Por democracia, No recomiendo leer un libro al azar Escrito por Margarita María Collazos Como buena lectora, leer de todo un poco me llena de conocimiento y pensamiento propio. En esta ocasión cogí un libro a lazar de la biblioteca de mi madre, quería saber que se siente leer un libro que no se da por impulso propio sino a la suerte. Baje las escaleras de mi casa, cerré los ojos antes de observar el estante para no tener ninguna retentiva, estiré mi brazo y ¡plop!, cogí un libro que en realidad no me daban ganas de leer, en ese momento. Inmediatamente pensé en devolverlo y realizar de nuevo el ejercicio; pero me puse a pensar y esa no era la idea de hacer esta reseña, yo misma había ideado un plan y tenía que cumplirlo. Entonces así comienza la experiencia de un libro que se sale de las líneas de lo hermoso de la cultura; de un libro que podría ser un trabajo para la universidad, pero en esta ocasión no lo es. Arend Lijphart, es profesor de ciencias políticas. Nació en 1936 en los países bajos y es el ciudadano estadunidense que escribió este libro que por cuestiones de la vida toco mi mano, “La democracia en las sociedades plurales”. En un primer momento el autor empieza por nombrar dos modelos distintos de Democracia: el Modelo Westminster, el más funcional el sociedades homogéneas, que se trata de la democracia mayoritaria, el cual es estudiado con base en el sistema político de Gran Bretaña, que no se diferencia mucho de los demás. Es una parte algo densa que muestra una estrecha unión entre el poder ejecutivo y legislativo, algo aburrido que al final afirma lo enseñado por mi profesor de político. Nada más allá de quienes son quienes. Partiendo de esto, intente botar el libro no quería leer más. En realidad no me parecía apto para mi cabeza en ese momento y mucho menos para la revista. Pero todo iba mucho más allá de eso, era mi fuerza y mi meta, tenía que lograrlo como diera lugar. Así que continúe. Seguí leyendo, me encontré con bipartidismo, el partido laborista, el conservador, con un modelo de democracia mucho más funcional en sociedades plurales, diferencia de poderes, gobiernos de otros países, etc. Y devoré ese libro como lo hago con las galletas de mi casa. Y en conclusión general, les digo queridos lectores, nunca escojan un libro al azar. Con esto no quiero decir que esta lectura sea mala y mucho menos no me atrevo ni pienso que el autor este perdido en sus letras; simplemente afirmo y reafirmo, que no hay plan más aburrido que leer un libro de 1977, sobre un estudio comparado de dos tipos de ideales de democracia que están presentes en diferentes partes del mundo; y peor aun sabiendo que la lectura dispone tener un espacio en una agenda cultural.