Colima - El Siglo Durango

Anuncio
10474569
02/27/2005
09:50 p.m.
Page 4
4A |EL SIGLO DE DURANGO | LUNES 28 DE FEBRERO DE 2005
|
EDITORIAL
[email protected]
JAQUE MATE
En una
raqueta
SERGIO SARMIENTO
“Si ganar no lo es todo, ¿para qué anotan el
resultado?”.
Vince Lombardi
CAPULCO, GUERRERO.- Este fin de semana tuve oportunidad de ir a Acapulco, un lugar
al que hace tiempo no había ido, y de asistir al Abierto Mexicano de Tenis. La experiencia fue realmente buena. Acapulco sigue teniendo un encanto especial, que no se pierde
con el tiempo ni con el evidente deterioro de
algunas de sus zonas. Y el Abierto Mexicano
de Tenis, que cumple apenas cinco años, ratifica que en México se puede organizar un torneo
deportivo de clase mundial.
En las canchas de juego, sin embargo, no hay
duda de que éste fue un torneo de argentinos y
españoles. En los singles masculinos, las dos
seminifinales fueron entre argentinos y españoles. La final enfrentó a dos españoles, uno de
ellos, el campeón Rafael Nadal, de apenas 18
años. Es un jugador que sin duda destacará en
los próximos años. Los dobles masculinos los
ganó también una pareja española.
No sorprende que españoles y argentinos hayan dominado el torneo. Estas dos nacionalidades han sido las más relevantes en el tenis de
arcilla en el mundo durante años. Esto se debe
en parte a que en sus países sigue habiendo muchas de estas canchas, de superficie lenta y difícil de conservar que ha sido reemplazada en
otros lugares por pistas duras de materiales artificiales. Los españoles y argentinos se han
acostumbrado a ese juego persistente y paciente, de puntos prolongados y espectaculares,
que es la esencia del tenis de arcilla.
La gran tristeza del torneo, sin embargo, es confirmar, como tantas otras veces, la decadencia
mexicana en un deporte en el que en varios momentos en el pasado tuvimos excelentes jugadores. Todos los jugadores mexicanos en el Abierto fueron eliminados en la primera ronda. De hecho, no lograron ganar un solo set. Esto nos da
una mejor idea que nada del verdadero nivel del
tenis mexicano. Y nos señala también, quizá,
cuáles son las perspectivas para la serie de Copa
Davis contra Uruguay, un país de apenas tres
millones de habitantes, que tendrá lugar la próxima semana en León, Guanajuato.
¿Dónde han quedado los tiempos en que México
era, si no una potencia, sí un justo competidor en
las contiendas internacionales de tenis? ¿Qué ha
pasado con esa cantera que nos dio a valores como Pancho Contreras, Mario Llamas, Rafael
Osuna, Antonio Palafox, Vicente Zarazúa, Raúl
Ramírez y Leo Lavalle? Quizá no hemos tenido
nunca a un jugador que sea el mejor del mundo.
Pero no estábamos tampoco en una situación en
la que todos nuestros tenistas fueran eliminados
en la primera ronda, sin ganar un solo set, en un
torneo abierto en México. Recordemos simplemente que en 1962 México disputó la final -sí la
final-de la Copa Davis con Australia. Es verdad
que nuestro equipo cayó derrotado, pero frente
a jugadores históricos como Rod Laver y Roy
Emerson. Hoy no podemos siquiera salir de la
tercera división de la Copa Davis.
En realidad lo que ocurre con el tenis está
sucediendo en virtualmente todas las especialidades deportivas en nuestro país. No sólo no estamos ganando terreno sino que lo
estamos perdiendo con rapidez.
En el caso particular del tenis, una persona conocedora del tema me dice que los entrenadores mexicanos no conocen las nuevas técnicas del tenis.
Enseñan una técnica anticuada que ya no es competitiva a nivel internacional. Por eso nuestros jugadores deben salir a estudiar al extranjero.
Otros me dicen que el problema es que el tenis
es un deporte elitista y que un país pobre como
México no puede desarrollar buenos jugadores.
Pero eso que se lo digan a los argentinos, que
tantos problemas económicos han tenido en las
últimas décadas y que siguen sacando camada
tras camada de excelentes jugadores.
Más bien el problema parece ser el mismo de todo el deporte mexicano. Falta de organización.
Falta de visión para descubrir talento y desarrollarlo. Falta de comprensión de que el deporte de
alto rendimiento necesita inversión. Falta de entendimiento de que un país requiere deportistas
ganadores para adquirir confianza en sí mismo.
Este fin de semana me reencontré con Acapulco,
lo cual es ya algo maravilloso. Descubrí que el
Abierto Mexicano de Tenis, pese a tener tan sólo cinco años de existencia, es un torneo profesional y bien organizado. Pero lamentablemente
me di cuenta una vez más de que los problemas
de nuestro deporte de alto rendimiento son sistémicos y no coyunturales.
