A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 21 de marzo de 2012, habiéndose dispuesto siguiente Lázzari, en el orden Negri, establecido, Acuerdo de 2078, votación: Hitters, de conformidad que deberá doctores Kogan, Soria, con lo observarse el Pettigiani, se reúnen de los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 97.295, "N. , M. D. y otra. Adopción plena". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Mercedes, revocó parcialmente la sentencia de primera instancia que había hecho entablada en lugar forma a la adopción conjunta por plena los de G. A.I. peticionarios , que detentaban la guarda del mismo, no unidos en matrimonio, admitiéndola solamente en forma individual a favor del señor M. D.N. . Se interpuso, por la peticionaria señora E. E. O. recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, el que fuera ratificado por el causante, al tomar intervención en autos en virtud de la citación efectuada al haber éste alcanzado la mayoría de edad. Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: 1. La Cámara revocó parcialmente el pronunciamiento que había admitido la adopción conjunta de G. A.I. , por parte de la pareja conformada por E. E. O. y M. D.N. , concediéndola únicamente al último de los mencionados en forma individual (fs. 107/107 vta.). Para resolver como lo hizo, ponderó que no se encontraba controvertido en autos que los peticionarios no se encontraban unidos en matrimonio. En virtud de ello, aplicó la prohibición normada por los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil que sancionan con la nulidad absoluta la adopción simultánea por más de una persona, "... salvo que los adoptantes sean cónyuges..." (fs. 102 vta.). Puso énfasis en señalar que el análisis del juez de origen para otorgar la adopción a quienes se hallaban conviviendo desde un período temporal prolongado, no encuentra su correlato en el ordenamiento jurídico; más aún, sostuvo, la adopción conjunta por quienes no reúnen la condición de connubios resulta contra legem. El texto de la ley -adunó- es por demás claro e indubitable y debe ser aplicado por los jueces salvo expresa declaración de inconstitucionalidad por razones fundadas (fs. 103 vta.). Seguidamente resaltó que fue soslayado, tanto por las partes como por el sentenciante de primera instancia, que conforme lo reglado en el art. 320 del Código Civil sólo concurren tres excepciones al principio general de marras: a) que medie sentencia de separación personal; b) que el cónyuge haya sido declarado insano; c) cuando se haya declarado judicialmente la ausencia simple, la ausencia con presunción de fallecimiento o la desaparición forzada del otro cónyuge (fs. 104). Se detuvo en reiterar que la peticionaria E. E. O. - es de estado civil casada, separada de hecho de su esposo con anterioridad a iniciar la relación de pareja con M. D.N. , permaneciendo en esa condición hasta la actualidad. De modo que su situación no encuadraba en los supuestos de excepción descriptos precedentemente (fs. 104 vta.). Afirmó la coherencia del dispositivo legal en función de la reforma que introdujo al régimen matrimonial la ley 23.515 y ejemplificó que el otorgamiento del vínculo adoptivo a quien está casado -no obstante la mera separación de hecho-, implicaría la probanza de tal extremo y la citación del otro cónyuge, no sólo para ser oído en juicio sino por la eventual afectación de sus derechos hereditarios (fs. 104 vta.). En cuanto inconstitucionalidad del a art. la 312 del declaración de Código no Civil, dilucidada por el sentenciante de primera instancia, abordó la misma desde disponibles, la tesitura sino que derechos no se debaten personales derechos donde está involucrado el orden público, esto es: la prohibición de adopción conjunta por concubinos (arts. 312 y 337 del C.C.) y la prohibición de adoptar por parte de una persona casada (art. 320 del C.C.). En exigencia de argumentó que la ser búsqueda cónyuges radica en la de la ratio para la adopción estabilidad y legis de la conjunta, vocación de perdurabilidad que caracteriza al matrimonio, de modo de otorgar al adoptado la situación más similar a la familia natural. Señaló irrazonabilidad al pues, régimen que no normativo puede toda endilgarse vez que no contraría ninguna norma ni principio contenidos en tratados de jerarquía constitucional (fs. 105 y vta.). Concluyó que, aún cuando los fines indicados puedan ser alcanzados por las parejas unidas en aparente matrimonio, no encontrándose las mismas habilitadas por la ley para la concesión del vínculo adoptivo conjunto, aún con la incorporación de la ley 23.515 y con la jerarquía constitucional de los tratados internacionales sobre derechos humanos, no puede el juez sino atenerse a los claros términos de la misma para resolver el conflicto (fs. 106 vta.). 2. En la impugnación contra tal decisorio, que en el presente se aborda, la recurrente sostiene que la "fría aplicación" de los arts. 312, 320 y 337 inc. d) del Código Civil contradice las normas consagradas en los arts. 3 y 21 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (C.I.D.N.) y del art. 14 bis de la Constitución nacional, que establece que la legislación debe propender a la "protección integral de la familia", principio que se ve enriquecido e incrementado por el nuevo inc. 19 del art. 75 de la mencionada interpretación interpretativa constitución, armónica que bajo implica que el las todos ellos principio normas de no en unidad deban ser puestas en pugna entre sí, sino armonizadas para que todas ellas conserven igual valor y efecto. En resumen, argumenta que no resulta razonable la referencia a su estado civil como "casada", por cuanto la ruptura matrimonial es definitiva, teniendo en consideración que se halla separada de hecho de su cónyuge, señor C. L. M. , desde hace más de cuarenta años, dejando constancia que la relación solamente duró entre 1961 y 1963, desconociendo desde entonces su paradero. Afirma que carecían de bienes y que si bien a la fecha no cuenta con sentencia de separación personal, se encuentra en trámite el proceso de divorcio vincular en los términos del art. 214 inc. 2 del Código Civil, promovido por ante el Juzgado en lo Civil y Comercial nº 7 de Mercedes. Ello conlleva -según su criterio- a encuadrar su situación en la excepción consagrada en el inc. "a" del art. 320 del Código Civil (fs. 114 vta.). Añade que la relación de pareja con M. D.N. , la que data de más de treinta años, es comprometida, permanente y estable, es decir, posee