Causa N° 13483 "Recurso de Casación interpuesto por el M.P.F. en causa N° 143 seguida a R. R. E." En la ciudad de La Plata a los un días del mes de marzo del año dos mil cinco, siendo las ............... horas, se reúnen en Acuerdo Ordinario los señores Jueces de la Sala Primera del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, doctores Benjamín Ramón Sal Llargués, Carlos Angel Natiello y Horacio Daniel Piombo, bajo la presidencia del primero de los nombrados, para resolver en causa N° 13483 de este Tribunal, caratulada "Recurso de Casación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal en Causa nº 143 seguida a R. R. E.". Practicado el sorteo de ley, resultó que en la votación debía observarse el orden siguiente: SAL LLARGUES — NATIELLO — PIOMBO, procediendo los mencionados magistrados al estudio de los siguientes: ANTECEDENTES Llegan estos actuados al Tribunal en virtud del recurso interpuesto por Silvia Etcheverry, Agente Fiscal titular de la Fiscalía de Juicio Nº 1 del Departamento Judicial Azul, contra la sentencia del Tribunal Criminal Nº 1 del mismo Departamento Judicial que en fecha 15 de abril de 2003 resolvió "Declarar la inconstitucionalidad de los arts. 1 y 2 del Decreto nº 496/99 en cuanto veta parcialmente los arts. 1 y 2 de la Ley 25.086 (arts. 80 y 83 de la C.N.)", como así también "absolver a R. E. R. por el delito de tenencia ilegal de arma de guerra" y "condenar a R. E. R. por resultar autor penalmente responsable del delito de Abuso de armas". Al fundar la inconstitucionalidad referida, afirmó el Tribunal —citando previa jurisprudencia en tal sentido- que " '... en el año 1999 se sanciona la Ley 25.086 —modificatoria de la Ley Nacional de Armas 20.429-' por la cual 'el legislador transformó el delito de tenencia de arma de guerra de uso civil condicional en una mera infracción. En efecto, por vía del art. 1º se disponía 'será penado con multa de 1.000 a 10.000 pesos, o arresto hasta 90 días, la simple tenencia de arma de fuego de uso civil o de uso civil condicional, sin la debida autorización, o fuera de las excepciones reglamentarias...' En forma inmediata el Poder Ejecutivo Nacional veta en forma parcial la disposición, exclusivamente con relación al párrafo que reza '...o de uso civil condicional...', pretendiendo mantener en el marco del elenco delictivo dicha tenencia... El ejecutivo de ese entonces no siguió el trámite constitucional... es obvio que mantener como delito aquello que el legislador había querido que sólo fuese una infracción, constituye una clara alteración del espíritu y unidad de la disposición en su conjunto...". A ello agregó el primer votante del Tribunal que "...voto por la negativa por ser mi sincera convicción, propiciando la inconstitucionalidad de los artículos 1º y 2º del Decreto 496/99 como consecuencia de la no promulgación de dicho proyecto de ley, y la aplicación originaria del texto normativo del Código de fondo, debiéndose absolver al imputado en relación a la conducta de tenencia del revólver calibre 38 milímetros, en tratamiento (arts. 2 del C.P. y 371, segundo y tercer párrafo, 373 y concordantes del C.P.P.)...", postura ésta a la que adhirieron los restantes miembros del Tribunal. Se agravia la Agente Fiscal recurrente de la errónea aplicación del art. 80 de la Constitución Nacional al dictar la inconstitucionalidad precedentemente reseñada, como así también de la inobservancia del art. 189 bis y la errónea aplicación del art. 2º, ambos del Código Penal. En tal sentido, afirma la recurrente —en orden a la declaración de inconstitucionalidad- que la Ley de referencia se trata de "una de esas leyes surgidas del "clamor popular" ante el auge de la delincuencia, consiste el proyecto en un intento de emparchar leyes anteriores superadas por la realidad" (la cita es textual). Agrega que el fin del legislador al intentar la modificación era el de agravar penas por la tenencia y portación de armas y crear figuras delictivas al respecto, y por ende, el veto parcial del Poder Ejecutivo no alteró el espíritu de la norma. Afirma también que no puede sostenerse que por la vía del veto parcial el Poder Ejecutivo creó un tipo penal, por cuanto dicho