Los empleados sobrecargados de trabajo y su estilo de vida A

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Los empleados sobrecargados de trabajo y su estilo de vida
A medida que las empresas luchan por hacer más con menos gente, la
eficiencia sube y la calidad de vida de los empleados baja.
Una reciente encuesta realizada a empleados full-time en Estados Unidos
realizada por Accenture reveló que mientras algunos empleados experimentan
mayores niveles de estrés como resultado de una mayor cantidad de trabajo,
una cantidad similar carece de estrés e incluso disfrutan de una mejor calidad
de vida.
Según la Society for Human Resource Management, una de las principales
tendencias en RR.HH. “es la intensificación del trabajo”: Los empleadores
tratan de aumentar la productividad con menos empleados y recursos.¹ No
resulta sorprendente entonces que casi dos tercios de los 1.029 empleados
full-time encuestados por Accenture en febrero de 2006 informaron una
mayor carga de trabajo durante los últimos 12 a 24 meses.
Trabajan más pero sufren menos
Al preguntarles que produjo este aumento en su carga de trabajo, los
encuestados respondieron una cantidad de causas: las empresas no pudieron
incorporar más personal para dar soporte al crecimiento (citada por el 50 por
ciento de los encuestados), cambios estratégicos o direccionales en la
empresa (45 por ciento) o una reorganización (40 por ciento). Lo interesante
es que estas respuestas son similares a las manifestadas por los participantes
de otra encuesta en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania,
España y Australia.
Un gran porcentaje de los trabajadores encuestados en ese estudio tuvieron
opiniones negativas sobre varios aspectos de sus empresas, incluyendo la
forma en que se manejan sus organizaciones, la remuneración de los
empleados, el equilibrio entre la vida laboral/personal y las opciones de
carrera.
Sin embargo, si bien aparentemente existe consenso claro por parte de los
encuestados de que las cargas de trabajo crecen, el impacto sobre los mismos
no es para nada uniforme. De hecho, mientras la mitad de los encuestados
dijeron que su caga de trabajo tiene impacto negativo, agregándoles estrés a
su vida personal, un cuarto informó que no tenía ningún efecto, y otro cuarto
informó que el trabajo extra en realidad tuvo un impacto positivo. De hecho,
nuestro estudio mostró que lo que era una carga de trabajo agobiante para
una persona “no era algo importante” para alguien que trabajaba a pocos
metros de ésta.
Encontrar las causas del estrés
Intrigados por este descubrimiento, analizamos nuevamente los datos de la
encuesta. Encontramos que esta misteriosa diferencia no se basaba en la edad
o en el sexo. Sin embargo, las categorías salariales de los empleados
contenían algunas claves promisorias. Por ejemplo, encontramos que los
encuestados con ingresos anuales entre $35.000 y $50.000 aparentemente
sentían más el aumento de la carga de trabajo. Más específicamente, el 72
por ciento de este grupo (comparado con el 49 por ciento de todos los
encuestados que habían tenido un aumento en sus responsabilidades
laborales) informó que su carga de trabajo tenía un impacto negativo y les
producía estrés.
Cuando analizamos este grupo en más detalle, encontramos otras
perspectivas. Es decir, era más probable que este grupo, en lugar de otros
que pertenecían a otros segmentos de ingresos, se viera afectado por los
cambios en la estrategia o dirección corporativa (66 por ciento), falla de la
empresa de contratar personal adicional para dar soporte al crecimiento (66
por ciento), reorganización (54 por ciento), cambios en los altos mandos (51
por ciento) y la salida de colegas que no fueron reemplazados (41 por ciento).
En otras palabras, estos aumentos en la carga de trabajo de empleados
surgieron de cosas que excedían su control.
De hecho, la diferencia clave entre éstos, que gozaban de este trabajo
adicional y aquellos que se sentían tapados parece ser las circunstancias que
rodean el aumento del trabajo. Más específicamente, los empleados cuya
carga de trabajo aumentó a raíz de fuerzas ajenas a su control, como por
ejemplo un nuevo jefe o la desvinculación de compañeros de trabajo,
tendieron a experimentar niveles mucho mayores de estrés que aquellos cuyos
trabajos se expandieron en condiciones más auspiciosas, como por ejemplo,
ascensos.
De hecho, los encuestados entre 18 y 20 años, que eran mucho más proclives
que la muestra promedio a aumentar su carga de trabajo como resultado de
un ascenso (61 por ciento versus 33 por ciento), eran más propensos que otros
grupos a informar que el aumento de sus cargas de trabajo no tenían impacto
en sus vidas personales (37 por ciento versus 25 por ciento de la muestra
general).
Soluciones frente al estrés
Los empleados que estaban bajo estrés sintieron el deseo de buscar alivio. De
hecho, entre los que manifestaron que su carga de trabajo aumentaba los
niveles de estrés en su vida personal, casi todos (91 por ciento) dijeron que
considerarían hacer algo al respecto. Ese “algo” asumía varias formas, con
algunas medidas más drásticas que otras. Por ejemplo, tres cuartos dijeron
que podrían discutir el problema con la familia o los amigos, y el 40 por ciento
informó que estaban considerando hablar con su supervisor en el trabajo. En
el otro extremo del espectro, sólo un tercio dijo que estaban pensando en
dejar sus trabajos y para casi el 30 por ciento, el estrés se había convertido
en algo tan intenso que estaban considerando consultar a un médico.
El uso de estas tácticas de alivio del stress varía significativamente de grupo a
grupo. Por ejemplo, aquellos entre 18 y 24 años de edad eran mucho más
propensos que el resto de la muestra a considerar hablar con sus familias y
amigos sobre el impacto negativo del aumento de su carga de trabajo (100 por
ciento versus el 75 por ciento) y mucho menos propenso a considerar
consultar a un médico (0 por ciento versus el 29 por ciento). En el grupo entre
$50,000 y $75.000, el 41 por ciento dijo que estaban considerando consultar a
un médico como respuesta al estrés del aumento de sus cargas de trabajo. Y
en el grupo entre $35.000 y $50.000, los que experimentaban el mayor estrés,
menos que un tercio de ellos dijeron que considerarían hablar del tema con su
jefe o con el departamento de RR.HH.
En conclusión, la investigación implica que las empresas pueden tener un
importante problema en sus manos que puede ser cada vez mayor, y de no
tratarlo efectivamente podría amenazar la capacidad de las organizaciones de
lograr una alta performance. Un alto nivel de estrés entre los empleados
podría acarrear un sinnúmero de problemas, incluyendo la apatía y la falta de
compromiso cada vez mayor de los empleados para con la empresa, un
aumento del ausentismo, altos índices de deserción, estancamiento de la
productividad y posiblemente mayores costos de la atención médica.
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