A
DIGNA
En este caso no ha habido desacato. La Procuraduría del Distrito Federal ha obedecido la
decisión de un tribunal colegiado de reabrir el
caso de Digna Ochoa. Magnífico: todo lo que
ayude a esclarecer este caso debe ser bienvenido. Pero esto no debe ser motivo para buscar
una conclusión políticamente correcta que no
esté avalada por pruebas.
Correo electrónica: [email protected]
ITINERARIO POLÍTICO
Colima: algo huele mal
RICARDO ALEMÁN
adie sabe, por lo menos
hasta hoy, si en realidad el gobernador de
Colima, Gustavo Vázquez
Montes, falleció a causa de una
falla mecánica de la aeronave
en la que viajaba. Y no hay,
hasta el momento, elementos
para suponer que efectivamente se trató de un accidente, o si
se pueden tomar en cuenta elementos externos. Lo cierto es
que para disipar toda duda, lo
menos que los colimenses y los
ciudadanos de todo el país merecen es una profunda y puntual investigación sobre las
causas de esa tragedia que,
nos guste o no, empieza a enrarecer el clima político-electoral rumbo al 2006.
Y es que sin pretender abrir
espacio a la especulación, lo
cierto es que las condiciones
políticas prevalecientes en el
estado de Colima, la guerra
declarada entre los diversos
cárteles del narcotráfico de las
que Colima es uno de los actores centrales y la disputa por
la sucesión presidencial permiten suponer que son muchos
los indicios de que algo anda
mal algo huele mal en Colima,
la pequeña entidad federativa
que, sin embargo, resulta fundamental en el escenario político del 2006, sobre todo en el
interior del PRI.
N
COMPLICACIONES
Como se sabe, el gobernador
de Colima, Gustavo Vázquez
Montes, perdió la vida el pasado jueves cuando el avión en
que viajaban se desplomó en
una zona serrana de Michoacán presuntamente dominada
por el narcotráfico. Al momento de su muerte, presuntamente accidental, Vázquez Montes
apenas había permanecido en
el cargo 13 meses, suficientes
para que el mandatario estatal
viviera una severa crisis producto de un profundo choque
con su antecesor, Fernando
Moreno Peña, el ex gobernador que en sus excesos por imponer a Vázquez Montes como
sucesor provocó la anulación
de las elecciones de julio de
2003. A esa anulación, decretada por el Tribunal Federal
Electoral, sobrevino un nuevo
proceso comicial, en diciembre
de ese mismo año, en el que de
nueva cuenta resultó ganador
Gustavo Vázquez Montes.
Profesor normalista, militante
del PRI de toda la vida, Vázquez Montes llegó a la gubernatura a pesar de los dos procesos electorales a los que se
sometió, gracias al apoyo del
sector al que perteneció desde
siempre, al magisterio, cuya lideresa, Elba Esther Gordillo,
hizo lo necesario por mantener
el control político de Colima,
desde donde se hacía todo lo
necesario para ampliar su influencia al fronterizo estado de
Jalisco. En realidad el gobernador hoy desaparecido, Gustavo Vázquez Montes, era uno
de los pilares políticos del grupo de Elba Esther Gordillo,
era un activista del grupo conocido como Los Tecos, de la
UAG, y pertenecía al "grupo
de los no alineados", gobernadores que se mantienen al
margen de Madrazo y de Unidad Democrática (el Tucom).
Pero en el fondo, los afectos,
las lealtades, los esfuerzos políticos de Gustavo Vázquez
Montes estaban con Elba Esther Gordillo, a quien le debía
toda su carrera política.
Y si bien el ex gobernador de
Colima Fernando Moreño Peña se empeñó en dejar a Vázquez Montes como sucesor, lo
cierto es que esa herencia fue
más allá, ya que Moreno Peña lo que intentó fue un maximato, al obligar al nuevo
gobernador a aceptar en su
gabinete a tres de sus incondicionales: Jesús Antonio
Sam López, a quien se encargó la Coordinación de Seguridad Pública; Victórico Rodríguez Reyes, secretario de
En ese momento el mensaje fue acreditado, más que a
la guerra político-electoral, al narcotráfico. Eran
tiempos, en esos meses finales de 2003, cuando
crecían los rumores de que el gobernador Fernando
Moreno Peña presuntamente mantenía vínculos con
el narcotráfico.
Administración, y José Gilberto García Nava, procurador estatal. En la práctica,
Moreno Peña mantenía el
control de la administración
del Gobierno los dineros
pues, de la policía del estado
y de la procuración de justicia. Es decir, mantenía el
control total del Gobierno de
su sucesor. Esa situación
provocó, desde los primeros
días de la malograda administración de Gustavo Vázquez Montes, una guerra entre el nuevo gobernador y su
sucesor. La crisis llegó a tal
grado, que el gabinete obedecía a dos gobernadores, el
que ya estaba ausente, y el
Gobernador en funciones.
