La comunicación del tercer sector

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Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales de Venezuela
Caracas, 05 al 10 de marzo de 2012
La comunicación del tercer sector: Un asunto
pendiente en la agenda venezolana
Raisa Urribarrí
Laboratorio de Investigación Educativa
Universidad de Los Andes
[email protected]
Introducción
Las líneas que siguen, más que un ensayo o artículo académico, intentan
ser relato más o menos articulado de algunos de los pormenores de un tema que
ocupa nuestro interés desde hace cerca de dos décadas. De una inquietud que
surgió al calor del activismo estudiantil, en las aulas de la carrera de comunicación
social de la Universidad del Zulia (LUZ); se fue forjando durante nuestro ejercicio
profesional, en los estados Barinas, Zulia y Trujillo; y maduró durante estos últimos
años dedicados a la docencia y a la investigación en la Universidad de Los Andes
(ULA).
En consecuencia, nos gustaría que este texto fuera recibido, leído, como la
puesta en autos de un asunto que, sentimos, debe convocarnos más de lo que lo
ha hecho hasta ahora. Con la aclaración de que quien hace el reclamo lo asume
también para sí. Si un interés nos mueve, si algún propósito tiene este trabajo, es
el de emplazarnos a acometer una tarea que nos parece, desde hace mucho, no
sólo urgente, sino penosamente relegada: pensar —para impulsarla con
renovados bríos— la comunicación del tercer sector en Venezuela.
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Dicho esto comenzaremos con un par de citas. Pertenecen a dos activistas
sociales y fueron extraídas de los resultados de una investigación que las llevó a
visitar varias organizaciones de la provincia1:
Las organizaciones del interior señalaron (…) que esta iniciativa les había
permitido entrar en contacto con organizaciones en sus respectivas regiones con
las cuales no tenían relaciones anteriores. En este sentido, les permitió ampliar
sus espacios de interrelación y formar nuevas alianzas.
El trabajo con OSC del interior también mostró que éstas tienen contribuciones
importantes que muchas veces pasan desapercibidas justamente porque no
existen canales de comunicación entre éstas y aquellas que operan en Caracas
y que tienen cobertura nacional. (El énfasis es nuestro).
Las hemos seleccionado porque, de entrada, nos permiten ubicar tres
elementos que se presentan concatenados y resultan fundamentales para
fortalecer la democracia: la participación de los ciudadanos, la articulación de las
organizaciones sociales y la incidencia en los asuntos públicos, cuestiones que
pasan por un esfuerzo de comunicación.
En palabras del reputado sociólogo Manuel Castells, expresadas en una
entrevista reciente, a propósito de los sucesos ocurridos en los países del norte de
África:
Los movimientos sociales son la fuente del cambio (…) y ¿qué es lo esencial para
que esto ocurra, para que un movimiento social transforme al conjunto de la
sociedad?, pues la comunicación, la comunicación entre ellos y con el conjunto de
la sociedad.2
No nos referiremos en este encuentro, entonces, a cualquier tipo de
comunicación, sino de una con objetivos definidos: de desarrollo, de cambio, de
transformación social, de incidencia política. ¿Cuál es el actor, el sujeto de esta
comunicación?
Van Berkel, D. y Jácome, F. (2009) Gobernabilidad democrática y sociedad civil en Venezuela. El impacto de los nuevos
marcos legales y políticas gubernamentales (1999-2008). Caracas: Invesp-Sinergia.
2 El video está disponible aquí: http://youtu.be/sDGZHscJTtQ [Consultado el 16/01/2012]
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1. El tercer sector: convivencia versus fragmentación
Si un período de nuestra historia contemporánea ha visto emerger
organizaciones sociales es la primera década del Siglo XXI. Desde mediados del
siglo pasado este tipo de entidades dirigidas al bien público han venido ocupando
importantes espacios de intermediación entre los ciudadanos y el Estado, pero en
lo que va de siglo se les han sumado muchas más.
En Venezuela, los movimientos y colectivos sociales, así como las
organizaciones civiles genéricamente conocidas como Organizaciones No
Gubernamentales (ONG), tienen una muy larga y noble tradición. Es posible
nombrar muchas y de diverso tenor: dedicadas a la defensa de los derechos
humanos (DDHH), a la salud, eclesiales, juveniles, ambientalistas, educativas,
feministas, culturales…y un largo etcétera.
No disponemos de una cifra exacta, pero podemos hacernos una idea de
su vitalidad mediante la consulta de tres sitios web. Cerca de 700 están
clasificadas como tales en Entrelaces3, iniciativa que las agrupa en once
categorías: ambiente, cultura, DDHH, desarrollo comunitario, economía social,
educación, hábitat y vivienda; investigación, ciencia y tecnología; participación
social, protección social, religiosas, responsabilidad empresarial y salud.
En el portal de Sinergia, ONG que se define como una Asociación Nacional
de Organizaciones de la Sociedad Civil, pueden contarse casi 50. Algunas de
éstas, por lo demás —como es el caso del Grupo Social Centro al Servicio de la
Acción Popular (Cesap)— están conformadas por un conjunto de asociadas
ubicadas a lo largo y ancho del país.
Aunque Entrelaces sólo contabiliza 60 organizaciones en el ámbito de la
defensa de los derechos humanos, el Programa Venezolano de EducaciónAcción en DDHH (Provea), ofrece un directorio actualizado en el que aparecen
censadas 92, ubicadas en 16 de los 23 estados del país y el Distrito Capital4.
