Enfermedades_del_o_do

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Universidad del Mar
Facultad de Medicina
Otología
Dr. Vicente Carrillo Andrades
Anatomía y Fisiología
Evaluación de la audición
Otitis
Sindrome Vertiginoso
Sordera
Otoesclerosis
Traumatismos
Anatomía
Hueso temporal
Está situado en la parte inferior y lateral del cráneo. Limita por adelante con el
esfenoides, atrás y adentro con el occipital y arriba con el parietal. Se desarrolla de
3 piezas distintas que crecen y se sueldan constituyendo las cisuras (escama
(squama), hueso timpanal y peñasco). La escama se extiende abajo y atrás para
unirse con la base del peñasco y formar la mastoides (cisura petroescamosa
posterior). La escama así mismo se desarrolla teniendo dos partes: superior
(vertical) e inferior (horizontal) (cisura petroescamosa superior). El anillo timpanal
se transforma en canal abierto hacia arriba y forman el conducto auditivo externo
(CAE) en su cara anterior, inferior y posterior. La pared superior está formada por la
porción horizontal de la escama. La cara anterior se une con la escama en la sutura
timpanoescamosa anterior o cisura de Glasser (fissura tympanosquamosa). La
mastoides se une al timpanal por la sutura timpanoescamosa posterior hacia afuera y
timpanopetrosa hacia adentro. La extremidad interna se separa del peñasco para
formar la trompa de Eustaquio (tuba auditiva).
El estudio anatómico del hueso temporal lo divide en tres porciones: Escama,
mastoides, y peñasco.
La escama es una lámina semicircular, aplanada de afuera hacia adentro. Posee dos
caras y un borde.
La cara exocraneal se divide en dos partes, una porción superior o temporal y otra
inferior obasilar, por una larga apófisis llamada apófisis cigomática. La apófisis
cigomática comprende dos segmentos, basal y anterior.
Segmento basal: cara superior: fascículos posteriores m. temporal
cara inferior: raíces de la apófisis cigomática
Segmento anterior: cara externa
cara interna
borde superior: aponeurosis temporal
borde inferior: músculo masetero
extremidad anterior: articula con hueso malar
Porción superior o temporal de la escama: se encuentra por arriba de la apófisis
cigomática y es una cara convexa y lisa. Allí se inserta el músculo temporal y está
generalmente recorrida por un surco vascular (a. temporal profunda posterior)
Porción inferior o basilar de la escama: pertenece a la base del cráneo y presenta:
1.- la raíz transversa de apófisis cigomática o cóndilo del temporal.
2.- la cavidad glenoídea, por detrás del cóndilo. Es elíptica y constituye una
depresión profunda, con su eje mayor dirigido de afuera hacia adentro y de
adelante hacia atrás.El fondo está recorrido por la cisura de Glasser o cisura
timpanoescamosa. Esta cisura divide la cavidad en dos campos, uno anterior,
articular y otro posterior no articular.
3.-Tubérculos cigomáticos anterior y posterior
4.-Superficie plana subtemporal
Cara endocraneal
Presenta depresiones en relación con las circunvoluciones cerebrales y surcos vasculares
excavados por las ramas de la arteria meníngea media.
Borde circunferencial
El borde de la escama tiene dos partes: inferior adherente al resto del hueso y superior libre.
Mastoides
La porción mastoídea del temporal se sitúa en la parte posteroinferior del hueso, por detrás
del CAE. Los dos tercios posteriores están constituidos por la base del peñasco y su tercio
anterior por la escama.
Cara exocraneal: presenta comunmente vestigios de la cisura petroescamosa posterior, que
separa en la mastoides la zona de origen escamoso de la zona de origen petroso. Los tres
cuartos posteroinferiores de la cara externa presentan rugosidades por la inserción de los
músculos occipital, esternocleidomastoídeo y esplenio de la cabeza.
En las proximidades del borde posterior, y hacia su parte media, presenta el conducto o
agujero mastoídeo (con vena emisaria). El cuarto anterosuperior de la superficie
exocraneal de la región mastoídea es casi liso. Allí se encuentran: la espina suprameática y
la zona cribosa.
La parte inferior de la cara exocraneal se prolonga por una eminencia cónica, la apófisis
mastoides.Esta presenta la ranura digástrica donde inserta el músculo digástrico y pasa la
arteria occipital.
Cara endocraneal: Por delante la cara se confunde con la base de la pirámide petrosa.
Detrás es lisa y contribuye a formar el piso posterior de la cavidad craneal, el
seno lateral y presenta el agujero mastoídeo con una vena anastomótica.
Borde circunferencial: Se confunde por delante con la escama y con el peñasco. El resto de
su extensión es grueso y rugoso y se articula con el parietal hacia arriba y con el occipital
hacia atrás.
Peñasco o porción petrotimpánica
Tiene la forma de una pirámide cuadrangular cuyo eje está dirigido oblicuamente hacia
adelante y hacia adentro. La base mira afuera y atrás. El vértice truncado hacia adelante y
adentro.
Cara anterosuperior:
eminencia arcuata
hiato de Falopio
hiatos accesorios: nervios petrosos superficiales y profundos
fosita del ganglio de Gasser (por delante del hiato de Falopio)
Tegmen tympani
Cara posterosuperior
conducto auditivo interno (n. auditivo, n. facial, n. intermediario de
Wrisberg)
fosa subarcuata (orificio del conducto petromastoídeo)
fosa ungueal (orificio posterior del acueducto del vestíbulo)
Cara anteroinferior
En sus dos tercios posteriores -- > lámina ósea delgada, cóncava y lisa
(hueso timpanal) que forma el CAE y parte de la cavidad glenoídea.
Por delante de la ap. estiloides se encuentra la ap. vaginal.
Adentro y adelante de la cavidad glenoídea se encuentra la apófisis tubárica
del timpanal (con el conducto del músculo del martillo y el conducto óseo
de la trompa de Eustaquio).
Por delante y por dentro de estos orificios, la cara anteroinferior del peñasco
está ahuecada en canal y forma al unirse con el ala mayor del esfenoides un
canal más ancho, esfenopetroso o tubárico, que corresponde a la trompa de
Eustaquio.
Cara posteroinferior
hacia atrás: apófisis estiloides (embriológicamente pertenece al hioides)
donde
inserta el ramillete de Riolano (ligamentos estilomaxilar y estilohioídeo, m.
estilofaríngeo, estilohioídeo y estilogloso).
por detrás de la apófisis estiloides el orificio estilomastoídeo (n. facial).
por detrás y por dentro del agujero estilomastoídeo, la carilla yugular, que se
articula con la ap. yugular del occipital.
por delante de la carilla yugular y por dentro de la ap. estiloides, la fosa
yugular,
que corresponde al seno de la v. yugular interna.
por delante de la fosa yugular, el orificio inferior del conducto carotídeo.
el orificio inferior del conducto de Jacobson o conducto timpánico (n. de
Jacobson).
por delante del carotídeo, una superficie rugosa que se extiende hasta el
vértice del peñasco (m. periestafilino interno).
Borde superior
recorrido en la mayor parte por el canal del seno petroso superior
escotadura del n. trigémino
Borde anterior
por detrás la cisura de Glasser
articula con esfenoides -- > agujero rasgado anterior (foramen lacerum)
Borde posterior
agujero rasgado posterior (foramen yugularis): golfo de v. yugular interna,
n. IX, X, XI y ganglio petroso del IX
Borde inferior
separa caras anteroinferior y posterinferior
Base
región mastoídea
CAE
Vértice
truncado y desigual: orificio anterior del conducto carotídeo
Conductos
conducto carotídeo (a. carótida interna)
conducto caróticotimpánico (n. y a. caroticotimpánicas)
conducto del facial (acueducto de Falopio) (n. facial)
conducto timpánico (Jacobson)
conducto de la rama auricular del neumogástrico
Oído
1.- Oído externo
El Pabellón es una lámina cartilaginosa plegada sobre sí misma, en diversos sentidos, de
forma oval, con la extremidad mayor hacia arriba y cubierta por la piel. Se sitúa en las
partes laterales de la cabeza por detrás de la articulación temporomandibular. Está unido a
la pared lateral de la cabeza por la parte media de su tercio anterior y es libre en el resto de
su extensión. El ángulo cefaloauricular: es de 30°. La inervación sensitiva por rama
auricular del plexo cervical superficial (región póstero-inferior del pabellón, del CAE y del
lóbulo). nervio facial (intermediario de Wrisberg (concha y CAE o zona de Ramsay-Hunt)
y nervio auriculotemporal del V3 (trago y región anterior del hélix y el pabellón).
El rol del oído externo es la orientación sonora, la protección del tímpano, la regulación del
la humedad, la temperatura y el cerumen tiene efecto antibacteriano. Asimismo actua como
resonador para los sonidos de frecuencias medias.
El Conducto Auditivo Externo (CAE) tiene:
longitud 25 mm
diámetro 5 a 10 mm
acodadura en la unión porción fibrocartilaginosa (ext.) y porción ósea (int.)
proximidad del hueso temporal - mandíbula
glándulas ceruminosas y sebáceas
inervación sensitiva: nervio facial (zona de Ramsay-Hunt) y nervio
neumogástrico (p. interna + tímpano) (tos refleja).
Rol
orientación sonora en el espacio
protección del oído medio y el tímpano
regulación de la humedad y temperatura y rol antibacteriano (cerumen)
resonador (sonidos de frecuencias medias).
2.- Oído Medio
Caja del tímpano, anexos mastoídeos y trompa de Eustaquio constituyen el eje aéreo del
oído.
Medidas de la caja: Ancho 15 mm – Altura post. 15 mm – ant 7 mm – profundidad 3 a 6
mm.
arriba
el epitímpano (ático)
hacia posterior el retrotímpano
adelante
el protímpano (trompa de Eustaquio ósea)
abajo
el hipotímpano
al centro
el mesotímpano
Paredes de la cavidad timpánica
Pared laberíntica
promontorio y surco para el nervio timpánico (Jacobson)
fosa oval de la ventana vestibular u oval: platina del estribo y articulación
estapedo-vestibular.
fosa de la ventana coclear o redonda: tímpano secundario
seno timpánico (sinus tympani)
2ª. porción del nervio facial
conducto del músculo del martillo
proceso cocleariforme
Pared superior o epitímpano
canal semicircular lateral
fosita pretubárica
tegmen tympani: techo del epitímpano
Pared inferior o yugular o hipotímpano
golfo dela vena yugular
Pared anterior o tubocarotídea
4 orificios:
la cuerda del tímpano
el conducto del músculo del martillo
el orificio tubario (o protímpano)
la cisura de Glasser (a. timpánica anterior + ligamento anterior del martillo)
Pared Mastoídea
aditus ad antrum
fosita del yunque (fossa incudis)
retrotímpano: alrededor de la pirámide del estribo
4 senos : 2 superiores y 2 inferiores ( sinus tympani y receso facial)
Pared membranosa o timpánica
Tímpano
pars tensa 10 mm x 9 mm l / superficie 74 mm²
forma cónica alrededor del mango del martillo
fija al sulcus timpánico (rodete de Gerlach o annulus)
3 capas: cutánea (externa), fibrosa (media) y mucosa (interna)
pars fláccida: capa fibrosa mal definida (porción atical del tímpano)
Cadena osicular
Martillo: mango, cabeza, cuello y dos apófisis (lateral y anterior). Altura 8 mm
Yunque: cuerpo, dos ramas horizontal y vertical y apófisis lenticular
articulación incudo-maleolar e incudo-estapediana, altura 7 mm
Estribo: cabeza, dos ramas anterior y posterior, platina, altura 4 mm, platina: 3/1,5
mm
Músculos
músculo tensor del tímpano (del martillo) (inervación: V)
músculo del estapedio (estribo) (inervación: VII)
se habla de sistema tímpano-osicular
Anexos mastoídeos o bloque mastoídeo
Proceso de neumatización variable
Un sistema principal que depende de la cavidad antral (el antro mastoídeo y sus células
periantrales)
Un sistema accesorio que depende de la cavidad timpánica (células peritimpánicas no
mastoídeas, en especial las perilaberínticas y de la punta del hueso temporal, bajo, anterior
y translaberínticas).
La trompa de Eustaquio
parte ósea =
protympanum
parte fibro-cartilaginosa (=la misma trompa)
entre las dos partes:
el itsmo
Protympanum=
oído medio (12 mm)
trompa fibro-cartilaginosa= dependencia de la nasofaringe ((24 mm – total 36 mm)
orificio faríngeo (u ostium tubario) rodeado por la fosita de Rosenmüller. En el niño situado
más bajo que en el adulto. Rico en glándulas y tejido linfoide (amígdala de Gerlach)
los músculos peritubarios: m. tensor del velo (o estafilino externo) adelante
m. elevador del velo (o estafilino interno) por atrás
función: eje aéreo del oído: aereación óptima indispensable para la función tímpanoosicular, la transmisión de la energía sonora al oído interno y mantención del nivel de
energía sonora incidente.
relación hidráulica (relación de superficies: superficie vibrante timpánica y
superficie platinar)
recuperación de 26 dB (sobre una pérdida de 30 – paso de medio aéreo a líquido)
oído medio= adaptador de impedancia acústica
músculo del estapedio -- >
protección del oído interno
mejora la discriminación sonora para los sonidos intensos
aumenta el campo dinámico de la audición
Oído Interno
Está enteramente contenido en la parte petrosa del hueso temporal, por dentro de la caja del
tímpano. Comprende: 1) el laberinto óseo, compuesto por distintas cavidades que
comunican entre sí: 2) el laberinto membranoso, formado por cavidades de paredes
membranosas, conenidas dentro del laberinto óseo. Del laberinto membranoso nacen las
vías nerviosas acústicas y vestibulares. Las cavidades del laberinto membranoso están
llenas de un líquido llamado endolinfa. El laberinto membranoso no llena completamente
las cavidades del laberinto óeso. El espacio que separa la pared del laberinto membranoso
de las del laberinto óseo, más o menos amplio según las regiones, se llama espacio
perilínfático. Está lleno de un líquido perilinfático (conducto coclear). El laberinto
membranoso es un aparato neurolinfático. El hueso petroso que rodea esta cavidad es muy
denso (cápsula ótica).
La endolinfa (canal y saco endolinfático)
Laberinto anterior= audición
Laberinto posterior= equilibrio
Zonas neurosensoriales:
anterior: conducto coclear (Cóclea)
posterior :crestas ampulares (conductos semicirculares
máculas utriculares y vestibulares (vestíbulo)
-- > eje neurosensorial del oído
Laberinto óseo
Mide de largo 2 cm y de altura 13 mm en posterior y 7 en anterior. Consta de tres partes:
anterior: el caracol
media: el vestíbulo
posterosuperior: conductos semicirculares: lateral o externo, anterior o
superior,
y posterior en 3 planos perpendiculares entre ellos
El vestíbulo: es una cavidad ovoídea. Tiene un diámetro de 4 mm.
Presenta:
comunicación con orificio ampular y no ampular del conducto semicircular lateral, orificio
no ampular de los conductos anteriores y posteriores y orificios ampulares de los conductos
semi-circulares anteriores y posteriores
las ventanas oval y redonda
el acueducto del vestíbulo: es un conducto óseo muy estrecho que se extiende desde el
vestíbulo a la cavidad craneal
Los conductos semicirculares óseos: son tubos cilíndricos encorvados en forma de
herradura y que se abren en el vestíbulo por sus dos extremidades. De sus dos orificios, uno
está dilatado y se denominal orificio ampular; el otro conserva el calibre del conducto y se
llama orificio no ampular. Son tres y se dividen según su orientación en:
Externo (lateral): el más corto (15 mm)
Superior (anterior) : 16 mm
Posterior: el más largo (20 mm)
en los tres planos del espacio
Los conductos asteriores y posteriores tienen una rama común y por lo tanto una
extremidad no ampular común.
El caracol: es un conducto óseo enrollado en espiral alrededor de un eje cónico llamado
columela y dirigido oblicuamente de atrás hacia delante y de adentro hacia fuera. Mide de
largo 30 mm y tiene un diámetro de 1- 2 mm. Está constituído por un laberinto óseo
tapizado de estructuras celulares que forman un laberinto membranoso. Posee una lámina
ósea que se desprende de la columela. Es la lámina espiral completada por la membrana
basilar, delimitada por dos rampas: vestibular (hacia el apex) y timpánica (hacia la base).
El eje central de la cóclea, el modiolo o columela (dos vueltas y media), es un tubo
óseo dentro del cual corren las fibras del nervio auditivo. La espiral ósea arrollada
alrededor del modiolo está separada en tres compartimientos:
-la escala vestibular
-la escala media
-la escala timpanica
La escala timpanica se separa de la escala media por la membrana basilar; la
membrana de Reissner, compuesta por dos capas celulares, separa la escala media
de la vestibular. Las escalas timpánica y vestibular (con perilinfa) se comunican en
el vértice de la cóclea por un orificio, el helicotrema. En la base de la cóclea la
escala timpánica termina en la ventana redonda. Un pequeño tubo, el acueducto
coclear, conecta la perilinfa con el líquido cefalorraquídeo. La escala vestibular, en
la base de la cóclea, se corresponde con la ventana oval en el oído medio donde se
articula con el estribo. Las escalas medias y vestibular se continúan en la base de la
cóclea con la porción vestibular del oído interno. La escala media conecta con el
sáculo a través del ductus reuniens y la endolinfa contenida en ella está en
comunicación con el saco endolinfático.
En la escala media, limitada por la lámina reticular, la membrana de Reissner, la
estría vascular, el ligamento espiral y la prominencia espiral, se encuentra el órgano
de Corti que contiene, entre otras estrcuturas celulares, el receptor auditivo: las
células ciliadas.
Laberinto membranoso
Al igual que el laberinto óseo, el laberinto membranoso consta de tres partes: el vestíbulo,
los conductos semicirculares y el caracol.
Caracol (30 mm)
El caracol membranoso o conducto coclear, tiene la forma de un tubo prismático
triangular, enrollado de la misma manera que el conducto óseo. Ocupa dentro del
caracol óseo el espacio comprendido entre el borde libre de la lámina espiral y la
parte correspondiente de la lámina de los contornos. El caracol membranoso
complementa así el tabique formado por la lámina espiral y que separa las dos
ramas del caracol.
Se describen en el conducto coclear tres paredes: una pared externa, el ligamento
espiral, aplicada sobre la lámina de los contornos y que corresponde a un
engrosamiento del periosteo; una cara superior, llamada membrana de Reissner, en
relación con la rampa vestibular; una cara inferior, llamada membrana basilar, en
relación con la rampa timpánica. Sirve de apoyo al Organo de Corti, de donde
nacen las fibras de la porción coclear del nervio auditivo. Apófisis Cigomática:
