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LA C0MPAÜIÀ COLONIAL.
Tifias las íiiísss que se celebrarán cada media hora,
FERNANDO
de ellas y encomendarle í» Dios.
vesado,
muchos
obreros que á ellos se dedicaban
vieron
cerrados sus medios de adquirir él sustento, y agolarse en poco tiempo los escasos ahorros que su previsión les hiciera acumular en dias
más
felices, han
dado vida h. una institución hoy más estendida en los grandes centros de población, y que es como la carcoma que roe
«I corazon de 'os infelices à quienes sujeta entre sus férreos lazos.
Nos referi-
mos a las cajas de préstamos,
moderna
carátula con que han cubierto su rostí o
los usureros antiguos,
poniendo asi su
persona al abrigo del desprecio, si no de
jas iras populares con que en tiempos no
muy
remotos eran tratados esos seres
que resumían cuanto de innoble
y re**
pugnante tiene la explotación inicua
del
hombre por el hombre.
En otros tiempos había en casi todas
Biblioteca de Figueres
de algun valor y se lleva á
desaparecido
ha
la caja de
préstamos con la nocente ilusión de po-
cambiado
derlo rescatar algun dia. El prestamista
de forma: el usurero antiguo era el gusa-
examina minuciosamante una & una las
no que se arrastraba entre infecto
lodo;
prendas que se le presentan y ofrece por
perdido
ellas una exigua cantidad que en la ma-
su repugnancia, es la crisálida que ha
yor parte de casos no llega á la cuarta
dejado el capullo de la odiosidad que la
parle de su valor. Entrega aquella canti-
envolvía y se presenta à la vista como
dad después de rebajar de ella el impor-
un ser filantrópico necesario
vida
te de una mensualidad ó interés antici-
del obrero y como un complemento á su
pado dé la cantidad prestada; y este in-
felicidad y bieneslár.
terés anticipado unido á lo que percibe
á la
esperaba
presta-
á Sus vlnlirn,i<
en
y las devoraba á la luz
la caja por custodia
y ahñacenaje
se ele-
va al tipo enorme de 6 3 ' 1 5 por ciento
anual. ¡Interés horrible,capaz por si solo
de absorber el mayor
Y
de lo¿
capitules!
esos:¡intereses deben satisfacerse
moribunda de agonizante candil ó nau-
con puntualidad y siémprepor anticipa-
seabunda candela; hoy
do, so pena de ver
entronizado
en
desaparecer
de la
lujoso Salou, defendido por férréa verja,
caja y perdeise en el insondable abismo
las aguarda para devorarlas á la esplén-
de la subasta pública la prenda empe-
dida luz del S'd. ó á la poco menos v i t a
ñada.
mi-
le nombraba con voz tenue como un so-
desgracia de tener que recurrir á la caja
cuyo trato todos
plo la casa mal lila ó la càsa del os ífe-
de préstamos, rioe> «iifícil asegurar que
todos esquivaban,
ro: hoy no hay necesidad de nombrarla;
antes
pero h quien en ciertas ocasiones,cuantió
ella misma ostenta en
empeñado, trascurrirán algunos
la desgracia y la
que rechina ei• l-re los hierros del balcón,
durante cuyo tiempo,
ban à la puerta de una familia, se apre-
el nombre
con exactitud inexorable las semaíia? y
suraba ésta á visitar en su tugurio á al-
préstamos.
hóian, cuyo saludo
merced á las cuales
paba como vampiro insaciable.
Y aún hay mhs. Cuándo uno tiene la
raban tocios de reojo,
r a , la industria y el comercio lian atra-
ria, hácese un lío con lodo lo que queda
del mechero de gas; antes b ?<u cubil se
las poblaciones un hombre à quién
l a * grandes crisis que la agricultu-
ción de sus semejantes coya sangre chu-
un zaquizamí
Se suplica & los parientes, amigos y conocidos se sirvan asistirá alguna
y LOS M O N T E P I O S .
39.
mis/a; antes
P A S A D O S .
C o m u n i c a d o s .
