TEMA 13.- ETNOGRAFÍA ESCOLAR. UNA APROXIMACIÓN MÚLTIPLE.El problema.Este artículo centra su interés en la forma y en la adecuación con que la etnografía escolar aborda la comprensión del proceso educativo y contribuye a la teoría de la antropología de la educación. Prestará especial atención al estudio de la educación de minorías y al problema de aportar explicaciones válidas sobre el desproporcionado fracaso escolar de grupos tales como los negros, los indios, los chicanos y los puertorriqueños en las escuelas públicas americanas. Hay tres razones para justificar este interés: 1ª).- Es la errónea manera de entender la etnografía y su creciente popularidad y superficialidad aplicación en la investigación educativa. 2ª).- Es el sesgo hacia la microetnografía que aparece en la investigación educativa. 3ª).- El olvido de las fuerzas que se integran en la comunidad en general y que tienen importantes implicaciones en la escolarización El resultado es que la etnografía escolar no proporciona apenas base alguna para una concepción global de la escolarización, especialmente e la escolarización en el contexto de las realidades sociales políticas y económicas. Parte de este problema es una cuestión de desarrollo. La etnografía escolar están aún en mantillas. Apenas tiene dos décadas de existencia. Y relacionando con esto está en el que muchos etnógrafos no han tenido la oportunidad de recibir formación en los métodos tradicionales etnográficos de la Antropología. Esta limitación es responsable de las concepciones y de la aplicación superficial que se suelo hacer de ella en la investigación. Para algunos, etnografía es sinónimo de estudio no cuantitativo, no experimental. Se lleva a cabo con observaciones en un aula o una escuela, durante unas horas, unos pocos días o unas pocas semanas. Para los etnógrafos con formación el problema es conceptual: qué es lo que constituye la escolarización y cuales son las razones del fracaso escolar de las minorías. En otras palabras, es cuestión de relaciones entre teoría y método. Quienes definen que la escolarización es la transmisión cultural o el proceso por el que “la escuela desarrolla en el niño actitudes, valores y nociones sobre el mundo y sobre sí mismo” se convierten en microetnógrafos preocupados por la escuela, el aula o el ambiente familiar. Son pocos los etnógrafos que van mas allá, hasta el estudio de la sociedad en general y de las instituciones que influyen en la escolarización de minorías. Además, incluso cuando los investigadores de la transmisión cultural examinan simultáneamente pautas en la comunidad y en la escuela, generalmente acaban planteándose cuestiones transnacionales más que cuestiones estructurales. Sus principal interés está en las continuidades y discontinuidades entre la comunidad-casa y la escuela en relación con los estilos comunicativos y de interacción, los valores, las motivaciones, etc. Se asume que 1).- los niños que pertenecen a minorías adquieren en sus “culturas” estilos interactivos y comunicativos, etc. Que son discontinuos con los que característicamente se dan en el aula. 2).- el conocimiento obtenido en el estudio de la comunidad-casa puede contribuir a contemplar con mayor claridad los acontecimientos en el aula. 3).- ese conocimiento puede ser útil para mejorar las prácticas escolares y la enseñanza de los profesores. Estamos, pues, proponiendo aquí un replanteamiento de nuestras perspectivas teorías y, en concreto, un punto de vista que conlleve el que el etnógrafo aborde cuestiones transaccionales y cuestiones estructurales. Entendemos por cuestiones estructurales las que se dirigen a examinar los rasgos de la sociedad en general (sistemas de estratificación, economía corporativa) que de modo importante conforman las pautas de la comunidad (estilos de interacción, estilos de comunicación, pautas motivacionales, etc) que adquieren los niños que pertenecen a minorías, y a examinar igualmente las respuestas que da la escuela a esos niños. El sesgo hacia la microetnografía.Crítica de la etnografía tradicional.Algunos antropólogos de la Educación se muestran críticos con las técnicas de la etnografía tradicional, argumentando que son difíciles de aplicar a la educación en America. La crítica se dirige en concreto a la “etnografía de Malinowski”. Señalan por ejemplo, que no es lo mismo tomar como unidad de estudio una escuela urbana en América que un poblado trobriand. Erickson presenta de forma acusada cun constaste entre una escuela americana y un poblado trobriand y concluye que “las teorías y métodos de Malinowski no funcionan en las escuelas porque sus métodos no son apropiados par la situación”. Parece que lo que no es apropiado es la comparación. Debería ser entre un poblado trobriand y una ciudad o barrio americano por un lado, o entre una escuela americana y la institución educativa de los trobriand. Si lo comparásemos tales unidades de población o tales instituciones sociales, nos sorprenderíamos de encontrar fuertes semejanzas, aunque fueran evidentes las diferencias de escala. También se dice