comprende dos segmentos, basal y anterior
Segmento basal : cara superior: fascículos posteriores m. temporal
cara inferior: raíces de la apófisis cigomática
Segmento anterior: cara externa
cara interna
borde superior: aponeurosis temporal
borde inferior: músculo masetero
extremidad anterior: articula con hueso malar
El conducto coclear se prolonga hacia atrás en el piso del vestíbulo, por fuera del
origen de la lámina espiral, donde termina por un fondo de saco. La parte vestibular
del caracol está unida al sáculo por un estrecho conducto llamado canalis reuniens
de Hensen.
 pared superior : membrana de Reissner
 pared externa : ligamento espiral - con la estria vascular (secreción de
endolinfa)
 pared inferior : membrana basilar : órgano de corti (recubierto por la
membrana de Corti) :
 celulas sensoriales - 3 hileras células ciliadas externa con estereocilios
1 hilera de células ciliadas internas
 células de sostén (de Deiters y de Hensen) y los pilares.
Organo de Corti: con células sensoriales (células ciliadas internas y
externas) mantenidas por los pilares interno y externo y células de soporte
(Deiters Hensen y Claudius). La membrana tectoria cubre la superficie
apical de las células
El órgano de Corti
El órgano de Corti está situado en el conducto coclear del oído interno sobre la
membrana basilar. Consiste en un repliegue epitelial de cerca de 100 milimicrones
de espesor y 34 mms. de longitud, que ocupa todo el largo del conducto coclear,
conteniendo las células sensoriales
Las células ciliadas se ubican en el órgano de Corti que se asienta sobre la membrana
basilar. Alberga 15.000 células ciliadas que se interdigitan con células de soporte.
células ciliadas internas (CCI)
células ciliadas externas (CCE)
Las CCI forman una única hilera, cercana al modiolo y las CCE forman tres hileras,
separadas de las CCI por las células pilares de soporte, que dejan entre sí un tunel: el túnel
de Corti. El polo apical de las células ciliadas, que mira hacia la escala media, detecta el
estímulo y realiza la transducción sensorial. En el polo basal las células ciliadas hacen
contacto sinápticos especializados con las fibras aferentes, que conducen la información
hacia el sistema nervioso central, y fibras eferentes que controlan la entrada sensorial.
La cara endolinfática del limbo espiral tiene células secretorias encargadas de la formación
de la membrana tectoria (contiene material extracelular de tipo gelatinoso). Por su
ubicación sobre las células ciliadas se piensa que tiene un appel fundamental en el
mecanismo de transducción.
Células de soporte: células de Deiters, céliulas de Hensen y células de Claudius
Las células ciliadas externas son alargadas y cilíndricas con el núcleo en posición
basal. Son de menor diámetro que las internas, su superficie apical contacta con las
células de soporte mediante uniones estrechas y adherentes. Cada célula está
envuelta en su base por una célula de Deiters. A diferencia de las CCI las CCE
tienen libres sus superficies laterales contactando con el fluido circundante (facilita
su función contractil). Los estereocilios están ordenados en W y graduados en
altura. La inervación aferente está altamente subdividida.
Vestíbulo
El vestíbulo membranoso se compone de dos vesículas contenidas en el vestíbulo óseo: la
superior, alargada de adelante hacia atrás, se llama utrículo; la inferior, más pequeña,
redondeada, es el sáculo. Estas dos vesículas se adhieran a la parte correspondiente de las
paredes del vestíbulo óseo: el utrículo a nivel de la fosa semiovoídea y el sáculo en la fosa
hemisférica. De la cara interna de estas vesículas nacen las fibras utriculares y saculares del
nervio vestibular: estas fibras atraviesan luego los orificios de las fosas semiovoídea y
hemisférica para llegar al conducto auditivo interno. En todo el resto de su superficie, el
utrículo y el sáculo están separados de la pared ósea por el espacio perilinfático. La cara
externa del utrículo está situada frente a la ventana oval.
Conducto endolinfático: de las paredes internas del utrículo y del sáculo nacen dos finos
conductos que se dirigen hacia tras y hacia arriba y se unen formando un solo conducto, el
conducto endolifático. Este se introduce en el acueducto del vestíbulo y termina, por debajo
de la duramadre craneal, en un ensanchamiento, el fondo de saco endolinfático.
Conductos semicirculares
Los conductos semicirculares membranosos tiene la misma configuración
que los conductos semicirculares óseos, dentro de los cuales están
contenidos. Su calibre es mucho menor, de manera que están bañados por la
perilinfa contenida en el espacio perilinfático. Estos conductos desembocan
en el utrículo. De la pared interna de las ampollas nacen las fibras nerviosas
que pasan al conducto auditivo interno.
Receptores
-crestas ampulares (ampollas de conductos semicirculares)
-máculas (utrículo y sáculo)
Crestas ampulares
Conductos horizontal (o lateral o externo)
vertical anterior (o superior)
vertical posterior
Cada conducto decribe dos tercios de círculo y está en ángulo recto con respecto a los otros
dos.
Contienen en su interior endolinfa y poseen un extremo dilatado (ampolla) dentro del cual
se encuentran los receptores sensoriales. En la ampolla se encuentra un área engrosada
denominada “septum trasversum”. Su parte más prominente es la cresta ampular (crista
ampullaris).
La cresta ampular está formada por un epitelio columnar formado por células fusiformes de
sostén junto a células ciliadas (que forman el epitelio propiamente tal). Los cilios de las
células ciliadas se proyectan en una sustancia gelatinosa denominada cúpula que se
extiende hasta la pared opuesta de la ampolla y de este modo separa la endolinfa del
conducto semicircular de la endolinfa del utrículo. La viscocidad de la cúpula es más o
menos el doble que la del agua, y su densidad es similar a la de la endolinfa.
Tipos de células ciliadas:
C.C. Tipo I: forma de botella, que están rodeadas por una gran terminación nerviosa no
vesiculada en forma de cáliz.
C.C. Tipo II: forma cilíndrica, y hacen contacto con terminaciones nerviosas vesiculadas y
no vesiculadas.
La superficie superior de ambas células está casi completamente cubierta por una capa
cuticular. Tienen dos tipos de cilios: esteorocilios (50 a 80 cilios finos) y
quinocilio (uno solo grueso y largo)
El estereocilio está formado por dos capas de membranas, la externa prolongación de la
cutícula y la interna con la porción radicular del pelo. En el centro hay un filamento y están
ordenados según dimensión.
El quinocilio está implantado en una zona sin cutícula a un cuerpo basal y tiene 9
filamentos tubulares dobles periféricos y dos simples centrales. El quinocilio siempre se
encuentra localizado en la periferia del manojo de estereocilios. En las crestas ampulares,
los kinocilios de todas las células están ubicados al mismo lado de la superficie celular, y
por lo tanto están uniformemente polarizados. En la cresta del conducto semicircular
horizontal, los quinocilios se encuentran siempre en el extremo utricular de la superficie
celular (polarización hacia el utrículo), mientras que en ambos conductos semicirculares
verticales (superior y posterior) se encuentran en el extremo distal (o canalicular) de la
superficie celular (polarización alejada del utrículo).
Máculas
Existen dos estructuras otolíticas, el utrículo y el sáculo. El utrículo es un saco de forma
ovoídea, que se encuentra en el receso elíptico de la pared medial del vestíbulo. La mácula
del utrículo yace aproximadamente en el plano horizontal y se encuentra en el receso
utricular, que corresponde a la porción anterior dilatada del utrículo. El sáculo es un saco
aplanado, de forma irregular, más pequeño que el utrículo, que se encuentra en el receso
esférico de la pared medial del vestíbulo. La mácula del sáculo yace aproximadamente en
un plano vertical (por lo tanto tiene un plano casi perpendicular al de la mácula utricular) y
se encuentra en su pared medial.
Las máculas utricular y sacular son áreas engrosadas que contienen neuroepitelio. Los
cilios de sus células ciliadas están embebidos en una sustancia gelatonosa, denominada
membrana otolítica, que contiene cristales de carbonato de calcio (otolitos u otoconias)
cuya densidad es considerablemente mayor que la de la endolinfa circundante. El epitelio
sensorial de las máculas tiene la misma estructura morfológica general que el de las crestas.
Cada mácula puede ser dividida en dos áreas por una línea curva, denominada estriola, que
es extiende por su parte media. Al igual que las crestas ampulares, las células ciliadas de las
máculas están morfológicamente polarizadas con respecto a la ubicación de su quinocilio.
En la mácula utricular las células ciliadas tienen sus kinocilios orientados hacia la estriola;
en la mácula sacular, en cambio, los quinocilios se encuentran en el extremo de la célula
alejado de la estriola.
Endolinfa
Todos los componentes del laberinto membranoso comunican entre sí por medio de los
conductillos de origen del conducto endolinfático y por el canalis reuniens. Todas estas
cavidades están llenas de un líquido incoloro, la endolinfa. La endolinfa tiene una
composición química parecida al líquido intracelular (e inverso a la perilinfa, rico en Na+ y
pobre en K+, parecido al LCR).
Perilinfa:
Los espacios perilinfáticos, que separan el vestíbulo membranoso de las paredes del
vestíbulo óseo, así como los espacios comprendidos entre los conductos semicirculares
membranosos y óseos, están tabicados muy irregularmente por trabéculas fibrosas que unen
las paredes membranosas con el periostio. Por el contrario, en el caracol, las dos rampas
son espacios perilinfáticos que están libres en toda su extensión.
Todos los espacios perilinfáticos comunican entre sí y están llenos de perilinfa.
Conexiones nerviosas
El nervio auditivo (VIII) o estato-acústico se divide en rama coclear y rama
vestibular
Nervio coclear y vía auditiva
Sistema aferente: c.c.i. reciben 45.000 fibras aferentes (90-95% de las
fibras del nervio coclear), c.c.e. reciben 3 à 5.000.
Sistema eferente: destinado a las c.c.e.
Las neuronas auditivas primarias o de primer orden se localizan en el ganglio espiral
(cóclea). Las dendritas de estas neuronas bipolares efectúan sinapsis en las células ciliadas
del órgano espiral. Sus prolongaciones centrales forman el nervio coclear, que alcanza la
cavidad craneal por el conducto auditivo interno y penetra en el tronco cerebral situado en
el ángulo pontocerebeloso.
El nervio coclear termina en las neuronas de segundo orden de los núcleos cocleares
dorsales y ventrales que están suspendidos en el pedúnculo cerebeloso inferior como
alforjas. El núcleo coclear dorsal es posterolateral al pedúnculo cerebeloso inferior y forma
el tubérculo acústico en el suelo del receso lateral del cuarto ventrículo. El núcleo coclear
ventral es ligeramente más rostral y se localiza anterolateralmente al pedúnculo cerebeloso
inferior.
A medida que los axones procedentes de los núcleos dorsales y ventrales atraviezan la línea
media antes de decusarse, viajan rostralmente por la protuberancia y forman tres grupos de
estrías acústicas que se denominan, según sus localizaciones en el tegmento pontino caudal
en: dorsal, intermedia y ventral. La ventral, más prominente, forma el cuerpo trapezoide.
Después de decusarse las estrías forman el lemnisco lateral, que asciende a través de la
protuberancia hasta el mecencéfalo. Allí penetran en el tubérculo cuadrigémino inferior y
efectúan sinapsis. La mayor parte de las fibras asciende como brazo del tubérculo hasta el
núcleo geniculado medial. Este centro auditivo talámico da lugar a las radiaciones
auditivas, que terminan en la corteza auditiva primaria localizada en las circunvoluciónes
temporales transversas (de Heschl). Estas circunvoluciones se encuentran en la superficie
dorsal de la circunvolución temporal superior y están sepultadas en la cisura lateral. Se cree
que en la corteza auditiva primaria existe una localización tonotópica: los tonos altos están
representados posteromedialmente y los tonos bajos, anterolateralmente.
Las vías auditivas centrales son diferentes de otras vías sensoriales ascendentes debido a:
a) la presencia de los núcleos accesorios, que están intimamente relacionados con las vías
ascendentes, y b) la representación bilateral de los impulsos auditivos, a cada lado.
A lo largo de las vías auditivas, entre los núcleos cocleares y el tubérculo cuadrigémino
inferior, se encuentran tres grupos de núcleos. Son el núcleo olivar superior, los núcleos del
cuerpo trapezoide y los núcleos del lemnisco lateral.
El núcleo olivar superior se localiza en la protuberancia caudal cerca del borde lateral del
cuerpo trapezoide. Recibe aferencias de los núcleos cocleares ipsilaterales y contralaterales
y da lugar a fibras que se unen con el lemnisco lateral del mismo lado y el contralateral. El
núcleo olivar superior desempeña un papel clave en la localización de los sonidos en el
espacio. Los núcleos del cuerpo trapezoide se encuentran diseminados entre los haces
trapezoides y sus conexiones aferentes y eferentes son similares a las de la oliva superior.
Los núcleos del lemnisco lateral se localizan en el lemnisco lateral y adyacente a nivel
pontino medio y rostral. Reciben fibras lemniscales y sus colaterales, y estos núcleos
mandan axones al lemnisco lateral del mismo lado y contralateral.
Las conexiones recíprocas entre los diversos núcleos centrales auditivos permiten la
modulación descendente de la actividad auditiva ascendente (retralimentación auditiva que
regula la atención selectiva a determinados sonidos)
Nervio vestibular y vía vestibular
nervio vestibular superior: nervio utricular
nervio ampular superior
nervio ampular lateral
nervio vestibular inferior : nervio sacular
nervio ampular posterior
Inervación aferente
Las fibras nerviosas que inervan a los órganos receptores vestibulares son mielínicas y se
originan de células bipolares (es decir, que poseen una prolongación periférica o dendrita y
una prolongación central o axón) que se encuentran a nivel de los ganglios vestibulares o de
Scarpa (localizados en el fondo del conducto auditivo interno). Son como promedio 18.000
células.
Ganglio vestibular superior:
Recibe fibras procedentes de las crestas ampulares superior y lateral, de la mácula del
utrículo y de la parte anterosuperior de la mácula del sáculo. Forman el nervio vestibular
superior.
Ganglio vestibular inferior:
Recibe fibras procedentes de la cresta ampular posterior y de la mayor parte de la mácula
del sáculo. Forman el nervio vestibular inferior.
Las fibras del nervio vestibular penetran al tronco cerebral a nivel del surco bulboprotuberencial, pasan por entre el cuerpo restiforme por detrás y el núcleo del tracto espinal
del trigémino por delante, se bifurcan en una rama descendente, y terminan en los núcleos
vestibulares situados en el receso lateral del piso del IV ventrículo. En los núcleos
vestibulares se encuentran los cuerpos celulares de la segunda neurona vestibular.
Núcleos vestibulares
El complejo nuclear vestibular está localizado en el receso lateral del piso del IV
ventrículo. Está formado por 4 núcleos y varios grupos celulares pequeños. Los núcleos
vestibulares envían fibras a las mismas regiones desde las cuales ellos reciben sus fibras
aferentes. De las conexiones eferentes, las que se dirigen hacia la médula espinal son
cuantitativamente las más importantes. De las fibras aferentes, las más numerosas son las
que proceden del cerebelo.
Núcleos:
- Núcleo vestibular superior (Bechterew): se limita a la protuberancia caudal, donde se
localiza en la pared del cuaro ventrículo.
- Núcleo vestibular lateral (Deiters): se limita a la región de la unión pontobulbar y contiene
una población de neuronas conocidas con el nombre de Deiters.
- Núcleo vestibular medial (Schwalbe): se localiza en la parte lateral del suelo del cuarto
ventrículo en el bulbo raquídeo rostral y en la protuberancia caudal.
- Núcleo vestibular inferior o descendente o espinal (Roller): se localiza en el bulbo
raquídeo rostral.
Inervación eferente
Las fibras eferentes vestibulares penetran, junto con las fibras cocleares eferentes, en la raíz
del nervio vestibular en el tronco vestibular. En el nervio vestibular todas las fibras
eferentes (vestibulares y cocleares) se encuentran ordenadas en fascículos compactos
localizados en la porción central del nervio; las fibras vestibulares eferentes ocupan una
posición dorsal en estos fascículos. A medida que estos fascículos se dirigen hacia el
ganglio de Scarpa, las fibras vestibulares eferentes se dividen y se dirigen a través de las
diferentes ramificaciones hacia los órganos receptores vestibulares. En los segmentos
periféricos de estas ramificaciones las fibras eferentes se encuentran esparcidas entre las
fibras eferentes que se dirigen hacia el epitelio sensorial.
El sistema eferente comprende 200 a 300 células que se ubican en entre el núcleo del VI
par y el núcleo vestibular lateral. El origen es tanto ipsi como contralateral.
Vascularización
Está dada por la arteria auditiva interna, rama de la arteria cerebelosa
inferior y anterior. Posee tres ramas:
arteria vestibular anterior
arteria coclear
arteria vestíbulo-coclear
El conducto auditivo interno (C.A.I.) y el espacio pontocerebeloso
C.A.I.: mide de largo 11 mm y tiene dos extremidades, el porus y el fundus
(fondo del C.A.I.) con una cresta falciforme (transversa) .
2 mitades
superiores :
anteriores:
nervio facial
posteriores:
nervio vestibular superior + ampul. ant.
y lat.
anteriores:
nervio coclear
posteriores
:
nervio vestibular inferior
2 mitades
inferiores :
El espacio pontocerebeloso es una región quirúrgica importante (neurinoma
del acústico y neurectomía vestibular). Tiene 3 pedículos nerviosos
anterodorsal = nervio V
medio : nervios VII, VII bis y VIII
postéro-inferior ventral : nervios IX, X et XI bulbar (nervios mixtos) y
arteria cerebelosa inferior y anterior (A.C.I.A.)
El Sistema Auditivo Central
Núcleos cocleares ventral y dorsal
Complejo de la oliva superior y colículo por 3 vías