delito era preexistente al proyecto de ley en cuestión. En cuanto a la errónea aplicación del art. 2 del Código Penal, se agravia la recurrente de la absolución del imputado en orden al delito de Tenencia de Arma de guerra, por cuanto el Tribunal no fundó debidamente dicha absolución, y además —de estar a la inconstitucionalidad del Decreto mencionado- debió aplicar la normativa vigente en forma previa a la Ley 25.086, la cual —afirma- sanciona penalmente la tenencia ilegal de arma de guerra. Hallándose la causa en estado de dictar sentencia, la Sala I del Tribunal dispuso plantear y resolver las siguientes: CUESTIONES 1ra.) ¿Es admisible el presente recurso? 2da.) ¿Incurrió el "a quo" en errónea aplicación del art. 80 de la Constitución Nacional? 3ra.) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? A la primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: La sentencia es definitiva en los términos del art. 450, se ha anunciado y traído el recurso en los plazos del art. 451 y se invocan motivos de los contenidos en el art. 448 todos del rito penal. Voto por la afirmativa. A la misma primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: Adhiero al voto del doctor Sal Llargués y doy el mío en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. A la misma primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: Adhiero al voto de los colegas preopinantes en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. A la segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Entiendo que el recurso intentado, en cuanto a la declaración del "a quo" de la inconstitucionalidad del Decreto nº 496/99, no puede prosperar. Ello a partir de la reconsideración del tema que me lleva a apartarme del precedente que invoca el doctor Natiello. El art. 80 de la Constitución Argentina rea: "Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la parte restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por el Congreso". Cabe recordar aquí que la sanción de una norma penal es un acto complejo federal, que requiere la voluntad de ambas Cámaras del Congreso, como así también del Poder Ejecutivo Nacional (arts. 75 inc. 12 y 99 inc. 3º de la Carta Magna). Dada la delicada naturaleza del sistema penal —que se proyecta sobre la libertad de las personas-, el Constituyente ha tenido un especial cuidado en resguardar el procedimiento para la sanción de normas penales. Así, por ejemplo, ha prohibido expresamente el uso del Decreto de Necesidad y Urgencia para la materia penal (art. 99 inc. 3º tercer párrafo); ha prohibido que el Congreso delegue en el Poder Ejecutivo facultades extraordinarias por las que "la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna" (art. 29); y ha prohibido expresamente la materia penal, también, para el caso de iniciativa popular legislativa (art. 39 tercer párrafo, todos de la Constitución Nacional). De todo lo expuesto se infiere, sin lugar a dudas, un especial recelo del Constituyente en la forma en que las normas penales han de ser sancionadas. En el caso el análisis, el Decreto 496/99 —como bien lo afirma el "a quo"- ha pretendido promulgar parcialmente una norma penal del Poder Legislativo, pero vetándola parcialmente de modo tal que una conducta que el Poder Legislativo pretendió limitar a la esfera contravencional —con una sanción, naturalmente, menor a las previstas en el art. 189 bis del Código Penal-, quedara tipificada dentro del Código Penal, con una penalidad notoriamente superior. En otras palabras, mediante el "veto parcial" ha contradicho gravemente la intención del legislador de tornar atípica penalmente una conducta y reducirla al ámbito de contravención; pretendiendo así —mediante ese veto parcialmantener como delito penal una conducta que el legislador quiso reducir al ámbito contravencional. A partir de lo expuesto, ninguna duda cabe que el Poder Ejecutivo ha alterado el espíritu de la ley emanada por el Congreso, cuando éste pretendió desincriminar como delito una figura que el Poder Ejecutivo, por la indirecta vía del veto parcial, pretende mantenerla como tal. Como es sabido una situación como la descripta, obedece a que el legislador ha reconsiderado el conflicto