La influencia de la confianza en el restablecimiento de la salud

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La Importancia de la Relación Médico Paciente en el Restablecimiento de la
Salud.
Alexandra Garcilazo Reyes
A lo largo de la historia, la medicina ha pasado por diversas transformaciones;
antes de ser considerada una ciencia, las modificaciones que surgieron en las
definiciones, procedimientos y entendimiento de la práctica médica se debieron a
las diferentes costumbres y especialmente las creencias de las civilizaciones.
Posiblemente el punto en donde la evolución permitió una coincidencia entre las
distintas posturas fue el hecho de basarse en el instinto de conservar la vida.
La historia permite entender sucesos del pasado, el presente e incluso inferir en
el futuro. En la historia de la medicina observamos cambios drásticos y al mismo
tiempo podemos encontrar coincidencias que demuestran como de sus bases la
medicina pone en total relación la técnica con la comprensión emocional del
paciente.
Uno de los fenómenos que puede ser analizado desde una visión histórica es la
definición de salud-enfermedad, existen infinidad de conceptos diferentes; sin
embargo desde la cultura oriental hasta la occidental, la enfermedad fue
considerada un castigo de dioses y ésta era mandada por entes malignos que se
apoderaban del cuerpo o lo maltrataban, citando a Ruy Pérez Tamayo, en su
estudio sobre la historia de la medicina: “ Las enfermedades son castigos
enviados por una deidad, casi siempre por la violación de un tabú o de alguna ley
religiosa, o bien son causadas por brujos o hechiceros, pero en todo caso se trata
de fenómenos sobrenaturales”, (Pérez Tamayo: 1997: 17), debido a esto, los
procedimientos de recuperación del paciente eran sacrificios exagerados y la
influencia de los rituales era quizás donde se centraba la atención de los
médicos.
Una de las desventajas de considerar que la enfermedad es enviada por seres
extraordinarios, es el abandono de medidas preventivas, ya que se ignoran las
acciones que pueden propiciar fallos orgánicos, si éstas se desconocen o no se
toman en cuenta, entonces no podrá haber prevención y la incidencia de los
padecimientos no podría disminuir, por lo tanto, el conocer y entender a la
enfermedad como un hecho que en muchos de los casos, es consecuencia de
hábitos y costumbres no apropiados, da la oportunidad de mejorarlos y evitar
malestares.
En los tiempos helénicos, Hipócrates comenzaba a tener una visión separada de
las creencias mágicas del origen de enfermedad, el médico griego afirmó que
todo tenía una causa natural, además de remarcar la importancia de la relación
entre el modo de vida del paciente y su enfermedad, es decir se comenzaron a
ver las condiciones individuales. Este hecho es relevante porque a pesar de que
se abandonaban en cierto grado las teorías mágicas no se dejo de tener en
cuenta al paciente como individuo que está siendo afectado por el medio.
Civilizaciones como asiria, egipcia o árabe tenían métodos avanzados para
curación de heridas o tratamientos intestinales, y así mismo se empezaban a
implementar lugares donde eran atendidos los pacientes, el especialista en Salud
Pública José Cardona Osorio, en su estudio sobre el concepto de salud (Osorio:
1987,13) señala: el “Hospital Mansur en el Cairo (año 1284 d.n.e); salas
diferentes para hombres y mujeres, para heridos, para oftalmología y fiebres.,
patios para lectura, jardín botánico, cincuenta lectores recitaban el coran día y
noche; había música suave y se relataban cuentos", con sucesos como éste se
puede concluir la importancia que se le dio a la atención del paciente.
En el continente americano, culturas como la maya consideraban a la
enfermedad resultado de comportamientos incorrectos; tenían códices que
servían como instructivos para cada caso de padecimientos. Hoy en día, algunos
de los curanderos aun existentes tienen rituales similares a los descritos por los
prehispánicos.
Al paso de los años la medicina es influenciada por los modelos económicos. A
pesar de la ilustración y avances científicos, sucesos históricos como la
revolución industrial con el crecimiento de población en las ciudades, el
consumismo y la ambición desmesurada de pequeños grupos por incremento de
sus riquezas, influyeron en el aumento de ventas de medicamentos y en una
demarcación exagerada de clases. Había, como en la actualidad, una
monetización de la salud, que en aspectos económicos beneficia a un número
muy reducido de personas, perjudicando a la mayoría.