“Entrelaces es un sitio de encuentro virtual de la sociedad civil. Está concebido como un canal multidireccional para expandir y
profundizar “el tejido de vínculos y redes” entre los grupos y organizaciones que lo usan.
http://new.entrelaces.org/entrelaces/quienessomos.aspx [Consultado el 23/01/2012]
4 Haría falta un trabajo de totalización en el cual, además, se descarten las que aparecen en los tres directorios consultados.
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4
Estamos frente a un sector que, aunque territorialmente mejor representado
en el centro del país, se encuentra enraizado en toda la sociedad, es dinámico y
productivo (basta ver los estudios y productos editoriales de algunas de ellas), con
mucho que aportar al país para su desarrollo.
A este tipo de organizaciones, que ya eran numerosas, en la década que
acaba de concluir se le sumaron muchas más derivadas de los cambios
constitucionales y legislativos5 que, al menos en la letra, persiguen la promoción
de una democracia participativa y protagónica6.
Entre otros, hablamos de la progresiva constitución de los Comités de
Tierra Urbana, de las Mesas Técnicas de Agua y de Energía, de los Consejos
Locales de Planificación Pública y, finalmente, de los Consejos Comunales. Estos
últimos, según una investigación del año 2008 realizada por el Centro Gumilla, ya
alcanzaban la cifra de aproximadamente 37 mil7.
Recientes publicaciones
periódicas, que citan números oficiales, aseguran que existen más de 40 mil, pero
que éstas progresivamente “se desinflan”8.
Consideramos que la Venezuela contemporánea vive un proceso que —a
pesar de las opiniones encontradas de sus defensores y detractores— ha
resultado provechoso para la sociedad en su conjunto. Aunque que el gobierno, a
través del aparato del Estado, se haya propuesto la cooptación y/o burocratización
de los movimientos sociales, también es un hecho que, al margen de este
empeño, los ciudadanos se han movilizado en procura de la satisfacción de sus
necesidades.
Quizá sea una postura demasiado optimista, pero preferimos
pensar que es posible apostarle a la convivencia, en vez de a la fragmentación
social.
La institucionalidad y la gobernabilidad de un país puede beneficiarse, y
mucho, del vigor de este conjunto de organizaciones. Como dibuja con sencillez
En especial tres leyes de carácter orgánico: del Poder Popular, de las Comunas y del Poder Público Municipal.
Reputados juristas, como el doctor Pedro Nikken, observan que estas leyes contravienen disposiciones fundamentales de la Carta
Magna venezolana y constituyen una “asonada legislativa” caracterizada por el abandono los principios fundamentales de la
democracia y del estado de derecho.
7
Machado, J. (2008). Estudio de los consejos comunales. Caracas: Centro Gumilla.
8
Los consejos comunales se desinflan. El Nacional, 22-01-2012. Disponible en http://www.el-nacional.com/noticia/19176/23/Losconsejos-comunales-se-desinflan.html Consultado el 24/01/2012.
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Cytrynblum (2009)9, este tercer sector, vale decir el de los ciudadanos
organizados, constituye la tercera pata que, junto al Estado y al Mercado, hace
posible que la mesa (social) se mantenga en pie sobre la base de un trabajo de
articulación, contraloría y arbitraje. Y ello es así porque este un espacio copado
por ciudadanos con sensibilidad social, por personas que se auto convocan y
asocian, sin presiones de ninguna naturaleza, de manera voluntaria, horizontal y
colaborativa, con el fin de satisfacer demandas relacionadas con el desarrollo
social.
Pero para que esta —su misión inherente— sea posible es necesario que
las organizaciones sean realmente autónomas, se articulen y se fortalezcan, sean
reconocidas socialmente, y su opinión consultada e incluida al momento de poner
en marcha las políticas públicas que afectan al conjunto de la sociedad.
¿Están cumpliendo las organizaciones sociales venezolanas esa misión?
¿Son influyentes en el escenario público? ¿Qué rol juega, en el desempeño de
esta tarea, la comunicación? ¿Qué le es exigible al Estado?
2. Los medios de comunicación y el tercer sector
No son precisamente los temas asociados a la problemática social los que
ocupan la mayoría o los mejores espacios en los medios de comunicación social
tradicionales y de mayor alcance e influencia. En líneas generales puede decirse
que son la política, la economía, el deporte, el entretenimiento y los llamados
sucesos, los asuntos que sobresalen en nuestra agenda mediática.
Un reciente estudio (enero 2011) de la organización Medianálisis10, que
tuvo entre sus objetivos evaluar la participación ciudadana en la prensa
venezolana a través del escrutinio de once medios impresos del país —tres de
ellos en Caracas y ocho en cinco ciudades importantes— concluyó que las
informaciones más anunciadas en primera plana correspondían a política, ciudad y
deportes, y que la visibilidad de organizaciones sociales del país como fuentes de
Cytrynblum, A. (2009) Periodismo social. Una nueva disciplina. Buenos Aires: La Crujía.
Piña, C. (2011). Contribución de los medios de comunicación impresos a la democracia en Venezuela, a partir de la pluralidad de
fuentes informativas, la participación ciudadana y el “media accountability”. Caracas: Medianálisis.
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información era casi nula. No disponemos de estudios actualizados sobre la radio
y la televisión, pero un escaneo somero nos confronta a una situación bastante
similar.