que la visión analítica que Malinowlki tiene de la sociedad como algo divisible en unidades tales como organización social, economía, tecnología, lenguaje y sistema de creencias es inaplicable a las escuelas en América. La etnografía tradicional apropiadamente aplicadas a la educación o la escolarización urbanas puede proporcionar datos descriptivos ricos y válidos que podrían ser usados con diversas finalidades teóricas y prácticas. Y no hay razón alguna por la qu tales objetivos no puedan ser alcanzados. La población que integra la escuela no sólo incluye a docentes y alumnos sino también al resto del personal escolar clasificado que nunca aparece por clase, pero cuya construcción de la “realidad educativa” y cuyas actividades influyen sin embargo en lo que ocurre en el aula de un modo u otro. La población escolar incluye también a otros participantes en la política y el gobierno de la educación: administrativos, padres, grupos de la comunidad cuyas presiones sobre la educación local son claramente visibles para un etnógrafo en distintas situaciones. Si un distrito escolar metropolitano es demasiado grande entonces el etnógrafo debe elegir como unidad abarcable un barrio. Para hacer una buena etnografía de la educación se requiere el tipo de observación participante que tradicionalmente viene siendo hecha por los antropólogos: La observación participante se refiere a la práctica que consiste en vivir entre la gente que un estudia, llegar a conocerlos, a conocer su lenguaje y sus formas de vida a través de una intensa y continua interacción con ellos en su vida diaria. Es así como la observación participante en tanto que técnica etnográfica requiere, primero y ante todo, un largo período de residencia. Por el contrario, muchos etnógrafos escolares no son residentes, sino visitantes ocasionales de las “comunidades”. La gente de un escuela tiene su propio lenguaje o argot, lo que exige que el etnógrafo lo aprenda para poder realizar una observación participante efectiva. Además el etnógrafo escolar , como, como cualquier otro antropólogo, necesita imaginación etnográfica. Es decir, necesita disponer de una buena teoría de la estructura social de la escuela y de la comunidad en general en la que la escuela está situada. La etnografía escolar debe ser holística. Debe mostrar como la educación está conexionada con la economía, el sistema político, la estructura social local y el sistema de creencias de la gente a la que la escuela sirve. Herencia, patronazgo y la definición del problema.El modo de entender qué es lo que deben estudiar los etnógrafos de la escolarización y a qué nivel ha estado determinado por cuatro factores: 1).- La percepción antropológica tradicional de la escolarización como un problema social. 2).- El nacimiento de la etnografía escolar en un período de crisis social. 3).- El bagaje formativo de los etnógrafos de la educación en el campo de cultura y personalidad y en la antropología lingüística. 4).- El patronazgo de la etnografía escolar por parte de los educadores. Antes de 1960 eran pocos los antropólogos había estudiado la educación formal. Los escritos antropológicos sobre educación formal se reducían a comentarios sobre la escolarización, que la presentaban como un problema social de “nativos” en territorios coloniales, y de emigrantes y minorías étnicas y raciales en sus propios países. Los antropólogos se creían justificados para hacer una crítica de la forma y el contenido de la escolarización de estos grupos subordinados, basándose en su “conocimiento” de las demás como éstos criaban a sus hijos o de la “educación indígena”. Los antropólogos de la educación han heredado esta perspectiva, de forma que todavía hoy definen la educación como transmisión cultural o enculturación. Así que, desde esta concepción, el fracaso escolar relativo de algunas minorías raciales o étnicas y de las clases bajas suele atribuirse a un conflicto cultural con la escuela y el aula. Un compromiso mayor de los antropólogos con los estudios de la escolarización comenzó en los años 60. Los antropólogos acabaron dedicándose más a estos estudios porque pretendían hacer llegar a sus temas a una audiencia más amplia a través de la implantación de la asignatura de Antropología en las escuelas públicas. Pero ha tenido mayor significación para el desarrollo de la etnografía escolar la crisis social y política de los años 60, que empujó a los antropólogos a la intervención más que a la investigación básica en educación. Algunos se comprometieron primero como consultores en distritos escolares locales u otras instituciones, cuando estas se convirtieron en objeto de crítica por haber adoptado el modelo de la “privación cultural” como base de programas educativos ad hoc para los pobres y para las minorías. Otros probablemente se fueron comprometiendo al prestar apoyo a las reclamaciones que hacían las minorías étnicas y raciales argumentando que sus culturas eran diferentes y que el fracaso en las escuelas se debían a que éstas no empleaban sus culturas en la enseñanza y el aprendizaje