de 39 la prescripción se considera ausente al que reside en el extranjero o en Ultramar). b) El artículo 1959° del citado texto, establece que se prescriben también el dominio y demás derechos reales sobre los bienes inmuebles por su posesión no interrumpida durante 30 años, sin necesidad de título ni de buena fe, y sin distinción entre presentes y ausentes. En cuanto a la interrupción de la posesión, establece, en su artículo 1943° que la posesión se interrumpe, para los efectos de la prescripción, natural o civilmente. Tal como se ha indicado, en dicha legislación se regula dos tipos de interrupción; en cuanto a la primera, la interrupción natural, se indica, que la posesión se interrumpe cuando por cualquier causa la posesión cesa en ella por más de un año; en cuanto a la interrupción civil, regula expresamente, en su artículo 1945°, que se produce por la citación judicial hecha al poseedor, aunque sea por mandato de Juez incompetente. En este orden de ideas, se desprende, que en dicha legislación, se ha previsto como requisito para que opere la prescripción causales de interrupción civil, a diferencia de nuestra legislación peruana, en la cual no se encuentra regulada expresamente dicha figura. Sin embargo, atendiendo a que un proceso judicial, no solo culmina con una sentencia, en dicha regulación española, se ha previsto supuestos en los cuales se considera que ineficaz la interrupción, así como se considera no hecha, estableciendo en su artículo 1946 los siguientes supuestos: “Se considerará no hecha y dejará de producir interrupción la citación judicial: 1. Si fuere nula por falta de solemnidades legales. 2. Si el actor desistiere de la demanda o dejare caducar la instancia. 3. Si el poseedor fuere absuelto de la demanda.”. Como otros supuestos de interrupción civil, regula: a) En su artículo 1947° establece el supuesto de interrupción civil por el acto de conciliación, siempre que dentro de dos meses de celebrado se presente ante el Juez la demanda sobre posesión o dominio de la cosa cuestionada. b) En su artículo 1948° establece el supuesto que cualquier 40 reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del derecho del dueño, interrumpe asimismo la posesión. 3.14.4.2. En el derecho civil argentino El código civil argentino nos informa en su artículo 3948º que la prescripción para adquirir, es un derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble, adquiere su propiedad por la continuación de la posesión, durante el tiempo fijado por la ley. En esta misma ley, en el artículo 3947º estipula que los derechos reales y personales se adquieren y se pierden por la prescripción, recalcando que la misma es un medio de adquirir un derecho, o de libertarse de una obligación por el transcurso del tiempo. En cuanto a los requisitos para la prescripción corta u ordinaria, en este acápite iremos confrontando los diversos requisitos con sus respectivos tratamientos en algunas de las codificaciones bajo estudio, que, de modo general, son acogidos unánimemente por las legislaciones circundantes a nosotros. En cuanto a la posesión, la legislación argentina, al igual que la nuestra, establece que la prescripción de por la posesión de bien a prescribir (artículo 3999°), siendo este el mayor requisito a cumplir por quien pretende usucapir. La posesión para prescribir debe ser necesariamente pública, es decir conocible por el común de la gente; sin embargo, este requisito no está contemplado expresamente el derecho argentino. De igual modo, se requiere que la posesión además de continua, debe ser pública, es decir ininterrumpida. 41 El código civil argentino recoge tal requisito en su artículo 3999º, presumiendo, en su artículo 4003º, que el poseedor actual, que presente en apoyo de su posesión un título traslativo de propiedad, ha poseído desde la fecha del título, si no se probare lo contrario. En cuanto a la posesión pacífica, el código argentino establece en su artículo 3959º que la prescripción de cosas poseídas por fuerza, o por violencia, no comienza sino desde el día en que se hubiere purgado el vicio de la posesión. Respecto de la buena fe, la legislación argentina señala que para prescribir un inmueble se necesita contar con buena fe en la posesión (artículo 4006°). La buena fe siempre se presume, y basta que haya existido en el momento de la adquisición (artículo 4008°). La ley argentina se coloca en dos supuestos. Por un lado, en su artículo 4004º indica que el sucesor universal del poseedor del inmueble, aunque sea de mala fe, puede prescribir por diez años cuando su autor era de buena fe; y recíprocamente, no es admitida la prescripción en el caso contrario, a pesar de su buena fe personal. Por otro lado –siempre dentro del código argentino- en el artículo 4005º se afirma que el sucesor particular de buena fe puede prescribir, aunque la posesión de su autor hubiese sido de mala fe. Cuando el sucesor particular es de mala fe, la buena fe de su autor no lo autoriza para prescribir. Puede unir su posesión a la de su autor, si las dos posesiones son legales. En código civil argentino, en su artículo 4006º, estatuye que la buena fe requerida para la prescripción, es la creencia sin duda alguna del poseedor, de ser el exclusivo señor de la cosa. Ante ello aclara que la ignorancia del poseedor, fundada sobre un error de hecho, es excusable; pero no lo es la fundada en un error de derecho (art. 4007º) En Argentina el plazo para prescribir ordinariamente es de 10 años (artículo 3999º), siendo que dicho plazo, en virtud del artículo 3961º comienza a correr desde el día de la 42 adquisición de la posesión o de la cuasiposesión que le sirve de base, aunque la persona contra la cual corriese, se encontrase, por razón de una condición aún no cumplida o por un término aún no vencido, en la imposibilidad del ejercicio efectivo de sus derechos. Básicamente en la legislación argentina, se puede prescribir por la posesión continua de veinte años, sin la necesidad de título o buena fe por parte del poseedor, salvo lo dispuesto para las servidumbres para cuya prescripción se necesita título (artículo 4015°). Así también regula que al poseedor durante veinte años no se le puede oponer la falta de título ni su nulidad, ni la mala fe en la posesión (artículo 4016°). En cuanto a la suspensión de la prescripción, el beneficio de la suspensión de la prescripción no puede ser invocado sino por las personas, o contra las personas, en perjuicio o a beneficio de las cuales ella está establecida, y no por sus cointeresados o contra sus cointeresados (Código Civil argentino, artículo 3981º). El efecto de la suspensión es inutilizar para la prescripción, el tiempo por el cual ella ha durado; pero aprovecha para la prescripción no sólo el tiempo posterior a la cesación de la suspensión, sino también el tiempo anterior en que ella se produjo (artículo 3983º En cuanto a la interrupción de la prescripción, cuando se interrumpe la prescripción, queda como no sucedida la posesión que le ha precedido; y la prescripción no puede adquirirse sino en virtud de una nueva posesión (artículo 3998º). La prescripción se interrumpe cuando se priva al poseedor durante un año, del goce de la cosa por el antiguo propietario, o por un tercero, aunque la nueva posesión sea ilegítima, injusta o violenta (artículo 3984º). Aunque la posesión de un nuevo ocupante hubiese durado más de un año, si ella misma ha sido interrumpida por una demanda, antes de expirar el año, o por el reconocimiento del derecho del demandante, la nueva posesión no causa la interrupción de la prescripción (artículo 3985º). La prescripción se interrumpe por demanda contra el poseedor, aunque sea interpuesta ante juez incompetente o fuere defectuosa y aunque el 43 demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio (artículo 3986º). Pero, si es causada por la demanda, se tendrá por no sucedida, si el demandante desiste de ella, o si ha tenido lugar la deserción de la instancia (artículo 3986º). La interrupción causada por demanda no aprovecha sino al que la ha entablado, y a los que de él tengan su derecho (artículo 3991º). El compromiso hecho en escritura pública, sujetando la cuestión de la posesión o propiedad a juicio de árbitros, interrumpe la prescripción (Argentina art. 3988º). La interrupción de la prescripción aprovecha al propietario, aunque no sea por hecho suyo, sino por el de un tercero, que el poseedor ha sido privado de la posesión por más de un año (artículo 3990º). Finalmente, la interrupción de la prescripción hecha por uno de los copropietarios o coacreedores, cuando no hay privación de la posesión, no aprovecha a los otros; y recíprocamente, la interrupción que se ha causado contra uno solo de los coposeedores o codeudores, no puede oponerse a los otros (artículo 3992º). 3.14.4.2. En el derecho civil colombiano En la República de Colombia, existen cinco formas de adquirir el dominio de una propiedad, estos son: la tradición, la accesión, la sucesión por causa de muerte, la ocupación y la prescripción adquisitiva de dominio, pudiendo ser también esta última como extintiva de dominio. Comenzaremos haciendo dicha comparación, señalando la definición del código civil Colombiano en cuanto a la prescripción adquisitiva de dominio, dándose esta figura cuando se ha poseído un bien por determinado tiempo. El artículo 762° del Código Civil Colombiano define la posesión de la siguiente manera: “es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño, sea que el dueño o 44 el que se da por tal, tenga la cosa por sí mismo o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él, El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique serlo”. Dicha posesión entonces la entendemos como regular o irregular; la primera se da cuando existe justo título y buena fe mientras que en la segunda no es necesario ninguno de estos requisitos. Debemos además diferenciar la posesión del bien, de la tenencia del bien, en la sola tenencia se reconoce la propiedad de otro; es decir tener el bien a nombre de otro, pero no ejerce el derecho con ánimo de dueño, es como si simplemente cuidara la cosa o disfrutara de ella. Lo que se requiere para obtener el bien por prescripción adquisitiva de dominio, es: a) El haber poseído el bien, b) Si la prescripción es ordinaria cinco (5) años y diez (10) años si es extraordinaria, claro esto en cuanto a bienes inmuebles se refiere. c) La ordinaria se da cuando se ha poseído de manera regular el bien y la extraordinaria cuando se ha poseído de manera irregular. Hay que señalar que con anteriormente el código civil establecía diez (10) años para la prescripción ordinaria y veinte (20) para la extraordinaria, pero se dio la ley 791 de 2002 redujo la prescripciones veintenarias a diez (10) años, y estableció el tiempo de la prescripción ordinaria en cinco (5) años. Modificación que es muy importante ya que reduce el tiempo para las personas que han poseído y ejercido su ánimo de señor y dueño, dándoles la posibilidad que en menor tiempo puedan por declaración judicial a través del proceso de pertenencia tener la propiedad. Es importante tener presente también que el artículo 2512 del Código Civil sobre la prescripción engloba tanto la extintiva como la adquisitiva. Instruye que este precepto que la prescripción: es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones o derechos ajenos, por haberse poseído las cosas y no haberse ejercido dichas acciones y 45 derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales. Sobre esta base se entiende la diferencia de estas figuras y ha de señalarse que: • La prescripción adquisitiva o usucapión produce la adquisición de “cosas ajenas”; se trata de un modo originario de adquirir el dominio o propiedad y demás derechos reales por efecto de la posesión sobre la cosas durante cierto lapso de tiempo. • La prescripción extintiva o liberatoria corresponde a la extinción de las acciones y derechos por no ejercitarlos su titular durante un período de tiempo señalado en la ley concurriendo los demás requisitos legales. La legislación Colombiana al respecto también comparte la idea de similitudes entre estas figuras de la prescripción que es importante señalarlas, la doctrina ha diferenciado uno y otro tipo de prescripción. Se dice que en común tienen por ejemplo: 1.- Su fundamento, cual es la estabilización de los derechos y las relaciones jurídicas. 2.- La inactividad de la persona contra la que corre. 3.- El transcurso del tiempo con las particularidades que este elemento ostenta, como son su interrupción o su suspensión. 4.- La necesidad de que se aleguen, es decir, que el juez no las puede declarar de oficio. 5.- La prohibición de que se renuncien antes de su cumplimiento. 6.- Según algunos autores, la de ser una la “contracara” de la otra, esto es, que la adquisitiva del derecho real a favor de quien lo ha poseído corresponde a la extintiva de la acción o del derecho contra quien corrió. Sin embargo, las distinción entre estas dos figuras es: en primer lugar que la finalidad de la, es la de ser un modo de adquirir el dominio y demás derechos reales, mientras que en la prescripción extintiva no se adquiere ningún derecho; y en segundo lugar, la necesidad en la usucapión de que a más del paso del tiempo y la inacción del titular del derecho, sea 46 el derecho a prescribir ocupado por un tercero en calidad de poseedor. A estas diferencias el artículo 2535 del Código Civil describe a la prescripción extintiva enfatiza en que “solamente” requiere el paso del tiempo, es decir, no se requiere buena fe, justo título, posesión, y otros elementos que en la usucapión tienen importancia. Un aspecto importante también a tratar de la Legislación sobre el tema de prescripción en Colombia es el tema de la interrupción de la prescripción, que mantuvo el principio del artículo 2540 del Código Civil, en cuanto que la interrupción no se comunica a los otros coacreedores o codeudores, salvo solidaridad, sólo que se agregó también las obligaciones indivisibles, porque –se adujo– así ha sido reconocido universalmente. En cuanto a las prescripciones de corto tiempo, se aclaró que la interrupción sucede cuando hay reconocimiento, en cualquier forma que éste se dé, y que se cuenta nuevamente el mismo término previsto (tres, dos años, etc.). Para finalizar los autores doctrinarios han establecido que la prescripción adquisitiva es en sí un modo originario de adquirir a título gratuito el dominio y otros derechos reales, salvo aquellas servidumbres discontinuas o inaparentes (artículo 939 C.C.), ni para algunos, los derechos reales accesorios, “pues no se ve cómo ellos podrían llegar a ser objeto de posesión previa. Y lo señalan así como un modo originario, porque el prescribiente no adquiere el derecho por la voluntad o traspaso del titular anterior, de lo cual se sigue que el derecho real así adquirido, llega al adquirente libre de todo gravamen o vicio. Y además es a modo de título gratuito, porque el prescribiente no tiene que hacer ninguna erogación, no tiene que pagar o efectuar una contraprestación por la adquisición del derecho. En el presente se señalan algunas características de la prescripción: a) Recae sobre un bien o derecho real susceptible de prescripción adquisitiva. b) Requiere posesión previa y continua, esto es, tenencia de la cosa con ánimo de señor y dueño. 47 c) Requiere del cumplimiento del plazo exigido por la ley. d) La prescripción adquisitiva puede ser ordinaria o extraordinaria. e) En concordancia a lo establecido en el artículo 2530 del Código Civil la prescripción ordinaria puede suspenderse sin extinguirse, lo que significa un compás de espera, dado que el tiempo transcurrido antes de la suspensión se tiene en cuenta para sumarlo cuando cese la causa de la suspensión y continúe la posesión del bien, cosa que no ocurre con la interrupción, pues de conformidad con decantada doctrina ya adoptada como ley, en el nuevo artículo 2540 del Código Civil, una vez interrumpida o renunciada una prescripción, comenzará a contarse nuevamente el respectivo término. La suspensión está prevista sólo para la prescripción ordinaria, pues el artículo 2532 del Código Civil, en relación con la extraordinaria, señala que “el lapso del tiempo necesario para adquirir por esta especie de prescripción es de 20 años (ahora de 10) contra toda persona, y no se suspende a favor de las enumeradas en el artículo 2530 del mismo cuerpo legal. 3.14.5. La prescripción en la Vía Notarial En la vía notarial, se exigen los siguientes requisitos: • Solicitud firmada por el interesado y los testigos propuestos, autorizada por abogado. • Plano de ubicación, de localización y perimétrico y memoria descriptiva del inmueble, firmados por ingeniero o arquitecto colegiados y visados por el municipio o autoridad administrativa correspondiente. • Certificación municipal o administrativa de quien figura como propietario o poseedor en sus registros. • Copia literal del inmueble o certificado de búsqueda catastral, expedidos por los Registros Públicos. 48 • Declaración testimonial de no menos de tres ni más de seis testigos mayores de veinticinco años. • Evidencia de la posesión del inmueble. • Recibo de pago del Impuesto Predial correspondiente al año en el cual se extiende la declaración notarial de prescripción o constancia de inafectación de este tributo. Presentada la solicitud ésta se anota preventivamente en el Registro de Predios y se publica un aviso por tres días con un extracto de la misma en el Diario Oficial "El Peruano" y en otro de mayor circulación, con intervalo de tres días útiles entre cada uno de ellos, notificándose a(l) titular(es) registral(es), anterior(es) transferente(s), colindante(s) y otras personas indicadas en la solicitud. El Notario realiza una constatación del inmueble para verificar la posesión pública y pacífica del solicitante y toma declaración a los testigos propuestos. Transcurridos veinticinco días útiles luego de la última publicación sin que medie oposición el Notario extiende la Escritura Pública respectiva y remite partes al Registro de Predios para su inscripción. En caso de oposición por terceros el Notario suspende su actuación y remite el expediente al Poder Judicial. 