Trabajo como investigadora del Area de Medio Ambiente

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Iliana Monterroso
Marzo, 2008
Sistema de Concesiones Forestales Comunitarias de Petén,
Reserva de la Biosfera Maya, Guatemala
La región en donde he podido profundizar a nivel de investigación es la Reserva de
Biosfera Maya, RBM específicamente en su Zona de Usos Mültiples acompañando
procesos que lidera la Asociación de Comunidades Forestales de Petén, ACOFOP con
sus organizaciones miembros, específicamente las concesiones forestales comunitarias.
Intentando que los procesos de investigación apoyen iniciativas a nivel comunitario, una
cuestión compleja que me ha permitido entender la importancia del diálogo y de la
retroalimentación de diferentes tipos de conocimiento (más allá del conocimiento
científico, las formas locales y tradicionales). Los temas que he trabajado se vinculan
principalmente a esquemas institucionales y la interacción entre los mecanismos
formales e informales de regulación. A nivel de recursos estos temas se han enfocado
en el manejo de recursos forestales maderables, aunque también hemos intentado
entender como estos mecanismos y arreglos pueden variar a nivel de género,
especialmente en el tema de los recursos no maderables.
Para intentar contestar la primera pregunta que plantean “¿Cuáles son las diferentes
modalidades de regulación que utilizan las comunidades locales de las regiones que
conozco? Creo que la respuesta debería de permitirnos reflexionar sobre la “regulación
para qué” para el acceso, el control o el manejo de los recursos? Un proceso de
investigación reciente intenta analizar los cambios en los mecanismos de tenencia,
acceso y arreglos institucionales en regiones donde se ha dado algún tipo de reforma de
tenencia asociado al acceso y control de bosques que originalmente eran del Estado
Guatemalteco y que ahora se comanejan con organizaciones locales. El caso analizado
se encuentra en la RBM, se enfoca en dos comunidades que tienen contratos de
concesión comunitaria, que son contratos de co-administración de unidades de manejo
de duración de 25 años que permiten a las comunidades obtener el usufructo de
aprovechamiento de productos maderables y no maderables. Este sistema de
concesiones (comprendido por 13 organizaciones comunitarias) es producto de una
reforma sobre formas de tenencia en bosques de propiedad estatal en Guatemala.
Este sistema de concesiones es parte de un sistema bastante complejo sobre la tenencia
de la tierra. En una clasificación sobre los esquemas de tenencia sobre la tierra en Petén,
obtenemos la siguiente tipología:
(1) Privadas (tierras con título). Tierras privadas con títulos registrados, las cuales por
ley deben estar fuera de las áreas de reserva (no obstante hay algunas propiedades en
áreas de reserva y específicamente dentro de la ZUM). Si la tierra fue comprada al
FYDEP, 20 por ciento de la misma debe ser reservada para bosque, aunque para ponerlo
en forma moderada, esta regulación ha sido difícil de implementar.
(2) En proceso (en trámite). Tierra que está en proceso de ser titulada (en trámite)
como tierra privada, lo cual puede tomar años para ser completado, si bien ahora CARE
y otras organizaciones están apoyando a grupos de campesinos en este proceso. Esto se
da especialmente al sur de Petén.
(3) Posesiones informales. “agarradas”, es decir, tierra tomada de facto, algunas de
las cuales están ubicadas fuera de las áreas protegidas y otras dentro de éstas. En la
mayoría de los casos el propietario no tiene suficientes recursos para completar el
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proceso de títulos y por esto, simplemente ocupa ilegalmente la tierra. Debido a que
técnicamente las posesiones informales no pueden ser vendidas o compradas, lo que
sucede es que las mejoras hechas (el valor de haber escombrado la tierra, excavado un
pozo, puesto un cerco, etcétera) también son regularmente compradas y vendidas como
si fueran tierras con títulos privados.
(4) Ejidos municipales y (5) derechos de posesión. Los gobiernos municipales rentan
terrenos en sus ejidos otorgados a partir de inicios de 1900, los cuales son áreas
generalmente ubicadas cerca de los respectivos centros urbanos municipales. Estos son
propiedad de los municipios quienes los administran. Los ejidos generalmente son
rentados en forma anual a personas que viven en el municipio. Sin embargo, en la
práctica, muchos de los terrenos en un ejido son tratados como posesiones privadas por
las cuales se hace un pequeño pago anual, conocido como derecho de posesión. En este
caso, quienes rentan tierras en un ejido pueden igualmente vender las mejoras a otra
persona.
