MaNUEL QUIROGa LOSaDa: RETRaTO DE UN GRaN aRTISTa

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MaNUEL
QUIROGa LOSaDa:
RETRaTO DE UN
GRaN aRTISTa
Yo soy sólo un violinista. Un violinista muy
amante de su tierra y nada más.
F a arte e arquitectura
Manuel Quiroga
En una Pontevedra de intensa actividad política y cultural que, en
plena Restauración monárquica, se
sustenta en un sistema bipartidista
integrado por los partidos conservador y liberal que pactan sus períodos
en el poder, verá la luz el gran violinista y compositor Manuel Quiroga
Losada. La estructura social de esta
pequeña ciudad presenta notables
diferencias sociales entre los grupos que la conforman y que se reúnen en torno a tres Sociedades:
El Liceo, El Recreo de Artesanos y
las Organizaciones Obreras. Es el
momento del desarrollo urbanístico, de la creación de la Sociedad
Arqueológica, de la intensa actividad de los Orfeones, de los Coros y
de las Bandas; de la trascendencia
de unos Juegos Florales que cuentan con la presencia de personajes como Pérez Galdós, Zorrilla,
Pardo Bazán, Azorín o Murguía.
Por sus centros educativos transitan ilustres enseñantes como Said
de Armesto, Andrés Muruáis o
Ernesto Caballero. De sus imprentas salen las obras de Indalecio
Manuel Quiroga y su padre D. José Quiroga, ca. 1900.
Armesto, de Torcuato Ulloa, o
de Valenzuela. Revistas y diarios
como Extracto de Literatura, Galicia
Moderna, El Anunciador, El Eco de
Pontevedra, El Diario de Pontevedra,
La Libertad o La Correspondencia
Gallega son fuente permanente de
información. La actividad del Liceo
y del Teatro Principal, con su temporada de ópera, las audiciones
privadas del Pazo de las Mendoza,
las tertulias de Jesús Muruáis,
la de Casto Sampedro o la de la
Botica de la Peregrina son muestra
Carlos Cambeiro
EL pERSONAjE,
EL INTéRpRETE
En este favorable ambiente nace
Manuel Quiroga el 15 de julio de
1892. Es el tercero de cuatro hijos del matrimonio formado por
D. José Quiroga, conocido comerciante de paños y tejidos, y Dª Pilar
Losada. Desde muy temprana edad,
Manuel, muestra excelentes dotes
artísticas en los campos de la música y de las artes plásticas. En su
etapa musical inicial recibe las enseñanzas de violinistas diletantes
como Benito Medal, Juan Sayago e
Isidro Puga. Tras un primer contacto de Manuel Quiroga con el público —a la temprana edad de ocho
años—, en 1903, con once años,
actúa en el Café Moderno y en el
Liceo Casino de Pontevedra, y en
el Círculo Mercantil de Santiago de
Compostela. En 1904 destacaremos
el veintinueve de mayo con un concierto en el Liceo de Pontevedra,
organizado por el Círculo Católico
de Obreros; el treinta de mayo en
el Círculo Católico de Santiago de
Compostela, y el diecisiete de junio
en la velada de la Sociedad Artística
de Pontevedra.
Gracias a la concesión de una beca
de la Diputación de Pontevedra
podrá continuar sus estudios musicales en Madrid en 1904, con el
afamado violinista José del Hierro,
quién ve en Quiroga unas especiales condiciones para el violín. En
poco tiempo el maestro presenta
al alumno como un excelente virtuoso.
De gran trascendencia y responsabilidad para el futuro del estudiante será su presentación al público
de Madrid en mayo de 1907, en un
concierto celebrado en el Teatro de
la Princesa; evento organizado por
el Centro Gallego, del que recoge
críticas muy favorables. En el mes
de agosto de ese mismo año actúa
en el Teatro del Liceo de Pontevedra
—con una de las joyas que tendrá a
lo largo de su vida: un violín Amati
1
del año 1682 cedido por la familia Mugártegui de Pontevedra que
procedía de un regalo recibido, en
el s. XIX, de la Reina Isabel II—, y
en el Teatro Rosalía de Castro de
Vigo en el mes de septiembre. Al
año siguiente, por invitación del Sr.
Montero Ríos, muestra sus habilidades en la residencia del ex-Presidente del Consejo de Ministros;
y en diciembre en el chalet de las
hermanas Mendoza. En marzo de
1909, acompañado por el maestro
Guervós actúa en el elegante hotel
de los marqueses de Bolaño, concierto que contará, de nuevo, con la
presencia del Sr. Montero Ríos. Esta
actividad concertística es relevante
si tenemos en cuenta que Quiroga
es todavía un estudiante.
Cuando en octubre de 1909 Manuel
ha alcanzado los conocimientos
máximos que el Madrid de principios del siglo XX le podía ofrecer, se
pondrá en ruta, acompañado por su
padre —gran mentor de Manuel—,
en un viaje cuya meta debería ser
Berlín, y que tenía por objetivo continuar sus estudios con el gran violinista austríaco, Fritz Kreisler. La
casualidad hará que en su recorrido se detengan en París y coincidan
con Juan Ruiz Casaux, estudiante de
violoncello y amigo de Manuel. Este
los anima a quedarse en París, verdadera cuna del violinismo en esos
momentos. Tras obtener el número uno entre casi trescientos aspirantes al Conservatoire National de
Musique estudia violín con Edouard
Nadaud, uno de los más prestigiosos
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Manuel Quiroga con 12 años fotografiado por
Kaulak en Madrid.
profesores del Conservatorio y gran
concertista.
Los dos años siguientes los dedica
al estudio intenso del violín por lo
que el contacto con el público será
ocasional. Durante este período es
indispensable la inestimable ayuda
2
de la pianista Marthe Lemann , que
contribuye, entre otras cosas, a que
Quiroga adquiera una mejor formación en la lectura a primera vista;
práctica en la que el violinista se
confiesa inexperto. Poco antes de
presentarse al concurso anual de
violín del conservatorio parisino,
el público podrá disfrutar de una
importante actuación suya en la
sala Pleyel de París el veintisiete de
mayo de 1911.
La formación adquirida le permite
el cuatro de julio de 1911 conseguir, entre cuarenta y tres participantes, el Primer Premio de Violín
3
del Conservatorio de París , que
lleva adjunto, los Premios Sarasate,
Monnot y Jules Garcin. El jurado estuvo formado por los ilustres músicos: MM. Gabriel Fauré, presidente;
Jacques Thibaud, Jules Boucherit,
Henri Rabaud, Jules Mouquet, Alfred
Bruneau, Estyle, Maurice Herwitt,
F a arte e arquitectura
incuestionable de la trascendencia
de esta urbe, en la que notables
miembros del gobierno nacional
pasan largas temporadas, y que en
el caso de Montero Ríos y González
Besada lo harán, respectivamente,
en sus lujosos pazos en Lourizán y
Poio, en los que se cuece parte de
la política de estado.
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Alumnos premiados en la especialidad de violín en el concurso de 1911 en el Conservatorio de París. En el centro Manuel Quiroga, Primer Premio.
F a arte e arquitectura
Quesnot, Luquin, Lucien Capet, y
G. Willaume. Para comprender la
magnitud de este galardón debemos
tener en cuenta que anteriormente
lo había obtenido Sarasate, y que
ningún alumno lo había conseguido
antes de cuatro o cinco cursos de
estudio en el conservatorio.
Tras la obtención del lauro parisino viaja a Pontevedra en el verano
de ese mismo año. La noticia de su
viaje a la ciudad se convierte en un
auténtico acontecimiento para esta
pequeña capital de provincia, hasta
el punto de que sus paisanos le esperan con ansia, horas antes de la
llegada prevista. La ciudad se paraliza y lo recibe como a un héroe en
la estación del ferrocarril con fuegos de artificio, la Banda de Música
Municipal y el Orfeón de la Sociedad
Artística con sus banderas y estandartes; después lo acompaña a su
domicilio alzado en hombros, como
si se tratase de un torero, atravesando arcos de triunfo florales. La
Sociedad Liceo-Gimnasio le premia
su hazaña parisina con el Título
de Socio de Mérito. Días más tarde, sus correligionarios asisten al
concierto celebrado el veintiséis de
agosto en el Teatro Principal. En
esta ocasión Manuel Quiroga está
acompañado por el célebre pianista
Enrique Granados.
acompañado al piano por Marthe
Lemann. Después viaja a Lille y
Bordeaux con la orquesta Sechiari
y, hacia final de año, lo encontraremos nuevamente por España en
las ciudades de Burgos, Zaragoza,
Gijón, Oviedo y Bilbao; conciertos
organizados por las Sociedades
Filarmónicas de España.
La concesión del Premio de Violín
le abre las puertas al mundo profesional con numerosos conciertos,
pudiendo destacar los celebrados
los días veintiuno y veintidós de
diciembre en Bilbao, organizados
por la Sociedad Filarmónica, y que
cuenta con el acompañamiento del
pianista José Iturbi, formado también en el Conservatorio de París.
En 1913 se repiten sus éxitos en
Bilbao, Oviedo, Gijón, Burgos,
Zaragoza y otras poblaciones, y
en París podrá contar, de nuevo,
con la colaboración de la orquesta Sechiari, en esta ocasión en el
Teatro Marigny. Ese mismo año
se produce un acontecimiento que
amplia significativamente el área
de actuación del artista. Se trata de la firma de un contrato, durante cinco años, con el afamado
representante Jos J. Schürmann,
agente musical de grandes artistas
como Kubelick, Sarasate, Casals,
Thibaud o Paderewski, que supondría la oportunidad que necesitaba
En la tournée de 1912 por España
hará su presentación en el Casino
de San Sebastián en el mes de
marzo y, en agosto, en los teatros
Principal de Pontevedra, y Teatro
Rosalía de Castro de La Coruña,
Carlos Cambeiro
que había realizado en el jardín de
la casa en la que nació el músico
de Bonn. En 1917 Quiroga rechaza una propuesta de conciertos por
América, debido al reciente fallecimiento de su amigo y compañero E.