contingente ventral de núcleo coclear ventral, cuerpo trapezoide y complejo de la
oliva superior
contingente dorsal del núcleo ventral, núcleos periolivares por la estría acústica
intermedia.
núcleo coclear dorsal, núcleo del lemnisco lateral y colículo inferior contrólatela por
estría acústica dorsal
→ lemnisco lateral → núcleos del
lemnisco lateral y colículo inferior de
ambos lados
→ tálamo: cuerpo geniculado mediano
→ corteza auditiva: situación profunda
a nivel del girus temporal transversal de
Heschi.
Area auditiva primaria (A1) + áreas
secundarias
= coniocorteza típica: fusión de dos
capas corticales (II, III, IV...) unidas por
conecciones cortico-corticales.
Latencia de una estimulación auditiva
en A1: 8 a 10 ms.
El Sistema Vestibular Central
Núcleos vestibulares (superior, mediano y descendente) = centros integradores:
aferencias:

receptores articulares y musculares de la nuca y de los
miembros→proyecciones espinales

aferencias reticulares y cerebelosas
eferencias:

vestibulo-espinales

vestibulo-oculomotoras

vestibulo-talámicas
+ proyecciones corticales

profundidad de la extremidad anterior del sillon intraparietal (área 2 v)

extremidad anterior del área de proyección somestésica (área 3 a).
Sistema vestibular: rol sensorial y motor.
Toda modificación de la posición de la cabeza es señalada a los centros nerviosos por el
aparato laberíntico y por los músculos de la nuca y los mensajes visuales: importancia del
control ejercido por los núcleos vestibulares sobre los núcleos oculomotores y la médula
espinal.
Inversamente, los cambios activos o pasivos del tronco y los miembros en relación a la
cabeza originan mensajes que nacen de los músculos, las articulaciones y la piel asocindose
a los del laberinto y los ojos.
= sistema multisensorial, encuentra su lugar en el marco de la propiocepción.
Examen de la Audición y del equilibrio
Subjetivos
1.- Acumetría: se utilizan diapasones de distintas frecuencias. Son aparatos metálicos
que al vibrar producen un tono puro. Cada diapasón produce un determinado tono, que
va a depender de su grosor ya que de acuerdo a éste vibrará más rápido o más lento,
determinando una cierta frecuencia de sonido. Estas frecuencias van desde los 128 hasta
los 2048 ciclos por segundo, siendo los más usados los de 256 y 512 Hz.
Se utilizan el test de Weber y Rinne
-
Test de Weber: se hace vibrar el diapasón y se coloca su base sobre la línea media
del cráneo. En normales no hay lateralización. En sordera de transmisión pura
lateraliza hacia el oído más afectado. En sordera de percepción o sensorio neural
lateraliza hacia el oído mejor.
-
Test de Rinne: evalúa el funcionamiento de un oído en vía ósea y aérea. Es positivo
o normal cuando la audición es mejor frente al CAE (vía aérea) que cuando se
coloca su base contra la mastoides (vía ósea). En sordera de transmisión por lo tanto
el Rinne es negativo (vía ósea mejor que vía aérea).
2.- Audiometría: examen subjetivo que se realiza con instrumento en cámara
sonoamortiguada. Se utilizan tonos puros que pueden variar entre 128 y 16000 Hz. Se
utiliza un gráfico, el audiograma, que mide intensidad en decibeles (de –10 a 110 dB) y
frecuencias en Hertz (de 125 a 8000 Hz). Se evalúan audiometría tonal (umbral),
discriminación (inteligibilidad del lenguaje), acúfenometría y audiometría del lenguaje
o medida de la palabra hablada (logo audiometría). En los niños existen técnicas
especiales de condicionamiento para obtener respuestas reales.
Objetivos
1.- Impedanciometría: es el estudio de la impedancia acústica, que es la resistencia que
el oído medio opone a la propagación del sonido. Se trata de un examen objetivo que
nos da información del estado de la vía auditiva, por lo que nos ayuda a aclarar
diagnósticos diferenciales, básicamente en hipoacusias de conducción ya que estudia en
mayor parte la función del oído medio.
La impedancia depende de la masa, la rigidez y el roce. El examen se realiza con un
aparato electrónico llamado impedanciómetro, que tiene como principio el envío de una
onda sonora de 220 Hz al CAE, analizando la facilidad o dificultad que tiene el oído
medio en aceptar ese sonido. El impedanciómetro posee una cánula que se introduce en
el CAE y lo sella, luego se varía la presión de aire dentro del canal hacia positivo y
negativo mientras se entrega un tono de prueba, y se mide la cantidad de energía
acústica que es reflejada desde el tímpano, lo que nos da información de la transmisión
del sonido en el oído medio; así, mientras menos complaciente sea el sistema, se
reflejará una mayor cantidad de energía acústica (ej. en fijación de cadena osicular) y
viceversa. En un oído normal, la admitancia acústica (o aceptación de sonido) es
máxima cuando la presión del CAE es cercana a la presión ambiental, y disminuye a
medida que la presión aumenta o disminuye, de esta forma obtenemos la curva de
timpanograma, que tiene una forma de colina.
Específicamente, con este examen se obtiene información acerca de la presión del oído
medio, función de la trompa de Eustaquio, integridad y movilidad de la membrana
timpánica, y continuidad de la cadena osicular. La admitancia acústica es máxima
cuando tenemos la misma presión a ambos lados del tímpano, de esta forma el peak de
la curva nos indicará la presión del oído medio.
Definiciones:
Admitancia: capacidad de aceptar un sonido, siendo lo opuesto a la impedancia. Es
función de la conductancia, que es lo contrario de la resistencia, y de la susceptancia,
que es a su vez lo inverso de la masa e inverso de la rigidez o elasticidad.
Compliance: es sinónimo de elasticidad
Inmitancia acústica: el término se utiliza para describir la transferencia de energía
acústica. Se la puede medir como impedancia acústica que es la oposición al flujo o
como admitancia que es la facilidad al flujo de energía.
Impedancia acústica: la impedancia se define como la capacidad que posee un sistema
dado (eléctrico o mecánico) para oponer una resistencia a una estimulación, en este caso
acústica. El aparato tímpano-osicular tiene la capacidad de oponerse al paso de la
vibración sonora. La impedancia acústica es función de la resistencia (es decir las
fuerzas de frotamiento) y de la reactancia (es decir el doble factor de mas y rigidez del
sistema). La admitancia es lo inverso de la impedancia. Cuando medimos la impedancia
en suma, medimos el factor de rigidez del sistema timpano-osicular.
Impedanciómetro: equipo que permite medir la impedancia acústica. Utiliza un puente
electro-acústico, que mide la energía residual reflejada por el tímpano.
Timpanometría: estudio de las variaciones de compliance o movilidad del tímpano en
función de las modificaciones de presión ejercidas artificialmente en el conducto
auditivo externo. Se grafica en presión de +200 a –400 mm de H2O (abscisas) y
unidades arbitrarias de 0 a 10 (ordenadas). La presión del pico corresponde a la presión
de la caja timpánica (normalmente es 0 pero se considera normal de +50 a –50 mm de
H2O). La amplitud de la curva es de 7 unidades relativas (normal entre 4 y 7).
Curvas de timpanograma:
Tipo A: el peak de la curva se encuentra en el cero, lo que indica que la presión en
el oído medio es igual a la del exterior.
Ad: el peak permanece en 0 pero la curva es muy alta, lo que indica que hay una
baja impedancia o resistencia al paso de la energía acústica. Esto se ve por ej. en
membranas timpánicas atróficas o en discontinuidad de la cadena osicular.
As: el peak permanece en 0, pero existe una gran resistencia al paso del sonido, se
da por ej. en fijación de la cadena osicular.
Tipo B: la curva es plana, lo que indica que no existe un punto de máxima
compliance. Se observa en otitis media con efusión, masa dentro del oído medio, y
también en perforación timpánica.
Tipo C: el peak se encuentra desplazado hacia presiones negativas, lo que indica
presión negativa en el oído medio. Se ve en los casos de disfunción de la Trompa de
Eustaquio.
La impedanciometría además nos da información del reflejo acústico. La estimulación
de un oído por un sonido intenso (70 a 90 dB por sobre el umbral) provoca la
contracción del reflejo del músculo del estribo de ambos lados. El arco reflejo está
constituido de una vía acústica estimulada y de una vía facial efectora. Cuando se envía
un sonido a un oído, la estimulación da lugar a un impulso nervioso que recorre el
nervio auditivo y llega al núcleo coclear ventral. De
Cuando estimulamos el oído con un sonido fuerte se produce contracción del músculo
del estribo, lo que se traducirá en una tracción de la cadena osicular y se observa en el
examen como un aumento en la impedancia. La principal utilidad del estudio del reflejo
acústico está en el estudio de las hipoacusias sensorio neurales. : test basado en la
medición de la impedancia de los reflejos sonoros en la membrana timpánica.
2.- Potenciales evocados auditivos: se trata de un examen objetivo, que no requiere de
la colaboración del paciente. Sin embargo es largo y complejo, requiriendo sedación en
muchos casos. Está indicado básicamente en el estudio de hipoacusia en lactantes o
niños pequeños, en pacientes con enfermedades mentales que no colaboran, y como
parte del estudio diferencial de hipoacusias sensorioneurales.
Consiste en el registro mediante electrodos del potencial generado por un estímulo
auditivo a nivel de tronco cerebral, durante los 10 mseg siguientes al estímulo. Para esto
se requiere de un complejo sistema de medición que computacionalmente "borre" el
registro eléctrico del cerebro y sólo muestre el correspondiente al estímulo auditivo.
Luego de la aplicación del estímulo auditivo se grafican las ondas generadas en las
diferentes porciones de la vía auditiva. Estas ondas son específicas, siendo las 5
primeras las más constantes (I a V).Cada una tiene una latencia e intensidad propias; de
su análisis se puede inferir el estado del oído y sus conexiones centrales.
Onda I y II reflejan la activación del segmento distal y proximal del nervio auditivo,
respectivamente.
Onda III y IV: reflejan la activación del complejo de núcleos cocleares y el complejo
olivar superior.
OndaV: es la onda más clara y la más constante del registro, por lo que es muy
importante para fines diagnósticos.
La latencia entre el estímulo y peak de la onda I refleja el tiempo de conducción
periférica y es normalmente entre 1.6 y1.8 mseg. Se prolonga en hipoacusia de
conducción.
El tiempo de conducción central es entre el peak de la onda I y el de la onda V, su valor
normal es de 4 mseg. Se alarga cuando hay un obstáculo en el nervio (ej. neurinoma) y
en enfermedades degenerativas, ej. Esclerosis en placas.
Este examen nos indica además el umbral auditivo, que corresponde al mínimo
estímulo auditivo con que aparece la onda V. La correlación con la audiometría no es
absoluta, y en general el umbral determinado por BERA es hasta 20 dB mayor que el
determinado por audiometría.
Un examen de BERA que muestra ausencia de ondas no implica ausencia de audición,
ya que con este examen no se estudian las frecuencias graves.
3.- Otoemisiones acústicas: Las emisiones otoacústicas son sonidos generados por la
cóclea, específicamente por las células ciliadas externas. Se clasifican en espontáneas,
que son inconstantes; y provocadas en respuesta a un estímulo auditivo y que son las
que se usan en clínica. Es un examen que permite verificar la integridad de la cóclea, y
se hace negativa cuando existe una hipoacusia mayor a 30 dB. Dado que el origen de
las hipoacusias en la gran mayoría de los casos se encuentra en una alteración de la
cóclea, y que las células ciliadas externas son las primeras en dañarse frente a una noxa,
cuando las emisiones otoacústicas están presentes descartan una hipoacusia importante.
Este examen además es simple de hacer, es objetivo, no requiere de la colaboración del
paciente y es muy rápido, por lo que utiliza como método de “screening” auditivo
neonatal y en monitoreo de la audición cuando se usan medicamentos ototóxicos.
4.- Reflectometría acústica: método que permite detectar la presencia de líquido en el
oído medio por análisis de la reflectividad de la membrana timpánica. Es un método
sencillo y puede ser realizado por el médico general o pediatra.
Examen del equilibrio y vestibulometría
El equilibrio se logra mediante el procesamiento de información que procede de la visión,
de la sensibilidad propioceptiva y del sistema vestibular. La importancia del desequilibrio y
de los vértigos eventualmente asociados depende de:


de la rapidez de la instalación de la disfunción vestibular
del sitio anatómico de la deficiencia con respecto a las vías vestibulares centrales,
así
o destrucción progresiva de un sistema vestibular periférico (p. ej. neurinoma
del VIII) sin vértigos y pocos trastornos del equilibrio
o destrucción súbita de un laberinto (p. ej. Traumatismo del temporal) que
provoca desequilibrio importante y vértigos agudos.
Vértigos y desequilibrio no son sinónimos. El vértigo es una sensación rotatoria o una
ilusión de movimiento, que puede acompañarse de un desequilibrio a veces muy
importante, pero no es al revés.
El examen clínico es irremplazable:



