Perspectivas en cirugía ortopédica moderna Efectos de los antiinflamatorios no esteroideos sobre la formación ósea y la cicatrización de las partes blandas Laurence E. Dahners, MD y Brian H. Mullis, MD Resumen Los antiinflamatorios no esteroideos siguen prescribiéndose como analgésicos en pacientes con fracturas en vías de consolidación, incluso aunque disminuyan la formación, consolidación y remodelación óseas. Inhibir la formación ósea puede ser útil para prevenir las calcificaciones heterotópicas en algunos casos. Con respecto a ello, el naproxeno parece ser más eficaz que la indometacina tradicional, y su administración es tan eficaz a corto como a largo plazo. Cuando lo que se busca es la consolidación de una fractura o la de una artrodesis de columna, no hay que utilizar antiinflamatorios no esteroideos. Algunos tienen un efecto positivo sobre la cicatrización de las partes blandas, pues estimulan la síntesis de colágeno y pueden aumentar la resistencia tisular en las primeras fases de las reparaciones cutáneas y ligamentosas. Los inhibidores de la cicloxigenasa-2 tienen un efecto negativo sobre la consolidación ósea, y pueden también tener un efecto adverso sobre la cicatrización ligamentosa. Por lo tanto, es necesario realizar nuevas investigaciones para poder confirmar que los antiinflamatorios no esteroideos favorecen la cicatrización de los tejidos que contienen colágeno. J Am Acad Orthop Surg (Ed Esp) 2004;4:211-215 J Am Acad Orthop Surg 2004;12:139-143 Debido a su efecto analgésico y antiinflamatorio, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) están entre los más prescritos. Los AINE actúan bloqueando la ciclooxigenasa (COX), que es una enzima implicada en la producción de prostaglandinas a partir del ácido araquidónico. La COX-1 parece ser importante en la producción de prostaglandinas durante los procesos fisiológicos de diversos tejidos. La inhibición de la función de la COX-1 en el aparato digestivo parece ser responsable de muchos efectos secundarios de los AINE tradicionales, incluyendo las úlceras de estómago e intestino y las hemorragias digestivas (fig. 1). Por el contrario, la COX-2 parece ser una forma «inducible» de COX, responsable de la respuesta inflamatoria que tiene lugar en diversos tejidos. Por lo tanto, la enzima COX-2 es el objetivo de los coxibs, que pueden 13 reducir la inflamación sin producir tantos efectos secundarios gastrointestinales como la COX-1. Varias prostaglandinas, sobre todo la E2, son importantes para la formación de hueso nuevo. Por ello, los AINE tienen efectos significativos sobre la formación de hueso nuevo, incluyendo la formación de hueso heterotópico tras una lesión, la neoformación ósea de la consolidación de las fracturas e incluso la formación de hueso alrededor de prótesis de recubrimiento poroso. En contraste con dichos efectos, muchos AINE parecen estimular la síntesis de colágeno, que puede tener un efecto beneficioso sobre la cicatrización de las partes blandas. Esto producirá una mayor resistencia del cartílago, de la piel y de los tendones. Aunque los datos disponibles sobre los inhibidores de la COX-2 no son tan amplios ni tan convincentes como los que Vol 3, N.o 4, Julio/Agosto 2004 existen sobre los AINE tradicionales, los inhibidores de la COX-2 también parecen tener efectos negativos sobre la formación de hueso nuevo. El celecoxib también tiene un efecto negativo sobre la cicatrización de las partes blandas. Es muy importante que los médicos tengamos en cuenta los mencionados efectos cicatrizantes sobre las partes blandas y sobre la consolidación ósea cuando prescribamos inhibidores de la COX-2. Calcificaciones heterotópicas Las calcificaciones heterotópicas (CH) pueden dar problemas en pacientes con lesiones cerebrales o de médula espinal, quemaduras, traumatismos musculares cerrados (sobre todo en el cuádriceps) o tras ciertos tipos de cirugía, especialmente de cadera (fig. 2). La prevención de las CH en los pacientes con alto riesgo de sufrirlas suele realizarse mediante ra- El Dr. Dahners es Professor, Department of Orthopaedics, University of North Carolina School of Medicine, Chapel Hill, NC. El Dr. Mullis es Resident, Department of Orthopaedics, University of North Carolina School of Medicine. Ninguno de los siguientes autores ni los departamentos asociados con ellos han recibido ayudas ni poseen acciones en empresas u organismos relacionados directa o indirectamente con el tema de este artículo: Dr. Danhers y Dr. Mullis. Copyright 2003 by the American Academy of Orthopaedic Surgeons. 