Granados en aguas atlánticas, pero
que se verá compensada por los
numerosos conciertos en España y
Francia, país en el que actúa por primera vez en la Salle Gaveau de París
el treinta y uno de enero de 1917.
Las ovaciones y el entusiasmo
del público va en aumento, siendo muy habitual que después de
las actuaciones de Quiroga, los
fervorosos incondicionales lo
esperen a la salida de los teatros y de las salas de concierto para aplaudirle y, en muchas
ocasiones, acompañarlo hasta
su lugar de residencia, no siendo ya excepcional que se repita el acontecimiento de julio de
1911 en Pontevedra, de alzarManuel Quiroga en 1911.
lo en hombros. Quiroga está ya
entre los grandes, compartiendo
escenario en las mismas salas en
Desde 1918 es un intérprete habilas que actúan Alfred Cortot, André
tual de las tournée, por las principaHekking, Fritz Kreisler, Jacques
les ciudades españolas, en concierThibaud, Eugène Ysaÿe, Mischa
tos organizados por las Sociedades
Elman, Efrem Zimbalist…
Filarmónicas: Pontevedra, Vigo,
Ferrol, Gijón, San Sebastián,
La unión matrimonial entre Manuel
Navarra, Baleares, etc. Entre ellas
Quiroga y Marthe Lemann, celebradestacaremos, por sus connotacioda en París el veintiuno de julio de
nes regionalistas, las actuaciones
1915, será el principio de una cocelebradas el dieciocho de junio en
laboración artística que se inicia
Ourense —en ella se le insinúa la
con una nueva gira americana por
necesidad de escribir música galas ciudades de New York, Boston,
llega—, y el cuatro de agosto en
Philadelphia, Cincinati, Washington,
el Teatro Rosalía de Castro de La
Wiscosin o Chicago. El año 1916
Coruña; esta última organizada por
continúa para los artistas con otra
la Asociación de la Prensa de la ciutournée por el continente america4
dad herculina —en la que se reitera
no que se prolonga hasta finales de
la petición orensana para que comjunio. Ya de regreso en París conoponga obras que contengan rasgos
ce al escultor ruso Aronsonn que le
autóctonos del folklore gallego—.
regala una reproducción del busEstas actuaciones están promovidas
to de Beethoven, en miniatura, del
por grupos como «As Irmandades
da Fala» que recogen, entre otras,
las palabras de Losada Diéguez a
raíz de un anterior concierto celebrado en Ourense en 1907, y en el
que también intervino Quiroga:
91
Necesario que en nuestra patria gallega surjan artistas que
nos traigan aires de vida espiritual… Bueno sería que todos los
gallegos, por lo menos en lo íntimo del corazón, estableciésemos
activa solidaridad con nuestro
arte y nuestros artístas…
A partir de este momento Manuel
Quiroga se convierte en un referente identitario del galleguismo.
Le dedican poemas Fernández
Mato,
Eladio
Rodríguez
González, Valle-Inclán; los artistas plásticos lo adoptan como
5
modelo: Aronson, Asorey , Luis
Mosquera, Fernando Campo,
Zubiaurre; los fotógrafos lo perpetúan: Zagala, Kaulak, Pintos o
Casado; y Castelao y otros artistas hacen caricaturas y dibujos
de él. Todos consideran que el
violín en las manos de Quiroga
es una expresión de galleguidad.
Hasta, por decisión del gobierno local, la calle en la que nació pasa
a llamarse calle «Manuel Quiroga»;
nombre que conserva en la actualidad.
Se producen nuevos nombramientos de Sociedades e Instituciones
Públicas, entre los que destacaremos el de Socio Honorario del Liceo
Casino de Pontevedra, y el nombramiento de Socio de Honor das
Irmandades da Fala.
A raíz del éxito obtenido en el concierto organizado por la Asociación
de la Prensa de La Coruña, citado
anteriormente, surge la idea de regalar al maestro de violín «el mejor
instrumento que se encontrase a la
venta», por medio de una suscripción
participada por los Ayuntamientos,
F a arte e arquitectura
el virtuoso para entrar en los grandes circuitos europeos. Gracias a
este contrato recorre Europa hasta
que en 1914, a causa del estallido
de la Primera Guerra Mundial, interrumpe la gira por ciudades como
Amberes, Berlín, Bruselas o Viena,
dirigiendo su carrera hacia nuevos
derroteros en los países de ultramar. Emprende su primera tournée
por los Estados Unidos, actuando
en ciudades como New York (en el
Hippodrome ante cinco mil personas), Philadelphia, Boston,
San Francisco o en las canadienses Montreal y Toronto.
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las Diputaciones y el pueblo gallego. A la suscripción iniciada por
el Ayuntamiento de Pontevedra,
se le suma el compromiso adquirido entre la Sociedad Filarmónica
de Santiago y la Asociación de la
Prensa de La Coruña, para que se
le regale un violín Stradivarius que
debería entregarse al artista el uno
de enero de 1919:
El Stradivarius de Quiroga
será el monumento perenne de
la idealidad Gallega, la concreción
grandiosa de nuestro anhelo hacia los caminos más altos.
oscureciendo, incluso, la labor de
Andrés Gaos, otro gran violinista gallego, afincado en Argentina.
Quiroga asiste a homenajes en los
que participan políticos, escritores
y otras personalidades de la intelectualidad gallega como Emilia Pardo
Bazán o Said Armesto. La fuerza
que emana del violín de Quiroga la
quieren aprovechar los nacionalistas, en la interpretación de aquellas
piezas que presentan características
propias del folklore gallego, para
avivar la pasión del pueblo. Sus interpretaciones se consideran como
«una esperanza real para la conciencia artística gallega», como
«una evocación musical del paisaje
gallego».
Este poder de convocatoria se
comprueba cuando el conde de
Creixell le invita a una cena, en febrero de 1919; invitación a la que,
F a arte e arquitectura
Con el tiempo este espontáneo interés se irá debilitando hasta el punto
de que cuando en el año 1920 se
tienen noticias de la existencia de
un violín de estas características en
París, no serán suficientes los anuncios en la prensa para conseguir la
cantidad necesaria para adquirirlo.
En realidad, la cantidad no varía
significativamente con respecto a la
reunida con anterioridad al conocimiento de la venta del Stradivarius.
No obstante, la suscripción seguiría
en curso.
Aparte de la intensa actividad concertística de Manuel Quiroga en
los conciertos organizados por las
Sociedades Filarmónicas, debemos
destacar, también, durante los meses de enero y febrero de 1919 en
Madrid, las actuaciones en el Hotel
Ritz ante los amigos de la nuera
de Albéniz, gran admiradora del
violinista; y en los teatros de la
Comedia, Real y Price, —este último con la orquesta Filarmónica de
Madrid—. Días más tarde, en la ciudad portuguesa de Oporto cosechará grandiosos éxitos.
Los políticos aprovechan la fama
del artista en su propio beneficio,
y Quiroga obtendrá con ello importantes réditos al convertirse, en estos años, en el centro de admiración de la cultura musical gallega;
Anverso del programa de mano correspondiente al concierto celebrado en 1919, en el Teatro Price de Madrid.
Carlos Cambeiro
Yo soy tan sólo un violinista.
Un violinista muy amante de su
tierra y nada más. Sí como gallego tengo alguna aspiración secreta, es la de ser una especie de
mirlo. Un mirlo más de este paisaje, que vaya recordándolo por
7
el mundo .
El uno de marzo se traslada a San
Sebastián con el fin de actuar en el
Palacio de Algete, propiedad de la
condesa, viuda, de Casa-Valencia,
concierto que contará con la presencia de S. M. la Reina y de Sus
Altezas Reales las infantas doña
Isabel y doña Luisa y el infante D.
Carlos. El siete de marzo Quiroga
y la Orquesta Filarmónica estarán en el Price. Nuevas actuaciones: el quince en el Odeón de Vigo,
el diez de agosto de 1919 en el
Teatro Victoria de San Sebastián,
con la presencia de la Reina Doña
Cristina, y el once en el Palacio
de Algete, de nuevo, asistirá la
Reina. Después realiza una excursión a Galicia por los escenarios
noticia del fallecimiento de su
madre Dª Pilar Losada.
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El período comprendido entre
1921 y 1923 continúa con nuevos éxitos por Francia, España y
Reino Unido.
Busto de Manuel Quiroga realizado por Asorey en
1919 que se encuentra, desde el año 1949, en los
Jardines del Dr. Marescot en Pontevedra.
de las ciudades de Orense, Vigo,
Pontevedra, Santiago, La Coruña,
Ferrol y Lugo, a la que seguirán
otros conciertos por Vitoria, Bilbao,
Valladolid o Zaragoza. En este mismo año de 1919, el pintor Juan Luis
lo retratará en una pintura al oleo
que, con posterioridad, se exhibirá
en una exposición en Zaragoza.
Hasta este año no se dará a conocer en las Islas Británicas nuestro
relevante violinista, debido a que
los primeros intentos por acercarse
a este país en 1913 y 1914 no llegan a buen puerto. Será en octubre
de 1919 cuando, en una audición
privada en la sede diplomática española ofrecida por el Rey Alfonso
XIII, se presente a la corte inglesa y el veintiocho de abril de 1920
al público en el Wigmore Hall de
Londres. Quiroga considera que es
el mayor éxito que ha logrado hasta
la fecha, en una exigente metrópoli
en la que algunos de los más grandes artistas no triunfaron; y en la
que, hasta Sarasate tardaría cinco
años en ser reconocido. Su alegría
se verá eclipsada al recibir, a finales de año y en plena gira, la triste
En el transcurso de la vida profesional de Manuel Quiroga se
constata su enorme generosidad en el número de conciertos
benéficos que realiza. Desde
destinar la recaudación para
los enfermos del Hospital y a
la Escuela Normal de Maestros
de Pontevedra, a dedicarlo al
Aguinaldo del soldado. Esta generosidad no se vio recompensada finalmente con el sueño
que acompañó a Quiroga durante toda su vida de tener un
Stradivarius propio. Si bien es cierto que al principio, de la suscripción
iniciada por el Ayuntamiento de
Pontevedra, cree que se lograría el
objetivo previsto, el violinista descarta esta posibilidad a medida que
van avanzando los años veinte.