Estudio de la sensación de pie: ojos abiertos cerrados, pies juntos, brazos
extendidos; marcha en el lugar: brazos extendidos, ojos cerrados (Hunterberger y
Fukuda )
Búsqueda del nistagmo espontáneo (anteojos de 20 dioptrías) en mirada directa y
excéntrica de 30°
Eventualmente pruebas calóricas (jeringa de agua fría y luego caliente) : estudio del
tipo de excitabilidad del laberinto (hipo, normo o hiper)
El nistagmo equivale al movimiento difásico de va y viene a diferentes velocidades,
constituída de un fase lenta y de una fase rápida que puede efectuarse en los tres planos,
horizontal, horizonte-rotatorio y vertical.
Por convención, el sentido del nistagmo está dado por la dirección de la fase rápida.
Sindrome Vestibular
De origen periférico



sv gran síndrome vertiginoso rotatorio
con vómitos
sv impresión de ebriedad
sv de evolución paroxística en crisis
de vértigos
Estudio de la estación de pie
De origen central

sv impresión de desequilibrio sin
vértigo
Retropulsión no influenciada por la posición
de la cabeza
Laterodesviación pero la dirección de esta
desviación puede cambiar en función de la
posición de la cabeza
Estudio de la marcha en el sitio
El enfermo titubea más que desvía
Desviación o rotación franca en el s.
periférico deficitario unilateral
Sistematizado del lado deficitario
Nistagmos espontáneo

horizonto-rotatorio dirigido en el

puede mostrar numerosos aspectos
evocadores :



sentido opuesto a la desviación de
luerpo (es decir batiendo hacia el
laberinto más funcional) = síndrome
armónico
de corta duración, se modifica o
desaparece con los ojos cerrados
desaparece frecuentemente entre las
crisis
intensidad proporcional al vértigo
multiple - vertical - rotatorio o mono-ocular =
síndrome disarmónico (todas las
desviaciones, desviación del cuerpo y
desviación lenta del nistagmo, no se
presentan en el mismo sentido)



constante aunque los ojos estén
cerrados
persiste largo tiempo aunque el
vértigo haya desaparecido
es independiente del vértigo
Electronistagmografía
Registro de movimientos oculares para el estudio del nistagmo y sus parámetros: duración,
frecuencia y amplitud.
Existe, normalmente, una diferencia de potenciales entre la córnea y la retina. Si se colocan
electrodos alrededor de los ojos en derivación vertical y horizontal, cuando los ojos se
mueven, se puede registrar una variación de potencial.
Búsqueda de nistagmo espontáneo
Pruebas de estimulación


Prueba pendular: marco oscilante suspendido a un centro de torsión, oscilaciones
frenadas en 20 períodos de 20 s. Examen ojos abiertos en la obscuridad;
Pruebas calóricas: sujeto en decúbito dorsal, cabeza levantada a 30° para
verticalisar el canal semi-circular externo - irrigación con caliente (44°) y fría (30°)
para cada oído (4 pruebas). En caso de perforación se puede usar aire
Lectura de los trazados
parámetros cuantitativos: amplitud, umbral de excitabilidad vestibular,
frecuencia y duración de la respuesta
os cualitativos: aspecto morfológico, armónico = periférico, irregular,
escritura pequeña = central, ritmo, disrritmia = central.
Esquemáticamente:

lesiones periféricas = modificaciones cuantitativas (p. ej. hiporreflexia de un
vestíbulo)

lesiones centrales = modificaciones cualitativas, aspecto morfológico y ritmo.
Otoscopía
= visualizar el pabellón, el C.A.E. y el tímpano
+ la caja del tímpano +/- parialmente en caso de perforación timpánica.
Material




otoscopio a pilas o eléctrico
o microscopio binocular (visión binocular y magnificada)
espéculo de oído (talla adaptada)
microinstrumentos: micro-aspiradores, micro-pinzas, micro-crochets.
Posición del paciente
adulto: sentado – acostado cuando se utiliza microscopio
recién nacido : mantener sobre las rodillas, sentado, la espalda contra el tórax de
la mamá o la enfermera, cabeza mantenida por una mano, los dos brazos
mantenidos por la otra mano, tracción del pabellón hacia arriba y atrás para
horizontalizar el C.A.E.
El examen
Pabellón: anomalías morfológicas (decoladas, hipertrofia de la concha,
defecto de plicatura u otras malformaciones), fístula pretragiana,
adenopatía pre o retroauricular, dolor evocado a la tracción (furunculo) o a
la palpación, eritema, ulceraciones, tumores, traumatismos
(otohematoma...), palpación de la mastoides y del ECM, búsqueda de
cicatriz quirúrgica, otorrea o eccema
C.A.E.: estado de la piel, aseo del C.A.E. : crostras, tapón de cerumen,
secreción (cultivo), espéculo de talla adaptada (dolor), ! piel del C.A.E. =
hipersensibilidad y fácilmente hemorrágica , = gestos delicados bajo control
de la visión, cabeza inmóvil (riesgo de herir el C.A.E. o el tímpano)

buscar: patología inflamatoria y tumoral.
Tímpano: lo que se ve: el mango del martillo y la apófisis corta, y sobre este la pars
fláccida, la pars tensa con el triángulo luminoso de Politzer orientado hacia
adelante, su annulus, color : gris-azul
Lo que se adivina: la articulación incudo-estapediana, la ventana redonda
En caso de patología: otorrea, modificación de coloración: tímpano mate (p. ex. otitis ser
mucosa), blanco (p. ex. timpanoesclerosis) = hialino, rojo (p. ej. otitis media aguda), azulnegro (p. ej. hemotímpano).
Perforación timpánica: marginal o no marginal, anterior o posterior, completa, de
Schrapnell (atical)
Retracción timpánica: pars tensa y/o pars fláccida, otitis crónica adhesiva, status
postoperatorio
Dificultades de la otoscopía
en el recién nacido: agitación - C.A.E. estrecho
en el niño reticente y rechaza el examen
en el niño traumatizado o vertiginoso
o de otitis externa mayor et de otodinia viva


de otorrea o de otorragia importante
de tapón de cerumen no extirpable
Modificaciones
toda sintomatología otológica