(6) Cooperativas. En Petén, como en otros lugares de Guatemala, el gobierno nacional
ha apoyado la formación de cooperativas de tierra a través de una agencia llamada
INACOP (Instituto Nacional de Cooperativas). Muchos de los primeros asentamientos
en Petén fueron cooperativas organizadas a través de FYDEP, el cual determinó que
cada familia miembro o socio debía recibir 64 manzanas (igual a 45 hectáreas o una
caballería). Esto significaba que por ejemplo, una cooperativa con 100 miembros podía
adquirir en totalidad 6,400 manzanas, más un área para urbanización. A pesar de que en
teoría los miembros de las cooperativas o socios manejaban sus tierras en forma
colectiva, en la práctica cada miembro de la cooperativa considera su parcela como
privada. Además, las cooperativas pueden permitir a otros cultivar dentro de las tierras
de la cooperativa a pesar de que no puedan convertirse en socios (similar a los ejidos en
Yucatán, México).
(7) Rentadas, (8) prestadas. Algunas posesiones de tierra pueden ser rentadas o
prestadas en forma privada. Esto puede suceder entre personas que poseen pequeñas
extensiones de tierra, pero en la mayoría de los casos, ésto identifica un sistema
tradicional de cultivo compartido. Los propietarios de grandes extensiones de tierra,
generalmente rentan terrenos a pequeños campesinos a cambio de una renta anual o en
pagos en especie como parte de la cosecha. O, la persona que renta puede sembrar una
milpa al año (en vez de dos) durante la estación lluviosa y descombrar y plantar pasto
para el propietario de la tierra en la temporada seca.
(9) Derechos de permanencia. Para residentes dentro de la Zona de Usos Múltiples y
la Zona Núcleo (por ejemplo en parques nacionales) de la RBM, el Consejo Nacional de
Áreas Protegidas (CONAP) puede otorgar derecho de permanencia. Para obtener el
derecho de residir y cultivar dentro de un área protegida, una persona debe ser miembro
de una comunidad establecida que ha negociado en forma colectiva con CONAP. En un
arreglo similar al de una cooperativa como el descrito anteriormente, la comunidad
como una unidad recibe el derecho y la responsabilidad de manejar 64 manzanas para
cada familia miembro, más un área para urbanización. La diferencia es que las personas
con derechos de permanencia no poseen la tierra en propiedad, sino que únicamente
tienen derecho de usarla en usufructo por un período de veinticinco años. Este derecho
es renovable dependiendo de que la comunidad haya cumplido con las regulaciones
establecidas para las áreas protegidas. Por ejemplo, cada familia miembro o una
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comunidad con derechos de permanencia deben mantener 20 por ciento de la tierra
asignada (más o menos 13 manzanas) en reserva forestal.
Sistema concesionario, la situación de la tenencia de la tierra se establece en los
contratos de concesión. Estos determinan que toda la tierra dentro de la Unidad de
Manejo es propiedad del Estado de Guatemala, concesionado exclusivamente para uso
forestal. No obstante la población que se encuentra dentro del área o que se relaciona
con los recursos dentro de la unidad de manejo puede ejercer sus derechos tradicionales
y consuetudinarios dentro del área concesionada. Estos derechos deben ser
identificados por escrito, negociados con representantes de las comunidades y de los
municipios y descritos en el Plan de manejo. En este caso los comunitarios que no estén
inscritos en las organizaciones comunitarias signatarias del contrato de concesión tienen
derechos de permanencia y no de concesión. Las concesiones forestales son manejadas
por grupos de comunitarios organizados de manera formal. Esto nos lleva a diferenciar
entre el grupo comunitario organizado que firma el contrato de concesión y los
habitantes de las comunidades, en el caso de que la comunidad esté asentada dentro de
los límites de la concesión forestal. Según Nittler y Schinkel (2005) el normativo de
concesiones establecía que para asignar concesiones se requería de un contrato con una
entidad legalmente constituida y “no sólo con una comunidad” (pág 11). En este sentido
los habitantes de las comunidades que no son miembros de la organización signataria
tienen derechos de permanencia, mientras que los individuos que sean signatarios del
contrato de concesión a través de la organización comunitaria legalizada, tienen
derechos de concesi{on y están obligados a cumplir con las estipulaciones del contrato
de concesión forestal. Nuevamente es importante mencionar que esto no es lo mismo a
las concesiones industriales, quienes tienen permiso para obtener productos maderables
únicamente.