las connotaciones que llevan a conceptualizarla como una familia. En su seno, detentan la guarda de G. A. I. desde que contaba con un año y medio de edad -en el curso del año 1988-, cumpliendo con todos los deberes propios de los guardadores tendientes a su crecimiento necesarios y saludable, propios dispensándole de un verdadero los cuidados hijo. Tales circunstancias -entiende- no distan del concepto previsto por la ley civil en que se basa el sentenciante para rechazar la adopción impetrada en forma conjunta (fs. 115 vta./116). Destaca que el adoptando, con plena capacidad para la comprensión de sus actos, en los términos del art. 12 de la citada Convención, expresó en los obrados que prestaba total conformidad con el pedido de adopción formulado a su respecto, manifestando sus deseos de llevar el apellido de su guardador a quien considera, conjuntamente con É. E.O. , como sus verdaderos padres (fs. 117). Refiere que el estricto criterio de la Cámara, desemboca en una solución injusta, pues no pondera las particularidades del caso que hacen posible inaplicar las prohibiciones legales en debate, las que deben ceder ante el derecho fundamental de un niño a tener una familia (fs. 117 vta.). 3. En concordancia con lo dictaminado por el señor Subprocurador General a fs. 146/149 vta., considero que el recurso debe prosperar. La sentencia en crisis, como vemos, revoca parcialmente la de primera instancia, en cuanto aquella concedía la adopción plena de manera conjunta, no obstante no ser cónyuges entre sí los peticionarios, limitando el otorgamiento de la misma de manera individual a favor del señor N. . Para así decidir se basó en dos órdenes de argumentos, de un lado, sosteniendo que la ley veda la adopción conjunta por parte de concubinos, y, del otro, que no es procedente la planteada por quien -como el caso de la recurrente- sea de estado civil casado. Aduna que el ordenamiento normativo vigente, en tanto dilucida la problemática de acuerdo a lo señalado, no puede ser tachado de irrazonable. 3.1. El art. 21 -en concordancia con el 3de la C.I.D.N. dispone que los Estados que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea el interés primordial. Es dable señalar que dicha convención fue aprobada en nuestro país por ley 23.849, que la Nación adhirió a ella el 5-XII-1990, que tiene rango constitucional desde 1994 (art. 75 inc. 22, C.N.) y que la manda fue plasmada en nuestro Código Civil en el inc. i) del art. 321. Siendo que el instituto de la adopción tiene como claro norte y fundamento la protección de la minoridad desamparada, el tratamiento del caso debe abordarse entonces desde la plataforma del superior interés del menor referido, sin que obste a ello que al presente G. A. hubiera alcanzado la mayoría de edad, pues además de que la sentencia tiene efectos -ex tunc- a la fecha de la guarda (art. 322 del C.C. – C.S.J.N., 16-X-1986, L.L. 910987-E45), de lo que aquí se trata es de afianzar una relación familiar consolidada de elección mutua, de los adoptantes cuando decidieron progenitores asumir biológicos, el rol de supliendo padres el rol sin ser del los padre desconocido y de la madre que lo entregó al efecto, y del adoptado, en cuanto adopción iniciado prestó conformidad manifestando conocer al trámite su de identidad biológica (fs. 55 vta. e informe de fs. 61/63) y ahora, ya en su condición de mayor de edad, cuando se pone al lado la aquí recurrente, ratificando la impugnación de ésta a la sentencia ahora en revisión (fs. 163). 3.2. Si bien el art. 312 del Código Civil establece como regla la adopción individual y solamente contempla, por estableciendo vía como de excepción, requisito que la en adopción ese conjunta, supuesto los adoptantes sean cónyuges, encuentro que como sostuvo la Corte Suprema de Justicia "... la constitucionalización de los derechos del niño implica un replanteo de situaciones que antes se regían por las relaciones civiles de derecho común ... por lo que torna exigible conjugar los principios jurídicos con los elementos fácticos del caso, para que la decisión jurisdiccional resulte valiosa..." (C.S.J.N., fallo del 16-X-1986, "Jurisprudencia Argentina", 1987-II553, mi opinión en causa Ac. 70.180, sent. del 13-XII-2000, L.L.B.A., 2001, 1019 y su com.). 3.3. Desde ese nuevo mirador, juzgo que si bien la télesis de la exigencia legal referida a que la adopción por más de una persona sea realizada por cónyuges, encontrando su sustento en la estabilidad y vocación de perdurabilidad de esa convivencia, no debería mirarse el caso desde el prisma que sólo nos deja ver de un lado la falta de vínculo marital de derecho de la pareja N.O. , para considerar la adopción conjunta, sino observar la cuestión debatida desde el cristal que nos deje visualizar, sin perder el norte que nos marca el superior interés del menor y la protección de la familia; que éstos han conformado y sostenido una relación de familia estable y permanente, desde hace por lo menos treinta años; que ambos han prodigado desde el año y meses de vida del causante los cuidados, educación y afecto que le permitieron a éste desenvolverse y llegar a su mayoría de edad en un marco como el que pretendió el legislador, como bien jurídico a tutelar, al establecer los requisitos para la adopción. Pongo énfasis en la circunstancia, que considero diferente y diferenciable con el común de los casos, cual es que no nos encontramos propiciando como en aquellos supuestos la aplicación de la ley a los fines de garantizar el mejor desarrollo de un proyecto de vida en familia para el adoptado, similar a la natural, sino frente a la obra consumada por quienes generosamente tomaron a su cargo a quien, por los motivos que fueren no pudo recibir el abrigo de sus progenitores biológicos, con los plausibles resultados que informan las pruebas colectadas en autos. 