La clase obrera se empezaba a ver aun mas discriminada en la obtención de
servicios básicos, la demanda por servicios de salud aumentaba y la repartición
injusta entorpecía la oportunidad de brindar un trato digno de atención a los
enfermos, además el médico se veía más limitado cada día por las circunstancias
económico-políticas, así mismo con las exigencias de ayuda por parte de la
población, el profesional de la salud se ve presionado por prestar la atención a
una cantidad mayor de personas, dejando a un lado por razones propias y
especialmente necesarias el estudio completo del paciente.
Cuando la medicina, ya es en todo su contexto considerada una ciencia y está en
su auge la fuerza de la demostración objetiva y métodos experimentales, se
incrementa la confianza en la práctica, avances y terapéutica. Sin embargo la
influencia de las religiones y costumbres heredadas sigue siendo hasta nuestros
días un patrón constante que representa en la mayoría de los casos una forma de
tranquilidad emocional para el paciente.
Con el paso de los años, el concepto de salud tuvo que dejar de ser considerado
“ausencia de enfermedad” para entenderse como un conjunto, donde el problema
además de fisiológico debe ser atendido desde una perspectiva psicológica y
social.
La enfermedad en la mayoría de los casos pasa a ser vista como
consecuencia de fallos orgánicos provenientes de alteraciones al organismo e
influenciada por el medio donde se desarrolla el individuo.
Con antecedentes históricos que demuestran que siempre ha sido considerada la
situación emocional del paciente para su tratamiento y recuperación, podemos
inferir la importancia de la relación médico-paciente, donde las dos partes son
fundamentales en el éxito o fracaso de ésta.
Hoy en día en los perfiles de admisión para las Facultades y Escuelas de
medicina se consideran entre otros factores la comprensión del lenguaje y
comunicación, así mismo en el perfil de egreso se encuentran dos habilidades
básicas, una es la habilidad clínica y la segunda es la de comunicación, esto
demuestra el objetivo de formar médicos que tienen como base la ciencia y la
técnica, pero que necesitan saber como interactuar con su paciente.
La enfermedad, además de los estragos funcionales a nivel órgano o sistema,
tiene repercusión emocional en el individuo, si el objetivo es la “salud” en un
sentido mas allá de la eliminación de síntomas, también se debe tratar de
recuperar la tranquilidad psicológica.
Además de influir en la recuperación de la salud, la situación emocional del
paciente influye de en su tratamiento y recuperación.
El estrés como respuesta ante un peligro y funcionando como una alerta resulta
indispensable para nuestra seguridad, sin embargo cuando éste se vuelve
crónico o se presenta de una forma intensa, genera desequilibrios en el
funcionamiento normal del organismo, el cerebro ante situaciones desagradables
y preocupantes manda señales para la secreción de hormonas, por ejemplo; la
adrenalina, ésta va a “activar” respuestas inmediatas, en un ejemplo de estrés
“normal”, una persona se ve en una situación de alerta, se libera adrenalina que
se encargara de que la mayor parte de energía producida en los procesos
metabólicos se mande directamente a las células musculares y entonces, el
individuo esta listo para defenderse, también habrá un incremento en la rapidez
de la respiración, la cantidad de hormonas en sangre aumenta y por lo tanto se
modifica la presión. La energía empleada en estas situaciones en una forma
crónica puede producir desgaste.
En casos en que la
enfermedad por su tipo o debido a las circunstancias
representa una situación de angustia para el paciente, el estrés estará generando
una secreción continua de hormonas; éstas pueden generar daños desde fatigas
hasta hipertensión o ulceras gástricas. Cuando una persona se encuentra
enferma su vulnerabilidad aumenta, el organismo usa la energía para defenderse,
es una desventaja importante el consumo de energía que representa el estrés
pudiendo utilizarse en la defensa o regeneración de los tejidos dañados.
Si el medico brinda una atención satisfactoria y logra tener la confianza del
paciente, además de dar al enfermo un entendimiento del tratamiento más claro,
podrá conseguir disminuir el nivel de estrés o ansiedad; hecho que seguramente
ayudara en el tratamiento.
El paciente, como individuo vulnerable reclama atención y un trato digno, al
mismo tiempo tiene la responsabilidad de comunicar los detalles y hechos que
requiere el médico para formular un diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
El médico como protagonista y en un papel crucial, tiene en sus manos la misión
de abrir las puertas al diálogo, enfrentándose a obstáculos como las barreras
puestas por el paciente, el miedo, desconfianza, vergüenza y en muchos casos
ignorancia. En estas barreras impuestas por el paciente de manera indirecta,
podemos ver otros objetivos en el ámbito médico, además de la formulación de
diagnósticos, tratamientos y
procedimientos quirúrgicos, se encuentra la
promoción, prevención y educación en salud, estas áreas son necesarias para
mejorar las condiciones sociales del individuo, no se podría tener avances en una
sociedad donde las personas ignoran los riesgos, por ejemplo sanitarios, a los
que se encuentran expuestos, por otra parte, es necesaria un integración entre el
Estado, la comunidad y el médico con el fin de modificar las conductas que
afectan la salud, es decir el medico es quien orienta, el Estado debe de proveer
los recursos necesarios y la comunidad para su beneficio tiene que ejecutar las
acciones, un ejemplo es la prevención y el autocuidado.
