AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. AMPARO DIRECTO

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN
776/2014.
QUEJOSO: **********.
MINISTRA PONENTE: OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA
VILLEGAS.
SECRETARIO: FRANCISCO OCTAVIO ESCUDERO CONTRERAS.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
tres de septiembre de dos mil catorce.
V I S T O S; y
R E S U L T A N D O:
1.
PRIMERO. Por escrito presentado el catorce de octubre de
dos mil trece, ante la Oficialía de Partes del Sexto Tribunal
Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, **********, por
conducto de su abogado, **********, demandó el amparo y
protección de la Justicia Federal en contra de las autoridades y
por el acto que a continuación se indican1:
AUTORIDADES RESPONSABLES:
Como Ordenadoras:
 Sexto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito
en el Distrito Federal.
 Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en
el Distrito Federal.
Como Ejecutoras:
1
Fojas 3 a 4 del cuaderno de amparo.
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 Director
del
Reclusorio
Preventivo
Varonil
Norte,
dependiente del Órgano Administrativo Desconcentrado
Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de
Gobernación.
 Director General de Ejecución de Sanciones, dependiente
del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y
Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación.
ACTO RECLAMADO:
La orden y ejecución de la sentencia definitiva de treinta de
agosto de dos mil trece, dictada en el toca número **********.
2.
SEGUNDO. El quejoso señaló como garantías violadas, las
contenidas en los artículos 1º, 14, 16, 17, 20, 21, 22, 23 y 133
constitucionales, narró los antecedentes del caso y expresó los
conceptos de violación que estimó pertinentes2.
3.
TERCERO. Por auto de veintiuno de octubre de dos mil
trece, el Presidente del Octavo Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito, al que correspondió conocer del
asunto, tras precisar que al Juez Tercero de Distrito de Procesos
Penales Federales en el Distrito Federal, se le tendría como
autoridad responsable ejecutora, admitió la demanda de
garantías y ordenó su registro como amparo **********3.
4.
CUARTO.
Por escrito presentado en la Oficina de
Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia
Penal del Primer Circuito, el cinco de noviembre de dos mil trece,
2
3
Ibídem. Fojas 4 a 35.
Ibídem. Fojas 46 a 47 vuelta.
2
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**********, por su propio derecho y en representación de su menor
hijo, en la calidad de parte tercero interesada, interpuso juicio de
amparo adhesivo4, el cual, por auto de siete de noviembre de dos
mil trece, se tuvo por presentado5.
5.
Seguidos los trámites de ley correspondientes, el veintitrés
de enero de dos mil catorce, se dictó sentencia en el sentido de
negar el amparo al quejoso, y con respecto a la tercera
interesada, dejar sin materia el juicio de amparo adhesivo6.
6.
QUINTO. Inconforme con la anterior resolución, por escrito
presentado el catorce de febrero de dos mil catorce, ante el
Tribunal Colegiado del conocimiento, el quejoso interpuso recurso
de revisión7, mismo que, por oficio número 1430 de veinticuatro
de febrero de dos mil catorce, se remitió, junto con los autos
relativos, a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación8.
7.
SEXTO. Por su parte, por escrito presentado el veinticuatro
de febrero de dos mil catorce, ante el Tribunal Colegiado del
conocimiento, la parte tercero interesada, **********, por su propio
derecho y en representación de su menor hijo, interpuso recurso
de revisión adhesivo9, el cual, por oficio número 1533 de
veintiséis de febrero de dos mil catorce, se remitió, junto con los
autos relativos, a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
para que resuelva lo conducente10.
4
Ibídem. Fojas 89 a 94.
Ibídem. Fojas 95 y vuelta.
6
Ibídem. Fojas 138 a 286 y vuelta.
7
Fojas 3 a 30 y vuelta del toca de la revisión.
8
Ibídem. Fojas 2.
9
Ibídem. Fojas 32 a 37.
10
Ibídem. Fojas 31.
5
3
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
8.
SÉPTIMO. Por auto de tres de marzo de dos mil catorce, el
Presidente de este Alto Tribunal admitió tanto el recurso de
revisión, como la revisión adhesiva, con reserva del estudio de
importancia y trascendencia que en el momento procesal
oportuno se realice; ordenó requerir al Órgano Colegiado y a la
autoridad responsable para que remitan los autos necesarios para
resolver el asunto; notificar al Procurador General de la República
por conducto del Agente del Ministerio Público Federal adscrito a
este Alto Tribunal; así como remitir el asunto a la Primera Sala por
corresponder la materia del mismo a la especialidad de ésta11.
9.
OCTAVO. Por auto de doce de marzo de dos mil catorce, el
Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación tuvo por recibidos los autos, se avocó al conocimiento
del asunto, y ordenó su envío a la Ponencia de la Ministra Olga
Sánchez Cordero de García Villegas para la elaboración del
proyecto correspondiente12.
C O N S I D E R A N D O:
10. PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y
resolver el presente recurso de revisión de conformidad con los
artículos 107 fracción IX de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 83, de la Ley de
Amparo en vigor; y, 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación; así como en los puntos
11
12
Ibídem. Fojas 57 a 59.
Ibídem. Fojas 61.
4
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primero y tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido por el
Pleno de este Alto Tribunal el trece de mayo de dos mil trece y
publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno del
mismo mes y año, ya que el recurso fue interpuesto en contra de
una sentencia pronunciada en un amparo directo penal por un
Tribunal Colegiado de Circuito y su resolución no requiere la
intervención del Tribunal Pleno.
11. SEGUNDO. Oportunidad. El presente recurso de revisión
fue interpuesto en tiempo de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 86 de la Ley de Amparo, al apreciarse de las constancias
existentes, que la sentencia recurrida fue dictada el veintitrés de
enero de dos mil catorce13, misma que fue notificada
personalmente al quejoso, el treinta de enero del mismo año14,
por lo que surtió efectos el día hábil siguiente, que fue el viernes
treinta y uno de enero de dos mil catorce.
12. En consecuencia, el término de diez días señalado en el
artículo de mérito, transcurrió a partir del lunes tres al lunes
diecisiete de febrero de dos mil catorce, excluyéndose los días
uno, dos, ocho, nueve, quince y dieciséis de febrero del año
en cita, por ser sábados y domingos, así como el día cinco del
mismo mes y año, por ser inhábil; todos en términos del artículo
19 de la Ley de Amparo.
13. En esas condiciones, al haber sido presentado el recurso de
revisión ante el Tribunal Colegiado del conocimiento, el catorce
de febrero de dos mil catorce, según consta del sello fechador
13
14
Fojas 138 del cuaderno de amparo.
Ibídem. Fojas 296.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
que obra a fojas cuatro del toca de revisión, resulta incuestionable
que fue interpuesto dentro del término legal previsto en el artículo
86 de la Ley de Amparo.
14. TERCERO. Procedencia. En primer lugar, se debe analizar
si el presente asunto reúne los requisitos de importancia y
trascendencia a que hace alusión el artículo 107, fracción IX, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
el punto Primero del Acuerdo General Plenario 5/1999, que
aparece publicado en el Diario Oficial de la Federación de
veintidós de junio de dicho año, para verificar si es o no
procedente el recurso de revisión que nos ocupa.
15. Como una cuestión previa, conviene destacar que el recurso
de revisión, en el juicio de amparo directo, se encuentra regulado
en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal, 81,
fracción II y 83, de la Ley de Amparo; 21, fracción III, inciso a),
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así
como en los puntos primero y tercero del Acuerdo General
5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece de
mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno de mayo de dos mil trece, disposiciones
que son del tenor siguiente:
“Artículo 107.- Las controversias de que habla el
artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases siguientes:
(…)
IX.- En materia de amparo directo procede el recurso
de revisión en contra de las sentencias que resuelvan
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
sobre la constitucionalidad de normas generales,
establezcan la interpretación directa de un precepto de
esta Constitución u omitan decidir sobre tales
cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre
que fijen un criterio de importancia y trascendencia,
según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del
Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión
de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras…”.
“Artículo 81. Procede el recurso de revisión:
(…)
II. En amparo directo, en contra de las sentencias que
resuelvan sobre la constitucionalidad de normas
generales que establezcan la interpretación directa de
un precepto de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre
tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y
trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos
generales del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las
cuestiones propiamente constitucionales, sin poder
comprender otras…”
“Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de
Justicia de la Nación para conocer del recurso de
revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas
generales por estimarlas inconstitucionales, o cuando
en la sentencia se establezca la interpretación directa
de un precepto de la Constitución y subsista en el
recurso el problema de constitucionalidad.”
“Artículo 21.- Corresponde conocer a las Salas:
(…)
III.- Del recurso de revisión contra sentencias que en
amparo directo pronuncien los tribunales colegiados
de circuito: a) Cuando habiéndose impugnado la
constitucionalidad de un reglamento federal expedido
por el Presidente de la República, o de reglamentos
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
expedidos por el gobernador de un Estado o por el Jefe
del Distrito Federal, o en los conceptos de violación se
haya planteado la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en estas materias, se haya decidido o se
omita decidir sobre la misma inconstitucionalidad o
interpretación constitucional.”
16. Los referidos puntos del Acuerdo Plenario 5/2013, a la letra
dicen:
“PRIMERO. Las Salas de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ejercerán la competencia que les otorga el
artículo 21 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, de la manera siguiente:
La Primera Sala conocerá de las materias civil y penal,
y
La Segunda Sala conocerá de las materias
administrativa y del trabajo.”
“TERCERO. Las Salas resolverán los asuntos de su
competencia originaria y los de la competencia del
Pleno que no se ubiquen en los supuestos señalados
en el Punto precedente, siempre y cuando unos y otros
no deban ser remitidos a los Tribunales Colegiados de
Circuito.”
17. De la lectura de los preceptos transcritos, se desprende que
las resoluciones en juicios de amparo directo, que emitan los
Tribunales Colegiados de Circuito, no admiten ningún recurso.
18. Sin embargo, se establecen excepciones, a saber:
a) Cuando subsista en el recurso de revisión el problema de
constitucionalidad de leyes.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
b) Cuando en la sentencia impugnada se establezca la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
c) Cuando el Tribunal Colegiado de Circuito, omita
pronunciarse en cualquiera de las materias precisadas en los
anteriores incisos, no obstante de que en los conceptos de
violación se planteó la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución.
d) Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación
de un criterio jurídico de importancia y trascendencia.
19. Como puede observarse, el recurso de revisión, en
tratándose del juicio de amparo directo, se constituye como un
medio de impugnación que únicamente será procedente en los
casos señalados con antelación; es decir, de manera excepcional.
20. En tal virtud, la procedencia del recurso de revisión en el
juicio de amparo directo requiere, en principio, que en la demanda
de amparo se hubiere impugnado la constitucionalidad de una ley,
de un tratado internacional o de un reglamento, o se hubiere
planteado en los conceptos de violación la interpretación directa
de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; que al dictar la sentencia el Tribunal Colegiado de
Circuito correspondiente haya decidido sobre la constitucionalidad
de la ley, tratado internacional o reglamento impugnado; o bien,
establecido la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Federal u omitido el estudio y decisión de estas
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
cuestiones, y que sea de importancia y trascendencia el
planteamiento cuestionado.
21. Sirven de apoyo a lo anterior, las jurisprudencias que a
continuación se transcriben:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: III, febrero de 1996
Tesis: 2a./J. 3/96
Página: 218
“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO, REQUISITOS DE SU
PROCEDENCIA. La interpretación armónica de lo
dispuesto en los artículos 107, fracción IX de la
Constitución Federal; 83, fracción V de la Ley de
Amparo; 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a) de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación,
permite determinar que para la procedencia del recurso
de revisión contra las resoluciones pronunciadas en
amparo directo por los Tribunales Colegiados de
Circuito, se requiere que en la demanda de amparo se
hubiere impugnado la constitucionalidad de una ley, de
un tratado internacional o de un reglamento, o se
hubiere planteado en los conceptos de violación la
interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; que al dictar sentencia el Tribunal
Colegiado de Circuito correspondiente, haya decidido
sobre la constitucionalidad de la ley, tratado
internacional o reglamento impugnado; o bien,
establecido la interpretación directa de un precepto de
la Constitución Federal, u omitido el estudio y decisión
de estas cuestiones.”
Octava Época
Instancia: Cuarta Sala
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 81, septiembre de 1994
Tesis: 4a./J. 39/94
Página: 24
10
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
“REVISIÓN
EN
AMPARO
DIRECTO
CONTRA
SENTENCIAS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO, PROCEDENCIA DEL RECURSO DE. Para
que proceda el recurso de revisión contra las
resoluciones pronunciadas en amparo directo por los
Tribunales Colegiados de Circuito, se requiere que en
ellos se decida sobre la constitucionalidad de una ley,
de un tratado internacional o de un reglamento, o bien
que se establezca la interpretación directa de un
precepto de la constitución. La finalidad que se
persigue al establecer la procedencia del recurso de
revisión en las hipótesis señaladas, consiste en que
sea la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien,
como intérprete definitivo de la Ley Fundamental, en
última instancia determine si una norma secundaria se
ajusta o no al texto de aquélla, o bien, fije el alcance y
sentido jurídico de determinada disposición de rango
constitucional.”
22. Una vez precisado lo anterior, debe señalarse que el recurso
de mérito sí cumple con los requisitos antes aludidos, en virtud de
que de la lectura de las consideraciones del Tribunal Colegiado;
se aprecia que se realizó un estudio sobre la inconstitucionalidad
del artículo 209 bis del Código Penal Federal, a la luz de los
principios de progresividad, legalidad y proporcionalidad de la
pena a que se refieren, respectivamente, los artículos 1º, 14, 18 y
22 de la Constitución Federal.
23. CUARTO. Consideraciones del Tribunal Colegiado. Las
consideraciones en que se apoyó el Tribunal Colegiado, en lo
conducente, son las siguientes:
“…Precisado lo anterior, el quejoso solicita se realice
un estudio sobre el principio de progresividad, toda
vez que fue objeto de diversas violaciones a sus
derechos humanos, los cuales se encuentran
reconocidos en los tratados internacionales y la
Constitución Política de los Estados Unidos
11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Mexicanos. --- Luego, expone que en alcance al
principio de progresividad debe aplicarse e
interpretarse la normatividad constitucional y
reglamentaria en el presente caso en el marco de los
artículos 2 y 4 de la Observación General número 31 de
Comité de Derechos Humanos de la ONU; preámbulo y
artículos 11 y 28, de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (DUDH), 2 y 3, del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC); 2, del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP); 1 y 2, del
Protocolo de San Salvador, así como las siguientes
tesis y criterios: 1 y 2, del Protocolo Adicional a la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales ‘Protocolo de San Salvador’. --- Sostiene que
los derechos humanos se encuentran reconocidos en
los tratados internacionales y en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el
artículo 1º el cual establece que los derechos humanos
y la constitución tendrán el mismo rango y deberán ser
tomados en consideración anteponiendo cualquier otro
ordenamiento, aspecto que se sitúa en concordancia
con la obligación interpretativa impuesta a las
autoridades en términos del dicho artículo; que ni el
juez de la causa ni el tribunal unitario responsable
respetaron ni aplicaron a su favor los principios
rectores pro persona o pro homine, trata digno,
presunción de inocencia, defensa adecuada, igualdad
procesal y otros que le asisten y le son inherentes, los
cuales debieron ser aplicados a su favor. --- Lo anterior
es infundado. --- En efecto, de manera preliminar es
pertinente precisar que, de conformidad con lo previsto
en el artículo 1, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, cuya reforma se publicó en
el Diario Oficial de la Federación el diez de junio de dos
mil once, en vigor a partir del once siguiente, conforme
al párrafo tercero, corresponde a este tribunal
colegiado, en el ámbito de su competencia, promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos,
acorde con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. --- En
cuyas condiciones, en atención al principio Pro
homine, conforme al cual, y en términos del segundo
párrafo del dispositivo constitucional citado, los
ordinales 1 y 2, de la Declaración Universal de
12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Derechos Humanos; 1 y 2, de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, se debe favorecer en todo
tiempo a las personas la protección más amplia; este
órgano de control constitucional procede al estudio y
análisis de la sentencia que constituye el acto
reclamado a la luz de los derechos fundamentales que
reconoce la Carta Magna para la protección de los
derechos humanos y en los tratados e instrumentos
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, entre los que se encuentran los referidos con
antelación; por tanto, de estimar la existencia de una
violación a los aludidos derechos humanos, se
procederá a proveer lo conducente para reparar la
misma, en los términos que la ley establezca para ello;
las normas relativas a derechos humanos se
interpretarán de conformidad con la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo
tiempo a las personas la protección más amplia. --- En
ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un
control de convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos, deberá realizar los siguientes
pasos: --- a) Interpretación conforme en sentido amplio,
lo que significa que los jueces del país -al igual que
todas las demás autoridades del Estado Mexicano-,
deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a
los derechos humanos reconocidos en la Constitución
y en los referidos tratados internacionales en los
cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en
todo tiempo a las personas con la protección más
amplia. --- b) Interpretación conforme en sentido
estricto, lo que significa que cuando hay varias
interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces
deben,
partiendo
de
la
presunción
de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquélla que
hace a la ley acorde a los derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea
parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido
esencial de estos derechos; y, --- c) Inaplicación de la
ley cuando las alternativas anteriores no son posibles.
Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los
principios de división de poderes y de federalismo,
sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último
recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva
de los derechos humanos reconocidos en la
13
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Constitución y en los tratados internacionales de los
cuales el Estado Mexicano es parte. --- Al respecto, se
cita por su aplicación la tesis aislada aprobada por el
Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación con el número LXIX/2011, en sesión privada
celebrada el veintiocho de noviembre de dos mil once,
correspondiente a la Novena Época, del rubro: --‘PASOS
A
SEGUIR
EN
EL
CONTROL
DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX
OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La
posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del
país, en ningún momento supone la eliminación o el
desconocimiento
de
la
presunción
de
constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente,
parte de esta presunción al permitir hacer el contraste
previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder
Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex
officio en materia de derechos humanos, deberá
realizar los siguientes pasos: a) Interpretación
conforme en sentido amplio, lo que significa que los
jueces del país –al igual que todas las demás
autoridades del Estado Mexicano-, deben interpretar el
orden jurídico a la luz y conforme a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los
tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las
personas con la protección más amplia; b)
Interpretación conforme en sentido estricto, lo que
significa que cuando hay varias interpretaciones
jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la
presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir
aquélla que hace a la ley acorde a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los
tratados internacionales en los que el Estado Mexicano
sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido
esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de la ley
cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo
anterior no afecta o rompe con la lógica de los
principios de división de poderes y de federalismo,
sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último
recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva
de los derechos humanos establecidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los
cuales el Estado Mexicano es parte’. --- También
resultan ilustrativas, por analogía, las tesis aisladas
que este órgano colegiado comparte, del Cuarto
14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de este
circuito, que respectivamente pueden consultarse, la
primera con el registro 179233, Novena Época,
instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, fuente.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXI,
febrero de 2005, página 1744, tesis I. 4º. A 464 A,
administrativa que dice: --- ‘PRINCIPIO PRO HOMINE.
SU APLICACIÓN ES OBLIGATORIA. El principio pro
homine que implica que la interpretación jurídica
siempre debe buscar el mayor beneficio para el
hombre, es decir, que debe acudirse a la norma más
amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata
de derechos protegidos y, por el contrario a la norma o
a la interpretación más restringida, cuando se trata de
establecer límites a su ejercicio, se contempla en los
artículos 29 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, publicados en el Diario
Oficial de la Federación el siete y el veinte de mayo de
mil novecientos ochenta y uno, respectivamente.
