92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 34 3 Panorama general de los abordajes terapéuticos Hay numerosos sistemas para el tratamiento de la parálisis cerebral (Levitt 1962, 1076, 1987; Scrutton 1984; McKinlay 1989; Miller 2007). Varios abordajes de aprendizaje motor se agregaron a los sistemas neurofisiológicos y ortopédicos (Shepherd 1995; Shumway-Cook y Woollacott 2001). Aunque todos estos abordajes terapéuticos se crearon para pacientes con parálisis cerebral o se basaron en estudios neurológicos en adultos con parálisis cerebral, muchos de ellos también se usan para el tratamiento de los niños con otros tipos de retrasos del desarrollo y para la lesión encefálica traumática y la hemiplejía del adulto. El objetivo de este capítulo no es describir cada sistema en forma detallada y se ofrecerán referencias de la bibliografía sobre cada sistema. El autor presenta la esencia de cada sistema después de numerosas observaciones personales, comentarios, trabajos prácticos y lectura del trabajo de los creadores. En el siguiente capítulo se comentan los diversos sistemas en relación con la práctica basada en las evidencias. Educación muscular y dispositivos ortopédicos W. M. Phelps, un cirujano traumatólogo de Baltimore, fue uno de los pioneros en el tratamiento de la parálisis cerebral que estimuló a los fisioterapeutas, los terapeutas ocupacionales y los terapeutas del habla a formar equipos sobre parálisis cerebral (Phelps 1949, 1952; Slominski 1984). Los principales elementos de su abordaje terapéutico son los siguientes: Clasificación diagnóstica específica de cada niño como base de los métodos terapéuticos específicos. Este autor diagnosticó cinco tipos de parálisis cerebrales y varias subclasificaciones. Se describieron quince métodos y combinaciones específicas de estos métodos para el tipo específico de parálisis cerebral. Los métodos fueron los siguientes: (1) Masaje de los músculos hipotónicos, aunque contraindicado en los niños con espasticidad y movimientos atetoides. (2) Movimiento pasivo a través de toda la amplitud del movimiento para movilizar las articulaciones y demostrar al niño el movimiento solicitado. La velocidad del movimiento es menor en los niños con espasticidad y mayor en caso de rigidez. (3) Movimiento activo asistido. (4) Movimiento activo. (5) Movimiento contra resistencia, de acuerdo con la capacidad del niño. Los métodos mencionados se usan para obtener aquellos de los puntos 6, 8, 10 y 12. (6) El movimiento condicionado se recomienda en bebés, niños pequeños y niños con retraso mental, y consiste en una práctica sistemática y en el uso de una misma canción para el mismo movimiento.2-5 (7) Movimiento confuso o sinergístico que consiste en oponer resistencia contra un grupo muscular para que se contraiga un grupo muscular inactivo dentro del mismo movimiento sinergístico. En general, se emplean movimientos en masa, como el reflejo extensor o el reflejo de retirada en flexión. Por ejemplo, el uso de sinergismo en dorsiflexión y flexión de la cadera y la rodilla para estimular los dorsiflexores inactivos a través de la generación de resistencia contra los flexores de la cadera. El movimiento confuso se usa en niños cuando no es posible el movimiento aislado selectivo. (8) El combinado es el movimiento de entrenamiento en más de una articulación, como la flexión Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 35 Panorama general de los abordajes terapéuticos 35 (9) (10) (11) (12) (13) (14) (15) del hombro y el codo mediante el uso de los métodos de los puntos 2, 3, 4 y 5. Las técnicas de relajación empleadas consisten en “dejar ir” el cuerpo y sus partes en forma consciente (Levitt, 1962), con tensión y relajación de las partes del cuerpo. Estos métodos se emplean sobre todo en niños con movimientos atetoides e intentan mantenerse quietos o relajados o usan la contracción y la relajación o la relajación con “tensión y dejar ir el cuerpo” para hacer muecas y otros movimientos involuntarios. El movimiento producido por la relajación consiste en el control consciente de los movimientos una vez que se logró la relajación. Se emplea sobre todo en niños para controlar los movimientos involuntarios de manera conciente. Reposo: se recomiendan períodos de reposo para los movimientos atetoides y en niños con espasticidad. La reciprocación es el movimiento de entrenamiento de una pierna y después la otra en un patrón de bicicleta en decúbito supino, en cuatro patas, caminando sobre las rodillas y de pie. Equilibrio: entrenamiento en el equilibrio sentado y de pie sobre dispositivos ortopédicos. Alcanzar un objeto y practicar la prensión para luego soltarlo con el fin de entrenar la función de la mano. Habilidades de la vida cotidiana como alimentarse, vestirse, lavarse e ir al baño. Los terapeutas ocupacionales diseñaron muchos dispositivos de soporte. Dispositivos ortopédicos. Phelps diseñó y desarrolló los dispositivos y prescribió instrumental especial para corregir deformidades, lograr una postura erguida y controlar la atetosis. El equipo es grande y se emplea durante muchos años. Se les enseña a los niños a ponerse de pie y a caminar sobre ortesis con bandas pelvianas y soportes para la espalda o a veces con una ortesis espinal (corset). A medida que estos niños progresan, se pueden dejar de usar los soportes para la espalda, luego la banda pelviana y por último usan las ortesis para la pierna. El dispositivo ortopédico para toda la longitud posee trabas en las articulaciones de la cadera y la rodilla, de manera de poder enseñarles el control de su cuerpo, sea con las articulaciones trabadas o no . Educación muscular. Los niños con espasticidad reciben educación muscular basada en un análisis del trastorno muscular como espástico, débil, normal o cerebro cero: o sea que es incapaz de actuar. Los músculos antagonistas a los espásticos se activan, lo que sirve para lograr el equilibrio entre los músculos espásticos y sus antagonistas débiles. Los pacientes con movimiento atetoides se entrenan para controlar los movimientos articulares simples y no reciben educación muscular. Los pacientes con ataxia pueden aprender ejercicios de fortalecimiento para los grupos musculares débiles. Otros autores como Rood (1962) y Tardieu y cols. (1982) también desarrollaron ideas sobre educación muscular. Plum y Molhave (1956) propusieron el fortalecimiento de los músculos espásticos y de sus antagonistas. Sin embargo, Plum ejercitó los músculos espásticos en el extremo externo de la amplitud de movimientos dado que los músculos suelen estar acortados, mientras que los antagonistas se ejercitan en los extremos medio e interno de la amplitud de movimientos. Tabary y cols. (1981), en un “análisis factorial”, identificaron el problema específico en los músculos que originan las anomalías y las deformidades. De acuerdo con este cuidadoso análisis, se administra tratamiento cuando se considera necesario. En el pasado se recomendaban las inyecciones de alcohol para disminuir la espasticidad. En la actualidad, los neurólogos ya no recomiendan esta práctica, debido a sus efectos colaterales, y emplean otros fármacos. Tabary y cols. (1972), Tardieu y cols. (1982) y Dietz (1992) demostraron cambios específicos en la longitud muscular (hipoextensibilidad) de los músculos espásticos y también observaron cambios en las estructuras musculares citadas en la literatura actual sobre tratamiento. Los estudios de Tardieu y cols. (1988) sugirieron un estiramiento pasivo prolongado durante un lapso de 5 a 7 horas para lograr un cambio en su longitud. Phelps aplicó este concepto en dispositivos ortopédicos, pero más adelante se desarrollaron ortesis más livianas y mejor diseñadas. El equipo sugerido por los terapeutas del centro de Phelps se sigue usando en terapia ocupacional y en fisioterapia, con avances en los diseños, además de la creación de otros equipos. Por ejemplo, se empleó un andador, que se mejoró con diversos diseños que se pueden ajustar de varias maneras. Phelps recomendó sostener el peso del cuerpo para evitar la luxación de cadera (1959). El tratamiento actual para prevenir la subluxación de la cadera destaca el uso de andadores modernos para sostener el peso del cuerpo desde una edad temprana y permitir el desarrollo de la cadera (véanse Capítulos 9 y 11). Damiano (2007) comentó las recomendaciones de Phelps para usar movimiento contra resistencia en pacientes con parálisis cerebral con el fin de desarrollar fuerza. Los investigadores del equipo de Damiano Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 36 36 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor y cols. confirmaron la utilidad de los ejercicios contra resistencia (Damiano y cols. 1995a, b, 2002a). No obstante, se reconocen dificultades, como el escaso aislamiento del control muscular (control motor selectivo) en algunos niños con espasticidad. Phelps denominó a este movimiento “confuso” y luego los terapeutas lo desaconsejaron al promover el entrenamiento de movimiento selectivo de un grupo muscular específico para lograr el desarrollo motor. Movimientos de patrón progresivo Temple Fay, un neurocirujano de Filadelfia, recomendó enseñarles a los pacientes con parálisis cerebral movimientos acordes a su desarrollo evolutivo. Este autor consideró que el desarrollo ontogénico (en seres humanos) es una recapitulación del desarrollo filogenético (en la evolución de las especies). En general, este autor sugirió la creación del movimiento de reptación de los reptiles y de arrastre de los anfibios, pasando por el movimiento recíproco de los mamíferos “sobre los cuatro miembros” hasta la deambulación erecta de los primates. Como los animales inferiores realizan estos movimientos primitivos de avance con un sistema nervioso simple, los seres humanos pueden llevarlos a cabo de manera similar sin una corteza cerebral normal. El mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo podrían estar comprometidos en la estimulación de los patrones primitivos y los reflejos primitivos que activan las porciones comprometidas del cuerpo. Fay también describió los “reflejos de destrabe”, que reducen la hipertonía. En función de estas ideas, desarrolló movimientos de patrón progresivo que consisten en cinco estadios (Fay 1954a, b). Estadio 1. Decúbito prono. Rotación de la cabeza y el tronco hacia ambos lados. Estadio 2. Estadio homolateral. Decúbito prono, cabeza girada hacia un lado. Brazo del lado de la cara en abducción y rotación externa, codo semiflexionado, boca abierta, pulgar hacia afuera en dirección a la boca. Pierna del lado de la cara en abducción, flexión de la