3.14.6. Análisis comparado entre la prescripción adquisitiva y prescripción extintiva La prescripción es una institución jurídica de raigambre romana y de origen procesal, fundada en el transcurso del tiempo. Históricamente la prescripción adquisitiva precedió a la extintiva, pues apareció con la praescriptio longitemporis, que era oponible a la usucapio, como medio de defensa del poseedor al permitirle rechazar la actio in rem que se pretendiera hacer valer contra él cuando su posesión venía de largo tiempo y que, por eso, el poseedor adquiría la propiedad frente al no uso por el propietario que vería extinguirse su derecho. El transcurso del tiempo para la consolidación de un derecho 49 determinó que en el mismo Derecho Romano se hiciera necesario precisar la duración de la posesión para hacer procedente la adquisición del derecho.62 Con estos antecedentes fue perfilándose la prescripción extintiva. Con la recepción del Derecho Romano y siempre con el fundamento del transcurso del tiempo, la prescripción continuó siendo considerada para designar la pérdida o la adquisición de derechos y sin diferenciarse una de otra, receptándose en la codificación civil del siglo XIX como una sola institución jurídica.63 La doctrina francesa formuló la idea general de la prescripción extintiva, que también denominó liberatoria. La misma doctrina francesa llegó a sostener que la prescripción extintiva no extinguía el derecho sino la acción judicial correlativa, ya que el acreedor que dejaba transcurrir un plazo determinado por la ley perdía la acción para hacer efectivo su crédito frente a su deudor.64 Nuestro Código Civil de 1852 dio un tratamiento unitario a la prescripción legislando sobre la que llamó de dominio (usucupativa) y de acciones (la extintiva).65 Fue la Escuela Pandectista que surgió en Alemania en la segunda mitad del siglo XIX la que planteó el tratamiento dual de la prescripción, separando la usucupativa de la extintiva. De este planteamiento surge el concepto de pretensión ligado al de la prescripción extintiva, en sustitución del derecho subjetivo, excluyendo también el de la acción entendida como el derecho subjetivo de recurrir a las instancias jurisdiccionales.66 Nuestro Código Civil de 1936, superó el tratamiento unitarista del Código de 1852 pero, consideró la prescripción extintiva referida exclusivamente a la extinción de las acciones, 62 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo 64 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo 65 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo 66 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo 63 X. Gaceta Jurídica. Pág. 231 X. Gaceta Jurídica. Pág. 231-232. X. Gaceta Jurídica. Pág. 232 X. Gaceta Jurídica. Pág. 232 X. Gaceta Jurídica. Pág. 232 50 pues a la prescripción usucupativa la legisló en el Libro de los Derechos Reales como un modo de adquirir la propiedad de las cosas.67 La prescripción extintiva no extingue el derecho subjetivo ni a la acción, entendida esta como el derecho subjetivo o poder jurídico que faculta recurrir a los órganos jurisdiccionales para lograr la tutela jurisdiccional efectiva, sino a la pretensión, entendida como el ejercicio de la facultad que el derecho otorga a su titular y que se hace valer mediante la acción.68 La prescripción extintiva consiste en el transcurso de un determinado lapso de tiempo que aunado a la falta de ejercicio de un derecho da lugar a la extinción de la acción correspondiente a ese derecho, sin afectar al derecho mismo que se mantiene vigente pero sin acción que permita hacerla efectivo (artículo 1989 del C.C.). En realidad, desde el punto de vista procesal, la prescripción extintiva no extingue la acción porque esta última debe ser entendida como el derecho público, subjetivo y autónomo que siempre permitirá invocar la actuación de los órganos jurisdiccionales con relación a un caso concreto, independientemente de que su pretensión sea amparada o no. En tal sentido, la prescripción extintiva pone a disposición del sujeto, contra el cual se dirija o se pueda dirigir una pretensión, la posibilidad de liberarse de los alcances de la misma mediante la sola invocación de un determinado lapso de tiempo transcurrido sin que la pretensión se haya hecho valer y, por consiguiente, de evitar que la otra parte pueda obtener de los órganos jurisdiccionales un pronunciamiento sobre el fondo de su pretensión. Por su lado, la prescripción adquisitiva es considerada como un modo de adquirir la titularidad de un derecho real (que como veremos más adelante no es su única función) mediante la 67 68 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica. Pág. 232 Vidal Ramírez, Fernando, en Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica. Pág. 233 51 posesión prolongada, y bajo determinadas condiciones, de un bien (artículos 950 y 1040 del C.C.).69 La prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva son consideradas por nuestro Código Civil como instituciones autónomas, por las profundas diferencias que las separan. Al respecto, Díez Picazo señala que las diferencias entre estas dos instituciones son: "La usucapión se refiere exclusivamente al dominio y a los derechos reales, mientras que la prescripción extintiva afecta a toda clase de derechos; la prescripción tiene en cuenta la inactividad del titular del derecho, mientras la usucapión exige una conducta positiva del beneficiario, que es una continua y no interrumpida posesión; la prescripción extintiva es causa de extinción de los derechos o de las acciones que los protegen y la usucapión, en cambio, consolida la posición del poseedor y le convierte en titular del derecho" (cit. por PUIG BRUTAU, p. 9). A nuestro entender, el elemento que brinda una diferencia sustantiva entre la prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva lo constituye el tipo de conducta de las personas involucradas, mientras que en la extintiva tanto el prescribiente como el titular del derecho simplemente observan una conducta negativa consistente, para el primero, en no cumplir con aquel deber al que se encuentra sujeto y, para el segundo, en no exigir el cumplimiento de dicho deber; en cambio, en la prescripción adquisitiva, las conductas de los involucrados son contrarias entre sí, el prescribiente debe desarrollar una conducta positiva consistente en comportarse respecto del bien en la forma y condiciones establecidas en la ley, mientras que el titular debe simplemente desarrollar una conducta negativa, consistente en no reclamar su derecho de posesión.70 Como existen diferencias que hacen que en la doctrina se estudien estas instituciones por separado, también existen similitudes, como son "el juego del tiempo y el dato de la 69 70 Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 303-304 Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 304 52 inactividad de un titular que pierde su condición de tal (el deudor que no cobra, el dueño de la finca que no la reclama) (LACRUZ BERDEJO y otros, p. 189). En efecto, en la prescripción extintiva el titular de un derecho cualquiera pierde la posibilidad de obtener la protección jurisdiccional de su derecho, mientras que en la prescripción adquisitiva, el titular de un derecho real (que según nuestro ordenamiento jurídico solo se puede adquirir por prescripción el derecho de propiedad y de servidumbres aparentes y susceptibles de posesión continua) cuyo derecho se extingue por la adquisición de dicho derecho a favor de otro.71 71 Berastian Quevedo, Claudio, en Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Pág. 304 53 Capítulo IV ANÁLISIS DE CASOS CASO N° 1 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente Demandante Demandado Materia Sentencia : : : : : CAS. Nº 1500-2006-AREQUIPA José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir Álvarez Lazo Prescripción adquisitiva de dominio La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte Suprema de Justicia de La República, integrado por los siguientes magistrados: Sánchez Palacios Paiva; Gazolo Villata; Pachas Ávalos; Ferreira Vildózola; Salas Medina. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF): Hechos del caso: En el presente caso se refiere a la Casación de la Sentencia de Vista de fecha 20 de abril de 2006, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa que en discordia confirmó la sentencia apelada que declaró fundada la demanda de prescripción adquisitiva de dominio interpuesta por José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján contra Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir Álvarez Lazo, declarando a dichos demandantes, propietarios del fundo rústico denominado “La Riveros” que cuenta con un área de 3,500 m2, ubicado en el Distrito de Dean Valdivia, Islay, Arequipa inscrito en la Ficha N° 00080155 del Registro de Propiedad Inmueble; ordenaron la cancelación de los antiguos propietarios que aparecen en la mencionada ficha registral. Historia procesal: • Se aprecia de la demanda que los demandantes (José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján), interpusieron demanda de prescripción adquisitiva 54 de dominio dirigiéndola contra los nombrados emplazados, solicitando que se les declare propietarios del predio rústico denominado “La Riveros”, antes mencionado. • De la pretensión de dicha demanda, los actores señalan que se encuentran en posesión del bien inmueble por más de 14 años, desde el 29 de abril de 1985, por tradición efectuada a su favor, en mérito al contrato de compra venta celebrado con Antonia Micaela Oporto Ramos Viuda de Coaguila, acto jurídico que fue elevado a Escritura Pública el mismo año, y desde dicha fecha mantienen la posesión pacífica, continua, pública y como propietarios, contando además con justo título por lo que se encuentran bajo los supuestos de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo N° 653, para adquirir el inmueble por prescripción. • Las instancias de mérito han amparado la demanda, bajo el argumento que los actores acreditaron encontrarse en posesión del referido inmueble desde 1985, habiéndola mantenido en forma pacífica, continua, pública y como propietarios, razón por la cual desde 1990 cumplieron con los requisitos necesarios para la adquisición de la propiedad rural vía prescripción adquisitiva; es más, señalan que si bien hay un proceso de nulidad de acto jurídico seguido por la ahora demandada contra los accionantes, declarando nula la compra venta, esto no resta eficacia a la pretensión incoada, debido a que en el proceso no se discute la validez del título; • Por otro lado: La emplazada (Blanca Violeta Álvarez de Álvarez), inscribió su derecho de propiedad sobre el predio sublitis en 1997, como se verifica del asiento registral cuya cancelación se pretende, promoviendo inmediatamente contra los actores acción de desalojo por ocupación precaria, en la que se solicitó la restitución del predio sublitis, proceso que concluye con resultados 55 favorables a los ahora demandantes, desde dicha data hasta la interposición de la presente demanda (27 de diciembre de 1999), la parte emplazada les he requerido la devolución del bien de su propiedad. • Se advierte que al proceso principal se acompaña el expediente N° 97-99 del 25 de agosto de 1999, se admitió la demanda promovida por Blanca Violeta Álvarez de Álvarez contra los accionantes sobre reivindicación y nulidad de acto jurídico contenido en la Escritura Pública, documento considerado por los actores como justo título en el que amparan su derecho para el presente proceso de prescripción adquisitiva. • Finalmente es de señalar también que el 30 de diciembre de 1999, la citada emplazada denuncio penalmente a los actores y a Antonia Micaela Oporto Ramos Vda. de Coahuila por los delitos de falsificación de documentos y esteleonato en su agravio, por ello desde la fecha en que inscribió su derecho estuvo cuestionado el documento por el que supuestamente le fue transferida la propiedad a los demandantes del inmueble sublitis. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: • La propiedad inmueble se adquiere por prescripción adquisitiva de dominio mediante la posesión continua, pacífica y pública, como propietario durante los 10 años, y se adquiere a los 05 cuando medie justo título y buena fe, ello está claramente establecido en el Código Civil en su artículo 950. • Siendo esto así, entonces se plantean los siguientes cuestionamientos jurídicos: a) Sabiendo que el Juzgador debe pronunciarse sobre la usucapión que cumpla con los mencionados requisitos para la misma y siendo que su fallo de carácter declarativo y limitante en constar los hechos que son precisamente dicha 56 posesión pacífica, continua y pública, ante esto, se presenta el caso de que si pasará el plazo respectivo de posesión, ¿se adquiere el derecho de propiedad del inmueble por prescripción por el solo hecho de haberse cumplido el plazo establecido en el artículo 950 del Código Civil? o ¿será necesaria una declaración judicial respectiva que le atribuya dicho derecho?. • Otra cuestión jurídica importante es que ¿Si habiendo sido interpuesta una demanda de reivindicación del bien, o de desalojo de la propiedad dentro de los diez o cinco años en los que se adquiere el derecho sobre el inmueble por prescripción adquisitiva, ello conlleva que se pierda la posesión pacífica del bien? o ¿Qué sucede en caso contrario si es que se dieran dichos procesos descritos, después de dicho plazo, pero aún así, la parte no hubiera interpuesto alguna acción de prescripción adquisitiva para ser reconocido su derecho sobre el bien inmueble? • Otro cuestionamiento jurídico es que sabiendo que cuando media justo título el plazo para adquirir el bien por prescripción es de 5 años tal como lo establece el propio artículo 950 del Código Civil y el mismo Decreto Legislativo N° 653 en su Novena Disposición Complementaria en caso de predios rústicos; siendo así ¿Qué sucede si este justo título es declarado con posterioridad nulo mediante proceso de nulidad de acto jurídico? o ¿Qué sucede si durante el plazo establecido para está mediación del justo título fue declarada su nulidad, con posterioridad a ya haber adquirido la prescripción bajo este justo título?, ¿Será válido el derecho adquirido de prescripción por justo título?. Holding: La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte Suprema de Justicia de La República establece como norma general la siguiente: “…, que debe precisarse que la prescripción adquisitiva de dominio o usurpación, tiene por objeto transformar una 57 situación de hecho (la posesión), en una de derecho (reconocimiento de la titularidad), a favor del poseedor que no ha sido interrumpido durante el tiempo que posee, siempre que acredite los requisitos de continuidad, pacificidad, publicidad y como propietario, que exige la ley”. El Rationale: La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de La Corte Suprema de Justicia de La República se apoya en las siguientes razones para el Holding: • Tiene en cuenta la fecha en que tomaron posesión y la de interposición de la presente demanda. Debe indicarse que no se ha acreditado que los accionantes hayan sido declarados propietarios, pues no existe resolución judicial que así lo demuestre, toda vez que el hecho de estar en posesión y conducir el inmueble por varios años, no les otorga la calidad de propietarios mientras no hayan hecho valer su derecho conforme a ley en la acción correspondiente, habiendo efectuado tal circunstancia recién con la interposición de la presente demanda. • Queda claro que al interponer la presente demanda los accionantes ya no ostentaban una posesión pacífica, pues no puede considerarse tal, la que se ve perturbada por la acción judicial de reivindicación a la que se ha hecho referencia, careciendo por ello de relevancia la alegación de los demandantes de haber poseído por más de 14 años el inmueble respecto del cual omitieron oportunamente haberlo ganado su dominio vía usucapión. • Que se ha configurado la denuncia de aplicación indebida de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo N° 653, pues la pretensión incoada no debió ser analizada, bajo los alcances de dicho dispositivo, al no darse los supuestos previstos en dicha norma, toda vez que a la fecha de interposición de la demanda, ya no se configuraba el requisito de pacificidad en la posesión. 58 • Que en cuanto en la acción reivindicatoria no solo se dispuso la restitución del predio a la emplazada, sino que se declare la nulidad del justo título de los actores, proceso que, como se ha indicado, fue promovido con anterioridad al presente. • Que los juzgadores no han tomado en cuenta lo dispuesto en el artículo 950 del Código Civil, pues a la fecha de interposición de la presente demanda, su posesión no era pacífica, requisito previsto en dicha norma para acceder a la propiedad por prescripción adquisitiva, por tanto la referida pretensión deviene objetivamente en infundada. Fallo: Declararon FUNDADO el recurso de casación por Blanca Violeta Álvarez de Álvarez, en consecuencia NULA la Resolución de Vista de fojas 878 de fecha 20 de abril de 2006; actuando en sede de instancia REVOCARON la resolución apelada de fojas 504 de fecha 30 de julio de 2002, que declare fundada la demanda; REFORMÁNDOLA la declararon INFUNDADA la demanda. CONCLUSIONES: • En la casación analizada, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se observa en la misma que el criterio asumido ha sido que la sentencia de prescripción adquisitiva tiene un carácter constitutivo, porque establecen que no hay posesión pacifica, continua y pública, mientras esta no se declare; por lo que los demás procesos surten sus efectos, mientras la prescripción adquisitiva no sea declarada. • Ahora si se hubiera valorado el presente caso bajo el criterio de la prescripción declarativa, se hubiera resuelto de distinta manera, ya que los procesos entablados luego de transcurrido el plazo para prescribir, no hubiesen surtido sus 59 efectos; entonces llegamos a la conclusión que esta Sala Suprema no ha distinguido entre lo constitutivo y declarativo; • Por otro lado si se hubiera valorado la interrupción del plazo, como se propone en este trabajo, el primer juicio que interrumpió la prescripción, al iniciarse en el año 1997, y teniendo en cuenta que los poseedores señalan estar en posesión del inmueble desde el año 1985, el plazo para prescribir ya se había cumplido, dicho primer juicio no interrumpe el plazo de la prescripción. 