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LA DESAMORTIZACIÓN DEL MENDIZÁBAL
Atendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la deuda pública consolidada, y de
entregar al interés individual la masa de bienes raíces, que han venido a ser propiedad de la
nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las ventajas que no podrían
conseguirse por entero en su actual estado, o que se demorarían con notable detrimento de la
riqueza nacional, otro tanto tiempo como se tardara en proceder a su venta: teniendo
presente la ley de 16 de enero último y conformándome con lo propuesto por el Consejo de
Ministros, en nombre de mi excelsa hija la reina doña Isabel he venido en decretar lo
siguiente:
Art. 1.- Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase,
que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas, y los
demás que hayan sido adjudicados a la nación por cualquier titulo o motivo, y también todos
los que en adelante lo fuesen desde el acto de su adjudicación.
Art. 2.- Se exceptúan de esta medida general los edificios que el gobierno destine para el
servicio público, o para conservar monumentos de las artes, o para honrar la memoria de
hazañas nacionales. El mismo gobierno publicará la lista de los edificios que con este objeto
deben quedar excluidos de la venta pública.
Art. 3.- Se formará un reglamento sobre el modo de proceder a la venta de estos bienes,
manteniendo en cuanto fuese conveniente y adaptable a las circunstancias actuales el que
decretaron las cortes en 3 de septiembre de 1.820, y añadiendo las reglas oportunas para la
ejecución de las medidas siguientes.
Art. 4º. Que todos los medios rústicos susceptibles de división, sin menoscabo de su valor, o
sin graves dificultades para su propia venta, se distribuyan en el mayor número de partes o
suertes que se pudiere.
Art. 5º. Que estas suertes se pongan en venta con total separación, como si cada una hubiese
compuesto una propiedad aislada.
En el Pardo a 19 de febrero de 1836. D. Juan Álvarez Mendizábal. Gazeta de Madrid, 21 de febrero de
1836.
1.- Clasificación del texto
- Tipo de texto: es parte del preámbulo y cinco artículos del Real Decreto de desamortización de los bienes del
clero regular. Es un texto de carácter jurídico y contenido económico-social y fuente primaria de gran
importancia.
- El autor es Juan Álvarez Mendizábal, político y economista gaditano, de ideología liberal-progresista.
Participó activamente en el Trienio Liberal por lo que fue condenado a muerte por Fernando VII y tuvo que
exiliarse en Inglaterra donde realizó una brillante carrera financiera. En 1834 volvió a España y en 1835, la
Regente Mª Cristina acudió a él para resolver los problemas que ponían en peligro su victoria frente a los
carlistas. En 1835 fue ministro de Hacienda del gobierno del conde de Toreno y después sustituyó a este como
jefe de gobierno. En este momento inició reformas de las que destaca la Ley de desamortización eclesiástica.
En 1836 fue cesado lo que dio lugar al pronunciamiento de los sargentos de La Granja en agosto de 1836 que
obligó a la Regente a entregar el poder a los progresistas siendo de nuevo nombrado ministro de Hacienda.
- El texto, aprobado por las Cortes, estará firmado por la regente Mª Cristina de Borbón, cuarta esposa de
Fernando VII.
- Su destino es el público en general.
- La circunstancia en las que se enmarca el texto es la revolución liberal burguesa que pretende desmantelar
las estructuras del Antiguo Régimen y crear un estado liberal y una economía capitalista. Las Cortes de Cádiz
y el Trienio Liberal fracasaron en su intento pero durante la regencia de Mª Cristina se consiguió llevar a cabo.
La desamortización es un elemento esencial para el desarrollo capitalista ya que su objetivo es la puesta en el
mercado de tierras mal explotadas para que sean compradas por propietarios emprendedores.
2.- Análisis del texto
 La idea principal que aparece en el texto del Decreto de 19 de febrero de 1836 es la desamortización de
los bienes inmuebles o raíces (tierras cultivadas, solares, edificios, etc.), rentas y otros derechos
La construcción del Estado liberal

pertenecientes a las Órdenes religiosas suprimidas en un decreto anterior. La desamortización eclesiástica
consistió en la expropiación por parte del Estado de dichos bienes y la venta a particulares en pública subasta.
