DEDUCEN ACCION DE AMPARO

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DEDUCEN ACCION DE AMPARO
Señor Juez:
Beinusz Szmukler y Eduardo Tavani, en representación de la
Asociación de Abogados de Buenos Aires –AABA-, con domicilio en la calle
Uruguay 485 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, constituyendo
domicilio procesal en la dirección indicada, Piso 3º, (Zona de Notificación Nº
116), juntamente con los letrados que me patrocinan, Dres. Matilde Scaletzky
(CPACF Tº 15 Fº 878) y Sergio Iribarren Pugach (CPACF Tº 31 Fº657), a
V.S. nos presentamos y respetuosamente decimos:
I.- Personería.
Que tal como lo acreditamos con el Estatuto y el Acta de
Asamblea del 29/05/07, hemos sido electos Presidente y Secretario,
respectivamente, de la Asociación de Abogados de Buenos Aires –AABA- en
el acto comicial llevado a cabo el 29/05/07, cargos que hemos asumido el
02/07/2007, con mandato hasta el 30/06/2009, ejerciendo por tanto la
representación legal de dicha Asociación (Anexo 1).
II.- Objeto.
En el carácter, y en cumplimiento de la resolución adoptada por
la Comisión Directiva de la AABA de fecha 25/09/2007, acudimos a V.S.
deduciendo formal Acción de Amparo, con el propósito de remover la lesiva
omisión que, sin justificación plausible, persiste en mantener el Poder
Ejecutivo Nacional respecto del cumplimiento de la obligación que la
Constitución Nacional pone a su cargo, en orden a la designación, entre los
postulantes que integran las ternas que en propuesta vinculante somete a su
consideración el Consejo de la Magistratura de la Nación, de los jueces que
ocuparán los numerosos juzgados y tribunales con titularidades vacantes.
III.- Hechos.
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III.1. Conforme lo acreditamos con la copia de la información
del Consejo de la Magistratura de la Nación, en su página web, de fecha
14/09/07, el Poder Ejecutivo Nacional retiene sin decisión designatoria,
noventa y nueve ternas de postulantes. Un detalle particularizado se encuentra
desarrollado en el Anexo 2 de la prueba documental que acompañamos.
III.2. Como tendrá oportunidad de cotejar V.S., la omisión del
Poder Ejecutivo Nacional registra un tiempo de morosidad que agrede
abiertamente
el
servicio
de
administración
de
justicia
garantizado
constitucionalmente y enarbolado como uno de los postulados sustanciales de
los tratados y convenciones internacionales ratificados con jerarquía
constitucional por nuestro país.
La indiferencia respecto del transcurso del tiempo que evidencia
el Poder Ejecutivo Nacional, ha terminado por consagrar la mora como un
paradigma.
Veamos V.S., a título ejemplificativo, algunos de las vacantes no
cubiertas:
 Un cargo en la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de La
Plata, cuya terna fue enviada por el Consejo de la Magistratura al
Poder Ejecutivo Nacional el 01/07/05 o sea, hace 2 años y tres
meses.
 Dos cargos en la Cámara Federal de Apelaciones de la Pcia. de Salta,
terna enviada por el Consejo de la Magistratura al P.E.N. el
31/10/05, es decir desde hace 1 año y once meses.
 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 88, terna
enviada al P.E.N., el 06/03/06, lo que implica una mora de 1 año y
siete meses.
III.3. La omisión del Poder Ejecutivo Nacional, llevó al abuso
del controvertido régimen de subrogancias diseñado por el Consejo de la
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Magistratura de la Nación , por delegación legislativa, mediante el Resolución
Nº 74/2004; cuya constitucionalidad ha sido invalidada por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en fecha 24/05/07 (autos “ROSZA, Carlos Alberto y
otro s/ recurso de casación”).
No se conoce pergeño alguno de explicación por parte del Poder
Ejecutivo Nacional que de algún modo intente justificar tamaña demora;
mientras tanto, miles de causas tramitan en manos de personas designadas
como “jueces subrogantes”, a quienes se les otorgó la trascendental misión de
impartir justicia, lo que ha sido estigmatizado por el máximo Tribunal de
Justicia de la Nación en el fallo aludido.
