+ Narraciones y cantos vueltiaos. Tejidos por niños y niñas de

Anuncio
 Narraciones y cantos vueltiaos. Tejidos
por niños y niñas de Sahagún.
Presentamos la introducción de la publicación y el enlace para
consultar y descarga de forma gratuita el libro completo.
Autor: Fundación Promigas.
Introducción
Este libro es el resultado del trabajo colectivo de
un grupo de docentes, niños, niñas y jóvenes de
varias escuelas públicas de Sahagún, Córdoba,
que recolectaron las tradiciones de su
comunidad, las transcribieron, las recrearon y
crearon nuevas historias.
La mejor parte de este libro es el camino
recorrido para elaborarlo. Detrás del mismo hay
una propuesta pedagógica que busca la
apropiación de la lengua y la cultura por parte
de las niñas y niños de Sahagún.
Luego de un proceso de selección de las
muchísimas piezas recogidas y de nuevas
creaciones, podemos entregar a la comunidad
de Sahagún una parte esencial de su cultura.
En este libro se encuentran las raíces de su
oralidad: en los personajes, las imágenes, los
cantos, los ritmos, y las costumbres
recolectadas, pueden ellos reconocerse. Aquí están vivos y latentes los mitos,
leyendas, cuentos populares, refranes, dichos, creencias, retahílas, trabalenguas,
coplas, rimas y cantos de vaquería que hasta entonces habitaban en la memoria de
los mayores. Los autores de esta rica y variada geografía fueron las niñas y los niños.
Este proyecto de Escritura Creativa, está enmarcado en el programa denominado “La
Costa lee” de la Fundación Promigas, el cual se constituye en una propuesta
socioeducativa y cultural que invita a la formación de una nueva generación de niños
y jóvenes amigos de la lectura, el estudio y la investigación en el Caribe colombiano;
programa que desde 2001 ha logrado llegar a los departamentos de Atlántico, Bolívar,
Córdoba, Magdalena, La Guajira, y Sucre; con diversas estrategias que apuntan
buscar una relación afectiva y efectiva de los estudiantes de escuelas oficiales con los
libros, especialmente en las zonas rurales.
1
“Escritura Creativa” se inició con 24 docentes, representantes de 14 escuelas,
quienes realizaron un taller en el que aprendieron y reconocieron las diferentes
manifestaciones de la tradición oral. Conocieron los moldes, los vaciaron y crearon en
ellos. Como resultado del primer taller los docentes escribieron. Crearon nuevos
textos a partir de variaciones de los modelos tradicionales.
Con esta colección se inició el segundo taller en el que aprendieron los procesos de la
escritura y se detuvieron en la corrección y edición de los textos. Al finalizar esta
etapa se reunieron por escuelas y cada grupo hizo una propuesta de trabajo en tres
líneas:
La primera fue enseñarles a las niñas y niños el oficio de recolectores. Leyeron y
jugaron con muchos cantos y cuentos de la tradición oral recogida en los libros de la
biblioteca de la escuela. Una vez reconocidas las diferentes piezas, aprendieron a
recolectar. Cientos de niñas y niños empezaron a conversar con sus mayores y a
preguntarles por mitos, leyendas, cuentos, cantos, y ellos hablaron. Los mayores
contaron y cantaron, entregaron a los niños su legado, les dieron parte de su herencia
lingüística, literaria y cultural.
La segunda línea de trabajo consistió en aprender esa tradición oral recogida y
transformarla. A partir de modelos o de las estructuras de la métrica y las formas de la
poesía tradicional, crearon nuevas piezas. Es el caso de la recreación de las
retahílas, o la creación de nuevos cuentos con la participación de personajes de los
cuentos tradicionales.
Finalmente los docentes propusieron a los niños escribir sus propias creaciones.
Inventaron cuentos, rimas, poemas y hasta cartas a los personajes literarios. Para
este momento el imaginario de los niños estaba nutrido y enriquecido por la
recolección. Empezaba una nueva cosecha.
Es alentador descubrir, después de este trabajo, que los niños mejoraron su relación
con la escritura y con algunos aspectos de la cultura de la lengua escrita, por ejemplo,
con relación al libro. No sólo la recolección se publica en un libro, sino que ellos son
sus artífices. Todos, docentes y niños recolectaron, crearon, corrigieron y hasta
llegaron algunos a hacer ediciones artesanales. Mucho del último material enviado
desde Sahagún a la Fundación Promigas en Barranquilla fueron libros hechos por
ellos. Libros rústicos, ejemplares únicos, que les permitieron encontrar un camino de
preservación y de incorporación de su propia cultura a la cultura universal a través del
libro.