Quedan excluidos de la venta algunos edificios que el Estado se reserva para fines públicos o por su valor
artístico o histórico.
Las ideas secundarias son los objetivos de tipo económico que se pretenden alcanzar con ello:
- Reducir la deuda pública que había ido creciendo desde el reinado de Carlos IV a causa de los gastos
de la Guerra de la Independencia, de la pérdida de las colonias y de la nefasta política económica de
Fernando VII, que seguía creciendo en ese momento debido a la guerra carlista.
- Movilizar un tipo de propiedad amortizada poco o nada productiva para convertirla en propiedad
privada para así aumentar la productividad y crear más riqueza. Esta reforma agraria –cambio de
sistema de propiedad que debía permitir un aumento de la productividad en el campo- era necesaria
para el desarrollo del comercio y de la industria.
En los artículos 1º y 3º se explica que un reglamento posterior establecerá la forma de venta de los lotes a
particulares aunque dice que las tierras (bienes rústicos) deben ser lotes de un tamaño reducido pero suficiente
para ser rentable y vendible. Los lotes no pueden acumularse para que puedan acceder a la propiedad de la tierra el
mayor número de propietarios. Los compradores pueden pagar en metálico o con títulos de deuda público.
3.- Comentario
La desamortización fue un proceso fundamental en la España del S. XIX que condicionó la actividad
económica y la estructura social.
La necesidad de llevar a cabo la desamortización o desvinculación de tierras de la nobleza, el clero y los
municipios para sacarlos al mercado libre ya fue planteada por los ilustrados en el reinado de Carlos III en sus
informes sobre la Reforma Agraria como una solución para hacer frente al atraso de la agricultura; pero esta tarea
la llevarían a cabo muchos años después los gobiernos liberales-progresistas.
En el Antiguo Régimen la agricultura era la fuente de riqueza principal pero estaba atrasada y era de baja
productividad. El atraso técnico se debía sobre todo a una estructura de la propiedad que impedía invertir a los
campesinos: las mejores tierras estaba en manos de la nobleza y la Iglesia siendo trabajadas por campesinos
colonos que además del pago de una renta estaban sometidos a otras obligaciones; los pequeños propietarios –
abundantes en el norte- también estaban sometidos a numerosas obligaciones con los señores (señorío
jurisdiccional). Además, la mayoría de las tierras estaban amortizadas tanto los bienes eclesiásticos (manos
muertas) o los de la nobleza (el mayorazgo establecía que debían pasar íntegras al hijo mayor) como las tierras
municipales –los bienes de propios, que se arrendaban a particulares y los comunes, que usaban los vecinos de
forma gratuita-. Por ello, la desamortización era una tarea urgente.
La desamortización no fue un proceso continuo. Se había iniciado con Godoy (1ª desamortización) y José I.
Los liberales de las Cortes de Cádiz (1812) y del Trienio Liberal (1820-1823) habían elaborado decretos que no se
aplicaron al volver a instaurar Fernando VII el Antiguo Régimen.
Las desamortizaciones más importantes fueron la desamortización eclesiástica de Mendizábal, en 1836,
(Regencia de Mª Cristina) y la desamortización civil de Madoz, en 1855 (Bienio Progresista del reinado efectivo
de Isabel II).
La desamortización eclesiástica de Mendizábal, a la que se refiere el texto, suprimió los conventos (clero
regular) excepto los dedicados a la beneficencia y la educación y puso en venta sus bienes. Además, de los
objetivos económicos que aparecen expresados en el texto –ya mencionados- tenía otros de tipo político y social
que Mendizábal no declaró porque presentó su proyecto como una medida fiscal para reducir la deuda y sufragar la
guerra carlista ya que tenía que ser aprobado por unas Cortes muy conservadoras de mayoría oligárquica y por la
Regente.
Otros objetivos de la desamortización eran:
- Crear una burguesía o clase media de pequeños y medios propietarios de tierras que fomentaran la riqueza
nacional y fueran una base de apoyo al liberalismo; y evitar el desarrollo del latifundismo.
- Castigar a la Iglesia por su apoyo al carlismo.