60 CASO N° 2 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente Demandante Demandado Materia Sentencia : : : : : Sentencia Casatoria Nº 4684-2008. Edelmira Fuentes Díaz Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque Prescripción Adquisitiva de Dominio Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, integrado por los siguientes magistrados: Tavara Cordova; Solis Espinoza, Palomino García, Castañeda Serrano, Idrogro Delgado. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: Estamos ante un proceso acumulado, con fecha 15 de octubre del 2001, donde se discuten las siguientes pretensiones: I. Primer proceso acumulado: La demandante, Edelmira Fuente Díaz, solicita la reivindicación, y entrega de bien, pago de frutos e indemnización de daños y perjuicios, reclamando la restitución del predio urbano sito en el Asentamiento Humano Marginal en el UPIS César Vallejo, lote 15, manzana U, de la Calle Las Piedras, hoy Calle Las Cucardas Nº 270, Chiclayo, la que dirige contra los actuales poseedores, Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos. Al contestar la demanda los demandados sostienen que la actora no tiene interés económico y moral, pues su supuesta causante, Zulma Pérez Díaz (madre de la actora), tiene herederos forzosos. Por otro lado, reconvinieron la demanda, reclamando la nulidad del título de propiedad de Zulma Pérez Díaz y, accesoriamente, solicitan la cancelación del asiento registral; II. El segundo proceso acumulado, interpuesto por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos, solicitan se les declare propietarios del inmueble antes mencionado por prescripción adquisitiva de dominio, esgrimiendo como fundamentos de hecho que ocupan el inmueble desde hace 11 años en forma continua, pacífica y pública 61 en virtud del contrato de compraventa de fecha 15 de noviembre de 1988, por lo que sería de aplicación la prescripción corta, es decir, el plazo de cinco años pues ostentan un justo título y buena fe. Precisamente, el cumplimiento o no del presupuesto de la pacificidad es objeto del presente recurso. Historia procesal: Se tienen los siguientes hechos: • La existencia del proceso judicial sobre impugnación de resolución administrativa Nº 576-89, el cual fue iniciado en marzo de 1989, precisamente por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Campos a fin de que se declare la nulidad de la Resolución Municipal Nº 0200-89-CPCH/A y el título de propiedad serie B – 08345, extendidos por el Concejo Provincial de Chiclayo a favor de Zulma Pérez Díaz, a fin de adjudicarle el lote de terreno Nº 15, Manzana “U” de la UPIS “César Vallejo”, Chiclayo; proceso que se tiene a la vista y del cual se verifica que se trata del mismo predio en litigio. • Y la existencia del proceso judicial sobre reivindicación iniciado por la recurrente (Edelmira Fuentes Díaz), hija de la causante doña Zulma Pérez Díaz, respecto del predio en litigio, donde consta la inscripción de la demanda de reivindicación en la Ficha Registral del predio litigioso en el año 1990. • Edelmira Fuentes Díaz interpone recurso de casación, en contra la Sentencia de Vista de fecha 14 de agosto del año pasado (2007), expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la apelada en los extremos que declara infundada la demanda de prescripción adquisitiva de dominio y la reconvención sobre nulidad de título de propiedad y cancelación de asiento registral; reformándola, declararon fundados dichos extremos. 62 • Que esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha 16 de enero del año en curso (2008), ha declarado procedente el recurso de casación por la causal relativa a la interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: • La propiedad inmueble se adquiere por prescripción adquisitiva de dominio mediante la posesión continua, pacífica y pública, como propietario durante los 10 años, y se adquiere a los 05 cuando medie justo título y buena fe, ello está claramente establecido en el Código Civil en su artículo 950. • Siendo así, entonces se plantean los siguientes cuestionamientos jurídicos: a) Sabiendo que el Juzgador debe pronunciarse sobre la usucapión que cumpla con los mencionados requisitos para la misma y siendo que su fallo debe ser de carácter declarativo y limitante en constar los hechos que son precisamente dicha posesión pacífica, continua y pública, ante esto, se presenta el caso de que si pasará el plazo respectivo de posesión, ¿se adquiere el derecho de propiedad del inmueble por prescripción por el solo hecho de haberse cumplido el plazo establecido en el artículo 950 del Código Civil? o ¿se estaría incumpliendo el elemento de la pacificidad por el hecho que los propios poseedores hayan abierto un proceso administrativo contra la supuesta propietaria del inmueble?. • Otra cuestión jurídica importante es que si habiendo interpuesta una demanda de reivindicación del bien, o cuestionamiento administrativo dentro de los diez o cinco años en los que se adquiere el derecho sobre el inmueble por prescripción adquisitiva, ¿ello conlleva que se pierda la posesión pacifica del bien? o ¿qué sucede en caso contrario si es que se dieran dichos procesos descritos, después 63 de dicho plazo, pero aún así, la parte no hubiera interpuesto alguna acción de prescripción adquisitiva para ser reconocido su derecho sobre el bien inmueble? • Otro cuestionamiento jurídico es el señalar que si el bien cae en abandono por la propietaria del inmueble, y los poseedores le dan el valor social adecuado al bien durante el periodo de 10 o 05 años, ¿adquieren los poseedores el derecho sobre el bien por prescripción adquisitiva? Holding: La Sala Suprema de la República establece como norma general la siguiente: “Sostiene que la prescripción de la propiedad de un inmueble se adquiere cuando se ha poseído en forma pacífica, continua y pública, conforme establece el numeral glosado; sin embargo, según refiere, en el caso en concreto, con el proceso de reivindicación iniciado el 06 de abril del 2000 se habría interrumpido la posesión pacífica, continua y pública; es más con el proceso número 576-89, sobre demanda de impugnación de resolución administrativa y nulidad de título de propiedad, iniciada por don Victoriano Campos Villalobos y esposa contra el Concejo Municipal de Chiclayo, se acredita que los demandados no poseyeron en forma pacífica, continua y pública durante 10 años, conforme establece el artículo 950 del Código Civil, más bien se ha dado una interpretación errónea de dicho numeral.” El Rationale: De la Sala Suprema de la República se apoya en las siguientes razones para el Holding: Que si bien la Sala Superior, al expedir la resolución impugnada, considera que no puede prosperar la interrupción civil de la prescripción adquisitiva desde noviembre de 1988 por la sola reclamación judicial tendiente a hacerla cesar mediante demanda de reivindicación y otros, de fecha 06 de abril 2000, interpuesta por la recurrente; asimismo, afirma que tampoco configura conflicto judicial el sólo hecho que los recurrentes dieron origen al proceso administrativo y/o la demanda sobre reivindicación interpuesta por Zulma Pérez Díaz, pues –según refiere‐ en este caso al no tener coincidencia respecto a los hechos y 64 ubicación exacta del bien que demandaba, la propia Pérez Díaz lo hizo caer en abandono; por tanto, el Colegiado revoca la apelada en los extremos que declara infundada la prescripción adquisitiva de dominio y la nulidad del título de propiedad y asiento registral; y, reformándola declara fundadas dichas pretensiones. • Esta Sala Suprema llega a la conclusión de que efectivamente se ha interpretado erróneamente el numeral 950 del Código Civil al considerar la Sala Superior que pese a la existencia de los procesos judiciales antes descritos, que éstos no interrumpen la prescripción pues no hay identificación del inmueble; sin embargo, tal razonamiento es erróneo, pues como se ha anotado, dicho precepto legal que regula el presupuesto de la posesión pacífica se vulnera cuando aparece de autos que durante el tiempo de la posesión que invoca el usucapiente se ha cuestionado, a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra, la titularidad del bien litigioso. • En el presente caso, como vemos, los prescribientes invocan la usucapión corta, esto es, a partir del año 1989 hasta el año 1994; sin embargo, durante ese periodo de tiempo, los demandados no acreditan que el requisito de la posesión pacífica se haya cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales iniciados en el año 1989 y 1990, los cuales cuestionan precisamente la titularidad del bien en litigio durante el periodo de tiempo en que se sustenta la prescripción adquisitiva de los señores Victoriano Campos Villalobos y su cónyuge. • En conclusión de que el presente medio impugnatorio debe ser amparado al verificarse la interpretación errónea del numeral 950 del Código Civil. Fallo: Fallan declarando FUNDADO el recurso de casación interpuesto por doña Edelmira Fuentes Díaz a fojas 587; en consecuencia, NULA la Sentencia de Vista obrante a fojas 65 569, su fecha 14 de agosto del año próximo pasado, en los extremos que declara fundadas la pretensiones de prescripción adquisitiva de dominio y otro. Actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la sentencia apelada, obrante a fojas 379, su fecha 22 de diciembre del 2007, que declara INFUNDADAS dichas pretensiones, con lo demás que contiene. Conclusiones: • La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, concluye que los prescribientes invocan la usucapión corta, esto es, a partir del año 1989 hasta el año 1994; sin embargo, durante ese periodo de tiempo, los prescribientes no acreditan que el requisito de la posesión pacífica se haya cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales iniciados en el año 1989 y 1990, los cuales cuestionan precisamente la titularidad del bien en litigio durante el periodo de tiempo en que se sustenta la prescripción adquisitiva de los señores Victoriano Campos Villalobos y su cónyuge (los prescribientes). • A la conclusión que llegamos es que efectivamente si los ahora prescribientes, dentro del periodo de tiempo interpusieron un proceso administrativo en cuestionamiento de la titularidad del título de propiedad, es de tenerse también presente que el proceso administrativo según lo establecido en la misma casación cae en abandono, por tanto tomando en cuenta el periodo de tiempo que los poseedores están en poder el bien inmueble, obtienen el derecho de prescripción en cuanto a la temporalidad, en referencia a la pacificad podría haberse vulnerado la misma con la interposición de un proceso administrativo pero al observar que el mismo ha caído en abandono por la parte que se le atribuía la propiedad entonces tampoco por ese lado se perdería la pacificidad; y en cuanto al proceso de 66 reivindicación y otros estos tampoco interrumpirían la pacificidad ni el plazo para adquirir el derecho por prescripción. 67 CASO N° 3 1) SENTENCIA SELECCIONADA: Expediente : CAS. N° 253-2000-LAMBAYEQUE Materia : Prescripción adquisitiva de dominio. Fecha de Res : 02/01/2001. Pronunciamiento : INFUNDADA casación. Órgano Jurisdiccional : Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, integrado por los siguientes magistrados: Pantoja, Iberico, Oviedo de A, Alva y Carrión. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: En la recurrida se sostiene que la demanda de desalojo por ocupación precaria interpuesta en su contra por los ahora demandados interrumpió su posesión continua, dejando de ser pública y pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada infundada por improbada, pues la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data de sus ancestros. Historia procesal: El recurso de casación es interpuesto por Carlos Ibáñez Carmona contra la sentencia de vista que revocando la apelada que declara fundada la demanda y reformándola declara Infundada dicha demanda, calificando la Sala Suprema declarado procedente dicho recurso por la interpretación errónea de los artículos 871° del Código Civil de 1936 y el 950° del Código Civil vigente, así como de la doctrina jurisprudencial al sostener en la recurrida que la demanda de desalojo por ocupación precaria interpuesta en su contra por los ahora demandados interrumpió su posesión continua, dejando de ser pública y pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada infundada por improbada; y que la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data de sus ancestros. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): 68 Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean, son las siguientes: ¿La prescripción adquisitiva es susceptible de interrupción civil mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el predio? ¿Qué para que proceda la prescripción adquisitiva basta que la posesión sea continua? ¿Sí se altera esta situación porque el propietario se hace presente, se interrumpe la posesión y ésta deje ser pacífica? Holding: La Sala Suprema señala que: “La prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerece sobre el predio. Que en ese sentido para que proceda la prescripción adquisitiva no basta que la posesión sea continua, sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de tal modo que si se altera esta situación porque el propietario se hace presente, se interrumpe la posesión y ésta deje ser pacífica.” El Rationale: Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República se apoya en las siguientes razones para el Holding: • Que, existen dos clases de interrupción de la prescripción adquisitiva: la natural y la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida de la posesión y la segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve perturbado por presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como verdadero dueño; en este sentido, la interrupción natural se encontraba recogida en el artículo 875 del Código Civil de 1936 cuyo texto transcribe literalmente el artículo 953 del Código Civil vigente. Así el Código Civil de 1936 contenía en su artículo 876 una norma que establece que regía para la prescripción adquisitiva las reglas de la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables; y en virtud de esta norma 69 resultaban de aplicación a la prescripción adquisitiva las normas pertinentes sobre interrupción civil, en especial las contenidas en los artículos 1173 incisos 2 y 6, que regulan la interrupción de la prescripción por reconocimiento en el caso de usucapión de la existencia del derecho de propiedad del tercero o la citación judicial. • El Código Civil vigente cuando haya omitido consignar una disposición similar a la contemplada en el artículo 876 del Código Civil de 1936, resulta evidente que la prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil, mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el predio; en ese sentido debe tomarse en cuenta que para que proceda la prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión continua, sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de modo que si se altera esta situación porque el propietario se hace presente se interrumpe la posesión, esta deja de ser pacífica • El artículo 953 del Código Civil exige que para que proceda la prescripción adquisitiva debe poseerse de forma continua, pacífica y pública por un tiempo determinado, en ausencia de cualquiera de estas condiciones no opera la usucapión, por consiguiente la interrupción de la prescripción por citación con la demanda conducente a recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir efectos en los casos y del artículo 1997 del Código Civil actual y en los casos del artículo 1174 del Código Civil de 1936, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al desistimiento y al abandono. • Se encuentra dentro de los supuestos en los que queda sin efecto la interrupción de la prescripción adquisitiva el caso en que una demanda de desalojo interpuesta por quien alega propiedad hubiera sido declarada infundada, no sólo porque esta posibilidad no ha sido expresamente prevista en la Ley, sino porque la acción de 70 desalojo no es la vía en la que se define el derecho de propiedad sobre un bien; por consiguiente la existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio de una ulterior acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la existencia del derecho real alegado. Fallo: Se declara infundado el recurso de casación interpuesto por Carlos Ibáñez Carmona. Conclusiones: • Existen dos clases de interrupción de la prescripción adquisitiva: la natural y la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida de la posesión y la segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve perturbado por presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como verdadero dueño. • La interrupción natural se encontraba recogida en el artículo 875° del Código Civil de 1936 cuyo texto transcribe literalmente el artículo 953° del Código Civil vigente. • El Código Civil de 1936 contenía en su artículo 876° una norma que establece que regía para la prescripción adquisitiva las reglas de la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables y en virtud de esta norma resultaban de aplicación a la prescripción adquisitiva las normas pertinentes sobre interrupción civil, en especial las contenidas en los artículos 1173° incisos 2 y 6, que regulan la interrupción de la prescripción por reconocimiento en el caso de usucapión de la existencia del derecho de propiedad del tercero o la citación judicial. • Aunque el Código Civil vigente haya omitido consignar una disposición similar a la contemplada en el artículo 876 del Código Civil de 1936, resulta evidente que la prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil, mediante el 71 ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el predio • Para que proceda la prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión continua, sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de modo que si se altera esta situación porque el propietario se hace presente se interrumpe la posesión, esta deja de ser pacífica. • La interrupción de la prescripción por citación con la demanda conducente a recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir efectos en los casos y del artículo 1997° del Código Civil actual y en los casos del artículo 1174° del Código Civil de 1936, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al desistimiento y al abandono • Queda sin efecto la interrupción de la prescripción adquisitiva el caso en que una demanda de desalojo interpuesta por quien alega propiedad hubiera sido declarada infundada, no sólo porque esta posibilidad no ha sido expresamente prevista en la Ley, sino porque la acción de desalojo no es la vía en la que se define el derecho de propiedad sobre un bien. • La existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio de una ulterior acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la existencia del derecho real alegado. 