Es evidente, que la frágil doctrina construida en el caso “Rosza”
no salda la vulneración a los derechos y garantías constitucionales que en
forma actual provoca el “olvido” del Poder Ejecutivo Nacional.
Y no la salda, porque el fallo, ni en el sostenimiento de la
mayoría, ni en el del voto individual que arriba a una solución coincidente con
ella, ni en el ensayo interpretativo que postula la disidencia, aborda como
cuestión a resolver la omisión del Poder Administrador en cumplir con su
urgente obligación de posibilitar la integración del Poder Judicial, tal como lo
manda expresamente el texto constitucional.
El desarrollo de los considerandos de la sentencia de la Excelentísima Corte
Suprema gira en torno al régimen de subrogancias diseñado por el Consejo de
la Magistratura, resolviendo declarar su inconstitucionalidad , aunque “declara
la validez de las actuaciones cumplidas por quien se desempeñó como
magistrado al amparo del régimen declarado inconstitucional” y “mantener en
el ejercicio de sus cargos a quienes han sido designados para ejercer la función jurisdiccional
en los tribunales que se encuentran vacantes hasta que cesen las razones que originaron su
nombramiento o hasta que sean reemplazados, o ratificados, mediante un procedimiento
constitucionalmente válido que deberá dictarse en el plazo máximo de un año.”
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Aunque como se ve no hay mención en el fallo a la mora del Poder
Ejecutivo, era de esperar que constituyera un llamado de atención para el
mismo, ya que el cumplimiento de su obligación en la designación de
magistrados, resolvería en el acto la mitad del problema. Han pasado más de 4
meses y no hay el menor síntoma de cambio.
Como es sabido, las designaciones de los magistrados que el
Poder Ejecutivo de la Nación mantiene injustificadamente pendientes, no
requieren del dictado de ningún plexo normativo adicional. El Señor
Presidente de la Nación, en ejercicio de las funciones de jefe del gobierno y
responsable político de la administración general de país (conf. art. 99 inc. 1°
de la Constitución Nacional), debe proceder a nombrar al candidato de cada
terna vinculante que elevó a su consideración el Consejo de la Magistratura,
hecho lo cual, deberá recabar el acuerdo del Senado de la Nación (conf. art. 99
inc. 4°, segundo párrafo).
La Constitución Nacional no le concede un plazo al titular del
Poder Ejecutivo Nacional para cumplir con la obligación que denunciamos y
demostramos incumplida. Y no lo hace, no porque resulte indiferente el
transcurso del tiempo en esta materia, sino sencillamente porque no tolera la
mora.. En otras palabras, cumplidos los recaudos antecedentes (en el caso, la
selección calificante que se sustancia ante el Consejo de la Magistratura de la
Nación y la conformación y elevación por éste de las ternas vinculantes), el
Presidente de la Nación debe proceder en forma inmediata a valorar los
antecedentes y ejercer su facultad de selección, para luego, también con
inmediatez, recabar el acuerdo del Senado de la Nación.
Más si se propusiera individualizar a la falta de determinación de
un plazo para que el Señor Presidente de la Nación ejercite la facultad que
constitucionalmente se le reconoce, como una justificante de la mora que
propiciamos por medio de la presente se revierta, útil sería recordar que
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nuestra Carta Magna ha experimentado cinco reformas, de las cuales la última
ha sido la más pródiga en cambios innovadores.
Ninguna de la Convenciones Constituyentes que asumió la faena
de modificar nuestro Texto Fundacional, introdujo un plazo como concesión
al titular de la administración general del país para que proceda a designar los
jueces de los “tribunales federales inferiores”. Deberíamos asumir
entonces, que la reiteración de este proceder obedeció, antes que a un olvido,
a la reafirmación de la filosofía que delinea la estructuración del sistema
republicano de gobierno que consagra nuestra Carta Magna
En efecto, el criterio unánime de los sucesivos constituyentes
fue que no debían existir vacantes de jueces sin cubrir para dar cumplimiento
a la manda preambular de “afianzar la justicia”. Y para ello establecieron en el
Art. 99, inc. 19 (CN 194; antes art. 86, inc. 22) que el Presidente de la Nación
“puede llenar las vacantes de los empleos, que requieren el acuerdo del
Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en
comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura.”