Ahora bien, como dichos tratados forman parte de la
Ley Suprema de la Unión, conforme al artículo 133
constitucional, es claro que el citado principio debe
aplicarse en forma obligatoria.’ --- Y la segunda del
registro número 180294, que puede localizarse en la
Novena Época, instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, fuente: Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta XX, octubre de 2004, página 2385, tesis
4°.A441A, tesis aislada, materia (s): administrativa, que
dice: --- ‘PRINCIPIO PRO HOMINE. SU APLICACIÓN. El
principio pro homine, incorporado en múltiples
tratados internacionales, es un criterio hermenéutico
que coincide con el rasgo fundamental de los derechos
humanos, por virtud del cual debe estarse siempre a
favor del hombre e implica que debe acudirse a la
norma más amplia o a la interpretación extensiva
cuando se trata de derechos protegidos y, por el
contrario, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trata de establecer límites a su
ejercicio’. --- Ahora bien, se estima conveniente
apuntar que la garantía de exacta aplicación de la ley,
contenida en el párrafo tercero, del artículo 14
constitucional, se refiere a que el gobernado debe
tener pleno conocimiento de cuando su conducta
(acción u omisión) daña un bien jurídico protegido por
el sistema penal y, por tanto, que puede ubicarse en la
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
hipótesis de un tipo penal, con la consecuente sanción
a que se hará acreedor, por ello es de suma
importancia que el legislador establezca con exactitud
la conducta que estima dañina, ya que en caso
contrario, no solo en el gobernado, sino en las propias
autoridades encargadas de aplicar la norma penal, se
crearía la incertidumbre en cuanto al encuadramiento
de la conducta que realiza el sujeto activo en la
descripción establecida en la ley. --- Respecto del
principio de legalidad en materia penal, es conveniente
precisar que éste no solo obliga al legislador a declarar
que un hecho es delictuoso, sino también a describir
con claridad y precisión el hecho o la conducta que se
considera delictivo; esta descripción, no es otra cosa
que el tipo penal, el cual debe estar claramente
formulado. --- Por esta razón, el legislador al describir
los tipos penales, debe evitar el uso de conceptos
indeterminados e imprecisos que generen un estado de
incertidumbre jurídica en el gobernado y una actuación
arbitraria del intérprete de la norma, a efecto de no
atentar contra el principio de legalidad en materia
penal, previsto en el citado artículo 14, párrafo tercero,
constitucional. --- De conformidad con la disposición
constitucional mencionada, se establecen como
garantías específicas, por una parte, que no podrá
considerarse delictuoso un hecho sino por expresa
declaración de la ley –nullum crimen sine lege- y por la
otra, que para todo delito, la ley debe señalar con
precisión la pena correspondiente, ya que dicho
precepto prohíbe aplicar una sanción sino existe
disposición legal alguna que expresamente la imponga
por la comisión de un hecho determinado que esté
considerado como delito. --- Esto es, el artículo 14,
párrafo tercero, constitucional consigna como garantía
de exacta aplicación de la ley en materia penal, la
prohibición de imponer penas que no estén
establecidas por una ley exactamente aplicable al
delito de que se trate, prohibición que recoge el
principio de derecho penal que se enuncia como nulla
poena sine lege. --- Al respecto, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, ha señalado que el alcance de la
garantía de exacta aplicación de la ley en materia
penal, tutelada por el artículo 14 constitucional, no se
limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se
abstenga de imponer, por simple analogía o por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de
que se trata, sino que obliga al legislador a emitir
normas claras en las que se precise la consecuencia
jurídica en la comisión de un ilícito a fin de evitar un
estado de incertidumbre jurídica al gobernado y una
actuación arbitraria del juzgador. --- De ahí deriva, que
el principio de legalidad en materia penal, tenga como
razón de ser, el permitir la defensa de los particulares
que en un momento determinado se coloquen en los
supuestos de un tipo penal, entendido éste, como la
descripción que se hace en la ley de una conducta que
se considera delictuosa. --- Se sostiene lo anterior,
porque de no describirse exactamente la conducta
reprochable en el tipo penal, se corre el riesgo de que
se sancione a los gobernados por aquellas, que en
concepto del órgano jurisdiccional se ubicaran en el
tipo penal y, si bien esto no significa que el creador de
la norma tenga que describir con sus más mínimos
detalles las conductas que deben ser sancionadas
penalmente, porque ello supondría una exasperación
del principio de legalidad, pues llevado hasta sus
extremos desembocaría en un casuismo abrumador, lo
cierto es, que el legislador debe velar por establecer
una imagen lo suficientemente abstracta como para
poder englobar en ella todos los comportamientos de
características esencialmente comunes que atenten
contra un bien jurídico relevante para la sociedad;
pues de no existir una descripción legal exactamente
aplicable a la conducta humana de que se trata habrá
una ausencia de tipo. --- En ese sentido, las figuras
típicas son las que determinan los hechos punibles,
razón por la que en las descripciones del injusto que
acotan y recogen, el legislador debe armonizar la
seguridad jurídica y la tutela de los intereses vitales
que hacen posible la justicia y la paz social, para lo
cual puede integrar aquellas con elementos externos,
subjetivos y normativos inherentes a las conductas
antijurídicas; que de realizarse fundan los juicios de
reproche sobre sus autores y la imposición de penas,
previa y especialmente establecidas, por tanto, el tipo
penal es un instrumento legal necesario, que es de
naturaleza predominantemente descriptiva, cuya
función es la individualización de conductas
penalmente sancionables. --- Sirve de apoyo a lo
anterior, la jurisprudencia 1a./J. 10/2006, emitida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Nación, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII,
marzo de dos mil seis, página 84, del tenor: --‘EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. LA
GARANTÍA, CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO
DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL,
TAMBIÉN OBLIGA AL LEGISLADOR. El significado y
alcance de dicha garantía constitucional no se limita a
constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se
abstenga de imponer por simple analogía o por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada
por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de
que se trata, sino que también obliga a la autoridad
legislativa a emitir normas claras en las que se precise
la conducta reprochable y la consecuencia jurídica por
la comisión de un ilícito, a fin de que la pena se aplique
con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese
fin con una actuación arbitraria del juzgador, ni se
cause un estado de incertidumbre jurídica al
gobernado a quien se le aplique la norma, con el
desconocimiento de la conducta que constituya el
delito, así como de la duración mínima y máxima de la
sanción, por falta de disposición expresa.’. --Precisado lo anterior, debe decirse que es inexacto que
el artículo 209 bis, del Código Penal Federal, sea
violatorio del artículo 1 constitucional. --- El numeral
impugnado establece: --- ‘Se aplicará de nueve a
dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a
dos mil doscientos cincuenta días multa, a quien se
aproveche de la confianza, subordinación o
superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho
años, derivada de su parentesco en cualquier grado,
tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente,
religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de
cualquier índole y ejecute, obligue, induzca o convenza
a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su
consentimiento. --- La misma pena se aplicará a quien
cometa la conducta descrita del párrafo anterior, en
contra de la persona que no tenga la capacidad de
comprender el significado del hecho o para resistirlo.
Si el agente hace uso de violencia física, las penas se
aumentaran en una mitad más. --- El autor del delito
podrá ser sujeto a tratamiento médico integral el
tiempo que se requiera, mismo que no podrá exceder
el tiempo que dure la pena de prisión impuesta. --Además de las anteriores penas, el autor del delito
18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
perderá, en su caso, la patria potestad, la tutela, la
curatela, la adopción, el derecho de alimentos y el
derecho que pudiera tener respecto de los bienes de la
víctima, en términos de la legislación civil. --- Cuando
el delito fuere cometido por un servidor público o un
profesionista en ejercicio de sus funciones o con
motivo de ellas, además de la pena de prisión antes
señalada, será inhabilitado, destituido o suspendido,
de su empleo público o profesión por un término igual
a la pena impuesta’. --- En efecto, adverso a lo que
afirma el quejoso, el precepto legal supra transcrito no
es inconstitucional, dado que no constituye una pena
excesiva. --- Ello es así, pues de la interpretación
armónica de los artículos 18 y 22 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte
que la pena de prisión es una medida aflictiva para el
delincuente, pero necesaria para la coexistencia
pacífica y armónica de los miembros de la sociedad, la
cual tiene el carácter de preventiva, pues con ella se
pretende inhibir la proliferación de conductas
antisociales, al tiempo que restablece el orden jurídico
que se ve perturbado por la comisión de delitos. --Asimismo, no debe perderse de vista que la pena
forma parte de la defensa social y debe responder
proporcionalmente a la gravedad del ilícito cometido,
independientemente de que su finalidad sea también la
readaptación del delincuente sobre la base del trabajo,
la capacitación sobre el mismo y la educación para que
pueda convivir dentro de su comunidad. --- En
congruencia con lo anterior, es válido concluir que las
penas privativas de la libertad no son inusitadas o
trascendentales, en atención a su temporalidad, dado
que lo que proscribe el indicado artículo 22
constitucional es el contenido mismo de la pena, esto
es que se convierta en una práctica inhumana, como
en forma ejemplificativa lo destaca el propio precepto
al prohibir las penas de mutilación y de infamia, los
azotes, los palos y el tormento de cualquier especie,
así como que sea trascendental, es decir, que tal
sanción afecte a la familia del delincuente. --- Por tanto,
de haber sido la intención del constituyente establecer
un límite en la duración de las penas privativas de la
libertad así lo hubiera asentado; sin embargo, dejó al
legislador ordinario la facultad de determinar cuáles
son las conductas delictivas y la penalidad que debe
corresponderle a cada una de ellas. --- Aunado a lo
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
anterior, no debe soslayarse que el calificativo
‘excesiva’, a que alude el precepto constitucional
invocado en el párrafo precedente, está circunscrito a
la multa y no cabe aceptar, por extensión que también
incluya a la pena de prisión, pues debe entenderse que
en este supuesto, aquél no se refiere a la duración
propia de la privación de la libertad, sino a que no sea
acorde con la gravedad de la conducta delictiva, esto
es que la sanción exceda desproporcionalmente al
hecho delictivo, en correlación con el riesgo social y la
necesidad de preservar el orden jurídico. --- En esas
condiciones, si por pena inusitada debe entenderse
aquella que ha sido abolida por inhumana, cruel,
infamante y excesiva, o porque no corresponde a los
fines que persigue la penalidad; entonces, no puede
estimarse que el artículo 209 bis del Código Penal
Federal, al establecer que se impondrá a quien cometa
el delito de pederastia, prisión de nueve a dieciocho
años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil
doscientos cincuenta días multa, contravenga los
artículos 1, 18 y 22 constitucionales, o bien los
tratados que en materia de derechos Humanos haya
suscrito nuestro país, pues la aplicación de tales penas
sólo es aplicable a quien resulte plenamente
responsable de la comisión de tal ilícito, y tampoco se
trata de una pena excesiva, pues el aludido precepto
prevé un parámetro sancionador, lo cual presupone
que el juzgador deberá realizar la individualización de
la pena con lo que se busca que su imposición
obedezca o esté en relación directa con la gravedad y
naturaleza del delito, así como la necesidad de tomar
en cuenta el aspecto subjetivo del delincuente, es decir
su culpabilidad. --- Máxime que con dicha pena lo que
se pretende es que no se obstaculice la acción
investigadora y de administración de justicia del
Estado, inhibiendo a otros sujetos de la comisión de
ese delito con una pena ejemplar, por lo que su
finalidad consiste en hacer recapacitar a los infractores
con la gravedad del castigo, siendo éste el medio de
readaptación del reo y el fin que persigue la función
punitiva del Estado. --- Además, ha de considerarse
que el principio de proporcionalidad contemplado
expresamente en el artículo 22 constitucional no sólo
impone al juez el deber de individualizar la pena
teniendo en cuenta las circunstancias concretas de
cada caso, también constituye un mandato dirigido al
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
legislador que implica la obligación de verificar que
existe una adecuación entre la gravedad del delito y la
de la pena. --- Para hacer este análisis hay que partir de
que la relación entre delito y pena es de carácter
convencional, así la cláusula de proporcionalidad de
las sanciones penales no puede significar simplemente
que sea inconstitucional una pena cuando ésta es
mayor a la de un delito que protege un bien jurídico del
mismo valor o incluso de mayor importancia. --- Por
otro lado, la exigencia de proporcionalidad no implica
que el sistema de penas previsto en los códigos
penales atienda exclusivamente a la importancia del
bien jurídico protegido, la intensidad del ataque a ese
bien o al grado de responsabilidad subjetiva del
agente. --- La gravedad de la conducta incriminada y la
sanción también están determinadas por la incidencia
del delito o la afectación a la sociedad que éste genera,
siempre y cuando haya elementos para pensar que el
legislador ha tomado en cuenta esta situación al
establecer la pena. --- Lo anterior, significa que para
enjuiciar la proporcionalidad de una pena a la luz del
artículo 22 constitucional puede ser necesario atender
a razones de oportunidad condicionadas por la política
criminal del legislador. --- Lo expuesto, permite
determinar la constitucionalidad de la norma
impugnada, y si bien es cierto en dicho artículo se
señala una sanción privativa de libertad mayor a la
prevista en el artículo 176 del Código Penal para el
Distrito Federal y en el numeral 260 del Código Penal
Federal, adversamente a lo que aduce el disconforme,
ello no significa que por esa circunstancia se
contravenga el principio de progresividad que
persigue, esencialmente la aplicación preferente de
aquel ordenamiento que contemple un mayor beneficio
al gobernado respecto de sus derechos humanos. --Se afirma lo anterior, pues en el caso no se advierte
que exista un ordenamiento que contemple mayor
beneficio al gobernado respecto de sus derechos
humanos,
especialmente
en
los
tratados
internacionales, acorde a con los fines de justicia,
equidad y solidaridad social perseguidos por el
constituyente a partir de la reforma al artículo 1
constitucional. --- También sostiene el quejoso que
éste tribunal colegiado realice un estudio sobre el
principio de progresividad. --- Sobre el particular debe
decirse que el tercer párrafo del artículo del artículo 1º
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
(sic) constitucional, dispone entre otras cuestiones,
que todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad, este
último constituye el compromiso de los Estados para
adoptar providencias, tanto a nivel interno como
mediante la cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr progresivamente la
plena efectividad de los derechos que se derivan de las
normas económicas, sociales y sobre educación,
ciencia y cultura, principio que no puede entenderse en
el sentido de que los gobiernos no tengan la obligación
inmediata de empeñarse por lograr la realización
íntegra de tales derechos, sino en la posibilidad de ir
avanzando gradual y constantemente hacía su más
competa realización, en función de sus recursos
materiales; así, este principio exige que a medida que
mejora el nivel de desarrollo de un estado, mejor el
nivel de compromiso de garantizar los derechos
económicos, sociales y culturales…”15
24. QUINTO. Agravios. En sus agravios, el ahora recurrente
expresó lo siguiente:
25. Que la sentencia que negó el amparo es violatoria de los
derechos humanos, porque el Órgano Colegiado parcial y
aisladamente comenta y transcribe definiciones y principios
generales de los derechos humanos que establece el artículo 1º
Constitucional, pero carecen de motivación y conexión lógica
jurídica y causal entre los conceptos de violación hechos valer por
el quejoso.
26. Que
el
Órgano
Colegiado
desatendió
y
omitió
los
argumentos y evidencias hechas valer por el recurrente en sus
15
Ibídem. Fojas 222 vuelta a 230 vuelta.
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
conceptos de violación, así como se equivocó al aplicar e
interpretar los preceptos constitucionales para el caso en
concreto, volviendo ineficaz el juicio de garantías como
mecanismo de control constitucional y protector de los derechos
humanos y de la legalidad constitucional.
27. Que al calificar los agravios de inoperantes e inatendibles, el
Órgano Colegiado violó los fines del juicio de amparo directo
penal y de la legalidad constitucional en materia de derechos
humanos, seguridad jurídica y debido proceso, conforme a lo
previsto en los artículos 1º, 14, 20, 103 y 107 Constitucionales,
puesto que en su estudio, omitió hacer un análisis completo,
congruente y exhaustivo de los conceptos de violación.
28. Que fue subjetivo e incorrecto que el Órgano Colegiado
únicamente hubiera “apreciado” y “observado” que en los actos
reclamados instruidos en contra del recurrente, se habían
respetado los derechos humanos del mismo, sin que de la
sentencia recurrida se pueda advertir que éste hubiese llevado a
cabo un estudio completo de los conceptos de violación hechos
valer por el recurrente, a la luz del expediente de la causa penal
de origen, y de la legalidad constitucional.
29. Que el Órgano Colegiado no había considerado de manera
completa los lineamientos del artículo 1º Constitucional, en torno
a
los
principios
de
“universalidad”,
“interdependencia”,
“indivisibilidad” y “progresividad” aplicados al caso concreto, ni los
conceptos de violación hechos valer por el recurrente, los datos y
pruebas que obraron en la causa penal, valorando de manera
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
indebida las pruebas ofrecidas por las partes, en particular, las
aportadas por el Ministerio Público, las cuales habían sido
notoriamente insuficiente para demostrar el cuerpo del delito de
pederastia, y la plena responsabilidad penal del acusado,
desvirtuando la presunción penal que por derecho constitucional
asistía a su favor.
30. Que si bien la valoración correcta de la prueba era en
principio una facultad exclusiva de los tribunales ordinarios,
existían ocasiones en que los jueces y tribunales de amparo
debían examinar la actividad probatoria desarrollada en el
proceso ante el tribunal ordinario, para determinar si había
existido debido proceso, y si las pruebas aportadas hubieren
tenido el valor jurídico necesario para contrarrestar la presunción
de inocencia, siendo este un punto de previo y especial
pronunciamiento.
31. Que el Órgano Colegiado consideró de manera indebida,
que la declaración del joven afectado tenía “eficacia probatoria
indiciaria”, habiendo ignorado el argumento hecho valer por el
recurrente en su demanda, con respecto a las contradicciones e
inconsistencias que había expuesto que se advertían de la
declaración de la víctima, mismas que transcribe de nueva cuenta
en su escrito de expresión de agravios.
32. Que conforme a la nueva constitucionalidad en materia de
derechos humanos, era menester que el recurrente señalara la
trascendencia de los actos reclamados, mismo con lo que el
recurrente si había cumplido, sin que el Órgano Colegiado lo
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
hubiere hecho también, pues insiste en que desatendió los
argumentos del recurrente.
33. Que
el
Órgano
Colegiado
también
desatendió
los
argumentos del recurrente, en el sentido de que se habían violado
sus derechos al debido proceso, la equidad procesal, y la
objetividad e imparcialidad, al haber separado en Salas diferentes
al joven y al acusado en la audiencia de quince de octubre de dos
mil doce, justificando dicha medida en razón del interés superior
del menor; en consecuencia, habiéndole negado el derecho a
realizar preguntas a la víctima, encaminadas a conocer la
sucesión de actos por los que supuestamente se había llevado a
cabo el acto de abuso sexual, con fundamento en que la violación
al debido proceso no había sido oportunamente planteado en la
demanda de amparo.
34. Que el Órgano Colegiado dejó de considerar los derechos
humanos y garantías judiciales de seguridad jurídica del
recurrente, al haber hecho una indebida valoración de las
pruebas, en particular las periciales, dejando de aplicar e
interpretar correctamente la legalidad constitucional.
35. Que el Órgano Colegiado de igual manera había incurrido en
tal omisión, al haber meramente reproducido las consideraciones
de la responsable, sin haberse allegado de datos directamente del
expediente, de acuerdo a los argumentos y pruebas expuestos
por el recurrente.
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
36. Que de acuerdo a la reforma constitucional en materia de
derechos humanos, el juzgador tiene la obligación de retomar y
abstraer la ley, interpretarla y aplicarla de manera congruente con
cada caso en concreto, considerando siempre ante todo, el
reconocimiento y promoción de los derecho humanos, y dejando
de lado la simple noción de “legalidad” basada en el “Estado de
derecho” y las “garantías individuales” de corte liberal.
37. Que el actual sistema de legalidad constitucional, basado en
derechos humanos, presentaba un esquema normativo que
inclusive superaba los simples conceptos de “justicia” y “ley”, toda
vez que de acuerdo con el mismo, la impartición de justicia se
hace de manera universal, progresiva, indivisible e integral,
considerando las necesidades y circunstancias biológico-sociales
de la persona humana.
38. Que el presente recurso era un asunto de importancia y
trascendencia, toda vez que se refería a la aplicación a casos
concretos, del artículo 1º Constitucional en materia de protección
a los derechos humanos, en torno a los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad, progresividad y
legalidad suprema de tratados, en casos de delitos sexuales
relacionados con menores y personas de la tercera edad en
estado de vulnerabilidad; para determinar, por ejemplo, si en el
caso el entrenador, es o no funcionario público, y si dicha
circunstancia colma por sí misma la competencia jurisdiccional del
caso, el elemento de la confianza entre el menor y el adulto
mayor, y la naturaleza federal administrativa de una institución de
derecho privado local.
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
39. Que es notoriamente ilegal que al ahora recurrente, se le
hubiere considerado como servidor público, en base a una prueba
precaria, siendo esta la tarjeta de acceso al deportivo en que el
recurrente
laboraba,
misma
que
éste
había
objetado
oportunamente; por lo que era injusto que le fuera condenado en
base al puro dicho del joven supuestamente víctima del delito en
cuestión, mismo que no se encontraba corroborado con diversos
medios de prueba, pues el Órgano Colegiado tenía la obligación
de dilucidar la contradicción que en el caso existía entre el dicho
del menor de edad supuestamente ofendido, y la negativa del
acusado, un adulto con más de sesenta y tres años de edad.