211 Efectos de los antiinflamatorios no esteroideos sobre la formación ósea y la cicatrización de las partes blandas Ácido araquidónico Estímulos fisiológicos COX-1 (constitutiva) COX-2 (inducible) Estímulos inflamatorios Prostaglandina E2 (función renal) Tromboxano A2 (función plaquetaria) Prostaciclina (protección gástrica) Prostaglandinas proinflamatorias (inflamación) Figura 1. Metabolismo del ácido araquidónico para la formación de prostaglandinas mediante las enzimas COX-1 y COX-2. Los estímulos fisiológicos ayudan a regular la COX-1 en la producción de prostaglandinas importantes para la función normal. Sin embargo, los estímulos inflamatorios ayudan a regular la COX-2 en la producción de prostaglandinas proinflamatorias. dioterapia y AINE. A pesar de algunos estudios contradictorios,1 en general se ha demostrado que los AINE son eficaces para disminuir o prevenir la formación de CH. Aunque tradicionalmente se ha utilizado la indometacina con este propósito, Vielpeau y cols.2 han publicado que el naproxeno, que suele tolerarse mejor, es más eficaz que la indometacina para prevenir las CH en las prótesis de cadera. Figura 2. Radiografía anteroposterior en la que se observan calcificaciones heterotópicas (flecha) en la musculatura glútea, tras realizar una osteotomía de trocánter mayor para la reducción a cielo abierto y osteosíntesis de una fractura de acetábulo. 212 En un estudio a doble ciego, prospectivo y aleatorizado, se trataron 63 pacientes en uno de los tres grupos siguientes: naproxeno 750 mg/día, indometacina 75 mg/día o placebo. El tratamiento comenzó en el primer día del postoperatorio y duró 6 semanas, y los fármacos o el placebo se administraron 3 veces al día. A los 6 meses, el naproxeno fue significativamente más eficaz que el placebo (P < 0,001) y que la indometacina (P = 0,02) para prevenir las CH (según la clasificación de Brooker3). Gebuhr y cols.4 han publicado que la administración de naproxeno durante 8 días es eficaz para prevenir las CH tras prótesis totales de cadera (PTC). Dichos autores administraron 500 mg de naproxeno 2 veces al día a 27 pacientes intervenidos para la colocación de PTC cementadas (abordaje posteroexterno sin osteotomía de trocánter). La primera dosis se administró en forma de supositorio preoperatorio, y se continuó durante 7 días en el postoperatorio. El mencionado grupo se comparó retrospectivamente con 23 sujetos de control que no habían recibido profilaxis contra las CH. A los 3 meses y al año, el grupo de naproxeno mostró una reducción significativa de las CH (según la clasificación de Brooker3) en comparación con el grupo de control (P < 0,05). Persson y cols.5 también han demostrado que 1 semana de tratamien- to con AINE es tan eficaz para prevenir las CH como 3 semanas de tratamiento. En un estudio prospectivo y a doble ciego, se distribuyeron al azar los pacientes que debían operarse por PTC en el día de la intervención a uno de los tres grupos siguientes: ibuprofeno 400 mg, 3 veces al día durante 7 días, seguido de placebo durante 14 días; ibuprofeno 400 mg, 3 veces al día durante 21 días, o placebo durante 21 días. Se siguieron 154 pacientes durante un mínimo de un año. El resultado se valoró radiográficamente mediante la clasificación de Brooker.3 Al año se observó una reducción significativa de las CH (P = 0,005) en los pacientes que habían sido tratados con ibuprofeno durante 1 semana, en comparación con los que sólo habían recibido el placebo. No se encontraron diferencias con respecto a las tasas de CH entre los grupos de 1 semana o 3 semanas de ibuprofeno (P = 0,8). Un estudio retrospectivo realizado por van der Heide y cols.6 incluyó 19 pacientes a los que se administró un supositorio de 100 mg de indometacina en el postoperatorio, seguido de indometacina oral a dosis de 50 mg, 3 veces al día durante 3 días. Dicho grupo se comparó con un grupo de