Lo que salió del seno de su comunidad podrá ahora viajar y ser leído por muchos
lectores de otros lugares. Esos libros muestran también que los niños aprendieron el
valor del libro y sus claves. Sus libros tienen carátulas finamente elaboradas,
dedicatorias, índices, ilustraciones. En la última entrega se evidenciaron señales de
un mejor manejo de la escritura; muchos textos fueron entregados con un proceso de
corrección hecho por ellos mismos. Los que están elaborados a mano presentan una
cuidada caligrafía y un orden en las páginas del libro.
2
Otro proceso importante, desde el punto de vista de la pedagogía de la lengua escrita,
fue el de la corrección de los textos. Los docentes aprendieron a corregir y enseñaron
a su vez a los niños a pulir sus propios textos, tanto los recogidos como los escritos
por ellos.
Incorporar la corrección al proceso de la escritura significa fijarse en cada uno de los
diferentes aspectos de la lengua escrita: la concordancia, la sintaxis, los sinónimos,
las muletillas, la redacción, la ortografía. Estos aspectos generalmente son corregidos
por el profesor en el aula de clase con el fin de dar una calificación. Pero en este caso
fue un trabajo de los niños; el hecho de que ellos supieran que sus textos iban a ser
entregados a la comunidad y a otros lectores, le dio sentido no sólo a la gramática,
sino a todo el proceso de escritura.
El que hayan sido los niños, niñas y jóvenes los principales recolectores y
recreadores de su propia tradición le agrega valor a este trabajo. Conocer las
diferentes manifestaciones de la oralidad, reconocerlas, diferenciarlas y luego
escucharlas de parte de sus mayores, recogerlas y organizarlas. Hacer todo este
recorrido hace posible no sólo que se apropien de esta tradición, que la hagan suya,
sino también que la valoren como la raíz cultural de donde provienen y a la que
pertenecen.
Oralidad y escritura, una estrecha y necesaria relación
No se trata de invalidar la oralidad, al contrario, en una región tan rica en tradición oral
viva, se hace más fácil valorarla. Cuando los niños, padres y abuelos lean este libro,
esperamos que se reconozcan en él. Es su propia palabra recogida y transformada y
devuelta al seno de la comunidad de donde salió.
Sahagún es un municipio del departamento de Córdoba, poblado por migraciones de
diferentes lugares del país y con distintos momentos históricos. Hay pequeñas
parcelas, pero sobre todo es una zona ganadera. Pese a que hay latifundios
ganaderos con inmensas extensiones de pastos, se preserva viva una cultura
campesina que, en las condiciones actuales del país, peligra por desaparecer. De allí
también la importancia de este trabajo. Es probable que en algunos años esta región
tenga una geografía muy diferente y gracias a estudios como éste, las huellas de su
propio pasado y de su propia historia podrán ser preservadas y recordadas.
En las veredas todavía se recuerdan los cuentos del pícaro tío conejo. Estas historias
son afroamericanas y en su origen atravesaron el océano en los barcos de los
esclavos traídos del África para las plantaciones de tabaco, de azúcar y la explotación
de las minas. Esta memoria está inscrita en los cuentos que los mayores escucharon
de sus ancestros y los ancestros de sus ancestros, y así sucesivamente, hasta
deshilar el ovillo y conocer parte de los orígenes.
Las leyendas de la Llorona, del Mohán, del hojarasquín del monte, el ánima del
camino, el tambor del diablo, entre muchas otras, nos trasladan a la época del
desmonte. La conquista de las selvas vírgenes y los movimientos de colonización de
tierras inexploradas obligaron al hombre a luchar brazo a brazo con la naturaleza
3
salvaje y tropical. Los hombres “enmontados” pasaban mucho tiempo solos en
contacto muy cercano con esa naturaleza. De allí brotaron los habitantes naturales de
las selvas, los caminos y los ríos colombianos: la Madremonte, la Llorona, la
Patasola, el Mohán, el perro sin cabeza, las ánimas y las brujas. Todas estas
leyendas circulan aún hoy en día por los caminos de Sahagún.
Entre las piezas más valiosas de esta recolección se encuentran los Cantos de
Vaquería. Cantos auténticos ligados al trabajo de arriar el ganado. El canto y el
trabajo se unen. Pregones y retahílas se cantan animando a los animales a moverse.
Son cantos surgidos de la propia tierra.
Así, encontramos recogidas costumbres, creencias, dichos, refranes, adivinanzas,
retahílas, coplas, una tradición que en su conjunto conforma una cantera inagotable
de la cual beberán siempre las nuevas generaciones.
Quisiéramos que este libro sea leído y recreado en muchos hogares. Que sea un
símbolo del valor de la propia cultura y del orgullo de los niños y niñas sahagunenses
por su tradición. Que leerlo, divulgarlo y recrearlo muchas veces se convierta en una
manera de permanecer y echar raíces.
4
Descargar