El Mural que habla - Facultad de Periodismo y Comunicación Social

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“El Mural que habla”
Pablo Di Angelo
[email protected]
Romina Pérez Rodó
[email protected]
Palabras claves:
Comunicación- arte- cultura- identidad- muralismo- expresión- espacio públicoretórica- enunciación- temática. Movimiento- vanguardia.
Estado del arte:
Para comenzar diremos que nuestra tesis de investigación se basará en
interpretar de qué manera comunica el mural de Monte Caseros. Para llegar a
determinar el problema, analizaremos los rasgos enunciativos, retóricos y
temáticos de la obra artística realizada en el año 2000 en Monte Caseros,
tomando como referencia a todos aquellos autores, artículos o textos que nos
permitirán acceder a la clarificación y entendimiento del tema por nosotros elegido.
Para referirnos particularmente a nuestro estado del arte, hemos tomado a
varios autores que hablan sobre “La Belleza y el Arte como sed de infinito” como
lo afirma Ignacio Llamas, donde se puede considerar la belleza de la obra como
una vía de relación con el sobrenatural, pero también como un proceso de
comunicación con el ser humano.
Considerar cualquier manifestación artística como proceso de comunicación,
sólo es concebible si percibimos al arte como un lenguaje, Un lenguaje no
sometido a unos códigos o a unas normas, que nos permitan racionalizar la
información recibida y captar de un modo objetivo el mensaje comunicado, como
así sucede con el lenguaje escrito o el oral.
“Un lenguaje en el que el proceso no es racional, sino emocional. El lenguaje
plástico no está hecho para transmitir ideas o conocimientos concretos, o al
menos no se puede considerar ésta su vocación principal.
Está concebido para comunicar la verdadera naturaleza de las cosas, su
esencia. El aroma genuino de las cosas no puede ser encerrado en cuadrículas, ni
hallado mediante raíces cuadradas o cálculos infinitesimales. Quizás pueda ser
tan difícil de medir y calcular como el amor de los enamorados o de unos padres
por sus hijos, que escapa a toda consideración de la razón. Por ello, la
comunicación de lo esencial tiene que ver más con el corazón y la intuición de
cada uno que con la razón objetiva. Este tipo de transmisión no es posible hacerlo
con un lenguaje que de como resultado una comunicación objetiva, dirigida a la
razón. Se consigue mediante una transmisión directa al corazón de cada individuo,
y por tanto subjetiva, al estar sujeta a la sensibilidad y capacidad de captación de
cada uno”.
Una forma de comunicación, en cierta medida jeroglífica, cuyos significados
son captados únicamente por la intuición. Comunicación artística que es capaz de
transmitirnos la esencia de la Creación y en particular del ser humano.
He de recordar lo anteriormente dicho: El arte es comunicación con el
sobrenatural. Es una vía de relación con el absoluto.
Por esta razón el jeroglífico, que constituye cada obra de arte, permite que lo
infinito sea percibido, que lo absoluto sea captado y transmitido, comunicado,
contado a otro ser humano. Y la forma de contarlo, de comunicarlo es mediante
elementos concretos como el color, la textura, el sonido, el silencio o un
movimiento, y es la belleza contenida en estos elementos, es la belleza encerrada
en las relaciones que entre ellos se produce, la que porta en sí la llave para la
relación con la Belleza, para la comunión con lo Divino”.
La obra mural de Monte Caseros está realizada con imágenes y situaciones,
hechos históricos de la ciudad, de cómo se constituyó la localidad, de valores y de
secuencias, donde la técnica y la estética comunican a cada caminante una cosa,
pero a otro le dirá otra cosa, Entendimiento mental, no técnico. La Esencia ante la
constitución característica humana.
La universalidad de la creación artística no está en la temática particular de
cada creador sino en la porción de Belleza que logra comunicar. Está en la
participación que de infinito, o de eterno hay en ella. Su universalidad y su
atemporalidad devienen de su participación de la Belleza.
Este autor nos aporta una importantísima definición sobre la comunicación
entre “obra-ser humano” define a la misma como una relación mental, donde
entran a jugar otros factores de lenguaje y comunicación muy poco considerados
por la lingüística y otras ramas comunicacionales, y cuando este artista se refiere
en sus apreciaciones sobre “Lo infinito” es que la obra de arte no muere al ser
interpretada, “Leída” por el ser humano, sino que la misma adquiere un significado
distinto para cada uno de las mentes humanas, y las etapas o épocas de las
mismas. Esta situación es donde se crea la “Belleza” definida por Ignacio Llamas,
lo bello no es lo atrayente, es la comunicación la interpretación de Belleza de la
obra con su entorno
Es el proceso en el que se traduce la intuición en materialización, lo general en
particular, lo intangible, eterno y universal en palpable, temporal e individual, lo
infinito en finito.