Esta constatación nos permite afirmar que estamos en presencia de —
llamémoslo así— un índice de comunicación antidemocrático o de un déficit de
democracia comunicacional. La reversión de esta insuficiencia o el llenado de este
vacío ha constituido, históricamente, parte importante de los esfuerzos de las
organizaciones sociales, las cuales han desarrollado diversos programas que han
ido, desde la creación de unidades de comunicación, pasando por la formación de
voceros, hasta llegar a la elaboración de sus propios medios.
Los medios del tercer sector pueden definirse —entonces— como iniciativas
de las organizaciones de la sociedad civil que buscan poner a circular en el
espacio público los temas de su interés escasamente representados, o
presentados de manera sesgada o inconveniente, por los medios del Estado o por
las empresas privadas de comunicación. A escala internacional éstos han recibido
diversas denominaciones, pero en nuestro contexto, de acuerdo con su tradición,
se han calificado de forma preferente como comunitarios y alternativos.
Comunitarios,
porque
muchos
de
ellos
surgieron
vinculados
con
experiencias de este tipo de organizaciones; y alternativos porque, o bien se
erigían como contrapeso al poder, o porque con su quehacer contribuían a llenar
el vacío impuesto por un sistema de medios que tendía a conformar y a legitimar
tendencias de opinión pública sesgadas. Por lo demás, son los comunitarios los
reconocidos en la legislación nacional.
Dentro de estas líneas, el concepto de un tercer sector de la comunicación
será entonces aquel que agrupa iniciativas sin intereses lucrativos ni proselitistas;
medios que, desde las organizaciones de la sociedad civil organizada, aspiran a
presentar, representar y defender sus intereses. Como señala Sáez (2008)11 el
concepto de tercer sector, sin embargo, no debe usarse como una prueba de
blancura, sino como un ilustrador estratégico que permita poner en evidencia lo
Sáez, Ch. (2009). Tercer sector de la comunicación. Teoría y praxis de la televisión alternativa. Una mirada a los casos de España,
Estados Unidos y Venezuela. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona.
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incompleto que se encuentra el actual sistema de medios para reclamar un
espacio propio.
Nos gusta afirmar, como Aguirre Bianchi (1986)12 lo hizo sobre los medios
alternativos, que los del tercer sector son aquellos que incorporan nuevos actores
y nuevas voces al diálogo colectivo (o polílogo) que ocurre en la sociedad. Entre
sus más nobles características destaca el que procuran diversificar o
descentralizar los medios o canales de comunicación con el fin de promover una
sociedad democrática y participativa.
De acuerdo con la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) 13
los medios del tercer sector son diversos como las denominaciones que han
recibido (comunitarios, alternativos, participativos, populares); plurales, porque no
sólo permiten sino que promueven el acceso, el diálogo y la participación; de
finalidad social, porque son gestionados por organizaciones sociales de diverso
tipo que no tienen fines proselitistas o de lucro; y participativos, puesto que son
las mismas organizaciones las que deciden en torno a su programación,
administración, operación, financiamiento y evaluación. En pocas palabras, se
trata de medios autónomos e independientes. (El énfasis es nuestro)
3. Sostenibilidad y puentes comunicantes entre las ONG y la academia
Sostenible. Adj. Dicho de un proceso: Que puede mantenerse por sí mismo, como lo hace, p. ej., un desarrollo económico
sin ayuda exterior ni merma de los recursos existentes. (DRAE)
De acuerdo con Gumucio (2006),14 la sostenibilidad de los medios del tercer
sector viene dada por el equilibrio de tres dimensiones vinculadas entre sí:
económica, social e institucional.
La sostenibilidad social depende del grado de apropiación de la iniciativa de
comunicación por parte de la comunidad en la cual está inserta y ésta, a su vez,
Aguirre-Bianchi, C. (1986). Sobre la autoconciencia y la comunicación alternativa en un proceso de transición. En Simpson Grinberg,
M. (Ed.). Comunicación alternativa y cambio social. México: Premiá Editora de Libros,S.A.
13 AMARC. (2009). Principios para un marco regulatorio democrático sobre radio y TV comunitaria. Asociación Mundial de Radios
Comunitarias.
14
Gumucio, A. (2006). Arte de Equilibristas: la Sostenibilidad de los Medios de comunicación Comunitarios. Revista Etcétera. En línea
http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=177 [Consultado: 22/01/2012]
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se relaciona con la participación de los actores sociales en el mismo proceso
comunicacional.
La sostenibilidad económica, por su parte, está relacionada con la
independencia financiera
y con
la
búsqueda de
estrategias éticas de
financiamiento que garanticen la autonomía del medio frente a los intereses
comerciales y gubernamentales.
La sostenibilidad institucional, finalmente, se asocia con el marco legal, con
las regulaciones y las políticas de Estado; es decir, con la existencia de un
ambiente propicio para que estas experiencias puedan desarrollarse sin
presiones. Ello supone demandas civiles en torno al logro de legislaciones que
les protejan y garanticen autonomía e independencia. (El énfasis es nuestro)
¿De dónde provienen —o deberían provenir— esas demandas civiles al
Estado? En primer lugar de las mismas ONG, pero no sólo de éstas. En
Venezuela, esfuerzos muy notables se han originado en el sector académico de la
comunicación.
En mayo del año 2011, en la conferencia magistral de apertura del Tercer
Congreso de la organización que agrupa a los investigadores venezolanos en esta
área (InveCom), la doctora Argelia Ferrer, profesora de la Universidad de los
Andes, centró su disertación en poner de relieve los silencios inexplicables de la
investigación en comunicación15.
