Capítulo 3 - Primera etapa

Anuncio
25
III. Historia de la Formación Docente en Cerro Largo
3.1. Primera etapa:
Antecedentes e iniciativas particulares (1912-1949)
A comienzos del siglo XX, durante el período batllista, Uruguay
experimentó un proceso de expansión educativa muy importante.
El año 1912 fue trascendente en la historia de la educación nacional
pues se estableció por ley la creación de los liceos departamentales. En Melo
el liceo se inauguró el 1 de abril de ese año y comenzó a funcionar con la
dirección del Prof. Esteban O. Vieira1. Esta institución, tenía un antecedente, un
instituto denominado “José Pedro Varela”, dirigido por el Prof. Andrés Pariente
que funcionó largo tiempo preparando a los estudiantes melenses que
pretendían ingresar a la Universidad.
Había en el Departamento una seria preocupación por la formación de
los jóvenes. En este clima surgió la iniciativa de crear un Instituto Normal que
posibilitara a los aspirantes al título de Maestro estudiar en el medio sin
necesidad de radicarse en Montevideo pues la única opción de estudios
magisteriales presenciales era cursar en alguno de los dos Institutos Normales
de la capital.
Existen algunas referencias de cursos normales dictados a fines del siglo
XIX en el Club Unión de Melo bajo la orientación del Prof. Esteban O. Vieira.
Conocemos incluso los nombres de algunas alumnas: Rosa Navarrete, Pastora
Robledo, Elvira Iriondo, Laura Lisboa, Severina Sánchez, N. Rivero, Práxedes
Chapitel, Graciela Silva Mestre, Isabel Rodríguez, Cristina Vaz Guaceiola
Mendoza, Amanda Varela, Rosa Chapitel, Edelma Robledo, Casimira
Harretche y Dorila Céspedes. No se pudo encontrar mayor información sobre
esta experiencia formativa.
En el siguiente registro gráfico puede verse al docente con sus alumnas:
1
Ilustre educacionista que dejó profunda huella en la historia de la educación de Cerro Largo a quien
Lorenzo D´Auria evoca de la siguiente manera: “Pensamos que citar maestros de Cerro Largo y no
mencionar el nombre de Esteban O. Vieira es cometer una herejía informativa, pues sería olvidar al
líder de todos los líderes. (…) Fue en Cerro Largo, Maestro Rural, Inspector de E. Primaria, Director
del Liceo, y, finalmente, Jefe de Policía. Fuera de allí, Vocal de los Consejos de E. Primaria y
Secundaria. Falleció en el año 1950 (diciembre 23). Tuvo a su favor, tres valiosos dones: era
inteligentísimo; fue siempre un estudioso de altura y fue dueño de un carácter firme y brujular. Además
era patriota de buena ley y predicador constante de la educación como base segura de toda conquista
personal. Hasta cuando fue Jefe de Policía, supo colocar dentro de la cárcel una escuela primaria, para
que los presos, al salir de allí, fueran menos ignorantes, vale decir, menos obscuros en sus mentalidad.
“A don Esteban O. Vieira se le deben en Primaria y en Secundaria, muchas iniciativas nacionales,
felices y fecundas. Nosotros no honramos evocándolo” (D`AURIA, Lorenzo, Escuelas, Internatos e
Institutos Normales del Uruguay, Montevideo, Centro de Documentación y Divulgación Pedagógicas,
1964, p. 64).
26
Cursos normales dictados en el Club Unión de Melo a fines del siglo XIX
2
Fuente: El Deber Cívico
El deseo de estudiar en Montevideo no bastaba, era necesario disponer
del dinero suficiente para hacerlo. Es posible imaginar lo que significaba, tanto
para los alumnos (sumamente jóvenes en la mayoría de los casos) como para
las familias, el viaje y la estadía en la capital de la República.
Como dato ilustrativo y curioso puede señalarse que cuando comenzó a
funcionar el Internato de Varones de Montevideo, en lugar de concurrir los 54
alumnos que estaban previstos -el cupo establecido era de tres por cada uno
de los 18 departamentos del interior- solamente lo hicieron 20. El primero en
ingresar fue Emilio Vila (25 de febrero de 1891), oriundo de Cerro Largo 3. Si
bien había un sistema de becas (para 1913 la Dirección General de Instrucción
Pública otorgó a la Comisión Departamental dos cupos), éstas no cubrían a
todos los aspirantes y muchos debían rendir exámenes libres en Montevideo.
En enero de 1912, por ejemplo, siete alumnas de Cerro Largo aprobaron los
exámenes de Geografía y Cosmografía y obtuvieron el título de Maestra de 1er.
Grado4.
Con cierta certeza puede establecerse que la formación docente en
Cerro Largo comenzó entre los años 1912 y 1913.
Es posible reconstruir fragmentariamente la creación y evolución del
primer Instituto Normal de Melo. Fue una iniciativa privada y contó con el
impulso de la Maestra Manuela Lestido.
2
El Deber Cívico, Melo, edición 90 aniversario, 2 de junio de 1977, p. 15.
D`AURIA, Lorenzo, o. cit., p. 21.
4
Cf. El Deber Cívico, Melo, 30/1/1912, p. 1.
3
27
El propósito de quienes llevaron adelante esta empresa era democratizar
el acceso al título docente (posibilitando que todos los que sintieran vocación o
interés por la carrera magisterial pudieran cursarla en Melo), y formar los
maestros necesarios para satisfacer las necesidades educativas del
Departamento. Las aspiraciones locales coincidían con medidas oficiales en
pro del fomento de la formación docente en el Interior.
