Jacques Roubaud

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Jacques Roubaud
En torno a una familia de formas poéticas
contemporáneas
La ‘crisis del verso’ anunciada por Mallarmé, de finales del siglo diecinueve,
supuso un sensible golpe para la rima y la métrica poéticas, para versos como el
alejandrino. Las formas poéticas tradicionales, que se basaban en un conjunto de
reglas y de repeticiones regulares de sonidos creando un eco, se vieron seriamente afectadas por diversas circunstancias, hasta el punto de que, en torno a 1950,
se podía predecir que iban a desaparecer del paisaje de la poesía en lengua francesa. Sin embargo, al menos en un caso, no fue así: desde hace veinte años, bajo
el impulso, por ejemplo, de Jacques Réda, formas poéticas como el soneto han
conseguido una recuperación significativa.
L’Ouvroir de Littérature Potentielle, el denominado, Taller de Literatura
Potencial (1), fundado por François Le Lionnais, junto con una decena de escritores y de matemáticos, entre los que cabe destacarse a Raymond Queneau,
explora desde casi medio siglo una versión contemporánea de esta literatura sous
contrainte (2). En estas líneas, deseo evocar precisamente uno de los aspectos de
esta dinámica. Entre las restricciones propuestas por el Oulipo figuran ciertas
variaciones nuevas de algunas formas poéticas del pasado. Así, los Cien mil miles
de millones de poemas de Queneau, primera obra oulipiana de importancia,
ofrecen un tratamiento combinatorio original de la forma-soneto (3). Precisamente
el Oulipo le debe a Queneau la creación de la familia potencialmente infinita, de
formas nuevas, las n-inas o queninas, que constituyen una generalización de la
sextina, inventada en el siglo XIII, par el Trovador Arnaut Daniel. Después de
Arnaut, de Dante y de Petrarca, numerosos poetas, en diferentes lenguas, en distintas épocas y circunstancias, han compuesto a su vez sextinas.
Deseo recordar aquí el principio de esta forma. Elijamos seis palabras, por
ejemplo, uno dos, tres, cuatro, cinco, seis. Llamémoslas palabras-clave o palabras-rima. Compongamos un poema de seis estrofas de seis versos cada una.
Cada verso de cada estrofa se termina por una de las seis palabras elegidas. Para
simplificar al máximo nuestro planteamiento que debe ser muy breve (6 o 7 páginas máximo según me dijeron) supongamos que cada verso de la primera estrofa
de nuestra sextina no contenga más que esas seis palabras y que además aparezcan todas. Supongamos finalmente que estas palabras se presenten en el orden
natural de la serie de números enteros. La primera estrofa será por lo tanto:
Uno / Dos / Tres / Cuatro / Cinco / Seis /
Resulta realmente bonito. Para componer la segunda estrofa que, como la primera y las siguientes, no contendrá más que versos compuestos con una de estas
seis palabras iniciales, modificaremos el orden y obtendremos la segunda estrofa
siguiente:
(1) Señalemos tan sólo dos ensayos que marcan en Francia la relevancia del debate : Jean
Claude Pinson, A quoi bon la poésie aujourd’hui, Nantes, Editions Pleins Feux, 1999.
Christian Prigent, A quoi bon encore des poètes, Paris, P.O.L. 1999. El primero que planteó
la pregunta fue Eugenio Montale desde su discurso de recepción del Premio Nobel, È ancora
possibile la poesia ? en 1975. Se celebró en el pasado mes de mayo en Rennes un coloquio
sobre este mismo tema aplicado a la situación actual en Brasil, España, Francia e Italia. Las actas
saldrán en 2006.
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Seis / Uno / Cinco / Dos / Cuatro / Tres //
Tampoco este está mal. Para construir las estrofas siguientes, se permuta de
nuevo el orden de las palabras-clave, siguiendo el mismo movimiento que nos ha
permitido pasar de la primera a la segunda estrofa. Se obtienen así sucesivamente las estrofas 3, 4, 5, 6.