En el restablecimiento de la salud podemos ver una ventaja individual para el
enfermo y así mismo una social, su recuperación le permite el restablecimiento de
sus actividades, por ejemplo las laborales. Por lo tanto, es un beneficio en un
modo general, cuando el individuo como integrante de un grupo social (desde la
familia hasta una comunidad) está incapacitado por su enfermedad, no solo se
modifican sus actividades, se obliga a una restructuración de funciones en el
núcleo donde éste se desarrolla, generalmente estos cambios provocan
inestabilidad en el modo de vida, es decir, cuando un individuo se enferma se
afecta a todo un conjunto y por lo tanto cuando el médico logra el
restablecimiento de la salud, esta colaborando de manera indirecta con el grupo
social primario del paciente.
Ahora bien, cuando la relación médico-paciente no logra ser satisfactoria, ¿es
totalmente responsabilidad del médico?
Para responder a la pregunta anterior, primero se tiene que analizar el nivel
socio-económico de la comunidad o región donde el médico ejerce su profesión.
En una sociedad donde el Estado se ve rebasado por la demanda de atención de
servicios de salud es incapaz de dar soluciones claras; el médico está forzado a
“adaptarse” a las exigencias del sistema, si esto sucede, está limitado, no cuenta
con el tiempo para atender de forma amplia a su paciente, en la mayoría de los
casos se ve obligado a tomar la opción de cantidad en lugar de la calidad, puede
estar frustrado por la deficiencia de recursos para la atención, además de ser
presionado por la comunidad para dar soluciones que posiblemente no dependen
de él. Lamentablemente la persona más afectada es el paciente.
En otra perspectiva, cuando el médico no está presionado por situaciones
económico-políticas, y no logra una comunicación asertiva con el paciente, puede
deberse a la falta de interés o a estar considerando al individuo enfermo
solamente como un objeto de estudio, olvidando la importancia de la dignidad de
éste. Las consecuencias de la deficiencia en una relación adecuada con el
paciente se manifestarán desde que el enfermo comunica sus síntomas, y en
todos los aspectos, incluso la forma en que seguirá el tratamiento.
Actualmente, especialmente en comunidades rurales los llamados “curanderos”
aun son solicitados, ¿Por qué sucede esto?, no son en su totalidad despreciables
las cualidades curativas de algunos métodos naturales o costumbres que han
pasado por generaciones; sin embargo, sin bases científicas y conocimientos
estudiados a fondo no pueden ser considerados procedimientos adecuados o con
métodos sistemáticos, es decir no pueden ser comparados con la medicina como
ciencia.
Si no es el lado científico,
¿por qué razón aún son solicitados este tipo de
rituales?, lamentablemente, en muchas comunidades la escasez de centros de
salud o la falta de recursos para pagarla, obliga a las personas a recurrir a
soluciones más viables (por necesidad DE QUE TIPO, PUES NO ES SOLO
ECONOMICA,
LA
MAYORIA
ES
PORQUE
EN
LA
TRADICIONAL
ENCUENTRAN ATENCION, AFECTO, LOS TOCAN. LA MEDICINA ALOPATA
SE HA CONVETIDO EN LA MEDICINA DE LA DISTANCIA, TODO ES POR
MEDIO DE LA TECNOLOGIA Y ANALISIS).
Otro aspecto es la vigencia y confianza que aun infunden las prácticas mágicas o
tradiciones, la influencia positiva en sentido psicológico que logra brindar el
curandero en el paciente, podríamos llamarlo incluso: un efecto placebo.
Imaginemos la situación de conflicto en una persona que padece alguna
enfermedad crónica en la que a pesar de haber acudido con el médico los
malestares siguen siendo altos por causa del ciclo de la enfermedad o por la
insuficiencia de recursos para costear mèdicamentos, la falta de animo,
desconfianza en el tratamiento o desesperación elevan el nivel de estrés o
ansiedad, produciendo quizás, un avance más lento en la recuperación e incluso
llegar a un grado de depresión donde la persona enferma pierde esperanzas o
cree no poder curarse, en ocasiones no se siguen las prescripciones del medico
o finalmente abandonan el tratamiento. En estos casos, las personas recurren
como mencionamos antes, a métodos distintos; terapias motivacionales, grupos
de ayuda, medicinas alternativas e incluso a “magia”, encontrando consuelo,
confianza, y en especial comprensión.
