SABIDURÍA CORPOREIZADA Recopilación de los artículos del Dr

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SABIDURÍA CORPOREIZADA
Recopilación de los artículos del Dr. Moshé Feldenkrais
Prólogo de David Zemach-Bersin, Director pedagógico del
Feldenkrais Institute de Nueva York
Publicado por North Atlantic Press y distribuido por Random House, 2010
Creo que la unidad entre mente y cuerpo es una realidad objetiva. No son
simplemente partes relacionadas de algún modo entre sí, sino un todo funcional
inseparable. Un cerebro sin un cuerpo no podría pensar…. los músculos son parte y porción
de las funciones superiores.
Moshé Feldenkrais
Movimiento es vida. La vida es un proceso. Mejora la calidad del proceso y se
mejora la calidad de vida.
Moshé Feldenkrais
MOSHÉ FELDENKRAIS ha sido uno de los pensadores más originales y unificadores del siglo
XX. Junto con figuras de gran influencia como Ida Rolf, Heinrich Jacoby, F. M. Alexander y
Elsa Gindler, a Feldenkrais se le considera como uno de los fundadores de la esfera hoy
llamada corporal. Los artículos incluidos en Embodied Wisdom: Collected Papers of
Moshé Feldenkrais, originalmente se divulgaron en publicaciones independientes entre
1964 y 1998. Un testimonio sobre la presciencia de las ideas de Feldenkrais es el hecho de
que muchos de los conceptos presentados en este volumen son hoy tan importantes,
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generativos y radicales como cuando fueron expresados por primera vez. En estos
notables artículos y entrevistas, Feldenkrais nos proporciona algunos de sus argumentos
más convincentes y sofisticados jamás manifestados sobre la unidad biológica y funcional
de la mente y del cuerpo.
DURANTE la mayor parte del siglo XX, el modelo médico y académico dominante del
cerebro consistía en la creencia de que los hábitos permanecen anclados o fuertemente
conectados, que cada área del cerebro estaba especializada en funciones
predeterminadas y que en la edad adulta cada día el cerebro perdía neuronas y la facultad
de aprender nuevas habilidades. Moshé Feldenkrais desafió con insistencia este punto de
vista de 1949 a 1981 en libros, artículos y conferencias, no sólo en la teoría que la
sustenta, sino en la práctica desarrollando ejercicios innovadores y aplicaciones clínicas
que demostraban eficazmente que, incluso dañado, el cerebro tiene la habilidad de
cambiar rápidamente, aprender nuevas destrezas y recuperar funciones perdidas.
ACTUALMENTE se está abordando un nuevo paradigma en neurociencia, en psicología y en
rehabilitación: el concepto de plasticidad del cerebro o neuroplasticidad, la cual plantea
que a lo largo de la vida el cerebro tiene la capacidad de modificar su organización y sus
respuestas por medio de la experiencia y el aprendizaje. Si Feldenkrais viviera las
investigaciones que respaldan la neuroplasticidad le parecerían una dulcificada validación.
EN ABRIL de 1973, cuando observé por primera vez el trabajo de Feldenkrais, era evidente
que Moshé creía en la capacidad de aprendizaje y cambio de las personas. Feldenkrais
impartía un seminario de un mes en Berkeley, donde yo era estudiante de Pre-medicina
en la Universidad de California. Después de las clases de la universidad entraba a
hurtadillas en la clase donde él enseñaba. Lo que contemplé era extraordinario.
COMO parte del seminario Feldenkrais trabajaba cada día durante una hora con un
hombre de mediana edad llamado Edward el cual padecía una severa espasticidad por la
Parálisis Cerebral. El habla de Edward, durante mi primer día de observación, era casi
imposible de entender, sus brazos híper-flexionados tiraban hacia arriba cerca del pecho,
sus manos retorcidas hacia adentro, y se movía despacio con paso vacilante y mucho
esfuerzo. Desde la temprana infancia Edward había recibido la mejor fisioterapia y
atención médica.
