Terrorismo Tema B

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HACIA
D EMOCRACY
2010
Comité Interamericano Contra el Terrorismo
Boletín Tema B: El Narcoterrorismo
Director
Jonatan Lemus
Introducción
En Narcoterrorismo: La Guerra del Nuevo Siglo, Luis Villamarín analiza la evolución
del terrorismo y su relación con el narcotráfico después de la segunda Guerra mundial.
Villamarín argumenta que al inicio, surgieron brotes de Guerra revolucionaria en Grecia,
Birmania, Corea, Vietnam, Cuba, Colombia, El Salvador, Angola, Guatemala, Argentina, y
Chile. Luego el narcotráfico libró guerras particulares, financió guerras comunistas y por último
se convirtió en el carburante del terrorismo internacional. Analizada dicha evolución, Villamarín
afirma que el narcoterrorismo es la Guerra del siglo XXI.1 En efecto, el narcoterrorismo se puede
definir como la cooperación y alianza estratégica entre mafias del narcotráfico y grupos armados
de extrema izquierda y de extrema derecha así como otros grupos de insurgencia armada. Es
equívoco pensar que el terrorismo en el continente americano es solamente causado por grupos
radicales que pretenden derrocar a sus respectivos gobiernos, cuando en realidad, los actos
terroristas continúan a pesar del debilitamiento de estos grupos durante la década de los 90s. En
efecto, Jorge Megía asevera “el narcotráfico y el terrorismo son fenómenos estrechamente
vinculados entre sí, ya que la mafia se halla siempre dispuesta a responder con la violencia a
cualquier acción que se oponga a sus actividades criminales. Para ello, lo mismo atenta contra la
vida de funcionarios públicos, que patrocinan movimientos subversivos o estrella un carro
bomba sobre la puerta de una embajada.”2
En este informe se presenta una evolución del narcotráfico y el terrorismo desde la
década de los 70 hasta la actualidad, poniendo como ejemplos los casos de Colombia, Perú,
México, entre otros. Asimismo, se mencionan las acciones previas de los gobiernos para
solucionar este problema y se analiza el rol de las organizaciones internacionales, en este caso el
de la Organización de Estados Americanos OEA, en la búsqueda y promoción de soluciones
pertinentes para la situación actual. Específicamente, se describirá cuál es la responsabilidad y el
campo de acción del Comité Interamericano contra el Terrorismo en la lucha contra el
narcoterrorismo. Se hará breve mención de las acciones previas de la OEA con respecto a este
problema. Por último, el informe provee a los miembros de este comité con lineamientos para la
creación de sus propuestas con respecto al narcoterrorismo en la región. Es necesario aclarar que
el objetivo del informe no es explicar el surgimiento del narcoterrorismo sino proveer a los
miembros del comité con un conocimiento básico que les permita generar soluciones creativas y
lo más cercanas a la realidad para uno de los problemas más preocupantes de nuestros tiempos.
El Problema en Contexto
Evolución del Problema
El narcotráfico y su relación con el terrorismo no es un fenómeno actual. En esta sección,
analizaremos la evolución de esta relación en los siguientes países: Colombia, Perú, y México.
Colombia
En su artículo Conflicto Interno y Narcotráfico entre 1970 y 2005, Andrés López
Restrepo presenta la evolución de las relaciones entre el narcotráfico y el terrorismo en
Colombia. Según López, los grupos armados ilegales requieren recursos para sostenerse, y las
principales fuentes de recursos provienen de actividades ilegales: narcotráfico, secuestro,
extorsión, entre otros. Todas estas actividades tienen un impacto nacional, con excepción del
narcotráfico, que por diversas razones se ha convertido en un problema que interesa a muchos
1
Luis Alberto Villamarín Pulido. Narcoterrorismo: La Guerra del Nuevo Siglo. (España: Ediciones Nowtilus, S.L. 2005) 15
2
Jorge Megía Prieto. México y el Narcotráfico. (México DF: Editorial Universo, 1988)115
actores de la comunidad internacional. Durante la década del 70, el narcotráfico se manifestó
como un problema de gran magnitud; antes de esa fecha existía tráfico de drogas pero era poco
significativo. Los narcotraficantes ejercieron una violencia que alcanzó niveles sin precedentes
en la historia del país. Aunque no existen pruebas al respecto, es muy probable que el aumento
en los homicidios durante la década de 1970 se debiera en gran parte al narcotráfico. El Estado
no impidió el enriquecimiento ilícito de los narcotraficantes y permitió que se fortalecieran unas
organizaciones criminales cuyo poder casi no tiene paralelo a nivel mundial.
