1 VEJEZ Etapa de la vida reservada a pocos afortunados que

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VEJEZ
Etapa de la vida reservada a pocos afortunados que fueron capaces de vencer a la
muerte, los agentes agresivos y las enfermedades; demostración de fortaleza con relación a
otros más jóvenes quienes fallecieron y quedaron en el camino.
TERCERA EDAD
Clasificación muy relativa de una etapa que debe atravesar el ser humano; está
relacionada de manera general con la época en la cual la persona se retira o jubila de su
trabajo. Constituye más una clasificación laboral que intelectual o física.
Los términos con que se identifica al grupo de tercera edad son abrumadoramente
positivos. La asociación más frecuente es vejez=experiencia; saber, conocimiento y
reconocimiento son otros valores que se asocian a ella. Es una valoración de la tercera edad
como reservorio de experiencia. En nuestras sociedades envejecidas esta última etapa de la
vida ha de durar prácticamente la misma cantidad de años que cada una de las anteriores, por
lo que las generaciones más jóvenes tienen la posibilidad de hacer uso de la experiencia de
vida acumulada.
La edad cronológica genera una división de la población en: viejos-jóvenes (60/74 años)
y viejos-viejos (más de 75 años.) Sin embargo, la edad cronológica no sirve para caracterizar a
los “AM” y “viejos-viejos” sino que es más real ligar estos términos al estado de salud física y
mental y al nivel de compromiso familiar y comunitario. Una persona de 80 años puede ser una
adulto-mayor y una de 60 un viejo-viejo.
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ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
La esperanza de vida ha aumentado en forma pronunciada en este siglo, y se prevé que
seguirá creciendo prácticamente en todas las poblaciones del mundo. La gran mayoría de las
personas de edad gozan de buena salud, tiene vidas muy activas y plenas, y pueden recurrir a
reservas intelectuales, emocionales y sociales que a menudo no están al alcance de las
personas más jóvenes.
Para vivir en un mundo que envejece se debe:
•
reconocer a las personas de edad como un recurso valioso;
•
permitirles tener una participación activa en el proceso de desarrollo;
•
brindarles una atención y promoción de salud adecuadas;
•
fomentar la solidaridad intergeneracional.
Las personas de edad constituyen un grupo muy diversificado. Envejecen en formas
singulares, que dependen de numerosos factores, incluidos su género, sus antecedentes
étnicos y culturales, y el hecho de vivir en países industrializados o en desarrollo, en medios
urbanos o rurales. El clima, la ubicación geográfica, el tamaño de la familia, las aptitudes para la
vida y la experiencia son todos factores que hacen que las personas se asemejen cada vez
menos conforme van envejeciendo.
La salud y la actividad a una avanzada edad son en gran medida una síntesis del acervo
de experiencias, riesgos y acciones acumulado por una persona a lo largo de toda su vida. Otro
factor determinante es la pobreza, que se vincula con una longevidad menor y una salud
precaria en la vejez. La gran mayoría de las personas siguen estando en condiciones de salud
adecuadas teniendo capacidad para cuidarse en las etapas posteriores de la vida. El grupo que
se vuelve tan discapacitado como para
requerir atención y asistencia diarias para las
actividades cotidianas constituye una minoría dentro del grupo de las personas de edad,
tratándose por lo general de los muy ancianos. Las personas de edad en su gran mayoría
siguen estando en buenas condiciones físicas hasta bien entradas en la vejez. Además de
poder realizar las tareas de la vida diaria, siguen desempeñando un papel activo en la vida
comunitaria. El mantenimiento del máximo de capacidad funcional es tan importante para las
personas de edad como el verse libres de enfermedades.
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La mujer y el hombre envejecen de distinta manera. Ante todo, la mujer es más longeva
que el hombre, y parte de su ventaja en cuanto a esperanza de vida es de índole biológica.
Como resultado de ello las personas de edad con más años son mujeres.
El tema de la
supervivencia femenina no es nuevo. La sobrevida de las mujeres aumenta de manera
importante en el grupo de los viejos viejos.
