UNIDAD 6 I TRIMESTRE CURSO: CIENCIAS SOCIALES GRADO: PRIMERO BÁSICO TEMA: Grandes Civilizaciones antiguas: SUBTEMAS: Mayas, aztecas e Incas Culturas Antiguas: Mayas, Aztecas e Incas GRANDES CIVILIZACIONES ANTIGUAS. LOS MAYAS: La civilización creada por los mayas o mayas-quiché, sin duda alguna una de las más importantes y adelantadas de toda América, floreció en la amplia región la cual se ubican los actuales estados mexicanos de Tabasco, Yucatán y Chapas; República de Guatemala, Honduras, San Salvador y Honduras Británica (Belice). Toda esta región es abrupta y llena de selvas, con una rica hidrografía y abundante en serranías y zonas de gran actividad volcánica que presentan alturas superiores a los 3.555 metros. Por la misma configuración geográfica el clima va desde el helado de las alturas hasta el templado de las zonas intermedias, y el cálido del litoral. Los primeros enclaves culturales mayas se asentaron, al parecer, en Guatemala, donde se inició el desarrollo de su período conocido como Viejo Imperio. El origen de los mayas sigue siendo un misterio, al igual que el de la mayoría de los pueblos americanos. Se han barajado multitud de teorías para explicar su fuente, pero hasta el presente nada se ha podido establecer con claridad. Muchos eruditos, con el fin de hacer más sencillos los estudios de esta civilización, han separado a los autores de esta cultura en dos grandes grupos: los mayas, propiamente tales, que en la época precolombina ocupaban el Yucatán y los quichés que desde el lago Atitlán se expandieron hasta el territorio que ocupa en la actualidad Guatemala. A pesar de que cada grupo presenta características lingüísticas y otras propias del lugar en que viven (en la actualidad aún existen más de un millón de mayas puros), toda la familia maya es uno de les grupos étnicos más homogéneos de América. La cultura maya sólo puede ser comparada en riqueza y complejidad con la azteca y aún hoy se discute sobre cual dio origen a la otra. La arqueología, a pesar de que es la ciencia que más luz ha arrojado sobre el pasado precolombino del Nuevo Mundo, ha agudizado más que terminado con esta polémica. Se debe fundamentalmente a que ha sido posible determinar que muchos de los complejos culturales puestos al descubierto no son puros sino que su arquitectura, cerámica y arte en general, aparece influido por culturas anteriores, dando origen a un desarrollo mixto, en el cual se involucran dos, tres o hasta cuatro civilizaciones diferentes, superpuestas. El pueblo El pueblo maya, en muchos sentidos, fue, más "humano" que el sanguinario azteca. El hombre y la mujer maya común vivieron en continuo contacto con la naturaleza y supieron impregnarse con la belleza de las cosas que los radeaban; con los árboles, las flores, los pájaros, y los animales, y extrajeron de esta vivencia las normas espirituales de sus existencias. Fueron grandes aficionados a la limpieza, a la pirtura y a los tatuajes. El traje común de los hombres era una manta bajo la cual usaban un taparrabos; las mujeres usaban una camisa llamada "yopte". Quienes llevaban un atuendo mucho más vistoso y complejo eran los sacerdotes y los guerreros que aparecían adornados con profusión de plumas y pieles de animales. Ambos sexos usaban pendientes en las orejas y anillos a través del tabique nasal. Entre sus diversiones más importantes estaba el canto, la danza, los "voladores" (esto consiste en girar con los pies amarrados a una soga sujeta a un mástil de hasta treinta metros de altura) y el juego de la pelota, usando para tal afecto una bola de hule. Al igual que los aztecas construyeron inclusive zonas especiales, especie de estadios, para practicar este último deporte La mitología maya El Popol-Vuh La mayor parte de la mitología del pueblo maya se encuentra en el "Popol-Vuh" o "Libro del Consejo de los Indios Quiché". Este libro originalmente fue pura tradición oral y en esa forma se conservó hasta el siglo XVI cuando fue escrito por un indígena en lengua quiché con caracteres latinos. Este texto llegó, afortunadamente, a las manos del cura párroco de Santo Tomás Chuilá, Fray Francisco Ximénez. Como la población guatemalteca de Chilá se llama en la actualidad Chichicastenango, el texto también se conoce con el nombre de "Manuscrito de Chichicastenango". Ximénez lo tradujo dos veces incluyendo la segunda versión, que le pareció satisfactoria, en el primer tomo de le "Crónica de le Provincia de Chiape y Guatemala". Otros textos importantes para la comprensión de la mitología maya son las crónicas de "Chilambalam" y de "Chacxulubchen". El "Popol-Vuh" se inicia con el relato de la creación del Universo, la Tierra, las aguas y posteriormente los animales y el hombre. A pesar de que su texto actual se presenta seriamente influido por el cristianismo, sin duda en lo medular aún prevalece la esencia mítica de los mayasquiché. Parte del inicio de la obra es el siguiente (Según una traducción de González de Mendoza y Miguel Angel Asturias): "Este libro es el primer libro, pintado antaño, pero su faz está oculta (hoy) al que ve, al pensador. Grande era la exposición, la historia de cuando se acabaron de medir todos los ángulos del cielo, de la Tierra, la cuadrangulación, su medida, la medida de las líneas, en el cielo, en la Tierra, en los cuatro ángulos, de los cuatro rincones tal como había sido dicho por los Constructores, los Formadores, las Madres, los Padres de la vida, de la existencia, los de la Respiración, los de las Palpitaciones, los que engendran, los que piensan, Luz de las tribus, Luz de los hijos, Luz de la prole, Pensadores y Sabios, (acerca de) todo lo que está en el cielo, en la Tierra, en los lagos, en el mar. He aquí el relato de cómo todo estaba en suspenso, todo tranquilo, todo inmóvil, todo apacible, todo silencioso, todo vacío, en el cielo, en la Tierra. He aquí la primera historia, la primera descripción. No había un solo hombre, un solo animal, pájaro, pez, cangrejo, madera, piedra, caverna, barranca, hierba, selva. Sólo el cielo existía. La faz de la Tierra no aparecía; sólo existían la mar limitada, todo el espacio del cielo. No había nada reunido, junto. Todo era invisible, todo estaba inmóvil en el cielo. No existía nada edificado. Solamente el agua limitada, solamente la mar tranquila, sola, limitada. Nada existía. Solamente la inmovilidad, el silencio, en las tinieblas, en la noche. Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, los Procreadores, los Engendradores estaban sobre el agua, luz esparcida. (Sus símbolos) estaban envueltos en las plumas, las verdes; sus nombres (gráficos) eran, pues, Serpientes Emplumadas. Son grandes Sabios. Así es el cielo, (así) son también los Espíritus del Cielo; tales son, cuéntase, los nombres de los dioses. Entonces vino la Palabra, vino aquí de los Dominadores, de los Poderosos del Cielo, en las tinieblas, en la noche; fue dicha por los Dominadores, los Poderosos del Cielo; hablaron; entonces celebraron consejo, entonces pensaron, se comprendieron, unieron sus palabras, sus sabidurías. Entonces se mostraron, meditaron, en el momento del alba; decidieron (construir) al hombre, mientras celebraban consejo sobre la producción, la existencia, de los árboles, de los bejucos, la producción de la vida, de la existencia, en las tinieblas, en la noche, por los Espíritus del Cielo llamados Maestros Gigantes. Maestro Gigante Relámpago es el primero, Huella del Relámpago es el segundo, Esplendor del Relámpago es el tercero; estos tres son los Espíritus del Cielo. Entonces se reunieron con ellos los Dominadores, los Poderosos del Cielo. Entonces celebraron consejo sobre el alba de la vida, cómo se haría la germinación, cómo se haría el alba, quién sostendría, nutriría. "Que eso sea Fecundaos. Que esta agua parta, se vacie. Que la tierra nazca, se afirme", dijeron. "Que la germinación se haga, que el alba se haga en el cielo, en la tierra, porque (no tendremos) ni adoración ni manifestación por nuestros construidos, nuestros formados, hasta que nazca el hombre construido, el hombre formado"; así hablaron, por lo cual nació la Tierra. Tal fue en verdad el nacimiento de la Tierra existente. "Tierra", dijeron, y en seguida nació. Solamente una niebla, solamente una nube (fue) el nacimiento de la materia. Entonces salieron del agua las montañas; al instante salieron las grandes montañas". "Enseguida fecundaron a los animales de las montañas, guardianes de todas las selvas, los seres de las montañas: venados, pájaros, pumas, jaguares, serpientes, víboras (serpientes), ganti, guardianes de los bejucos. Entonces los Procreadores, los Engendradores, dijeron: "¿No habrá más que silencio, inmovilidad al pie de los árboles, de los bejucos? Bueno es, pues, que haya guardianes"; así dijeron, fecundando, hablando. Al instante nacieron los venados, los pájaros. Entonces dieron sus moradas a los venados, a los pájaros. "Tú, venado, sobre el camino de los arroyos, en las barrancas, dormirás; aquí vivirás, en las hierbas, en las malezas; en las selvas, fecundarás; sobre cuatro pies irás, vivirás". Fue hecho como fue dicho. Entonces fueron también (dadas) las moradas de los pajarillos, de los grandes pájaros. "Pájaros, anidaréis sobre los árboles, sobre los bejucos moraréis; engendraréis, os multiplicaréis sobre las ramas de los árboles, sobre las ramas de los bejucos''. Así fue dicho a los venados, a los pájaros, para que hiciesen lo que debían hacer; todos tomaron sus dormitorios, sus moradas. Así los Procreadores, los Engendradores dieron sus casas a los animales de la Tierra. Estando pues todos terminados, venados, pájaros, les fue dicho a los venados, a los pájaros, por los Constructores, los Formadores, los Procreadores, los Engendradores: "Hablad, gritad; podéis gorjear, gritar. Que cada uno haga oir su lenguaje según su clan, según su manera..." Evolución cultural de los mayas La cronología maya presenta fechas que funden el mito con la realidad 2.000 años antes de la conquista, sin embargo, algunos de los restos examinados arrojan, a lo sumo, una edad que coloca a los más viejos vestigios encontrados en el siglo II de nuestra era. De acuerdo con esto se ha podido establecer la sucesión de los centros Político y culturales: Copán, Palenque, Piedras Negras, Quiriguá, Chichenitzá, etc. En la misma época en que Europa iniciaba el período más oscuro de la Edad Media, la civilización maya entraba en su época clásica, la de mayor esplendor. Consolidado por los dictámenes y recursos espirituales de una religión comunal, su orden social llegó a la madurez. La población creció, los sacerdotes exploraron nuevos campos intelectuales, las artes florecieron. El talento artístico de los mayas alcanzó todo su apogeo en estructuras arquitectónicas tales como las del Templo del Sol, en Palenque. Arquitectura y arte Este pueblo fue un gran constructor de palacios y templos. Estos últimos suelen ser muy altos, colocados sobre pirámides escalonadas que permiten que desde su cumbre se domine el paisaje por sobre la naturaleza virgen de la selva. Alrededor del siglo X los mayas comenzaron a abandonar los centros de su cultura clásica desplazándose hacia el norte, a la península de Yucatán, pero allí cambió: en la ciudad principal de Chichén-ltzá el estilo escultural y arquitectónico de los mayas recibió la influencia de los toltecas. Los toltecas no sólo influyeron en las artes sino que también en la religión. Aportaron su dios Quetzalcoatl (la Serpiente Emplumada) que en Yucatán se conoció como Kukulkán. En el norte, durante este período y en virtud de la naturaleza sanguinaria de los toltecas, los temas recurrentes en el arte así como las nuevas formas religiosas se tornaron cada vez más sangrientos. Es durante este período cuando los mayas realmente comienzan a hacer sacrificios humanos con el fin de aplacar la ira de sus dioses, lanzando víctimas propiciatorias al cenote (pozo) sagrado de Chichén-ltzá, por ejemplo. Entre los lugares más ricos en temas arquitectónicos se destacan Palenque, centro religioso de gran importancia cuajado de palacios, templos y estatuas; Copán, en la República de Honduras; Chichén-ltza', en Yucatán, con su famosa Torre del Caracol y el tema recurrente de la Serpiente Emplumada; Tikal, con su gran plaza que domina la selva guatemalteca con más de 9.000 metros cuadrados de pavimento (Es la mayor ciudad descubierta hasta ahora en el Hemisferio Occidental); Uxmal; Piedras Negras, etc. Excelentes escultores nos han dejado obras tales como el obelisco de Quiriguá y los de Copán. También eran hábiles ceramistas. Los mayas tenían una escritura de glifos aún no del todo comprensible para nosotros, a pesar de que el erudito obispo Landa se preocupó hasta donde pudo de salvar de las llamas de los conquistadores muchos textos dibujados en pieles, 4 fibras de maguey y tejidos de algodón. El calendario En el calendario maya hay 18 meses con 20 días más cinco suplementarios; cada día tiene su número hasta 13 y cada mes un signo particular que lo identifica. Ciclos superiores a 1 año son el "katun", veinte años y el ciclo de 52 años. Aparte de este calendario, los sacerdotes utilizaban uno ceremonial de 20 meses, de 13 días cada uno con lo cual el año resultaba ser de 260 días. Los sacerdotes mayas estudiaron con detención el cielo y lograron suficientes conocimientos astronómicos como para determinar el período planetario de Venus y la necesidad de intercalar el día más cada 4 años en su calendario. Al parecer también predecían con extraordinaria exactitud toda clase de fenómenos celestes, como por ejemplo los eclipses. Organización Al igual que otros pueblos de la zona los mayas basaban su organización social en los clanes totémicos, exogámicos, y en el patriarcado. El padre de familia poseía una autoridad ilimitada sobre sus hijos hasta la mayoría de edad. El clan estaba regido por un jefe, "halachninic". Existían además caudillos o jefes militares en cada uno de los clanes y dos superiores al frente de la tribu. Caza y agricultura Los mayas fueron hábiles cazadores utilizando para el efecto el arco, la flecha y la lanza. Pescaban en los lagos y ríos con anzuelos hechos de espinas de pescado y con arpones con punta de piedra. Aparte de la pesca y la caza su actividad primordial era la agricultura. Sembraban preferentemente maíz, el frijol y el cacao con el cual preparaban el chocolate. Ellos fueron el primer pueblo en conocer y fumar las hojas del tabaco ya sean en forma de cigarrillos o en cazoletas, como nuestras actuales pipas. En ciertas ceremonias religiosas estas hojas se quemaban y el humo se inhalaba colectivamente mientras se bebían licores espirituosos. Religión La religión maya era sumamente complicada, por lo cual su culto requería un gran número de sacerdotes junto a