rodilla contra el estómago, dorsiflexión del pie. El brazo sobre el occipucio se extiende, se coloca en rotación interna, con la mano abierta sobre el costado del niño o sobre el área lumbar. Se extiende la pierna sobre el occipucio. El movimiento consiste en la rotación de la cabeza hacia ambos lados con la cara, el brazo y la pierna que se deslizan hacia abajo hasta alcanzar la posición extendida y la flexión del brazo opuesto y la pierna hasta una posición cercana a la cara cuando se gira la cabeza. Estadio 3. Estadio contralateral. Decúbito prono. Cabeza rotada hacia un lado, el brazo sobre el área lateral de la cara como en el estadio 2. Sin embargo, la pierna del lado de la cara está extendida. La otra pierna del lado del occipucio está flexionada. Cuando se gira la cabeza, este patrón contralateral cambia de un lado al otro. Estadio 4. Sobre las manos y las rodillas. Gateo y caminata recíprocos sobre las manos y los pies en la caminata de oso o de elefante. Estadio 5. Patrón de deambulación. Ésta es una caminata de marinero denominada por Fay “progresión recíproca sobre los miembros inferiores, sincronizada con el balanceo del brazo contralateral y el tronco”. Se emplea una base amplia y el niño flexiona una cadera y una rodilla en rotación externa y luego coloca su pie en el suelo, todavía en rotación externa. Mientras se apoya el pie en el suelo, el brazo y el hombro contralaterales se rotan hacia él. Mientras se apoya el peso sobre la pierna extendida, la otra pierna se flexiona. El sistema de Doman-Delacato o del Institute for the Achievement of Human Potential (IAHP) (Doman y cols., 1960), que sigue los principios básicos postulados por Fay, también recomienda realizar períodos de inhalaciones de CO2 de una bolsa, restringir la ingesta de líquido y desarrollar dominancia hemisférica cerebral. La dominancia cerebral se intenta a través del mayor uso del ojo, la mano, el pie y el brazo dominantes y otros métodos. Los niños también se colocan al revés y se rotan sobre sí mismos para estimular el aparato vestibular. También se les solicita que se cuelguen y “caminen” con sus manos a lo largo de una escalera horizontal como los simios. Los movimientos de patrón progresivo que constituyen la “terapia de patrones” se practican en principio en forma pasiva al menos cinco veces por día. Una persona gira la cabeza, otra persona mueve los brazos y la pierna de un lado y otra persona mueve el brazo y la pierna del otro lado. No se permite la locomoción más allá de ese estadio del patrón de movimiento del niño. Un niño no capacitado para arrastrarse en forma cruzada no debe caminar. La visión del desarrollo es rígida e imprecisa. La “organización neurológica” se considera posible si cada nivel del desarrollo se establece antes de avanzar al siguiente. Este abordaje se restringe al desarrollo en decúbito prono y requiere regímenes terapéuticos demandantes cotidianos, de entre 8 y 10 horas por día, los 7 días de la semana en muchos casos. Los padres no pudieron manejar este método sin una gran cantidad de voluntarios. Se observó una tasa elevada de expectativas paternas inapropiadas Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 37 Panorama general de los abordajes terapéuticos 37 con estrés familiar desmedido, dado que el éxito o el fracaso dependían del trabajo intenso de los padres. Varias organizaciones médicas afirmaron que no hay evidencias científicas que avalen este método y que las teorías están desactualizadas y demasiado simplificadas. Estas organizaciones son la American Academy of Paediatrics (Academia Americana de Pediatría) y la American Academy of Neurology (Academia Americana de Neurología) (1967), la American Academy of Paediatrics (1999), la American Academy of Physical Medicine and Rehabilitation (Academia Americana de Fisioterapia y Rehabilitación) (1968). En la actualidad, la terapia de patrones casi no se emplea en los Estados Unidos (Miller 2007). El British Institute for Brain Injured Children (BIBIC, Instituto Británico de Niños con Lesión Encefálica) y Brainwave actuaron en forma conjunta con el IAHP en un principio, pero ahora trabajan separados. Estas entidades usaron el perfil de desarrollo de Temple Fay (Fay 1954a, b). En este método no se incluye el juego y el programa educativo del BIBIC es superficial, de acuerdo con una apreciación multidisciplinaria y una revisión independiente (Morton y cols., 1999). Estos autores señalaron que las influencias de Doman-Delacato son significativas y que las demandas emocionales, financieras y de otro tipo sobre la familia son considerables. Patrones de movimientos sinergísticos Signe Brunnstrom, una fisioterapeuta que trabajó con hemipléjicos adultos, evaluó los estadios de la recuperación y los comparó con el desarrollo neuromotor secuencial normal en la primera infancia. Sus estudios consideran sinergismos en la flexión y en la extensión del miembro que producen un movimiento aislado. Esta autora logró movimiento a través de la estimulación de patrones de movimientos primitivos o sinergísticos que se observan durante la vida fetal o inmediatamente después de la lesión del tracto piramidal. Las principales características de su trabajo son las siguientes (Brunnstrom 1970): Las respuestas reflejas se usan en un primer momento y el paciente puede “capturarlas” y usarlas más adelante en el control voluntario de estos sinergismos para crear movimiento. A continuación, se modifican los sinergismos flexores y extensores (se disgregan) y se intenta y se practica la función voluntaria con la mayor variedad de movimientos posible. Se intenta el control de la cabeza y el tronco con estimulación de los reflejos posturales como los cervicales tónicos, los lumbares tónicos y los laberínticos tónicos. Esto es posible a través de la estimulación de los reflejos de rectificación y, más adelante, del entrenamiento del equilibrio. Las reacciones asociadas se usan junto con las reacciones de la mano; por ejemplo, la hiperextensión del pulgar provoca la relajación de los flexores de los dedos. Se produce una acción contra resistencia del lado no afectado para activar el lado afectado. Más adelante se inicia el entrenamiento del control voluntario del paciente. Estimulación sensitiva. Brunnstrom utiliza estímulos propioceptivos y de otra clase en su entrenamiento, como los pinchazos o los golpes empleados en los adultos hemipléjicos. Algunos de estos métodos se observan en el abordaje antiguo de Bobath y en otros abordajes neurofisiológicos que empleaban teorías jerárquicas y estímulos sensitivos. Facilitaciones neuromusculares propioceptivas Herman Kabat, un neurofisiólogo y psiquiatra estadounidense, comentó varios mecanismos neurofisiológicos que se podrían usar en ejercicios terapéuticos. Con Margaret Knott y Dorothy Voss, desarrolló un sistema de técnicas facilitadoras de los movimientos y métodos para disminuir la hipertonía, fortalecer y mejorar la coordinación y la amplitud de los movimientos (Kabat y cols., 1959; Knott y Voss 1968; Voss 1972; Voss y cols., 1985). Las principales características de estos métodos son las siguientes: Patrones de movimientos (denominados sinergismos de movimientos en masa) basados en patrones observados dentro de actividades funcionales como vestirse, caminar, jugar al tenis, al golf o al fútbol. Estos patrones son helicoidales (rotatorios) y diagonales, con sinergismo o cadena de grupos musculares. La educación muscular aislada no se usa porque un patrón de movimiento puede activar un grupo muscular dentro de una cadena de músculos. En consecuencia, los patrones de movimientos no son los “movimientos en masa” observados después de una lesión encefálica, sino patrones derivados de funciones y consisten en los siguientes componentes activados en forma simultánea en las caderas, las rodillas y los pies o en los hombros, los codos, las muñecas y las manos: (1) Flexión o extensión. (2) Abducción o aducción. (3) Rotación interna o externa. Los estímulos sensitivos (aferentes) se aplican en forma apropiada para facilitar los movimientos. Los Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 38 38 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor estímulos empleados son tacto y presión, tracción y compresión, estiramiento o alargamiento de un miembro y el efecto propioceptivo de la contracción muscular contra resistencia. También se incluyen estímulos visuales y verbales. Todos estos estímulos aportan claves hacia la dirección del movimiento y se reducen de manera gradual a medida que el individuo puede lograr el movimiento en forma independiente. La resistencia contra el movimiento se emplea para facilitar la acción de los músculos que forman los componentes de los patrones de movimientos. Técnicas especiales (1) La irradiación es el flujo excesivo de acciones de un grupo muscular a otro dentro de un sinergismo o de un patrón de movimientos o a través del refuerzo de la acción de una parte del cuerpo a través de la estimulación en otra parte de éste. (2) Estabilizaciones rítmicas que emplean estímulos alternados de los agonistas a sus antagonistas en un trabajo muscular isométrico. (3) Estimulación de reflejos como de flexión o de extensión en masa, que ya no se usan en la actualidad. (4) Contracciones repetidas de un patrón con cualquier articulación como punto central. (5) Inversiones de un patrón a su antagonista y otras inversiones basadas en los principios fisiológicos de la inducción sucesiva. (6) Técnicas de relajación como contracción-relajación y sostén y relax. Los tratamientos con hielo se usan para relajar la hipertonía. (7) Momento en que se indican las diversas técnicas para entrenar la coordinación o momento de enfatizar para mejorar un elemento de sinergismo de movimiento. Hay varias combinaciones de técnicas que dependen del estado individual del paciente y de los objetivos del tratamiento. Se debe usar estiramiento o tracción y la resistencia óptima en las articulaciones inestables, así como también el nivel de contracción muscular. El trabajo funcional o el trabajo en colchoneta abarca varios de los métodos mencionados para el entrenamiento de la rotación, el arrastre, la deambulación y varias posiciones de equilibrio mientras el paciente se sienta, se arrodilla y se para. Como las facilitaciones propioceptivas neuromusculares se practicaron en forma amplia en adultos, este método se adaptó a la parálisis cerebral con patrones de movimientos dentro de las funciones motoras del desarrollo (Levitt 1969, 1970b). Las facilitaciones propioceptivas neuromusculares también se criticaron debido a que tratan patrones de movimiento aislados