En la gira por España de 1924 será
su acompañante el gran pianista,
compositor y director de orquesta
argentino, Juan José Castro. Con la
presentación en el Carnegie Hall
de New York que realiza ese mismo año, se convierte en uno de
los más admirados violinistas de la
nueva generación, junto a figuras
de la talla de Jascha Heifetz. En esta
tournée tocará Quiroga en un magnífico Stradivarius del año 1727. A
su regreso a Europa actúa con la
London Symphony Orchestra, bajo
la batuta de Sir Thomas Beecham,
dando otros conciertos también en
Bélgica y España, donde alcanza
un clamoroso éxito en el concierto
celebrado en el mes de mayo en el
Teatro Tamberlíck de Vigo.
La nueva gira de 1925 la inicia con
Marthe, pero la crisis de la pareja
provocará el abandono de su mujer
F a arte e arquitectura
en un principio, deberían asistir
los políticos catalanes Cambó
6
y Ventosa . El objeto de la reunión no era el habitual para
escuchar, en audición privada,
el prodigioso sonido que extraía
del violín el artista. Nada más
lejos, el verdadero objetivo de
los políticos catalanes era que,
este mago del violín, se convirtiese en adalid político del regionalismo gallego, al considerarlo
un personaje capaz de influir en
las masas que lo adoran, y que
emplease esa influencia sobre el
público, en beneficio de la causa política. Quiroga, perplejo
por tal ofrecimiento se disculpa por no aceptarlo al considerar que esta faceta no es la que
debe desempeñar un intérprete:
la suya es comunicar la belleza
del arte musical per se, y nunca con
la finalidad de influir en la libre decisión de las personas.
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en plena tournée por España. Este
hecho contraría a Quiroga que muestra, al mismo tiempo, su preocupación ante un posible sustituto que se
adapte a su manera de interpretar.
Por suerte, será de nuevo Juan José
Castro quien finalice la gira. A finales
de año, Quiroga no puede atender a
todos sus compromisos, así que cancela los conciertos programados en
Sevilla, y continúa con la tournée de
1926 por Montecarlo e Italia —que
tendrá una espectacular acogida en
Roma—, y después por Argentina y
Uruguay, en la que contará de nuevo
con un violín Stradivarius, en este
caso del año 1713, propiedad de Mr.
J. Jannette Walen y de un lutier holandés. Marthe, su mujer, será nuevamente su pianista acompañante
F a arte e arquitectura
De 1927 destacaremos los Concerts
Lamoureux dirigidos por Paul Paray
y el retrato al óleo que le hace en
París, el pintor de gran renombre en
Pontevedra, Antonio Medal.
En la gira americana de 1928, contará con la colaboración de Iturbi,
y tendrá entre sus manos un violín Guarnerius del Jesu de 1737, cedido por el empresario americano
John Wanamaker. Además de los
numerosos éxitos que cosecha, debemos citar la grabación de discos
8
para la Casa Victor , que incluye
9
cuatro obras suyas . Después de
unos meses por Europa, en los que
colabora en la temporada musical
del Casino de Montecarlo bajo la
dirección de Paray, vuelve en julio de 1929 a Argentina y Uruguay
donde prolongará su estancia hasta octubre, en compañía de Marthe.
En Montevideo, estrena la Fantasía
para violín y orquesta, del compositor uruguayo Eduardo Fabini, en
el Teatro Solís de Montevideo el
22 de agosto, bajo la dirección del
maestro Vicente Pablo. En Buenos
Aires es agasajado por el Presidente
de la República, los Ministros de
Guerra, de Instrucción Pública y el
Embajador de España.
Portada de los programas de mano de los conciertos de Manuel Quiroga y Marthe Lemann en el Teatro Odeón
de Buenos Aires, correspondientes a la gira de 1926 por Argentina y Uruguay.
Durante los años 1930 y 1931 graba para la firma discográfica francesa Pathé.
Entretanto, vuelve en 1931 a
España para actuar en la temporada de conciertos organizada
por las Sociedades Filarmónicas.
Subrayaremos entre estos conciertos, el celebrado en La Coruña el
veintitrés de octubre de 1931 por
tratarse de la última oportunidad
que esta ciudad, que tanto lo ha
querido, tendría para aplaudir al
artista y a su esposa; Quiroga, en
señal de agradecimiento, interpreta su Danza Cubana nº2, obra muy
conocida por el público coruñés. El
veinticuatro de septiembre de 1931
Manuel Quiroga recibe la condecoración más importante que puede
recibir en el país franco un extranjero: «Caballero de la Legión de
Honor», condecoración instaurada
por Napoleón.
Nuevos conciertos en París durante el siguiente año y, en España, la
Asociación de la Prensa de Vigo le
recompensa con el Título de Socio
Protector por su generosidad al
destinar la recaudación de un concierto, celebrado tres años antes,
para el Montepío de la prensa viguesa. En la temporada 1933-34
realiza una gira por España con
Carlos Cambeiro
En 1937 actúa en New York, bajo
las órdenes de George Enescu y
la Philharmonic Symphony of New
York, en el Carnegie Hall, en el mes
de febrero; y en abril en el Town
Hall, acompañado al piano por su
gran amigo Iturbi. El ocho de junio de ese mismo año, después de
despedir a Iturbi que parte para
Philadelphia, un camión en Times
Square acaba con todos sus proyectos e ilusiones.
Fotografía de Manuel Quiroga en Córdoba
(Argentina) en 1929.
el pianista y compositor Joaquín
Nin. Después, un nuevo viaje por
Argentina y Uruguay, acompañado por su mujer. En la ciudad argentina de Córdoba actúa con la
Orquesta Sinfónica de Córdoba,
dirigida por Eduardo Gasparrini, y
en Montevideo con la orquesta del
S.O.D.R.E, con el maestro Lamberto
Baldi al frente.
Si bien el año 1934 continúa para él
plagado de éxitos, en París pasará
todo el año siguiente sin poder mostrar sus cualidades interpretativas,
debido a las agitaciones sociales y
a la presencia de tropas en la capital francesa. ¡No habrá trabajo para
nadie! Por ello, busca una salida
desesperada en el continente americano pero, para su desgracia, esta
no llegará hasta la temporada de
conciertos 1936-37, temporada en
la que los americanos, ajenos a los
problemas que se están gestando
en Europa, contratarán a eminentes figuras entre las que se encuentra este prodigio del violín: pianistas de la talla de Vladimir Horowitz,
Jose Iturbi, Artur Schnabel, Rudolf
Serkin y Robert Casadesus; violinistas como Jascha Heifetz, Joseph
Szigeti, Manuel Quiroga y Samuel
Después del accidente, y tras una
larga convalecencia, permanecerá
en New York hasta el mes de mayo
de 1938, en cuyo período de tiempo Quiroga interviene en un concierto celebrado en casa del doctor
Hamilton Rice y en el que actúan
también Lucrecia Bori y Andrés
Segovia, el veintinueve de marzo
de 1938. Después regresa a París
y percibe los primeros síntomas de
la enfermedad —diagnosticada en
la época como Parkinson— que se
manifiesta inicialmente de forma tímida pero que sigue su curso implacable. Su carrera violinística ha llegado a su fin: Quiroga ya no volverá
a subirse a un escenario. Se refugia
en la composición incrementando
su producción con nuevas obras y
realizando algunas adaptaciones
de sus creaciones anteriores; obras
que serán publicadas hasta el año
10
1941 . Sus últimas composiciones
las escribe en 1942.
95
El artista tendrá que afrontar, con
paciencia y valentía, el último tercio de su vida en el que las múltiples dolencias y la ruina económica
irán mermando sus facultades físicas. El retorno definitivo a España
se realiza en 1945. Al año siguiente, la Diputación de Pontevedra le
concede una pensión vitalicia que
le ayuda a paliar los gastos causados por la enfermedad, residiendo hasta 1950 entre Pontevedra y
11
Santiago . Después las visitas médicas a Madrid serán regulares hasta que en el mes de julio de 1953
ingresa en un sanatorio neuro-psiquiátrico en la capital de España,
permaneciendo en él hasta finales
de 1958.
Si bien el nombramiento Galo de
1931 como «Caballero de la Legión
de Honor» supuso para Quiroga
el mayor reconocimiento a su
Manuel Quiroga y su esposa, Mathe Lemann en su domicilio de París en 1933.
F a arte e arquitectura
Dushkin; o el gran chelista Gaspar
Cassadó.
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
F a arte e arquitectura
96
Portada del programa de mano del último concierto de Manuel Quiroga antes de sufrir el accidente del ocho de junio de 1937.
Carlos Cambeiro
Durante los largos años de enfermedad de Manuel, su hermano Emilio
afronta la mayor parte de los gastos. Sin embargo, los costes serán
muy elevados y gracias a la generosidad de su compañero José Iturbi,
Quiroga podrá mitigar parte de los
grandes expendios que su enfermedad requiere. Iturbi interviene en diversos conciertos homenaje que se
celebran, respectivamente, el dieciséis de junio de 1949, en el Teatro
Rosalía de Castro de La Coruña y
al que asiste el violinista; el dos de
marzo de 1953 en el Teatro Malvar
de Pontevedra y el veintidós de
agosto de 1958 en Santiago de
Compostela.
El regreso definitivo a Pontevedra
llega a finales de febrero de 1959,
año en el que la Fundación Juan
March le concede una ayuda económica gracias al apoyo, entre otros,
del claustro de profesores del Real
Conservatorio de Música de Madrid.
Quiroga agradecerá personalmente
el apoyo del Conservatorio madrileño mediante una carta enviada
a su director, el compositor Jesús
Guridi.