Con ese título aludía la catedrática a una grave contradicción: a pesar de
que las universidades son el locus de la investigación en casi todas las disciplinas
científicas, los resultados de éstas no impactan a las instituciones, organizaciones
o empresas que deberían servirse de este conocimiento.
En su ponencia, Ferrer señaló algunas de las razones a las cuales podría
deberse este hecho, indicó posibles responsables y enumeró las áreas en las
cuales, según su criterio, es necesario contar con puentes comunicantes entre la
academia, las organizaciones sociales, las empresas y el sector público. De todas
ellas, destacó en su intervención —justamente— la que aquí nos convoca: la
investigación académica sobre la comunicación del tercer sector.
Ferrer, A. (2011) La investigación en comunicación y los silencios inexplicables. Quórum Académico. Vol. 8, Nº 16 (317 - 324).
Maracaibo: Universidad del Zulia.
15
9
De cara a la posible promulgación de una Ley de Medios Comunitarios por
parte de la Asamblea Nacional, la profesora enfatizó que los diputados podrían
buscar valiosos insumos para enriquecer la discusión en los insumos producidos
en nuestras universidades, pues —arguyó— los estudios son abundantes, de
distinto tenor y son el producto “de un trabajo de revisión teórica, de estudios de
campo que llevan a diagnósticos y propuestas rigurosas, contribuyendo a la
función universitaria de aportar a la vida de la república” (Ferrer, 2011).
Se puede afirmar entonces que, como producto de la situación descrita
líneas arriba, la de un sistema de medios con déficit democrático, la exigencia —
poco visible, pero sostenida en el tiempo— de contar con medios que puedan dar
cuenta de la diversidad política y cultural del país ha sido un reclamo de los
sectores académicos.
Como prueba adicional podemos mencionar el conjunto de trabajos
publicados por la revista de más larga tradición en el país en esa disciplina —
Comunicación— que añade a su nombre, como apellido de identidad, Estudios
Venezolanos de Comunicación: Perspectiva Crítica y Alternativa. A lo largo de sus
ediciones es posible descubrir, como demuestra la investigación de Molina
(2008)16, que esta línea de trabajo sobre los medios alternativos, populares y
comunitarios ha estado presente a lo largo de sus casi cuatro décadas de
existencia.
Lamentablemente, también es un hecho que ese diálogo necesario, entre
las organizaciones sociales y la academia, no ha sido fecundo en Venezuela como
tampoco lo ha sido en otros países de la región.
4. Los medios del tercer sector en la Venezuela polarizada
Como otros sectores del país, el de los medios alternativos y comunitarios
no ha salido indemne de la polarización política. En Venezuela, a raíz de los
cambios políticos ocurridos en la primera década de este siglo, si bien algunos han
surgido como producto de iniciativas ciudadanas, se cuentan también muchos,
Molina, H. (2008) Línea alternativa, popular y comunitaria en la revista Comunicación. Comunicación 144 (101-109). Caracas:
Centro Gumilla.
16
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quizá la mayoría, promovidos desde el Estado17, vale decir, impulsados desde
arriba, con propósitos que, si bien pudieran ser loables, tienen lamentables
implicaciones, relacionadas con su independencia y autonomía.
Durante el siglo pasado, puede decirse que los medios del tercer sector, de
desigual calidad e impacto, eran experiencias vinculadas con diversidad de
sectores, intereses y formas organizativas que reclamaban espacios de
representación y expresión pública de la crítica y el disenso. Eran
clara
manifestación de una demanda de democratización.
Estamos hablando de iniciativas de muy diverso tipo, algunas atípicas,
como las que surgieron al interior de medios masivos,18 y de otras muy vigorosas
que incluso lograron articularse nacionalmente a través de proyectos como el de la
Red de Reporteros Populares, la Agencia de Buenas Noticias (de la Escuela de
Vecinos de Venezuela) y la Escuela Andina de Comunicadores Populares "Mario
Kaplún" (Colectivos El Convite, Construyamos Juntos y Guarura).
En esa época, la mayoría de estos medios eran impresos y de factura casi
artesanal. A principios de 1999 sólo dos pequeñas estaciones de televisión
comunitaria, Teleboconó y Rubio TV, tenían licencias para operar sus estaciones,
junto con un puñado de emisoras de radio ilegales, como Radio Catia Libre de
Caracas, que funcionaba desde un vehículo en movimiento para evitar su
detección.
Con la promulgación de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (Lotel)19 en
el año 2000 y con la aprobación del Reglamento20 en el año 2002 se reconoce la
existencia de las emisoras de radio y TV comunitarias y se norma su quehacer. Al
calor de los sucesos políticos del momento y gracias a la política de hegemonía
comunicacional del gobierno, abiertamente expresada por el ministro de
Desde el gobierno a cargo de las funciones del Estado.
Como fueron los casos de las separatas Construyamos Juntos y Convite, publicadas por el Diario de Los Andes, en Trujillo, y El
Vigilante, en Mérida. También destaca iniciativas como las del diario, La Columna, en Maracaibo y el Diario de Caracas.
19 Ley Orgánica de Telecomunicaciones. Gaceta Oficial No. 36.970 del 12 de junio de 2000
20 Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público, sin fines de lucro.
Decreto No. 1.521 del 08 de enero de 2002
17
18
11
Información y Comunicación21, a partir de entonces si bien es cierto que los
medios alternativos cobran renovado auge, también se reconfiguran.
