3. "ESO ES COMO UNA CADENA"72: EL MANIPULADO DEL

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3. "ESO ES COMO UNA CADENA"72: EL MANIPULADO
DEL PRODUCTO EN ALMACÉN.
Donde primeramente la lógica de la cadena fordista impuso su
particular orden productivo fue en el almacén de manipulado.
Desde allí viajó al campo con el proceso de integración de tareas
entre recolección y manipulado. Pero el ensayo de las nuevas técnicas organizacionales del trabajo en la agricultura industrial se realizó con éxito en el almacén, y progresivamente ha ido extendiéndose hacia abajo, buscando taylorizar hasta la última tarea del trabajo
manual en el campo. Por tanto todo empieza ahí, en esas estructuras dispersas que salpican las localidades murcianas. Husmearemos
el rastro...
3.1. El encadenamiento de las tareas
Desde los campos viajan los camiones hacia el almacén con el
preciado fruto. En el mismo, primeramente, tiene lugar la descarga
de los palets con las cajas de productos, que son montados en las
"fengiii" (un pequeño medio de transporte a motor). Los palets viajan en las "fengiii" hasta los "desmontadores", que son los obreros
que movilizan las cajas desde el palets a la cinta transportadora (dos
trabajadores por cada cinta transportadora). Hasta ahora hemos asistido a un orden de tareas dominado por la fuerza física y, por tanto,
masculinizado: descargar palets, transportar los palets en las "fengiii", desmontarlos y colocar las cajas encima de las cintas transportadoras.
La circulación de las cintas transportadoras dispone en líneas
toda una serie de puestos de trabajo, cuadricula el espacio de trabajo, que es donde se llevan a cabo propiamente las tareas de manipulado: "deshojado" del producto, "selección" y"separación" de
productos en mal estado, "embolsado", "precintado". Posteriormente el calibrador electrónico diferencia los productos según peso
y establece una clasificación según calidades, tamaños, colores,
etc., por la cual los productos vuelven a circular por una cinta u
^'- Expresión recogida del discurso de la entrevista a un trabajador de un almacén de manipulado de lechuga en el Campo de Cartagena (T3).
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otras, donde tiene lugar el "empaquetado" y"etiquetado", es decir,
los productos van introduciéndose en diferentes envoltorios según
el cliente o mercado donde vayan dirigidos. Todas este conjunto de
tareas son las más intensivas en trabajo y las que más movilizan en
cantidad mano de obra. Son tareas básicamente de habilidad y destreza, concebidas por el discurrir de la cinta transportadora como
repetitivas y monótonas. Pertenecen al orden femenino de la división social del trabajo en el almacén.
Finalmente, las cajas clasificadas según cliente o mercado vuelven a ordenarse en palets, y de ahí a las cámaras de conservación.
Y de nuevo a cargar los camiones con destino a los mercados... Esta
fase final está nuevamente protagonizada por tareas masculinas.
A lo largo del proceso de trabajo ha tenido lugar un fuerte consumo físico de la mano de obra ^, bien sea por las tareas basadas en
la fuerza, "yo me pongo a mirarme los dedos, y... deformaos, lo
noto. Cuatro años y, claro, y el Pepe de la columna y todo, o sea,
que te vas deteriorando porque el ejercicio es chungo" (T3), o por
las tareas repetitivas ante la cinta transportadora, "aunque estemos
reventás tenemos que hacer el trabajo, aunque estemos muertas
tenemos que hacer el trabajo, no veas como se ponen los pies, no
sabemos ya como ponernos, a veces pos nos vamos al servicio, con
tal de estirar las piernas, porque a veces no tenemos ni ganas, pero
vamos por estirar las piernas, vamos al servicio y volvemos" (T7).