Pero los resultados no fueron los deseados debido a:
o La urgencia por solucionar los problemas financieros del Estado hizo que la desamortización tuviera
sobretodo finalidad recaudatoria: las propiedades eran subastadas y adjudicadas al mejor postor.
o Las comisiones municipales fueron las encargadas de hacer los lotes y, al estar controladas por la
oligarquía o los campesinos más ricos, hicieron grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios.
La construcción del Estado liberal
o Su principal artífice, Mendizábal, no intervino en la gestión al ser pronto desplazado del poder.
Los beneficios obtenidos sirvieron para afrontar el problema de la Deuda Pública, financiar la guerra carlista y
poco más.
Las consecuencias de de la desamortización fueron:
o Un cambio de propiedad (el 40% de la tierra cambió de manos) pero los compradores fueron aristócratas
o sectores de la burguesía urbana -comerciantes o industriales- que veían la tierra como un signo de
prestigio y estabilidad económica. De esta forma no se creó una clase media rural sino que se consolidó el
latifundismo. La nueva burguesía agraria se comportó como la aristocracia a la que quería imitar que
vivía de las rentas y no convirtieron sus nuevas propiedades en modernas explotaciones capitalistas con
algunas excepciones.
o Un aumento de la producción agraria - los nuevos dueños querían sacar provecho de lo adquirido y
aumentaron la superficie cultivada- pero no una mejora de la productividad ya que no se introducen
mejoras técnicas.
Proclama de los sublevados en Cádiz en septiembre de 1868
" Españoles: La ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia (...) niega su obediencia al gobierno que
reside en Madrid, segura de que es leal intérprete de los ciudadanos (...) y resuelta a no deponer las armas hasta
que la Nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla. (...) Hollada la ley fundamental (...),
corrompido el sufragio por la amenaza y el soborno, (...) muerto el Municipio; pasto la Administración y la
Hacienda de la inmoralidad; tiranizada la enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España de hoy. Españoles,
¿quién la aborrece tanto que no se atreva a exclamar: "Así ha de ser siempre"? (...) Queremos que una legalidad
común por todos creada tenga implícito y constante el respeto de todos. (...) Queremos que un Gobierno
provisional que represente todas las fuerzas vivas del país asegure el orden, en tanto que el sufragio universal
echa los cimientos de nuestra regeneración social y política. Contamos para realizar nuestro inquebrantable
propósito con el concurso de todos los liberales, unánimes y compactos ante el común peligro; con el apoyo de las
clases acomodadas, que no querrán que el fruto de sus sudores siga enriqueciendo la interminable serie de
agiotistas y favoritos; con los amantes del orden, si quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases de la
moralidad y del derecho; con los ardientes partidarios de las libertades individuales, cuyas aspiraciones
pondremos bajo el amparo de la ley; con el apoyo de los ministros del altar, interesados antes que nadie en cegar
en su origen las fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la aprobación, en fin, de la Europa
entera, pues no es posible que en el consejo de las naciones se haya decretado ni decrete que España ha de vivir
envilecida. (...) Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión de sangre (...), no con
el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia de la ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que
la justicia empuña su espada. !Viva España con honra!
Cádiz, 19 de septiembre de 1868.- Duque de la Torre, Juan Prim, Domingo Dulce, Francisco Serrano,
Ramón Nouvillas, Rafael Primo de Rivera, Antonio Caballero de Rodas, Juan Topete".
1.- Clasificación del texto
Se trata de una fuente primaria. Es un texto histórico-circunstancial de contenido político, ya que se trata de una
proclama: la que sigue al pronunciamiento militar iniciado por el almirante Topete en Cádiz en colaboración con
los generales Prim y Serrano. Este golpe da inicio a la Revolución de 1868, conocida como La Gloriosa, que dará
fin al reinado de Isabel II en España. Su lema será ¡Viva España con honra¡.
Es un texto público, destinado a la difusión general para dar a conocer los motivos e intenciones del
pronunciamiento. El lugar y la fecha nos vienen indicados en el texto: Cádiz, 19 de septiembre de 1868, así como
los autores del mismo (el colectivo de generales pronunciados).