los cuales giraban adivinos y curanderos. Los sacerdotes se denominaban "balames", los adivinos "chilanos" y los últimos "chamanes". Al frente del panteón maya estaba "Nohochacyum", quien protege a los humanos de sus variados enemigos, entre los cuales está la serpiente "Hapikem". Lo siguen la Luna, su esposo, los dioses de los cuatro puntos cardinales y otras deidades inferiores. Aparte de los dioses propiamente tales existían los semidioses y los héroes de la talla de "Itzamna" o Votán". Entre los quichés los dioses principales, aquellos que habían creado al hombre y al universo, eran "Tepencucumatz" y "Xucarán". En la religión maya los sacrificios humanos no eran parte insustituible del rito y al parecer se efectuaban sólo en raras ocasiones. Generalmente se inmolaban animales. Cuando un maya fallecía la familia se reunía en su casa y luego de poner en su boca un puñado de maíz, cubrirlo con sus mejores ropas y llenarlo de joyas, ofrendas y armas procedían a enterrarlo. Si se trataba de un personaje de importancia, un jefe por ejemplo, o un sacerdote, se le incineraba, guardándose sus cenizas dentro de una imagen de madera que representaba un antepasado, preparándose, a veces, un cráneo o parte de él para conservarlo en un altar votivo, frente al cual se hacían ofrendas durante las festividades religiosas. Los Mayas del Antiguo Imperio Los orígenes de las más antiguas tribus mayas se pierden en la oscuridad de las leyendas. Los manuscritos indígenas del siglo XVI han perdido todo recuerdo histórico de la primitiva localización geográfica maya, así sean los libros de hechiceros o Chilam Balam escritos en la península de Yucatán (Maní, Chumayel, etcétera), o el Popol Vuh de los qúichés, rama del tronco maya, escrito en Guatemala. Tampoco el único cronista primitivo de los mayas, fray Diego de Landa--quien escribía hacia 1566--, conserva una clara tradición a este respecto. En todo caso, los datos se refieren a los mayas de Yucatán, del llamado Nuevo Imperio, y no a los viejos mayas ubicados en el sur (Chiapas, Guatemala y Honduras), cuya Civilización se había extinguido algunos siglos antes de alcanzar su plenitud las ciudades peninsulares, Chichén-Itzá, Uxmal y sayil. Sabemos que en un tiempo muy remoto, los mayas vivían en el litoral atlántico de México, desde donde descendieron a Centroamérica remontándose a lo largo del Usumacinta para llegar al Petén. Un viejo grupo maya, el huasteco, quedó, sin embargo, en el extremo norte de México, en el riñón veracruzano-tamaulipeco. Quizá el empuje nahua cortó en dos al pueblo maya y arrojó a unos grupos hacia el norte y a otros hacia el sur. Los grupos arrojados hacia el sur fueron los que desarrollaron en toda su plenitud la civilización maya. En los comienzos de sus tiempos históricos vivían en un triángulo que tenia por extremos a Palenque, en Chiapas; Uaxactún, en Guatemala; y Copán, en Honduras, área sumamente amplia y de comunicaciones difíciles, selvática, cruzada de grandes rios, que comprende toda la cuenca del Usumacinta, el Petén guatemalteco y los valles del Motagua y del río de Copán. Fuera de los monumentos que han dejado los antiguos mayas, nada sabemos de la historia de los hombres que ergieron Tikal, Palenque y Copán. Pero, si como vimos, no hay fuentes escritas, los monumentos esculpidos son elocuentes a este respecto. Una de las prácticas más antiguas fue la de erigir estelas para conmemorar o fijar tránsitos de tiempo; al principio se erigían estelas irregularmente; más adelante se levantaban con cierta periodicidad, generalmente al final de cada katún, periodo cíclico de veinte años. Estas fechas han podido ser leídas debido a la clave proporcionada por Landa--los mayas arrancaban su calendario de la fecha legendaria 3113 a. de C.--, y al hecho de que los mayas conocieron unidades de tiempo mayores, baktunes, periodos cíclicos que encierran veinte knttulcs (es decir, cuatrocientos años, cerca de 394 de los nuestros). Las primeras fechas históricas y no míticas que se conocen son del baktún octavo, siendo sumamente numerosas en el noveno para decaer y casi desaparecer escultóricamente en el baktun. Al ser correlacionado el calendario maya con el cristiano, se han podido descifrar numerosas fechas inscritas en este las, dinteles, escalinatas y templos. Probablemente hacia el siglo I O II, los mayas domiciliados en Veracruz y Tabasco empezaron a moverse con rumbo al Petén, siguiendo la ruta natural del Usumacinta. La ciudad arqueológica maya que posee la fecha grabada más antigua, es Uaxactún, en el Peten guatemalteco, con el dia 9 del año 328, fecha relacionada con una pirámide cercana, la E-VII Sub. Quizá Palenque, Copán o Tikal poseyeron dataciones más antiguas, pero probablemente fueron trabajadas en estuco, pintadas o grabadas en madera. y por lo mismo no han llegado hasta nosotros. Después de la esteia 9, Uaxactún continuó erigiendo monumentos con regularidad: en las estelas 18 y 19 fijaron el año de 357; en la número 5, el de 358, continuando las fechas normalmente hasta el siglo IX. Con el siglo V las fechas inscritas se hacen más abundantes. Las estelas irradian a centros lejanos y mar comunicados, surgiendo ciudades en el área más dispersa: Balakabal, en el Petén, Campeche, 405; Uolantún, 409, y Tik31, Guatemala, 416; en el extremo sur, Copán, Honduras, 465; en él extremo norte, Oxkintok, Yucatán, 472, etcétera. En el siglo VI los importantes centros del Usumacinta empiezan su ascenso histórico: Yaxchilán, Piedras Negras y Palenque, así como Toniná, Chiapas, Calakmul, Yucatán, y rusilhá, Guatemala. La colonización, pues, de Yucatán se ha iniciado siguiendo la ruta del golfo y del Caribe. Un siglo más tarde se inicia la Edad de Oro del Antiguo Imperio: desde 633 a 830, en la segunda mitad del baktún noveno, se esculpen las más preciosas estelas, los más finos dinteles, se erigen los más suntuosos edificios y se labran las más artísticas escalinatas. Haciá el siglo en Palenque se constituye en la meca religiosa por excelencia: su arquitectura nunca más habría de ser superada, sus estucos modelados con escenas quedaron como imperecederas obras maestras, mientras en lo intelectual y, particularmente en astronomía, es la cabeza de las ciudades mayas. Un siglo más tarde, Copán arrebata a Palenque este carácter, para decaer al principiar el siglo IX y hundirse definitivamente. Todavía brilla algún tiempo Quirigua, sobreviviendó a las más tardías ciudades mayas del Petén, como Ixkún, Nakún, Sibal y Naranjo. Pero ya al mediar el siglo IX las fechas mayas en cuenta larga empiezan a escasear y casi llegan a desaparecer. La última que se conoce en una ciudad maya es la de la estela 12 de Uaxactún, de 889,(contemporánea de las estelas 9 de Oxpeinul y 10 de Xultun). sólo una datación posterior? del baktun décimo, es conocida: la de la placa de jade de Tzibanché, Quintana Roo, de 909. Entonces, como lapidariamente se afirma, "se hizo la soledad y el silencio en las ciudades mayas". Las migraciones a Yucatán se intensificaron y las oleadas humanas empujaron a unos grupos y fijaron a otros; pero por dondequiera se empezó a notar la decadencia en el arte. Diversas hipótesis han pretendido explicar el abandono de las ciudades mayas del sur: cambios climatéricos, fiebres y epidemias, colapsos agrícolas, guerras, etcétera, que hicieron inhabitables aquellas regiones. Morley sugiere que el