MIENTRAS Edward estaba estirado sobre una camilla sólidamente acolchada Feldenkrais
“trabajaba” con él, suavemente lo movía de forma misteriosa, pero claramente con
mucho cuidado, destreza, inteligencia y deliberación. Feldenkrais explicaba que usaba
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movimientos suaves encaminados funcionalmente a ayudar al sistema nervioso de
Edward a aprender a cambiar los mensajes que enviaba a su musculatura. Al cabo de unas
pocas semanas, la mejora de Edward no fue algo milagroso. Su habla se hizo fácilmente
comprensible, los brazos descansaban a los lados y su andar mucho más cómodo y
eficiente. Resumiendo, la forma de organizarse a sí mismo había cambiado totalmente.
No podía entender cómo había sucedido esta “curación”, sin embargo estaba
incrédulamente entusiasmado e impresionado por lo que había contemplado. A final de
ese año me licencié en la Universidad de Berkeley, viajé a Tel Aviv, Israel, y llamé a la
puerta del Dr. Feldenkrais entusiasmado por entender cómo había creado la
“transformación” de la que había sido testigo en Berkeley.
EN EMBODIED WISDOM se exploran los conceptos revolucionarios que sirvieron como
marco teórico del trabajo de Feldenkrais con Edward: The Collected Papers of Moshé
Feldenkrais. Estos escritos únicos tienen relevancia en ámbitos tan diversos como en la
neurociencia y el teatro, la psicología y la danza, la fisioterapia y la música, la educación y
rehabilitación, en el desarrollo infantil y la actividad atlética.
ESTE EJEMPLAR presenta las afirmaciones más concisas y cohesionadas acerca de la teoría
basada en su trabajo, escritas en un tono cálido y coloquial. Además, encontrarás
entrevistas en las que Feldenkrais trata la historia de los inicios del yudo en Europa, y la
aplicación de sus ideas en la interpretación y la transcripción de una esclarecedora
conversación entre Feldenkrais y el célebre científico israelí Aharon Katzir.
FELDENKRAIS, originariamente un científico que trabajaba en la vanguardia de la física, fue
un buen lector y un pensador pluridisciplinar. En estos artículos y entrevistas expone
desde diferentes puntos de vista de la física, la biología, la embriología, la psicología, la
semántica y la neurología, y lleva a cabo deducciones especulativas acerca del cerebro y el
aprendizaje que han sido verificadas por la neurociencia contemporánea. Encontrarás que
casi siempre Feldenkrais te permite entrar en el proceso de su razonamiento y participar
de su lógica, las cuales suelen conducir a conclusiones sorprendentes. En ocasiones trata
una idea sumamente abstracta o teórica y la convierte en un Cubo de Rubik para
ayudarnos a contemplarla desde diferentes perspectivas. Y, casi siempre, muestra las
implicaciones concretas del concepto en del día a día. Algunos podrían calificar su manera
de escribir de socrático o incluso talmúdico, y ambas apreciaciones pueden ser ciertas, sin
embargo también representa su formación rigurosa como científico. Se hace
especialmente evidente cuando Feldenkrais nos insta nos unamos a él a pensar con
extrema claridad cuando deconstruye palabras o conceptos de dominio público,
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cotidianos como “conciencia” o “pensamiento” o “propia imagen” o “energía” o
“realización.” En ese contexto nos considera educados tradicionalmente, con agudeza
mental analítica, y nos invita a que definamos nuestros términos con precisión y
demostrar cómo esa atención a la especificidad nos suele conducir por caminos que de
otro modo no habríamos analizado.
COMÚN en todos los artículos y entrevistas de esta colección única, es el optimismo de
Feldenkrais sobre la aptitud de cada uno (al margen de nuestras circunstancias y
limitaciones) de desarrollarse, cambiar, mejorar y convertirse en un ser humano más
autónomo. Este panorama esperanzador no es tanto una estrategia sino fundamentado
en la clara evidencia que el cerebro tiene cien billones de neuronas, de las que sólo
usamos un porcentaje mínimo, y el resto permanece disponible para el aprendizaje de
nuevas formas de moverse, sentir, pensar y actuar.