Fue en el terreno político donde la influencia del narcotráfico resultó más decisiva, o al
menos más evidente. La primera fue la creación, en diciembre de 1981, del grupo paramilitar
Muerte a Secuestradores MAS, en respuesta al secuestro de una hermana de los miembros del
clan Ochoa, que hacían parte del cartel de Medellín. El narcotráfico también participó en la
política electoral de algunos de los principales capos, entre ellos Pablo Escobar, jefe del cartel de
Medellín, quien fundó el movimiento Civismo en Marcha. Por otra parte, durante el gobierno de
Betancourt, el ministro de Justicia, Rodrigo Lara, estaba adelantando una dura campaña contra
los narcotraficantes, pero sus actuaciones no parecían tener la solidaridad del Presidente. Lara
defendió la extradición, propuesta por Estados Unidos en 1979 y que entraría en rigor en 1982,
pero la política oficial del gobierno era la opuesta. El Presidente rechazó la aplicación de la
extradición por razones nacionalistas, pero carecía de una política alternativa para contener a los
narcotraficantes, cuyo poder siguió creciendo. El 30 de abril de 1984, Lara fue asesinado por un
sicario. Al matar al ministro de Justicia, los narcotraficantes demostraron el alcance de su poder
y su decisión de desafiar al Estado y la ley. Los años siguientes estuvieron marcados por la lucha
en torno a la extradición. Además de emplear la violencia para resolver los conflictos propios de
quienes están involucrados en actividades criminales, los narcotraficantes empezaron a usarla
para generar terror en la población y someter al Estado. La violencia de finales de la década tenía
como objetivo garantizar su impunidad, evitando su juzgamiento en Estados Unidos. En 1991,
luego de una asamblea constituyente, se prohíbe la extradición. La violencia de los
narcotraficantes disminuyó pero pronto empezaron a circular rumores de que el Estado no tenía
control alguno sobre las acciones de Escobar. Finalmente, Escobar fue acorralado y muerto en
1993. El cartel de Medellín perdió parte del control sobre el negocio de exportación de cocaína.
A pesar de su debilitamiento, el narcotráfico ahora se dedicó a coadyuvar a las
organizaciones revolucionarias, como las FARC quienes obtuvieron los mayores triunfos
militares entre 1996 y 1998. El Presidente Álvaro Uribe, que encarnaba el rechazo a la zona de
despeje concedida a las FARC, ganó fácilmente la primera ronda de las elecciones presidenciales
del año 2002. Los dos instrumentos principales que el gobierno nacional ha usado para combatir
al narcotráfico han sido la extradición (que adquirió rango constitucional en 1997) y la
fumigación. Los resultados de la política gubernamental son difíciles de precisar, la situación de
seguridad ha mejorado. Desde agosto de 2002, han sido extraditados a los Estados Unidos cerca
de 400 acusados. Las cifras de homicidios, secuestros y tomas a poblaciones están
disminuyendo. No obstante, es necesario concluir que la lucha contra los actores armados
ilegales y contra el narcotráfico es una labor que requerirá paciencia y muchos años más de
trabajo.
Perú
En Terrorismo, narcotráfico y su impacto en la seguridad interamericana, Joaquín Urzúa
asevera “los grupos guerrilleros han reconocido la posibilidad de obtener financiamiento para sus
actividades con recursos provenientes de los billones de dólares en ganancias que obtiene la
industria subterránea de los narcóticos. Narcotraficantes pagan por protección, y los grupos
insurgentes obtienen ingresos.”3 En efecto, un ejemplo de esta relación entre narcotráfico y
terrorismo es el del movimiento Sendero Luminoso en Perú. Sendero Luminoso es una
organización terrorista peruana de tendencia maoísta surgida en 1969 como fruto de una ruptura
en el PCP (Partido Comunista del Perú). Fundada por el profesor de Filosofía Abimael Guzmán ,
su meta original era reemplazar las "instituciones burguesas" de su país por un régimen
revolucionario de tipo campesino. Todo a través del enfrentamiento entre clases y la lucha
armada. En su camino, Sendero Luminoso cometió unos 30.000 crímenes, según la Comisión de
la Verdad (una suerte de Conadep), a través de 9.000 actos de violencia. Su mayor crudeza se dio
entre 1983 y 1984 y entre 1991 y 1992, con ataques que incluyeron potentes atentados con
bombas, colocación de coches cargados con explosivos frente a lugares estratégicos —el Palacio
de Gobierno y el Palacio de Justicia, en 1985— y destrucción de líneas de alta tensión para
causar apagones en ciudades de manera casi diaria. También se dedicaron a asesinar a dirigentes
y autoridades, a "desaparecer" gente, aplicar torturas, violaciones y ejecuciones masivas.