Pero tampoco era una novedad
el clima de descomposición que
prevalecía en Colima, ya que
en noviembre de 2003, a pocos
días de que se realizaran las
elecciones extraordinarias para renovar la gubernatura luego de que se invalidaron las
elecciones al gobierno estatal
en julio de ese mismo año, se
produjo un acontecimiento político mafioso insólito. Resulta
que la madrugada del 4 de diciembre de 2003, en las puertas del Congreso de Colima,
aparecieron muertos, de un tiro en la cabeza, tres perros
que llevaban sendos mensajes.
En cada uno de los caninos
muertos se leían los nombres
siguientes: "Fernando Moreno
Peña", en ese momento ex gobernador; "Gustavo Vázquez
Montes", candidato del PRI al
gobierno estatal, por segunda
ocasión consecutiva luego de la
anulación del primer proceso,
y "Antonio Sam López", procurador de Justicia en la administración de Moreno Peña.
En ese momento el mensaje
fue acreditado, más que a la
guerra político-electoral, al
narcotráfico. Eran tiempos, en
esos meses finales de 2003,
cuando crecían los rumores de
que el gobernador Fernando
Moreno Peña presuntamente
mantenía vínculos con el narcotráfico. En respuesta a la aparición de los tres perros ejecutados con un tiro en la cabeza,
los que llevaban los nombres
arriba citados, Moreno Peña
hizo pagar en la prensa local un
desplegado en el que, entre
otras cosas, dijo lo siguiente:
"Ejecutar a esos animales y tirarlos afuera del Congreso del
Estado, es un desprecio a la representación popular y al voto
de la gente que los eligió. Mi
esposa, Hilda Cevallos, forma
parte de la actual Legislatura
estatal. Entiendo el cobarde
mensaje, propio de la mafia:
querer asustar a mi familia no
les va a resultar; estamos
acostumbrados a enfrentar la
adversidad y saldremos adelante una vez más".
EL NARCO EN COLIMA
Y efectivamente, esa "mafia"
a la que se refería el ex gobernador de Colima Fernando Moreno Peña asentó sus
reales precisamente en Colima, luego de un estrecho nexo, del narcotráfico, con el estado de Tamaulipas. Más aún,
es conocida la relación del
narcotráfico, entre esas dos
entidades, como "el eje Colima-Tamaulipas". Las extensas, poco explotadas y menos
cuidadas playas de Colima,
según los especialistas, son el
punto de llegada de una buena porción de la droga que
llega a México. De Colima, la
droga llega a Tamaulipas, y
de allí a la frontera con Estados Unidos. Bueno, pues precisamente en diciembre de
2003, aparecieron en un diario de circulación nacional y
en diversos diarios del país
desplegados en los que se
acusaba a Fernando Moreno
Peña de estar involucrado en
el narcotráfico.
Luego de una investigación, la
PGR deslindó al gobernador
Moreno Peña del narcotráfico.
Sin embargo, no cesaron las
versiones sobre su presunto
vínculo con el crimen organizado. Pero en realidad las acusaciones más sostenidas eran
contra Jesús Antonio Sam López, quien se desempeñaba como procurador de Justicia en
el gobierno de Moreno Peña.
Sam López, un policía que se
ufanaba de "mantener a raya"
al crimen en Colima, en realidad puso en práctica un viejo
adagio de la política mexicana:
"Aquí no vale lo de plata o plomo; aquí vale encierro, destierro o entierro", decía. Jesús
Antonio Sam López, un policía
formado en los estilos de Arturo "El Negro" Durazo, es conocido como un policía represor,
que gusta de la buena vida y
que en la administración de
Gustavo Vázquez Montes se
convirtió en una verdadera
"calamidad" para el gobernador hoy fallecido.
En ese clima de enfrentamientos políticos, de divorcio entre
el gobernador entrante y el saliente de Colima, en medio de
ese "maximato" que intentó imponer Fernando Moreno Peña,
apenas el pasado 13 de febrero,
al mediodía, en las puertas de
la tienda departamental WalMart de la capital de Colima,
fue asesinado a tiros el ex precandidato del PAN al gobierno
estatal, Julián Martínez Ramírez, un prestigiado abogado estatal que había promovido un
juicio político contra el ex gobernador Moreno Peña. El crimen fue acreditado "al crimen
organizado", pero nadie supo y
al parecer nadie sabrá sobre el
origen y la causa de ese crimen,
sobre todo porque la policía y la
impartición de la justicia en
Colima están del lado del propio Fernando Moreno Peña, cuyos alfiles como ya se dijo fueron introducidos al gobierno de
Gustavo Vázquez Montes.