otalgia u otodinia? (dolor reflejo o de etiología auricular?)
otorragia (O.E. u O.M.?)
otorrea (origen?)
otoliquorrea
sordera (patología auricular O.E. ou O.M. asociada?)
vértigos (excluir patología asociada)
acufenos (patología de la O.M. asociada ?)
toda afección del pabellón
pero también:
toda inflamación regional (rinosinusitis, faringitis, amigdalitis, sobretodo en el niño)
toda hipertermia, diarrea o enfermedad eruptiva del niño
toda búsqueda de infección focal (glomerulonefritis, artropatía,...) et búsqueda de una
puerta de entrada (meningitis,...)
y... ante todo examen de la audición (especialmente P.E. auditivos solicitados sin otoscopía
previa!).
Otitis
Otitis Externa
La otitis externa es comúnmente provocada por infección generalmente bacteriana y
ocasionalmente por hongos. También puede ser provocada por una gran variedad de
procesos sistémicos no infecciosos y dermatológicos. Los síntomas característicos son el
disconfort y la otalgia limitada al CAE, el eritema y edema con otorrea variable. Si el
edema ocluye el CAE completamente puede haber hipoacusia. Los gérmenes más comunes
son Pseudomonas aeruginosa and Staphylococcus aureus. A la otitis externa bacteriana se la
conoce igualmente como “oído de nadador”. Puede complicarse con celulitis periauricular.
El tratamiento es aseo local, gotas óticas con antibióticos (Neomicina, Gentamicina,
Polimixina B, Ciprofloxacino) y en casos de edema importante del conducto, corticoides
tópicos (gotas). Analgésicos orales según necesidad. Son importantes evitar los
microtraumatismos y la humedad para prevenir la enfermedad. El tratamiento es con una
fórmula de ácido acético y alcohol o preparados de neomicina, polimixina hidrocortisona.
Alternativamente puede usarse ciprofloxacino o gentamicina en gotas.
Al infectarse un folículo piloso puede producirse un forúnculo o absceso. Debe ser drenado
y tratado con antibióticos locales como la mupirocina. Puede ser necesario usar antibióticos
orales como cefalexina, clindamicina o dicloxacilina.
En el caso de infección por hongos (aspergillus) se puede usar ácido acético al 2 %,
ketoconazole en crema. También es útil la povidona yodada.
En pacientes diabéticos e inmunodeprimidos puede presentarse una infección grave por
pseudomona aeruginosa, la otitis externa necrotizante. Al examen clínico se presenta como
otitis difusa del conducto auditivo externo (CAE), puede haber tejido granulatorio y según
el grado de extensión del daño puede ocurrir compromiso de los nervios VII, X y XI par
craneano. Puede ser necesaria la cirugía. Se trata con antibióticos intravenosos como
levofloxacino, piperacilina, ceftazidima o cefepima, y tópicos como ciprofloxacino u
ofloxacino.
La pericodritis es la inflamación de los cartílagos del pabellón auricular y del CAE
producido por trauma o infección. Clínicamente se caracteriza por dolor y sensación de
calor que al examinar se ve eritema, induración y posible fluctuación en las zonas
comprometidas. El agente más común es la Pseudomona aeruginosa. El tratamiento es con
antibióticos orales. En caso de que progrese hacia un absceso se deberá drenar y debridar el
cartílago no viable. Se debe intentar obtener cultivos.
El Síndrome de Ramsey Hunt o herpes zoster clínicamente presenta otalgia, decaimiento,
cefalea y posibles mareos. Al examen se ve una erupción vesicular cutánea de la parte distal
del CAE y de la concha. Ocasionalmente parálisis del séptimo par. El tratamiento es con
analgésicos.
Es común la dermatitis y el eczema por alergia o por patologías de la piel como la
dermatitis seborreica, atópica y la psoriasis.
El tapón de cerumen está conformado por productos de las glándulas sebáceas,
ceruminosas, restos de descamación epitelial y pelos. Se impacta en las paredes del CAE
produciendo disminución auditiva y sensación de ocupamiento. Ocasionalmente se presenta
asociado a otitis bacteriana. Se debe evitar todo tipo de instrumentalización y grataje del
CAE. El cerumen es fisiológico y tiene funciones protectoras del CAE. La extracción del
tapón puede ser con cucharilla de cerumen, aspiración bajo visión microscópica, lavado de
oído con jeringa especial y agua a 37º C.
Otitis Media
El término otitis media (OM) se utiliza para referirse refiere a la inflamación de parte o de
la totalidad del revestimiento mucoperióstico del oído medio, pudiendo estar asociada, o
no, a derrame en el oído medio y otorrea. Es frecuente el compromiso regional, de las
mucosas adyacentes de la trompa de Eustaquio y mastoides. Mientras el proceso
inflamatorio permanece confinado al revestimiento mucoperióstico de estos espacios
aéreos, la enfermedad es una OM no complicada. Si el proceso inflamatorio afecta a parte
de las paredes óseas o se propaga más allá de estas a estructuras adyacentes, la enfermedad
pasa a ser una OM con una complicación determinada.
La OM es una enfermedad fundamentalmente clínica. En el curso de la afección puede
presentarse exudación, supuración y proliferación o necrosis titulares, por lo que es muy
importante conocer si solo está afectada la mucosa de la cavidad o si los signos y síntomas
sugieren una extensión que sobrepasa este límite. Mientras la inflamación está confinada al
revestimiento mucoso de la cavidad, la enfermedad es relativamente segura y puede tratarse
con facilidad, pero una vez que haya sobrepasado esta localización, la situación puede
revestir peligro y ser más difícil de manejar. Por esta razón el tratamiento apunta a confinar
y mantener la enfermedad en la cavidad del oído medio.
Con frecuencia el término OM se asocia a infección del oído medio por microorganismos
patógenos, lo cual no es correcto, ya que no siempre el proceso inflamatorio del oído medio
está producido por una infección, sino que también puede estar producido por una disfunción
de la trompa que puede acarrear una inflamación aguda del oído medio sin infección asociada.
Es lo más frecuente que la OM curse con algún tipo de derrame en oído medio, pudiendo
ser éste seroso, mucoso, purulento o hemorrágico, pero no necesariamente tiene que cursar
con derrame, habiendo formas de OM sin derrame y OM, que por no consumar todas sus
fases evolutivas, no llegan a la producción de derrame.
La membrana timpánica en la OM puede estar íntegra o perforarse, pudiendo presentarse
una amplia variedad de situaciones posteriormente que pueden afectarla como secuela:
atelectasias, atrofias, engrosamientos, etc.
Debido a su alta prevalencia y a sus complicaciones y secuelas, esta entidad ha dado lugar
a extensas y profundas investigaciones sobre la misma.
Para poder manejar un lenguaje común en el intercambio de conocimientos es importante
unificar la clasificación de las otitis. Este lenguaje común puede además ayudar a la
unificación de criterios en el adecuado enfoque terapéutico, que es distinto en cada caso. Hoy
es universalmente admitida la clasificación de consenso americana:
MIRINGITIS: es la inflamación de la membrana timpánica, sola, o combinada con otitis
externa, o con OM.
OTITIS MEDIA SUPURATIVA AGUDA (OMA): es la infección del oído medio
identificable por medios clínicos y con más certeza exploratorios, de inicio súbito y duración
breve, sin referencia a la etiología y patogenia de la misma. Según su fase evolutiva puede
presentar presencia de derrame en el oído medio o no. Puede estar producida por agresión
bacteriana o viral. También denominada, otitis media purulenta aguda, otitis media aguda
supurada.
OTITIS MEDIA SECRETORA (OMS) U OTITIS MEDIA CON EFUSION (OME):
inflamación del oído medio con presencia de líquido o de derrame tras una membrana
timpánica intacta, sin signos ni síntomas agudos. Otras denominaciones, otitis media con
derrame, otitis media no supurativa, otitis catarral, otitis media serosa, serotímpano, otitis
media mucoide y mucotímpano. Cuando la pérdida auditiva es importante y persistente se
recomienda hacer miringotomía e insertar tubos de ventilación.
OTITIS MEDIA SUPURATIVA CRONICA: secreción crónica del oído medio a través
de una perforación permanente de la membrana timpánica. También se la denomina otitis
media crónica. La perforación puede ser observada en un momento determinado sin secreción
por estar en una fase de infección inactiva.
Esta clasificación de consenso deja fuera algunos tipos importantes de otitis como la otitis
media recurrente (OMAR), la mastoiditis enmascarada, etc. Tienen la ventaja de que permite
establecer estrategias y protocolos para cada tipo, pero con frecuencia se observan casos que
no encajan cómodamente en ninguno de esto grupos. Cualquier tipo de OM puede existir
independientemente pero con frecuencia son procesos relacionados, siendo muchas veces
distintas etapas de una misma enfermedad.
Antes de utilizar esta clasificación, la mayoría de los autores han considerado la OM
como aguda cuando la inflamación dura un tiempo inferior a las tres semanas, subaguda si
su duración se sitúa entre tres semanas y tres meses, y por último la crónica cuando
permanece más de tres meses. Además, la línea de división más natural en la OM, a la hora
de clasificarla, era diferenciar las que se acompañan de supuración de las que no lo hacen,
ya que la retención de pus en una cavidad cerrada siempre es considerada como una
situación de peligro potencial. Además, si la producción de pus sobrepasa la capacidad de
drenaje de la cavidad a través de la trompa de Eustaquio, o bien ésta está cerrada, se
produce un aumento de tensión que da lugar a oclusión isquémica y trombosis de los
capilares con necrosis progresiva de los tejidos de contención y diseminación de la
infección. Es por esto, que en el pasado, a la presencia de pus en el oído medio se le dio
tanta importancia que categóricamente la OM fue dividida en supurada y no supurada,
además se diferenciaba una estrategia de tratamiento para cada una de las dos. Hoy en día,
aunque el peligro potencial de complicaciones no ha disminuido, gracias a los antibióticos
se puede controlar mejor esta enfermedad y ya no se hace esta diferencia.
La OMA es, junto con las faringoamigdalitis, la infección ORL más frecuente en la edad
pediátrica y la que produce el mayor consumo de antibióticos, esto hace que el proceso sea de
un alto costo socioeconómico por prescripciones medicamentosas e intervenciones quirúrgicas
así como un factor en la posible aparición de resistencias bacterianas. Dada su importancia
sanitaria ha sido objeto de múltiples protocolos. En EEUU se calcula que el 25% de las
recetas de antibióticos orales son para tratar OM. La miringotomía con colocación de
drenajes transtimpánicos, ya sea con, o sin adenoidectomía, es la intervención quirúrgica
más frecuentemente realizada en la infancia.
La etiología de la OMA puede ser viral o bacteriana. El streptococcus pneumoniae (25-50
%) y el hemophilus influenzae (15-30%) son los más frecuentes agentes patógenos. En
tercer lugar se encuentra la moraxella catarrhalis (3-20%) y ocasionalmente streptococcus
pyogenes y staphylococcus aureus. Los virus pueden estar presentes en un 45 a 70 %. La
mitad de las OMA se resuelven espontáneamente sin terapia antibiótica, lo que explica que
cualquier droga que se use parece ser exitosa en la mayoría de los casos. Ello ha hecho
recomendar que frente a síntomas moderados se reevalue el paciente 2 o 3 días después y se
trate solo si no evoluciona bien. No obstante el uso de antibióticos cumple los objetivos de
tratar el dolor y evitar la pérdida auditiva. Además el uso de antibióticos previene la
mastoiditis, que se presenta en 1 de 400 niños no tratados con antibióticos.
La patogenicidad varía según el microorganismo presente. Sobre el 75 % de las infecciones
causadas por m. catarrhalis se resuelven sin tratamiento ya que es un patógeno de baja
virulencia. En el caso del h. influenzae esto ocurre solo en un 50 % y en streptococcus
pneumoniae 10-19%. Este último es el que más puede progresar a mastoiditis o meningitis
de origen ótico.
La mayor parte de los clínicos recomiendan amoxicilina en dosis altas como tratamiento de
elección en primera línea en OMA no tratadas, no complicadas, a pesar de la prevalencia de
cepas resistentes entre los gérmenes comunes: 30-40 % de hemophilus son resistentes a la
amoxicilina, 90% de m. catarrhalis e incluso un progresivo número de s. pneumoniae. El
bajo costo de la amoxicilina y su efectividad en la mayoría de las infecciones son
argumentos en su favor.
En pacientes alérgicos a la penicilina, la tradicional combinación de eritromicina o
clindamicina más una sulfonamida es la elección de más bajo. En adultos se prefiere una
quinolona (levofloxacino, moxifloxacino).
En resumen: amoxicilina con o sin ácido clavulánico, las alternativas son cefpodoxima,
ceftriaxona, levo o moxifloxacino (adultos)En niños menores de 2 años, pacientes con OMA recurrente, pacientes tratados con
antibióticos los últimos 3 meses, o pacientes que aparecen seriamente enfermos, es
prudente tratar directamente con altas dosis de amoxicilina/clavunalato o ceftriaxoidcna
IM.
Pacientes que no mejoran con los antibióticos indicados pueden requerir cultivo obtenido
por miringotomía. Puede tratarse de pneumococcus resistente. En ellos se recomienda usar
ceftriaxona o quinolonas.
El tiempo de tratamiento es controvertido, pero se acepta como habitual 10 días.
Otitis media crónica (OMC)
Se denomina OMC a una enfermedad del oído medio de curso prolongado en donde lo
más característico es la perforación del tímpano y frecuentes periodos de otorrea
purulenta. Corresponde a un cuadro de infección bacteriana del oído medio con
periodos de actividad y de inactividad infecciosa.
En esta enfermedad se invocan como factores francamente predisponentes los raciales
(es más frecuentes en los indios americanos y mucho menor en la raza negra) y las
condiciones socioeconómicas (los países desarrollados han disminuido sus tasas de
OMC en forma considerable). Nuestro país ha ido disminuyendo la cantidad de OMC
(25% de la consulta ORL en 1975) en forma sostenida en el tiempo y hoy es una
afección menos frecuente (5%).
Las bacterias más frecuentes de la OMC son gram negativas. Se encuentran
Pseudomonas, Proteus, Escherichia coli. También Staphylococcus áureas. En ocasiones
se han aislado gérmenes anaerobios. Es frecuente el polimicrobismo y los cambios
bacteriológicos en cada reagudización.
Las molestias de esta enfermedad en general son mal evaluadas por el paciente, el que
las subvalora. Los frecuentes periodos de otorrea purulenta son indoloros y son
considerados como "normales". La hipoacusia es de instalación lenta y a veces es muy
significativa. Generalmente la OMC es unilateral pero existen numerosos casos en que
es bilateral. El examen físico del paciente dependerá del momento en que es realizado.
En periodo activo el CAE (conducto auditivo externo) se encontrará ocupado por
secreción purulenta, a veces de mal olor. En periodo inactivo se apreciará mejor el tipo
de perforación y las características de la mucosa del oído medio. La perforación puede
ser de tamaño variable. En ocasiones el tímpano prácticamente ha desaparecido. La
mucosa del oído puede estar normal o bien edematosa y enrojecida. Los periodos de
actividad muchas veces involucionan espontáneamente señalando falsamente la mejoría
del cuadro.
La fisiopatología de esta enfermedad parece corresponder a una enfermedad propia y no
a una OMA que evolucionó a una OMC. La razón por la cual la infección evoluciona
inmediatamente a una progresión no es clara, pero se invocan razones de tipo
inmunológicas. La secuela de la infección primaria es la perforación y posteriormente la
infección penetra por la perforación o por la propia trompa de Eustaquio.
El cuadro clínico generalmente se presenta de dos maneras. La OMC simple con
perforación timpánica y caja con pocas alteraciones; y la forma de OMC
colesteatomatosa (más grave) en donde existen lesiones osteíticas que van destruyendo
el tejido óseo formando pólipos y la formación de invasión de piel en el oído medio
(colesteatoma). Este colesteatoma tiene la capacidad de producir enzimas osteolíticas.
Estas son las encargadas de destruir el tejido óseo circundante, dañando la cadena y
exteriorizando el proceso fuera del oído medio. El colesteatoma se puede originar por
crecimiento de la piel del CAE dentro del oído medio (colesteatoma secundario) o bien
por la retracción de una porción de la membrana timpánica y posterior evolución
(colesteatoma primario). Existe una tercera forma de colesteatoma que es el congénito
y que se produce en un oído con tímpano sano y cuya génesis se podría explicar por
restos embrionarios de piel en el oído medio.
El tratamiento de la OMC es quirúrgico. Dependiendo de la magnitud de las lesiones
este podrá ser más conservador (timpanoplastía) o más agresivo (operación radical o