Si bien en la vejez se dan algunos cambios físicos (menor resistencia física, salud más
precaria, disminución de la audición, de la vista, etc.) y mentales (disminución de la memoria,
mayor lentitud en la respuesta, etc.) éstos en sí no son tan importantes, ya que la inteligencia
no se pierde con la edad y la pérdida de memoria no es inevitable ni irreversible y la capacidad
de aprendizaje no disminuye, lo que cambia es la velocidad de asimilación. Si las personas
mayores realizan no muchas tareas, sino aquellas que le resulten interesantes y atractivas, se
sentirán más autosuficientes, más útiles a sí mismas y a los demás, lo cual finalmente
redundará en un mayor grado de bienestar psicofísico y una mejor Calidad de Vida.
En los últimos años se ha detectado la tendencia en los países desarrollados de ir
dejando de lado el suministro de atención en instituciones, a favor del cuidado que les permita a
las personas de edad permanecer en el seno de la comunidad, en su propio hogar, el mayor
tiempo posible.
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ADULTOS MAYORES Y CALIDAD DE VIDA
La Calidad de Vida (CV) resulta de una combinación de factores objetivos y subjetivos
donde el aspecto objetivo depende del individuo y de las circunstancias externas que
interactúan en él. El aspecto subjetivo viene dado por la mayor satisfacción del individuo, el
grado de realización de sus aspiraciones personales y por la percepción que él o la población
tenga de sus condiciones globales de vida.
La CV es la percepción del individuo de su posición de vida en el contexto de cultura y
sistema de valores en los cuales vive en relación con sus objetivos, expectativas, patrones y
preocupaciones.
El concepto de CV parte de la necesidad de proteger al hombre, y para lograrlo se trata
de establecer cuales son las mejores condiciones para su vida.
El Adulto Mayor (AM) pasa gran parte del día en su hogar. Allí realiza tareas que tiene
que ver con sus obligaciones y tareas diarias, como así también con el tiempo libre y el ocio.
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USO DEL TIEMPO LIBRE Y ACTIVIDADES DE OCIO
La ocupación de la jornada cotidiana de trabajo de los AM: este grupo de edad procura
asegurar la convivencia con otras personas dentro de la comunidad y, por añadidura, la
satisfacción con la propia situación y desarrollo personal. La convivencia y la comunicación con
los demás son un auténtico pulso vital, una suerte de oxigenación social vital para la
supervivencia mental, personal y afectiva. El ocio está constituido por aquellas actividades
personales y discrecionales en las que la expresividad se impone a la instrumentalidad.
Existen relativamente pocas actividades de ocio cuyo ejercicio, siempre que se
mantuviera con anterioridad, disminuya con el aumento de la edad. Al contrario, son muchas las
actividades de ocio que siguen manteniéndose e incluso se intensifican con la edad. Los AM
tienden a mantener su estilo de vida y, consecuentemente, también sus costumbres rutinarias
en relación con la ocupación cotidiana de la jornada diaria.
Es preciso no olvidar la esfera, más directa y cercana, de los contactos familiares y las
relaciones sociales en general. Los AM aprovechan gran parte de su tiempo libre para entablar
relación con otras personas. Eso es lo que ocurre en los pasatiempos de todo tipo o a través de
la pertenencia a clubes o asociaciones. Algo que mejora la salud física, fortalece la capacidad
para adaptarse a situaciones difíciles y ayuda a reducir el estrés en los mayores.
A pesar de la supremacía que ejerce la vivienda como lugar de ocio, no podemos
infravalorar la importancia que adoptan otros lugares en los que la persona de edad pasa parte
del tiempo libre: los clubes o las asociaciones, por ejemplo.
La mayoría de las actividades de ocio están vinculadas a contactos sociales o
constituyen directamente el centro de dichos acercamientos. Lo que sí se observa es una
mayor inclinación hacia las relaciones dentro del encuadre familiar, lo cual no se debe
solamente al transcurrir de los años, sino que más bien, es la consecuencia del cambio de
posicionamiento social y contextual: algunas amistades mueren, la actividad profesional ya no
constituye una fuente de contactos. Así, con el paso del tiempo se produce un proceso de
desvinculación-vinculación afectiva selectiva, según el cual la reducción de la actividad social
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en determinados sectores, como el profesional, se compensa con un aumento de la actividad
en otros sectores como el familiar.