de que se trate y ha entendido que su inclusión en el conjunto de conductas sancionadas con pena penal, resulta excesiva y —por endedispone contemplarla sólo como una falta. Esta voluntad de los representantes del pueblo en el Congreso Nacional ha sido desconocida por el poder administrador que de ese modo la ha pervertido. La circunstancia de que —a criterio de la recurrente- el conjunto de normas penales referentes a la tenencia y portación ilegal de armas de guerra hayan tornado más conveniente la solución propiciada por el Poder Ejecutivo que la del proyecto del Legislador, en nada puede cambiar el hecho de que el Poder Ejecutivo —como se deja dicho- ha alterado grave y expresamente la intención del legislador, lo cual le está expresamente vedado por el art. 80 de la Constitución Nacional. Al afirmar la recurrente la mayor conveniencia de la solución normativa del Poder Ejecutivo por sobre la del Legislador, no hace más que resaltar la discordancia entre ambas, lo que sólo fortalece los argumentos vertidos por el "a quo" en su decisorio. Párrafo aparte merece la aparente defensa de las normas en crisis que efectúa la recurrente cuando afirma que el Proyecto del legislador tiene por origen el "'clamor popular' ante el auge de la delincuencia" y consiste en "un intento de emparchar leyes anteriores superadas por la realidad". Si tal es la naturaleza y el origen de la norma penal en cuestión, y a ello se agrega su promulgación mediante veto parcial del Poder Ejecutivo, pocas dudas pueden caber del acierto del "a quo" en apartarse de ese instrumento pretendidamente jurídico y aplicar el texto anterior del Código Penal. Voto por la negativa. A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: Esta Sala ya ha rechazado por unanimidad la inconstitucionalidad del veto parcial de los artículos 1 y 2 de la ley 25.086 (ver, en este sentido, causa nº 9469 caratulada "B. ...") Con voto del doctor Piombo, se expresó en esa oportunidad que: "Controvertida su existencia durante la Constitución de 1853, aceptado por la Constitución de 1949 (C. S 13/9/68 E.D t. 28, p. 186; Cám. Nac. Trab. Sala V, 7/7/66, E.D. t. 16, p. 283), y definitivamente establecido por la Ley Fundamental de 1994, el veto parcial constituye hoy instituto constitucional de incontestable validez (art. 80 de la Carta Magna vigente)". "La facultad del veto, sea éste total o parcial, se basa en el carácter de colegislador que el Poder Ejecutivo tiene y que se le atribuye en razón de su intervención en el proceso de formación de las leyes (Cám. Nac. Fed. en lo Contenciosoadministrativo, Sala 2, 13/12/94, L.L 1995-D, p. 395). Su finalidad es expresar el disenso del P.E., dejando a salvo el objeto fundamental del proyecto aprobado por el Congreso, limitando las observaciones a una parte de la misma, en tanto que el resto no observado de aquella adquiere fuerza de ley y entra en vigencia desde el momento en que se le promulga (Cám. Nac. Federal, La Plata, Sala 4, 19/5/92, L. L 1993-C, p. 321)". "...cabe recordar que lo atinente a la validez o nulidad de una ley objeto de veto parcial, no puede ser juzgada en forma abstracta o genérica, sino atendiendo a todo el contexto legal y a la incidencia que sobre él proyecta concretamente el indicado veto (Cám. Nac. Apel. en lo Federal, Civil y Comercial, de la Capital Federal, S. 2, 17/3/99, L. L, t. 1992-E, p. 535). En este entendimiento, el control judicial atañe exclusivamente a si las normas observadas han podido escindirse del texto del proyecto total sancionado por el Congreso sin causar detrimento o daño a su objetivo general (C.S 19/10/95, L.L t. 1996-B, p. 19; ídem 20/8/96, L. L. t. 1997-C, p. 62)". "En este orden de ideas, el decreto 496 aparece como suficientemente motivado, siendo las razones expuestas por el P.E.N. racionales: se trata de evitar una incongruencia en la sanción penal de conductas estimadas peligrosas para el bien jurídico protegido. Sentado lo anterior, es claro que no pueden revisarse los criterios de oportunidad que hayan jugado respecto del acto de gobierno atacado, incluso si el P.E. cumplió o no con su promesa de enviar un nuevo texto al Congreso, reparatorio de la inadvertencia del