Estrofa 3
Tres / Seis / Cuatro / Uno / Dos / Cinco //
Si se compusiera según el mismo principio una séptima estrofa, las palabrasclave (palabras-rima) se encontrarían de nuevo en el orden inicial, lo que resultaría algo torpe y tosco. Por lo tanto, nos paramos en seis. Este es uno de los encantos de la sextina: circularidad potencial pero no real. La permuta que caracteriza
a la sextina puede escribirse de manera condensada:
1
6
2
1
3
5
4
2
5
4
6
3
Posee la siguiente propiedad : es de orden 6 sobre 6 objetos (en la terminología del álgebra).
Inventada por Raymond Queneau, la quenina, o n-ina, se refiere a una familia de formas poéticas que sistematiza la sextina.
Definición: si n es un número entero, la permutación de Queneau-Daniel de
orden n (4) se define por
1
2
3
4
5
……
n
1
n-1
2
n-2
……
n
Únicamente cuando la permutación de Queneau-Daniel de orden n es de
orden n (es decir, restablece el orden inicial después de n pasos), podemos afirmar
que constituye una n-ina, o quenina de n.
Ejemplo: quenina de 9 – orden de las palabras-rimas en las estrofas sucesivas.
1 2 3 4 5 6 7 8 9
9 1 8 2 7 3 6 4 5
5 9 4 1 6 8 3 2 7
7 5 2 9 3 4 8 1 6
6 7 1 5 2 8 4 9 3
3 6 9 7 4 1 2 5 8
8 3 5 6 2 9 1 7 4
4 8 7 3 1 5 9 6 2
2 4 6 8 9 7 5 3 1
(2) Y. Bonnefoy, Entretiens sur la poésie, Paris, Mercure de France, 1992, p. 237). Sin menciones particulares, todas las traducciones de las citas son nuestras.
(3) Dans le leur du seuil, Paris, Mercure de France, 1875, p. 84)
(4) Ph. Jaccottet, La Semaison, Paris, Gallimard, 1984, p. 41.
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(El lector está invitado a corregir esta tabla en la que ha sido introducido un
error (voluntario) (quizás haya también errores involuntarios).
Contra-ejemplo: la 4-ina resulta imposible
1
2
3
4
4
1
3
2
2
4
3
1
1
2
3
4
El orden inicial ha sido recuperado demasiado pronto, al cabo de tres movimientos y no de cuatro.
La serie de números enteros n para los que la quenina de n existe se denomina la serie fundamental de Queneau y sus términos son los números de
Queneau
Los 31 primeros términos de la serie de Queneau son:
1 2 3 5 6 9 11 14 18 23 26 29 30 33 35 39 41 50 51 53
65 69 74 81 83 86 90 95 98 99
(A título de ejercicio, el lector compondrá un ejemplo de cada una de las ninas asociadas a esta lista. Cuidado, porque el número de versos de una n-ina es
el cuadrado de n. Así siendo el cuadrado de 99 9801, hacen falta 9801 versos
para una 99-ina, lo que resulta bastante oneroso para un poeta que ambiciona
escribir un poema con esta forma).
Casos particulares: la quenina de 1 se denomina unina, o minina
ejemplo 1: No, no hay nada que monina no admire
ejemplo 2 (Apollinaire): Chantre // Y el único cordel de las trompetas
marinas
Teorema: para que un poema sea una monina, es necesario y es suficiente
que sea un monoesticomio (5)
La quenina de 2 se llama bibina ou didina
Ejemplo:
Las noches, los días // Homenaje à Du Bois-Hus // Los días, ah! Los días
/ Las noches, ah! Las noches // Desde la noche de las noches / Hasta el día de
los días
Les nuits, les jours // Hommage à Du Bois-Hus // Les jours, ah! Les jours
/ Les nuits, ah! Les nuits // De la nuit des nuits / Jusqu’au jour des jours
La 3-ina se denomina terina. He aquí una terina que define la forma -terina
Terina de la terina // 3 estrofas forman la terina / cada una posee tres palabras / tres palabras al final de cada verso // de estrofa en estrofa las palabras /
permutan en la terina / y permanecen al final de cada verso // para ver cómo en
cada verso / se permutan las palabras / mirad esta terina
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Terine de la terine // 3 strophes font la terine / chacune compte trois
mots / trois mots sont au bout des vers // de strophe en strophe les mots / permutent dans la terine / en restant au bout des vers // pour voir comment dans
les vers / on fait permuter les mots / regardez cette terine
La imposibilidad de la tetrina (incluso de Rusia), de la octina, de la decina o
de la docina resulta sin duda lamentable, pero la restricción es la restricción, la
regla es la regla y no hay nada que hacer. Sin embargo, es posible definir las
seudo-queninas para los números defectuosos (Georges Perec ha utilizado una
seudo-decina en su obra de La Vie Mode d’Emploi (6). No voy a desarrollar en
estas páginas, necesariamente breves, esta cuestión.