El inspirador y figura más destacada del movimiento revolucionario es el general progresista Juan Prim de
brillante trayectoria militar, que tras varios pronunciamientos fracasados, promoverá el Pacto de Ostende (verano
de 1866) en el que se aliaron los progresistas con unionistas y demócratas para derribar a Isabel II. En septiembre
de 1868, Prim consigue llegar a Cádiz, desde Londres pasando por Gibraltar, donde se une al almirante Juan
Topete, quién inicia el golpe al que se unieron el resto de los generales firmantes (que habían sido desterrados en
La construcción del Estado liberal
Canarias por el gobierno de González Bravo). El más importante es el general Serrano, duque de la Torre,
presidente de los unionistas. Dirigió las tropas sublevadas en su avance hacia Madrid y en la batalla del puente de
Alcolea (Córdoba) derrotó a las tropas del ejército isabelino, que se unieron a las sublevadas. Este hecho, unido a
la formación de Juntas por toda Andalucía y en Madrid, obliga a Isabel II, de veraneo en San Sebastián, a pasar a
Francia el 30 de septiembre, si bien no renunció a la Corona.
2.- Análisis del texto
o
La idea fundamental: derrocar a la reina Isabel II. Aparece expresada en el primer párrafo cuando los
sublevados niegan su obediencia al gobierno, en nombre de la Nación a la que afirman representar para que
recobre su soberanía.
o
Ideas secundarias: Explican las razones que les han llevado a pronunciarse en el segundo párrafo: se quejan
de la violación de la Constitución de 1845 ("hollada la ley fundamental"), de la desnaturalización del sufragio
("por la amenaza y el soborno"), de la falta de autonomía de los municipios, de la corrupción administrativa,
de la falta de libertad de prensa ("muda la prensa"), de la tiranía en la enseñanza....y muy especialmente de la
inmoralidad de la Corte y de la vida privada de la reina (favoritos).
A continuación expresan los objetivos que buscan alcanzar: establecer un Gobierno Provisional democrático
con sufragio universal y libertades reales. Aquí vemos el ideario demócrata. Se sienten representantes de todos
los ciudadanos españoles que esperan los respalden en la lucha. Insisten en que buscan orden y legalidad, para
no asustar con el peligro de una revolución. Terminan solicitando que acudan todos a las armas por el lema "
Viva España con honra" .
3.- Comentario
Se trata de un pronunciamiento o golpe militar, característico de la España del S. XIX, dirigido por
militares unionistas y progresistas que se proclaman portavoces de la voluntad popular. Su objetivo es el
derrocamiento del régimen de Isabel II. El pronunciamiento militar fue acompañado de una sublevación popular
con formación de Juntas, algo también habitual en el S. XIX. Es la única forma de acceso al poder que tienen
algunos partidos ya que favorece a los moderados (sufragio muy restringido, manipulación electoral, apoyo de la
Corona).
Las causas que llevan a la revolución del 68 son variadas:
o Crisis económica. Los años sesenta europeos son críticos (1866, crisis generalizada) y en España se añade
la secular tradición agraria que frenaba el cambio. Una serie de malas cosechas obligaron a reducir las
exportaciones y originaron la carestía de los alimentos y la hambruna. A esta crisis de subsistencia se unió
la crisis en la industria textil, por la falta de algodón originada por la Guerra de Secesión de Estados
Unidos; y en los ferrocarriles, que derivó en quiebras de sociedades y la crisis en el sector financiero, que
repercutiría en una mala situación de la Hacienda Pública, que como solución parcial, incrementaría la
presión fiscal. Todo ello acabó generando un profundo malestar general, que lleva a una crisis social en
todos los estamentos.
o Crisis política. El régimen isabelino practicaba la exclusión política y la represión. Los partidos políticos
de la oposición (progresistas y demócratas firman el año 1866, firman el Pacto de Ostende para derribar
al régimen.
o A estas causas se unieron otras como la desaparición de las principales figuras de los políticos moderados
y unionistas, O'Donnell y Narváez, que habían apoyado a la reina; la crisis moral y ética de los dirigentes
políticos isabelinos y el surgimiento de nuevos fundamentos ideológicos de los intelectuales. En este
sentido, sería esencial el krausismo como doctrina idealista, que asumieron los denominados demócratas
de cátedra, como Sanz del Río, Salmerón o Castelar.