Y hemos dejado de lado algunas formulaciones técnicas y requisitos propios
para los artistas, como los materiales y herramientas a utilizar en la construcción
de la obra, cosas que hemos considerado irrelevantes para la búsqueda propuesta
por nosotros.
Como así también nos adentraremos en los conceptos aprendidos en la
cátedra de Comunicación y Medios en la parte inicial de nuestra carrera, donde
Jesús Martín Barbero “De los medios a las mediaciones” relata que el surgimiento
de las imágenes santificadas (Iconografía) en la época medieval tienen que ver
con el decaimiento de la iglesia ante los pasos agigantados de la ciencia
pragmática que ponían en duda la legitimidad de la Divinidad Suprema.
Estrategia comunicacional de la misma para poder mantener a los fieles bajo
su protección. Entonces podemos afirmar que las imágenes han intentado
legitimar las creencias. Ya no la Voz de Dios en la escritura y en la palabra sino en
la mente, en la resignificación particular de cada individuo que la somete a un
entendimiento también particular.
“La imagen es re-presentación, es decir, en definitiva, resurrección, y dentro
de esta concepción, lo inteligible resulta antipático a lo vivido. De este modo, por
ambos lados se siente a la analogía como un sentido pobre: para unos, la imagen
es un sistema muy rudimentario con respecto a la lengua, y para otros, la
significación no puede agotar la riqueza inefable de la imagen, mensaje lingüístico,
un mensaje icónico codificado y un mensaje icónico no codificado.
El mensaje lingüístico puede separarse fácilmente de los otros dos,
invirtiendo el mensaje cultural y el mensaje literal. De los dos mensajes icónicos, el
primero está de algún modo impreso sobre el segundo: el mensaje literal aparece
como el soporte toda imagen es polisémica; implica, subyacente a sus
significantes, una de significados, entre los cuales el lector puede elegir algunos e
ignorar los otros. La polisemia da lugar a una interrogación sobre el sentido, que
aparece siempre como una disfunción, aún cuando la sociedad recupere esta
disfunción bajo forma de juego trágico.
La lengua de la imagen no es sólo el conjunto de palabras emitidas (por
ejemplo a nivel del que combina los signos o crea el mensaje), sino que es
también el conjunto de palabras recibidas”.E n esta cita Roland Barthes, dice que
cuando hablamos de imagen, estamos hablando de la representación de algo.
Como un pensamiento que cobra materialidad en la figura, o un sentimiento que
se deja ver en la imagen. Y coincidimos en que una obra siempre llega a la
resurrección porque, una imagen puede ser interpretada de miles de formas,
hasta lo contrario de lo que se quiere decir. Una obra artística puede ser
observada por varios ojos que pueden gustar o no de ella, pero lo que interpreten
será una infinidad de sensaciones. Hasta una sola persona puede tener varias
miradas a la vez, es por esto que una obra artística siempre está VIVA, porque
depende del tiempo y espacio en que se encuentre, esta tendrá un sentido u otro.
“El relato visual se construye a través de procedimientos simbólicos que
tienen en las imágenes su unidad central y en las relaciones entre ellas,
organizadas como un todo orgánico, su eje de significado global. De esta forma, la
configuración de expresiones metafóricas pasa por la creación de constelaciones
que hagan interactuar a los elementos visuales de una forma determinada con el
fin de producir un sentido específico. Aquí no debemos confundir a la narrativa de
imágenes con el simple registro del mundo real. Por el contrario, en ella la
construcción previa de la trama otorga sentido al conjunto de las unidades visuales
y determina también las características de los escenarios que funcionan como
decorados simbólicos. Es decir, cada objeto, persona o acción quedan inscritos en
una lógica que los hace significar”
“Las imágenes poseen informaciones concretas más densas que las que una
palabra puede contener. De hecho, aquéllas son en todo momento imágenes de
cosas singulares, mientras que las unidades lingüísticas nos remiten a nuevos
signos y a modelos de conocimientos abstractos. Por esta razón, la potencia
descriptiva de la imagen es superior a la del lenguaje, pero al mismo tiempo su
capacidad de significar se transforma en un proceso más complicado y escabroso.