El presupuesto general de gastos aprobado por las Cámaras a fines de
1912 incluía, en las plantillas del Ministerio de Instrucción Pública, la creación
de seis Institutos de Enseñanza Normal. Las ciudades elegidas fueron: Melo,
Tacuarembó, Minas, Colonia, Rivera y Treinta y Tres. La Dirección General de
Instrucción Pública solicitó autorización al Ministerio respectivo para que
mientras no se crearan otros institutos, cada uno de los autorizados funcionara
dos años en el lugar previsto y luego rotara5.
El 18 de diciembre de 1912, la Secretaría de la Dirección General de
Instrucción Pública convocó a la presentación de aspiraciones entre los
maestros que se consideraran con méritos para acceder a las direcciones de
los institutos creados. El plazo vencería el 14 de enero de 1913 y la retribución
prometida era de $ 1.400 anuales, y una asignación de $ 35 mensuales para
casa-habitación6.
El Deber cívico refleja en sus columnas el clima de optimismo y
esperanza colectivo ante los avances educativos:
“Confortable, sana, promisora es la orientación de nuestra
juventud hacia el estudio. Estamos en presencia de un despertar
reparador. La escuela reconquista sus fueros y el libro (…) adquiere
prestigio y encuentra solícitas manos que lo buscan y cerebros nuevos
que le piden luz y verdad. (…)
“Tres instituciones escolares nuevas (…) el liceo, la escuela
normal y la estación agronómica, funcionan en el departamento y
cuentan con entusiastas planteles de estudiantes que concurren al aula
francamente decididos a aprender y a mejorarse, a recoger la `buena
nueva` de labios que la saben y la siembran; a ilustrarse para ser más
aptos y a ser más aptos para ser más fuertes, ya que en las luchas de la
vida el músculo y el pensamiento obran de consuno”7.
El Instituto Normal comenzó a funcionar en 1913 bajo la dirección de la
Maestra Manuela Lestido, docente de larga actuación en el magisterio de Cerro
Largo. Nació en 1873 y falleció el 7 de mayo de 1949. A los 16 años se graduó
como Maestra de Primer Grado y tres años después obtuvo el título de
Maestra de Segundo Grado. Comenzó su labor como Ayudante de la Escuela
nº 7 que dirigía la Maestra Paula Sorondo de Monegal. En 1894 logró, por
concurso de oposición, la dirección de la Escuela nº 2, cargo en el que
permaneció hasta 1913 cuando fue elegida, en función de su destacada
5
Cf. El Deber Cívico, Melo, 3/12/1912, p. 4.
Cf. El Deber Cívico, Melo, 24/12/1912, p. 4
7
Cf. El Deber Cívico, Melo, Buenos rumbos, 6-5-1913, p. 5
6
28
actuación, para dirigir el primer Instituto Normal de Cerro Largo. Era querida y
respetada por la comunidad; el 20 de abril de cada año (por lo menos en 1913
y 1914 hay constancia de ello) los alumnos del Normal celebraban su
cumpleaños como testimonio de aprecio y gratitud.
Las condiciones exigidas a los aspirantes para inscribirse eran: 14 años
de edad, y conocimientos escolares equivalentes a 3er. año de escuela rural,
5to de urbana, o, en su defecto, haber realizado un buen 4to. año. La solicitud
de inscripción se haría en la propia casa de la Directora y se advertía que “sólo
hay matrícula este año y que no se exige examen de ingreso”8.
Las autoridades educativas nacionales, preocupadas por la expansión
del idioma portugués y la consiguiente influencia cultural de Brasil, estaban
desarrollando una acción sostenida en pro de la fundación de escuelas
públicas en departamentos fronterizos. En el marco general de esta estrategia
de “nacionalización” cultural los Institutos Normales (especialmente algunos de
los recientemente creados como los de Melo, Rivera y Treinta y Tres, e incluso
el de Tacuarembó) desempeñaban un rol estratégico. De sus aulas saldrían los
docentes llamados a ejercer su labor profesional en las escuelas de frontera 9.
En el primer año de actividad la acción educativa del Instituto fue muy
positiva. Hubo un porcentaje alto de aprobados con “Sobresaliente” en los
exámenes rendidos a mediados de enero de 1914 ante un tribunal integrado
por la Directora, Mtra. Manuela Lestido, y dos representantes de la Dirección
General de Instrucción Pública (el Inspector Jefe de Estadística, Emilio
Fournier, y el Inspector Técnico, Alfredo Simonatti). Las asignaturas rendidas
fueron: Lectura, Matemáticas, Caligrafía, Geografía, Ciencias, Economía
Doméstica, Gramática, Dibujo, Historia y Constitución, Agricultura y Ganadería,
y Moral. Los resultados estimularon a docentes y estudiantes.
En diciembre de 1915 (nueva instancia de exámenes ante un tribunal
formado por Manuela Lestido y por los señores Joaquín Sánchez y Antonio
Camacho, designados por la Dirección General de Instrucción Primaria)
egresaron 40 alumnos con el título de Maestro de Primer Grado. El elevado
número de docentes fue muy bien recibido por la comunidad que veía
coronados los esfuerzos en pro de la enseñanza primaria de Cerro Largo.
La Dirección General de Instrucción Pública decidió en setiembre de
191510 que se diera preferencia para las ayudantías urbanas y en las
propuestas de directores interinos de las escuelas, a los maestros egresados
del Instituto Normal. Esta medida refleja la carencia de docentes titulados. A
partir de entonces, optar por la carrera magisterial constituía un atractivo
laboral muy fuerte.