La proclamación de Manuel Quiroga
Losada como Académico de Honor
de la Real Academia de Bellas Artes
de Nuestra Señora del Rosario, el
veinticuatro de enero de 1960,
será muy importante para el artista
pero sus problemas de salud impiden que se le imponga la Medalla
en vida, al fallecer el diecinueve
de abril de 1961. Será el nueve de
julio de 1961 cuando su hermano
Caricatura de José Iturbi realizada por Manuel
Quiroga en 1940 en París.
D. Emilio Quiroga Losada recoja, en Pontevedra, en presencia de
autoridades, académicos y de un
multitudinario público, el Diploma
acreditativo del nombramiento de
Académico en un homenaje a su
memoria. Después de este emotivo acto las autoridades se dirigen
en comitiva al domicilio del artista, sito en el número 15 de la calle
Manuel Quiroga, con el objeto de
descubrir la lápida que conmemora
el nacimiento y muerte del ilustre
pontevedrés.
A los homenajes póstumos de
la Academia de Bellas Artes de
Nuestra Señora del Rosario le siguen otros importantes que citamos
a continuación:
– A mediados de septiembre de 1962, el «III Concurso
Internacional del Conservatorio
de Música de Orense» en colaboración con los Cursos
Internacionales «Música en
Compostela», se dedica al violín,
como homenaje póstumo «in memoriam» del gran violinista gallego Manolo Quiroga.
– En 1970 se crea la Asociación
Pro-Música de Cámara en Galicia
«Manolo Quiroga» presidida por
Demetrio Salorio Suárez.
– En 1971 se le otorga el Título
de Presidente de Honor de
la Asociación Pro-Música de
Cámara en Galicia «Manolo
Quiroga».
– En 1972 el Museo de Pontevedra
organiza una exposición sobre
Manuel Quiroga que muestra,
entre otros, los fondos donados,
ese mismo año, por D. Emilio
Quiroga Losada al Museo.
– En 1992, con motivo del centenario del nacimiento de Manuel
Quiroga:
• La Diputación de Pontevedra
organiza una serie de actos
que aparecen recogidos en
el Catálogo de la Exposición
«Manuel Quiroga Losada 18921961». Pontevedra: Diputación
de Pontevedra, 1992.
• El Excmo. Ayuntamiento de
Pontevedra organiza una serie
de actos que suponen un «encuentro con la cultura, con la
música y con el recuerdo imborrable de Manuel Quiroga».
Entre estos actos destacaremos
la celebración de conciertos, el
Certamen Periodístico Manuel
Quiroga, y el descubrimiento de una Placa conmemorativa en el monumento, que el
insigne violinista pontevedrés
tiene dedicado en los Jardines
del doctor Marescot.
• En 1992, el Curso Internacional
«Música en Compostela» le rinde homenaje con la publicación: «Manuel Quiroga 18911961: Su obra para violín»/
recopilación y comentarios de
Antonio Iglesias. Cuadernos
de «Música en Compostela,»
nº6. Santiago de Compostela:
«Música en Compostela, 1992.
• En 1993, el Excmo. Ayuntamiento de Pontevedra edita:
«Manuel Quiroga. Un violín olvidado», escrito por Fernando
Otero Urtaza. Se trata de la
primera y única biografía de
13
Manuel Quiroga .
97
F a arte e arquitectura
espléndida labor musical, no lo sería
en menor medida la «Encomienda
12
de Alfonso X el Sabio» el catorce
de enero de 1948 en España. Este
premio le llega en un momento en
el que el desánimo le hace encerrase en sí mismo, dándole una razón
por la que seguir luchando contra la
terrible enfermedad que lo va debilitando lentamente y en silencio.
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
98
En este año de 2011, en el que se
celebra el cincuenta aniversario del
fallecimiento de Manuel Quiroga se
están realizando numerosos actos
conmemorativos que tendrán su
máximo exponente en los organizados, entre el ocho de noviembre de 2011 y el ocho de enero de
2012, por la Diputación y el Museo
de Pontevedra.
El compositor
F a arte e arquitectura
La obra musical de Manuel Quiroga
sigue la estela de los grandes virtuosos del violín como Joachim,
Kreisler, Sarasate o Paganini, y
está caracterizada por la búsqueda
del sonido más bello y perfecto, de
la máxima expresividad, y por ser
eminentemente musical. Se trata,
principalmente, de composiciones
violinísticas escritas para ser interpretadas en sus conciertos, orientadas a la exhibición, y que precisan
de una gran brillantez de ejecución.
Siguiendo la práctica de sus antecesores transcribe, así mismo, breves piezas para violín solo o violín
y piano.
Su producción está constituida por
obras breves y, mayoritariamente, escritas en un solo movimiento, con las únicas excepciones del
Primer Concierto en Estilo Antico,
de la cadencia del Concierto op. 77
de Beethoven y de las cadencias
para los Conciertos nos 3, 4, 5 y 7 de
Mozart. En cuanto a la extensión de
estas obras:
– Las más breves son la Cadencia
para el Concierto nº6 en Mib de
Mozart, con una extensión total
de quince compases; y el Estudio
[para violín solo] que comprende
cuatro breves ejercicios de siete, tres, siete y cuatro compases,
respectivamente.
– La obra de mayor extensión es el
Primer Concierto en Estilo Antiguo
que, en el conjunto de sus tres
movimientos, alcanza los trescientos un compases.
Si atendemos al contenido puramente musical podríamos establecer dos líneas de composición:
– La primera, concebida con el
fin de ser interpretadas, generalmente, como propinas en sus
conciertos, y formada por danzas, canciones u otras piezas de
carácter hímnico. El autor utiliza,
en la mayoría de ellas, materiales que se inspiran en el folklore
popular andaluz, aragonés, gallego, vasco, así como en el de los
países de ultramar como Cuba y
Argentina, resultado de sus giras
americanas, y con notorias influencias del folklore español.
– La segunda, formada por aquellas
obras que presentan unas características similares al repertorio
escrito por compositores de gran
renombre como Torelli, Corelli,
Vivaldi, Bach o Mozart, entre
otros; y que podemos reunir en
dos grupos:
• Composiciones cuya finalidad primordial es el concierto
como el Primer Concierto en
Estilo Antiguo, las Cadencias
para los conciertos de
Beethoven, Brahms, Mozart o
Paganini, los Caprichos y las
Transcripciones de Scarlatti y
de Mendelsohnn.
• Las formadas por aquellas
otras cuyo objetivo principal es
conseguir el perfeccionamiento
técnico necesario que permita
al violinista adquirir el dominio del instrumento, a través
de una escritura que plantee
dificultades técnicas como en
el Estudio, los Caprichos, y las
Variaciones.
La actividad compositiva la inicia
Quiroga en el año 1919 con la escritura del Alalá, después del requerimiento del público, en el concierto del dieciocho de junio de 1918
en Ourense, de que escriba música
gallega:
¡Quén tivera agora, dicía, música gallega esquirta para que non
desmerecese á veira d’os maestros crásicos! ¡Múseca gallega,
esquirta pr’o violín! Eu non quero facer d’a nosa música, cantares
de cego. Teñen as nosas melodías
feitizo infinido, feitizo d’abondo
pra facer d’os nosos cantares música eterna! —¡Pois a escribila!,
díxolle alguén. —¡A escribila! Así
14
dixo Manolo Quiroga .
Invitación que será reiterada, con
la petición de que les recree con alboradas, muñeiras, foliadas, alalás,
etc., en el significativo Concierto
Asociación de la Prensa de la
Coruña, del cuatro de agosto de
1918. Quiroga, aprovechando el
momento álgido del regionalismo
gallego y animado por grupos como
«As Irmandades da Fala», prometerá «non esquecerse da música galega». Promesa que cumplirá hasta el
año 1925 pues, a partir de esa fecha, tan sólo escribirá una obra con
nombre regionalista titulada Galicia
(Himno, 1938), que no contiene ningún rasgo que permita relacionarlo
con el folklore gallego, aproximándose más a un estilo clásico que a
la música autóctona de Galicia. El
Alalá lo estrena Quiroga en el concierto celebrado en La Coruña el
veintisiete de marzo de 1919.
Dos más tarde, escribe una primera
cadencia para el Concierto en Re de
15
Paganini , y realiza tres transcripciones de obras: dos de Scarlatti y
una de Mendelssohn. Estas transcripciones consisten en aplicar la
línea melódica principal al violín,
conservando, casi literalmente, el
material original en el piano con
algún refuerzo de densidad en la
línea grave al redoblar en octavas la voz inferior. Su intensa actividad concertística durante los
años siguientes le impedirá componer nuevas obras hasta 1924,
año en el que escribirá su célebre
16
Concierto de Intrata , denominado
Carlos Cambeiro
A partir de este momento escribe
algunas obras más, de manera discontinua, como el Canto Amoroso
hasta que en el año 1936 compone
cuatro obras relevantes: la Jota nº2,
el Lamento Andaluz, el Canto y Danza
Andaluza y los caprichos primero y
tercero de los Tres Caprichos, para
violín solo. El segundo capricho
está fechado en 1937, año en el que
sufre el accidente que cambiará el
rumbo de su vida. Después del accidente y tras su retorno a París se refugia en la composición, sobre todo
en la creación de obras escritas en
la línea de concierto y de estudio. El
año 1940, coincidiendo con la ocupación nazi de París, será su año
más productivo, con siete obras; en
1941 el número de composiciones
ascenderá a cinco y, finalmente, la
etapa creativa concluirá en 1942
con los Caprichos nº 5 y 6.
Su catálogo comprende cuarenta y
una obras que podemos agrupar del
siguiente modo:
17
• Arreglos:¡Emigrantes Celtas!
• Adaptaciones: Bruissement
18
19
d’ailes y Scherzando .
20
• Cadencias de concierto :
Concierto en Re Mayor, op. 61 de
Beethoven. Concierto para violín y orquesta, op.77 de Brahms.
