cantos que hoy vemos formando los conglomerados de la base de

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M a c - P h e r s o n . — F E N Ó M E N O S D E LA. S E R R A N Í A D E RONDA,
sol
cantos que hoy vemos formando los conglomerados de la base
de esa formación.
A éstos suceden margas y calizas, depósitos ya de mares
más pelásgicos, y que á j u z g a r por su enorme espesor, necesi­
tan un hundimiento del terreno de millares de metros para
permitir la inmensa acumulación de sedimentos de la época
secundaria que hoy observamos.
Si de los trastornos efectuados en la sucesión del tiempo
pasa el observador afijarse en la masa de serpentina, podrá
ésta á primera vista tomarse como tipo de lo que constituye
una masa eruptiva; su forma es elipsoidal, en su contacto se
ven los estratos en un estado de trastorno extraordinario, las
calizas metamorfoseadas en dolomías sacarinas y las pizarras
descompuestas, indicando todo este notable cortejo de fenóme­
nos u n caso evidente de lo que se llama masa eruptiva en fu­
sión ignea.
Sin embargo, estudiemos lo que puede llamarse la estruc­
tura íntima de la masa serpentínica, y obtendremos que el r e ­
sultado de esta investigación está lejos de responder afirmati­
vamente á esta suposición.
Esta mole colosal, como en otro trabajo he tenido ocasión de
indicar, es simplemente el resultado de la hidratacion de u n a
masa peridótica que evidentemente existia á cierta profundi­
dad de la corteza terrestre, y que por una serie de simples reac­
ciones que excluyen, no sólo toda posibilidad de fusión ígnea,
sino también de u n gran exceso de temperatura, ha ido gra­
dualmente trasformándose en la serpentina que hoy observa­
mos, efectuándose quizás de u n a manera, cuya lentitud nos
pasmaría, esa serie de trasformaciones en los estratos adyacen­
tes que caracterizan á esa parte de la Serranía de Ronda y que,
tomados en su conjunto, no son más que u n simple accidente
de fenómenos más generales, que en su suma han dado por re­
sultado tan agreste región.
Por consiguiente, considérese la Serranía de Ronda como
se quiera, bien con relación á su estructura íntima, ó bien con
relación al tiempo en que sus varios fenómenos se manifesta­
ron ó á la génesis de sus rocas fundamentales, siempre se lle­
gará á soluciones perfectamente negativas para explicar el le­
vantamiento por la primera de las mencionadas concepciones.
Por todos lados que se mire á la Serranía de Ronda, bajo nin-
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