Las posibilidades de control obrero del ritmo de trabajo son
nulas, "yo no sé cómo vemos los tomates, ponemos el automático,
como yo digo, ya pones el automático" (T7). Trabajo automatizado,
por tanto, producto del encadenamiento de tareas rutinarias que
posibilita la tecnología del almacén. La lógica de los "tiempos
impuestos" mediante tecnología ha extendido al máximo la eliminación de "tiempos muertos" en el trabajo, y por tanto ha asentado
la anulación de cualquier vestigio de control obrero sobre su trabajo, "el ritmo de trabajo es que... no puedes evitarlo, porque el ritmo
de trabajo, nace de donde estamos nosotros. Nosotros empezamos
a echar las cajas, si yo por ejemplo me despisto un poco, hay un
clareo en la cinta. La cinta va andando, entonces si yo no echo la
caja con la lechuga, existe ese clareo, entonces, cuando ese clareo
73 En un trabajo anterior, Pedreño Cánovas (1997), traté con mayor amplitud esta cuestión, en un apartado sobre las condiciones de trabajo de las mujeres en los almacenes de manipulado de fruta.
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llega a donde están las mujeres, pues las mujeres no hacen ná,
entonces la cadena se rompe ahí, claro, el encargado en cuanto ve
que la cosa va floja... "(T3).
Podemos afirmar que la estructura del trabajo en el almacén
sigue una lógica plenamente tayloriana/fordiana ^. El control sobre
el trabajo está interiorizado en el propio diseño tecnológico (es lo
que Edwazds ha denominado "control técnico"), eliminándose tiempos muertos -"poros" de improductividad- y, por consiguiente,
logra aumentaz el tiempo de trabajo productivo.
3.2. La arquitectura del control
Todo un conjunto de encazgados de grupo, encargados de sección y encargados generales se unen al encadenamiento tecnológico del trabajo, conformando una auténtica arquitectura de la disciplina en el almacén. La máquina gazantiza el ritmo del trabajo, los
encazgados cubren la vigilancia.
Sobre la figura del encargado, la empresa deposita el cumplimiento de los imperativos de calidad de la producción exigidos por
los clientes. Los continuos controles de calidad del producto permiten detectar errores cometidos a lo largo de la cadena humana de
trabajo con cierta exhaustividad. La azticulación entre los sistemas
de control de calidad y los sistemas de control del trabajo humano
mediante flujos de información vía walki-talkies o teléfonos móviles, moviliza inmediatamente la labor disciplinaria de los encargados para subsanar el error, "ante cualquier eventualidad, cualquier
anomalía del producto acabado se advierte enseguida al responsable de la sección y al responsable del almacén de que está ocurriendo algo raro, de que no va bien calibrado ese producto, de que
hay destríos que no deben ir, en fin, cosas que no están dentro de
las condiciones de calidad que queremos ese producta reúna" (E8).
El método de control más extendido es el de la colocación de tickets en las cajas, a través de los cuales puede detectarse el puesto de
trabajo donde se ha originado el error, "nosotros controlamos
74 Es conocido que el diseño de la cadena de montaje según fue fabricada en 1916 en la
Fábrtca de Highland Park (Devoit) de Henry Ford, estaba inspirado en los prtncipios organiza[ivos y técnicos de las cintas transportadoras de la industria de la conserva.
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mucho el trabajo individual, es decir, dentro de lo que es la producción, controlar la producción del individuo y a la misma vez la
calidad del trabajo de ese individuo. Entonces damos unos tickets,
que se ponen en la caja acabada, y nos sirven a la hora del control
de calidad final determinar si esa persona está haciendo lo que se
le pide. Entonces con el ticket en la mano se localiza a esa persona
y se averigua el tema" (E8). En el almacén de esta cooperativa, en
el momento de la entrevista, estaba realizándose un estudio de rendimientos individuales propiciado por el sistema de ticket, para
implantar primas salariales, "a mayor producción por individuo,
ese individuo debe percibir, o le vamos a dar la posibilidad de percibir, un salario superior siempre en función de la productividad"
(E8).
3.3. Soportes simbólicos de la relación de trabajo
La "modernización" empresarial (en el sentido de limitar la arbitrariedad en la gestión del trabajo) que está teniendo lugar en la
agricultura industrial se comprueba en la apertura de los discursos
de gestores y técnicos hacia los discursos "participativos" y/o
democráticos que insisten en "te vuelvo a decir que lo más importante hoy día es que cada uno se haga responsable realmente del
trabajo que realiza, si no hay responsabilidad por parte de cada
individuo, no hay resultado positivo" (E8).
