DEDUCEN ACCION DE AMPARO Señor Juez: Beinusz Szmukler y Eduardo Tavani, en representación de la Asociación de Abogados de Buenos Aires –AABA-, con domicilio en la calle Uruguay 485 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, constituyendo domicilio procesal en la dirección indicada, Piso 3º, (Zona de Notificación Nº 116), juntamente con los letrados que me patrocinan, Dres. Matilde Scaletzky (CPACF Tº 15 Fº 878) y Sergio Iribarren Pugach (CPACF Tº 31 Fº657), a V.S. nos presentamos y respetuosamente decimos: I.- Personería. Que tal como lo acreditamos con el Estatuto y el Acta de Asamblea del 29/05/07, hemos sido electos Presidente y Secretario, respectivamente, de la Asociación de Abogados de Buenos Aires –AABA- en el acto comicial llevado a cabo el 29/05/07, cargos que hemos asumido el 02/07/2007, con mandato hasta el 30/06/2009, ejerciendo por tanto la representación legal de dicha Asociación (Anexo 1). II.- Objeto. En el carácter, y en cumplimiento de la resolución adoptada por la Comisión Directiva de la AABA de fecha 25/09/2007, acudimos a V.S. deduciendo formal Acción de Amparo, con el propósito de remover la lesiva omisión que, sin justificación plausible, persiste en mantener el Poder Ejecutivo Nacional respecto del cumplimiento de la obligación que la Constitución Nacional pone a su cargo, en orden a la designación, entre los postulantes que integran las ternas que en propuesta vinculante somete a su consideración el Consejo de la Magistratura de la Nación, de los jueces que ocuparán los numerosos juzgados y tribunales con titularidades vacantes. III.- Hechos. 1 III.1. Conforme lo acreditamos con la copia de la información del Consejo de la Magistratura de la Nación, en su página web, de fecha 14/09/07, el Poder Ejecutivo Nacional retiene sin decisión designatoria, noventa y nueve ternas de postulantes. Un detalle particularizado se encuentra desarrollado en el Anexo 2 de la prueba documental que acompañamos. III.2. Como tendrá oportunidad de cotejar V.S., la omisión del Poder Ejecutivo Nacional registra un tiempo de morosidad que agrede abiertamente el servicio de administración de justicia garantizado constitucionalmente y enarbolado como uno de los postulados sustanciales de los tratados y convenciones internacionales ratificados con jerarquía constitucional por nuestro país. La indiferencia respecto del transcurso del tiempo que evidencia el Poder Ejecutivo Nacional, ha terminado por consagrar la mora como un paradigma. Veamos V.S., a título ejemplificativo, algunos de las vacantes no cubiertas: Un cargo en la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, cuya terna fue enviada por el Consejo de la Magistratura al Poder Ejecutivo Nacional el 01/07/05 o sea, hace 2 años y tres meses. Dos cargos en la Cámara Federal de Apelaciones de la Pcia. de Salta, terna enviada por el Consejo de la Magistratura al P.E.N. el 31/10/05, es decir desde hace 1 año y once meses. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 88, terna enviada al P.E.N., el 06/03/06, lo que implica una mora de 1 año y siete meses. III.3. La omisión del Poder Ejecutivo Nacional, llevó al abuso del controvertido régimen de subrogancias diseñado por el Consejo de la 2 Magistratura de la Nación , por delegación legislativa, mediante el Resolución Nº 74/2004; cuya constitucionalidad ha sido invalidada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en fecha 24/05/07 (autos “ROSZA, Carlos Alberto y otro s/ recurso de casación”). No se conoce pergeño alguno de explicación por parte del Poder Ejecutivo Nacional que de algún modo intente justificar tamaña demora; mientras tanto, miles de causas tramitan en manos de personas designadas como “jueces subrogantes”, a quienes se les otorgó la trascendental misión de impartir justicia, lo que ha sido estigmatizado por el máximo Tribunal de Justicia de la Nación en el fallo aludido. Es evidente, que la frágil doctrina construida en el caso “Rosza” no salda la vulneración a los derechos y garantías constitucionales que en forma actual provoca el “olvido” del Poder Ejecutivo Nacional. Y no la salda, porque el fallo, ni en el sostenimiento de la mayoría, ni en el del voto individual que arriba a una solución coincidente con ella, ni en el ensayo interpretativo que postula la disidencia, aborda como cuestión a resolver la omisión del Poder Administrador en cumplir con su urgente obligación de posibilitar la integración del Poder Judicial, tal como lo manda expresamente el texto constitucional. El desarrollo de los considerandos de la sentencia de la Excelentísima Corte Suprema gira en torno al régimen de subrogancias diseñado por el Consejo de la Magistratura, resolviendo declarar su inconstitucionalidad , aunque “declara la validez de las actuaciones cumplidas por quien se desempeñó como magistrado al amparo del régimen declarado inconstitucional” y “mantener en el ejercicio de sus