Primer Manifiesto de los Comunicadores del Sur

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II ENCUENTRO DE COMUNICADORES DEL SUR
TOLIMA, HUILA, CAQUETÁ, CAUCA, PUTUMAYO Y NARIÑO
Municipio de Chachagüí, Departamento de Nariño, Colombia
21 y 22 de julio de 2011
PRIMER MANIFIESTO DE LOS COMUNICADORES DEL SUR
En el municipio de Chachagüí, Departamento de Nariño, Colombia, durante los días 21 y 22 de julio
del año 2011, actores comunicativos de los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá, Cauca,
Putumayo y Nariño, ratificamos el propósito de aunar esfuerzos y talentos humanos, técnicos,
financieros y políticos para trabajar unidos, fortalecer los procesos comunicativos y culturales que
adelanta la región sur, estimular las capacidades de todo el tejido social e integrar el sector de la
comunicación a la construcción de territorio en condiciones de paz, sostenibilidad y democracia, en
síntesis de Estado Social de Derecho.
Creemos en la comunicación como una dimensión humana que debe fortalecer la construcción de
ciudadanía e impulsar y visibilizar procesos organizativos capaces de decidir sobre el presente y
futuro del territorio. Creemos en el poder de transformación y movilización social de la comunicación
más allá de la mirada mediática e instrumental, a la vez que nos reconocemos como audiencias
activas frente a los contenidos mediáticos.
Estamos convencidos que desde la comunicación se gestan valiosos escenarios de incidencia
política para la apropiación y respeto de lo público, la memoria, verdad y justicia, la defensa del
territorio y la democratización del acceso a la información.
Creemos firmemente en el derecho al disenso, en el respeto indistinto por el otro, en la posibilidad
de construir en medio de la diferencia. Esta comprensión de la comunicación, permite la interacción
y las relaciones entre nosotros y nuestros mundos, permite que hablemos de una comunicación que
media y moviliza todas las esferas de la vida de los seres humanos y los otros seres.
Estamos convencidos de una comunicación puesta al servicio del bien colectivo por encima de los
intereses privados y de toda índole, que tratan de hacer de ésta una herramienta sólo al servicio de
intereses particulares comerciales, políticos, privados, entre otros.
Creemos que todas y todos somos comunicadores y tenemos una responsabilidad histórica en la
construcción de nuestra democracia y en la construcción de nuevos sentidos, relatos e imaginarios
que expresen con claridad nuestras convicciones frente al país que soñamos. Por esto, el diálogo
inter regional es necesario, en tanto permite construir nuevos referentes y afianzar los lazos de lo
que puede convertirse en una alianza, sólo si se fundamenta en la transparencia, la hermandad, la
inclusión, los derechos, la fraternidad y el trabajo conjunto.
Con este ideario, los comunicadores del sur queremos manifestar que:
1. La información es un derecho fundamental consagrado en nuestra Constitución Política, y en la
Declaración Universal de Derechos Humanos por tanto es inviolable. Hoy más que nunca,
cuando los grandes grupos económicos, monopolios y oligopolios, quieren hacer de la
información un bien privado, es necesario avanzar en el diseño de políticas públicas que
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garanticen una comunicación plural, veraz, imparcial y transparente que responda a los intereses
colectivos y no a los negocios particulares. Por lo tanto, consideramos necesario desarrollar
mecanismos efectivos de incidencia política en las decisiones que se tomen sobre la
comunicación en el país.
Desde el sur queremos impulsar una iniciativa para que sea reconocido el derecho a la
comunicación, como una mirada amplia de la libertad de expresión, teniendo en cuenta que la
comunicación es un proceso social fundamental y la base de toda organización social, que
rebasa la transmisión de mensajes. Es una interacción humana entre individuos y grupos a través
de las cuales se forman identidades, se transmite cultura y se definen posiciones y acciones. Es
un proceso interactivo e igualitario, no discriminatorio. Es un acto libre y voluntario. Es un proceso
participativo, esencial para el desarrollo de los individuos y comunidades. Es el elemento básico
que permite el reconocimiento del otro. Es el fundamento de las sociedades democráticas. Es la
base que permite el ejercicio de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de los
seres humanos y las colectividades. Con estas consideraciones, es necesario repensar la
comunicación como un derecho humano fundamental, que no está circunscrito al acceso o
producción de información solamente, sino que está vinculado a la propia condición humana, que
implica las posibilidades de todos los individuos de expresarse en igualdad de condiciones y
oportunidades, de relacionarse con otros y otras en una acción dialógica y plural 1.