control histórico de 170 pacientes que no recibieron profilaxis y con otro grupo de 99 pacientes que recibieron indometacina durante 7 días tras la cirugía. Los resultados con respecto a las CH se valoraron mediante la clasificación de Brooker.3 La tasa de CH de grado 3, a los 6 meses, en el grupo de 3 días de indometacina (16%) fue similar a del grupo de control sin profilaxis (17%). Los autores de dicho estudio manifestaron que la eficacia de la indometacina debía ser de al menos un 80% (α = 5%, P = 90%), y que sus datos no cumplían estos criterios. Por lo tanto, concluyeron que 3 días de tratamiento con indometacina no era eficaz. Pritchett7 ha publicado que sólo 2 días de tratamiento con ketorolaco previno eficazmente las CH de las PTC. En un estudio prospectivo a doble ciego, se distribuyeron de forma aleatoria 303 pacientes en dos grupos: el primer grupo fue tratado con 60 mg de ketorolaco intraoperatorios, seguidos de inyecciones intramuscu- Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 14 Laurence E. Dahners, MD y Brian H. Mullis, MD lares de 30 mg cada 8 horas durante 48 horas. El segundo grupo fue tratado con suero salino administrado por la misma vía y con la misma frecuencia. Todos los pacientes habían sido operados por PTC por el mismo cirujano mediante una vía anteroexterna. Las CH se valoraron mediante la clasificación de Brooker.3 A los dos años, ningún paciente tratado con ketorolaco presentó CH intensas (grados 3 o 4), mientras que 10 pacientes del grupo de control (6,6%) presentaron CH de grado 3, y 1 paciente (0,1%) presentó CH de grado 4 (P < 0,005). La administración a largo plazo de AINE puede ser más perjudicial que beneficiosa. Cuando el cirujano ortopédico considere utilizar AINE para prevenir CH tras PTC, debe tener en cuenta sus posibles efectos secundarios sobre el crecimiento óseo con respecto a prótesis de superficie porosa.8,9 Crecimiento óseo protésico Los efectos de los AINE sobre la fijación biológica de las prótesis porosas han sido valorados en diversos estudios en animales. En conejos analizados tras 8 semanas, la indometacina, la aspirina y el ibuprofeno disminuyeron el crecimiento óseo alrededor de las prótesis de forma dosis-dependiente.8 Keller y cols.9 también han observado un menor crecimiento óseo protésico en conejos tratados con indometacina a las 8 semanas. Un estudio realizado en perros, que valoró el crecimiento óseo y la solidez de fijación protésica relacionados con la indometacina, mostró una disminución transitoria de la solidez de dicha fijación durante las primeras semanas, aunque dicha disminución no perduró entre las 6 y las 24 semanas.10 Wurnig y cols.11 han estudiado de forma retrospectiva un grupo de pacientes a los que se implantaron vástagos sin cementar y que fueron tratados profilácticamente con indometacina o sin ella para prevenir las CH. Ochenta pacientes operados de PTC primarias sin cementar a través de una vía transglútea fueron tratados con 50 mg de indometacina 2 veces al día durante 6 semanas, comenzando 15 en el primer día del postoperatorio. Se comparó al mencionado grupo con 82 controles históricos que no habían recibido profilaxis contra las CH. Tras 6 años, no se observaron diferencias entre ambos grupos con respecto al aflojamiento protésico o la presencia de líneas radiotransparentes. De hecho, en dicho estudio, el grupo de la indometacina tuvo resultados significativamente superiores con respecto a la puntuación de cadera de Harris. Resultados similares se han observado en estudios animales. Por lo tanto, aunque los AINE disminuyen el crecimiento óseo protésico inicial, dicho crecimiento finalmente tiene lugar. Por eso parece que la utilización de AINE para controlar las CH es una opción razonable. Sin embargo, los datos de que disponemos con respecto a este tema todavía son escasos. Consolidación ósea Los datos experimentales con animales referentes a los efectos de los AINE sobre la consolidación de las fracturas son abundantes. Aunque algunos estudios no han constatado efectos estadísticamente significativos, la mayoría han demostrado que, en animales tratados con AINE, la consolidación ósea es más lenta, que hay más casos de pseudoartrosis y que la