escolar. El despertar político de varios grupos de minorías y sus movimientos de identidad étnica y racial reforzó la explicación del conflicto cultural. De manera que esta interpretación se hizo popular entre las minorías. Así mismo es aceptada cada vez más por las instituciones educativas y es objeto de apelación por parte de los políticos que están necesitados de votos éticos. El área de cultura y personalidad era un campo de la antropología en el que se hacían esfuerzos para estudiar las prácticas indígenas de la crianza de los niños o de la educación. Este campo ha influido en el desarrollo de la antropología de la educación y por lo mismo en la etnografía escolar, al menos de dos modos: - Muchos de los antropólogos que fueron pioneros en la investigación en las escuelas provienen de este campo. - La definición de educación indígena como transmisión cultural ha sido transferida a la definición de la educción formal, por lo que la escolarización ha acabado viéndose como un aspecto de la transmisión cultural. Patronazgo. Otro factor que anima a poner énfasis en las microetnografía es el patronazgo. Al patrocinar la investigación, los educadores definen mas o menos los problemas que han de abordar los etnógrafos. El problema que interesa al educador puede no ser el mismo que identifique el antropólogo como núcleo apropiado de su investigación. Desgraciadamente, los educadores definen directa o indirectamente los problemas de investigación de muchos etnógrafos de la escuela por tres razones: a).- Porque muchos etnógrafos dependen de ayudas para la investigación o de instituciones dominadas por pedagogos. b).- Porque muchos etnógrafos están colocados en escuelas o institutos de educación y relacionados con agencias donde presiones formales e informales le empuman a contemplar su investigación más bien como algo “aplicado” que como investigación “básica”. Los estudios microetnográficos tienen un fuerte atractivo para la gente de la educación pues creen que sus resultados son directamente aplicables. c).- Los principales consumidores de productos derivados de laetnografíaescolar son los educadores o pedagogos y los principales medios de publicación son las revistas cuya audiencia más común está compuesto por educadores. Contribuciones y limitaciones de la microetnografía.Hay muchos tipos de microetnografías, aunque generalmente se interesan por los acontecimientos que ocurre en la escuela, el aula, la casa o el lugar de juegos, o por proyectos educativos. Sus contenidos varían en cuanto a su trasfondo teórico y sus técnicas metodológicas. Prestemos atención aquí a un tipo de michoetnografía de procesos en el aula, que está basad en el modelo sociolingüístico, con el objeto d explicar el fracaso escolar de las minorías. Estos estudios intentan mostrar que la interacción (verbal y o verbal) entre docentes y alumnos es un determinante crucial de los resultados académicos de los niños, y especialmente de los niños de las clases pobles y de las minorías. Su tesis gáxicaes que los estilos comunicativos en la vida cotidiana están culturalmente pautados. Por eso, cuando maestros y alumnos provienen de diferentes ambientes culturales y socioeconómicos y no comparten las mismas etiquetas comunicativas, se producen “confrontaciones” en los estilos de comunicación y de interacción que afectan negativamente el aprendizaje. Metodológicamente, los estilos comunicativos culturalmente pautados pueden ser identificados en un aula heterogénea a través del análisis de contenido y del registro videográfico repetido de aquellasactivbidades del aula seleccionadas que suponen interacción maestro-alumno, un registro que se complementa con notas de observación. Este tipo de microetnografía debe sus presupuestos teóricos y metodoloógicos a los estudios sociolingüísticos más que a la etnografía antropologíca tradicional. Puesto que, por definición, el origen de los fracasos académicos de los niños de grupos subordinados depende de la comunicación maestro-alumno durante una actividad determinada del aula, aunque a veces el uso que el niño hace del lenguaje en casa o en el lugar de juego también se estudia para determinar su compatibilidad con el aula. Los microetnógrafos destacan inicialmente un amplio rango de actividades de aula, pero no intentan una descripción completa de todo el espectro de la interacción maestro-alumno. Optan por una etnografía selectiva, esto es, por el estudio de las actividades particulares que son más importantes desde sus intereses o desde su bagaje teórico. Los sociolingüistas tienden a seleccionar la lectura, el intercambio maestro-alumno durante esa actividad. El atractivo utilitarista de la microetnografía ya fue mencionado antes. Pero también tiene un fuerte atractivo intelectual, porque parece metodológicamente más rigurosa o “científica” que la etnografía tradicional. Los estudios basados en el microetnografía han hecho contribuciones significativas al conocimiento que ahora tenemos de por qué fracasan los niños de los grupos subordinados. En la década de los 60, sociololingüistas