Los Institutos Normales se transformaron en una opción de estudio
importante en el interior del país y contribuyeron, conjuntamente con la
8
El Deber Cívico, Melo, Inscripciones para el Normal, 11-4-1913, p. 5.
Cf. al respecto dos artículos muy significativos sobre el tema titulados de forma similar en El Deber
Cívico: Las escuelas de la frontera, Melo, 12-8-1913, p. 2, y 16-5-1914, p. 2.
10
Cf. El Deber Cívico, Melo, Escolares, 25-9-1915, p. 2.
9
29
instalación de los liceos departamentales, al desarrollo cultural de las
respectivas comunidades.
Desde su creación el Normal de Melo participó activamente de la vida y
actividades de la sociedad. El 7 de mayo de 1915, con motivo de la visita del
Presidente Feliciano Viera, en el lunch ofrecido en la Jefatura Política y de
Policía, hizo uso de la palabra, en representación del Instituto, la alumna María
Mercedes Aguiar. A partir de entonces, docentes y estudiantes aportarían su
presencia y conocimientos en todas las instancias en que la comunidad se
reuniera para homenajes, celebraciones patrióticas y actos culturales.
La vida interna del centro se dinamizó con la creación de una sociedad
de carácter gremial denominada “Entre Estudiantes” 11. Su programa de acción
incluía la realización de conferencias sobre temas didácticos con el objetivo de
profundizar los estudios. No sabemos el destino de esta organización, pero
resulta trascendente comprobar que en un período tan temprano los alumnos
tuvieran conciencia de la necesidad de unirse en pro de objetivos comunes.
Si bien no contamos con suficiente documentación para conocer
detalladamente lo sucedido, no hay dudas que 1916 fue un año negativo. Las
crónicas de prensa informaron en febrero que
“El gobierno no ha hecho lugar al petitorio de la directora del
Instituto Normal, para que este establecimiento siguiera funcionando en
esta ciudad hasta el mes de Agosto próximo. De manera que los
estudios de maestro deberán seguirse, ahora, en el Liceo
Departamental, a cuyo efecto se crearán las cátedras necesarias”12.
Cumplidas las previsiones del gobierno relativas al funcionamiento por
dos años de los seis institutos creados en 1913, había llegado el momento de
la rotación. A fines de 1915 culminó el plazo y, a pesar de las aspiraciones
locales, los recursos presupuestales previstos para los Normales debían
radicarse en otra localidad. Durante ese período se formaron en Melo unos 45
maestros –- que pueden considerarse los primeros normalistas de Cerro
Largo13.
Manuela Lestido no quiso trasladarse como Directora del Instituto y se
acogió a la jubilación. Sumamente joven para dejar la docencia, fundó una
Escuela Primaria y Normal que funcionó durante 1918 y 1919. Contó con la
colaboración de Jacinta Blocona y Olga Ferraro en Primaria y con Héctor
Goicoechea en los estudios de Secundaria y Magisterio. No tenemos mayores
datos de este emprendimiento14.
11
Cf. El Deber Cívico, Melo, Entre Estudiantes, 18-9-1915, p. 7.
El Deber Cívico, Melo, Noticia sobre el Normal, 25-2-1916, p. 2.
13
Aracely F. de Dutra, Josefa García, Paula López de Coronel, Héctor Mattos, Luisa S. de Marchesano,
Celia Eccher de Blocona, Teodomiro Pérez, entre otros (cf. El Deber Cívico, Melo, Manuela Lestido vivió
intensamente para la educación, 7-5-1949, p. 4).
14
Cf. El Deber Cívico, Melo, Manuela Lestido vivió intensamente para la educación, 7-5-1949, p. 4.
12
30
Se cerró la primera etapa de la historia de la formación docente en Melo,
con una gran frustración que impidió consolidar la radicación de los cursos
normalistas en la ciudad. Quienes pretendían culminar sus estudios debieron
rendir los exámenes correspondientes en Treinta y Tres o en Montevideo, ni
siquiera se formaron mesas examinadoras en Melo.
Las opciones para los interesados en comenzar o continuar carrera eran
establecerse en la capital, rendir exámenes libres u obtener alguna de las
becas ofrecidas por los Institutos Normales de Montevideo. Apareció en la
prensa local propaganda de instituciones privadas montevideanas, como el
“Colegio Uruguayo” y la “Casa Magisterial” de la Prof. María Esther Pérez Vera,
que ofrecían cursos de magisterio a jóvenes de ambos sexos del Interior de la
República.
Tanto a nivel de las autoridades, como de los docentes de los Institutos
Normales, existía interés por mejorar la formación de los futuros maestros. Vale
consignar en este sentido una experiencia muy interesante que,
indirectamente, redundaría en beneficio de los jóvenes arachanes que optaron
y pudieron estudiar en la capital. Nos referimos a unos cursos de
perfeccionamiento organizados en la década de 1920 por la ASOCIACION DE
PROFESORES NORMALISTAS DEL URUGUAY.
Según el reglamento oficial15, los cursos serían dictados en los Institutos
Normales, comenzarían en la primera quincena de mayo de cada año y
terminarían en la segunda quincena de setiembre, se requería un mínimo de 5
alumnos para que se implementaran. Eran de asistencia libre, pero los que
pretendían certificación no podían superar las tres faltas no justificadas. La
Comisión Directiva de la Asociación designó en la sesión del 30 de abril de
1929 a Lorenzo Barbagelata como Director de los Cursos de Especialización.
Los cursos dictados en 1929 fueron los siguientes:
 Paleontología (Dr. G. Devincenzi16).
 Sociología Nacional (Prof. Emilio Bonino)17.