Asimismo, Sendero Luminoso tuvo que afrontar una represión ilegal por parte de
diferentes regímenes. La que terminaría por dejarla al borde de la destrucción total fue la que se
dio en el gobierno de Alberto Fujimori, durante el cual cayó preso en 1992 Abimael Guzmán,
condenado a cadena perpetua por jueces sin rostro, sentencia luego anulada y condenado
nuevamente en un juicio abierto conjuntamente a los demás principales integrantes de Sendero
en el año 2005-2006, obteniendo por acusación de la Fiscal Peruana Especializada, Luz del
Carmen Ibáñez y la Sala Penal Nacional, la cadena perpetua para Abimael Guzmán y tres de los
principales miembros del grupo dirigencial de ésta organización terrorista, la cadena Perpetua,
así como condenas entre 30 y 35 años para dirigentes y cabecillas de dicha organización
criminal. Luego de la caída de Guzmán, Sendero quedó prácticamente desmembrada. Sin
embargo, sobrevivieron hasta hoy pequeñas facciones, como la que en 2003 secuestró a 71
empleados de la empresa argentina Techint en una obra peruana.
México
En el artículo The Real War On Mexico (La guerra real en México), Shannon O´Neil
presenta la evolución de la violencia relacionada con el tráfico de drogas. Luego de la revolución
mexicana de 1910, el partido nacional revolucionario, luego llamado Partido Revolucionario
Institucional (PRI) sistemáticamente extendió su control sobre el territorio y la población
mexicana. El PRI debilitó a su oposición política al incluir dentro de la estructura de sus partido
a miembros de grupos sociales importantes, como los trabajadores, campesinos, inversionistas,
intelectuales, y militares. Asimismo, el PRI tenía vínculos con los contrabandistas, los cuales
comenzaron en la primera mitad del siglo XX. Luego de la segunda guerra mundial, las
relaciones entre los miembros del PRI y los narcotraficantes se habían solidificado. Esto provocó
que la violencia hacia los funcionarios públicos y civiles fuera limitada. Por otra parte, los
narcotraficantes operaban impunemente y sus casos nunca llegaban a las cortes. Al darse una
apertura política en México a finales de los 80 e inicios de los 90, y al terminarse el monopolio
político del PRI, los narcotraficantes se vieron obligados a tratar con el nuevo establecimiento
político. Por esa razón, se observó un incremento en la violencia en aquellos estados donde la
oposición tenía el control, como Baja California y Chihuahua. Con la elección de Vicente Fox en
3
Joaquín Urzúa en La Situación Estratégica Latinoamericana: Crisis y Oportunidades. Ed. Agustín Toro Dávila &
Augusto Varas Fernández. (Santiago: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 1992) 138
el año 2000, las organizaciones de narcotraficantes aprovecharon la derrota del PRI para terminar
con la subordinación al gobierno. El narcotráfico mexicano había tenido una larga historia de
oferta hacia los consumidores estadounidenses, la cual comenzó con heroína y marihuana. En los
años 70s y 80s, el consumo de cocaína alcanzó altos niveles por lo que los narcotraficantes
mexicanos se asociaron con los colombianos para satisfacer la demanda estadounidense. En los
80s y 90s, los Estados Unidos obstruyeron el tránsito de drogas en el caribe y Miami, por lo que
más droga fue transportada a través de México. Ya en el año 2004, 90% de la cocaína consumida
por los Estados Unidos ingresó a través de la frontera con México. Los narcotraficantes
mexicanos dominaron el mercado, dejando atrás a los colombianos. Debido a este incremento en
ingresos, las organizaciones narcotraficantes se profesionalizaron, especialmente con respecto a
su capacidad militar. Uno de los grupos más famosos son los Zetas, los cuales habían formado
parte del cartel del golfo en los 90s. Este grupo ahora opera independientemente. Para muchos
mexicanos, los Zetas se han convertido en sinónimo de terror y derramamiento de sangre. A
pesar de los intentos del Presidente Calderón, electo en 2006, el número de ataques terroristas y
muertes sigue incrementándose en la actualidad y el problema del narcoterrorismo se convierte
en uno de los más preocupantes para el pueblo mexicano.