3.4. La alzada señaló que "... el de autos no es un caso en el que sólo esté en juego la prohibición conjunta por concubinos (art. 312 y 337 C.C.), sino la prohibición de adoptar por una persona casada (art. 320 C.C.). Ello ya sólo indica -según su criterio- a todas luces la razonabilidad de las disposiciones legales que, en el caso deben contraría[n] analizarse ninguna norma conjuntamente, ni principio y que contenidos no en tratados de jerarquía internacional". El tribunal también señaló que "la disposición legal que exige que en caso de que más de dos personas quisieran adoptar deben ser cónyuges no es irrazonable (doct. art. 28 CN). Procura que, en ese caso, se brinde al hijo adoptivo dos padres unidos bajo la estabilidad y vocación de perdurabilidad que caracteriza al matrimonio. No se me escapa que muchas parejas unidas en concubinato o ‘aparente matrimonio’ también reúnen estas características (y posiblemente sea el caso de autos), pero su exclusión de la habilitación para adoptar es una opción posible o válida del legislador (art. 75 inc. 12 de la CN), que supera el test de constitucionalidad. De lege ferenda podrá propiciarse que se habilite a las parejas unidas en concubinato con determinados años de permanencia a adoptar, pero mientras ello no ocurra, los jueces debemos atenernos a la ley..." (fs. 106 vta.). exigencia de Es decir que los pretensos adoptantes la solicitud no matrimonio cuando razonable y que encuentra se limita respuesta a sea indagar si la conformen un unipersonal es afirmativa en la estabilidad y vocación de perdurabilidad que en principio surge de los adoptantes unidos de tal manera, sin advertir que este escrutinio debió realizarlo en el caso de manera inversa, es decir si aparece razonable frente al caso concreto el precepto cuando excluye de la posibilidad de adopción conjunta a dos personas cuya relación -concubinato prolongado en el tiempo por más de treinta años aunque la peticionante carezca de aptitud nupcial- abastece aquello que se tiene en mira para tutelar el bienestar y desarrollo del adoptado, además de los restantes requisitos de ley. Queda claro que la exclusión de la adopción obedece en el caso al sólo hecho de que son concubinos y no cónyuges. Desde esa plataforma cognoscitiva encuentro que si bien las normas reguladoras del derecho (en el caso arts. 312 y 337 del C.C.) se muestran adecuadas o idóneas para el logro del fin que se buscó alcanzar con su dictado, es decir perseguida, que resultan frente al aptas caso en para lograr la consideración tutela aparecen extremadamente restrictivas atendiendo a la salvaguarda de los derechos fundamentales en juego, con particular preeminencia del superior interés del menor y la protección de la familia, desde que se impide o pospone el acceso a la adopción conjunta a quienes tienen una relación concubinaria con características probadas de estabilidad y vocación de perdurabilidad, configurándose desde el año de vida del causante los requisitos de trato y fama exigidos para el estado de hijo, habiendo cumplido acabadamente no sólo con la guarda otorgada oportunamente, sino con el fin mismo del instituto de la adopción, teniendo a la vista el excelente resultado de la guarda y la formación integral alcanzada por el adoptando. Tenemos dicho en otro lugar, que como el consentimiento en cónyuges, allá más generalidad de el matrimonio de las la se función lo dan los convalidatoria legislaciones acuerdan a propios que la oficial público, creemos que cuando dos personas se unen con la intención de convivir en forma permanente, poseyendo aptitud nupcial, aunque lo hagan sin rodear la asunción de ese compromiso vital de formalidad alguna, están constituyendo una familia. Aún cuando la atestación está referida a quienes poseen aptitud nupcial, entendemos que atento a la incorporación a nuestro derecho del divorcio vincular el razonamiento puede trasladarse a situaciones de hecho prolongadas, que revisten tales características, siguientes a la ruptura de otras anteriores, procedan éstas de vínculos matrimoniales o de facto. La prolongada, con relación neta comprometida, continua, de no vocación permanencia puede resultar indiferente a la comunidad, porque de hecho posee aptitud para generar secuelas tan nobles como las provenientes de la relación matrimonial. La constatación de una convivencia transcurso de con tales plazos que características bien pueden luego del preestablecerse, posibilita presumir la existencia de ese compromiso vital, y la sociedad, al verificarlo, puede legitimarla como si fuera proveniente de un matrimonio, o al menos, otorgarle ciertos efectos propios de éste, en una medida variable, objetivando así la voluntad de los convivientes, mediante una decisión presuncional. Si profundizamos la esencia del compromiso matrimonial, advertiremos que, en rigor "‘lo que hace al matrimonio tal no son precisamente los formalismos legales, sino el real y natural contenido de la intención ... de unirse’ legal. básicos (Viladrich, Una del Pedro introducción matrimonio’, Juan, a los Ed. ‘Agonía del elementos Universidad matrimonio conceptuales de Navarra, Pamplona, 1984, p. 120), existiendo ‘una primacía de lo natural sobre lo legal’ que hay que destacar, so pena, en caso de así no hacerlo, de incurrir en un flagrante trastrocamiento de la naturaleza por parte del derecho, con el consiguiente divorcio de la realidad, y su consecuente inutilidad para captar y regular fenómenos sociales, lo que lo priva de sustento, porque aparece desprovisto de la vitalidad y el sentimiento inmanente de justicia que lo caracterizan, al desconocerse total trascendencia a una situación ingénitamente -ya que no ritualmente- idéntica a otra a la que sí se le acuerda". Queda así explicada nuestra concepción en el sentido de que la familia natural es una (comp. en un sentido coincidente, aunque con distinto enfoque, Díaz de Guijarro, Enrique, "Tratado de Derecho de Familia", T.E.A., Bs. As. 1953, Tho. I, pps. 116, 120 y 123), si bien nos encontramos con que la comunidad organizada exige, para que este vínculo natural trascienda al mundo jurídico con toda su virtualidad, que el núcleo conviviente se conforme en torno a la institución matrimonial, lo que constituye una razonable reglamentación que hace el derecho positivo del derecho natural, necesaria para asegurar ab initio la virtualidad de la relación en un medio social. Pero es igualmente razonable que la familia extramatrimonial, cuando asume las características como las que presenta el caso subanálisis, no permanezca en la indiferencia y el desconocimiento absoluto frente al mundo jurídico. Como señala Vidal Taquini (Carlos H.: "El Vínculo Familiar", "La Ley", 1982-B-808, par. V, Clases de Familia) clases "‘el de reconocimiento familia no es de la otra existencia cosa que de la estas adecuada contemplación de una realidad socio jurídica. Conflicto que desde antiguo ha preocupado, pero que inevitablemente llevó al legislador a una paulatina aceptación de la familia ilegítima, que tiene como fuente la filiación ilegítima o extramatrimonial, como una situación ordinaria. Mas esto no significa elevar a un plano jurídico de igualdad