y antropólogos rechazaron las explicaciones que se basaban en un “modelo carencial” del fracaso escolar de los niños pertenecientes a grupos de minorías, por ejemplo las explicaciones que atribuían las dificultades de lectura de los niños negros a una inadecuada socialización del lenguaje en casa y abogaban por métodos de enseñanza que reemplazaran el ingés estándar por el inglés negro. Cuando los problemas en el aprendizaje de la lectura contiuaron, se sugirió que eran debidos a interferencias fonológicas o gramaticales, hopótesis que no ha sido confirmada por la investigación empírica. La vía actual haciea el intercambio comunicativo maestro-alumno parece mostrar por primera vez como las diferencias culturales y lingüísticas pueden contribuir al fracaso escolar. Sin embargo, desde un punto de vista ecológico-cultural, estos estudios microetnógrafos, tal y como son formulados y llevados a cabo hoy en día, son demasiado simplistas y a veces engañosos. Más en concreto, la aproximación microetnográfica alfracaso escolar de las minorías es inadecuada porque: 1).- no es suficientemente comparativa. 2).- ingnora las fuerzas del entorno ecológico general que son relamente responsables de las pautas de los procesos del aula estudiados. 3).- aunque sus datos y apuntes pueden ser usados como base para esfuerzos que se invierten en planes ad hoc, no son capaces de provocar ningún cambio social significativo que consiga eliminar la necesidad de llevar a cabo tales planes en las generaciones venideras de niños pertenecientes a grupos minoritarios. Los estudios microetnográficos no son lo suficientemente comparativos como para ganrantiza ciertas generalizaciones sobre las causas de losfracasos escolares de las minorías porque se han enfocado sobre todo hacia un tipo de minorías que yo he disignado como minorías de tipo casta (negros, indios, puertorriqueños, etc.). Estas minirías difierenc de los anglosajones dominates en la cultura y en el lenguaje probablemente en la misma medida en que lo hacen otro grupo de minorías, las minorías inmigrantes (chinos, cubanos, filipinos, etc.). Los microetnógrafos afirman que el fracaso escolar o el fracaso en adquirir la lectura que sufren las minorías de tipo casta es debida a una confrontación en las etiquetas comunicativas. Si las “confrontaciones” entre las etiquetas comunicativas existe para los dos grupos de minorías, ¿cómo explicamos el mayor éxito relativo de los niños de la minoría inmigrante? Si la confrontación no existe para éstos, ¿cómo explicamos su ausencia, puesto que las minorías inmigrantes y sus maestros anglosajones no tienen el mismo bagaje cultural o comunicativo? Tal y como se realizan hoy en día, estas microetnografías no nos ayudan realmente a comprender por que las diferencias en las etiquetas comunicativas tienen efectos en el fgracaso académico entre las minorías de tipo casta pero no entre las minorías inmigrantes. Aunque los microetnógrafos arguyen que el fracaso escolar y especialmente el fracaso en aprender a leer entre las minorás dubordinadas es debido a una confrontación en el estilo comunicativo entre alumnos y maestro. Esto no es necesariamente evidente en las comunidades donde los niños negros o chicanos son enseñados por maestros negros o chicanos respectivamente. La microetnografía actual no es holística y eso supone una notable dificultad. Es decir, no trata de la interrelación entre la escolarización y otras instituciones sociales, ni de cómo tales interrelaciones pueden afectar a los procesos de laula. Aunque el aula sea “es escenario de la batalla”, la causa de la batalla puede estar en otro lugar. Las diferencias en la s etiquetas comunicativas pueden ser instrumentos o armas con las que se libra la batalla entre maestros y alumnos. Pero si queremos descubrir las razones de estas batallas, poco haremos si nos limitamos a estudiar los procesos actuales de las batallas en el aula y los instrumentos usados por los combatientes. Necesitamos ir mas alla del escenario y más allá de los instrumentos de la guerra. Esto conlleva otro problema, el que las microetnografías tienden a dirigir la atención de los que determinana la política hacia cambios personales que no implican cambios estructurales. Antes hemos señalado el atractivo de estos estudios microetnográficos para quienes hacen la política y la ponen en practica. Al especirficar lo que hay en la interacción comunicativa entre maestros y alumnos en el aula, digamos al enseñar a leer, lo que e entiende como causa de las dificultades en la lectura es: 1).- una ausencia de etiquetas comunicativas compartidas, entre maestro y alumnos. 2).- las etrategias de enseñanza del maestro; en consecuencia la acción rectificadora más obvia sería cambiar las estrategias que el naestro emplea para enseñar a leer a estos niños, lo que incluiría que el maestro fuera capaz de daceptar lacultura y el lenguaje de los niños. Ello puede lograrse diseñando cursos de formaci´n permanente y/o de formación universitaria para los futoros maestros. Macroetnografía: pautas actuales.-