 Sociología Colonial (Prof. Aparicio Méndez)18
 Estética (Prof. Eduardo Salterain Herrera)19.
 Electrónica (Prof. L. Barbagelata20).
 Filosofía (Dr. Antonio Grompone21).
15
Cf. ASOCIACION DE PROFESORES NORMALISTAS DEL URUGUAY, Curso de especialización.
Programa oficial de los cursos a dictarse en el año 1929, Montevideo, 1929.
16
Catedrático de Historia Natural del Instituto Normal y Director del Museo de Historia Natural de
Montevideo.
17
Docente de Sociología del Instituto Normal.
18
Docente de Historia Americana en el Instituto Normal.
19
Catedrático de Literatura del Instituto Normal y Profesor de la Universidad de Mujeres y de la Sección
de Enseñanza Secundaria y Preparatoria.
20
Catedrático de Química del Instituto Normal.
31
 Histo-fisiología nerviosa (Prof. Clemente Estable22).
 Filosofía (Prof. Luis Gil Salguero23).
 Etimología Española (Prof. Dr. Adolfo Berro García24).
 Zoología (E. H. Cordero25).
 Matemáticas (Prof. Juan A. Regules26).
 Citología (Prof. F. Saez27).
 Literatura Griega (Prof. Carlos Sabat Ercasty,
28
Estos cursos de perfeccionamiento ofrecieron a los docentes normalistas
la posibilidad de actualizar sus conocimientos con especialistas de primer nivel
en cada una de las disciplinas referidas y transmitir los mismos a las nuevas
generaciones de maestros.
A partir de 1920 Manuela Lestido contribuyó a la formación de docentes
melenses en Montevideo. Radicada en la capital se hizo cargo del “Liceo
Montevideano”, institución formadora de maestros de la que egresaron varios
jóvenes de Cerro Largo29.
A pesar de la supresión de los cursos normalistas, en 1916 hubo
novedades educativas en Melo que estuvieron pautadas por la instalación de la
congregación de Hermanas Salesianas, fundadoras del Colegio María
Auxiliadora, y por la apertura de los cursos preparatorios en el Liceo
departamental.
En la década de 1920 volvieron a formarse mesas examinadoras en
Melo, pero disminuyó la cantidad de estudiantes interesados en cursar
magisterio: en febrero de 1923 se presentaron solamente 11 estudiantes que
rindieron un total de 60 exámenes y aprobaron 44. Es notoria la diferencia
numérica de examinados con similares instancias del período en que
funcionaron cursos normalistas en la ciudad.
21
Profesor de Filosofía del Instituto Normal y de la Universidad.
Director del Laboratorio Biológico y Profesor de Historia Natural del Instituto Normal.
23
Catedrático de filosofía del Instituto Normal.
24
Profesor de Idioma Castellano del Instituto Normal y de la Sección de Enseñanza Secundaria y
Preparatoria.
25
Laboratorio de Ciencias Biológicas.
26
Profesor de Matemáticas del Instituto Normal.
27
Laboratorio de Ciencias Biológicas.
28
Profesor de Literatura del Instituto Normal.
29
Matilde Piedra Cueva, Olga Navarrete de Cuello, Esther Bitar, Blanca Orcoyen de Tort, Angelina P. de
Giampietro, Adela Viñoles de López, Nataliza Viñoles de Gorosabel, etc. (cf. El Deber Cívico, Melo,
Manuela Lestido vivió intensamente para la educación, 7-5-1949, p. 4).
22
32
Había una sensación de desánimo agravada, seguramente, por razones
económicas.
En diciembre de 1923 el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y
Normal resolvió que los estudiantes melenses aspirantes al título de Maestro
de Primer Grado pudieran rendir los exámenes en su localidad ante mesas
examinadoras que se designarían oportunamente. Pero se establecían
condiciones: debían realizar la solicitud en la Inspección de Escuelas por lo
menos 10 estudiantes y abonar cada uno, además de los derechos de
matrícula, una cuota extraordinaria de $ 25 pesos para solventar los gastos. El
derecho de examen y las cuotas extraordinarias se pagarían en el momento de
inscripción30. No todos los estudiantes tenían posibilidades de enfrentar tales
erogaciones.
El Maestro Lorenzo D`Auria describe la situación en Cerro Largo durante
la década de 1920 en una evocación de inestimable valor:
“Cuando en 1928 llegamos a ese Departamento a ocupar el cargo
de Inspector Departamental nos encontramos con la ingrata realidad de
que ciento uno de los actuantes en escuelas públicas carecían del título
magisterial; unos, tenían algunas asignaturas aprobadas; otros, ni
siquiera habían rendido examen de ingreso”31.
En la década de 1930 la situación pareció cambiar:
“En aquel entonces, funcionaban, oficializados, tres Institutos
Normales: uno en Salto, otro en Santa Lucía y el tercero en Treinta y
Tres.
“Realizamos intensas gestiones para conquistar otro para aquel
fértil y progresista Departamento, sin obtener el éxito anhelado; pero,
con la influencia del Dr. Emilio Oribe –hijo de Melo y entonces Consejero
de E. Primaria, pudimos hacer funcionar allí, por dos años, 1933 y 1934el Instituto que funcionaba en Treinta y Tres. Fue, en verdad, una gran
conquista, pues de allí egresaron maestros capacitados y entusiastas.
Corriendo el tiempo, uno de ellos, Carlos Ma. Crespi, fue Inspector de
Cerro Largo y de Montevideo”32.
Las clases comenzaron en marzo de 1933 y estaban previstas
solamente para quinto y sexto año.