a ambas clases de familia, y menos aún al matrimonio con la unión libre, estar pues siempre dirigida a cabe que sea sentar esa que la la única protección familia debe que se constituya, manteniéndose la diferente regulación de una y otra, posición que merece la adhesión de la mayoría de la doctrina argentina’ citando en nota que va al pie a los prestigiosos autores que sostienen esa posición, Lafaille, Héctor ... Borda, Guillermo A. ... Belluscio, Augusto C. ... Zannoni, Eduardo A. ... Spota, Alberto ... Llerena, Baldomero..." (Enciclopedia de Derecho de Familia, t. II, Bs. As. 1992, Ed. Universidad, Voz "Familia", pp. 178/179). Pero hay un orden de consideraciones que en el caso resultan decisivas, y que surgen de su análisis no tanto a partir de la situación de los peticionantes, sino más bien a través del prisma de la ponderación de las legítimas afecciones del adoptando -a la sazón mayor de edad-, que creció considerando a sus guardadores como sus padres. Esta relación vital no puede ser soslayada en circunstancias como las que exhibe el sub judice para arribar a una solución valiosa desde el miraje de la justicia del caso. El derecho, como establecimiento de un orden social justo no puede prescindir de circunstancias de la realidad que pueden determinar -de no ser atendidas- un brusco viraje en el resultado concreto que sus normas procuran, de tal modo que la finalidad con que las mismas fueron sancionadas se den de bruces con el producto obtenido. Dicho en otros términos: un niño que creció y desarrolló su personalidad al amparo y bajo la guía de quienes desempeñaron durante ese extenso y crucial período de la vida en forma constante e ininterrumpida el rol paterno y materno, no habiendo conocido otra realidad fuera de ella, no puede ser privado de la legitimación de esa situación de hecho a la que el derecho -para ser tal- no puede permanecer ajeno (arts. 20 y 21, Convención sobre los derechos del niño). 3.5. No puedo dejar de mencionar el argumento referido a la eventual afectación de los derechos hereditarios del cónyuge de la peticionante. Sin perjuicio de señalar que -atento la temprana edad desde la cual el niño fue acogido en el seno de la familia formada por aquélla- la situación de autos no difiere en lo sobrevenido recurrente sostengo un y, la sustancial nacimiento en lo primacía que del del de hace caso un a vínculo hijo en que hubiera natural vínculos de la familiares, afectivo sobre el biológico; aduno que mal podría oponerse un fugaz vínculo conyugal, hoy por hoy fácticamente inexistente, frente a una relación filial continua y completa, consolidada en una realidad inescindible, máxime cuando la única trascendencia posible que cabría adjudicar a tal violación operaría sus efectos exclusivamente en el ámbito patrimonial, claramente subordinado en mi criterio, en el ámbito familiar, a la primacía de los afectos. Lo expuesto no sin dejar de señalar, como hecho sobreviniente (art. 163 inc.6 del C.P.C.C.) que en los autos caratulados "O. , E. E. /M. , C. L. s/divorcio vincular", expediente 92.011, que tramitaran ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial nº 7 del Departamento Judicial de Mercedes se dictó sentencia declarando el divorcio vincular por la causal de separación de hecho sin voluntad de unirse (v. testimonio fs. 168/168 vta.). 3.6. Con estas consideraciones juzgo que los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil se encuentran desplazados por las circunstancias particulares del caso, que tornan su eventual aplicación irrazonable y por tanto inconstitucional (art. 28, Const. nac.) No debemos perder de vista que nuestro más alto Tribunal nacional ha señalado, de manera categórica, la trascendencia que el paso del tiempo reviste para un menor en orden fundamentales al (sent. aseguramiento del 1-XI-1999, de en sus derechos "Jurisprudencia Argentina", 26-VII-2000, supl. 6204, p. 78, par. 7), por lo que entiendo que una mayor postergación de la resolución del caso, como sería posponer la adopción de la madre de crianza hasta que ésta contraiga nupcias con el señor N. , va a resultar alcanzado la altamente mayoría de nociva edad para durante quien el habiendo trámite del presente, no ha podido conformar aún la base total de su proyecto de vida. Como sostuvo Bidart Campos: "... Si el juez confiere prelación a la ley ignorando parámetros que la constitución -con o sin norma expresa en su articuladocontiene en su sistema de principios, valores y derechos, hace lo mismo que pegar una etiqueta en una botella. La botella es el inconstitucionalmente, caso y la que etiqueta resuelve es la mal e literalidad abstracta y general de la ley que, aplicada a un caso cuyas circunstancias no la resisten sino la rechazan, provoca injusticia Campo, inconstitucional Germán J. El en interés la solución... superior del (Bidart niño y la protección de la familia como principios constitucionales La Ley 1999-F-623)". 4. Por último, no perdiendo de vista que los peticionantes prodigaron el único cuidado que brindó al niño una total conciencia de pertenencia al grupo que lo receptó, lo contuvo y le suministró todos los instrumentos necesarios para saber quién es y qué quiere, y así poder estar en condiciones de abrirse paso en la vida, sin negarle su identidad biológica, ni privarlo de la visita de su progenitora cuando ésta las efectuaba a temprana edad del menor (fs. 5 vta., expediente del Tribunal de Menores Nº 2 agregado sin acumular), propicio acoger el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído, revocar la sentencia de Cámara impugnada en cuanto deniega la adopción plena a la aquí recurrente, declarar inaplicable al caso concreto los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil por inconstitucionales y otorgar vigencia al fallo de primera instancia en cuanto decretaba la adopción plena de G. A. I. también a favor de la señora É. E.O. . Doy mi voto por la afirmativa. A la cuestión doctor de Lázzari dijo: planteada, el señor Juez 1. Los antecedentes de la causa y el resumen de los agravios exhaustivamente que el recurrente puntualizados por plantea el han ministro sido que me precede, a los que remito por motivos de brevedad. Anticipando el sentido de mi pronunciamiento, por los fundamentos que expondré estimo que los arts. 312 y 337 inc. d del Código Civil resultan, en el caso, inconstitucionales en tanto no se adecuan a los parámetros previstos en la normativa constitucional y supranacional. Paralelamente, en lo que respecta al art. 320 del