Solamente a través de un despliegue de estrategias simbólicas
que enfatizan lo que se ha dado en llamar "cultura de empresa", es
posible mitigar la violencia de una relación salarial tan explícita
(aguda flexibilidad laboral, intensos ritmos de trabajo, fuerte jerarquización, etc.), "es el operario el que debe ser responsable a cien
por cien... es lo que nosotros tratamos de inculcar a la gente" (E8).
La formación continuada de expectativas busca el tener a "la
gente más o menos contenta" (E8). Ello se obtiene, por ejemplo,
mediante la movilidad entre tareas, rotando al personal por los
diversos trabajos del almacén de tal forma que se forma una clasificación entre "tareas desagradables" y"tareas agradables", "los trabajos más sucios la gente no los quiere hacer, y es una manera de
paliar eso, o sea que no sea siempre la misma persona la que está
limpiando lechuga, es un trabajo que unta más que estar envasando pimiento" (E8).
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Otro medio es la creación de expectativas de promoción, a
pesar de las rígidas limitaciones que en el almacén la división
interna del trabajo impone. Para ello el espacio de trabajo se
estría en función de las mayores o menores "cualificaciones",
y en función de esta segmentación se distribuye al personal en
los diferentes grupos de trabajo, "yo considero que tengo de
las 200 personas, por decirlo con una cifra redonda, 40 de
unas posibilidades reducidas, 100 de posibilidades medias y 60
de posibilidades óptimas. Lo que yo trato es que cada uno de
esos grupos haya una representación de las demás" (E8). Con
el mismo objeto, una serie de posiciones ocupacionales distinguidas de la mayoría de los trabajadores, encargados o inclusive encargadas de sección, trabajadoras "especiales" que enseñan las tareas más delicadas (embolsado, encajado, etc.) a las
recién incorporadas al almacén, etc., surgen de entre la propia
plantilla, no son ajenas a la misma, no pertenecen a la rígida
jerarquía ocupacional que define el organigrama de un almacén
de manipulado, pero simbólicamente refuerzan el dominio real,
al establecerse ciertas relaciones de complicidad entre "compañeros".
3.4. Trabajar "sin horarios"
Entrevisté a una trabajadora de un almacén de Mazarrón una
calurosa tarde de sábado del mes de junio. Habíamos concertado el
encuentro a una hora temprana, pues quería llevar a sus hijos a la
playa; fue cuando me dijo "es que el lunes me voy a vivir al almacén" (T7), refiriéndose a que ese día comenzaba la campaña fuerte del melón y no iba a tener tiempo libre para su ocio y el de su
familia. En esa expresiva frase se manifestaba la realidad de los
horarios existentes en los almacenes de manipulado cuyas largas
jornadas laborales subsumen el tiempo de la vida en el tiempo de
trabajo.
En el almacén "el reloj no anda" y"no se tiene horario",
frente al trabajo en campo donde el horario laboral está predeterminado y las variaciones del mismo son poco frecuentes. Sin
embargo, en los esquemas valorativos de las obreras de los almacenes se rechaza el trabajar en el campo, pues el almacén "es
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otro tipo de trabajo más limpio y no estás al sol ni al viento"
^T^^ ^s
El almacén, por tanto, define una jornada laboral marcada por la
incertidumbre del cuándo se entra y cuándo se sale, si se trabaja un
sábado por la tarde o un día festivo, si se echan cuatro o trece horas
de trabajo... Este no-horario de trabajo obliga a las trabajadoras a
una disponibilidad permanente de su fuerza de trabajo, ordena sus
pautas de vida, hasta tal punto que puede afirmarse que vida y trabajo se tejen estrechamente. La separación entre tiempo de trabajo
y tiempo de ocio que la jornada laboral fija conlleva, en un horario
variable tal distinción se difumina y la fuerza de trabajo ha de estar
disponible en cualquier momento ^. Solamente una mano de obra
construida socialmente como flexible es adaptable a la incertidumbre horaria del almacén de manipulado, y esta es una de las razones
que explican claramente la presencia dominante de mujeres en este
proceso de trabajo:
"yo no tengo horario, el lunes hasta que no venga
material entramos a las diez y media, la gente de campo
está desde las ocho o siete y media y nosotras entramos a
las diez y media porque no tienen materia en el almacén,
y vamos «por merienda», esto quiere decir que si no llevamos merienda salimos a las ocho de la tarde, estamos
nueve horas y media, hasta las ocho máximo, y si vamos
75 Entre los trabajadores de campo, por contra, el trabajo de almacén se descarta en los
siguientes [érminos: "... yo, en cambio a mí, estar de plantón, y saber cuándo entras pero no
cuándo sa/es, lo mismo sales a las once de la noche... al[í, en los almacenes, normalmente, no
tienes horario, no tienes turnos... me gusta más el campo que se cuando entro y cuando salgo
y prácticamente... " (TIO).
