Investigación del programa: “Una comunidad que aprende y participa” Informe Final Resumen ejecutivo El informe da cuenta del proceso y los resultados de la sistematización acerca de un programa local de participación infantil “Una comunidad que aprende y participa”, desarrollado por ACUDE A.C, desde el 2001 hasta la fecha en una comunidad marginada de la Delegación Tlalpan del Distrito Federal, México. La sistematización, patrocinada por la Red INNOVEMOS de la UNESCO, fue realizada en el segundo semestre del 2007. El proceso del estudio se encaró como un trabajo conjunto del INIDE /Universidad Iberoamericana, institución miembro de la Red Innovemos y ACUDE, organización de la sociedad civil ejecutora del programa. En el momento del estudio, la innovación se encontraba en un proceso intencional de “desvanecimiento” o cierre, con el propósito de lograr la apropiación por la escuela. Consecuentemente, la sistematización permitió observar e inferir lecciones relacionadas con la puesta en marcha, la sustentabilidad y la incidencia de una experiencia madura que había contado con un tiempo largo de desarrollo y que se había desenvuelto tanto en la comunidad como en una escuela primaria pública de ese mismo ámbito. Con fines orientadores, se ha definido innovación como una experiencia significativa en la cual el sujeto es el centro del proceso, elección que posibilita tanto mayores niveles de conciencia y organización, como la construcción colectiva de conocimiento. En el programa “Una comunidad que aprende y participa” se hicieron presentes a lo largo del proceso tanto cambios favorables asociados con participación y conciencia de los derechos, como rasgos sociales autoritarios que limitaron la acción, en particular la estructura de poder imperante en la escuela. La © Hacia una Cultura Democrática, A.C. (ACUDE) Se autoriza la reproducción total o parcial de este documento, siempre y cuando se realice sin fines de lucro y se otorgue crédito a sus autores y a ACUDE, citando la fuente completa y su dirección electrónica. 1 sistematización permite desenvolver ante el lector, tanto la práctica de la innovación como los cambios en los actores, vinculados con la conciencia de sus derechos y las maneras de pensar, hacer y convivir. El enfoque metodológico adoptado fue cualitativo con orientación etnográfica y de estudio en caso, en vistas de lograr el diálogo con los sujetos mediante entrevistas y grupos de discusión. Esta opción permitió arribar a un relato general intersubjetivo, elaborado en base a triangular los testimonios de los actores. El programa “Una comunidad que aprende y participa” adoptó como principio orientador el derecho de los niños a participar, haciendo de ellos el eje de su práctica. En el marco del programa, los niños son definidos como agentes de cambio, capaces de movilizar a la comunidad en su conjunto. El programa, que tuvo como punto de partida una consulta a los niños para identificar sus intereses, se desarrolló generando acciones que involucraron tanto a los propios niños como a los padres, adultos mayores, jóvenes y organizaciones emergentes de la escuela o de la comunidad. De acuerdo con las organizadoras, el programa se construyó a partir de lineamientos generales antes que de un modelo preestablecido de participación, aun cuando el proceso de la puesta en marcha hizo posible arribar a la elaboración de una propuesta sistemática y múltiple. Los principales logros del programa fueron fortalecer a los niños como sujetos de derecho tanto en la comunidad como en la escuela, así como generar un movimiento y una práctica intergeneracional de cambio y autogestión. En este sentido, el programa no se limitó a sensibilizar en torno a la participación infantil o a difundir los intereses de los niños. Tampoco el programa se circunscribió a “hacer talleres en derechos humanos”. Por el contrario, los niños aprendieron competencias sociales en participación “participando” en acciones específicas, en particular organizándose en torno a distintas situaciones a resolver (limpieza de la escuela, reciclado de basura, perros callejeros). Asimismo, los niños, padres y miembros de la comunidad se han apropiado de un estilo de participación basado en el diálogo, la consulta, el respeto y la solidaridad. Igualmente, en la escuela se ha logrado la consolidación de la Asociación de Padres y el Consejo de participación social, ha crecido la participación de los padres y los niños, se observan mejoras de infraestructura y cambios en las disposiciones y comportamientos de los diferentes actores, a excepción de los maestros. También ACUDE se constituyó como un referente para la Delegación Tlalpan y aportó al debate acerca de la participación infantil y adulta a nivel nacional, en debates y foros, en particular asociados con una organización que busca la incidencia en políticas públicas en educación (ICE). 