POR LO TANTO ¿Cómo llegó Feldenkrais, quién había sido físico durante más de veinte
años, a desarrollar las destrezas necesarias para ayudar a Edward a aprender a moverse,
hablar y desempeñarse con mayor desenvoltura? A menudo, de momentos difíciles
emergen grandes ideas, como así sucedió; Feldenkrais padeció un problema extenuante
para el que la medicina no le ofrecía solución alguna. En su búsqueda por hallar una
respuesta a sus propias dificultades, Feldenkrais desarrolló algunas de sus teorías más
importantes.
MOSHÉ PINCHAS FELDENKRAIS, Doctor en Ciencias, nació en el año 1904 en un pequeño
pueblo de Rusia que hoy pertenece a la República de Ucrania. Su segundo nombre
Pinchas se lo pusieron en honor del abuelo de su tatarabuelo, Pinchas de Korets, un
rabino famoso y uno de los discípulos líderes de Rabbi Israel ben Eliezer, el fundador del
Hasidismo, comúnmente conocido como Baal Shem Tov.
CUANDO tenía trece años, escapando del antisemitismo y pogromos (NT: masacre de
judíos), Feldenkrais viajó a pie de Rusia al Mandato Británico de Palestina. Allí trabajó,
estudió y desarrolló su interés por las técnicas de autodefensa. En 1930 se mudó a París
para estudiar ingeniería y física en la Universidad de la Sorbona. Además de su trabajo
académico, Feldenkrais estudió artes marciales japonesas y fue uno de los primeros
occidentales en alcanzar el cinturón negro de yudo. Gracias a su conocimiento de física del
movimiento, su comprensión del yudo fue más clara –el modo en que las leyes del
movimiento y de la gravedad afecta la mecánica del movimiento. En 1933 Feldenkrais
inició su doctorado y formó parte de un equipo de científicos en el Instituto Curie llevando
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a cabo investigaciones y publicando artículos incipientes sobre la fisión nuclear con el
físico laureado Premio Nobel Frédéric Juliot-Curie.
CON LA INVASIÓN de Paris de los alemanes en 1940, Feldenkrais escapó a Inglaterra,
donde dirigió investigaciones militares para el gobierno británico durante la guerra.
Durante ese tiempo, debido a las lesiones de rodillas que padecía desde hacía años,
Feldenkrais se encontró incapacitado para andar sin dificultad y con intenso dolor.
Todavía no se había desarrollado la moderna cirugía de artroscopia ni los mejores
cirujanos consultados por Feldenkrais le ofrecieron demasiadas esperanzas de mejora a
través de la intervención médica. Feldenkrais decidió resolver su propio problema por sí
mismo.
CON EL RIGOR de un científico, Feldenkrais empezó a estudiar anatomía funcional,
aplicaba las leyes de la física del movimiento al movimiento humano y exploraba el
proceso por el que originalmente se adquiere la mayoría de las funciones básicas
motoras. Finalmente llegó a una valiosa conclusión práctica: que el aprendizaje es el
ingrediente principal de nuestra formación humano. Pensó que si podía entender el
modo por el que realmente se lleva a cabo el aprendizaje, entonces podría cambiar los
patrones de los viejos hábitos y recuperar las funciones perdidas, tales como su propia
capacidad de caminar. Esta indagación cambiaría la orientación de su vida profesional.
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A DIFERENCIA de otros mamíferos, nacemos con un cerebro que esencialmente es tabula
rasa (una pizarra limpia); es decir, además de nuestras más básicas funciones y
necesidades fisiológicas, no estamos “cableados” al nacer. Se necesita un periodo de
formación y aprendizaje para casi todo lo que somos capaces de hacer como adultos. Por
ejemplo, la mayoría de los niños necesitan de diez a catorce meses para andar, y antes de
andar posiblemente deben primero aprender a girarse, sentarse, gatear, etc. Desde el
punto de vista de Feldenkrais, cada niño tiene que aprender por sí mismo, orgánicamente,
a solucionar dificultades concretas físicas tales como la gravedad, la estabilidad e
inestabilidad, el impulso, el equilibrio y así sucesivamente.