agotamiento de las tierras empujara a la población hacia el norte; Thompson, por el contrario, parece inclinarse más a la teoría de alzamientos del campesinado contra el sacerdocio; otros se inclinan a ver en esta destrucción la rnano olmeco-tolteca que, penetrando a lo largo del Usumacinta antes de 895, haya sojuzgado esta cultura arrojando sus restos hacia Yucatán.35 Sea por una u otra causa, el hecho es que hacia el siglo x la selva comenzó a invadir las viejas ciudades. Si persistió en ellas alguna población, ésta fue campesina, indocta, que sólo dejo restos de ceramica, pero que ya nunca volvió a erigir estelas ni palacios. Cuando Hernán Cortés atraveso el área del Antiguo Imperio, tanto en el Usumacinta como en el Petén, durante su expedición a las Hibueras, hacía muchos si los que aquellas ciudades habían sido abandonadas y ningún recuerdo quedaba de ellas. Los mayas del nuevo imperio. Ya hemos visto que con el siglo X empieza una época oscura y de silencio en la cultura maya. Ninguna estela con cuenta larga se vuelve a esculpir y son pocos los palacios y templos que se erigen. La Edad Media, la edad tenebrosa del arte maya, se deja sentir por dondequiera, iniciándose simultaneamente los grandes movimientos migratorios en masa al norte, a Yucatán. La antigua área Palenque-Uaxactún-Copán es abandonada y los mayas empiezan a moverse a lo largo del Caribe y del golfo. Tulum e Ichpaatún son testigos de una temprana colonización siguiendo la ruta de Quintana Roo, en 564 y 593; pero ya Oxkintok, Yuc., lleva una fecha de 472, y Jaina, en Campeche, conoció la penetración maya en 652. En los siglos Vll y Vll la colonización ha alcanzado el centro de la península: Cobá. desde 613; Etzná,. El Chilam Balam de Chumayel recuerda la dispersión maya por el rumbo del Caribe "Cuando se multiplica la muchedumbre de los hijos de la tierra, fue el centro Cozumel. Pero una vez que cesan de esculpirse estelas y dinteles (la última fecha conocida es 889), hay acudir a otras fuentes para informarse de la historia de los mayas. Estas fuentes son los Libros del Chilam Balam, el Popol Vuh, y las historias de Landa y Cogolludo, que tenian con sus relatos la luna que va del año 900 al 1500. Según estas fuentes, cuyos datos ha reducido admirablemente Eric S. Thompson, los itzaes se radican en Chichén Itzá, por vez primera, en 711. Los itzaes, "hombres sagrados", como los llama el Chilam Balam de Maní, procedían probablemente de la cuenca del Usumacinta, hacia Palenque o ciudades adyacentes. "Cuentan los indios--dice Landa--que de la parte del mediodía vinieron a Yucatán muchas gentes con sus señores, y que parecen haber venido de Chiapas . . . " En Chichén Itza. radican hasta 928, año en que la ciudad fue abandonada para ir en 968, a poblar Champotón, Campeche. Por esta época, una nueva familia se presenta en el escenario de Yucatán: los tutul xiu. Los Libros de Chilam Balam los hacen venir de Nonoual (es decir, Tabasco), "saliendo de la región de Tulapan". Hacia 948 esta familia xiu abandona Nonoual y descubre Bacalar (987), de donde parten a Chichén Itzá, lugar que encuentran abandonado (1027). Allí permanecen por ciento veinte años, al cabo de los cuales marchan a Champotón, que habitaban los itzaes, y "Champotón fue destruido". Todavía yerran por la península "en busca de sus hogares y vivieron después por varias épocas en las montañas inhabitadas", hasta que en 1263 se aposentan en Uxmal, como dice lapidariamente el Chilam Balam de Maní: Uxmal fue fundada. . . Entretanto, los itzaes, que también vivían "bajo los árboles, bajo la ceniza, bajo la miseria", vuelven a Chichén Itzá para establecerse allí definitivamente. La Edad Media maya ha pasado y el Renacimiento está próximo a iniciarse. La arquitectura de transición tipo Hochob, Dzibilnocac y Río Bec, aunque sobrevive en algunos edificios de Uxmal y de Chichén Itzá, es abandonada, levantándose nuevas y más hermosas construcciones. Esta arquitectura provenía de una influencia nueva, enérgica, extranjera, de origen mexicano. Ya hemos de ver que la migración tolteca parece seguir dos rutas en dos épocas diferentes: la primera la de la rama olmeca, se interna en Centroamérica; la segunda, la tolteca, llega a ChichénItzá. Las relaciones entre Tula y Chichén Itzá son múltiples: columnas serpentinas, atlantes, tigres en actitud de caminar, etcétera; quizá la expulsión de Tula arrojó a un núcleo considerable, primero a Xicalanco y después a Yucatán, donde, como conquistadores, llegaron a apoderarse de Chichén Itzá. En cuanto a la rama tolteca de Centroamérica, dejó otras antiguedades, yugos y palmas, por lo que no es improbable que formaran parte del núcleo olmeca --¿veracruzano?. Los toltecas llegados a Yucatán dejaron sentir su benéfica influencia en Mayapán, Chichén, Uxmal, Zayil, etcétera; pero es en Chichén Itzá donde se les encuentra, primero como mercenarios y después como conquistadores. Su destreza en el manejo de los arcos y las flechas, según Landa, les dio una incuestionable superioridad sobre los mayas. Tozze. Sostiene que algunas placas de oro y las pinturas de Chichén Itzá, inmortalizan la ocupación tolteca de esa ciudad. En esta epoca se levantaron los más bellos edificios de Chichén Itzá: el Caracol, el Castillo, el Templo de los Guerreros, el Juego de Pelota, l Tzompantli, la Casa de Aguilas, el Osario, el Templo del Chac Mool, etcétera. Seler ha señalado las influencias mexicanas en Chichén: esculturas con frentes no deformadas; vestuario y ornamentación, por ejemplo, las diademas reales o copillis; los emblemas simbólicos, como el signo solar, las figuras llamadas chacmooles; las columnas en el orden serpiente; broches de mosaico; los templos circulares a Quetzalcóatl, etcétera. Pero este renacimiento durante el cual todo el suelo de Yucatán y Campeche se ve poblar de templos y palacios es cortado a mediados del siglo xv aI romperse el equilibrio de la Liga de Mayapán. Nuevamente la cultura rompe su ciclo evolutivo, sólo que ahora para jamás volver a renacer. Según la versión de Landa, la familia reinante en Mayapán, los cocomes, habían acabado por tiranizar a sus súbditos mayas ayudados por mercenarios mexicanos: "Que el gobernador Cocom entró en codicia de riquezas y que por esto trató con la gente de la guarnición que los reyes de México tenían en Tabasco y Xicalanco, prometiéndoles entregar la ciudad y que así trajo gente mexicana a Mayapán y oprimió a los pobres e hizo muchos esclavos; los señores le hubieran matado si no hubieran tenido miedo a los mexicanos. Que el señor de los tutuxiues nunca consintió en esto y que viéndose oprimidos los de Yucatán, aprendieron a los mexicanos el arte de las armas y así salieron maestros del arco y la flecha y de la lanza y hachuela. De esta suerte los tutul xiu de Uxmal y los itzaes de Chichén Itzá, se lanzan contra los cocomes de Mayapán, gobernados por Huanac Ceel. En un principio favoreció la fortuna a los cocomes gracias al auxilio de los xicalancas, pero después de treinta y cuatro años de lucha, Mayapán es destruido, toda la familia cocom asesinada, excepto un hijo de Huanac Ceel que se encontraba de viaje. Dice el Chilam Balam de Chumayel: fue conquistada la tierra de Mayapán, la amurallada, por los itzaes, que habían sido arrojados de sus casas por los de Izamal, a causa de Huanac Ceel." Sólo los mercenarios toltecas fueron respetados, pero Mayapán