Instrumentalmente pueden definirse cuatro tipos de tiempos, según la utilización del
mismo. El tiempo contratado, que es aquel dedicado a las tareas remuneradas, el tiempo
obligado, que es el que transcurre en tareas ineludibles que hacen a nuestra subsistencia, el
tiempo ocupado, que es el utilizado para realizar actividades regulares, voluntarias, que no
hacen a la subsistencia y el tiempo liberado, que es el no planificado, el imprevisto, que se
puede obtener o no, dependiendo de los otros tiempos.
Se observa un cambio en la forma de percibir el trabajo y el ocio en nuestras vidas. Una
nueva ética del ocio pone el énfasis en él mismo como interés central en la vida, reemplazando
la anterior centralidad del trabajo. El ocio es la institución social más importante a través de la
cual logramos identidad y autoexpresión, no el trabajo. El ocio tiene una importancia
fundamental en la forma en que estructuramos otros ámbitos de nuestra vida (familia y trabajo,
por ejemplo.) El ocio es percibido como un fin en sí mismo más que como subordinado al
trabajo.
El ocio, el tiempo libre y/o la educación son maneras de SOCIALIZACIÓN y
PARTICIPACIÓN que de ningún modo excluyen la aparición de nuevas obligaciones.
El comportamiento de un individuo depende de la percepción que tiene de la situación
más que su realidad objetiva. El uso del tiempo libre en la vida cotidiana del adulto mayor debe
estar medianamente planificado. Un día no planificado puede llevar a hacer solamente lo
estrictamente necesario, o a no hacer nada, el día se alarga, y viene el aburrimiento, se vuelve
insatisfecha y puede llegar a incrementarla de manera progresiva, con lo cual podría crecer el
retraimiento social. De tal manera, se apunta a rescatar el sentimiento de utilidad y participación
para que dispongan la sensación de pertenencia a algo y faciliten la integración y el intercambio
generacional. Resulta conveniente que los AM se vinculen con otras personas, no sólo de la
misma edad sino que también establezcan relaciones intergeneracionales, evitando de ese
modo que el colectivo “jubilados" se convierta en una contracultura con relación a la sociedad
global, propiciando de ese modo las prácticas discriminatorias. Es importante que los AM no
sean considerados por el resto de la sociedad como un exogrupo al que nunca van a llegar a
pertenecer.
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La vida cotidiana de los AM tiene como principal actividad la realización de las tareas del
hogar, en especial entre los habitantes de pequeñas ciudades, las mujeres, los viejos-viejos y
entre las personas de menos recursos. Una gran mayoría de los AM pasa la mayor parte del día
con alguien de su familia. En las ciudades pequeñas es más frecuente la convivencia en
familias de dos o tres generaciones y en las grandes ciudades un porcentaje mayor de los
viejos vive solo.
Transcurrir el día en soledad es una experiencia que encontramos con mayor frecuencia
en las mujeres, quienes en este punto casi duplican a los hombres. Mayoritariamente los
hombres comparten su día con alguien de la familia. Muchos AM y muchos jóvenes realizan
conjuntamente sus actividades de ocio en el marco de las relaciones familiares.
El equipamiento de la vivienda suele ser poco adecuado para el desarrollo del tiempo
libre, conduciendo a una falta de estímulo precisamente en el lugar donde se pasa la mayor
parte del tiempo disponible. Las actividades de ocio son realizadas en el hogar o en lugares
próximos a este.
Las actividades sociales y de esparcimiento recreativo son las más realizadas por este
grupo de personas. Le sigue en importancia el miniturismo y el turismo y las actividades
culturales.
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EL ROL DE LOS ADULTOS MAYORES
Entre las actividades que se realizan en familia, las tareas más habituales son el cuidado
de los nietos y la realización de tareas para el hogar, ambas más frecuentes en las pequeñas
ciudades, entre las mujeres y en los segmentos de menor edad, donde incluso la forma de
colaboración más importante es el cuidado de los nietos.
Los jubilados manifiestan haberse dedicado a su hogar y a su familia. No resulta
sorprendente esta tendencia, dado el papel fundamental que conserva la familia como la
principal fuente de ayuda frente a toda clase de problemas, incluso apoyo para salir a flote en
momentos de tristeza.