72 CASO N° 4 1) SENTENCIA SELECCIONADA: Expediente : CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD Demandante : Victoria Marleny Soto Zavaleta. Demandado : Armando Alfredo Pinillos Mejía y otros. Materia : Prescripción adquisitiva de dominio. Fecha de Res : 12/07/2011 Pronunciamiento : Recurso IMPROCEDENTE Órgano Jurisdiccional: Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, integrado por los siguientes magistrados: Ticona Postigo; Aranda Rodríguez; Palomino García; Valcárcel Saldaña; Miranda Molina. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: La señora Victoria Marleny Soto Zavaleta, ejerce la posesión en forma pacifica del bien materia de litis, donde el demandado Armando Alfredo Pinillos Mejía aduce en su recurso de casación que, es cuestionable el ejercicio pacifico de la posesión de la actora, pues alega que hubo un proceso de prescripción donde la demandante conjuntamente con la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis - cuadra veintiuno (contenido en el expediente número dos mil ochocientos cuarenta y nueve - dos mil dos, seguido ante el Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo) inició un proceso judicial sobre prescripción adquisitiva de dominio en contra del recurrente, cuya medida cautelar de anotación de demanda obra inscrita en la Partida número uno uno cero uno cuatro dos seis dos del Registro de Propiedad Inmueble, proceso que culminó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la precitada Asociación, declarando nulo lo actuado y por concluido el proceso, lo que demuestra la posesión no pacífica de la demandante respecto del inmueble submateria. Historia procesal: 73 El recurso de casación es interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía, calificando la Sala Suprema los requisitos de admisibilidad y procedencia conforme a la modificación establecida por la Ley número 29364, previstos en el artículo 387 y 388 del Código Procesal Civil respectivamente; en el caso particular de los requisitos de procedencia, se invoca como causal la infracción normativa de los artículos 950°, 2012° y 2013° del Código Civil; que según expone inciden directamente sobre la decisión impugnada. Sin embargo, al fundamentar el recurso de casación respecto a la infracción normativa material, denuncia que se han inaplicado las normas denunciadas, porque existió un proceso sobre prescripción adquisitiva de dominio que fue instaurado por la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis, cuadra veintiuno, contra el impugnante, el cual según expone concluyó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la referida Asociación; y agrega que la sentencia impugnada adolece de un estado de anormalidad, pues contiene infracciones normativas que son vicios o errores de razonamiento, de juicio o de contenido que inciden en la decisión impugnada y que es materia del citado recurso, afectando las disposiciones previstas en los incisos 3, 5 y 14 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean, a pesar de haber sido declarado improcedente el recurso de casación es la siguiente: ¿Se enerva la pacificidad de la posesión si en un proceso de usucapión anterior con otro demandante, que habría concluido por falta de legitimidad para obrar de este, el demandado no manifestó su posición de recuperar el bien inmueble? Holding: 74 La Sala Suprema señala que: “No se enerva la pacificidad de la posesión si en un proceso de usucapión anterior con otro demandante, que habría concluido por falta de legitimidad para obrar de este, el demandado no manifestó su posición de recuperar el bien inmueble.” El Rationale: Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República se apoya en las siguientes razones para el Holding • En el fondo el recurrente pretende el reexamen de los hechos y de las pruebas debatidos en el desarrollo del proceso con el objeto de variar el sentido de la decisión; destacándose además que el impugnante no probo en autos que el derecho de posesión de la demandante sobre el terreno respecto al cual solicita sea declarada propietaria, haya sido interrumpido con el proceso sobre prescripción adquisitiva de dominio a que hace referencia. • Se advierte que dicho proceso fue instaurado por la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis, cuadra veintiuno, contra el impugnante, el cual según expone concluyó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la referida Asociación, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso, lo que no enerva el requisito de pacificidad de la demandante en la posesión del bien inmueble cuya usucapión solicita, ya que no se evidencia que el impugnante haya manifestado en dicho proceso su posición de recuperar el bien inmueble; por tanto, el recurso de casación resulta inviable en atención a que su finalidad esencial radica en la adecuada aplicación e interpretación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional emitida por la Corte Suprema de Justicia de la República. 75 Fallo: Se declara improcedente el recurso de casación interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía. Conclusiones: • Para afectar el carácter pacífico de la posesión se requiere que se haya manifestado en el proceso la finalidad de recuperar el bien. • La conclusión de un proceso por falta de legitimidad para obrar de una de las partes o terceros no enerva el requisito de pacificidad de la usucapión, ya que no se evidencia que el recurrente haya manifestado en el anterior proceso su posición de recuperar el bien. • Resulta un punto dudoso si la necesidad de exigirse la recuperación del bien, afectaría la pacificidad de la posesión de quien pretende la usucapión; en realidad, la reivindicatoria o cualquier otra acción de tutela de la propiedad, lo que logran es interrumpir la usucapión, pero no eliminan la posesión. • No se afecta la usucapión por el solo hecho de haber deducido una excepción de falta de legitimidad de obrar contra un demandante distinto y en un proceso anterior, sin que el demandado haya pretendido recuperar el bien. 76 CASO N° 5 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente Demandante Demandado Materia Sentencia : Casación N° 261-2009 Lima : Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida. : Banco de la Nación. : Prescripción adquisitiva de dominio : La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, magistrados Tavara Cordova, Palomino García, Castañeda Serrano, Salas Villalobos, Idrogo Delgado. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: Proceso de prescripción adquisitiva, seguido por don Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida con el Banco de la Nación sobre prescripción adquisitiva de dominio. Se indica que existe un proceso sobre ejecución de garantía hipotecaria en el que el inmueble de mayor extensión dentro del cual se encuentra el área sub-litis ha sido objeto de adjudicación precisamente a favor de la demandada Banco de la Nación estando en ejecución un mandato de lanzamiento. Historia procesal: Mediante Sentencia de Vista, de fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho, se ha confirmado la apelada de fecha diecinueve de junio del dos mil siete, la cual declara infundada la demanda. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: 77 • ¿Se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el bien?. Holding: La pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con otras personas que se irrogan derecho de propiedad o posesión sobre el mismo bien; por consiguiente, se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el bien; empero, debe precisarse que no es cualquier pretensión la que interrumpe la posesión pacífica sino toda aquella a través de la cual se busque recuperar la posesión del inmueble; de tal modo que procesos judiciales en las que no se pretenda dicha recuperación de posesión carecen del efecto interruptor de la posesión. El Rationale: La Corte se apoya en las siguientes razones para el Holding: Que la sola existencia de un proceso en ninguna forma puede interrumpir la posesión pacífica que los actores afirman ejercer sobre el inmueble sub-materia; toda vez, que a través de un proceso de ejecución de garantía hipotecaria en modo alguno se pretende la recuperación de la posesión de un bien; y si bien es verdad este proceso puede concluir en el remate o adjudicación del bien gravado con la consiguiente entrega de la posesión del mismo al nuevo titular, ello no convierte a dicho proceso en uno de naturaleza 78 posesoria; peor aún si el proceso de ejecución de garantía no ha sido seguido contra los demandantes. Fallo: Se declara infundado el recurso de casación interpuesto por don Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida, en consecuencia no casaron la sentencia de vista de fojas cuatrocientos once, su fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho. CONCLUSIONES: • No se diferencia si el proceso planteado con anterioridad ha culminado con sentencia con pronunciamiento de fondo o ha culminado por desestimiento o con pronunciamiento inhibitorio. • No se realiza una distinción con los procesos de naturaleza restitutoria. • Se indica que se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el bien. • Para afectar el carácter pacífico de la posesión se requiere que se haya manifestado en el proceso la finalidad de recuperar el bien. 79 CASO N° 6 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente Demandante Demandado Materia Sentencia : CAS. Nº 1992-2003 -TACNA : Lidia Encarnación Cárdenas Valencia : Juan Luis Gómez Zegarra : Prescripción adquisitiva de dominio : La Sala Civil Transitoria de La Corte Suprema de Justicia de La República, integrado por los siguientes magistrados: Ticona Postigo; Lazarte Huaco; Rodríguez Esqueche; Egusquiza Roca; Quintanilla Chacón. 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: En el presente caso, los demandantes pretenden se les declare propietarios del bien sublitis, alegando la posesión continua, pacífica y pública del predio desde el año mil novecientos treintitrés, esto es por más de sesenticuatro años Historia procesal: Mediante resolución de vista, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Tacna Moquegua, de fecha veintidós de abril del dos mil tres, se Confirmó la sentencia de fecha cuatro de noviembre del dos mil dos, y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara infundada la tacha formulada por el demandado Juan Luis Gómez Zegarra de fojas trescientos veintiuno y fundada la demanda, interpuesta por Lidia Encarnación Cárdenas Valencia en contra de Juan Luis Gómez Zegarra sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio. Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: • ¿Se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble ha sido demandado 80 judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el bien? Holding: Que, ende se concluye que con la sola existencia de un proceso judicial donde se discuta los derechos de personas distintas de quien pretende adquirir el mismo bien por prescripción adquisitiva, se interrumpe la posesión pacífica que exige el artículo novecientos cincuenta acotado. El Rationale: La Corte se apoya en las siguientes razones para el Holding • Que la pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva de dominio, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás; siendo de considerar que dicho precepto legal se vulnera cuando aparece de autos que la posesión ha sido cuestionada a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra y en el cual se discuta respecto del bien sub Litis. • La posesión pacífica en que se amparan los demandantes se ha visto interrumpida por varios procesos judiciales entablados entre las partes actoras, como lo son sobre pago de mejoras (expediente número ciento veintiocho - noventicuatro), de desalojo por ocupante precario (expediente cuatrocientos veintinueve - noventicuatro), demanda de Nulidad de Suscripción y Nulidad de Escritura Pública (expediente doscientos setentisiete - noventicinco). Fallo: Se declara fundado el recurso de casación; en consecuencia NULA la resolución de vista de fojas mil setecientos sesentidós, su fecha veintidós de abril del dos mil tres; y Actuando 81 en Sede de Instancia; REVOCARON la sentencia de Primera Instancia, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara fundada la demanda de fojas noventinueve con lo demás que contiene; Reformándola declararon: INFUNDADA dicha demanda. CONCLUSIONES: • No se diferencia si los procesos planteados con anterioridad han culminado con sentencia con pronunciamiento de fondo o ha culminado por desistimiento o con pronunciamiento inhibitorio. • La pacificidad, como presupuesto para acreditar la prescripción adquisitiva de dominio, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás. 82 CASO N° 7 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente : CAS. N° 4112-2010-LIMA Demandante : Complejo Industrial Pecuario El Labrador S.A. Demandado : Superintendencia Nacional de Bienes Estatales Materia : Prescripción Adquisitiva de Dominio Sentencia : Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, integrado por los siguientes magistrados: Vinatea Medina, Yrivarren Fallaque, Mac Rae Thays, Morales Gonzáles y Chaves Zapater 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso: Que la entidad denominada “De la Chacra a la Olla” (que ahora es el Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA), el 13 de marzo de 1975, solicitó a la Dirección Nacional de Reforma Agraria la adjudicación en venta de un terreno eriazo de 10 Hectáreas ubicado en “Piedras Gordas” para que sea un aporte de capital para la empresa “De la Chacra a la Olla EPS”, emitiéndose con fecha 08 de julio de 1977 la Resolución Directoral N° 1641-77-DGRA/AR, por el Director de la Zona Agraria IV del Ministerio de Agricultura, que aprobó su solicitud, quedando el Estado obligado a transferirle la propiedad pero que nunca se inscribió dicha transferencia, lo que no impidió que el Complejo continuara con sus actividades industriales sobre el terreno. Con fecha 22 de febrero de 1982 la Fuerza Área del Perú (a través del Ministerio de Defensa) interpuso demanda de Desalojo contra la entidad denominada “De la Chacra a la Olla” (que ahora es el Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA), sobre el terreno de 70 Hectáreas, el cual estaba superpuesto con el terreno de 10 Hectáreas que ocupaban; en éste proceso de ordenó el Desalojo del bien. Que, en el Acta de Entrega de fecha 20 de abril de 1990 (celebrada por haberse dejado a salvo por la Corte Suprema una pretensión indemnizatoria que pudiera demandar la 83 demandada), se celebró entre ambas partes (el Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA y la Fuerza Área del Perú, una acta por la cual, ésta última le entregaba a la ahora demandante un terreno de 5 Hectáreas (que es el bien que ahora pretende se le declare propietario por prescripción adquisitiva) como compensación por daños y perjuicios a consecuencia del proceso de Desalojo que interpusiera la Fuerza Área del Perú, que mantenía en posesión y que respecto de dicha área no se ejecutó la sentencia de desalojo. 3) Historia procesal: • El Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA, interpone demanda de prescripción adquisitiva para que se le declare propietario de los terrenos constituidos por el Sublote A-2 y Sublote A-3, ubicados en la zona denominada “Piedras Gordas”, ubicada en el Kilómetro 31 (ahora Kilómetro 40.5) de la Carretera Panamericana Norte, del Distrito de Santa Rosa, provincia y departamento de Lima, cuya extensión comprende 05 Hectáreas. • La Sentencia de Primera Instancia declara Fundada la demanda interpuesta de prescripción adquisitiva de dominio y en consecuencia declara al el Complejo Industrial Pecuario el Labrador S.A. – CIPELSA propietario del bien sublitis. • La Sentencia de Vista de fecha 18 de enero del 2010, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, confirma la recurrida. • La Superintendencia Nacional de Bienes Estatales interpone recurso de Casación contra la Sentencia de Vista. • La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de justicia de la República con fecha 14 de junio del 2012, declara infundado el recurso de casación. 4) Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): 84 Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: • Que, la pacificidad para estar acreditada requiere que no exista violencia al inicio de la posesión y que el decurso posterior de la misma no solo se mantenga de manera no violenta sino también de modo no controvertido (poseedor se comporte como propietario de manera continua, ante todos y sin controvertir su derecho frente a otro, desde el inicio de su posesión). • Que, el Desalojo seguido en contra del poseedor controvierte la posesión de la actora y trae como consecuencia que exista una posesión no pacífica. • Que, el acta de entrega de del bien por parte del propietario al poseedor en el procesos de Desalojo, hace que se convierta una posesión no pacífica en pacífica. 5) Holding: La Corte Suprema establece como norma general la siguiente: “La controversión de la posesión a través de un proceso judicial de Desalojo, hace que se pierda la pacificidad de la posesión y por tanto no se puede prescribir, salvo que el propietario del predio, haya consentido en la entrega voluntaria del área que se pretende prescribir” 6) El Rationale: El Tribunal Constitucional se apoya en las siguientes razones para el Holding • Que, la posesión pacífica debe ser ejercida sin perturbación y con aceptación de los demás integrantes de la sociedad. • Que, la pacificidad requiere que no exista violencia al inicio de la posesión y en el decurso posterior a la misma. • Que, la pacificidad debe entenderse también del modo que no se controvierta la posesión a través de procesos judiciales como el Desalojo. • Que, si bien el Desalojo controvierte la pacificidad de la posesión, pero si la posesión ejercida por el prescribiente deriva de la entrega voluntaria hecha por el 85 propietario para compensar un asunto litigioso, no se pierde la pacificidad de la posesión. • Que, el Desalojo fue por 10 Hectáreas y la prescripción es sólo por 05 Hectáreas, por lo que se controvertía un terreno mayor 7) Fallo: Se declara infundado el Recurso de Casación interpuesto por la superintendencia Nacional de Bienes Nacionales contra la Sentencia de Vista de fecha 18 de enero del 2010. 86 CASO N° 8 1) SENTENCIA SELECCIONADA Expediente : CAS. N° 2562-2011 - Lima Demandante : Raymundo Mullo Romero Demandado : Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507 Materia : Prescripción adquisitiva Sentencia : Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema, integrado por los magistrados: Ticona Postigo, Aranda Rodríguez, Ponce de Mier, Valcárcel Saldaña, Miranda Molina 2) SINOPSIS (CASE BRIEF) Hechos del caso e Historia procesal: • El señor Raymundo Mullo Romero interpone demanda contra la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507, solicitando se le declare propietario por prescripción adquisitiva de dominio del bien inmueble ubicado en el lote de terreno número 35 y 36 de la Manzana “A”, cuarta etapa, de la Cooperativa de Vivienda El Valle, del distrito de San Juan de Lurigancho. • En su condición de socio el terreno sublitis, le fue otorgado en adjudicación, por la demandada, con fecha 26 de diciembre de 1972, fecha desde la cual ejerce posesión. • La Sentencia de primera instancia declara infundada la demanda, siendo confirmada por la Sala Superior, al establecer que de autos de verifica que sobre el lote sub litis han existido varios procesos seguidos en diversos momentos en reclamo de derechos que ostentarían terceros, todo los cual demuestra que la posesión ejercida por el accionante no es pacífica. 87 Cuestiones jurídicas que se plantean (Issues): Las cuestiones jurídicas relevantes del caso que se plantean son las siguientes: • ¿La existencia de otros procesos judiciales, afectan la posesión pacifica alegada por el demandante? Holding: La Corte Suprema establece lo siguiente: “La motivación de las judiciales es una garantía de la función jurisdiccional y, en nuestro ordenamiento jurídico está regulada por los artículos 139, inciso 5 de la Constitución Política del Perú.” El Rationale: La Corte Suprema se apoya en las siguientes razones: • Que el considerando quinte del Ad quem ha citado, como sustento de su fallo, cuatro expediente judiciales que tendrían relación con el inmueble materia de controversia en el presente proceso; sin embargo, no ha precisado en qué modo habría afectado la posesión pacifica alegada por el demandante, teniendo en cuenta que de la indicación hecha por el propio Ad quem sobre las parte contendientes en dichos proceso, no se aprecia que se hubieran incoado contra el demandante, ahora recurrente • El Ad quem tampoco ha precisado si en los cuatro procesos citados el bien inmueble controvertido es el mismo de los presente autos, siendo ello indispensable a fin de determinar si tales procesos tienen incidencia en esta causa. Fallo: Fundado el recurso de casación, casaron la sentencia de vista, en consecuencia nula la misma. 88 Conclusiones: • Si bien es cierto en la presente ejecutoria no se dice de manera expresa sobre la cuando se interrumpe la pacificidad de la posesión, si da a entender que la misma no se vería interrumpida si los procesos judiciales existentes, no han sido interpuestos contra el demandante. • Así también es importante señalar que en dichos procesos judiciales existentes, el inmueble que se pretende usucapir, debe ser el mismo. • Sin embargo, de acuerdo a lo estudiado en la presente tesina, la Corte Suprema mantiene su interpretación, en cuanto a que los procesos judiciales, interrumpen la pacificidad de la posesión y no como se sostiene en la presente, el plazo prescriptorio. 89 Capítulo V CONCLUSIONES • Concebimos a la posesión como un exclusivo poder de hecho que tiene un sujeto sobre un bien del cual viene poseyendo, no requiriéndose contar con algún derecho que le sustente, por ser una situación eminentemente fáctica, lo que no le impide que produzcan consecuencias jurídicas, con dicha posesión. • Admitimos que la prescripción adquisitiva de dominio, no sólo es una institución destinada para la adquisición de la propiedad, sino también como tiene utilidad como instrumento de saneamiento de misma, en mérito a que existe una línea jurisprudencial y doctrinaria que opina a favor de esta utilidad. • Consideramos que la prescripción adquisitiva de dominio es una acción declarativa, puesto que únicamente se limita a declarar el derecho del poseedor, sin constituirlo, siendo propietario por el mero transcurso del plazo legal, a lo que se suma de manera copulativa los requisitos establecidos en el artículo 950 del Código Civil. • Aseveramos, que la acción de prescripción adquisitiva de dominio al ser declarativa, en consecuencia la posesión de un bien, es ya considerada como fuente de oponibilidad de derechos. • La pacificidad de la posesión, como requisito copulativo para que opere la prescripción adquisitiva de dominio, debe entenderse que esta se da cuando el poder de hecho sobre la cosa no se mantenga por la fuerza; y si aún obtenida de esta forma, pasa a ser pacífica una vez que cesa la violencia que instauró el nuevo estado de cosas; en tal sentido, este requisito no significa que la posesión sea “incontrovertida”; por lo que, la interposición de una demanda 90 que tenga como objetivo recobrar la posesión, o todo tipo requerimiento extrajudicial no enerva el carácter de pacificidad de la posesión. • La interrupción del plazo prescriptorio de la usucapión, no debe ser confundida con el cuestionamiento a la pacificidad de la posesión; en tal sentido, si el propietario hace valer su derecho, incoando una acción que tienda a recobrarla, deberá entenderse que ha operado la interrupción del plazo prescriptorio mas no la pacificidad de la posesión. • El Código Civil de 1936 había regulado un precepto referente a la aplicación de las reglas de la prescripción extintiva a la prescripción adquisitiva, habiéndose indicado en dicho cuerpo legal que: “Rigen en esta prescripción las reglas establecidas para la extintiva en cuanto sean aplicables”. • En el sub capítulo referido a la prescripción adquisitiva de dominio, en nuestro Código Civil vigente, no se encuentran reguladas las causales de interrupción de la prescripción adquisitiva de dominio por causales civiles, habiéndose regulado únicamente en el artículo 953 del Código Civil, las causas de interrupción naturales; en tal sentido, atendiendo al citado vacío legal, proponemos que una modificación al artículo 953 del Código Civil, en el sentido que debe agregarse el siguiente párrafo: “Son causas civiles de interrupción de la prescripción adquisitiva: 1.- El emplazamiento con la demanda que tiende a recuperar la posesión del bien materia de litigio, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad incompetente. La interrupción, será ineficaz en el caso que se desestime la demanda. 2.- El reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del derecho del propietario. Asimismo, rigen para esta prescripción las reglas establecidas para la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables.”. 91 Capítulo VI RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS • En el sub capítulo referido a la prescripción adquisitiva de dominio de nuestro Código Civil vigente, no se encuentran reguladas las causales de interrupción del plazo de prescripción adquisitiva de dominio por causales civiles, por consiguiente se recomienda la MODIFICACIÓN del artículo 953 del Código Civil, en el sentido que debe agregarse el siguiente párrafo: “Son causas civiles de interrupción de la prescripción adquisitiva: 1.- El emplazamiento con la demanda que tiende a recuperar la posesión del bien materia de litigio, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad incompetente. La interrupción, será ineficaz en el caso que se desestime la demanda. 2.- El reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del derecho del propietario. Asimismo, rigen para esta prescripción las reglas establecidas para la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables.”. • Sería recomendable que dada la relación existente entre la prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva, que en ciertos aspectos tienen elementos comunes (transcurso del tiempo, sanción a la inacción), se debería establecer reglas o consideraciones generales aplicables a ambos tipos de prescripción a efecto de hacer más fácil su aplicación. 92 VII. BIBLIOGRAFÍA • Ramírez Cruz, Eugenio. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Editorial Rodhas. Lima, 2007. Pág. 322. • Avendaño, Jorge. La Posesión en el Código Civil de 1984. En Libro Homenaje a León Barandarian; Cultural Cuzco, Lima, 1985. • Gonzáles Barrón, Gunther. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Tercera Edición, Jurista Editores, Lima, 2013. • Ledesma Narvaez, Marianella. “Cometarios al código procesal civil” Tomo II, Gaceta Jurídica, 2da edición 2009. • Diez – Picazo y Ponce De León, Luis. La Prescripción Extintiva. En el Código Civil y en la Jurisprudencia del Tribunal Supremo. (2003). Madrid: Thomson Civitas. • De Soto, Hernando. El Otro Sendero.(1990). Bogotá: 9na Ed., Printer Colombiana Ltda. • Gonzales Barron, Gunther. Estudio Crítico de la Nueva Legislación Inmobiliaria sobre Predios Urbanos. (2000). Lima: Ediciones Legales. • • Código Civil Comentado, Tomo X. Gaceta Jurídica. Código Civil Comentado, Tomo V. Gaceta Jurídica. Páginas de Internet: • Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Héctor Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial 2/1 2008. • Publicación en internet: • http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+ Doctrina+Nacional++Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb7 77b0043eb7ba1a80beb4684c6236a • • Titulo Posesorio en el Derecho Civil Peruano. Hector Enrique Lama More. Revista Oficial del Poder Judicial 2/1 2008. Publicación en internet: http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/fb777b0043eb7ba1a80beb4684c6236a/8.+ Doctrina+Nacional+-+Magistrados++H%C3%A9ctor+Lama+More.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fb777b0043eb7ba 1a80beb4684c6236a • Las Clases de Posesión en el Perú. http://www.articuloz.com/leyes-articulos/lasclases-de-posesion-en-el-codigo-civil-peruano-1054756.html • 93 VIII. ANEXOS ANEXO N° 1 CASACION N°4684‐2008 LAMBAYEQUE Lima, dos de abril de dos mil nueve.‐ LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA: Con los acompañados; vista la causa número cuatro mil seiscientos ochenta y cuatro guión dos mil ocho en el día de la fecha, expide la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas quinientos ochenta y siete por doña Edelmira Fuentes Díaz contra la sentencia de vista de fojas quinientos sesenta y nueve su fecha catorce de agosto del año próximo pasado, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la apelada en los extremos que declara infundada la demanda de prescripción adquisitiva de dominio y la reconvención sobre nulidad de título de propiedad y cancelación de asiento registral; reformándola, declararon fundados dichos extremos. 2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha dieciséis de enero del año en curso, obrante a fojas veinte del presente cuadernillo, ha declarado procedente el recurso de casación por la causal relativa a la interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil, sosteniendo la recurrente que la prescripción de la propiedad de un inmueble se adquiere cuando se ha poseído en forma pacífica, continua y pública, conforme establece el numeral glosado; sin embargo, según refiere, en el caso en concreto, con el proceso de reivindicación iniciado el seis de abril del dos mil se habría interrumpido la posesión pacífica, continua y pública; es más con el proceso número quinientos setenta y seis guión ochenta y nueve, sobre demanda de impugnación de resolución administrativa y nulidad de título de propiedad, iniciada por don Victoriano Campos Villalobos y esposa contra el Concejo Municipal de Chiclayo, se acredita que los demandados no poseyeron en forma pacífica, continua y pública durante diez años, conforme establece el artículo 950 del Código Civil, más bien se ha dado una interpretación errónea de dicho numeral. 3. CONSIDERANDOS: PRIMERO: La causal de interpretación errónea de una norma de derecho material se presenta cuando concurren los siguientes supuestos: a) el Juez establece determinados hechos, a través de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al proceso; b) que éstos, así establecidos, guardan relación de identidad con los supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; c) que elegida esta norma como pertinente (sólo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso en concreto, la interpreta (y aplica); y, d) que en la actividad hermenéutica, el juzgador, utilizando los métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de aquella norma, es decir, incurre en error al establecer la verdadera voluntad objetiva de la norma, con lo cual resuelve el 94 conflicto de intereses de manera contraria a los valores y fines del derecho y, particularmente, vulnerando el valor superior del ordenamiento jurídico, como es el de la justicia. SEGUNDO: El artículo 950 del Código Civil prescribe que “La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como propietario durante diez años. Se adquiere a los cinco años cuando median justo título y buena fe.” Este numeral regula la figura de la prescripción adquisitiva de dominio ‐llamada también usucapión‐ la cual constituye una forma originaria de adquirir la propiedad y se sustenta en la posesión de un bien por un determinado lapso de tiempo, siempre que se cumpla con los requisitos exigidos por ley, esto es, que se trate de una posesión continua, pacífica y pública. TERCERO: En relación al requisito de pacificidad, que es lo que se cuestiona en este proceso, Jorge Eugenio Castañeda señala que la posesión pacífica se dice por oposición a la posesión violenta. Esta se caracteriza por las vías de hecho utilizadas; son violencias materiales o morales. Se trata de la violencia empleada para adquirir la posesión; asimismo, Eugenio Ramírez Cruz sostiene que la posesión pacífica es la posesión libre o exenta de violencia. Ello implica que tanto la adquisición como la continuidad o continuación de la posesión, deben fundarse en la no utilización de la fuerza o violencia. CUARTO: Sobre dicho tema, este Supremo Tribunal ha establecido, a través de la Sentencia Casatoria número mil novecientos noventa y dos guión dos mil tres guion Tacna, que el requisito de “la pacificidad como presupuesto para acreditar la presente acción (prescripción adquisitiva de dominio), significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás; siendo de considerar que dicho precepto legal se vulnera cuando aparece de autos que la posesión ha sido cuestionada a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra y en el cual se discuta del bien sub litis ; Es preciso señalar que dicho criterio se reproduce en el tercer considerando de la Sentencia QUINTO: Para determinar si en el caso en concreto, la Sala Superior ha interpretado erróneamente el numeral denunciado, es necesario hacer las siguientes precisiones. Estamos ante un proceso acumulado, mediante resolución obrante a fojas ciento ochenta y cinco, su fecha quince de octubre del dos mil uno, donde se discuten las siguientes pretensiones: I. Primer proceso acumulado: La demandante, Edelmira Fuente Díaz, solicita la reivindicación, entrega de bien, pago de frutos e indemnización de daños y perjuicios, reclamando la restitución del predio urbano sito en el Asentamiento Humano Marginal en el UPIS César Vallejo, lote Quince, manzana U, de la Calle Las Piedras, hoy Calle Las Cucardas número Doscientos sesenta, Chiclayo, la que dirige contra los actuales poseedores, Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos. Mediante escrito obrante a fojas cuarenta y ocho, los mencionados demandados contestan la demanda, sosteniendo que la actora no tiene interés económico y moral, pues su supuesta causante, Zulma Pérez Díaz, tiene herederos forzosos; por otro lado, reconvinieron la demanda, reclamando la nulidad del título de propiedad de Zulma Pérez Díaz y, accesoriamente, solicitan la cancelación del asiento registral; II. El segundo proceso acumulado, interpuesto por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Santos, quienes solicitan se les declare propietarios del inmueble antes mencionado por prescripción adquisitiva de dominio, esgrimiendo como fundamentos de hecho que ocupan el inmueble desde hace once años en forma continua, pacífica y pública en virtud del contrato de compraventa de fecha quince de noviembre de mil novecientos ochenta y ocho, por lo que sería de aplicación la prescripción corta, es decir, el plazo de cinco años pues ostentan un justo título y buena fe. Precisamente, el cumplimiento o no del presupuesto de la pacificidad es objeto del presente recurso. 