Las políticas nacionales necesitan nutrirse en un proceso capaz de generar comprensiones
desde y con el sector comunicativo surgido en lo local. Así mismo, construir lineamientos desde
el debate participativo de la comunicación, no como un ejercicio alejado de las dinámicas
sociales si no como un tema público que involucra a todos los ciudadanos. En este sentido,
estamos comprometidos en impulsar procesos de construcción colectiva que impulsen la
formulación e implementación de políticas públicas en comunicación, que puedan constituirse en
un insumo de una política pública nacional.
Consideramos vital para el país, democratizar el acceso al espectro electromagnético, pues las
políticas actuales prolongan la desigualdad y privilegian a los grandes grupos económicos,
dejando relegadas a las comunidades y actores comunicativos y por ende la posibilidad de
construir una comunicación más cercana a los procesos y dinámicas sociales. Adherimos
totalmente a la “Carta abierta al MinTIC’s”, enviada por radialistas de todo el país, articulados
alrededor de la corporación SIPAZ, documento que hace una radiografía de la crítica situación
que viven las radios comunitarias, las cuales, según se señala, están en riesgo de desaparecer.
Rechazamos todos los atropellos que varios actores comunicativos de la región sur vienen
padeciendo y que obstruyen un ejercicio comunicativo libre. Nos comprometemos a elevar
nuestras voces en toda la región sur, para que ninguno de nosotros sea silenciado. Defendemos
el derecho a la vida y a la libertad de expresión.
Denunciamos las consecuencias devastadoras de las concesiones para la explotación minera y
los megaproyectos que se vienen implementando en la región, e invitamos al Estado a no
adelantarlos hasta tanto no contar con el derecho a la consulta y al consentimiento previo por
parte de las comunidades. Nos solidarizamos con las comunidades víctimas. La comunicación
está puesta a su servicio y desde los diferentes procesos y dinámicas comunicativas que
lideramos, visibilizaremos la verdad de lo que viene sucediendo. Alertamos a todas las
autoridades locales, regionales y nacionales sobre el deterioro al que se expone nuestro
patrimonio natural y sobre las violaciones a los derechos humanos que ya se están presentando.
Aporte tomado de un documento elaborado por la Asociación Civil Nodo TAU de Argentina.
7. Consideramos que el ejercicio de la democracia debe ser respetado y garantizado por el Estado
en las próximas elecciones del 30 de octubre. Como comunicadores nos comprometemos a
informar y, en la medida de nuestras posibilidades, a denunciar todas las irregularidades que
puedan presentarse, en un proceso democrático que se encuentra amenazado por los vicios de
la mala política. Hacemos un llamado al Estado para que garantice nuestro derecho a la
participación y a la vida, y el de toda la comunidad. Así mismo, nos comprometemos a poner en
la agenda pública a la comunicación como una dimensión importante para el mejoramiento de las
condiciones de vida de nuestros pueblos.
8. Finalmente queremos hacer un reconocimiento a artistas y artesanos de la comunicación
regional. A quienes silenciosamente aportan a la construcción del país que soñamos. A
incansables, apasionados, creyentes, maestras y maestros verdaderos de la comunicación.
Este manifiesto está abierto para todas las personas que quieran adherirse a él, con el compromiso
de ejercer su derecho a la comunicación, la información y la libertad de expresión y asumirlos como
una posibilidad de construcción y transformación de nuestro territorio, desde lo individual y lo
colectivo.
En constancia de lo anterior, se suscribe en el Municipio de Chachagüí, Departamento de Nariño,
Colombia el 22 de julio del año 2011.
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