programa de acción para poner fin a la crisis de derechos humanos

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ÍNDICE AI: MDE 28/16/98/s
Londres, 26 de febrero de 1998
ARGELIA: PROGRAMA DE ACCIÓN PARA PONER FIN A LA CRISIS
DE DERECHOS HUMANOS
Carta abierta del secretario general de Amnistía Internacional
a todos los gobiernos
El periodo de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la
ONU se inicia en Ginebra el 16 de marzo de 1998. Este año se conmemora
el 50 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y
se llevará a cabo una revisión de los cinco años de aplicación de la
Declaración y el Programa de Acción de Viena. El periodo de sesiones
que ahora se inicia será una importante prueba del compromiso de todos
los gobiernos con la defensa de las garantías establecidas en estos
documentos.
Amnistía Internacional pide a todos los gobiernos, especialmente
a los de los Estados que pertenecen a la Comisión de Derechos Humanos,
que tomen medidas inmediatas y eficaces respecto a la grave situación
por la que atraviesan los derechos humanos en Argelia. Se estima que,
desde el inicio del conflicto, en 1992, 80.000 personas han muerto a
manos de las fuerzas de seguridad, de grupos armados que se autodenominan
"grupos islámicos" y, más recientemente, de las milicias armadas por
el Estado.
En octubre de 1997,1 Amnistía Internacional y otras organizaciones
no gubernamentales instaron a la comunidad internacional a que iniciara
una investigación internacional sobre las matanzas y los abusos
cometidos por todos los bandos del conflicto. En los cinco meses que
han transcurrido desde entonces, han muerto en Argelia unas dos mil
personas. A finales de diciembre de 1997 y comienzos de enero de 1998,
centenares de hombres, mujeres y niños murieron abatidos a tiros,
degollados, decapitados, a hachazos y quemados vivos por grupos de
asaltantes que huían de la zona tras perpetrar las matanzas. El 30 de
diciembre de 1997, unas trescientas personas perecieron en aldeas de
la provincia occidental de Relizane, y el 11 de enero de 1998 se produjo
la matanza de más de cien en Sidi Hamed, al sur de Argel.
Según las autoridades argelinas, todas las personas que han perdido
la vida desde que comenzó el conflicto han sido víctimas de ataques
«terroristas» o eran «terroristas» muertos a manos de las fuerzas de
seguridad en el marco del conflicto armado. Es cierto que los grupos
armados que se autodenominan «grupos islámicos» han matado a cientos
de civiles en atentados dirigidos a víctimas concretas o
indiscriminados, a menudo con indescriptible brutalidad. Estos grupos
también han lanzado amenazas de muerte contra civiles, han llevado a
cabo secuestros y han sometido a sus víctimas a torturas, incluida la
violación. Sin embargo, no tienen el monopolio de la violencia. Las
1
Véase Índice AI: MDE 28/25/97/s, llamamiento conjunto de Amnistía Internacional, Federación Internacional de
Derechos Humanos, Human Rights Watch y Reporters sans frontières.
2
fuerzas de seguridad argelinas han ido cometiendo cada vez más
violaciones de derechos humanos, incluida la ejecución extrajudicial
de individuos y grupos, algunas veces en sus hogares y en presencia
de sus familiares. Entre las víctimas de las fuerzas de seguridad hay
también personas que han muerto bajo custodia tras ser arrestadas,
detenidos que han sido sometidos a la práctica generalizada de la tortura
y cientos, probablemente miles, de personas que han «desaparecido» en
lugares secretos de detención tras ser arrestadas. Hasta la fecha no
hay noticia de que se haya realizado ni una sola investigación para
arrojar luz sobre alguno de estos casos de ejecución extrajudicial,
tortura y «desaparición».
La población civil está cada vez más atrapada en una espiral de
violencia que afecta a todos los sectores de la sociedad, pero
especialmente a los pobres y los más vulnerables. La política de las
autoridades argelinas en los últimos tres años consistente en armar
a los civiles y fomentar la creación de milicias no ha ayudado a reducir
el nivel de violencia, sino que ha hundido aún más a la población civil
en el conflicto y ha menoscabado el Estado de Derecho.