95 SEXTO: En el decurso del proceso, tenemos acreditados los siguientes hechos: Uno) La existencia del proceso judicial sobre impugnación de resolución administrativa número Quinientos setenta y seis guión ochenta y nueve, el cual fue iniciado en marzo de mil novecientos ochenta y nueve por los señores Victoriano Campos Villalobos y Elisa Requejo Campos a fin de que se declare la nulidad de la Resolución Municipal número cero doscientos guion ochenta y nueve guión CPCH/A y el título de propiedad serie B guion cero ocho mil trescientos cuarenta y cinco, extendidos por el Concejo Provincial de Chiclayo a favor de Zulma Pérez Díaz, a fin de adjudicarle el lote de terreno número Quince, Manzana “U” de la UPIS “César Vallejo”, Chiclayo; proceso que se tiene a la vista y del cual se verifica que se trata del mismo predio en litigio; y, Dos) La existencia del proceso judicial sobre reivindicación iniciado por la causante de la recurrente, doña Zulma Pérez Díaz, respecto del predio en litigio, conforme aparece del instrumento obrante a fojas once del expediente acumulado, donde consta la inscripción de la demanda de reivindicación en la Ficha Registral del predio litigioso en el año mil novecientos noventa. SETIMO: La Sala Superior, al expedir la resolución impugnada, considera que no puede prosperar la interrupción civil de la prescripción adquisitiva desde noviembre de mil novecientos ochenta y ocho por la sola reclamación judicial tendiente a hacerla cesar mediante demanda de reivindicación y otros, de fecha seis de abril del dos mil, interpuesta por la recurrente; asimismo, afirma que tampoco configura conflicto judicial el sólo hecho que los recurrentes dieron origen al proceso administrativo y/o la demanda sobre reivindicación interpuesta por Zulma Pérez Díaz, pues –según refiere‐ en este caso al no tener coincidencia respecto a los hechos y ubicación exacta del bien que demandaba, la propia Pérez Díaz lo hizo caer en abandono; por tanto, el Colegiado revoca la apelada en los extremos que declara infundada la prescripción adquisitiva de dominio y la nulidad del título de propiedad y asiento registral; y, reformándola declara fundadas dichas pretensiones. OCTAVO: Empero, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que efectivamente se ha interpretado erróneamente el numeral 950 del Código Civil al considerar la Sala Superior, pese a la existencia de los procesos judiciales antes descritos, que éstos no interrumpen la prescripción pues no hay identificación del inmueble; sin embargo, tal razonamiento es erróneo, pues como se ha anotado, dicho precepto legal que regula el presupuesto de la posesión pacífica se vulnera cuando aparece de autos que durante el tiempo de la posesión que invoca el usucapiente se ha cuestionado, a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra, la titularidad del bien litigioso. En el presente caso, como vemos, los prescribientes invocan la usucapión corta, esto es, a partir del año mil novecientos ochenta y nueve hasta el año mil novecientos noventa y cuatro; sin embargo, durante ese periodo de tiempo, los demandados no acreditan que el requisito de la posesión pacífica se haya cumplido, toda vez que existen dos procesos judiciales iniciados en el año mil novecientos ochenta y nueve y mil novecientos noventa, los cuales cuestionan precisamente la titularidad del bien en litigio durante el periodo de tiempo en que se sustenta la prescripción adquisitiva de los señores Victoriano Campos Villalobos y su cónyuge. NOVENO: En suma, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que el presente medio impugnatorio debe ser amparado al verificarse la interpretación errónea del numeral 950 del Código Civil. 4. DECISION: Por las razones anotadas y de conformidad con el artículo 396 inciso 1 del Código Procesal Civil: 96 Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por doña Edelmira Fuentes Díaz a fojas quinientos ochenta y siete; en consecuencia, NULA la sentencia de vista obrante a fojas quinientos sesenta y nueve, su fecha catorce de agosto del año próximo pasado, en los extremos que declara fundadas la pretensiones de prescripción adquisitiva de dominio y otro; ACTUANDO EN SEDE DE INSTANCIA: CONFIRMARON la sentencia apelada, obrante a fojas trescientos setenta y nueve, su fecha veintidós de diciembre del dos mil siete, que declara INFUNDADAS dichas pretensiones, con lo demás que contiene; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Edelmira Fuente Díaz contra Victoriano Campos Villalobos y otra, sobre reivindicación y otros conceptos; Interviniendo como Vocal Ponente el señor Castañeda Serrano; y los devolvieron.‐ SS. TAVARA CORDOVA SOLIS ESPINOZA PALOMINO GARCIA CASTAÑEDA SERRANO IDROGO DELGADO 97 ANEXO N° 1 CASACION N° 1500-2006‐AREQUIPA CAS. Nº 1500-2006-AREQUIPA Lima, veintiocho de agosto del dos mil siete.- LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con los acompañados, con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo en lo Contencioso Administrativo; en Audiencia Pública llevada a cabo en la fecha y producida la votación correspondiente conforme a ley, emite la siguiente sentencia. 1. MATERIA DEL RECURSO: Es materia del presente recurso la sentencia de vista de fojas ochocientos setenta y ocho, su fecha veinte de abril del dos mil seis, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa que en discordia confirmó la sentencia apelada que declare fundada la demanda de prescripción adquisitiva de dominio interpuesta por José Guillermo Pariapaza Visa y Verónica Judith Porcela Luján contra Blanca Violeta Álvarez de Álvarez y Juan Elcir Álvarez Lazo, declarando a dichos demandantes, propietarios del fundo rustico denominado “La Riveros” que cuenta con un área de dos hectáreas con tres mil quinientos metros cuadrados, ubicado en el Distrito de Dean Valdivia, Islay, Arequipa inscrito en la ficha número 00080155 del Registro de Propiedad Inmueble; ordenaron la cancelación de los antiguos propietarios que aparecen en la mencionada ficha registral. 2.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Mediante resolución de fecha once de septiembre del dos mil seis corriente a fojas setenta y uno del cuaderno de casación se ha declarado procedente el recurso interpuesto por Violeta Blanca Álvarez de Álvarez por la causal prevista en el inciso 1 del artículo 386 del Código Procesal Civil, relativa a la aplicación indebida de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo 653 y del artículo II del Título Preliminar del Código Civil. 3.CONSIDERANDO: Primero: Conforme se aprecia del tenor de la demanda de fojas setenta y cuatro subsanada a folios ochenta y seis, los citados demandantes interpusieron demanda de prescripción adquisitiva de dominio dirigiéndola contra los nombrados emplazados, solicitando que se les declare propietarios del predio rústico denominado “La Riveros” de dos hectáreas con tres mil quinientos metros cuadrados, ubicado en el Distrito Dean Valdivia, Islay, Arequipa, accesoriamente, solicitan la cancelación del Asiento Registral número 02 del Rubro c) de la Ficha número 80155 del Registro de Propiedad Inmueble de Arequipa. Segundo: Como argumentos de su pretensión, indican que se encuentran en posesión del bien sub júdice por más de catorce años, desde el veintinueve de abril de mil novecientos ochenta y cinco por tradición efectuada a su favor en mérito al contrato de compra venta celebrado con Antonia Micaela Oporto Ramos Viuda de Coaguila, acto jurídico que fue elevado a Escritura Pública el mismo año, acotando que desde dicha data mantienen la posesión pacífica, continua, pública y como propietarios, contando además con justo título por lo que se encuentran bajo los supuestos de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo número 653, para adquirir el inmueble por prescripción. Tercero:[1] Las instancias de mérito han amparado la demanda, bajo el argumento de que los actores acreditaron encontrarse en posesión del referido inmueble desde mil novecientos ochenta y cinco, habiéndola mantenido en forma pacífica, continua, pública y como propietarios, razón por la cual desde mil novecientos noventa cumplieron con los requisitos necesarios para la adquisición de la propiedad rural vía prescripción adquisitiva; agregan que, si bien es cierto en el proceso acompañado sobre nulidad de acto jurídico y otros, seguido por la citada demandada contra los accionantes, se ha declarado nula la referida Escritura Pública de Compra Venta, también es verdad que las sentencias recaídas en tales autos 98 no restan eficacia a la pretensión incoada, debido a que en el presente proceso no se discute la validez o no del título, debiendo tenerse en cuenta que una acción como la de autos puede ser ejercida no solo por quien carece de título de propiedad, sino que además, por quien ostenta un título imperfecto debido a que a quien se le otorgó no era el llamado por ley. Cuarto: Analizando los errores in iudicando denunciados, debe precisarse que la prescripción adquisitiva de dominio o usurpación, tiene por objeto transformar una situación de hecho (la posesión), en una de derecho (reconocimiento de la titularidad), a favor del poseedor que no ha sido interrumpido durante el tiempo que posee, siempre que acredite los requisitos de continuidad, pacificidad, publicidad y como propietario, que exige la ley. Quinto: En autos ha quedado establecido que los actores vienen poseyendo el inmueble sub materia desde mil novecientos ochenta y cinco, conforme puede apreciarse de las pruebas aportadas por ellos, amparando su pretensión en lo regulado por el Decreto Legislativo número 653, promulgado en mil novecientos noventa y uno, siendo esta norma especial la que prevalece sobre la general contenida en el artículo 950 del Código Civil[2], teniendo en cuenta la fecha en que tomaron posesión y la de interposición de la presente demanda. Debe indicarse que no se ha acreditado que los accionantes hayan sido declarados propietarios, pues no existe resolución judicial que así lo demuestre, toda vez que el hecho de estar en posesión y conducir el inmueble por varios años, no les otorga la calidad de propietarios mientras no hayan hecho valer su derecho conforme a ley en la acción correspondiente, habiendo efectuado tal circunstancia recién con la interposición de la presente demanda. Sexto: También se encuentra acreditado que la emplazada inscribió su derecho de propiedad sobre el predio sublitis en mil novecientos noventa y siete, como se verifica del asiento registral cuya cancelación se pretende, promoviendo inmediatamente contra los actores acción de desalojo por ocupación precaria, en la que solicito la restitución del predio sublitis, proceso que, si bien es cierto concluye con resultado favorable a los ahora demandantes, también es verdad que se rompió con el requisito de pacificidad, pues desde dicha data hasta la de interposición de la presente demanda –veintisiete de diciembre de mil novecientos noventa y nueve–, la parte emplazada les ha requerido la devolución del bien de su propiedad. Sétimo: En efecto, como se advierte del expediente acompañado número 97 - 99, el veinticinco de agosto de mil novecientos noventa y nueve se admitió a trámite la demanda promovida por Blanca Violeta Álvarez de Álvarez contra los accionantes sobre reivindicación y nulidad del acto jurídico, contenido en la referida Escritura Pública, documento considerado por los actores como justo título en el que amparan su derecho, conjuntamente con los demás requisitos que alegan haber cumplido para acogerse a los supuestos previstos en la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo número 653. Asimismo, el treinta de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, la citada emplazada denuncio penalmente a los actores y a Antonia Micaela Oporto Ramos viuda de Coaguila, por los delitos de estelionato y falsificación de documentos en su agravio, infiriéndose de ello, que desde la fecha en que inscribió su derecho, estuvo cuestionando el documento por el que supuestamente les fue transferida la propiedad a los demandantes del inmueble sublitis. Octavo: Por tanto, es forzoso concluir que, cuando los actores interponen su demanda se encontraba en pleno trámite la acción reivindicatoria, siendo evidente que el presente proceso se interpuso en respuesta a esta última y las sentencias recaídas en esa acción fueron adversas a los intereses de los actores, habiendo sido acompañadas en autos con anterioridad a la expedición de la sentencia de primera instancia, esto es, fueron puestas en conocimiento oportuno de los juzgadores, como también la circunstancia de que la posesión del inmueble fue restituida a la emplazada, como se advierte del acta de lanzamiento. Noveno: Siendo esto así, ha quedado de manifiesto que al incoarse la presente demanda los accionantes ya no ostentaban una posesión pacífica, pues no puede considerarse tal, 99 la que se ve perturbada por la acción judicial de reivindicación a la que se ha hecho referencia, careciendo por ello de relevancia la alegación de los demandantes de haber poseído por más de catorce años el inmueble respecto del cual omitieron oportunamente haberlo ganado dominialmente vía[3] usucapión. De este modo, se ha configurado la denuncia de aplicación indebida de la Novena Disposición Complementaria del Decreto Legislativo número 653, pues la pretensión incoada no debió ser analizada, bajo los alcances de dicho dispositivo, al no darse los supuestos previstos en dicha norma, toda vez que a la fecha de interposición de la demanda, ya no había pacificidad en la posesión; a esto hay que agregar que en la acción reivindicatoria no solo se dispuso la restitución del predio a la emplazada, sino que se declare la nulidad del justo título de los actores, proceso que, como se ha indicado, fue promovido con anterioridad al presente. Décimo: En consecuencia, resulta irrelevante al caso de autos, quien sea la persona que haya transferido el derecho de propiedad del inmueble a los demandantes para determinar el derecho a la prescripción adquisitiva, advirtiéndose que los juzgadores no han tomado en cuenta lo dispuesto en el artículo 950 del Código Civil, pues a la fecha de interposición de la presente demanda, su posesión no era pacífica, requisito previsto en dicha norma para acceder a la propiedad por prescripción adquisitiva, por lo que, bajo los supuestos de tal dispositivo, la referida pretensión deviene objetivamente en infundada. Por estas consideraciones, este extremo del recurso de casación resulta amparable. Undécimo: Con respecto a la denuncia de aplicación indebida del artículo II del Título Preliminar del Código Civil, la invocación de dicha norma por parte del Colegiado es completamente incongruente y contradictoria con la materia de autos, dado que, de ampararse la presente acción, se estaría convalidando un acto de abuso de derecho en perjuicio de la demandada; agréguese a ello que el artículo 70 de la Constitución Política garantiza el derecho de esta para oponerse a la pretensión de los actores, toda vez que es la legítima propietaria del inmueble sublitis; por tanto, este extremo de la casación también debe ser amparado. 4.