radical modificada). En general cuando el oído se encuentra supurando, el tratamiento
comienza con el uso de gotas tópicas con diferentes antibióticos y/o con aspiración bajo
visión directa del microscopio con lo que rápidamente se inactiva el proceso. Pueden
ser usadas soluciones de ácido bórico para conseguir el mismo resultado, pero en
general esto es más engorroso. Una vez inactivado el proceso se realiza la evaluación de
la enfermedad. Es en este momento cuando se debe solicitar exámenes de audiometría y
pruebas de funcionamiento tubario. Las radiografía simple de oído han sido
ampliamente superadas por la topografía axial y coronal, con ventana ósea, la que
identifica en forma clara la magnitud de esta enfermedad. Concluida la evaluación se
debe programar el tratamiento quirúrgico. Los objetivos de este son evitar
complicaciones, impedir la reinserción, corregir la anatomía lesionada y mejorar la
audición.
Complicaciones de las otitis
Las otitis medias agudas y crónicas, especialmente las colesteatomatosas, pueden dar
complicaciones extra e intracraneales que pueden presentarse aisladas, e incluso,
excepcionalmente, manifestarse clínicamente como debutantes del cuadro infeccioso.
Estas complicaciones han disminuido de forma importantísima, tanto en su morbilidad como
en su mortalidad. Esta disminución ha sido debida a la mejoría en los medios de diagnóstico y
tratamiento de las otitis y los colesteatomas, especialmente a la introducción de los
quimioterápicos y antibióticos. Pero aún hoy en día, una de estas complicaciones puede tener
un pronóstico fatal o dejar secuelas muy graves, a pesar de los antibióticos y medios
quirúrgicos de los que se dispone en la actualidad.
Actualmente, estas complicaciones están producidas muchas veces por bacterias resistentes a
los antibióticos convencionales. La influencia del tratamiento antibioterápico, en numerosas
ocasiones, modifica la clínica de estos cuadros, presentándose como raros o excepcionales.
Antiguamente estas complicaciones eran debidas sobre todo a la OMA virulenta, sin embargo,
en la actualidad, se calcula que tan sólo son debidas a OMA el 5% de los casos y casi siempre
debidos a reagudizaciones de la misma, el resto de los casos se asocian a OMC y en especial al
colesteatoma. Según Ballenger en 1972, el 76% de las complicaciones eran debidas a OMC.
Es necesario estar alerta ante ciertos síntomas y signos que pueden aparecer en el transcurso
de una OM y que puedan hacer sospechar la complicación de un proceso otógeno. Las
complicaciones de las otitis se han clasificado según su mecanismo patogénico, infeccioso o
no, pero sobre todo se las identifica por su clasificación topográfica. Topográficamente se
pueden diferenciar dos tipos de complicaciones, las intratemporales y las intracraneales,
siendo estas últimas muchas veces consecuencia de las primeras. Algunos autores precisando
más, las diferencian en tres grupos: intratemporales, extracranéales e intracraneales.
Intratemporales:
- Mastoiditis.
- Petrositis.
- Parálisis facial.
- Laberintitis.
Intracraneales:
- Absceso extradural.
- Tromboflebitis del seno lateral.
- Absceso subdural.
- Meningitis (paquimeningitis externa, interna y meningitis difusa).
- Absceso encefálico y encefalitis.
- Hidrocefalia otítica.
En la era preantibiótica, la mastoiditis se presentaba en el 3 - 20 % de las OMA,
actualmente podemos hablar de unas tasas de complicaciones de la OM del 2 - 0,24 %, e
incluso hasta del 0,002 % en algunos países más desarrollados sanitariamente. El porcentaje
de complicaciones intracraneales se sitúa en el momento actual entre el 0,24 - 0,36 %. La
mortalidad es de algo más del 18 % en estos casos, y casi siempre se debe a un absceso
temporal cerebral (31 %). El 0,45 % de las OMA supuradas pueden desarrollar una
complicación extracraneal. La mortalidad global se debe, casi exclusivamente, a
complicaciones intracraneales, y es próxima al 8 %. En cuanto al porcentaje de incidencia
actual de ambos tipos de complicaciones se considera que es casi del 50% para cada uno de
los dos tipos.
En cuanto a la incidencia actual de estas complicaciones pueden ser orientativos estos dos
trabajos:
- Goldstein, Casselbrant y Bluestone, del Children’s Pittsburgh Hospital, publican una
revisión sobre 100 pacientes con complicaciones intratemporales entre 1980 y 1995, 72 de
ellos ingresados por mastoiditis aguda, de los cuales sólo 18 requirieron cirugía mastoidea,
22 pacientes tuvieron parálisis facial, 3 laberintitis serosa, 2 laberintitis supurativa y 4
petrositis.
- El estudio retrospectivo de Lund que da un índice de mortalidad por complicaciones
intracraneales del 36% entre 1939 y 1949, del 6% desde el 50 al 60 y de 0 del 61 al 71,
dejando aclarado que el vuelco de estas estadísticas de morbi-mortalidad es debido a la
aparición de los antibióticos.
No obstante estos datos, a partir de la década de los 70 en adelante, comienzan a
publicarse trabajos donde nuevamente aparecen índices importantes de complicaciones de
las otitis, si bien estos índices empeoran francamente, en trabajos provenientes de países
pobres o en desarrollo.
Etiología
Edad: al ser la OM una de las enfermedades más comunes en los niños, es lógico que estas
complicaciones sean igualmente más frecuentes en los niños.
Se consideran factores etiológicos:
- El microorganismo productor de la infección, siendo un factor predisponente el tipo de
germen, o una especial virulencia del mismo.
- Un tratamiento antibiótico inadecuado o insuficiente, aunque no necesariamente puede
ser un factor predisponente. Es importante la susceptibilidad que presente el germen con
relación a los agentes quimioterápicos que se estén administrando para combatirle. En general,
cuando se producen complicaciones de la OM, es raro encontrar casos en los que el paciente
no esté tomando un antibiótico que generalmente es adecuado y suficiente, pero a pesar de lo
cual surge la complicación. Lo que sí que influye es la eficacia que ese tratamiento tenga sobre
la infección primaria.
- Anomalías anatómicas.
- Asociación de enfermedades sistémicas crónicas concomitantes: diabetes, alcoholismo,
etc. En el diabético pueden producirse formas necróticas muy destructivas.
- Estados de inmunodeficiencia: VIH, leucemias, etc.
Gérmenes responsables suelen ser los mismos que se encuentran en las infecciones
timpanomastoideas: neumococo, estafilococo, proteus y estreptococo hemolítico. En las
complicaciones de la OMC, por su flora frecuentemente polimicrobiana, se pueden encontrar
además gramnegativos y anaerobios.
Patogenia
Una vez establecida la infección en el oído medio y en sus celdas comunicantes, ésta va a
intentar extenderse por la vía de menor resistencia a las estructuras adyacentes o distantes. Una
vez que el proceso inflamatorio ha desbordado la mucosa, difunde más allá del revestimiento
mucoperióstico del oído medio afectando al hueso. En ese momento evolutivo ya se ha
producido una complicación que se manifestará cuando se haya extendido lo suficiente como
para producir síntomas clínicos.
Vías de propagación de la otitis:
Difusión por vías anatómicas naturales. Son todas aquellas comunicaciones
anatómicas constantes que ponen en contacto la caja del tímpano con las celdas mastoideas,
el oído interno y el endocráneo. Dentro de estas vías se hallan el antro mastoideo, el
conducto endolinfático, el acueducto del caracol, la ventana oval, la ventana redonda y el
poro acústico. Son a tener en cuenta también otras estructuras anatómicas inconstantes,
como las fisuras del hipotímpano, suturas óseas, etc.
- Osteotromboflebitis. La infección puede afectar a los vasos formándose focos de
flebitis que pueden ser el origen de complicaciones en las OMA, manifestándose de forma
precoz en pocos días aunque esté respetado el hueso sano circundante. Esta infección
vascular puede desembocar además en una tromboflebitis a distancia que es otra forma de
propagarse el foco infeccioso.
- Bacteremia. La OMA cursa en el 40% de los casos con bacteremia. Las posibilidades de
que se produzca una bacteremia decrece con la edad, por lo que es más frecuente en el niño.
En los niños las posibilidades de bacteremia aumentan con la temperatura, por lo que es más
frecuente cuando la fiebre es alta.
- La erosión de las paredes óseas es la forma típica de extensión del colesteatoma. El
colesteatoma realiza su actividad osteoclástica a partir de un foco de osteomielitis. A través de
la erosión, la infección se extiende por contigüidad al córtex petromastoideo. Así ocurre, por
ejemplo, en la OMA necrosante o en las OMC con osteítis y colesteatoma. Por este mismo
mecanismo de contigüidad puede erosionarse el tegmen, la porción petrosa del temporal, el
conducto de Falopio alcanzando al nervio facial, el laberinto, el seno lateral o la duramadre.
Este es el mecanismo por el que con más frecuencia se originan complicaciones en las
supuraciones timpanomastoideas crónicas.
- Vías preformadas congénitas por alteraciones de desarrollo. Estas pueden ser suturas
dehiscentes, el bulbo de la yugular dehiscente, la ventana oval y redonda y conexiones
vasculares directas. Todas estas vías facilitan la expansión de la infección al endocráneo.
- Vías preformadas adquiridas: soluciones de continuidad creadas quirúrgicamente,
fracturas craneales, estapedectomía, etc.
Por tanto se deduce, que las infecciones agudas se propagan generalmente por vías
preformadas o tromboflebitis, mientras que las crónicas suelen hacerlo por erosión ósea.
Con respecto a las complicaciones endocranéales, se ha de tener en cuenta que de todos los
tejidos del organismo, el SNC es el que ofrece una menor resistencia a los procesos
infecciosos. Muchos microorganismos débiles desde el punto de vista patógeno, si penetran
dentro del cerebro pueden ocasionar una infección endocraneal de consecuencias fatales.
Atendiendo a la descripción anatómica de las estructuras que recubren el encéfalo, las
manifestaciones intracraneales de las otitis que pueden presentarse de afuera a dentro son el
absceso extradural, localizado entre la capa ósea y la duramadre. Cuando se afecta la
duramadre se constituye en una paquimeningitis y si el seno lateral se infecta se instaura
una tromboflebitis con el peligro de una diseminación hematógena del cuadro, sepsis
otógena. La progresión hacia el interior se traduce en un absceso subaracnoideo si está
encapsulado y una meningitis cuando es difuso. Cuando la infección termina por extenderse
al parénquima cerebral constituye un absceso cerebral encapsulado, o una encefalitis si la
infección no presenta límites definidos. Por tanto cada uno de estos cuadros no constituye
una entidad independiente, sino que por lo general se encuentran interrelacionados en su
evolución.
Diagnóstico
En un principio, para un diagnóstico precoz de estas complicaciones se exige un alto grado
de sospecha por parte del ORL ya que en ocasiones la clínica de comienzo es insidiosa.
Otras veces, y suele coincidir con formas clínicas más avanzadas, el debut puede ser
inequívoco con cefalea, letargia, convulsiones, rigidez de nuca u otro tipo de focalidad
neurológica. La clínica va a depender de la complicación que se trate.
En el momento actual, al tratarse de pacientes ya tratados con antibióticos, la clínica suele
ser muy solapada, enmascarada y de difícil diagnóstico. Pueden presentarse cuando la OM
persiste más de dos semanas, cuando tras una remisión a las dos semanas aparece una
recrudescencia del proceso infeccioso, cuando hay una exacerbación de una OMC, comienzo
de otorrea fétida durante el tratamiento, cuando la infección es por hemophilus influenza tipo
B o por anaerobios.
En la exploración son signos sospechosos de una complicación:
- Fiebre asociada a OMC; empeoramiento o aparición de fiebre en una OMA que
evolucionaba bien.
- Falta de resolución de una OMA en dos o tres semanas.
- Desplazamiento del pabellón en una OM; dolor a la palpación superficial mastoidea o
temporal.
- Dolor retro-orbital o parálisis facial del lado de la OM.
- Aparición de vértigo o nistagmus en una OM.
- Cefalea intensa, parálisis facial, meningismo, papiledema, convulsiones, signos de
focalidad neurológica, alteración del nivel de conciencia.
El diagnóstico de estos procesos ha experimentado un vuelco total gracias a las nuevas
técnicas de imagen, específicamente la tomografía computarizada (TAC) y la resonancia
magnética (RMN). Un TAC de alta resolución puede proporcionar fabulosas imágenes del
estado del complejo tímpano-mastoideo y de muchas de las estructuras relacionadas.
Hoy día ante la mínima sospecha de una complicación se debe solicitar la realización de un
TAC craneal y de oído. En el caso concreto de las complicaciones intracraneales la RNM es
especialmente útil. Estos estudios de imagen no solo deben hacerse en un primer momento
para el diagnóstico si no que deben ser repetidas cuando sea preciso para valorar la
evolución del proceso bien hacia la curación o bien cuando aparezcan signos o síntomas
que hagan suponer un empeoramiento del cuadro.
Síndrome Vertiginoso
Frente a un paciente con vértigo se debe determinar si el vértigo es de origen vestibular o
no. En caso que sea vestibular se deberá definir si es periférico o central. Si es periférico si
afecta uno o dos oídos, si es un cuadro agudo o crónico y si es una lesión fija o en
progresión. El vértigo puede constituir una urgencia por la intensidad del mismo y sus
síntomas acompañantes: náuseas y vómitos.
Conocer la duración de la crisis inicial de vértigo ayuda a afinar el diagnóstico diferencial:
–
Segundos: vértigo posicional paroxístico benigno
–
Minutos: accidente isquémico transitorio
–
Horas: Enfermedad de Meniere
–
Días: neurolaberintitis viral
–
Variable: Migraña
Existen lesiones centrales que requieren tratamiento urgente como hemorragias e infartos
del SNC y periféricas como traumatismo del oído interno o del hueso temporal, laberintitis
bacteriana, hidrops o Síndrome de Meniere, etc.
Entre los trastornos vestibulares períféricos más frecuentes podemos mencionar el vértigo
postural paroxístico benigno, la neurolaberintitis viral y en los niños la otitis media aguda.
Menos frecuentes son los traumatismos del laberinto, la Enfermedad de Meniere, la
ototoxicidad, los trastornos inmunitarios y la vasculitis. Aunque menos frecuente hoy en
día la sífilis es una patología que se debe tener presente siempre.
Para ser estudiado se debe confeccionar una historia clínica completa preguntando por
antecedentes de supuración de oídos, cirugía previa de oído, hipoacusia, antecedentes de
barotrauma, traumatismos, Infecciones centrales, etc. Los trastornos centrales se
acompañan de cefalea, náuseas, trastornos visuales, sensoriales o motores.
Trastornos centrales que producen vértigo:
-
Migraña
TEC (post-conmoción o por lesión Cerebral)
Accidentes vasculares: ataques isquémicos transitorios vertebrobasilares,
accidentes cerebrovasculares, vasculitis intracraneales u otras lesiones vasculares
Lesiones desmielinizantes del SNC (Esclerosis Múltiple)
Neoplasias de la fosa posterior (neurinomas)
Evaluación del paciente con vértigo
 Examen general: presión arterial, temperatura y pulso
 Examen ORL y audición
 Estudio del nistagmo
 Evaluación de pares craneales
 Exploración de la función cerebelosa (coordinación, marcha y equilibrio)
 Evaluación de arterias carótidas (ruidos)
 Prueba de Dix-Hallpike
 Prueba de los ojos de muñeca
Nistagmo
El nistagmo es un movimiento involuntario conjugado rítmico de los ojos con una fase
lenta (función del sistema vestibular) y una fase rápida (respuesta correctora). Por acuerdo
la dirección del nistagmo se denomina según la fase rápida. Puede encontrarse en forma
espontánea o puede ser provocado.
Se clasifica en (Alexander):
-
grado 1 cuando está presente en la mirada del sentido de la fase rápida,
grado 2 cuando además del caso anterior la presencia del nistagmus está también
presente en mirada al frente
grado 3 cuando además de todas las anteriores el nistagmus está presente en la mirada
contraria al sentido de la fase rápida clasificación de Alexander .
La desaparición del nistagmus espontáneo este en directa relación con la compensación de
la lesión periférica.
El nistagmus vestibular de origen central puede ser uni, bi o multidireccional, no se
compensa espontáneamente y se exacerba con la fijación ocular.
El nistagmus provocado puede ser inducido por cambios posturales o por estimulo
calórico.
El nistagmus provocado por cambios posturales se denomina posicional y se intenta
inducir al mantener diferentes posiciones establecidas, durante un minuto de observación.
Existe una secuencia de posiciones que intentan evaluar la función de los receptores
utrículares y de los canales semicirculares.
Los resultados de esta prueba se clasifican en:

tipo I cuando, el nistagmus provocado por una determinada posición, es de dirección
cambiante, aparece sin latencia, dura más de un minuto, no paroxístico y no se
acompaña de mareo o vértigo. Este tipo es de lesión central.
 tipo II con elementos periféricos y centrales
 tipo III es un nistagmus posicional, de dirección cambiante, con latencia, transitorio,
agotable, rítmico y se acompaña de vértigo o mareo postural. Este tipo es de lesión
periférica.
Prueba calórica de Fitzgerald y Hallpike
El nistagmus provocado por estimulo calórico se realiza con estimulo de agua o de aire a
diferentes temperaturas de modo de estimular el canal semicircular externo o horizontal. La
irrigación fría o caliente del CAE provoca poco a poco el enfriamiento o calentamiento de
la pared del conducto semicircular externo. Como éste se encuentra orientado en un plano
vertical, estando la cabeza del sujeto elevada en 30° con respecto a al plano de la camilla,
se produce un movimiento del líquido endolaberíntico que provoca desplazamiento de las
cúpulas de la ampolla y provoca respuestas subjetivas (sensaciones de rotación o de
vértigos) y respuestas objetivas (nistagmo o desviación segmentarias y axiales)
Si se enfría, las moléculas frías descienden y provocan excitación vestibular de tipo
ampulífuga con creación de un nistagmo de inhibición.
Si por el contrario se calienta, la corriente de sentido opuesto, ampulípeta, desplaza la
cúpula hacia la ampolla y provoca un nistagmo de excitación.
Para cada oído se utiliza un estimulo con agua o aire frió (30°) y otro con agua o aire
caliente (44°). Debe existir un intervalo de 5 minutos entre cada estimulación. La duración
de la respuesta nistágmica normal varía entre un minuto y treinta segundos a dos minutos.
Se cuenta el tiempo desde el inicio de la prueba. Diferencias de más de 20 segundos entre
estimulaciones equivalentes, sugerirán paresia de la respuesta disminuida. Para considerar
una parálisis vestibular debe existir ausencia de respuesta vestibular con estimulo caliente,
frió y muy frió, 44, 30 y 18 grados centígrados con agua. El estudio del nistagmus en esta
prueba se observa directamente en los ojos o bien se puede registrar con un aparato llamado
electronistagmografico.
Se denomina dirección preponderante del nistagmo cuando predominan las respuestas en
una dirección con una diferencia de más del 15%.
Prueba de Dix-Hallpike
Maniobra clásica utilizada para el diagnóstico del VPPB. Tiene por objeto poner de
manifiesto un nistagmo de posición paroxístico por estimulación del conducto semicircular
posterior. El paciente se sienta en una camilla, con la cabeza girada 30º hacia el lado que se
va a examinar. A continuación se le tumba hacia atrás bruscamente, con la cabeza fuera de
la mesa y en hiperextensión de 25-30º. Este cambio brusco de posición puede provocar un
nistagmo rotatorio geotrópico, paroxístico, patológico y patogmonomico de un vértigo
paroxístico posicional.
Evaluación de los pares craneales
Estos nervios generalmente son estudiados a medida que se examinan los órganos de la
cabeza y el cuello.
En todo caso es esencial valorar someramente: los movimientos oculares y las pupilas (NC
III, NC IV, NC VI), los movimientos faciales (NC VII), los movimientos de la lengua (NC
XII) y los movimientos de los músculos elevadores del velo del paladar (NC IX, NC X).
Además en la anamnesis se puede evaluar la función visual (NC II) y auditiva (NC VIII).
Adicionalmente se indica el estudio de la función de los músculos faciales (NC VII), de los
temporales y maseteros (NC V), las pruebas de la sensibilidad facial (NC V) y de la función
de los músculos trapecio y esternocleidomastoideo (NC XI). Electivamente se indica el
examen funcional de los sentidos especiales.
NC I. Olfatorio: El examen del NC I no es necesario hacerlo de rutina. Es pertinente
hacerlo solamente cuando hay trauma craneal, tumor en la base del lóbulo frontal que
puede producir lesión del fascículo olfatorio y en caso de sospecharse lesiones en la fosa
anterior. Se estudia con la olfatometría cualitativa (Uso de sustancias familiares y no
irritantes: jabón, tabaco, café).
NC II. Óptico: Comprende el examen de la agudeza visual de lejos y de cerca (si se queja
de dificultad para leer de cerca o si es mayor de 40 años), de la visión de los colores, de los
campos visuales y la oftalmoscopia directa para explorar el fondo de ojo.
NC III. Motor Ocular Común, NC IV. Patético y NC VI. Motor Ocular Externo: Se
examinan en conjunto porque permiten los movimientos oculares. El NC III también inerva
el músculo elevador del párpado superior, el constrictor de la pupila y el ciliar. El examen
comprende: inspección de los párpados para determinar ptosis; prueba de los movimientos
oculares y búsqueda de nistagmo; reflejos de acomodación, convergencia, fotomotor y
consensual.
NC V. Trigémino: Examen de la masticación al cerrar la boca y hacer los movimientos
laterales de la mandíbula; palpación de los músculos maseteros y temporales; prueba del
reflejo corneal (con una mechita de algodón en la cara temporal de la córnea); prueba de la
sensibilidad facial (examen de la táctil, dolorosa y adicionalmente la térmica en la frente,
mejilla y región mandibular).
NC VII. Facial: Inspección de los movimientos faciales (sonreír, hablar, elevar las cejas,
fruncir el ceño); prueba de la fuerza muscular contra resistencia en los párpados superiores;
maniobra de Pierre-Marie-Foix; prueba para determinar el gusto en los dos tercios
anteriores de la lengua.
NC VIII. Vestibulococlear: El examen de la rama coclear se realiza mediante la acumetría
simple (voz susurrada y reloj) e instrumental (Prueba de Weber y de Rinne). Cuando el
paciente tenga historia de vértigo, tinnitus o disturbios en el balance la rama vestibular se
examina mediante 1. La búsqueda de desequilibrio en las pruebas de Romberg y de la
marcha; 2. La prueba de desviación de los índices, y 3. La prueba de ojos de muñeca y la
inducción de nistagmo por estimulo térmico o mecánico (prueba giratoria y maniobra de
Nylen-Bárány). (ver examen de 8° par)
NC IX. Glosofaríngeo y NC X. Vago: Estos nervios son examinados juntos porque ambos
inervan la faringe. Comprende la prueba de los movimientos de las cuerdas vocales (notar
ronquera en la voz); la prueba de la elevación del velo del paladar (decir "a"); el reflejo
faríngeo y el fenómeno de Vernet; prueba para determinar el gusto en el tercio posterior de
la lengua (Es muy difícil técnicamente).
NC XI. Espinal: Inspección y palpación de los músculos esternocleidomastoideo y
trapecio y determinación de la fuerza contra resistencia.
NC XII. Hipogloso: Prueba de los movimientos de la lengua (sacar la lengua) y determinar
la fuerza mediante oposición con el depresor lingual o la mejilla.
Prueba de los ojos de muñeca
La prueba de los ojos de muñeca o reflejo oculocefálico, consiste en hacer girar con
rapidez la cabeza, los ojos se mueven en dirección opuesta. Esto indica que el tallo
encefálico está indemne. Antes de realizar esta prueba se debe asegurar que el paciente no
tenga lesión de la médula cervical.
Exploración del Cerebelo
En cada una de las pruebas se debe de comprobar si el ejercicio es realizado con facilidad,
sin temblor ni ataxia.
El vermis cerebeloso se explora con la observación de la posición que adopta el paciente de
pié y el Test de Romberg.
Test de Romberg: prueba descrita por Romberg en año 1846, para valorar el equilibrio del
paciente en posición estática con el fin de poner de manifiesto las lesiones de los cordones
posteriores de la médula espinal en la tabes dorsal. Posteriormente fue incorporada a la
exploración cerebelosa y otoneurológica, ya que las lesiones de otros elementos anatómicos
del equilibrio como el sistema vestibular o el cerebelo pueden alterar la posición erecta por
cambios en el tono postural.
Método standard de realización de la prueba: paciente colocado de pie, estáticamente en
bipedestación, con los pies juntos, para reducir el elemento propioceptivo de la
sustentación, y los brazos a lo largo del cuerpo. Primero se le mantiene con los ojos abiertos
y luego se le ordena cerrar los ojos para suprimir la información visual. Al cerrar los ojos la
prueba elimina el receptor visual reduciendo la información al sistema vestibular y al
propioceptivo. Duración de la prueba, como mínimo 1 minuto, pudiéndola alargar a 3
minutos.
Si antes de este tiempo el paciente cae, mueve los pies, abre los ojos o extiende los brazos
la prueba se considera positiva. Se ha de valorar si la caída es rápida o lenta, hacia un lado
o hacia ambos, hacia adelante o hacia atrás.
Se han descrito otros métodos o variantes de la prueba para hacer la prueba más sensible:
- Se puede hacer colocando al paciente en la posición de Mann: un pie delante del otro y
con los brazos cruzados.
- Maniobra de Jendrassik, manos agarradas ente si con fuerza; esta maniobra disminuye los
impulsos inhibitorios centrales que descienden por la médula.
- Apoyo sobre un solo pie durante 30 seg., alternando el pie derecho y el izquierdo.
- Test de resistencia pélvica. Normalmente al dar un empujón en el esternón, región
enterescapular o en la espalda al paciente este compensa bien el equilibrio y no cae. Si cae
la prueba es positiva o patológica.
- Prueba de la plomada o prueba de Barré: Consiste en hacer la prueba colocando al
paciente delante de una cuerda plomada indicándole que abra y cierre los ojos a
indicaciones del explorador. Se valora la intensidad de las lateralizaciones con ojos abiertos
y cerrados.
- Evaluación cronometrada de la estación unipodal: consiste en medir la duración máxima
de equilibrio colocando al paciente sobre un solo pie. Se permiten como máximo cinco
ensayos y la duración de la prueba es de 30 segundos. Como ejemplo se considera que a los
60 años debe de permanecerse, como mínimo, 5 segundos con los ojos cerrados.
- Romberg central: la lateropulsión o caída es inmediata, intensa y en cualquier dirección.
No se modifica con los ojos abiertos y cerrados incluso a veces la inestabilidad es tan
grande que es imposible realizar la prueba pues el paciente es incapaz de juntar sus pies,
cae como el palo de una escoba. No existe armonía con la dirección del nistagmo si este
existe. Se produce en las lesiones de los cordones posteriores, del tracto piramidal y del
vermis ya que el enfermo está deprivado de los reflejos de enderezamiento.
En las lesiones cerebelosas del vermis y de los núcleos cerebelosos, la caída es fulminante
hacia el lado enfermo, o bien hacia delante o hacia atrás y en estos casos el Romberg
positivo coexiste con otros signos cerebelosos, como hipotonía y dismetría. En lesiones de
la corteza cerebelosa aparece: hipertonía homolateral con caída fulminante hacia el lado
sano, además de otros signos cerebelosos como ataxia y adiadococinesia.
-Prueba de la marcha: También denominada de Babinski-Weil o marcha ciega.
Técnicas: se ordena al paciente caminar en línea recta hacia adelante y hacia atrás con los
ojos abiertos y cerrados. Si hay espacio se le indica que de unos 10 pasos hacia adelante y
hacia atrás.
La prueba puede hacerse más sensible haciéndole caminar en fila un pie tras otro talónpunta del pie.
Existen múltiples variantes de este test haciéndolo más sofisticado, siendo el más conocido
el "rails test" .
Como ocurre con el Romberg se ha de tener en cuenta que la habilidad para la realización
de la prueba disminuye con la edad. En general sólo son valorables las desviaciones
notables o caídas.
Lesiones de los cordones medulares: la marcha se realiza con una gran base de sustentación
separando mucho los pies.
Lesión cerebelosa: marcha atáxica o incoordinada. En las lesiones unilaterales caída hacia
un lado.
Lesiones centrales: la lateropulsión es hacia cualquier lado y suelen aparecer además fallos
cualitativos en la marcha, como marcha atáxica, parética, etc.
Exploración del funcionamiento de los hemisferios cerebelosos.
En las lesiones de los hemisferios se podrá observar en todas las pruebas astenia y un
temblor fino, intencional o no.
-Prueba de los índices. Valora las desviaciones espontáneas y el tono muscular de los
miembros superiores permitiendo diferenciar una lesión de los hemisferios cerebelosos de
una lesión vestibular.
Técnica: se coloca al paciente sentado con los brazos extendidos hacia el explorador, con
los ojos cerrados, y se valora la desviación de los índices al mantenerse en esta posición
durante un tiempo que como mínimo ha de ser de 15 segundos.
En las lesiones periféricas se produce una desviación uniforme y paralela de ambos brazos
hacia el lado lesionado y lo mismo ocurre en las lesiones cerebelosas del vermis.
En las lesiones de los hemisferios cerebelosos hay una astenia unilateral que hace que el
brazo del lado lesionado caiga de forma muy acusada (hipotonía cerebelosa) pudiendo
además apreciar un temblor intencional.
En las lesiones centrales puede aparecer una caída por astenia o hipotonía del brazo en lado
lesionado.
Past-pointing: Esta prueba examina el tono muscular de los brazos, constituyendo un test
para evaluar además del cerebelo el sistema vestibuloespinal con relación a las
extremidades superiores, si bien su realización requiere una buena integración de la función
vestibular, ocular, propioceptiva y cerebelosa.
Técnica: el paciente se coloca delante del examinador y extiende sus brazos señalando con
su dedo índice; con los ojos cerrados eleva sus brazos hacia arriba extendidos y
rápidamente baja los brazos al punto de origen; la maniobra se repite con la cabeza en
extensión hacia atrás e inclinada hacia cada hombro. Se ha propuesto realizar la maniobra
con estimulación térmica de los laberintos.
Cuando la prueba es positiva en ausencia de nistagmus y con un Romberg normal sugiere
patología central.
Cuando realizada después de la estimulación térmica la prueba aparece invertida o ausente
en presencia de nistagmo se ha de sospechar patología central.
-Prueba índice-nariz: Con respecto al cerebelo es la forma más rápida y mejor para explorar
la sinergia.
Técnica: El paciente extiende su brazo, con ojos cerrados, y manteniendo el brazo
extendido en posición horizontal dirige el dedo índice a la punta de la nariz. Primero se
hace con una mano y luego con la otra. Hay quien propone hacerlo primero con ojos
abiertos y luego con ojos cerrados para comparar ambas situaciones. Se comienza
haciéndolo lentamente y se irá repitiendo con mayor rapidez.
Otra forma muy similar de realizar esta prueba es con la técnica denominada dedo-nariz,
que consiste en que el paciente vaya tocando sucesivamente la punta de su nariz y el dedo
del examinador.
La prueba es positiva si aparece un temblor fino o intencional, astenia y falta de puntería
con el índice, ya que la ataxia, la hipermetría y las alteraciones de la coordinación indican
la existencia de lesiones cerebelosas ipsilaterales.
Las dos pruebas anteriores exploran la sinergia, que es la coordinación motora del cerebelo,
y su alteración es la asinergia mostrando temblor fino o intencional, astenia y falta de
puntería con los índices. Exploran además la metría que es el control de la actividad
muscular ejercido por el cerebelo, su alteración es la dismetría.
-Exploración de la adiadococinesia: la adiadoconicensia es la capacidad para realizar
rápidamente movimientos alternativos.
Para su exploración se indica al paciente que efectúe con rapidez movimientos alternativos,
como golpear sus rodillas con las palmas y el dorso de las manos, con movimientos de
pronación y supinación.
Otra maniobra es indicar al paciente que vaya tocando con la punta de los dedos la punta
del pulgar rápidamente y con los ojos cerrados.
-Rebote. La alteración del rebote es indicativa de lesión cerebelosa.
Se indica al paciente que extienda el brazo con los ojos cerrados y el examinador empuja
hacia abajo y hacia arriba la mano del paciente, al dejar de hacer fuerza el examinador la
mano debe de volver a su posición de comienzo.
Vértigo
El vértigo se define como la sensación de rotación de los objetos o del cuerpo en el espacio.
Puede ser aislado, o asociado a hipoacusia, tinnitus, desequilibrio y otros signos de déficit
neurológico.
El movimiento puede ser rotatorio, linear o de inclinación estática. El vértigo traduce un
trastorno del funcionamiento del sistema vestibular, desde la periferia hasta sus conexiones
centrales.
El vértigo es el síntoma anamnéstico que corresponde al nistagmo como signo del examen
físico.
Desde un punto de vista diagnóstico el vértigo puede presentarse como crisis única o crisis
recurrente. Puede acompañarse de signos otológicos y/o neurológicos o como síntoma
único.
Desde un punto de vista topográfico los vértigos se clasifican en: periféricos y centrales
Síndromes vestibulares periféricos
Enfermedad de Menière
Es una hidropesía endolinfática recurrencial, de causa desconocida y generalmente
unilateral, que se presenta en adultos, con igual frecuencia en hombres que en mujeres. Se
postula que su causa puede ser una lesión a nivel del endotelio del saco endolinfático,
encargado de reabsorber la endolinfa producida en la estría vascular. La microscopía
electrónica confirma dichas alteraciones del endotelio en los pacientes con enfermedad de
Menière.
Se trata de una gran crisis de vértigo de horas de duración, a veces hasta dos días, con
náuseas, vómitos, signos neurovegetativos intensos, imposibilidad de deambular, etc.;
precedidos por varios días de sensación de tener el oído enfermo abombado, hipoacusia y
tinnitus que van en aumento al acercarse la crisis, algiacusia (Dolor producido por ruido
intenso (110-120 dB), en especial por sonidos agudos) y diploacusia (Sensación de oír un
mismo tono como diferente en cada oído).
Todos estos síntomas son producidos por las alteraciones físicas secundarias a la
sobredistensión de las membranas del laberinto membranoso, repletas de endolinfa.
En el momento de romperse la membrana de Reissner por distensión, se mezclarían
endolinfa y perilinfa acumulándose las concentraciones de electrolitos necesarias para la
homeostasis (propiedad de un sistema de regulación de su medio interno para mantenerlo
estable) del oído interno.
Esto equivale a "cortar la energía" para la función del oído interno con la consiguiente
sordera, que puede ser casi total, mayor tinnitus e inicio de la gran crisis de vértigo por
asimetría en la llegada de impulsos nerviosos vestibulares al sistema nervioso central. Estas
crisis pueden repetirse o ceder.
Pseudo Menière
Son crisis recurrentes de vértigo, pero sin tinnitus ni hipoacusia y corresponden a una
Enfermedad de Menière de comienzo atípico, o a Epilepsia Sensorial o bien a Esclerosis
Múltiple. El examen de VIII par es normal.
Neuronitis o neuritis vestibular
Se trata de un cuadro descrito por Dix y Hallpike en 1952, en que una supuesta inflamación
viral a nivel del ganglio de Scarpa de un nervio vestibular, provoca una crisis de vértigo
repetida con intervalos libres de síntomas y en que no hay presencia de hipoacusia ni
tinnitus.
El examen de VIII° par presenta como única alteración una paresia vestibular unilateral
(respuesta disminuída), en la prueba calórica. La sintomatología cede en un plazo de 2
meses a 2 años.
Vertigo postural paroxístico benigno (VPPB)
Los cuadros vertiginosos se presentan con una incidencia de alrededor de 64 por 100.000
habitantes de los cuales al 20% corresponde al vértigo postural paroxístico benigno (VPPB)
y la edad de presentación es, principalmente, en mayores de 40 años con una relación de
dos mujeres por un hombre1.
El VPPB se clasifica en primario o idiopático, cuando no se reconoce agente causal, y
secundario cuando es consecuencia de un traumatismo encéfalo craneano, cirugía de oído,
otitis media aguda y crónica, neuritis vestibular y de fenómenos degenerativos propios de la
edad avanzada.
Schucknecht en 1969 fue el primero en sugerir un mecanismo fisiopatológico al observar
depósitos de material basófilo, que provendrían de las otoconias, adheridos a la cúpula en
huesos temporales de pacientes llamando a esa condición cúpulolitiasis. Por otra parte, Hall
et al y Epley en 1980 postularon que las partículas flotaban libres en la parte más larga del
canal semicircular posterior y acuñaron el término de canalitiasis. No se acompaña de
manifestaciones auditivas y su diagnóstico se realiza ejecutando cambios posturales del
paciente con su cabeza orientada de tal forma que el plano en que se encuentra el canal
semicircular estudiado coincida con el del desplazamiento del paciente.
En 1988 Semont describió lo que se llamaría la maniobra de liberación para la
cúpulolitiasis.
Maniobra de Semont para VPPB de conducto semicircular posterior derecho
En 1992 Epley describió la maniobra de reposición para la canalitiasis del canal
semicircular posterior. Para el tratamiento del VPPB del canal horizontal también existe
una maniobra de reposición descrita por Lempert y Tiel-Wilck. Puede ocurrir que después
de la maniobra de liberación del canal posterior se produzca canalitiasis tanto del canal
superior como del horizontal. Cuando fracasan las maniobras se ha preconizado
procedimientos quirúrgicos diversos. Los medicamentos han sido poco útiles en el
tratamiento del VPPB y se emplean para atenuar la sintomatología neurovegetativa que
acompaña a la sensación vertiginosa.
El VPPB Se caracteriza por la presencia de crisis vertiginosa de tipo objetivo,
desencadenadas por bruscos cambios de posición cefálica, de corta duración,
ocasionalmente acompañadas de náuseas, pero sin vómitos. Se presentan en períodos de
días o semanas, cesando posteriormente en forma gradual.
El examen auditivo es normal. El examen vestibular revela equilibrio y pruebas cerebelosas
normales. No hay nistagmo espontáneo sino que frente a cambios de posición: el nistagmo
es rotatorio, habitualmente dirigido hacia el oído situado en posición inferior al efectuar el
cambio de posición, precedido de un período de latencia, es transitorio, paroxístico y
fatigable (desaparece frente a la repetición de la maniobra). Las pruebas calóricas son
normales.
Maniobra de Epley para canalitiasis del conducto semicircular posterior derecho
Parálisis vestibular súbita
Es la causa de la crisis de vértigo más intensa, con profusos signos neurovegetativos
asociados e invalidez transitoria. Puede o no estar asociada a paresia o parálisis coclear