Varios miembros del Oulipo emplean con frecuencia la serie de números de
Queneau. Esta serie permite definir numerosas formas poéticas nuevas que no
son meras supervivencias de una tradición pasada, sino que guardan una relación
de memoria con la tradición. Igualmente existen extensiones del principio de permutación de la sextina, y muchas otras variaciones realmente fascinantes. El principio de la n-ina, por otra parte, puede servir también para construcciones narrativas (por ejemplo La Belle Hortense, de J. Roubaud (7), donde la sextina juega
un papel fundamental).
(Traducción de Rosa de Diego,)
(5) Ph. Jaccottet, Chants d’en-bas, Paris, Poésie/Gallimard, 1977, p. 43.
(6) J.M. Maulpoix, La poésie comme l’amour, Paris, Mercure de France, 1998, p. 120.
(7) sG. Goffette, Éloge pour un cuisine de province, Poésie/Gallimard, Paris, 2000, p. 54.
(8) J.C. Pinson in Lire Réda, dirigido por Hervé Micolet, Presses universitaires de Lyon, 1994,
p. 131.
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Cuatro poemas
Terina de las tres consonantes
De una terina los metros
son como los aromas
los versos forman un teorema
(el poema) teorema
transmitido por los metros
difundiendo sus aromas
sus sílabas son aromas
para dar al teorema
la autoridad de sus metros
Terina de las tres vocales
Maldita sea la vieja baratija
ahora prefiero las ortigas
para encontrar suficiente emoción
monótona como la emoción
de tu conciencia baratija
se frota tu corazón con ortigas
si no fueras convidado de ortigas
combatirías tu emoción
con una biblia de baratija
Poemas originales
Terine aux trois consonnes // d’une terine les mètres / sont comme les aromates / les vers font
un théorème // (le poème) théorème / acheminé par le mètre / diffusant ses aromates // ses syllabes aromates / pour donner au théorème /l’autorité de leur mètre
Terine aux trois voyelles // foin de l’aboli bibelot / désormais préfère l’ortie / pour juste ce qu’il
faut d’émoi // monotone comme l’émoi / de ta conscience bibelot / se frotte ton cœur aux orties
// sinon qu’en convive aux orties / tu ne combattrais ton émoi / que d’une bible en bibelots
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Terina intimista
Mi talento está reblandecido
sé que mi lira de palabras
al envejecer se ablandará
cada estrella se ablandará
en el viejo cielo reblandecido
que cantaba mi lira de palabras
arrojo mi lira de palabras
y allá mi cuerpo se ablandará
en el viejo terruño reblandecido
Terina del 1 de enero de 2005
Al llegar el año llega a su último día
se comprende que el año nuevo
será como el año pasado
o peor. Como el año pasado
al despuntar su primer día
cuando era año nuevo
prometía ser tan poco nuevo
que se sabía que ya pasado
se parecerían todos sus días
(Traducciones de Rosa de Diego)
Poemas originales
Terine intimiste / Mon esprit est ramolli / Je sais que ma lyre à mots / En vieillissant mollira //
Chaque étoile mollira / Dans le vieux ciel ramolli / Que chantait ma lyre à mots // Je jette ma
lyre à mots / Là où mon corps mollira / Le vieux terreau ramolli
Terine du premier de l’an 2005 // L’an venant au dernier jour / On comprend que l’an nouveau / Sera tel que l’an passé // Ou pire. Ainsi l’an passé / Au point de son premier jour / Quand
il était an nouveau // S’annonçait si peu nouveau / Qu’on savait qu’à son passé / Ressembleraient
tous ses jours
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