En nuestro mundo actual, de gran tensión económica, hay dos roles emergentes del
abuelo. El primero es que el abuelo vuelve, en las sociedades industrializadas, a asumir el rol
de agente sustituto de socialización, como en sociedades más tradicionales o primitivas. Este
rol está resurgiendo. Segundo, los abuelos son agentes secundarios de apoyo económico en
los casos en que se produce la ruptura o el desenlace negativo de la pareja del hijo o hija. El
cuidado de los nietos disminuye progresivamente a medida que aumenta la edad.
Estudios sistemáticos de las etapas del rol del nieto, señalan que entre los cuatro y cinco
años de edad el nieto quiere un abuelo indulgente, que le dé regalos, que lo proteja. De los
cinco a diez años, el nieto quiere un abuelo que sea más bien compañero de juegos y que le
ayude en sus tareas, en sus deberes. De diez para arriba comienza le distanciamiento gradual
o simplemente el soslayar al abuelo.
El abuelo, con su enorme carga afectiva y su autoridad reconocida, sirve para amortiguar
choques, suavizar conflictos, actuar como intermediario en las disputas, derramar serenidad y
sabiduría en las inevitables asperezas de las relaciones familiares.
Las personas de edad son tanto receptoras como proveedoras de atención. Además de
cuidar a sus nietos y a sus hijos, muchas atienden también a otros miembros de su familia,
especialmente a sus cónyuges y, a veces, incluso a sus padres. Las personas de edad les
proporcionan a sus nietos albergue, alimentos y educación, y les transmiten valores culturales,
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permitiéndoles a las madres ingresar en la fuerza laboral. Las personas de edad hacen un
sinnúmero de aportes a sus familias, sociedades y economías.
Los AM no deberían renunciar a la posibilidad de aportar sus experiencias en los debates
y discusiones sobre el desarrollo de la vida social. Se trata del derecho a la palabra y, más
concretamente, a la palabra sabia y reflexiva de los que han tenido la suerte de vivir y
experimentar las cosas de la vida en mayor dimensión que los más jóvenes.
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MECEDORA VIRUELA
Para mejorar la Calidad de vida de los Adultos Mayores se centro la atención en generar
una propuesta que colabore con el mejoramiento de la CONVIVENCIA dentro del seno de la
familia. Vinculando esto con otro aspecto, que tiene que ver con la RECREACIÓN.
Dado que los AM tienen una mayor inclinación hacia las relaciones dentro del ámbito
familiar, como consecuencia del cambio en el posicionamiento social y contextual, se pensó en
fomentar la solidaridad intergeneracional. Resulta conveniente que los AM se vinculen con otras
personas,
no
sólo
de
la
misma
edad
sino
que
también
establezcan
relaciones
intergeneracionales.
Como una gran mayoría de los AM pasa la mayor parte del día con alguien de la familia,
siendo una de las tareas más habituales el cuidado de los nietos, se planteó como una
alternativa interesante el trabajo a partir del fortalecimiento de este vínculo, relacionándolo con
las actividades de ocio.
El ocio, el tiempo libre y la educación son maneras de socialización y participación. La
convivencia y la comunicación con los demás son un auténtico pulso vital, una suerte de
oxigenación social vital para la supervivencia mental, personal y afectiva. Esto mejora la salud
física, fortalece la capacidad para adaptarse a situaciones difíciles y ayuda a reducir el estrés
de los mayores. Además, una mayor satisfacción del individuo y el grado de realización de sus
aspiraciones personales ayudan a mejorar la CV de los Adultos Mayores.
Si las personas mayores realizan aquellas tareas que les resultan interesantes y
atractivas, se sentirán más autosuficientes, más útiles a sí mismas y a los demás, lo que se
verá reflejado en una mayor grado de bienestar psicofísico.
Las personas de edad son tanto receptoras como proveedoras de atención. Les
proporcionan a sus nietos albergue, alimentos y educación, y les transmiten valores culturales.
El abuelo vuelve a sumir un rol de agente sustituto de socialización.