Y por si hiciera falta, para
quienes aún creen en las casualidades de la política mexicana, vale mencionar que, a
manera de continuidad del "eje
Colima-Tamaulipas", el ex gobernador de Colima Fernando
Moreno Peña hoy es el delegado especial del PRI en Tamaulipas. Más aún, al tiempo que
se rescataban los restos del
Gobernador de Colima fallecido al caer el avión en el que
viajaba, "los fernandistas", como se les conoce en Colima a
los integrantes del grupo político del ex gobernador Fernando Moreno Peña, se disputaban la sucesión. Según la
Constitución local, ante la ausencia del Gobernador, en los
primeros dos años Gustavo
Vázquez Montes apenas cumplía 13 meses al frente del gobierno de Colima, el Congreso
local nombrará un gobernador
interino, el que en un plazo no
mayor de 60 días deberá convocar a nuevas elecciones, y todo
parece indicar que el hombre
detrás del trono será, precisamente, el ex Gobernador.
La crisis política en Colima se
agudizó cuando el gobernador
Gustavo Vázquez Montes, hoy
fallecido, entró en colisión con
su antecesor y padre político,
Fernando Moreno Peña, quien
a toda costa intentaba, y en
buena medida lo había logrado,
mantener el poder detrás del
Gobierno, y por encima del Gobernador. Esa crisis, conocida
por todos en Colima se había
agudizado en los últimos me-
ses. Y hoy, luego del accidente
en el que perdió la vida el maestro normalista, miembro
prominente del grupo político
de la profesora Elba Esther
Gordillo, todo indica que se
mantendrá la hegemonía de
Moreno Peña, quien mueve todos los hilos por dejar a unos
de los suyos al frente del gobierno estatal.
PIERDE ELBA ESTHER
En el escenario político, y sobre todo en los tiempos electorales que se viven en todos
los partidos, y sobre todo el
en PRI, la desaparición del
Gobernador de Colima significa, por si hiciera falta en el
escenario del otrora partido
oficial, una sensible baja para
la profesora Elba Esther
Gordillo. Todos saben que el
fallecido Gobernador de Colima era una pieza clave del
SNTE para reposicionar a
esa fuerza sindical y política
en Jalisco. De igual manera,
todos saben de la alianza entre el SNTE y el grupo político de Los Tecos, que oriundos
de Tecomán, Colima, asentaron sus reales en Jalisco, sobre todo en la Universidad local. Bueno, pues con la muerte del Gobernador de Colima,
ese proyecto se cancela, en el
mejor de los casos, y la profesora Gordillo sufre una sensible baja en su lucha contra
Roberto Madrazo.
En sentido contrario, el Presidente nacional del PRI aparece ante la posibilidad de
sumar a sus filas uno más de
los gobiernos que parecían
indecisos. Y es que Madrazo
puede meter en Colima, sea
como interino o como gobernador constitucional, a uno
de los suyos. Pero también se
produce una baja sensible entre los operadores de la profesora Gordillo, quien impulsó con todos los recursos, políticos y económicos la llegada del profesor Gustavo Vázquez Montes a la gubernatura de Colima. Y se puede argumentar que Colima es el
penúltimo de los gobiernos
con potencial electoral. Sus
400 mil electores, apenas por
encima de Baja California
Sur, son efectivamente un
potencial electoral menor,
pero su influencia política no
es menor, sobre todo si se toma en cuenta que era uno de
los gobiernos, con Vázquez
Montes a la cabeza, que podía
ser identificado como territorio del SNTE.
Por lo pronto, para disipar todas las dudas en torno al percance en el que murió el Gobernador de Colima, lo menos
que los habitantes de esa entidad, y de todo el país reclaman, es que se realice una profunda investigación que arroje
claridad, que disipe toda sospecha y que esclarezca si en
realidad se trató o no de un accidente. El clima político que
vive Colima, la fuerte influencia del narcotráfico y las guerras políticas derivadas por la
sucesión presidencial permiten
todo tipo de especulaciones,
que en nada contribuyen al de
por sí enrarecido clima político
rumbo al 2006.
EN EL CAMINO
Y a propósito del clima político-electoral, resulta que entre
no pocos de los líderes del
Partido Acción Nacional se ha
producido un compás de duda
sobre la pertinencia de que el
candidato presidencial sea el
aún secretario de Gobernación, Santiago Creel. Y no es
sólo Felipe Calderón el que
argumenta que Creel ya llegó
a su tope y que lo que viene es
el descenso en las encuestas.
No, son más de uno de los líderes de ese partido los que
dicen que se terminó "la cuerda" de Santiago Creel, y que
Felipe Calderón tiene verdaderas posibilidades de alcanzar la candidatura.
Descargar