cargos a quienes han sido designados para ejercer la función jurisdiccional en los tribunales que se encuentran vacantes hasta que cesen las razones que originaron su nombramiento o hasta que sean reemplazados, o ratificados, mediante un procedimiento constitucionalmente válido que deberá dictarse en el plazo máximo de un año.” 3 Aunque como se ve no hay mención en el fallo a la mora del Poder Ejecutivo, era de esperar que constituyera un llamado de atención para el mismo, ya que el cumplimiento de su obligación en la designación de magistrados, resolvería en el acto la mitad del problema. Han pasado más de 4 meses y no hay el menor síntoma de cambio. Como es sabido, las designaciones de los magistrados que el Poder Ejecutivo de la Nación mantiene injustificadamente pendientes, no requieren del dictado de ningún plexo normativo adicional. El Señor Presidente de la Nación, en ejercicio de las funciones de jefe del gobierno y responsable político de la administración general de país (conf. art. 99 inc. 1° de la Constitución Nacional), debe proceder a nombrar al candidato de cada terna vinculante que elevó a su consideración el Consejo de la Magistratura, hecho lo cual, deberá recabar el acuerdo del Senado de la Nación (conf. art. 99 inc. 4°, segundo párrafo). La Constitución Nacional no le concede un plazo al titular del Poder Ejecutivo Nacional para cumplir con la obligación que denunciamos y demostramos incumplida. Y no lo hace, no porque resulte indiferente el transcurso del tiempo en esta materia, sino sencillamente porque no tolera la mora.. En otras palabras, cumplidos los recaudos antecedentes (en el caso, la selección calificante que se sustancia ante el Consejo de la Magistratura de la Nación y la conformación y elevación por éste de las ternas vinculantes), el Presidente de la Nación debe proceder en forma inmediata a valorar los antecedentes y ejercer su facultad de selección, para luego, también con inmediatez, recabar el acuerdo del Senado de la Nación. Más si se propusiera individualizar a la falta de determinación de un plazo para que el Señor Presidente de la Nación ejercite la facultad que constitucionalmente se le reconoce, como una justificante de la mora que propiciamos por medio de la presente se revierta, útil sería recordar que 4 nuestra Carta Magna ha experimentado cinco reformas, de las cuales la última ha sido la más pródiga en cambios innovadores. Ninguna de la Convenciones Constituyentes que asumió la faena de modificar nuestro Texto Fundacional, introdujo un plazo como concesión al titular de la administración general del país para que proceda a designar los jueces de los “tribunales federales inferiores”. Deberíamos asumir entonces, que la reiteración de este proceder obedeció, antes que a un olvido, a la reafirmación de la filosofía que delinea la estructuración del sistema republicano de gobierno que consagra nuestra Carta Magna En efecto, el criterio unánime de los sucesivos constituyentes fue que no debían existir vacantes de jueces sin cubrir para dar cumplimiento a la manda preambular de “afianzar la justicia”. Y para ello establecieron en el Art. 99, inc. 19 (CN 194; antes art. 86, inc. 22) que el Presidente de la Nación “puede llenar las vacantes de los empleos, que requieren el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura.” Es tan claro el sentido de la cobertura inmediata, o en el menor tiempo posible, que la cuestión no provocó ningún debate doctrinario o jurisprudencial. Bidart Campos ha escrito sobre el tema (Derecho Constitucional Argentino, Tomo 2, pág. 248 y sig., Ed. Adiar, Buenos Aires, 1988): “Aunque la constitución no fija plazo para que el ejecutivo solicite el acuerdo, y aunque el nombramiento en comisión dura hasta que finaliza el período ordinario legislativo –y su prórroga- es prudente que el ejecutivo pida dicho acuerdo no bien se abre el período, a fin de que de inmediato pueda quedar fijada la situación del funcionario pendiente de acuerdo; los nombramientos en comisión son situaciones transitorias, que no deben prolongarse por el ejecutivo ni por el senado más allá de lo indispensable.” (el resaltado es nuestro) 5 Desde luego tampoco se debe mantener sin cubrir el cargo más allá de lo indispensable, pues atenta contra la armonía del sistema. Tratándose de un acto complejo requiere que cada órgano interviniente cumpla su parte en tiempo y forma, con razonabilidad e inmediatez. Si se le permite a uno de los órganos de gobierno una discrecionalidad sin limitantes de las facultades constitucionales que se le asignan, tal armonía se quiebra. La inclusión del Consejo de la Magistratura en nuestra Constitución Nacional, y el carácter vinculante de las ternas, se apreció como restrictivo del arbitrio decisorio del Poder Ejecutivo en lo atinente a la designación, destinado a asegurar un poder judicial integrado por magistrados imparciales, capaces y honestos. Si