V precios módicos y convencionales.
llamaba usurero, hoy se llamà
D E TRAVER
y
No se devuelve ningún «riginal.
ra no dar lugar à la sospecha. Antes se
se dirán en
T
Las Cajas de Préstamos
número
« O F I C I A »
4 n m i e i o s
Y hasta el nombre ha cambiado pa -
desdé las cinco de
sufragio del alma ¡1c
S U S
V
.
el usurero molerno, sin haber
la manaría del limes Tí del corriente, en la Iglesia parroquial
D.
A
ile nuestra sociedad: solo
parecidos
v S l V C.>L'>XIVL * > r-.soóoiw* »or
M\UC\ KN PHOIMKDir) (le
C
Este sér odioso no ha
a COMPAÑIA COLONIAL de Madrid.
TM 3USirrias i >?I it InS /ÍM
I
i ï J S Í S S
ADMINISTRACION,
Calle del /'alan,
I ' C ):,') S I U .
L
KHC
POR L0_ MENOS UNA VIÜ C VI)\ SEMANA.
2 p-setas
.
'
H A T S í S t l
desesperación
llama-
honorífico
labrada
(?)
muestra
de Caja
de
l'erò si el usurero al convertirse
en
todo el mundo para implorar un socorro
prestamista ha cambiado de forma,
no
que nunca se les negaba,mientras tuvie-
ha pérfido sus instintos; anie.s bien, agu-
se la casita de sus padres, ó el
huerto
zando su ingenio ha abierto en su sér una
que cuidaban sus hijos que Respondiese
nueva vía á lin de tragar, gargantúa in-
déla exigua cantidad que Se les
saciable, cuanto se presente
recatándose
procu-
Y no era raro, sino muy común ver
al podo tiempo, cOmO el desgraciado que
habia cai<lo entre las garras de su verdugo, debatiéndole entre los lazos
que
le aprisionaban como la mosca entre la
lela en que la Envuelve
al
alcance
de su mano. Nada está libre de su vora-
raba,
la
araña,
iba
perdiendo el huerto que cuidaban
sus
hijos y la casita donde nacieron sus padres, y ver engrosar el capital y la hacienda de aquel cu\o saludo se esquivaba y cuyo trato jra menospreciado, liste
sér innoble, este sér despreciado, á quien
nadie amaba pero h quien lodus temían,
era el usurero que vivía de la explota-
cidad"? líeiías,
la
ha
meses,
caja contará
h^Sta los dias que medien entre la última
de
tas horas de la noche,
que ptieda recuperar lo 'que
edificios, herramientas,
muebles, vestidos, libros, joyas, todo lo
paga y el plazo fatal, y cuando el reloj
suene la última campanada,
anunciase
la venta y el subastador público espone
la cautiva pren ia, y pregona su
precio
y la cede al mejor postor, que al llorársela, lleva consigo la postrera esperanza
de quien se despidió de eila quizás lloran lo.
To lo en la caja de préstamos es [re-
devora, lodo lo engulle, y ja y de lo que
pulsivo, t pesar del lujo y confort
cae entre sus garras! pocas veces vuelve
reina en ella;
al poder de su primitivo dueño; no por-
labios delgados y barba puntiaguda,pó-
que se funda ó destruya en
poder del
mulos salientes y frente deprimida,basta
prestamista, sino porqué ¡as condiciones
los robustos armarios en cuyos profundos
para la devolución son tan terribles, qué
senos se encierran como en archivo tris-
casi nunca pueden cumplirse.
tísimo, mudas historias de miserias y d e -
di-sde el prestamista
que
de
cuando la desgracia <e
sesperaciones. Hasta la p a p e l e t a en q u e
cierne sobre una familia y se halla con
se estiende el esplolador contrato eu ( i o t a
todos s i s recursos agota los, y el ham-
encarnada, parece estar escrita
bre se hace sentir,) si no el hambre una
sangre de las victimas que al
necesidad no menos exigente y perenlo-
en la estancia fatal a l g u n v a m p i r o ÍP¥T~
En efecto:
con t a
penetrar
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