LAS FUNCIONES que se identifican como exclusivamente “humanas” no emergerían si
creciéramos en un entorno de absoluto aislamiento. A diferencia de la mayoría de las
otras especies, los humanos necesitan algo más que aire y sustento. Como humanos
necesitamos un entorno social en el que, con tiempo, intención y acción acertada,
desarrollarnos en correspondencia con metas satisfactorias y coherentes, en un contexto
con nuestros semejantes.
FELDENKRAIS desarrolló un punto de vista que otorgaba primacía al sistema nervioso y al
movimiento. Hace la propuesta extremadamente audaz de que a través del movimiento el
sistema nervioso elabora las diferenciaciones que conducen a las preferencias o
elecciones para ciertas acciones o patrones de conducta.
LA VENTAJA en el ser humano de que en buena parte el sistema nervioso no esté
“cableado,” es que permite una enorme flexibilidad en relación a las opciones de la
conducta. En otras palabras, podemos aprender a adaptarnos a un indeterminado número
de entornos culturales, lenguas, climas, y así sucesivamente. De igual modo que, si no está
sólidamente “cableado” el movimiento, la postura o la conducta, somos vulnerables a
hacer elecciones que pueden no ser las más apropiadas. Las elecciones que se hacen
durante la infancia pueden no responder a nuestros propios intereses a largo plazo y
acabar en dolencias neuromusculares como el dolor de espalda y cuello, tendencias
neuróticas, depresión y una propia imagen pobre.
FELDENKRAIS empezó a entender que hay una inseparable relación entre el desarrollo
psicosocial y el desarrollo motor. En la infancia los patrones psíquico-emocionales o del
comportamiento y el aumento del repertorio de movimientos, no sólo se aprenden
simultáneamente sino que se llevan a cabo, como un todo integrado, a través de la
musculatura. Feldenkrais desarrolla estos principios en su dos primeros libros: Body and
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Mature Behavior. A Study of Anxiety, Sex, Gravitation, and Learning; y The Potent Self
(NT. publicado en español como El Poder del Yo)
EN UN CUERPO plenamente desarrollado, que creció sin grandes perturbaciones
emocionales, los movimientos tienden paulatinamente a adaptarse a los requisitos
mecánicos del mundo exterior. El sistema nervioso ha evolucionado bajo la influencia de
estas leyes y se ajusta a ellas. Sin embargo, en nuestra sociedad se distorsiona tanto el
desarrollo normal del organismo, bajo la promesa de una gran recompensa o un castigo
intenso, que muchas habilidades quedan excluidas o restringidas.
Moshé Feldenkrais, Body and Mature Behavior, 1949
TENIENDO en cuenta que el cerebro adulto tiene un abundante potencial de aprendizaje,
Feldenkrais se preguntaba ¿Cuáles son las condiciones en las que el sistema nervioso –o
mejor dicho la persona- puede aprender más fácilmente, más satisfactoriamente? En una
audaz síntesis Feldenkrais encontró la respuesta en un descubrimiento poco conocido del
siglo XIX en psicofísica (el precursor de la psicología experimental moderna) conocido
como la ley de Weber-Fechner o la ley de la mínima diferencia perceptible.
EN TÉRMINOS generales, la ley de Weber-Fechner establece que hay una proporción
constante entre la magnitud de un estímulo (por ejemplo, sonido, luz, actividad muscular,
etc.) y el cambio requerido en dicho estímulo para que una persona perciba una
diferencia. En términos prácticos, lo que quiere decir es que a mayor magnitud o
intensidad de estímulo, mayor es el cambio requerido para notar o percibir la diferencia; o
a la inversa, cuando la intensidad de un estímulo disminuye, el impulso que se requiere
para percibir la diferencia se hace más y más pequeño. La explicación de Feldenkrais de la
ley de Weber-Fechner es clara y concreta:
NUESTROS SENTIDOS están construidos de tal modo que podemos distinguir la
mínima diferencia cuando están levemente estimulados. Si llevo una carga pesada en la
espalda no podría sentir si se incrementara la carga con una caja de cerillas ni tampoco
me daría cuenta si me la quitaran. De hecho ¿Cuál sería el peso que debería añadirse o
quitarse para ser conscientes de la diferencia de esfuerzo? Para el esfuerzo muscular o el
sentido cenestésico, tal peso es sobre una cuadragésima parte del esfuerzo básico del
sistema nervioso. En acarrear 400 libras (NT. 1 libra = 454 gramos) podemos notar
cuando nos añaden o retiran de una vez 10 libras de la carga. Al cargar 40 libras
podemos sentir el cambio de 1 libra. Y con los ojos cerrados cualquiera puede percibir
cuando se posa sobre una caja de cerilla una mosca (o un trocito de madera o una
pajita), o cuando vuelve a tomar vuelo. En pocas palabras, a menor esfuerzo, más
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refinada es la percepción del incremento o decremento que podemos distinguir y… A
más liviano el esfuerzo, más rápido es el aprendizaje de cualquier destreza.
