interlocutorio - Estudio Jurídico Miguel Goro

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“PEREZ MONZON CRISTINA LUISA C/ KONDRATZKY SEGOVIA WALTER DARIO Y/O Q.R.R.
S/ DAÑOS Y PERJUICIOS” EXP 22098/8
Nº 104 Corrientes, 22 de marzo de 2012.
AUTOS Y VISTOS: estos caratulados: ''PEREZ MONZON CRISTINA LUISA C/
KONDRATZKY SEGOVIA WALTER DARIO Y/O Q.R.R. S/ DANOS Y PERJUICIOS'',
expediente Nº 22098/08, de los que;
RESULTA: Que a fs. 255/257 el Dr. Marcelo Alejandro Lopez Campanher, por la
demandada, plantea la caducidad de instancia del presente proceso, a través
del recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra el auto Nº 7324
de fs. 252.
A fs. 258 se ordena el traslado, (cedula Nº 088186 de fs. 264).
A fs. 265/266 el Dr. Osvaldo Nemesio Godoy contesta traslado por la actora.
A fs. 289 se llaman autos para resolver.
Y CONSIDERANDO:
I) Que plantea la demandada la caducidad de instancia del presente proceso,
estimando que el ultimo acto que puede considerarse diligencia útil, data
del 28 de abril de 2.011, fecha en que fuera puesto a notificaciones el
expediente.
Señala que el pedido de préstamo del expediente y la providencia dictada en
su consecuencia (auto Nº 7324 recurrido), no son actos de impulso,
tendientes a hacer avanzar el proceso, habiendo transcurrido desde la fecha
indicada
(28/04/2011)
al
23/08/2011
casi
cuatro
meses
sin
actividad
impulsoria.
II) Que, antes de computar si se opero o no ese lapso, forzoso es determinar
a que se considera petición o diligencia útil. Y se considera a aquella que
activa el procedimiento, que lo pone en movimiento en pro de la finalidad
buscada. Podetti señala que los actos interruptivos, para ser valorados como
tales, para enervar la caducidad de la instancia, deben ser idóneos o
fundados para el fin perseguido. La idoneidad en este caso es la de servir
para que el proceso o la instancia avance hacia su fin especifico que es la
sentencia o el auto que decidirá la incidencia (Tratado de los Actos
Procesales, pág. 386, ed. 1955).
Finalmente debemos precisar desde cuando corresponde computar dicho lapso y
si se ha realizado algún acto interruptivo.
III) Ha dicho la jurisprudencia: ``A los fines de la caducidad, los plazos
del art. 310 del Cód. Procesal (Adla, XLIC, 2975), se cuentan desde la fecha
de la ultima petición de las partes, o resolución o actuación del Tribunal
que tuviere por efecto impulsar el procedimiento.
No tiene, pues, en cuenta la fecha de la notificación ni siquiera que se
trate de actuaciones firmes. ‘‘(CNCom., sala B, setiembre 20 984. Dawe,
Guillermo R. c. Amparo, Cia. de seguros), LA LEY, 1986 A, 616 (37.071S), ED
114.230). Y con esta interpretación coincide el texto del art. 311 de
nuestro C.P.C. y C.
III) Conforme a ello, analizadas las constancias de autos, advertimos que,
opuesta como de previo y especial pronunciamiento la falta de legitimación
para obrar en la demandada REMISES APIPE S.R.L. (fs. 232/236), se dispuso el
traslado a fs. 237, ordenándose la notificación personal o por cedula. Ello
nunca fue cumplimentado por parte de la excepcionante.
Estando la de falta de legitimación manifiesta para obrar prevista por
nuestro Código Procesal, entre las excepciones de previo y especial
pronunciamiento en el art. 347 inc. 3, reviste el carácter de perentoria,
aunque, en caso de no concurrir la circunstancia de no ser manifiesta, se la
considere en la sentencia definitiva. Pero para ello debe sustanciarse, y
resolverse.