consolidación es más débil.12-15 Dicho efecto parece ser dosis-dependiente.12,15 Incluso la aspirina a dosis suficientemente elevadas parece impedir la consolidación.12 La aspirina a dosis bajas no tiene un efecto estadísticamente significativo,12 aunque no podemos estar seguros de que la profilaxis tromboembólica con aspirina infantil (81 mg) no tenga un efecto negativo. Ho y cols.15 han publicado que, a las 6 semanas, el ketorolaco disminuye la resistencia de defectos cubitales injertados de conejo de forma similar a la metilprednisolona. Hogevold y cols.14 han publicado una disminución significativa (P > 0,05) de la resistencia del callo de fractura con indometacina y con metilprednisolona cuando se utilizan durante un corto período de tiempo. En un estudio retrospectivo, Giannoudis y cols.16 han comparado 32 Vol 3, N.o 4, Julio/Agosto 2004 pacientes con pseudoartrosis diafisarias femorales con 67 pacientes cuyas fracturas habían consolidado (grupo control). Dichos autores no encontraron efectos significativos con respecto al tipo de implante, la forma de cerrojarlo, el tipo de fresado, la distracción del foco de fractura o el hábito tabáquico, factores que frecuentemente se han relacionado con las pseudoartrosis. Sin embargo, encontraron una relación estadísticamente significativa (P = 0,000001) entre la pseudoartrosis y la utilización de los AINE tras las fracturas. El 63% de los pacientes con pseudoartrosis habían tomado AINE, frente al 13% en el grupo control. Con respecto a los pacientes que tomaron AINE, la duración media del tratamiento fue de 21 semanas en el grupo de pseudoartrosis y de 1 semana en el grupo control. También se constató que las fracturas de los pacientes que habían tomado AINE consolidaron de forma mucho más lenta que las de los pacientes que no los habían tomado (tiempo medio de consolidación radiográfica: 7,5 y 5,5 meses, respectivamente). Artrodesis de columna Mediante un modelo de artrodesis de columna llevado a cabo en ratas, Dimar y cols.17 han publicado que la tasa de consolidación de una artrodesis posterior pasó del 45% en el grupo placebo (27/60 niveles segmentarios) al 10% en el grupo de indometacina (4/42). Martín y cols.18 han publicado que el ketorolaco tiene una influencia significativamente negativa (P = 0,037) sobre las tasas de consolidación de artrodesis de columna en conejos. Dicha influencia se contrarrestó añadiendo proteína morfogenética ósea (rhBMP2) al injerto utilizado para la artrodesis. Deguchi y cols.19 han estudiado de forma retrospectiva 83 pacientes consecutivos con espondilolistesis ístmica, a los que se había realizado artrodesis posteroexterna de columna mediante injerto óseo autólogo. Veintiocho pacientes continuaron tomando AINE durante más de 3 meses tras la cirugía. Tras un seguimiento medio de 213 Efectos de los antiinflamatorios no esteroideos sobre la formación ósea y la cicatrización de las partes blandas 3,8 años, sólo el 44% de ellos había logrado la consolidación de la artrodesis, en comparación con el 98% en el grupo de control (P = 0,001). Glassman y cols.20 han publicado resultados similares. En un estudio retrospectivo, se realizó una artrodesis instrumentada de columna, desde L4 hasta el sacro, a 288 pacientes. En los 121 pacientes que no recibieron ketorolaco postoperatorio, hubo 5 pseudoartrosis (4%), en comparación con 29 pseudoartrosis (17%) en los 167 pacientes que recibieron ketorolaco postoperatorio (P < 0,001). El ketorolaco se administró en una dosis única de 60 mg tras la cirugía, seguido de 30 mg cada 6-8 horas, a demanda. El odds ratio de padecer una pseudoartrosis cuando se utilizó el ketorolaco fue de 5, en comparación con el 2,8 en fumadores. El número medio de dosis de ketorolaco en el período postoperatorio fue sólo de 10, lo que indica que el umbral para dicho efecto es bastante bajo.20 Cicatrización de las partes blandas Los efectos de los AINE sobre la cicatrización de las partes blandas no son tan claros como los que tienen sobre la consolidación de las fracturas. Los estudios de cultivos tisulares han demostrado una disminución de la síntesis de colágeno con el naproxeno y la indometacina, aunque con el aceclofenaco se ha constatado un aumento de dicha