V CONGRESO LATINOAMERICANO DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN Santiago de Chile, 26 al 29 de abril del 2000 Elsa Cristina Bravo: Licenciada en Psicología. Ex coordinadora del equipo de salud mental Hospital General de Laboulaye. Psicóloga de planta de la Casa del Joven. Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba. Delegada en la intergremial hospitalaria. Alicia Neder: Licenciada en Psicología. Ex Sub directora del Hospital Neuropsiquiátrico de Córdoba. Ex Sub directora de Prestaciones Integrales de Salud Mental. Psicóloga de planta del Hospital Neuropsiquiátrico. Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba. Stella Regis: Licenciada en Comunicación Social. Magister en Administración Pública. Docente Universidad Nacional de Córdoba. Investigadora de SECYT. Comunicadora Social de la Casa del Joven. Dirección electrónica: [email protected] Silvia Storni: Licenciada en Psicología. Ex Sub directora del Hospital Colonia Santa María. Ex presidenta del Colegio de Psicólogos de Córdoba. Profesora Adjunta en la Universidad Nacional de Córdoba. Psicóloga de planta permanente de la Casa del Joven. Grupo de trabajo: Comunicación y Salud Título de la ponencia: SALUD PUBLICA O PUBLICO PARA LA “SALUD” Análisis y reflexión sobre la reforma sanitaria en la Provincia de Córdoba Introducción ¿Cómo podríamos pensar el mecanismo que ha estado sosteniendo la paradoja que, de la mano de un sistema globalizado, se intensifica la producción y crece la economía, pero al mismo tiempo se multiplica el desempleo, la pobreza y las desigualdades sociales dentro de la trama social? El crecimiento del bienestar material, de la seguridad, de la salud, la educación, y el acceso a la cultura de los ciudadanos, dependen de la productividad de la economía; pero es importante considerar el peso que tiene la distribución justa de los beneficios entre los ciudadanos. A partir de la crisis del “Estado de Bienestar” en la década del 80 y del quiebre financiero en nuestro país; producto del endeudamiento externo e interno, comienzan a imponerse las políticas neoliberales, se 1 cuestiona la capacidad reguladora del estado, favoreciendo la tesis del “Estado mínimo”, del Estado desertor de las políticas sociales. Este Estado se garantiza y sostiene desde una corrupción estructural promovida desde las más altas esferas de gobierno. Esta situación posibilitó la desocupación, la marginación, la inequidad en el acceso a los servicios (salud, educación, etc.). Estas políticas se garantizan con el sometimiento y la subordinación de los máximos organismos de justicia del país. Se instala un Estado que favorece la exclusión social y promueve la ruptura de la trama social que articulaba redes solidarias. La desregulación, fue entonces, la herramienta que posibilitó el reordenamiento de los mercados. En el ámbito de la salud, este principio dejó librado el campo al juego de la oferta y la demanda del mercado. En este marco, las reglas que regulan el funcionamiento de la salud producen discriminación, pues se asignan recursos sin tener en cuenta lo óptimo para los diferentes sectores sociales, y permite que preferentemente tengan acceso aquellos sectores que tiene más capacidad de pago. Esto se traduce en desigualdad e inequidad para aquellos actores sociales excluidos del circuito de producción, por lo que se amplía el perfil de la pobreza, mientras que se diseñan acciones focalizadas para los más pobres (pobres estructurales, con necesidades básicas insastisfechas) Otro aspecto importante de destacar en el marco de las políticas neoliberales es que hay una ruptura en la producción de proyectos colectivos y en la planificación de políticas sociales a mediano y largo plazo. Las políticas sólo se diseñan para intervenir en la coyuntura, y son pensadas desde el autofinanciamiento y la autogestión. 