se excusara la mora del Señor Presidente de la Nación por la ausencia de “plazos”, ello importaría admitir que el sistema de equilibrio funcional regimentado en la Constitución Nacional, puede ser puerilmente burlado acudiendo al sencillo trámite de dilatar sin horizontes temporales la designación de alguno de los candidatos ternados por el Consejo de la Magistratura. Así lo entendió el propio Poder Ejecutivo actual al fijar en 63 días el plazo estricto para producir la cobertura de vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (arts. 4, 6 y 8 del decreto 222/2003). En los considerandos del decreto 588/2003 el P.E.N. afirmó “que, sin desmedro de los pasos procedimentales cumplidos en el ámbito del CONSEJO DE LA MAGISTRATURA y del MINISTERIO PÚBLICO para la conformación de las ternas, se considera adecuado extremar los recaudos de publicidad y transparencia al momento de seleccionar la nominación de uno de los ternados para cada cargo vacante, teniendo en cuenta los principios que inspiraron el dictado del Decreto No. 222/2003…” Aunque en este caso, ignoramos la razón, el PEN no fijó plazo para, una vez cumplidos los 6 establecidos para la publicidad e impugnaciones, elevar la decisión al Senado de la Nación, un mínimo de razonabilidad indica que no puede ser mayor que el fijado para los candidatos a integrar el máximo tribunal del país. IV.- Ilegalidad y Arbitrariedad Manifiesta. En orden a la reunión de los presupuestos de procedencia de la Acción de Amparo que en el carácter invocado impulsamos, apreciamos como manifiesta la ilegalidad y arbitrariedad que entraña la omisión injustificada del Poder Ejecutivo Nacional. El imperativo mandato que el art. 99 inc. 4° de la Constitución Nacional pone en cabeza del Señor Presidente de la Nación, aparece incumplido sin circunstancias atenuantes. Ello implica que el titular del Poder Ejecutivo Nacional es remiso en el cumplimiento de una obligación cuya satisfacción es trascendental para el funcionamiento íntegro del sistema de gobierno y para dar satisfacción a un postulado operativo del Preámbulo Constitucional, cual es el de afianzar la justicia; ya que afianzar la justicia, antes que el sostenimiento de un dogma inveterado, involucra administrar día a día las demandas de ésta que albergan los magistrados designados para cumplir tan alta misión en la República. La falta de designación de acuerdo a los mecanismos constitucionalmente establecidos con la perentoriedad que impone la dinámica republicana y las necesidades propias de la administración de justicia, priva a los habitantes de efectiva justicia. Es una consecuencia directa e inmediata de la omisión del Poder Ejecutivo Nacional, el avasallamiento de la garantía constitucional consagrada en el art. 18 de la Constitución Nacional, en cuanto declarada como ha sido la inconstitucionalidad de la reglamentación de las subrogancias por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los procesos en que los magistrados que los conducen no cuentan con la designación conforme a las 7 previsiones constitucionales, no se estaría dando satisfacción a la exigencia de que ningún ser humano puede ser juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Ello así, cabe tener como irremediablemente configurada una expresa violación: Al art. XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en cuanto dispone que “Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con las leyes preexistentes…” Al art. 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en cuanto prescribe que “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal”. Al art. 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en cuanto exige que: “Cada Estado parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones del presente Pacto, las medidas oportunas para dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos los derechos reconocidos en el presente pacto y que no estuviesen ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro carácter”. 8 El injustificado retardo del Poder Ejecutivo Nacional, quiebra sin atenuantes la igualdad ante la ley, consagrada en el art. 16 de la Constitución Nacional, pues similares situaciones litigiosas podrían resolverse de modo diverso, según les haya tocado en suerte un magistrado designado conforme a las previsiones constitucionales u otro designado en virtud del inconstitucional régimen de subrogancias, porque el último corre el riesgo de ser declarado nulo. Huelga puntualizar que tras el caso “Rosza”, la morosidad del Poder Ejecutivo Nacional se acentúa la posibilidad de que el Estado Argentino sea denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en virtud de las disposiciones de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos. V.