de una función global. El uso de este método dentro de las funciones del desarrollo permitió crear un mejor abordaje. En este libro se ofrecen algunos ejemplos para el uso de movimientos contra resistencia, que pueden activar la estabilidad postural y mecanismos contrabalanceadores en el tronco y las cinturas pelviana y escapular de manera simultánea. Otro ejemplo es la resistencia contra la elevación del brazo, que mejora el control de la cabeza. Asimismo, los patrones de facilitaciones propioceptivas neuromusculares y la resistencia se utilizan en forma combinada con la posición de otras partes del cuerpo para reducir al mínimo la activación de la espasticidad. Este método combinó los patrones de facilitaciones propioceptivas neuromusculares combinados con ideas del abordaje de Bobath (Levitt 1969). Sin embargo, los Bobath disentían con el uso de la resistencia manual. En la actualidad se aceptan las acciones contra resistencia para tratar la debilidad. Adler y cols. (2008) emplearon facilitaciones propioceptivas neuromusculares en adultos y agregaron los principios del control motor y el aprendizaje motor del estudio de Mulder y Hochstenbach (2002). Se describieron otras actividades funcionales que emplean facilitaciones propioceptivas neuromusculares y otras técnicas en diferentes posiciones. A medida que los individuos logran los movimientos y la estabilidad, el terapeuta les permite realizarlos de manera independiente, para poder detectar los errores en los patrones motores. Estos errores aportan una “retroalimentación” que permite a los individuos aprender y corregirse tanto como les sea posible. Las ideas de Mulder se aplican en este libro y se citan en el Capítulo 6. Desarrollo neuromotor Eirene Collis, una terapeuta pionera en parálisis cerebral en Gran Bretaña, destacó que el desarrollo neuromotor era la base para la evaluación y el tratamiento (Collis 1947; Collis y cols. 1956). Sus fundamentos principales son los siguientes: La capacidad mental del niño determina los resultados. Se promueve el tratamiento temprano antes de que se puedan establecer los patrones anormales. Manejo. El término “tratamiento se considera confuso, ya que además de la fisioterapia se debe “manejar” al niño todo el día. La alimentación, la vestimenta, el uso del baño y otras actividades cotidianas deben estar planificados. Secuencia estricta de desarrollo. El niño no puede usar sus habilidades motoras más allá del nivel de su Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 39 Panorama general de los abordajes terapéuticos 39 desarrollo. Si el niño está aprendiendo a rotar, no se le debe permitir gatear o si aprende a gatear, no se le debe permitir caminar. En todo momento el niño se expone a una “imagen de movimientos normales”, y como la postura y el tono están interrelacionados, Collis promueve la postura normal para estimular el “tono normal”. Una vez lograda la seguridad postural, se pueden facilitar los logros y se pueden seguir las secuencias del desarrollo durante el entrenamiento. Terapeuta de la parálisis cerebral. Collis consideró inadecuada la separación del tratamiento en fisioterapia, terapia ocupacional y terapia del habla y estableció la idea del terapeuta de la parálisis cerebral. Las secuencias del desarrollo se tornaron mucho más sofisticadas y menos estrictas. La idea de un terapeuta de la parálisis cerebral tiene cierto atractivo en el concepto de un terapeuta del desarrollo o un intervencionista primario. Se asume que las preocupaciones de las madres pueden disminuir con el tratamiento y su disposición a ayudar a su hijo. Es de esperar una mayor comprensión de los predicamentos y los sentimientos actuales de los padres. Tratamiento del desarrollo neurológico (abordaje de Bobath) Karl Bobath, neuropsiquiatra, y Bertha Bobath, fisioterapeuta, basaron la evaluación y el tratamiento en la premisa de que la principal dificultad en la parálisis cerebral es la falta de inhibición de los patrones reflejos de la postura y del movimiento (Bobath 1965, 1971a, b, 1980; Bobath y Bobath, 1972, 1975). Los Bobath asociaron estos patrones anormales con el tono anormal generado por la actividad refleja tónica excesiva. Estos reflejos tónicos, como el reflejo laberíntico tónico, los reflejos cervicales tónicos simétricos y los reflejos cervicales tónicos asimétricos, deben inhibirse para contrarrestar “los patrones anormales de actividad refleja postural liberada y al mismo tiempo facilitar las reacciones normales a través de técnicas especiales de manipulación”. Con el tiempo, el interés sobre los reflejos disminuyó (Bobath y Bobath, 1984), pero el sistema de Bobath se sigue dedicando a los patrones y al tono anormal. Hay muchos fisioterapeutas entrenados en el sistema de Bobath que en un principio dedican tiempo para reducir el tono anormal con el fin de que el niño esté “preparado” para el movimiento (Mayston 1992). La preparación consiste en estiramiento, manipulación y posición a cargo del terapeuta para mejorar la calidad del tono y de esta manera, el movimiento. La práctica del abordaje de Bobath o el tratamiento del desarrollo neurológico es diferente en los distintos países, en diversas partes de un país y en los distintos centros. Los fisioterapeutas debieron realizar modificaciones basadas en sus experiencias clínicas y en los comentarios críticos de otros. A medida que se fueron adquiriendo más conocimientos científicos sobre el encéfalo y el sistema nervioso, varios terapeutas y otros profesionales desafiaron las teorías y el concepto del sistema de Bobath (Gordon 1987; Horak 1992; Shepherd 1995; Damiano 2004). Howle (2002) sugirió que las teorías contemporáneas desarrolladas por otros abordajes se emplean en la actualidad para el tratamiento del desarrollo neurológico. Esta terapeuta cita a la señora Bobath en que el concepto (o la filosofía) no cambiaron a través de los años, pero que las técnicas se desarrollaron y se refinaron. Una serie de varias fotografías del libro de Howle muestran un tratamiento especializado de Bobath con manipulación no sólo con las manos sino también con el cuerpo y las piernas de la terapeuta para ubicar y tratar a una niña con parálisis cerebral cuya gravedad es entre leve y moderada. Estos son métodos de Bobath familiares, a pesar de las “nuevas teorías”. Mayston, el ex directora del Centro Bobath original en Londres, afirmó que “se dispone de escasa o nula evidencia que demuestre que el tratamiento ofrecido a través de abordajes renombrados sea eficaz o que un método sea más beneficioso que otro” (Mayston 2004). También proporcionó nuevas ideas y los fisioterapeutas agregaron autocuestionarios a este sistema. Asimismo, esta autora afirma que las “terapias Bobath” deben ser más eclécticas y que algo han cambiado (Mayston 2004, 2008). Esta observación es tranquilizadora, dado que los Bobath (Bobath y Bobath 1984), en referencia a las ediciones anteriores de este libro, afirmaron que el “tratamiento ecléctico, que emplea una mezcla de técnicas terapéuticas procedentes de varias escuelas de pensamiento que consideran los problemas del niño desde diferentes puntos de vista, no puede lograr un programa terapéutico cohesivo”. Mayston (2004) también señala que la educación conductiva (que es un abordaje al aprendizaje) destaca más la iniciación, la participación y la práctica del niño “diferentes del abordaje de Bobath”. Este método también es diferente de cualquier otro abordaje de aprendizaje motor. Los cambios significativos en las teorías en que se basa el tratamiento del desarrollo neurológico impiden ver con claridad la naturaleza de este abordaje en la teoría y la práctica y sus diferencias con los métodos de otros terapeutas que nunca se dedicaron a este abordaje. Las características más frecuentes de este abordaje son las siguientes: Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 40 40 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor Preparación para los patrones de movimientos seleccionados en forma específica para tratar el tono anormal asociado con patrones de movimiento y postura anormales. Los componentes clave como extensión, rotación y simetría suelen formar parte de las habilidades motoras y componen métodos terapéuticos. Las secuencias del desarrollo se respetaban en forma más estricta en el pasado, pero se modificaron en la actualidad (Mayston 1992, 2004). Experiencia sensitivomotora. Se cree que la reversión o “eliminación” de las anomalías del movimiento le ofrece al niño la sensación de tener un tono y movimientos más normales. Esta experiencia sensitiva, que en la actualidad se denomina “retroalimentación”, se obtiene a través de la manipulación del terapeuta y se cree que permite lograr más movimiento. “El aprendizaje del movimiento depende por completo de la experiencia sensitiva” (Bobath y Bobath 1984). Numerosos terapeutas utilizan los puntos clave del control para cambiar los patrones de la espasticidad con el fin de que un niño esté preparado para el movimiento y la postura correctos. Los puntos clave suelen ser la cabeza y el cuello, las cinturas escapular y pelviana y los puntos clave distales para corregir el tono anormal. El manejo cotidiano a cargo de los padres suplementa las sesiones terapéuticas. Los padres y otros cuidadores deben recibir asesoramiento y entrenamiento para el manejo cotidiano y el tratamiento de los niños. Nancie Finnie (1997) escribió un libro para los padres acerca del manejo cotidiano del niño en el hogar. Este libro se encuentra en vías de actualización. Estimulación sensitiva para la activación y la inhibición Margaret Rood, una fisioterapeuta y terapeuta ocupacional, basó su abordaje en muchas teorías y experimentos neurofisiológicos (Rood 1962; Stockmeyer 1967, 1972). Las principales características de su abordaje son las siguientes: Estímulos aferentes. Técnicas de estimulación, como golpes, cepillado (táctil), enfriamiento, calentamiento (temperatura), presión, golpes óseos, estiramiento muscular lento y rápido, retracción y aproximación de la articulación, contracciones musculares (propiocepción), se usan para activar, facilitar o “inhibir” las respuestas motoras. Los músculos se clasifican de acuerdo con diversos datos fisiológicos en “de acción muscular para traba- jo ligero” o de “acción muscular para trabajo pesado”. Se deben sugerir los estímulos apropiados para sus actividades. El tratamiento emplea otros reflejos diferentes de los mencionados, como por ejemplo los reflejos laberínticos tónicos, los cervicales tónicos, los vestibulares y los patrones de retirada. A continuación se describe la secuencia ontogenética del desarrollo, que