2 La importación del modelo Desde mediados de los años 90, organizaciones estadounidenses de cuidados gerenciados y de fondos de inversión han entrado rápidamente en el mercado latinoamericano. La exportación del cuidado gerenciado ha estado ligada a la privatización y recorte en el sector de los servicios públicos, las agencias internacionales de préstamos tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional habitualmente no realizan préstamos adicionales ha menos que estos recortes se hayan efectuado. Aunque la privatización no lleva necesariamente a la aplicación del cuidado gerenciado, frecuentemente ambas suceden simultáneamente e involucran la participación de compañías aseguradoras estadounidenses y de otras corporaciones multinacionales. Por atención gerenciada entendemos la provisión de servicios de atención a la salud bajo el control administrativo de grandes organizaciones privadas, en base a mecanismos de pagos capitados. Este sistema logra imponerse por la desregulación que se opera en el sector estatal y de la seguridad social médica que permite la actuación del capital privado. El capital financiero se ubica entonces, en el subsector de seguros pre-pagos, y las principales modalidades con que opera son: compra de empresas dedicadas a la venta de seguros o planes pre-pagos de salud; asociaciones bajo la modalidad de unión de riesgo (joint venture) y acuerdos para desarrollar gerenciamiento de la seguridad social y del sector público. Formación de la opinión pública 3 El discurso sobre el que se instala, plantea que la crisis de salud obedece a causas financieras y que el gerenciamiento introduce una “nueva” racionalidad administrativa independiente para salir de la crisis. Se crea un terreno para la aceptación de esta reforma por parte de la ciudadanía, sobre la base de la imposición de un discurso único y oficial; que distorsiona en parte la realidad y fundamenta una única alternativa como criterio de salida a la crisis del sector. También plantea que es imprescindible subordinar las decisiones clínicas a la racionalidad administrativa para disminuir costos. En este sentido la eficiencia aumenta si se separa el financiamiento de la prestación y se generaliza la competencia entre todos los subsectores (el Estado, la seguridad social y el privado). El discurso también opera sobre la necesidad de instalar la flexibilización de las relaciones laborales en el sentido de que es el mejor mecanismo para lograr eficiencia, productividad y calidad. La administración privada aparece como más eficiente y menos corrupta que la pública, por lo tanto la garantía de calidad está dada por la satisfacción del cliente. Es decir, hay un pasaje de usuario/paciente/beneficiario a cliente o consumidor de los servicios de salud. Este discurso opera sectorizando el sistema sanitario y eludiendo el debate público y muchas veces también evita el debate en el Poder Legislativo.1 Iriart (1999) refiere que “se transforma el sentido común en torno a la concepción del proceso salud/enfermedad/atención. La salud deja de tener un carácter de derecho universal de cuyo cumplimiento el Estado 1 Informe sobre Gerenciamiento de la Salud elaborado por Cecilia Iriart y su equipo de investigación. 1998 4 es responsable, para convertirse en un bien de mercado que los individuos deben adquirir”. El Proyecto para la Provincia de Córdoba El Gobierno de la Provincia de Córdoba, aprobó el pasado 9 de noviembre2, el Convenio entre el Instituto Provincial de Atención Médica y la Unidad Ejecutora Provincial del Programa de Modernización y Reforma del Sector Salud de la Provincia de Córdoba con el objeto de contratar directamente los servicios de asesores y consultores para desempeñar funciones operacionales, ejecutivas y administrativas dentro del marco del “Proyecto de Reforma de Atención Primaria de Salud” en el ámbito del Programa Ar-0120 del Banco Interamericano de Desarrollo. El Programa Ar-0120 para Córdoba se implementa a través de centrar la atención primaria de la salud en la obra social de la provincia (IPAM), lo que implica que ésta institución asume el comando financiero y la organización de la provisión de Servicios de salud para la provincia a través de: a) perfeccionamiento del sistema subsidiado para los grupos con necesidades básicas insatisfechas a partir de aportes fiscales; b) perfeccionamiento del régimen contributivo para los grupos que aportan fondos. Se establece un sistema de salud provincial compuesto básicamente por tres esferas: el Ministerio de Salud Provincial, el