A pesar de que el Artículo 200 de la Lotel22, correspondiente al último
capítulo referido a las disposiciones finales y transitorias, establece que:
El Estado promoverá la existencia de estaciones de radiodifusión sonora y
televisión abierta comunitarias de servicio público, sin fines de lucro, como
medios para la comunicación y actuación, plural y transparente, de las
comunidades organizadas en su ámbito respectivo”. (El énfasis es nuestro)
la mayoría se convierte en altavoz del gobierno, como ha quedado en
evidencia, entre otros, en los estudios realizados por Rodríguez y Velazco (2009)23
(Mora, 2010)24 y (Abreu y otros, 2010) 25
Publicaciones oficiales, como notas de prensa del Ministerio del Poder
Popular para las Comunas y Protección Social, reconocen que “los Medios
Alternativos y Comunitarios ahora son parte de la parcialidad dentro del Proceso
Revolucionario”26.
Por ello coincidimos con Madriz (2010)27, quien afirma que en Venezuela
nunca los medios de comunicación alternativa disfrutaron de tanto apoyo, pero —
al mismo tiempo— nunca antes habían ejercido el rol de ser estaciones
repetidoras del discurso oficial. En pocas palabras: nunca habían
estado tan
cerca de desaparecer.
Quizá algunos estimen que esta es una afirmación lapidaria, pues es
evidente que durante esta década, como afirma Villalobos (2011)28, se ha
impulsado una mayor participación política de la sociedad y, por ende,
En la hegemonía comunicacional va a haber varios niveles: integración de los sistemas de los medios públicos, articulación de un
plan estratégico que permita la orientación de esos medios públicos; la creación de un sistema nacional de medios comunitarios y
alternativos; el impulso hacia una producción independiente. En: Weffer, Laura (2007) “El socialismo necesita una hegemonía
comunicacional”. Entrevista a Andrés Izarra. El Nacional, 08 de Enero de 2007.
22Ley Orgánica de Telecomunicaciones. Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/legislacion/lt_ley.htm [Consultada 10/02/2012]
23 Rodríguez, M. y Velazco, A. (2009). Estudio exploratorio de las radios comunitarias del Municipio Guaicaipuro del estado Miranda.
Comunicación 148 (80-85)
24 Mora, C. (2010). La participación ciudadana en la gestión de las radios comunitarias del Táchira. Trabajo de grado para optar al
Título de Magíster Scientarium en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Zulia. Mimeo.
25 Abreu, N. et al. (2010). Situación legal de las radios comunitarias en el Municipio Maracaibo del estado Zulia. Quórum Académico
Vol. 7. No.2 (11-32).
26 Avanzando en la Construcción de la Sociedad Socialista. Ley de Comunicación del Poder Popular: organización democrática y
participativa en Medios Comunitarios y Alternativos. Nota de prensa. http://www.mpcomunas.gob.ve/reportaje_intro.php?id=102
[Consultada el 23/01/2012]
27 Madriz, MF (2010). Community Media (Venezuela). Encyclopedia of Social Movement Media. UK: SAGE Publications
28 Villalobos, O. (2011). Los medios comunitarios en Venezuela: presencia, conflictos y retos actuales Comunicación 156 (38-45)
Caracas: Centro Gumilla.
21
12
desarrollado un mayor interés por la iniciativa ciudadana en cualquier predio,
incluido el de la comunicación.
Aunque la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) no ofrece
estadísticas actualizadas, la información disponible en su sitio web29 permite
aseverar que, efectivamente, estos medios han dado un salto cuantitativo.
Fuente: Conatel (Enero 2012)
Tienen presencia en todo el territorio nacional, han constituido equipos de
trabajo y articulado experiencias; igualmente, han desarrollado un importante
esfuerzo de capacitación instrumental. Sin embargo, tienen por delante un reto:
ubicarse al margen de la polarización política. En nuestro criterio, este conjunto de
medios debe impulsar y consolidar estrategias de sostenibilidad, y demandar al
Estado el desarrollo de políticas públicas que les permitan desarrollarse sin
29
http://www.conatel.gob.ve
13
presiones ni condicionamientos, pues su esencia reside en su autonomía e
independencia.
5. La legislación en ciernes: breve recuento con puntos suspensivos
El año pasado Venezuela tuvo la oportunidad de dar un paso adelante en
esa dirección. Desde la promulgación de la Lotel en el año 2000 y, posteriormente,
del Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de
Servicio Público sin fines de lucro, en el 2002, el Estado ha estado en mora en
cuanto a la promulgación de una normativa intermedia (entre una ley de carácter
orgánico y un reglamento, básicamente una ley ordinaria) que defina, precise y
regule el quehacer de los medios del tercer sector.
El cuatro de agosto, bajo el mecanismo de iniciativa popular, con el
respaldo de 26.821 firmas y el apoyo del Partido Socialista Unido de Venezuela
(Psuv), se introdujo en la Asamblea Nacional (AN), para su discusión, un proyecto
de Ley de Comunicación para el Poder Popular con el objeto de (artículo
primero) “establecer un marco normativo (…) en función de desarrollar, articular y
consolidar el proceso comunicacional que se genera desde las organizaciones y
movimiento sociales…”
Su ámbito de aplicación —se añade en el artículo
segundo— son “los medios alternativos30 y comunitarios en sus diversas
manifestaciones”, lo cual incluye expresiones muralísticas, medios impresos,
digitales, y emisoras de radio y TV31.