Conciertos nº 3 en SolM., K.216;
nº4 en ReM, K.218; nº5 en La M,
K.219; nº 6 en Mi bM, K.268 y
nº7 en Re M, K.271. Concierto
•
•
•
•
•
•
en Re Mayor, op.6 de Paganini.
Cadencia para una Fantasía.
Conciertos: Primer Concierto
21
en Estilo Antiguo y Segundo
22
Concierto en Estilo Antiguo .
23
Cantos y Danzas : Alborada,
Alalá, Canto Amoroso, Canto
y Danza Andaluza, 1ª Danza
Argentina, 2ª Danza Argentina,
1ª Guajira, 2ª Guajira, 1ª
Habanera, 2ª Habanera, Jota,
Jota nº2 , Lamento Andaluz,
Playera y Zapateado , Rondalla,
Terra… ¡¡A Nosa!!, Viena,
Zapateado y Zortzico.
Estudios/Caprichos: Estudio,
Tres Caprichos, Capricho nº4,
Capricho nº5 y Capricho nº6.
Himnos:España y Galicia.
Transcripciones: Allegrissimo y
Allegro de Scarlatti y Andante
CantabiledeMendelsohnn
24
Variaciones : Neuf Variations
sur Théme de Nicolo Paganini y
12 Variaciones sobre el Capricho
nº24 de Nicolo Paganini.
Y que podemos resumir en:
• Veintiuna obras para violín y
piano.
• Diecisiete obras para violín
sólo.
• Unaobraparadosviolines.
• Un concierto para violín y orquesta de cuerda, y
• Un esbozo de tan sólo catorce compases para un segundo
concierto.
En cuanto a los procedimientos
compositivos, Quiroga emplea
formas estereotipadas en consonancia con las obras que escribe.
Generalmente, reexpositivas, binarias y ternarias, estructuralmente
basadas en el período regular con
divisiones y subdivisiones también
binarias.
La tonalidad más frecuente en su
catálogo de obras es la de Re mayor, presente en veintiuna piezas;
le sigue Sol mayor con nueve; y con
presencia en tan sólo una obra: Si
menor, do menor, Fa mayor y sol menor.
99
Los procesos tonales son bastante
tradicionales con modulaciones y
alejamientos transitorios a tonalidades vecinas. Sólo ocasionalmente
se observa la presencia de modulaciones a grados cromatizados de la
tonalidad principal que recuerdan
a los procedimientos del romanticismo tardío como, por ejemplo,
al tercer grado rebajado. Se comprueba, de nuevo, la influencia de la
música de salón en aquellas piezas
que principian con una introducción
en una tonalidad lejana o en modalidad contraria.
La construcción melódica está configurada sobre el arpegio aunque
las disjunciones las cubre mediante
notas extrañas, siendo significativas
las apoyaturas simples y dobles. Su
direccionalidad se caracteriza por
la presencia de líneas en forma de
arco que alcanzan su punto álgido
mediante ascensos rápidos y movimientos en zig-zag.
Los procesos cadenciales principales están formados por cadencias
auténticas, simples y compuestas,
que en los puntos más conclusivos
pueden ampliar la funcionalidad de
la subdominante, y colorear la armonía mediante el cromatismo y
la alteración armónica. En cuanto
a las construcciones acordales utiliza acordes tríadas, de séptima y,
muy ocasionalmente, de novena. En
los acordes tríadas, el estado predominante es el de fundamental,
mientras que en los cuatríadas utiliza con mayor frecuencia el estado fundamental y la segunda inversión. Sin embargo, en los acordes
de novena utiliza, exclusivamente,
el estado fundamental. El ritmo armónico es, básicamente, lento con
armonías que se desarrollan en la
extensión de uno o dos compases,
que sólo en algunos casos llegan
a ser de dos o tres acordes por
F a arte e arquitectura
posteriormente Primer Concierto en
Estilo Antiguo, citado anteriormente.
Quiroga comienza un segundo concierto que no llegará a concluir y
del que se conoce tan sólo la melodía del tutti inicial, que comprende
catorce compases, sin armonizar.
De este mismo año son las obras
Emigrantes Celtas, Terra!! A Nosa
y la Jota nº1. En 1925 compone la
Alborada y la Playera y Zapateado e
ingresa en la «Société des Auteurs,
Compositeurs et Editeurs de
Musique» de Francia.
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
100
compás. Son frecuentes, en aquellas obras que presentan influencias
de la música popular, los enlaces
de acordes en estado fundamental, y la sucesión de movimientos
de acordes paralelos. Así mismo, es
habitual la presencia de la sexta y
cuarta cadencial. La cadencia andaluza la encontraremos en algunas
danzas como la Segunda Guajira, el
Canto y Danza Andaluza o la Danza
Argentina.
Los materiales de escala más frecuentes son los derivados de la música de la denominada práctica común o estilo internacional, y están
formados por escalas armónicas,
naturales y mixtas; a las que debemos añadir la escala frigia y la escala andaluza, derivada de ella.
F a arte e arquitectura
La agógica seguirá los cánones del
movimiento romántico con gran
profusión de rubatos, y posibilitando
interpretaciones a piacere en los inicios y finales de numerosas piezas.
El nivel dinámico comprende desde
el pp hasta el fff, no siendo habitual
la presencia de contrastes dinámicos entre el instrumento solista y su
acompañamiento.
En lo que atañe a la métrica, emplea tanto las binarias como las ternarias con subdivisiones de iguales
características, siendo el 4/4 y el
3/4 las métricas más usuales. En
algunas danzas encontraremos
25
también la métrica 3/4 + 6/8 .
Quiroga utiliza dos tipos de textura: monofónica en la mayoría de
las obras para violín solo, y melodía acompañada en las restantes. A
veces se observan sencillas y breves imitaciones.
En el aspecto puramente violinístico, sus obras incluyen los recursos más complejos que precisan de
una técnica, caracterizada por un
gran despliegue de efectos virtuosísticos con el empleo habitual de:
armónicos, simples y dobles; dobles
cuerdas en terceras, quintas, octavas y décimas; escalas cromáticas;
glissandos, grandes saltos; pedal
en dobles cuerdas; melodías en dobles cuerdas; pizzicato y trémolo de
mano izquierda; posiciones extendidas; trinos simples y dobles; triples cuerdas; ejecución rapidísima
de pasajes; y variedad en los golpes
de arco con asiduidad de: bariolage;
detaché; martelé; ricochet; saltillo;
spiccato; stacatto en arco arriba y
abajo o el stacatto volante. Incluso
en las obras más sencillas encontraremos dobles cuerdas, pasajes
rápidos, trinos y armónicos.
Autorretrato al óleo pintado en 1930 en París.
El artista polifacético
Quiroga es un hombre versátil que
orienta su vida profesional hacia al
campo de la interpretación musical
pero que, por sus cualidades e inquietudes, podría haberse dedicado
a cualquier otra actividad artística.
Es un artista, en el más amplio sentido de la palabra, un creador que
se servirá de diferentes medios de
expresión por una necesidad imperiosa de comunicación: el medio con el que se realice carece de
importancia. Si bien, en opinión de
Filgueira Valverde: aunque Quiroga
es «de vocación plástica temprana
y dueño de todos los recursos de
la técnica… El músico ahogaba al
26
pintor .
Desde su infancia muestra dotes
de dibujante y caricaturista siendo
habitual su presencia plástica en la
correspondencia familiar en la que
es un leimotiv la caricaturización
de su hermano Emilio («Amilio» según sus propias palabras). Incluso
después de la obtención del Premio
del Conservatorio de París, no desaprovechará la oportunidad que le
brinda el momento para publicar
sus caricaturas de los personajes
más célebres, sobre todo parisinos,
en publicaciones periódicas o semanales como Le Monde Musical o
Le Carnet de la Semaine. Del mismo
modo, en los momentos de mayor
dureza en su vida el refugio entre
lápices y pinceles le permitirá abstraerse del mundo real, de la tristeza, de la amargura, del dolor y
de la enfermedad que le aleja, cada
vez más, de ese mágico instrumento que le ha acompañado desde los
primeros pasos hasta los tiempos
Caricatura de Fritz Kreisler realizada por Manuel
Quiroga en 1940 en París.
de mayor gloria, en los que el público y la crítica se rendían a sus pies.
Cuando regresa a España realiza
autocaricaturas, dibujos y caricaturas de numerosos artistas y amigos entre los que destacaremos a
Carlos Cambeiro
Los años 1940 y 1946 serán los de
mayor producción plástica; después,
esta dedicación será muy discontinua. Sus dos últimos dibujos están
datados en 1957 y 1960: el primero,
un retrato de Toscanini en homenaje al insigne maestro fallecido ese
año; el segundo, un autorretrato en
el que el artista, consciente de su
situación, aparece envuelto en una
bruma lejos de la efímera y olvidada
fama. A través de sus dibujos y caricaturas conoceremos las importantes relaciones que mantuvo Quiroga
con los personajes más célebres de
la música y de la cultura.
Quiroga, de formación autodidacta,
pinta también acuarelas y óleos, en
los que plasma naturalezas muertas, paisajes, retratos familiares y
de amigos e incluso una copia de
un Rembrandt en la que el artista
holandés había pintado a su cuarto
hijo Titus. Su obra cumbre es un autorretrato al óleo fechado en París
en 1930. Este cuadro será adquirido
en 1951 por la Dirección General
de Bellas Artes del Ministerio de
Educación Nacional para el Museo
de Pontevedra.