Intentos Previos para solucionar el problema
En la sección anterior se proveyó una perspectiva histórica de la evolución del
narcoterrorismo en la región. Los casos de Colombia, México y Perú, aunque no demuestran
todas las facetas de este problema en el continente, son representativos de la amenaza del
narcoterrorismo para la seguridad y la estabilidad de nuestras democracias. En esta sección, se
presentan algunos intentos por parte de los gobiernos en el pasado para solucionar el problema
de narcotráfico y el terrorismo.
Una de las iniciativas para contrarrestar los efectos del narcotráfico y el terrorismo es
conocida como el Plan Colombia. Este es un proyecto internacional constituido entre los
gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Su objetivo principal es disminuir el tráfico de
estupefacientes y resolver el actual conflicto armado que se vive en la nación suramericana. Se
concibió en 1999 durante las administraciones del presidente colombiano Andrés Pastrana
Arango y el estadounidense Bill Clinton con los objetivos específicos de generar una
revitalización social y económica, terminar el conflicto armado y crear una estrategia
antinarcóticos. La justificación oficial en Estados Unidos es que este plan es parte de la Guerra
contra las drogas. El Plan Colombia ha tenido un gran apoyo entre miembros del congreso de
Estados Unidos, quienes argumentan que los logros de este programa incluyen la fumigación y
erradicación de 1300 km² de plantaciones de coca en el 2003, lo cual ha prevenido la producción
de más de 500 t métricas de cocaína. En el 2001, el gobierno del Presidente de Estados Unidos,
George W. Bush expandió el programa mediante una partida de $ 676 000 000 para la Iniciativa
andina contra las drogas. De esta partida, aproximadamente $ 380 000 000 fueron para
Colombia. El resto fue para los otros países Andinos incluidos dentro de la iniciativa. Con
anterioridad a los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Estados Unidos había
declarado como terroristas a las dos principales organizaciones guerrilleras colombianas, las
FARC y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y al mayor grupo paramilitar del país, las
AUC. A raíz de los atentados, Estados Unidos declaró la Guerra contra el terrorismo. Desde
entonces, fueron desapareciendo las limitaciones que existían para apoyar al Ejército
colombiano. El Congreso de Estados Unidos, mediante ley del 2 de agosto de 2002, autorizó el
uso de los recursos del componente militar del Plan Colombia en estrategias conjuntas, es decir,
en la Guerra contra el narcotráfico y contra los grupos armados ilegales. Así, el Plan Colombia
ya no establece diferencias entre la lucha antiinsurgente y el combate al narcotráfico. Por otra
parte, el gobierno de Uribe considera que el narcotráfico constituye la principal fuente de
financiación de los grupos armados ilegales. Por lo tanto, el combate al narcotráfico es un
elemento esencial de la lucha contra esos grupos.
Por otra parte, durante el año 1994, el Perú invirtió 300 millones de dólares en la lucha
antinarcóticos y aprobó su Plan Nacional de Prevención y Control de Drogas 1994-2000.
Erradicó 16,000 hectáreas de cultivos de coca, adquirió tres helicópteros para la Dirección
Nacional Anti Drogas, capturó dos de los más importantes jefes de firmas peruanas: Luis
Enrique Tijero Guzmán y Demetrio Lionel Chávez. Abrió proceso contra más de 100 oficiales de
las Fuerzas Armadas por vinculaciones con el narcotráfico.
Asimismo, durante el gobierno de Alberto Fujimori, las acciones de los servicios de
inteligencia, combinadas con la organización de milicias rurales en el campo, consiguieron dar
golpes cada vez más duros al terrorismo. En julio de 1992 se logró la captura de Víctor Polay
Campos, líder del MRTA. El 12 de septiembre se asestó el golpe decisivo al terrorismo. En esa
fecha la Dirección Nacional contra el Terrorismo (DINCOTE), dirigida por el coronel de policía
Ketín Vidal logró capturar pacíficamente a Abimael Guzmán, jefe del grupo terrorista Sendero
Luminoso, quien pretendía establecer un régimen maoísta en el Perú, junto con varios miembros
del comité central de la organización.