Se busca valorizar ese reservorio de experiencia que son los AM, para que las
generaciones más jóvenes tengan la posibilidad de hacer uso de esa experiencia de vida
acumulada. Y es con sus nietos donde se busca fortalecer el vínculo, a través de la
participación conjunta en un juego en el que los dos tengan su rol. En particular en esa edad en
que los nietos quieren que el abuelo sea más bien un compañero de juego y que le ayude en
sus tareas y deberes. Se busca rescatar el sentimiento de utilidad y participación para que
experimenten el sentimiento de pertenencia a algo y faciliten la integración y el intercambio
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generacional, con un papel activo en la vida familiar. Recurriendo a reservas intelectuales,
emocionales y sociales que a menudo no están al alcance de las personas más jóvenes.
El concepto del que parte el desarrollo de la MECEDORA VIRUELA es el de generar un
“juego” en el que “abuelo” y “nieto”, o más ampliamente, adulto y niño, pudieran participar de
manera conjunta, dejando de lado la situación de espectador que reservan para el adulto la
gran mayoría de los “juegos de plaza” característicos.
Un juego en el que el AM también se divierta, con sus tiempos y sus sensaciones, y que
el niño también encuentre aquellas cosas que hacen atractivos a los juegos “normales”, y que
tienen que ver con el vértigo, la velocidad, el movimiento.
Se uso la imagen evocativa de la mecedora, como aquel sitio donde los abuelos se
sientan a “pasar el tiempo”, con su movimiento típico, y se la traspoló a una situación actual,
donde ese movimiento es más vital y enérgico, como los AM de hoy. Y ya no se trata de “pasar
el tiempo, sino que es un momento de “juego”, de intercambio, con los nietos. El abuelo en su
posición, generando el movimiento, y el nieto a su lado, potenciando ese impulso. Las nuevas
generaciones comenzando a moverse por sí solos gracias al envión propiciado por las
generaciones que los precedieron.
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DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO
La MECEDORA VIRUELA es un juego con movimiento de vaivén, consistente en un
cuerpo principal autoportante, con un segundo cuerpo o bandeja montado sobre él, con
movimiento independiente. Por lo tanto, el movimiento basculante del cuerpo principal, se
conjuga con el de la bandeja móvil, generando para el usuario ubicado en la misma una
sensación de vértigo y velocidad que lo hacen atractivo.
Dadas las características dimensionales y ergonómicas de las dos zonas en que se
divide el producto, los usuarios tipificados también son dos: Adulto Mayor y Niño.
El AM se ubica en el asiento del cuerpo principal, denominado estático, y es el que
genera el movimiento de vaivén inicial, siendo también quien lo regule. El niño se ubica en la
bandeja independiente, pudiendo dejarse llevar por el movimiento de vaivén generado por el
AM, o potenciarlo con su propio movimiento, sin generar variaciones en el movimiento del
cuerpo principal.
El asiento en que se ubica el AM está dimensionado ergonómicamente para facilitar que
el usuario pueda ubicarse, generar el movimiento y levantarse de un modo cómodo, sin
dificultades. La zona en que se ubica el niño tiene múltiples posibilidades de ubicación y
accesos, haciendo de esto una nueva variante de juego para el niño. La ubicación uno al lado
del otro busca fortalecer el vínculo entre ambos durante el juego, generando satisfacción no
sólo por el propio divertimento, sino también por el goce del otro.
Tecnológicamente el conjunto está resulto con piezas de plástico rotomoldeado, una
pieza para conformar el cuerpo principal y una para la bandeja móvil, la cual a su vez cuenta
con un tren de rodillos de PVC para facilitar el movimiento de dicha bandeja. La tecnología
aplicada es la comúnmente utilizada en juegos para chicos de usos en ámbitos hogareños o
privados, de los que este producto toma ciertos rasgos para conformar su imagen. Esta
tecnología permite materializar productos con formas relativamente complejas y segmentadas,
con zonificaciones por forma y textura, y una terminación superficial prolija, de un modo
económico y con un resultado final de gran calidad y gran duración.
El ámbito de uso planteado es de tipo privado u hogareño, tanto interior como exterior, ya
sea en el ámbito familiar como en alguna sociedad de fomento, club, hogar de ancianos, para
ser utilizados por un adulto y un niño. Sus dimensiones y su peso lo hacen fácilmente
transportable para poder ubicarlo en los lugares más convenientes, o para guardarlo luego de
su uso. El mantenimiento del mismo se reduce a su limpieza superficial.
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