2 Las principales limitaciones del programa estuvieron relacionadas con la escala y la sustentabilidad, especialmente con las dificultades para que los padres de familia y los maestros se apropiaran de la experiencia, ya que estos últimos no se integraron al programa; asimismo se hizo presente la tendencia por parte de los padres y miembros de la comunidad a identificar la relación con ACUDE en términos de “apoyo” antes que de trabajo conjunto. Los rasgos distintivos del programa, además de las ya presentados, son: a) el contexto político local favorable a la participación; b) la capacidad de incidir en otros programas, así como en el debate teórico sobre el tema; c) el trabajo en dos niveles (local y macroestructural) poniendo lo local al servicio de la incidencia; en este sentido, el enfoque territorial se articuló con el interés por contribuir a una propuesta nacional; d) la convergencia de dos tradiciones: la de las organizaciones civiles y la de la investigación educativa; e) el niño como sujeto se fue haciendo el eje del programa no como un deber ser, sino gracias a la acción de los propios niños; f) el interés del equipo de ACUDE por aprender y compartir, en particular mediante la creación de un grupo impulsor, un colectivo ampliado que coordinó y reflexionó sobre el proceso; también se adoptó la sistematización como un proceso permanente que acompañó el desarrollo de la innovación; g) el trabajo de ACUDE, tanto en la escuela como en la comunidad, tuvo lugar mediante la articulación con otras organizaciones. El estudio confirma las siguientes tendencias: a) Las innovaciones son experiencias significativas para los sujetos y las instituciones, donde se corren los límites de la práctica habitual, se inicia un proceso de cambio permanente, y se modifican las relaciones de poder y conocimiento. b) Las prácticas locales pueden generar conocimiento y ofrecer elementos para la transferencia a otros espacios y para la incidencia en políticas públicas. c) La participación es un proceso de cambio cultural y de transformación de las relaciones de poder, que logra impactar en instituciones como la escuela, marcada por el autoritarismo. d) Se han generado entre los niños y los adultos relaciones donde la participación de unos potencia a la de los otros. e) Los niños han adoptado el papel de “enseñar a los adultos”, rasgo propio de las sociedades no tradicionales, donde se alteran las trasmisiones desde las generaciones adultas a las más jóvenes. 3 f) Los niños han mostrado su capacidad para hacer un ejercicio de la participación que les permite resolver situaciones de una manera insólita, impensable o inédita para los adultos. g) Los niveles de participación identificados en los niños y padres, como consecuencia de la inscripción en el programa de ACUDE transitan desde: i) reconocer su derecho a participar, ser consultado y escuchado; ii) estar conscientes de que forman parte de un grupo, con todas las responsabilidades que esto conlleva, y; iii) darse cuenta que forman parte de una realidad más inclusiva, en este caso, la escuela. h) Algunos de los líderes emergentes de este contexto han transitado de la escuela a la comunidad y de la comunidad a la escuela, ampliando su campo de competencia. i) La convergencia de varias organizaciones locales en el mismo espacio social y educativo torna complejo deslindar de los efectos que se observan en los actores y en las instituciones cuáles se pueden atribuir al quehacer de ACUDE y cuáles al de otras organizaciones, o ya bien a las trayectorias de los líderes. Lo cierto es que ACUDE eligió trabajar en una comunidad donde había presencia de otras organizaciones, en vistas de potenciarse mutuamente. j) La escala del programa y el tamaño pequeño del grupo de profesionales que iniciaron y continuaron el programa de ACUDE, han sido dos factores que han limitado su capacidad de incidencia. k) La escasa articulación entre las acciones de ACUDE en la comunidad y las desarrolladas en la escuela, así como la ausencia de un trabajo conjunto que incluyera a los dos turnos de la escuela, con sus respectivos cuerpos docentes, fueron otras de las limitaciones a considerar. En particular, fue una desventaja no incluir a los maestros como agentes permanentes del programa o como ”herederos“ de la innovación. l) La limitación mayor del programa de ACUDE se relaciona con la sustentabilidad. En la escuela, al igual que en la comunidad, ha sido un logro la emergencia de una demanda social organizada, donde antes había una demanda difusa, constituida como una suma de intereses individuales y en consecuencia fragmentada. Sin embargo, los actores hacen mención a que todavía no son capaces de sostener solos el programa, especialmente porque las estructuras institucionales atentan contra esta posibilidad. En el mismo sentido algunos padres viven el cierre del programa como pérdida y abandono. Además, si bien el programa de ACUDE ha logrado una relativa institucionalización, si se adopta como criterio que ha sido incorporado al Proyecto educativo escolar, los maestros han empezado a coordinarlo limitando la participación de los padres. 