En México, tras ser electo presidente en el año 2006, Felipe Calderón declaró la Guerra
contra el narcotráfico al enviar alrededor de 45,000 tropas del ejército a los Estados de Nuevo
León, Guerrero, Michoacán y Tijuana. Por su parte, el gobierno de George Bush colaboró con
México y Centroamérica para la lucha contra el narcotráfico a través de su Iniciativa Mérida, la
cual consiste en un paquete de 1.5 millones de dólares por 3 años.
El Problema en la actualidad
A pesar de haber mostrado un extenso recorrido histórico del narcotráfico y sus vínculos
con el terrorismo, es necesario hacer un breve resumen de la situación actual del narcoterrorismo
en la región. En un informe para el congreso estadounidense, Latin America: Terrorism Issues
(Latinoamerica: cuestiones del terrorismo) elaborado por Mark P. Sullivan en septiembre del año
2009, se reporta lo siguiente:
Las FARC han sido debilitadas por las campañas militares del gobierno, las cuales
dejaron como resultado la muerte de varios comandantes de la organización en el año 2007.
Especialmente, el asesinato de Raúl Reyes, segundo comandante de la organización en una
operación en territorio ecuatoriano. En Julio del 2008, una operación militar colombiana logró el
rescate de 15 rehenes, entre los cuales se encontraban tres ciudadanos estadounidenses e Ingrid
Betancourt. No obstante, las FARC han continuado con sus actividades terroristas a nivel táctico,
como secuestro y narcoactividades. El grupo ha lanzado varios bombardeos contra objetivos
civiles y militares en áreas urbanas y rurales. A pesar de las tensiones entre Ecuador y Colombia,
Ecuador también han incrementado el número de operativos contra las FARC operando en su
territorio. Las FARC también se han movilizado a territorio venezolano, en el cual no han
encontrado mayor resistencia por parte del gobierno que se rehúsa a efectuar patrullajes en la
zona. En Panamá, se reporta que las FARC han estado activas en el área de la provincia de
Darién. Finalmente, las FARC también han ocupado territorio en Perú, donde se reorganizan y
compran armas. Asimismo, en Perú, hay dos restos de la insurgencia de Sendero Luminoso, la
cual había sido debilitada en los 90, que aún siguen operando en las cercanías del río Hulluaga y
en el río Apurimac y Ene. Ambos grupos practican el tráfico de drogas y han ejecutado 64
ataques terroristas en el 2008, asesinando 31 personas, incluyendo 4 civiles. Según un reporte del
Departamento de Estado estadounidense, las FARC continúan financiando la cultivación de coca
en las áreas fronterizas del Perú y Colombia. Asimismo, en la frontera entre Argentina, Brasil, y
Paraguay, se reporta tráfico de drogas, armas, lavado de dinero y contrabando de diferentes
productos. Hay preocupaciones que organizaciones como Hezbollah y Hamas, tengan presencia
en esta área y se beneficien de los recursos generados por las actividades ilegales que ocurren en
esta frontera. No obstante, no hay evidencia que pueda corrobar tal hipótesis. En México, el
número de muertes debido al narcotráfico ha sobrepasado los 10,000 desde el 2006 hasta la
actualidad. Algo similar ocurre en Guatemala donde el narcotráfico se ha apoderado de los
territorios en el occidente del país. En conclusión, a pesar de los esfuerzos realizados por los
gobiernos locales, el narcoterrorismo aún tiene mucho auge en la región y se muestra como una
amenaza para la estabilidad económica, social y política de los países americanos. Es por esa
razón que se debe buscar soluciones inmediatas y viables para el problema.
Poder del Comité para Tratar el Problema
El Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) es una entidad de la Organización
de los Estados Americanos (OEA) establecida por la Asamblea General, de acuerdo con el
artículo 53 de la Carta de la OEA. El CICTE tiene como propósito principal promover y
desarrollar la cooperación entre los Estados Miembros para prevenir, combatir y eliminar el
terrorismo, de acuerdo con los principios de la Carta de la OEA, y con la Convención
Interamericana contra el Terrorismo, y con pleno respeto a la soberanía de los países, al estado
de derecho y al derecho internacional, incluidos el derecho internacional humanitario, el derecho
internacional de los derechos humanos y el derecho internacional de los refugiados.