IPAM y los prestadores públicos y privados. El Ministerio de Salud deberá ejercer las funciones de planificación estratégica, regulación, evaluación y control de acciones de salud, así 2 Decreto Nº 2288 del Ministerio de Salud. Córdoba, 9 de noviembre de 1999 5 como también deberá encargarse de las medidas de salud pública de alcance colectivo, como son la coordinación de los sistemas de vigilancia sanitaria y epidemiológica El IPAM ejercerá el papel de organizador del sistema de financiamiento y prestación de servicios de salud, recibiendo los recursos fiscales para establecer el régimen subsidiado; las contribuciones sobre la nómina de los empleados del Estado y los recursos transferidos de las Obras Sociales Nacionales de los beneficiarios que sean transferidos. Para cumplir con estas metas el IPAM deberá atravesar por una serie de reformas como son la reconversión de los recursos humanos, el fortalecimiento de los sistemas de información, nuevas estrategias de comunicación social, estudios y mecanismos de fortalecimiento institucional, además de la adecuación de infraestructura y de equipamiento básico. La tercera esfera del sistema son los proveedores públicos y privados de servicios de salud, los cuales serán: a) Unidades de Salud de Familias, b) hospitales de auto gestión públicos , c) los efectores privados de servicios.3 Un apartado interesante de destacar es el que se refiere a Comunicación Social, para el que están destinados 8,7 millones de dólares. En el documento analizado se destaca que este monto estará destinado a financiar la contratación de una firma especializada para el diagnóstico y diseño de la estrategia provincial de comunicación social del programa de reforma de la atención primaria de la salud. También se requerirá de la “contratación de medios de comunicación para difusión Proyecto AR-0120: “Programa de Reforma de la Atención Primaria de Salud: Salta, La Pampa y Córdoba”. Junio de 1999 3 6 del programa de APS, consultores para desarrollar actividades de educación en salud con miras a “promover la autorresponsabilidad y el uso racional de la tecnología, la participación comunitaria y el desarrollo de materiales e instructivos de marketing para el uso de los agentes de salud y de los equipos de salud familiar”.4 Por otro lado, pero dentro del ítem de comunicación social se prevé la implementación de una campaña mediática dirigida a posicionar la nueva imagen del IPAM y a comunicar los ”derechos y obligaciones de las distintas categorías de beneficiarios, particularmente los carenciados”5 Podríamos leer este apartado desde Habermas y coincidiríamos con el autor en que en una sociedad de capitalismo tardío, en la que ejerce su dominio la racionalidad tecnológica, los medios de comunicación –particularmente los mensajes difundidos a través de ellos en sus diferentes formatos y géneros- pueden potencialmente transformarse en expresiones de dominación de la “acción estratégica” del poder hegemónico.6 La opinión pública sigue instalada en el lugar donde se enfrentan los problemas y los intereses en conflicto, pero la transformación de las cuestiones prácticas en cuestiones técnicas, legitima que esas cuestiones queden sustraídas de la discusión pública, y priva a la esfera de la opinión pública de su función crítica. A modo de conclusiones 4 Idem Idem 6 HABERMAS, Jürgen: Teoría y praxis. Tecnos 1987 5 7 Es cierto que en el mundo globalizado de fin de siglo, al gestor de la cosa pública, al político, se le exige lograr el máximo beneficio con el mínimo costo; es decir, optimizar la utilidad. Este es un principio de suma importancia en el campo de la salud, dado que la sanidad se ha convertido en una cuestión pública y por lo tanto política. Ahora bien, y tal como lo plantea Diego Gracia7, la política sanitaria ¿debe regirse única y exclusivamente por criterios de utilidad económica? ¿No es tan injusto rechazar la dimensión utilitaria de la sanidad como otorgarle un valor absoluto? La justicia sanitaria ¿debe basarse únicamente en las consecuencias o estas deben complementar a los principios? GRACIA, Diego: “¿Qué es un sistema justo de servicios de salud? Principios para la asignación de recursos escasos” 7 8