IV) Ahora debemos determinar a quien correspondía la carga del impulso,
mediando la interposición por el co-demandado de una excepción previa.
Al respecto se ha decidido:’ La articulación de las excepciones previas
genera un incidente y, en consecuencia, la apertura de una instancia
independiente de la principal en cuanto a su tramitación, quedando en cabeza
de quien lo promovió la carga de impulsarlo, esto es de hacer progresar el
tramite incidental (cfr. en este sentido, Fernandez, R.L., Código de
Procedimiento Civil. Comentado, t. I, p. 366; Di Filippo, H. V., Caducidad
de la Instancia y oposición de excepciones, en L.L., 1988-B-90). Ello así,
cuando el litigante que ha deducido una cuestión incidental, no urge su
sustanciación y resolución, puede presumirse que carece de interés, que
abandona la instancia abierta por el mismo, y que tácitamente la desiste
(cfr. Podetti, R. J., Tratado de los actos procesales, p. 343)'' (CNFed.CC,
sala III, 12-8-97, ``Barrera, Horacio Eduardo c/ Elma S.A. y otro s/ Danos y
Perjuicios'', cita de Arazi-Rojas, ``Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, T I, pág. 707, ed. 2.007)(el subrayado es nuestro).
La carga del impulso, en este caso, era de incumbencia de quien introdujera
el planteo -la parte demandada-, por lo que deberemos indagar si, de todos
modos, el actor conservaba la carga de impulsar el proceso principal,
estando pendiente esta.
V) La posibilidad de que caduque la instancia principal, estando pendiente
de resolución una excepción dilatoria interpuesta en forma de articulo
previo que se encuentra paralizada, fue receptada favorablemente por la
jurisprudencia señalando que: ``Una vez interpuesta la excepción de previo y
especial pronunciamiento, la carga del impulso procesal cesa para el actor
mientras el proceso esta suspendido -en el caso, el tribunal a quo había
declarado la caducidad de instancia del principal mientras se sustanciaba
una excepción dilatoria-, pero no cesa la carga de remover el obstáculo que
lo suspende, pidiendo la caducidad del incidente en cuanto se encuentre en
condiciones legales de hacerlo y si no lo hace, a partir de ese momento
vuelve a continuar el curso del plazo de perención suspendido''. (Tribunal
Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, Sala Civil y Comercial,
fecha: 06/08/2001, Partes: Banco Social de Córdoba c. Feigin, Elizabeth M.,
Publicado en: LLC 2002, 323 - www.laleyonline.com.ar).
VI) Para así decidirlo, el referido Tribunal sostuvo que: ``Frente a la
articulación de incidentes que suspenden el curso del juicio principal, la
aplicación de las normas que regulan la caducidad de instancia encuentra en
doctrina y jurisprudencia dos interpretaciones antagónicas (véase Loutayf
Ranea - Ovejero Lopez: "Caducidad de la Instancia", Ed. Astrea, 1986, p. 229
y ss., nº 83; Peyrano: "Curso de los plazos de caducidad de las instancias
incidental y principal: “Paralelismo o escalonamiento?", en JA, 1979-III731, entre otros). a) Para una de ellas, denominada del "escalonamiento", la
suspensión
del
tramite
del
juicio
principal
acarrea
la
consecuente
suspensión del plazo de caducidad de la respectiva instancia, el que no
puede recomenzar sino luego de concluido el incidente, sea por la resolución
que lo acoge o rechaza, sea por la declaración de caducidad de la instancia
incidental.
El fundamento es obvio: el incidente impide al actor -o recurrente- instar
el proceso con miras a su desenlace en la sentencia y, por tanto, su forzada
inactividad no implica abandono de la instancia. La carga de impulsar el
proceso habría sido trasladada al incidentista y solo se mantendría en curso
el plazo que el artículo 339 inciso 2 del C.P.C. y C. prevé para la
caducidad de la instancia incidental. Esta tesis es la que se encuentra
mayormente apoyada por la doctrina nacional y su principal expositor es
Peyrano (Conf. Peyrano, Jorge W. "Curso de los plazos de caducidad en las
instancias incidental y principal ¿Paralelismo o escalonamiento?", JA, 1975D-731), inscribiéndose también en esta línea de pensamiento Alsina (Conf.
