Congreso Iberoamericano de las Lenguas en la Educación y en la Cultura / IV Congreso Leer.es Salamanca, España, 5 al 7 de septiembre de 2012 Las adaptaciones cinematográficas de Miguel Delibes (1920-2010) y el valor de su Banda Sonora Musical Virginia Sánchez Rodríguez Sección: El cine como medio narrativo 1 Universidad de Salamanca. [email protected] 1 Resumen Esta comunicación pretende mostrar que, más allá de la enseñanza de los elementos gráficos, la alfabetización inicial se apoya en la elaboración de textos y significados insertados en situaciones de comunicación social complejas, que no sólo son posibles en las aulas de los más pequeños sino que son necesarias para dar verdadero cuerpo de naturaleza al aprendizaje de la lectura y la escritura. Por un lado, la implementación del currículo de educación infantil supone concebir el aula como un espacio privilegiado para potenciar la autonomía personal, en el que se confíe en las capacidades del niño y donde las actividades estén cargadas de intencionalidad educativa. Así pues, el aula ha de ser ante todo un sistema complejo, dinámico y adaptativo y estimulante, capaz de facilitar y sugerir múltiples posibilidades de acción en el que el lenguaje sea pieza clave. Sobre el lenguaje, oral y escrito, se va construyendo el pensamiento y la capacidad de codificar y decodificar la realidad y la propia experiencia, así como la capacidad de aprender. Para acceder y apropiarse de esa realidad que envuelve al niño hay que manejar situaciones sociales y textos complejos y realizar operaciones mentales de alto nivel, que van más allá de las tareas simples de acceso al código desprovistas de significatividad y de intencionalidad comunicativa. Por ello, partimos de la base de que las actividades de alfabetización inicial no se circunscriben a “los métodos”, por lo que proponemos el modelo de elaboración de secuencias didácticas. Estas posibilitan que los alumnos establezcan una relación consciente y voluntaria con un texto; que se formen una representación de la actividad de escritura como la elaboración progresiva de un producto de trabajo colaborativo. Suponen un trabajo simultáneo de adquisición de información para expresar o interpretar el texto escrito y de aprendizaje del género que trasmite dicha información. Palabras clave: aprendizaje complejo, alfabetización inicial, secuencias didácticas. 1 Miguel Delibes (1920-2010) ha sido uno de los escritores españoles que en mayores ocasiones ha vivido la transformación de sus novelas en productos fílmicos. La mortaja, Los santos inocentes o La sombra del ciprés es alargada han sido únicamente algunos de los títulos que han traspasado el papel y se han sumergido en el apasionante mundo del cine. A este respecto, en el presente artículo proponemos una aproximación a aquellas novelas de Miguel Delibes que, desde los años sesenta y hasta la década de 1990, han efectuado el salto a la gran pantalla, profundizando en la primera de esas adaptaciones literarias: El camino (Ana Mariscal, 1963). A través de este film estableceremos una relación entre la novela y la película a través de un análisis comparativo que tenga en cuenta, además de la literatura, otros elementos audiovisuales que conforman la disciplina cinematográfica, como es el caso de la Banda Sonora Musical. En El camino la música adquiere, en determinadas secuencias, una función semántica esencial: determinados matices, que aparecen ilustrados mediante palabras en la novela, son recreados a través de la música en la película de Mariscal. De ahí que la Banda Sonora, compuesta por Gerardo Gombau, así como las funciones de la música dentro del film, sea uno de los núcleos del presente estudio. 