- Requerimiento Previo. La Asociación de Abogados de Buenos Aires, ha requerido formalmente al Señor Presidente de la Nación mediante la nota de fecha 11/07/2007 que en copia con acuse de recibo en original acompaño como Anexo 3, proceda a la pronta designación de los candidatos de cada una de las ternas que le fueron elevadas a consideración por el Consejo de la Magistratura de la Nación, poniendo de relieve el holgado plazo transcurrido. Por su parte, cabe asumir como conocidos por el Señor Presidente de la Nación, los antecedentes generados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación al dictar la Acordada N° 16/2007 y, obviamente, al fallar in re “ROSZA, Carlos Alberto s/ recurso de casación”, del 24/05/2007. VI.- Derecho y Legitimación Activa. VI.1. Fundo el derecho que respalda la deducción de la presente Acción de Amparo, en las disposiciones constitucionales, de los pactos y 9 tratados internacionales, y antecedentes jurisprudenciales citados durante el desarrollo argumental que antecede. VI.2. Por su parte, y en orden a la acreditación y sostenimiento de la legitimación activa de la Asociación de Abogados de Buenos Aires para deducir esta Acción de Amparo, remarco que su impulso reconoce como causa fundante el resguardo de los derechos de sus asociados que está llamada a cumplir por exigencia estatutaria, en particular, a ejercer sus competencias profesionales y representar los intereses de sus asistidos en el marco de la elemental seguridad jurídica que presupone el sostenimiento del estado de derecho. La comprobación objetiva de que el servicio de administración de justicia se encuentra hoy afectado por una anomalía de tal gravedad, que impide dar satisfacción íntegra al mandato republicano de afianzar la justicia y a preservar las garantías constitucionales consagradas en el art. 18 de la Constitución Nacional, enriquecido por las convenciones y tratados internacionales equiparados a ella (conf. art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional), impone a nuestros asociados y por ende a esta entidad, asumir la insoslayable obligación, de raíz constitucional y legal (conf. art. 1, 14, 16, 18, 31 de la Constitución Nacional y, ley 23.187), de demandar por una vía expedita, tras haber agotado la instancia de requerimientos previos, la urgente remoción de la omisión lesiva que mantiene el Poder Ejecutivo Nacional. Los facultamientos aquí invocados, surgen explícitos del Estatuto, que cuenta con la debida aprobación de la autoridad de contralor, de la normativa legal al resguardo de la cual fue creada la Asociación de Abogados de Buenos Aires, y de los numerosos antecedentes jurisprudenciales que sin controversia han aceptado como legitimada activa a mi representada toda vez que se ha presentado antes los estrados judiciales en defensa de la Constitución Nacional (verbigracia: …); de modo que cabe tener 10 por satisfechos los recaudos previstos por el art. 43 de la Constitución Nacional. Estimamos conveniente reafirmar la legitimación a la que nos venimos refiriendo, destacando aquí los fines asumidos por mi representada desde su constitución: Inc. a) Defender el Estado de Derecho y las instituciones democráticas de la República. inc. c) Contribuir al mejoramiento de la administración de justicia. inc g) Representar a los asociados en la defensa de sus derechos. inc.m) Defender los derechos colectivos y difusos, actuando en interés y/o representación de personas o instituciones. A mayor abundamiento recalco una vez más, que el art. 43 de la Constitución Nacional prescribe que “toda persona puede interponer acción expedita de amparo, siempre que no exista otro media judicial idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades … o de particulares, que en forma actual … lesione, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derecho y garantías reconocidas por esta Constitución o la ley”. Reunidos entonces los presupuestos constitucionales y legales que habilitan sin tapujos a la Asociación de Abogados de Buenos Aires a instar la presente acción, deviene indubitable su admisión como parte legitimada en estos obrados, lo que así propicio. 11 VII.- Medida Cautelar. La omisión lesiva examinada, y la trascendencia dañosa de sus consecuencias, autoriza a instar la adopción de una medida cautelar, previa al tratamiento de la Acción de Amparo que deduzco. La naturaleza del proceder cuestionado, omisión injustificada del titular del Poder Ejecutivo Nacional, morosidad suya en el hacer de un aspecto esencial de la administración general del país como lo es la administración de justicia, desoyendo incluso las convocatorias a la diligencia en el obrar que demanda la urgente formalización de las designaciones pendientes que desde una causa judicial le ha formulado implícitamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cabeza del Poder Judicial de la Nación, propicia la adopción de la medida cautelar que solicito, innovativa por naturaleza, y que importaría en el caso, requerir al Señor Presidente de la Nación , bajo apercibimiento