Moshé Feldenkrais, Learning to Learn, 1979.
FELDENKRAIS llegó a la conclusión que, al reducir el esfuerzo muscular mejora la agudeza
cenestésica-sensorial y permite hacer distinciones sutiles sobre lo que se hace y tomar
conciencia de los aspectos inconscientes y desconocidos de la organización física, del
movimiento y de la acción.
Feldenkrais se dio cuenta que su discapacidad para caminar no era simplemente una
cuestión de una pobre integración estructural de las rodillas, sino también de la “manera”
que caminaba. En otras palabras, los hábitos de movimiento aprendidos favorecían su
discapacidad. Esto es lo que Feldenkrais vendría a llamar el problema general de
“aprendizaje defectuoso.” Se dio cuenta de que si desarrollaba un instrumento práctico
aplicable a la ley de Weber-Fechner en el mecanismo del movimiento, tendría el
instrumento para optimizar las condiciones para el aprendizaje, la mejora y la
rehabilitación.
DE ESE MODO, un cambio fundamental en el patrón motor produce un
pensamiento y un sentimiento sin anclaje en el patrón de su rutina establecida. El hábito
pierde su principal soporte, el de los músculos, y se hace más susceptible al cambio.
Moshé Feldenkrais, Awareness through movement (NT. publicado en español como
Autoconciencia por el movimiento)
FELDENKRAIS continuó perfilando sus descubrimientos y finalmente restableció su
habilidad de andar. En este proceso desarrolló dos modalidades originales y distintas que
llevan a la práctica sus principios ideas: el método individual llamado Integración
Funcional, y el método en grupo llamado Toma de Conciencia a través del Movimiento.
Sus hallazgos de la Toma de conciencia a través del movimiento fueron catalogados como
experimentos muy estructurados de exploración de uno mismo o aprendizaje dirigido. En
ambas modalidades se utiliza una relación neuromuscular fundamental o sinérgica para
mejorar la salud, un patrón de movimiento más eficiente y una mejor postura.
FELDENKRAIS volvió a Israel en 1949 para llevar a cabo investigaciones en el campo de la
física en el Weizmann Intitute y ocupa el puesto de director del Departamento de
Electrónica de las Fuerzas de Defensa de Israel. Simultáneamente continuaba impartiendo
sus clases de grupo mientras desarrolla métodos prácticos y aplica sus hallazgos sobre la
relación entre el cuerpo y el cerebro. Chaim Weizmann, un colega científico y el primer
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presidente de Israel, le dijo a Feldenkrais: Hay otros muchos físicos que entienden lo que tú
entiendes, pero no hay ninguno que tenga la agudeza sobre el cuerpo que tú tienes. La
eficacia del trabajo de Feldenkrais llegó a ser tan conocida que finalmente dejó el trabajo
de investigador en física a mediados de 1950 y abrió un consultorio privado para ayudar a
personas con una amplia proporción de dificultades y a artistas que deseaban mejorar sus
habilidades.
FELDENKRAIS decía reiteradamente que la Toma de Conciencia a través del Movimiento y
la Integración Funcional son dos caras de la misma moneda, queriendo decir que ambas
aplicaciones proceden de la misma teoría general. Continuamente renovaba y
comprobaba ambas modalidades. Su tesis principal siempre se fundamentó en el vínculo
en el que aprendizaje, toma de conciencia y movimiento provee el medio más directo para
mejorar el bienestar de la persona.