1. La cinematografía de Miguel Delibes. Miguel Delibes ha sido uno de los escritores con mayor fortuna en cuanto a la adaptación cinematográfica de sus novelas y es, sin ninguna duda, uno de los máximos exponentes de la literatura de la posguerra española. Nacido en Valladolid, ha alcanzado la inmortalidad a través de sus escritos, caracterizados por la conciencia social, reflejo de la situación de España tras la guerra civil. Su obra literaria es tan amplia y diversa como el convulso siglo XX en que se desarrolló; no obstante, más allá de sus ensayos, sus artículos y sus libros de caza y viajes, reflejo de sus experiencias e inquietudes, Delibes es especialmente recordado por sus novelas. Estas últimas coinciden con otros testimonios que forman parte del realismo social de los años cincuenta, como las obras de Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio o Camilo José Cela. Lo cierto es que las novelas de Delibes mantienen viva la inocencia y, en cierto modo, la esperanza, a pesar de su perspectiva aparentemente pesimista y existencial. Uno de los éxitos de sus novelas, imposibles de mencionar en su totalidad en tan escaso espacio, es la temática cotidiana, pues nada extraordinario acontece sino que sus obras están basadas en escenas costumbristas y pasajeras que no provocan sino una reflexión sobre el sentido de la vida individual y colectiva. Desde aquellas más tempranas, como La sombra del ciprés es alargada (1947), galardonada con el Premio Nadal, o Aún es de día (1949), hasta las novelas más recientes, como Los santos inocentes (1981), Señora de rojo sobre fondo gris (1991) o El hereje (1998), el estilo Delibes se mantiene perenne en busca de despertar la conciencia de la sociedad española del siglo XX. En cualquier caso, su obra ha trascendido, por su calidad y su aura, a las salas de teatro y a las aulas de instituciones educativas, pero también al ámbito cinematográfico. 2 El camino (1963), fue la primera adaptación para cine de una obra de Delibes, en este caso sobre la novela homónima de 1950. Tras este film, se han sucedido una decena de películas, a pesar de que tuvo que pasar más de una década para volver a tener en taquilla una novela del escritor. En los años setenta contamos con diversos títulos, siendo el primero de ellos La mortaja (1974), película dirigida por José Antonio Páramo basada en la novela del mismo título de 1970. Otro film es Retrato de Familia (1976), película dirigida por Antonio Giménez Rico, inspirada en la novela titulada Mi idolatrado hijo Sisí (1953). Un año después fue estrenada La guerra de papá (1977), dirigida por Antonio Mercero, que es, por su parte, una película basada en El príncipe destronado (1973). En la década de 1980 asistimos a la adaptación de la novela Cinco horas con Mario (1966), que inspiró el guión de la película Función de noche (1981), de Josefina Molina, por no hablar de las numerosas representaciones teatrales de la mencionada obra. Pero Los Santos inocentes (1984), llevada al cine por Mario Camus, es, probablemente, una de las más célebres y recordadas adaptaciones por la calidad de la novela y la maestría de todas y cada una de las personas implicadas en el proyecto. Finalizando la década de los años ochenta contamos con El disputado voto del señor Cayo (1986), dirigida por Antonio Giménez Rico y basada en el título homónimo (1978). En una fecha más contemporánea, ya entrados los años noventa, Antonio Mercero abordó la dirección de otra película basada en el legado de Delibes, en este caso concreto el título fue El tesoro (1990), basada en la novela homónima de 1985 y cuyo guión fue una adaptación de José Luis Garci, Horacio Valcárcel y el propio Mercero. El mismo año se estrenó La sombra del ciprés es alargada (1990), película realizada a partir de la primera novela de Delibes (1947), dirigida por Luis Alcoriza, quien también realizó la adaptación del guión. Por otro lado, Antonio Giménez Rico, un enamorado de la obra de Miguel Delibes 2 , dirige en esta ocasión Las ratas (1998), film basado en la novela de mismo título (1962). La última película hasta el momento basada en una novela de Miguel Delibes es Una pareja perfecta (1998), dirigida por Francesc Betriu, inspirada en Diario de un jubilado (1996), una de sus obras más contemporáneas. Debemos señalar que todos los films mencionados cuentan con un elenco de actores, guionistas y productores de primera línea, pues todas estas adaptaciones cinematográficas contaron con la participación de personalidades de todos los ámbitos de la cultura y el saber. Ahora bien, una mención tan superficial no permite profundizar en la obra de Delibes y su trascendencia en la gran pantalla. Por esa razón a continuación nos centraremos en una de sus primeras novelas, escrita en pleno franquismo, El camino, y profundizaremos en la relación existente entre novela y película, especialmente a través del análisis de su Banda Sonora Musical. 