Es tan claro el sentido de la cobertura inmediata, o en el
menor tiempo posible, que la cuestión no provocó ningún debate doctrinario
o jurisprudencial. Bidart Campos ha escrito sobre el tema (Derecho
Constitucional Argentino, Tomo 2, pág. 248 y sig., Ed. Adiar, Buenos Aires,
1988): “Aunque la constitución no fija plazo para que el ejecutivo solicite el
acuerdo, y aunque el nombramiento en comisión dura hasta que finaliza el
período ordinario legislativo –y su prórroga- es prudente que el ejecutivo pida
dicho acuerdo no bien se abre el período, a fin de que de inmediato pueda
quedar fijada la situación del funcionario pendiente de acuerdo; los
nombramientos en comisión son situaciones transitorias, que no deben
prolongarse por el ejecutivo ni por el senado más allá de lo
indispensable.” (el resaltado es nuestro)
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Desde luego tampoco se debe mantener sin cubrir el cargo más
allá de lo indispensable, pues atenta contra la armonía del sistema. Tratándose
de un acto complejo requiere que cada órgano interviniente cumpla su parte
en tiempo y forma, con razonabilidad e inmediatez.
Si se le permite a uno de los órganos de gobierno una
discrecionalidad sin limitantes de las facultades constitucionales que se le
asignan, tal armonía se quiebra. La inclusión del Consejo de la Magistratura en
nuestra Constitución Nacional, y el carácter vinculante de las ternas, se apreció
como restrictivo del arbitrio decisorio del Poder Ejecutivo en lo atinente a la
designación, destinado a asegurar un poder judicial integrado por magistrados
imparciales, capaces y honestos.
Si se excusara la mora del Señor Presidente de la Nación por la
ausencia de “plazos”, ello importaría admitir que el sistema de equilibrio
funcional regimentado en la Constitución Nacional, puede ser puerilmente
burlado acudiendo al sencillo trámite de dilatar sin horizontes temporales la
designación de alguno de los candidatos ternados por el Consejo de la
Magistratura.
Así lo entendió el propio Poder Ejecutivo actual al fijar en 63
días el plazo estricto para producir la cobertura de vacantes en la Corte
Suprema de Justicia de la Nación (arts. 4, 6 y 8 del decreto 222/2003). En los
considerandos del decreto 588/2003 el P.E.N. afirmó “que, sin desmedro de
los pasos procedimentales cumplidos en el ámbito del CONSEJO DE LA
MAGISTRATURA y del MINISTERIO PÚBLICO para la conformación de
las ternas, se considera adecuado extremar los recaudos de publicidad y
transparencia al momento de seleccionar la nominación de uno de los
ternados para cada cargo vacante, teniendo en cuenta los principios que
inspiraron el dictado del Decreto No. 222/2003…” Aunque en este caso,
ignoramos la razón, el PEN no fijó plazo para, una vez cumplidos los
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establecidos para la publicidad e impugnaciones, elevar la decisión al Senado
de la Nación, un mínimo de razonabilidad indica que no puede ser mayor que
el fijado para los candidatos a integrar el máximo tribunal del país.
IV.- Ilegalidad y Arbitrariedad Manifiesta.
En orden a la reunión de los presupuestos de procedencia de la
Acción de Amparo que en el carácter invocado impulsamos, apreciamos como
manifiesta la ilegalidad y arbitrariedad que entraña la omisión injustificada del
Poder Ejecutivo Nacional.
El imperativo mandato que el art. 99 inc. 4° de la Constitución
Nacional pone en cabeza del Señor Presidente de la Nación, aparece
incumplido sin circunstancias atenuantes. Ello implica que el titular del Poder
Ejecutivo Nacional es remiso en el cumplimiento de una obligación cuya
satisfacción es trascendental para el funcionamiento íntegro del sistema de
gobierno y para dar satisfacción a un postulado operativo del Preámbulo
Constitucional, cual es el de afianzar la justicia; ya que afianzar la justicia, antes
que el sostenimiento de un dogma inveterado, involucra administrar día a día
las demandas de ésta que albergan los magistrados designados para cumplir
tan alta misión en la República.