El público y la prEnsa
Se ha escrito mucho sobre Quiroga
pero, en general, se ha hecho desde
un punto de vista biográfico, divulgativo, de ensalzamiento de su figura y, sobre todo, de manera muy repetitiva. Como excepción podemos
mencionar los comentarios debidos
a la pluma de críticos que, como
Salazar, Zubialde o María Muñoz,
profundizan más en el aspecto interpretativo de Manuel Quiroga. Son
unánimes los elogios al artista, a su
técnica, a sus condiciones particulares, a su gran musicalidad y a sus
siempre excelentes interpretaciones. Sin embargo, encontraremos
dos tendencias bien diferenciadas
de comentarios. En primer lugar,
destacaremos los que proceden de
críticos totalmente entregados a las
cualidades de Quiroga que se dedican, exclusivamente, a ensalzarlo y
a engrandecer sus aptitudes; y, en
segundo lugar, aquellos otros que
alaban sus capacidades especiales
pero que, al mismo tiempo, realizan una crítica al repertorio que interpreta. Estos últimos siguen una
corriente más en consonancia con
la estética neoclásica de los años
veinte que reprueba cualquier alarde de virtuosismo vacío, que deplora la línea romántica a la que
consideran caduca, así como a las
composiciones escritas para el lucimiento de los artistas y cuyo fin
es conseguir el aplauso fácil. María
Muñoz en la revista Musicalia, después de alabar las cualidades de
Quiroga: «violinista magníficamente
dotado, de un gran temperamento,
de un sonido cálido y robusto» realiza el siguiente comentario:
…La Sinfonía de Lalo, es
una de las obras que mejor tocó
Quiroga: gran equilibrio dinámico, exquisito tono, profunda
y sincera emoción. El Andante,
particularmente fue expresado
de una manera magistral; puede
decirse que es una creación suya.
Los programas del gran violinista
no acogen ninguna obra de arte
moderno. Esto les resta flexibilidad, y sitúa una técnica tan perfecta en un plano de mero virtuo27
sismo .
Antonio de Gorostiaga en «La
Atalaya» de Santander del dieciséis de octubre de 1921, insiste de
nuevo en las concesiones al público, aunque en un tono más condescendiente:
El portentoso violinista
Manuel Quiroga y su bella esposa
28
la eximia pianista Marta Leman
son un caso verdaderamente extraordinario de compenetración
artística… Los programas de este
gran violinista están pulcramente
seleccionados como corresponde
a tal señor. Si alguna vez ejecuta
música que no es digna de él es
por satisfacer el gusto del público,
que después de todo, como dicen
los empresarios, es el verdadero
juez de las obras de arte.
101
Como muestra de crítica totalmente
favorable destacaremos:
¡Cómotocó,amigomío!¡Qué
magia la de su arte! ¡Qué misterio el de su violín en sus manos!
Hemos oído á Manuel Quiroga
otrasveces.Nohaexageradonada
nuestra bondadosa comunicante.
29
¡Ay,sí!¡Vivaelarteespañol!
y un artículo de Le Spectateur
de París que, aparte de elogiar a
Quiroga, lo considera francés por
formación:
Letriomphateurdelajournée
a été M. Quiroga, violoniste espagnol: Malgré ses origines ibériques, ce jeune virtuose est un
produit de notre Conservatoire
national. Nous sommes donc
plus à l’aise poue le juger…Il donnéalaSymphonisEspagnolede
Lalo, un sens exact,… Il dit aussi, de façon fort délicate et sans
efesprovocants,laHavanaise,de
Saint-Saéns, qui ne pouvait
30
trouver meilleur interprète .
Manuel Quiroga, dont a remarqué la brillante intreprétationdelaSymphonieespagnole,
de Lalo, dimanche dernier aux
ConcertsLamoureux[eldieciocho
de febrero de 1923], prëtera son
concours au concert de la Société
Philharmonique, Salle Gaveau,
mardi soir 20 février.
F a arte e arquitectura
García Sabell, Falla, Casals, Chaves,
Delobelle, Iturbi, Kreisler, Locatelli,
Monteux, Paray, Rabaud o Smallens;
demostrando poseer una memoria
prodigiosa al no poder contar con
la presencia de la mayoría de ellos
como modelos.
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
102
En una línea intermedia se encontraba ya en 1913 I. Zubialde,
que tras alabar a Quiroga y a su
acompañante José Iturbi, los ataca
cuando deleitan al público asistente eligiendo como broche final La
Campanella de Paganini:
Ya es hora de que la tal
Campanella deje de sonar definitivamente, pues hoy constituye
un anacronismo y una afrenta al
buengustoquepocoapocoseha
ido infiltrando en las masas. El
pretendido interés de esta y otras
composiciones, está muy lejos de
compensarlachabacaneríadesu
contenidomusical…Unacosaes
utilizar artísticamente todos los
recursos que encierra un instrumento y otra violentarlo pidién31
dole más de lo que puede dar .
F a arte e arquitectura
Quiroga es un intérprete muy del
gusto de la realeza, de la aristocracia y de la burguesía. Así, La
Ilustración Española y Americana de
Madrid, en su nº 9 publicado el día
ocho de marzo de 1919, se hace
eco del concierto del violinista en
el Palacio de la condesa, de Casa
Valencia. En él se ratifica la presencia de la Reina doña Victoria y
Sus Altezas reales los Infantes doña
Isabel, doña Luisa y don Carlos, así
como una amplia representación
de la aristocracia, el cuerpo diplomático, el Nuncio de su Santidad,
monseñor Ragonesi y el obispo de
Ciudad Real. En lo referente a la
participación de Quiroga dice:
El notable violinista Quiroga,
ejecutó magistralmente obras
de Sarasate, Tartini, Wieniausky
[sic]yBassini[sic],ylamarquesadeMohernandocantóconsu
voz prodigiosa, acompañada por
Quiroga,compartiendodichoartista entusiastas aplausos.
La Época de San Sebastián del día
nueve de agosto de 1919, recoge:
La Reina, después de regresar
a Miramar, asistió al concierto
del eminente violinista gallego,
Manuel Quiroga, que daba su
segundo concierto, en el Teatro
VictoriaEugenia.
Carlos Bosch nos habla, en El Imparcial
del cinco de mayo
de 1925, del concierto celebrado el día
dos en el Palacio de
Casa-Valencia de San
Sebastián, al que ha
asistido S.A.R. la infanta doña Isabel protectora de los artistas
españoles, que felicitó
al gran músico. En su
opinión acerca de la
interpretación y del
repertorio seleccionado para este concierto:
Retrato al óleo de Manuel Quiroga pintado en 1919 por Juan Luis.
El programa elegido fue compuesto con
minuciosa escrupulosidad, intercalando
obras clásicas con algunas de extraordinario virtuosismo.
Quiroga posee en ello el
más ponderado equilibrio, de tal
modo, que en sus prodigios insuperables de ejecución nos da la
sensación, de esa fácil naturalidad sólo asequible a los que como
él están por su técnica sobre las
máximas dificultades.
Así mismo, el apoyo de la Casa Real
a Quiroga se manifiesta, también,
por medio de la asistencia de miembros de la realeza a los conciertos
de carácter privado, siendo especialmente significativo el celebrado ante la Casa Real inglesa en el
Palacio de Buckingham con motivo una visita de SS.MM. los Reyes
de España a Londres en octubre de
1919.
Mención aparte requiere la crítica
de orientación regionalista como
podemos corroborar a través de las
palabras de La Voz de Galicia del
seis de agosto de 1918 acerca del
concierto celebrado dos días antes
en La Coruña:
Quiroga no tardó en verse alzado en hombros sobre la multitud. Y de esta suerte, pálido,
emocionadísimo por lo rotundo,
por lo unánime de la manifestación popular, llegó al Palace
Hotel.Desdeunagaleríaseasomaba poco después, desgreñado
y sudoroso, para saludar al gentío
que llenaba la avenida, mientras
cantabanmuchasvoceselHimno
deVeigayPondal.
El apoyo unánime de los movimientos regionalistas es claro en
la dedicatoria de poesías como
las de Eladio Rodríguez González,
de Gerardo Álvarez Limeses, de
32
Fernández Mato o de Valle-Inclán ,
y en las caricaturas de Castelao. Por
su parte, Losada Diéguez escribirá
33
en Orense en junio de 1918 :
Carlos Cambeiro
Poema de Fernández Mato dedicado a Manuel Quiroga en 1919.
F a arte e arquitectura
103
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
104
O grande artista gallego é
un d’os nosos. Sinte y-ama a terra gallega con todo o fogo con
que se lle debe amare á patrea.
Y-o lume que s’alcende na súa
y-alma cando c’o seu violín espalla a armonía pol-os corazós,
avívase sempre c’o forte vento
d’aslembranzasdeGalicia,co’a
divina inspirazón d’o amor d’a
terra nai, c’os agarimos qu’ela
lle dera.
Quiroga», de 1996; o las grabaciones de su Concierto de Violín
interpretado en 1990 por la
Stuttgart Chamber Orchestra,
dirigida por Maximino Zumalave
y con Herwig Zack como solista, y en 2009 por la Orquestra
Vigo 430 con Marta Vélez como
solista.
Si se desea tener un mayor conocimiento acerca de este personaje aconsejamos ahondar en
la abundantes fuentes bibliográficas y hemerográficas y, cita ineludible, la consulta de sus fondos en el Museo de Pontevedra,
donados por D. Emilio Quiroga
35
Losada en el año 1972 .
F a arte e arquitectura
tEstimonios sonoros
Representan el mejor alegato del artista, del intérprete,
del malabarista del violín que
era. A través de ellos podremos conocer sus excepcionales dotes para el instrumento,
su calidad interpretativa y su
especial sensibilidad. Ya en 1908
Quiroga tiene un primer contacto con el mundo de la grabación
que no llegará a comercializarse. Posteriormente, en 1912 graba en París sus primeros discos,
no venales, para la Gramophone
and the Typewriter Company, con
obras y arreglos de diversos autores como Sarasate, Hubay, Bazzini
o Wieniawski. En 1928 realiza grabaciones para la importante casa
34
discográfica «Victor » en Camden,
New Jersey, que incluyen obras
y arreglos de diversos autores
como Falla, Kreilsler, Schumann, o
Chaminade, entre otros; así como,
cuatro de sus composiciones originales, acompañadas al piano por
su mujer, Marthe Lemann: Segunda
Guajira, Danza Española, Rondalla
y Canto Amoroso.
Finalmente, aludiremos a las grabaciones que realiza durante 1930 y
1931 para la casa francesa «Pathé»
con obras de autores como Albéniz,
Falla, Kreisler, Sarasate y Torelli.