En casos como las enfermedades psicosomáticas, donde el medio y las
circunstancias de presión en los individuos generan estragos de tipo fisiológico, y
se deben especialmente a la expresión del conflicto emocional en síntomas
físicos, donde no hay una afección generalizada o se ha referido un fallos
orgánico, posiblemente lo que más espera el paciente es comprensión ante su
situación., Si el médico no tiene un relación adecuada con el enfermo no podrá
concluir el origen de lo síntomas y por lo tanto el diagnóstico no será adecuado.
Con los ejemplos anteriores podemos ver
con claridad la influencia de la
atención, confianza y comprensión proyectada por el medico en la recuperación
del enfermo ES DECIR AMOR AL OTRO, COSA QUE EL MEDICO PERDIO.
¿Cuál es la perspectiva que los médicos actuales pueden tener ante una
sociedad económicamente en desventaja y con un lento pero constante
abandono de la dignidad de las personas?
Desde un punto de vista general, el Estado tiene la responsabilidad de actualizar
y mejorar las políticas de salud y su gestión; hacer lo posible para aumentar la
infraestructura de atención en proporción a la demanda y elevar si es necesario el
número de trabajadores en el área para una repartición justa y adecuada del
trabajo. En el aspecto científico-técnico el aumento de apoyo a la investigación
permitiría encontrar métodos más ágiles en la prestación del servicio, desde
nuevas tecnologías ( LOS ESTUDIOS DEMUESTRAN QUE EN LA MAYORIA DE
CASOS NO SE REQUIERE Y SOLO AUMENTA LOS COSTOS DE ATENCION)
para una atención oportuna Y QUE HACE LO “OPORTUNO”?? EL PACIENTE,
LA TECNOLOGIA, EL MEDICO??, campañas específicas para prevención de
enfermedades y estrategias que permitan el ahorro de recursos que estén siendo
desperdiciados, para emplearse de manera más eficiente.
Por su parte el médico tiene ante este panorama un reto, debe tratar en lo posible
de dar al paciente una atención de calidad a pesar de las limitaciones: mantener
una actitud positiva COMO SERIA ESTA ACTITUD?? ante la desesperación de la
población solicitante de servicio. Es importante el uso de todas sus capacidades;
no será sencillo POR QUE NO ES SENCILLO CONOCER AL OTRO??? SOLO
REQUIERE
ATENCION
Y
COMPRESION,
ESCUCHARLO
SIN
JUZGARLOcomprender todas las costumbres o prejuicios provocados por
ignorancia o situaciones de marginalidad.
Parece complicado mantener un trato basado en la ética, en un ambiente donde
los valores no estén recibiendo la importancia necesaria. El escritor y físico Mario
Bunge sostiene; “Los médicos llaman pacientes a sus enfermos, mientras que los
gerentes de sanatorios y clínicas médicas privadas los llaman “clientes”, Esta
diferencia verbal pone de manifiesto una diferencia real: en un caso se trata al
enfermo y en el otro se le pasa la factura. En el primer caso la salud es un bien
inapreciable, y en el otro es una mercancía”, (Bunge: 2006,204), desde esta
perspectiva, podemos ver que el paciente tiene que ser visto desde un enfoque
más humano, donde su salud es el objetivo y no el medio para que el hospital
logre mayores ingresos.
Como lo mencionaba Hipócrates en su juramento; “usaré medidas dietéticas para
el beneficio de los enfermos de acuerdo con mi capacidad y juicio; los protegeré
del daño y de la injusticia”. El médico en el siglo XXI, se ve obligado a enfrentar
situaciones injustas y en muchas ocasiones es difícil que pueda actuar a favor de
su paciente; sin embargó en la mayoría los casos tiene la oportunidad de prestar
una atención empática (dentro de los limites necesarios) concediendo al enfermo
la tranquilidad, tan necesaria para su recuperación.
Bibliografía
BUNGE Mario: 100 Ideas, el libro para pensar y discutir en el café; Buenos Aires;
Debolsillo, 2009.
PEREZ Tamayo Ruy: De la magia primitiva a la medicina moderna: México D.F;
FCE, 2003.
CARDONA Osorio Jorge: El concepto de salud, enfermedad y salud pública
según los diferentes modos de producción; Colombia; Revista centroamericana
de Administración Pública, 1987.
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