quedó abandonado y la familia cocom desaparecida. Los descendientes de los últimos cocomes no olvidaron de echar en cara a los tutul xiu su origen extranjero, reclamándose ellos como representantes puros de la ilustre familia maya: "Extranjeros y traidiores--dice el Chilam Balam--al matar a su señor principal (Huanac Ceel) robandole su hacienda. La destrucción de Mayapán acaeció--dice el Chilam Balam de Maní-sesenta años antes de la llegada de los españoles; es decir, si tomamos como punto de partida el año de la conquista de México, llegaríamos a la fecha de 1461, Todavía después de la caída de Mayapán sucedieron veinte años de cierta prosperidad y abundancia, al cabo de los cuales volvió a cernirse el desastre sobre Yucatán: un huracán arrasó la península, a lo que siguió un período de calma para después presentarse la peste y renovarse las guerras intestinas, declinando la cultura su ocaso definitivo. Al llegar a Yucatán los españoles, no quedaba un solo imperio en vigilia, sólo tribus bárbaras erraban por la península. Cuando los españoles de Montejo consumaron en 1539 la conquista, hacía algunos años que la cultura maya se había distinguido definitivamente. LOS INCAS: Las culturas que se desarrollaron en el territorio del antiguo Perú desaparecieron o fueron sometidas por el imperio incaico que emergió alrededor del año 1000 de la era cristiana y se caracterizó por su alto grado de desarrollo en los distintos campos de la ingeniería. Muestra de ello son las ruinas de edificios, caminos, puentes y acueductos así como los monumentales restos de la Fortaleza de Sacsayhuamán y la Ciudadela de Machu Picchu, entre otros. Los conocimientos de ingeniería hidráulica de que dispusieron hicieron posible que la hoy árida costa peruana fuese cultivada extensamente poseyendo incluso una tecnología que permitía convertir la neblina en agua para la irrigación. Su idioma fue el "quechua" considerado hoy, junto con el español, idioma oficial del Perú y su escritura los "Quipus", un sistema de hilos anudados que hasta ahora espera ser descifrado. En su organización política, dividieron la administración en sectores de diez, cien, mil y diez mil habitantes, cada uno de ellos a cargo de personas nombradas por el Inca. Esto comprueba que los incas conocieron y aplicaron el sistema decimal desde el siglo XI de la era cristiana. El área geográfica donde emergió el Imperio incaico se sitúa en las cuencas del lago Titicaca y del río Urubamba. En la sección media del valle de este último, lo que se conoce como el Valle Sagrado o Valle del Cuzco, es donde se asentó el dominio incaico y la sede del Imperio. Sobre la fundación del Imperio los españoles recogieron de los quipucamayos (funcionarios del Imperio adiestrados en la lectura de los quipus) una serie de tradiciones y leyendas, siendo la más difundida la que relata Garcilaso en su libro "Comentarios Reales" y que a continuación resumimos: Compadecido el Sol del estado de salvajismo en el que vivían los hombres ("Comían como bestias yerbas del campo y raíces de árboles, y la fruta inculta que ellos daban de suyo, y carne humana. Cubrían sus carnes con hojas y cortezas de árboles, pieles de animales y otros andaban en cueros") envió a una pareja "un hijo y una hija de los suyos" para que implantasen la religión y el culto solar, los preceptos y leyes humanas, y enseñasen a los hombres las artes de cons-truir sus casas y pueblos, de cultivar las plantas y criar los animales y de gozar de ellos y de los frutos de la tierra. El Sol puso a esta pareja en el lago Titicaca para que saliese a bus-car el lugar donde habían de asentarse y les dio una barra de oro para que allí donde se hundiese, fundasen un nuevo reino. Tratando de hundir la barra por donde pasaban, se detuvieron en el cerro llamado Huanacaure, al Sur de la ciudad que fue después, donde al tentar con la barreta se hundió fácilmente "al primer golpe que no la vieron más. Entonces dijo el Inca a su hermana y mujer: "En este valle manda nuestro padre el Sol que paremos y hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad, por lo tanto, reina y hermana, conviene que cada uno por su parte salgamos a convocar y atraer gente para los doctrinar y hacer el bien que nuestro padre el Sol nos manda". Tomando uno la dirección Norte y la otra el rumbo del Sur salieron a convocar a la gente. Al ver aquellas dos personas tan hermosamente vestidas y adornadas con los ornamentos que el Sol les había dado, las orejas horadadas y con grandes orejeras y viendo "que en sus palabras y rostros mostraban ser hijos del Sol" les dieron entero crédito y obediencia como a reyes, convocándose los mismos salvajes unos a otros se juntaron en gran número hombres y mujeres y se fueron con los reyes siguiéndoles a donde les llevaron. "De esta manera se empezó a poblar esta ciudad dividida en dos medios que llamaron Hanan Cozco, que como sabes, quiere decir Cozco el alto, Hurin Cozco y por eso le llaman el bajo. Los que atrajo el rey quiso que poblaran a Hanan Cozco y los que convocó la reina Hurin Cozco y por eso le llaman el bajo. Esta división no fue para que los de una mitad se aventajasen a los de la otra en exenciones y preeminencias, sino que todos fueran iguales como hermanos, hijos de un padre y una madre. Sólo quiso el Inca que hubiese esta división para que quedase perpetua memoria de que a los unos había convocado el rey a los otros la reina..." ). Manco Cápac enseñó a los varones las artes y los oficios propios de su sexo, como sembrar las mieses, cultivar la tierra y conocer las plantas, cuáles eran de provecho y cuáles no: los instruyó para hacer arados y cómo sacar acequias de los arroyos y fue tanta su enseñanza que llegó a indicarles cómo fabricar su propio calzado. Por su parte Mama Occllo instruia las mujeres en los oficios femeninos de hilar y tejer lana y algodón y en hacer vestidos para sí, su marido y sus hijos. "En suma, ninguna cosa de las que pertenecen a la vida humana dejaron nuestros príncipes de enseñar a sus primeros vasallos, haciéndose el Inca rey, maestro de varones y la Coya, reina, maestra de las mujeres". (Comentarios, Lib. Primero. Caps. XV-XVI En total los incas, cuyos nombres han quedado registrados para la historia fueron catorce y la duración del imperio alcanzó cerca de quinientos años. La siguiente es la relación de los incas: 1. Manco Cápac 2. Sinchi Roca 3. Lloque Yupanqui 4. Mayta Cápac 5. Cápac Yupanqui 6. Inca Roca 7. Yahuar Huaca 8. Viracocha 9. Pachacútec 10. Inca Yupanqui Cápac 11. Túpac Inca Yupanqui 12. Huayna Cápac 13. Huáscar 14. Atahualpa El principal de éstos, Pachacútec, extendió el Imperio a sus máximos confines, abarcando lo que hoy es la República del Perú y parte de las actuales Repúblicas de Ecuador, Colombia, Bolivia, Chile y Argentina. Unificó el Imperio a través de la adopción de una lengua única: el quechua y la construcción de una imponente red vial - los caminos del Inca - que hicieron posible una rápida comunicación entre los principales puntos del Imperio. Durante el gobierno de este Inca se organizó por el Príncipe Inca Túpac Yupanqui, una expedición marítima que llegó hasta la Polinesia, según recogió en sus relatos el cronista Sarmiento de Gamboa y confirmó, siglos después, la expedición Kontiki del navegante escandinavo Thor Heyerdahl, que partió del Perú en 1947 con una embarcación similar y siguiendo la misma