Alsina, Hugo, "Tratado de Derecho Procesal Civil y Comercial", Ed. Ediar,
Bs, As., 1961, T IV, p. 431) y Parry (Parry, Adolfo E., "Perención de
Instancia", Ed. Omeba, Bs.As., 1964, p. 276). b) Una segunda doctrina
conocida con el nombre de "tesis del paralelismo" afirma que el interés en
llevar adelante el litigio sigue siendo del actor, pese al incidente
suspensivo del tramite, por lo que pesa sobre el la carga de instar el
procedimiento, inclusive el del incidente promovido por su oponente, a fin
de impulsar el proceso hacia su conclusión en la sentencia. Sin perjuicio de
la caducidad de la instancia incidental por la inactividad del incidentista
(art. 339 inc. 2 C.P.C. y C.) si venciese el plazo de perención previsto
para el juicio principal, se operara la caducidad respecto de este.
Los plazos previstos en el artículo 339 del C.P.C. y C. correrán paralelos y
simultáneamente para el juicio principal y para el incidente. El originario
defensor de esta postura ha sido Louftayf Ranea (Louftayf Ranea, Roberto G.,
"La
caducidad
de
la
procedimiento",
en
JA,
instancia
y
1977-II-812)
los
y
se
incidentes
ha
suspensivos
adherido
a
ella
del
con
posterioridad Ovejero Lopez (Louftayf Ranea-Ovejero Lopez, "Caducidad de
Instancia", Ed. Astrea, Bs. As., 1991, p. 229). La segunda de las soluciones
enunciadas es, sin duda, la que mejor se adecua a la realidad del litigio.
Quien ha excitado al órgano jurisdiccional mediante la promoción del juicio
es el actor y sobre el pesa la carga de llevarlo adelante, en función de un
interés que no es menor por el hecho de afrontar un incidente suspensivo del
trámite.
El incidente promovido por el demandado integra su estrategia defensiva, sin
que en función de ella pueda suponerse extinguida la carga que pesa sobre
quien ha abierto la instancia principal. Sin embargo, ese paralelismo de los
plazos de caducidad del principal y del incidente puede conducir a
resultados disvaliosos, desde que obliga al actor -o recurrente- a instar un
proceso incidental promovido por su oponente y contrario a su interés, so
pena de afrontar la caducidad de su propia instancia (la del principal).
Ello en especial cuando los plazos son los mismos (el del principal y el del
incidente) tal como ocurre en segunda instancia de conformidad al artículo
339, inciso 2 del C.P.C. y C. No podría el recurrente pedir la caducidad de
la instancia incidental, sin afrontar la del recurso, que también se habría
operado. Resulta chocante imponer a quien litiga la carga de impulsar un
procedimiento incidental que no ha promovido y es contrario a sus intereses.
La solución pasa por adecuar el curso del plazo de caducidad de la instancia
principal, a las efectivas posibilidades de actuación de quien tiene la
carga de impulsarla, sin imponerle una actividad contraria a sus intereses.
Ello se logra asumiendo como suspendido el plazo de caducidad con motivo de
la articulación de un incidente que suspende el tramite del juicio, plazo
este que se reanudara cuando este vencido el plazo de caducidad de la
instancia incidental. Ello así porque llegado ese momento, el actor o
recurrente puede articular la caducidad del incidente y así impulsar el
proceso hacia su conclusión, sin pasar por peticiones contrarias a su
interés, sino instando el agotamiento de la pretensión incidental de su
contraparte.
Esa es la solución que insinúa el articulo 340 del C.P.C. y C., cuando
condiciona la suspensión dispuesta por el juez a que la reanudación del
tramite no este supeditada "a actos procesales que deba cumplir la parte a
quien incumbe impulsar el proceso". El actor o recurrente que tiene la
posibilidad de concluir con el incidente suspensivo mediante la caducidad de
instancia, esta en condiciones de impulsar el proceso principal y, por
tanto, su actitud pasiva carece de justificación y genera la presunción de
desinterés en que se sustenta el instituto de la caducidad de instancia.