Aunque se menciona con reiteración la necesidad de democratizar las
comunicaciones, en especial el espectro radioeléctrico, en ningún lugar del texto
en cuestión se aborda este aspecto. Por el contrario, en 35 artículos el proyecto
desgrana una serie de elementos que han sido objeto de duras críticas por parte
de académicos y activistas dedicados al estudio y al fomento de la comunicación
ciudadana como pivote de la democracia comunicacional.
La Lotel no reconoce la existencia de medios alternativos, sólo comunitarios.
Disponible para su consulta aquí
https://docs.google.com/viewer?url=http://static.eluniversal.com/2011/08/04/PROYECTO_DE_LEY_DE_COMUNICACION_PARA_EL_
PODER_POPULAR.pdf&pli=1
30
31
14
Entre estos destaca, en primer lugar, su carácter anticonstitucional, pues
desde la misma exposición de motivos se propugna un sistema político socialista y
no el de una sociedad plural y democrática, como se determina en la Constitución
Nacional.
En el texto se establece que sólo serán objeto de reconocimiento y
respaldo financiero aquellos medios censados en la Vicepresidencia de la
República instancia que, de aprobarse la ley, pasaría a administrar un fondo cuyos
recursos principales estarían constituidos por el dos por ciento de las utilidades
(no se precisa si brutas o netas) de las empresas privadas dedicadas a la
publicidad y a las telecomunicaciones.
5.1. Las réplicas
Apenas consignada esa propuesta, los miembros de la Comisión
Permanente de Poder Popular y Medios de Comunicación que representan a la
Mesa de la Unidad Democrática (MUD), introdujeron seis días después (el 10 de
agosto) un documento denominado “Principios y propuestas para la redacción de
una Ley de medios comunitarios de servicio público sin fines de lucro” 32, en el cual
reconocen la mora del Estado en cuanto a la promulgación de una Ley para el
sector y proponen el reconocimiento y desarrollo de tres sectores de la
comunicación: “el público, el privado con fines de lucro y el privado sin fines de
lucro”.
Los diputados de la MUD, con base en el documento denominado
Principios para un marco regulatorio democrático sobre radio y TV comunitaria de
la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), señalan la necesidad de
elaborar un cuerpo normativo compatible con los estándares internacionales de
derechos humanos.
Doce cuestiones aborda este pliego: participación, diversidad de medios
(tres sectores), protagonismo de las comunidades, independencia, pluralismo,
contenidos ajustados a la Ley Resorte, democratización efectiva del espectro a
través del desarrollo de la digitalización, acceso universal, asignación transparente
de las frecuencias, acceso a la tecnología, financiamiento público y formación de
32
Disponible para su consulta aquí: http://t.co/RvJfoQG
15
los comunicadores a través de programas diseñados por entes con conocimiento
en la materia, con especial mención de las universidades nacionales que dictan
programas de comunicación.
5.2. Una tercera iniciativa
Además de esta, una propuesta anterior reposaba en la AN desde hacía
dos años. En el año 2009, a raíz del cierre de 32 emisoras de radio, el Instituto
Radiofónico Fe y Alegría (Irfa), institución con casi seis décadas de historia y que
administra cerca de 20 radioemisoras de corte educativo, introdujo en el cuerpo
legislativo un documento a través del cual expone la necesidad de que existan tres
tipos de frecuencias, “según la naturaleza de los prestadores del servicio de
radiodifusión: Públicos, Privados, Comunitarias y Sociales sin fines de lucro”.33
Un aspecto central de este texto es el criterio de que la administración de
las frecuencias propiedad del Estado la haga un ente regulador “constituido por
diversos factores de la sociedad, con criterios democráticos, tales como:
ministerios conexos con el sector, universidades públicas y privadas, comités de
usuarios y usuarias, poder comunal, sectores empresariales, representantes de
radios y TV comunitarias, gremios y organizaciones de la sociedad civil sin fines
de lucro”.
La adjudicación de las frecuencias —exhorta el Irfa— debe hacerse con
criterios de transparencia, “por concurso y por períodos de tiempo determinado a
quienes ofrezcan prestar un mejor servicio público previa presentación del
proyecto comunicacional a desarrollar”. La renovación de las concesiones —
recomienda— “estará sujeta a una audiencia pública vinculante que evalúe la
prestación del servicio en el tiempo del permiso, tomando en cuenta el proyecto
comunicacional presentado”.
Entre otros aspectos, el aporte del Irfa apunta hacia la necesidad de prohibir
“todo tipo de discriminación o cercenamiento a causa de la naturaleza jurídica de
la organización propietaria, en cuanto a potencia, modos de financiamiento,
Irfa (2009). Principios y criterios para hacer del espectro radioeléctrico una expresión de la democratización de las comunicaciones
en la Venezuela del Siglo XXI. Aportes de la red nacional radio Fe y Alegría para el debate nacional. Mimeo.
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cantidad de frecuencias disponibles o limitaciones a los contenidos”, así como a
“garantizar la independencia de los medios de comunicación”.
En el texto se hace una afirmación categórica: “Las leyes deben impedir
cualquier forma de presión, ventajas o castigos a los comunicadores, empresas o
instituciones prestadoras del servicio en función de sus opiniones, línea
informativa o editorial, en el marco del respeto al estado de derecho democrático,
la responsabilidad social en radio y televisión y los derechos humanos”.
5.3. La discusión: necesaria, pero inexistente
Con estas tres propuestas, los legisladores tuvieron la oportunidad de
debatir, de dialogar, sobre la democratización de las comunicaciones, un tema que
ha estado presente —insistimos— de manera permanente, aunque débil, en la
agenda ciudadana. Lamentablemente, ello no fue así. No al menos en la instancia
parlamentaria.