se respeta en forma estricta durante la aplicación de los estímulos. (1) Flexión total o patrón de retirada (en decúbito supino). (2) Rotación (flexión del brazo y la pierna del mismo lado y rotación). (3) Decúbito prono con punto de apoyo central (decúbito prono con hiperextensión de la cabeza, el tronco y las piernas). (4) Co-contracción del cuello (decúbito prono con la cabeza sobre el borde para la co-contracción de los músculos vertebrales). (5) Sobre los codos (decúbito prono y empuje hacia atrás). (6) Los cuatro (estático, desvío del peso y gateo). (7) De pie erguido (estático, desvío del peso). (8) Deambulación (estación de pie, impulso, alcance y golpe con el talón). Funciones vitales. Se sigue una secuencia del desarrollo compuesta por respiración, succión, deglución, fonación, masticación y habla. Se emplean técnicas de cepillado, enfriamiento y presión. Los métodos de estimulación sensitiva a veces se utilizan para obtener una respuesta de una parte del miembro que debe controlarse en forma activa (Shumway-Cook y Wollacott 2001). Los tratamientos con hielo todavía se usan para reducir la hipertonía espástica (de Souza 1997). La secuencia ontogenética (del desarrollo) es un panorama general de las funciones motoras empleadas, así como también se muestran diversos tipos de acciones musculares. Las críticas a este abordaje indican que la estimulación podría ser desmedida y que se debe tener mayor precaución. Reptación refleja y otras reacciones reflejas Vaclav Vojta, un neurólogo que trabaja en Checoslovaquia y Alemania, desarrolló su abordaje a partir del trabajo de Temple Fay y Kabat (Vojya 1984, 1989; Von Aufschnaiter 1992). Este abordaje se emplea en Europa. La reptación y la rotación reflejas Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 41 Panorama general de los abordajes terapéuticos 41 se identifican en el recién nacido pero persisten en los pacientes con parálisis cerebral y se pueden utilizar y ajustar para el desarrollo postural y el movimiento asociado. Sus características principales son las siguientes: Reptación refleja. Los patrones de reptación que comprometen la cabeza, el tronco y los miembros se facilitan en diversos puntos gatillo o zonas reflejas. La reptación consiste en una respuesta muscular activa al desencadenante apropiado procedente de zonas que reciben estímulos sensitivos. Se analizó de manera minuciosa el trabajo muscular realizado durante los patrones de reptación normales o complejo de reptación. El terapeuta debe ser hábil en la facilitación de estos patrones normales sin provocar patrones patológicos. Hay nueve zonas para desencadenar locomoción refleja. La rotación refleja también se emplea con métodos especiales de estimulación. Estimulación sensitiva. El tacto, la presión, el estiramiento y la actividad muscular contra resistencia se emplean en muchos de los mecanismos desencadenantes o para la facilitación de la reptación. Se recomienda la resistencia para la actividad de los músculos. Se utilizan varias técnicas específicas para aplicar resistencia de manera de provocar una acción muscular tónica o fásica. La acción fásica (a través de una amplitud de movimientos) se puede provocar sobre un movimiento de un miembro que repta hacia arriba o abajo. La acción tónica o estabilizadora se obtiene si se evita un movimiento fásico con resistencia completa realizada por el terapeuta. En consecuencia, la acción muscular estabilizadora se desarrolla si se aplica resistencia de manera tal que se evite todo movimiento. Las reacciones elevadoras también se provocan con resistencia y con todos los métodos mencionados. Vojta pareció sugerir que el tratamiento muy temprano podía curar a los bebés con riesgo elevado, pero reconoció que los resultados tenían límites en los niños con alteraciones más graves. Sus métodos se criticaron, ya que se consideró que generaban más estrés en los niños y en sus padres. Estos métodos se deben practicar muchas veces por día y algunos padres hallaron a sus hijos llorando durante los tratamientos. No obstante, una comparación entre los métodos de Bobath y de Vojta no halló diferencias significativas en los resultados en el desarrollo motor (d’Avignon y cols., 1981). Katona (1989), al igual que Vojta, sugirió que durante la lactancia se pueden observar patrones tempranos que insinúan que el niño corre un riesgo elevado de presentar parálisis cerebral. Katona provocó patrones de movimientos tempranos diferentes de los de Vojta y consideró que estos movimientos complejos eran precursores de la postura y los movimientos más tardíos. El tratamiento está a cargo de los padres y se realiza seis veces por día durante 30 minutos. El abordaje no tiene en cuenta la sensibilidad, la percepción ni la inteligencia y se centra en los movimientos. Al igual que Vojta, Katona considera que este tratamiento “cura” la parálisis cerebral en los bebés. No obstante, se identificaron numerosos bebés que superaron en forma espontánea un diagnóstico temprano de parálisis cerebral. Educación conductiva El profesor Andras Petö, de Budapest, Hungría, creó la educación conductiva. Después la muerte de él, la doctora M. Hari continuó su trabajo (Cotton 1970, 1974, 1975, 1980, 1984; Hari y Tillemans 1984; Hari y Akos 1988; Beach 1988; Cottam y Sutton 1988; Tatlow 2005). La característica principal de este abordaje es la integración de la terapia y la educación a través de las siguientes cualidades: Una conductora que actúa como madre, enfermera, maestra y terapeuta. Esta conductora se entrena en forma específica para tratar niños con discapacidades motoras en un curso de 4 años de duración y puede contar con uno o dos asistentes. El grupo de niños, que suman entre 15 y 20, trabajan juntos. Los grupos son fundamentales en este sistema de entrenamiento. También hay un grupo de madres y deambuladores que se someten a intervención temprana (Seglow 1984). Un programa de todo el día. Se programa un esquema fijo que incluye desde levantarse a la mañana, vestirse, comer, ir al baño, entrenamiento de movimiento, habla, lectura, escritura y otras tareas escolares. Los movimientos. Las sesiones de movimientos se realizan fundamentalmente sobre discos (camillas o camas) giratorias y junto a ellas, y con sillas con escalones en el respaldo. Los movimientos se diseñan de manera tal que formen parte de una tarea o una habilidad motora y se analizan con cuidado para cada grupo de niños. Las tareas representan actividades de la vida cotidiana, habilidades motoras como la función de las manos, el equilibrio y la locomoción. Se les explica a los niños el objetivo de cada movimiento. Los movimientos se repiten, no sólo en las sesiones de movimientos, o sea en la clase para la mano o en el trabajo en el disco giratorio, sino también en diversos contextos durante el día. Se les muestra a los niños en forma práctica la manera en que sus “ejercicios” contribuyen a las actividades cotidianas. Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 42 42 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor Intención rítmica. La técnica utilizada para el entrenamiento de los elementos o los movimientos es la intención rítmica. El conductor y los niños establecen el movimiento deseado: “Toco mi boca con mis manos”. Luego intentan este movimiento mientras cuentan hasta cinco en forma lenta y rítmica. El movimiento también se realiza en respuesta a una orden, como “arriba, arriba, arriba”, que se repite con un ritmo bastante lento para la capacidad de movimientos activos de esos niños. El habla y el movimiento activo se refuerzan en forma mutua. Algunos niños pueden recibir sesiones individuales para ayudarlos a participar de manera más adecuada en el trabajo grupal. Los principios del aprendizaje son básicos para el programa. La dinámica grupal con las técnicas de aprendizaje corresponde a uno los mecanismos de entrenamiento comentados. Se promueve la participación cortical (cognitiva) o consciente, contrapuesta a la terapia refleja inconsciente e involuntaria o de reacciones automáticas. Los autores consideran que las reacciones a la manipulación de un terapeuta no pueden crear un aprendizaje activo en el niño. Se destaca la iniciativa del niño, su participación activa y su práctica y la promoción del propio valor. También se destaca el análisis de las tareas en una “serie de tareas”, de manera que los niños las logren en forma exitosa. Se integran los aspectos cognitivo, emocional, social, perceptivo-motor y comunicativo en el programa de aprendizaje. Se criticaron la calidad de los movimientos que pueden generar deformidades y contracturas, aunque los niños logren funciones motoras. Sin embargo, la prevención y el tratamiento de las deformidades se pueden integrar con varios métodos prácticos seleccionados de la educación conductiva, que se explicarán en este libro (véanse Capítulos 9 y 11). Integración sensitiva Jean Ayres (1979) creó el abordaje de integración sensitiva (IS) y Fisher y cols. (1991) lo desarrollaron para “incorporar, interpretar, integrar y usar los aspectos espaciales y temporales de la información sensitiva del cuerpo y el ambiente para planear y producir una conducta motora organizada”. El abordaje relaciona la información sensitiva con varios tipos de comportamientos para el aprendizaje, entre ellos motor, emocional y académico. Los terapeutas ocupacionales pueden usar este abordaje en niños con movimientos torpes, síndrome de falta de coordinación o trastornos perceptivos y motores. También se empleó para otros trastornos, así como en la parálisis cerebral. Los terapeutas ocupacionales se dedicaron sobre todo a las dificultades para la percepción en cualquier abordaje fisioterapéutico para la parálisis cerebral y en el abordaje de Rood o en otros abordajes del desarrollo neurológico (Blanche y cols. 1995). Los niños con parálisis cerebral también pueden presentar dificultades para la percepción o el procesamiento sensorial que se deben evaluar y tratar. Los niños con parálisis cerebral pocas veces carecen de sensibilidad, pero sí carecen de experiencias sensitivas debido a su escaso repertorio motor. La información sensitiva y su interpretación, no tanto así los estímulos sensitivos, necesitan terapia específica. Todos estos sentidos (tacto, propiocepción, vestibular visual y auditivo) se estimulan para el aprendizaje del control motor con funciones motoras activas. La integración sensitiva se asocia con actividades motoras placenteras, que se pueden seleccionar y agregar al abordaje ecléctico del fisioterapeuta. El fisioterapeuta y el terapeuta ocupacional pueden realizar trabajos superpuestos. Sin