El CICTE goza de autonomía técnica en el ejercicio de sus funciones, dentro de los límites
impuestos por la Carta de la OEA, por su propio Estatuto y su Reglamento, así como por los
mandatos adoptados por la Asamblea General.
El CICTE ejerce sus funciones en el marco de la Declaración de Lima para Prevenir,
Combatir y Eliminar el Terrorismo (en adelante, “Declaración de Lima”); el Plan de Acción de
Lima sobre Cooperación Hemisférica para Prevenir, Combatir y Eliminar el Terrorismo (en
adelante, “Plan de Acción de Lima”); el Compromiso de Mar del Plata; y las demás
declaraciones adoptadas en el marco del CICTE.
Entre los programas del CICTE se encuentran: Seguridad Marítima, Seguridad
Aeroportuaria, Seguridad de Documentos y Prevención de Fraude, Asistencia Legislativa y
Lucha contra el Financiamiento del Terrorismo, seguridad en turismo, seguridad cibernética, y
cooperación internacional y alianzas.
En nuestro caso, el problema del narcotráfico y el terrorismo entraría en el programa de
Asistencia Legislativa y Lucha contra el Financiamiento del Terrorismo, el cual tiene como
objetivo asistir a los Estados Miembros para mejorar o fortalecer un sistema de justicia penal
eficaz contra el terrorismo y su financiamiento, de acuerdo con la Convención Interamericana
contra el Terrorismo (CIT) y los instrumentos legales universales contra el terrorismo y el
financiamiento del terrorismo. Fortalecer los conocimientos y las capacidades nacionales,
subregionales, y regionales para implementar de una manera eficaz la CIT y el marco legal
universal. Se proporciona asistencia técnica y capacitación a los Estados Miembros, de acuerdo
con el marco legal internacional—las Resoluciones 1267 y 1373 y subsiguientes del Consejo de
Seguridad de la ONU, la Convención Interamericana contra el Terrorismo, así como las
convenciones y protocolos de la ONU—y con las Recomendaciones sobre el Lavado de Dinero
(40) y sobre el Financiamiento del Terrorismo (9) de GAFI. Las actividades de este programa se
desarrollan en cooperación con la Subdivisión para la Prevención del Terrorismo de la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC/TPB, por sus siglas en inglés), y, con
respecto al subprograma de la lucha contra el Financiamiento del Terrorismo, con la Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de las Drogas (OAS/SMS/CICAD).
Acciones previas de la OEA
En junio de 1997, la Asamblea General aprobó la Estrategia Antidrogas en el
Hemisferio, como plataforma para un mayor esfuerzo por controlar las drogas en el siglo XXI.
La Estrategia refleja los significativos cambios observados en los diez años transcurridos desde
el Programa de Río, incluso la mayor producción y abuso de drogas sintéticas como las
metanfetaminas y el éxtasis, así como el uso del Internet para comprar y vender medicamentos y
cigarrillos y transferir electrónicamente las ganancias del tráfico ilícito de drogas a cualquier
parte del mundo. Muy significativamente, desde una perspectiva de relaciones externas, la
Estrategia muestra que los gobiernos del Hemisferio Occidental tienen una clara conciencia de
que las drogas y los delitos conexos, la violencia relacionados con las drogas, y las significativas
consecuencias sociales y de salud del uso y el abuso de drogas constituyen problemas que
comparten todos los países y frente a los que deben adoptarse soluciones compartidas y asumirse
una responsabilidad también compartida.
