Parlamento Europeo 2014-2019 Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior 26.1.2016 DOCUMENTO DE TRABAJO sobre el establecimiento de un mecanismo de la UE para la democracia, el Estado de Derecho y los derechos fundamentales - El litigio de los ciudadanos como instrumento de aplicación individual Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior Laura Ferrara DT\1084085ES.doc ES PE575.319v01-00 Unida en la diversidad ES El litigio de los ciudadanos como instrumento de aplicación individual Introducción Este documento de trabajo se centrará en los medios de acción a disposición de las personas, individual o colectivamente, que garantizan el respeto de sus derechos fundamentales ante las autoridades judiciales, tanto en los Estados miembros como en la UE. Aunque el informe también cubre el respeto por la democracia y el Estado de Derecho, la autora de este documento de trabajo cree que el litigio tiene que ver principalmente con la protección de los derechos fundamentales, ya que es la base sobre la cual los individuos obtienen capacidad legal y dichos derechos se atribuyen a las personas (físicas o jurídicas). La capacidad para defender el Estado de Derecho y la democracia está bastante limitada (p. ej., las recusaciones sobre constitucionalidad), pero, por supuesto, estos principios fundamentales también se han desarrollado como resultado de los litigios sobre derechos fundamentales. La Carta como instrumento para la defensa de los derechos fundamentales Tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE constituye la legislación primaria de la UE. Esto debería tener una repercusión directa en la vida de las personas que viven en la UE, mediante la garantía de una lista de derechos fundamentales que todos los Estados miembros y la UE tienen que respetar. Sin embargo, hay varias limitaciones en cuanto a cómo las personas físicas o jurídicas podrían defender esos derechos ante los tribunales. En primer lugar, el artículo 51 define el ámbito de aplicación de la Carta de forma bastante restrictiva, ya que solo se aplica, en lo que se refiere a los Estados miembros, cuando aplican la legislación de la UE. El TJUE ha interpretado esta disposición de una forma más flexible (véase, por ejemplo, el caso Fransson), pero la Comisión aún mantiene su interpretación del modo más restringido posible. La autora considera que la redacción del artículo 51 es demasiado restrictiva y no ayuda a avanzar en el respeto de los derechos fundamentales en la UE. La Comisión, de hecho, se muestra reticente a iniciar un procedimiento de infracción sobre la base de la Carta, y hay muy poca información a disposición del público en cuanto a cómo se tratan las denuncias correspondientes. Por otro lado, los medios de litigio a disposición de las personas físicas y jurídicas son también bastante escasos. Las opciones son, o bien interponer un recurso de anulación ante el Tribunal General (artículo 263 del TFUE), o bien recusar la aplicación a escala nacional de una medida de la UE e invitar al órgano jurisdiccional nacional a que realice una petición de decisión prejudicial al TJUE. Ninguna de estas vías legales ofrece una solución eficaz para violaciones de los derechos fundamentales; o bien son de difícil acceso (p. ej., la preocupación individual y directa por cumplir todos los requisitos del Tribunal General) o bien implican procedimientos largos y discrecionales (decisiones prejudiciales). Otro instrumento otorgado por los Tratados para los ciudadanos de la UE es el derecho a presentar una petición al Parlamento Europeo. El derecho de petición es ejercido por miles de ciudadanos y la Comisión de Peticiones puede optar por responder a tales denuncias a través de diversos medios; entre ellos, informar a los peticionarios acerca de la postura del Parlamento Europeo, solicitar información y ejercer presión política sobre los Estados miembros y pedir información a la Comisión Europea. Si la Comisión de Peticiones decide pedir a la Comisión Europea información sobre una aplicación indebida o violación potencial de la legislación de la UE, la Comisión investigará el asunto y comunicará sus conclusiones a PE575.319v01-00 ES 2/4 DT\1084085ES.doc la comisión, aunque podrá optar por no incoar un procedimiento de infracción contra un Estado miembro. De hecho, la Comisión no da un seguimiento a las peticiones de forma sistemática, sino solo previa solicitud de la Comisión de Peticiones; sin embargo, esto no menoscaba la importancia de este derecho para los ciudadanos y sus resultados positivos. La autora propone que las personas tengan a su disposición, de manera directa y sencilla, la posibilidad de recusar el comportamiento de los Estados miembros ante los tribunales de la UE, sin dejar ningún margen de