La falta de fondos pasará una factura muy alta a las empresas

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"La falta de fondos pasará una factura muy alta a las empresas". Las Provincias
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EMILIO ONTIVEROS PRESIDENTE Y FUNDADOR DE ANALISTAS FINANCIEROS INTERNACIONALES (AFI)
"La falta de fondos pasará una factura muy alta a las empresas"
para este catedrático, la recesión puedeser tan dura que también «tengamos unproblema serio de demanda de crédito»
22.03.09 - J. A. B.
Lleva 14 años advirtiendo de que se debe acometer un cambio de modelo de crecimiento en España, algo que habrían agradecido
bastantes empresas, ahora sin apenas fondos. Con todo, Emilio Ontiveros, catedrático en Economía y presidente de Analistas
Financieros Internacionales (AFI), cree que incluso en momentos tan difíciles se pueden «ir tomando decisiones coherentes con ese
fin».
-A la vista de cómo se ha cerrado el grifo de la financiación para las empresas, ¿qué futuro espera?
-Uno no es futurólogo, pero parece claro que la combinación entre caída de la demanda, incluso a nivel mundial, y racionamiento
crediticio va a pasar una factura muy alta a bastantes empresas. De hecho, la mortalidad de éstas crece a ritmos inquietantes.
Ontiveros no duda de que esta es la crisis más
severa de la historia.
-¿Es un mal general o más limitado a algunos sectores?
-Sin duda, general. No sólo se están viendo afectadas aquellas empresas más endeudadas y próximas al sector de la construcción residencial, sino también compañías medianas
con ideas y proyectos atractivos que podrían contribuir a la modernización de ese patrón de crecimiento nuevo que la economía española precisa. De hecho, el daño originado en
ellas es ya muy importante.
-¿Y qué alternativas existen ante una crisis tan fuerte?
-La verdad es que, en cuanto a la búsqueda de nuevas vías de financiación, hay pocas, más allá de aprovechar los huecos que pueda haber en las ayudas públicas. Las
administraciones deberían estar atentas a la necesidad de paliar esa insuficiencia crediticia, porque sin esos flujos no hay inversión, y sin ésta no hay empleo ni modernización
económica.
-¿Qué se puede hacer en España que no se haya intentado ya?
-Pues, por ejemplo, elevar más la cuantía de las líneas de financiación que se han habilitado desde el Estado. Hay que bombear anticipos de dinero público; no hablo de darlo a
fondo perdido sino de cebar la maquinaria crediticia mientras el sistema bancario restaura la confianza perdida.
Más facilidades
-Pero las empresas se quejan de que, aparte de dinero, necesitan acceder a él de forma más fácil.
-Sí, pero eso es mucho más complicado. Los gobiernos no deberían imponer criterios de concesión de créditos a los bancos privados. Otra cosa es que éstos no den préstamos,
pues ahí sí tendrían que entrar las autoridades políticas en la medida que a esas entidades se les ha ofrecido un respaldo financiero público. Hasta ahora estamos más bien en este
segundo escenario, dentro de una muy seria sequía crediticia general, pero lo cierto es que no sabemos con claridad por qué no se han dado los préstamos que se han pedido.
Puede ser que las entidades financieras no hayan promocionado suficientemente esas ayudas y, a su vez, que los clientes no las conocieran bien. Pero también podría ser,
simplemente, que estuvieramos en un momento tan duro de la recesión que, ahora sí, tuvieramos un problema serio de demanda de crédito y, ante la incapacidad de poder
acometer proyectos de inversión, las empresas hayan pasado directamente a no pedir dinero. De hecho, creo que estamos más bien ante una combinación de los tres factores.
-¿Están abusando las empresas de los expedientes de regulación y las congelaciones salariales?
-Depende mucho de los sectores y de las propias empresas. Hay algunas que combinan esa congelación con el mantenimiento del empleo; otras, por el contrario, tienen que tirar
de las dos medidas porque tienen una sobreoferta. Y es que esta crisis, la más severa de la historia, va a poner de manifiesto en bastantes casos un exceso de capacidad
instalada.
-¿Es buen momento para acometer reformas estructurales, como demandan distintos sectores?
-En la medida que sean compatibles con una recuperación inmediata, desde luego. Ahora bien, lo que no se debe hacer es abrir el cajón de las sorpresas y plantearse cosas que
no se pusieron encima de la mesa en la última etapa de expansión económica. Por ejemplo, proponer ahora el despido libre y casi gratuito me parece tan innecesario como ilógico,
porque aquí se despide con la misma facilidad que se hace en Estados Unidos. El verdadero problema es cómo incentivar el empleo, y aquí una reforma sí sería deseable.
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090322/euros/falta-fondos-pasara-factura-200... 23/03/2009
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