Al mismo tiempo, esa solución se ajusta al interés publico en la conclusión
del litigio, que es la otra "ratio legis" de la caducidad. X. Conclusión: De
todo lo expuesto, y siguiendo la línea argumental plasmada en el iter
racional del presente decisorio, puede concluirse que la solución al
problema en la especie es la siguiente: X.1. Las denominadas excepciones
dilatorias tienen naturaleza jurídica procesal de incidentes. X. 2. Si la
excepción dilatoria es planteada en juicio ordinario, en forma de artículo
previo, tiene efectos suspensivos en relación a la causa troncal. X. 3. Una
vez interpuesta la excepción de previo y especial pronunciamiento, la carga
del impulso procesal cesa para el actor mientras el proceso esta suspendido,
pero no cesa la carga de remover el obstáculo que lo suspende, pidiendo la
caducidad del incidente en cuanto se encuentre en condiciones legales de
hacerlo. Si no lo hace, a partir de ese momento vuelve a continuar el curso
del plazo de perención suspendido. X.4.
Con este criterio se procura preservar la objeción de la tesis del
paralelismo protegiendo el interés del incidentado en no impulsar el
incidente, especialmente cuando el lapso de perención del principal es igual
al del incidente, como así también la objeción que reprueba relevarlo de la
carga de impulsar el procedimiento mientras el incidente no concluya,
cualquiera sea la causa por la que no concluye, según lo propugna la tesis
del escalonamiento. ....''.
VII) Compartiendo el abordaje que ha tenido la cuestión en el fallo que
transcribimos, y advirtiendo que en la especie no media impulso procesal
alguno desde el 12/03/2011 (cfr. cargo de escrito de fs. 249), encontramos
sobradamente cumplidos los recaudos para hacer lugar al acuse de perención
en examen.
Tenemos especialmente en cuenta que ante el proveído de fs. 250, de fecha 26
de abril de 2.011, puesto a notificación el 28 de abril de 2.011, ninguna
actividad realizo la actora tendiente a impulsar el proceso, mediando solo
un pedido de préstamo del expediente a fs. 251, en fecha 9 de agosto de
2.011. Ese acto de fs. 251 no constituye acto interruptivo porque ``el solo
acto de solicitar la exhibición del expediente -en principio- no es
interruptivo de la caducidad de instancia, pues la mera solicitud no es, en
si misma, impulsoria del procedimiento...'' (Incom, sala D, 25-2-93, ``Gayol
Raúl c/ Beretta, Luis s/ sumario'', LD-Textos, en Arazi-Rojas, op. cit., T
II, pág. 63).
Entonces, contando como fecha de inicio del plazo (dies a quo) la
presentación de fs. 249 (12/04/2011), al 12/07/2011, ya habían transcurrido
los tres meses (dies ad quem), para que opere la caducidad.
A ese plazo debemos sumarle dos días que quedaron comprendidos dentro de la
feria de invierno (11 y 12 de julio de 2011), por lo que el dies ad quem
definitivo seria el 26/07/2011. A la fecha de presentación del escrito de
fs. 251 ya estaba caduca la instancia, aunque, como ya lo dijimos, esa
presentación no constituía acto impulsorio, ni de purga de la caducidad ya
operada. Carece, por tanto, de interés la revocación del auto Nº 7324 de fs.
252, además el préstamo del expediente autorizado por ese auto, ya se
materializo conforme consta a fs. 253/254. Por todo ello,
RESUELVO:
1º) Hacer lugar al planteo de fs. 255/257, y en su merito, decretar la
caducidad de instancia del presente proceso, con costas a cargo del titular
de la acción.
2º) Costas por el presente incidente a la titular de la acción vencida
(arts. 73 y 69, CPCC).
3º) Insértese, regístrese y notifíquese.
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