En mayo pudo dar examen y recibirse el estudiante Arturo Azcoytia33,
ante una mesa que integraban el Inspector Lorenzo D`Auria, la Directora del
Instituto Normal María R. de Olascoaga, y el Director de la Escuela Artigas,
Héctor Plaza Correa.
30
Cf. El Deber Cívico, Melo, De interés para los aspirantes a Maestros de Primer Grado, 5-12-1923,
p.2.
31
D`AURIA, Lorenzo, o. cit., p. 143.
32
Ibid.
33
Cf. El Deber Cívico, Melo, Nuevo maestro, 24-5-1933, p. 4.
33
Actuaron como profesores en esta etapa: Siria Peláez de Patiño, el Dr.
José A. Pérez34, María Renée Núñez y Saturnino Acosta35.
Pasado el bienio la situación volvió al estado anterior, pero, por lo
menos, comenzó a concurrir con asiduidad una Comisión Examinadora36 para
que los alumnos pudieran ser evaluados sin necesidad de trasladarse a
Montevideo.
El Consejo de Enseñanza Primaria ratificó una decisión muy positiva en
el camino de profesionalización: entre el 1º y el 10 de febrero, y entre el 1º y el
15 de agosto de cada año, la oficina respectiva del Consejo de Primaria,
debería publicar y difundir la lista de Direcciones y Ayundantías de escuelas en
todo el país que estuvieran desempeñadas por personas no tituladas.
Cualquier maestro podría postularse para esos cargos.
El año 1933 fue de profunda conmoción en Uruguay debido al golpe de
Estado de Gabriel Terra.
Los estudiantes del Instituto, nucleados en la “Asociación de Estudiantes
Normalistas” encontraron una manera original de expresar su descontento con
el autoritarismo reinante. Su Comisión directiva expresó en un comunicado del
23 de junio de 1933, que Uruguay
“por razones que son de notoriedad ha tenido que restringir en el
pensamiento y en la acción las expansiones espirituales (…) con
perjuicios incalculables para quienes en estos momentos se encuentran
empeñados en la elaboración de su personalidad intelectual”37.
Consideraban que los efectos de la crisis de 1929 tuvieron efectos
negativos provocando una crisis cultural e intelectual que debía revertirse.
Asignaban a la “juventud estudiosa” un rol fundamental en esta empresa:
“Cúmplenos afirmar categóricamente que estamos dispuestos a
cumplir con los principios de justicia social, que surgen como
consecuencia de una profunda desigualdad de clases”38.
Programaron actividades que implicaron una militancia contra la dictadura
en el terreno del pensamiento:
34
Abogado e Historiador de lo local, con larga trayectoria docente y cuyos trabajos se publicaron, en
gran parte, en El Deber Cívico. Su nombre completo fue José Apolinario Pérez.
35
Cf. D`AURIA, Lorenzo, o. cit., p. 144.
36
Esa Comisión Examinadora estaba presidida por Alberto Alves, Inspector Regional, e integrada por los
profesores: Eduardo Rogé, Serafín Ledesma Iglesias, Santiago Minetti, Carlos Ma. Podestá, Manuel de
Carlos, Carlos A. Castelucci, Carlos Carrara, Pablo Tour, Luis César Bado, Nicolás Fusco Sansone, Luis
Zuffo, y Mario Petillo (Cf. D`AURIA, Lorenzo, o. cit., pp. 143-144).
37
El Deber Cívico, Melo, De la Asociación de Estudiantes Normalistas, 23-6-1933, p. 5.
38
Ibid.
34

Organización de actos culturales a cargo de intelectuales del
medio y, en caso de ser necesario y posible, de Montevideo,
que se realizarían los sábados de tarde en el Teatro España.

Charlas “para madres, en los barrios obreros,
Puericultura a cargo de las señoritas maestras”39.

Conferencias sobre higiene y profilaxis.

Clases para adultos en el local del Instituto Normal.

Visitas a las escuelas rurales del Departamento.
sobre
Firmaban el comunicado: Cigifredo Viñoles, Matilde Rossi, Olga Abad,
Sara García, Ilda Martínez, Osccar Jover, Carlos Crespi, Juan Machado, Juan
C. Martino. Estos jóvenes manifestaban una conciencia social crítica y solidaria
que laboró en pro de la cultura como forma de militancia contra el autoritarismo
terrista.
Los indicios de prensa sugieren que la iniciativa fue muy bien recibida.
Se manejó la posibilidad de crear un Ateneo libre para debatir ideas que
permitieran al público comprender la naturaleza de los problemas (sociales,
políticos, económicos, filosóficos, culturales e incluso higiénicos) del país. Los
expositores utilizaron terminología popular, sin tecnicismos, de forma tal que
todo el mundo pudiera comprender los contenidos esenciales de cada tema.
Las conferencias en el teatro España comenzaron el sábado 16 de
setiembre y estuvieron a cargo de una larga lista de prestigiosos maestros,
intelectuales y profesionales entre los cuales se destacaban: el Inspector
Lorenzo D`Auria, Casiano Monegal y José A. Pérez.
Más allá de los avatares sociopolíticos y económicos no había
desaparecido la esperanza de quienes desde 1912 soñaban con consolidar un
Instituto Normal en el medio y dotarlo de todos los recursos necesarios para su
funcionamiento en óptimas condiciones.
El Normal fue posible gracias a un movimiento popular en pro de la
formación de maestros que tuvo su punto culminante en la oficialización de
1962. Pero la etapa en que parece más fuerte e intenso comenzó en 1936
cuando el Instituto se sostenía exclusivamente por colaboración popular y de
los propios profesores que no solo trabajaban gratis sino que, en más de una
ocasión, debieron aportar dinero de sus propios bolsillos.