Dado que el proyecto de ley se introdujo por iniciativa popular, las 26.821
firmas que lo suscribían fueron entregadas al Consejo Nacional Electoral (CNE)
para su verificación. Cumplido ese proceso, se esperaba que la propuesta pasara
a la Comisión Permanente de Poder Popular y Medios de Comunicación
(CPPPMC) para su discusión y que, de allí, fuera a la plenaria del Parlamento.
En este ínterin, públicamente a través de foros y escritos, distintos sectores
del país se pronunciaron sobre la necesidad de realizar cambios en el
anteproyecto de ley para lograr una norma que asegurara la independencia de
estos medios.
Académicos,
algunas
ONG,
diputados,
gremios
empresariales
y
profesionales, directivos y trabajadores de radios comunitarias y educativas
coincidieron en que la propuesta requería de un profundo y sosegado análisis,
pues su contenido debería ser lo más consensuado posible34. Por su importancia,
el tema —se afirmó— debía ser discutido por toda la sociedad35.
“Abogan por una Ley de Medios Comunitarios plural”. El Universal, 24/9/2011 Disponible en:
http://www.eluniversal.com/2011/09/24/abogan-por-una-ley-de-medios-comunitarios-plural.shtml [Consultado el 31/01/2012)
35 Destacan en este esfuerzo las iniciativas de la ONG Espacio Público y del Colegio Nacional de Periodistas, organizaciones que
convocaron varios foros sobre el tema en diversas ciudades del país. Asimismo la del Diario de Los Andes, en Trujillo, que desarrolló
una campaña informativa en la cual se pronunciaron legisladores, directores de medios comunitarios, empresarios y académicos. Esta
última puede consultarse aquí: http://periodistasandinos.blogspot.com/2011/11/se-discutira-la-ley-de-medios.html
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Lamentablemente, eso no sucedió. Tres meses después, el 10 de
noviembre, sin pasar por la CPPPMC, lo cual constituyó una clara violación del
Reglamento de Interior y de Debates de la AN, el proyecto de ley llegó a la
plenaria para su aprobación.
Por mayoría simple, con los votos del Psuv y del Partido Comunista de
Venezuela (PCV), sin un análisis de fondo, sin debate y sin considerar los aportes
hechos por sectores ajenos al oficial, la Ley se aprobó en su primera discusión.
Aunque con algunas modificaciones36.
En primer lugar, de Comunicación para el Poder Popular trasmutó a
Comunicación del Poder Popular. En el artículo primero (Objeto de la Ley) se
incluye el deber que tienen estos medios de garantizar una comunicación libre y
plural. En el artículo 6 (de las definiciones) apartado 2, se estableció que son
medios sin fines de lucro. En el artículo 18 (del financiamiento) se mantuvo la
constitución de un fondo manejado por la Vicepresidencia de la República, pero la
contribución especial a éste se redujo a un solo tipo de empresas, las de
publicidad y mercadeo (se excluyó a las de telecomunicaciones) que deberán
aportar el 2% de sus ganancias o utilidades.
En este texto tampoco se incluyó el asunto relativo a la distribución equitativa
del espectro radioeléctrico, pero —como bien precisa Urbina37— este sí pasa a
formar parte del objeto central de la normativa, dado que el artículo 4 (Finalidad),
en su apartado número 2, establece que se democratizará el espectro
radioeléctrico nacional, “dándole prioridad a los medios de comunicación del Poder
Popular” 38.
La segunda discusión en plenaria se llevó a cabo un mes más tarde y
nuevamente el texto sufrió cambios. El 16 de diciembre se aprobaron los primeros
cinco artículos del Título I, a saber: 1) Objeto, 2) Comunicación del Poder Popular,
3) Ámbito de Aplicación 4) Finalidad y 5) Principios y Valores.
Se puede consultar aquí:
http://www.asambleanacional.gov.ve/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=3654&tmpl=component&format=raw&Itemi
d=185&lang=es
37 Urbina, J (2012). El plan de vuelo de la Ley de Comunicación del Poder Popular. Inédito.
38 Texto aprobado en la primera discusión en plenaria.
http://www.asambleanacional.gov.ve/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=3654&Itemid=213&lang=es
[Consultado el 27/01/2012]
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Es necesario resaltar las modificaciones hechas entre las dos discusiones.
En el texto aprobado en la primera, el artículo 2 correspondía al Ámbito de
Aplicación. En la segunda, este pasa al ser el de Comunicación del Poder Popular.
El artículo 3, por su parte, que se refería a los Principios y valores rectores pasa a
ser el 5 y se denomina únicamente Principios y valores. El ateniente al Ámbito de
Aplicación pasa a ser el 3 y por último —pero no por ello menos importante, muy
por el contrario— se incluye un sexto artículo (aún no aprobado) sobre las
Definiciones.