40. Que la presunción de inocencia es un derecho humano
fundamental en la legalidad constitucional, que se ejerce y
materializa a favor de la persona procesada en una causa penal,
cuando el juzgador, de previo y especial pronunciamiento, fija sus
límites y alcances en el juicio en lo particular y concreto, en razón
de pruebas que existen concatenadas unas con otras de manera
lógica y legal para ver si benefician o perjudican al imputado,
antes de resolver si éste es o no penalmente responsable del
delito que se le atribuye, pues de no ser así, se estaría
prejuzgando al acusado y violando sus derechos humanos.
41. Que de acuerdo al principio de presunción de inocencia, el
acusado no tiene la carga de probar su inocencia, pues el sistema
constitucional y el orden jurídico internacional de manera
inherente a sus derechos humanos, le reconocía a priori su
inocencia, y obligaba expresamente a que sea el Ministerio
Público a quién toque probar los elementos del delito, siendo así
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
injusto que el Órgano Colegiado supliese la deficiencia del
ministerio público federal; mismo que como en el caso había
acontecido, durante la instrucción, la actividad y promoción
procesal del ministerio público federal había sido nula, cuando era
precisamente a ésta última, a la que correspondía perfeccionar
las pruebas que obraron en la causa penal, para acreditar el
supuesto carácter de servidor público que se le atribuyó al
quejoso.
42. Que con fundamento en una interpretación a contrario sensu
del artículo 14 constitucional, en relación a los principios
generales de los derechos humanos y a su previsión en tratados
internacionales suscritos y ratificados por México; las leyes
decretadas y publicadas en materia penal, cuando favorecieran al
reo y al debido proceso, debían aplicarse a solicitud del imputado
o su defensor, aun cuando su entrada en vigor estuviere prevista
para una fecha futura determinada; ya que, aún y cuando no
había entrado en vigor el sistema de juicios orales, la reforma se
debía de aplicar de manera retroactiva en beneficio del reo, para
que sea juzgado por una autoridad competente, imparcial y que
respetare los derechos humanos.
43. Que aún y cuando en el orden jurídico mexicano, no haya
entrado en vigor el nuevo sistema acusatorio penal, se debían de
aplicar los principios conducentes del mismo, de presunción de
inocencia, debido proceso, publicidad y contradicción, en
beneficio del reo.
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
44. Que era violatorio de las garantías judiciales de seguridad
jurídica y debido proceso que le asisten al imputado, el que para
condenarle o agravar el delito por el que el recurrente había sido
acusado y consignado ante el Ministerio Público, se hubiese
considerado al activo como servidor público sin haberlo
acreditado fehacientemente, habiendo dejado de atender y
considerar la normatividad y lógica jurídica de la indivisibilidad e
interdependencia entre el derecho administrativo y el laboral.
45. Que era incorrecto que el Comité Olímpico Mexicano sea
asimilable a una empresa o institución pública, y que por tanto,
quiénes
laboraren
o
asistieren
a
dicho
centro,
fuesen
considerados servidores públicos sin acreditarlo fehacientemente,
pues ello vulneraba el derecho a la presunción de inocencia,
seguridad jurídica y debido proceso; máxime que, en el caso, no
resultaba aplicable el artículo 212 del Código Penal Federal, que
prevé lo que se debía entender por servidor o funcionario público.
46. Que el delito de pederastia previsto en el artículo 209 bis del
Código Penal Federal era inconstitucional, al carecer de los
elementos normativos y subjetivos que lo diferencien del abuso
sexual previsto en la legislación federal y de las entidades, en
razón del perfil conductual del activo, estableciendo dicho tipo
penal, una pena excesiva y desproporcional, en relación a otros
delitos similares relacionados con el abuso sexual.
47. Que de acuerdo a lo expuesto inicialmente en la demanda
de amparo, el artículo 209 bis del Código Penal Federal,
establecía un marco de sanción desproporcional de nueve a
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que se
acreditare violencia física o moral, constituyendo así una pena
excesiva frente a otros tipos penales de delitos graves; y cuando
la definición y elementos normativos y subjetivos que componen
el tipo penal, eran similares a los de abuso sexual agravado, sin
prever la necesidad normativa del perfil psicológico conductual del
agente activo.
48. Que el artículo 209 bis del Código Penal Federal no
describía o tipificaba de manera correcta el delito de pederastia,
de acuerdo a una conducta que describiera un perfil psicológico
del sujeto activo pederasta, conforme a factores jurídicos,
psicológicos y sociales que identificaren una verdadera conducta
pedófila, que la diferenciara del abuso sexual simple o agravado,
mediante pruebas y métodos de investigación especializada en
patrones de conducta, exámenes médicos y psicológicos, así
como, en patrones reiterados de conducta; cuestión sobre la que
el Tribunal Colegiado había omitido pronunciarse.
49. Que el abuso sexual estaba tipificado en el artículo 176 del
Código Penal del Distrito Federal, estableciendo un marco de
sanción de pena privativa de libertad de uno a seis años de
prisión, más las dos terceras partes si se acreditaba la agravante
prevista en el artículo 178 fracción III, relativo al aprovecharse de
la subordinación o IV, que aprovechase la confianza en él
depositada. Asimismo, el artículo 260 del Código Penal Federal
establecía una pena de seis a diez años de prisión, al que
cometiera abuso sexual, y de seis a trece años, si el delito era
contra un menor de quince años.
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
50. Que el Órgano Colegiado declaró infundado el concepto de
violación relativo a la inconstitucionalidad del referido artículo 209
bis, sin haber establecido un examen y valoración que mostrare
las diferencias de la pederastia con el delito de abuso sexual y
abuso sexual agravado u otros delitos de tipo sexual, ni tampoco
había motivado el aspecto de la “confianza”, que acompañaba al
tipo como elemento normativo de carácter subjetivo, en el cual no
bastaba afirmar que había confianza del pasivo hacia el activo,
sino que había que demostrarlo.
51. Asimismo, que el Órgano Colegiado tampoco había
abordado lo referente a la definición de pederastia y el perfil de
pederasta, exponiendo los factores y elementos para la existencia
del delito y su consumación, en tratándose de la norma general
aprobada por el legislador, para darle una interpretación y
aplicación correcta, que evitare el abuso y la confusión en el
señalamiento que la propia víctima hace del abusador.
52. Por su parte, en el escrito de expresión de agravios de la
revisión adhesiva, la parte tercera interesada, expresó lo
siguiente:
53. Que es infundado lo que alegó el recurrente en la revisión
principal, con respecto a que la sentencia combatida es violatoria
de los derechos humanos, seguridad jurídica y debido proceso, ya
que el Tribunal Colegiado había realizado un análisis completo,
congruente
y
exhaustivo
de
los
conceptos
de
violación
expresados por el quejoso, pues en todo momento le habían sido
respetadas sus garantías y derechos humanos consagrados en la
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Constitución Federal y los Tratados Internacionales de los que
México formaba parte, habiendo las autoridades que participaron
en la indagatoria y el proceso, dentro de su ámbito de
competencias, respetado, protegido y garantizado los derechos
humanos del sentenciado, de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
54. Que el sentenciado había sido privado de su libertad previo
juicio seguido ante un juzgado previamente establecido, en que
se habían respetado todas las formalidades esenciales del
procedimiento, conforme al Código Federal de Procedimientos
Penales, y en que se le impuso la pena prevista en el artículo 209
bis del Código Penal Federal, sanción que posteriormente se
confirmó en la apelación, y su responsabilidad había sido
determinada por sentencia emitida por el juez de la causa; en la
indagatoria y en la instrucción, había sido informado por el
Ministerio Público y por el Juez, de los hechos que se le
imputaban y los derechos que le asistían; su defensa había
ofrecido los testigos y demás pruebas que había estimado
pertinentes, mismas que habían sido desahogadas en los
términos señalados en la ley, habiéndosele facilitado todos los
datos que había solicitado y que constaron en el proceso.
55. Que los juzgadores de primera y segunda instancia habían
fundado y motivado sus resoluciones, y con los elementos de
prueba, habiendo corroborado la imputación, habiendo valorado
las
constancias
procesales
existentes,
para
tener
por
demostrados los elementos del delito de pederastia, así como la
plena responsabilidad del recurrente, en la comisión del mismo; la
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
que se había acreditado con la declaración rendida por el menor
hijo de la recurrente adhesiva, y la propia de ésta última, así
como, con diversos medios convictivos como las periciales en
psicología, la inspección judicial del teléfono celular y la hoja que
contenía la información de mensajes de texto, objeto de la
inspección.
56. Que en el caso, se trataba de un delito denominado de
oculta realización, por lo que cobraba especial relevancia la
declaración rendida por el menor hijo de la recurrente adhesiva;
aunado a que el recurrente en la revisión principal, no había
ofrecido pruebas que lograran desvirtuar los hechos que se le
imputaron,
y en
las
testimoniales
se
observaban
serias
contradicciones en que habían incurrido los deponentes, por lo
que era evidente que se había tratado de maniobras evasivas.
57. Con respecto al agravio del recurrente, en torno a que se
habían violado las garantías de debido proceso y seguridad
jurídica, expresa que los mismos resultaban inadmisibles, toda
vez que las autoridades resolutoras, al emitir las resoluciones que
combatía el impetrante de garantías, habían cumplido con los
dispuesto en los artículos 14 y 16 constitucionales, habiéndose
apegados a los códigos sustantivos y adjetivos para acreditar los
elementos
del
delito
de
pederastia,
así
como
la
plena
responsabilidad del recurrente en su comisión, habiéndose
justipreciado de manera correcta los elementos de prueba que
corroboraban dicha imputación.
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
58. Con respecto a lo alegado en torno a la presunción de
inocencia, si bien le correspondía al Ministerio Público comprobar
los elementos del delito y la responsabilidad penal del procesado,
ello había ocurrido en el proceso penal instruido contra el
recurrente y como correctamente lo había determinado la
autoridad resolutora, no se habían violado en perjuicio del
recurrente las citadas garantías contenidas en los artículos 14 y
16 constitucionales.
59. Que contrario a lo que alega el recurrente, en cuanto a que
el Comité Olímpico Mexicano debía ser asimilado a una institución
pública, y que por tanto, quienes laboraren ahí debían ser
considerados servidores públicos, dicha determinación era
correcta, y el Tribunal Colegiado la había emitido fundada y
motivadamente, ya que dicha organización es asimilada a
empresas de participación estatal mayoritaria, por lo que debía
ser considerado como servidor público, y por ende, el
conocimiento de los hechos criminosos, de competencia federal.
60. Que
la
pena
impuesta
al recurrente era injusta
y
desproporcionada, pues violaba el artículo 20, apartado C,
fracción IV, de la Constitución Federal, así como el artículo 7,
fracción II de la Ley General de Victimas, debido a que los
juzgadores de primera y segunda instancia desconocieron el
derecho a la justicia, y a la emisión de una sentencia justa, así
como a la reparación integral
a través de recursos y
procedimientos accesibles, apropiados, suficientes, rápidos y
eficaces, vulnerando el principio de la tutela judicial efectiva a
favor de las víctimas, a que se refería el artículo 25 de la
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como lo
dispuesto en los artículos 14, tercer párrafo; 18, segundo párrafo;
20, apartado A, fracción I y 22, primer párrafo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
61. Que en el caso, los juzgadores de primera y segunda
instancia habían omitido considerar la magnitud del delito
cometido, pues en el caso concreto, se debió haber considerado
la minoría de edad de la víctima y la afectación psicológica que se
le había ocasionado con la comisión del delito.
62. Que la determinación judicial de la pena, tenía por función
identificar y decidir la calidad de intensidad de las consecuencias
jurídicas que correspondían aplicar al autor de un delito, a través
de un procedimiento técnico y valorativo de individualización de
sanción penal contemplada en el párrafo primero del artículo 209
bis del Código Penal Federal, y para ello debían de tomarse en
cuenta las circunstancias que envolvieran la antijuricidad del
hecho, conocido como el mayor o menor grado de reproche que
se pudiere formular al autor de dicha conducta, y con ello
ponderar el alcance cualitativo y cuantitativo de la pena que
habría de imponerse a su autor, que en el caso concreto debió de
haber sido mayor a la “ubicada en un primer grado abajo del
punto equidistante entre la mínima y la media”.
63. En consecuencia, que al haberle impuesto la pena que se
determinó para el recurrente, la autoridad responsable había
dejado de observar lo dispuesto en los artículos 51 y 52 del
Código Penal Federal, así como fundar y motivar adecuadamente
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
el grado de reproche imputado al sentenciado, el cual alega que
debió de haber sido dentro de un parámetro mayor al de una
culpabilidad mínima, toda vez que el ilícito se había cometido en
contra de un menor de edad, en un lugar en que se sentía seguro,
siendo este el de entrenamiento, causándole un terrible daño; por
lo que, al no haber cumplido con las normas que regían la
individualización de la pena y el principio de exacta aplicación de
la ley, la cuantificación de la pena había resultado ser
incongruente con el grado de reproche del sentenciado, al no
haberse atendido a la gravedad del acto cometido, transgrediendo
el derecho fundamental de seguridad jurídica, previsto en el
artículo 16 constitucional.
64. SEXTO. Estudio de Fondo. Los agravios propuestos por el
recurrente, son inoperantes en parte y en otra infundados.
65. Aduce que el Tribunal Colegiado parcial y aisladamente
comentó y transcribió definiciones y principios generales de los
derechos humanos que establece el artículo 1º Constitucional, sin
exponer una motivación y conexión lógica jurídica y causal; omitió
los argumentos y evidencias hechas valer por el recurrente en sus
conceptos de violación, así como se equivocó al aplicar e
interpretar los preceptos constitucionales para el caso en
concreto; violó los fines del juicio de amparo directo penal y de la
legalidad constitucional en materia de derechos humanos,
seguridad jurídica y debido proceso, conforme a lo previsto en los
artículos 1º, 14, 20, 103 y 107 Constitucionales, al calificar de
inoperantes e inatendibles los agravios; únicamente observó y
apreció de manera subjetiva e incorrecta, que en los actos
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
reclamados instruidos en contra del recurrente, se habían
respetado sus derechos humanos; omitió examinar la actividad
probatoria desarrollada en el proceso ante el tribunal ordinario,
para determinar si había existido debido proceso, y si las pruebas
aportadas habían tenido el valor jurídico necesario para
contrarrestar la presunción de inocencia; consideró de manera
indebida, que la declaración del joven afectado tenía “eficacia
probatoria indiciaria”, sin tomar en cuenta el argumento del ahora
recurrente, con respecto a las contradicciones e inconsistencias
que alegó advertir de la declaración de la víctima; omitió señalar
la trascendencia de sus argumentos; desatendió los argumentos
del recurrente, en torno a que se habían violado sus derechos al
debido proceso, la equidad procesal, y la objetividad e
imparcialidad, al haber separado en salas diferentes al joven y al
acusado, en la audiencia de quince de octubre de dos mil doce;
meramente reprodujo las consideraciones de la responsable, sin
haberse allegado de datos directamente del expediente; y, estimó
correcto que el Comité Olímpico Mexicano sea asimilable a una
empresa o institución pública, y por ende, a efecto de agravar la
condena en contra del recurrente, lo consideró como servidor
público, sin haberlo acreditado fehacientemente, violando sus
garantías judiciales de seguridad jurídica y debido proceso.
66. Ahora bien, los agravios sintetizados no serán materia de
análisis de esta Primera Sala, toda vez que se relacionan con
cuestiones relativas a si era o no servidor público por asimilar al
Comité Olímpico Mexicano a una empresa o institución pública,
así como a la valoración por parte de la autoridad responsable, de
las pruebas vertidas en el juicio, es decir, de mera legalidad, cuya
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
competencia no corresponde analizar a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por no estar relacionados con cuestiones de
constitucionalidad, por ello, es inatendible su agravio.
67. Por otro lado, aduce el recurrente que el Órgano Colegiado
consideró de manera incorrecta los lineamientos del artículo 1º
Constitucional, en torno a los principios de “universalidad”,
“interdependencia”, “indivisibilidad” y “progresividad” aplicados al
caso concreto, habiendo valorado de manera indebida las
pruebas ofrecidas por las partes; que de acuerdo al principio de
presunción de inocencia, el Ministerio Público se encontraba
expresamente obligado a probar los elementos del delito, y por
ende acreditar el supuesto carácter de servidor público que se le
atribuyó al ahora recurrente; que la presunción de inocencia es un
derecho humano fundamental en la legalidad constitucional, que
se ejerce y materializa a favor de la persona procesada en una
causa penal, cuando el juzgador, de previo y especial
pronunciamiento, fija sus límites y alcances en el juicio en lo
particular y concreto, en razón de pruebas que existen
concatenadas unas con otras de manera lógica y legal para ver si
benefician o perjudican al imputado, antes de resolver si éste es o
no penalmente responsable del delito que se le atribuye; que de
acuerdo a la reforma constitucional en materia de derechos
humanos, el juzgador tenía la obligación de retomar y abstraer la
ley, interpretarla y aplicarla de manera congruente con cada caso
en concreto, considerando siempre ante todo, el reconocimiento y
promoción de los derechos humanos, y dejando de lado la simple
noción de “legalidad” basada en el “Estado de derecho” y las
“garantías individuales” de corte liberal; que el actual sistema de
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
legalidad
constitucional,
basado
en
derechos
humanos,
presentaba un esquema normativo que superaba los simples
conceptos de “justicia” y “ley”, toda vez que de acuerdo con el
mismo, la impartición de justicia se hace de manera universal,
progresiva, indivisible e integral, considerando las necesidades y
circunstancias biológico-sociales de la persona humana; que el
presente recurso era un asunto de importancia y trascendencia,
toda vez que se refería a la aplicación a casos concretos, del
artículo 1º Constitucional en materia de protección a los derechos
humanos, en casos de delitos sexuales relacionados con menores
y personas de la tercera edad en estado de vulnerabilidad; y, que
de
la
interpretación
a
contrario
sensu
del
artículo
14
constitucional, se debió de haber determinado que las leyes
decretadas y publicadas en materia penal, aún y cuando no
hubieren entrado en vigor, se debían de aplicar de manera
retroactiva en beneficio del reo, cuando le favorecieran y al debido
proceso, aplicando así los derechos de presunción de inocencia,
debido proceso, publicidad y contradicción.
68. Los agravios en cita se refieren, de igual manera, a aspectos
en torno a los que no compete a esta Primera Sala pronunciarse,
pues aún y cuando el ahora recurrente hace determinadas
precisiones en torno al artículo 1º de la Constitución Federal,
alegando una indebida aplicación de los principios pro persona,
de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad
ahí contenidos, en relación con el principio de presunción de
inocencia
imperante
planteamientos
son
en
todo
meramente
proceso
afirmaciones
penal;
dichos
que
formula
respecto a la reforma constitucional en materia de derechos
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
pasado once de junio de dos mil once, a la luz de la indebida
valoración de las pruebas por parte de la responsable, que le
sirvieron de sustento para acreditar la responsabilidad del
recurrente en el delito que se le imputó; es decir, cuestiones de
mera legalidad, y no de constitucionalidad, como el ahora
recurrente pretende exponer, de ahí que no serán materia de
estudio en el presente recurso.
69. Al respecto, resulta aplicable la jurisprudencia 1a./J. 56/2007
de esta Primera Sala, publicada en la página setecientos treinta,
Tomo XXV, mayo de dos mil siete, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que a la letra señala:
“REVISIÓN
EN
AMPARO
DIRECTO.
SON
INOPERANTES LOS AGRAVIOS QUE ADUZCAN
CUESTIONES DE MERA LEGALIDAD. Conforme a los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y 83, fracción V, de la
Ley de Amparo, relativos al recurso de revisión en
amparo directo, es competencia de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación en esta instancia el estudio de
cuestiones propiamente constitucionales. Por tanto, si
se plantean tanto agravios sobre constitucionalidad de
normas generales o de interpretación directa de
preceptos de la Constitución, como argumentos de
mera legalidad, éstos deben desestimarse por
inoperantes.”
70. Planteamiento de Constitucionalidad. Ahora bien, el
recurrente aduce que el artículo 209 bis del Código Penal Federal,
que regula el delito de la pederastia, es inconstitucional toda vez
que establece un marco de sanción desproporcional de nueve a
dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que se
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
acreditare violencia física o moral, constituyendo así una pena
excesiva frente a otros tipos penales de delitos graves, cuando la
definición y elementos normativos y subjetivos que componen el
tipo penal, eran similares a los de abuso sexual agravado; así
como, que el abuso sexual estaba tipificado en el artículo 176 del
Código Penal del Distrito Federal, estableciendo un marco de
sanción de pena privativa de libertad de uno a seis años de
prisión, más las dos terceras partes si se acreditaba la agravante
prevista en el artículo 178 fracción III, relativo al aprovecharse de
la subordinación o IV, a que se fuese a aprovechar la confianza
en él depositada; y, que el artículo 260 del Código Penal Federal
establecía una pena de seis a diez años de prisión, al que
cometiera abuso sexual, y de seis a trece años, si el delito era
contra un menor de quince años.