El año 1936 fue clave. Un grupo de ciudadanos unió sus esfuerzos para
fundar el Instituto Normal. Ellos fueron: Elina Castagnet de Piriz (primera
Directora), Matilde Granda de Diez, el Dr. José Vila Gayol (médico de origen
español cuyos contemporáneos calificaron de “filántropo”40), el pintor Salvador
39
Ibid.
Cf. PIRO, Gervasio, El Instituto Normal de Melo, Suplemento cultural del diario El Día, Montevideo, 3
de noviembre de 1952.
40
35
Puig, el Químico Farmacéutico Ignacio Santibánez (español)41, el Ing. Ag.
Máximo Navarrete42, y el Dr. Francisco Zolessi. Estas personalidades fueron
El Dr. José Vicente Vila Gayol nació en España en una fecha que no es muy clara pero que suponemos
en el entorno de 1880. Fue médico de profesión, comenzó a trabajar en Río Branco y luego se radicó en
Melo. Vivió en 18 de Julio 426 donde tenía su consultorio particular. Fue amigo del Dr. Santibáñez.
Era un hombre muy culto al que le gustaba estar informado. Poseía una rica biblioteca personal -en la
que predominaban los libros de biología y de filosofía- que fue consultada por muchos maestros que
buscaban en ella los materiales necesarios para su formación.
Por mucho tiempo fue Presidente de la Comisión Directiva del Instituto José Pedro Varela fundado en
1936.
En Uruguay tenía simpatía por el sector batllista del Partido Colorado. Durante los años álgidos de la
Guerra Civil Española mantuvo una militancia activa a favor de la República, tal como lo refleja en un
artículo publicado en El Deber Cívico el 29 de agosto de 1936: “Como miembro de la colectividad
ibérica y como Presidente de la Asamblea Pro Cruz Roja Democrática Española, realizada el 26 del
corriente en el Teatro España, vengo a protestar ante la opinión pública uruguaya y las autoridades
representativas del Gobierno Azaña, acreditadas en este país, por el innoble proceder de la Sociedad
Española de Melo –de nombre, no en espíritu- que preside el Sr. José María del Campo, súbdito
brasileño.
“Hace varios días que esta inepta e inculta directiva, hizo un llamado por la prensa para una
Asamblea, donde se constituiría un comité de Auxilios Pro Cruz Roja Española”. Esta habría solicitado
una contribución económica que, según Vila Gayol, “va a auxiliar a los hampones del Riff, y a los
fascistas criminales de España. A ayudar a los bandidos que pretenden destruir con su infame vasallaje,
el alma de su República, y desvertebrar el eje espiritual hacia la periferia en todo su histórico linaje”
(José Vila Gayol, Tribuna libre, El Deber Cívico, Melo, 29 de agosto de 1936).
Falleció el 14 de enero de 1958. Una nota de prensa con motivo de su deceso decía: “Dictó clases con la
palabra pausada del pensador; con la orientación de su democracia, como política humana; con los
conocimientos profundos de un investigador; y cuando las razones de organización dijeron de un
Instituto subvencionado, se fue al rincón individual de sus propios pensamientos, para que no se supiera
que estaba allí, realizando con los valores de su propia conciencia, construyendo incansablemente”
(Desaparece un pionero del Instituto Normal, recorte periodístico sin fecha).
41
Doctor Ignacio Santibáñez Lorenzo. Nació en Santander, España, el 16 de mayo de 1896. Cuando tenía
15 años su familia se trasladó a Uruguay. Residieron primero en Flores donde realizó estudios
secundarios, luego en Vergara y finalmente en Melo. En Montevideo estudió en la Universidad y obtuvo
el título de Doctor en Química. Se casó con Lira Plácida Harretche, una maestra proveniente de Fraile
Muerto.
Tenía vocación científica y realizó tareas de investigación con el Dr. Frenguelli en la Universidad
Nacional de La Plata. Algunos de sus trabajos científicos fueron publicados por la Revista Sudamericana
de Botánica. Integró varias sociedades científicas nacionales y extranjeras.
Era un ávido lector de publicaciones relacionadas con la Química pero también con otras áreas de
conocimiento.
Fue profesor del Liceo nº 1 de Melo, y fundador del Instituto Normal donde ejerció la docencia en
forma honoraria durante más de 20 años (Cf. Suplemento Nuestros Barrios, en Atlas. El trisemanario de
Cerro Largo, Melo, 1er. fascículo, 27 de junio de 1994).
El 4 de octubre de 1968, sus exalumnos le obsequiaron un pergamino de reconocimiento que decía: “Al
Profesor Don Ignacio Santibáñez, Quijote de la enseñanza, que unido a inolvidable legión de visionarios,
tres décadas atrás acometiera la heroica tarea de formar maestros contando `solo` con el aporte de su
gran corazón, su optimismo, su fe, su amor, en suma, `sólo su gran amor` hacia la causa de la escuela y
los destinatarios finales de su obra, los niños” (Citado en DURÁN, Mónica – PEREIRA, Ma. Del
Carmen – SILVEIRA, Eliana – LARREGUI, Adriana – PEREIRA, Alicia – RODRIGUEZ, Alejandra,
Juan Ignacio Santibáñez. Un personaje curioso. Informes de investigación inéditos elaborados por
alumnos del Plan de Formación de Maestros en el contexto del seminario Historia de la Escuela Uruguaya
curso 2001).
Falleció el 31 de julio de 1980 a los 84 años.