La revolución del 68 dio lugar al periodo denominado Sexenio Democrático o Revolucionario en el que se
produce el primer intento fracasado de crear en España un estado democrático
La construcción del Estado liberal
Proyecto constitucional de 1873
“La nación española reunida en Cortes Constituyentes, deseando asegurar la libertad,
cumplir la justicia y realizar el fin humano a que está llamada en la civilización, decreta y
sanciona el siguiente Código fundamental: [...]
Toda persona encuentra asegurados en la República, sin que ningún poder tenga facultades
para cohibirlos, ni ley ninguna autoridad para mermarlos, todos los derechos naturales. [...]
Art. 1: Componen la Nación española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón,
Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba,
Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto–Rico, Valencia, Regiones Vascongadas.
Los estados podrán conservar las actuales provincias y modificarlas según sus necesidades
territoriales. [...]
Art. 39: La forma de gobierno de la Nación española es la República Federal.
Art. 40: En la organización política de la Nación española, todo lo individual es de la pura
competencia del individuo, todo lo municipal es del municipio, todo lo regional es del Estado
y todo lo nacional es de la Federación.
Art. 41: Todos los poderes son electivos, amovibles y responsables.
Art. 42: La soberanía reside en todos los ciudadanos, y se ejerce en representación suya por
los organismos políticos de la República, constituida por medio del sufragio universal. [...]
Art. 45: El poder de la Federación se divide en Poder legislativo, Poder ejecutivo, Poder
judicial y Poder de relación entre estos Poderes. [...]
Art. 49: El Poder de relación será ejercido por el Presidente de la República. [...]”
(Palacio de las Cortes, 17 de julio de 1873)
1.- Identificación
Tipo de texto: este fragmento corresponde al proyecto constitucional de 1873, es, por tanto, un texto jurídico –o
legislativo–, considerándose una fuente primaria ya que la información es directa y coetánea a los hechos.
El autor es colectivo –las Cortes de la I República–, aunque su principal redactor fue el político Emilio Castelar.
El destinatario es colectivo al ser un texto público dirigido a la nación española.
Circunstancias en las que fue escrito: entre las acciones políticas de la I República destaca la realización de una
nueva Constitución que se adaptara al nuevo sistema político. En las Cortes de junio de 1873 obtienen mayoría los
republicanos federales, siendo Pi i Margall, principal defensor del federalismo, el presidente del nuevo gobierno
sustituyendo a Estanislao Figueras. Sin embargo, los republicanos federales carecen de representatividad ya que en
las elecciones hubo un abstencionismo del 60%.
2.Contenido del texto
En el preámbulo se afirma que el objetivo del Estado es defender los derechos de los ciudadanos lo que
expresa un contenido democrático del texto constitucional.
Se establece como forma de Estado una república federal dividida en diversos Estados que corresponden con las
regiones tradicionales peninsulares e insulares, excepto en la caso de Andalucía que queda dividida en dos por
criterios geográficos, a los que se suman Cuba y Puerto Rico, quedando establecida así su integración en la Nación
y perdiendo, por tanto, el carácter colonial.
El tipo de soberanía es la soberanía popular y el sufragio universal y masculino; y se establece una clara
separación de los tres poderes clásicos y aparece un cuarto poder, el de relación entre los anteriores, asignado del
Presidente de la República. Este cuarto poder es una novedad en el constitucionalismo español y está determinado
por el carácter federal del nuevo estado que se quiere crear.
3. Comentario
La I República nació con pocos apoyos sociales y políticos. Los representantes en las Cortes que
elaboraron este proyecto constitucional carecen de representatividad porque en las elecciones a Cortes
Constituyentes de 1873 no votó el más del 60% del electorado. El proyecto no llegó a aprobarse por el estallido de
los movimientos cantonalistas, la conflictividad social, la extensión de la guerra carlista y el problema cubano, que
desestabilizaron el régimen y que dieron paso, a finales de julio de 1873, a un nuevo gobierno, el de Nicolás
Salmerón, de tendencia conservadora que impuso el orden con ayuda del ejército.
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