71. Que el Órgano Colegiado declaró infundado el concepto de
violación relativo a la inconstitucionalidad del referido artículo 209
bis, sin haber:
a. Establecido un examen y valoración que mostrare las
diferencias de la pederastia con el delito de abuso
sexual y abuso sexual agravado u otros delitos de tipo
sexual;
b. Motivado el aspecto de la “confianza” como elemento
normativo de carácter subjetivo del tipo penal;
c. Ni abordado lo referente a la definición de pederastia y
el perfil de pederasta, exponiendo los factores y
41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
elementos
para
la
existencia
del
delito
y
su
consumación, en tratándose de la norma general
aprobada
por
el
legislador,
para
darle
una
interpretación y aplicación correcta, que evitare el
abuso y la confusión en el señalamiento que la propia
víctima hace del abusador.
72. Al respecto, esta Primera Sala estima infundados los
agravios anteriormente sintetizados, toda vez que la conclusión
alcanzada por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Primer
Circuito
con
respecto
al
precepto
tildado
de
inconstitucional fue correcta, como a continuación se explica.
73. En efecto, en sus conceptos de violación, en lo conducente,
el entonces quejoso planteó que era inconstitucional el tipo penal
de pederastia, previsto en el artículo 209 bis, del Código Penal
Federal, el cual establecía un marco de sanción desproporcional
de entre nueve y dieciocho años de pena privativa de libertad,
más la mitad en caso de que se acreditare violencia física o
moral, lo cual constituye una pena excesiva, frente a otros tipos
penales de delitos graves, ya que la definición y elementos
normativos y subjetivos que componían el tipo penal, eran
similares a los de abuso sexual agravado.
74. Asimismo, refirió que el delito de abuso sexual que se
encuentra tipificado en el artículo 176, del Código Penal del
Distrito Federal, establecía un marco de sanción de pena privativa
de libertad de uno a seis años de prisión; más las dos terceras
partes, si se acreditaba la agravante prevista en el artículo 178,
42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
fracción III, relativo al aprovecharse de la subordinación o la
fracción IV, referente a que aproveche la confianza en él
depositada; que el artículo 260, del Código Penal Federal
establece una pena de seis a diez años de prisión al que comete
abuso sexual y seis a trece años, si el delito es contra un menor
de quince años.
75. Por su parte, el Órgano Colegiado dio respuesta a los
referidos conceptos de violación, pues determinó inexacto lo
expresado en cuanto a que el artículo 209 bis, del Código
Penal Federal, sea violatorio de la Constitución, dado que la
pena que preveía para el delito de pederastia, no constituía
una pena excesiva.
76. Ello al advertir de la interpretación armónica de los artículos
18 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que la pena de prisión es una medida aflictiva para el
delincuente, pero necesaria para la coexistencia pacífica y
armónica de los miembros de la sociedad, la cual tenía el carácter
de preventiva, pues con ella se pretendía inhibir la proliferación de
conductas antisociales, al tiempo que restableciera el orden
jurídico que se veía perturbado por la comisión de delitos.
77. Asimismo, precisando que la pena formaba parte de la
defensa social y debía responder proporcionalmente a la
gravedad del ilícito cometido, independientemente de que su
finalidad fuese también la readaptación del delincuente sobre la
base del trabajo, la capacitación sobre el mismo y la educación
para que pueda convivir dentro de su comunidad.
43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
78. De ahí, el Órgano Colegiado determinó que las penas
privativas de la libertad no eran inusitadas o trascendentales, en
atención a su temporalidad, dado que lo que proscribía el indicado
artículo 22 constitucional era el contenido mismo de la pena, esto
es que se convirtiera en una práctica inhumana, como el propio
precepto lo destacaba en forma ejemplificativa, al prohibir las
penas de mutilación y de infamia, los azotes, los palos y el
tormento de cualquier especie, así como, que tal sanción afectare
a la familia del delincuente.
79. Por tanto, concluyó que de haber sido la intención del
constituyente establecer un límite en la duración de las penas
privativas de la libertad, así lo hubiera asentado; sin embargo,
precisa que se reserva al legislador ordinario la facultad de
determinar cuáles son las conductas delictivas y la penalidad que
debía corresponderle a cada una de ellas.
80. Aunado a lo anterior, señaló que el calificativo "excesiva”,
estaba circunscrito a la multa y no cabía aceptar por extensión
que también incluyera a la pena de prisión, pues debía
entenderse que en ese supuesto, aquél no se refería a la duración
propia de la privación de la libertad, sino a que no fuese acorde
con la gravedad de la conducta delictiva, esto es que la sanción
excediera desproporcionalmente al hecho delictivo, en correlación
con el riesgo social y la necesidad de preservar el orden jurídico.
81. Asimismo, que por pena inusitada debía entenderse aquella
que hubiese sido abolida por inhumana, cruel, infamante y
excesiva, o porque no correspondiese a los fines que perseguía la
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
penalidad; en consecuencia, que no se podía estimar que el
artículo 209 bis del Código Penal Federal, al establecer que se
impondrá a quien cometa el delito de pederastia, prisión de nueve
a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil
doscientos cincuenta días multa, contravenía los artículos 1, 18 y
22 constitucionales, o bien los tratados que en materia de
Derechos Humanos hubiere suscrito nuestro país, pues la
aplicación de tales penas sólo era aplicable a quien resultare
plenamente responsable de la comisión de tal ilícito, las que
tampoco resultaban ser una pena excesiva, puesto que el referido
precepto preveía un parámetro sancionador, lo cual presuponía
que el juzgador debiera realizar la individualización de la pena con
lo que se buscaba que su imposición obedeciera o estuviera en
relación directa con la gravedad y naturaleza del delito, así como
la necesidad de que se tomara en cuenta el aspecto subjetivo del
delincuente, es decir su culpabilidad.
82. Máxime que con dicha pena lo que se pretendía es que no
se obstaculizare la acción investigadora y de administración de
justicia del Estado, inhibiendo a otros sujetos de la comisión de
ese delito con una pena ejemplar, por lo que su finalidad consistía
en hacer recapacitar a los infractores con la gravedad del castigo,
siendo ese el medio de readaptación del reo y el fin que
perseguía la función punitiva del Estado; aunado a que el principio
de proporcionalidad contemplado expresamente en el artículo 22
constitucional no sólo imponía al juez el deber de individualizar la
pena teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada
caso, sino constituía un mandato dirigido al legislador que
45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
implicaba la obligación de verificar que existiera una adecuación
entre la gravedad del delito y la de la pena.
83. Se estima que, contrario a lo alegado por el recurrente, las
conclusiones alcanzadas por el Órgano Colegiado fueron
correctas, como se explica a continuación.
84. En el caso, se estima conveniente apuntar que la garantía
de exacta aplicación de la ley, contenida en el párrafo tercero,
del artículo 14 constitucional, se refiere a que el gobernado debe
tener pleno conocimiento de cuando su conducta (acción u
omisión) daña un bien jurídico protegido por el sistema penal y,
por tanto, que puede ubicarse en la hipótesis de un tipo penal,
con la consecuente sanción a que se hará acreedor, por ello es
de suma importancia que el legislador establezca con exactitud la
conducta que estima dañina, ya que en caso contrario, no sólo en
el gobernado, sino en las propias autoridades encargadas de
aplicar la norma penal, se crearía la incertidumbre en cuanto al
encuadramiento de la conducta que realiza el sujeto activo en la
descripción establecida en la ley.
85. Respecto del principio de legalidad en materia penal, es
conveniente precisar que éste no solo obliga al legislador a
declarar que un hecho es delictuoso, sino también a describir con
claridad y precisión el hecho o la conducta que se considera
delictivo; esta descripción, no es otra cosa que el tipo penal, el
cual debe estar claramente formulado.
46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
86. Por esta razón, el legislador al describir los tipos penales,
debe evitar el uso de conceptos indeterminados e imprecisos que
generen un estado de incertidumbre jurídica en el gobernado y
una actuación arbitraria del intérprete de la norma, a efecto de no
atentar contra el principio de legalidad en materia penal, previsto
en el citado artículo 14, párrafo tercero, constitucional.
87. De
conformidad
con
la
disposición
constitucional
mencionada, se establecen como garantías específicas, por una
parte, que no podrá considerarse delictuoso un hecho sino por
expresa declaración de la ley –nullum crimen sine lege- y por la
otra, que para todo delito, la ley debe señalar con precisión la
pena correspondiente, ya que dicho precepto prohíbe aplicar una
sanción sino existe disposición legal alguna que expresamente la
imponga por la comisión de un hecho determinado que esté
considerado como delito.
88. Esto es, el artículo 14, párrafo tercero, constitucional
consigna como garantía de exacta aplicación de la ley en materia
penal, la prohibición de imponer penas que no estén establecidas
por una ley exactamente aplicable al delito de que se trate,
prohibición que recoge el principio de derecho penal que se
enuncia como nulla poena sine lege.
89. Al respecto, esta Primera Sala ha señalado que el alcance
de la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal,
tutelada por el artículo 14 constitucional, no se limita a constreñir
a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer, por
simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
decretada por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de
que se trata, sino que obliga al legislador a emitir normas claras
en las que se precise la consecuencia jurídica en la comisión de
un ilícito a fin de evitar un estado de incertidumbre jurídica al
gobernado y una actuación arbitraria del juzgador.
90. De ahí deriva, que el principio de legalidad en materia penal,
tenga como razón de ser, el permitir la defensa de los particulares
que en un momento determinado se coloquen en los supuestos
de un tipo penal, entendido éste, como la descripción que se hace
en la ley de una conducta que se considera delictuosa.
91. Se
sostiene
lo
anterior,
porque
de
no
describirse
exactamente la conducta reprochable en el tipo penal, se corre el
riesgo de que se sancione a los gobernados por aquéllas, que en
concepto del órgano jurisdiccional se ubicaran en el tipo penal y,
si bien esto no significa que el creador de la norma tenga que
describir con sus más mínimos detalles las conductas que deben
ser
sancionadas
penalmente,
porque
ello
supondría
una
exasperación del principio de legalidad, pues llevado hasta sus
extremos desembocaría en un casuismo abrumador, lo cierto es,
que el legislador debe velar por establecer una imagen lo
suficientemente abstracta como para poder englobar en ella todos
los comportamientos de características esencialmente comunes
que atenten contra un bien jurídico relevante para la sociedad;
pues de no existir una descripción legal exactamente aplicable a
la conducta humana de que se trata habrá una ausencia de tipo.
48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
92. En ese sentido, las figuras típicas son las que determinan
los hechos punibles, razón por la que en las descripciones del
injusto que acotan y recogen, el legislador debe armonizar la
seguridad jurídica y la tutela de los intereses vitales que hacen
posible la justicia y la paz social, para lo cual puede integrar
aquellas con elementos externos, subjetivos y normativos
inherentes a las conductas antijurídicas; que de realizarse, fundan
los juicios de reproche sobre sus autores y la imposición de
penas, previa y especialmente establecidas, por tanto, el tipo
penal es un instrumento legal necesario, que es de naturaleza
predominantemente
descriptiva,
cuya
función
es
la
individualización de conductas penalmente sancionables.
93. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 10/2006,
emitida por esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, marzo
de dos mil seis, página ochenta y cuatro, cuyo rubro y texto es el
siguiente:
“EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. LA
GARANTÍA, CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO
DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL,
TAMBIÉN OBLIGA AL LEGISLADOR. El significado y
alcance de dicha garantía constitucional no se limita a
constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se
abstenga de imponer por simple analogía o por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada
por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de
que se trata, sino que también obliga a la autoridad
legislativa a emitir normas claras en las que se precise
la conducta reprochable y la consecuencia jurídica por
la comisión de un ilícito, a fin de que la pena se aplique
con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese
fin con una actuación arbitraria del juzgador, ni se
cause un estado de incertidumbre jurídica al
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
gobernado a quien se le aplique la norma, con el
desconocimiento de la conducta que constituya el
delito, así como de la duración mínima y máxima de la
sanción, por falta de disposición expresa.”
94. Precisado lo anterior, debe decirse que es inexacto que el
artículo 209 bis, del Código Penal Federal, prevea una pena
excesiva y desproporcional para el delito de pederastia.
95. El numeral impugnado establece:
“Artículo 209 bis.-Se aplicará de nueve a dieciocho
años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil
doscientos cincuenta días multa, a quien se aproveche
de la confianza, subordinación o superioridad que tiene
sobre un menor de dieciocho años, derivada de su
parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda
o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica,
cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute,
obligue, induzca o convenza a ejecutar cualquier acto
sexual, con o sin su consentimiento.
La misma pena se aplicará a quien cometa la conducta
descrita del párrafo anterior, en contra de la persona
que no tenga la capacidad de comprender el
significado del hecho o para resistirlo.
Si el agente hace uso de violencia física, las penas se
aumentaran en una mitad más.
El autor del delito podrá ser sujeto a tratamiento
médico integral el tiempo que se requiera, mismo que
no podrá exceder el tiempo que dure la pena de prisión
impuesta.
Además de las anteriores penas, el autor del delito
perderá, en su caso, la patria potestad, la tutela, la
curatela, la adopción, el derecho de alimentos y el
derecho que pudiera tener respecto de los bienes de la
víctima, en términos de la legislación civil.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Cuando el delito fuere cometido por un servidor
público o un profesionista en ejercicio de sus
funciones o con motivo de ellas, además de la pena de
prisión antes señalada, será inhabilitado, destituido o
suspendido, de su empleo público o profesión por un
término igual a la pena impuesta”.
96. En efecto, adverso a lo que afirma el ahora recurrente, el
precepto legal anteriormente transcrito no es inconstitucional,
dado que no prevé una pena excesiva, como a continuación se
explica.
97. A efecto de dar respuesta a lo anterior, se considera
conveniente señalar que la pena: a) es un acto coercitivo, esto es,
un acto de fuerza efectiva o latente; b) es un acto privativo (de la
libertad personal, de la propiedad, por ejemplo); c) debe estar
prevista en una ley y ser impuesta por autoridad competente; d)
es una reacción del Estado ante una determinada conducta
humana considerada como dañina de bienes que la sociedad, a
través de la Constitución o de la ley, considera valiosos; e)
presupone y debe ser impuesta con relación a la culpabilidad del
sujeto; f) debe perseguir, simultáneamente, fines retributivos (se
establece en función de la gravedad del delito), de prevención
especial (se organiza a partir de la necesidad de resocializar al
sujeto) y de prevención general (busca generar un clima de
confianza jurídica en la comunidad).
98. Asimismo, es de puntualizarse que el legislador tiene un
amplio margen de libertad configuradora para crear o suprimir
figuras delictivas, introducir clasificaciones entre ellas, establecer
modalidades punitivas, graduar las penas aplicables, fijar la clase
51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
y magnitud de éstas con arreglo a criterios de agravación o
atenuación de los comportamientos penalizados; todo ello de
acuerdo con la apreciación, análisis y ponderación que efectúe
acerca de los fenómenos de la vida social y del mayor o menor
daño que ciertos comportamientos puedan estar causando o
lleguen a causar en el conglomerado social.
99. En tal sentido, el legislador penal está facultado para emitir
leyes que inciden en los derechos fundamentales de los
gobernados (libertad personal, derecho a la propiedad, por
ejemplo), estableciendo penas para salvaguardar diversos bienes
─también constitucionales─ que la sociedad considera valiosos
(vida, salud, integridad física, etc.).
100. Sin embargo, esas facultades inferidas al legislador no son
ilimitadas, pues la legislación penal no está exenta de control
constitucional, tal como se establece en la jurisprudencia P./J.
130/2007, sustentada por el Pleno este Alto Tribunal, del tenor
siguiente:
“GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE
SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES
CONFLICTOS POR PARTE DEL LEGISLADOR DEBE
RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y
PROPORCIONALIDAD JURÍDICA. De los criterios
emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
se advierte que el cumplimiento de los principios de
razonabilidad y proporcionalidad implica que al fijar el
alcance de una garantía individual por parte del
legislador
debe:
a)
perseguir
una
finalidad
constitucionalmente legítima; b) ser adecuada, idónea,
apta y susceptible de alcanzar el fin perseguido; c) ser
necesaria, es decir, suficiente para lograr dicha
52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
finalidad, de tal forma que no implique una carga
desmedida, excesiva o injustificada para el gobernado;
y, d) estar justificada en razones constitucionales. Lo
anterior conforme al principio de legalidad, de acuerdo
con el cual el legislador no puede actuar en exceso de
poder ni arbitrariamente en perjuicio de los
gobernados.”
101. Así,
de
conformidad
con
el
principio
de
legalidad
constitucional, el legislador penal debe actuar de forma medida y
no excesiva, al momento de regular las relaciones en ese ámbito,
porque su posición como poder constituido dentro del Estado
constitucional le impide actuar de forma arbitraria y en exceso de
poder.
102. En este aspecto, esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, ha precisado que el legislador en materia penal tiene un
amplio margen de libertad para diseñar el rumbo de la política
criminal; es decir, para elegir los bienes jurídicamente tutelados,
las conductas típicas antijurídicas y las sanciones penales, de
acuerdo a las necesidades sociales del momento histórico
respectivo; sin embargo, al configurar las leyes penales, debe
respetar el contenido de diversos principios constitucionales,
dentro de los cuales se encuentra el de proporcionalidad y
razonabilidad jurídica, a fin de que la aplicación de las penas no
sea infamante, cruel, excesiva, inusitada, trascendental o
contraria a la dignidad del ser humano.
103. Por esa razón, el juez constitucional, al examinar la validez
de las leyes penales, debe analizar que exista proporción y
razonabilidad suficiente entre la cuantía de la pena y la gravedad
53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
del delito cometido, para lo cual debe considerar el daño al bien
jurídico protegido, la posibilidad para que sea individualizada
entre un mínimo y un máximo, el grado de reprochabilidad
atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y de la cuantía de
la pena para alcanzar la prevención del delito, así como la
viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la resocialización del
sentenciado.
104. En la fase de creación de tipos penales, el principio de
proporcionalidad de las penas requiere que la clase y cuantía de
la sanción prevista por el legislador, esto es, el marco penal
abstracto, guarde relación con la gravedad de la conducta
tipificada como delito. Este último extremo se calcula en función
de la importancia del bien jurídico protegido por la norma, así
como del grado en que éste resulta lesionado o puesto en peligro
por la conducta descrita en el tipo penal. Ambos criterios se
conjugan para determinar la entidad del daño causado por la
acción que se incrimina, aun cuando su consideración es
necesaria para satisfacer las exigencias del principio de lesividad;
pero además, en virtud del principio de culpabilidad, es preciso
que el legislador distinga entre conductas dolosas e imprudentes
para efectos de determinar la mayor o menor gravedad del delito
y, por ende, establecer un marco penal distinto en uno y otro
caso, reflejando así el diferente valor de acción que merece
aquello que el sujeto ha querido y aquello que sin quererlo, ha
podido evitar.
105. La decisión de imponer pena en un caso concreto, siempre
requiere resolver el conflicto entre las razones en contra,
54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
suministradas por los derechos fundamentales que se ven
afectados por la aplicación de la sanción, y las razones a favor de
dicha intervención, representadas en los fines legítimos que con
ella se pretende alcanzar.
106. Así, el legislador penal está sujeto al marco de los derechos
humanos
reconocidos
en
la
Constitución
y
los
tratados
internacionales suscritos y ratificados por el Estado Mexicano, por
lo que, al formular la cuantía de las penas, debe atender a
diversos principios constitucionales, dentro de los cuales se
encuentra el de proporcionalidad, previsto en el artículo 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual
dispone:
“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte,
de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los
palos, el tormento de cualquier especie, la multa
excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera
otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena
deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien
jurídico afectado…”.
107. Como puede advertirse del dispositivo constitucional antes
transcrito, en su parte in fine consagra el principio de
proporcionalidad de las penas, cuya aplicación cobra especial
interés en la materia criminal, pero que ha sido aplicado
extensivamente a otros campos del orden jurídico que por su
naturaleza, conllevan también el ejercicio del ius puniendi.
108. La inclusión literal del postulado de proporcionalidad en el
mencionado dispositivo constitucional, al ser un verdadero
55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
imperativo para toda sociedad democrática, se dio mediante la
reforma integral al sistema penal mexicano que fue publicada en
el Diario Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil
ocho.
109. De dicho proceso de reforma constitucional se logra extraer
que en la respectiva exposición de motivos formulada por la
Cámara de Origen, la cual fue la de Diputados, de veintinueve de
septiembre de dos mil seis, se señaló lo siguiente:
“…Lo que se pretende con la reforma del sistema de
justicia es dar soluciones de calidad a los gobernados.