42
Ingeniero Máximo Navarrete Meneses: Nació en Melo el 22 de junio de 1886, hijo de Doroteo
Navarrete. Estudió en la Universidad de La República y se recibió de Ingeniero Agrónomo. Entre 1932 y
1935 fue Jefe del Servicio Oficial de distribución de semillas de Cerro Largo. Integró en varios períodos
la Junta Departamental de Cerro largo en representación del Partido Nacional. Estuvo entre los docentes
fundadores del Instituto Normal donde ejerció honorariamente la docencia durante 25 años (Cf.
36
los primeros profesores. Posteriormente también dictaron clase el Dr. Giordano
Bruno Eccher, el Dr. Víctor Demarco (Fiscal Letrado), y el Padre Xavier Irizar.
Juan Ignacio Santibáñez
Fuente: Informe de investigación del Seminario
43
Historia de la Escuela Uruguaya (2001)
José Vila Gayol
Fuente: Informe de investigación del Seminario
44
Historia de la Escuela Uruguaya (2001)
Suplemento Nuestros Barrios, en Atlas. El trisemanario de Cerro Largo, Melo, 1er. fascículo, 27 de junio
de 1994).
43
LARREGUI, Adriana – PEREIRA, Alicia – RODRIGUEZ, Alejandra, Juan Ignacio Santibáñez. Un
personaje curioso. Informes de investigación (inéditos) elaborados por alumnos del Plan de Formación de
Maestros en el contexto del seminario Historia de la Escuela Uruguaya curso 2001.
44
SANTOS, Isabel – FEO, Mariela – ADAM, Giovanna – LEITE, Graciana, Biografía de José Vicente
Vila Gayol. Informe de investigación inédito elaborados por alumnos del Plan de Formación de Maestros
en el contexto del seminario Historia de la Escuela Uruguaya curso 2001.
37
Las crónicas sugieren que el Dr. Vila Gayol fue fundamental en estos
primeros tiempos. Fundó una Asociación de Amigos de la Educación del
Pueblo de Cerro Largo en el seno de la cual se gestó el Normal. Tuvo la
iniciativa de ofrecer la Dirección del Instituto a la Maestra Elina Castagnet por
considerarla una persona con la suficiente capacidad como para asumir tal
responsabilidad.
Esta docente se había jubilado en 1933 como Directora de la Escuela Nº
4 de Fraile Muerto. Durante su carrera fue considerada un modelo de maestra
vareliana. Vivía en una chacra ubicada en el barrio Castagnet, entre las calles
Saravia y Treinta y Tres. Hasta allí fueron a buscarla en una volanta de la
empresa López Sar para ofrecerle el cargo. Lo aceptó y permaneció trece años
en el mismo45.
La Maestra Castagnet en esos momentos dictaba clases particulares a
un grupo de alumnas que se convertiría en el núcleo fundador del Instituto:
Fanny Loureiro, Serafina Huart, Maruja Jorge, Dora Viñoles, Angelina Manssur,
Pilar Viñoles, Mary Vescia, Ema Carbajal 46, entre otras.
Fotografía tomada en los comienzos del Instituto.
Elina Castagnet de Piriz (primera Directora), Dr. José Vila Gayol, y el Dr. Francisco Zolessi.
Fuente: Archivo Fotográfico del Instituto de Formación Docente de Melo, AIFD.
El Instituto comenzó a funcionar en abril de 1936 en una casa ubicada
en Colón casi Treinta y Tres propiedad del Señor Isolino Brum, quien alquilaba
a una modesta familia que, a su vez, subarrendó una pieza de tres por tres
metros para el dictado de las clases. El mobiliario estaba compuesto por una
45
Cf. MARCHESANO, Vicente, Reseña histórica del Instituto Normal de Melo, en Caja Historia del
Instituto, AIFD.
46
Cf. Ibid.
38
mesa y unas sillas que prestaba la familia que vivía allí. Cuando aumentó el
número de alumnos fue necesario que cada uno llevara su silla. Algunos meses
después fue alquilado otro salón en la calle Navarrete y Florencio Sánchez.
El grupo de docentes que fundó el Instituto resolvió en agosto de 1937
denominar a la institución Escuela de Orientación Profesional Para
Educacionistas “José Pedro Varela”. Ratificaron públicamente el compromiso
de gratuidad de la enseñanza que impartirían.
En estos “tiempos heroicos” fueron importantes las contribuciones de la
Sociedad Agropecuaria, del Dr. Giordano Eccher y del Estado. Los primeros
libros fueron donados por el Dr. Eccher y por Antonio Gianola.
En 1937 se vieron los frutos del esfuerzo. El 27 de noviembre rindieron
sus exámenes finales ante un tribunal proveniente de Montevideo47y obtuvieron
el título de maestras de primer grado las alumnas Blanca Orcoyen y Blanca
Elena García.
A pesar de las dificultades de funcionamiento, el Instituto cumplió su
labor permitiendo la titulación a muchos jóvenes de Cerro Largo e incluso de
departamentos vecinos. La implementación del Plan 1939 ayudó a sistematizar
y organizar los estudios magisteriales.
En 1939 El Prof. Oscar Maggiolo fue designado Director General del
Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal. Emprendió una gira por
todos los departamentos de la República -acompañado por tres inspectores
regionales (Agustín Ferreiro, Lorenzo D`Auria y Dalmiro Pérez), el Jefe de
Cinematografía Escolar José Pedro Puig y el Jefe de la Sección Arquitectura,
Sr. José H. Donato- para informarse directamente de la situación educativa del
país y estimular a los actores locales a tomar iniciativas a favor de la misma.
Uno de los puntos esenciales de su prédica fue “más y mejores maestros”48 y
estimuló la fundación de Institutos Normales en los departamentos del Interior.