POR SU LABOR diaria en el consultorio durante 30 años, Feldenkrais desarrolló estrategias
eficaces, ingeniosas e innovadoras para mejorar o restablecer casi cada función humana.
Trabajó con actores, músicos y bailarines internacionalmente destacados, como el director
de teatro Peter Brook y Paul LeCoq, y músicos como Yehudi Menuhin, Narciso Yepes e Igor
Markevitch, y dedicó mucho tiempo a la práctica y a la enseñanza en su consultorio
aunque sólo publicó un extenso estudio clínico, The Case of Nora. Afortunadamente
tenemos cerca de doscientas horas filmados de su trabajo de Integración Funcional.
Además, Feldenkrais creó más de mil lecciones experienciales de Toma de Conciencia a
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través del Movimiento. Estas lecciones nos proporciona (nos provee de) un documento del
desarrollo del pensamiento único de Feldenkrais.
LA PRIMERA formación de profesores de Feldenkrais tuvo lugar en Tel Aviv y se concluyó
en 1971 con trece graduados. A principios de los años 1970, Feldenkrais empezó a
enseñar en el extranjero, en Europa y Estados Unidos, y un buen número de intelectuales
y artistas se interesaron por sus ideas, incluidos algunos políticos como David Ben-Gurion
y Moshé Dayan, la antropóloga Margaret Mead, los neurocientíficos Paul Bach i Rita y Karl
Pribram, el fisiólogo Elmer Green y el psicólogo William Schutz. Con el aumento del
reconocimiento de Feldenkrais, inició su segunda formación en 1975 en San Francisco con
un grupo de sesenta alumnos. En 1980 empezó su tercera formación en Amherst,
Massachusetts, con más de doscientos treinta alumnos de 15 países diferentes. Desde
entonces su trabajo ha seguido expandiéndose y ahora hay más de diez mil profesores de
Feldenkrais en más de cuarenta países.
CUANDO llamé a la puerta de Feldenkrais sin previo aviso a principios de 1974,
generosamente me permitió asistir a su consultorio durante meses, donde observaba su
trabajo con los estudiantes. Nunca usó la palabra “paciente” ya que pensaba que tiene
una acepción patológica y prefería enfatizar el potencial del aprendizaje. Lo que vi durante
esos meses no fue menos sorprendente de lo que había observado en Berkeley un año
antes: una mujer con esclerosis múltiple renunciando a su bastón, varios americanos con
la médula espinal lesionada dejando la silla de ruedas por las muletas, un niño israelí de
siete años que nunca pudo abrir el ojo izquierdo aprender a abrir y cerrar los dos ojos a la
vez, un chelista germano que sufrió un accidente cerebro vascular aprender a usar de
nuevo su brazo y una joven austríaca con parálisis cerebral aprender a caminar. Tuve el
privilegio de estudiar con Feldenkrais hasta que falleció en Tel Aviv en 1984 y sentirme
desde entonces fascinado e implicado en sus ideas.
EL LEGADO del Dr. Moshé Feldenkrais tiene el potencial para ayudar a millones de
personas que padecen achaques, dolores, dificultad de movimiento y discapacidades
neurológicas, así como a artistas del espectáculo y a atletas que esperan desarrollar sus
destrezas. En este prólogo, apenas he mencionado unas cuantas aplicaciones e
implicaciones del trabajo de Feldenkrais. Creo que algunos ámbitos como la medicina, la
fisioterapia y la psicología, tienen mucho que aprender de los principios de Feldenkrais y
sus dos métodos. Espero que la publicación de este importante y demorado libro ayudará
al reconocimiento de sus ideas originales e innovadoras, y al análisis crítico que se
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merecen, y que los lectores sabrán apreciar este pequeño volumen, que es grande en
visión y perspectiva.
David Zemach-Bersin
The Feldenkrais Institute of New York
www.feldenkraisinstitute.com
212-727-1014
and Doylestown, PA
Marzo 2010
Traducido por Juan Rivas Bedmar, noviembre de 2011. Traducción autorizada por el autor
en septiembre de 2011.
www.reeducacionneuromotora.com
[email protected]
 + 34 647 672 635
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