ARMADA BOLIVARIANA COMANDO NAVAL DE OPERACIONES JEFATURA DE COMUNICACIÓN Y CONTROL OPERACIONAL DIRECCIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN BIOGRAFÍA DE ANA MARÍA CAMPOS Nació en los puertos de Altagracia (Edo. Zulia) el 2 de marzo de 1796 y falleció en la ciudad de Maracaibo en 1828. Sus padres fueron Domingo José de Campos y Perozo y Doña María Ana de Cubillán de Fuentes. Ana María Campos contaba con 27 años de edad cuando el general Francisco Tomás Morales se apodera de Maracaibo en 1822. La adhesión de Ana María a los ideales emancipadores la llevan a ser organizadora y partícipe de las reuniones clandestinas que realizaban los patriotas en la planificación de la erradicación definitiva del poder español en tierras marabinas. La guerra había dejado de ser continental, el teatro de operaciones era ahora marítimo, específicamente lacustre, ya que el lago de Maracaibo es el escenario donde se ratificaría definitivamente la independencia venezolana lograda en los Campos de Carabobo en 1821. Ana María Campos fue ferviente y apasionada en sus manifestaciones contra el opresor Morales, tanto que en una de sus reuniones clandestinas llegó a decir: “si Morales no capitula, monda”, queriendo decir con ello que si no daba la capitulación el jefe realista moría. Esta afirmación se convirtió en el lema de toda la población, y como pólvora encendida recorrió toda la región zuliana, no faltando quien la llevara hasta los oídos de Morales. La arrogancia de la Campos le valió ser llevada prisionera ante el jefe español, el cual sentenció que fuese castigada públicamente. Ana María fue conducida por las calles de la ciudad de Maracaibo montada en un burro, semidesnuda y soportando los latigazos del verdugo Valentín Aguirre. El hecho de ir semidesnuda ya era un afrenta a la moral y dignidad humana de una mujer para aquella época, muchas ventanas se cerraron a su paso, como símbolo de respeto y no ARMADA BOLIVARIANA COMANDO NAVAL DE OPERACIONES JEFATURA DE COMUNICACIÓN Y CONTROL OPERACIONAL DIRECCIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN herir su condición femenina. Ana María, erguida orgullosamente sobre el animal, firme en sus ideales independentistas, a cada latigazo del verdugo, repetía para martirio del jefe español: “si Morales no capitula, monda”. El suplicio no logró doblegarla ni física ni intelectualmente. Un año más tarde Ana María Campos presenciaría el triunfo de la escuadra patriota al mando del Almirante José Prudencio Padilla sobre la escuadra realista al mando del capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, por consiguiente, la aceptación a capitular del general español Francisco Tomás Morales, último Capitán General de la Provincia de Venezuela.