Escrito de Lázaro Báez volvió a apuntar a Casanello

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FORMULA MANIFESTACIONES
Sr. Juez Federal:
Lázaro Antonio Báez, por derecho propio, en la causa N° 3.017/13,
manteniendo el domicilio constituido en autos, con la asistencia de mis abogados
defensores Daniel Rubinovich (IEJ 20294748785) y Rafael Sal-lari (IEJ 23216571169), a
V.S. respetuosamente digo:
I. Objeto
Habiendo sido convocado a este proceso para prestar una ampliación de
mi declaración indagatoria (Art. 294 CPPN), vengo a formular las siguientes manifestaciones, solicitando que este escrito sea parte integrante de mi declaración del día de la
fecha.
II.- La convocatoria a prestar declaración no está basada en
prueba: V.S. no puede alegar siquiera la existencia de “motivo bastante” para
sospechar
Se me ha convocado a prestar declaración indagatoria (art. 294 CPPN)
consignándose el siguiente hecho:
“…II.- En el día ayer se recibió en el juzgado un escrito de la Unidad
de Información Financiera en donde se exponen los resultados de las tareas de
Inteligencia llevadas adelante por el organismo. De allí se desprende importante
información en torno a la hipótesis criminal que atañe a la formación de una estructura
jurídica y societaria en el extranjero, montada para canalizar fondos de origen ilícito de
propiedad de Lázaro Antonio Báez, y se aportan valiosas precisiones para la
conformación de un cuadro de sospecha circunstanciado de conformidad con las
exigencias que imprime el art. 294 del C.P.P (ver decreto de fecha 7 de julio del año
2015). La presentación, que se sustenta en información de inteligencia recibida por el
organismo, da cuenta que Helvetic Services Group habría recibido un mandato a partir
del año 2011 por parte de la Fundación Kinsky, radicada en Panamá y cuyos directores
serían Jorge Chueco y Daniel Pérez Gadín, para canalizar dinero en las sociedades
Austral Construcciones -por veinte millones de dólares (U$S 20.000.000)- y Epsur S.A. por cinco millones de dólares (U$S 5.000.000)-. A su vez, la Fundación Kinsky
presentaría como beneficiarios finales a Leandro Báez, Luciana Báez, Martín Báez y
Melina Báez. Dichos movimientos de fondos se habrían realizado a través de la cuenta
608936/402.000.840 del J. Safra Bank, con sede en Ginebra, Suiza, y cuyos titulares
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serían también Martín Antonio Báez, Leandro Antonio Báez, Melina Soledad Báez y
Luciana Sabrina Báez. Tanto las cuentas bancarias mencionadas como Kinsky
Foundation serían de titularidad de los hijos de Lázaro Báez. De acuerdo a lo
informado, Jorge Chueco y Daniel Pérez Gadín serían asimismo directores y
beneficiarios finales de la empresa Tyndall Limited Inc., radicada en Panamá, que posee
la cuenta n° 511481 en Lombard Odier & CIE S.A., con sede en Ginebra, Suiza. Esa
cuenta tendría como fecha de apertura el día 7 de septiembre de 2011, y según la UIF,
con posterioridad a su constitución habría comenzado a recibir enormes depósitos que
no encuentran justificación patrimonial, financiera o económica alguna. En ese sentido,
el día 10 de octubre de 2011, la firma Teegan Inc. (con sede en Panamá y cuyo titular
sería Martín Báez), acreditó en la cuenta mencionada la suma de noventa y nueve mil
novecientos cincuenta dólares estadounidenses (U$S 99.950). En los días subsiguientes,
es decir, el 12 y el 13 de octubre de 2011, en la cuenta de Tyndall Limited se habrían
recibido tres transferencias más: una por la suma de doscientos noventa y nueve mil
novecientos setenta dólares estadounidenses (U$S 299.970) de parte de la firma
Worldwide Investment Properties Ltd. –radicada en la República Oriental del Uruguay-,
y dos más, por la suma de doscientos noventa y nueve mil novecientos cincuenta dólares
estadounidenses (U$S 299.950) cada una, de la ya mencionada Teegan Inc. Es decir,
Teegan Inc. aparece transfiriendo grandes montos a Tyndall Limited, esto es, desde una
empresa de Martín Báez a otra empresa de Chueco y Pérez Gadín, operaciones
trasnacionales que carecerían de justificación económica o financiera y que además no
tendrían ningún respaldo patrimonial…en el último auto de procesamiento dictado el
primer día del corriente mes y año, se expone que de las cuentas de Kisnky Foundation