mismo cuerpo legal, sostengo que esa norma es inaplicable en el presente. Sólo he de reiterar las bases en que se sustenta la interpretación que el juez de grado realizó y que la Cámara entiende contra legem, en función de dar mayor claridad expositiva a las razones que he de aportar en el test de constitucionalidad sobre las normas jurídicas que atañen a las circunstancias particulares del caso. Se fundamenta pareja la aprecia revocación unida de responsabilidad que de hecho, parental en la fallo, adopción que del su venía joven en la acordada Cámara a una ejerciendo la casi su toda existencia vital, en cuatro órdenes de consideraciones: a) La pareja solicitante no está habilitada por no revestir la unión, la fuerza del matrimonio, pues frente al texto expreso de los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil, la única vía posible de interpretación es admitir la adopción a quienes reúnan aquella condición. De esta forma, al no encontrarse unidos en matrimonio se impone el rechazo (fs. 103 vta.); b) la señora O. , por estar casada ya que contrajo un primer matrimonio y luego se separó de hecho antes de unirse al señor N. , no cumple con la exigencia prevista en el art. 320 del Código Civil que prescribe que las personas casadas sólo podrán adoptar si lo hacen conjuntamente; con la particularidad de que el ordenamiento positivo, tras la sanción de la ley 23.515, ha superado la valla que imposibilitaba acceder al divorcio vincular y por lo tanto pudo haber regularizado su estado civil (fs. 104); c) los medios que arbitran las normas se adecuan a los fines cuya realización procura, al menos es esta una posibilidad que admite el orden jurídico, toda vez que la institución matrimonial garantiza la vocación de perdurabilidad tampoco cabe y estabilidad declarar de la familia, inconstitucionales las por lo normas que de referencia que regulan esa única opción (fs. 106 vta.); d) el rechazo de la adopción pedida por la señora O. no implicará cosa juzgada para el caso de que en el futuro varíe la situación que hoy impide hacer lugar a la misma. Es decir, si la mencionada obtuviera el divorcio vincular de su primer matrimonio y se casara, habría una nueva situación de hecho y de derecho, muy distinta a la hoy evaluada (fs. 107). II. El matrimonio, como una de las formas de constituir la familia, cuenta con reconocimiento expreso en los tratados: arts. 16, primer párrafo de la Declaración Universal de Derechos humanos; 10, primer párrafo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; 23, segundo párrafo del Pacto Internacional de Derechos Civil y Políticos; 17, segundo párrafo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 16, primer párrafo, incs. a), b) y c) de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. En el art. 6 de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre se afirma que toda persona tiene derecho a constituir una familia, elemento fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado (con similar redacción conf. arts. 16.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 17.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales; 23.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 16.1 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer). Es de hacer notar, sin embargo, que la existencia de otras construcciones familiares distintas al matrimonio, también están presentes en sus textos, aunque su admisión resulte implícita: de la equiparación de las filiaciones matrimoniales y extramatrimoniales se desprende la recepción de las uniones de hecho (arts. 17, último apartado, Convención Americana sobre Derechos Humanos; 16 inc. d, Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; 2, Convención de los Derechos del Niño; Ac. 48.914, sent. del 17-II-1998). En la fuente de vínculos padres e hijos estructuras se nacidos después reconoce familiares que el del divorcio, surgimiento perduran tras de la entre nuevas ruptura matrimonial (arts. 3, 5, 9.3, 18.1 y 27 de la Convención de los Derechos del Niño; Ac. 87.970, sent. del 5-XI-2007). En el entramado de manifestaciones familiares fruto de uniones de personas divorciadas con hijos, la familia ensamblada refleja otra matrimonial realidad (Ac. distinta 93.525, sent. a del la familia 4-VII-2007); nuclear en el acceso de igualdad de oportunidades y de trato al goce de sus derechos de parte de sus integrantes especialmente la mujer, los discapacitados y los niños, es visible que la familia monoparental amerite ser registrada de algún modo (art. 19 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Ac. 76.548, sent. del 30-V-2001; Ac. 84.856, sent. del 26II-2003; Ac. 98.260, sent. del 12-VII-2006 y sus citas); en otra dimensión social, la familia ampliada o comunitaria también es aceptada (art. 5 de la Convención de los Derechos del Niño; ver mi voto en Ac. 96.451, sent. del 4VI-2008). En vista a esta construcción heterogénea de los distintos modelos familiares reconocida en los tratados (art. 75 inc. 22 de la Const. nac.) y en el art. 14 bis última parte amplio de jurídico. familia de familia Vale debe contrario, la Constitución es el decir, el receptar en la que nacional, impera en principio este de un el concepto ordenamiento protectorio pluralismo aceptación el de la De lo arquetipo, el familiar. único matrimonio, como paradigma a ser imitado por los restantes modelos familiares, respuesta a una características que se dejaría serie de ameritan sin protección relaciones una y sin afectivas con regulación específica. Incluso, en esta nota particular de cada uno de los modelos familiares, y sobre la base del reconocimiento expreso al matrimonio en los tratados, que es indispensable proteger, cabe distinguir que en ella se generen mayores derechos y deberes que no se producen en forma semejante en una convivencia no basada en el matrimonio. No obstante ello, la familia, en todas sus formas, debe cumplir el rol instrumental de servir al hombre como medio de realización familiar, y por lo tanto no puede desconocerse esta función en el análisis de cada una de ellas. En este sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso "Marckx c/ Bélgica", precisó que la frase "vida familiar" incluida en el art. 8 del Convenio de Roma, "no se limita a las relaciones fundadas en el matrimonio, familiares de sino facto que puede respecto de englobar personas otros que lazos cohabitan fuera del matrimonio" y esta noción de familia debe ser interpretada "conforme las concepciones prevalecientes en las