valoración a los tribunales nacionales ni a las instituciones europeas. Litigios estratégicos Este instrumento tiene por objeto incluir los casos en que los órganos de igualdad, ONG u otros órganos que trabajan en la defensa de los derechos fundamentales se involucren en los litigios, ya sea en su propio nombre, representando al demandante ante un tribunal, apoyando financieramente o de otro modo al demandante en los procedimientos judiciales, interviniendo en el lado del demandante o presentando intervenciones de terceros o en calidad de amicus curiae. En la práctica, el litigio estratégico puede utilizarse para establecer, aclarar y reforzar la protección de los derechos fundamentales. El litigio estratégico, por su propia definición, analiza también los efectos dominó y la repercusión creada en los medios de comunicación y con respecto al legislador. La autora considera que el litigio estratégico podría ser otra alternativa viable disponible para defender el respeto de los derechos fundamentales. En este sentido, el legislador de la UE podría estudiar más a fondo la forma de desarrollar y fomentar el recurso al litigio estratégico mediante el establecimiento de normas específicas para el acceso a los tribunales nacionales y de la UE. Litigios y acciones colectivos El litigio colectivo existe en varios Estados miembros1, aunque no se dirige específicamente a la defensa de los derechos fundamentales, y ha demostrado ser una instrumento útil a disposición de las personas para que sus derechos sean defendidos, en particular, en el ámbito de la protección de los consumidores y el empleo. En el ámbito de la UE, aunque hubo un debate extenso sobre las acciones colectivas que dio lugar a un Libro Verde de la Comisión, todavía no se han presentado propuestas legislativas por parte de la Comisión. La autora considera que las acciones colectivas son una forma eficaz de abordar violaciones masivas de los derechos establecidos y considera que la Comisión debe reconsiderar la proposición de una directiva horizontal sobre acciones colectivas, con el fin de garantizar unas normas mínimas en los Estados miembros que abarquen también los casos de violaciones de los derechos fundamentales. Recursos individuales de conformidad con el CEDH A diferencia de la situación en la UE, los recursos individuales están disponibles ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, una vez que se han agotado las vías internas. En efecto, el Tribunal de Estrasburgo es competente para garantizar el respeto del CEDH. Las sentencias que constatan violaciones son vinculantes para los Estados interesados, que están 1 http://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/etudes/join/2012/462478/IPOLJURI_ET(2012)462478_EN.pdf DT\1084085ES.doc 3/4 PE575.319v01-00 ES obligados a ejecutarlas, incluido el pago de los importes asignados a los demandantes como compensación por los daños que se hayan producido. El efecto de la jurisprudencia del TEDH ha sido un motor importante para la mejora de la legislación nacional y la práctica administrativa en una gama amplia de ámbitos. En el ámbito de la UE, no se da un seguimiento correcto a las sentencias del TEDH contra los Estados miembros. En octubre pasado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, señaló a algunos Estados (incluidos los Estados miembros de la UE) a causa de violaciones reiteradas y ejecución deficiente de las sentencias1. Mientras que la autora entiende que el CEDH es un instrumento independiente de la Carta, cree que los dos se basan en el mismo conjunto de valores que defienden muchos derechos comunes. De conformidad con el artículo 52, apartado 3, de la Carta, «en la medida en que la presente Carta contenga derechos que correspondan a derechos garantizados por el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, su sentido y alcance serán iguales a los que les confiere dicho Convenio». Por lo tanto, inspirarse en la respectiva jurisprudencia puede ser mutuamente beneficioso. La autora cree que la Comisión, en su informe anual sobre la aplicación de la Carta, debe dedicar un capítulo al seguimiento dado por los Estados miembros a las sentencias condenatorias. Este seguimiento también puede ser objeto de debate en profundidad entre los Parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo en el marco del diálogo parlamentario paneuropeo sobre los derechos fundamentales, la democracia y el Estado de Derecho. Desde una perspectiva a más largo plazo, la autora considera que la UE debe proseguir activamente las negociaciones de adhesión al CEDH, tal como exigen los Tratados. 1 http://echrblog.blogspot.be/2015/10/call-forbett.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+blogspot/KCGaBs+(ECHR+BL OG) PE575.319v01-00 ES 4/4 DT\1084085ES.doc