ruta de los antiguos peruanos. Maravillosos edificios hicieron los Incas, reyes del Perú, en fortalezas, en templos, en casas reales, en jardines, en depósitos y en caminos, y otras fábricas de grande excelencia, como se muestran hoy por las ruinas que de ellas han quedado; aunque mal se puede ver por los cimientos lo que fué todo el edificio. Cuzco: pietra dei dodici angoli Cuzco: calle incaica La obra mayor y más soberbia, que mandaron hacer para mostrar su poder y majestad, fué la fortaleza del Cuzco, cuyas grandezas son increíbles a quien no las ha visto, y al que las ha visto y mirado con atención, le hacen imaginar, y aun creer, que son hechas por vía de encantamiento, y que las hicieron demonios y no hombres; porque la multitud de las piedras, tantas y tan grandes, como las que hay puestas en las tres cercas (que más son peñas que piedras) causa admiración imaginar, cómo las pudieron cortar de las canteras de donde se sacaron, porque los indios no tuvieron hierro ni acero para las cortar ni labrar; pues pensar cómo las trajeron al edificio, es dar en otra dificultad no menor: porque no tuvieron bueyes, ni supieron hacer carros, ni hay carros que las puedan sufrir, ni bueyes que basten a tirarlas... Las que llevaron de más cerca fueron de Muyna, que está cinco leguas del Cuzco: pues pasar adelante con la imaginación y pensar cómo pudieron ajustar tanto unas piedras tan grandes, que apenas pueden meter la punta de un cuchillo por ellas, es nunca acabar. Muchas de ellas están ajustadas, que apenas se aparece la juntura: para ajustarlas tanto era menester levantar y asentar la una piedra sobre la otra muy muchas veces; porque no tuvieron escuadra, ni supieron valerse siquiera de una regla para asentarla encima de una piedra, y ver por ella si estaba ajustada con la otra... Los edificios y fábricas que los Incas hicieron en fortalezas, en templos, en caminos, en casas de campo y otras, fueron muchos y de excesivo trabajo, como lo manifiestan el día de hoy las ruinas y pedazos que han quedado, como se ven en el Cuzco, y en Tiahuanaco, y en Tambo, y en otras partes, donde hay piedras de inmensa grandeza, que no se puede pensar cómo se cortaron, y trajeron, y asentaron donde están; para todos estos edificios y fortalezas que el Inca mandaba hacer en el Cuzco, y en diversas partes de su reino, acudía grandísimo número de todas las provincias; porque la labor es extraña y para espantar, y no usaban de mezcla, ni tenían hie-rro ni acero para cortar y labrar las piedras, ni máquinas, ni instrumentos para traerlas; y con todo esto, están tan pulidamente labradas, que en muchas partes apenas se ve la juntura de unas con otras. Y son tan grandes muchas piedras de éstas, cómo está dicho, que sería cosa increíble si no se viese. En Tiahuanaco medí yo una piedra de treinta y ocho pies de largo y de diez y ocho de ancho, y el grueso sería de seis pies; y en la muralla de la fortaleza del Cuzco, que es de mampostería, hay muchas piedras de mucho mayor grandeza: y lo que más admira es que no siendo cortadas éstas que digo de la muralla, por regla, sino entre sí muy desiguales en el tamaño y en la facción, encajan unas con otras con increíble juntura, sin mezcla.. Quipu ("nudo" o "cuenta por nudos"): es un instrumento mnemotécnico empleado por los Incas para llevar la cuenta de los tributos, la estadística demográfica, el recuerdo de sus hechos pasados, así como la razón de sus leyes y ordenanzas, ritos y ceremonias. Según la descripción de Garcilaso, que manejó los quipus llevados por los indios pertenecientes a la encomienda de su padre, cuando acudían al Cuzco para pagar sus tributos: "Hacían los indios hilos de diversos colores: unos eran de un color solo, otros de dos colores, otros de tres y otros de más, porque los colores simples y los mezclados, todos tenían su significación de por sí: los hilos eran muy torcidos, de tres o cuatro liñuelos y gruesos como un huso de hierro y largos de a tres cuartas de vara, los cuales ensartaban en otro hilo por su orden a la larga, a manera de rapacejos. Guaman Poma: quipucamayoc Por los colores sacaban lo que se contenía en aquel tal hilo, como el oro por el amarillo y la plata por el blanco, y por el colorado la gente de guerra. Las cosas que no tenían colores iban puestas por su orden, empezando de las de más calidad y procediendo hasta las de menos, cada cosa en su género, como en las mieses y legumbres... Algunos de estos hilos tenían otros hilitos delgados del mismo color, como hijuelas o excepciones de aquellas reglas generales, como digamos en el hilo de los hombres o mujeres de tal edad, que se entendían ser casados, los hilitos significaban el número de los viudos o viudas que de aquella edad había aquel año, porque estas cuentas eran anuales y no daban razón más que de un año solo. Los nudos se daban por su orden de unidad, decena, centena, millar, decena de millar y pocas veces o nunca pasaban a la centena de millar: porque, como cada pueblo tenía su cuenta de por sí y cada metrópoli la de su distrito, nunca llegaba al número de estos o de aquellos a tanta cantidad que pasase la centena de millar, que en los números que hay de allí abajo tenían harto". Hubo depósitos de quipus en Cuzco, pero fueron destruidos: primero, por los generales de Atahualpa, que no sólo saciaron su crueldad con la estirpe de Huáscar, sino que aun pretendieron borrar la memoria de sus hechos pasados; y más tarde por los oficiales reales a quienes el virrey Francisco de Toledo encomendó tal tarea, para sofocar las tradiciones que podían alentar entre los indios el afecto hacia sus antiguas instituciones. Hubo otros depósitos de quipus en las provincias, bajo la custodia de los caciques o de los sacerdotes que oficiaban en las huacas; pero con ellos se avivaron las hogueras encendidas por los extirpadores de idolatrías, para incinerar los ídolos y cuanto estuviera vinculado a los cultos y las creencias de los tiempos prehispánicos. Quipu De modo que al morir los ancianos quipucamayocs (a quienes pudieron interrogar en su tiempo algunos cronistas o los funcionarios instruidos por gobernantes como Vaca de Castro y Toledo), se perdió el conocimiento de la significación asignada a los nudos y los colores de las cuerdas integradas en cada quipu: y si han llegado hasta nosotros algunos ejemplares de ellos, es fácil comprobar que en su mayoría se los ha obtenido en las exhumaciones funerarias. LOS AZTECAS: Contrariamente a lo que se ha creído, el pueblo Azteca no era un imperio en toda la extensión de la palabra. Cierto, nadie podía desobedecer una orden del Gran Orador o Huey Tlatoani- nombre correcto del Emperador Azteca-, sin embargo, este podía ser destituido, como le paso a Moctezuma durante la invasión española: este fue destituido y puesto en su lugar el joven Guerrero Cuahutemoc. El hijo del Gran Orador no siempre fue el heredero. Era un Consejo de Sabios- muy similar al Senado Romano- el que decidía de manera democrática quien seria el próximo gobernante de Tenochtitlan. En cierto sentido, la elección del Gran Orador era muy similar a la del Emperador Bizantino (curiosamente, estas dos culturas son contemporáneas, terminando la Bizantina años antes del descubrimiento de América). Una vez electo el Gran Orador, era obedecido en todo, debido a que era el representante en la Tierra del dios Huitzilipochtli. El Gran Orador era, además