de ley, a que en un plazo perentorio de diez días hábiles formalice la selección de los jueces que mantiene pendientes, procediendo a la elección de los respectivos candidatos de las ternas vinculantes que elevó a su consideración el Consejo de la Magistratura de la Nación y dentro del mismo plazo remita los antecedentes de cada caso al Senado de la Nación a los efectos que se expida, previa evaluación de la idoneidad, a la confirmación de las designación que efectúe. En orden a los presupuestos de procedencia de la medida cautelar que propiciamos, destacamos a V.S.: Que el derecho invocado es verosímil, aspecto este sobre el que hemos desgranado diversas argumentaciones. Estimamos acreditada la directa relación que existe entre la omisión negligente del Poder Ejecutivo Nacional que impulsa a instar esta instancia , y las consecuencias lesivas que provoca a los derechos y garantías constitucionales individualizados como afectados en el presente, lesión que proyecta sus efectos a toda persona involucrada en un 12 proceso conducido por un magistrado no designado de acuerdo a los mecanismos constitucionales y a la vez, más particularizadamente, a los abogados que asumimos la encomienda de obtener en sede judicial el reconocimiento de derechos o la tutela de los que se reputan agraviados, debiendo afrontar las contingencias generadas por la merma que provoca la conducta cuestionada en la administración de justicia merma que ha tornado inciertas las garantías del debido proceso, el juez natural, el derecho de defensa y la igualdad ante la ley. Media un incuestionable peligro en la demora; el reciente caso “Rosza” fallado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, constituye sin lugar a dudas una evidencia palmaria del peligro que entraña consentir la prosecución de la omisión del titular del Poder Ejecutivo Nacional. La mora en la designación de los candidatos propuestos en las ternas vinculantes elevadas por el Consejo de la Magistratura de la Nación, continúa alimentando el planteamiento de nulidades procesales en aquellos expedientes que a la fecha se encuentran tramitando por ante magistrados designados de acuerdo al régimen de subrogancia declarado inconstitucional por el Supremo Tribunal. El fallo referido, viene a solidificar argumentos impugnatorios, y abre instancias recursivas que repercuten negativamente en los intereses privados y públicos cuya satisfacción se dirime en tales procesos, generando incluso una demanda de actividad jurisdiccional adicional que atenta contra la razonabilidad de los plazos en los que es esperable contar con una sentencia definitiva. VIII.- Prueba. En respaldo de las alegaciones efectuadas y el derecho invocado ofrecemos los siguientes medios probatorios: VIII.1. Documental: Se acompaña con el presente la siguiente prueba documental: 13 Anexo 1: Estatuto y Acta de Asamblea en copia autenticada. Anexo 2: Nómina de ternas propuestas por el Consejo de la Magistratura de la Nación y elevadas al Poder Ejecutivo Nacional, en copia. Anexo 3: Nota del 11/07/2007 remitida por la Asociación de Abogados de Buenos Aires al Señor Presidente de la Nación, en copia con constancia de recibo en original. VIII.3. Informativa: Se sirva ordenar la remisión de oficio al Consejo de la Magistratura de la Nación, a efectos de que informe, en plazo perentorio, si el Detalle de las Ternas con Designación Pendiente que elevó a consideración del Poder Ejecutivo Nacional y que se encuentran pendientes de designación que obra agregada como Anexo 2 de la prueba documental y que en copia se acompañará, concuerda con las constancias en original que obran en su poder. Se servirá precisar si dicho Detalle ha sufrido cambios y, en su caso deberá indicarlos siguiendo las mismas pautas ordenatorias contenidas en el adjunto. IX.- Petitorio. Por lo hasta aquí expuesto, a V.S. solicito: 1°) Nos tenga por presentados en el carácter invocado, por denunciado el domicilio real y por constituido el domicilio procesal; 2°) Tenga por deducida la Acción de Amparo; 3°) Tenga por acompañada la prueba documental y ofrecidos los restantes medios probatorios; 4°) Decrete la medida cautelar solicitada requiriendo al Señor Presidente de la Nación, bajo apercibimiento de ley, a que en un plazo de diez días hábiles formalice la selección de los jueces que mantiene pendientes, efectivizando la elección de los respectivos candidatos de las ternas vinculantes que elevó a su consideración el Consejo de la Magistratura de la Nación, y dentro del mismo plazo, remita los antecedentes de cada caso al Senado de la Nación bajo el 14 apercibimiento, indicado, aceptando a los efectos de su materialización, la (asociación civil sin fines de lucro); 5°) Oportunamente dicte sentencia, acogiendo la Acción de Amparo instaurada, e imponiendo las costas que irrogue el proceso al accionado. Quiera V.S. proveer de conformidad que, SERA JUSTICIA. 15