LatínClásico - By E. Rubio

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03
RETÓRICA
Y
O R AT O R I A
EN
2012-2013
Esteban Rubio
h t t p : / / w w w. e r u b i o . o r g
LatínClásico
CICERÓN
5 de diciembre del año 63 aC, donde Cicerón ya era cónsul de Roma, y habiendo descubierto
el intento de Revolución de Lucio Sergio Catilina, que pretendía la subversión total del Estado Romano a nivel estructural, conjuntamente con el asesinato de los ciudadanos del partido
aristocrático.
Catilina supuestamente contaba con el apoyo de César y Craso, pero una mala coordinación
provocó el aborto de sus conjuraciones. Cicerón se entera de los planes de Catilina por las confidencias de Fulvia, amante de uno de los conjurados.
La primera Catilinaria no tiene la finalidad de descubrir la conspiración, pues ya se sabía. Su
finalidad es la de que Catilina se viese obligado a salir de Roma, lo que acabaría logrando Cicerón a pesar de su falta de pruebas incriminatorias.
En la segunda Catilinaria, Cicerón ya dispone de pruebas, pues tiene las cartas que poseían
unos legados detenidos y que comprometían a Catilina.
Su tercera Catilinaria expresa lo ocurrido ante el Senado, y es en la cuarta Catilinaria donde
Cicerón interviene con la petición de pena para los implicados en la conjura, donde finalmente
se les imputa el veredicto de condena a muerte.
Las Catilinarias
Cuando Cicerón denuncia públicamente la trama de conspiración en la primera Catilinaria (63
aC), dispone de medios no declarados, pero e fuentes bien informadas, pues conoce perfectamente las intrigas de los conjurados, así que se propone un objetivo, el que Catilina abandone
Roma, lo que acaba consiguiendo.
Empieza su retórica dictando sentencia contra Catilina, al decirle “Habemus enim huiusce modi
senatus consultum, verum inclusum in tabulis tamquam in vagina reconditum, quo ex senatus
consulto confestim te interfectum ese, Catilina, convenit. Vivis, et vivis non ad deponendam, sed
ad confirmandam audaciam” (4.II)1, el orador sienta las bases de su discurso, pero deja constancia del veredicto antes de exponer sus culpas, para condenarse también a sí mismo por
inacción y falta de energía. Lo que hace Cicerón de una forma sutil, es usar la elocuencia, porque afirma la gravedad de lo que va a acontecer, así que a partir de ahora, que no deja de ser el
inicio, todos atentos para escuchar sus argumentos, ya que la condena que afirma, es de muerte
contra Catilina.
Seguidamente, como buen orador, y como buen juez, pues también asume ese rol en dichos
discursos, plantea la defensa del acusado, pero otra vez vuelve su sutilidad aclarando que el
acusado ha cometido tan graves actos que nadie le querrá defender en su opinión, por ello le
indica “Quamdiu quisquam erit, qui te defenderé audeat, vives, et vives ita, ut [nunc] vivis” (6.I)2,
así que situa al individuo (Catilina), sus actos gravísimos (Acusación) y el estado de aquellos
1 Tenemos también un decreto del Senado, pero archivado, como espada metida en la vaina. Según ese decreto
tendrías que haber muerto al instante, Catilina. Vives, y no vives para renunciar a tus audaces intentos, sino para
insistir en ellos. (pág. 15)
2 Mientras quede alguien que se atreva a defenderte, vivirás; pero vivirás como ahora vives…(pág. 16)
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