sociedades democráticas, caracterizadas por el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura" (conf. Kemelmajer de Carlucci, "Alberdi, precursor de la constitucionalización del Derecho de Familia", en Homenaje a Juan Bautista Alberdi, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Córdoba, 2002, t. II, p.233; Fallos 313:225). En trae el un concepto avance de sobre familia, en la particularidad su estado vivo que de transformación, el Tribunal Europeo, en las causas "Keegan c/ Ireland", del 26 de mayo de 1994 y "Kroon c/ Países Bajos", del 27 de octubre de 1994, dilucidó que "la protección de la familia se extiende a cualquier relación en las que, de hecho, se generen lazos de mutua dependencia equivalente a los familiares, relaciones que normalmente requieren de la convivencia, pero que pueden persistir tras su ruptura y que excepcionalmente se no excluyen dieren otras factores situaciones que cuando demuestren tal relación" (conf. www.echr.coe.int.) . Sobre este último aspecto Eduardo Zannoni, en un análisis diferenciador del concepto sociológico y jurídico de la familia, pero con alto grado de comunicación entre ambos, enseñaba a través de un ejemplo gráfico -el divorcio vincular en la Argentina-, que "el legislador debe replantear a la luz del análisis de la realidad empírica sociológica, y a su vez, de la reformulación misma de los valores que esa realidad expresa, el contenido de categoría jurídica. Lo cual atañe, en definitiva, a la constante evolución del derecho y demuestra como el punto sociológico es fundamental" ("Derecho de Familia", ed. Astrea, t. 1, ps. 4 y 5). De ahí que la legislación de segundo grado deba regular con las particularidades de cada situación diferente, de modo sistemático, las uniones de hecho, la familia ensamblada y el grupo convivencial, entre otros (conf. Ortiz de Rozas, Abel y Roveda, Eduardo, "Manual de Derecho de Familia", 2004, Ed. Lexis Nexis, p. 14; conf. también voto del doctor Negri, en L. 82.285, sent. del 24V-2006). III. Nos adentramos ahora en el supuesto de autos, en donde la Cámara analiza que la requirente no cumple con los requisitos que habilitan la adopción, desde dos vertientes, la prohibición de adopción conjunta por concubinos (arts. 312 y 337 inc. d del C.C.) y la prohibición de adoptar por una persona casada (art. 320, C.C.). A) El primer supuesto no supera el test de constitucionalidad, ya que las referidas normas impiden satisfacer, a sus integrantes, la plena realización de los fines e intereses familiares, lo cual no se compadece con efectivizar la integración familiar, al quedar inconclusa en el plano jurídico, pese a haber sido lograda en la vida real de cada uno de ellos. Veamos. El correlativo art. art. 337 establecen como corresponde otorgarla 312 del inc. regla a d que un Código del la Civil mismo cuerpo adopción matrimonio; y por doble lo el legal solo tanto la pareja aquí solicitante no se encontraría autorizada en reclamarla. La única alternativa para superar esta barrera que permite matrimonio. la normativa Esta constitucional en análisis alternativa democrático no es respeta familiar convertirse el previsto al paradigma en los tratados y el art. 14 bis de la Constitución nacional, porque en ella: a) se lesiona el principio de autonomía, al imponer un proyecto de vida personal del cual no se es partidario (arts. 19, 14, 14 bis, 16, 18, 20, 32 y 33 de la Const. nacional); b) se infringen los principios de igualdad y no discriminación, de forma tal que frente a circunstancias equivalentes, la equiparación de las filiaciones matrimoniales y extramatrimoniales no se alcanza ya que la pareja queda excluida, por no estar casados los solicitantes, de acceder a la adopción en forma simultánea (arts. 17, ultimo apartado de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 16 inc. d de la Convención sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, 2 de la Convención de los Derechos del Niño; aplicable conforme art. 322, Cód. Civ.). c) Se violenta el principio a la dignidad humana del grupo familiar, que hace que las necesidades del hombre sean satisfechas con decoro, al reflejar una identidad de sus integrantes que no permite construir una posición familiar acorde con la realidad biográfica (art. 33 de la C.N.; Fallos 308:2268). Por ello cabe concluir que las normas de referencia no son compatibles con el sistema de valores pergeñado en el ordenamiento jurídico, pues la mentada alternativa -convertirse al matrimonio- exhibe un obstáculo a la libertad de elección y a la no discriminación de un tipo de familia, la unión de hecho. A todo esto, a la luz de principios ya comentados, este tipo familiar, en el rol instrumental que le cabe, permite satisfacer en su seno las relaciones filiales (arts. 14, 17, 18, 19 y 28, C.N.). B) La segunda de las perspectivas en examen (la previsión del art. 320 del Código Civil), por la naturaleza de las actuaciones en trámite requiere partir de las premisas ciertamente obvias de que en la adopción debe priorizarse la protección del interés del adoptado y en su postulación el marco irrestricto de acceso a la justicia garantizado por el art. 15 de la Constitución de la Provincia que no constituye simple enunciado sino, antes bien, derecho fundamental que ha de poder ejercerse de manera real cuando así se lo demande. En esa mira, la prohibición en dicho precepto legal que imposibilita adoptar por persona casada si no lo hace conjuntamente con su marido, categóricamente es ajena a las particularidades del caso y está pensada para hipótesis diversa. En efecto, es natural que en un matrimonio regularmente constituido, donde la conjunción convivencia, la de decisión afectos de y adoptar valores un preside niño deba la ser asumida conjuntamente por ambos cónyuges. Se trata de un proyecto de vida conyugal -la incorporación de un nuevo miembro familiar- cuyo sostenimiento puramente individual hace vislumbrar futuros conflictos. Porque si el otro integrante presentara resistencia o disconformidad, flaco favor haría la inserción del adoptado, de prevalecer la voluntad de uno solo de los esposos. El clima que en tales circunstancias se generaría no es ciertamente el adecuado. Ese es el sentido de la ley, que tiene en mira un matrimonio vigente, el que cada una de las notas que lo distinguen está presente. Nada de ello tiene que ver con las circunstancias comprobadas de la causa. Hace cuarenta años que la cónyuge, adoptante de francamente problemas donde la dejó voluntad irrelevante. humanos y de En no convivir con de último resulta cabe decidir este este proceso aplicar fórmulas su o otrora modelos prefijados, que se desentienden de las circunstancias del caso que la ley manda correctamente valorar (C.S. 15-II2000, T.A.D., aplicación del "La Ley", principio 2000-C, pro 423), homine el así como intérprete por y el operador han de buscar y aplicar la norma que en cada caso resulte más favorable para la persona y para su libertad y sus derechos, cualquiera que sea la fuente que suministre esa norma (arts. 