embargo, la terapia ocupacional especializada se dedica a dificultades específicas en la integración o en la percepción sensorial. Blanche y cols. (1995) separaron con claridad los papeles del tratamiento del desarrollo neurológico y la integración sensitiva de manera de realizar sesiones separadas para diferentes problemas neurológicos en un abordaje combinado que también se utiliza en un equipo multidisciplinario para manejar pacientes con parálisis cerebral. La integración sensitiva espera provocar una respuesta motora o una acción apropiada en respuesta a un estímulo sensitivo. La actividad motora anormal asociada con la parálisis cerebral no puede usarse con facilidad en muchos niños. Por ende, no es posible utilizar las Pruebas de Integración Sensitiva del sur de California, como se utilizan en otros niños con alteraciones específicas del aprendizaje. Los estímulos sensitivos que se utilizan en niños con respuestas escasas o excesivas a los estímulos no se consideran un requerimiento esencial en la integración sensitiva. A algunos niños no les gustan los estímulos sensitivos o los buscan. El autor observó que algunos niños con trastornos atetoides (discinesia) no aceptan gran parte de la fisioterapia “manual”. Se debe evitar todo tipo de estimulación excesiva, dado que puede alterar a los niños con parálisis cerebral y causar espasmos súbitos o tensión muscular. Otros niños capaces de producir escasas respuestas sensitivas podrían desear estas experiencias. Por ejemplo, aquellos con compromiso visual grave o trastornos intelectuales tienden a buscar sensaciones y podrían balancearse, succionar sus manos, disfrutar Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 43 Panorama general de los abordajes terapéuticos 43 las vibraciones y el viento, la música y las voces humanas familiares. entrenamiento selectivo continúan (Butler y cols. 1992; Butler y Major 1992; Farmer y cols. 1999). Auxiliares al tratamiento Estimulación eléctrica neuromuscular o funcional Entrenamiento dirigido Se emplea para la reeducación muscular, el fortalecimiento, la disminución de la espasticidad o como retroalimentación para la función de entrenamiento como en el patrón de la marcha o la función de la muñeca con la mano. La acción deseable de un músculo dentro de una función se utiliza para obtener retroalimentación sensitiva (Carmick 1993; Hazlewood y cols. 1994; Comeaux y cols. 1997). Shumway-Cook y Wollacott (2001) y otros autores usaron la biorretroalimentación de la estimulación eléctrica en adultos, y su aplicación en niños es relativamente infrecuente. Las evidencias en niños todavía son controversiales y escasas, en especial en los estudios de Carmick (Siebes y cols. 2002), pero surgió gran interés en esta opción terapéutica, en particular para lograr una contracción muscular local en tareas específicas (estimulación eléctrica funcional o neuromuscular). En la parálisis cerebral, el niño con múltiples discapacidades y el niño pequeño con sólo discapacidades motoras no pueden ofrecer informes fiables sobre sus molestias ni comprender su propósito, de manera que el aprendizaje motor luego se puede transferir a la función sin estimulación eléctrica. El aumento de la fuerza de un grupo muscular no siempre logra restituir su función. En su estudio sobre hemiplejía con estimulación del tibial anterior, Hazlewood y cols. (1994) hallaron un aumento de la amplitud de movimientos activos y pasivos y de la fuerza de este músculo sin cambios en el patrón de la marcha. Kerr y cols. (2004) publicaron una nota de 12 estudios que reunieron los criterios de inclusión. En todos los estudios se estimularon varios grupos musculares específicos en el tronco, los miembros superiores y sobre todo los inferiores, con mayor frecuencia el tibial anterior. Estos autores hallaron tres estudios con la mejor evidencia de nivel I, tres con los niveles de evidencia III y IV y seis estudios de casos con pocos individuos y otros elementos con evidencias experimentales inadecuadas (nivel V). Las edades de los niños en los mejores estudios (nivel I) oscilaron entre 5 y 15 años con diagnósticos de hemiplejía y diplejía, y un estudio con niños pequeños con diplejía analizó niños de entre 8 y 16 meses. Los resultados de uno de los estudios de nivel I indicaron la ausencia de avances con el tratamiento y dos estudios demostraron aumentos de la fuerza y la amplitud de movimientos y uno también en la función en los niños de entre 8 y 16 meses. Butler y Major (1992) desarrollaron esta opción para la fisioterapia en la parálisis cerebral espástica mediante el uso de un estudio biomecánico para el aprendizaje motor. En el entrenamiento del equilibrio en posición sentada y de pie, el entrenamiento dirigido reduce el número de articulaciones en las cuales se debe aplicar el aprendizaje motor del control. Un equipo diseñado en forma específica estabiliza las articulaciones debajo de la evaluada para secuenciar en forma segmentaria la estabilidad, el desvío del peso y la inclinación desde la cabeza hacia abajo en posición erguida. De esta manera se utiliza el desarrollo cefalocaudal del control de la cabeza, el tronco y la pelvis. El equipo reemplaza el soporte manual del terapeuta para el entrenamiento del control postural en posición sentada y de pie. El equipo es más preciso para la evaluación y el entrenamiento de los niveles de control de las articulaciones vertebrales y, en consecuencia, resulta útil para detectar el progreso mínimo y lento del control postural en los casos graves. De esta manera se estimula a los padres y a los niños que no pueden advertir el progreso debido a la gravedad de la discapacidad. No obstante, el equipo es costoso, como todo equipo experimental y para la evaluación muy precisa del progreso en el control postural (Hadders-Algra y Carlberg 2008; Shumway-Cook y cols. 2003). En el Capítulo 9, este libro ofrece “entrenamiento manual” del control postural en los estadios biomecánico y del desarrollo del control de la cabeza (columna cervical) con progresión descendente similar a la de la investigación de Butler (1998) y Butler y Major (1992). En niños con compromiso grave, un estadio interino del control de las articulaciones vertebrales en estas posturas erguidas sería recomendable tanto desde el punto de vista del desarrollo como del biomecánico y estimula a los padres y al niño a ver el progreso en forma independiente de su lentitud. El entrenamiento selectivo permite identificar a los niños que podrían lograr el control de las articulaciones relevantes y los resultados demostraron logros en posición sentada en un período más breve, incluso aunque el niño logre sentarse por primera vez a los 7 años. La capacidad intelectual no es necesaria, pero no debe tener epilepsia. Las investigaciones en el Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 44 44 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor Al igual que Kerr y cols., Durham y cols. (2004) usaron la estimulación eléctrica funcional y señalaron los problemas de varios estudios en los parámetros de la estimulación, los grupos musculares apropiados que se deben estimular y la duración del uso. Estos autores enfrentaron limitaciones en su propio estudio piloto, por lo cual se programó la realización de nuevas investigaciones, aunque se indicaron las sugerencias positivas de los resultados. A algunos niños no les gustó la sensación de estimulación o eran demasiado jóvenes para cooperar y no se incluyeron, por lo cual el cumplimiento fue un problema en algunos niños en edad escolar. La estimulación eléctrica de baja intensidad o “estimulación eléctrica umbral (terapéutica)” que no produce contracciones musculares ejerce efectos sensitivos leves y se tolera durante el sueño (Steinbok y cols. 1997b). La teoría indica que este tratamiento eléctrico promueve el crecimiento muscular asociado con un aumento del nivel de hormona de crecimiento que se cree que se estimula durante el sueño. Esta terapia se debe acompañar con fisioterapia funcional durante un año. Este tratamiento eléctrico sólo se emplea en niños de más de 2 años. Kerr y cols. (2004) hallaron tres estudios que pertenecían al nivel de evidencia I, uno que pertenecía al nivel IV y dos del nivel V. Los resultados identificaron un aval para la estimulación eléctrica umbral y dos estudios no hallaron efectos de esta terapia después de un año de tratamiento. El estudio que avalaba la estimulación eléctrica umbral (Steinbock y cols., 1997b) reclutó niños sometidos a rizotomía dorsal. Kerr y cols. (2006) realizaron un estudio aleatorizado controlado con placebo sobre la estimulación eléctrica neuromuscular y umbral en 60 niños. No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en la fuerza o la función debido a la estimulación eléctrica del cuádriceps en ambas piernas en niños con distintos tipos de parálisis cerebral. Estos estudios sugieren la necesidad de realizar nuevos estudios en niños con diplejía capaces de deambular. Trajes de lycra y entablillados El traje compresivo para la parálisis cerebral UPsuit (Blair y cols. 1995) y otros disponibles en el comercio, así como la ortesis compresiva de lycra (Hylton y Allen, 1997) son soportes flexibles que se usan para estabilizar el tronco y las articulaciones proximales de manera que el niño pueda controlar los movimientos. La estimulación sensitiva se logra mediante el entablillado de una parte o de todo el cuerpo y los miembros y de todo el cuerpo y las cinturas escapular y pelviana. Se debe evaluar a cada niño antes de definir el entabli- llado adecuado. Nicholson y cols. (2001) detectaron avances, si bien no significativos, en las puntuaciones de alcance y prensión de la Paediatric Evaluation of Disability Inventory (Evaluación Pediátrica del Inventario sobre Discapacidad). Rennie y cols. (2000) también usaron esta puntuación y hallaron un cambio en los niños que deambulaban, aunque no significativo. Todavía no se cuenta con evidencias fiables que confirmen los resultados, pero los padres, los niños y los terapeutas clínicos proporcionan informes anecdóticos con mayor estabilidad postural, lo que permite mejorar la función de la mano o la capacidad de sentarse, caminar y deambular y controlar los movimientos atetoides (discinéticos). El informe AACPDM de Blackmore y tres terapeutas ocupacionales (Blackmore y cols. 2006) para hallar las mejores evidencias en relación al entablillado blando con lycra o neopreno en los miembros superiores evaluó cinco artículos aceptables y sólo halló un ensayo clínico aleatorizado y controlado que no detectó evidencias de prensión y fuerza abdominal en los niños en forma