ipsilateral.
Presenta imposibilidad de deambular por lateropulsiones hacia el lado del oído paralítico,
Romberg positivo, marcha imposible, tanto con ojos abiertos como cerrados, nistagmo
espontáneo unidireccional cuya fase rápida bate hacia el oído sano durante 3-4 semanas,
después ocurre la compensación.
La prueba calórica revela inexcitabilidad del oído afectado a la irrigación a cualquier
temperatura, incluso extremas.
Neurinoma del acústico
Es un tumor benigno de tipo schwannoma, de las vainas de los nervios vestibulares
inicialmente, que generalmente nace en el interior del conducto auditivo interno, pero
también puede ser intralaberíntico, o del ángulo pontocerebeloso.
Se ve más en adultos que en niños y su crecimiento es lento en general.
El primer nervio que acusa la compresión es el coclear, entonces el tinnitus unilateral es el
primer síntoma, con hipoacusia unilateral leve, neurosensorial y en un 70% de los casos de
perfil descendente en el audiograma, Test de Fatiga Auditiva (Tone Decay Test) positivo y
discriminación alterada.
Como habitualmente el crecimiento es lento, comprime y destruye muy paulatinamente los
axones del VIII par y por lo tanto suele dar inestabilidad en la marcha, más frecuente que
crisis de vértigo. En el examen de VIII par aparte de la manifestación audiométrica, puede
haber alteración del equilibrio, a veces, nistagmo espontáneo y alteración de la respuesta
calórica en el oído afectado, en forma de una paresia vestibular.
Hasta aquí es el período o etapa otológica del neurinoma; si éste crece e invade el ángulo
pontocerebeloso, comprime al VI y VII pares craneanos ipsilaterales y después al
troncoencéfalo y hemisferio cerebeloso, agregando déficit neurológico de múltiples nervios
craneanos y signos cerebelosos.
Si no se diagnostica entonces su crecimiento ulterior provocará un síndrome de
hipertensión endocraneana, enclavamiento y muerte eventual.
Hoy día se diagnostica en etapas relativamente precoces, gracias al aporte de la
neuroradiología.
Sindromes vestibulares centrales
 Síndrome de ángulo pontocerebeloso
–
El signo fundamental del síndrome de ángulo pontocerebeloso es la paresia
coclear y/o vestibular lentamente progresivo asociado después a lesión de
otros nervios craneanos: V, VI, VII ipsilateral y déficit cerebeloso
ipsilateral.
 Síndrome de hemisferio cerebeloso
–
El patrón característico del síndrome de hemisferio cerebeloso es la
dismetría, disinergia, hipotonía, dismetría ocular e hiperexcitabilidad y
disrritmia del nistagmo postcalórico.
 Síndrome de línea media de fosa posterior
–
En el síndrome de línea media de fosa posterior intrínseco, hay disfunción
de la segunda neurona de la vía vestibular con nistagmo espontáneo y/o
posicional central y lesión de algunos pares craneanos y vías motoras
sensitivas o cerebelosas; no tiene, a diferencia de todos los otros,
hipertensión endocraneana y se ve frecuentemente en niños.
–
En el síndrome de línea media de fosa posterior extrínseco pueden
encontrarse a veces lesiones cerebelosas, nistagmo espontáneo
multidireccional y con frecuencia síndrome de hipertensión endocraneana.
En resumen:
En los vértigos de presentación única y prolongada podemos mencionar:
Con signos otológicos
Infecciosos: laberintitis y otomastoiditis
Traumáticos: fractura de temporal o conmoción laberíntica
Sin signos otológicos o neurológicos
Neuritis vestibular
Con signos neurológicos
Afecciones vasculares:
Síndrome de Wallenberg (accidente vascular latero-bulbar
Comprometiendo los núcleos vestibulares),
Compromiso de la arteria auditiva (rama de la cerebelosa anteroInferior,
Patología hemorrágica del tronco cerebral.
Esclerosis en placas
En los vértigos recidivantes o recurrentes:
Con signos otológicos
Enfermedad de Meniere
Enfermedades autoinmunes del oído interno
Fístula perilinfática
Sin signos otológicos
Vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB)
Con signos neurológicos
Migraña (migraña basilar)
Insuficiencia vertebro-basilar
Vértigo de posición central
Patología del oído interno
Sorderas sensorioneurales del niño
Sordera hereditaria
La sordera hereditaria es una enfermedad muy heterogénea desde el punto de vista
genético con muchos genes diferentes responsables de la disfunción auditiva. La hipoacusia
congénita tiene una prevalencia de 1-3/1000. El 60 % de las sorderas prelinguales se
atribuyen a defectos genéticos. Se clasifican en sindrómicas y no sindrómicas.
Hipoacusia sindrómica
Síndrome de Pendred: la forma más frecuente (10 %). Se presenta con bocio e hipoacusia
sensorioneural. El bocio se presenta en la infancia y suelen ser eutiroídeos. La hipoacusia es
bilateral, moderada a profunda y afecta frecuencias altas.
Síndrome de Waardenburg: se observa distrofia de los cantos oculares, anomalías
pigmentarias del cabello, el iris y la piel y sordera seonsorioneural. Existen cuatro tipos
asociados a distintos genes.
Síndrome de Usher: se caracteriza por hipoacusia y retinitis pigmentosa. Existen tres tipos
clínicos con diferentes grados de sordera.
Síndrome de Alport: asociación de hipoacusia con disfunción renal. Los síntomas son una
hematuria con insuficiencia renal progresiva, una hipoacusia sensorioneural de tono alto
inicial y anomalías oculares.
Síndrome branquio-oto-renal: es un trastorno autosómico dominante con anomalías
branquiales (hendiduras, quistes, fístulas), anomalías otológicas (malformaciones del
pabellón auricular, depresiones auriculares e hipoacusia) y anomalías renales.
Enfermedad de Norrie: trastorno ligado al cromosoma X caracterizado por ceguera
congénita, retraso mental y sordera.
Neurofibromatosis del tipo 2: se caracteriza por tumores bilaterales del VIII° par y
cualquiera de los siguientes: meningiomas, schwannomas, gliomas o catarata subcapsular
juvenil.
Síndrome de Jervell-Lange-Nielsen: las personas afectadas por esta enfermedad sufren
síncopes causados por un intervalo QT prolongado acompañado de una hipoacusia
neurosensorial. La muerte se produce en la infancia si no se trata.
Síndrome de Treacher Collins: en esta enfermedad se encuentran anomalías craneofaciales
(disostosis mandíbulofacial) junto a hipoacusia por malformaciones del oído medio e
interno.
Síndrome de Stickler: hipoacusia de conducción con posibles signos oculares (miopía,
catarata), artropatía (displasia espóndiloepifisiaria) y paladar hendido.
Hipoacusia no sindrómica
En general en la herencia de tipo recesiva se produce hipoacusia de inicio prelingual, y su
gravedad es entre severa y profunda, afectando todas las frecuencias. En las formas
autosómicas dominantes el fenotipo es menos grave. El inicio suele ser postlingual, la
intensidad es entre moderada y severa y afecta frecuencias medias y altas. Contrariamente a
lo que se pensaba, las últimas investigaciones ponen en evidencia que la mayoría de los
genes de la sordera no sindrómica descubiertos no se limitan exclusivamente a la cóclea.
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Aplasia de Michel: corresponde a una agenesia del laberinto óseo y membranoso y,
frecuentemente, de los nervios auditivo y vestibular. Se manifiesta por anacusia y su
transmisión es autosómica dominante.
Aplasia de Mondini: hay desarrollo parcial de los laberintos óseo y membranoso, con
hipoplasia de la cóclea. Los ganglios y nervios auditivo y vestibular usualmente están
presentes, y hay audición en frecuencias bajas o medias, pero de poca utilidad. También
se transmite en forma autosómica dominante.
Aplasia de Scheibe: el desarrollo del laberinto óseo es normal o casi normal, con
aplasia del sáculo y de las espiras cocleares inferiores, produciendo una pérdida en las
frecuencias medias y altas, con restos auditivos en las graves. Su transmisión es
autosómica recesiva.
Aplasia de Alexander: el desarrollo del laberinto óseo es normal, con aplasia parcial de
la espira basal de la cóclea, que lleva a una hipoacusia sensorial gradual y lentamente
progresiva de las frecuencias altas, que se detiene a niveles variables en la vida adulta.
Lesiones hereditarias que se manifiestan tardíamente
- Neurinoma acústico dominante: corresponde a un schwannoma del nervio vestibular,
asociado con una neurofibromatosis generalizada, conocida también como enfermedad
de Von Recklinghausen. Esta es la lesión postnatal retardada más frecuente entre las
asociaciones de la HSN con patología del SNC. La hipoacusia de tipo neural, moderada
a severa, progresiva y acompañada por tinnitus y desequilibrio, es causada por la
compresión que ejerce el schwannoma benigno del nervio vestibular sobre el nervio
coclear en el meato o en el canal auditivo interno. Frecuentemente es bilateral, inicia su
sintomatología en la 2a a 3ª década de la vida, y su progresión es de velocidad variable.
- Otoesclerosis hereditaria: conocida y frecuente afección del oído, es una osteodistrofia
limitada al hueso temporal, que afecta principalmente a la cápsula ótica,
comprometiendo a la ventana vestibular y al estribo, a la cóclea y a otras porciones del
laberinto. Ha sido descrita histológicamente en fetos, pero característicamente empieza
a dar manifestaciones auditivas en la vida adulta, temprana o media. Produce una
hipoacusia habitualmente bilateral, simétrica, de progresión variable. Es más frecuente
en el sexo femenino. Su modo de transmisión sería monogénico autosómico dominante
o autosómico recesivo.
Sorderas adquiridas
Enfermedades congénitas prenatales
- Infecciones maternas: infecciones portadas por la madre y que infectan al feto a través
de la placenta o al recién nacido, a través del cérvix uterino y canal vaginal:
toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes simplex y sífilis.
- Drogas ototóxicas utilizadas por la madre durante el embarazo: aminoglicósidos,
thalidomida, quinina.
Enfermedades perinatales
En el período perinatal, hay muchos factores que han sido inculpados de provocar HSN en
los neonatos y cuya importancia no está claramente establecida. Es probable que estos
factores pudieran interactuar e, incluso, potenciarse entre ellos.
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Bajo peso de nacimiento
Hipoxia y anoxia: durante el embarazo y el parto, esta situación se puede manifestar por
anormalidades del ritmo cardíaco fetal, o por el alumbramiento de un "niño azul".
Generalmente, la lesión se produce a nivel coclear, la que puede ir o no acompañada
por lesiones cerebrales.
Traumatismos del parto: los partos difíciles y prolongados, por cualquiera causa,
pueden acompañarse por daños físicos al cráneo del neonato e HSN.
Meningitis neonatal.
Incompatibilidad sanguínea: la incompatibilidad entre madre y neonato del factor Rh°
principalmente y, a veces, de los grupos sanguíneos ABO clásicos, produce la
enfermedad hemolítica del recién nacido, que se manifiesta por hemólisis, anemia e
hiperbilirrubinemia. En el período neonatal, la barrera hematoencefálica exhibe una
permeabilidad aumentada a la bilirrubina, la que penetra, impregnando y produciendo
fenómenos degenerativos en los núcleos cocleares del tronco cerebral (kernicterus) y en
otros puntos del SNC. Como resultado de esto, se presenta retardo mental, parálisis
cerebral, atetosis e HSN. La frecuencia de esta complicación se ha reducido
enormemente debido a las medidas preventivas actualmente empleadas.
Enfermedades post-natales
- Infecciones bacterianas: meningitis
- Infecciones virales: parotiditis (paperas), sarampión, rubéola, varicela, tos convulsiva,
herpes y virus productores de influenza.
- Traumatismos: TEC y fractura nasal
- Otitis Media: tanto la otitis media aguda como la otitis media crónica pueden producir,
como complicación, una HSN. Ambas pueden inducir una laberintitis, esto es, paso de
gérmenes a oído interno, con destrucción de laberinto membranoso y los órgano
sensoriales que contiene, auditivo vestibular. La hipoacusia resultante usualmente es
severa o profunda, irreversible. Más frecuentemente en las otitis medias crónicas
pueden producirse una HSN lentamente progresiva, por el paso de substancias tóxicas
(toxinas bacterianas, enzimas) desde el oído medio al oído interno, a través de la
membrana de la ventana redonda. En estos casos, esta pérdida sensorioneural se suma y
agrava la pérdida conductiva, propia del compromiso del oído medio.
Sorderas sensorioneurales del adulto
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Presbiacusia: Corresponde al deterioro auditivo relacionado con el envejecimiento. Es
de tipo sensorioneural y compromete preferentemente a las frecuencias altas. En este
proceso, la cóclea es la más afectada pero no la única, ya que también hay deterioro
senil en el oído medio, nervio auditivo, núcleos cocleares y distintos niveles del sistema
nervioso auditivo central. En la mayor o menor precocidad y magnitud de la hipoacusia
influyen factores genéticos, nutricionales, metabólicos, climáticos y la socioacusia. Se
distinguen cuatro tipos de presbiacusia, atendiendo a sus características clínicas y
audiológicas y a los hallazgos histopatológicos: presbiacusias sensorial, neural,
metabólica y mecánica.
Hipoacusia inducida por ruido: Se la puede agrupar en tres categorías distintas:
Socioacusia: corresponde al deterioro auditivo provocado por la exposición a los
Ruidos de la vida cotidiana, que se suma al causado por el envejecimiento.
Trauma acústico agudo: se debe a un episodio aislado o a un período corto de
Exposición a ruido intenso.
Trauma acústico crónico, o hipoacusia inducida por ruido industrial o hipoacusia
Laboral. El deterioro auditivo es de tipo sensorioneural, afecta de preferencia las
frecuencias altas (4.000 y 6.000 Hz) pero, tardíamente, las compromete a todas. En
las etapas iniciales, después de la exposición, se produce un desplazamiento
transitorio de los umbrales auditivos, es decir, una pérdida auditiva reversible. Esto
puede suceder, incluso, luego de exponerse a un concierto prolongado de música
rock o pesada. Durante horas o días puede persistir sensación de oídos tapados y
tinnitus. Los músicos, por la exposición repetida a que están sometidos, desarrollan
pérdidas definitivas. Las frecuencias agudas son más dañinas que las graves, y la
exposición continua es más nociva que la interrumpida. Cuando la exposición al
ruido se prolonga, el desplazamiento de umbrales se hace permanente y se
establece una HSN irreversible.
Ototoxicidad por fármacos: Hay innumerables drogas que pueden dañar las porciones
coclear y/o vestibular del oído interno. El tinnitus habitualmente precede como
manifestación a los otros síntomas (hipocausia, vértigo y/o desequilibrio), y sirve como
un signo precoz de advertencia y de necesidad de suspender la droga. La ototoxicidad
está, en gran parte, relacionada a la dosis, pero hay muchos otros factores que influyen:
susceptibilidad individual, potenciación con otras drogas y/o ruido, estado de la función
renal y hepática, etc. Entre los principales fármacos ototóxicos se cuentan los
antibióticos aminoglicósidos, quinina, salicilatos, cisplatino y muchos otros.
Enfermedades metabólicas: Se citan a varias enfermedades metabólicas, tales como la
diabetes mellitus, la hipoglicemia y el hipotiroidismo, como causas de HSN.
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Enfermedad autoinmune del oído: Se trata de una disfunción del oído interno causada
por fenómenos autoinmunes. Esta disfunción cocleovestibular puede ser una
manifestación más de un proceso autoinmune más generalizado (como sucede en los
síndromes de Bechet, de Wegener, de Cogan, etc.), o puede ser la principal o única
manifestación de patología autoinmune. Este tipo de hipoacusia, precoz y
adecuadamente diagnosticada, puede ser mejorada total o parcialmente con tratamiento
inmunosupresor.
- Sordera Súbita: La HSN súbita es la pérdida brusca o de instalación rápida (horas) de la
audición, acompañada o no por síntomas vestibulares. Típicamente, aparece en
pacientes sin ninguna patología ótica previa. No se conoce exactamente la causa, y se
plantean diversas hipótesis etiológicas, tales como cambios vasculares (vasoespasmo,
trombosis, agregación plaquetaria), enfermedades virales (en muchos pacientes es
concomitante o posterior a infecciones respiratorias altas, o que tienen serología viral
sugerente), ruptura de membranas intralaberínticas (antecedentes de esfuerzos físicos),
etc. Como no hay una causa establecida, la terapia es empírica, e incluye el uso de
vasodilatadores, corticosteroides, bloqueadores de los canales del calcio, diuréticos,
reductores de la agregación plaquetaria, inhalación de dióxido de carbono, histamina,
antibióticos antivirales, etc.
- Tumores: además de los granulomas, distrofias y tumores que afectan al hueso
temporal, la causa tumoral de HSN más importante es el schwannoma del VIII nervio
craneano, conocido también como neuroma o neurinoma acústico. Es un tumor benigno
de crecimiento lento, derivado de las células de Schwann, habitualmente de la rama
vestibular del VIII nervio, localizado en el canal auditivo interno o en el ángulo
pontocerebeloso. En su curso clínico, se distinguen dos etapas: otológica y neurológica.
En la etapa otológica, hay destrucción lentamente progresiva de las fibras de los nervios
coclear y vestibular por compresión del tumor. Las manifestaciones son hipoacusia
unilateral progresiva, usualmente con tinnitus y moderado desequilibrio. El vértigo es un
síntoma infrecuente. En esta etapa es posible diagnosticarlo con exámenes audiológicos y
confirmarlo con tomografías o resonancia magnética. La etapa neurológica se desarrolla
cuando el tumor sale del canal acústico interno e invade el ángulo pontocerebeloso. Ahora,
se agregan síntomas de compresión de los nervios trigémino y facial y del tronco cerebral.
- Enfermedad de Meniere: Es una enfermedad idiopática caracterizada por crisis
recurrentes de vértigo espontáneo, asociadas con hipoacusia, tinnitus y sensación de
oído tapado (o presión aural). Histopatológicamente, corresponde a un hydrops
endolinfático, producido por un desequilibrio entre la producción y reabsorción de la
endolinfa, lo cual permite la acumulación de un exceso de este líquido, con dilatación
de las paredes del laberinto membranoso. Se piensa que las crisis vertiginosas se deben
a rupturas de este compartimento membranoso dilatado (hydrops endolinfático), con
mezcla de perilinfa y endolinfa, e intoxicación de las células sensoriales por el exceso
de potasio. A nivel coclear, se produce hipoacusia que afecta principalmente a las
frecuencias bajas. La hipoacusia tiende a empeorar progresivamente, pero la magnitud
que alcanza es muy variable. El 30-50% de los casos de enfermedad de Meniere son
bilaterales.
- Neurolaberintitis sifilítica (luética): Generalmente, es una expresión de la etapa terciaria
de una sífilis, asociada con hydrops endolinfático. Produce la misma tríada sintomática
que la enfermedad de Meniere (HSN, vértigo, tinnitus), pero la lúes habitualmente
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produce daño bilateral. El diagnóstico se confirma con serología y como tratamiento, se
administra penicilina a altas dosis y corticosteroides.
Fístula perilinfática: Es un cuadro que se caracteriza por la pérdida de perilinfa a través
de una brecha artificialmente creada en la cápsula ótica, o en las membranas que
separan los compartimentos endolinfático y perilinfático, o el espacio perilinfático del
oído medio. Las causas son múltiples: cambios de presión en el oído medio por
maniobras de Valsalva forzadas o inmersiones, por explosiones y, aun, por un trauma
acústico agudo, secundarias a intervenciones del estribo (estapedectomías), TEC con
fracturas del hueso temporal, erosión del hueso temporal por colesteatoma y otros
tumores, etc. Clínicamente, se manifiesta por HSN fluctuante, tinnitus y vértigo, con
diversos grados de severidad y evolución, dependiendo de la causa.
Otoesclerosis u otoespongiosis
La otoesclerosis es la causa más frecuente, genéticamente transmitida, de hipoacusia de
conducción con tímpano normal. Esta es una enfermedad ósea, del hueso denominado
encondral. Este se encuentra en la cápsula ótica y rodea al laberinto. La etiología de la
enfermedad es desconocida. Se inicia en una región ósea cercana a la ventana oval en
edades cercanas a la pubertad. Es generalmente bilateral, lentamente progresiva y
agravada por los embarazos. Consiste en un proceso de recambio óseo por un tejido
óseo diferente en donde existen zonas de desmineralización y zonas de esclerosis. Solo
se produce en el hueso temporal y afecta exclusivamente a los humanos. Es más
frecuente en mujeres y tiene clara relación genética. Se cree que se trasmite en forma
autosómica dominante con una penetrancia incompleta. Mientras el proceso óseo no
invade la ventana oval es completamente asintomático. El avance a la ventana es
responsable de la paulatina fijación de la base o platina del estribo.
Los síntomas son: hipoacusia de conducción progresiva mayor en los tonos graves al
inicio, tinnitus o acúfenos. El examen físico es completamente normal. La membrana
timpánica no revela alteraciones. El diagnóstico se confirma con la audiometría y la
impedanciometría. La primera revela una hipoacusia de conducción mayor en los tonos
graves. Cuando la enfermedad compromete al oído interno podemos encontrar una
hipoacusia mixta o una hipoacusia sensorio neural. La impedanciometría revela un
timpanograma normal o bajo y reflejos acústicos negativos.
El tratamiento es quirúrgico y consiste en extirpar la fijación del estribo
(estapedectomía o estapedostomía) y su reemplazo por una prótesis o bien la adaptación
audioprotésica.
Traumatismos
Los traumatismos al oído pueden ser muy variados. Se producen en circunstancias de
juego o en accidentes importantes. En ocasiones acompañan a los politraumatizados. En
general, lo que el otorrinolaringólogo más observa son: perforaciones traumáticas del
tímpano por golpe o introducción de cuerpos extraños, que suelen repararse
espontáneamente; y fracturas del hueso temporal en grandes y graves contusiones. Una
fractura longitudinal suele producir hemotímpano y también puede producir parálisis
facial e hipoacusia de conducción, en tanto una fractura horizontal produce sordera
completa e intenso vértigo como resultado de la fractura del laberinto óseo.
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