- DECISIÓN: Estando a las consideraciones expuestas, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1 del artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ochocientos noventa y nueve por doña Blanca Violeta Álvarez de Álvarez, en consecuencia NULA la resolución de vista de fojas ochocientos setenta y ocho de fecha veinte de abril del dos mil seis; actuando en sede de instancia REVOCARON la resolución apelada de fojas quinientos cuatro de fecha treinta y uno de julio del dos mil dos, que declare fundada la demanda; REFORMÁNDOLA la declararon INFUNDADA; en los seguidos por don José Guillermo Pariapaza Visa y otra, sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron. SS. SÁNCHEZ PALACIOS PAIVA; GAZOLO VILLATA; PACHAS ÁVALOS; FERREIRA VILDÓZOLA; SALAS MEDINA 100 ANEXO N° 3 CAS. N° 253-2000 LAMBAYEQUE LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA (...) MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto don Carlos Ibañez Carmona (...) contra la sentencia de vista (...) que revocando la apelada (...) que declara fundada la demanda y reformándola declara Infundada dicha demanda, FUNDAMENTO DEL RECURSO: Que, concedido el recurso de casación (...) fue declarado procedente por la interpretación errónea de los artículos ochocientos setentiuno del Código Civil de mil novecientos treintiséis y el novecientos cincuenta del Código Civil vigente, así como de la doctrina jurisprudencial al sostener en la recurrida que la demanda de desalojo por ocupación precaria interpuesta en su contra por los ahora demandados interrumpió su posesión continua, dejando de ser pública y pacífica sin considerarse que dicha demanda fue declarada infundada por improbada; y que la posesión que vienen ejerciendo como propietarios data de sus ancestros. CONSIDERANDO: Primero: Que, existen dos clases de interrupción de la prescripción adquisitiva: la natural y la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la perdida de la posesión y la segunda al caso en el que el deseo de continuar poseyendo se ve perturbado por presentarse a hacer valer sus derechos quien se considera como verdadero dueño; Segundo: Que, la interrupción natural se encontraba recogida en el artículo ochocientos setenticinco del Código Civil de mil novecientos treintiséis cuyo texto transcribe literalmente el artículo novecientos cincuentitrés del Código Civil vigente; Tercero: Que, el Código Civil de mil novecientos treintiséis contenía en su artículo ochocientos setentiséis una norma que establece que regía para la prescripción adquisitiva las reglas de la prescripción extintiva en cuanto sean aplicables; Cuarto: Que, en virtud de esta norma resultaban de aplicación a la prescripción adquisitiva las normas pertinentes sobre interrupción civil, en especial las contenidas en los artículos mil ciento sesentitrés incisos dos y seis, que regulan la interrupción de la prescripción por reconocimiento en el caso de usucapión de la existencia del derecho de propiedad del tercero o la citación judicial, así lo señala el doctor Eleodoro Romero citado por el doctor Jorge Avendaño Valdez en Derechos Reales, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Segunda Edición, año mil novecientos ochenta, página doscientos doce; Quinto: Que, aunque el Código Civil vigente haya omitido consignar una disposición similar a la contemplada en el artículo ochocientos setentiséis del Código Civil de mil novecientos treintiséis, resulta evidente que la prescripción adquisitiva también es susceptible de interrupción civil, mediante el ejercicio de una acción conducente a cuestionar la posesión que se ejerce sobre el predio; Sexto: Que, en ese sentido debe tomarse en cuenta que para que proceda la prescripción adquisitiva de dominio no basta la posesión continua, sino la indiferencia de aquel que se cree con mejor derecho al predio, de modo que si se altera esta situación porque el propietario se hace presente se interrumpe la posesión, esta deja de ser pacífica; Sétimo: Que, el artículo novecientos cincuenta del Código Civil exige que para que proceda la prescripción adquisitiva debe poseerse de forma continua, pacífica y pública por un tiempo determinado, en ausencia de cualquiera de estas condiciones no opera la usucapión; Octavo: Que, la interrupción de la prescripción por citación con la demanda conducente a recuperar la posesión del bien, sólo deja de surtir efectos en los casos y del artículo mil novecientos noventisiete del Código Civil actual y en los casos del artículo mil ciento sesenticuatro del Código Civil de mil novecientos treintiséis, que se refieren a la nulidad del emplazamiento, al desistimiento y al abandono; Noveno.- Que, en ese sentido no se encuentra dentro de los supuestos en los que queda sin efecto la interrupción de la prescripción adquisitiva el caso en que una demanda de desalojo interpuesta por quien alega propiedad hubiera sido declarada infundada, no sólo 101 porque esta posibilidad no ha sido expresamente prevista en la Ley, sino porque la acción de desalojo no es la vía en la que se define el derecho de propiedad sobre un bien; Décimo: La existencia de una sentencia de desalojo, no impide el ejercicio de una ulterior acción reivindicatoria en el que se discuta con mayor amplitud la existencia del derecho real alegado; Décimo Primero: Que en consecuencia, no se ha interpretado erróneamente las normas citadas en el recurso de casación; Décimo Segundo: Que, el argumento, relativo a la antigüedad de la posesión no puede ser objeto de revisión pues supone una nueva valoración probatoria respecto de la fecha en que esta se inició; SENTENCIA: Estando de las conclusiones precedentes con lo expuesto por el señor Fiscal y de conformidad con el numeral dos punto cuatro del inciso dos del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil: declararon INFUNDADO el recurso de casación (...) SS. PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A; ALVA; CARRIÓN 102 ANEXO N° 4 CAS. N° 261-2009 LIMA Lima, veintidós de setiembre de dos mil nueve.- LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número doscientos sesenta y uno - dos mil nueve, oído el informe oral en audiencia pública de la fecha; emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por los demandantes, Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y Norma Dora Pacheco de Malpartida, contra la sentencia de vista de fojas cuatrocientos once, su fecha veintitrés de octubre de dos mil ocho, que confirmando la apelada de fojas trescientos cincuenta y cinco, fechada el diecinueve de junio de dos mil siete, declara infundada la demanda; en los seguidos por don Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida con el Banco de la Nación sobre prescripción de dominio. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE DECLARÓ PROCEDENTE EL RECURSO: La Corte, mediante resolución del catorce de abril el año en curso, obrante en el cuadernillo formado en este Supremo Tribunal, ha estimado procedente el recurso por la causal de Interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil; expresando los recurrentes como fundamentos: que existe en la sentencia de vista interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil, pues la posesión pacífica que dicho dispositivo establece como requisito para acceder a la prescripción adquisitiva de dominio se interrumpe solo cuando existe un proceso judicial en el que se discute el derecho de propiedad sobre el bien materia de prescripción, tal como la Corte Suprema lo ha establecido en la Casación número mil novecientos noventa y dos - dos mil tres - Tacna; que en el presente caso, el proceso judicial de ejecución de garantía mencionado en la sentencia de vista no constituye emplazamiento judicial con una demanda en la que se discuta el derecho de propiedad; peor aún los actores no fueron emplazados en dicho proceso, habiéndose suspendido el lanzamiento ordenado en el mismo. 3. CONSIDERANDO: Primero.- Que, conforme ya lo ha señalado de manera reiterada y uniforme este Supremo Tribunal, la prescripción adquisitiva de dominio constituye una forma originaria de adquirir la propiedad de un bien, basada en la posesión del bien por un determinado periodo de tiempo cumpliendo con los requisitos exigidos por la ley, lo que implica la conversión de la posesión continua en propiedad. Segundo.- Que la posesión a la que se refiere el artículo 950 del Código Civil[1], en sus dos supuestos, dispone que la propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como propietario durante diez años; advirtiéndose que en comparación con su precedente legislativo, el artículo 871 del Código Civil de mil novecientos treinta y seis, se ha agregado, como requisito de la posesión que esta sea pacífica y pública; que la posesión sea continua significa que esta se ejerza de manera permanente, sin que exista interrupción natural o jurídica; el primer caso se presenta cuando el poseedor pierda la posesión o es privado de ella mediante actos perturbatorios o desposesorios del uso del bien, y el segundo caso se presenta cuando se interpela judicialmente al poseedor. Tercero.- Que, la pacificidad, como presupuesto para acreditar la presente acción, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con otras personas que se irrogan derecho de propiedad o posesión sobre el mismo bien; por consiguiente, se incumple el requisito de pacificidad cuando el poseedor que pretende la declaración de propiedad por usucapión del inmueble a sido demandado judicialmente a través de pretensión en la que se cuestione su posesión sobre el bien; empero, debe precisarse que no es cualquier pretensión la que interrumpe la posesión pacífica, sino toda aquella a través de la cual se busque recuperar la posesión del inmueble; de tal modo que procesos judiciales en las que no se pretenda dicha recuperación de posesión carecen del efecto interruptor de la 103 posesión. Cuarto.- Que en el presente caso, la Sala Revisora ha estimado que la pretensión de prescripción adquisitiva de dominio interpuesta por Juan Antonio Malpartida Lisson Hilarion y Norma Dora Pacheco de Malpartida contra el Banco de la Nación respecto del terreno sub júdice de trescientos seis punto sesenta y cinco metros cuadrados resulta infundada porque, entre otros, no cumple el requisito de pacificidad dado que existe un proceso sobre ejecución de garantía hipotecaria en el que el inmueble de mayor extensión dentro del cual se encuentra el área sublitis ha sido objeto de adjudicación precisamente a favor de la demandada Banco de la Nación estando en ejecución un mandato de lanzamiento. Quinto.- Que la sola existencia del referido proceso en ninguna forma puede interrumpir la posesión pacífica que los actores afirman ejercer sobre el inmueble submateria, toda vez que a través de un proceso de ejecución de garantía hipotecaria en modo alguno se pretende la recuperación de la posesión de un bien; y si bien es verdad este proceso puede concluir en el remate o adjudicación del bien gravado con la consiguiente entrega de la posesión del mismo al nuevo titular, ello no convierte a dicho proceso en uno de naturaleza posesoria; peor aún si el proceso de ejecución de garantía no ha sido seguido contra los demandantes. Sexto.- Que en tal virtud, se configura el error jurídico de interpretación errónea del artículo 950 del Código Civil; sin embargo, ello no es suficiente para casar la sentencia de vista, y actuar en sede de instancia como ordena el artículo 396, inciso 1 del Código Procesal Civil, en su texto original dada la temporalidad de la norma, debido a que el Superior Colegiado no ha estimado como único requisito insatisfecho la pacificidad en la posesión, sino también la inexistencia de justo título para peticionar a prescripción adquisitiva corta de cinco años contemplada en el segundo y último párrafo del referido artículo 950 del Código Civil; extremo que no ha sido objeto de cuestionamiento vía casación; por consiguiente, corresponde desestimar el recurso no sin antes precisar que la determinación de la no satisfacción del requisito de justo título para la obtención de la prescripción adquisitiva de dominio corta no significa que ello automáticamente descarte el derecho de la parte actora de peticionar la usucapión por el plazo de diez años regulado en el primer párrafo del artículo 950 del Código Civil, cuyo derecho corresponderá a los demandantes ejercer o no; empero, ello no puede ser materia de revisión por esta Sala de Casación, no solo porque no fue materia de casación sino también porque el petitorio de la demanda fue establecido sobre la precitada prescripción corta, no pudiendo el órgano jurisdiccional violar el principio de congruencia previsto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil. 4. SENTENCIA: a) Por las consideraciones que preceden, y estando a lo dispuesto por el artículo 397 del Código Procesal Civil: Declararon INFUNDADO el recurso de casación de fojas cuatrocientos veintiocho interpuesto por don Juan Antonio Hilarión Malpartida Lisson y doña Norma Dora Pacheco de Malpartida, en consecuencia NO CASAR la sentencia de vista de fojas cuatrocientos once, su fecha veintitrés de octubre de dos mil ocho. b) CONDENARON a la parte recurrente al pago de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal, así como de las costas y costos originados en la tramitación del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; interviniendo como Juez Ponente, el Señor Palomino García; y los devolvieron. SS. TÁVARA CÓRDOVA, PALOMINO GARCÍA, CASTAÑEDA SERRANO, SALAS VILLALOBOS, IDROGO DELGADO 104 ANEXOS N° 5 CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD CAS. N° 2292-2011-LA LIBERTAD. Prescripción adquisitiva de dominio. Lima, doce de julio del año dos mil once.- VISTOS; y, CONSIDERANDO: Primero.- Es materia de conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía, para cuyo efecto debe procederse a calificar los requisitos de admisibilidad y procedencia de dicho medio impugnatorio, conforme a la modificación establecida por la Ley número 29364. Segundo.- En cuanto a la observancia por parte del impugnante de los requisitos de admisibilidad del recurso de casación previstos en el artículo 387 del Código Procesal Civil, se aprecia lo siguiente: 1) Se interpone contra una sentencia emitida por una Sala Superior que ha puesto fin al proceso; 2) El recurrente ha optado por presentar el citado recurso ante la Sala Superior; 3) Se interpone dentro del plazo de diez días de notificada la sentencia impugnada; y, 4) Acompaña la tasa judicial correspondiente al medio impugnatorio. Tercero.- Respecto a los requisitos de procedencia del recurso de casación previstos en el artículo 388 del mencionado Código Procesal, se verifica lo siguiente: a) El recurrente no consintió la resolución adversa de primera instancia, por lo que cumple con el requisito previsto en el inciso 1 del artículo en referencia; b) Se invoca como causal la infracción normativa de los artículos 950[1], 2012 y 2013 del Código Civil; que según expone inciden directamente sobre la decisión impugnada. Cuarto.- El impugnante al fundamentar el recurso de casación respecto a la infracción normativa material, denuncia que se han inaplicado las normas denunciadas, pues no han tenido en consideración que la demandante conjuntamente con la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis - cuadra veintiuno, contenido en el expediente número dos mil ochocientos cuarenta y nueve - dos mil dos, seguido ante el Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, inició un proceso judicial sobre prescripción adquisitiva de dominio en contra del recurrente, cuya medida cautelar de anotación de demanda obra inscrita en la Partida número uno uno cero uno cuatro dos seis dos del Registro de Propiedad Inmueble, proceso que culminó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la precitada Asociación, declarando nulo lo actuado y por concluido el proceso, lo que demuestra la posesión no pacífica de la demandante respecto del inmueble submateria. Agrega, que la sentencia impugnada adolece de un estado de anormalidad, pues contiene infracciones normativas que son vicios o errores de razonamiento, de juicio o de contenido que inciden en la decisión impugnada y que es materia del citado recurso, afectando las disposiciones previstas en los incisos 3, 5 y 14 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Quinto.- Examinados los fundamentos de la causal que antecede, estos no resultan atendibles, pues se aprecia que en el fondo el recurrente pretende el reexamen de los hechos y de las pruebas debatidos en el desarrollo del proceso con el objeto de variar el sentido de la decisión; destacándose además que el impugnante no ha probado en autos que el derecho de posesión de la demandante sobre el terreno respecto al cual solicita sea declarada propietaria, haya sido interrumpido con el proceso sobre prescripción adquisitiva de dominio a que hace referencia y a que se contraen las instrumentales de folios ciento cincuenta y dos y ciento cincuenta y tres del expediente, de las cuales se advierte que dicho proceso fue instaurado por la Asociación de Vivienda Prolongación Santa cuadra dieciséis cuadra veintiuno contra el impugnante, el cual según expone concluyó vía excepción de falta de legitimidad para obrar de la referida Asociación, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso, lo que no enerva el requisito de pacificidad de la demandante en la posesión del bien inmueble cuya usucapión solicita, ya que no se evidencia que el impugnante haya manifestado en dicho proceso su posición de recuperar el bien inmueble; por tanto, el recurso de casación resulta inviable en atención a que su finalidad esencial radica en la adecuada aplicación e interpretación del derecho objetivo al 105 caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional emitida por la Corte Suprema de Justicia de la República. Por tales fundamentos y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 392 del Código Procesal Civil, declararon: IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Armando Alfredo Pinillos Mejía, mediante escrito obrante a folios trescientos setenta y dos, contra la sentencia de vista de folios trescientos cincuenta y cinco, de fecha quince de marzo del año dos mil once; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Victoria Marleny Soto Zavaleta contra Armando Alfredo Pinillos Mejía y otros, sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron. Ponente Señora Aranda Rodríguez, Jueza Suprema. SS. TICONA POSTIGO; ARANDA RODRÍGUEZ; PALOMINO GARCÍA; VALCÁRCEL SALDAÑA; MIRANDA MOLINA 106 ANEXOS N° 6 CASACIÓN N° 1992-2003 TACNA Lima, veintiséis de abril del dos mil cuatro: LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA; Vista la causa número mil novecientos noventidós - dos mil tres; en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas mil ochocientos treintiuno, por Yolanda Zegarra de Gómez mandataria de Juan Luis Gómez Zegarra, contra la resolución de vista de fojas mil setecientos sesentidós, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Tacna Moquegua, su fecha veintidós de abril del dos mil tres, que Confirma la sentencia de fojas mil seiscientos setentiuno, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos, y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara infundada la tacha formulada por el demandado Juan Luis Gómez Zegarra de fojas trescientos veintiuno y fundada la demanda de fojas noventinueve, interpuesta por Lidia Encarnación Cárdenas Valencia en contra de Juan Luis Gómez Zegarra sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio, con lo demás qué contiene; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, por resolución de fecha diecisiete de setiembre