2. El camino: de la novela (1950) a la película (1963). Muchos pensaron que el cine llegaría a sustituir a la literatura, e incluso al teatro, cuando la séptima arte logró alzarse con popularidad. Nada más lejos de la realidad, a pesar de que los medios audiovisuales significaron una nueva estética. En torno al objeto de nuestro estudio, El camino fue el primer título de Delibes para ser recreado en la gran 2 Como demuestran sus adaptaciones de los setenta Retrato de familia y El disputado voto del señor Cayo en la década de los ochenta. 3 pantalla, sin olvidar que también existe una adaptación para serie de televisión 3 de 1978 de la misma novela. El camino (Figura 1) narra la historia de Daniel el Mochuelo, un niño de 11 años que, por decisión de sus padres, acudirá a la ciudad a estudiar poder “progresar” en el futuro. La novela está ambientada en el día previo a su partida en que Daniel recuerda el verano, mostrando la vida cotidiana de la población, la relación con sus amigos Roque el Moñigo, Germán el Tiñoso o Uca y sus sentimientos ante el devenir de los acontecimientos previos a su marcha, pues el Mochuelo no tendrá otra alternativa que continuar el camino dispuesto para él: la marcha a la ciudad para intentar conseguir una vida menos dura que la que a sus padres les tocó vivir. Figura 1: Fotograma de El camino. Los hechos se producen en una población española, castellana, sin nombre ni referencias geográficas concretas; al fin y al cabo el pueblo de Daniel es uno de los muchos en España en que el éxodo rural imperaba durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, frente a la vida en la ciudad que ofrecía, a priori, mayores posibilidades socioeconómicas. La novela fue el punto de partida de la evolución de Delibes hacia una dimensión más psicológica, tomando como tema principal el contraste entre la vida en el pueblo y el progreso en la ciudad a través del éxodo del mundo rural y de la miseria de la posguerra española. Asimismo, también podemos destacar otros temas secundarios como el amor, una aproximación al mundo infantil, la amistad, la muerte o la moral, todo ello de acuerdo con la vida estandarizada y postulada desde el gobierno central. Sobre el film, El camino es una película dirigida en 1963 por Ana Mariscal (19231995). La muestra presenta una estructura clásica y sencilla, inspirada por la disposición de la propia novela y alejada del carácter críptico que va a ser característico de los 3 Josefina Molina dirigió la serie El camino, que consta de 5 episodios y fue emitida en Televisión Española en abril de 1978. 4 nuevos cines. El hilo conductor es el camino a seguir: a veces el camino es impuesto, como en el caso de Daniel el Mochuelo; en otras, el camino lo marcan el amor (la boda de don Moisés y Sara) o la muerte (el destino trágico de Germán el Tiñoso). En cualquier caso, todos los acontecimientos narrados tienen a Daniel como nexo: a pesar de que no se le presenta como protagonista absoluto, el Mochuelo se convertirá en el punto de enlace entre los habitantes del pueblo y sus propias historias. Se observa un predominio de planos largos, que otorgan distancia entre la historia narrada y el espectador, concediendo mayor realismo y objetividad. Además, los movimientos de la cámara son escasos, lo cual confiere un resultado poético y un ritmo unitario al film, en el que imperan las escenas rodadas al aire libre que muestran la belleza del medio rural. Pero El camino no será únicamente una película que recoja una sucesión de escenas costumbristas sino donde se realiza una crítica al significado del progreso en la España de los años sesenta a través de la incomprensión por parte de los niños de tener que dejar su hogar y su entorno para lograr una vida mejor. Observamos al respecto similitudes con la