Para mediados de siglo, los avances habían sido importantes, pero
subsistían las dificultades. El establecimiento de un Instituto Normal oficial era
un clamor popular. Los integrantes de la Comisión Directiva del Instituto
elevaron varios petitorios en tal sentido al Ministerio de Instrucción Pública. En
uno de 1944 utilizaron como argumento central para justificar la solicitud, el alto
porcentaje de estudiantes aprobados –generalmente superior al 95%- por las
comisiones examinadoras que concurrían de Montevideo.
Un editorial de El Deber Cívico49 de 1947 realiza un balance
esquemático de los antecedentes de los cursos magisteriales en el
Departamento y de la situación en ese año.
El problema más grave era que los graduados no alcanzaban a cubrir las
vacantes dejadas por los docentes que anualmente, en el período de traslados,
47
Cf. El Deber Cívico, Melo, 2 de diciembre de 1937.
Cf. D`AURIA, Lorenzo, o. cit., p. 45.
49
Cf. El Deber Cívico, Melo, Cerro Largo necesita un Instituto Normal, 28-5-47, p. 1.
48
39
emigraban a Montevideo u otros departamentos del sur del país. Todavía en
1947 unas cuarenta personas ejercían la docencia en Cerro Largo sin poseer
título habilitante50.
El siguiente cuadro refleja las cifras de aspirantes inscriptos para
exámenes y el total de exámenes solicitados:
Años
1941
1942
1943
1944
1945
1946
Total
aspirantes
53
52
58
79
107
120
de
Total
de
solicitados
372
150
298
561
916
999
exámenes
El porcentaje de aprobados fue muy bueno, pero el número de
egresados no compensaba el déficit de docentes diplomados. Téngase en
cuenta, además, que la inscripción anual total para los cursos de ingreso a
magisterio, 5º, 6º y 7º, era de, aproximadamente, 100 aspirantes. En octubre
1947 se inscribieron 165 estudiantes para rendir 1353 exámenes.
El editorialista de El Deber Cívico es categórico: “se va ahondando el
problema y los departamentos del Norte se van quedando sin docentes para
sus escuelas”51. La acción de los Institutos Normales de Montevideo no
solucionaba el problema pues sus egresados, salvo rarísimas excepciones, no
se radicaban en el interior. El único mecanismo que podría funcionar
“es la creación de Institutos Normales que hagan maestros en el propio
medio donde están afincados, los que, en muy escasa proporción, se
alejarán de sus respectivas zonas y no como los que vienen de otros
puntos, que en la primer oportunidad que les es propicia se van hacia
sus lugares de partida, dejando siempre latente el problema que hoy
comentamos”52.
El movimiento pro oficialización del Instituto Normal era muy fuerte. Las
instituciones más comprometidas eran el Municipio, la Inspección de Escuelas,
la Asociación de Maestros y la Comisión de Vecinos. Fueron también decisivas
en este proceso la Asociación de Estudiantes Magisteriales53 y la Comisión de
Padres de Alumnos Magisteriales.
50
Según testimonio de la Prof. H. Coronel: “En 1967 aún trabajaba algún maestro sin titular y siendo
directora del IFD ayudé a gestionar la jubilación a una persona de Río Branco que trabajó 20 años en
Primaria y luego continuó en el Colegio y nunca se graduó. Ella me contó que fue durando hasta que se
cubrieron todos los cargos y eso fue en los 70”.
51
Ibid.
52
Ibid.
53
En 1947 estaba constituida por Esther Dellepiane (Presidenta), César Yánez (Vicepresidente), Iris
Ubilla (Coordinadora), Alegría Cazarré (Tesorera), Santa Araújo de López (Secretaria), Mabel Iturrioz,
Elisa Jiménez, Longino Bergara, y Juan José Brisolara (Vocales) (cf. El Deber Cívico, Melo, Estudiantes
Magisteriales, 8-10-1947, p. 4).
40
El año 1949 fue trascendente en la historia de la formación docente de
Cerro Largo pues se dio un paso importante al lograr que el gobierno le
otorgara carácter semioficial al Instituto Normal a través de una subvención.
Esto se logró en julio.
Conocida la noticia, el cuerpo docente reunido en asamblea tomó
resoluciones para el funcionamiento de la institución en el marco de la nueva
realidad:

Llamar a la presentación de aspiraciones para la provisión de
los cargos de Director y Secretario (se estableció un salario
mensual de $ 100 y $ 50 respectivamente).

Remunerar a los docentes que en su gran mayoría trabajaron
honorariamente con el único objetivo de posibilitar la formación
de maestros en el medio.

Constituir un Consejo Directivo integrado por tres docentes, el
Director, un delegado de la Asociación Magisterial, un
delegado de la Asociación de Estudiantes, y un delegado de
los padres de los alumnos.
El Consejo quedó integrado por los profesores Gregorio Cardozo, María
Severina Navarrete de Lucas y Luis Arbenois, la Directora Aurora Arón de
Iturralde (ganadora del concurso respectivo), Carlos Crespi (representante de
la Asociación Magisterial), Enrique Brayer (por los padres de alumnos), y Juan
José Brizolara (delegado de los estudiantes).
El Concurso de Secretaria lo ganó Lidia Piro. La Directora la Mtra.
Aurora Arón de Iturralde tomó posesión del cargo 13 de agosto de 1949.
Directora Mtra. Aurora Arón de Iturralde.
Acto de Colación de Grado.18 de mayo de 1950.
Fuente: Archivo Fotográfico del Instituto de Formación Docente de Melo, AIFD.
Descargar