independiente del uso del entablillado. No se realizaron ensayos clínicos aleatorizados y controlados que muestren diferencias en la espasticidad, la calidad de movimientos en toda la amplitud de movimientos, el control postural, la estabilidad proximal o la percepción del estímulo sensitivo y propioceptivo. Las evidencias a favor del uso de entablillados blandos o de lycra siguen siendo débiles y se requieren investigaciones más minuciosas. Las desventajas se relacionan con las dificultades para calzarse el traje , las molestias cuando hace calor y los problemas para ir al baño, entre otros trastornos prácticos que afectan el cumplimiento. Hasta el momento, no se recibieron evidencias adecuadas en relación con el control postural sin el entablillado de lycra después de su uso, y los estudios futuros podrían confirmar esta observación (véase Fig. 9-211, donde se muestra el entablillado del brazo en un niño con hemiplejía). Entrenamiento en cinta para caminar Se realiza con un arnés corporal para sostener el peso de todo el cuerpo o un soporte corporal parcial de manera que el niño se libere en parte del peso y se promueve la marcha sin que se deba mantener el equilibrio. Algunos terapeutas guían los miembros inferiores para lograr un patrón de marcha más óptimo. En forma gradual, se reduce el soporte corporal parcial. Los fisioterapeutas suelen citar el estudio de Schindl y cols. (2000) como aval del entrenamiento en cinta para los niños con parálisis cerebral. En su estudio en 10 niños, 6 que no deambulaban y 4 que Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 45 Panorama general de los abordajes terapéuticos 45 deambulaban un poco con ayuda, los sometió a 3 meses de entrenamiento 3 veces por semana en sesiones de 25 minutos, además de la fisioterapia habitual. El progreso fue positivo en la medición de la función motora gruesa (GMFM, Gross Motor Function Measure) y en una medición de las categorías funcionales (FCM, Functional Categories Measure). Por desgracia, este estudio no cuenta con la fuerza científica suficiente para avalar su uso clínico dado que el número de pacientes es escaso, difirieron bastante en las edades (6 a 18 años, la mayoría mayores, edad media 11,4 años) y en los diagnósticos (diplejía espástica, tetraplejía, tetraplejía atetoide y ataxia) y se seleccionaron de acuerdo con sus capacidades de comunicación y cognitivas y la ausencia de contracturas. No hubo apareamiento, de manera que el estudio no posee controles y no se evaluó el seguimiento una vez que se detuvo el entrenamiento en cinta (véanse Capítulos 4 y 8). La calidad del patrón de caminata no se evaluó, salvo en una persona de 18 años con atetosis. Cherng y cols. (2007) examinaron a ocho niños divididos en dos grupos de cuatro cada uno, apareados por el Sistema de Clasificación de la Función Motora Gruesa (GMFCS, Gross Motor Function Classification System) (niveles I-III). El tratamiento duró 12 semanas y se realizó entre 2 y 3 veces por semana en sesiones de 20 minutos cada una. Se emplearon varias sesiones, incluso con análisis de la marcha. Los resultados consistieron en una mejoría de algunos parámetros de la marcha (en la longitud del paso y el soporte con los dos miembros) y en algunas puntuaciones del GMFM. Sin embargo, no se observaron cambios significativos en el tono muscular o en el control muscular selectivo. Estos investigadores recomendaron realizar más estudios. Dodd y Foley (2007) evaluaron a siete niños entrenados en cinta para caminar. Este estudio contó con controles apareados pero no aleatorizados, y los niños eran más grandes. El tratamiento duró 6 semanas, se realizó 2 veces por semana y cada sesión duró hasta 30 minutos. Los niños emplearon dispositivos de asistencia para la marcha, zapatos especiales y ortesis sobre el suelo antes y después del estudio, dado que pertenecían a niveles más graves del GMFCS (dos en el nivel III, cinco en el nivel IV). Los resultados indicaron que cinco niños mejoraron en la distancia recorrida y que seis mejoraron en la velocidad de la caminata. Sin embargo, dos empeoraron, uno en la distancia y otro tanto en la distancia como en la velocidad. El entrenamiento en cinta se agregó a la fisioterapia habitual. Los controles que recibieron la fisioterapia habitual demostraron en tres casos avances en la distancia y en dos casos, en la veloci- dad. Por desgracia, las muestras de los estudios eran muy pequeñas y los diagnósticos eran diferentes, con cuatro casos de cuadriplejía atetoide, dos de cuadriplejía espástica y uno de diplejía. Los examinadores conocían a los pacientes que eran controles y a los sometidos a entrenamiento en cinta. No obstante, los resultados en la velocidad y la distancia de la caminata son muy positivos. Mutlu y cols. (2009) realizaron una revisión sistemática de siete estudios y hallaron evidencias limitadas en relación con el entrenamiento en cinta, a pesar de los informes positivos en los parámetros motores gruesos, en la caminata funcional y en los parámetros de la marcha. El número de pacientes fue muy escaso y en general los ensayos requieren más investigación para establecer los beneficios del entrenamiento en cinta en la práctica clínica. Las observaciones del autor indican que el entrenamiento en cinta es útil para mantener a los niños en estado saludable motivados hacia el ejercicio, pero la cinta es costosa. La cinta para caminar permite la práctica de la caminata sin necesidad de usar el flujo visual, la percepción espacial, los cambios en la dirección ni la supervisión para confirmar la seguridad. En las observaciones clínicas, los niños que dejaron de practicar en la cinta no presentaron cambios en los patrones de deambulación anormales. Equitación Hay dos tipos de tratamiento sobre un caballo: cabalgata terapéutica (terapia de cabalgata sobre el caballo) e hipoterapia. La cabalgata terapéutica se emplea en un pequeño grupo de pacientes a cargo de un instructor entrenado en forma específica que puede trabajar con un fisioterapeuta. La hipoterapia se realiza en forma individual a cargo de un fisioterapeuta que le indica al niño varios ejercicios sobre un caballo. Una revisión de 11 estudios cuantitativos realizada por Sterba (2007) sobre cabalgata sobre el caballo e hipoterapia sugiere que ambos métodos son eficaces. Estos métodos ofrecen beneficios en la experiencia sensitivomotora, el ritmo y la función motora (sobre todo en los que deambulan solos). Se movilizan la pelvis y la columna lumbar y se abduce la cadera con mejoría de la postura en posición sentada. No obstante, el efecto sobre las anomalías no es concluyente dado que el tamaño de los estudios fue pequeño, el 98% de los niños tenía parálisis cerebral espástica y se ofrecieron escasas medidas de seguimiento. Se requieren nuevas investigaciones, en especial en los niños más graves, que pueden realizar hipoterapia y sentarse con un jinete detrás de ellos para cabalgar. Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 46 46 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor Otras investigaciones más cualitativas informaron sus beneficios sociales y psicológicos. Los padres, los niños y los terapeutas siguen ofreciendo informes anecdóticos de estos beneficios. Snider y cols. (2007) revisaron este tema y consideran que esta actividad está orientada a la familia en un ambiente natural y se relaciona con marcos conceptuales. Asimismo, sugieren efectos físicos favorables en el niño, como por ejemplo simetría en el tronco y las caderas. Davis y cols. (2009) evaluaron la cabalgata terapéutica durante 10 semanas con tres medidas de la función, la salud y los cambios en la calidad de vida con los padres y el niño y observaron que su ensayo clínico aleatorizado controlado no demostró un impacto clínico significativo. Esta práctica promovió la cohesión familiar (véase Apéndice 2 para analizar el tema de la equitación en la asociación de discapacitados). Natación e hidroterapia Los ejercicios en agua se denominan hidroterapia y son diferentes de la natación terapéutica. Ambos son recomendables porque mejoran la salud, el rendimiento físico y la participación de la familia. Los dos métodos se pueden llevar a cabo en forma grupal para lograr la estimulación social y la interacción entre pares. Ambas terapias necesitan una piscina adecuada y segura. Se debe asegurar el acceso a la piscina con un montacargas, una plataforma para elevar la silla de ruedas, rampas y pasarelas que permitan el ingreso de pacientes con distintas discapacidades. Muchos niños podrían no ser capaces de sostenerse en un reborde. Se deben analizar otras medidas de seguridad y el manejo manual a cargo de los terapeutas y los asistentes junto con las organizaciones comprometidas en la hidroterapia y la natación terapéutica (véase Apéndice 2 para obtener las direcciones). La hidroterapia se centra en el fortalecimiento, la amplitud de movimientos pasivos y el estiramiento. Los movimientos en el agua eliminan los problemas de control postural y equilibrio y reducen los riesgos de carga de las articulaciones (Kelly y Darrah 2005). La flotabilidad en el agua determina que los ejercicios sean más motivadores para muchos niños con limitaciones significativas en los movimientos y todo niño sometido a una operación encuentra placentera esta práctica. Las sesiones individuales se emplean para asegurar movimientos correctos y la intensidad adecuada de los ejercicios. No se realizaron estudios que aporten evidencias en relación con la hidroterapia para la parálisis cerebral, pero las técnicas especiales de natación como el método Halliwick (Martin 1981) siguen produciendo bene- ficios en niños con parálisis cerebral y un sentido completo de independencia de movimientos y disfrute con los juegos en la piscina (véase Apéndice 2 para obtener la dirección de la Halliwick Association). Tratamientos médicos especializados Los fármacos para reducir la espasticidad, manejar la epilepsia y los problemas de salud en general, sobre todo la nutrición inadecuada y las infecciones torácicas, son importantes tanto en los niños como en los adultos. El terapeuta suele obtener información de interconsultores médicos responsables y averigua si los medicamentos producen efectos colaterales. Los fármacos para reducir la espasticidad (Albright y Neville 2000) suelen ser baclofeno (McKinlay y cols. 1980; Lin y cols. 2004), que se administra por vía oral o como infusión intratecal en la columna vertebral (Albright y Neville 2000; Miller 2007). También se administran inyecciones localizadas de toxina botulínica A para reducir la espasticidad y permitir la elongación del músculo (véase