estética realista, en concreto se observan factores coincidentes con el Neorrealismo Italiano en ese afán de plasmar la realidad de una sociedad que no es todo lo brillante que quiere aparentar. Sin embargo, Ana Mariscal no propone en el film una narrativa especialmente incisiva en su denuncia social sino que deja que los acontecimientos fluyan con naturalidad. Por otra parte, los personajes y el entorno obedecen a una realidad enraizada en el devenir cotidiano de una sociedad que, paulatinamente, va abandonando el medio rural en busca de nuevas oportunidades en la ciudad. De esta forma, aborda con sutileza el tema genérico del abandono de los núcleos rurales a favor del progreso. Esa es la razón de que el pueblo en el que vive Daniel carezca de nombre, pues es una de las muchas poblaciones que sufre esa situación, como hemos apuntado. Por último, hemos de señalar que Ana Mariscal deja de lado los matices subjetivistas y psicológicos y opta, en este caso, por un enfoque encaminado a la presentación distante y objetiva de los hechos, caracterizada por su frescura y delicadeza. 2.1. Convergencias y divergencias entre la novela y el film. El hecho de no tratarse de una historia original nos plantea establecer una relación entre la novela y la película, aunque debemos mencionar de antemano que el film es, en general, bastante fiel a la novela, pues no se incluyen modificaciones de las historias narradas y se recogen los sucesos más representativos del argumento. Se ha optado por englobar en la película los acontecimientos con mayor relevancia semántica para la comprensión global de la obra, pero también se recogen algunos de los hechos más anecdóticos y divertidos, que permiten que la película oscile entre la tristeza y la sonrisa. De este modo, el film no se limita a ofrecer una visión pesimista y empobrecida de la sociedad española de los años cincuenta y sesenta en el ámbito rural sino que se mantiene la clave de naturalidad que había sido plasmada en la novela. Pero, simultáneamente, existen algunas divergencias respecto de la narración de los hechos. La novela comienza realizando un flashback: Daniel recuerda, la noche anterior a su partida, algunos de los sucesos y acontecimientos ocurridos meses atrás. 5 Por el contrario, en la película los hechos se narran de forma cronológica, comenzando varios días previos a su partida y concluyendo con la noche anterior a su marcha a la ciudad. Es posible que esa diferencia en la cronología se deba a la dificultad narrativa que supone el flashback en el caso del cine y al interés por parte de Ana Mariscal de contar una historia que fuera comprendida por todo el mundo. Otra punto de discordancia entre novela y película aparece en relación con los roles de género. En concreto, Mariscal concede mayor importancia a los roles femeninos en la película, un enfoque que no aparece en la obra de Delibes. Es posible que esta circunstancia esté relacionada con su ideología y su compromiso social. Así, en el film se incide en la representación de dos tipos de mujer. Por un lado, la mujer rural, supeditada a la voluntad de los hombres, cuya labor en la vida es cumplir con las convenciones sociales. Son numerosos los ejemplos que representan este prototipo de mujer, ya sea el caso de la madre de Daniel el Mochuelo, que no quiere que su hijo se marche a la ciudad pero que carece de poder de decisión, ya sea Sara, la hermana de Roque el Moñigo, que representa la necesidad de una mujer de contraer matrimonio como ideal en la vida. Por otro lado, también contamos con un ejemplo de mujer moderna, representada por la Mica, una mujer joven, posiblemente con estudios, hija de un indiano. Su personaje representa la modernidad a través de su indumentaria y, especialmente, a través de la música, con un ritmo latino y una instrumentación que la convierten en leitmotiv de la idea de contemporaneidad. Por tanto, a pesar de las divergencias comentadas, más centradas en aspectos sociales, podemos concluir señalando que la película refleja de forma fiel los hechos y las emociones narrados por Miguel Delibes en la novela. No obstante, existen en el film otros elementos que contribuyen a la recreación del espíritu de las palabras de Delibes, aspectos que van más allá de la narración textual. Es el caso de la Banda Sonora Musical, compuesta por Gerardo Gombau, pues, a pesar de que durante décadas la música fue considerada un aspecto secundario, lo cierto es que desde los orígenes del cine esta disciplina sonora formó parte del universo fílmico. 