(n° 608663) y de la cuenta de Wodson Internacional S.A. (n° 608927) mencionadas,
ambas a nombre de los Báez, el dinero fue transferido a la cuenta de Helvetic Services
Group S.A. (n° 608936) a los efectos de adquirir bonos de la República Argentina, y de
allí transferidas a la cuenta comitente que Helvetic Services Group poseía en la firma
Financial Net Sociedad de Bolsa S.A…se destaca que Leandro, Luciana, Martín y
Melina Báez, hijos de Lázaro Báez, serían titulares de las siguientes cuentas bancarias
en la Confederación Suiza: n° 608663, cuya contratante sería la Foundation Kinsky; n°
608743, cuya contratante sería la firma Tyndall Limited Corp.; n° 608744, cuya
contratante sería la firma Fromental Corp.; n° 608927, cuya contratante sería la firma
Wodson International S.A., y n° 608939, cuya contratante sería también la firma Wodson
International S.A., como así también que ninguno de ellos –lo cual sería mucho más
tangible en los casos de Leandro, Luciana y Melina- posee el perfil patrimonial
necesario para respaldar las tenencias que se habrían acumulado en esas cuentas y que
habrían ascendido a veinticinco millones de dólares…”.
Sobre esta descripción resulta necesario señalar su falta de precisión,
claridad y referencia circunstanciada a los hechos sugeridos como probatoriamente
verificados. Esto impide conocer cuál es el hecho ilícito imputado por el cual debería
responder. Qué tipo penal admite la subsunsión de estas acciones (más allá de que S.S.
afirma como acreditada la hipótesis constitutiva del delito de Lavado de activos de origen
ilícito), para poder dar explicaciones relativas a los requisitos objetivos y subjetivos de la
figura o respecto a mi posición en torno a la realización de la conducta.
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En la convocatoria quedan expresadas cosas que habrían sucedido,
situaciones por las que supuestamente se verían beneficiados mis hijos o mis empresas,
aspectos patrimoniales que no tendrían respaldo suficiente y demás supuestos de hecho
imposibles de ser válidamente reconstruidos en orden –directamente- a la ausencia de
prueba a su respecto. La imputación no deriva de un acto de conocimiento realizado por
el órgano jurisdiccional sino de un relato decisionista en el cual se reproduce una crónica
de lo que habría sucedido, un relato periodístico esencialmente nutrido de delaciones,
anónimos, tareas de inteligencia y demás. Medidas de conocimiento, en su conjunto,
extrañas a un proceso penal respetuoso de las garantías procesales más básicas (el uso
del potencial se explicaría para evitar cualquier sanción).
Este abuso del potencial está relacionado con la ausencia de prueba
para sostener de un modo asertivo, aún en términos de sospecha, que los hechos hayan
sucedido de la forma en que vienen relatados. Reclamé a través de mis letrados por el
hecho de que la convocatoria se sustente en base a documentos que al día de la fecha
permanecen a las sombras. Es por ello que oportunamente requirieron a V.S. que
disponga “se incorporen los informes reclamados a la Unidad de Investigación
Financiera y –de corresponder- se avance con el llamado a prestar declaración
indagatoria otorgando a esta parte el plazo indispensable para poder ejercer la defensa
material y formal de Martín Antonio Báez y Lázaro Antonio Báez, a fin de que este
principio consagrado constitucionalmente no se convierta en un enunciado vacío de
contenido”.
La respuesta nos fue notificada el 20 de junio del corriente. Sólo refiere
lo siguiente:
“…XI.- En cuanto la solicitud de la defensa de Lázaro y Martín Báez
de postergar sus declaraciones indagatorias, toda vez que la oportunidad del acto a
practicarse es una facultad discrecional del Juez y que la fecha de audiencia a sido
pactada con la suficiente antelación, NO HA LUGAR…”.
Resulta significativo que S.S. haya decidido apresurarse en disponer
una convocatoria sin conocer la prueba, sin poder determinar su método de obtención, ni
tener las herramientas mínimas para, eventualmente, descartar que el Estado no se esté
beneficiando por el hecho ilícito de un tercero. El despacho no se distancia de la lógica
omisiva y de la carencia de fundamentos recurrentemente señalada por esta parte cuando
se trata de resolver peticiones de la defensa.