La falta de designación de acuerdo a los mecanismos
constitucionalmente establecidos con la perentoriedad que impone la dinámica
republicana y las necesidades propias de la administración de justicia, priva a
los habitantes de efectiva justicia.
Es una consecuencia directa e inmediata de la omisión del Poder
Ejecutivo Nacional, el avasallamiento de la garantía constitucional consagrada
en el art. 18 de la Constitución Nacional, en cuanto declarada como ha sido la
inconstitucionalidad de la reglamentación de las subrogancias por parte de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los procesos en que los
magistrados que los conducen no cuentan con la designación conforme a las
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previsiones constitucionales, no se estaría dando satisfacción a la exigencia de
que ningún ser humano puede ser juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa.
Ello así, cabe tener como irremediablemente configurada una
expresa violación:
 Al art. XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, en cuanto dispone que “Toda
persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en
forma imparcial y pública, a ser juzgada por tribunales
anteriormente establecidos de acuerdo con las leyes
preexistentes…”
 Al art. 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
en cuanto prescribe que “Toda persona tiene derecho, en
condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente
y con justicia por un tribunal independiente e imparcial,
para la determinación de sus derechos y obligaciones o
para el examen de cualquier acusación contra ella en
materia penal”.
 Al art. 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, en cuanto exige que: “Cada Estado parte se
compromete
a
adoptar,
con
arreglo
a
sus
procedimientos constitucionales y a las disposiciones
del presente Pacto, las medidas oportunas para dictar
las disposiciones legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos los derechos
reconocidos en el presente pacto y que no estuviesen ya
garantizados por disposiciones legislativas o de otro
carácter”.
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El injustificado retardo del Poder Ejecutivo Nacional, quiebra
sin atenuantes la igualdad ante la ley, consagrada en el art. 16 de la
Constitución Nacional, pues similares situaciones litigiosas podrían
resolverse de modo diverso, según les haya tocado en suerte un magistrado
designado conforme a las previsiones constitucionales u otro designado en
virtud del inconstitucional régimen de subrogancias, porque el último corre el
riesgo de ser declarado nulo.
Huelga puntualizar que tras el caso “Rosza”, la morosidad del
Poder Ejecutivo Nacional se acentúa la posibilidad de
que el Estado
Argentino sea denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en virtud de las disposiciones de la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos.
V.- Requerimiento Previo.
La Asociación de Abogados de Buenos Aires, ha requerido
formalmente al Señor Presidente de la Nación mediante la nota de fecha
11/07/2007 que en copia con acuse de recibo en original acompaño como
Anexo 3, proceda a la pronta designación de los candidatos de cada una de las
ternas que le fueron elevadas a consideración por el Consejo de la
Magistratura de la Nación, poniendo de relieve el holgado plazo transcurrido.
Por su parte, cabe asumir como conocidos por el Señor
Presidente de la Nación, los antecedentes generados por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación al dictar la Acordada N° 16/2007 y, obviamente, al fallar
in re “ROSZA, Carlos Alberto s/ recurso de casación”, del 24/05/2007.
VI.- Derecho y Legitimación Activa.
VI.1. Fundo el derecho que respalda la deducción de la presente
Acción de Amparo, en las disposiciones constitucionales, de los pactos y
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tratados internacionales, y antecedentes jurisprudenciales citados durante el
desarrollo argumental que antecede.
VI.2. Por su parte, y en orden a la acreditación y sostenimiento
de la legitimación activa de la Asociación de Abogados de Buenos Aires para
deducir esta Acción de Amparo, remarco que su impulso reconoce como
causa fundante el resguardo de los derechos de sus asociados que está llamada
a cumplir por exigencia estatutaria, en particular, a ejercer sus competencias
profesionales y representar los intereses de sus asistidos en el marco de la
elemental seguridad jurídica que presupone el sostenimiento del estado de
derecho.