Poder Legislativo. Por otra parte, un examen objetivo revela que la normatividad vetada ha podido escindirse del texto del proyecto sancionado por el Congreso, sin detrimento de la parte no observada, es decir que no afecta su autonomía (Cám. Nac. Civ. S.E 22/9/92, J.A 1995-III, síntesis). De ahí que quepa concluir, desde este punto de vista, en la validez del decisorio puesto en tela de juicio (conf. C.S, 5/4/1995, E.D. 162, p. 529)". "Cabe añadir que cada Poder del Estado es soberano en su esfera y no necesita del acuerdo o aquiescencia de los otros para ejercer facultades que le son privativas. De ahí que el P.E.N., para ejercitar sus funciones de colegislador no debía pedir acuerdo alguno al Congreso ni era necesario un acto de éste para validar el decreto dictado. Pensarlo distinto sería subvertir principio de el la tradicional separación y aceptado de poderes, plenamente adoptado en la Ley Fundamental". "A mayor abundamiento cabe observar que si bien es cierto que en apariencia sería más armónico el criterio plasmado en la legislación vetada, debe tenerse en cuenta que su implantación llevaría a la órbita de la justicia de excepción un importante caudal de hechos que centralmente lesionan bienes de neta raigambre local y no federal". No veo razones para mudar de criterio. Voto por la afirmativa. A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: Adhiero al voto del doctor Natiello en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. A la tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Visto el modo en que han quedado resueltas las cuestiones precedentes y dejando a salvo mi opinión, estimo que corresponde: 1) declarar admisible el recurso de Casación interpuesto por al señora Agente Fiscal del Departamento Judicial Azul, doctora Silvia Etcheverry, en causa N° 143 seguida a R. E. R.; 2) por mayoría, hacer lugar al recurso y, en consecuencia, casar parcialmente el decisorio impugnado en cuanto absuelve al imputado R. por el delito de tenencia de arma de guerra; y 3) disponer el envío de copia de la presente al "a quo" para que, debidamente integrado, renueve los actos pertinentes y dicte nuevo pronunciamiento de acuerdo a lo resuelto, manteniendo incólume la condena por el delito de abuso de armas así como lo decidido en las cuestiones primeras y segunda del veredicto en relación a la tenencia ilegítima de armas de guerra (Arts. 80 de la C.N., 189 bis tercer párrafo del C.P. -t.o. según Ley 25086-, 448, 450, 451, 452 inc. 1º, 456 primer párrafo, 461, 530, 531 y ccs. del C.P.P.). Así lo voto. A la misma tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: Adhiero al voto del doctor Sal Llargués y doy el mío en igual sentido y por los mismos fundamentos. Así lo voto. A la misma tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: Adhiero al voto de los colegas preopinantes en igual sentido y por los mismos fundamentos. Así lo voto. Con lo que terminó el Acuerdo dictándose la siguiente: SENTENCIA Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, el Tribunal resuelve: I.- Declarar admisible el recurso de Casación interpuesto por la señora Agente Fiscal del Departamento Judicial Azul, doctora Silvia Etcheverry, en causa N° 143 seguida a R. E. R.. II.- Por mayoría, hacer lugar al recurso y, en consecuencia, casar parcialmente el decisorio impugnado en cuanto absuelve al imputado R. por el delito de tenencia de arma de guerra. III.- Disponer el envío de copia de la presente al "a quo" para que, debidamente integrado, renueve los actos pertinentes y dicte nuevo pronunciamiento de acuerdo a lo resuelto, manteniendo incólume la condena por el delito de abuso de armas así como lo decidido en las cuestiones primeras y segunda del veredicto en relación a la tenencia ilegítima de armas de guerra. Arts. 80 de la C.N., 189 bis tercer párrafo del C.P. -t.o. según Ley 25086-, 448, 450, 451, 452 inc. 1º, 456 primer párrafo, 461, 530, 531 y ccs. del C.P.P. Regístrese. Notifíquese. Remítase copia certificada de lo aquí resuelto al Tribunal Criminal N° 1 del Departamento Judicial Azul. Oportunamente archívese. Fdo.: BENJAMIN R. SAL LLARGUES; CARLOS A. NATIELLO; HORACIO D. PIOMBO. ANTE MI: CRISTINA PLACHE