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 75 inc. 22 de la C.N.). C) A modo final, transcribo las reflexiones de la doctora pensadas para Aída Kemelmajer esta causa, de "para Carlucci, que el que derecho parecen no se desvanece de la vida, para que la ley sirva a la justicia, nada más saludable que transitar por los cauces que va abriendo la realidad. La adopción tiene justificación y fundamentos en los valores justicia, solidaridad, paz social; de allí que el interés abstracto del legislador debe ceder excepcionalmente ante el interés concreto que se presente al juzgador" ("De los llamados requisitos rígidos de la ley de adopción y el interés superior del niño", en "Jurisprudencia Argentina", 1998-III, p. 982). A ello aduno como dato sociológico a tener en cuenta, surgido a partir de las conclusiones arribadas en un trabajo sobre personas unidas de hecho, que "del total de la muestra relevada, 1 de cada 3 entrevistados aseguró tener impedimentos formales para casarse. El 80% de éstos tiene el impedimento de que al menos uno de los miembros de la unión de hecho se ha casado anteriormente y no ha realizado los trámites legales para divorciarse...." (Tófalo, Ariel y Scardino, Marisa, "Las familias constituidas a partir de una unión de hecho. Un estudio sociojurídico", Revista de Derecho de Familia. Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia, nº 35, p. 196); en donde se argumentan algunas razones de esta falta de promoción (económicas, desconocimiento de la ley). De ahí, que en el interés concreto del beneficiario de la adopción, como juez no pueda apartarme de esta realidad: la señora O. y el señor N. por más de 30 años vienen conformando una unión de hecho, y han logrado alcanzar un entorno estable y seguro para el desarrollo del niño, hoy joven; por lo cual la única vía posible en vista a tutelar este interés es revocar la sentencia que dejó sin efecto la adopción plena de G. A. (arts. 2, 3, 7, 8 y 20 de la Convención de los Derechos del Niño; aplicación del principio pro homine). D) Por último es de interés la consideración del hecho sobreviniente a partir del divorcio por la causal de separación de hecho (testimonio de fs. 168/168 vta.) que confluye para sellar el vínculo conyugal de la recurrente (art. 163 inc. 6 del C.P.C.C.) y sus efectos que con claridad explicitara el doctor Pettigiani en su voto. No obstante esta circunstancia sobreviniente a la interposición del recurso, estimo que el recurso deducido igualmente debe recibir pronunciamiento, en vista a los derechos en juego y la ponderación efectiva del acceso a la justicia. En este sentido, por la vía de lo dispuesto en los arts. 161 inc. 3 ap. a de la Constitución de Buenos Aires y 279 incs. 1 y 2 del Código Procesal en lo Civil y Comercial, los caminos que al respecto diseñe la Suprema Corte son de aplicación obligatoria. Entonces, una definición sobre los puntos involucrados trasciende el caso concreto y se expande para futuras contiendas similares, en donde los órganos intervinientes sabrán a qué atenerse. IV. Por las razones expuestas, adhiriendo en lo concordante al voto del doctor Pettigiani, me pronuncio por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. Coincido con la solución que propician los colegas que me preceden en la votación. a. Surge de autos que la pareja constituida entre M. D. N. y É. E. O. se halla unida desde hace más de treinta años de manera estable y que, conforma una familia en la que G. A. I. -quien actualmente es mayor de edad- se encuentra contenido desde que tenía un año y tres meses. b. Recuerdo que el concubinato consiste en la unión de un hombre y una mujer en estado conyugal aparente o de hecho. Dicha situación implica comunidad de vida (habitación, lecho y techo), fidelidad y posesión de estado a los concubinos, siendo indispensable para la existencia de esta última situación que el concubinato sea notorio, presentando las apariencias de la vida conyugal, continua y no interrumpida, teniendo los sujetos un domicilio común y conviviendo en él (conf. mis votos en B. 53.471, sent. del 6-V-1997 y B. 56.936, sent. del 19-II2002). En perdurabilidad de este ese caso se concubinato ha acreditado conformado por la los peticionantes, a quienes G. A. I. reconoce como sus padres, quienes se encuentran a su cuidado desde 1988, brindándole amor, educación, asistencia, en síntesis: una integral contención desde hace veintitrés años (v. fs. 47, 54, 55 vta., 59, 59 vta., 61/62). c. Si bien, el art. 312 del Código Civil establece que "Nadie puede ser adoptado por más de una persona simultáneamente, cónyuges...", ante la salvo que particular los adoptantes situación sean planteada en autos y en protección del interés familiar entiendo que el solo hecho de que los peticionantes no estén vinculados por un matrimonio obstáculo de para carácter que la civil pareja O. no puede -N. resultar adopte en un forma conjunta al causante. Razonar concepción creando de formalista una y distancia otro modo estrecha injusta del sería caer derecho entre los en una subjetivo, hechos y el elementos de la derecho. En conclusión, diferentes presente causa, como de los autos caratulados "I. , G. A. s/guarda" (expte. 37.749) indican la unión familiar existente, como por ejemplo, el informe socio ambiental obrante a fs. 61/62 en el que se concluye: "menor integrado al hogar en el que desarrolla su vida. Verbaliza con franca convicción su deseo de ser adoptado..." (v. fs. 62). Y es en salvaguarda de esa familia - protegida constitucionalmente, como alega la recurrente a fs. 115 vta.