Sin embargo, los Estados miembros de la ONU no han propuesto ni
aplicado ninguna medida para encontrar soluciones a esta tragedia, a
pesar de que altos cargos de la organización, como el Secretario General,
la Alta Comisionada para los Derechos Humanos y la Alta Comisionada
para los Refugiados, así como algunos gobiernos, han reconocido en
repetidas ocasiones la gravedad de la situación. La reciente visita
de la terna presidencial2 de la Unión Europea no consiguió garantías
por parte del gobierno argelino de que los dos relatores especiales
de la ONU podrían acceder urgentemente al país. 3 La Organización de
la Unidad Africana (OUA) no ha elaborado ni dirigido ninguna respuesta
regional a la grave situación de derechos humanos de Argelia. Es más,
la cuestión ni siquiera está en el programa de trabajo de la reunión
ministerial de la OUA que se celebra actualmente.4
Amnistía Internacional continúa creyendo que una investigación
internacional sobre las matanzas y la gran variedad de graves abusos
contra los derechos humanos perpetrados por todos los bandos del
conflicto sería un punto de partida fundamental para encontrar
soluciones a la crisis. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU puede
y debe recomendar un programa de acción que realice las funciones de
una investigación y garantice la vigilancia constante por parte de la
opinión pública de la situación de derechos humanos en Argelia con vistas
a formular recomendaciones para un plan de derechos humanos a largo
plazo. Este programa de acción debería tener los siguientes componentes:
(a) Designación de un relator especial para Argelia. La situación de
los derechos humanos en Argelia exige una vigilancia urgente, profunda
2
Integran la terna el antiguo, el actual y el futuro presidente de la Unión Europea, en este caso los de Luxemburgo,
Reino Unido y Austria. La visita se realizó los días 19 y 20 de enero de 1998.
3
Anteriormente, las autoridades argelinas se habían mostrado en principio de acuerdo sobre la visita del Relator
Especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias y Arbitrarias y el Relator Especial sobre la Tortura. Durante la visita
de la terna presidencial y después de ésta, el gobierno se negó a que dichas visitas se realizaran.
4
1998.
La reunión del Consejo de Ministros de la OUA se celebra en Addis Abeba, Etiopía, del 23 al 27 de febrero de
3
y continua. La designación de un relator de país ayudaría a satisfacer
esta necesidad. La Comisión debe elegir rápidamente a una persona que
responda a los más altos criterios de experiencia profesional en
investigaciones sobre derechos humanos, independencia e imparcialidad.
Este puesto sería el punto central de acción de una serie de expertos,
y garantizaría una vigilancia pública constante. El relator especial
deberá publicar frecuentes informes públicos e informar a la Asamblea
General de la ONU así como a la Comisión de Derechos Humanos.
4
(b) Apoyo al relator especial por parte de los mecanismos temáticos
y los expertos técnicos. La escala de los problemas en Argelia es
demasiado grande y compleja como para que un solo experto se haga cargo
de ella adecuadamente. El mandato del relator especial para Argelia
deberá indicar expresamente que éste debe cooperar y coordinarse con
los mecanismos temáticos pertinentes de la Comisión de Derechos Humanos.
Su trabajo también deberá contar con el apoyo explícito de expertos
técnicos ─no sólo de la ONU─ y de peritos.
(c) Visita urgente sobre el terreno. La primera y más acuciante prioridad
del relator especial será realizar una visita sobre el terreno. La
Comisión ordenará al relator especial que, con carácter de urgencia,
lleve a cabo una visita sobre el terreno, acompañado al menos por el
relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o
arbitrarias y el relator especial sobre la cuestión de la tortura, así
como por los expertos técnicos pertinentes. La Comisión de Derechos
Humanos debe exigir que esta visita conjunta se realice y que se
distribuya un primer informe entre todos los miembros de la Comisión
en un plazo de dos meses desde la designación del Relator Especial.
La investigación sobre el terreno se centrará fundamentalmente en
determinar los hechos y las responsabilidades de las matanzas y otras
violaciones graves de derechos humanos. El informe incluirá
recomendaciones para nuevas investigaciones sobre el terreno y otras
acciones por parte de la Comisión y de otros organismos de la ONU,
incluida la elaboración de una estrategia de derechos humanos a largo
plazo para Argelia. Los Estados de la Comisión deberán asegurarse de
que estas propuestas se ponen en práctica.
(d) La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos tendrá un
papel fundamental en la coordinación de las actuaciones de los expertos
de la Comisión en Argelia, así como en la integración de las actividades
de los organismos y departamentos pertinentes de la ONU.
(e) Recursos: Es fundamental que el trabajo del Relator Especial sobre
Argelia, apoyado por los expertos temáticos y técnicos, cuente con los
recursos adecuados. El programa de acción no debe verse comprometido
por inseguridad económica o falta de voluntad política.
La comunidad internacional no puede seguir cerrando los ojos ante
las consecuencias de seis años de atrocidades contra los derechos
humanos y de abusos generalizados continuos. Decenas de miles de
personas ya han perdido la vida, han sido torturadas y han
«desaparecido». Los niños se han quedado huérfanos, las mujeres y las
niñas han sido violadas y han sufrido abusos sexuales. Las familias
han huido de sus hogares, sus comunidades y su país temiendo por su
seguridad. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU no puede seguir
en silencio frente a todo este horror. Debe tomar medidas para promover
y proteger de forma urgente y eficaz los derechos humanos de los
argelinos, y debe hacerlo ya.
Atentamente:
Pierre Sané
Secretario General
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