Principios de ‘lesividad’ y ‘mínima intervención’
Para garantizar un sistema penal democrático es
preciso no sólo construir sus alcances sino, también,
definir los límites de intervención que un Estado social
y democrático debe ofrecer a sus gobernados. En este
sentido, coincidimos con la propuesta de la Red que,
en materia sustantiva penal, agrega en un párrafo
tercero a los principios fundamentales del ius
puniendo, como el de ‘proporcionalidad’ y ‘lesividad’.
(…)
El principio de proporcionalidad supone que el
legislador deberá tomar en cuenta la magnitud del bien
jurídico afectado por una conducta delictiva al
momento de determinar qué sanción se le debe aplicar;
para ello se deberá atender, entre otros elementos, al
resto del sistema de sanciones, de modo que a una
conducta que dañe un bien jurídico de menor
importancia no se le aplique una sanción que supera a
la que se le aplica a una conducta que sanciona un
bien
jurídico
de
mayor
importancia.
La
proporcionalidad exige también que el legislador elija
la sanción más benigna posible de entre todas aquellas
que tengan la misma eficacia para el objetivo que se
propone alcanzar, de tal modo que el sacrificio que se
realice del derecho de libertad del que disfrutan todos
los habitantes del país sea el mínimo indispensable.
56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
El principio de lesividad consiste en que el legislador
debe sancionar penalmente sólo aquellas conductas
que en verdad dañen bienes jurídicos relevantes, ya
sean de titularidad individual o colectiva. Con ello se
subraya el carácter del derecho penal como última
ratio, como recurso extremo del Estado para sancionar
a personas que realicen conductas antijurídicas.”
110. Conforme a lo anterior, el ánimo del Constituyente
permanente al reformar el artículo 22 de la Constitución General
de la Republica, incluyendo el principio de proporcionalidad, fue
que el legislador al momento de establecer las sanciones penales
respectivas, tome en consideración la magnitud del bien jurídico
afectado por una conducta delictiva al momento de determinar
qué pena se le debe aplicar; para ello ha de atender, al resto del
sistema de sanciones, para que éste no sea discorde a la
importancia de los bienes jurídicos tutelados, sancionándose la
vulneración de un bien de menor importancia con una pena mayor
de la que correspondería por atentar contra un bien jurídico
protegido de mayor entidad, o viceversa.
111. Además, exige también que el legislador elija la sanción más
benigna posible de entre el conjunto de las eficaces para lograr el
fin que persigue tipificar tal conducta de forma que encuentre una
justificación el limitar la libertad de las personas, siendo ésta la
medida última o extrema.
112. De acuerdo con el artículo 22 de la Constitución General de
la República —como lo señaló anteriormente esta Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el juicio
de amparo directo en revisión 181/2001— “toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”.
57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Este derecho fundamental recoge lo que en la doctrina penal se
denomina la concepción estricta del principio de proporcionalidad
en materia penal. El contenido de este derecho consiste en la
exigencia de una adecuación entre la gravedad de la pena y la
gravedad del delito.
113. Asimismo, cabe señalar que esta Suprema Corte se ha
encargado de analizar en otras ocasiones la constitucionalidad de
penas establecidas por el legislador, a la luz del principio de
proporcionalidad contemplado en el artículo 22 constitucional. En
este sentido, se ha sostenido que “la gravedad de la pena debe
ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de
afectación al bien jurídico protegido; de manera que las
penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que
protegen los bienes jurídicos más importantes.”
114. En este sentido, el derecho fundamental a una pena
proporcional constituye un mandato dirigido tanto al legislador
como al juzgador. El primero cumple con ese mandato, al
establecer en la ley penal la clase y la cuantía de la sanción
atendiendo a la gravedad de la conducta tipificada como delito.
115. Así, la proporcionalidad en abstracto de la pena se
determina atendiendo a varios factores: la importancia del bien
jurídico protegido, la gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de
responsabilidad subjetiva, etc. Por su parte, el juez penal es el
encargado de determinar la proporcionalidad en concreto de la
pena. El legislador debe proporcionar un marco penal abstracto
que permita al juzgador individualizar la pena, teniendo en cuenta
58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
las circunstancias concretas de cada caso, tales como: la lesión o
puesta en peligro del bien, la intervención del agente para causar
la lesión o crear el riesgo, así como otros factores sociales o
individuales que sirvan para establecer la menor exigibilidad de la
conducta.
116. En este caso, el recurrente se duele de la desproporción del
delito de pederastia, previsto y sancionado en el artículo 209 bis
del Código Penal Federal, con una pena privativa de la libertad de
nueve a dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que
se acredite violencia física o moral.
117. Para dar contestación a este argumento hay que partir de la
siguiente premisa: la relación entre la pena y el delito es una
relación convencional. Esto quiere decir que depende de aspectos
contingentes que no están dados de antemano. Así, la relación
entre delito y pena no sólo atiende a cuestiones éticas o
valorativas propias de cada sociedad y momento histórico, sino
también a consideraciones de oportunidad. En este sentido, la
exigencia de proporcionalidad no implica que el sistema de penas
previsto en los códigos penales atienda exclusivamente a la
importancia del bien jurídico protegido, la gravedad del ataque a
ese bien o al grado de responsabilidad subjetiva del agente.
118. Al analizar el alcance de la garantía de proporcionalidad de
las penas prevista en el artículo 22 constitucional, esta Suprema
Corte, se reitera, ha sostenido en varios precedentes que “el
legislador en materia penal tiene amplia libertad para diseñar
el rumbo de la política criminal, es decir, para elegir los
59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
bienes
jurídicamente
tutelados,
las
conductas
típicas
antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo con las
necesidades sociales del momento histórico respectivo”.
119. Así, este Alto Tribunal entiende que la escala de penas
determinada en los códigos penales establece una jerarquía de
castigos no sólo en función de la importancia de los distintos
bienes jurídicos protegidos y de las afectaciones a éstos, sino
también atendiendo a consideraciones de política criminal.
120. En esta línea, es legítimo desde el punto de vista
constitucional que esa política criminal tenga como objetivo
disminuir la incidencia delictiva a partir del aumento de las penas.
Así, el incremento en la comisión de ciertos delitos justifica que el
legislador instrumente una respuesta penal de mayor intensidad
que se traduzca también en un aumento de las penas. Por tanto,
para evaluar la proporcionalidad de una pena también debe
tenerse en cuenta si el legislador ha considerado, al momento de
determinar su cuantía, que se trata de un delito cuya alta
incidencia lo lleva a enderezar una intervención penal que se
traduzca en una pena mayor.
121. Esto significa que tanto la gravedad de la conducta
incriminada como la cuantía de la pena no sólo está determinada
por el bien jurídico tutelado, la afectación a éste o el grado de
responsabilidad subjetiva del agente, sino también por la
incidencia del delito o la afectación a la sociedad que éste genera,
siempre y cuando haya elementos para pensar que el legislador
ha tomado en cuenta esta situación al establecer la pena. Al
60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
respecto, este Alto Tribunal ha puesto de manifiesto la
conveniencia de que el legislador exprese las razones que lo
llevan a determinar una pena para un delito como un elemento
especialmente relevante para evaluar la constitucionalidad de una
intervención penal. Con todo, esto no debe llevarnos al extremo
de sostener que la ausencia de una justificación legislativa
expresa comporte la inconstitucionalidad de la pena.
122. Como puede observarse, esta Primera Sala cuenta con un
criterio base para evaluar la proporcionalidad de la pena privativa
de libertad que establece el artículo 209 Bis del Código Penal
Federal. La enunciación de dicho criterio es sencilla: toda pena
debe ser proporcional a la gravedad del hecho antijurídico y al
grado de afectación del bien jurídico protegido.
123. Si bien el criterio es fácilmente identificable, existen claras
dificultades para apreciar cuándo se está frente a una sanción
que no guarda correspondencia con la gravedad de la conducta.
Se trata de una materia en la que, sin duda, la libertad de
configuración legislativa juega el papel principal, por lo que el
escrutinio del juzgador debe ser siempre moderado; es decir, su
escrutinio sólo puede tener impacto en aquellos casos en los que,
siendo nítida la desproporción, no sea posible detectar una
justificación
específica
proporcionada
por
el
legislador
al
establecer la pena sometida a análisis.
124. La técnica legislativa común en la redacción de tipos
penales y sanciones muchas veces no distingue todas las
diferentes escalas de gravedad con las que una misma conducta
61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
hipotética admite ser cometida. Por ejemplo, la conducta genérica
“a quien se aproveche de la confianza, subordinación o
superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años,
derivada de su parentesco en cualquier grado, tutela, curatela,
guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica,
cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute, obligue,
induzca o convenza a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su
consentimiento”,
admite
diferentes
formas
de
comisión
determinadas por factores cuantitativos y cualitativos. Su
redacción en abstracto está precisamente pensada para abarcar
muchos posibles supuestos fácticos; algunos de ellos menos
graves que otros en razón del daño provocado al bien jurídico
tutelado. Dado que el legislador no puede prever todos los
posibles supuestos que la norma penal es capaz de abarcar, se
encuentra obligado a establecer rangos de penalidad mínimos y
máximos; mismos que el juez, al ocuparse de casos concretos,
puede individualizar de modo tal que la sanción resulte
proporcional al hecho realmente cometido.
125. Puesto en otros términos, el supuesto hipotético establecido
en las normas penales (la conducta prohibida) suele estar
redactado de modo tan abstracto que hechos de distinta gravedad
pueden actualizar su descripción. Los rangos de penalidad
precisamente obedecen a la necesidad de dar un margen al
juzgador para ponderar los elementos concretos de las causas
que conoce. De este modo, puede aplicar la penalidad mínima en
los casos menos graves y, a la inversa, aplicar la máxima cuando
la gravedad del caso lo amerite.
62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
126. Esta Primera Sala considera que la obra del legislador en el
artículo impugnado, se realizó dentro del ámbito de sus facultades
con base en la conducta prohibida relevante que configura la
infracción creada y con el especial propósito de salvaguardar a la
sociedad de la proliferación de un delito que la impacta de manera
considerable.
127. Ahora bien, en la exposición de motivos de la reforma legal
que consolidó con la modificación del Código Penal Federal,
publicada diecinueve de agosto de dos mil diez, se señaló:
“…Es indudable que en México, debemos establecer
las condiciones para que prevalezca el respeto por los
derechos humanos de todos los integrantes de la
sociedad, particularmente de las niñas, niños y
adolescentes, quienes constituyen un gran sector de la
población vulnerable. Actualmente, en nuestro marco
legal, resulta de gran relevancia lo señalado en el
artículo 4o. de nuestra Carta Magna que, en lo
conducente, dice:
Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción
de sus necesidades de alimentación, salud, educación
y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber
de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo
necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la
niñez y el ejercicio pleno de sus derechos.
El Estado otorgara facilidades a los particulares para
que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la
niñez.
En el ámbito internacional, la Convención de los
Derechos del Niño, suscrita por nuestro país en
septiembre de 1989 y ratificada por el Senado el 19 de
junio de 1990, señala diversas garantías efectivas que
debemos incorporar en nuestra legislación:
63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Artículo 19
1. Los Estados partes adoptarán todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas
apropiadas para proteger al niño contra toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluido el
abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la
custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
2. Esas medidas de protección deberían comprender,
según corresponda, procedimientos eficaces para el
establecimiento de programas sociales con objeto de
proporcionar la asistencia necesaria al niño y a
quienes cuidan de él, así como para otras formas de
prevención y para la identificación, notificación,
remisión a una institución, investigación, tratamiento y
observación ulterior de los casos antes descritos de
malos tratos al niño y, según corresponda, la
intervención judicial.
La Cumbre Mundial en favor de la Infancia, de la cual
México formó parte activa, asumió un compromiso
vinculante para brindar un futuro mejor a todas y todos
los infantes. Es por ello que resulta necesario
reconocer el principio fundamental del interés superior
del niño o la niña, entendido como el ‘conjunto de
acciones y procesos tendientes a garantizar (a la
infancia) un desarrollo integral y una vida digna, así
como las condiciones materiales y afectivas que les
permitan vivir plenamente y alcanzar el máximo de
bienestar posible’.
Esto es, ‘los niños tienen derecho a que antes de tomar
una medida respecto de ellos, se adopten aquellas que
promuevan y protejan sus derechos y no las que los
conculquen’.
En consecuencia, la Red para por los Derechos de la
Infancia considera como acciones urgentes ayudar a
que las interpretaciones jurídicas reconozcan el
carácter integral de los derechos del niño y la niña.
Obligar a que las políticas públicas den prioridad a los
derechos de la niñez.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Permitir que los derechos de la niñez prevalezcan
sobre otros intereses, sobre todo si entran en conflicto
con aquellos.
Orientar a que tanto los padres como el Estado en
general, en sus funciones que les son relativas, tengan
como objeto ‘la protección y desarrollo de la
autonomía del niño en el ejercicio de sus derechos y
que sus facultades se encuentran limitadas,
justamente, por esta función u objetivo’.
Luego entonces, tenemos que, de manera general, en
aras al principio de interés superior de la infancia,
debemos considerar que toda persona o institución
que
tenga
a
su
cuidado
a
un
menor,
independientemente del motivo de ello, deberá ser
sujeto de supervisión y vigilancia por parte del Estado,
como órgano protector del estado de derecho y aún
más, del interés a favor de la infancia.
Por su parte, en la Opinión Consultiva OC-17/2002 del
28 de agosto de 2002 emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, refiere que: ‘la
expresión 'interés superior del niño' implica que el
desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos
deben ser considerados como criterios rectores para la
elaboración de normas y la aplicación de éstas en
todos los órdenes relativos a la vida del niño.’
De lo antes mencionado, debemos considerar que el
interés superior del infante, también ‘se funde en los
principios de la democracia, la igualdad, la no
discriminación, la paz y la justicia social y la
universalidad, indivisibilidad, interdependencia e
interrelación de todos los derechos humanos, incluido
el derecho al desarrollo’, mismo que debe abarcar
todos los ámbitos de su vida.
A pesar de los esfuerzos realizados, nuestro marco
normativo resulta desigual e insuficiente, en virtud de
que sigue sin respetarse la dignidad e integridad de las
niñas, niños y adolescentes mexicanos. Esto es, el
Estado mexicano no ha podido otorgar una protección
y bienestar a nuestros infantes. Lamentablemente,
hemos visto como han aumentado considerablemente
los casos de niñas, niños y adolescentes que han sido
65
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
abusados o violados sexualmente por adultos,
extendiéndose preocupantemente en zonas de alta
marginación de los estados del interior de la República.
De manera paralela, la corrupción, pornografía,
prostitución y turismo sexual cometidos en contra de
menores de edad en todo el mundo. En México han
aumentado considerablemente, además de los ilícitos
antes señalados, los casos de abusos en los cuales el
adulto abusa de su condición o de su profesión:
padres con sus hijos o hijas, educadores con sus
alumnos, entrenadores deportivos con sus jóvenes
pupilos. Es por ello, que la participación e intervención
de los tres ámbitos de gobierno debe realizarse de
manera inmediata, ya que lamentablemente en la
mayoría de estos casos, se encuentra involucrada la
delincuencia organizada, además de que la gravedad
de los hechos, demuestra que existen intereses locales
creados alrededor de las personas involucradas.
Luego entonces, el interés del Estado para mejorar las
condiciones de vida de la infancia en nuestro país,
debe ser armónico y congruente, dejando de lado el
interés individual para preservar el colectivo. Lo que
evidentemente no supone una falta de respeto a la
confidencialidad que caracteriza el ámbito penal, sino
que debe atenderse a las condiciones y circunstancias
específicas para cada caso.
Para René Jiménez Ornelas, investigador de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el
problema se agrava cuando las políticas públicas y
sociales son ineficaces, sumado a la ineficiencia de las
autoridades. Y pero aún, cuando existen vacíos
jurídicos o legislaciones locales que consideran a los
delitos cometidos en contra de infantes, así como de
personas que no tienen la capacidad para comprender
el significado del hecho o no tienen capacidad para
resistirlo, como no graves.
Ante esto, es indispensable incorporar en nuestra
legislación el delito de pederastia, cuya denominación
proviene del griego país o paidós ‘niño’ o ‘muchacho’ y
erastés ‘amante’, siendo interpretado como la
preferencia sexual de un adulto por púberes o
adolescentes. Es importante señalar que la pederastia
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
se considera erróneamente como sinónimo de
paidofilia;
sin
embargo,
a
pesar
de
que
etimológicamente significan lo mismo (ya que ambas
se basan en paidós ‘niño’ o ‘adolescente’), la
pederastia como se ha mencionado, refiere al abuso
sexual cometido contra un infante prepúber por un
adulto. En la actualidad, estos términos se han
diferenciado, en virtud de que un pederasta comete
delitos sexuales en contra de un menor y un paidófilo o
pedófilo, únicamente siente atracción por los infantes,
sin que lleguen a cometer delito alguno.
Estas diferencias, también se aprecian en el
Diccionario de uso del español de María Moliner, en
cuya obra define el término pedofilia como una
«perversión» del adulto que se ‘siente atraído por
niños’, mientras que en la pederastia, la práctica es
elemento indispensable. De igual manera, Manuel
Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, en su
Diccionario del español actual, definen la pedofilia
como una «atracción», y a la pederastia la
conceptualizan como la «relación homosexual de un
hombre con niños».
Asimismo, es necesario también establecer la
diferencia entre la pederastia con las parafilias, las
cuales desde el punto de vista de la psiquiatría y del
psicoanálisis,
se
han
considerado
como
‘desviaciones’. En las parafilias, se involucra a
prepúberes o personas que se resisten a la propuesta
sexual o a conductas sexuales que no son
convencionales.
Para mayor claridad, el pederasta posee la libertad de
tomar, sin ninguna cortapisa, la decisión para realizar
el acto delictivo y no sólo quedarse con la preferencia
sexual hacia un menor. Por tanto, mantenemos la
diferencia entre la tendencia sexual (pedofilia) y la
práctica abusiva y delictiva (pederastia), ya que
hablamos de dos esferas distintas: por una parte, la
esfera de la psicología y de la medicina, con sus
diferencias en razón de que para algunos la pedofilia
es sólo un trastorno erótico sexual; y por otra, cuando
la conducta trastoca el ámbito del derecho.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
La Organización Mundial de la Salud clasifica a la
pederastia como un síndrome o conjunto de síntomas,
no como una enfermedad: ‘En psiquiatría no se habla
de enfermedad, sino de trastorno, que se puede
manifestar por pensamiento, sentimiento o conducta.
Hay 16 trastornos psiquiátricos y son síndromes, no
enfermedades. Si un adulto consuma un acto de abuso
sexual contra un menor, comete un delito desde el
punto de vista legal y penal’.
Por lo que necesariamente, se deben separar estás dos
realidades cuya diferencia debe quedar plasmada en
nuestro marco normativo. Debemos reconocer que uno
de los grandes problemas que se presentan para que la
ciudadanía tenga acceso real a la justicia, versa
precisamente en la mala interpretación que de la
realidad, hacen los juzgadores respecto de los hechos
delictivos. Es común que en los casos de pederastia,
se confunda el tipo penal, beneficiando a las y los
pederastas con castigos de sanciones mínimas e
incluso, les permiten conmutar la pena con días
multas.
Cada uno de casos de pederastias, pero todos tienen
en común el abuso del poder que detentan los
agresores, desnudando a sus víctimas, acariciándolos
y efectúan actos de sexo oral, anal o vaginal, ya sea en
forma activa o pasiva. De una manera u otra, la
afectación que realizan es sumamente lacerante para el
normal desarrollo psicoemocional y físico de niñas,
niños y adolescentes.
Sumado a lo anterior, debido a las condiciones
socioculturales que prevalecen en nuestra sociedad,
las personas adultas gozan de un grado alto de
confianza, supuesta responsabilidad y de acuerdo a su
profesión u oficio, una calidad moral plena. Las y los
pederastas colman a las niñas y niños de atenciones,
con el fin de ganarse su ‘complicidad’ y confianza, así
como también la de la familia y su comunidad. Es por
ello que, frecuentemente los pederastas victimizan a
niños y niñas de su familia, los maestros a sus
alumnos (especialmente a los infantes que se
encuentran en internados), los clérigos a los infantes
que se encuentran en su iglesia o templo, por
mencionar algunos casos. Las y los pederastas
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
amenazan a sus víctimas con la finalidad de que callen
o de manera patológica, les hacen creer que también
ellos son culpables, o que nadie les creerá si lo
comentan. Por lo tanto, el delito de pederastia, conlleva
el poder intrínseco de una persona por encima de la
voluntad de la víctima.