La comprobación objetiva de que el servicio de administración
de justicia se encuentra hoy afectado por una anomalía de tal gravedad, que
impide dar satisfacción íntegra al mandato republicano de afianzar la justicia y
a preservar las garantías constitucionales consagradas en el art. 18 de la
Constitución Nacional, enriquecido por las convenciones y tratados
internacionales equiparados a ella (conf. art. 75 inc. 22 de la Constitución
Nacional), impone a nuestros asociados y por ende a esta entidad, asumir la
insoslayable obligación, de raíz constitucional y legal (conf. art. 1, 14, 16, 18,
31 de la Constitución Nacional y, ley 23.187), de demandar por una vía
expedita, tras haber agotado la instancia de requerimientos previos, la urgente
remoción de la omisión lesiva que mantiene el Poder Ejecutivo Nacional.
Los facultamientos aquí invocados, surgen explícitos del
Estatuto, que cuenta con la debida aprobación de la autoridad de contralor, de
la normativa legal al resguardo de la cual fue creada la Asociación de
Abogados
de
Buenos
Aires,
y
de
los
numerosos
antecedentes
jurisprudenciales que sin controversia han aceptado como legitimada activa a
mi representada toda vez que se ha presentado antes los estrados judiciales en
defensa de la Constitución Nacional (verbigracia: …); de modo que cabe tener
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por satisfechos los recaudos previstos por el art. 43 de la Constitución
Nacional.
Estimamos conveniente reafirmar la legitimación a la que nos
venimos refiriendo, destacando aquí los fines asumidos por mi representada
desde su constitución:
 Inc. a) Defender el Estado de Derecho y
las instituciones
democráticas de la República.
 inc. c) Contribuir al mejoramiento de la administración de justicia.
 inc g) Representar a los asociados en la defensa de sus derechos. inc.m) Defender los derechos colectivos y difusos, actuando en interés
y/o representación de personas o instituciones.
A mayor abundamiento recalco una vez más, que el art. 43 de la
Constitución Nacional prescribe que “toda persona puede interponer
acción expedita de amparo, siempre que no exista otro media judicial
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades … o de particulares,
que en forma actual … lesione, altere o amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, derecho y garantías reconocidas por esta
Constitución o la ley”.
Reunidos entonces los presupuestos constitucionales y legales
que habilitan sin tapujos a la Asociación de Abogados de Buenos Aires a
instar la presente acción, deviene indubitable su admisión como parte
legitimada en estos obrados, lo que así propicio.
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VII.- Medida Cautelar.
La omisión lesiva examinada, y la trascendencia dañosa de sus
consecuencias, autoriza a instar la adopción de una medida cautelar, previa al
tratamiento de la Acción de Amparo que deduzco.
La naturaleza del proceder cuestionado, omisión injustificada del
titular del Poder Ejecutivo Nacional, morosidad suya en el hacer de un
aspecto esencial de la administración general del país como lo es la
administración de justicia, desoyendo incluso las convocatorias a la diligencia
en el obrar que demanda la urgente formalización de las designaciones
pendientes que desde una causa judicial le ha formulado implícitamente la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, cabeza del Poder Judicial de la
Nación, propicia la adopción de la medida cautelar que solicito, innovativa por
naturaleza, y que importaría en el caso, requerir al Señor Presidente de la
Nación , bajo apercibimiento de ley, a que en un plazo perentorio de diez días
hábiles formalice la selección de los jueces que mantiene pendientes,
procediendo a la elección de los respectivos candidatos de las ternas
vinculantes que elevó a su consideración el Consejo de la Magistratura de la
Nación y dentro del mismo plazo remita los antecedentes de cada caso al
Senado de la Nación a los efectos que se expida, previa evaluación de la
idoneidad, a la confirmación de las designación que efectúe.