- que corresponde hacer lugar a la impugnación formulada (la que ha sido ratificada a fs. 163 por el propio causante, al adquirir su mayoría de edad, en todos sus términos). Por todo lo expuesto, encontrándose acreditada la idoneidad de los guardadores, considero que las circunstancias antes expuestas conllevan a declarar inaplicable al caso concreto los arts. 312 y 337 inc. d del Código Civil. d. Además, resulta relevante para el caso el hecho sobreviniente al que hace referencia el doctor Pettigiani en el punto 3.5 de su voto, dado que el supuesto que el art. aplicable 320 al actualmente del caso se Código toda encuentra vez Civil que prevé la divorciada, ya señora no E. conforme resulta E. surge O. del testimonio correspondiente a los autos caratulados "O. , E. E. c/M. , C. L. s/divorcio vincular" obrante en autos a fs. 168/168 vta. 2. Corresponde en consecuencia hacer lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido y dejar firme la sentencia que fuera dictada en primera instancia, en cuanto concedió la adopción plena de manera conjunta a los peticionarios. Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: 1. Adhiero al voto del doctor Pettigiani, por los fundamentos que allí expresa -con excepción del capítulo 3 ap. 5 de su sufragio-, y a los concordantes del voto del doctor de Lázzari -con excepción del capítulo II B)-, los que también hago propios. Al igual que mis distinguidos colegas, y en aquello a lo que remito y estimo suficiente para abastecer la solución del caso, considero que los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil resultan inconstitucionales. 2. Por lo demás, se encuentra acreditado en el expediente la extinción del vínculo conyugal habido entre la recurrente É. O. y C. L.M. , tal como surge del testimonio de sentencia de divorcio obrante a fs. 168/vta. por lo que deviene abstracto pronunciarse acerca de la constitucionalidad del art. 320 del Código Civil. Sabido es que los jueces han de tratar las cuestiones sometidas a su juzgamiento atendiendo a la situación imperante al momento de resolver la controversia (art. 163 ap. 6 y doctrina del art. 272 del C.P.C.C.). De allí que, en principio, no corresponda que la Suprema Corte se pronuncie inaplicabilidad en de el ley recurso deducido, extraordinario si las de circunstancias sobrevinientes han convertido en abstracta la cuestión que le es sometida a conocimiento (causa L. 92.594, sent. del 3-X-2007), propia pues Corte corresponde como lo Suprema dejar ha de de advertido Justicia atender reiteradamente de a la las Nación, la no circunstancias existentes al momento de la decisión, aunque ellas sean sobrevinientes a la interposición del recurso extraordinario (Fallos 298:33; 301:693; 304:1649 y 1761; 308:1087; 310:670 y 2246; 311:870 y 1810; 312:555 y 891, entre otros). Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora Kogan dijo: I. Coincido con mis colegas preopinantes en tanto entiendo como ellos que las particulares circunstancias de esta causa me convencen de acompañar la declaración de inconstitucionalidad propuesta. En efecto, al momento de pronunciarme no puedo soslayar que la señora O. y el señor N. convivieron durante más de tres décadas y que durante ese período cuidaron y criaron en común a G. , conformando así una familia que no puede ser desconocida por los jueces. II. brindados por Por el lo doctor expuesto Hitters y doy los mi fundamentos voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Tal como postulan mis colegas preopinantes, el recurso debe prosperar. a. Por las razones expresadas por el doctor de Lázzari en los puntos II y III ap. A de su voto -al que adhiero en tal parcela-, corresponde acoger el planteo de inconstitucionalidad de los arts. 312 y 337 inc. 1.d) del Código Civil. En mi opinión, la interdicción cuestionada en autos, que contiene el art. 312 del Código Civil, contraviene el principio de igualdad (arg. art. 16, C.N.), al establecer una distinción injustificada en punto al tratamiento que se asigna a la familia extramatrimonial en relación con el dispensado a la familia basada en el matrimonio. b. Desde luego, no toda regulación jurídica que contiene discriminatoria, soluciones ni toda diferenciadas distinción es de suyo normativa debe invalidarse. Existen ciertas clasificaciones o categorías que poseen fundamento adecuado, en cuanto expresan una proporcionada relación entre las diferencias objetivas y los fines de interés general de la norma que los consagra (Corte Interamericana de Derechos Humanos, opinión consultiva O.C.-4/84 del 19-I-1984, serie A, nº 4, Cap. IV, párrafos 56 a 58; conf. C.S.J.N., Fallos 322:2701). Mas en el caso, las diferencias instituidas carecen de base objetiva y razonable. Es que, la protección que el orden distingue jurídico entre las destina familias a la "vida generadas familiar" a raíz de no un matrimonio civil y las conformadas por quienes no cuentan con ese vínculo formal (arts. 5 y 6 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 17 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos). Frente a ello, el trato legislativo, tan opuesto y dispar, en lo concerniente a la legitimación a los fines de la adopción simultánea por parte de una pareja, por el sólo hecho de que no se encuentren unidas en matrimonio, como el que resulta de los arts. 312 y 337 inc. 1 d) del Código Civil, luce claramente discriminatorio. c. El Estado argentino ha asumido el compromiso de no introducir en su ordenamiento jurídico regulaciones discriminatorias referentes a la protección de la ley (arts. 2 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 16 y 75 inc. 22 de la Constitución nacional). Para respetarlo, en circunstancias como la planteada en esta litis, la pareja conviviente ha de poder acceder a la adopción simultánea, tal como puede hacerlo la unión matrimonial. d. En otro orden, y en coincidencia con lo sostenido por el doctor Hitters en el punto 2 de su voto, considero que ha devenido abstracto el pronunciamiento acerca de la constitucionalidad del art. 320 del Código Civil. 2. Con el alcance expuesto, voto por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, en concordancia Subprocurador con General, lo se dictaminado hace por lugar el al señor recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto; se revoca la sentencia recurrida en cuanto deniega la adopción plena a la recurrente, se declaran inaplicables al caso concreto los arts. 312 y 337 inc. d) del Código Civil por inconstitucionales, manteniéndose la sentencia de primera instancia en cuanto decretó la adopción plena de G. A. I. también a favor de la señora É. E.O. . Costas por su orden atento las singularidades de la causa (v. fs. 35 y 81, art. 68, 2° parte, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase. EDUARDO JULIO PETTIGIANI EDUARDO NESTOR DE LAZZARI DANIEL FERNANDO SORIA HECTOR NEGRI JUAN CARLOS HITTERS HILDA KOGAN CARLOS E. CAMPS Secretario