El desarrollo de la sexualidad debe ser un proceso
informado y acorde a la edad del infante o adolescente,
por lo que al ser ésta despertada de manera alevosa y
ventajosamente, se generan sentimientos de culpa,
ansiedad y probables trastornos sexuales que se
presentaran de forma permanente e inmutable durante
su vida adulta, ocasionando daños psicoemocionales
severos, de salud mental, física y emocional de la
víctima. Es por ello que resulta adecuado y necesario
considerar los daños causados por los pederastas, los
cuales son equiparables a los crímenes contra la
humanidad, toda vez que, refiere el abogado José
Bonilla, defensor de víctimas de pederastia en Oaxaca,
Distrito Federal y Estado de México, son actos
inhumanos que causan graves sufrimientos o atentan
contra la salud mental o física e integridad de quien los
sufre; o bien, al igual que los crímenes de lesa
humanidad, se ofende, agravia y lastima a la
humanidad en su conjunto.
Es indispensable precisar que la pederastia no es un
problema de salud psicológica como lo han alegado
para lograr la exclusión de responsabilidad. Ante esto,
debemos reiterar y diferenciar el delito de pederastia
con las parafilias, las cuales desde el punto de vista de
la psiquiatría y del psicoanálisis, son consideradas
como ‘desviaciones’. Cabe aclarar que estas
compulsiones a veces implican la posibilidad de que el
parafílico cometa actos delictivos, cuando su parafilia
es asocial. Pero el pederasta, espiará, tocará o abusará
del infante o bien, les hablará sobre sexualidad de
manera impropia para su edad, ya que recordemos que
desde temprana edad.
Por lo tanto, en el ámbito del derecho, específicamente
del penal, este trastorno no se refiere a un problema
médico, en virtud de que el adulto que violenta a un
infante con motivo de esta perturbación sexual, merece
ser sancionado con severidad en virtud del perjuicio al
69
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
sano desarrollo del menor así como a su libertad
sexual. Cuando los pederastas han sido denunciados,
argumentan excusas acerca de las razones por las que
abusaron de los infantes, justificando que sus
acciones por tener ‘valor educativo’, ‘formativo’ o que
las caricias-casuales, no eran realizadas con malicia.
Asimismo, se escudan con el argumento en el que,
como ocurre en los casos de violencia hacia las
mujeres, la víctima es responsable, ya que el niño es
‘sexualmente provocativo’.
En ocasiones, se ha pretendido sancionar a quienes
cometen este ilícito con una castración, sin embargo,
ésta de ninguna manera inhibe la posibilidad de que,
los individuos puedan realizar actos sexuales.
Sanjuana Martínez, citando en su libro Manto púrpura a
Stephen J. Rossetti, especialista en curar la pederastia
y autor de Slayer of the Soul: Child Sexual Abuse and
the Catholic Church (Asesino del alma: abuso sexual
de niños y la Iglesia Católica), señala que las terapias a
base de Biblia, Freud y fármacos no parece ser
suficientes para acabar con la pederastia, porque las
clínicas ofrecen además un tratamiento a base de
depoprovera, un fármaco que disminuye el apetito
sexual y somete a los pacientes a una ‘castración física
y mental’ pero momentánea.
Es por ello que resultan indispensables los
tratamientos psicológicos, para que las y los
pederastas reconozcan que las conductas delictivas
que realizan en perjuicio de niñas, niños y
adolescentes, derivan en responsabilidades que deben
ser sancionadas severamente.
La doctora Victoria Trabazo, del Centro de Psiquiatría y
Psicología Clínica y Jurídica de España, puntualiza que
‘los pederastas no sufren una enfermedad mental, sino
«una perversión», y buscan relaciones con menores
porque se sienten «poderosos» y «disfrutan con las
situaciones de abuso y superioridad».’ Considera que
estas personas, no sienten culpa ni reconocen el
sufrimiento y daño que ejercen y provocan, ya que
justifican sus actos con argumentos en contra de sus
víctimas. Es importante señalar que la doctora
Trabazo, ha determinado que cuando la pederastia se
70
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
encuentra unida a otra psicopatía, como pasa en la
mayoría de los casos, estos sujetos se vuelven
peligrosos. Por lo tanto, sugiere que a los pederastas
que ya han cumplido con su condena, por conducto de
los mecanismos necesarios y el marco normativo
correspondiente, se les debe someter ‘a un estricto
control tutelado por un juez.’
A la anterior propuesta, se adhiere el psicólogo y
primer defensor del Menor en España, Javier Urrua,
quien aboga seriamente por una reforma normativa
para asegurar que el pedófilo o en su caso, el
pederasta ‘no tenga la oportunidad de volver a
reincidir’. Para Urrua, los pederastas no son enfermos
mentales, ya que son personas perversas que buscan
excusas y son capaces de mentir sobre los abusos de
infantes.
María Tomé, psiquiatra en el Hospital Maudsley de
Londres refiere al periódico El Mundo que: ‘.la pedofilia
no es una enfermedad mental. Se elige ser pederasta,
algunos ofrecen una imagen respetable y, a veces,
trabajan en altos puestos profesionales que les
facilitan el acceso a sus víctimas. Incluso pueden estar
disgustados por sus sentimientos y sentirse culpables
de sus acciones (aunque la gran mayoría no lo están)
y, sin embargo, eligen hacerlo. Son expertos en
identificar víctimas y justificar sus acciones.
Argumentan que los niños son activos sexualmente,
que gozan de la relación especial. Pero la frontera
entre el adulto y el niño es traspasada con la
instigación, elección y responsabilidad del adulto. Esta
es la raíz del crimen...’
Este criterio es compartido por la psicóloga Laura
Antunes, profesionista que refiere que ‘a los
sacerdotes pederastas los mandan a casas de retiro
para someterlos a tratamientos médicos. Empero, no
se curan, es una compulsión. Ninguna compulsión se
cura, se controla pero no se arregla. Es un defecto de
los neurotransmisores. A la fecha no se ha descubierto
una medicina para controlar la compulsión. Estos
curas tienen que abusar del poder. Como ellos no
pueden actuar de una forma tradicional, entonces
tienen que amedrentar. Ejercer el miedo sobre la
71
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
víctima es lo que a ello los estimula y los hace
disfrutar.’
De lo anterior, resulta obligatoria una vigilancia
penitenciaria, un localizador personal y la imposición
de seguir una terapia psicológica o farmacológica
controlada por el juzgador. Y para Arturo Canalda
González, Defensor del Menor en la Comunidad de
Madrid, considera que la modificación de la ley no es la
única tarea que se tiene que realizar, ya que se debe
obligar a que se cumplan íntegramente las penas y
sanciones; por ello, refiere que: ‘los pederastas deben
ser apartados de la sociedad’ porque ‘no se
rehabilitan» y reinciden una y otra vez’, y por eso es
imprescindible que, tras cumplir la pena, ‘tengan un
seguimiento psiquiátrico, policial y judicial constante’.
Con lo anterior, coincide José Sanmartín, Director del
Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia,
quien afirma que la policía debería estar siempre ojo
avizor» sobre los acusados de pederastia, toda vez que
presentan una tasa altísima de reincidencia.
México no puede excluirse del anterior contexto
porque en nuestro país, existen cifras que demuestran
que las y los pederastas, cometen este delito contra
más de una víctima y en forma reiterada. Lo anterior,
es más grave aun cuando se los transfiere de un lugar
a otro, ya sea iglesia, plantel educativo o cualquier otro
espacio en donde se relacionen con infantes, lo que
posibilita en gran medida que cometa actos de
pederastia en contra de cualquier infante que tenga
contacto con él.
Para la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por
Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), los casos
de abuso sexual a menores de edad, se han
presentado en lugares donde infantes y adolescentes
se encuentran en contacto con personas que se
encuentran bajo su cuidado o que están en trato
frecuente con ellos. Esto ha ocasionado una alta
posibilidad de que en parroquias, seminarios,
orfanatos, hospitales, organizaciones de trabajo social,
albergues,
centros
de
tratamiento
diverso,
instituciones filantrópicas que atienden a población
vulnerable o cualquier otro espacio de actividades
similares, se cometa el delito de pederastia.
72
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Es muy común que los pederastas, se ganen la
confianza de los familiares, tutores e incluso de la
comunidad en general, lo que evidentemente facilita en
la mayoría de los casos la comisión de estos hechos.
Lo anterior, provoca que en muchos casos, la víctima
no haya recibido atención inmediata de manera
integral, incluso por parte de la familia de la víctima,
esto debido al respeto que la o el pederasta generó
tanto en la comunidad y en la familia, como
consecuencia de la manipulación o el temor que
ejercen en la comunidad.
SNAP ha identificado que los casos de abuso sexual a
menores de edad, se han presentado en lugares donde
niños y adolescentes estaban en contacto con
religiosos, de la misma manera que sucede en otro tipo
de organizaciones que tienen la responsabilidad de su
cuidado o que están en contacto frecuente con los
mismos. En igual sentido, Católicas por el Derecho a
Decidir, refieren que las lagunas en las leyes y la
impunidad es, lo que afecta de manera particularmente
grave a los derechos humanos de sus miembros, y en
particular de las y los niñas, niños y adolescentes, ya
que la confianza que los ministros de la iglesia generan
entre los laicos facilitó en la mayoría de las ocasiones
el obrar del abusador en cualquier espacio en el que
tenga contacto con niñas, niños y adolescentes. En
muchos casos, la víctima no recibió atención
inmediata, incluso por parte de su familia debido al
respeto que ésta le tenía al implicado, o por temor e
ignorancia.
Es necesario, refiere SNAP, que a los sentenciados se
les
someta
a
tratamientos
y
evaluaciones
psicoterapéuticas y también, se les suspendan sus
actividades pastorales, laborales o de cualquiera otra
índole, en donde se relacionan con infantes; esto tiene
como fin evitar la reincidencia o por lo menos, que el
contacto que tengan con infantes, sea nulo. Por tal
razón, debido a la afectación causada, se debe obligar
y condenar al pederasta para que pague la terapia a las
víctimas y se les someta a un tratamiento integral y
permanente.
Las víctimas de pederastia padecen el síndrome de
estrés postraumático, razón por la que es
73
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
indispensable que reciban terapias constantes, porque
en caso de no contar con dicho tratamiento, realizarán
comportamientos que son destructivos para sí mismos
y otros, como el abuso de sustancias, agresividad y
compulsividad. Estas reacciones les permitirá vivir
pero en condiciones de autodefensa, con el fin de
sobrevivir a dolorosas emociones y recuerdos de su
trauma.
Refiere SNAP que, en general, ‘las víctimas de abuso
sexual
desarrollan
trastornos
clínicamente
significativos, tales como las toxicomanías sexuales o
disfunciones,
trastornos
depresivos
mayores,
trastornos disociativos, trastornos relacionados con
sustancias, trastornos de la conducta alimentaria y
trastornos de la ansiedad.’ Por lo que si no se les
brinda asistencia profesional inmediata, la victima
frecuentemente desarrollará el trastorno antes referido.
Además de que, si se les deja sin tratamiento, las
personas pueden experimentar alteraciones en su vida
social y profesional.
Asimismo, en el ámbito internacional, dada la gravedad
de los hechos ilícitos cometidos en contra de infantes
y adolescentes, se ha determinado al declarante
obligatorio,13 como la persona que es requerida por la
ley para informar de los abusos cometidos contra
menores, bajo circunstancias específicas y son
designados por mandato de la ley, de conformidad con
sus actividades en razón de que mantienen contacto
con infantes. En tal razón, podemos mencionar a una
serie de personas, a saber:
1. ‘Los maestros, ayudantes de maestros o profesores,
personal administrativo o cualquier otro empleado de
escuela pública o privada.
2. Administradores, empleados de campamentos,
centros
deportivos,
de
convivencia,
centros
comunitarios, de organizaciones juveniles, ya sean
públicos o privados.
3. Empleados de instituciones que se dedican al
cuidado de infantes, ya sea de manera permanente o
temporal orfanatos, centros de tratamiento en sus
distintas modalidades, albergues, por mencionar
74
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
algunos. En general de todas aquellas personas que se
dediquen a asistencia social de infantes y
adolescentes.
4. Personal médico o de cualquier otra profesión que
tenga estrecha relación con infantes, ya sea de
instituciones públicas o privadas.
5. Personas dedicadas a las industrias comerciales que
trabajan con infantes, ya sea a través de fotografías,
videos o cine.
6. Miembros del clero, que incluye a sacerdotes,
ministros, rabinos, facultativos religiosos, funcionarios
o administrativos de iglesias, templos o de cualquier
otra denominación u organización de distinto
concepción religiosa.’
A los pederastas, no les importan las consecuencias
de sus actos, por ello es necesario proteger a las niñas
y niños, incluso a sus familias en virtud de que no sólo
los contagian de infecciones de transmisión sexual,
sino que también del virus de inmunodeficiencia
humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
En este mismo orden, también resulta importante
resaltar que en los hechos denunciados, se ha
apreciado el silencio cómplice de autoridades
federales, estatales y municipales, incluyendo a las
educativas, así como a altos jerarcas e integrantes de
la Iglesia Católica o de cualquier otra religión que
encubren a los responsables de estos delitos. Cabe
mencionar que si bien la comunidad llega a encubrir a
los responsables, ha sido también como víctimas de la
manipulación del autor del delito; o bien, por las
personas y con los que han logrado establecer redes
de poder o corrupción que los protegen. Sin embargo,
esto no implica una exclusión de responsabilidad, en
virtud de que conlleva toda una serie de engaños,
artificios o cualquier otro tipo de manipulación con el
fin de hacer creer que, quien comete el delito es una
persona correcta e intachable, incapaz de ocasionar
algún daño, por mínimo que este sea.
Esto nos lleva a considerar que el poder que detenta
una persona sobre el infante implica un poder
75
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
intrínseco por encima de cualquier otro, toda vez que
se supone es la persona en quien se puede confiar o
en quien se deposita la formación de valores o
principios para un adecuado crecimiento personal o
familiar. El pederasta realiza en sus actos una voluntad
de poder, porque el individuo suele demostrarse a sí
mismo, que tiene mayor poder o superioridad sobre su
víctima, tan es así que amenaza, intimida, chantajea e
incluso, puede llegar a extorsionar, haciendo uso y
abuso de su poder en perjuicio de la sociedad.
El ámbito religioso no es la excepción, ya que de
acuerdo a los reportes de SNAP e investigaciones
realizadas
por
Sanjuana
Martínez,
se
tiene
conocimiento del encubrimiento a los pederastas,
trasladándolos de un lugar a otro, sin ningún tipo de
responsabilidad y menos aún, sin que se repare el
daño causado a la víctima y que lógicamente,
permanecerá y se arraigará aún más, si no se le
atiende de manera integral. La sanción que se aplica a
estos sacerdotes que cometen este delito, además de
la incardinación, es la suspensión o reclusión en
‘centros de rehabilitación’ para que previo periodo, sin
valoración de estudio criminal alguno, regresen a la
práctica del sacerdocio u otras funciones, en las que
probablemente tengan contacto con infantes.
Gracias a este ámbito de impunidad, es muy recurrente
que al presentarse cambios en los templos, centros
laborales o escolares, sedes o planteles, por
mencionar algunos espacios, el pederasta continúa
con sus conductas delictivas, lo que posibilita que
dañe a más víctimas. Por lo tanto, debemos diferenciar
cuando la persona que lo apoya o auxilia, a sabiendas
de la comisión del delito de pederastia, es un
encubridor y por ende, comete el delito de
encubrimiento, por delitos cometidos en el pasado. Y
por otro lado, quien le permite al pederasta vivir en la
impunidad, se convierte en responsable del delito de
pederastia, toda vez que le da la oportunidad de
continuar cometiendo delitos. Por lo tanto, la persona
que favorece o alegue desconocer dicha conducta
delictiva deberá ser sancionando en aras del principio
de que ‘el desconocimiento de la ley, no exime de su
cumplimiento’.
76
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Es por ello que en el Código de Derecho Canónico se
establece, en relación con los abusos sexuales
cometidos por un sacerdote, lo siguiente:
Canon 1395 § 2: El clérigo que cometa de otro modo un
delito contra el sexto mandamiento del Decálogo,
cuando este delito haya sido cometido con violencias o
amenazas, o públicamente o con un menor que no
haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser
castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del
estado clerical cuando el caso lo requiera.
Con lo anterior, se les excluye de responsabilidad
penal y civil, por lo que en consecuencia, estas
acciones se traducen en actos de impunidad
reiterativos, toda vez que continúan reincidiendo en
éstas prácticas sexuales sin ninguna restricción.
Ante esto, no podemos soslayar una realidad
lamentable que implica reconocer la reacción que han
tenido las instituciones o autoridades encubridoras y
cómplices de pederastas, restando importancia a las
acusaciones de las víctimas y peor aún, culpándolos.
Cabe
destacar
que
desafortunadamente
en
Latinoamérica, la Iglesia Católica sigue encubriendo a
sacerdotes pederastas, haciendo patente la falta de
interés por los derechos y el futuro de la víctima,
superponiendo al delincuente, principalmente si nos
referimos a una infancia doblemente vulnerada. Luego
entonces, la ley civil queda supeditada a la canónica,
ya que al conceder impunidad a las y los delincuentes,
encubriéndolos y no denunciándolos, a las autoridades
locales llegando al extremo de no acatar las medidas
precautorias que se dictan tales como: tratamientos
terapéuticos y transferencias, generando incluso
complicidad de las autoridades competentes.
Los procedimientos judiciales adicionalmente, se
encuentran plagados de irregularidades que benefician
a los pederastas, eludiendo el debido proceso de
acuerdo a las leyes civiles.
Es pertinente aclarar que los pagos extrajudiciales que
se han realizado a las víctimas de abuso infantil por
parte de los clérigos infractores e incluso por parte de
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
sus superiores, en los Estados Unidos de
Norteamérica, han tenido como fin comprar silencios,
conciencias y por lo tanto, deben ser sancionados no
sólo como responsables del delito de pederastia, sino
también por el delito de encubridores en razón de que
con sus omisiones, se perjudica no sólo el sano
desarrollo de las y los infantes sino que también
eliminan el interés superior del infante.
Es indispensable que si hay una acusación de abuso,
no sólo hay que atender a las víctimas y tomar
medidas inmediatas para evitar daños a otros infantes,
sino reportarlo inmediatamente a las autoridades
correspondientes.
Por otra parte, es importante destacar la necesidad
urgente para que todas las instancias investigadoras
de delitos de los Estados y del Distrito Federal,
realicen acciones y comunicaciones inmediatas para
que, cuando se tengan identificados a los probables
responsables de los delitos cometidos en contra de
menores de dieciocho años, o que no tengan la
capacidad para comprender el significado del hecho o
no tengan la capacidad de resistirlo, éstas
instituciones ofrezcan asistencia y colaboración plena
para su detención.
Recordemos que lo mandado en el artículo 4o.
constitucional, obliga a que todas las instituciones del
Estado, dentro del marco de sus facultades, deben
respetar los derechos de los infantes, asegurar su
bienestar y prestar la asistencia debida para que los
padres, las familias, los tutores y demás personas
encargadas del cuidado de niñas, niños y adolescentes
garanticen que estos puedan crecer y desarrollarse en
un entorno seguro, estable, en ambientes sanos, de
amor y comprensión en correspondencia a la
diversidad cultural y social que prevalece en nuestro
país, pero que en todo momento debe ser encaminado
a priorizar el interés superior de la infancia. Esto
permitirá que de manera paralela, se fomente y
fortalezca la capacidad que tienen para protegerse a sí
mismos, para que de manera conjunta accedan a una
gama de servicios e información que les permita
desarrollarse, protegerse y participar de manera activa
en el ejercicio de sus derechos humanos y libertades
78
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
fundamentales, siendo protegidos de todas las formas
de violencia, maltrato y/o discriminación.
Dada la muy probable reincidencia de sentenciados
por el delito de pederastia, e incluso por los demás
delitos sexuales en contra de niñas, niños y
adolescentes, es fundamental que en el Sistema
Nacional de Seguridad Pública, en cumplimiento pleno
al principio de interés superior de la infancia, cuente
con un registro de todas aquellas personas que hayan
sido condenadas por el delito de pederastia y por ende,
la autoridad los tenga identificados plenamente. Lo
anterior para que la sociedad en general, se encuentre
protegida ante estos delitos y de manera simultánea,
se ponga fin a la impunidad. Por lo que contar con un
registro, obliga a conocer los nombres de pederastas,
ya que la protección del infante y del vulnerable debe
ser prioridad. Para efecto de lo anterior, dicho registro
deberá ser altamente protegido y estar bajo el cuidado
de las autoridades competentes del Sistema antes
mencionado.