La calidad interpretativa de sus últimas grabaciones será reconocida
a través de la prensa francesa como
Autocaricatura de 1946 dedicada a su amigo y
admirador el Dr. García Sabell.
Le Quotidien del doce de octubre de
1930 que dice al respecto:
Une exécution délicate de
grande virtuosité avec une propreté parfaite… une exécution
excellente comparable avec cellelà de Kreisler.
O Le Petit Dauphinois de octubre de
1930 en el artículo «Le phonographe»:
Les Pyrénées n’existent pas…
la musique de l’Espagne va à la
conquête du monde. Les cadences de la Trille du diable exécutées
par l’arc de M. Quiroga nous font
croire qu’un meilleur héritier de
lui n’a pas pu trouver Sarasate.
A partir de los años noventa, coincidiendo con el centenario de su
nacimiento se reeditan algunas de
sus grabaciones entre las que destacaremos —aparte de las mencionadas de Ouvirmos en la nota
nº32—, en el Reino Unido: el álbum The Recorded Violin – History
of The Violin On Record de 1993, y
«The Great Violinists Vol. V/ Manuel
Epílogo
La figura de Manuel Quiroga merece
ocupar un lugar preponderante en
la cultura gallega como máximo exponente gallego del violinismo de la
primera mitad del siglo XX. Si analizamos su papel desde una perspectiva más universal, indudablemente
es necesario encuadrarlo entre los
grandes violinistas de la talla de un
Kreisler, Heifetz, Ysaÿe o Menuhin,
entre otros. Quiroga está presente
en las mejores salas de concierto de
Europa y de América, siendo aclamado por un público fiel, cada vez
más numeroso, que llega al paroxismo ante sus interpretaciones de las
obras más relevantes del repertorio
violinístico. Le acompañan grandes
pianistas como: Enrique Granados,
José Iturbi, Juan José Castro, Paul
Paray o su mujer, Marthe Lemann.
Actúa con las orquestas y directores de mayor renombre como
las agrupaciones: Sinfónica y
Filarmónica de Madrid; Sinfónica
de Barcelona, Sechiari y Lamoureux
de París, London Symphony
Orchestra, Schottish Orchestra,
Nahan Franko´s Orchestra y The
Philharmonic-Symphony Society de
New York; Orquesta S.O.D.R.E. de
Montevideo, Sinfónica de Córdoba
Carlos Cambeiro
La valoración de Quiroga dentro
del panorama artístico se manifiesta no sólo al comprobar el número de obras que le dedican los
poetas y creadores plásticos, sino
que, también, se hace patente en
el número de composiciones musicales que otros compositores escriben para él. Citaremos a modo
de ejemplo: Air de Danse de Roger
Penau, la Fantasía para violín y orquesta de Eduardo Fabini, Fileuse
de César Espejo, la Sonata nº 6, op.
27, de Ysaÿe, o el quinto de los Six
comentaires pour violon et piano de
Joaquín Nin.
Las críticas siempre le son favorables, tan sólo en algunos casos se
ataca el repertorio que interpreta,
mayoritariamente romántico, en un
momento en el que, sobre todo ciertos críticos, son más favorables a
los nuevos aires neoclásicos. Nunca
recibirá comentario negativo alguno acerca de su excelente interpretación, de su gran técnica. Por otro
lado, debemos tener en cuenta que
los grandes violinistas coetáneos a
Quiroga también interpretan, mayoritariamente, un repertorio de
tendencia clásica o romántica. La
explicación se encuentra en que el
repertorio que acompaña a un intérprete a lo largo de su vida es,
normalmente, aquel en el que se ha
formado. No parece, por tanto, muy
natural que la actividad profesional
se desarrolle en manifestaciones
artísticas que requieren una formación muy distinta a la recibida.
musical: sus obras tienen la calidad
suficiente para ser interpretadas en
las salas de concierto. En ocasiones se han criticado aquellas composiciones con tendencia de corte
salón, siendo un contrasentido el
hacerlo si tenemos en cuenta que
era práctica habitual la interpretación de este tipo de música en los
conciertos de la época; especialmente, en señal de agradecimiento al público por la recepción en el
concierto.
violín da Galiza nas salas de concertos do mundo» en
105
Murguía, nº 4 (2004); p. 105-112
CALLE GARCÍA, José Luis: «Aires da Terra: la poesía musical de Galicia». Madrid: José Luis Calle García, 1993.
DOPICO, Xesús: «Un Gallego genial: Manolo Quiroga» en
Compostela. —México.— N. 1 (1967); p. 379-388.
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Catálogo de la Exposición «Manuel Quiroga Losada
1892-1961,». Pontevedra: Diputación de Pontevedra,
1992, p. 139-143.
FORTES BOUZÁN, Xosé. «Historia de la ciudad de
Pontevedra». La Coruña: Biblioteca Gallega-Serie Nova,
La Voz de Galicia, S.A.; p. 627-737.
GARCÍA ALéN, Alfredo. «Manuel Quiroga: vida y obras.
Catálogo de la Exposición de los Bienes donados por
Emilio Quiroga al Museo de Pontevedra en 1972».
Revista del Museo de Pontevedra nº 27 (1973), p.
199-213.
IGLESIAS, Antonio. «Manuel Quiroga 1891-1961: Su obra
para violín»/ recopilación y comentarios de Antonio
Por todo ello, consideramos necesario devolver a Manuel Quiroga
—el Sarasate gallego— al lugar que
le corresponde en la historia de
la música, por el excelente trabajo desempeñado hasta aquel fatal
accidente que acabó con todas sus
ilusiones, no permitiendo disfrutar
del gran violinista que, en ese momento, iniciaba la etapa de madurez. En este año en el que se cumple el quincuagésimo aniversario
de su fallecimiento y el centenario
del afamado Premio de Violín del
Conservatoire National de París,
Manuel Quiroga, por derecho propio, debe formar, notoriamente,
parte de la historia de Galicia, de
España y del Mundo.
Iglesias. Cuadernos de «Música en Compostela,» nº
6. Santiago de Compostela: «Música en Compostela,
1992.
JIMéNEZ GóMEZ, Enrique, Otero Urtaza, Fernando.
«Manuel Quiroga»: exposición Pazo de Fonseca, novembro 1994, Santiago de Compostela: Colección
do Museo de Pontevedra. [Santiago de Compostela:
Universidade
de
Santiago
de
Compostela,
Vicerrectorado de Extensión Cultural e Servicios á
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Quiroga Losada 1892-1961». Pontevedra: Diputación
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SALAZAR, Adolfo: «El año musical, balance de la temporada 1918-1919», en La Lectura, Revista de Ciencias y de
Artes. Madrid, septiembre de 1919, nº 225; p. 40-56.
VALLE, José Carlos: El Contexto Intelectual Pontevedrés: La
Sociedad Arqueológica de Pontevedra, en «Cancionero
Musical de Galicia» reunido por Casto Sampedro y
Folgar. Coruña: Fundación Pedro Barrié de la Maza,
2007; p. 20-47.
agradecimientos
Queremos agradecer al Museo de
Pontevedra, a Dª Milagros Bará y a
Dª Teresa García-Sabell por la documentación gráfica que nos han
cedido.
VILLANUEVA ABELAIRAS, Carlos: «Adolfo Salazar y la
crítica musical. Las otras orillas». Universidad de
Santiago de Compostela (artículo en prensa ICCMU
Madrid 2009).
A música como fundamento de identidade na obra de
Xosé Filgueira Valverde, en «Xosé Filgueira Valverde:
1906-1996, un século de Galicia». Pontevedra: Museo
de Pontevedra, 2007; p. 284-321.
«Dos maneras de entender el uso del material folklórico: Manolo Quiroga/Andrés Gaos», contenido de la
conferencia celebrada en Pontevedra en el año 2007.
VILLAR, Rogelio. «Músicos Españoles II. Compositores,
directores, concertistas, críticos: Manuel Quiroga».
Madrid: Librería y Casa Editorial Hernando, S.A.
ZUBIALDE, I.: «Movimiento Musical de España y del
Extranjero», en Revista Musical, Bilbao, noviembre de
Bibliografía
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«Reflexiones sobre el ambiente musical en La Coruña
(1920-1980) a través del «Fondo Bugallal». Madrid
2001: Separata de Campos Interdisciplinares de
Musicología, volumen I. V Congreso de la Sociedad
Española de Musicología (Barcelona, 25-28 de octubre
de 2000; p.213-234.
ALONSO OTERO, Leonor: «El estilo de la pintura de
Otro aspecto que no debemos olvidar de Quiroga es la parte creativo-
BLANES, Martín: «Manuel Quiroga (1892-1961): a voz do
Manuel Quiroga», en Catálogo de la Exposición
«Manuel Quiroga Losada 1892-1961» Pontevedra:
Diputación de Pontevedra, 1992, p. 157-163.
1912, nº 11: p. 297-298.
«Movimiento Musical de España y del Extranjero:
Conciertos de los días 21 y 22 de Diciembre», en
Revista Musical, Bilbao, noviembre de 1913, nº 11: p.
254-256.
Otros artículos sobre M. Quiroga
Quiroga, Manuel, 1892-1961
«El Académico de honor Don Manuel Quiroga Losada y
el homenaje a su memoria» en Abrente: revista de la
Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora del
Rosario.-- N. 3 (1971); p. 59-74.
«El Arte exquisito de Manolo Quiroga» en Ciudad. 2ª épo-
F a arte e arquitectura
(Argentina), Sinfónica de México,
etc., dirigidas por prestigiosos directores como: Fernández Arbós,
Pérez Casas, Paul Paray, Sechiari,
Georges Enesco, Saco del Valle,
Gabriel Pierné, Lamberto Baldi, José
Rocabruna, Eduardo Gasparrini,
Lamote de Grignón o Sir Thomas
Beecham.