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En este caso no hay -porque la prueba supuestamente dirimente no fue
aportada- ni el más mínimo atisbo de que existan motivos suficientes para que se me
dirija formalmente una imputación respecto de un delito en concreto.
En efecto, se menciona un informe de inteligencia que eventualmente
daría sustento a una imputación respecto de la cual, aun corroborada por la misma
información pero obtenida en forma oficial y por carriles lícitos, no decantaría
automáticamente y sin dificultad en la descripción de un hecho ilícito.
La información en que se sustenta la imputación alude a un informe
que no conozco ni en su contenido ni en su fuente (podría provenir incluso de algún
interesado en que esta imputación prospere contra mi familia, contra mis empresas y en
mi contra por motivos espurios. De resultar así se me impide la posibilidad de brindar
muchas explicaciones).
Tiene asidero, entonces, el planteo de mis defensores propiciando la
nulidad del llamado, pues para que los jueces puedan convocar a prestar declaración
indagatoria a una persona que goza de la presunción de inocencia tiene que haber “un
motivo bastante para sospechar”. Es ilustrativo de esa carencia el informe final de la
UIF por el cual desobedece la orden impartida por S.S. y se niega a brindar la
información que le fuera requerida.
La decisión, por lo tanto, no se apoya en los antecedentes necesarios
para tomarla. Esto es, nuevamente, que exista motivo bastante y, por lo tanto, es nula.
El informe incorporado por la Vicepresidente de la Unidad de
Información Financiera, María Eugenia Talerico, relata una serie de sucesos que habrían
llegado a conocimiento de ese organismo “…En el marco de las tareas de inteligencia
desarrolladas…”.
La misma fuente de información pide que “…con el objeto de obtener
la prueba que acredite nuestras tareas, sugerimos a la instrucción remita sendos
exhortos diplomáticos a Suiza y Panamá…”, y en otro pasaje del escrito afirmó
“…Todos estos datos podrían ser corroborados mediante el libramiento de un exhorto
diplomático a Suiza…” y así sigue “…En ese sentido, resultaría de interés el libramiento
de sendos exhortos diplomáticos a Panamá para solicitar informen…”, “…Asimismo,
sugerimos el libramiento de un nuevo exhorto diplomático a Panamá respecto de la
información sobre la empresa…” y “…Por ello resultaría necesario librar exhorto
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diplomático…del mismo modo sería de interés para la investigación el libramiento de un
exhorto diplomático…luce necesario librar un exhorto diplomático…”.
Si es el propio organismo quien cubre su responsabilidad requiriendo la
confirmación de las “tareas de inteligencia” de donde surgirían los datos de imputación,
sería, cuanto menos prudente, recabar la prueba antes que convocarme a dar
explicaciones.
Incluso S.S., con su llamado, parece soslayar que se han remitido
múltiples exhortos a una amplia y variada cantidad de países no habiéndose obtenido
información de relevancia relacionada con los hechos en trato ni con ningún hecho con
características ilícitas.
No puedo descartar entonces que los llamados a prestar declaración
indagatoria para toda mi familia (cada uno de mis hijos, sin distinciones relevantes en el
curso y gobierno de las acciones), lejos de fundarse en el derecho de defensa, en la
posibilidad de ser oídos, en la de brindar las explicaciones respecto de un hecho
penalmente relevante y resistir la imputación, contenga un mensaje disciplinante hacia mi
persona.
Es plausible entonces fijar con ese alcance la intención por detrás del
apresurado llamado a toda mi familia, “casualmente” el mismo día en que presté
declaración ante la Alzada, en el marco del incidente de recusación promovido por mi
hijo Leandro Báez.
Ahora, volviendo sobre la imputación, debo decir que la Unidad de
Información Financiera en cierta forma está admitiendo no haber seguido los carriles
institucionales correspondientes. Es por eso que reclama la emisión de exhortos.