En orden a los presupuestos de procedencia de la medida
cautelar que propiciamos, destacamos a V.S.:
Que el derecho invocado es verosímil, aspecto este sobre el que
hemos desgranado diversas argumentaciones. Estimamos acreditada la directa
relación que existe entre la omisión negligente del Poder Ejecutivo Nacional
que impulsa a instar esta instancia , y las consecuencias lesivas que provoca a
los derechos y garantías constitucionales individualizados como afectados en
el presente, lesión que proyecta sus efectos a toda persona involucrada en un
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proceso conducido por un magistrado no designado de acuerdo a los
mecanismos constitucionales y a la vez, más particularizadamente, a los
abogados que asumimos la encomienda de obtener en sede judicial el
reconocimiento de derechos o la tutela de los que se reputan agraviados,
debiendo afrontar las contingencias generadas por la merma que provoca la
conducta cuestionada en la administración de justicia merma que ha tornado
inciertas las garantías del debido proceso, el juez natural, el derecho de
defensa y la igualdad ante la ley.
Media un incuestionable peligro en la demora; el reciente caso
“Rosza” fallado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, constituye sin
lugar a dudas una evidencia palmaria del peligro que entraña consentir la
prosecución de la omisión del titular del Poder Ejecutivo Nacional.
La mora en la designación de los candidatos propuestos en las
ternas vinculantes elevadas por el Consejo de la Magistratura de la Nación,
continúa alimentando el planteamiento de nulidades procesales en aquellos
expedientes que a la fecha se encuentran tramitando por ante magistrados
designados de acuerdo al régimen de subrogancia declarado inconstitucional
por el Supremo Tribunal. El fallo referido, viene a solidificar argumentos
impugnatorios, y abre instancias recursivas que repercuten negativamente en
los intereses privados y públicos cuya satisfacción se dirime en tales procesos,
generando incluso una demanda de actividad jurisdiccional adicional que
atenta contra la razonabilidad de los plazos en los que es esperable contar con
una sentencia definitiva.
VIII.- Prueba.
En respaldo de las alegaciones efectuadas y el derecho invocado
ofrecemos los siguientes medios probatorios:
VIII.1. Documental:
Se acompaña con el presente la siguiente prueba documental:
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Anexo 1: Estatuto y Acta de Asamblea en copia autenticada.
Anexo 2: Nómina de ternas propuestas por el Consejo de la Magistratura de la
Nación y elevadas al Poder Ejecutivo Nacional, en copia.
Anexo 3: Nota del 11/07/2007 remitida por la Asociación de Abogados de
Buenos Aires al Señor Presidente de la Nación, en copia con constancia de
recibo en original.
VIII.3. Informativa:
Se sirva ordenar la remisión de oficio al Consejo de la
Magistratura de la Nación, a efectos de que informe, en plazo perentorio, si el
Detalle de las Ternas con Designación Pendiente que elevó a consideración
del Poder Ejecutivo Nacional y que se encuentran pendientes de designación
que obra agregada como Anexo 2 de la prueba documental y que en copia se
acompañará, concuerda con las constancias en original que obran en su poder.
Se servirá precisar si dicho Detalle ha sufrido cambios y, en su caso deberá
indicarlos siguiendo las mismas pautas ordenatorias contenidas en el adjunto.
IX.- Petitorio.
Por lo hasta aquí expuesto, a V.S. solicito:
1°) Nos tenga por presentados en el carácter invocado, por denunciado el
domicilio real y por constituido el domicilio procesal;
2°) Tenga por deducida la Acción de Amparo;
3°) Tenga por acompañada la prueba documental y ofrecidos los restantes
medios probatorios;
4°) Decrete la medida cautelar solicitada requiriendo al Señor Presidente de la
Nación, bajo apercibimiento de ley, a que en un plazo de diez días hábiles
formalice la selección de los jueces que mantiene pendientes, efectivizando la
elección de los respectivos candidatos de las ternas vinculantes que elevó a su
consideración el Consejo de la Magistratura de la Nación, y dentro del mismo
plazo, remita los antecedentes de cada caso al Senado de la Nación bajo el
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apercibimiento, indicado, aceptando a los efectos de su materialización, la
(asociación civil sin fines de lucro);
5°) Oportunamente dicte sentencia, acogiendo la Acción de Amparo
instaurada, e imponiendo las costas que irrogue el proceso al accionado.
Quiera V.S. proveer de conformidad que,
SERA JUSTICIA.
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