Colaboradores Necesarios
La labor del CCIT para resolver el problema del narcoterrorismo sólo puede ser posible
con la colaboración de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas
(CICAD). La CICAD fue establecida por la Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos (OEA) en 1986 como la respuesta política del Hemisferio Occidental para resolver
todos los aspectos del problema de las drogas. Cada gobierno miembro nombra a un
representante de alto rango a la Comisión, la cual se reúne dos veces al año. La CICAD maneja
programas de acción por medio de su Secretariado permanente para suscitar la cooperación y
coordinación entre los 34 países miembros. Dichos programas se enfocan en:
1. Prevenir y tratar el abuso de drogas;
2. Reducir la oferta y disponibilidad de drogas ilícitas;
3. Fortalecer las instituciones y mecanismos para el control de drogas;
4. Mejorar la leyes de control y su aplicación en el tema de armas de fuego y lavado de
activos;
5. Desarrollar fuentes alternas de ingresos para cultivadores de coca, amapola y marihuana;
6. Asistir los estados miembros a mejorar la colección y análisis de datos sobre todos los
aspectos del tema de las drogas, y
7. Asistir a los Estados miembros y al hemisferio en general a medir el progreso en la lucha
contra el problema de las drogas.
La misión principal de la CICAD es fortalecer las capacidades humanas e institucionales de sus
Estados miembros para reducir la producción, tráfico y uso de drogas ilícitas, y encarar las
consecuencias sanitarias, sociales y penales de la problemática de las drogas.
La esencia del debate
Bloques dentro de la OEA
Históricamente, el debate con respecto a la lucha contra las drogas y el terrorismo se ha dividido
en dos bloques.
Por una parte, la política de los Estados Unidos ha sido dominada por los sectores más
conservadores dentro de los partidos políticos, el Congreso y los funcionarios del Ejecutivo,
quienes piensan:
a) Que los problemas podrían arreglarse cuando los norteamericanos corten el
abastecimiento proveniente de América Latina.
b) Que una guerra sin límite y a gran escala basada en la fuerza masiva, incluyendo las
fuerzas militares, podría detener el comercio de drogas.
Por otra parte, el bloque latinoamericano tradicionalmente ha defendido el hecho que
a) la demanda de drogas en Estados Unidos es tan fuerte que los esfuerzos en los países
latinoamericanos para contrarrestar la producción y el tráfico en sus propios países a
través de la erradicación de cultivos o la interdicción resultan estériles.
b) Que si Estados Unidos redujera su consumo de drogas, desaparecerían en Latinoamérica
los problemas derivados del narcotráfico.
Soluciones Propuestas
Opciones disponibles
En este informe se ha podido observar que cada país enfrenta diferentes realidades con
respecto al narcotráfico y el terrorismo. Como bien lo ha dicho el embajador colombiano en Perú
en 1995, “el narcotráfico es una realidad nacional que tiene manifestaciones diferentes en cada
país, y debido a las cuales cada nación determina las prioridades para atacar este comercio ilícito.
Para unos países el principal problema es el consumo, para otros la producción, para otro grupo
la criminalidad asociada a las drogas (…) Estos intereses nacionales no necesariamente
coinciden con la globalidad y generan dificultades a la hora de concertar acciones concretas
contra las manifestaciones nacionales”. 4 Esto significa que se debe reconocer la dificultad de
4
Rafael Ariza Andrade, en Narcotráfico: Situación Actual y Perspectivas para la Acción. Centro Peruano de
Estudios Internacionales. Ed. Fernando Pardo Segovia. (Perú: Centro Peruano de Estudios Internacionales, 1995) 59.
acordar acciones concertadas en la lucha contra el narcoterrorismo a nivel regional. Por ejemplo,
los países cuyos casos han sido mencionados en este informe, México, Colombia, y Perú, tienen
objetivos nacionales que requieren mucho más enfoque debido a la seriedad del problema en sus
territorios. Por otra parte, otros países como Bolivia, Chile o Argentina, los cuales tienen otros
roles en el proceso distributivo de la droga, no presentan tantos casos de terrorismo. Por esa
razón, la tarea de este comité es complicada pero a la vez muy interesante. Nuestro reto es pensar
en políticas que sean de beneficio para la realidad de cada país y a la vez sean posibles en el
contexto internacional.
Elaborando informes
La información que será dada a continuación podrá ayudarles a realizar sus informes.
Antes de la conferencia se deberán entregar informes detallados de las posiciones de sus países.
Es recomendable el investigar la mayor cantidad de información relacionada al tema, puesto que
estos informes pueden servir para delinear la manera en que se llevará a cabo su debate.