A partir del sistema concesionario encontramos complejos esquemas institucionales que
combinan, adaptan y modifican arreglos formales e informales del conjunto de derechos
de tenencia (acceso, uso, manejo, exclusión y alienación) que anteriormente existen (ver
figura). También encontramos que estos arreglos son altamente dinámicos y enfrentan
importantes presiones que se derivan especialmente por la competencia de recursos. A
pesar de que las concesiones comunitarias en Petén son arreglos innovadores que
permiten trasladar la responsabilidad del manejo y al mismo tiempo aumentar los
beneficios que perciben las comunidades locales, los comunitarios enfrentan grandes
desafíos para poder mantener estos derechos de exclusión que les otorga el Estado.
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Evolución del conjunto de derechos de tenencia en las
concesiones estudiadas
Tipos de
derecho
•Se delimitan los sitios arqueológicos, los
cuales se encuentran protegidos dentro del
plan de manejo
Acceso
•El Estado Se reserva
los permisos de
extracción para la
concesión de productos
no renovables
(petroleo, gas)
Extracción
•Compensación por
daños que causen los
extractivistas
•CONAP define los
marcos regulatorios
(planes de manejo,
licencias de extracción,
arreglos con terceros)
Manejo
•Contratos de concesión otorgan derechos
de usufructo para el manejo integral de zonas
de manejo. Otorgan derechos de
exclusividad a grupos de comunitarios
organizados para aprovechar los productos
maderables y les transfieren los derechos
para autorizar el acceso, la extracción y el
manejo de productos no maderables
•Ordenamiento territorial, planificación del uso de la
tierra a través de planes de manejo
Exclusión
Alienación
•Extracción xate/chicle, se formalizan el
acceso a través de avales, planes de
manejo y comercialización colectiva
•Tierras de propiedad
pública por ser Área
Protegida
Estado
Cambios en el conjunto de derechos exclusivos
para la concesión de Carmelita
•Se formalizan los derechos de permanencia a
través del reconocimiento de derechos ancestrales
a pobladores con más de 20 años de residencia
dentro de la ZUM
Colectivas
•Extracción ilegal de
piezas arqueológicas
•contratistas/extractores
de xate/chicle se rigen a
través de un sistema
informal de reglas
•Tala y extracción ilegal
de madera
•Manejo individual de
parcelas agrícolas
•Procesos de migración
espontanea, toma
ilegal de tierras
(agarradas)
•Venta de mejoras de
tierra
Individual
¿Quién(es) tiene(n) el derecho?
Igualmente encontramos que la incongruencia en los marcos de regulación formal
dificulta y obstaculizan en gran parte los mecanismos informales que los comunitarios
desarrollan para poder mantener sus formas de acceso. Siendo trece los grupos
comunitarios que firman un contrato de concesión con el gobierno, también
encontramos que existe una alta heterogeneidad la cual es importante tomar en cuenta al
derivar una tipología sobre los mismos. Vemos entonces que existen grupos que
residen dentro de sus bosques cuya relación con el bosque es estrecha debido a que sus
estrategias de vida están ligadas con la sobrevivencia y la cotidianidad. Existe otro
grupo de organizaciones comunitarias que han accedido a los derechos de manejo,
aunque no residan dentro de los bosques. En este sentido la relación de los miembros
con la organización es diferente. Asi mismo los esquemas que se desarrollarán a nivel
interno para el manejo, control y acceso serán diferentes.
En el caso de Guatemala, creo que la forma en que han evolucionado estos mecanismos
de regulación varía de grupo en grupo. Aunque se podría decir que el normativo de
concesiones (regulación legal) ha permitido la formalización de arreglos anteriormente
informales, creo que es más una mezcla en diferentes niveles en donde confluyen ambos
tipos de regulación. Estos mecanismos de regulación también varían dependiendo del
recurso que se discute, mientras que el marco institucional formal que determina las
formas de manejo de recursos forestales maderables es bastante aceptado dentro de los
grupos locales, existen aún incongruencias y vacíos considerables respecto al manejo de
la mayoría de recursos no maderables. Igualmente considero que hay una serie de
funciones ambientales que se mantienen a través del manejo de los grupos comunitarios
que todavía no se reconocen y los únicos mecanismos que existen (ej. los pagos por
servicios ambientales) están lejos de resolver el dilema sobre el control y el manejo de
estas funciones.
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Iliana Monterroso
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Mi interés en participar en esta iniciativa es doble. En primer lugar porque me permitirá
conocer otras experiencias y las formas en que estas se analizan apoyando procesos de
cambio a nivel local. En un segundo plano me interesa conocer la dinámica y la
metodología que se utilizará para promover el espacio de reflexión a través de viajes de
estudio. Me parece un proceso pertinente para poder promover la construcción de
propuestas conjuntas que permitan una aproximación a las complejidades de nuestras
realidades locales.
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