3. El valor de la Banda Sonora Musical en la película El camino (1963). En este proyecto cinematográfico participaron personalidades del mundo de la interpretación y producción, pero también del ámbito musical, como es el caso de Gerardo Gombau (1906-1971). Nacido en Salamanca, fue un hombre polifacético que abarcó todos los ámbitos de la música, como la pedagogía, la interpretación, la dirección orquestal y, especialmente, la composición 4 . Además, Gombau fue una persona muy vinculada al mundo audiovisual y conservó sus partituras de música incidental junto con el resto de su legado 5 , una circunstancia extraordinaria puesto que un gran número de composiciones para el cine ha desaparecido a lo largo de la historia. Por otra parte, el nombre del compositor aparece plasmado en los títulos de crédito (Figura 2), denotando 4 Su obra consta de 247 composiciones, sin contar su Catálogo de escritos, conferencias y escritos para ser radiados. GARCIA MANZANO, J. E. (2004). Gerardo Gombau: un músico salmantino para la historia. Salamanca: Diputación de Salamanca. 5 Su legado está custodiado en la actualidad en la Biblioteca Nacional de España, también la partitura de este film. 6 el protagonismo de Gombau en el panorama cultural español de la época y, posiblemente, otorgando un argumento de autoridad desde el ámbito de la disciplina musical. Figura 2: Fotograma de El camino. Referencia al compositor en los títulos de crédito. Concretamente la música compuesta para El camino es una partitura para guitarra y orquesta, inserta de acuerdo con las imágenes de forma sincrónica y a través de treinta y ocho bloques musicales, presentando una duración de 31 minutos de los 95 minutos totales del film. La música está presente desde el comienzo de la película, acompañando los títulos de crédito de la cabecera, y se incluye hasta el final, comenzando y concluyendo con el mismo tema musical, el Tema Musical 1. Desde el punto de vista estilístico la composición de Gombau no presenta unidad sino que es variada: en un corto espacio de tiempo hay diversidad de estilos que permiten adaptar la música a los distintos sentimientos que tienen lugar durante la narración, incluyendo incluso algunos temas atonales asociados a momentos de tensión. Lo cierto es que, debido al estilo mayoritario, podemos vincular la música de El camino al Nacionalismo. Precisamente esta pervivencia del Nacionalismo en la música para El camino puede resultar acertada puesto que se ajusta perfectamente al espíritu de la película y su contextualización en una localidad de la Castilla rural de los años cincuenta del siglo XX. Pero, simultáneamente, la pervivencia de este estilo se debe, además, a una reutilización de las composiciones previas de Gombau. La estética de esta música estaría más vinculada a la primera etapa compositiva del músico (1906-1939), donde predominan obras para piano basadas en el folklore y la música tradicional de Salamanca, su ciudad natal. A este respecto debemos señalar la coincidencia del Tema Musical 1 del film con la melodía de su obra para piano Escena y danza charra (1933), una circunstancia que tendría que ver con el apego del compositor a sus propios temas, pero también a las reminiscencias de la música popular en esta composición, el folklore castellano, de acuerdo con la contextualización geográfica del film. 7 Pero, probablemente, el mayor protagonismo de la música, atendiendo a su relación con la literatura, tenga que ver con el significado más que con cuestiones formales, pues la música adquiere una función semántica en algunas secuencias de la película: determinados matices que aparecen en la novela homónima en la que se basó la película no aparecen reflejados con palabras sino a través de la Banda Sonora