del dos mil tres, obrante a fojas veintiocho del cuadernillo formado en este Supremo Tribunal se ha declarado procedente el recurso, por la causal prevista en el inciso primero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentada en la aplicación indebida del artículo novecientos cincuenta del Código Civil vigente no solo por colisionar con el artículo ochocientos setentiuno del derogado Código Civil también aplicado, sino, porque la demandante incumplió con los requisitos de la posesión con ánimo de propietario y en forma pacifica ya que demostró ser ocupante precario al habérsele interpuesto a su patrocinado un juicio sobre pago de mejoras (expediente número ciento veintiocho - noventicuatro), en respuesta al proceso de desalojo por ocupante precario que éste último le iniciara (expediente cuatrocientos veintinueve - noventicuatro), con lo que demuestra que su posesión no era como propietaria, reconociendo por el contrario el derecho de su mandatario como titular del bien, que la actora inicia un proceso de Nulidad de Escritura Pública en contra del demandado en donde por ejecutoria suprema se declaró infundada dicha demanda y firme el título de propiedad del accionado, asimismo la demandante en la contestación a la demanda de desalojo reconoció derechos sucesorios y de propiedad en toda la cadena del tracto sucesivo desde mil novecientos doce hasta mil novecientos noventicuatro, es decir, hasta el título de propiedad a favor de su poderdante; que si bien el juicio de desalojo se declaró improcedente fue por que paralelamente la demandante había interpuesto la demanda de nulidad de suscripción y nulidad de Escritura Pública (expediente doscientos setentisiete - noventicinco), la que se encontraba en trámite con recurso de casación en ese entonces, que en tal sentido está demostrado que no existe posesión pacifica ya que la demandante litigó en varios procesos sin éxito como son el de desalojo por ocupante precario, además de la demanda fluye que la actora fue alojada de su sobrina quien tampoco era propietaria, con lo que queda acreditado que la demandante tiene la calidad de precaria; anota que el artículo novecientos cincuenta del Código Civil vigente no guarda relación con el material fáctico aportado ni menos con el artículo ochocientos setentiuno del derogado Código Civil, por lo que el citado numeral novecientos cincuenta del acotado Código no resulta aplicable, asimismo el artículo ochocientos setentiuno tampoco debe de aplicarse por colisionar con el articulo dos mil ciento veintidós y sí bien, el plazo prescriptorio de diez años ya había transcurrido contando a partir de la vigencia del nuevo Código Civil que data del catorce 107 de noviembre de mil novecientos noventicuatro, también lo es que el veintisiete de octubre del mil novecientos noventicuatro, ya su apoderado había instaurado la demanda de desalojo, con lo cual se interrumpió la posesión pacifica de la actora; CONSIDERANDO: Primero.- Que, la prescripción adquisitiva de dominio constituye una forma originaria de adquirir la propiedad de un bien, basada en la posesión del bien por un determinado lapso de tiempo cumpliendo con los requisitos exigidos por la Ley, lo que implica la conversión de la posesión continua en propiedad; Segundo.- Que, la posesión a la que se refiere el artículo novecientos cincuenta del Código Civil, en sus dos supuestos, dispone que la propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como propietario durante diez años; advirtiéndose que en comparación con su precedente legislativo, el artículo ochocientos setentiuno del Código Civil de mil novecientos treintiséis, se ha agregado, como requisito de la posesión que ésta sea pacífica y pública; que la posesión sea continua significa que esta se ejerza de manera permanente, sin que exista interrupción natural o jurídica; el primer caso se presenta cuando el poseedor pierda la posesión o es privado de ella mediante actos perturbatorios o desposesorios del uso del bien, y el segundo caso se presenta cuando se interpela judicialmente al poseedor; Tercero.- Que, la pacificidad, como presupuesto para acreditar la presente acción, significa que la posesión de quien pretende ser declarado propietario por prescripción debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás; siendo de considerar que dicho precepto legal se vulnera cuando aparece de autos que la posesión ha sido cuestionada a través de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra y en el cual se discuta respecto del bien sub litis; Cuarto.- Que, cabe indicar que en los presentes autos de Prescripción Adquisitiva los demandantes pretenden se les declare propietarios del bien sub-litis, alegando la posesión continua, pacífica y pública del predio desde el año mil novecientos treintitrés, esto es por más de sesenticuatro años; Quinto.- Que, asimismo debe tenerse en cuenta, que la posesión pacífica en que se amparan los demandantes se ha visto interrumpida por varios procesos judiciales entablados entre las partes actoras, como lo son sobre pago de mejoras (expediente número ciento veintiocho - noventicuatro), de desalojo por ocupante precario (expediente cuatrocientos veintinueve - noventicuatro), demanda de Nulidad de Suscripción y Nulidad de Escritura Pública (expediente doscientos setentisiete - noventicinco); Sexto.- Que, por ende se concluye que con la sola existencia de un proceso judicial donde se discuta los derechos de personas distintas de quien pretende adquirir el mismo bien por prescripción adquisitiva, se interrumpe la posesión pacífica que exige el artículo novecientos cincuenta acotado; Sétimo.- Que, por tales consideraciones, y en aplicación del artículo trescientos noventiséis inciso primero del Código Procesal Civil; declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas mil ochocientos treintiuno; en consecuencia NULA la resolución de vista de fojas mil setecientos sesentidós, su fecha veintidós de abril del dos mil tres; y Actuando en Sede de Instancia; REVOCARON la sentencia de Primera Instancia de fojas mil seiscientos setentiuno, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos y la que corrige de fojas mil seiscientos setentinueve, fechada el veintiocho de noviembre del dos mil dos, que declara fundada la demanda de fojas noventinueve con lo demás que contiene; Reformándola declararon: INFUNDADA dicha demanda; ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Lidia Cárdenas Valencia contra Juan Luis Gómez Zegarra sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron.- S.S. TICONA POSTIGO; LAZARTE HUACO; RODRIGUEZ ESQUECHE; EGUSQUIZA ROCA; QUINTANILLA CHACON. 108 ANEXOS N° 6 CASACIÓN N° 2562-2011 LIMA CASACIÓN N° 2562-2011 LIMA (Publicada: 30-11-2012) CAS. Nº 2562-2011 LIMA. PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE DOMINIO. Lima, dieciocho de mayo del año dos mil doce.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número dos mil quinientos sesenta y dos - dos mil once en audiencia pública de la fecha y producida la votación correspondiente, emite la presente sentencia: MATERIA DEL RECURSO.- Se trata del recurso de casación interpuesto por Raymundo Mullo Romero, a fojas doscientos ochenta y nueve del expediente principal, contra la sentencia de vista de fojas doscientos setenta y dos del citado expediente, su fecha doce de mayo del año dos mil once, expedida por la Cuarta Sala Civil de Lima, que confirma la sentencia apelada de fojas doscientos treinta y dos del mencionado expediente, su fecha dieciséis de noviembre del año dos mil diez, que declara infundada la demanda. FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- Esta Sala Suprema, mediante resolución de fojas diecinueve del presente cuadernillo, su fecha veintidós de julio del año dos mil once, ha estimado procedente el recurso de casación por la causal de infracción normativa de derecho procesal. El recurrente ha denunciado lo siguiente: A) infracción normativa del inciso quinto del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado, artículo ciento veintidós incisos tercero y cuarto, artículo cincuenta inciso sexto y ciento noventa y siete del Código Procesal Civil, alega que la impugnada adolece de una motivación aparente al realizar una enumeración de los medios probatorios ofrecidos por las partes, cuando su deber era valorarlos en forma conjunta conforme lo dispone el artículo ciento noventa y siete del Código Procesal Civil, lo que acarrea la vulneración de su derecho a la tutela judicial efectiva, al no haberse apreciado objetivamente que entre la Cooperativa de Vivienda y el recurrente no existe proceso judicial o extrajudicial, alguno ni conflicto y si en caso existiera éste de ningún modo enerva el status de propietario que le reconoce la Ley General de Cooperativas y los asociados, ya que es socio de la Cooperativa de Vivienda el Valle Limitada 507 y de la Asociación de Vivienda Urbanizadora Campoy (AVICAM), siendo prueba de ello la adjudicación del lote conforme lo dispone el artículo setenta y seis de la Ley General de Cooperativas. Señala que la motivación de la impugnada es defectuosa al no haberse explicado cuál de los procesos enumerados en el quinto considerando puso término a su posesión pacífica y si ésta no ha cesado, por lo que dicha sentencia deja de ser expresa, clara y lógica. B) El apartamiento del precedente judicial, alega que no se ha tenido en cuenta lo establecido por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de Lima en sesión casatoria de fecha veintitrés de octubre del año dos mil ocho donde se establece como doctrina jurisprudencial vinculante, en lo que respecta a la posesión pacífica, que se dará cuando el poder de hecho sobre la cosa, aún obtenida violentamente, pasa a haber posesión pacífica una vez que cesa la violencia que instauró el nuevo estado de cosas; señala que en el quinto considerando se realiza una enumeración de procesos judiciales en donde ni el recurrente ni su cónyuge han sido emplazados, por lo que desde que se encuentran en posesión en el año mil novecientos setenta y dos han dejado de ostentar este derecho real. CONSIDERANDO: PRIMERO.- Previamente a la absolución del recurso de casación sub examine, es necesario hacer un breve recuento de lo acontecido 109 en el proceso. En tal sentido, se advierte que a fojas cincuenta y nueve, Raymundo Mullo Romero interpone demanda solicitando que se le declare propietario por prescripción adquisitiva del bien inmueble ubicado en el lote de terreno número treinta y cinco y treinta y seis de la Manzana “A”, cuarta etapa, de la Cooperativa de Vivienda El Valle, del distrito de San Juan de Lurigancho, Lima. Como fundamentos de su demanda sostiene que su posesión data desde el veintiséis de diciembre del año mil novecientos setenta y dos, otorgada por la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507, por adjudicación efectuada en su condición de socio de la misma; alega que ha edificado su vivienda. SEGUNDO.Tramitada la demanda según su naturaleza, el juez de la causa, mediante sentencia de fojas doscientos treinta y dos del expediente principal, su fecha dieciséis de noviembre del año dos mil diez, declara infundada la demanda. Como fundamentos de su decisión expone que de autos se evidencia que sobre el lote sub litis han existido varios procesos seguidos en diversos momentos en reclamo de derechos que ostentarían terceros, todo lo cual demuestra que la posesión ejercida por el accionante no es pacífica, situación que de algún modo es aceptada por el accionante al señalar en su escrito de demanda que recurrieron a la Asociación de Vivienda Urbanizadora Campoy (AVICAM), conformada por socios de la Cooperativa demandada, con el propósito de defender sus derechos al correr el riesgo de perder sus lotes de terreno, lo que no ha evitado; además, que la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507 instaure un proceso de obligación de dar suma de dinero al accionante para el pago del valor comercial actualizado del predio que ocupe, el cual se sigue ante el Quinto Juzgado de Paz Letrado de San Juan de Lurigancho, según se tiene a fojas setenta y tres. TERCERO.- Interpuesto el recurso de apelación, la Sala Revisora, mediante sentencia de fojas doscientos setenta y dos del expediente principal, su fecha doce de mayo del año dos mil once, la confirma. Como sustento de su decisión manifiesta que de la revisión de autos se puede advertir que existen diversos procesos judiciales respecto a la propiedad del inmueble en donde se encuentran los lotes de terreno que el actor pretende prescribir, los cuales son los siguientes: proceso seguido por la Asociación de Vivienda Urbanizadora Campo y AVICAM con Cooperativa de Vivienda El Valle, sobre Prescripción Adquisitiva, conforme a la copia de cédula de notificación de parte, del Décimo Octavo Juzgado Civil el expediente número 1997-8316-0-0100, de fojas noventa y cinco; proceso seguido por la Cooperativa de Vivienda El Valle con Alejandro Herrera Valdez y otro, sobre Otorgamiento de Escritura Pública, según copia del Primer Juzgado Civil de fojas ciento siete; proceso seguido por Evangelista Bonifacio de Ciriaco con Cooperativa de Vivienda El Valle, sobre prescripción adquisitiva, conforme a la copia del expediente número 2001-0197-01803 de fojas ciento trece del citado expediente; proceso seguido por Teodomiro Ochoa León y otra, con Alejandro Herrera Valdez, sobre prescripción adquisitiva, conforme a la copia de la cédula de notificación de parte de la Cuarta Sala Civil en el expediente número 120-08 de fojas ciento diecinueve. Que, en ese sentido se concluye que el actor no posee pacíficamente el bien, porque con anterioridad a la presente demanda de prescripción adquisitiva, existen procesos judiciales donde terceros reclaman su derecho al inmueble donde se ubican los lotes de terreno materia de litis. CUARTO.- La motivación de las resoluciones judiciales es una garantía de la función jurisdiccional y, en nuestro ordenamiento jurídico está regulada por los artículos ciento treinta y nueve, inciso quinto, de la Constitución Política del Estado, ciento veintidós, inciso tercero del Código Procesal Civil, y el artículo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Una motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las normas constitucionales y legales señaladas, así como con arreglo a los hechos y 110 petitorios formulados por las partes; por consiguiente, una motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o in facttum, donde se establecen los hechos probados y no probados mediante la valoración conjunta y razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de oficio, subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la norma, como la motivación de derecho o in jure, donde se selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de la misma. Por otro lado, dicha motivación debe ser ordenada, fluida, y lógica; es decir, debe observar los principios de la lógica y evitar los errores in cogitando, esto es, la contradicción o falta de logicidad entre los considerandos de la resolución. QUINTO.- En atención a la denuncia contenida en el apartado A), antes consignada cabe manifestar lo siguiente: del examen de la sentencia impugnada se advierte que en su considerando quinto el Ad quem ha citado, como sustento de su fallo, cuatro expedientes judiciales que tendrían relación con el inmueble materia de controversia en el presente proceso; sin embargo, no ha precisado en qué modo habría afectado la posesión pacífica alegada por el demandante, teniendo en cuenta que de la indicación hecha por el propio Ad quem sobre las partes contendientes en dichos procesos, no se aprecia que se hubieran incoado contra el demandante, ahora recurrente. El Ad quem tampoco ha precisado si en los cuatro procesos citados el bien inmueble controvertido es el mismo de los presentes autos, siendo ello indispensable a fin de determinar si tales procesos tiene incidencia en esta causa. SEXTO.- En tal sentido, se aprecia que la sentencia impugnada no satisface la exigencia de motivación antes señalada, por lo cual se concluye que se ha verificado la denuncia sub examine, lo cual acarrea la nulidad de la recurrida, debiendo el Ad quem renovar el acto viciado, es decir, emitir nueva sentencia, de conformidad con lo establecido por el artículo trescientos noventa y seis, tercer párrafo e inciso primero del Código Procesal Civil y teniendo a la vista los citados expedientes o copias certificada de los mismos. Finalmente cabe precisar que estando a la naturaleza de la presente decisión carece de objeto pronunciarse sobre la denuncia consignada en el apartado B), lo cual no es óbice para que el Ad quem al emitir nueva sentencia tome en cuenta, en lo pertinente, y si fuese aplicable o contra, el precedente jurisprudencial de carácter vinculante contenido en la Casación número 2229-08, de fecha veintitrés de octubre del año dos mil ocho. Por las consideraciones expuestas declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Raymundo Mullo Romero; por consiguiente, CASARON la sentencia de vista, en consecuencia NULA la resolución impugnada de fojas doscientos setenta y dos del expediente principal, su fecha doce de mayo del año dos mil once, expedida por la Cuarta Sala Civil de Lima, que confirma la sentencia apelada de fojas doscientos treinta y dos del citado expediente, su fecha dieciséis de noviembre del año dos mil diez, que declaró infundada la demanda; ORDENARON a la Sala Superior de su procedencia que emita nueva sentencia, con arreglo a derecho y a lo establecido en los considerandos precedentes; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Raymundo Mullo Romero contra la Cooperativa de Vivienda El Valle Limitada 507, sobre Prescripción Adquisitiva de Dominio; y los devolvieron, Ponente Señor Miranda Molina, Juez Supremo.- S.S. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER, VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA 111