Tal como fuera expresado por mis letrados, el artículo 14 de la ley
26823 (modificatoria de la ley 25246) no faculta a la Unidad de Información
Financiera, en ninguno de sus incisos, a solicitar (o recibir) informes, documentos,
antecedentes y demás elementos útiles de organismos que no sean provenientes de
(i) organismo público, nacional, provincial o municipal; y (ii) personas físicas o
jurídicas, públicas o privadas. Las tareas de inteligencia de la UIF parecen
pretender incorporar datos “importados” de latitudes que exceden el marco de
competencia del organismo (tal vez sea la razón por la cual permanecen ocultas
para la defensa y, creemos, para el juez y el fiscal).
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Si el organismo conoce sobre la existencia de algún dato de
conocimiento, o sospecha sobre la existencia de información en determinado lugar, le
debe requerir al Ministerio Público para que éste le requiera al Juez el allanamiento de
lugares públicos o privados, la requisa personal y el secuestro de documentación o
elementos útiles para la investigación, así como requerirle a estos que arbitren “…todos
los medios legales necesarios para la obtención de información de cualquier fuente u
origen…” (art. 14 inciso 6 de la ley mencionada).
Pero hay más. El presidente de la UIF, Mariano Federici realizó una
presentación por demás reveladora que otorga absoluto crédito a la posición de mi
defensa en torno a la intempestiva convocatoria a prestar declaración indagatoria.
En lo que constituye una negativa a pronunciarse en los términos
ordenados por S.S., argumentó que el requerimiento por el cual se le exigía aportar “…la
totalidad de la documentación respaldatoria de las operaciones relatadas…”, era de
imposible cumplimiento por tratarse de información de “carácter secreto”.
En la explicación acompañada no hace más que ratificar mi pedido
respecto de la necesidad de contar con la información –con alguna información- para dar
sustento al llamado a prestar declaración indagatoria.
En procura de ocultar un supuesto resultado de una clara “incursión de
pesca internacional” el organismo esconde cualquier dato o referencia respecto de la
fuente de la que se nutriría el informe de inteligencia aportado, señalando además que
S.S. no va a ser autorizado por la autoridad competente para conocer la documentación
requerida, toda vez que ésta fue suministrada “…únicamente para fines de inteligencia,
no permitiendo su incorporación como prueba en este proceso judicial, ni que sea
revelada la fuente de la cual proviene la información…”, señalando que en el caso “…la
información que esta UIF puede aportar al expediente es de carácter de inteligencia y no
de evidencia…”.
Por último Federici sugiere que la presunta información de inteligencia
puede ser “…fácilmente acreditada a través del diligenciamiento de los exhortos
diplomáticos sugeridos…”.
Es inadmisible en un Estado de derecho que el comportamiento
procesal del órgano garante de la ley admita criterios probatorios de tamaña laxitud.
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Resulta intolerable la arbitrariedad que implica una imputación basada
en un elemento respecto del cual no se conoce su fuente ni la legalidad de su obtención.
La descripción del hecho imputado -una vez más- carece de
significado. Su ambigüedad me impide dar explicaciones pues describe sucesos en los
cuales se alega que yo habría actuado, aunque no se especifica de ningún modo mi
intervención.
Oportunamente mis letrados han realizado un planteo relacionado con
el viaje que conjuntamente V.S. y el Sr. fiscal realizarían a Suiza con motivos que no han
sido aún revelados. Resulta –cuanto menos- llamativo que al regreso ocurran “ciertas
casualidades” donde se termina pretendiendo incorporar información –incomprobada- de
datos para cuya consecución debe recurrirse a canales legales previamente establecidos y
cuyo seguimiento resulta ineludible para la jurisdicción.
Mis abogados han dado cuenta en los momentos previos de aquél viaje
respecto de los procedimientos que debían seguirse. El modo de proceder actual de
ambos actores del proceso es una maniobra no avalada ni tolerada en el marco de un
Estado de derecho.
II. Petitorio
Por las razones expuestas solicito a V.S. que, en lo sucesivo,
previamente a convocarme a declaración indagatoria, verifique a través de los
procedimientos legales correspondientes los datos que crea convenientes para avalar la
hipótesis fáctica que entienda susceptible de configurar una imputación. La propia parte
que hiciera mención al informe indica en la misma presentación que las conjeturas
planteadas en ese libelo deben ser comprobadas por canales legítimos. Se solicita sólo el
cumplimiento de la Ley.
Sírvase V.S. tener presente lo expuesto y provea de conformidad,
SERÁ JUSTICIA
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