Musical. Eso se observa, en concreto, en la secuencia en que Roque explica a Daniel y a Germán cómo nacen los niños. Al comprender el dolor que debió de haber sentido su madre durante el parto, Daniel muestra unos sentidos sentimientos que Miguel Delibes narra del siguiente modo: Sin él saberlo, notaba, por primera vez, dentro de sí, la emoción de la consanguinidad. Entre ellos había un vínculo, algo que hacía, ahora, de su madre una causa imprescindible, necesaria. La maternidad era más hermosa así; no se debía al azar, ni al capricho un poco absurdo de una cigüeña. Pensó Daniel, el Mochuelo, que de cuanto sabía de “eso”, era esto lo que más le agradaba; el saberse consecuencia de un gran dolor y la coincidencia de que ese dolor no lo hubiera esquivado su madre porque deseaba tenerle precisamente a él. Desde entonces, miró a su madre de otra manera, desde un ángulo más humano y simple, pero más sincero y estremecido también. Era una sensación extraña la que le embargaba en su presencia; algo así como si sus pulsos palpitasen al unísono, uniformemente; una impresión de paralelismo y mutua necesidad 6 . Ahora bien, estos sentimientos no aparecen representados en la película de una forma narrativa sino que es la música quien los representa, acompañando algunos primeros planos (Figura 3). En concreto, se emplea el Tema Musical 2, con un aire más melancólico y lírico que el Tema Musical 1, para hacer alusión a las emociones narradas por Delibes. Por tanto, la música reproduce en la película unos sentimientos, unos matices, que han sido reflejados en la novela a través de palabras pero que serían imposibles de reproducir de forma textual en el film sin detener la acción. Por tanto, además de los aspectos comentados hasta el momento, podemos afirmar que la Banda Sonora Musical en esta adaptación cinematográfica de Miguel Delibes contribuye a recrear aspectos narrativos y semánticos sin la necesidad de incluir palabras. 6 DELIBES, M. (2008). El camino. Barcelona: Destino, p. 62. 8 Figura 3: Fotograma de El camino. Daniel el mochuelo, en la secuencia que explica “el parir”. 4. Conclusión. Tras lo comentado hasta el momento únicamente debemos incidir en el valor del cine para recrear obras maestras de la literatura española. En este caso concreto hemos abordado la novela El camino, de Miguel Delibes, a través de un breve análisis comparativo con la película y analizando el protagonismo de su Banda Sonora Musical por su capacidad para contextualizar una historia pero, especialmente, por su valor semántico. Al fin y al cabo el análisis de las diferentes disciplinas que conforman el universo cinematográfico, incluida la literatura o la música, permite que ofrezcamos reconocimiento a los medios audiovisuales como una de las formas de ocio y cultura más características de la sociedad contemporánea y uno de los medios de conservación y difusión de la literatura. BIBLIOGRAFIA ARNHEIM, R. (1986). El cine como arte. Barcelona: Paidós. DELIBES, M. (2008). El camino. Barcelona: Destino. FRAILE, T., VIÑUELA, E. (eds.) (2012). La música en el lenguaje audiovisual: aproximaciones multidisciplinares a una comunicación mediática. Sevilla: Arcibel Editores. GARCÍA MANZANO, J. E. (2004). Gerardo Gombau: un músico salmantino para la historia. Salamanca: Diputación de Salamanca. GARCÍA MANZANO, J. E. (2002). Gerardo Gombau: época y obra. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, Colección Vitor 91. NOTARIO RUIZ, A., SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, V. (2010). “Identidades nacionales en la obra musical de Gerardo Gombau”. Etno-Folk: revista de etnomusicoloxía, nº16/17, 95110. Baiona: Dos Acordes. 9 OLARTE MARTÍNEZ, M. (ed.) (2005). La música en los medios audiovisuales. Salamanca: Plaza Universitaria Ediciones. OLARTE MARTÍNEZ, M. (ed.) (2009). Reflexiones en torno a la música y la imagen desde la musicología española. Salamanca: Plaza Universitaria Ediciones. SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, V. (2010). “Gerardo Gombau, un compositor «de cine»”. Jóvenes Investigadores 2010. Cuadernos de I.N.I.C.E., nº98, 271-275. Salamanca: I.N.I.C.E. 10