Para el periodista Jorge Ramos Ávalos, debe
prohibirse ‘.a los sacerdotes culpables de violación y
maltrato sexual infantil el tener contacto con los
feligreses en parroquias, escuelas, hospitales y asilos
de ancianos. Pero esos sacerdotes no pierden su título
dentro de la iglesia.. la iglesia católica sigue
resguardando a criminales y eso es inaceptable para
muchos, particularmente las víctimas de esos abusos.’
Asimismo, este comunicador destaca que la manera en
que se trata a los sacerdotes por parte de la iglesia a la
cual pertenecen ‘es un doble crimen: del que lo hace y
del que lo oculta. la iglesia católica, como institución,
parece haberse puesto de lado de los criminales en
lugar de defender a las víctimas.’
Por su parte, el psiquiatra regiomontano Víctor Manuel
Piñeyro señala que el tratamiento aplicado a los
pederastas es ‘muy inefectivo’, ya que la mayoría de
estos delincuentes vuelven a reincidir. El uso de
fármacos hormonales que eliminan el efecto de la
testosterona y contribuyen a disminuir el apetito sexual
y la impulsividad. ‘Tampoco ofrece resultados
positivos’. Entonces, ¿cuál es la solución para que
estas personas no vuelvan a dañar a menores?
79
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
‘Básicamente arrestarlos, tipificarlos y cuando salen al
cumplir la pena, seguir bajo control por el Estado,
gracias a la utilización de pulseras electrónicas para
determinar en todo momento su paradero. Se les debe
estar monitoreando. No hay otra forma de controlar a
estas personas y su conducta anormal compulsiva.
Ellos no pueden dejar de hacerlo, a pesar de que
tengan conciencia de que están procediendo mal’.
Para conceder protección provisional a las víctimas,
resulta indispensable en aras de la salvaguarda no
sólo a sus derechos, sino a la sociedad en general,
debe
la
autoridad
judicial
y
administrativa
correspondiente, considerar el retiro definitivo del o la
pederasta.
Como sociedad, debemos aspirar a que la sotana, la
actividad religiosa de cualquier índole, la profesión o
simplemente el estatus de la persona, no genere
impunidad que además lacere cada vez más el Estado
de derecho, la equidad y justicia. Ante esto todas las
personas que violentan a niñas, niños y adolescentes
deben ser privados de su libertad por un periodo
proporcional al daño causado a la víctima.
En términos de prescripción, es importante destacar
que estudios científicos en criminalística, demuestran
fehacientemente que el tipo de afectaciones que sufre
la víctima del delito de pederastia, duren
permanentemente hasta su adultez, cuando llega a
comprender lo que ha sucedido así como las
consecuencias que en su esfera emocional y de salud
ha sufrido.
Al respecto, Érick Barragán, director de SNAP México,
ha manifestado que deben extenderse o quitarse
‘.términos de prescripciones para ciertas ofensas
contra menores, ya que menores pueden ser
físicamente o emocionalmente incapaces de reconocer
y denunciar alguna ofensa contra ellos (victimarios)
dentro del periodo de tiempo prescrito. Por ejemplo,
los niños que son víctimas del abuso físico o sexual
tanto pueden ser traumatizados por el trato injusto que
ellos reprimen la memoria de la ofensa hasta que años
después de que el término de prescripciones ha
expirado. En otros casos, los niños pueden residir con
80
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
sus abusadores físicos o sexuales y así pueden ser
intimidados también archivar un reclamo hasta que
ellos vivan aparte de los abusadores’.
En la mayoría de los casos, las víctimas no saben que
estas acciones son ilícitas además de que carecen de
información o capacidad necesaria para acudir por sus
propios medios a lugares donde pueden denunciar
estos hechos o bien, no pueden solicitar ayuda o
protección de manera directa e inmediata.
En tal virtud, dada la gravedad de los delitos que
afectan el sano desarrollo de la personalidad, resulta
indispensable considerar que un infante no puede
ejercer sus derechos por situaciones que lo afectaron
durante esta etapa de niñez y con la intención firme de
que dichos delitos no queden impunes, los delitos en
contra de niñas, niños y adolescentes deben ser
imprescriptibles, de tal forma que el adulto pueda
emprender acciones legales contra el agresor que le
dañó en su infancia.
Si bien es cierto, nuestro marco legal contempla
figuras jurídicas por las cuales se pueden ejercer
derechos a favor de los infantes, estas resultan
insuficientes y más aun tratándose de delitos que
laceran la integridad de niñas, niños y adolescentes.
Por lo tanto, es necesario reiterar que se deben
denunciar los delitos que se cometan en perjuicio de la
población infantil, opere en casos de corrupción,
pornografía, lenocinio, trata, abusos de carácter
sexual, promoción o facilitación de la prostitución, así
como de la producción y comercialización de material
pornográfico y su mercado, ya que todos estos ilícitos
cometidos en perjuicio de personas menores de
dieciocho años de edad o de quienes no tienen la
capacidad para comprender el significado del hecho o
que no tienen la capacidad de resistirlo, violentan de
manera flagrante sus derechos.
Por las razones expuestas, los delitos antes
enunciados deben ser imprescriptibles, en virtud de
que las víctimas de estos ilícitos no son personas
consientes, sin libertad y capacidad para dimensionar
sus efectos sobre su personalidad y en general, en su
vida.
81
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
No menos importante resulta la necesidad de plantear,
ante esta problemática, el trabajo preventivo que debe
realizarse con las y los estudiantes, desde los primeros
años de edad escolar, para que conozcan e
identifiquen de qué manera se pueden cometer actos
delictivos en su contra. Irvin Waller, especialista en
justicia penal, prevención del delito y protección a las
víctimas, señala que: ‘.Gran parte de la vida de niños y
adolescentes pasa en la escuela’ Pero no sólo debe ser
para las y los educandos, sino también debe realizarse
con padres, tutores, empleados, integrantes de
expresiones religiosas y toda persona que tenga
contacto con infantes, a fin de que puedan identificar
las señales de la comisión de delitos como los de
corrupción, pornografía, lenocinio, trata, abusos de
carácter sexual, promoción o facilitación de la
prostitución, así como de la producción y
comercialización de material pornográfico, para que no
sea cometido en escuelas, iglesias o en cualquier otro
sitio.
En este contexto, la Declaración de Milán, adoptada por
la Asamblea General de Naciones Unidas en su
Resolución 40/34 del 29 de Noviembre de 1985, relativa
a los ‘Principios fundamentales de justicia para las
víctimas de delitos y abuso de poder’, resulta de suma
relevancia considerar algunos planteamientos que se
citan en dicho instrumento y que México, al ser Estado
miembro de Naciones Unidas desde 1945, debe
considerar en el tema que nos ocupa. De dicha
declaración conviene destacar:
‘A. Las víctimas de delitos
1. Se entenderá por ‘víctimas’ las personas que,
individual o colectivamente, hayan sufrido daños,
inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento
emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial
de los derechos fundamentales, como consecuencia
de acciones u omisiones que violen la legislación
penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que
proscribe el abuso de poder.
2. Podrá considerarse ‘víctima’ a una persona, con
arreglo a la presente Declaración, independientemente
de que se identifique, aprehenda, enjuicie o condene al
82
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
perpetrador e independientemente de la relación
familiar entre el perpetrador y la víctima. En la
expresión ‘víctima’ se incluye además, en su caso, a
los familiares o personas a cargo que tengan relación
inmediata con la víctima directa y a las personas que
hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la
víctima en peligro o para prevenir la victimización.
Acceso a la justicia y trato justo
1. Las víctimas serán tratadas con compasión y
respeto por su dignidad. Tendrán derecho al acceso a
los mecanismos de la justicia y a una pronta
reparación del daño que hayan sufrido, según lo
dispuesto en la legislación nacional.
2. Se establecerá y reforzarán, cuando sea necesario,
mecanismos judiciales y administrativos que permitan
a las víctimas obtener reparación mediante
procedimientos oficiales u oficiosos que sean
expeditos, justos, poco costosos y accesibles. Se
informará a las víctimas de sus derechos para obtener
reparación mediante esos mecanismos.
3. Se facilitará la adecuación de los procedimientos
judiciales y administrativos a las necesidades de las
víctimas:..
d) Adoptando medidas para minimizar las molestias
causadas a las víctimas, proteger su intimidad, en caso
necesario, y garantizar su seguridad, así como la de
sus familiares y la de los testigos en su favor, contra
todo acto de intimidación y represalia;
e) Evitando demoras innecesarias en la resolución de
las causas y en la ejecución de los mandamientos o
decretos que concedan indemnizaciones a las
víctimas.
Resarcimiento
1. Los delincuentes o los terceros responsables de su
conducta resarcirán equitativamente, cuando proceda,
a las víctimas, sus familiares o las personas a su
cargo. Ese resarcimiento comprenderá la devolución
de los bienes o el pago por los daños o pérdidas
83
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
sufridos, el reembolso de los gastos realizados como
consecuencia de la victimización, la prestación de
servicios y la restitución de derechos.
2.
Los
gobiernos
revisarán
sus
prácticas,
reglamentaciones y leyes de modo que se considere el
resarcimiento como una sentencia posible en los
casos penales, además de otras sanciones penales.
3. Cuando funcionarios públicos u otros agentes que
actúen a título oficial o cuasi oficial hayan violado la
legislación penal nacional, las víctimas serán
resarcidas por el Estado cuyos funcionarios o agentes
hayan sido responsables de los daños causados. En
los casos en que ya no exista el gobierno bajo cuya
autoridad se produjo la acción u omisión victimizadora,
el Estado o gobierno sucesor deberá proveer al
resarcimiento de las víctimas.
Indemnización
1. Cuando no sea suficiente la indemnización
procedente del delincuente o de otras fuentes, los
Estados procurarán indemnizar financieramente:
a) A las víctimas de delitos que hayan sufrido
importantes lesiones corporales o menoscabo de su
salud física o mental como consecuencia de delitos
graves;
b) A la familia, en particular a las personas a cargo, de
las víctimas que hayan muerto o hayan quedado física
o mentalmente incapacitadas como consecuencia de la
victimización.
2. Se fomentará el establecimiento, el reforzamiento y
la ampliación de fondos nacionales para indemnizar a
las víctimas. Cuando proceda, también podrán
establecerse otros fondos con ese propósito, incluidos
los casos en los que el Estado de nacionalidad de la
víctima no esté en condiciones de indemnizarla por el
daño sufrido.
Asistencia
84
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
1. Las víctimas recibirán la asistencia material, médica,
psicológica y social que sea necesaria,.
2. Se informará a las víctimas de la disponibilidad de
servicios sanitarios y sociales y demás asistencia
pertinente, y se facilitará su acceso a ellos.
3. Se proporcionará al personal de policía, de justicia,
de salud, de servicios sociales y demás personal
interesado capacitación que lo haga receptivo a las
necesidades de las víctimas y directrices que
garanticen una ayuda apropiada y rápida..
B. Las víctimas del abuso de poder
1. Se entenderá por ‘víctimas’ las personas que,
individual o colectivamente, hayan sufrido daños,
inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento
emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial
de sus derechos fundamentales, como consecuencia
de acciones u omisiones que no lleguen a constituir
violaciones del derecho penal nacional, pero violen
normas internacionalmente reconocidas relativas a los
derechos humanos.
2. Los Estados considerarán la posibilidad de
incorporar a la legislación nacional normas que
proscriban los abusos de poder y proporcionen
remedios a las víctimas de esos abusos. En particular,
esos remedios incluirán el resarcimiento y la
indemnización, así como la asistencia y el apoyo
materiales,
médicos,
psicológicos
y
sociales
necesarios.
3. Los Estados considerarán la posibilidad de negociar
tratados internacionales multilaterales relativos a las
víctimas, definidas en el párrafo 18.
4. Los Estados revisarán periódicamente la legislación
y la práctica vigentes para asegurar su adaptación a
las circunstancias cambiantes, promulgarán y
aplicarán, en su caso, leyes por las cuales se prohíban
los actos que constituyan graves abusos de poder
político o económico y se fomenten medidas y
mecanismos para prevenir esos actos, y establecerán
85
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
derechos y recursos adecuados para las víctimas de
tales actos, facilitándoles su ejercicio.’
En concreto, conviene destacar que las niñas, niños y
adolescentes que han sido afectados por crisis,
resultado de la violencia ejercida en contra de ellos,
requieren atención no sólo en el momento en que viven
estos conflictos, sino que además debe ser posterior a
dichos eventos, a fin de prevenir dicha violencia y sus
efectos, además de promover la rehabilitación integral
de las víctimas.
La pederastia, como se ha mencionado, no puede ser
tratada únicamente como una enfermedad, sino que al
constituirse como delito, debe ser castigada en todos
los aspectos, ya que no se trata de un delito artificial o
técnico-jurídico, sino de una afectación lacerante y
profunda de un bien jurídico que debe ser tutelado de
manera integral por el Estado. Por lo tanto, estamos
obligados a salvaguardar los derechos de las niñas,
niños y adolescentes, por lo que se debe tipificar y
regular con precisión, los alcances y efectos
necesarios para brindarle a la infancia mexicana,
garantías plenas para el ejercicio de sus derechos.
Recordemos que el interés superior del infante indica
que ‘.las sociedades y gobiernos deben de realizar el
máximo esfuerzo posible para construir condiciones
favorables a fin de que éstos puedan vivir y desplegar
sus potencialidades. Esto lleva implícita la obligación
de que, independientemente a las coyunturas políticas,
sociales y económicas, deben asignarse todos los
recursos posibles para garantizar este desarrollo’.18
Como sociedad debemos exigir la voluntad política de
todas las expresiones partidistas, sino también la
movilización y asignación de recursos suficientes, que
nos permitan atender de manera inmediata, las
consecuencias la problemática señalada en la presente
iniciativa, dando soluciones eficaces y de calidad,
priorizando en todo momento el resarcimiento de las
víctimas y la aplicación de la sanción al pederasta.
De lo señalado en el contenido de la presente
exposición, en todas las medidas relativas y aplicables
a las niñas, niños y adolescentes, se debe dar
prioridad a sus intereses superiores. La inversión que
86
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
requiere darse para mejorar la calidad de vida y
educación a las niñas, niños y adolescentes, implica
darles una protección a sus derechos, además de
garantizarles un sano desarrollo psicoemocional y
físico. A lo anterior debe añadirse servicios de salud,
educación e información de calidad, que sean
apropiados, comprensibles y de alta calidad. Estas
inversiones, tanto a corto, mediano y largo plazo son
sumamente productivas, ya que también esto permitirá
contar con una base social firme.
No perdamos de vista el deber que tenemos de
proteger a las niñas, niños y adolescentes de todo acto
de violencia, maltrato, explotación y discriminación,
principalmente en aquellos que se encuentran en
estados más vulnerables y desfavorecidos. Al
respecto, resultan relevantes los datos que reporta
Irving Waller en su libro Menos represión, más
seguridad, quien señala que ‘Sólo en Estados Unidos,
por lo menos 900 mil niños son víctimas de maltrato,
generalmente perpetrado por sus propios padres o
tutores. Esta descomunal cifra dentro del país más rico
y poderoso del mundo exige una gran atención.’19 En
México, no contamos con datos que refieran cifras al
respecto.
Pero además, es indispensable crear conciencia
respecto a la ilegalidad y las consecuencias nocivas
que implican no proteger a la infancia de las
agresiones, falta de cuidados, violencia, maltrato,
discriminación, explotación, tratos inhumanos o
degradantes ya sea en el hogar, en la escuela u otras
instituciones, en el lugar de trabajo o en la comunidad.
Esto de manera simultánea, obliga a los padres,
tutores y demás personas encargadas de cuidar a los
infantes, asuman tal responsabilidad en aras al respeto
que merece dar cumplimiento a sus intereses
superiores.
Por ello, es indispensable que se adopten todas las
medidas necesarias, apropiadas y eficaces que
combatan actos públicos o privados de violencia en
contra de niñas, niños y adolescentes, considerando
además todas las medidas preventivas y punitivas que,
a corto plazo, acaben con actos que lastiman a la
infancia mexicana. Por lo que se deben establecer en la
87
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
norma, procedimientos eficaces de denuncia,
reparación e indemnización, además de que el Estado
garantice plenamente la salvaguarda y defensa de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes.
Resulta indispensable, proporcionar servicios de
apoyo a las víctimas de pederastia o de cualquier otro
delito que atente contra el sano desarrollo físico,
psíquico, emocional e integridad de las víctimas del
delito que se propone en la presente iniciativa, razón
por la que se debe, empezando por el sistema
educativo, crear conciencia social y difusión de estás
problemáticas así como incluir programas que
permitan explicar a los infantes, los mecanismos de
defensa y con quienes deben acudir. Dicha
consideración es compartida por Irving Waller, en el
sentido de que ‘Los padres pueden obtener ayuda para
la crianza de los niños mediante los programas
escolares. Pueden pedir a las direcciones escolares
que hagan lo posible para ayudar a niños y
adolescentes a terminar sus estudios en un ambiente
seguro y de colaboración por parte del personal
académico’.
De conformidad con la presente exposición de
motivos, tenemos como urgente obligación, incorporar
en nuestra legislación el delito de pederastia además
de reformar de manera inmediata, todas las
disposiciones relacionadas. Esto nos dará la
oportunidad de crear leyes, políticas y acciones
eficaces en el combate a toda forma de explotación,
aprovechamiento y perjuicios causados en contra de
infantes. Pero también de manera paralela, se requiere
instaurar mecanismos de vigilancia y evaluación que
permitan calificar el profesionalismo de las personas
que se relacionen con niñas, niños y adolescentes
cuyo
propósito
conlleva
que
las
medidas,
efectivamente les garanticen, el pleno ejercicio de sus
derechos.
La presente iniciativa tiene como fin armonizar la
legislación interna como internacional, en aras del
principio del interés superior de la infancia junto con el
derecho de prioridad de infantes, tal como lo ha
señalado el Poder Judicial Federal en la tesis que a
continuación se cita:
88
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Registro No. 169457
Localización: Novena Época.
Instancia: Pleno.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta.
XXVII, Junio de 2008
Página: 712
Tesis: P. XLV/2008
Tesis Aislada.
Materia(s): Constitucional.
Menores de dieciocho años. El análisis de una
regulación respecto de ellos debe hacerse atendiendo
al interés superior y a la prioridad de la infancia. De la
interpretación del artículo 4o., sexto párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en relación con la Ley para la Protección
de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes,
reglamentaria de aquel precepto y con la Convención
sobre los Derechos del Niño, se advierte que el
principio del interés superior de la infancia junto con el
derecho de prioridad, implican que las políticas,
acciones y toma de decisiones del Estado relacionadas
con los menores de 18 años deben buscar el beneficio
directo del infante y del adolescente a quienes van
dirigidas, y que las instituciones de bienestar social,
públicas y privadas, los tribunales, las autoridades
administrativas y los órganos legislativos, al actuar en
sus respectivos ámbitos, otorguen prioridad a los
temas relacionados con dichos menores. De ahí que
para el análisis de la constitucionalidad de una
regulación respecto de menores de 18 años, sea
prioritario, en un ejercicio de ponderación, el
reconocimiento de dichos principios.
Acción de inconstitucionalidad 11/2005. Procurador
General de la República. 8 de noviembre de 2007.
Mayoría de seis votos. Ausentes: Genaro David
Góngora Pimentel y José Ramón Cossío Díaz.
Disidentes: Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas y José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: Sergio A. Valls Hernández.
Secretaria: Laura García Velasco. El Tribunal Pleno, el
doce de mayo en curso, aprobó, con el número
XLV/2008, la tesis aislada que antecede. México,
Distrito Federal, a doce de mayo de dos mil ocho.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Registro No. 169457. Novena Época, Pleno. Gaceta
XXVII, Junio de 2008, página: 712.
Asimismo, el maestro Érick Gómez Tagle, especialista
en temas de infancia, particularmente en su
explotación sexual, señala que: ‘.instancias públicas y
privadas, han señalado que, como sociedad y
gobierno, tenemos la irrenunciable obligación de
cuidar la integridad física, la salud mental, la libertad
sexual y el adecuado desarrollo de todas las niñas,
niños y adolescentes. Sus garantías individuales y
derechos humanos, según han argumentado los
expertos en Ciencias Penales, tienen que estar por
encima de cualquier interés económico o político’.21
Por lo que dada la naturaleza de lo aquí expuesto,
estas tareas no sólo debe ser realizadas por el sector
público, sino que debe ser cumplido también por el
sector privado, en virtud de que se requiere
fundamentalmente de la cooperación de los gobiernos,
en todos sus niveles, las organizaciones no
gubernamentales para combatir la utilización ilícita de
todas las formas de explotación y abuso en contra de
infantes. Por lo que se debe evitar que exista omisión,
colusión o contubernio entre autoridades y pederastas,
razón por la que resulta fundamental, considera
Católicas por el Derecho a Decidir que la sociedad en
su conjunto, deberá exigir sus derechos y denunciar
cualquier tipo de delitos que violen derechos humanos,
con especial énfasis en aquellos que con cometidos en
los sectores más vulnerables como son: niñas, niños,
adolescentes y mujeres.