Capítulo 11). El tratamiento de la espasticidad con fármacos se define con los terapeutas, los padres y los cuidadores, dado que los programas de los terapeutas son fundamentales para obtener los mejores resultados. La rizotomía dorsal selectiva o la rizotomía posterior selectiva para reducir la espasticidad se utiliza sobre todo en los Estados Unidos y Canadá (Peacock y Staudt 1991; Oppenheim y cols. 1992; Steinbok y cols. 1997a; McLaughlin y cols. 1998; Wright y cols. 1998; McLaughlin 2000). El procedimiento consiste en la sección de las raíces dorsales responsables de la espasticidad en los niveles entre L2 y S2. Los pacientes adecuados para este procedimiento son los niños con espasticidad y capacidad voluntaria que deambulan, son inteligentes y están motivados y otro grupo que no deambula pero cuya espasticidad impide bañarlos, higienizar su periné y lograr posiciones adecuadas para la atención cotidiana y las actividades en la clase. Se debe indicar fisioterapia intensiva de seguimiento durante 6 y 12 meses para solucionar la debilidad postoperatoria y enseñar los nuevos patrones motores y el estiramiento en toda la amplitud del movimiento (Giuliano 1992). La evaluación del dolor en los niños es importante para poder administrar los fármacos apropiados y otras terapias tanto en niños capaces de hablar como en los que no hablan (Wong y Baker 1988; McGrath y cols. 1998; Hicks y cols. 2001; Hunt y cols. 2004; véase también http://pediatric-pain.ca). El rendimiento durante la terapia no puede ser óptimo salvo que el niño no presente dolor y esté cómodo. Los problemas Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 47 Panorama general de los abordajes terapéuticos 47 alimentarios, que causan desnutrición y disminuyen la energía para la terapia, se comentan en forma más detallada en el Capítulo 10. Abordaje orientado a la tarea basado en sistemas Shumway-Cook y Wollacott (2001) propusieron este abordaje para la evaluación y el entrenamiento de la postura y el movimiento en personas con discapacidades neurológicas y problemas motores, sobre todo en personas mayores, y en pacientes con accidente cerebrovascular. Estos autores también presentaron sus estudios teóricos en niños y las evidencias en relación con el entrenamiento del equilibrio en niños con parálisis cerebral (Shumway-Cook y cols. 2003; Wollacott y cols. 2005). Los aspectos principales de este abordaje son los siguientes: (1) Se sugieren las siguientes limitaciones en una tarea motora: ■ ■ ■ compromiso motor y estrategias de movimiento ineficaz, compromiso cognitivo, compromiso sensitivo. (2) Las demandas de una tarea motora abarcan la interacción de la persona con las características relevantes del ambiente en el que se realiza la tarea. Por ejemplo, la tarea podría demandar capacidades motoras, cognitivas y visuales para manejar la locomoción en superficies ásperas o resbaladizas, con cambios en el terreno o superficie móvil, inestable o estática. Las soluciones en el movimiento deben ser adaptables y eficientes para los cambios en la dirección y las diferentes velocidades. (3) Las estrategias para el aprendizaje motor se usan para entrenar al paciente en la conducta motora. La tarea específica o el objetivo buscado se asocia con un número de posibles estrategias de movimientos “basadas en los objetivos” o con una variedad de soluciones útiles teóricas. La misma tarea realizada en diferentes ambientes demanda estrategias de movimiento distintas. En consecuencia, las tareas motoras deben aprenderse y practicarse en distintos ambientes y situaciones. (4) Se ofrece retroalimentación para ayudar al logro de la tarea. (5) El tratamiento reduce el compromiso o las discapacidades o el ambiente está estructurado para que se logre la tarea a pesar de los compromisos y las discapacidades del paciente. Por ejemplo, se pueden realizar adaptaciones en el hogar y proporcionar un equipo apropiado para la función. Los terapeutas que usan abordajes orientados a la tarea también reciben influencias de la teoría de sistemas dinámicos sobre el control motor establecida por Thelen (Thelen y cols. 1989; Kamm y cols. 1990; Thelen 1992) y otros autores. Por ejemplo, estos autores afirman que “el desarrollo de un patrón motor específico depende de una combinación de factores mecánicos, neurológicos, cognitivos y perceptivos, además de contribuciones ambientales específicas para la tarea y el contexto de la acción del niño”. El abordaje al aprendizaje motor y el control motor definido por Shumway-Cook y Woollacott posee muchas similitudes con el modelo de movimiento basado en la ciencia de Carr y Shepherd (1987), Gentile (1987), Horak (1992), así como también con elementos de la educación conductiva y del aprendizaje de la función motora que se presentan en el Capítulo 6 de este libro. Oportunidades de movilidad a través de la educación Este programa de movilidad emplea métodos de aprendizaje. El abordaje originado en California emplea un docente especializado en educación espacial y un fisioterapeuta (Bidabe y Lollar 1990). Thomson (2005) revisó las teorías que avalan este método. Se publicó un método de este tipo en Europa (2001). Las tareas motoras se separan en componentes conocidos por los fisioterapeutas especializados en parálisis cerebral. El método utiliza “estímulos” para guiar el movimiento, que se disminuye a medida que el niño logra cada componente después de repetirlo. La reducción del soporte y la guía con la repetición de la función también son tradicionales en la fisioterapia, pero no están tan estructurados en forma sistemática como en este abordaje. Lo que los fisioterapeutas encuentran útil son los métodos de enseñanza sistemática empleados para desarrollar el control motor. El programa se emplea sobre todo en niños mayores con problemas de aprendizaje graves y escasa motilidad. Los resultados indican que los niños mayores y los adolescentes logran sentarse, pararse y caminar, aunque estos logros no se esperaban ni se promovían con mucho entusiasmo en el pasado. Los docentes deben indicar una hora de práctica por día e integrar el control motor en la enseñanza diaria. Si es posible, el niño continúa la práctica por su cuenta o con un padre. Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 48 48 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor Los estadios del desarrollo se modifican en forma arbitraria con muchas omisiones neurológicas debido a que se cree que el niño no tiene tiempo para seguir todos los estadios del desarrollo de las funciones motoras diferentes de sentarse, pararse y dar pasos. El “tratamiento” se interpreta en relación con los compromisos, de manera que el programa no se denomina terapia. El equipo de soporte está conectado con el programa de entrenamiento y en general se selecciona del catálogo Rifton. En etapa reciente, las oportunidades de movilidad a través de la educación se relacionaron en algunas escuelas especiales de Escocia con visitas de fisioterapeutas que emplean tratamiento del desarrollo neurológico, es probable que para el tratamiento de compromisos que podrían causar deformidades y contracturas. Esta observación podría asociarse con críticas realizadas a esta terapia en relación a que no tiene en cuenta el desarrollo de deformidades. Terapias alternativas y complementarias. Estas terapias se comentaron en el Capítulo 2. Como se explicó , los padres, los miembros de la familia y otros individuos comprometidos con el niño suelen agradecer los puntos de vista y los comentarios de los terapeutas acerca de los procedimientos considerados útiles para el niño. Los terapeutas deben considerar el ofrecimiento de procedimientos racionales, realistas y lo más eficaces posibles en vista del conocimiento y la investigación actual. La terapia de movimiento inducida por las limitaciones se comentará en la sección de “Desarrollo de la función de la mano”, en el Capítulo 9. Éste es un sistema de tratamiento para la hemiplejía basado en el aprendizaje motor. Teorías contemporáneas La teoría de los sistemas dinámicos o de acción dinámica para el desarrollo motor sugiere que la adquisición de las habilidades motoras procede de la interacción dinámica de múltiples subsistemas. Numerosos sistemas se autoorganizan en el contexto de una tarea (Thelen y cols. 1987, 1989; Kamm y cols. 1990; Thelen 1992; Bartlett y Palisano 2000; Law y cols. 2007). El número de subsistemas que se deben considerar varía entre los diferentes autores. El aprendizaje y el control motor consisten en la interacción entre un individuo, una tarea y el ambiente (Shumway-Cook y Wollacott 2001). Los siguientes títulos ayudarán a aclarar los diferentes sistemas comprometidos. Los subsistemas de un niño son el neurológico, el biomecánico, el musculoesquelético, el sensitivo, el per- ceptivo, el cognitivo y el emocional. Los niveles de desarrollo del niño en todos estos aspectos influyen sobre su capacidad de realizar una tarea y en su disposición a intentarla. En este segundo objetivo, el temperamento y la motivación del niño para realizar una tarea deben tenerse en cuenta. Algunos autores agregan factores relacionados con el tamaño y el peso del niño y los estados cardiorrespiratorio y nutricional, que se relacionan con la energía necesaria para las tareas motoras. Los subsistemas comprometidos en la tarea (lo que el niño intenta hacer) afectan el comportamiento motor, como por ejemplo la posición, la forma, la textura y el peso de un objeto que se desea alcanzar y tomar, o la altura de una silla o una mesa que un niño usa para sentarse y levantarse. El ambiente. Los subsistemas como el control postural y el movimiento voluntario y la visión en el niño y la tarea dependen de factores ambientales, como las superficies en las cuales se realiza la función motora, el efecto de la gravedad, la luz, el ruido y los obstáculos en la trayectoria del niño, incluso en un sitio con mucha gente. La teoría de los sistemas dinámicos señala que un sistema específico limita la velocidad de la tarea si aún no se desarrolló. Los demás sistemas desarrollados deben esperar al desarrollo del sistema limitante para que se pueda desarrollar la función. En el Capítulo 6 se presentan los abordajes al aprendizaje motor. Neuroplasticidad Esta teoría considera al sistema nervioso en una forma dinámica. El sistema nervioso es adaptable y cambia en presencia de las demandas del ambiente, los nuevos aprendizajes, los procesos del desarrollo y diversas experiencias. Los siguientes elementos influyen sobre los cambios en la estructura y la neurofisiología del sistema nervioso en vías de desarrollo o del sistema nervioso dañado en un niño, un adolescente o un adulto (Kidd y cols. 1992): ■ ■ ■ ■ ■ Práctica y repetición. Acciones voluntarias relacionadas con la tarea para el aprendizaje. Movimientos en el contexto o bajo condiciones en las cuales se deben usar. Experiencias sensitivomotoras activas y con un objetivo que forman parte de la vida cotidiana de la persona. El tratamiento temprano aprovecha la neuroplasticidad posterior a una lesión encefálica en niños, adolescentes y adultos. Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 49 Panorama general de los abordajes terapéuticos 49 Si los movimientos se practican en forma regular, se producen respuestas en el sistema nervioso, pero las sinapsis se cortan y las vías nerviosas se desconectan en ausencia de actividad motora. Toda repetición de los patrones motores anormales provoca adaptaciones en el sistema nervioso. No obstante, éste puede recibir influencias de la promoción de patrones motores normales con prevención de los patrones anormales. Teoría de la selección de un grupo neuronal Esta teoría sugiere que la estructura y la función del sistema nervioso dependen de las experiencias conductuales repetitivas, las acciones motoras y sus consecuencias sensitivas. El sistema nervioso se adapta en forma continua a estas variables [Sporns y Edelman 1993; Hadders-Algra 2000 (anotación), 2001]. La selección neuronal consiste en la exploración primaria de las posibles variaciones del movimiento, las interacciones y la selección de los patrones más eficaces para un repertorio útil. Por último, se logra una gran variedad de patrones motores maduros específicos de las tareas. Cada grupo neuronal está interconectado con gran cantidad de neuronas organizadas en mapas neuronales. Hay conexiones recíprocas entre los grupos que integran las actividades. Esta teoría parece relacionarse más que otras con la experiencia del movimiento que activa a los receptores sensitivos. Un niño usa un movimiento activo autogenerado para desarrollar coordinación, un movimiento preciso y funciones que se relacionan con diversas tareas y demandas ambientales. Muchos sinergismos funcionales están disponibles en la actualidad para lograr una tarea en diferentes ambientes, de manera que no existe un sinergismo “correcto”. Esta teoría sugiere la intervención temprana para lograr diversas posturas y movimientos que permitan aumentar las experiencias sensitivomotoras y las funciones activas. Implicancias para el tratamiento de la parálisis cerebral Las principales conclusiones de los sistemas dinámicos parecen ser que “debemos saber que muchos factores están comprometidos en el desarrollo del control motor”. Este concepto es excelente. De hecho, muchos médicos sensatos, en particular los que trabajan en equipos multidisciplinarios, saben esto desde hace tiempo. Diferentes profesionales expertos compartieron ideas y métodos con los fisioterapeutas acerca de muchos aspectos como la visión, la comu- nicación, la percepción, la biomecánica, las deformidades y los aspectos psicológicos. Asimismo, los terapeutas comunitarios analizaron y manejaron la atención al ambiente humano y físico de un niño, a menudo junto con asistentes sociales y profesionales de la salud en Gran Bretaña y otros sitios. Se reconoció que las interacciones del niño con el ambiente humano de la familia, los amigos, los terapeutas y los docentes influyen sobre el aprendizaje, el control y el desarrollo motor. Por lo tanto, estas teorías parecen avalar las perspectivas familiares que indican que todos los aspectos del niño, su familia, los docentes y otras personas comprometidas con él pueden aportar información para la terapia y el manejo. Shumway-Cook y Wollacott (2001) revisaron muchas más teorías sobre el control, el desarrollo y el aprendizaje motor y sobre el proceso del aprendizaje. Asimismo, adaptaron las ideas de sus abordajes y hallaron limitaciones en sus teorías. ¿Qué pautas se obtienen para la fisioterapia práctica a partir de todas las teorías mencionadas? (1) Todas las limitaciones a la función se deben evaluar y eliminar o reducir al mínimo. Si se altera una limitación o se entrena al individuo en un elemento faltante, toda la función mejora. No obstante, con escasa frecuencia hay una sola limitación en la parálisis cerebral. (2) Las evaluaciones minuciosas (motora, sensitiva, perceptiva-motora, cognitiva y social y emocional) siguen siendo esenciales, pero se deben integrar con la función motora. (3) El niño como unidad se encuentra en un proceso de desarrollo y la terapia es más eficaz si se administra en un nivel determinado del desarrollo. La terapia es eficaz en forma específica si se indica cuando el niño intenta una función motora más avanzada, que coincide con el momento en el cual la conducta motora es inestable. Esto sucede en las fases de transición del desarrollo. (4) Se deben proporcionar experiencias de diversos movimientos y posturas y ofrecer numerosas oportunidades para explorar y descubrir el aprendizaje. Los patrones motores activos autogenerados son más importantes que los movimientos pasivos guiados y el uso excesivo de la facilitación manual. (5) Si un subsistema está ausente, como por ejemplo el control postural, se debe ofrecer soporte postural al niño para que los demás subsistemas se puedan activar. Se deben adaptar los muebles, los juguetes y los utensilios para alimentarse y de Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana 92579-03.qxd 3/26/13 8:55 AM Page 50 50 Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor (6) (7) (8) (9) (10) (11) otra clase, de manera que el niño pueda usar los subsistemas que posee. El tratamiento y el manejo postural temprano permiten lograr patrones motores normales para que el encéfalo, el sistema nervioso y el sistema musculoesquelético se puedan adaptar o aprender y crecer y desarrollarse en forma más normal. Se deben modificar los ambientes para que el niño pueda funcionar en ellos. Los patrones motores funcionales se deben practicar no sólo en la clínica sino también en la escuela, el patio, el hogar y otros ámbitos que puedan modificarse o no. Un niño podría no estar capacitado por su desarrollo para funcionar en todos los ámbitos. El control y el aprendizaje motor básico deben desarrollarse para lograr el funcionamiento en, por ejemplo, superficies móviles y resbaladizas, ásperas y otros ambientes desafiantes. Las actividades funcionales deben tener un significado para el niño y estas funciones motivan al niño más que el tratamiento de las limitaciones específicas (rigidez de músculos específicos, debilidad, articulaciones rígidas y otros compromisos). Se debe indicar el equipo apropiado, andadores y, cuando corresponda, soporte o guía manual para que el niño pueda lograr la función en cualquier ambiente y se sienta exitoso. Se deben tener en cuenta las relaciones emocionales y sociales del niño en diferentes ambientes, dado que afectan en forma significativa el desarrollo motor del niño. En el pasado, los terapeutas intentaban centrar la atención en todos o en la mayoría de los factores a través de la información y las ideas prácticas de otros profesionales con el fin de integrarlas en su trabajo. Estos principios se presentan en el abordaje ecléctico en todas las ediciones de este libro. Como la presentación de algunas de las teorías puede ser compleja y puede conducir a diversas interpretaciones, los métodos prácticos de los terapeutas todavía no se desarrollaron y hay muy pocas publicaciones con modelos evaluados en la práctica clínica. Los médicos toman hipótesis seleccionadas de las teorías actuales para sostener los métodos específicos de los sistemas particulares que favorecen. Estos métodos difieren entre los sistemas, aunque los límites no son tan claros como en el pasado. No es sorprendente que existan limitaciones en las teorías, y los terapeutas seleccionan e interpretan las ideas que apoyan su práctica. A continuación se mencionan ejemplos de estas limitaciones: ■ Un niño con discapacidades no se puede auto-organizar en forma normal. Si se lo deja solo, ■ ■ ■ ■ se producen patrones motores anormales en, por ejemplo, la marcha, que luego pueden causar dolor y malestar. Los patrones motores anormales son útiles en algunos casos, pero en otros pueden ser o tornarse ineficaces. Un bebé con escasa capacidad de moverse posee un repertorio limitado con el cual obtener o recibir experiencias sensitivas y de otro tipo. En las teorías sobre grupos neuronales, se presentan pocos o ningún sistema de movimiento primario para su desarrollo. La teoría de los sistemas dinámicos considera a todos los sistemas igual de importantes. No se acepta un programa motor central, sino la interacción de los sistemas. Sin embargo, en presencia de una lesión del sistema nervioso central, se producen alteraciones devastadoras en muchos o en todos los sistemas como el motor, el sensitivo, el perceptivo cognitivo y el emocional. La teoría de sistemas dinámicos no identifica las limitaciones más importantes y la forma en que interactúan en las distintas circunstancias. ¿Son los músculos rígidos acortados o las adaptaciones en los tejidos conectivos, las articulaciones y los huesos? ¿Es la percepción, las experiencias adecuadas, la carencia de capacidades para el aprendizaje (inteligencia, atención, resolución de problemas, memoria)? Las investigaciones de Thelen y otros para desarrollar la teoría se realizaron en cinta y no en el ambiente natural del niño. Si el movimiento activo autogenerado es muy importante en el aprendizaje y el control motor, se cuestiona la utilidad de períodos prolongados en diferentes equipos posturales y ortesis. Es probable que los trastornos muy graves con casi ningún movimiento puedan justificar un equipamiento tan importante. Es importante reconocer que las teorías contemporáneas mencionadas proceden sobre todo de la investigación en niños o adultos con cuerpos normales y lesión encefálica o sin ella o en individuos con inteligencia normal. En consecuencia, no todas las teorías se aplican a la población heterogénea de pacientes con parálisis cerebral. Los autores utilizan sus interpretaciones de las teorías como hipótesis para planificar los programas terapéuticos. Todavía se deben evaluar estas hipótesis en investigaciones en pacientes con parálisis cerebral. Campbell (2006) afirmó que “seguimos a merced del conocimiento teórico en lugar de contar con evidencias contundentes”. Esta autora señala que pocas publicaciones comprobaron los modelos teóricos presentados en la práctica clínica. Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. ©2013. Editorial Médica Panamericana