del jefe del gobierno, el sacerdote principal del Gran Templo. Este curioso procedimiento de selección se debe, segun varios investigadores, y basados estos en leyendas y relatos aztecas, en que el primer gobernante azteca (1376), Acamapichtli, tenia por esposa principal a una mujer llamada Ilancueitl, hija del señor de un pueblo vecino. Esta muchacha era estéril, lo cual ocasiono que los nobles aztecas les ofrecieran a sus hijas y que el mismo tomara a sus esclavas como compañeras. Lógico, esto ocasiono que más de alguna quedara preñada del Rey Azteca y cada una reclamaba el derecho de llevar en sus entrañas al futuro heredero. Cuando la mayoría de los hijos de Acamapichtli eran ya mayores, un grupo de sacerdotes y grandes guerreros se reunieron por orden del Emperador para decidir, entre todos, quien seria el próximo Gran Orador. Esto originó al nacimiento del Consejo de Sabios, cuyos miembros serian los mejores guerreros y los más sabios sacerdotes. Su elección era, también, democrática, al ser elegidos estos por sus respectivos calpullis- nos avocaremos a estos mas adelante-. Este procedimiento de selección siguió todo el tiempo que duro el Imperio Azteca. De esta forma, nunca existió una dinastía (si bien a veces el Gran Orador era pariente cercano del anterior, como fue sobrino Moctezuma de Ahuizotl) de familias aztecas, evitando con esto el añejamiento de la civilización, tal y como paso con los zares en Rusia y los reyes en Francia. El corazón del Imperio Mexica fue el calpulli. Aun antes de que existiera el imperio, ya existía el calpulli. Este se formaba generalmente por parientes o personas con la misma profesión, de esta forma existían calupillis de sacerdotes, guerreros águila, guerreros ocelotes, carpinteros, alfareros, etc... Cada calpulli era una forma de gobierno autónoma, con su propio Orador o gobernante, el cual era elegido por los mas ancianos moradores del calpulli. Para darnos una idea, diremos que cada calpulli tenía su propia escuela, su propio templo, a veces, si el calpulli era importante, tenían su propia guarnición. En la sociedad azteca no había clases cerradas. Cualquiera podía llegar a ser miembro del Consejo de Sabios. Sin embargo, solo los nobles podían ser Grandes Oradores. Existe una cuento azteca que narra como un tlaxcalteca, Nanahuatzin- llamado igual que el dios que dio vida al Quinto Sol-, fue sorprendido por Moctezuma robando leña de su bosque privado. Al contestarle Nanahuatzin de manera honrada, Moctezuma lo premio nombrándolo Voz Principal. En este cuento, se puede ver como la gente de más humilde cuna podía llegar a ascender a los mas altos niveles en la sociedad azteca. Esa fue la razón por la que pudieron dominar y controlar el imperio más extenso de toda Norteamérica y uno de los más grandes a nivel mundial. Una costumbre azteca consistía en que el Gran Orador, una vez elegido, dejaba de ser un humano, para convertirse en un dios. De hecho, cada Gran Orador azteca era adorado en el Templo Mayor. El protocolo azteca exigía que nadie podía ver directamente al emperador, ni hablarle o escucharle. Por eso existía el portavoz, era el que transmitía lo dicho por su señor a los lacayos y lo que estos le respondían al emperador. Empero, en casos graves, el rey hablaba de manera directa con su Consejo. En el extremo noreste del valle de México se forma el valle de Teotihuacán, con una extensión de aprox. 600 km2, lo recorre el río San Juan (su drenaje principal) que desemboca en el lago de Texcoco, teniendo además numerosos manantiales. Ubicado a una altura de 2.200 m sobre el nivel del mar se considera que inició a partir del siglo II a. de C., siendo considerada la cultura más importante del área central del antiguo México. Para el estudio de Teotihuacán se han hecho varias divisiones (hechas en relación a tiempo y fases de desarrollo de esta cultura), Teotihuacán I, II y III; aunque posteriormente a esta división se ha descubierto que existieron fases anteriores que se conocen como: Cuanalan y Patlachique (muy distintas entre si), estas fases se consideran el antecedente de la cultura teotihuacana, ya que no surge espontáneamente. Durante estas fases Teotihuacán se convierte en un pueblo grande con más de 6 km2 de extensión, alcanzando una población de l0.000 personas. Se han descubierto por lo menos cuatro talleres de obsidiana que probablemente se inician en esta época; se especializaban en producir puntas y cuchillos tallados por percusión. Tal vez ello fue el primer impulso que lanzó a Teotihuacán a un camino comercial que habría de ser cada vez más importante, dando a la futura ciudad un principio de internacionalización, tan evidente en épocas posteriores. TEOTIHUACAN I Esta fase ocupa aproximadamente los dos siglos anteriores a la era cristiana; durante esta, la ciudad aumentó enormemente tanto en extensión como en población (tal vez llegó a los 50.000 habitantes) la cual se ubicada en su mayor parte en la región norte y oeste, pero con densidades muy variables, en este tiempo otros pueblos del valle disminuyen en población ya que sus habitantes se mudan a Teotihuacán que ofrece mayores atractivos. En este período la Calzada de los Muertos queda trazada en su extremo norte, posiblemente se inician las avenidas Este y Oeste; la ciudad está adquiriendo su forma definitiva (grandes ejes con un plan cruciforme y la división en cuadrantes), queda establecida la orientación definitiva norte-sur, con una desviación de 15' 30" al este de norte (recuerda la orientación de la ciudad planificad más antigua en Mesoamérica, La Venta con 8' al oeste del norte). En esta etapa se construyeron gran parte de los edificios más colosales de la ciudad: la pirámide del Sol, que fue ampliada dos veces y llegó entonces a su altura actual, y el edificio interior de la pirámide de la Luna. La pirámide del Sol tiene una base casi cuadrada de 222 por 225 m, formada por cuatro cuerpos inclinados con una altura total superior a 63 m (sin contar el templo que la coronaba, ahora perdido), formada por enormes taludes superpuestos que no terminan en un tablero, construida casi por completo de barro, con el exterior revestido de piedra cortada pero no pulida. Hay otra construcción más antigua, casi del mismo tamaño en su interior construidas ambas en esta fase. Existen aproximadamente unos veintitrés complejos de templos (formados por tres templos que encierran otros tantos lados de un patio y una plataforma baja limitando el cuarto lado del patio) que corresponden a esta época. Es posible que desde esta etapa se iniciaran ciertos proyectos de irrigación y se cultivaran nuevas tierras; se desarrolla la producción de manufacturas y el comercio. Teotihuacán empezó a importar la obsidiana verde (la local era gris), desde el cerro de las Navajas en Hidalgo. Tomando en cuenta el desarrollo que se alcanza en los diferentes campos se piensa que existía una división social con un estado predominante y una profesionalización de las actividades, es decir, que no se hacia artesanía en tiempos de ocio, sino como una actividad primordial. A raiz de esto, Teotihuacán alcanza gran importancia en el mercado local, centro y foco, junto con el templo (religión), de las ciudades de Meso América. TEOTIHUACAN II Este período perdura hasta el año 350 d. C. Durante esta fase se formó el área metropolitana que abarca el valle de México además del de