Todas las medidas que se puedan adoptar y aplicar, en
todos los niveles y ámbitos, para brindar protección a
las niñas, niños y adolescentes mexicanos, nunca
serán suficientes, ya que se requiere sancionar con
efectividad la comisión de los delitos que se cometen
en su perjuicio. Por lo tanto, no sólo basta con la
reforma integral de leyes, sino que además se requiere
asegurar la creación de los mecanismos que sean
necesarios para su cumplimiento, por lo que esta
iniciativa representa un primer paso, pero se debe
crear una conciencia social amplia, para que la
sociedad
civil
exija,
ante
las
dependencias
90
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
correspondientes, el cumplimiento de la ley en forma
plena.
Una reforma al Código Penal Federal, nos permitirá dar
una protección a todas las niñas, niños y adolescentes
de nuestro país, para que se les brinde una supremacía
efectiva al interés superior que poseen, por encima de
cualquier otro. Particularmente en aquellos casos en
que se afecta su normal desarrollo físico,
psicoemocional y psicosexual, con motivo de la
conducto u omisión tanto de personas físicas como
morales que los tienen a su cuidado y que
evidentemente implica una responsabilidad, motivo por
el que se debe adicionar éstas responsabilidades en la
Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños
y Adolescentes, así como la protección a su sano
desarrollo psicofísico, psicoemocional y psicosexual.
Asimismo, cabe destacar que las repercusiones que
provoca el delito de pederastia, tardan en manifestarse
o son difíciles de atender debido a la afectación que
provocan. Por lo que es imprescindible garantizar su
atención, tanto para la víctima como para el victimario.
Lo anterior, necesariamente debe tener su reflejo en el
código adjetivo correspondiente y en la Ley Orgánica
de la Procuraduría General de la Republica, por ser el
órgano central persecutor de delitos, además de la
responsabilidad principal que posee para garantizar el
respeto pleno a los derechos de la sociedad.
Como se ha señalado en diversos medios, la
pornografía, la prostitución y el turismo sexual infantil,
devienen de la comisión del delito de pederastia,
motivo por el cual la delincuencia organizada se
encuentra vinculada. Por lo que en tal sentido, es
necesario incorporar el delito de pederastia en la Ley
Federal contra la Delincuencia Organizada.
No
menos
importante
resulta
la
reforma
correspondiente a la Ley General de Salud, la cual
debe considerar, de manera expresa que todo aquel
delito que se comete en perjuicio de niñas, niños y
adolescentes son atentados graves a la salud de las y
los infantes, por lo que también deberá sancionarse a
las y los responsables de tales daños.
91
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
Partiendo del principio de que la difusión y aplicación
de temas preventivos, es necesario que todo el sistema
educativo, realice acciones positivas que permitan
erradicar este delito, tanto a nivel educativo como
administrativo. Siendo necesario brindar a las y los
educandos, un alto nivel profesional e idóneo que les
permita desarrollar plenamente sus capacidades, en un
ambiente de seguridad y de confianza, cuya tarea no
sólo deberá ser responsabilidad de las autoridades
educativas, sino de los padres o tutores y de la
sociedad en general. En este mismo tenor, la idoneidad
de las y los profesionistas que se relacionen con niñas,
niños y adolescentes deberá ser considerada por la
autoridad educativa correspondiente, a fin de que en
franco respeto al interés superior del infante se
coadyuve en la protección a las niñas, niños y
adolescentes; por tal virtud a fin de armonizar lo aquí
expuesto, se deberá reformar algunas disposiciones de
la Ley Reglamentaria del Artículo 5o. Constitucional,
relativo al Ejercicio de las Profesiones en el Distrito
Federal.
Adicionalmente, se debe reformar la Ley Federal de
Protección al Consumidor con el propósito de que
dicha autoridad administrativa, supervise a las
instancias educativas privadas, las cuales deberán
coadyuvar para la prevención y sanción del delito de
pederastia.
Como se ha señalado, existen altos índices de la
comisión del presente delito en las iglesias, por lo que
es necesario reformar y adicionar disposiciones
esenciales en la Ley de Asociaciones Religiosas y
Culto Público, con el fin de que los agentes
involucrados, coadyuven en la protección integral y
respeto a los derechos de las niñas, niños y
adolescentes
y
personas
con
características
especiales, particularmente cuando se cometan delitos
en su agravio.”
128. De la exposición de motivos anterior, se advierte que la
intención legislativa tuvo como finalidad principal generar una
tipificación legal que desalentara la comisión de la clase de
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
delitos, dentro de la cual está previsto el que tipifica el numeral
209 bis del Código Penal Federal, atentatorios contra el sano
desarrollo psicofísico, psicoemocional y psicosexual de niñas,
niños y adolescentes.
129. El creador de la norma dentro de sus atribuciones
constitucionales en función de la libertad de configuración
legislativa, puede establecer las sanciones que estime pertinentes
guardando desde luego una proporcionalidad racional, como al
inicio se hizo referencia, sobre todo impregnada del test derivado
de una política criminal, lo que de suyo justifica la obra legislativa
en el caso concreto.
130. En la especie, el bien jurídico tutelado es de magnitud
considerable; dar una protección a todas las niñas, niños y
adolescentes de nuestro país, para que se les brinde una
supremacía efectiva al interés superior que poseen, por encima
de cualquier otro. Particularmente en aquellos casos en que se
afecta su normal desarrollo físico, psicoemocional y psicosexual,
con motivo de la conducta u omisión tanto de personas físicas
como morales que los tienen a su cuidado y que evidentemente
implica una responsabilidad. Así lo reconoció en la exposición de
motivos, donde dio a entender que todo aquél que atente contra
dicho bien debe recibir una sanción ejemplar, precisamente con el
especial propósito de salvaguardar a la sociedad de la
proliferación de un delito que la impacta de manera importante.
131. En este caso, para sancionar la conducta prevista en el
numeral tildado de inconstitucional, consideró ser más riguroso
93
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
con la sanción, tanto económica como privativa de libertad (de
nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a
dos mil doscientos cincuenta días multa), lo que resulta
justificable porque dentro de sus facultades el creador de la
norma optó porque la privación de la libertad fuera alta para
castigar un delito sumamente grave, puesto que el desarrollo de
la sexualidad debe ser un proceso informado y acorde a la edad
del infante o adolescente, por lo que al ser ésta despertada de
manera alevosa y ventajosamente, se generan sentimientos de
culpa, ansiedad y probables trastornos sexuales que se
presentaran de forma permanente e inmutable durante su vida
adulta, ocasionando daños psicoemocionales severos, de salud
mental, física y emocional de la víctima.
132. Es por ello que resulta adecuado y necesario considerar los
daños causados por los pederastas, los cuales son equiparables
a los crímenes contra la humanidad, toda vez que causan graves
sufrimientos o atentan contra la salud mental o física e integridad
de quien los sufre; o bien, al igual que los crímenes de lesa
humanidad, se ofende, agravia y lastima a la humanidad en su
conjunto.
133. Trato riguroso sobre el libre desarrollo de la personalidad
generado
en
función
de
la
justificación
razonablemente
determinada, por política criminal, según la exposición de motivos
antes referida, de tratar de poner a salvo a la sociedad en
general, y al interés superior del menor, que se ve amenazada por
la creciente inclinación a ejecutar el tipo de conductas que se
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
previeron al tipificar y sancionar de manera drástica como las de
la norma cuestionada.
134. En efecto, de acuerdo con los precedentes que ha emitido
esta Primera Sala, el interés superior del niño es un principio de
rango constitucional implícito en la regulación de los derechos de
los menores, previstos en el artículo 4o. de la Constitución
Federal.
135. Esta interpretación encuentra respaldo en un argumento
teleológico: en el dictamen de la reforma constitucional que dio
lugar al actual texto del artículo 4o., donde se reconoce
expresamente que uno de los objetivos del Órgano Reformador
de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los
compromisos internacionales contraídos por nuestro país en
materia de protección de los derechos de los menores de edad.
136. Asimismo, se ha establecido que, en el ámbito jurisdiccional,
el interés superior del menor de edad es un principio orientador de
la actividad interpretativa relacionada con cualquier norma jurídica
que tenga que aplicarse a un niño en un caso concreto o que
pueda afectar los intereses de algún menor.
137. Este principio ordena la realización de una interpretación
sistemática que, para darle sentido a la norma en cuestión, tome
en cuenta los deberes de protección de los menores y los
derechos especiales de éstos, previstos en la Constitución,
tratados internacionales y leyes de protección de la niñez. Cuando
se trata de medidas legislativas o administrativas que afecten
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
derechos de los menores de edad, el interés superior del niño
demanda de los órganos jurisdiccionales la realización de un
escrutinio mucho más estricto en relación con la necesidad y
proporcionalidad de la medida en cuestión.
138. Resulta ya un lugar común señalar que la configuración del
interés superior del menor, como concepto jurídico indeterminado,
dificulta notablemente su aplicación. Así, resulta necesario
encontrar criterios para averiguar, racionalmente, en qué consiste
el interés del menor y, paralelamente, determinarlo en concreto en
los casos correspondientes.
139. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a. /J 18/2014
de esta Primera Sala, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Libro 4, marzo de dos mil catorce, Tomo
I, página cuatrocientos seis, del rubro y texto siguientes:
“INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL
ÁMBITO JURISDICCIONAL. En el ámbito jurisdiccional,
el interés superior del niño es un principio orientador
de la actividad interpretativa relacionada con cualquier
norma jurídica que tenga que aplicarse a un niño en un
caso concreto o que pueda afectar los intereses de
algún menor. Este principio ordena la realización de
una interpretación sistemática que, para darle sentido
a la norma en cuestión, tome en cuenta los deberes de
protección de los menores y los derechos especiales
de éstos previstos en la Constitución, tratados
internacionales y leyes de protección de la niñez.
Cuando se trata de medidas legislativas o
administrativas que afecten derechos de los menores,
el interés superior del niño demanda de los órganos
jurisdiccionales la realización de un escrutinio mucho
más estricto en relación con la necesidad y
proporcionalidad de la medida en cuestión.”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
140. Ahora bien, el hecho de que el límite inferior que contempla
el delito impugnado, de nueve años de prisión y de setecientos
cincuenta días multa, pudiera parecer alto, sin embargo, ello es
relativo, pues depende de la óptica con la que se quiera ver, sin
que por tanto pueda dar pauta para entender, o que signifique
que
sea
desproporcional
y por
ende
constitucionalmente
incorrecto, pues la gravedad de la conducta ilícita que se pretende
regular, es de por sí importante según se explicó en la aludida
exposición de motivos, dado que a pesar de los esfuerzos
realizados, nuestro marco normativo ha resultado desigual e
insuficiente, en virtud de que sigue sin respetarse la dignidad e
integridad de las niñas, niños y adolescentes mexicanos. Esto es,
el Estado mexicano no ha podido otorgar una protección y
bienestar a nuestros infantes. Lamentablemente, hemos visto
como han aumentado considerablemente los casos de niñas,
niños y adolescentes que han sido abusados o violados
sexualmente por adultos, extendiéndose preocupantemente en
zonas de alta marginación de los estados del interior de la
República.
141. De manera paralela, la corrupción, pornografía, prostitución
y turismo sexual cometidos en contra de menores de edad en
todo el mundo. En México han aumentado considerablemente,
además de los ilícitos antes señalados, los casos de abusos en
los cuales el adulto abusa de su condición o de su profesión:
padres con sus hijos o hijas, educadores con sus alumnos,
entrenadores deportivos con sus jóvenes pupilos.
97
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
142. Es por ello, que la pederastia, como se mencionó, si bien es
considerada como un trastorno (en términos de lo expuesto por el
legislador en la exposición de motivos), al constituirse como delito
la conducta desplegada, debe ser castigada en todos los
aspectos, ya que no se trata de un delito artificial o técnicojurídico, sino de una afectación lacerante y profunda de un bien
jurídico que debe ser tutelado de manera integral por el Estado.
Por lo tanto, estamos obligados a salvaguardar los derechos de
las niñas, niños y adolescentes, por lo que se debe tipificar y
regular con precisión, los alcances y efectos necesarios para
brindarle a la infancia mexicana, garantías plenas para el ejercicio
de sus derechos.
143. Es decir, para el legislador federal la forma de comisión del
antijurídico fue considerada como el parámetro necesario a fin de
que
se
aplicara
la
penalidad
correspondiente,
desde
la
perspectiva que las manifestaciones de cada conducta actualizan
la norma y agreden en igual intensidad el bien jurídicamente
protegido, seguridad de las personas cuya afectación incide en el
libre desarrollo de la personalidad, así como el interés superior del
menor.
144. Consecuentemente, si con relación al rango del mínimo de
la pena privativa de la libertad y pecuniaria, se estableció el
máximo en dieciocho años y dos mil doscientos cincuenta días
multa, para el tipo básico de pederastia, claramente revela el
margen razonado que imprimió el legislador a la norma, a fin de
que el juzgador, al aplicarla, pueda mover el criterio en función de
los elementos objetivos y parámetros legales necesarios para
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
individualizarla en cada caso concreto, por ello es que el numeral
209 Bis del Código Penal Federal no transgrede el principio de
proporcionalidad previsto en el numeral 22 constitucional, ni
contiene una pena excesiva.
145. En efecto, el que la pena privativa de la libertad, así como la
multa sean altos, significa que ese tipo de sanciones son las que
prefirió el legislador para inhibir el delito, sin que por ello resulten
excesivas o desproporcionales de acuerdo a la importancia del
bien jurídico protegido, lo cual sin duda representa una manera de
salvaguardar a la sociedad; es decir, aunque ciertamente las
facultades del legislador no son ilimitadas y la legislación penal no
está exenta de control constitucional; también es verdad que el
creador de la norma penal debe actuar de forma medida y no
excesiva al momento de regular las relaciones en el ámbito penal,
porque su posición como poder constituido dentro del Estado
constitucional le impide actuar de forma arbitraria y en exceso;
pero sin duda, también tiene un amplio margen de libertad
configuradora para apreciar, analizar y ponderar los fenómenos
de la vida social y del mayor o menor daño que ciertos
comportamientos puedan estar causando o causar en el
conglomerado social, gozando de prerrogativas para disponer que
el castigo por una conducta antisocial de extremada relevancia
sea ejemplar y potencializar así la certidumbre de que los
ciudadanos que respetan la ley lo sigan haciendo y aquéllos que
la quieren vulnerar se desvíen de su cometido, siendo acorde con
los motivos expresados para crear la norma con rango de política
criminal.
99
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
146. Por otra parte, contra la argumentación del recurrente, no se
puede hacer depender la desproporcionalidad de la norma
cuestionada de inconstitucional, del tipo de abuso sexual
cometido en contra de la víctima, ya que ello sería tanto como
considerar que se estableció en proporción al daño causado y no
en relación con el bien jurídico tutelado, siendo que tal y como se
ha definido con anterioridad, la proporcionalidad de una norma se
fija en función y atendiendo a la gravedad de la pena, que debe
ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de
afectación al bien jurídico protegido.
147. Por tanto si el bien jurídico tutelado es en la especie, el libre
desarrollo de la personalidad de los adolescentes y menores de
edad, que de manera directa incide en la seguridad y protección
del interés superior del menor, es claro que el hecho de que el
legislador establezca como sanción una pena privativa de la
libertad así como multa elevadas, según se ha visto, por ese
motivo no es desproporcional, por lo que fue correcta la
determinación del Tribunal Colegiado en el sentido de que el
artículo 209 bis del Código Penal Federal, no es inconstitucional.
148. No obsta a lo anterior, lo que el recurrente alegó en cuanto a
que el Órgano Colegiado omitió hacer un estudio en torno a que
el multicitado artículo 209 bis del Código Penal Federal no
describía o tipificaba de manera correcta el delito de pederastia,
de acuerdo a una conducta que describiera un perfil psicológico
del sujeto activo pederasta, conforme a factores jurídicos,
psicológicos y sociales que identificaren una verdadera conducta
pedófila, que la diferenciara del abuso sexual simple o agravado,
100
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
mediante pruebas y métodos de investigación especializada en
patrones de conducta, exámenes médicos y psicológicos, así
como, en patrones reiterados de conducta; pues dichos
argumentos no fueron expuestos en la demanda inicial de
amparo, en que meramente manifestó que dicho precepto preveía
una pena excesiva para el delito de pederastia, en relación a las
penas determinadas para diversos delitos de la misma índole
sexual, con similares elementos del tipo penal, por lo que,
tampoco el Órgano Colegiado estuvo en posibilidad de dar
respuesta a este planteamiento y menos que hubiera omitido el
estudio en torno a ello, pues era necesario que el Tribunal
Colegiado se pronunciara al respecto para que esta Primera Sala
calificara lo constitucional o inconstitucional del mismo.
149. Es aplicable a lo anterior, la jurisprudencia 1a. /J 150/2005
de esta Primera Sala, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XXII, diciembre de dos mil cinco,
página cincuenta y dos, del rubro y texto siguientes:
“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE
SE REFIEREN A CUESTIONES NO INVOCADAS EN LA
DEMANDA Y QUE, POR ENDE, CONSTITUYEN
ASPECTOS NOVEDOSOS EN LA REVISIÓN. En
términos del artículo 88 de la Ley de Amparo, la parte a
quien perjudica una sentencia tiene la carga procesal
de demostrar su ilegalidad a través de los agravios
correspondientes. En ese contexto, y atento al
principio de estricto derecho previsto en el artículo 91,
fracción I, de la ley mencionada, resultan inoperantes
los agravios referidos a cuestiones no invocadas en la
demanda de garantías, toda vez que al basarse en
razones distintas a las originalmente señaladas,
constituyen aspectos novedosos que no tienden a
combatir los fundamentos y motivos establecidos en la
sentencia recurrida, sino que introducen nuevas
101
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014.
cuestiones que no fueron abordadas en el fallo
combatido, de ahí que no exista propiamente agravio
alguno que dé lugar a modificar o revocar la resolución
recurrida.”
150. Finalmente, debe señalarse que la revisión adhesiva
interpuesta por la tercero interesada, debe declararse sin materia
al haberse desaparecido la condición a la que estaba sujeta, pues
al calificarse de inoperantes e infundados los agravios, se
confirmó la sentencia recurrida que negó el amparo solicitado al
hoy recurrente.
151. Es aplicable al caso la jurisprudencia 1a./J. 71/2006 de esta
Primera Sala, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, octubre de dos mil
seis, página doscientos sesenta y seis, del rubro y texto
siguientes:
“REVISIÓN ADHESIVA. DEBE DECLARARSE SIN
MATERIA AL DESAPARECER LA CONDICIÓN A LA
QUE SE SUJETA EL INTERÉS DEL ADHERENTE. De
conformidad con el último párrafo del artículo 83 de la
Ley de Amparo, quien obtenga resolución favorable a
sus intereses puede adherirse a la revisión interpuesta
por el recurrente, expresando los agravios respectivos
dentro del término de cinco días, computado a partir de
la fecha en que se le notifique la admisión del recurso.
Ahora bien, si se toma en cuenta que la adhesión al
recurso carece de autonomía en cuanto a su trámite y
procedencia, pues sigue la suerte procesal de éste y,
por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a
la suerte del recurso principal, es evidente que cuando
el sentido de la resolución dictada en éste es favorable
a sus intereses, desaparece la condición a la que
estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para
interponer la adhesión, esto es, la de reforzar el fallo
recurrido y, por ende, debe declararse sin materia el
recurso de revisión adhesiva.”
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152. Sin que esta Primera Sala advierta materia para suplir la
deficiencia de la queja.
153. En ese orden de ideas, al resultar infundados los motivos
de disenso esgrimidos por el recurrente, lo procedente es
confirmar la sentencia recurrida, en lo que es materia de esta
revisión, y negar la protección constitucional solicitada.
154. Por lo expuesto y fundado se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
********** contra el acto y autoridades precisados en el
considerando primero de esta ejecutoria.
TERCERO. Queda sin materia el recurso de revisión
adhesivo promovido por **********.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón
Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero
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de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena y Pardo Rebolledo
se reservan el derecho de formular voto concurrente.
Firman el Ministro Presidente de la Sala y la Ministra
Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA
MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO
PONENTE
MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS
SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.
En términos de lo previsto en el artículo 3º, fracción II, 13, 14
y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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