Posiciones y políticas no negociables y negociables
Dentro de nuestro comité, se deberá respetar la soberanía de cada país para tomar sus propias
decisiones. Si bien es cierto, se puede debatir las políticas de los otros países y dar sugerencias
para moderar sus posiciones, no será permitido forzar a otros países a adoptar políticas que no
sean de su agrado o beneficio. Por otra parte, las soluciones propuestas por cada país deben estar
lo más de acuerdo a la realidad posible. Por ejemplo, no sería una solución aceptable, una
resolución en la que Estados Unidos se comprometa a invadir el territorio mexicano para luchar
contra el narcotráfico pues se debe tomar en cuenta el contexto y los posibles efectos de una
política como esa. Es decir, se debe tomar en cuenta el hecho que los Estados Unidos aun se
encuentra militarmente involucrado en Afganistán e Irak, por lo que otra invasión no sería
aceptada por el congreso. Por otra parte, sería poco realista el ofrecimiento de apoyo económico
y militar a México o Colombia, de países mucho más subdesarrollados y sin suficientes recursos.
Datos acerca de sus países
Por tal razón, es importante que los participantes en este comité tengan conocimiento tanto
histórico como de la actualidad con respecto al narcotráfico y el terrorismo en sus respectivos
países. Es recomendable que los participantes conozcan de las políticas más recientes de sus
gobiernos, así como el contexto político, económico, y social. Sí los participantes consideran que
el narcoterrorismo no ha tenido un impacto grave en el sistema, político, y social de sus países,
los participantes deberán analizar las implicaciones del narcoterrorismo en los países vecinos
para toda la región, y como ellos pueden colaborar en la eliminación de dicha amenaza.
Preguntas para considerar en cuanto a la resolución
¿Qué tan grande es la amenaza terrorista provocada por el narcotráfico en su territorio nacional?
¿Qué tan grande es la amenaza en los países vecinos? ¿Es posible que el problema del país
vecino afecte su orden interno?
¿Cuáles pueden ser las consecuencias del narcoterrorismo para la democracia, la economía y la
sociedad?
¿Cuál es la solución que encuentran más conveniente, la lucha directa contra la oferta o la
erradicación de la demanda?
¿Es la legalización de la droga una alternativa? Sí lo es, ¿Es la legalización políticamente viable
en sus países?
¿Existe algún vínculo entre el cultivo de droga y la cultura de sus países?
¿Cuál es la perspectiva de la sociedad con respecto al consumo de droga? ¿Es la sociedad muy
conservadora? ¿Está la sociedad abriéndose al consumo de drogas como una actividad normal?
Resumen y Conclusión
En este informe se ha presentado la evolución del problema del narcotráfico en la región.
Asimismo, se ha mostrado algunos ejemplos de cómo los gobiernos han querido resolver dicho
fenómeno. No obstante, el problema continúa en la actualidad y cada vez las organizaciones
narcoterroristas se fortalecen más. Este informe presenta los casos de algunos países
latinoamericanos como México, Perú y Colombia. Sin embargo, el narcoterrorismo es una
amenaza para la estabilidad de toda la región, y por lo tanto, es la tarea de gobiernos locales y las
organizaciones internacionales, como la OEA, buscar e implementar soluciones viables para la
eliminación o reducción del narcoterrorismo. El propósito de este informe fue proveer a los
delegados del comité contra el terrorismo, con un conocimiento básico de la situación en el
pasado y actualidad, para de esta forma promover el debate y discusión de alternativas creativas
para aliviar lo que Villamarín llama “la guerra del siglo XXI.”
Bibliografía
1. Agustín Toro Dávila & Augusto Varas Fernández. La Situación Estratégica
Latinoamericana: Crisis y Oportunidades. (Santiago: Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, 1992)
2. Centro Peruano de Estudios Internacionales. Narcotráfico: Situación Actual y
Perspectivas para la Acción. Ed. Fernando Pardo Segovia. (Perú: Centro Peruano de
Estudios Internacionales, 1995)
3. Fundación Seguridad y Democracia. Narcotráfico en Colombia: Economía y Violencia.
Compilado por Alfredo Rangel. (Bogotá: Fundación Seguridad y Democracia, 2005)
4. Francisco Corigliano. El problema del Narcotráfico: Los obstáculos y las Posibilidades
de cooperación multilateral. (Buenos Aires: Facultad Latinoamericana de Ciencias
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5. Jorge Megía Prieto. México y el Narcotráfico. (México DF: Editorial Universo, 1988)
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12. http://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Colombia#Guerra_contra_las_drogas
13. http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Fujimori#Lucha_contra_el_terrorismo
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