M A N U E L Q U I R O G A L O S A D A : R E T R AT O D E U N G R A N A R T I S TA
106
Musical. Así mismo, la noticia será ampliamente difun-
19 Adaptación del Capricho nº6.
«Como nos juzgan, sobre Manolo Quiroga» en Eco de
dida en la prensa española a través de periódicos como
20 Siguiendo la tradición de ejecutar sus propias caden-
Galicia (La Habana, 1917). Año 12, nº 338 (25 jul.
La Correspondencia de España, El País, El Imparcial, La
cias, Quiroga escribe diez cadencias para algunas de
1928); p. 6-7.
Gaceta de Santiago, o El Progreso.
las principales obras del repertorio para violín. En es-
En el intermedio de este segundo concierto, los artistas
tas piezas incluye muchas de sus dificultades técnicas
serán homenajeados con una lluvia de flores y una
más habituales. A excepción de la primera cadencia
ca, nº 32 (26 agosto de 1946); p.1.
Quiroga, Manuel, 1892-1961 —Aniversarios— 1892-
4
1992:
«Manuel Quiroga: 1892-1992: centenario», en Pontevedra:
Ayuntamiento, Concejalía de Cultura, D.L. 1992
5
bandada de palomas que invadirá el escenario.
del Concierto en ReM de Paganini y de la Cadencia para
El escultor Asorey hará un busto de Quiroga en 1919
una Fantasía, se publicaron en los años 1940 y 1941.
Quiroga, Manuel, 1892-1961 - Crítica e interpretación:
que se encuentra, en la actualidad, en los Jardines del
Alonso Girgado, Luís- Fariña- Miranda, Carmen: «El vio-
Dr. Masrescot, en Pontevedra.
Vivaldi en el Allegro, de Bach en el Grave y con algún
Finalmente, Ventosa no podrá acudir a esta reunión.
guiño al folklore en el Presto.
linista Quiroga en París». Centro de Investigaciones
6
Lingüísticas e Literarias Ramón Piñeiro (Santiago de
7
Compostela, 2004), ed, facsímil de Tierra gallega: semanario regional ilustrado (Montevideo). -N. 55 (1918);
8
p.3-4
(Santiago de Compostela, 2004), ed, facsimil «El violinista Quiroga», en Centro Gallego. -N. 3 (1917); p. 5
«El violín de Manolo Quiroga, en Centro gallego» en
Centro Gallego: órgano de la Colectividad Gallega en
el Uruguay.— Vol. 4, n. 42 (1920); p. 18-20.
«Una gloria gallega: el violinista Manuel Quiroga» en
Centro Gallego: órgano de la Colectividad Gallega en
catorce compases de la introducción del Tutti. No es
En abril de 1912 graba en París sus primeros discos,
posible confirmar, con las fuentes consultadas, que
realmente Quiroga escribiese este concierto.
23 Manuel Quiroga selecciona doce sus composiciones
Company.
9
22 Sólo se conserva un manuscrito con los primeros
Imparcial, trece de abril de 1919, p.3.
no venales, para la Gramophone and the Typewriter
Alonso Girgado, Luís. Cuquejo Enríquez, María: Centro de
Investigaciones Lingüísticas e Literarias Ramón Piñeiro
«La propaganda regionalista necesita un violín». El
21 Obra de inspiración barroca que bebe en las fuentes de
Segunda Guajira, Danza Española, Rondalla y Canto
para una colección de bailes bajo la denominación de
Amoroso.
«Danzas Españolas». Posiblemente tuvo en mente su
10 Sus obras han sido editadas en París por: Editions, J.
publicación. Son las siguientes: Canto y Danza Andaluza
Hamelle, Maillochon, Salabert y R. Breton; y en New
(nº1), 1ª Danza Argentina (nº2), 2ª Guajira (nº3),
York por: G. Schimer.
Zapateado (nº4), Jota nº2 (nº5), Playera y Zapateado(nº6),
11 En Santiago de Compostela será atendido por los
doctores García Sabell (que será un gran amigo), y
1ª Habanera (nº7), Jota (nº8), Zortzico (nº9), Alborada
(nº10), Terra… ¡¡A Nosa!!(nº11) y 1ª Guajira (nº12).
24 Quiroga realiza dos series de variaciones, aunque
Somoza.
12 La Junta Directiva del Centro Gallego en Madrid, bajo
muy similares, a partir de Tema del Capricho nº 24 de
Quiroga, Manuel, 1892-1961. Entrevistas:
la presidencia del arquitecto Sr. Palacios, había soli-
Paganini. Tema muy empleado en numerosas composi-
«Manolo Quiroga en Pontevedra: un feliz acuerdo de la
citado en el año 1919 al Gobierno de España la Gran
ciones entre las que destaremos las «Variaciones sobre
Diputación», en Cartel: revista de la vida gallega. Año
Cruz de Alfonso XII para el insigne violinista. Este ga-
un tema de Paganini, op. 34 y la «Rapsodia sobre un
2, n. 3 (31 en. 1946); p. 2.
lardón nunca llegó a otorgársele.
el Uruguay.— Vol. 2, n. 25 (1918); p. 4-5.
«El «Stradivarius» de Manolo Quiroga» / Alejandro
tema de Paganini» en la menor, op. 43 de Brahms.
Excmo.
25 Esta combinación métrica, propia de la Petenera y de
Barreiro, en Eco de Galicia (La Habana, 1917).— Año
Ayuntamiento de Pontevedra a Fernando Olbes y
la Guajira en el folklore andaluz, la utilizará Quiroga
6, n. 165 (2 abr. 1922); p. 18-19.
Fernando O. Urtaza, dentro de los actos conmemora-
en las siguientes obras: Segunda Guajira, Segunda
«El Eximio violinista Manolo Quiroga en Pontevedra»: breve charla con el Sarasate gallego / Emilio Canda, en
Finisterre.— Año 1, n. 3 (nov. 1943); p.11-12.
13 Esta
biografía
fue
encargada
por
el
tivos organizados en homenaje a Manuel Quiroga en
1992.
14 Losada Diéguez, Antonio. «O gran artista é dos nosos».
Catálogo de la Exposición «Manuel Quiroga Losada 1892-
A Nosa Terra, Tomo I, boletín del treinta de junio de
1961,». Pontevedra: Diputación de Pontevedra, 1992, p.
1918, p.2.
15 La segunda cadencia la escribe en París en 1940.
mayo-junio (1928), p. 21; en Villanueva Abelairas,
interpretada por el autor y su mujer, en La Coruña
Carlos: «Dos maneras de entender el uso del material
el treinta y uno de marzo de 1925. En el continente
folklórico: Manolo Quiroga/Andrés Gaos», contenido
Este violín se encuentra, en la actualidad, en el Museo
americano la darán a conocer el veinte de febrero de
de la conferencia celebrada en Pontevedra en el año
de Pontevedra y ha sido cedido a esta Institución, al
1928 en New York. La editorial Maichollon de París lo
igual que la mayoría de los fondos documentales de
publicaría, en esta versión, en 1926 bajo el título de
Manuel Quiroga, por D. Emilio Quiroga Losada, hermano del artista, en el año 1972.
2
3
139.
27 Reseña del recital de Manolo Quiroga: Musicalia, 1
16 Obra que se estrena, en versión de violín y piano e
Notas
1
Danza Argentina y Zapateado.
26 Filgueira Valverde, José. «Galicia e Quiroga.», en
er
1 Concerto dans le Style Antique pour violon et piano.
2007, p. 4.
28 En las publicaciones españolas Marthe Lemann aparece como Marta Leman.
17 Se trata de una Fantasía para violín, escrita a partir del
29 Artículo publicado en La Moda Elegante Ilustrada, del
Primer Premio de Piano del Conservatorio de París en
poema de A.J. Pereira —Lonxe da terriña… lonxe do meu
treinta de septiembre de 1919, en el que hace refe-
1902.
lar…!— y del tema musical de Juan Montes. Publicada
rencia al concierto celebrado en el palacio de Algete
La prensa parisina se hace eco del acontecimiento
conjuntamente con «Terra… A Nosa! como un conjunto
de San Sebastián, residencia de la condesa de Casa-
con la publicación de extensos artículos en Le Matin,
de dos piezas para violín solo.
Le Figaro, Le Ménéstrel, Le Monde Artiste o Le Monde
18 Adaptación para dos violines del Capricho nº4.
Valencia.
30 «La Semaine Musicales/Aux Concerts Classiques», publicado en Le Spectateur, del diecinueve de marzo de
1921.
31 Revista Musical de Bilbao de Noviembre de 1913, núm.
11; p. 254-256.
32 Valle Inclán le dedicó el poema ¡Del Celta es la Victoria!
que fue impreso y repartido como propaganda de
exaltación nacionalista en el concierto de La Coruña
F a arte e arquitectura
del cuatro de agosto de 1918, organizado por la
Asociación de Prensa de La Coruña. El poema es una
variante del incluido en «El Pasajero» en la «Clave V»
con otro título, «Rosa matinal», sin la dedicatoria ni el
envío.
33 Losada Diéguez, Antonio. Op. cit.
34 El sello gallego Tiracolo/Ouvirmos recoge las grabaciones originales efectuadas por la Compagnie du
Gramophone en París (1912) y por Victor Camden NJ:
Victrola (1928), en discos de 78 r.p.m., en dos discos CD que bajo los títulos «Manuel Quiroga & Marta
Leman, Pontevedra París, 1912 y «Manuel Quiroga &
Marta Leman del violino al piano», fueron editados en
2004 y 2006, respectivamente.
35 Así mismo, recomendamos el trabajo de investigación tutelado «Catálogo de la obra musical de Manuel
Quiroga» (inéd.) que realizamos en el año 2009, bajo
la supervisión del Dr. Carlos Villanueva, y que se puede
consultar en el Departamento de Historia del Arte de
la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago
de Compostela.
Manuel Quiroga comparte tertulia con Carlos Casares, Paz Andrade, Alexandre Bóveda, Castelao y Cabanillas,
en la plaza de San José en Pontevedra.
Autorretrato. Manuel Quiroga Losada.
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