76 En algunos discursos empresariales las largas jornadas laborales empiezan a verse
como perjudiciales para... los melocotones o las lechugas, por el agotamiento de la fuerza de
trabajo que manipula tales productos, y se opta por "racionalizar" en [érminos relativos la jornada laboral, siempre dentro de los límites que impone el que tal cantidad de productos tenga
que estar, por ejemplo, en un supermercado alemán a las 7 de la mañana y no haya otro remedio que quedarse el día anterior hasta las I 1 de la noche para dejar preparada la partida:
"aquí hay empresas que están trabajando quizás más tiempo par [a noche
o no sé cuantas, y tú te das cuenta que es mucho más rentable trabajar menos
horas y bien que muchas y mal, porque a partir de una determinada hora ya no
ves el fruto, es decir llevar todo e[ día viendo por ejemp[o una cinta que se
mueve y tú vas viendo redondelicos de estos y cuando terminas... si tu vinieras
en plena campaña pues te darías cuenta y dirías, cómo es posible que esta mujer
esté aguantando e...ocho o nueve horas de[ante de una cinta pasando redondelicos, y además fijándose que no es sólo verlo sino fijarse que ese está picao, el
otro no sé cuantas, e[ otro no vale, el otro lo tienes que apartar, este es para interior, ..." (E22).
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«con merienda» a las ocho menos veinte paramos, tenemos veinte minutos para comernos un bocadillo y seguir
trabajando, hasta que queda, puede ser hasta las diez, las
diez y media, las once o las nueve y media, ese es el trabajo; al día siguiente no sabemos, no sabemos a qué hora
vamos a entrar, según lo que haya podemos entrar a las
nueve, a las diez y media, o a las once, no tenemos horario, por eso muchas mujeres conozco yo que dice, pues yo
en el campo estoy mejor porque voy por la mañana pero
a las cinco de la tarde estoy en mi casa y me da mucho
tiempo... " (T7).
4. PROCESO DE TRABAJO, LOCALIDAD
Y NOMADISMO LABORAL
Los rasgos estructurantes de la división interna del trabajo en los
dos procesos de trabajos básicos de la agricultura industrial, campo
y almacén, determinan a su vez dos modos de relación del sistema
productivo agroindustrial con su exterior, con el hábitat que le
rodea.
En el almacén se ha instaurado un modo de uso de la fuerza de
trabajo de relativa estabilidad ocupacional, con una menor rotación
de personal si se compara con lo elevado de la misma en el campo,
con un tejido de relaciones laborales más consolidado, etc. Al
mismo tiempo ha sometido las pautas de vida obrera a la incertidumbre de sus horarios de trabajo, con acentuadas variaciones de la
jornada laboral, e incluso los días de trabajo se mueven en la misma
indeterminación, siendo frecuente trabajar días festivos o sábados
en la tarde. Ello es debido a que su dinámica de trabajo está muy
ligada a las determinaciones de los mercados, con sus exigencias de
plazos estrictos en los servicios, ya que la comercialización de un
producto altamente perecedero como es la fruta fresca agudiza el
tiempo de llegada a los supermercados como un factor de competitividad fundamental.
Es sobre el obrero de almacén, por tanto, sobre quienes recae de
forma más rigurosa la estructura de mercado de la producción
agroindustrial, en términos de las imposiciones temporales de la
pautas de producción. La violencia de un proceso de trabajo que
difumina al extremo la frontera entre tiempo de trabajo y tiempo de
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