Mientras que el lenguaje tiene mecanismos que le permiten reducir unidades
complejas de información y enfatizar aquello que se considera esencial, la
imaginación visual debe crear formas de anular los excedentes de información que
por lo general hacen peligrar la temática central. La utilización de la perspectiva, el
juego de la luz, los movimientos de cámara y los planos son algunas de las
herramientas que tiene a la mano para lograr tal efecto. Pero esto no puede ser
considerado como una gramática visual porque no posee los elementos y las
reglas de formación que caracterizan a un sistema. En todo caso, estamos ante un
conjunto de procedimientos orientados a la producción de sentido, el cual viene
regulado en su conjunto por la estructura misma de la trama; cada unidad del
relato está articulada al conjunto de las secuencias que conforman el discurso
global. El relato otorga, precisamente, un valor simbólico a las imágenes del
mundo cotidiano y logra, con ello, hilvanar un discurso metafísico”.
Este autor (Miguel Ochoa Santos) define algo de mucho valor en nuestra
búsqueda, muy similar a los conceptos vertidos por Ignacio Llamas pero que éste
en vez de llamar “belleza” la define a la imagen como “metáfora” y en vez de
“BELLEZA” al entendimiento y legitimación de la misma es como el encuentro con
la “verdad”, equivalente a la concepción aportada por Nietzsche. En otras
cuestiones, de su obra pero que sólo validan para este trabajo una parte.
Como así también la mirada de Susana Cella quien considera que toda obra de
arte comunica algo. La intencionalidad del artista está en la estética de la misma,
para que sea atrayente o no, pero que genere algo, hasta la expresión de decir no
me gusta.
Ella critica al arte que se fabrica de manera intencional o masivamente, como
lo son las novelas “best sellers”, los cuadros abstractos y todos estos nuevos
movimientos vanguardistas (creemos conveniente recordar que el “muralismo”
nacido en México y trasladado por toda Latinoamérica, hasta en nuestra ciudad
es un movimiento de vanguardia, Su mirada nos parece fundamental para la
elaboración de nuestra investigación ya que, tomamos de sí su aceptación de la
comunicación de la obra pero descartamos la no validación de la corriente
muralista).
A modo de conclusión:
Esta es sólo una aproximación al problema de investigación, los autores
detallados y reseñados en este trabajo aportan la comunicación de la obra de arte.
Queremos aclarar que nos han brindado herramientas necesarias para poder
definir la cuestión por nosotros planteada de que el mural de Monte Caseros
comunica más que secuencias históricas¿, imágenes iconográficas y estilísticas
que en realidad es una gran texto, con la particularidad de no contener códigos
estructurados contenidos en la lingüística tradicional. El lenguaje es mental e
inmortal ya que tiene la posibilidad de seguir viviendo gracias a la gran diversidad
de interpretaciones
Se han dejado de lado cuestiones como las opiniones de los artistas de la obra
mural, como así también a los ciudadanos de la localidad, pero que los tendremos
en cuenta a medida que la investigación avance y necesitemos responder las
concepciones particulares de las personas que acceden al Mural.
(1) Miguel G. Ochoa Santos. “El Relato visual”. Revista de Estudios
Literarios Nº 6 Julio-Octubre 1997. Revista Digital Cuatrimestral,
Estudios Literarios. Departamento de Filología Española III. Facultad de
Ciencias de la Información Universidad Complutense de Madrid.
En http://www.ucm.es/OTROS/especulo/numero6/metafora.htm
(2) “LA BELLEZA Y EL ARTE COMO SED DE INFINITO” Ignacio Llamas,
discurso Presentado en el III Congreso de Arte, México, 2003.
http://193.146.228.30/congresoV/ponenciasV/ignacio%20llamas.pdf
(3) Roland Barthes “LA RETÓRICA DE LA IMAGEN”
(4) Susana Cella
Escritora y Crítica, fragmento extraído de la
Revista
Trampas “de la comunicación y la cultura”. “Comunicación/ Arte. El
conocimiento
sensible”.
Artículo
“El
Otro
Simbólico”
órgano
comunicacional de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la
UNLP, número 24, 2004
(5) Jesús Martín Barbero “De los medios a las mediaciones”. La iconografía
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