Este último artículo del Título I incluye 11 ítems adicionales a los
presentados en el pliego aprobado en la primera sesión plenaria de la AN. Entre
estos se cuentan las definiciones de formas organizativas como los Comités de
Medios, el Consejo Nacional de Comunicación Popular y los Consejos
Populares de Comunicación; y de medios y canales de comunicación como la
TV digital, la TV digital Terrestre (TDT) y la transmisión por cable39. (El énfasis
es nuestro)
Pasados ya dos meses, a la fecha de poner punto final a este artículo, aún
está pendiente la continuación de la discusión en plenaria para la aprobación y
sanción definitiva, por parte de la AN, de la Ley de Comunicación del Poder
Popular. Una nota de prensa emanada del Parlamento, sin embargo, ya anuncia
que en una reunión ordinaria de la CPPPMC, los diputados del partido oficial
afirmaron que esta sería una contribución “al fortalecimiento del poder popular,
como base hacia una estructura de gobierno comunal que se va perfilando”40. En
paralelo, también según un anuncio oficial, la CPPPMC comenzaría a considerar
la posible aplicación de una Ley de TV por Suscripción…41.
Texto cuyos primeros cinco artículos fueron aprobados en segunda discusión
http://www.asambleanacional.gov.ve/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=3745&Itemid=213&lang=es
[Consultado el 27/01/2012]
40 Darío Vivas: Se va perfilando estructura de gobierno comunal. Nota de prensa de la Asamblea Nacional de fecha 08/02/2012
disponible en: http://www.vtv.gov.ve/index.php/culturales/76787-dario-vivas-se-va-perfilando-estructura-de-gobierno-comunal[Consultada el 09/02/2012]
41 Ley de TV por suscripción será analizada por la Asamblea Nacional. Información de Venezolana de Televisión. Disponible en:
http://www.vtv.gov.ve/index.php/nacionales/76384-ley-de-tv-por-suscripcion-sera-analizada-por-la-asamblea-nacional[Consultada el 05/02/2012]
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6. Breve resumen y una pregunta para iniciar el diálogo
De acuerdo con Germán Rey, “pensar la democracia hoy es hablar de
democracias de alta calidad y de baja calidad, de democracias fortalecidas frente
a democracias frágiles; y su fortaleza o debilidad tiene mucho que ver con las
posibilidades comunicativas de la sociedad, de los ciudadanos, con los
procedimientos reales de expresión de la sociedad”.42
Los medios de comunicación están muy lejos de ser un instrumento. En
ellos se fragua —se instituye— la práctica misma de la democracia. En palabras
del maestro Mario Kaplún (1992)43, si se aspira a construir una sociedad no
avasallada por la homogeneización, sino edificada sobre el diálogo y la
cooperación solidaria,
el desarrollo de las competencias comunicativas es un
factor esencial. Y estas competencias, debemos aclarar, no se refieren a un
simple manejo instrumental.
Como indica Ramos (2006)44 las verdaderas competencias comunicativas
son aquellas que procuran y conducen a la ampliación de la mirada y a la
superación de las dicotomías. Ese, para nosotros, es uno de los rasgos más
nobles de los medios del tercer sector: su intrínseca pluralidad, su carácter
democrático y su función democratizadora.
En medio de un clima de aguda polarización política, de honda fractura
social como la que padecemos en Venezuela, las organizaciones sociales tienen
el reto de abrir espacios públicos y privados para que se escuche y armonice la
pluralidad de voces que dan vida al tejido social.
El enorme desafío que implica una apuesta por la convivencia, por sobre la
fragmentación, supone que las organizaciones sociales legitimen la democracia —
y se legitimen— mediante prácticas comunicativas que promuevan la inclusión de
todos los sectores que conforman la sociedad. Esto, obviamente, incluye el tema
mediático, pero lo trasciende.
Citado en: Lineamientos del Programa de Gobierno Unitario en materia de Comunicaciones. Una agenda de país desde la
democratización genuina de las comunicaciones (Nueva institucionalidad para las comunicaciones. Comisión Técnica de
Comunicaciones de la Mesa de la Unidad democrática. Caracas, 12 de octubre de 2011
43 Kaplún, M. (1992). A la educación por la comunicación. Santiago: UNESCO
44
Ramos, J. (2006). La radio comunitaria en México: lecciones aprendidas y claves para el futuro. Santiago de los Caballeros
(República Dominicana): Coloquio internacional sobre medios comunitarios, participación, sostenibilidad e identidad.
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En palabras de López Vigil (2005)45, las energías de los medios del tercer
sector deben dirigirse a prestar un servicio altamente político: influir en la opinión
pública, inconformar, crear consensos, ampliar la democracia. Su mayor empeño
debe consistir en construir comunidad. Por lo demás, tienen el deber de contribuir
con la defensa de los derechos humanos, con el bienestar social, con la justicia,
con la convivencia y con la paz.
En nuestro criterio tanto el proceso de discusión como el contenido de la
Ley de Comunicación del Poder Popular son una muestra del no deber ser. Del
proceso, porque a pesar de haber opiniones divergentes estas no han sido
discutidas ni tomadas en consideración; del contenido, porque la normativa se
intenta ajustar a intereses políticos y partidistas circunstanciales que no
representan a los del conjunto de la sociedad.
Es obligación de los ciudadanos organizados demandar al Estado políticas
públicas que garanticen la existencia de un ambiente propicio para que los medios
del tercer sector puedan cumplir con su misión sin presiones. La del Estado, por
su parte, es la de procurarlo a través de marcos legislativos y regulatorios
apropiados. En el cumplimiento de ambas tareas, la historia inmediata nos dice
que tanto el Estado como las organizaciones sociales venezolanas tienen una
deuda pendiente, un trabajo por hacer.
¿Cómo avanzar en esa dirección? Es la pregunta que traemos a este foro.
López V., José I. (2005) Manual urgente para radialistas apasionados. Disponible en: http://www.radialistas.net/manual.php
[Consultado el 23/01/2012]
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