4 m) La estrategia de ACUDE de crear condiciones para que los actores buscaran soluciones y resolvieran sus problemas por sí mismos, en base a promover sus competencias para la participación, puede haber sido un factor que en parte fortaleció la autonomía y en parte los dejó solos, como si en esa tensión entre autonomía y acompañamiento no se hubiera logrado el punto justo. Las principales lecciones de la sistematización hacen referencia a: a) La estrategia de ACUDE de buscar un nicho político favorable se ha mantenido a lo largo del programa, ya que ahora está por reiniciar acciones en la comunidad, en el marco de un programa participativo que opera a nivel del conjunto del D.F “Comunidad Educadora”. b) Cuando una escuela con rasgos autoritarios se apropia de un programa innovador como el de ACUDE se corre el riesgo de la escolarización. ACUDE consciente de esta situación ha consolidado la autonomía de los niños para que su voz sea predominante aun en ese contexto. c) ACUDE necesita revisar sus estrategias para lograr la sustentabilidad, en particular buscar nuevas vías para que la apropiación del programa por la escuela se realice sin que los mecanismos del poder impongan sus decisiones y normalicen y escolaricen las propuestas. d) Dado que la estrategia de “desvanecimiento institucional” ha sido confusa para los padres y niños, ACUDE necesita pensar en otras opciones sin cambiar su enfoque de que llega un momento en que la comunidad necesita hacerse cargo de la experiencia. e) El programa de participación infantil del estado de Michoacán (Espacios de participación infantil, EPI) ha operado como un espejo donde puede mirarse el programa de ACUDE. Dadas las semejanzas entre ambos, queda claro que el enfoque de ACUDE es lo suficientemente fuerte como para conservarse en los procesos de transferencia institucional. f) Considerando su condición especular, el programa de participación infantil (EPI) pone de manifiesto que los promotores cumplieron un papel central en los procesos educativos de los niños en torno a la participación. De allí que ACUDE necesitaría pensar en la posibilidad de crear un equipo de promotores para su programa, situación que lo haría menos dependiente de la situación de “buscar herederos”. g) Retomando la idea de que el programa EPI es un espejo para ACUDE, se observa que el primero adoptó una estructura organizativa típica de los programas de educación no formal. El EPI es un espacio, una estrategia, que se puede organizar en cualquier lugar (una plaza, una iglesia), sin un territorio ni tiempos fijos. Sin embargo, el EPI tiene su lugar, tiempo y educador, el cual incluso recibe un incentivo económico o 5 beca. ACUDE ha propuesto una manera de aprender a participar aun más abierta: se aprende en “situaciones naturales” o en actividades que los propios niños van proponiendo (como recolectar basura para reciclar), en algunos momentos con la presencia de un facilitador y otras trabajando entre pares. Esta “informatización” de las situaciones de aprendizaje, aun cuando estén asociadas con la escuela, ubica al programa de ACUDE entre los paradigmas más abiertos de participación infantil, un aspecto que ACUDE necesita reflexionar para su práctica futura. h) ACUDE ha logrado fortalecer las asociaciones civiles emergentes de la escuela, tales como la Asociación de padres y el Consejo escolar de participación social. Sin embargo, algunos autores caracterizan a los procesos participativos asociados con estas instancias en términos de “eficiencia funcional”, espacios marcados por la resolución de situaciones prácticas, que tienden a tener poca continuidad y bajo impacto en las políticas públicas de promoción de la equidad y calidad educativa. De allí que ACUDE necesite reflexionar acerca de la validez de redefinir la estrategia de fortalecimiento institucional de las instancias de participación en la escuela. i) En el corto plazo tendrá lugar la descentralización educativa en el Distrito Federal. Descentralizar implica pensar una estrategia de participación y redistribución del poder, del papel de las escuelas públicas, la presencia en ellas del estado y de la sociedad civil, así como sus relaciones no sólo con los niveles educacionales de coordinación, sino con el conjunto de la ciudad definida como “educadora”. En este marco, se recomienda a ACUDE que presente su programa al gobierno del DF para desarrollarlo como una experiencia piloto de participación, que podría luego ampliarse a otras delegaciones de esa entidad federativa o incluso a otras localidades de algún estado o de grupo de estados de México. Finalmente, la validez de la sistematización realizada se relaciona con la construcción de una nueva mirada en el equipo de ACUDE acerca de su propia experiencia, la posibilidad de haber revisado sus estrategias y haberse afianzado en la idea de iniciar un nuevo programa, que recupera el patrimonio del anterior, así como las reflexiones que han tenido lugar en el equipo del INIDE, en un franco diálogo interdisciplinario. 6