síntesis.21 En 1977, Vogel22 publicó que la administración a ratas de ácido acetilsalicílico, indometacina o fenilbutazona aumentaba la formación de colágeno; así como la resistencia del cartílago fisario, de la piel, de los tendones y de los granulomas inducidos tras implantar tallos de vidrio. Estudios animales referentes a la cicatrización ligamentosa no han demostrado ningún efecto tras la utilización de ibuprofeno,23 pero sí han constatado efectos positivos tras usar piroxicam.24 Sin embargo, el piroxi- 214 cam no proporcionó ningún beneficio importante en la cicatrización de desgarros musculares de tipo experimental. Aunque parece estimular la síntesis de colágeno, el piroxicam puede disminuir la formación de adherencias intraperitoneales de repetición.26 Si las adherencias sinoviales se inhibieran de forma similar, el piroxicam podría ser beneficioso en la prevención de las artrofibrosis y de las adherencias tenosinoviales. Muchos estudios clínicos han valorado los efectos de los AINE en lesiones agudas y crónicas de partes blandas. Los parámetros normalmente evaluados en dichos estudios han sido la inflamación, la percepción de dolor y las opiniones de los médicos. Dichos parámetros probablemente han estado más influidos por las propiedades analgésicas de los AINE que por sus efectos sobre la cicatrización de las partes blandas. Más de 50 estudios han analizado la utilidad de los AINE en lesiones de tipo deportivo. Ocho estudios prospectivos doble ciego, aleatorizados y con grupo placebo de control han demostrado que los AINE son beneficiosos tras diversos esguinces y distensiones, aunque tres trabajos no han demostrado dicho efecto.27 Dos estudios28,29 han valorado concretamente el tratamiento de los esguinces de tobillo con ibuprofeno. McLatchie y cols.28 han publicado que pacientes tratados con ibuprofeno (2.400 mg/día), tras lesiones por inversión de tobillo de grados 1 y 2, tenían menos dolor a los 7 días de la lesión, pudiendo alcanzar mayor nivel de entrenamiento que los que habían tomado placebo. Fredberg y cols.29 han observado que la misma dosis de ibuprofeno (2.400 mg/día) no tuvo efecto sobre la inflamación ni el dolor de tobillo en pacientes inmovilizados en el momento agudo del esguince. Inhibidores de la COX-2 Al ser una forma inducible de ciclooxigenasa, la COX-2 probable- mente puede ser inducida tras una lesión y, por tanto, tener importancia en la respuesta orgánica a la misma. Forwood30 ha demostrado en ratas que la formación de hueso nuevo como respuesta a cargas mecánicas (que puede ser inhibida parcialmente por la indometacina) fue bloqueada totalmente por un inhibidor de la COX-2. Recientemente se ha demostrado que el rofecoxib inhibe significativamente la consolidación de fracturas en ratas (P < 0,05).31 En el mismo estudio se analizó el celecoxib31 y se observó que tenía un efecto mínimo sobre la consolidación ósea. Sin embargo, la dosis empleada fue baja. Con respecto a las partes blandas, un estudio realizado sobre lesiones ligamentosas en ratas ha demostrado que la carga hasta el fallo fue un 32% menor en el grupo tratado con celecoxib.32 Curiosamente, se ha demostrado que la fibromatosis agresiva (tumor desmoide) expresa la COX-2. Los cultivos tisulares de muestras de fibromatosis agresiva pueden inhibirse mediante indometacina e inhibidores de la COX-2.33 Conclusión Normalmente los AINE, incluidos los inhibidores de la COX-2, disminuyen la formación ósea, por lo que deben ser utilizados a demanda cuando se quiera disminuir dicha formación y evitados cuando se pretenda la formación ósea. Los AINE parecen ser beneficiosos para la cicatrización de las partes blandas, aunque los resultados hasta ahora publicados al respecto no son concluyentes. Un sólo trabajo ha demostrado que los inhibidores de la COX-2 tienen un efecto negativo sobre la cicatrización de los ligamentos. Hacen falta más estudios para conocer el efecto que los inhibidores de la COX2 pueden tener sobre la cicatrización tendinosa o ligamentosa de las lesiones de tipo deportivo. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 16 Laurence E. Dahners, MD y Brian H. Mullis, MD Bibliografía 1. 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