Puebla, controlando también parte de Hidalgo. En esta época es considerado un imperio, ya que se puede observar rasgos de su influencia en el valle de Oaxaca, en Veracruz y hasta en Kaminal juyú, en el Altiplano de Guatemala; aceptando también ideas de fuera. Se construye lo que fue su centro político y comercial, el Gran Conjunto formado por el templo de Quetzalcóatl (este es considerado uno de los monumentos más ricamente decorados y suntuosos del antiguo México) y el cuadrángulo frente a él, se establecen bien las avenidas Este y Oeste prolongándose en más de 3 km hacia el sur la de los muertos. En el templo de Quetzalcóatl se observa un gran trabajo. Tiene seis cuerpos escalonados con un pequeño talud y un gran tablero, en el centro de la fachada poniente, una enorme escalinata con las alfardas decoradas con cabezas de serpientes en alto relieve, los taludes también estan decorados con serpientes en bajo relieve con el animal completo, apareciendo también conchas y caracoles. La piedra fue cortada, ajustada, tallada y pintada en vivos colores de los cuales aun se observan restos. Hacia el sur se ubica el centro de las actividades y hacia el norte se deja la función religiosa y de más solemnidad. En esta etapa la superficie que ocupaba llegó a ser de 20 km2 y contó con unos 100.000 habitantes. El eje principal es el Norte-Sur (la Calzada de los Muertos- Micaotli), en esta época queda terminada la pirámide de la Luna y su sensacional plaza -una de las más bellas del mundo-. Los muros eran encalados y cubiertos con pintura mural mediante frescos, los motivos son generalmente animales, con escenas que ocurren dentro del agua. Dentro del campo de la escultura no alcanzo gran auge, como en la pintura, la cual incluso fue imitada. Se pueden ubicar diversos barrios, delimitados tanto por la procedencia como por la profesión de los que en ellos vivían. Se han descubierto más de cuatrocientos talleres (ceramistas, lapidarios, labrado de productos en concha, pizarra, piedra sin pulir, albañiles, estucadores, etc.) Teotihuacán era una ciudad donde vivían gentes llegadas de otros lugares a veces muy distantes, lo cual promovió en parte el gran desarrollo. Se cree que llegaban numerosos peregrinos a pedir favores a los dioses impresionados por la monumentalidad de sus conjuntos y los imponentes edificios, siendo atracción estética y emocional. TEOTIHUACAN III En esta gran época final (350 - 650), lo realizado anteriormente se consolida y expande, la ciudad llega a su máximo esplendor y prestigio, aunque su área se reduce a 19 km2, alcanzando 200.000 habitantes (aprox.). A esta época pertenecen muchísimos de los monumentos que ahora vemos. Pertenecen a este período gran proporción de los templos excavados y reconstruidos parcialmente entre 1962 y 1964, como el palacio del Quetzalpapalotl, en la plaza de la Luna; a esta corresponden también buena parte de los más de doscientos frescos murales recobrados (en palacios, templos y casas) en los cuales se observan motivos simbólicos y esencialmente religiosos, la pintura expresa un gran sentido en las líneas y movimiento, manifestando composiciones con tendencia simétrica, sombrias y dignas, con un extraordinario refinamiento del color. En las pinturas religiosas se observan representaciones oficiales donde suelen aparecer dioses o sacerdotes, los cuales traen complicadas vestiduras, inmensos tocados y numerosas joyas de jade, mientras celebran algún acto ritual. En otro grupo de pinturas no aparecen figuras humanas, sino animales, los cuales son jaguares, peces, aves, serpientes, en escenas violentas, algunos y otros muy pacíficos; dentro de la pintura también podemos encontrar otro grupo, la abstracta, en la cual aparecen figuras creadas por la imaginación, simples motivos decorativos, frisos u ornamentos que se colocaban como un marco alrededor de la pintura, o en ciertos casos solos como en el templo del Quetzalpapalotl, siendo el motivo principal. Es de mencionarse, el hecho de que en la pintura no aparece ninguna mujer ni se demuestra interés por ella, no se insinúa el placer sexual y se hace caso omiso de la belleza del cuerpo humano. Uno de los frescos más interesantes es el del Tlaocan: El mural de Tlalocan representa el paraíso del dios de la Lluvia, al cual sólo llegaban los que habían muerto ahogados o a consecuencia del agua. Se venera sobre manera al dios del agua lo cual hace suponer que esta era muy escasa, aunque contaba con manantiales y con la cercanía del lago. El arte teotihuacano posee algo de inmutable, y vive tanto en la macicez de sus pirámides como en las espléndidas máscaras de piedra o en las finas cerámicas. Al final, se torna florido y en extremo barroco. Durante la época final de la ciudad (650 - 700 d. C.), la sociedad teotihuacana se desmorona, pero el área total ocupada es casi la misma que en la última época de vida normal y el número de habitantes sólo disminuye lentamente. Al final, los habitantes en las antiguas zonas residenciales dejaron de vivir en casas aisladas y la mayoría de ellos quedó congregada en casas de departamentos, lo cual forzosamente tuvo que producir cambios considerables en la vida misma del teotihuacano. Los grupos estarían más estrechamente vinculados en lo físico, pero la aglomeración debió causar numerosas fricciones, también aglomeración; el gran aumento de la población multiplicó los problemas urbanos y económicos. A raíz de esto se cree que el problema económico creo distanciamiento entre gobernantes y gobernados, un distanciamiento del pueblo hacia los representantes de los dioses y de su opresión. Algunos de los pueblos cercanos se desligaron de la gran ciudad, perdiendo esta el control que anteriormente tenía. El mayor abandono sólo ocurrió a partir del siglo VIII. Una explicación al abandono puede estar dada por la invasión de las agresivas tribus chichimecas que asolaban todo aquello que iban encontrando en su paso. La ciudad fue incendiada, saqueada y en parte destruida; las huellas del incendio final son evidentes en muchos de los templos a lo largo de la Calzada de los Muertos. Donde más se advierte esto es en el palacio de Quetzalpapálotl. Aquí no se conformaron con quemar los techos, sino que las maravillosas columnas esculpidas con la efigie del dios fueron desmanteladas y en parte soterradas en un enorme socavón abierto en el centro del patio. También la escalera monumental de la pirámide de la Luna fue destruida y casi todas las grandes piedras de los escalones fueron quitadas de allí y esparcidas por la plaza. Tenemos también evidencia de que muchas de tal manera que en casi todos los casos sólo encontramos vacías las cajas. Tal vez en tal ocasión acarrearon también durante varios metros la enorme estatua de la diosa del agua, que se supone estaba sobre la pirámide de la Luna y fue hallada hacia 1860 a 142 m al oeste de la pirámide. Durante los doscientos años siguientes los conquistadores y los vencidos teotihuacanos conviven en el área, pero nunca reconstruyen los templos asolados ni recobra su antigua grandeza la ciudad. Teotihuacán estableció por primera vez en este valle el centro político, cultural, religioso y económico de lo que hoy llamamos México. Gracias a su sensacional triunfo ninguna otra zona pudo después lograr la hegemonía, lo que hace a México una unidad bastante centralizada alrededor de los altos valles de México.